Subido por Micael Veas Romero

trabalenguas

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María Chuchena techaba su choza, y un techador que por allí pasaba, le dijo: - María
Chuchena, ¿tú techas tu choza, o techas la ajena? Ni techo mi choza, ni techo la ajena, que
techo la choza de María Chuchena.
Tres tristes trapecistas, con tres trapos troceados hacen trampas truculentas porque suben
al trapecio por trapos y no por cuerdas.
Hay suecos en Suiza y hay suizos en Suecia, pero hay más suizos en Suiza que suizos en
Suecia, y más suecos en Suecia que suecos en Suiza.
Confucio confabulaba una confusa confabulación confundido no confiaba en la confundida
confabulación que Confucio acababa de confabular.
Amaya tiene un gallo que no calla, siempre está ese gallo apoyado en una valla. Si oyes
gallear un gallo no falla, es el de Amaya que siempre está apoyado cantando sobre la valla.
Un trabalengüista muy trabalenguado creó un trabalenguas muy trabaluengoso. Ni el mejor
trabalengüista ni el más trabalenguado pudo trabalengüear aquel trabalenguas tan
trabalenguoso.
La sal del salero saldrá salada y salará la sal de otros saleros cuando salga. Sala que te
sala cada salero salará de sal salada toda la sala.
Si mi gusto gustara del gusto que gusta a mi gusto. Tu gusto gustaría del gusto que gusta
mi gusto. Pero como tu gusto no gusta del gusto que gusta a mi gusto. Mi gusto no gusta
del gusto que gusta a tu gusto.
Eugenio es muy ingenuo, pero ¡qué mal genio tiene el ingenuo de Eugenio!
¡Jamás jamé jamón y jamás lo jamaré! Gemía la monja de Gema mientras jamaba jamón
en Jaén. Como jama jamón Gema, una monja de Jaén, mientras gime: ¡Yo no jamo y jamás
lo jamaré!
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