Volumen 14 Número 21 Enero de 2016 ISSN 0122-8382 Popayán - Colombia Director: Juan Carlos Pino Correa Departamento de Comunicación Social Comité Editorial: Harold Casas Alexander Montoya Hilda María Zúñiga Felipe García Giezzi Lasso Juan Carlos Varona Edgar Ardila Juan Diego Castrillón Eduardo Gómez Alexander Buendía Carátula "La noche..." (Detalle) Maestro Adolfo Torres Diseño y diagramación Mac Jainer Fernandez Carvajal Impresión: Taller Editorial – Universidad del Cauca ISSN: 0122-8382 Derechos reservados. Copyright. Los conceptos emitidos por los autores son de su exclusiva responsabilidad y no comprometen a la Facultad de Derecho y Ciencias Políticas y Sociales. Autorizada su reproducción citando la fuente y enviando un ejemplar a la dirección de la Revista. Facultad de Derecho y Ciencias Políticas y Sociales Universidad del Cauca / Calle 5 Nro. 4 – 70 Claustro de Santo Domingo. Popayán. Colombia. Teléfonos: 8209900 Exts. 1201 – 1202 – 1213 -1216 Fax: 8209930 Juan Diego Castrillón Orrego / Rector Edgar Velásquez Rivera / Vicerrector Académico Yaneth Noguera Ramos / Vicerrectora Administrativa Alfonso Rafael Buelvas Garay / Vicerrector de investigaciones Zoraida Ramírez Gutiérrez / Vicerrectora de Cultura y Bienestar Roberto Rodríguez Fernández / Decano de la Facultad Marisol Muñoz / Secretaria General Álvaro Fernández / Coordinador del Programa de Derecho Claudia Nohemi García / Coordinadora Programa de Derecho en Regionalización Julie Alexandra Quintero / Coordinadora Programa de Derecho Santander de Quilichao Juan Carlos Varona / Coordinador del Programa de Ciencia Política Felipe García Quintero / Coordinador del Programa de Comunicación Social Gabriela Ramírez / Directora Consultorio Jurídico Alexander Montoya / Director de Centro de Investigaciones Kenny Elizabeth Campo / Directora del Centro de Atención de Asuntos de Interés Público. Guillermo Serrano / Jefe del Departamento de Derecho Público Claudia Nohemi García / Jefe del Departamento de Derecho Penal Reinaldo Pisso / Jefe del Departamento de Derecho Privado Harold Mosquera / Jefe del Departamento de Derecho Laboral Eduardo Andrés Chilito / Jefe del Departamento de Ciencia Política Olga Patricia Solís / Jefe del Departamento de Comunicación Social Contenido Presentación ………………………………………………………………............7 La superación del modelo constitucional de entreguerras: el nuevo constitucionalismo latinoamericano Chrisstian Cabezas Martinez ..........................................................................9 ¡Colombia, descansa en paz! Herberth J. Rivas ............................................................................................25 El fascismo latinoamericano Roberto Rodríguez Fernández y Santiago José Rodríguez Cabezas …....…..41 Tendencias contemporáneas sobre Derecho, Justicia y Derechos Humanos en la obra de M. Atienza Fanny Esperanza León López .........................................................................49 Etapas probatorias en el sistema procesal penal de ley 906 de 2004 Paco William Benítez Delgado .......................................................................57 Constitucionalización del Derecho Administrativo Andrés José Arboleda López ..........................................................................73 Cartografías mutantes y el temblor de los vivos y de los muertos en Mantra, de Rodrigo Fresán Juan Carlos Pino Correa ……….….................................................................87 La estética como política: una mirada desde Jacques Ranciére Nelson Fredy Osorio Andrade ........................................................................93 El sentido de la comunicación en los procesos organizativos Olga Patricia Solís Valencia ..….…………………………………………..........101 La fotografía arquitectónica del patrimonio monumental de Popayán. Valor cultual y des-auratización del centro histórico Felipe García Quintero.....................................................................................119 Discursos y reseñas: Laudatio de don José María López Prieto, Pepón Juan Carlos Pino Correa ...............................................................................133 Otoño en la isla, de Alex Salinas Alexander Buendía Astudillo ……………………………….............................141 La estética como política, una mirada desde Jacques Rancière. Nelson Freddy Osorio A.* Resumen: El presente texto es una aproximación a la propuesta de Jacques Rancière que entiende la estética como política. Para este ejercicio se hace un recorrido por algunos de los conceptos que el pensador francés ha tramado en su teoría y se remite al documental “Pupila de mujer, Mirada de la tierra” de Flor Copley (2012), para ejemplificar su propuesta. Palabras clave: Rancière, Estética, Política, Común sensible, Mapuche. Abstract: The present text is an aproximmation to the proposal by Jacques Rancière that unsderstands aestethic as policy. For this development it has been a journey trough somo basic concepts by this french thinker wich envelop his own theory and takes as reference the documentary “Pupila de mujer, mirada de la tierra” to ejemplify his proposal. Key words: Rancière, Aesethic, Policy, Mapuche. __________________ * Candidato a Doctor en Comunicación de la Universidad de La Plata, Argentina. Profesor adscrito al Departamento de Comunicación Social de la Universidad del Cauca. Correo electrónico: nelosorio@ unicauca.edu.co. R evista Facultad de Derecho y Ciencias Políticas y Sociales Moira Millán es una Weichafe (guerrera) mapuche, trabaja activamente por la defensa de su pueblo y su cultura, ha sido perseguida por sus ideas y su trabajo comunitario por lo que debió salir de su comunidad en la provincia de Chubut para ir a vivir a Buenos Aires con sus hijos. Ella tenía la inquietud de realizar un programa de televisión y contar historias de mujeres de diversos pueblos indígenas de Argentina desde una perspectiva que enaltezca y dignifique su trabajo, sus saberes y su labor por la comunidad y nos las presenten como víctimas, como ha sido habitual. Junto a su amiga Flor Copley, comunicadora social y cineasta, quien apoya su iniciativa, trabajan durante algo más de dos años en la formalización de una propuesta, en la escritura de un guión y posteriormente en la realización de una película de carácter documental a la que llamarán "Pupila de mujer, mirada de la tierra", realizada en el año 2012 y que hace parte de la tercera temporada de la serie Doctv Latinoamérica. Realizar películas no es el trabajo habitual de Moira, pero ella saca el tiempo necesario para pensarse como mujer y como parte de una comunidad, para pensar su tradición y a partir de ello producir una manifestación sensible, una película que es sin duda una forma de acción política que busca un espacio de reconocimiento no solo en el campo artístico del cine documental sino también en lo social, en la vida misma. El documental no contiene arengas, ni reclamos, ni busca transmitir consignas, ni hace reivindicaciones panfletarias, simplemente construye una ficción que hace visible y decible rasgos y manifestaciones de la cultura mapuche y la lucha cotidiana de mujeres indígenas. Esta historia resume un aspecto de la vida de una mujer y el contenido de una producción ficcional, y ejemplifica claramente la relación estética política desde la perspectiva del filósofo Jacques Rancière. Veamos por qué. A lo largo del siglo XX y particularmente con la irrupción del pensamiento posmoderno el concepto de estética sufrió un significativo proceso de desvalorización. De estar asociada a lo bello y a su percepción, de estar en el centro de la “teoría arte por el arte”, pasó a ser considerada una seudodisciplina, una simple especulación. Para autores como Scheaffer o Badiou “la estética no es un disciplina filosófica y por lo tanto su discurso se ve agotado” (Arcos-Palma, 2008) Es entonces, en la década de los ochenta, cuando Jacques Rancière tras revisar las críticas y la historia del concepto de estética, propone una reconceptualización, según la cual la estética ya no estaría solo en el campo específico del arte sino que la instala en el seno de la vida social, como algo transversal, que está presente en todas las esferas de la vida en sociedad y es el elemento estructurador del común sensible. La estética entonces opera, se relaciona y se entiende como política. 94 R evista La política, de acuerdo con Rancière, “no es el ejercicio del poder y la lucha por el poder”, implica “el reparto de lo sensible” (Rancière: 2006a, 2011) y para ser más exactos los procesos de organización y reorganización de lo sensible, ya que permite que nuevos sujetos antes invisibilizados, entren, participen y disputen lo común. No solo Moira como gestora y protagonista del documental, ni Flor como realizadora, sino todas las mujeres que hacen parte del producto audiovisual con el gesto estético y político de hacer visible su voz, su trabajo, su pensamiento, su memoria, su historia, están reclamando un lugar para ellas y para sus comunidades en la sociedad. La política hace visible aquello que estaba opacado por otros y se hace presente cuando se hace audible la palabra de aquellos quienes no son escuchados. La política pone en juego procesos de autoconocimiento, emancipación, participación, visibilización, es un ejercicio que implica una lucha por instalar un desacuerdo y hacerse un lugar en el espacio de lo común. La manera de acceder y disputar ese reparto es evidentemente con formas sensibles. Estas manifestaciones sensibles del ser humano, se entienden como acciones políticas. “La acción política (…) nombra sujetos, identifica situaciones, vincula acontecimientos y deduce de ellos posibles e imposibles, se sirve de ficciones como los novelistas o los cineastas” (Rancière, 2015). Es preciso entender que las manifestaciones sensibles no son solo aquellas que pertenecen o pueden ser entendidas como arte. Para Rancière es todo aquello que puede ser aprehendido por los sentidos, es todo lo decible y lo visible. De ahí que lo sensible puede ser un gesto, una voz, una acción, una imagen, una narrativa, un discurso, una fabulación, una obra, una construcción, un modo de aparecer, de hacer visible y decible algo, un documental, como en este caso. El conjunto de estas manifestaciones sensibles que producen los diferentes individuos ya sea en forma individual o colectiva y que circulan en la vida social por muy diversos medios, espacios y canales es lo que constituye el espacio común sensible. La política es la que organiza ese espacio común sensible. Históricamente quienes han ejercido la labor de repartir el común sensible, han privilegiado unas voces, visiones, posiciones, tendencias, sectores en detrimento de otras. Quienes están excluidos, es decir sin parte, tienen tiempos, espacios y funciones específicas dentro de la sociedad y esas funciones demandan para su cumplimiento de todo su tiempo, es lo que les garantiza su sobrevivencia, de esta manera se mantienen silenciadas sus voces, opacada su visibilidad y con ello se niega su capacidad de autorrepresentación y de acceso a lo político. Rancière (2011) señala en El malestar en la estética que “La política ocurre cuando aquellos que “no tienen” el tiempo se toman ese tiempo necesario para 95 R evista Facultad de Derecho y Ciencias Políticas y Sociales plantearse como habitantes de un espacio común y para demostrar que su boca emite también una palabra de enuncia lo común y no solamente una voz que denota dolor”. Ese tomar el tiempo, implica un distanciamiento de lo cotidiano para avanzar en un proceso de autorreflexión y de autoconocimiento. Participar de lo común demanda de sujetos emancipados, autónomos, conscientes de su lugar en el mundo y con un pensamiento propio, como demuestran serlo las mujeres que hacen parte del documental “Pupila de mujer, Mirada de la tierra”. Sujetos que conocen su condición y que saben lo que son, lo que tienen, lo que han vivido, que saben qué es aquello que les falta y lo que quieren llegar a ser, que tienen conciencia sobre los conocimientos que poseen y también cómo llegaron a poseer esos conocimientos. Son sujetos que se saben sin parte, pero que tienen la disposición y producen las condiciones necesarias para enunciar su palabra y producir acciones portadoras de demandas, esta es la manera de hacerse un espacio en el común sensible, haciendo visible y decible lo propio. Cuando los sujetos o las comunidades se configuran a sí mismas como seres dotados de palabra, “no hay otra cosa que hacer que hablar con ellos”, como lo refiere Rancière (1996) al dar cuenta de la conclusión consejo de los sabios en el senado romano. Cuando irrumpe una nueva voz en el espacio común, ella está en procura de un reconocimiento, de ser tenida en cuenta, de participar. Esto es, busca tener un lugar en la reconfiguración de ese común sensible. Una nueva manifestación sensible es ante todo una evidencia de otra forma de ser y estar en el mundo; otra forma de entender, valorar, comprender y enunciar lo real; es la evidencia de una racionalidad distinta, de otro logos, de otra sensibilidad que al hacerse visible instaura un desacuerdo, es decir hace notar justamente que es otra. Esto constituye y hace evidente una fractura en el orden existente. Se instaura entonces un conflicto político entendido como la tensión que resulta de la confrontación entre un cuerpo social organizado que ha asignado a todos un lugar y un sector que considera que no tiene la parte que le corresponde dentro de esa organización social. Tal reclamo introduce un cierto caos en el orden establecido y propugna por nuevo orden. “Lo propio de la política es la existencia de un sujeto definido por la participación en los contrarios” (Rancière, 2006a). Esa participación reclama reconocer y ser reconocido por el contrario como un interlocutor válido, legítimo. La enunciación de sus voces es lo que da origen al conflicto al enunciar sus intereses y demandas, que a su vez los instituye como parte, pues “las partes no preexisten al conflicto” (Rancière, 1996). El conflicto se entiende como algo positivo, necesario y esencial para el ejercicio de la política, pues solo de esta manera es posible que se hagan visibles las distintas voces que hacen parte de una comunidad. 96 R evista La política es la instauración de un desacuerdo (Rancière, 1996) que no tiene que ver solo con la administración de los recursos como lo entendería el liberalismo económico o el marxismo, ni con los derechos y libertades a la manera del liberalismo político que viene de Locke y de J. S. Mill, sino que tiene que ver con las partes de una sociedad. No es que la sociedad esté dividida naturalmente sino que estas partes se configuran y reconfiguran por medio de disputas de acuerdo con las condiciones de cada época. “Por desacuerdo se entenderá, un tipo determinado de situación, de habla: aquella en la que uno de los interlocutores entiende y a la vez no entiende lo que dice el otro” (Rancière, 1996). Los dos pueden hablar de un mismo tema, pero cada uno lo entiende desde una perspectiva o racionalidad distinta. En el documental que nos ocupa hay una alusión a uno de los desacuerdos de la sociedad argentina, en torno a quienes debe rendir homenaje la sociedad en sus monumentos urbanos. Esto se desarrolla en pocos segundos. En la secuencia de apertura del documental, se presenta, por la espalda, a una mujer de cabello oscuro, que camina en medio de la gente en una calle peatonal de Buenos Aires. Se escucha la introducción del tema “Mapu-pupila de mujer” del Album Kisuelelaiñ – No estamos solas, de Anahí Rayen Marilua. La mujer llega hasta una esquina, en un plano sobre el hombro izquierdo (over shoulder) que la muestra en primer plano, vemos al fondo un monumento ecuestre, el cuadro siguiente es un plano medio del personaje del monumento y posteriormente se muestra un primer plano de los ojos de la mujer. Sencilla secuencia para plantear un desacuerdo que solo quienes conocen la historia lo reconocerán, para los demás será una estatua y una mirada. Imágenes tomadas del Documental “Pupila de mujer, Mirada de la tierra” de Flor Copley (2012). 97 R evista Facultad de Derecho y Ciencias Políticas y Sociales Los ojos corresponden a la protagonista del documental, que como ya se mencionó es la misma persona creadora de la idea original del producto, una guerrera mapuche: Moria Millán. El monumento ecuestre corresponde al dos veces presidente de la nación argentina, Julio Argentino Roca, reconocido artífice de la “Conquista del Desierto”, gesta militar emprendida por el gobierno contra los pueblos asentados en el sur del país en procura de conquistar su territorio para, de acuerdo con su discurso, destinarlo a la agricultura y la ganadería. Este monumento que exalta la figura de Roca como un héroe nacional y que se constituye en una materialización de un ideario nacional argentino, es actualmente un objeto simbólico en disputa. Desde el año 2003 en Argentina, con la llegada al poder de Néstor Kirchner, se han adelantado procesos de revisión histórica, revalorizando hechos y figuras del pasado, primero las recientes dictaduras, pero también se ha dado pie para que otros sectores de la sociedad levantes sus reclamos. Las comunidades originarias y diversos sectores de la sociedad civil argentina pretenden desmonumentalizar a Julio Argentino Roca, a quien consideran genocida, el responsable directo del asesinato de miles de indígenas y quien los despojó de sus tierras ancestrales. Esta tensión, apenas sugerida en el documental con una mirada, es una disputa aún sin resolver, por el sentido que se le da a la nación, por quien reconoce como sus héroes, y pone en evidencia que la percepción y valoración de los personajes, los mitos y los discursos nacionales cambian en el tiempo, y que cuando emerge una nueva voz que reclama se instaura un conflicto que demanda una reconfiguración de los sensible. Una de las formas de aparecer de las distintas voces en la escena de lo común, es la ficción. El documental pese a sus históricas y pretendidas filiaciones con la verdad, la objetividad y lo real, es una construcción ficcional, “un modo particular de representar” (Hall: 2010) y por tanto una versión de la realidad. Para comprender esto es preciso sacar a la ficción del terreno en que la ha ubicado el sentido común como falsedad o mentira, para entenderla como lo explica Rancière (2015): no es la invención de mundos imaginarios. Es ante todo una estructura de racionalidad: un modo de presentación que vuelve perceptibles e inteligibles las cosas, las situaciones o los acontecimientos; un modo de vinculación que construye formas de coexistencia, de sucesión y de encadenamiento causal entre acontecimientos, y da a esas formas los caracteres de lo posible, de lo real o de lo necesario. Se requiere esta doble operación, además, en todas partes donde se trata de construir cierto sentido de realidad y de formular su inteligibilidad . En el documental con el simple gesto de Moira de mirar el monumento de Roca, instala un eje de lucha a partir de la metonimia, por un lado están los opresores (Roca), por otro la mujer que resiste (Moira). Mediante una opera- 98 R evista ción ficcional, es decir de poner en relación, se crea un eje diacrónico de dominación y opresión de los pueblos originarios que va desde la imagen de Roca hasta las múltiples formas que adquiere hoy: el Estado, la escuela, el capitalismo, los grupos que tienen el poder y desde su lugar dominante impulsan sus ideas de nación, sus ideales de progreso, sin importar que con ello excluyan, maltraten y violenten a los pueblos originarios. En esta cadena también están las prácticas cotidianas, el uso del lenguaje popular que señala, discrimina, estigmatiza. Frente a esa serie de acciones violentas, las mujeres que hacen parte del documental levantan su voz en un proceso de lucha continuado que encuentra su correlato en un cartel que está presente en la vía, cuando Moira sigue su camino, después de mirar el monumento de Roca, y que presenta la conocida frase de Ernesto “Ché” Guevara: “la única lucha que se pierde es la que se abandona”. Lo que sin duda alguna es una afirmación de resistencia y lucha permanente. Este documental es una voz, una manifestación sensible, que sumada a todas las acciones los pueblos originarios busca unas mejores condiciones de reconocimiento y de vida dentro de la sociedad argentina. Ahora bien, la ficción tiene una política. Por un lado está lo que ella representa, es decir de lo que trata, y por otro lado como ella opera. En este segundo aspecto la ficción instituye unas determinadas situaciones, convoca a unas poblaciones, establece relaciones de inclusión o de exclusión, traza o borra fronteras entre percepción y acción, entre los estados de cosas y los movimientos del pensamiento, de las relaciones que establece o suspende entre las situaciones y sus significantes, entre las coexistencias o sucesiones temporales y las cadenas de causalidad (Rancière, 2015) Moira tiene un conflicto: debe regresar a Chubut para defender sus tierras, pero sus hijas no quieren dejar la ciudad de Buenos Aires donde han crecido. Moira las convence de viajar, les acerca a su cultura mediante el conocimiento de algunas de sus tradiciones y después emprende un viaje que la llevará por distintas territorios de la Argentina indígena. A su regreso rinde un homenaje a todas las mujeres que conoció en su camino. Este viaje ha sido un proceso iniciático, una etapa de aprendizaje a partir del intercambio de historias personales, del reconocimiento de diversas experiencias y de otras formas de resistencia y lucha. En el documental se privilegia la etapa de instrucción y aprestamiento para una confrontación donde se pondrá en práctica lo aprendido. Si bien esta etapa de aprendizaje se desarrolla aquí como un viaje completo, es claro que todos los conflictos aún están por resolver, las amenazas sobre el territorio siguen siendo una posibilidad latente y esa lucha se dará en el futuro. “Pupila de mujer, Mirada de la tierra” desde su nombre anuncia la perspectiva femenina desde la que se mira, esta es una decisión política importante y no tiene que ver sólo con el hecho de que la dirección esté a cargo de una mujer: 99 R evista Facultad de Derecho y Ciencias Políticas y Sociales Flor Copley, que la música sea realizada por una mujer: Anahí Rayen Marilua, que su protagonista sea una mujer: Moira Millán, sino específicamente por la decisión de hacer visible la lucha de diversas mujeres a las que se reconoce por su nombre propio, que hablan con su propia voz y desde su propia perspectiva; mujeres que pertenecen a distintos grupos étnicos, trabajan en diversos procesos y desde diferentes áreas, comparten el hecho de que en algún momento de su vida han sido víctimas de un abuso o algún tipo de vejamen, y con ello han sido silenciadas, opacadas, excluidas, pero también comparten el hecho que no se han quedado en ese lugar, que han logrado superar esa condición y proyectarse a la comunidad y reclamar un espacio en la vida social. El documental, como manifestación estética, se configura entonces como una acción política, que reclama/demanda un lugar “en el reparto de lo sensible”. Referencias Arcos-Palma (2008). Jacques Rancière. Estética, ética y política. Cartagena. II Congreso colombiano de filosofía. Rancière, Jacques (2015). El hilo perdido. Ensayos sobre la ficción moderna. Buenos Aires. Bordes Manantial. Rancière, Jacques (2011). El malestar en la estética. ed. Capital. Buenos Aires, Intelectual. Rancière, Jacques. (2006a) Política, policía y democracia. Santiago. LOM ediciones. Rancière, Jacques. (2006b) El reparto de lo sensible. Estética y política. Santiago. LOM ediciones. Rancière, Jacques. (1996) El desacuerdo. Política y filosofía. Buenos Aires. Ediciones Nueva Visión S.A. Videografía Copley, Flor (2011) Documental “Pupila de mujer, Mirada de la tierra”. Argentina, disponible en https://www.youtube.com/watch?v=mQ8UH8Q027o 100