DESNUTRICION Estado patológico ocasionado por la falta de ingestión o absorción de nutrientes. ● Desnutrición en México A pesar de que en los últimos 20 años en México se ha observado una disminución en los diferentes tipos de desnutrición infantil, la prevalencia de baja talla continúa siendo un grave problema de salud pública en menores de 5 años de edad. Una buena nutrición es la base de la supervivencia, la salud y el desarrollo infantil. Los niños bien alimentados están mejor preparados para crecer y aprender, para participar en las comunidades y colaborar con ellas, así como para resistir posibles enfermedades, desastres y otras crisis globales. Sin embargo, para los millones de niños que padecen malnutrición, la realidad es dura. Cada año, millones de niños mueren a causa de esta enfermedad. Para muchos otros, la malnutrición crónica acaba desembocando en retrasos en el crecimiento, un problema irreversible que, literalmente, atrofia el crecimiento físico y cognitivo de los niños. Clasificación Por su duración e intensidad Por su duración se clasifica en: Aguda: Se presenta debido a la restricción de alimentos que se manifiesta por la pérdida de peso y quizá detención del crecimiento. Cuando el niño o la niña es atendido adecuada y oportunamente, éste se recupera, repone sus pérdidas y vuelve a crecer normal. Crónica: Se presenta cuando la privación de alimentos se prolonga, la pérdida de peso se acentúa; como consecuencia el organismo para sobrevivir , disminuye sus requerimientos y deja de crecer, es decir mantiene una estructura baja para su edad. La recuperación es más difícil. La desnutrición por su intensidad se clasifica en: Leve: Se presenta cuando la cantidad y variedad de nutrimentos que el niño o niña reciben son menores a sus requerimientos. Al inicio se caracteriza por la pérdida o la no ganancia de peso. Moderada: Se presenta cuando la falta de alimentos se prolonga y acentúa, la desnutrición se agudiza y fácilmente se asocia a procesos infecciosos, se manifiesta con mayor déficit de peso, detención del crecimiento, anorexia y mayor facilidad para contraer infecciones. Severa: Se presenta cuando hay falta prolongada de alimentos asociada a padecimientos infecciosos frecuentes, la anorexia se intensifica y la descompensación fisiológica del organismo llega a tal grado, que pone al niño o niña en grave peligro de muerte. Se manifiesta en dos formas: MARASMO (desnutrición seca) 1. Delgadez excesiva 2. Cara de viejito 3. Llanto exagerado 4. Peso ralo KWASHIORKOR (desnutrición con edema modificado el peso del niño o niña) 1. Hinchazón sobre todo en píes, piernas, manos y cara 2. Triste 3. Pelo ralo 4. Lesiones en la piel FACTORES QUE INFLUYEN EN LA DESNUTRICIÓN. En la vigilancia nutricional es necesario tomar en cuenta algunos de los factores individuales y ambientales que influyen en la desnutrición como son: " Bajo peso al nacer. " Privación de amamantamiento al seno materno. " Hijo o hija de madre adolescente. " Aglactación y destete mal dirigidos. " Bajos ingresos económicos " Malos hábitos alimentarios " Higiene y saneamiento deficientes. De la Cruz Góngora recordó que la anemia trae consecuencias en todas las etapas de la vida, por ejemplo, durante la niñez puede provocar retraso en crecimiento físico y mental, o pérdida de productividad laboral, depresión, fatiga, o discapacidad en adultos y adultos mayores, además de poder ser causa de mortalidad perinatal en embarazadas. La desnutrición infantil tiene orígenes complejos que involucran determinantes biológicos, socioeconómicos y culturales. Sus causas inmediatas incluyen la alimentación inadecuada en cantidad o calidad, la incidencia de enfermedades infecciosas y el cuidado impropio del niño, del cual depende su adecuada alimentación y salud. Éstas son, a su vez, el resultado de una inapropiada disponibilidad de alimentos, de servicios de salud, de educación, así como de una infraestructura sanitaria deficiente Asimismo, éstas, a su vez, son consecuencia de inequidad en la distribución de recursos, servicios, riqueza y oportunidades CONSECUENCIAS La desnutrición eleva la mortalidad y morbilidad materna e infantil. Si una mujer la padece durante el embarazo, el crecimiento en talla y peso del feto disminuye y se incrementa la probabilidad de que nazca con bajo peso, situación que incrementa el riesgo de morbilidad, mortalidad infantil y desnutrición durante la vida entera, y entre mujeres eleva la probabilidad de reproducir el fenómeno en la siguiente generación. Por consiguiente, conocer e invertir para proteger el crecimiento fetal y el de los primeros años de vida no sólo mejora el estado nutricio de niños y madres, sino que es central para la prevención de la mala nutrición a lo largo de la vida y futuras generaciones, e indispensable para el desarrollo del capital humano. Tipos de desnutrición infantil El índice de desnutrición se determina mediante la observación directa, que permite identificar niños demasiado delgados La desnutrición se manifiesta en el niño de diversas formas: ● Es más pequeño de lo que le corresponde para su edad. ● Pesa poco para su altura. ● Pesa menos de lo que le corresponde para su edad. Desnutrición crónica - presenta un retraso en su crecimiento. Indica una carencia de los nutrientes necesarios durante un tiempo prolongado, por lo que aumenta el riesgo de que contraiga enfermedades y afecta al desarrollo físico e intelectual . El retraso en el crecimiento puede comenzar antes de nacer, cuando el niño aún está en el útero de su madre. Si no se actúa durante el embarazo y antes de que el niño cumpla los 2 años de edad, las consecuencias son irreversibles y se harán sentir durante el resto su vida. Desnutrición aguda moderada - eL niño pesa menos de lo que le corresponde con relación a su altura. Se mide también por el perímetro del brazo, Requiere un tratamiento inmediato para prevenir que empeore. Desnutrición aguda grave o severa - Forma de desnutrición más grave. tiene un peso muy por debajo para su altura. Se mide también por el perímetro del brazo. Altera todos los procesos vitales del niño y conlleva un alto riesgo de mortalidad. El riesgo de muerte para un niño es 9 veces superior que para un niño en condiciones normales. Requiere atención médica urgente Anemia La anemia por deficiencia de hierro, junto con la desnutrición crónica, son los problemas nutricionales de mayor prevalencia en el país. Inhibe la habilidad de regular la temperatura cuando hace frío y altera la producción hormonal y el metabolismo, afectando a los neurotransmisores y las hormonas tiroideas asociadas con las funciones musculares y neurológicas, reguladoras de la temperatura. Afecta principalmente a mujeres embarazadas y a los niños menores de 2 años, en estos últimos, los daños ocasionados por anemia son irreversibles, aún después de tratamiento. Los niños que presentan anemia en los primeros años de vida sufrirán retardo en el desarrollo psicomotor, y cuando lleguen a la edad escolar su habilidad vocal y su coordinación motora habrá disminuido significativamente. Para identificar si un niño presenta desnutrición se emplean mediciones antropométricas como peso y talla, mediciones bioquímicas como la medición de hemoglobina en sangre y signos clínicos. En el caso de las mediciones antropométricas, Cuando se tienen los datos de peso, edad, sexo y talla se puede hacer uso de un indicador, el cual permite conocer el estado de nutrición de los niños, por ejemplo, el indicador, peso para la talla P/T, Talla para la edad T/E y Peso para la edad P/E, estos indicadores permiten identificar si el niño presenta desnutrición crónica, aguda o tiene un estado de nutrición óptimo. INSTRUMENTACIÓN DE LA VIGILANCIA DE LA NUTRICIÓN, CRECIMIENTO Y DESARROLLO DEL NIÑO Y LA NIÑA Los indicadores de peso – talla, relacionados con la edad y parámetros antropométricos de referencia, constituyen un método apropiado, sencillo, confiable y de bajo costo para la vigilancia y seguimiento del crecimiento y el estado de nutrición en los niños y niñas La vigilancia de la nutrición, crecimiento y desarrollo permiten conocer la evolución física, mental y emocional del niño o niña, así como identificar y corregir oportunamente alteraciones que obstruyan la formación plena e integral del individuo en los primeros años de su vida. Sistematizar la vigilancia nutricional implica un reto que debe lograrse a fin de asegurar a todas las niñas y niños mexicanos una mejor calidad de vida presente y futura. Desnutrición e Infección las causas de desnutrición son multifactoriales, sin embargo, se resaltan dos como las causas inmediatas para la aparición de este evento, por un lado, la presencia de enfermedades infecciosas del tipo diarreico y respiratorio, así como, por el consumo inadecuado de alimentos y nutrimentos. La sinergia entre desnutrición y la presencia de enfermedades infecciosas eleva el riesgo de mortalidad en los niños, debido a dos circunstancias, por un lado, la desnutrición hace al niño susceptible a presentar infecciones y favorecer su progreso, y por el otro, las infecciones hacen a un niño vulnerable a presentar desnutrición. La infección disminuye el apetito e inhibe la absorción de nutrientes. Hay menor producción de energía y menor absorción de nutrientes disponibles para el crecimiento. Por lo que, los niños subalimentados tienen aminorada la resistencia a infecciones, lo que los hace susceptibles para presentar infecciones severas, principalmente enfermedades diarreicas y respiratorias. Consecuencias de la desnutrición: Consecuencias de desnutrición, durante la infancia y la edad preescolar se asocian con retardo en el crecimiento y el desarrollo psicomotor, mayor riesgo de morbilidad con efectos adversos a largo plazo, incluyendo disminución en la capacidad de trabajo físico y en el desempeño intelectual en la edad escolar, la adolescencia y la edad adulta, lo que repercute en la capacidad del individuo para generar ingresos. Y en ocasiones, incrementa la propensión a enfermedades como obesidad, diabetes, hipertensión, dislipidemias e incapacidades. Igualmente, la desnutrición durante los primeros años de vida, a través de sus efectos adversos en el crecimiento durante la infancia de las mujeres, tiene efectos negativos en el peso al nacer de la siguiente generación. El desarrollo del cerebro también puede verse afectado directa o indirectamente como consecuencia de desnutrición infantil. La mayor susceptibilidad del sistema nervioso para ser afectado por desnutrición abarca desde la mitad de la gestación hasta los dos primeros años de vida, periodo en el cual, el cerebro alcanza un crecimiento estimado en 1/7 parte durante el periodo prenatal y 6/7 partes durante el periodo posnatal. La desnutrición aguda puede ocasionar daño cerebral permanente en este lapso y con ello producir retardo del crecimiento antropométrico, cognitivo, emocional y en las funciones intelectuales Afortunadamente, la desnutrición infantil es prevenible y se pueden evitar diversas complicaciones sí es identifica a tiempo. Para clasificar la presencia de desnutrición en niños, se han propuesto diferentes formas, las cuales incluyen su origen, su intensidad y su tiempo de evolución. En cuanto a su origen, existen dos categorías, desnutrición primaria y secundaria, la primera se presenta cuando existe un consumo insuficiente de alimentos, lo cual suele presentarse como resultado de la carencia de recursos económicos. La desnutrición secundaria ocurre como resultado de la utilización inadecuada de los nutrientes por parte del organismo debido a problemas de absorción, utilización o demanda de nutrientes. En cuanto al grado o intensidad de la desnutrición se clasifica en tres categorías: Desnutrición leve o de primer grado. En este grado de desnutrición el organismo consume las reservas energéticas, pero el funcionamiento celular se mantiene en un adecuado estado. En la desnutrición moderada o de segundo grado los niños tienen agotadas las reservas de nutrientes, por lo que, en un intento de obtener los nutrientes y la energía necesaria, se produce daño orgánico. Por último, en la desnutrición severa, las funciones celulares y orgánicas de los niños se encuentran extremadamente deterioradas, por lo que, presentan un alto riesgo de morir.