Universidad Central de Venezuela Facultad de Ciencias Económicas y Sociales Escuela de Sociología ARTE Y CONSTRUCCIÓN DE CIUDADANÍA L A INFLUENCIA DE LA MIRADA SOCIOLÓGICA EN EL DESARROLLO DE TRES PROYECTOS ARTÍSTICOS DURANTE EL PERÍODO 2003 – 2009 EN CARACAS, V ENEZUELA. Enio Escauriza Sandoval. C. I. : 11.203.500 CARACAS, NOVIEMBRE DE 2010. Pag 27 a la 36 Poetas en tránsito Ficha técnica: Poetas en tránsito fue un movimiento de arte efímera y acción de calle desarrollado en Caracas entre 2003 y 2005 que buscó promocionar el acervo poético venezolano recitándolo en espacios públicos urbanos: transportes públicos, peluquerías, sitios nocturnos, empresas privadas, fiestas privadas, radio y televisión. Fue ideado en conjunto con Daniel Pradilla, Ingeniero de Producción (USB). Poetas en tránsito, que bien puede ser definido como un proyecto de “performance público poético”, a través de la intervención de los espacios públicos recitando poesía proponía a la calle como escenario del poeta, del poema y de quien recibe la poesía. El principal objetivo que teníamos Daniel y yo era mostrarle al ciudadano caraqueño que él era el verdadero poeta, al final de cada intervención entregábamos un fósforo y decíamos: : "El fósforo que tienen en sus manos, puede ser una idea. Todos nosotros, somos poetas en tránsito”, en este gesto así como cuando fuimos con pancartas poéticas buscábamos generar un llamado al diálogo entre el transeúnte y la ciudad. Planteábamos una desmitificación de la figura del poeta, o por lo menos de la visión que teníamos nosotros mismos de los poetas. Lo percibíamos como un personaje mítico, totalmente apartado de la cotidianidad de la sociedad, que no le cantaba a lo común y con las palabras que usa el común. Sentíamos que algo de lo contestatario implicaba explicar que la realidad a través de la palabra podía perfectamente convivir con las dinámicas cotidianas de la ciudad, abordábamos la ciudad como el espacio natural de la palabra escrita, el reto era cómo incorporar el poema como unidad y concepto para intercambiar con el ciudadano común que probablemente nunca había leído un poema. Ese reto lo encaramos con una serie de acciones de calle, algunas crecieron y maduraron por sí mismas en otras, lo que sigue es una crónica que trata de forma práctica y resumida sobre la experiencia de PET desde el comienzo al final. Para esto, repasaremos las distintas pantallas de la página www.poetasentransito.com, que fue construida y puesta al aire desde 2003, lo que sigue a continuación, con puño y letra de ese momento, es lo que dejamos por escrito de qué se trataba el proyecto en las preguntas fundamentales:¿Qué es? Poetas en tránsito es un experimento que en principio pudiera verse como dos personas que atacan con poemas al transeúnte que viaja en el transporte público, que espera el cambio del semáforo, que camina por la acera o que se reúne en la esquina, todo esto sin fin de lucro. ¿Por qué? Por creer que la poesía está en el transeúnte, la gente, en la ciudad y que esta genera una enseñanza para la urbe que somos todos. ¿Cómo? Poetas en tránsito tiene varios “modus operandi”: - Al que viaja en el transporte público lo acompaña durante su traslado - Al que espera el cambio del semáforo, le ofrece poemas en una pancarta - Al que camina por la acera, le recita en voz alta - Al que se reúne en la esquina, le acerca un poema ¿Cuándo y dónde atacan poetas en tránsito? • Jueves de 7: 30 a 8: 30 p.m.: Café del CELARG. Avenida Luis Roche con 3ra Transversal. Casa Rómulo Gallegos. Altamira. Caracas. Venezuela. • Viernes de 5: 00 a 7: 00 p.m.: Avenida Francisco de Miranda, entre El Muñeco y la Coromoto. Caracas. Venezuela. • Sábados de 3 a 5pm: Avenida México, entre Plaza Morelos y sur 19. Caracas. Venezuela. ¿Para qué Poetas en tránsito? Queremos una ciudad y como no la tenemos la andamos buscando, la presentimos en la gente que trabaja, que vive, ama y padece la urbe, esos verdaderos poetas en tránsito. Declaración de Principios • Nuestro público son los verdaderos poetas, los Poetas en Tránsito pretenden ser sus cronistas y aprender de ellos. • Poetas en Tránsito es una experiencia que aspira integrar poetas y público a la cotidianidad de la urbe, a través de la incorporación del poeta al espacio público. • Poetas en Tránsito intenta renombrar el espacio de la metrópolis que le es común a ciudadano y ciudadanía, mediante el aprendizaje que genere la interacción públicopoeta. • Pensamos que la gente que verdaderamente necesita poesía, esos poetas cinéticos, no es la que va a los recitales, sino la que transita, paga el transporte público y desea llegar a su casa, al descanso que se inventa. • Leemos textos de autores venezolanos, preferiblemente de la segunda mitad del siglo XX, cuya obra esté enmarcada en la cotidianidad urbana, textos que tengan que ver con la tarea de transitar, amar y en general vivir en una ciudad como Caracas. La tienda “Tu interacción con nuestra tienda ayuda a que poetas en tránsito consolide la calle como espacio poético.” Se vendían franelas 100% algodón, impresas por ambas caras con el logo de Poetas en Tránsito, en la página se describían con fotografías de la siguiente forma: • Rojo, sangre, ciudad y el desenfreno que producen las cosas detenidas. • Amarillo, el color de tránsito por excelencia. • No te detengas en el verde semáforo del Ávila ¡Dale con todo que tienes luz! Además de esto están los combos poéticos donde se ofrecían distintas alternativas que podían incluir desde la lectura del poema, hasta la caja de bombones: • Lectura de poemas dedicados en el lugar de tu elección • 1 Poema original impreso en papel con relieve • Lectura de poemas dedicados en el lugar de tu elección • 1 Poema original impreso en papel con relieve • 1 rosa • 1 Caja de bombones 250gr Poetas en tránsito: sus mecanismos de difusión Dejamos nuevas firmas poéticas, más de 3000 ataques poéticos, difusión por radio, cine y televisión, difusión a través de entidades educativas, qué nos llevamos, nos llevamos experiencias de ruptura, relaciones, nos llevamos reconocimiento y aceptación. Lo que empezó como una rutina de Daniel y mía fue creciendo por cuenta propia, nos llamaron productores de varios programas de radio interesados en las acciones de calle que hacíamos, así fue como tuvimos varios espacios en radios de alta sintonía en el país, armábamos poemas en vivo con los titulares de la prensa, conducíamos por 30’ un espacio donde intentábamos vincular creativamente al escucha con el ejercicio poético. Poetas en tránsito aparte de las rutas tenía presentaciones periódicas en bares de la ciudad con poetas de la escena del momento, invitados especiales y participaciones en fiestas, inauguraciones, reconciliaciones, quince años, cualquier momento y lugar donde fuesen requeridos sus auxilios poéticos. PET participó en el capítulo final de novela del prime time Cosita rica con su performance poético. En lo pedagógico, se realizaron talleres de formación poética, a través del cual los participantes se preparaban para ejercer como poetas en tránsito, les permitía lograr otras relaciones con su entorno desde lo poético. El funeral Así transcurrieron dos años, al cabo de ese tiempo, PET seguía demandando cada vez más un tiempo que nos salía muy costoso en términos económicos y también técnicos. Paralelamente a esto se dio una suerte de idealización, socialmente había que representar la poesía y a los poetas de Venezuela, entonces revisamos las razones fundamentales de PET: nos valíamos de la poesía para decirle al transeúnte que el verdadero poeta vivía dentro de él, hicimos una valoración personal y vimos que el objetivo estaba satisfecho, que se había logrado sensibilizar sobre el momento y lo importante de la reflexión en torno a el mismo, entonces fue cuando, antes de asumir la institucionalización como camino, decidimos ponerle fin al proyecto y para ello realizamos un último performance en 2005: un funeral en la Galería Nacional. En este sentido hay que hacer una anotación sociológica, se dio fin a este proyecto cuando nos dimos cuenta que en vez de generar un movimiento de nuevos creadores, se había generado una especie de idealización y progresivamente en vez de que la gente se ganara un espacio para hacer de su cotidianidad poesía, la gente derivó en nosotros la responsabilidad poética que nosotros tratábamos de entregarles. En ese sentido, nos dimos cuenta que Poetas en tránsito fue frágil ante las presiones del consumo cultural. Cuando González (2007) apunta algunas de las características sociales, culturales y de consumo de las generaciones jóvenes nos revela una necesidad en la juventud de recrear y seguir ídolos, siendo más escurridizos conceptos como el de héroes y batallas en el sentido de idealización. Nos convertimos en un “tipo ideal estructural” parafraseando a Weber, fue a partir de nuestra acción social que fuimos identificados como arquetipos, que lejos de incentivar en efecto dominó la creatividad de quienes eran intervenidos por nosotros, resultamos una solución personal e individual para los conflictos o felicidades más íntimas. Lamentablemente Poetas en Tránsito no estimuló a la gente a convertirse en creador, no en las dimensiones que esperábamos, estimuló la participación creativa de artistas alrededor de nosotros y podríamos hacer una lista de colaboraciones con personajes públicos de todo el país, sin embargo no del público general; la respuesta de la gente fue consumir lo que le dimos y disfrutarlo, nos convertimos en una solución del mercado para algunos, para otros fuimos el grupo literario de los noventa, otros nos señalaron como una simple gestión de mercadeo, lo cierto es que Poetas en Tránsito tuvo muchas respuestas individuales pero el impacto colectivo que teníamos se diluyó entre las necesidades de consumo de la sociedad que interveníamos, es decir la gente nos consumía, nos veía, nos disfrutaba pero no quiso asumir la poesía dentro de su vida cotidiana, no quisieron entender el poder del gesto poético y la palabra para afrontar una nueva visión de la ciudad. Por otra parte, Poetas en Tránsito no solo sirvió para comunicarnos con la gente, nuestro ejercicio de ciudadanía también invocaba el instante como respuesta. Se evidenció en la sociedad con la que nos relacionábamos que existía una fragilidad institucionalizada para relacionarse entre si misma y crear vínculos profundos. El tejido institucional con el que nos encontramos en ese momento era inconsistente, sin ánimo de hacer repasos históricos acababa de suceder el paro petrolero del 2002 que detuvo por casi tres meses el país y generó toda una nueva forma de comunicación política en Venezuela, los conflictos sociales estaban a flor de piel, en varias ocasiones fuimos detenidos por cuerpos policiales municipales y nacionales por la condición de protesta que ellos decían ver en nuestras acciones en el semáforo; el país vivía un momento muy difícil para tejer relaciones y vínculos sociales a largo plazo, en este sentido nuestro gesto poético en algunas ocasiones se mostró ante los medios como un acto de esperanza, que lo era, pero no era sólo eso, nuestro mensaje “Todos somos poetas en tránsito” se diluyó también entre una sociedad que aún hoy demuestra no valorar ni respetar el papel de la poesía dentro de su día a día y la responsabilidad del poeta frente a su sociedad. No ejercimos liderazgo en todo caso generamos una idolatría que nos era incómoda. La admiración que se volvía culto fue la carta constante que jugó la sociedad líquida en que vivíamos. Bauman (2005) al tratar de explicar nuestra “convivencia con el otro” describe como los procesos de reconocimiento e identificación se desvían o bien hacía el control y la subordinación o bien a objetos de adoración por parte de la sociedad de consumo. La condición de independiente del proyecto a su vez delimitaba una vida finita del mismo. Poetas en tránsito no tuvo réplica, podríamos decir que aunque la experiencia fue exitosa desde el punto de vista artístico y personal, desde la consideración social la gente no lo tomó para sí misma, aunque existan algunos ejemplos aislados de alumnos del taller y gente que se acercó a nosotros que tomó nuestra visión como un ejemplo. Sí generamos un proceso de identificación en tanto que nuestro impacto comunicacional trascendió los canales convencionales a través de los cuales se comunicaba el hecho poético y sus protagonistas. Vale decir que hicimos un esfuerzo por diluirnos en nuestra propia modernidad líquida cambiando de formas constantemente, tratando de ser un proyecto flexible y versátil sin embargo alrededor de nosotros estaba sublimado el acceso a la comodidad que ofrece el instante y la palabra en la mano de perfectos desconocidos que brindan un servicio de serenatas; éramos víctimas de una aspiración ilustrada colectiva pero de un deseo individual de consumo que resolvía esa entender la felicidad a momentos, a gotas. Una de nuestras fortalezas fue enlazar intereses comunes y recrear nuevos espacios de esos mapas mentales que terminaron depositando en nosotros la responsabilidad de su alegría instantánea, pero así mismo, ayudamos a salvar matrimonios, a reencontrar gente, a despedir gente de la vida, a celebrar nacimientos, renuncias, hicimos reír peluquerías enteras, ayudamos a soportar trayectos de miles de transeúntes, hicimos sonreír a policías y ladrones, prostitutas y damas, contribuimos al sueños colectivo del juglar que aparece y desaparece sin dejar rastro. Cuando comenzamos Poetas en tránsito, según el estudio epidemiológico de muertes violentas en Venezuela (1996-2006) realizado en el 2008 para el Centro de Estudios del Desarrollo (CENDES) por las profesoras Magally Huggins Castañeda y Diana Domínguez Nelson las muertes violentas eran la tercera causa de decesos en el país. Esa violencia que aún late en nuestro día a día era la primera causa para llevar adelante nuestro proyecto, hoy al paso inexorable de nuestra sociedad sabemos que hace falta mucho más que un movimiento poético para cambiar la forma en que se relaciona nuestra sociedad, pero aún creemos que la llave de la convivencia descansa en los pequeños gestos y esfuerzos cotidianos que las ideas impregnan. De recitar poemas a conversar o de cómo PET contribuyó al ser ciudadano caraqueño En 2006, Mercedes Medina desarrolló una tesis para obtener su licenciatura en Comunicación Social en la Universidad Central de Venezuela, que trataba sobre cómo tres expresiones artísticas construyeron espacios de comunicación en Caracas, estas experiencias eran: la Quema de Judas, el Museo Viviente de Mayra Bello y los Poetas en Tránsito, dibujó y analizó los procesos de acción, sus diálogos con el entorno y sus encuentros con el otro. Esta tesis utilizó como fuente de información entrevistas no estructuradas a mí y a Daniel, a continuación les transcribiré algunos extractos de interés para la reflexión que estamos elaborando. Algunas anotaciones de interés que hizo Mercedes: “Y es que lo que ellos buscaban era establecer ese contacto directo, íntimo, cómplice, con el citadino, el viandante, a través del verso, lo que se transformaba en una acción poética”. Del mismo modo, algunos fragmentos de la entrevista a mí y a Daniel: “… Nos pareció que podíamos replantear ciertos espacios urbanos, los autobuses por ejemplo, como lugares en los que podían leerse poemas, en los que podía ocurrir la poesía”. Por otra parte comenté: “con Poetas sentimos a Caracas como la ciudad de las cosas posibles, como una ciudad mágica absolutamente, y algo que se maneja, sin que la gente la tenga que conocer con ese nombre, es la cosmogonía de la ciudad, yo no sé si nosotros tenemos una ciudad, pero creo que tenemos una, y eso nos encanta, alrededor de ella construimos todos los mitos, todas las historias, todas las aventuras… es una aventura todos los días, esperando que la bala llegue y la bala llega, nosotros lo que queríamos decir es que hay formas de detener la bala y eso es a través del discurso, de la palabra, a través del amor, nuestro discurso era un poco de flor y no nos interesaba que la gente nos refiriera a ese cliché, pero bueno yo siento que en principio no es una ciudad”. Daniel comenta en la entrevista respecto a cómo Poetas en tránsito influyó en su proceso personal de relacionarse con la ciudad: “reclamar mi derecho a ciudadanía. Nadie puede decirme ahora que no pertenezco a esa ciudad, que le di la espalda, que no me adapté a ella, que no actué para hacerla un pelín menos horrible, que no le regalé algo, que no la hice mía. Soy un ciudadano caraqueño gracias a Poetas en Tránsito y esa es una deuda que jamás podré pagarle a Enio”. Resalta en la entrevista lo que Daniel y yo señalamos como el logro del proyecto: “que alguien nos haya sonreído. Haber construido una serie de amistades con la premisa desinteresada de regalarle amor a la ciudad. Haber comprobado la tesis de que se puede vivir de la poesía. Que a ti, dos siglos después, te interese esto”. Por mi parte: “… Creo que mucha gente lo logró hacer, entendió que la poesía no era nada más escribir en un papel, sino un gesto de amor por ejemplo… nosotros queríamos ser motor de una situación, el país tiene muchos problemas. Entonces ese era el juego …”. Uno de los desarrollos más interesantes que Medina (2006) propone alrededor de la experiencia de Poetas en tránsito lo resumiremos a continuación: “Los PET decidieron emprender una acción individual por los espacios públicos del valle caraqueño (de lo individual a lo colectivo) para entrar en contacto con los alter egos mediante la palabra, haciendo otros usos del espacio urbano, en este caso se pone a prueba lo lúdico, interactuar con el otro a través del acto poético. De esta manera el dúo de juglares re-significó los lugares, haciendo de un no lugar (un paso peatonal, por ejemplo) un lugar (el contacto con el otro por muy mínimo, despertar curiosidad y demás percepciones) de la forma más efímera, pues lo efímero, lo pasajero, es parte del tejido urbano, eso que se fuga sin dejar huella. Poetas en Tránsito fue una alternativa del uso de la palabra para un amplio receptor, valiéndose de un arte utilizado y muy arraigado en el llamado sector de los “letrados”, “poetas reconocidos”, para hacerlo accesible a un público no académico… Una práctica que formó relaciones, lugares-no lugares, transeúnte-poesía, poesía-ciudad y transeúnte-lugares, cuyo su destino era uno: la muerte.” En varias oportunidades nos encontramos de vuelta con gente que participó en los más de 3000 ataques poéticos que hicimos en la calle, en autobuses, en lugares tantos y tan variados, en unas cuantas ocasiones algunos nos mostraron que aún conservaban el fósforo y nos decían que éste les habría funcionado. Que realmente podrían tener una idea, que está en manos de todos. Alzar una voz para romper con el ruidoso silencio de la parada, que esa voz sea un reflejo, un cuento directo de ese contexto, que nos rompan la inercia con un espejo de palabras. Romperla para hacer de lo que está pasando una voz que recita poesía, detenerse para apreciar el pulso de lo que nos une como ciudad, ese querer seguir adelante que nos encuentra y nos manda a encontrarnos entre los unos y los otros, la poesía como una excusa, móvil, bala, disparo de ese momento en nuestro intento de conectarnos con la ciudad se nos revela un universo de sorpresas en el milagro de la vida en comunidad. Entendí que la ciudad tiene unos mecanismos para protegerse de quienes pretenden alterar el orden básico, la cotidianidad, la rutina, estudiando y analizando esos mecanismos comencé a tratar de proponer acciones que rompieran y desconcertaran las prácticas rutinarias. En los semáforos nos deteníamos, justo al aparecer la luz roja Daniel y yo con un par de pancartas en cada mano nos paramos en el rayado pintado para el peatón, sabíamos que el semáforo duraría 40 segundos, eso depende siempre del semáforo, no todos tienen la misma coordinación en los cambios de luz. Esta práctica a los pocos meses fue tomada por la publicidad, entonces vimos cómo nuestro ejercicio para dar otro momento a través de la palabra en la odiosa posición que significa caminar apurado ante el semáforo había sido devorado por la industria publicitaria, fue allí cuando comenzamos a tomar efectos publicitarios para construir lo que se convertiría en un proyecto que llegó a estar en el horario más importante de la televisión venezolana: “un capítulo final de novela televisiva” PET como fenómeno artístico – sociológico tocó arte y ciudad a través de la poesía, el acto poético y la calle, bajo el libre ejercicio de ciudadanía, específicamente el apartado referente al libre tránsito, PET propone al transeúnte como protagonista de la ciudad, nos ayuda a reconfigurar el ejercicio de la ciudadanía como un privilegio de los transeúntes, siendo un proceso importante entenderla como espacio lúdico, no como una carrera de obstáculos continua donde siempre tenemos la de perder. PET se hizo de una nueva forma de afrontar la cotidianidad apalancado en una producción cultural que operó como organismo vivo y surgió como nueva propuesta frente a los viejos esquemas esto además significaba el planteamiento de nuevas formas de comunicación de “lo poético”, con la acción más directa que fue recitar en el transporte público. Luego, los ataques poéticos hacían la conversación alrededor del arte efímero versus la historia del arte, la poesía, el poema y el poeta del 2000 55 Figura 6: Mapa de sistematización de las experiencias Elementos para la sistematización Proyectos Los objetivos Las actividades realizadas La población involucrada Poetas En Tránsito (PET) + Promover y difundir el acervo poético venezolano en espacios no convencionales + Experimentar personalmente otras relaciones con la cosmogonía de la ciudad + Lecturas de poesía en autobuses, cafetines, centros comerciales, fiestas, en medio del tránsito + El funeral: Fin del proyecto representado con un funeral en la Galería de Arte Nacional en 2005. Organicidad & Autosustentabilidad + Talleres de formación poética: eran impartidos por nosotros mismos para generar otras relaciones con el entorno desde lo poético +Rutas de lecturas de poemas en sitios no convencionales como: rutas autobuses, en medio del tránsito, peluquerías, calles, plazas, fiestas. +Participación y moderación de programas de radio (92.9 FM con “El show de la gente bella” y 107.3 FM “Las dueñas del circo“) + Participación en eventos especiales: inauguraciones, telenovelas. + Orgánico en tanto que evolucionó de dos intenciones personales y poéticas con la ciudad a un proyecto mantenido por el interés de la gente + PET tomó la forma de servicio poético, el proyecto generaba recursos para su sustento: serenatas poéticas, bares y restaurantes con fechas fijas, las ventas de todo nuestro material POP y los poemas a petición o por encargo Poetas En Tránsito (PET) + Talleres de formación poética + Televisión, radio, participación, intervención de espacios públicos , plazas, transporte publico, rayado del semáforo, peluquerías, teatros, cine. En el transcurso de la experiencia que fue PET, casamos gente, reconciliamos parejas, celebramos bautismos, asistimos a funerales, generamos alegría, la gente se reunía a escuchar poesía, la gente se montaba en el transporte público para vernos, Nuestros espectadores eran los transeúntes, intervinimos su cotidianidad, en nuestra página tuvimos más de 5000 visitas, hicimos más de 3000 recitales, estuvimos en todas las televisoras nacionales, en una televisora mexicana, en CNN en español, nuestra experiencia recibió cartas de felicitaciones de todas partes del mundo, sobre ella reposan una tesis de grado en la Universidad Central de Venezuela, una tesis de grado de la Universidad de Lousiana y otra en la Universidad Santa María, además bautizamos y patrocinamos por lo menos diez nuevas firmas poéticas en Venezuela. Colaboramos con casi todas las revistas del país, con el periódico El Universal, en el cual tuvimos una columna, y en nuestra página en aquel momento, hubo un blog que promocionaba a jóvenes poetas. + Privilegió los derechos humanos, promocionó de formas novedosas la poesía venezolana, incentivó a nuevos discursos de la poesía venezolana (Revista El Salmón), llevó la figura del poeta a la conversación cotidiana, cada una de estas acciones forman un gesto Reflexiones finales El futuro es impredecible, el pasado es crónica, el presente va muy rápido, debemos viajar en el tiempo, flotar, soñar, volar en el pensamiento para generar ideas, ser el mundo y no dejar de ser una persona, desproveerse de todo y a la vez poder encontrar todo en el vasto mundo de los pensamientos y las ideas, definitivamente la sociología es un vehículo intelectual vital para que este viaje se desarrolle comprendiendo todas las variables que genera un instante. La universidad y especialmente la escuela me entrenaron para reinventarme, en dinámicas tan sencillas como hábitos de estudio o tan complejas como el análisis y construcción de teorías, ellas diseñaron mis mapas intelectuales más secretos, a ellos los descubrí de nuevo en este trabajo que generó coordenadas de mi propio pensamiento que me permitieron acceder a un archivo de situaciones difuminadas en muchas líneas de tiempo y espacio. En ese sentido, poder conducir mejor la fuerza artística, heredada o no, y transformarla en ideas, proyectos andantes, acciones de calle, poesía con el marco que provee la escuela sociológica ha sido no sólo una oportunidad única y personal de vivir, sino también una fuente generadora de diálogos en la comunidad, por más pequeña que esta sea. Por una parte, todas las experiencias buscaron contar cosas, hablar con el otro, alzar la voz y sacudir un poco la rara inercia de la rutina, esto acompañado por un desarrollo estético y conceptual que visto de lejos hacen un solo trazo: la tesis, la idea, el tema de conversación. En PET, queríamos hacer saber que todos somos poetas en tránsito, todos en la calle, en el tráfico, en la cena, Las tres experiencias en este intento de conversar fomentaron la formación, el talento artístico, pero por sobre todo entablaron diálogo, contaron con ejecuciones valiosas durante su implementación para finalmente generar participación y reconocimiento en los ámbitos más variados la comunidad. Estas articulaciones fueron posibles gracias a que en diseño los proyectos tenían una estructura desarrollada y afinada como acción social tanto como artística, fueron concebidos con una visión de interdisciplinaridad ante una necesidad urgente y primaria de comunicarse con el mundo, que en mi caso partió de asumir mi curiosidad casi como disciplina y forma de vida. Los diálogos soñados entre transeúnte y la ciudad los he llevado a cabo, mis diálogos, esta necesidad se tradujo en esfuerzos y creatividad logrando que la diferencia, la libertad de pensamiento, la creatividad y la expresión puedan resumir estos proyectos. De allí que, adicionalmente a los ya escritos, pudiéramos decir que entre los fundamentos para hablar de construcción de ciudadanía están: • Libertad de pensamiento y lo distinto como construcción: La innovación sólo puede generarse si existen condiciones de plena libertad para las ideas y su materialización, entendiendo, que tales condiciones son particulares a cada espíritu, en mi caso la comunión entre la sociología y el arte, la interdisciplinaridad, fue una oportunidad para tener una visión panorámica de la posibilidad de construcción de ciudadanía a partir de proyectos artísticos. • La comunicación como herramienta social: En estos proyectos se intenta rescatar el valor de la comunicación como un hecho que efectivamente transforma la concepción de la vida de otros. En ellos el contenido que se comunica tiene muchas dimensiones en si mismo y comprenden varios aspectos sociales y artísticos sucediendo a la par en cada performance y toda la acción es un acción comunicacional además de tener protagonistas, este desdoblamiento del mensaje permite que en múltiples dimensiones se pueda abordar un mensaje alrededor de esa idea Daniel y yo salimos a las calles repartiendo fósforos, los fósforos eran las ideas, los poemas. Doña Ciencia y Don Arte propone la conversación de la ciencia con el arte, entre los más chicos y los mayores, entonces dos abuelitos representan ciencia y arte y cuentan a los niños de sus relaciones. Eniolandia.com, propuesta en la que a partir del resumen, del encierro, de lo multidisciplinario trato de inventar ciudades nuevas en la idea, en el pensamiento. Creatividad : La creatividad es un pilar de este resumen porque muchos proyectos han mutado y cambiado según su desarrollo y en ese sentido el aspecto creativo ha sido vital para poder amalgamarse a los cambios, además el proceso creativo de la construcción de la idea, la concatenación de variables y la permanente ramificación de estas tanto en la vertiente social como la artística en mi mismo han despertado que la búsqueda y la investigación se conviertan en un hábito de vida que apoya mi capacidad de asociación. Anexos Anexo 1: Entrevista con Daniel Pradilla (co-creador de Poetas en tránsito) “Enio y yo nos conocimos en un recital al que ambos habíamos sido invitados a leer. Al escuchar sus poemas de ciudad, pensé que yo los había escrito. Luego del recital, hablamos. Luego, bebimos sobre la idea de que la gente que iba a los recitales de poesía es siempre la misma: esos que consumen poesía, pero que no necesitan poesía. Inclusive, algunos asistentes a los recitales son poetas, pero no verdaderos poetas. Los verdaderos poetas no van a recitales. Los verdaderos poetas probablemente no sabrían distinguir un buen poema de un mal poema. Los verdaderos poetas no consumen poesía. La escriben. Pensamos que podía ser una buena idea recitar en lugares no convencionales. Cuando uno dice "recitar en lugares no convencionales", los más aventureros piensan en un bar en el que todos los comensales están gritando a la vez. Cuando los auto-llamados poetas quieren sentirse peligrosos, organizan un recital en un bar. Nosotros no queríamos ser peligrosos, queríamos leerle a los verdaderos poetas, queríamos transportar el recital y llevarlo al lugar donde debía ocurrir. Nuestra primera idea, fueron los autobuses. Pensamos que más allá de los poemas, debíamos dejar un mensaje, debíamos regalarle algo a la gente. Debíamos trastocar ese juego urbano en el que todo el que se monte de imprevisto en un autobús, pedirá dinero o venderá algo. Los poemas son, principalmente, ideas. Nosotros íbamos a regalar ideas. Ideas para la vida, para hacer menos amargo el tránsito por la ciudad. Ideas de auto-llamados poetas para los verdaderos poetas. Pero quizás durante un recital improvisado de noventa segundos, en un autobús durante una hora pico, el mensaje no llegaría claro. Había que reforzarlo de alguna forma. ¿Qué regalamos? Una idea. Una idea, representada en los comics por un bombillo ¿Un bombillo? No podemos regalar un bombillo a cada pasajero. Pero podíamos regalarles un fósforo, una idea finita, puntual. Mientras recitábamos, repartiríamos un fósforo. Y al final, remataríamos con una frase:"El fósforo que tienen en sus manos, puede ser una idea. Todos nosotros, somos poetas en tránsito". Donde "idea", "todos" y "nosotros" eran las palabras operativas. Buscábamos ser lo más explícitos posibles al resaltar el hecho de que nosotros, moradores de la ciudad más hostil de América, éramos poetas nada más por tener la capacidad de vivirla y sonreír a veces. Todos nosotros éramos poetas. En tránsito. El viernes siguiente (23 de Mayo de 2003), Enio y yo nos montamos en un autobús en el cruce de la Avenida Francisco de Miranda con la calle El Muñeco e hicimos un recital de dos minutos. Enio leyó, y yo dije la frase de cierre. Por el miedo que nos dio tal exposición, nos bajamos de inmediato. Todo el autobús aplaudió. Gracias a eso entendimos que la idea funcionaba. Gracias a eso, pudimos enfrentar los cientos de autobuses que vinieron después, en los que nos ignoraron sin excepción. Eso último no es del todo cierto. Nunca nos ignoraban por completo. Siempre, al menos una vez por día, había alguien que, luego de escuchar una palabra o frase clave, apartaba su vista de la ventana y nos escuchaba, electrocutado. Cuando eso ocurría, sabíamos que habíamos hecho el trabajo. Habíamos leído algo clave para el día de ese pasajero. Algunos aspectos formales: leíamos. No recitábamos de memoria. Creíamos en el respeto al texto y ese respeto lo manifestábamos a través de la lectura minuciosa. Leíamos de una carpeta, que renovábamos periódicamente, en la que incluíamos a poetas venezolanos de la segunda mitad del siglo XX. Poetas que hablaron de la ciudad, que intentaron comunicase con otros poetas. El recital estaba montado como un performance, por lo que no esperábamos reconocimiento. Nos uniformábamos. Vestíamos unas franelas naranja, con un logo y la inscripción "Poetas en Tránsito". La ausencia de reconocimiento no nos afectaba. Porque, en el fondo, leer a los poetas frente alos poetas, era para nosotros una terapia. Elegir un poema al azar y que ese poema nos hablara a nosotros y a la vez le hablara a un pasajero, era una terapia. Regalar 200 fósforos a gente que nunca volveríamos a ver, era una terapia. Nos ayudó a vivir en una ciudad hostil, una cuidad que no necesitaba ni quería poetas, ni ciudadanos. Una ciudad sumida en la dinámica perversa del juego político. Y en este caso singular, esa terapia terminó evolucionando hacia la locura: la idea de Poetas en Tránsito fue haciéndose más amplia y ganando en riesgo. Probamos otras rutas. En paralelo con los autobuses, nos instalamos en los semáforos en rojo, llevando pancartas con poemas urgentes que pudiesen ser leídos en un semáforo (idea que luego copiarían algunas agencias de publicidad). Tuvimos dos espacios en la radio, montamos una obra de teatro, grabamos tres discos y aparecimos en CNN. Nos llamaron poetas. Pero nosotros siempre supimos que los verdaderos poetas seguían viajando en autobuses, sin llamarse poetas. En mi caso particular, la experiencia de Poetas en Tránsito alivió los matices más amargos de varios desamores, me ayudó a vivir en esa ciudad demencial, a sensibilizarme ante el hecho de que nadie vive la ciudad de la misma forma, y por ende, ser ciudadano es, por sobre todas las cosas, ser tolerante. Pienso que entender y vivir a Caracas desde esa óptica, me salvó de la amargura. Poetas en Tránsito era también un experimento, y como tal, era finito. A los dos años de haber comenzado, encomendamos un ataúd para un niño de dos años e hicimos una misa falsa en la Galería de Arte Nacional. Nuestro último recital juntos incluyó un cura y una primera fila de viudas llorando. Durante el oficio, Enio y yo llenamos el ataúd con recortes de periódico, nuestros uniformes, carpetas y toda la memorabilia de Poetas en Tránsito. Ofrecimos donar el ataúd lleno a alguna institución, pero nadie lo quiso. Me parece que en una ciudad como Caracas, ser ignorado, olvidado, era el destino justo para ese niño de dos años. Anexo 2: Mapas de rutas de Poetas en tránsito • Jueves de 730 a 830pm: Café del CELARG. Avenida Luis Roche con 3ra Transversal. Casa Rómulo Gallegos. Altamira. Caracas. Venezuela. Figura 8: Mapa del Café del CELARG, escenario de ataque poético de los jueves. • Viernes de 5 a 7pm: Avenida Francisco de Miranda, entre El Muñeco y la Coromoto. Caracas. Venezuela. Figura 9: Mapa de Chacao, escenario de ataque poético de los viernes • Sábados de 3 a 5pm: Avenida México, entre Plaza Morelos y sur 19. Caracas. Venezuela. Figura 10: Mapa de Bellas Artes, escenario de ataque poético de los sábados