Echar Pa'lante La vida está hecha de palabras y relatos. Cuando aprendemos a hablar lo hacemos a través de lo que escuchamos. Antes, las historias tenían un enfoque de magia y mitos que se desprendían de la mitología, hoy por hoy, dado que las nuevas realidades nos han alterado los ritmos y las dinámicas, las narrativas han tenido que cambiar de tal forma que tienden a poner en el centro de sus historias al individuo. Así las cosas, ya no hablamos del mismo individuo de años atrás que vivía, se desarrollaba y estaba en un lugar x de la tierra, distante de otro; ahora hablamos de seres interconectados que nos movemos en un mundo en red, que padece fenómenos globales que nos han modificado los días a todos, independientemente de la posición, cultura, postura. Lo que da paso, tal vez sin percibirlo a una inteligencia colectiva, entendida como la capacidad concreta de un grupo o colectivo para solucionar situaciones que los afectan a la par de fortalecer sus lazos de cohesión. Sobre esta base se escriben de forma exponencial las crónicas y relatos emocionales del presente, que hacen parte de lo que se conoce como el big data, gobernable y entendible por la inteligencia artificial. Si quieren ver ejemplos por favor vayan a las redes sociales: hay de todo como en botica. Relaciones personales, estados de ánimo y amistades tacitas, desbordan en Facebook. Twitter es la tribuna para opinadores que cuentan con seguidores y detractores que generan polarización, broncas, rechazos y hasta celos; soledades, deseos y ganas de tener compañía en Tinder, el ideal de las metas profesionales, ambición y logros reputacionales en LinkedIn y la vitrina de ventas, egotecas y canal de amor o admiración en Instagram. En este panorama el storytelling, como una narración emotiva, relevante y simple que fue usado ya hace años por el magistral Martin Luther King como herramienta de reflexión para gestionar cambios y transformaciones, tras reflejar realidades con puntos de vista distintos. De ahí su poder para incidir sobre los comportamientos de las audiencias, para que están se piensen fuera de la caja, think outside the box y superen límites, de tal forma que logren reinventarse. Y ahí está el eje de esta reflexión: cambiar la narrativa demanda grandes esfuerzos emocionales y cognitivos, por eso he querido compartir el video del Gran Combo de Puerto Rico, que en 1962 hizo la canción -Y No Hago Mas Na'- y ante lo vivido, como dueños de su queso, de su canción y letra, decidieron casi 50años después, replantear la letra y hacer una apología al trabajo para animar a todos y Echar Pa'lante. Además del placer de ver a Rafael Ithier, Jerry Rivas, Luis Maldonado y otros grandes cantar con propiedad sus letras, es válido destacar que si puede hacer. Los cambios y ajustes son parte de la vida. Cada día es una nueva oportunidad para escribir nuestras historias, las mismas que como diría José Ortega y Gasset, versan sobre “Nosotros y nuestras circunstancias” que cambian y nos obligan a marcar nuevas rutinas. El mundo que conocíamos, cambió. La pregunta es si ¿nosotros cambiamos?