FUNDAMENTOS DE ECONOMÍA DE LA EMPRESA TEMA 1 1.1. LA CIENCIA ECONÓMICA DE LA EMPRESA La economía de la empresa pretende el estudio del comportamiento de la organización empresarial desde una perspectiva interna y externa, y esto a causa de una innegable interacción. La materia de estudio de la economía de la empresa es el análisis del comportamiento de la dirección de empresas y del proceso a través del cual se adoptan decisiones, ya que toda la empresa requiere una adecuada dirección que facilite la organización interna al mismo tiempo que la adaptación al entorno. Este equilibrio es el enfoque tradicional alrededor de un comportamiento racional o optimizador, donde cualquier decisión que se tome busca maximizar alguna cosa (beneficio, facturación, utilidades…) o minimizar otra (costes, pérdidas…). No obstante hay dificultades: por un lado, para procesar todo lo necesario para tomar la mejor decisión, y por otra, la dificultad de conjugar los intereses delos diferentes grupos de interés que componen una organización (stakeholders). Esto implica que a la hora de tomar decisiones se busque un objetivo de satisfacción más que una situación óptima. En esta línea, hay algunos principios en los cuales se asienta el equilibrio económico de la empresa: Productividad: significa relacionar la producción obtenida con los recursos de toda índole de utilidades, sea la que sea el área funcional en la cual se obtenga esta producción. Por tanto, todo lo que se haga y decida se tiene que hacer desde el prisma de intentar aprovechar al máximo los recursos físicos, financieros o humanos disponibles. Economicidad: Se pretende racionalizar la producción y los recursos utilizados desde una perspectiva económica, es decir, racionalizar de una manera coherente los recursos en términos económicos (costes) y la producción obtenida y puesta al mercado con estos recursos (ventas). Rentabilidad: Relación que existe entre los resultados empresariales, el beneficios netos y alguna magnitud de capital usado. La expansión de la empresa y entrada de nuevos inversores dependerá no solo de la cifra de resultados que la empresa obtenga, sino también de la rentabilidad que esta ofrezca. Organización: Cualquier trabajador ha de saber cuáles son sus tareas a ejercer, como ejercerlas y a través de qué medios conseguirá que su trabajo esté coordinado con lo que desarrollen todos los lugares con lo que se relaciona. Innovación: Todo lo que una empresa hace lo realiza persiguiendo una constante adaptación al entorno. La empresa necesita buscar nuevas materias primas que le permitan obtener sus productos en mejores condiciones de costes o calidad, necesita repensar la manera de producir, la forma de gestionar los recursos financieros, los productos o la manera de venderlos a sus clientes. Esto permitirá afrontar en mejores condiciones la rivalidad en el sector en el que compite. Crecimiento: Incremento del tamaño de la empresa. La globalización permite que una empresa nacional se diversifique a escala internacional como consecuencia de la utilización de una moneda única, la reducción de las trabas comerciales o administrativas a la instalación a los mercados de destino, etc. Pero también de tiene que enfrentar a nuevos peligros en facilitar estas condiciones la entrada al mercado nacional de empresas y productos procedentes del exterior. Este proceso está llevando a observar continuas reorganizaciones empresariales a través de fusiones, adquisiciones y alianzas. En consecuencia podemos definir la economía de la empresa como una ciencia social, preocupada por el comportamiento de los grupos humanos, que analiza la empresa como un ente individual, tratando de estudiar y determinar los principios que rigen su equilibrio y las interrelaciones que se suceden entre sus elementos y estos con el entorno con el que se relacionan. 1.2. ORGANIZACIÓN Y EMPRESA Empresa: ente organizado el objeto del cual es desarrollar una actividad más o menos compleja y arriesgada, a través del cual se persigue el beneficio / Organización con fin lucrativo: obtener beneficios y repartirlos entre sus propietarios Organización: grupo organizado de personas en el cual se utilizar una serie de recursos físicos, tecnológicos, financieros y humanos para la consecución de un fin, que puede ser lucrativo o no. Centrándonos en el concepto de empresa, podríamos considerarla como una realidad económica y social al mismo tiempo. En este sentido, la empresa es a la vez una unidad de producción, financiera, de decisión y sociopolítica. El análisis de estas perspectivas parciales nos permite entender las funciones y características que ésta tiene como una realidad económica. Unidad de producción: utiliza un conjunto de recursos productivos (materias primas, mano de obra, maquinaria, energía…) a los cuales añade valor o utilidad y así elabora bienes o servicios con los cuales atender las necesidades de sus clientes. Unidad financiera: necesita recursos financieros procedentes de diferentes fuentes para atender las necesidades corrientes (pago de salarios, a proveedores, impuestos) al tiempo que las necesidades de inversión en nuevos recursos (mobiliario, maquinaria, vehículos…) Unidad de decisión: todas las decisiones tomadas en la organización por los diferentes cargos directivos de diferentes áreas funcionales y niveles jerárquicos, persiguen la finalidad de la organización empresarial. “Factor directivo”: se encarga de administrar o coordinar todos los recursos corporativos, y desarrolla cuatro funciones: planificar, organizar, gestionar el grupo humano que dirige y controlar. Unidad sociopolítica: comunidad de interesas compuesta por diferentes colectivos, cada uno con sus propios objetivos personales y grupales, donde existe una función de utilidad corporativa hacia donde canalizan sus esfuerzos de manera colectiva. Realidad social: genera ocupación, riqueza a través del valor añadido, y canaliza la distribución de la renta, generando capacidad de pago. ELEMENTOS DE UNA EMPRESA Elementos materiales: recursos humanos (propietarios, directivos y operarios) y bienes patrimoniales (terrenos, instalaciones, mobiliario, maquinaria, sistemas informáticos… ) Elementos inmateriales: cartera de clientes, relaciones de confianza con los proveedores, alianzas con otras unidades empresariales, organización interna, imagen que su marca tiene en el mercado… Para materializar sus finalidades, las organizaciones desarrollan las actividades en unidades corporativas. Diferenciar los términos explotación, planta, sociedad y empresa. Explotación: Unidad técnica. Medios o recursos necesarios. Planta: Unidad física. Lugar físico donde se desarrolla la actividad. Sociedad: Unidad jurídica. Regula las relaciones legales que hay entre los diferentes propietarios de la empresa. Empresa: Unidad estratégica o de decisión. Agrupa las diferentes divisiones, plantas, o sociedades, si es que hubiera más de una, sobre la misma unidad estratégica o de decisión. Una vez nos hemos aproximado al concepto de empresa, hemos de detenernos a analizar los tipos de empresa según este criterio de clasificación: 1. Propiedad: Podemos diferenciar entre empresas privadas (capital es propiedad de personas físicas y jurídicas privadas), empresas públicas (capital es propiedad de administraciones públicas) y empresas mixtas. 2. Sector: Primario (explotación de recursos naturales), secundario (industrial) o terciario (servicios). 3. Tamaño: Grande (+250 empleados, +50·106€ facturación, +43·106€ activos), mediana (entre 249 y 50 empleados, 50·106€ y 10· 106€ de fact. y 43·106€ y 10·106€ de activos), pequeña (entre 49 y 10 empleados, 10·106€ y 2·106€ de facturación y activos) y microempresa (-10 empleados, -2·106€ facturación y activos) 4. Ámbito de actuación: Local, comarcal, provincial, regional, nacional, internacional… 5. Forma jurídica: Individual (aquellas empresas propiedad de una persona física y donde hay identidad entre empresas y persona física) o societarias (uno o varios socios aportan capital y/o trabajo un patrimonio colectivo para desarrollar una actividad empresarial sin que haya identidad entre la personalidad de las personas físicas y las de la sociedad). EMPRESA PRIVADA La personalidad jurídica de la empresa coincide con la personalidad física del empresario. Por ello, es propio de empresas de dimensión reducida. Sus principales ventajas son la flexibilidad estratégica y organizativa al no comprometer fuertes inversiones en equipamiento y en personal, y esto facilita la rápida adaptación al entorno y la agilidad en la toma de decisiones. Los inconvenientes son una excesiva concentración de riesgos por coincidir la empresa y el empresario, pues responde con su patrimonio personal los compromisos de la empresa; también hay problemas de dirección empresarial relacionados con la baja información en esta materia; dificultad para captar recursos del tema financiero; y problemas sociales, como peores condiciones de trabajo o economía sumergida. Sociedad mercantil La personalidad jurídica de la empresa es diferente de la de los socios. Las más habituales son la sociedad limitada, la anónima, la cooperativa y la laboral (limitada y anónima). Ventajas: al ser más grandes que una empresa individual, disponen de más capital; la responsabilidad teórica de los socios se limita a la aportación de estos al capital social; la dirección de las empresas suele ser más profesional; tienen más facilidad para transmitir (o vender) la totalidad o parte de la sociedad. Inconvenientes: el mayor tamaño hace que aparezcan colectivos con intereses contrapuestos, cada uno disponiendo de información de más y mejor información dependiendo de su posición dentro de la organización; tienen que cumplir más formalismos legales (número mínimo de socios, capital mínimo, inscripción en el registro mercantil…). Dentro de las sociedades mercantiles, cada vez es más importante el papel de las empresas de economía social, y dentro de estas las sociedades cooperativas y laborales. Son una sociedad mercantil que facilita el autoempleo, la participación en la empresa del socio, y el desarrollo económico y social. Ventajas: colaboración de varios socios permitiendo la obtención de economías de escala, es decir, reducción de costes relacionados con el incremento del tamaño de la empresa; los socios de impregnan de valores culturales de la empresa al ser al mismo tiempo trabajadores de esta; el hecho de que los trabajadores sean socios favorece la automotivación a la hora de afrontar proyectos y situaciones difíciles; participación de los trabajadores en los resultados empresariales; beneficios fiscales referidos a los tributos locales, al impuesto sobre transmisiones patrimoniales y actos jurídicos documentados y al impuesto de sociedades. Inconvenientes: problemas de autoridad y disciplina que se pueden producir con los trabajadores que al mismo tiempo son socios y propietarios; desinterés o falta de motivación de los trabajadores que no son socios por incrementar la productividad; los condicionamientos legales que regulan los dos tipos de sociedades limitan su crecimiento; las características de una sociedad cooperativa pueden desanimar las inversiones en ella. EMPRESA PÚBLICA Aquella la propiedad y el control de la cual recae sobre la administración pública. Su finalidad puede ser muy diversa, incluyendo la búsqueda de fines lucrativos. Se exige al sector público un mayor nivel de contención del gasto público, y en consecuencia, una mayor administración de los recursos públicos. Se suele criticar de este tipo de empresa la falta de eficiencia y la defensa de intereses ajenos a su finalidad. En este sentido, una solución sería una dirección más profesional y eficiente. No obstante, se ve coartado por el propósito y el control público, la composición de la empresa pública por un conjunto de empresas nada relacionadas entre sí y entre las cuales es difícil conseguir sinergias o complementariedades, y la falta de estímulos en la dirección de estas empresas a causa de su naturaleza pública. 1.3. EL EMPRESARIO: PROPIEDAD Y DIRECCIÓN La figura del empresario ha evolucionado a lo largo del tiempo adaptándose a las condiciones imperantes al mercado a cada momento. Enfoques históricos: Empresario como capitalista: Los economistas clásicos (Adam Smith 1776) prestaron poca atención al estudio de la empresa y del empresario. Para ellos, este era el propietario de los medios de producción y como tal no tenía otro papel en la empresa. Empresario como persona de negocios: Para Richard Cantillon (1755), el empresario es aquella persona que compra materias primas a precios concretos, las transforma en productos que vende a precios inciertos. En consecuencia, el empresario recibe una retribución incierta. Empresario como coordinador de factores: Jean Baptista Say (1803), diferencia la función (o rol) del capitalista de la función (o rol) del empresario. El empresario como tal es aquella persona que asume la dirección de la empresa, mientras que el capitalista es el que asume el riesgo de las posibles pérdidas que genere la actividad empresarial Empresario control: Alfred Marshall (1890) sigue la línea defendida por el enfoque anterior, según la cual el empresario es la persona que interpreta los deseos de los consumidores para convertirlos en productos que puedan satisfaces estas necesidades, al mismo tiempo que dirige los factores de producción. Empresario riesgo: Frank H. Knight (1921) vuelve a descargar sobre el empresario la principal función de asumir el riesgo de la actividad empresarial. Para el, el empresario recibe una renta residual incierta o beneficio como remuneración del riesgo que asume. Empresario innovador: Schumpeter (1911) señala que la principal función del empresario es la de innovar, mientras que la función del capitalista sería la de arriesgar. Precisamente, la introducción de una innovación proporciona al empresario una situación de monopolio temporal que le permite obtener unos beneficios extraordinarios. Esta situación se mantendrá hasta que otros empresarios copien o imiten esta novedad, volviéndose de nuevo a una situación de equilibrio de mercado. Empresario como tecnoestructura: El empresario tecnócrata J. K. Galbraith (1967) es propio de la empresa actual, grande y diversificada. Según este enfoque, la figura del empresario no es una cosa individual, sino que al dirección de la empresa actual recae sobre un grupo de técnicos especialistas en diferentes materias. EL EMPRESARIO EN LA ECONOMÍA ACTUAL Diferenciar dos conceptos: Propiedad: propiedad de una empresa es la persona o conjunto de personas titulares de la empresa (fundadores, herederos o adquisidores) Dirección: persona o personas que toman decisiones en la empresa para que ésta actúe con eficacia y eficiencia. El empresario en la economía actual sería aquella persona que uniese los roles de propietario y directivo. Así, una persona que solo tiene la propiedad de la empresa puede ser considerado únicamente un inversor, ya que su única intención es obtener ganancias de capital. Por otro lado, el individuo que únicamente tenga la función de dirección, sería un directivo. La complejidad del entorno que envuelve las empresas actuales aconseja que se resalten algunos tributos que ha de tener el empresario: capacidad de liderazgo, capaz de motivar e influir a su personal sin necesidad de hacer uno de su autoridad formal o jerárquica; experto estratégico, tiene que pensar en la viabilidad de su negocio a largo plazo; clara orientación hacia el mercado y hacia el cliente; buen comunicador tanto dentro de la organización como fuera; buena capacidad de negociación y de resolución de conflictos. 1.4. CONCEPTO Y ESTRUCTURA DEL SISTEMA DE DIRECCIÓN Conjunto de funciones o actividades desarrolladas por los directivos de cualquier organización lucrativa o no, y el objeto del cual es administrar los recursos corporativos. 4 funciones de administración: planificación, organización, gestión del grupo humano y control. La planificación implica la función directiva de definir objetivos y trazar los medios o las estrategias necesarias para conseguirlos. Esta función, objeto de la cual será la dirección de un plan, condicionará de función de organizar. En ella, la dirección de la empresa ha de asignar a sus subordinados tareas y responsabilidades que permiten conseguir los objetivos establecidos y complementar los planes elaborados. De la misma forma, los directivos tienen que dirigir el grupo humano que está bajo su responsabilidad. Es decir, tienen que hacer uso de su influencia para motivar a sus subordinados. Todo este proceso o ciclo administrativo se completa con la función de control, en que se establece la supervisión y corrección de las actividades y resultados con objeto de garantizar el cumplimiento de los objetivos de la organización. Estas funciones son desarrolladas por los directivos de una organización, y en este sentido podemos señalas 3 tipos de directivos o niveles de administración: Alta dirección: estos directivos ocupan los lugares jerárquicos de más rango y son los responsables de la dirección general de la organización. Mandos intermedios: dirigen una parte de la organización Supervisores: supervisan a los empleados de la organización que ejecutan el trabajo básico (operarios). La naturaleza del trabajo directivo en cada nivel es diferente, eso explica el tiempo que los directivos destinan a cada función de la administración. Así, en los niveles superiores las preocupaciones son globales y enfocadas a garantizar el éxito de la organización en el entorno en las que se encuentra, entonces podemos calificar las decisiones que se toman en este nivel como excepcionales (poco frecuentes), de gran envergadura y con una orientación temporal a largo plazo. En el nivel de supervisión, por otra parte, hay un carácter cotidiano y repetitivo de las tareas que los operarios realizan, que hace que los directivos vayan encaminados a animar o motivar a los subordinados para que cumplan sus funciones básicas. Las decisiones en este contexto son de naturaleza repetitiva, que afectan una parte de la organización y con una orientación a corto plazo. No tenemos que olvidar que todo directivo, sea cual sea su nivel jerárquico, ejerce en mayor o menor medida todas y cada una de las 4 funciones de dirección. En este sentido, los directivos necesitan una variedad de habilidades para desarrollar las funciones de administración adecuadamente: Habilidades técnicas: referidas a las capacidades relacionadas con la comprensión y aplicación de los conocimientos, procedimientos y herramientas específicas de una organización. Habilidades humanas: una de las características fundamentales de un directivo es que pasa una gran parte del tiempo interactuando con personas (subordinados, superiores, personas del exterior…), por tanto estas habilidades tienen que ver con la capacidad de trabajar de manera efectiva como miembro de una organización. El éxito de un administrativo dependerá de su capacidad de liderazgo, motivación y comunicación con la gente con la que se relaciona. Habilidades de conceptualización: están relacionadas con aquellas que ha de tener un directivo de percibir la organización que dirige como un todo, donde entiende las funciones que en esta se han de desarrollar para que se consigan sus objetivos, sabiendo manifestar la división del trabajo y la posterior integración de este trabajo, y donde reconoce la interacción de su organización con el entorno en el cual se relaciona. La importancia relativa de estas habilidades varía de acuerdo a cada nivel de administración: las funciones de alta dirección destacan la importancia de las habilidades de conceptualización, y las habilidades técnicas tienen una menor relevancia; de forma que bajamos el nivel jerárquico, la naturaleza del trabajo se hace más especializada y concreta, cosa que hace que las habilidades jerárquicas cobren cada vez más importancia, hasta llegar al punto más alto en el nivel de supervisión; las capacidades humanas constituyen un aspecto innato del trabajo de dirección, sea cual sea su nivel jerárquico. 1.5. TEORÍAS DE ORGANIZACIÓN Y DEL COMPORTAMIENTO ORGANIZATIVO La aparición de cada escuela responde a una evolución de crecimiento de la compejidad del entorno y las empresas: a medida que se estudia cada una de ellas, se observa y se entiende que cada una es el resultado del entorno económico, social y tecnológico presente en el momento histórico. Las ideas más recientes no han sustituido las ideas de las escuelas más lejanas en el tiempo. Escuelas clásicas / tradicionales Es la revolución industrial de los siglos XVIII y XIX el punto temporal a partir del cual surge la necesidad de estudiar la administración y las empresas. Las escuelas descansan sobre un principio básico y vigente como es la división del trabajo. Administración científica del trabajo: Su máximo exponente es Frederick W. Taylor (1856/1915). Su principal objetivo era incrementar la productividad en sus talleres de trabajo. Para ello proponía algunos principios. Racionalización del trabajo mediante la aplicación del método científico, intentando determinar los mejores métodos de trabajo, seleccionando a la persona más adecuada para cada una de las funciones y capacitándolos para poder ejecutarlas La determinación de los salarios relacionados con la productividad. El principal mecanismo de motivación del trabajador era el estímulo económico. La división del trabajo en actividades de administración, desarrolladas por los directivos, y actividades de ejecución, desarrolladas por operarios. Dirección Administrativa: Su máximo exponente era Henry Fayol. Su principal aportación fue dirigida al estudio del proceso de administración. Se considera el padre de la teoría de la administración moderna, y como tal formuló el proceso administrativo sobre la base de una serie de funciones que se aproximan a las que se pueden estudiar actualmente en cualquier escuela de negocios. Se enfocaba más en estudiar la estructura global de las organizaciones. Así, dividió en seis las principales actividades que toda administración realizaba y estableció 14 principios de administración. Teoría de la Burocracia: Su principal exponente era Weber (1864-1920), y señaló la burocracia como la organización por excelencia. Este modelo organizativo se caracteriza por una absoluta definición de las tareas, los procedimientos (o métodos de trabajo), la autoridad y la responsabilidad. Según Weber, el sistema de organización burocrático es especialmente conveniente en las organizaciones más grandes, ya que permite desarrollar de la mejor manera posible todas aquellas actividades que son rutinarias o repetitivas. Escuelas orientadas al comportamiento A partir de 1930 se desarrollaron un conjunto de escuelas interesadas en estudiar la influencia sobre el rendimiento del trabajador de los factores sociales y psicológicos del entorno de trabajo. Llegan las ideas sobre motivación, liderazgo, comunicación, organización informal, dinámica de grupos, etc. Escuela de Relaciones Humanas: Los estudios de Elton Mayo permitieron estudiar la influencia de las actitudes y relaciones sociales de los grupos de trabajo en el desarrollo laboral. Destacaron 4 cuestiones: El comportamiento del individuo está influido por el grupo de trabajo al que pertenece. El individuo tiene también motivaciones sociales: integración en el grupo de trabajo, participación, clima social, etc. La coexistencia, al lado de la organización formal, de una organización informal. Esto red de relaciones informales tiene una influencia decisiva en el comportamiento del individuo y grupo. La existencia del líder o persona capaz de influir en las otras sin necesidad de recurrir a instrumentos formales de autoridad. Escuela de las Ciencias del Comportamiento: Los principales exponentes son Chris Argyris, Abraham Maslow o Douglas McGregor. Para los defensores de esta escuela, un excesivo control sobre el trabajo del subordinado, propio de sistemas burocráticos, reprime cualquier necesidad humana de éxito, y por tanto, genera insatisfacción. En consecuencia, una mayor participación, autonomía y iniciativa de los trabajadores acompañada de lugares de trabajo atractivos, pueden proporcionar mayores niveles de productividad, y por tanto, más beneficios a la empresa. De todas las teorías de esta escuela, destaca la jerarquía de las necesidades de Maslow, según la cual las motivaciones humanas se clasifican de manera jerárquica desde las necesidades fisiológicas básicas, pasando por las necesidades de seguridad y protección, necesidades de pertenencia a un grupo social, de autoestima y acabando en las necesidades de autorealización. Escuela de Sistemas Sociales: Chester Barnard constituye el máximo exponente. Sus principales aportaciones van dirigidas al estudio de los aspectos conductuales, interpersonales y grupales que producen un sistema de cooperación. Según este autor, la dirección ha de crear una organización o clima de cooperación donde los diferentes grupos sociales consigan sus objetivos al mismo tiempo que consiguen los objetivos de la empresa. Escuela Matemática o Ciencia de la Administración Jogn Von Neumann y Oskar Morgenstern, con sus estudios sobre el proceso de decisión en las organizaciones, pueden ser considerados los padres de esta escuela. La principal aportación podría resumirse en el uso del lenguaje y de los métodos matemáticos en la resolución de problemas empresariales. Por eso, parten de la hipótesis del decisor racional, esto es, aquello que sigue una conducta optimizadora. Escuela Neoclásica Nace en los 50 con autores como Dale, Drucker, Sloan Jr. o Chandler Jr. Es una escuela que hace un esfuerzo de actualización de los planteamientos clásicos. Se retoma una visión pragmática de la administración, huyendo del excesivo protagonismo adquirido por las teorías de comportamiento anteriores. Se reformulan y actualizan los postulador clásicos y os principios de administración enunciados por Fayol. Se destaca la importancia de la administración y de los directivos como líderes del sistema organizativo. Se inicia el pensamiento estratégico aplicado a la administración de empresas. Se da gran valor a la consecución de objetivos y resultados. Escuela de sistemas Surge como respuesta a la excesiva focalización de las escuelas procedentes en aspectos parciales de la organización y al escaso análisis de la relación e influencia recíproca de esta con el entorno. El creador es Ludwig Von Bertalanffy. La principal aportación descansa en el estudio de la empresa como sistema abierto. Esto destaca, por un lado, la complejidad interna de una empresa o organización, compuesta por múltiples sistemas interrelacionados entre si buscando un objetivo en común, y por otro lado, la necesidad de adaptación a un entorno cambiante. LA EMPRESA COMO SISTEMA ABIERTO Una empresa obtiene, procedente del entorno, una serie de entradas o inputs, que son transformadas a través de un proceso de producción es unas salidas u outputs que vuelven a ser enviadas al entorno. Todo este circuido se encuentra retroalimentado a partir de la experiencia que la empresa va obteniendo de los aciertos y errores de sus decisiones y de sus acciones en cada momento. En todo el proceso vemos la inclusión del sistema empresa en un sistema superior o entono con el cual se relaciona de forma permanente. La teoría de sistema nos aporta también otros conceptos que son especialmente aplicables e importantes en la administración de empresas. Equifinalidad: significa que la consecución de un objetivo se puede conseguir a partir de diferentes estrategias o decisiones. Entropía negativa: hace referencia a la necesaria actuación de la dirección empresarial para evitar el desorden o desaparición de la empresa. Sinergia: la teoría general de sistemas se caracteriza por considerar la empresa desde un punto de vista global y no parcial. Precisamente, esta característica hace que los elementos que la componen sean complementarios. Se representa como 2+2=5, es decir, el conjunto es superior a la suma de los elementos por separado. Homeóstasis: la interacción de los elementos del sistema buscando alcanzar los objetivos de la organización. Hay diferentes formas de estudiar los subsistemas que componen el sistema de la empresa. 3 susbistemas: El subsistema del ciclo de explotación, compuesto por todos los subsistemas o elementos encargados de las funciones básicas de la organización: aprovisionamiento, producción y distribución y comercialización. El subsistema del ciclo del capital, que incluiría todos aquellos subsistemas o elementos encargados de la administración de los recursos financieros: financiamiento e inversión. El subsistema de dirección, que englobaría todos los subsistemas o elementos encargados de la administración de los recursos corporativos: planificación, organización, gestión de recursos humanos y control. Nuevos planteamientos Enfoque sociotéctino: Instituto de Relaciones Humanas Tavistock de Londres. Entiende la organización como un sistema abierto estructurado alrededor de dos subsistemas: el social y el técnico. Estudian la interacción entra la estructura social y la estructura técnica de la empresa, concluyendo que el sistema técnico ejerce importantes efectos en el sistema social y al mismo tiempo las características psicosociales de los trabajadores influyen en a forma de desarrollar los lugares de trabajo. En consecuencia, la organización de la empresa se ha de diseñar de tal manera que haya una consonancia o congruencia entre los aspectos sociales y los aspectos técnicos del trabajo. Escuela contingente o situacional: Burns y Stalker, Woodward o Lawrence y Lorsch señalan que la buena práctica de administración depende de las circunstancia particulares de cada empresa. Estas condiciones situacionales o particulares de cada empresa se denominan factores de contingencia, e incluyen tanto factores internos como externos, tanto objetivos como subjetivos o personales. En consecuencia, no se puede aceptar que haya un manera óptima y universalmente válida de administrar cualquier clase de empresa. Enfoque de Estilos de Dirección: Henry Mintzberg, a partir del análisis de cinco directores generales de diversas organizaciones, pretende explicar el comportamiento de los directivos. Consiguió diversas conclusiones importantes: por un lado, los directivos ejercer diversos roles de información (relacionados con la obtención y trasmisión de información), de decisión (relacionados con el aprovechamiento de oportunidades y la solución de problemas) y interpersonales (que tiene que ver con la relación que mantienen que otras personas de su propia organización o de unidades externas); por otro lado, el trabajo directivo se caracteriza por la brevedad (dedica poco tiempo a cada una de las tareas), la variedad de tareas que ejerce y por sufrir constante interrupciones en el desarrollo de su trabajo. Enfoque operacional: Harold Koontz y Heinz Weihrich. Integra los conceptos, principios, técnicas y conocimientos de diferentes campos científicos aplicables al ámbito de administración de empresas. Así, articulan sus conceptos a partir de cinco funciones de administración: planificación, organización, integración de personal, dirección y control.