Subido por Ricardo Carrión Pavez

Ensayo ¿Qué hace a un líder? de Daniel Goleman

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UNIVERSIDAD DE LA SERENA
Facultad de Ciencias Sociales y Económicas
Magíster en Liderazgo, Dirección y Comunicación Estratégica
9º versión
Ensayo: ¿Qué hace a un líder?
Daniel Goleman
Profesor
Carlos Díaz Lastreto
RICARDO CARRIÓN PAVEZ
Diciembre 2018
1.- “… mi análisis reveló que la inteligencia emocional desempeña un papel
cada vez más importante en los niveles superiores de la organización, donde
las diferencias de destrezas técnicas son insignificantes. En otras palabras,
cuanto más alto sea el puesto de un profesional estrella, más se podrá atribuir
su eficacia a sus capacidades de inteligencia emocional”. Pág. 3.
La nueva valoración de la habilidades blandas frente a los conocimientos
técnicos, las destrezas y la capacidad de análisis, son el resultado de esta nueva
mirada o enfoque del liderazgo que plantea Goleman. Su cambio de perspectiva
que apunta hacia la compleja naturaleza del ser humano y no sólo a su capacidad
de razonar, acierta de lleno. Al otorgar más importancia al lado emocional,
humaniza la condición de líder, ya que, si solo bastara con una alta capacidad de
análisis, hasta un algoritmo podría liderar una organización. Ahora, gracias a este
nuevo enfoque, liderar una organización o un grupo de personas implica no solo
pensar en cómo llegar a un objetivo, sino también como adaptar la estrategia a
las personas que la llevarán a cabo, las interacciones entre ellas y el líder. Cómo
el líder reaccionará cada día frente a un plan establecido es mucho más
importante que el plan en sí. Es por ello que, mientras más alto sea el puesto de
un líder en una organización las destrezas técnicas que siempre son
significativas, adquieren menos relevancia en comparación a la gestión de sus
propias emociones para influir sobre los demás y así alcanzar los objetivos,
sacando provecho de las destrezas de los que se sitúan en niveles más
operacionales. El mérito de Goleman no fue descartar la importancia de la
destrezas técnicas del concepto de líder, sino de dilucidar que existen otros
factores más importantes que se complementan con ellas, profundizó en un
terreno donde solo se le daba importancia a la superficie, y más aún, determinó
que la inteligencia emocional es todavía más específica, y que está estructurada
por cinco componentes: autoconciencia, autorregulación, empatía, motivación y
habilidades sociales.
2.- “La autoconciencia es el ingrediente primordial de la inteligencia
emocional. Las personas que poseen un fuerte grado de autoconciencia no
son ni extremadamente críticas ni confiadas en exceso. Más bien son honestas
consigo mismas y con los demás”. Pág. 3.
Goleman afirma que la autoconciencia es el ingrediente principal de la
inteligencia emocional. Y lo es, porque para poder tener control sobre las
emociones es indispensable conocerse a sí mismo. Podría pensarse que todos los
componentes deberían tener la misma importancia y que ninguno debería ser
primordial, pero para poder aplicar la inteligencia emocional, el líder o cualquier
persona, debe partir por conocer cuáles son sus niveles de desarrollo de cada
componente, o por lo menos debe entender que tiene inteligencia emocional, y
para ello debe indagar primero en él. Un líder debe ser consciente de cuáles son
sus fortalezas y debilidades, sus límites y mayores potencialidades. Debe ser
franco consigo mismo y con los demás sobre lo que puede hacer y cómo lo puede
hacer de acuerdo a sus características propias. Si siente miedo, tristeza,
felicidad o ira, debe tener la capacidad de discernir qué le está causando ese
tipo de emociones y, al saberlo, poder gestionarlas de acuerdo a la situación o
contexto en que se encuentra en determinado momento. Por lo tanto, tiene la
capacidad de autoevaluarse, lo que le permite dar lo mejor de sí planificando sus
acciones a partir de sus recursos e intuiciones.
3.- “Ningún líder es una isla. Al fin y al cabo la misión del líder es lograr que
el trabajo se haga a través de otras personas, y las habilidades sociales lo
hacen posible”. Pág. 10.
Al contrario de la autoconciencia que representa la relación con uno mismo, las
habilidades sociales se refieren a las relaciones con los demás, algo vital para un
líder. Ya que, como afirma Goleman, ningún líder está solo ni hace todo el
trabajo él mismo. En cierto sentido, un líder con habilidades sociales implica que
no se impone como el único capaz de hacer las cosas, sino que requiere ayuda de
los demás, pone en evidencia que los aprecia y reconoce sus capacidades. Debido
a esto ,sabe relacionarse con ellos para conseguir sus objetivos personales o
laborales. Pero es una habilidad que trasciende mucho más allá de la misma
organización. Las habilidades sociales permiten tener una gran red de contactos
que incluso pueden incluir a personas de la competencia. Ningún lazo es
inservible, todo puede aportar. Y esto se logra por medio de la aplicación de, por
ejemplo, la autorregulación, en donde el líder controla sus impulsos y emociones
y genera contactos con personas que pueden ser muy difíciles de abordar o que
no sean agradables. También puede recurrir a la motivación, generando
entusiasmo en los demás, y así conectar con otras personas, o a través de la
empatía, teniendo en consideración los sentimientos de los demás para crear
lazos con ellos. Tener habilidades sociales le permite a un líder a través de la
aplicación de los componentes de la inteligencia emocional conseguir influir en
las personas de diversas maneras y crear equipos de trabajo, ya sea
comprendiéndolas, con humor, con ayuda, solucionándoles problemas, con el fin
de que aquellas personas lo ayuden a alcanzar sus objetivos, ya sean a corto o
largo plazo, o incluso los que todavía no existen, pero que lo harán en el futuro.
Al utilizar habilidades sociales siempre está enfocándose en lo que vendrá.
4.- “¿Hay investigaciones científicas que sugieren la existencia de un
componente genético en la inteligencia emocional. Estudios psicológicos
sostienen que la crianza también desempeña un rol. Quizás nunca se sepa
cuánto corresponde a cada cual, pero la investigación y la práctica
demuestran claramente que la inteligencia emocional se puede aprender”.
Pág. 4.
Como bien afirma Goleman, la inteligencia emocional es algo con lo que se nace,
pero no viene completamente desarrollada. Puede ser que, una persona nazca
con alguno de los componentes más desarrollados que otros, por ejemplo, puede
nacer con una alta empatía, pero con muy poca habilidad para relacionarse con
los demás. Y así puede suceder con la autorregulación, la autoconciencia y la
motivación. Es por ello que, a partir de la crianza y a medida que se van viviendo
experiencias, relacionándose con la sociedad, una persona puede ir desarrollando
en mayor o menor medida los diferentes componentes de la inteligencia
emocional. Pero no es algo que sea equitativo, puede ser que a pesar de todo,
solo se desarrollen algunos aspectos y no todo el conjunto, o simplemente nada.
Goleman afirma que madurar es precisamente desarrollar la inteligencia
emocional, pero que, hay personas que durante su vida no lo logran, y si quieren
desarrollarla, requieren de un programa de entrenamiento. Pero normalmente
esos programas se basan en hacer trabajar la parte analítica del cerebro (el
Neocortex) y no la parte emocional (el sistema límbico) que es donde está
alojada la amígdala. Entonces, para poder desarrollar la inteligencia emocional,
se debe someter a las personas a un entrenamiento hecho para hacer trabajar los
neurotransmisores del sistema límbico, y por sobre todo, la persona debe querer
hacerlo, tener la predisposición y el entusiasmo de que querer mejorar sus
niveles de inteligencia emocional, solo así, se podría aprender. Entonces, no es
tan simple desarrollarla, debe existir un esfuerzo consciente de querer hacerlo y,
además, entrenarse para ello. Puede ser que ser que al denominarse habilidades
blandas se tienda a pensar de que son fáciles de aplicar y que se da por hecho de
que ya las poseemos y sabemos utilizarlas, pero lo cierto es que encierra una
gran complejidad encauzarlas de manera adecuada. Aprender algo nuevo parece
mucho más simple porque no tenemos ideas preconcebidas al respecto, pero
cambiar algunas de nuestras conductas, algo que ya tenemos integrado en
nuestro sistema, es complejo. Desarrollar inteligencia emocional requiere traer
al consciente actitudes que se manifiestan de forma inconsciente, y así poder
cambiarlas.
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