Subido por Javier Morales

Historias de Las Barrancas y Lo Prado

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{Memorias  de Barrancas}
“MEMORIAS DE LAS BARRANCAS Y LO PRADO”
Los orígenes, el pasado y el presente.
Rescate de la Memoria Lopradina desde la
Historia de los Barrios.
Proyecto Clubes Sociales y Culturales e Historia de Lo Prado
FNDR 2011, GORE.
Departamento de Cultura Municipalidad de Lo Prado.
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{Memorias  de Barrancas}
• Texto e investigación historiográfica: Araucaria Rojas
Sotoconil, Proyecto Clubes sociales y culturales e Historia
de Lo Prado
• Coordinación general y orientación temática general:
Patricia Requena Gilabert, Encargada Departamento de
Cultura. Municipalidad de Lo Prado.
• Diseño y Diagramación: Marcello Cariaga
Departamento de Prensa Municipalidad de Lo Prado
• Corrección de texto y transcripción de entrevistas:
Hernán Adasme Herrera
• Impresión: Imprenta Gráfica Loreto
•Primera Edición: Septiembre 2012, 1000 ejemplares
®Todos los derechos reservados.
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{Memorias  de Barrancas}
Indice
Presentación
Pag.
4 ...8
Capítulo I. Introducción: Las memorias de Lo Prado
Pag.
9 ... 12
Capítulo II. “Vamo`a tomar el coche pa` las Barrancas”:
Breve introducción a la historia de las Barrancas
Pag.
13 ... 24
Pag.
25 ... 34
2. “El sueño de toda una vida”:
Las villas Kennedy, Ecuador y Parque Alameda (1961- 1971)
Pag.
35 ... 40
3. “Después postulé a casita y me dieron
el subsidio”: Poblaciones Manuel Rodríguez y
Pudahuel (1965-1970)
Pag.
41 ... 46
4. “Sitio o Muerte ¡Venceremos!”:
Tomas y formación de campamentos Che Guevara y
Bernardo O`Higgins (1970-1973)
Pag.
47 ... 54
5. “Tiempos de cambios, ya no era lo mismo”:
El periodo de la dictadura militar (1973-1989)
Pag.
55 ... 60
Capítulo IV. “Para mí, Lo Prado es la vida”:
Reflexiones actuales.
Pag.
61 ... 66
Bibliografía
Pag.
67 ... 71
Agradecimientos
Pag.
72
Capítulo III. Lo Prado, la cuna de mi vida
1. “Todo se hizo con la fuerza de la gente”:
Loteos y surgimiento de las Poblaciones
Lautaro, Blanqueado y Jardín Lo Prado (1930-1960)
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{Memorias  de Barrancas}
Presentación
Reconocer nuestra raíz... entre todos!
“Clubes Sociales y culturales para fortalecer la identidad lopradina” ha sido el
lugar desde donde los lopradinos han vuelto a reconocer la importancia de vivir juntos, de disfrutar y mejorar la experiencia de la
comunidad, creando espacios de convivencia y aprendizaje, compartiendo la cultura del juego, el baile y la alegría, de este modo
fortaleciendo los grupos humanos que habitan esta comuna y sus
territorios, con sedes y plazas, plenas de música y bailes, sedes
abiertas a la diversidad y al juego, a la diversión, a compartir y
soñar, reconvirtiendo sedes silenciosas y cerradas, en espacios
para el encuentro y la convivencia. Es así como este proyecto,
financiado por el FNDR 2011 y realizado por el Departamento de Cultura de la Municipalidad de Lo Prado conjuntamente
con dirigentes y vecinos, logró la instalación de clubes sociales
con identidad Lopradina en los cuatro territorios de la comuna.
En paralelo, el proyecto se propuso recoger la memoria de la
comuna a través de entrevistas recopilando la historia por las
calles a la manera tradicional, con una mirada mas allá de las
fechas y los personajes históricos que conocemos; rescatando
lo común lo cotidiano, al protagonista de esa historia humana, heroica y también colectiva, que con sus penas y alegrías,
con sus esfuerzos y sueños construyeron poblaciones, villas,
barrios y condominios, logrando finalmente la comuna de Lo Prado.
Al desentrañar estas historias con jornadas de conversación, recopilaciones y entrevistas, logramos comprender como fue posible generar, calles y pasajes, vías de circulación con iglesias,
plazas y parques, lugares de encuentro y sedes vecinales, espacios
en los que hoy convive el autentico lopradino como una suma
de voluntades y decisiones producto del día a día y del quehacer de las primeras generaciones. Nada surgió espontáneamente,
ni de héroes y personajes lejanos; todo lo contrario, todo fue
realizado por, vecinos y vecinas que han sido parte de esta gran
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{Memorias  de Barrancas}
familia, allí está la raíz; en los relatos y en lo que diariamente
hicieron para construir la vida comunal, su propia identidad, el valor de lo propio, lo que hace la diferencia con otras
comunas, la identidad propia del habitante de esta comuna.
Destacamos en primer lugar que Lo Prado es una comuna bella, rica en memoria y de una diversidad extraordinaria. Desde los relatos, los archivos, las fotos, los recortes,
las reuniones, los cuentos..., descubrimos que fuimos un
caserío rural; fue cuando nacían y crecían Santiago y
Valparaíso, viendo pasar a las personas que transitaban el
camino en sus lentas carretas entre estos dos poblados. Ese
caserío fue habitado por inquilinos, de los cuales heredamos
el valor del trabajo y el cariño por la tierra. También de ellos se
heredó la lucha; quienes se organizaron en forma destacada,
logrando mejores vías de transporte, mejoramiento en sus condiciones de vida y trabajo, junto a otra serie de reivindicaciones.
Destacamos también que Lo Prado es producto de soñadores que
nacieron del anhelo de habitar una casa decente y digna, sueños desde
los cuales surgieron los loteos, las poblaciones, las villas, las tomas,
las erradicaciones, los campamentos mas emblemáticos de nuestro
país, Podemos decir hoy, que todos fue hecho con unión y esfuerzo,
nada fue gratis. También es claro que en medio de esas luchas se gestó
una forma especial de seres humanos, aguerridos, solidarios, con
una sensibilidad especial con la tierra, con sus calles y su vida social.
También Lo Prado huele a dolor, a las penas de las pérdidas y la
violencia social que afecto a muchos de sus hijos; hoy se intenta sanar, pero apenas se profundiza mas allá de las heridas, aparece una
paz donde lo valioso es el recuerdo de muchos hombres y mujeres que
por diversas razones murieron luchando por la dignidad para todos.
Una sorpresiva característica de la memoria de los
lopradinos, surge de sus sonrisas al recordar desde Barranca,
sus fiestas, ramadas y fondas comunales. Estas actividades duraban varios días tal como se describe en el Capítulo II de este
libro. Así, podemos decir que es maravilloso descubrir bajo las
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{Memorias  de Barrancas}
cortinas, aun con el sonido de las rancheras en las antiguas
picadas como el Colo Colo o el Curicó; ahí se asentaron vecinos
que traían en su memoria, la idea de las cantinas y los bares del
norte chileno para instalar en esta tierra su alegría y provisión.
Curiosamente, a pesar de que algunas autoridades y medios
de comunicación se opusieron a esos espacios de sociabilidad y
alegría, ellos sobrevivieron y se transformaron incluso en formas organizadas de celebración; los lopradinos aun recuerdan y
añoran los clubes deportivos y sociales en los que se juntaban
todos como iguales, algunos incluso con tiempos para educarse,
leer, disfrutar de la vida social y cultural de la época. Así, el rescate
que presentamos en este documento recuerda especialmente a los
Centro Social Selecta, Club de tiro al blanco Patria i Libertad (sic);
Clubes de fútbol como Francisco Gerrer, Mares unidos, Prat Star,
Buenos Aires Atlético, Garibaldi, Juan de Dios Morandé Vicuña; de
Chueca, Lautaro Chueca Club; además de otros de boxeo y billar.
Junto a los Clubes, estuvieron las recordadas Quintas de Recreo, espacios llenos de alegría y vecindad, formas
de ser un poco olvidadas,
que aun añoramos recuperar.
En las entrevistas y las jornadas realizadas para desarrollar esta
investigación, participaron muchos vecinos que verán reflejados
sus recuerdos y esperanzas en estas páginas. Sin embargo queda
mucho por descubrir y sobre todo que compartir. El compromiso
municipal es continuar, profundizar y difundir la memoria que aún
falta con sus detalles y coloridas diferencias. Necesitamos aquel espejo de la vida, que nos vuelva a decir que somos una colectividad
fuerte, orgullosa, y soñadora, luchadora y por sobre todo Lopradina
Gonzalo Navarrete Muñoz
Alcalde Municipalidad de Lo Prado
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• Lienzo pintado por: Cristian Ferrada, Muralista Lopradino
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Autor Fotografía Patricia Requena
{Memorias  de Barrancas}
• Restaurant Colo Colo, Villa Jardion lo prado, 2012.
Autor fotografía Araucaria Rojas
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{Memorias  de Barrancas}
Capítulo I.
Introducción
Las Memorias de Lo Prado
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Si bien la comuna de Lo Prado se constituye como tal el año
1984, cien años antes su territorio ya había sido ampliamente
dotado de vida y sociabilidad. Esta breve investigación, nace
de la inquietud por realizar una aproximación hacia la historia de este territorio, utilizando como fuente principal la
voz de sus vecinos. Para ello, se han realizado una serie de
entrevistas, cuyo objetivo principal ha sido develar desde
dónde migraron sus habitantes para radicarse en la comuna,
cómo labraron sus luchas por la vivienda y cuáles han sido
sus espacios de encuentro. Hallar asimismo, el lugar donde
la intimidad de sus vidas se empalma con hitos de una historia nacional, generando muchas veces cambios y dolores.
Nos hemos servido además de la realización de Jornadas de
Memoria, en las cuales se propició una conversación con
los vecinos en torno al recuerdo y descripción del espacio que habitan. Se generaron mapas donde fueron destacados los lugares más significativos: escuelas, canchas de
fútbol, quintas de recreo, mataderos, etc. Se ha pretendido además, dar cuenta de una búsqueda bibliográfica
que narrase en términos históricos, el lugar que ocupaba
Barrancas en el Santiago del siglo 19 y comienzos del 20.
Las Barrancas y Pudahuel, han sido nombres dados a un
territorio en el que acontecieron historias múltiples y extensas, que cristalizan en la denominación actual de Lo
Prado. Se ha creado aquí un espacio eminentemente diverso,
compuesto por distintos actores sociales que terminaron por
coincidir en sus experiencias y luchas. Esta composición plural no ha estado exenta de conflictos, pues ha requerido comprender y aceptar la diferencia que lo conforma. Muchos de
esos elementos, tienen disímiles proveniencias: migrantes de
todos los lugares del país, en búsqueda de un mejor porvenir.
Distintos hitos a nivel nacional, marcarían la fisonomía de
este espacio, poblado por obreros de toda índole, mineros
salitreros desempleados y sureños cuyo hogar fue destruido tras el terremoto de 1930 y 1960, respectivamente.
Todos ellos estamparían un sello perdurable y profundo,
vinculado al tesón y firmeza con que cimentaron su entorno.
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{Memorias  de Barrancas}
De modo silencioso e invisible, la migración mapuche ha
dado a la comuna una riqueza particular de larga data, expresada en sus conocimientos medicinales, la educación
bilingüe y la práctica de sus deportes tradicionales como el palín.
Clubes deportivos de comienzos del siglo 20, ya daban
cuenta de esta importante presencia, ejercitando muchos de ellos lo que por entonces denominaron chueca.
Junto a las Quintas de Recreo, los Clubes Sociales y Deportivos proliferaron en todos los espacios de la comuna, volviéndose una de las formas de sociabilidad más
relevante entre los habitantes. Los modos de convivencia
situaron a esta diversidad de actores en espacios donde
encontrarse, posibilitando su coexistencia y asociación.
Los testimonios recopilados, aportan sobre todo en el reconocimiento de múltiples lugares, trazando una verdadera geografía
de la comuna. Allí, se valoran profundamente los espacios
públicos, como canchas de fútbol, ferias libres y paseos. Con
un aura mítica perduran también los recuerdos del matadero:
“El Matadero era extraordinario, porque los animales jugaban con los cabros, los correteaban y qué sé yo. Cuando estábamos cabros nos íbamos a
meter a los corrales del Matadero Blanqueado a jugar y ahí se veía cuando
mataban a los animales ¡sangre por todos lados!” 1
Otra característica frecuentemente recordada por los
entrevistados, está relacionada con el suelo y el entorno
que ocupa este territorio. Muchas historias cuentan sobre
las inmensas lagunas que habrían existido antes de poblarse
la comuna, además de la gran cantidad de chacras cultivadas, que ofrecían parajes verdes y fecundos. El suelo compuesto por caliza -remanente de actividades industriales
y mineras- es otra particularidad de esta zona, que sus
habitantes reconocen profusamente. Además, fiestas locales, cines, circos y plazas, configuran todo un imaginario
de los lopradinos, que los identifica y constituye como tal.
En ningún caso se ha realizado una investigación que homogenice los relatos recopilados, pues precisamente un
punto de atención, ha sido registrar la diversidad que
los cohabita. Todas las memorias que se exponen a continuación, se articulan en relación con la comunidad,
con pensarse en colectivo y realizar batallas conjuntas.
Los recuerdos que aquí se plasman, hablan de los espacios donde ellos se encontraron y aún encuentran; sitios
donde la lucha, la solidaridad y el compañerismo se han
hecho carne, permaneciendo vivos, concretos y actuales.
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1
Entrevista a Octavio Osorio, Población
Lautaro, abril 2012.
{Memorias  de Barrancas}
• ferrocarril oeste feso, 1964, san pablo.
Fotografía aportada por vecino villa lautaro, juan carlos ibacache
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{Memorias  de Barrancas}
Capítulo II.
“Vamo`a tomar el coche pa` las barrancas”
Breve Introducción a la Historia de las Barrancas
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{Memorias  de Barrancas}
Hace ciento cincuenta años atrás, Santiago era una ciudad
muy diferente a la que hoy conocemos. Las familias más acomodadas habitaban casonas ubicadas en un pequeño espacio
urbanizado, colindantes con edificios institucionales, cafés
y clubes más prominentes. Como contraparte, existieron
cientos de ranchos y conventillos donde residía la población
obrera en condiciones de hacinamiento e insalubridad.
En 1872 el intendente Benjamín Vicuña Mackenna tomó
una serie de medidas para remodelar Santiago, con el fin de
embellecerlo y ordenarlo según el modelo que encarnaba la
Europa de entonces. Se emprendió la canalización del Mapocho y la creación de nuevas calles, lo que tuvo como resultado
la limpieza y modernización de la ciudad. Con ello, se pretendió erradicar de una vez las prácticas de recreación propias
del pueblo santiaguino, como carnavales, chinganas y fondas.
Por esos años, asomaban distanciadas del centro las
grandes y vivaces “periferias” de la cuidad: hacia el norte,
La Chimba emplazada en la ribera norte del Mapocho; hacia el sur, el Matadero en los alrededores de Franklin; y el
barrio Chuchunco, circundando la Estación Central. Ellas
constituían los límites de la urbe, organizadas en torno a
un eje de trabajo muy relevante para el funcionamiento
del resto de la ciudad. Las estaciones ferroviarias, con su
intenso ajetreo; los grandes mercados, con sus colores y
bullicios, caracterizaban estos márgenes urbanos como lugares privilegiados de la sociabilidad del siglo 19. Barrios
bulliciosos y dinámicos, recreaban sus prácticas festivas
en torno a la música, las carreras de caballo y los juegos
de azar, generando verdaderos circuitos de vida popular.
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{Memorias  de Barrancas}
Barrancas estaba definida como un caserío rural, por
el que transitaba todo viajero que emprendía su periplo por el camino a Valparaíso (hoy calle San Pablo)1.
Debían pasar por las chacras de Pudahuel y Blanqueado ;
además de rodear la célebre cuesta Lo Prado, donde la cantidad de habitantes visibles era relativamente mayor. Se encontraba fuera de los límites reconocidos y aún más distante
del centro, siendo descrito como “un lugarejo” 2 muy remoto y
agreste, circundado por inmensas haciendas, viñas y chacras.
La parroquia San Luis Beltrán inaugurada en 1868, era uno
de los puntos de reunión más importante de la zona, alrededor del cual se fueron instalando pequeños caseríos.
Fue descrita como un lugar “en los que la paja y el adobe se mezclaban con la chapa de lata” 3; caracterizando así las construcciones del barrio y su rústica apariencia. Los residentes
que habitaban Barrancas eran por lo general inquilinos,
que con sus extensas familias se empleaban de forma permanente en labores agrícolas o, también, trabajadores
ocasionales que alzaban eventualmente sus viviendas.
En el año 1897 4, Barrancas es fundada oficialmente como
comuna, por orden del gobierno liberal de Federico Errázuriz
Echaurren. Un año después, según el censo, la comuna de
Barrancas estaba dividida en dos subdelegaciones: Pudahuel y
Mapocho. La primera, compuesta por los fundos El Peralillo,
Pudagüel, La Punta, Lipangui, Peralito, El noviciado, en los
que vivían un total de 1384 personas. La segunda, compuesta
por las poblaciones Santa Lucía, San Antonio, Vargas, Portales, Villasana, Bueno Aires, Acequia Los Pérez (Tropezón),
Garín, Resbalón y los fundos Lo Prado (comprendidos Lo
Prado Arriba y Lo Prado Abajo con 568 habitantes, entre ambas), Carrascal, Blanqueado, Lo Gamboa, El Arenal, Besa y
Villa de Barrancas, haciendo un total de 9227 5 personas .
Otras
aldeas
consideradas
similares
15 |
por
lo
“pinto-
1 Romero Luis Alberto ¿Qué hacer con
los pobres? Elite y sectores populares en.
Santiago de Chile 1840-1895., Ed. Sudamericana, Buenos Aires, 1997, p. 50.
2 Recaredo Santos Tornero, Chile Ilustrado, Santiago, Eds. El Mercurio, Valparaíso, 1872, p.48.
3 Luis Alberto Romero, op. cit., p. 50
4 Armando de Ramón, Santiago de Chile
1541- 1991 Historia de una sociedad
urbana, Ed. Sudamericana, Santiago,
2000, p. 168.
5 Comuna de las Barrancas, Año I, n°1, 1
de septiembre de 1898, p. 9
{Memorias  de Barrancas}
fertilidad” 6 eran Macul, Apoquindo, el Salto, el Resbalón, El
Blanqueado, entre otras; todas con un promedio de 350 habitantes 7.
A medida que culminaba el siglo 19, el sector de Barrancas fue creciendo y haciéndose cada vez más populoso,
poblándose los intersticios de sus inmensos predios. En
1907 el centro administrativo de la comuna fué trasladado a la Acequia de los Pérez (hoy José Joaquín Pérez),
y en 1915 el sector de Quinta Normal se transformó en
una comuna autónoma. En ese mismo año, se realizó la
parcelación exacta entre la comuna de Barrancas y la de
Maipú, por petición del empresario minero del sector de La
Farfana, Adolfo Freudenburg. La Dirección de Obras enuncia:
“Se declara que el límite sur de la subdelegación 13, Pudahuel, del departamento de Santiago, es una línea que parte de la cuesta de Prado en dirección al Naciente, siguiendo el cordón que divide las haciendas “Rinconada de
Espejo” de “Lo Aguirre” hasta cortar el río Mapocho, pasando por el cerro Lo
Aguirre y terminando en el cerro Chico (...)” 8
6
Enrique Espinoza, Jeografía descriptiva de la República de Chile. Arreglada
según las últimas divisiones administrativas, las más recientes esploraciones
i en conformidad al censo jeneral de la
República levantado el 28 de noviembre
de 1895, Encuadernación Barcelona,
Santiago, 1897, p.220.
7
Idem.
8
Ministerio del Interior, Vol. 4400.
9
René León Echaíz, Historia de Santiago:
La República, Tomo II, Santiago, Ed. I.
Municipalidad de Santiago, Santiago,
1975, p. 173.
10
Ministerio de Obras Públicas, Vol.
5046.
Otros espacios colindantes eran el fundo Pudahuel de
la sucesión de Vicente Dávila, los Pajaritos de Alejandro
Vial, La Laguna de Federico Errázuriz, Las Rejas de Felipa
y Carmen Ossa y el fundo Las Barrancas de Adela Camino10. Con la radicación de nuevos habitantes se estableció
un cordón comercial variopinto, que con el tiempo se fue
desarrollando e incrementando. Talabarterías, quintas, un
matadero y una variedad de almacenes se dispusieron a
lo largo de las calles Mapocho, San Pablo y Buenos Aires
(hoy Las Rejas), complementando la intensa explotación
agrícola característica de este perímetro. El sector de Lo
Aguirre contaba con una serie de minas de cobre; además
de situarse en sus proximidades una fábrica de sombreros,
otra de vidrios y conservas, junto a la célebre cervecería
16 |
{Memorias  de Barrancas}
Ebner. Todo esto, combinaba su condición eminentemente
rural con un futuro productivo más amplio y auspicioso.
Con el correr del tiempo, las Barrancas fue asumiendo una
forma más definida, marcada por la llegada del ferrocarril de San Pablo a Blanqueado en 190711 y la inauguración
en 1913 del ferrocarril a vapor de Yungay a Barrancas12,
significando una parcial mejora a su histórico relego y aislamiento. Las “viviendas miserables” 13 de un comienzo, pasan a
establecerse como nuevas poblaciones, iniciándose el loteo
correspondiente, por lo general problemático e irregular.
I. 1. Contratiempos y dificultades
El aislamiento en que estaba sumida la comuna de Barrancas era un problema evidente para sus residentes y defensores. Muchos cronistas se agruparon en torno a periódicos
locales, con el objetivo es plantear los conflictos y carencias
de la zona, demandando a las instituciones la pronta llegada
de la modernidad. El desarrollo comunal se veía impedido
por la escasez de servicios básicos, la inmensa distancia
del centro y todos los problemas de salud pública que ello
acarreaba. Su condición predominantemente rural, alejaba
fuertemente sus modos de vida, de los progresos y adelantos visualizados en la ciudad. Tan cerca, pero tan lejos de
Santiago, Barrancas sufría un retraso significativo en la
instalación e implementación de servicios y asistencia básica.
La distancia respecto del núcleo urbano no se manifestaba únicamente en el ámbito territorial, sino que se traducía en un patente abandono por parte del gobierno central. Ejemplo de ello, fueron los habituales desbordes de
las acequias hacia las calles sin pavimentar, además de la
transformación de las lagunas de agua descompuesta en
“grandes barrizales” 14 que inundaban todo el entorno. Asimismo, las calles oficiaban como depósito de basura comunal
que, mezclada con los extensos barriales, se convertían en
vías insalubres e intransitables. A las dificultades para la
evacuación de desperdicios se sumaba la venta indiscriminada
17 |
11
De Ramón, Santiago de Chile..., p. 158.
La Lei, Año I, n°VI, 12 enero 1913, p. 2.
13
Luis Alberto Romero, Qué hacer...,
p. 50.
14
La Lei, Año I, n° 21, 15 junio de 1913,
p. 1.
12
{Memorias  de Barrancas}
de carne putrefacta de todo tipo (bovinos, equinos) y
el azote de las epidemias de viruela, cólera y tifoidea.
El desplazamiento entre la comuna debía realizarse en carros,
carretelas y tranvías de caballo, lo mismo si se deseaba viajar
a Santiago. Los carros funcionaban de manera imperfecta, no
respetaban los paraderos indicados y los pasajes requerían
de un esfuerzo monetario que por entonces “la población de
Barrancas no puede permitirse” 15. Es por esta razón que el requerimiento de electricidad se tornó una cuestión fundamental los
residentes, quienes veían en ello la posibilidad de transportarse en tranvías eléctricos, mucho más veloces y cómodos.
Como en todas las áreas semiurbanas y rurales de fines del
siglo 19 y comienzos del 20, el bandidaje se presentaba como
un problema habitual, siendo las múltiples cuadrillas de
bandoleros y sus andanzas, un flagelo cotidiano. El área de
Barrancas fué afamada por esta razón, siendo paraje de las
peripecias de célebres forajidos como el “Huaso Raimundo”, “el
Matón” o el “Flaco Manuel”. La instalación de luz eléctrica –se
pensaba- libraría a los habitantes de los asaltos, mitigaría
los escándalos en las cantinas, los crímenes pasionales y
el robo de animales, fechorías acontecidas en la “oscuridad
tenebrosa”16 a la que estaban sometidos. Por lo visto, los vecinos
consideraban que la falta de vigilancia policial, la sinuosidad y
penumbra de los senderos de la zona, eran el escenario perfecto
para quienes obraban desde la transgresión de la ley. Por estas
razones fueron explícitos al exhortar: “¡Señor Alcalde! Usted que es
justo, no negará, que en su comuna se ve de día, pero de noche ¡no se ve ná’!” 17
15
El Comercio, Año I, n° 1, 24 de octubre
de 1909, p.1.
16
La Lei, Año I, n° IV, 29 de diciembre
de 1912, p.3.
17
El Comercio, Año I, n° 5, 31 de octubre
de 1909, p. 1.
18
La Lei, Año I, n° 21, 15 de junio de 1913,
p. 1
La desolación y precariedad con que vivían los barranquinos, hizo temprano eco en la forma de organización
que adoptaron para denunciar las carencias materiales y
conseguir el mejoramiento de su entorno. Las deficiencias que la entidad municipal presentaba, estaban materializadas en sus oficinas, las que “jamás han estado bien
organizadas, ni atendidas” 18, reclamándosele que “Barrancas
la mas estensa i rica de las comunas de Chile, con una entrada de más
18 |
{Memorias  de Barrancas}
de 160 mil pesos, no tiene ni para dotar a sus habitantes de los servicios a los que tiene derecho” 19. En 1910, mientras el gobierno
central buscaba la forma de celebrar el Centenario de la
República, existió una polémica dualidad edilicia, que
sólo conseguía deslegitimar aún más el operar municipal.
Hacia 1913 los vecinos alzaron sus voces para pedir alumbrado eléctrico, pavimentación, ferrocarril y un matadero, en un gran meeting comunal que protestaría “de una
vez por todas, en contra del desgobierno, la negligencia y abandono” 20.
I.2 Espacios de sociabilidad popular en Barrancas
El Santiago popular fué el sitio preferencial para realizar bailes
y chinganas; juegos, carreras y cantos festivos. La cantidad
de fondas y cantinas, sin patente ni registro oficial, se multiplicaron en las grandes periferias: La Chimba, Chuchunco,
Matadero, el Resbalón y Las Barrancas eran los espacios donde
obreros y peones convivían en torno a sus propias formas de
celebrar. El escritor Antonio Acevedo Hernández ha dicho
que justamente en esos lugares de festejo popular, “se encontraban en la cúspide del entusiasmo la criolla bravía con el roto diablo en toda
la extensión de la palabra” 21 . Las casas de remolienda, la chicha,
la poesía popular y la cueca, se reproducían porfiadamente,
lejos de los mandatos oficiales que exigían orden y silencio.
La comuna de Barrancas, ostentaba un paisaje que ha sido
minuciosamente descrito por la viajera inglesa María Graham en su peregrinar por Chile: “llano arenoso, salpicado de mimosas y calentado por el reflejo del sol en la tersa y árida superficie” 22. Esta
aparente desolación, se conjugaba con la carencia de vigilancia policial, lo que invitaba a reproducir espontáneamente
cantinas y lugares de esparcimiento. El carnaval de febrero y
las fiestas del 18 de septiembre, eran hitos vivamente celebrados en ramadas y fondas comunales que duraban varios días,
siendo descritos en palabras del diario local El Comercio:
19 |
19
La Lei, Año I, n°26, 20 julio 1913, p. 1.
La Lei, Año I, n° 19, 1 de junio de 1913, p. 2.
21
Antonio Acevedo Hernández, Los
cantores populares chilenos, Ed.
Nascimento, Santiago 1953, p. 27
22
María Graham, Diario de su residencia en Chile (1822) y de su viaje a Brasil
(1823), Ed. América, Madrid, 1910, p. 249
20
{Memorias  de Barrancas}
“La animación y entusiasmo no decayeron ni un solo momento; pues, el jarabe de uvas, ponía alegres a los tristes, a los de paso grave i mesurado, les
ponía las piernas en disposición de bailar en una patita (...) Por último las
fiestas de las Barrancas resultaron espléndidas salvo uno o dos accidentes
ocasionados por el cuchillo” 23
La relación de las instituciones con estas formas de sociabilidad tan arraigadas en los barranquinos
era muy ambigua, pues por un lado la Municipalidad extendía innumerables patentes a cantinas y despachos, esgrimiendo al mismo tiempo contra ellas duras críticas. La
proliferación de fondas y despachos clandestinos significó,
en opinión de muchos cronistas de la época, un obstáculo para el desarrollo y crecimiento virtuoso de los habitantes de la comuna. Diario El Comercio decía al respecto:
“Barrancas, parece que ha sido tomada como por asalto por una cantidad
de jentes que viven solo de la chingana i de la remolienda diaria con acompañamiento de desórdenes donde salen a relucir puñales i revólveres, con las
consiguientes funestas consecuencias” 24
Se creía que los juegos de azar y la concurrencia a las cantinas, evitaba el correcto desempeño de los vecinos como
trabajadores y esposos, generándose una alarma en la comunidad e interpelando la atención de las autoridades:
“¿No han visto los alcaldes, centenares de individuos, que en bares y cantinas pasan sábado, domingo y lunes envueltos en la nebulosa de asquerosa
borrachera?”25
El periódico radical “LaLei” fue un firme portavoz de una campaña
moralizadora de las Barrancas, leyéndose en una de sus páginas:
23
El Comercio, Año I, n°1, 3 de octubre 1901,
p. 1
24
El Comercio, Año I, n° 28 , 1° abril 1910,
p. 1
25
La Lei, Año I, n° 21, 15 junio 1913, p. 1
“La Lei se ve nuevamente obligada a llamar la atención del señor Alcalde hacia las numerosas casas de tolerancia que vienen instalándose
impunemente en la comuna. El vecindario se siente alarmado i con justa
20 |
{Memorias  de Barrancas}
razón, pues esta plaga viene a fomentar mas el pillaje i la embriaguez. Ojalá
el señor Alcalde no desoiga esta petición” 26.
El municipio, por su parte, al mismo tiempo que recaudaba importantes impuestos por funcionamiento
de cantinas, decretaba la clausura de estos lugares de esparcimiento, indicando el inspector municipal en 1913:
“Debo también hacer presente a ud. que tengo orden terminante del señor Alcalde i un decreto vijente al respecto para clausurar toda casa de remolienda
o de juego que se establezca en esta comuna” 27
Todos estos lugares de recreación, considerados escandalosos tanto por la autoridad como por las editoriales de los
periódicos locales, debían ser permutados por otras actividades más decorosas y ordenadas. Es así como se dispone
en el períme-tro el teatro Biógrafo de San Pablo y se crean
una serie de clubes deportivos y sociales, ampliamente fomentados. Los Clubes sociales y Deportivos, fueron un espacio de
sociabilidad local organizado, que proliferó en muchos espacios de Santiago, sobre todo en la primera mitad del siglo 20.
Ellos, eran muy distintos en cualidades a lo que representaban cantinas y casas de remolienda, ya que reunían socios que
debían cancelar una cuota para practicar diversos deportes,
participar en bailes y salir fuera de Santiago. Muchos de ellos
tenían también el fin de ilustrar al pueblo implementando en
ocasiones, un proceso de alfabetización y una sala de biblioteca.
La comuna de las Barrancas tuvo decenas de clubes en cada territorio y de todo tipo. Algunos de ellos fueron el Centro Social
Selecta, Club de tiro al banco Patria i Libertad; Clubes de futbol
como Francisco Gerrer, Mares unidos, Prat Star, Buenos Aires
Atlético, Garibaldi, Juan de Dios Morandé Vicuña; de Chueca, Lautaro Chueca Club; además de otros de boxeo y billar.
Los registros muestran también muchos juegos callejeros que espontáneamente reunían a los vecinos. El juego
de las chapitas, las carreras de ranas, además de los juegos de azar, eran los pasatiempos predilectos por niños
y adultos, agrupados día a día en torno a estos divertimentos. Sumado a todo ello, en los sitios aledaños se
21 |
26
La Lei, Año I, n° 10, 23 de marzo 1913,
p. 4
27
La Lei, Año I, n°VI, 29 enero 1913, p. 3
{Memorias  de Barrancas}
instalaba la popular Cancha Hípica San Pablo, cuyos eventos
eran ampliamente anunciados en los periódicos comunales:
“Grandes i bonitas carreras, topeaduras, arrastraduras i una infinidad de
entretenciones que hacen pasar un rato por demás agradable al numeroso
público que acude a esta cancha. Las empanadas como siempre, riquísimas”.
Las Quintas de Recreo, así como los clubes sociales, fueron escenario característico de la convivencia popular propia de la
primera mitad del siglo 20. Generalmente eran galpones amplios y abiertos, con paseos circundantes al aire libre, adornados de guirnaldas, ramas y con gran pista de baile. Los
parroquianos se reunían alrededor de la música y cantores,
quienes estaban a cargo del despliegue de la fiesta y que
por lo general se extendía durante largas horas. Las quintas
barranquinas más célebres de la época, eran la Quinta Garay,
Los Robles y Los Sauces, circundadas por amplias parras, lagunas y paseos; “cantina surtida” y “espléndidas empanadas de horno”.
Como puede observarse, la sociabilidad era intensa en Barrancas. El canto, el baile y las casas de remolienda tan atacadas
por las autoridades, constituyeron las formas de recreación
propias de la comuna. Su condición de extremo citadino, las
historias de bandoleros que la envolvían y la precariedad de
vigilancia policial, hicieron de ella un espacio privilegiado
para perpetuar en la memoria de los versos populares chilenos:
Cuando me estarán cantando
con arpa guitarra y piano
con una niña en parada
con el pañuelo en la mano.
Cuando el piano tocaba
la Julia Díaz
le acompaña al pandero
la Flor María
la Flor María, sí
dijo la Blanca
vamo’ a tomar el coche
pa’ las Barrancas.
28
Los Chileneros, “Cuándo me estarán
cantando”, La Cueca Centrina, Odeon,
1967.
Vamos a remoler
dijo la Ester. 28
22 |
{Memorias  de Barrancas}
• Mapa de Lo Prado Fotografía Biblioteca Nacional
23 |
{Memorias  de Barrancas}
• Cementerio Barrancas, Ubicado en Avda Victoria.
Aporte Fotogrfía de Vecina Marcela Soto
24 |
{Memorias  de Barrancas}
Capítulo III.
Lo Prado, la cuna de mi vida.
Distintas etapas de una larga historia
25 |
{Memorias  de Barrancas}
• Maestranza heredia a hijos. Aporte Fotografía Familia Guerra Veas
26 |
{Memorias  de Barrancas}
Primera Parte
“Todo se hizo con la Fuerza de la Gente”
Loteos y Surgimiento de las Poblaciones Lautaro, Blanqueado y
Jardín Lo Prado (1930-1960)
27 |
{Memorias  de Barrancas}
Uno de los muchos segmentos que componían la comuna de Barrancas era la hacienda Poange , terreno que
a comienzos del siglo 18 habría tomado el nombre de Lo
Prado en honor a su dueño, el estanciero Pedro de Prado31 . En el siglo 19, esta inmensa superficie fue subdividida en Lo Prado arriba, de Ricardo Vial y Alejandro
Vigoroux; y Lo Prado abajo, de José Guzmán Riesco32.
Hacia 1930, Barrancas, junto a San Miguel y Ñuñoa33, es
una de las comunas receptoras de santiaguinos migrantes,
que se trasladan del centro hacia los márgenes de la ciudad, en búsqueda de la solución a su problema habitacional. La profunda crisis económica, producto del cierre
de las salitreras en el norte y el encarecimiento de los
arriendos, habrían atraído miles de desempleados a ocupar las nuevas posibilidades que presentaba la zona.
29
Entrevista a Octavio Osorio, Población
Lautaro, abril 2012.
30
Benjamín Vicuña Mackenna, Historia
Crítica y social de la Ciudad de Santiago,
desde su fundación hasta nuestros días
(1541- 1868) Imp. Del Mercurio, Valparaíso, 1869, p. 190.
31
Benjamín Vicuña Mackenna, De Valparaíso a Santiago datos, impresiones,
noticias, episodios de viaje, Imp. De la
librería del Mercurio, Santiago, 1877, p.
305.
32
Ministerio de Obras Públicas, vol. 5046
33
De Ramón, Santiago de Chile... p. 202.
34
El defensor de las Barrancas. Año I,
n°2, segunda quincena abril 1951, p.1.
Prontamente, los nuevos pobladores de las Barrancas se congregan en torno a la Unión de Poblaciones y al Block de las
Barrancas, con el fin de solicitar los adelantos necesarios,
como posta, pavimentación y agua potable. Se alzan asimismo contra una serie de irregularidades surgidas en torno a la
modalidad de arrendamiento y venta de viviendas en la comuna. A pesar del paso de los años, la contaminación, el robo
de animales, la falta de luz, continuaban siendo los problemas denunciados por los vecinos, quienes tenían conciencia
de que aún “quedan muchos problemas que atender en la comuna” 34.
Los loteos –subdivisión de terrenos- ocurridos en Barrancas, acarrean un sinfín de problemas vinculados a engaños, estafas e ilegalidades cometidas por parte de los
vendedores. La antigua hacienda Lo Prado, el fundo Blanqueado y la chacra Santa Elisa fueron parceladas según este
mecanismo para dar origen, desde 1920, a las poblaciones
Lautaro, Blanqueado y Anexa Lautaro. Estas ofrecían a
28 |
{Memorias  de Barrancas}
peones, obreros y afuerinos, la oportunidad de fundar una nueva vida, con un hogar a su medida, precios accesibles y aparentes facilidades de pago. Los
grandes fundos y haciendas, antiguas propiedades de las
familias notables del siglo anterior, comienzan a dividirse
en pequeños territorios según una nueva normativa y planos respectivos. Santiago extiende su territorio, cambia su
fisonomía y en 1920, ya tiene más de 500.000 habitantes 35.
Lautaro es la primera población de la comuna de Barrancas, situada al nororiente de la actual Lo Prado y loteada a
partir del fundo La Lora y de la Chacra Santa Elisa de Zenobia Zamudio de Petterson. A partir de 1935 hasta 1943,
comenzaron a erigirse, en los 600 sitios concebidos36, una
serie de viviendas autoconstruidas por los más de 7.000
obreros que allí se asientan. Las casas inicialmente fueron
precarias, levantadas con material ligero, tabiquería y, en
el mejor de los casos, ladrillos. El perímetro de los sitios
era generalmente amplio y cada hogar tenía una pequeña
chacra donde cultivaban lo necesario para el consumo familiar. La población estaba rodeada por extensos fundos,
chacras y potreros, donde ocasionalmente se emplearon
sus residentes. Los habitantes de la población Lautaro han
sido reconocidos por su temprana organización y la probidad de sus dirigentes. En el periódico local La voz de las
Barrancas, se da cuenta ampliamente de la lucha mancomunada que libraron en pos de la urbanización y limpieza:
“Gracias a la enérgica iniciativa del campesinado de Barrancas pudo levantar cabeza, exigiendo en numerosos casos, aumentos de sueldos mejores condiciones de trabajo. Pero, la Población, a pesar de toda su lucha,
ha ganado muy poco en algunos casos esta igual, sin haber obtenido otra
garantía que legalizar la venta de sus sitios y otras cosas que se han hecho
últimamente.”37
El deporte era una diversión importante y frecuente en la
población. No comportaba únicamente un pasatiempo sino
que, muy por el contrario, era un sitio de encuentro, articulación y sociabilidad de los habitantes. Muchas veces, era la
29 |
35
Vicente Espinoza, Para una historia de
los pobres de la ciudad, Ed. Sur, Santiago, 1988, p. 50.
36
Luis Becerra, Breve historia de Lo Prado, inédito, p. 19.
37
La voz de las Barrancas, Año I, n°5,
segunda quincena de diciembre de 1949,
p. 4.
{Memorias  de Barrancas}
única oportunidad de recreación de los vecinos, quienes
acondicionaron los espacios colindantes como canchas de
fútbol o clubes de boxeo. Al respecto, Octavio Osorio recuerda:
“Y después ya con el tiempo se hicieron campos deportivos y la gente se dedicaba eso nomás, al deporte, en cuanto a entretención, porque no había otra
entretención más barata que el fútbol. Si hablamos del ciclismo en esos años,
las bicicletas eran todas importadas y los ciclistas que habían tenían que
tener un tremendo esfuerzo, porque las bicicletas eran caras, era un deporte
de élite” 38
La Unión Lautaro fue uno de los primeros equipos de fútbol
y uno de los más emblemáticos, pues reunía a los vecinos en
torno a una motivación que resaltaba una identidad local.
Las contiendas con el club Arturo Prat, eran generosamente
publicitadas por los periódicos locales, donde se señalaba:
“Por la competencia oficial de la asociación Las Barrancas se llevará a efecto
el domingo 23 del presente en el Estadio Alamiro Correa. Este importante
encuentro, entre los punteros de la presente temporada, como son Unión
Lautaro y Arturo Prat, dos poderosos equipos que se aprestan para vender
muy cara su derrota, puesto que los muchachos del A. Prat están dispuestos a
defender el football de Barrancas” 39
38
Entrevista a Octavio Osorio, Población
Lautaro, abril 2012.
39
La voz de las Barrancas, Año I, n° 2,
segunda quincena octubre 1949, p. 4.
Otras diversiones remembradas por los vecinos, eran las
fiestas realizadas por los Comités de Adelanto. Éstas los
reunían en torno a las demandas de mejoras básicas en alcantarillado y pavimentación, propiciando también una
instancia de asueto y convivencia. Las fiestas vecinales,
animadas por bailes de moda como el mambo y el cha-chachaa; formándose muchas parejas en el fragor y cercanía
de la danza. A su vez, los cines de Barrancas fueron otro
lugar de esparcimiento relevante para los vecinos. Siendo
muchas veces construcciones precarias y casi improvisadas, los biógrafos constituyeron un espacio privilegiado de
entretenimiento y contacto con la cultura de masas. Los
más recordados son el Maipo (San Pablo con José Joaquín
Pérez) y Diana (de San Pablo con Las Rejas), panoramas
predilectos de niños, jóvenes y adultos de la comuna.
30 |
{Memorias  de Barrancas}
La población Lautaro fue construida con el inmenso afán
de sus habitantes, quienes tempranamente se aglutinaron
en torno a blocks y comités. Allí, se generaron espacios
de lucha; como también valiosas instancias de convivencia y sociabilidad. La modalidad de autoconstrucción la
dotó de una diversidad plasmada en sus viviendas y también de la experiencia de autonomía en su organización.
Según las palabras de Armando Osorio, la residencia en
la Lautaro ha sido “toda una vida de esfuerzo y en base a ese sacrificio, la gente se fue conformando, después, haciendo sus casas”40.
Hacia 1943 se realizó un nuevo proceso de loteo en Punta de Lo
Prado, lugar que pasaría a llamarse posteriormente Villa Blanqueado41. Allí se ofertaron terrenos con importantes facilidades
de pago, atrayendo a muchos compradores, quienes muchas
veces no exigían la escritura de la propiedad. Un periódico local describe a los habitantes de Blanqueado, señalando que:
“Visitando esta población uno siente la sensación de encontrarse en la pampa
salitrera y cosa curiosa sus dirigentes máximos tienen la estampa de esos
incorruptibles obreros que forjaron la lucha del proletariado en el Norte” .42
Los vecinos de la población Anexa Lautaro fueron víctimas
también de este procedimiento, que evidenciaba las falencias
en el sistema de acceso a la vivienda. A través de organizaciones
vecinales trabajaron por la urbanización y el agua potable,
denunciando firmemente a loteadores por estas carencias:
“Hemos sido víctimas de la falta de habitaciones donde se puedan
desarrollar nuestros hijos y de la perfidia del hombre irresponsable que nos
llenó de ilusiones aprovechándose de la ignorancia y desesperación del padre
y de la madre la madre que no encuentran un techo para cobijar a sus hijos”
.43
Este dramático conflicto que aquejó duramente a trabajadores y obreros residentes en Barrancas, se materializó con
fuerza en la población Jardín Lo Prado creada en 1952. Ubicada al norponiente de la actual comuna, constituyó el último
31 |
40
Entrevista a Armando Osorio, Población Lautaro, abril 2012.
41
Luis Becerra, op. cit., p. 19.
42
La voz de las Barrancas, Año I, n°5,
segunda quincena de diciembre de 1949,
p. 14.
43
La voz de las Barrancas. Año I, n°2, segunda quincena de octubre de 1949,. P.2.
{Memorias  de Barrancas}
terreno de la comuna subdividido como loteo, distinguido
por su lucha y participación activa en instancias de organización comunal y nacional44. Luis Becerra en su Breve
historia de Lo Prado, apunta sobre las dificultades de los loteos: “existieron sitios que se vendieron siete veces a la misma persona,
sitios que se vendieron cinco veces a personas distintas”45. Respecto
a ello, el dirigente José Oportus relata su experiencia:
“Un señor Cohen era el que loteaba este terreno. Cuando yo terminé de pagar
mis letras, fui a buscarlo para firmar la escritura de mi propiedad. Mi señora
y yo, estuvimos quince días buscándolo por todas partes, hasta que la señora
que trabajaba en su casa me dio el dato de dónde trabajaba (...) Fuí
a esperarlo fuera de su estudio fotográfico y ahí me propuso que antes de ir a
la notaría, quemáramos las letras que yo tenía, para hacerlo <<todo más fácil>>. Ahí me di cuenta cuál era su engaño y menos mal que rechacé lo que me
dijo. Llegamos a la notaría y el entró a una oficina, esperé horas, pero no salió
nunca más. Hablé con la secretaria, que me vio muy afligido...le conté quién
era yo, en qué trabajaba y ella se conmovió. Yo le dije que le hacía un mueble
gratis si ella me conseguía la firma del señor Cohen. Una semana después,
volví y ella me tenía la firma. Conseguí por fin la escritura de mi casa. Ya era
el dueño legalmente” 46
44
Marcelo Robles, Historia de los pobladores de Las Barrancas : autonomía,
participación política, politización,
ideologización, resistencia y desobediencia civil de la organización de los pobladores de Las Barrancas, Tesis para optar
al grado de Lic. en Historia, Universidad
ARCIS, Santiago, 2007.
45
Luis Becerra, op. cit.,p.10
46
Entrevista a José Oportus, Población
Jardín Lo Prado, julio 2012
En este insólito relato, se da cuenta cruda y vívidamente
del flagrante engaño del que los potenciales compradores
eran víctimas. Revela además la colusión entre notarías
y loteadores, implicados en un verdadero sistema de loteos
brujos. Las irregularidades y aprovechamiento de loteadores
se sostenían muchas veces en el desconocimiento que
tenían los compradores del proceso de venta, siendo muchas
veces el azar, su única esperanza para adquirir la propiedad.
Como se señaló, el problema del acceso a la vivienda en Barrancas era conflictivo y dificultoso. Además de la serie de loteos brujos ocurridos en la
32 |
{Memorias  de Barrancas}
formación de las poblaciones Lautaro, Anexa Lautaro, Blanqueado y Jardín Lo Prado, algunas familias se vieron obligadas a habitar cuevas y hoyos47, ante la falta de una solución
habitacional mejor. Como se consignó, los pobladores del
sector norte de la actual Lo Prado se organizaron pronta y
activamente en reclamo de las carencias que los aquejaban,
pero también en torno al interés de generar espacios propios de recreación y encuentro. El Club deportivo Barrancas,
Unión Blanqueado, Club de Rayuela Los Defensores e Independiente y el Club Deportivo Jardín Lo Prado, son sólo algunas
instancias de sociabilidad surgidas en esta zona; conjugándose
con la célebre Quinta el Torito de Clarisa Sandoval (matriarca
de la familia Parra), El Parrón48 y las clásicas picadas aún en
funcionamiento como la Colo-colo, de 1953 y Curicó, de 1967.
47
Ana María Farías, Urbanización,
política de vivienda y pobladores organizados en las Barrancas: el caso de la
Población Neptuno, 1959-1968, Tesis
para optar al grado de Lic. en Historia,
Pontificia Universidad Católica, Santiago 1992, p. 11.
48
Luis Becerra, op. cit., p. 9.
33 |
{Memorias  de Barrancas}
• Aporte Fotográfico Vecina Villa María Luisa Bombal.
34 |
{Memorias  de Barrancas}
Segunda Parte
“El sueño de toda una vida”
Las Villas Kennedy, Ecuador y Parque Alameda (1961- 1971)
35 |
{Memorias  de Barrancas}
Las villas son una modalidad de habitación muy
diferente a las adquiridas vía loteo, CORVI o tomas de
terrenos. En ellas residen generalmente empleados de
una determinada empresa, quienes obtienen sus casas
mediante una cooperativa; situadas en espacio completamente urbanizado y con todos los servicios básicos
en funcionamiento. Los casos de Parque Alameda, Villa
Ecuador y Villa Kennedy son emblemáticos, en tanto
matizaron la fisonomía del área y le entregaron diversidad.
El conjunto habitacional Parque Residencial Alameda habría comenzado su construcción en 1962, como
una subdivisión de la hijuela del fundo La Laguna50. En
adelante su poblamiento se llevó a cabo a través de distintas constructoras, tal como recuerda Orieta Ojeda:
“Llegué el año 1968, cuando estos lugares eran parcelas. Se creó esta Villa a
través de la constructora Avalos y González. Mi esposo lo hizo a través de la
Caja de Ahorro y préstamo llamada Calicanto. Nos gustó el lugar, era en ese
entonces el término del poblado” 51
En dicha villa se radicaron particularmente empleados
ferroviarios, quienes adquirieron sus viviendas en el sector
suroriente de la actual comuna de Lo Prado. Otro conjunto
habitacional de similares características es la Villa Ecuador,
formada, a partir de 1967, mayoritariamente por trabajadores
gráficos de distintos periódicos. Pese al origen y vinculación
gremial de los beneficiados, el acceso a servicios básicos no
estuvo libre de obstáculos, como recuerda Norma Rivera:
49
Entrevista a Pilar Ferrero, Villa Kennedy, marzo 2012.
50
Marcelo Robles, op. cit., p. 163.
51
Entrevista a Orieta Ojeda, Jornadas de
Memoria , Parque Alameda, junio 2012,.
52
Entrevista a Norma Rivera, Jornadas
de Memoria, Villa Ecuador, junio 2012.
“El sufrimiento que tuvimos cuando nos cortaban el agua en el día, no teníamos agua para lavar pañales...nos daban la una de la mañana lavando
porque el agua llegaba a las 12 de la noche...teníamos que ir a pedir el agua
para el día a los vecinos de las Rejas. Salíamos a tomarnos las calles que iban
al aeropuerto y así logramos el agua” 52
36 |
{Memorias  de Barrancas}
En ese entonces aquella zona de la ciudad se encontraba todavía lejos del centro, estando latente el temor a la
toma de sus casas entre los vecinos. Las dificultades experimentadas por los habitantes de aquella villa fueron
múltiples, como evidencia el testimonio de Juan Cabello:
“¡¿Cuánto costaba tomar la micro Colón Oriente, la El Golf?! ¡Una verdadera
odisea! Había sólo dos almacenes en la Villa...Nos organizábamos los vecinos
para cuidar nuestras casas, especialmente de noche, nos comunicábamos por
medio de pitos. Muchas veces no teníamos agua y salíamos con baldes y botellas a juntar en los grifos más cercanos, que también eran muy pocos... Muy
sufrida nuestra vida, pero hoy muy feliz”. 53
La Villa Kennedy, situada en el sector surponiente de la actual comuna de Lo Prado, nació en 1966 a través de una iniciativa desplegada por las cooperativas Agesa, Davis y LAN
Chile54, encauzadas por la fundación INVICA. Los trabajadores de LAN tuvieron el rol más significativo, en tanto fueron ellos quienes poblaron mayoritariamente la Villa. Hacia
197o las casas estaban terminadas, mas no así el complejo
habitacional concebido en las primeras versiones del
proyecto. Estando por entonces muchos funcionarios dueños de casas fuera de Chile y quedando sus inmuebles desocupados, organizaciones de choferes de
autobuses protagonizaron la toma de viviendas. Pilar Ferrero, propietaria, recuerda el acontecimiento:
“Bueno, aquí como había habido demasiados rumores de que
se iban a tomar la Villa, los papás se organizaron, y hacían
turnos, entonces fracasaron como 3 veces, en la toma. Un
día llegaron a las 10 de la mañana y finalmente se produjo.
No habían hombres, porque estaban trabajando, entonces
para nosotros fue terrible...”55
53
Tal acontecimiento generó un costo importante para los
propietarios, quedando tanto el precio devaluado como el
proyecto truncado, pues este incluía la construcción de otras
instalaciones, como piscinas, áreas verdes y recintos deportivos.
Melchor González señala que, a consecuencias de esta toma:
37 |
Entrevista a Juan Cabello, Jornadas de
Memoria, Villa Ecuador, junio 2012.
54
Entrevista a Luis Jordán, Villa Kennedy, abril 2012.,
55
Entrevista a Pilar Ferrero, Villa Kennedy, marzo 2012.
{Memorias  de Barrancas}
“INVICA se desentiende, de la toma, entonces toma la cartera vencida de
las viviendas y se la pasa al Estado... y ahí nosotros, que en ese tiempo no
sé porque los papás no apelaron (...) por estos individuos los tomadores se
frustró un objeto, se malogró un producto, entonces eso también yo podría
reclamarlo ante tribunal, como heredero que somos” 56
Desde entonces la Villa aparece escindida, debiendo cohabitar forzosamente en ella tanto “tomadores” como “legítimos propietarios”. En tal contexto, la convivencia no siempre
fue armoniosa, generándose diversos conflictos a raíz de
esta la división entre ocupantes y propietarios originales. Sin embargo, esta palpable fractura de la comunidad
fue poco a poco diluyéndose, dando paso a una relación
de relativa colaboración. La conciliación entre vecinos demoró tiempo en articularse, sostenida y fundada en el
inevitable encuentro cotidiano a través del uso de los espacios comunes. Uno de esos lugares de encuentro fue El
Cumbión, restorán fundado en 1971, cuya fama excede los
lindes comunales. Hugo Godoy, su dueño, narra sus inicios:
“Yo puse una hojas de palmera, corrimos la voz que teníamos permiso, compramos media pipa de chicha, pusimos un mesón, vendíamos completos y
pollo asado. Yo puse música y sacábamos a bailar a las viejas y el 17 nos
fue súper bien y el 18 compramos otra pipa de chicha. ¡17, 18 y 19 vendimos
todo! Es que acá habían canchas y como habían parcelas allá al frente, los
que trabajaban allá venían todos pa’ este lado. Empecé con 4 mesas; después
empecé a vender vino, pisco y de todo, con mi cuñada cocinábamos, venían del
aeropuerto y yo decía ‘maestra, corre un pollo al cognac’ ”57.
56
Entrevista a Melchor González, Villa
Kennedy, marzo 2012.
57
Entrevista a Hugo Godoy, Villa Kennedy, abril 2012.
Contrariamente a lo que podría pensarse, la creación de estas villas no estuvo exenta de dificultades. Sus residentes
visualizaron en ellas las expectativas y proyectos de una vida
serena, que en muchas ocasiones se vio interrumpida por los
conflictos en la coexistencia, la distancia respecto de sus lugares de trabajo y la carencia de urbanización. Con todo, estas
dificultades fueron superándose a través de una vida compartida y un cohabitar que les confirió unión e identidad territorial.
38 |
{Memorias  de Barrancas}
39 |
• Procesión voluntariado Parroquia Nuestra Sra. de la Guadalupe
Archivo Fotográfico Familia Guerra Veas
{Memorias  de Barrancas}
• Erradicación en terrenos de Barrancas. Aporte Fotográfico de Luis Almonacid
40 |
{Memorias  de Barrancas}
Tercera Parte
“Después postulé a casita y me dieron el
subsidio”
Poblaciones Manuel Rodríguez y Pudahuel
(1965-1970)
41 |
{Memorias  de Barrancas}
En 1964, bajo el gobierno de Eduardo Frei Montalva, la Corporación de la Vivienda (CORVI) implementó un programa
de solución habitacional conocido como “Operación Sitio”. En
palabras del historiador Mario Garcés, éste habría consistido
en “la entrega de sitios urbanizados, una instalación sanitaria mínima y
mediaguas u otro tipo de vivienda económica a familias de escasos recursos y en extrema necesidad de habitación”59. El contexto crítico que
experimentaba la cuestión de la vivienda a nivel nacional
se intensificó entre los años 1947 y 195260, materializándose
en la proliferación de callampas y campamentos. En 1960,
las Barrancas contaba con 78.402 habitantes61, quienes se
habían organizado en diferentes instancias a fin de resolver
el hacinamiento y precariedad en la que estaban sumidos.
La implementación de la Operación Sitio en la comuna distó
mucho de la idea con la que fue concebida en primera instancia. Prontamente, tanto las falencias que presentaba, la falta
de equipamiento básico y la segregación de las áreas asignadas62, terminaron por rebautizarla como Operación Tiza.
58
Entrevista a Sonia Espinoza, Población
Los Héroes (ex Manuel Rodríguez),
marzo 2012
59
Mario Garcés, Tomando su sitio: El
movimiento de pobladores de Santiago
1957-1970, Ed. LOM, Santiago 2002, p.
301.
60
Manuel Castells, “Movimiento de
pobladores y lucha de clases en Chile”,
EURE, Vol. 3, N° 7, Santiago, 1973, p.
316.
61
Ana María Farías, op. cit, p. 130.
62
Mario Garcés, op. cit., p. 313.
En 1967 fueron asignados, a través de cuotas CORVI, los sitios de la población Pudahuel (hoy María Luisa Bombal) y,
en 1968, aquellos correspondientes a la población Manuel
Rodríguez (hoy Los Héroes). Diversos partidos políticos organizaron comités para poblar los terrenos conferidos de formas
muy diversas, con preponderancia en ambas poblaciones de
la Democracia Cristiana. Unos como autoconstrucción, otros
vía autotoma y algunos en forma de departamentos, dieron a
vida a estas dos poblaciones de la actual comuna de Lo Prado.
Si bien los sitios de la población Manuel Rodríguez
fueron asignados en 1968, su acondicionamiento demoró un par de meses hasta hacerlos habitables. En 1969
42 |
{Memorias  de Barrancas}
se entregaron los documentos que acreditaban a los
propietarios la tenencia de su sitio, sin existir aún ningún
avance de urbanización. No obstante, algunos propietarios
llegaron a ocupar sus terrenos en esas circunstancias, por
temor a que fuesen tomados. Así lo relata Manuel Carvallo:
“Me quedé sin trabajo yo ahí en el año 69. Igual venía a ocupar el sitio, ¡si
no, se los tomaban! El 22 de octubre del año 69 yo no tenía nada, nada, con
unas latas que me habían regalado, vinimos a cuidar el sitio, porque había
que cuidarlo, si no, los quitaban” 63
Otros vecinos recuerdan el sacrificio que significó ese primer
tiempo, colmado de precariedad y dificultades para conseguir servicios básicos. No existía alcantarillado, servicio de
agua potable y luz eléctrica, por lo que cada habitante tuvo
que construir sus propios baños y levantar sus casas con el
material que estuviera disponible. Algunas casas fueron inmediatamente construídas de concreto, firmes y amplias,
mientras que otras, debieron erigirse primero “con frazadas y
las frazadas eran las murallas. Yo llegué con una casetita de tres por tres
que la compré en el Hogar de Cristo”64. Muchos comités esperaron
que se concretara el compromiso de urbanización para continuar pagando sus cuotas, siempre de modo firme y aglutinado. Algunos vecinos habrían cultivado un vínculo de larga
data con este territorio, como rememora Florinda Cortés:
“Mi madre se crió en este fundo, conoció a mi padre y se casó aquí. Nos tuvo
a nosotros aquí en este fundo, La Laguna, que arrendaba don Alamiro Correa, porque la dueña era “misiá” Helena Errázuriz. Él arrendaba el fundo y
era el patrón de todos nosotros, hartos inquilinos. Y yo dije <<como no me voy
a hacer un sitio yo ahí, que me gustaba tanto, donde yo nací>>” 65
Se manifiesta una relación profunda y emotiva con
la población, volviéndola parte fundamental de sus
experiencias, alegrías y recuerdos. Al ser interpelados por el
43 |
63
Entrevista a Manuel Carvallo,
Población Los Héroes (ex Manuel
Rodríguez),, abril 2012.
64
Entrevista a Sonia Espinoza, Población
Los Héroes (ex Manuel Rodríguez), abril
2012.
65
Entrevista a Florinda Cortés, Población
Los Héroes (ex Manuel Rodríguez),,
abril 2012.
{Memorias  de Barrancas}
significado de la población en sus vidas, no titubean en contestar: “Yo me siento tan orgullosa de
todo lo que hice, porque es una vida de lucha, de sacrificio.”66
La población Pudahuel tuvo su origen en circunstancias
similares a las que vieron nacer la población Manuel
Rodríguez. Vía cuotas CORVI y mediante Operación Sitio,
fueron asignados cerca de 2000 sitios desde 1966 en adelante. Ello significó levantar viviendas en medio de un terreno
sin ningún atisbo de urbanización, debiendo los vecinos
construir sistemas de alcantarillado, levantar escuelas y conseguir electricidad67. Hasta entonces, los hogares eran iluminados con chonchones y velas, mientras que el agua se conseguía en los pilones y grifos comunes68. Durante el gobierno
de Salvador Allende se concretó la edificación de casas de
ladrillos -como originalmente proponía el proyecto- implementándose en 1972 el servicio de luz eléctrica para cada una
de las casas69. A medida que se instalaban constructoras y se
entregaban nuevas viviendas, las chacras y la apariencia rural fue desapareciendo, dando lugar a un paisaje más urbanizado. Ello significó un cambio radical en la vida de los vecinos, quienes debieron acostumbrarse a sus nuevas viviendas:
“Nos entregaron las llaves y entrabamos felices todos. Como a las cuatro de
la mañana tuvimos que salir todos pa` fuera, todos en la calle porque como
estábamos acostumbrados a las mediagua que entraba harto viento, nos estábamos ahogando adentro, estábamos todos ahogados”70
66
Entrevista a Sonia Espinoza, Población
Los Héroes (ex Manuel Rodríguez), abril
2012.
67
Marcelo Robles, op. cit., p.480.
68
Ilustre Municipalidad de Lo Prado,
Historias de Barrio, Ed. I. Municipalidad Lo Prado, Santiago, 2007, p. 29.
69
Entrevista a Virginia Abarca, Población
María Luisa Bombal ( ex Pudahuel),
mayo 2012
70
Entrevista a Virginia Abarca, Población
María Luisa Bombal (ex Pudahuel),
mayo 2012
Con el correr del tiempo, las luchas compartidas devinieron
en la necesidad de agruparse en torno a otras instancias.
Remembradas son las pascuas celebradas en las calles y las
onces colectivas, además de la creación de los clubes deportivos
Godfrey Stevens y Club Deportivo Unión Municipal Santiago.
Si bien en ambas poblaciones los sitios fueron entregados
en procesos regulares e institucionales, ello no significó
que fuese una experiencia sin contratiempos ni adversidades. Muy por el contrario, en la formación de estos
territorios se devela una vida de múltiples luchas, libradas
siempre de manera organizada y colectiva. Las demandas se
encauzaron en virtud de de lograr una mejor oportunidad
44 |
{Memorias  de Barrancas}
• Construcción Villa Lautaro. Fotografía Archivo Familia Guerra Veas.
45 |
{Memorias  de Barrancas}
• Campamento Che Guevara. Aporte Fotográfico Sonia Valdivia
46 |
{Memorias  de Barrancas}
Cuarta Parte
“Sitio o Muerte ¡Venceremos!”
Tomas y Formación de Campamentos Che Guevara y
Bernardo O`higgins
(1970-1973)
47 |
{Memorias  de Barrancas}
A fines del la década de los sesenta, el déficit de habitación
que se experimentaba en todo el país, tenía su expresión
crítica en Barrancas. Las diversas versiones implementadas
de la Operación Sitio parecían ser insuficientes en relación
a la inmensa cantidad de ciudadanos que carecía de una
vivienda. Los pobladores de distintas zonas de Santiago se
congregaron en diversos tipos de organizaciones, interpelando algunas al marco institucional, procurando otras, generar espacios de lucha autónoma. Los Comités de Adelanto y
luego, los Sin Casa, son hitos reconocidos en una articulación de larga data, que decantó en las tomas de terreno en
el sector de la Legua Nueva en 1947 y de La Victoria en 1957.
Ambas, se inscriben en un trazado extenso y múltiple de
demandas por habitación, que obedecen a las necesidades
de protagonistas que Cecilia Urrutia caracterizó hacia 1972:
“Venidos del fondo de las minas de los campos ajenos, caravanas de compatriotas han vagado a lo largo del país, desde el comienzo del siglo, buscando
un sitio para llamarlo hogar” 71.
En medio de la coyuntura electoral que se libraba
en 1970, los pobladores asumen una posición fundamental. Al asumir el gobierno de la Unidad Popular, deben adoptarse una serie de medidas que tendrían por objeto terminar con el dramático déficit de
vivienda, descrito en palabras del historiador Mario Garcés:
“la Unidad Popular se propuso realizar la mayor hazaña en la historia de la
vivienda popular: iniciar la construcción en 1971 de 79.250 viviendas”72.
71
Cecilia Urrutia, Historia de las poblaciones callampas, Ed. Quimantú, Santiago 1972, p. 8.
72
Mario Garcés, “Construyendo las poblaciones: El movimiento de pobladores
durante la Unidad Popular, en Cuando
hicimos historia: La experiencia de la
Unidad Popular, Ed. LOM, Santiago
2005, p. 64.
Esta proyección, fue combinada con Planes de
Ahorro Popular, Operación Invierno y Trabajos
Voluntarios, los cuales lograron implicar a diversos actores de la sociedad en el propósito de mejorar la vivienda.
Desde los inicios del poblamiento de Barrancas fueron concebidas una serie de organizaciones de distinta índole, que batallaron por urbanización, pavimentación y mejoras generales
para la comuna. Tanto en los loteos, villas y casas adquiridas
48 |
{Memorias  de Barrancas}
vía CORVI, se observan tempranas experiencias de sociabilidad y construcción de espacios comunes, en finción las
demandas por una mejor calidad de habitación. El área de
Barrancas registra algunas de las tomas más emblemáticas de la historia del movimiento de pobladores. La
más célebre de ellas, es Herminda de la Victoria de 1967,
que adquiere su nombre de una niña muerta en el proceso de ocupación de terrenos. Para el relato histórico,
este acontecimiento tuvo mucha relevancia, pues con
él se habría abierto “el más significativo ciclo de tomas
de terreno”73 que no se detendría hasta 1973. Juan Araya, connotado dirigente de la zona, recuerda este hecho:
“Los carabineros arrastraban a las mujeres del pelo, les quitaban los niños de
los brazos y los lanzaban lejos; las carpas y casuchas que habíamos levantado en la noche las hicieron pedazos y las quemaron” 74.
La brutalidad de la que los pobladores fueron objeto, fue
inmortalizada en los versos del cantautor Víctor Jara en el
disco La Población:
“Hermanos se hicieron todos,
hermanos en la desgracia
peleando contra los lobos
peleando por una casa.
Herminda de la Victoria
nació en el medio del barro
creció como mariposa
en un terreno tomado” 75.
En la actual comuna de Lo Prado, existieron dos amplias
tomas de terreno: el Campamento Che Guevara en agosto
1970 y el Campamento Bernardo O`Higgins, en noviembre
del mismo año. Ambas experiencias dan cuenta de una firme
organización, compartimentada y distribuida en distintos
comités ocupados en resolver cada una de las necesidades de
los pobladores. En los dos, se erigieron centros provisorios de
educación, salud, defensa y tribunales populares; los cuales
fueron puliéndose hasta adquirir un carácter permanente.
49 |
73
Mario Garcés, Tomando su sitio...,
p. 350.
74
Citado en Cecilia Urrutia, op. cit.,
p. 69.
75
Víctor Jara y Alejandro Sieveking,
“Herminda de la Victoria”, La Población,
DICAP, 1972.
{Memorias  de Barrancas}
La expropiación de la Chacra Santa Anita, comandado por las Juventudes Socialistas y el Ejército de
Liberación Nacional, tendrá como resultado el alzamiento del Campamento Che Guevara en el sector nororiente
de la actual Lo Prado. Éste, tendría una relevancia a nivel
nacional, en tanto el presidente Salvador Allende se presenta allí en varias ocasiones claves y de gran visibilidad:
“Mientras el presidente Allende trabajaba en el Campamento Che Guevara
junto al propio padre del Che, sus ministros se distribuían en poblaciones,
campamentos y fábricas” 76.
Gente proveniente del sector de Serrano, Quinta Normal y de la población Violeta Parra, son recogidas en distintas micros en dirección a la toma77. El terreno donde
se instalan era propiedad de Margarita del Canto, estaba por entonces abandonado y en condiciones de total improductividad. Francisca Alcayaga, pobladora,
recuerda los primeros momentos del asentamiento:
“Cuando nosotros llegamos hicimos una especie de iglú como de indio, con
frazadas, pero cuando ya nos dimos cuenta que iba a ser algo más definitivo,
de a poquito se compraba cuatro palitos y se hacía de cartones....no con techo
plástico, sino con fonolita” 78.
Todos los pobladores que participaron de la toma, debían estar
inscritos en una libreta de ahorro, con previo pago de determinadas cuotas. Durante el levantamiento del campamento,
se habilitó atención de salud con la ayuda de médicos voluntarios; grupos de guardia del campamento, además de una significativa experiencia de educación popular: los buses- aula.
Félix Vargas, profesor que ejerció allí sus funciones, los define:
76
Citado en Mario Garcés, Construyendo...op. cit., p. 68.
77
Villa Santa Anita: “El Campamento Che
Guevara”, I. Municipalidad de Lo Prado,
Noviembre 2007.
78
Idem.
79
Entrevista a Félix Vargas realizada por
Soraya Muñoz, Población Santa Anita,
junio 2007.
“eran micros adaptadas a una sala de clases y funcionaron desde abril del
año 1971 hasta septiembre de 1973. Hoy es el colegio Ciudad de Caracas” 79.
Luego de haber franqueado los avatares del invierno y la
trágica nevazón de 1971, por fin en 1972 se hizo entrega de
mil departamentos, construcción en la que se emplean
los mismos residentes del campamento. Las viviendas
definitivas significaron la materialización de un sueño,
50 |
{Memorias  de Barrancas}
manifestado en su consigna fundamental:
“Campamento Che Guevara ¡Presente! Sitio y muerte ¡Venceremos!”
El Campamento Bernardo O`Higgins, se funda en los terrenos surorientes de lo que hoy es Lo Prado, tras la toma
de agosto de 1970. Comandados por el dirigente Juan Araya, los pobladores fueron trasladados en distintas micros
a la zona del fundo expropiado. Juan Navarro recuerda esa
hazaña, manifestando la posición política que los aglutinaba:
“Ese 30 de agosto llegamos a las 11 de la mañana, entramos por la que es hoy
Av. Neptuno, donde se rompió el cierre bulldog del predio y se llamó la puerta
número 1. El primer comité que ingresó fue Universidad de Chile y posteriormente se fueron agregando hasta llegar a 13 comités. Dentro de todos estos
quehaceres no dejamos de trabajar por la campaña presidencial del Doctor
Salvador Allende, el que el 4 de septiembre de ese año fue electo presidente
de nuestro país” 80
Con mucha antelación, se organizaron trece comités Sin
Casa en distintos lugares de Santiago. Los inscritos debían
tener cierta cantidad de cuotas CORVI pagadas, además
de sus papeles de antecedentes limpios. Las primeras
viviendas de los primeros días fueron carpas, como recuerda Rosa Rodríguez, dirigente del comité primero de mayo:
“Cada uno tenía que tomar su bulto de la carpa y correr por lo menos media
cuadra para adentro y empezar a parar los palitos y poner la carpa, que eran
sábanas o era un frazada, porque no se podía traer una cosa más grande.
Luego, poner la bandera arriba...” 81
Se instalaron allí alrededor de dos mil familias82, quienes luego de alzar sus precarias viviendas, debieron organizarse para
conseguir agua, cocinar e iluminar el campamento. Una de
las preocupaciones principales era cuidar las puertas al campamento, para que nadie se introdujera sin permiso. Aún
así, existía en estos momentos de adversidad, la oportunidad
de festejar colectivamente, como señala Jimena Faúndez:
51 |
80
Entrevista a Juan Navarro, Jornadas
de Memoria, mayo 2012.
81
Entrevista a Rosa Rodríguez, Población
Cañada Norte, junio 2012.
82
Marcelo Robles, op. cit.,p.287
{Memorias  de Barrancas}
“Teníamos que hacer ronda todas las noches en diferentes turnos. Nosotros
pertenecíamos a un conjunto folklórico, hacíamos muy amenos nuestros turnos, sobre todo los fines de semana” 83
Es interesante destacar que en ambas experiencias, se acondicionaron buses como aulas, con objeto de educar de forma autónoma y voluntaria, a los niños del campamento. En los dos
casos se exigieron una cantidad de cuotas CORVI previamente
canceladas, además de la pertenencia regular a un comité Sin
Casa. Se constata in situ una organización disciplinada, lo que
les permitió compartimentar las tareas y resolver la carencia
de servicios básicos. Todo ello, se combinaba con la firme
solidaridad que sostenía los campamentos, erigidos con el
afán inquebrantable de “conquistar la vivienda y no vivir de limosna” 84
83
Entrevista a Jimena Faúndez, Jornadas
de Memoria, mayo 2012.
84
Cecilia Urrutia, op. cit., p. 74.
52 |
{Memorias  de Barrancas}
• Campamento Bdo. O´higgins, Buses Aula. Aporte Fotográco Sonia Valdivia
53 |
{Memorias  de Barrancas}
• Carniceria San Pedro, lo prado, fotografía Roberto Guerra
54 |
{Memorias  de Barrancas}
Quinta Parte
“Tiempos de Cambios, ya no era lo Mismo”
El Período de la Dictadura Militar (1973-1989)
55 |
{Memorias  de Barrancas}
Con el advenimiento del golpe militar, las importantes experiencias de organización de los pobladores de
Barrancas, viven un truncamiento violento y de profundas consecuencias. Se tendieron a desarticular las instancias de encuentro populares, locales y espontáneas, para
ser cooptadas en una nueva estructura institucional. Las
juntas de vecinos y clubes deportivos, fueron prontamente
intervenidas, instalándose en muchas ocasiones, directivas designadas por el nuevo gobierno. Relevante en este
sentido, fué el cambio de nombre de Barrancas a Pudahuel
en el año 1975, borrándose antojadizamente más de cien
años de identidad forjada en el alero de esa denominación.
El cambio en el modelo económico y la aguda crisis que
vivía el país en los primeros años de los ochenta, dejaron
hondas huellas en las memorias de nuestros entrevistados,
quienes recordaron esos tiempos de precariedad y cesantía.
Melchor González, residente de la villa Kennedy relata:
“LAN Chile hace reducción de personal y sale un montón de gente expulsada.
Montón de gente, de papás que quedaron cesantes...yo te voy a decir que casi
la mayoría de la villa quedó en un momento que se tuvieron que ir a trabajar
al PEM y al POJH. ” 86
Muchos de los vecinos, se vieron en la necesidad de insertarse en Programa de Empleo Mínimo (PEM) y el Programa
Ocupacional de Jefes de Hogar (POJH) implementados por
el gobierno a través de las municipalidades, durante gran
parte de la dictadura. Estos programas se caracterizaron
por los escasos sueldos que ofrecían, siendo Moisés Moreno de la Población Lautaro, quien recuerda su experiencia:
85
Entrevista a Rosa Rodríguez, Población
Cañada Norte, junio 2012.
86
Entrevista a Melchor González, Villa
Kennedy, marzo 2012.
“Yo al principio tuve problemas y lo pasamos bien duro. Mi señora trabajaba
en el PEM, yo estuve trabajando en el POJH y nos ayudábamos, yo recogía
zapatos de la calle, a veces la gente que recogía cosas también, le compraba
zapatos, los traía para acá, los lavaba, los limpiaba, les ponía
56 |
{Memorias  de Barrancas}
suela, los pintaba y los iba a vender al Persa BíoBío, donde llegaban comerciantes a comprar harta cantidad, lo que uno tuviera .Y así nos ayudábamos
y mi señora trabajando en el PEM, como le digo y yo en el POJH y más ayuda
de familia mía, hermanas mías que siempre me apoyaron y nos apoyaron a
todos. Entonces, no teníamos un buen pasar pero tampoco podíamos quejarnos porque la comida no faltaba y las cuentas se pagaban” 87
Junto con las dificultades y carestías experimentadas por
los vecinos, el clima de temor a causa del despliegue de
los aparatos represivos, se hacía carne en las poblaciones
y villas de la comuna. Rosa Rodríguez rememora su historia y la de Cañada Norte en el contexto de dictadura:
“Hacíamos reuniones, yo era dirigente del Partido Socialista en ese tiempo.
Tenía los carnet de los militantes y el estandarte. Vinieron a allanar mi casa
y cuando me di cuenta que estaban cerca, hice un hoyo debajo de la artesa y
enterré todos los carnet y el estandarte. Le puse parafina y le prendí
fuego. Menos mal que no me revisaron el techo, porque tenía un cuaderno
con la lista de militantes. Aquí hubo varios desaparecidos, hubo detenidos,
un montón...” 88
Historias de allanamientos y persecuciones, son ampliamente
rememoradas por los pobladores, quienes no necesariamente
tenían para entonces una militancia política. Es el caso de
Cristina Quiñones, quien desde sus recuerdos de niña, relata:
“Yo a pesar de que era chica, me acuerdo una vez que pasaron los milicos
por aquí corriendo, me acuerdo otra vez que hicieron un allanamiento y se
llevaron a todos los hombres pa’ la cancha... De todas maneras, acá siempre
fue muy tranquilo, no así en los alrededores, nosotros nos enterábamos que
habían puesto bomba pa` allá, este otro lado, barricadas” 89
En otras poblaciones, la represión se tornó más descarnada, materializándose en la desaparición de personas y detenciones. Las Villas Santa Anita, Lautaro
57 |
87
Entrevista a Moisés Moreno, Población
Lautaro, mayo 2012.
88
Entrevista a Rosa Rodríguez, Población
Cañada Norte, junio 2012.
89
Entrevista a Cristina Quiñones, Villa
Kennedy, abril 2012.
{Memorias  de Barrancas}
y Manuel Rodríguez tuvieron experiencias traumáticas 90, de
represión, las cuales tubieron connotación nacional. Moisés
Moreno, lo constata:
“Llevaron a mucha gente detenida, yo los nombres no los sé ahora, también
que desaparecieron y a otros que volvieron, pero ya cambiados totalmente
que ya no quieren participar en nada y con mucho resentimiento hacia toda
la gente, no sé si porque no tuvieron ayuda o los dejaron solos, no sé, porque
el caso mío también tengo eso, que a mí me dejaron solo” 91
Se observa cómo estos acontecimientos tienden a la desvinculación del entramado local, generando alejamiento
y fracturas en los espacios comunes. Ello se ve intensificado con el fenómeno del soplonaje, medida consistente en delatar a otros pobladores, profundizando
así el hermetismo y la desconfianza. Sin excepciones,
este tema sale a la luz en cada entrevista situada en esta
época, reconociéndolo como causa de roces y fisuras:
“A mí me sapearon, porque había gente que llegó tan pobre, tan mísera, y que
después eran momias, denunciando, porque yo siempre he estado en reunión,
siempre he sido dirigente. Me habían denunciado que era comunista, que
andaba haciendo reuniones clandestinas. Un día yo salgo a comprar y había
un jeep parado al frente, el tipo se me tira encima y no sé cómo, me subo a la
vereda arriba y me protejo en un poste de luz” 92
90
Marcelo Robles, op. cit., p. 316.
Entrevista a Moisés Moreno, Población
Lautaro, mayo 2012.
92
Entrevista a Sonia Espinoza, Población
Los Héroes (ex Manuel Rodríguez),
marzo 2012.
Muchos testimonios relatan que si bien ellos no fueron víctimas
directas de amenazas, estaban al tanto de los acosos ejercidos
contra otros vecinos. Otros, tuvieron la desventura de vivir en
carne propia la persecución, como es el caso de Pilar Ferrero:
91
“Aquí denunciaron a muchas personas y en uno de ellos era mi hermano. Lo
estuvieron siguiendo ocho meses, de la casa al trabajo y del trabajo a la casa.
Mi hermano no pertenecía a ningún partido político, o sea, teníamos
58 |
{Memorias  de Barrancas}
nuestra ideología pero no estaba inscrito en el partido. Gente de aquí de la
villa denunció a sus vecinos.” 93
Adicionado al problema mismo que implicaba el sapeo,
más conflictivo aún era que los vecinos reconocían
perfectamente quiénes eran los delatores.
El destacado muralista Marcelo Gacitúa, dice categórico:
“Sí, se sabía quiénes eran los sapos, dónde vivían, qué decían” 94.
Se evidencia cómo ese quiebre en la convivencia, impulsó a los vecinos a congregarse en espacios que les devolvieran la confianza y con el tiempo, la energía y
fortaleza para volver a manifestarse colectivamente.
Las iglesias de la entonces Pudahuel, cumplieron un rol
fundamental en la recomposición de los lazos comunitarios, pues en torno a ellas fueron acercándose y reencontrándose los vecinos. Según los testimonios, la Parroquia San Gabriel operó como núcleo articulador de los
vínculos entre pobladores, coordinándose desde allí, conversaciones y nuevos encuentros. Desde comienzos de la
década de los 80, la incubación de la sociabilidad política
tuvo su punto cúlmine en las protestas callejeras de toda
índole, que desembocaron en el paro comunal de 1984.
Según palabras del historiador Marcelo Robles, el significado de esta manifestación se habría diluido con el tiempo:
“Sin duda que este hecho no tuvo la traducción relevante en el periodo siguiente, el protagonismo de miles de pobladores anónimos, no lograron articular y mantener en el tiempo, un sello que se materializara hacia la transición
política de los años posteriores, una actitud más democrática y participativa
desde lo local a lo nacional”
Por medio de estos testimonios, es posible observar de qué
modo las prácticas de asociación tan arraigados en los habitantes de Barrancas, experimentaron un significativo rompimiento. Tanto la crisis económica y la precariedad que ello
conllevó; como los conflictos dados en el tejido social a
cusa de la represión y soplonaje, dejaron hondas huellas en
el modo de organización. Si bien existió una re ocupación
parcial de los espacios públicos en época de las protestas y
otras manifestaciones públicas, es posible constatar la fragmentación del cuerpo colectivo. La individualización de los
vecinos, la desconfianza y la escasa participación en instancias de reunión son expresiones patentes de esta fractura.
59 |
93
Entrevista a Pilar Ferrero, Villa
Kennedy, marzo 2012.
94
Entrevista a Marcelo Gacitúa, Villa
Arturo Prat, mayo 2012
{Memorias  de Barrancas}
• Organillero, fotografía Roberto Guerra
60 |
{Memorias  de Barrancas}
Capítulo IV
Para mi Lo Prado es la Vida.
Reflexiones Actuales
61 |
{Memorias  de Barrancas}
La comuna de Lo Prado fué fundada bajo Decreto con
Fuerza de Ley Nº1-3260 en 1981, conformándose con segmentos de Maipú, Quinta Normal y Pudahuel. Si bien su
municipio comienza a operar en 1984, el territorio que comprendía se habría poblado muchos años antes. La gente que
se asentó en la antigua Barrancas, fueron migrantes de todos los lugares del país: mineros salitreros luego de la crisis del ‘30; chillanejos sin casa tras el terremoto de ‘39; y
mapuche de todos los rincones del sur. Ellos, portaban el
deseo de re fundar un hogar e iniciar una nueva vida, colmados de ímpetu y esperanzas. Como indica Gladys Cisternas:
“Lo Prado está constituido por gente obrera, por eso somos así, si usted va a
Jardín Lo Prado, va a la Lautaro, a la Che Guevara, a la Cañada Norte, son
pura gente de esfuerzo. Aquí no hubo ricos hacendados, sino gente del sur que
venía desempleada, gente del norte que venía desempleada, que vino a buscar
una esperanza de vida a Santiago, en Barrancas” 96
En este espacio se conjugaron diversos actores, quienes colectivamente, debieron luchar para conquistar un mejor habitar. Dicho emprendimiento no estuvo exento de dificultades
de diversa índole. María Huaiquipán, vecina dedicada a la
poesía, narra los conflictos acontecidos con la importante
migración mapuche y su compleja inserción en la comuna:
95
Entrevista José Oportus, Población
Jardín Lo Prado, julio 2012.
96
Entrevista a Gladys Cisternas,
Población Jardín Lo Prado, julio 2012.
97
Varios autores, Epeümapu, epeümonguén.Historias de la tierra, historias de
la vida, Ed. PRODEMU, Santiago 2001.
“Ayer tenía vergüenza
Y antes de ayer, también
Y es por eso,
Que me quiero desahogar.
Hoy quiero gritar,
Hoy quiero enseñar,
Hoy quiero decirle a Chile y a Lo Prado
Que la vergüenza se terminó. 97
62 |
{Memorias  de Barrancas}
Es posible observar también, que las redes organizacionales mencionadas, han quedado en gran
parte desarticuladas como consecuencia del gobierno autoritario. Con nostalgia, relata Rosa Rodríguez:
“Ahora la gente se metió en sus casas, les importa un comino el que sufre o el
que necesita ayuda, ¡nada! Se olvidaron de la lucha que dimos, que estuvimos
metidos en el barro, que pasamos hartas peripecias, no teníamos agua pa’
bañarnos, andábamos con la misma ropa todos los días. Hoy tienen la suerte
que les ha ido mejor, pero luchemos por los demás, cooperemos con los demás,
no nos olvidemos, no nos encerremos!” 98
Además de los quiebres ocurridos en los lazos
comunitarios, existe una conciencia de las modificaciones espaciales, que se manifiestan con añoranza y sentido de pertenencia:
“San Pablo se extendía de oriente a poniente con su ruido ensordecedor plagado de discotecas, bares y peluquerías dignas de un film de Almodóvar, sólo
la feria de las Torres el día sábado me traía de vuelta a la vida de barrio, al
oloroso aroma de la fruta fresca, al viento que revoloteaba entre los pasajes
y calles de la Villa” 99
El lugar, los nombres de sus calles y la vida allí
desplegada, han quedado dotadas de cientos de recuerdos,
guardándose con ellas un profundo vínculo emocional. En
la actualidad, existe un inmenso afecto por el barrio habitado, entendido como espacio de reconocimiento y de
construcción colectiva. El destacado cantante lírico José Quilapi define su experiencia de vivir en Lo Prado con gran orgullo:
“Después de vivir afuera, tú tienes otra visión. Algunos me dicen que yo vivo
en la lejos, porque para quienes viven ‘allá arriba’, vivir ‘acá abajo’ es como
vivir en la Quinta Región. Para algunas personas, vivir en Lo Prado, es donde
viven los pobres y es por ello que hay discriminación en muchos aspectos, pero
a mí no me afecta, porque para mí todo esto es Santiago. A mí nunca me ha
pasado nada, estoy feliz de vivir aquí” 100
63 |
98
Entrevista a Rosa Rodríguez, Población
Cañada Norte, junio 2012
99
I. Municipalidad de Lo Prado, Historias de Lo Prado...s/n.
100
Entrevista a José Quilapi, Jardín Lo
Prado, mayo 2012
{Memorias  de Barrancas}
Los testimonios dan cuenta de la honda identificación con
su población o villa, consideradas una extensión material
de sus sacrificios, proyectos y finalmente, de sí mismos.
Por lo general, los testimonios expresan una valoración
positiva sobre los cambios ocurridos en el entorno, asumidos como mejoras para sus hijos y nuevas generaciones:
“Sí, yo me acuerdo que cuando niña, había mucha pobreza y poca ayuda,
muy poca ayuda. Yo recuerdo que a mí me costó mucho estudiar, porque no
tenía la situación para hacerlo, en cambio ahora los niños tienen el apoyo del
colegio, de la municipalidad, hay ayuda, o sea el que quiere salir adelante
ahora lo puede hacer, antes no, era difícil” 101
Las dificultades experimentadas por los primeros residentes
de Barrancas se tienden a comparar con las de las generaciones posteriores. Con frecuencia los vecinos señalan los
cambios en las condiciones de vida: si ellos debieron acudir
a pilones distantes para conseguir agua, sus hijos cuentan
hoy con agua potable en las casas; si ellos tuvieron que
construir sus primeras viviendas con sábanas y algunos
palos, sus hijos nacieron en viviendas sólidas, hechas de
concreto. Estos cambios son ampliamente reconocidos y
estimados, pues hacen contrastar sus experiencias colmadas de rigor y dificultades, con otras más recientes donde
la vida parece ser más cómoda y libre de obstáculos.
101
Entrevista a Teresa Maldonado, Población María Luisa Bombal ( ex Pudahuel), mayo 2012
Esta breve aproximación ha procurado revisar las formas de
extensa sociabilidad de los pobladores de Barrancas, Pudahuel y hoy, Lo Prado. Se destacan de todas ellas, la diversidad de proyectos emprendidos colectivamente, siempre
en pos de un mejoramiento del entorno. En la época inicial
de asentamiento, los pobladores lucharon contra los engaños de los loteadores y por conseguir iluminación y pavimentación. Realizaron además, una serie de publicaciones
periódicas, las cuales operaron como voz de denuncia a los
64 |
{Memorias  de Barrancas}
problemas que los afectaban. En un segundo momento, los habitantes de Barrancas se reunieron en torno a
instancias institucionales reguladas por CORVI o cooperativas, para conseguir un hogar. Allí, emprendieron batallas
por urbanizar y proteger sus viviendas, concebidas como
el sueño de toda una vida. En la década de los setenta,
cuando la cuestión de la vivienda experimentaba un momento crítico a nivel nacional, se sucedieron en Barrancas
una serie de tomas de terrenos. Allí, pobladores agrupados en comités sin casa crearían un tipo de organización
disciplinada y firme, basada en una consistente solidaridad.
Esas historias trenzadas en torno a la ayuda mutua y la
construcción mancomunada, tuvieron una importante inflexión en el contexto de dictadura. Los firmes lazos sociales
que habrían sido cultivados por años, se vieron diluidos
ante la presión del temor y el soplonaje. A pesar de ello, la
mayoría de los testimonios registrados, dan cuenta
explícitamente de la satisfacción por todo lo realizado, adicionada a las ganas de proseguir el trabajo comunitario. Se identifican muchos logros en urbanización y acceso a servicios, los
que consideran resultado de sus propias y significativas luchas.
En todas estas experiencias, se generaron instancias donde
recrearse y festejar en torno al deporte, la música y el ocio.
Quintas de recreo, cantinas, clubes deportivos y sociales,
se instalaron en todos los rincones de las poblaciones y
villas en formación, convirtiéndose con el tiempo, en su
sello más sobresaliente. Los habitantes de Lo Prado, forjaron un ambiente de reconocimiento común desde donde
apropiarse conjuntamente del espacio. Estas pequeñas
hazañas y proyectos comunes, se fraguaron en torno al
deseo de congregar y construir, confiriendo sentido a su
vida y a su habitar. Todos ellos manifiestan un cariño y
profundo arraigo con su territorio, que al momento de
significarlo, lo describen sin espacio a dudas, como su vida.
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{Memorias  de Barrancas}
• Rogativa en Feria Criolla Lo Prado, 2011, Foto Patricia Requena
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{Memorias  de Barrancas}
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Saldaña, Catalina, ¡Vamos remoliendo mi alma! La vida festiva
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› Urrutia, Cecilia. Historia de las poblaciones callampas, Ed.
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› Varios autores, Lo prado mi historia, I. Municipalidad de
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› Varios Autores, Santiago en EURE Huellas de una metamorfosis metropolitana 1970/ 2000, Santiago, Ed. Pontificia
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{Memorias  de Barrancas}
› Vicuña Mackenna, Benjamín, Una peregrinación a través
de las calles de la ciudad de Santiago, Santiago, Ed. Guillermo E. Miranda, Santiago 1902.
› Zúñiga, Víctor, Pudahuel, en el camino de la memoria: De
las Barrancas a Pudahuel, 450 años de historia, Santiago, I.
Municipalidad de Pudahuel, Santiago 2007.
• Artículos
› De Ramón, Armando, “La población informal. Poblamiento de la
periferia de Santiago de Chile. 1920-1970”. En Rev. EURE Vol. XVI,
N° 50, Santiago 1990.
› Romero, Luis Alberto. Urbanización y sectores populares:
Santiago de Chile 1830-1875. En Rev. EURE Vol. XI, núm.
Santiago 1984.
• Entrevistas
Armando Osorio Población Lautaro
Arturo Flores, Dueño Restorán “Louta”
Betsabé Pinto, Restorán Chanco Mío
Catalina Rojas, Pudahuel
Cristiane Cornejo, Villa Manuel Rodríguez
Cristina Quiñones Villa Kennedy
Domingo Quiñones, Villa Kennedy
Hugo Vásquez, Dueño Restorán “El Cumbión”
Ernestina Paredes, Villa Los Copihues
Fernando Olmos, Villa Kennedy
Florinda Cortés, Villa Manuel Rodríguez
Gladys Cisternas, Jardín Lo Prado
Jaime Molina, Restorán Colo -Colo
José Oportus , Jardín Lo Prado
José Quilapi, Jardín Lo Prado
Juana Pirquil, Villa Los Lagos
Lucinda Muñoz, Villa Manuel Rodríguez
Luis Jordán, Villa Kennedy
Manuel Amigo, Profesor de música
Marcelo Gacitúa, Muralista, Villa Arturo Prat
María Huaiquipán, Club Deportivo de Palín Bolonto Mapu
Mario Carvallo, Villa Manuel Rodríguez
Melchor González, Villa Kennedy
Moisés Moreno, Población Lautaro
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{Memorias  de Barrancas}
Octavio Osorio, Población Lautaro
Orlando Castro, Villa Manuel Rodríguez
Orlando Ruiz, Villa Los Copihues
Pilar Ferrero, Villa Kennedy
Rosa Ortiz, Restorán Curicó
Rosa Rodríguez, Cañada Norte
Sonia Espinoza, Villa Manuel Rodríguez
Veneranda Illanes, Villa Kennedy
Virginia Abarca, Villa María Luisa Bombal
• Jornadas de Memoria
Orieta Ojeda
Norma Rivera
Juan Cabello
Juan Navarro
• Tesis
› Farías Ana María, Urbanización, política de vivienda y
pobladores organizados en Las Barrancas: El caso de la Población Neptuno. 1959-1968, Tesis para optar al grado de Licenciado en Historia de la Pontificia Universidad Católica de
Chile. Inédito. Santiago 1992.
› Loyola T., Manuel, Los pobladores de Santiago; 1952-1964:
su fase de incorporación a la vida nacional, Tesis, Facultad de
Historia Pontificia Universidad Católica de Chile, Santiago,
1989.
› Robles Manuel, Historia de los pobladores de Las Barrancas : autonomía, participación política, politización, ideologización, resistencia y desobediencia civil de la organización
de los pobladores de Las Barrancas, Tesis, Facultad de Historia Universidad ARCIS, Santiago 2007.
• Periódicos
Comuna de Las Barrancas
El Comercio
La Voz de Barrancas
La Lei
La Justicia.
70 |
1898
1909
1910
1912
1913
{Memorias  de Barrancas}
El Deber.
La Voz de las Barrancas
El Defensor de Barrancas La Voz del poblador
Pudahuel
1914
1949
1951
1953
1959
• Videos
› Pudahuel Memorias de las barrancas. Capítulos de una historia. I.Municipalidad de Pudahuel, Santiago 2007.
› Villa Santa Anita: “El Campamento Che Guevara “, I. Municipalidad de Lo Prado, Santiago 2007.
• Fonografía
Jara, Victor, La Población, DICAP, 1972
Chileneros, Los, La Cueca Centrina, Odeon, 1967.
• Documentos de Archivo
CORVI (Corporación de la vivienda), v. 14 52, v. 1338,
v. 330.
MINT (Ministerio del Interior) , v. 2334, v.17701, v.4400,
v. 7147.
MBIN (Ministerio de Bienes Nacionales), v. 6731.
MOP (Ministerio de Obras Públicas), v. 2495, v. 5046,
v. 7206.
MVIV (Ministerio de Vivienda), v.3776, v. 181, v. 2933, v. 214,
v. 1760, v. 1774.
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{Memorias  de Barrancas}
Agradecimientos:
Este trabajo se ha hecho carne gracias a la sensibilidad, la memoria y la apertura de muchas personas. Se han abierto de corazón para contar
pedacitos de sus vidas, de sus luchas..., para entregar documentos, brindar apoyos y contactos las siguientes personas:
Dioscoro Rojas Guaripola Guachaca, por su entusiasmo e
inspiración para el proyecto"clubes sociales e identidad lo pradina "
• Entrevistados
Armando Osorio Población Lautaro
Arturo Flores, Dueño Restorán “Louta”
Betsabé Pinto, Restorán Chanco Mío
Catalina Rojas, Pudahuel
Cristiane Cornejo, Villa Manuel Rodríguez
Cristina Quiñones Villa Kennedy
Domingo Quiñones, Villa Kennedy
Hugo Vásquez, Dueño Restorán “El Cumbión”
Ernestina Paredes, Villa Los Copihues
Fernando Olmos, Villa Kennedy
Florinda Cortés, Villa Manuel Rodríguez
Gladys Cisternas, Jardín Lo Prado
Jaime Molina, Restorán Colo -Colo
José Oportus , Jardín Lo Prado
José Quilapi, Jardín Lo Prado
Juana Pirquil, Villa Los Lagos
Lucinda Muñoz, Villa Manuel Rodríguez
Luis Jordán, Villa Kennedy
Manuel Amigo, Profesor de música
Marcelo Gacitúa, Muralista, Villa Arturo Prat
María Huaiquipán, Club Deportivo de Palín Bolonto Mapu
Mario Carvallo, Villa Manuel Rodríguez
Melchor González, Villa Kennedy
Moisés Moreno, Población Lautaro
Octavio Osorio, Población Lautaro
Orlando Castro, Villa Manuel Rodríguez
Orlando Ruiz, Villa Los Copihues
Pilar Ferrero, Villa Kennedy
Rosa Ortiz, Restorán Curicó
Rosa Rodríguez, Cañada Norte
Sonia Espinoza, Villa Manuel Rodríguez
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{Memorias  de Barrancas}
Veneranda Illanes, Villa Kennedy
Virginia Abarca, Villa María Luisa Bombal
• Jornadas de Memoria
Orieta Ojeda
Norma Rivera
Juan Cabello
Juan Navarro
Rosario Guerra
Luis Almonacid
Juan Carlos Ibacache
• Funcionarios municipales
Marion Assis
Luis Robles
Patricio Salinas
Omar Fernandez
Alejandra Sandoval
Rosa Osorio
Angel Aguilera
Valeska Ahumada
• Dirigentes vecinales
Maria Isabel Ayala
Emilio Morales
Luis Silva
Ivan Verdugo
Patricia Ramírez
Marta Navarro
Mónica Reyes
María Victoria Fuentes
Guillermina Cortés
Sonia Ramírez
Carlos Figueroa
Sonia Valdivia
Quizás se quedaron en el tintero, algunos que involuntariamente olvidamos, pero simple y sencillamente ellos y nosotros sabemos que este libro les pertenece...}
a todos.... hasta la proxima!!
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{Memorias  de Barrancas}
• Fotografía Recreacion en Metro Barrancas. Aporte de Roberto Guerra
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{Memorias  de Barrancas}
Colofón
En esta primera edición se terminó de imprimir en el mes de
Septiembre del año 2012.
Se imprimieron mil ejemplares en papel Bond ahuesado
de 80 grs. Para el interior y papel Hilado de 180 grs. Para
envolver la tapa. La encuadernación es rústica. Para la
composición de los textos se utilizó la tipografía Australis
Romans, italic, con sus variantes small caps, swash italic
y mayúsculas. Los títulos y destacados fueron compuestos
con la típografía Autralis Bold en sus variantes de peso: media y pesada. Ambas fueron diseñadas en Santiago de Chile.
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• Campamento Che Guevara. Aporte Fotográfico Sonia Valdivia
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