Teología Moral – Moral Social La “Moral Social” tiene por cometido reflexionar sobre las opciones éticas concretas que hacen su aparición dentro del horizonte de la “sociedad”. De este modo daremos respuesta al interrogante con que terminaba la “ética de la Persona”; la exigencia de un “más allá del personalismo ético”. 1.3 Aproximación Histórica Con esta aproximación no se pretende recordar todos los contenidos históricos de la Moral social cristiana. Sino en la captación de los “modelos teológicos – morales” que dan sentido y cohesión a los diversos planteamientos históricos de la Moral social cristiana. En la etapa de la reflexión teológica estricta se destacan tres modelos o sistemas de formulación teológico – moral: el primero gira en torno a la categoría ética de “Justicia”; el segundo se concentra en las exigencias morales del “Decálogo”; y el tercero se organiza dentro de las coordenadas filosófico – teológicas de la “Doctrina social de la Iglesia”. Primer Modelo: La ética Social en los cuadros formales de la “Justicia” Es la ética social de la Edad media y el Renacimiento tomista de los siglos XVI y XVII. Son las etapas de la primera escolástica (síntesis medievales) y de la segunda escolástica (tratados ético – jurídicos del Renacimiento tomista). Aunque en los demás períodos también se utiliza la categoría ética de la Justicia, sin embargo es en la primera y segunda escolástica cuando este concepto sirve de núcleo organizador del tratado. 1. Edad Media: El tratado “de justitia” de Santo Tomás de Aquino. (Suma Teológica II – II, qq. 57 122). Santo Tomás es el primero en construir un tratado de “Justitia” y en insertarlo dentro de la síntesis teológica; su visión constituye la concepción vivida por loa cristiandad europea, desde que ésta empieza a cobrar consciencia de sí misma, hasta el Renacimiento. a) La Justicia dentro de una Ética concreta de virtudes En la síntesis de la Suma Teológica la moral de Santo Tomás se divide en dos grandes bloques: la moral general y la moral concreta. La moral concreta se organiza en torno a la categoría de “virtud”. La moral concreta se encuentra en la Suma Teológica dentro de un esquema de virtudes. b) La Justicia en el conjunto de las virtudes cardinales La Justicia pertenece a las virtudes “morales” La virtud humana es un hábito que perfecciona al hombre para obrar bien. Pero en el hombre hay dos principios de acciones humanas: la inteligencia o razón y el apetito, que son los dos únicos principios de movimiento en el hombre. Es por tanto, necesario que toda virtud humana perfecciones uno de estos dos principios. Virtud intelectual: cuando una virtud da al entendimiento especulativo o práctico la perfección requerida para realizar un acto humano bueno. Virtud moral: cuando en su lugar da perfección al apetito. Santo Tomás se inserta en la tradición filosófica – teológica que unifica las virtudes morales en torno a cuatro puntos principales. ¿Cómo se justifica estos cuatro puntos cardinales? Principio formal de la virtud = es el bien de la razón. La virtud que considera a la razón en sí misma es la prudencia, llamada también virtud principal. La virtud que impone orden en alguna cosa o en materia de operaciones es la Justicia. Para imponer el orden de la razón en las pasiones es preciso considerar su oposición a la razón. La oposición puede ser doble: cuando la pasión empuja a algo contrario a la razón, hay que reprimir la pasión, de aquí viene la templanza. O cuando la pasión se aparta de lo que la razón dictamina por el temor del peligro y del trabajo, en cuyo caso hay que estar firme en lo que dicta la razón para no retroceder, y de ahí recibe el nombre de “fortaleza”. Santo Tomás afirma la preeminencia de la Justicia en el orden moral. “Una virtud se dice ser mayor según reluce en ella un mayor bien de la razón. En este sentido, la justicia es la más excelente de todas las virtudes, pro el hecho de ser la más próxima a la razón; esto es evidente por el sujeto, pues tiene ella su sede en la voluntad, y la voluntad es el apetito racional. La justicia se ocupa de las operaciones por las cuales el hombre se ordena, no sólo en sí mismo, sino también por orden a los demás. La Justicia es para Santo Tomás el vértice del mundo ético. c) El tratado “De Justitia”: fuentes y contenidos Fuentes del tratado: fuente aristotélica, bíblico – patrística y la del derecho romano. Fuente aristotélica: Santo Tomás ha seguido el libro V de la Ética en la estructuración y en las ideas principales de su tratado. Las doctrinas del derecho y sus divisiones, de la justicia en general, su naturaleza y especies de la misma, los principios y las formas de la injusticia tienen su fuente en Aristóteles. Fuentes cristianas: Son abundantes las referencias bíblicas, sobre todo del Antiguo Testamento. Hace referencia a textos patrísticos, a San Agustín, San Ambrosio y San Gregorio. Santo Tomás agrega los pecados de injusticia en palabras que no tienen precedentes en Aristóteles ni en los juristas y que el Aquinante los ha creado con originalidad. Fuentes de derecho romano: es patente en la obra de Santo Tomás, quien usa los textos de los jurisconsultos romanos, tanto en referencias textuales como en citas implícitas y mediatas. El tema de la Justicia queda sistematizado en la síntesis de Santo Tomás en torno a tres núcleos de interés: 1. El derecho: determinación y estudio del objeto de la Justicia. 2. Virtud: análisis de la noción constitutivos y división de la Justicia 3. Contenido: exposición de las exigencias morales de la Justicia. Derecho: su estudio en cuanto objeto de la Justicia es breve. Le dedica la cuestión 57. En esta cuestión está el origen de los extensos tratados de los comentaristas sobre la relación entre justicia y derecho, y sobre sus importantes divisiones (derecho natural, derecho de gentes, derecho positivo). Virtud: el análisis de Santo Tomás de la Justicia en cuanto virtud depende fundamentalmente de Aristóteles, aunque la definición la recoge de los juristas romanos. Noción, elementos integrantes y división de la Justicia son aspectos de la teoría ética más influyente en la tradición moral cristiana. Definición de Santo Tomás de Justicia: Hábito según el cual uno, con constante y perpetua voluntad, da a cada cual su derecho. 2. Renacimiento Tomista: los tratados “de justitia et jure de los siglos XVI - XVII Estos tratados son el primer intento de hacer una moral con metodología de interdisciplinaridad. Dentro de la síntesis tomista de las virtudes, la virtud que atrajo el interés de los teólogos y comentaristas fue la virtud de la Justicia. Nació así un género moral que puede ser considerado como el lugar teológico de encuentro entre la fe y las realidades sociales; es, en cierto sentido, el anticipo de la constitución pastoral Gaudium et Spes. El tratado “De Justitia et Jure” asumió como tarea el estudio de los problemas socio – político – jurídico – económicos. Las categorías de “Derecho” y de “Justicia” fueron las que juntaron toda la problemática moral de la sociedad. Para el planteamiento y la solución de los problemas éticos – sociales los moralista se sirvieron: de la descripción socio – económica de la sociedad, de los conocimientos jurídicos y de los criterios morales. 3. Anotaciones crítico valorativas Algunas limitaciones del tratado de Santo Tomás: - Excesivo formalismo: parecen preocuparle más las cuestiones “formales” que los problemas “reales”. Predomina la justicia conmutativa: consiste en la igualdad o equilibrio de los bienes. Poca incidencia en la vida real. Santo Tomás abrevia las cuestiones prácticas de la ética social. También los tratados de “Justitia et jure” tienen sus propias limitaciones: - - Continúa el excesivo formalismo y el predominio de la justicia conmutativa. Axiológicamente tenía mayor valor la justicia distributiva, aunque para la solución de los problemas sociales, siempre se consideró la justicia conmutativa. Estos tratados consideraban como justo el orden social existente. El predominio del derecho positivo en el análisis de los problemas morales les llevó a no cuestionar el orden social existente. Tendencia a reducir la ética social, sobre todo la económica, a una moral del intercambio. Segundo Modelo: LA ÉTICA SOCIAL EN EL ESQUEMA DEL DECÁLOGO Al modelo basado en la Justicia le sigue otro basado en el decálogo. 1. Tratamiento de la ética social en las “instituciones morales”. Santo Tomás había insinuado la posibilidad de convertir el contenido de la Justicia en el contenido del Decálogo y viceversa: “Los preceptos del Decálogo son los primeros preceptos de la ley a los que la razón natural asiente al punto como a principios evidentes. Ahora bien, donde más claramente aparece la razón de débito, que se requiere para el precepto, es en la justicia, que nos relaciona con otros. En efecto, cuando se trata de lo que atañe a uno personalmente parece a primera vista que el hombre es señor de si mismo y libre de hacer lo que más le plazca, pero en lo que atañe a otros es evidente que el hombre está obligado a darles lo que les es debido. Nace así la moral de Mandamientos frente a la Moral de las virtudes. El tratamiento que los casuistas hacen de la ética social es caracterizado por los siguientes rasgos: - - Los mandamientos de no matarás y no robarás aglutinan todos los contenidos éticos sociales, el séptimo mandamiento lleva la pauta, de tal modo que el modelo ético de la moral social casuista se le puede dar el nombre “de Septimo Praecepto”. La preponderancia del VII precepto en la organización de los contenidos de la ética social le dan un acento conmutativo de dominio – restitución. 2. Anotaciones crítico – valorativas. - La moral casuista hereda y profundiza los defectos de la ética social anterior: a) preponderancia de la justicia conmutativa, en torno a la cual se organizan las exigencias ético – sociales. Se parte del orden social existente, sin someterlo a análisis moral, para exponer desde esa opción conservadora los derechos y deberes sociales. - La ética social sufrió un proceso de privatización: fue sometida a los cuadros del “individualismo moral” y de esta suerte perdió la fuerza de la transformación social. - La unión estrecha entre moral y derecho se tradujo en la juridización de la ética social: tanto en la argumentación como los contenidos sufrieron la distorsión de la reducción jurídica, limitando así su capacidad crítica. Tercer Modelo: Modelo ético – teológico de la “Doctrina social de la Iglesia” La sagrada Escritura es el punto de arranque de la ética social cristiana. La Iglesia, por su parte, ha intervenido de distintas formas en los problemas sociales. Los Santos Padres dedicaron importante espacio e interés en sus predicaciones a las cuestiones relacionadas con lo social. Quienes manifestaron un particular interés por los temas sociales fueron los predicadores Bernardino de Siena 1444 y Antonio de Florencia 1459, quien en su Summa theologica evidencia una familiaridad con las costumbres comerciales de su época. Además, están los trabajos de los grandes teólogos el Siglo de Oro español quienes aportan una contribución inestimable a la formación de la doctrina social cristiana: Francisco de Vitoria (1546), creó la base del derecho internacional: Luis Molina 1600, Francisco Suárez 1617. Ya en el siglo XIX, León XIII dirige su mirada los temas de carácter social, apoyándose en la tradición de los siglos XII y XVI, adecuando la doctrina social a las circunstancias de la época. Elementos que integran la Doctrina Social de la Iglesia: - Las intervenciones de los Sumos Pontífices en las llamadas encíclicas sociales. Las intervenciones de los Papas en otras formas de magisterio menos cualificadas desde el punto de vista dogmático, como son discursos, cartas, alocuciones. Las intervenciones de los obispos en conferencias episcopales, en intervenciones particulares, etc. La síntesis que los teólogos han hecho a partir de los datos anteriores, teniendo en cuenta los principios cristianos deducidos de la ley natural y de la enseñanza de la Sagrada Escritura. Responsables de la doctrina social de la Iglesia: - El Papa para la Iglesia Universal. Los obispos para las Iglesias locales. Contenido Nuclear: Los principales documentes sociales de los Papas y del Concilio Vaticano II son: - León XIII: Rerum novarum (1891). Pío XI: Quadragesimo anno (1931). Pío XII: Mensaje de Pentecostés de 1941. Juan XXIII: Mater et Magistra (1961) y Pacem in terris (1963). Pablo VI: Populorum progression (1967); carta apostólica Octogesima adveniens (1971) Concilio Vaticano II: Constitución pastoral Gaudium et Spes (1965). El significado teológico eclesial La doctrina social de la Iglesia tiene un “significado” teológico y eclesial. De un modo sintético, se puede expresar ese significado del siguiente modo. La Doctrina Social como acontecimiento eclesial: no es sólo la formulación de contenidos morales. Es un acontecimiento eclesial, en este acontecimiento se edifica un modelo determinado de Iglesia: - Propensa a identificarse con la jerarquía, con el papado. La fuerza de la Iglesia reside en su influencia moral, proclamando los valores de la dignidad humana. Iglesia defensora de los derechos de los débiles, pero al mismo tiempo legitimadora de un determinado orden social. La Doctrina Social como trabajo teológico – moral: aunque en cuanto acción magisterial, pertenece al misterio pastoral, en su estructura tiene la configuración del saber teológico – moral. - Es una reflexión teológica: conjugación de evidencias de la fe y evidencias de los saberes humanos. Dentro del marco de loa moral: los contenidos pertenecen al universo de los valores. ANOTACIONES CRÍTICO VALORATIVAS a) El acontecimiento teológico – eclesial de la “Doctrina social de la Iglesia” es la continuadora de los tratados clásicos “De Justitia et Jure. Es también el antecedente inmediato de la constitución pastoral “Gaudium et Spes” del Concilio Vaticano II. A través de la Doctrina Social de la Iglesia los católicos han vivido su compromiso radical al servicio de la humanidad. En la Doctrina social de la Iglesia se advierte el intento de una reflexión teológica interdisciplinar: la teología se siente cuestionada por la realidad y asume en su reflexión la racionalidad que aportan los saberes humanos. Los contenidos de la Doctrina Social de la Iglesia no son abstractos ni atemporales, sino que inciden en la problematicidad de la realidad histórico – concreta. La influencia de la Doctrina Social de la Iglesia se ha manifestado en el apoyo a la construcción de estructuras sociales democráticas. b) Crisis de la Doctrina Social: su significado y su instrumentalización - Impacto de la secularización sobre la comprensión y la vivencia del cristianismo, la Doctrina Social se advierte como intervención religiosa en cuestiones profanas. - los específicamente cristiano está en crisis. No se alcanza a descubrir la novedad del Evangelio, se pretende organizar la sociedad bajo sus propios principios y sin intervención de revelaciones religiosas. - el modelo de la Iglesia ha entrado en crisis: la jerarquía de la Iglesia y la centralización. INTENTOS DE RENOVACIÓN EN LAS ETAPAS MÁS RECIENTES El modelo ético – social de “cristiandad” tiene dos versiones: la cristiandad constantiniana y sacral, y la nueva cristiandad posconstantiniana y profana. El proyecto ético de la nueva cristiandad se ve reflejado en el pensamiento de J. Maritain. Para Maritain la nueva cristiandad es un ideal histórico concreto que los cristianos han de realizar, ideal no coincidente ni con la realidad existente ni con la utopía irrealizable. Este ideal histórico concreto, meta del compromiso temporal de los cristianos: - Es un ideal de índole temporal. Nace de la inspiración cristiana, los creyentes son sus principales animadores y realizadores. La cristiandad profana es obra principalmente de los laicos. La estrategia para la transformación social se concreta preferentemente en medios espirituales.