Al llegar la noche Los discípulos se habían reunido con las puertas cerradas Jesús entró Jesús los saludó diciendo: ¡Paz a ustedes! Y también dijo: Reciban el Espíritu Santo. Y perdonen los pecados Como Tomás no estuvo, no creyó y pidió ver las heridas en las manos y en el costado de Jesús Ocho días despues Jesus se les volvió aparecer, pero Tomás sí estaba Y Jesús le dijo a Tomás: Mete aquí tu dedo, y mira mis manos; y trae tu mano y métela en mi costado. Tomás entonces exclamó: ¡Mi Señor y mi Dios! Jesús le dijo: ¡Dichosos los que creen sin haber visto!