4. La educación y la formación integral en Tomás de Aquino La

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4. La educación y la formación integral en Tomás de Aquino
La educación es el camino hacia la humanización, lo que supone la “instrucción” del alma,
-a través de la enseñanza de la ciencia-; el cuidado del cuerpo -importancia de hacer
ejercicio- hasta alcanzar la madurez del hombre adulto, cuando sea autónomo y sus
acciones sean fruto de la recta razón. Es un proceso continuo que nunca acaba, pues la
persona está siempre en camino de lograr la perfección. La misión educativa planteada
desde Santo Tomás contiene, además, dos conceptos claves: conductio y promotio. La
“conducción” se refiere a la intención de la institución de formar a sus estudiantes. La
“promoción”, al proceso del estudiante de ir adquiriendo autonomía, a través de las cuatro
dimensiones del actuar humano: comprender, hacer, obrar y comunicar. Por lo tanto, en el
proceso educativo intervienen todos los actores: estudiantes, docentes, directivos y
sociedad en general, ya que nunca acaba y siempre implica al otro para alcanzar la dignidad
humana y vivir en sana convivencia. Es un proceso complejo al que le surgen múltiples
problemas a diario; sin 10 Cárdenas Sierra, Alberto. La acción humana en Tomás de Aquino:
bases antropológicas del derecho del siglo XXI. En: Revista virtual Via inveniendi et iudicandi
p. 8. Recuperado de: http://numanterioresviei.usta.edu.co/articulos/edi4/accion-humana.pdf.
Sin embargo, el esfuerzo de tratar de alcanzar la autonomía, es lo que se le trata de
transmitir al estudiante en la USTA, a través de los programas académicos que ofrece, como
de las asignaturas de humanidades que imparte. Este complejo proceso es lo que se llama
“Educación Integral” y se refiere a la auténtica capacidad humana de ordenar la vida en
todas las dimensiones de la acción humana, conforme a la recta razón guiada por el ideal
de las virtudes, en donde de modo especial, la virtud de la prudencia es la que permite
reconocer un hombre bueno que vive en bien-estar con los otros. Por otro lado, todo el
proceso de formación integral, desde el carisma dominico tomista, lleva en su corazón una
clave fundamental: la realidad es susceptible de ser problematizada. En otras palabras, a
partir del estudio y del realismo tomista mediante el ver, juzgar y el actuar, se encuentra
que por ser dialógico, el proceso educativo de formación integral implica que la realidad sea
susceptible de ser problematizada para poder encontrar soluciones de manera creativa,
crítica y ética. Aunque no se trata de defender una verdad porque sí, si se busca afrontar la
realidad para encontrar las soluciones pertinentes que conduzcan y promuevan el bienestar de las personas y de la sociedad.
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