Subido por Charles Dany

alan

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El primer gobierno de Alan García Pérez (1985-1990) estuvo marcado por
innumerables casos de corrupción y violación a los derechos humanos que
hasta hoy recordamos con mucho pesar. Como poder olvidar la creación
del Comando Paramilitar “Rodrigo Franco” por Agustín Mantilla encargado
de asesinar a dirigentes sindicales y populares, la masacre de los penales
en 1986, las cuantiosas sumas de dinero malversadas en el famosísimo y
promocionado tren eléctrico (que por cierto nunca llego a funcionar), los
millones de dólares MUC derrochados en complicidad con sus socios los
“doce apóstoles”, el caso Zanati, INDUMIL, los Mirages, la venta irregular
de acciones de la deuda externa a cargo de Luís Alva Castro, la carne
podrida importada por Morales Bermúdez, etc., etc.,etc. A la par del
copamiento absoluto y manejo corporativo del estado por parte de la
“maquinaria” aprista de aquel entonces.
Durante la campaña presidencial del año pasado Alan García Pérez
prometió y propagandiso a los cuatro vientos que había cambiado, que
había madurado políticamente y que atrás quedaba ese joven “rebelde” de
1985 que con solo 36 años de edad trato de aplicar un modelo económico
heterodoxo y busco favorecer sectariamente al viejo partido de la estrella
en el manejo de la administración publica. García entre otras cosas
reconoció la necesidad de dar vida a un gobierno de ancha base que
incorpore a los diversos sectores sociales y políticos del país donde el
APRA sea solo un componente mas, de igual manera se comprometió a
luchar frontalmente contra la corrupción, que como ya se dijo fue una de
las características más resaltantes de su primer gobierno. García también
cuestiono la política social de Toledo a la que se le dio el nombre del
“Chorreo” aduciendo que su gobierno si tendrá un carácter social y que su
política será redistributiva y no mendicante.
Han pasado ocho meses desde que el APRA asumió el gobierno del país y
hoy vemos que más allá de las promesas incumplidas y los inflamados
discursos de plazuela - propios de García - muy poco o nada ha cambiado
en el Perú y que el partido fundado por Víctor Raúl Haya de la Torre hace
casi 70 años mantiene incólumes las vedadas formas de administrar el
estado, que tan famosas se hicieron durante los años 1985-1990.
El verdadero rostro del APRA: La corrupción como política de estado
Para, supuestamente, “combatir la pobreza” Alan García y su gobierno han
promocionado una política de inversión pública denominada “Shock de
inversiones”. Con estas medidas, que no son más que paliativas y
asistenciales, se pretende hacer digerible para las grandes mayorías la
dureza de las políticas neoliberales. Para su materialización el estado
asume la financiación de algunas necesidades ciudadanas, es en ese
sentido que últimamente se llevaron a cabo una serie de licitaciones
(compras del estado) que pusieron en evidencia la descomposición moral
de este gobierno y su verdadero carácter.
Hace algunas semanas se genero un gran escándalo cuando se hizo
publica la sobre valoración en el costo de 469 patrullas adquiridas por el
ministerio del Interior a cargo - en ese entonces - de Pilar Mazzetti
(personaje independiente que fungió como Ministra de Salud durante el
gobierno de Toledo) a la Empresa chilena proveedora de vehículos
Gildemeister. Esta compra del estado permitió que cada unidad vehicular
sea valorizada en mas de 29 mil dólares quedando mas adelante
demostrado que el precio real de cada vehiculo apenas alcanzaba los 13
mil dólares, con lo cual el Ministerio del Interior permitía que el estado
pierda casi 16 mil dólares por cada patrulla siendo la única beneficiada la
empresa chilena. Después de algunas idas y venidas y ante la presión
mediática Alan se vio obligado a deshacerse de la cuestionada Ministra y
en su reemplazo nombro a Luís Alva Castro, aprista de viejo cuño que
estuvo vinculado muy directamente - en calidad de Primer Ministro y
Ministro de economía - al nefasto primer gobierno del APRA.
Este hecho ponía en evidencia dos cosas: Primero, la necesidad de copar
el estado por parte de la militancia aprista, tan reclamada por numerosos
sectores del partido gobernante expresados concretamente en la persona
de Mauricio Mulder (Secretario General colegiado del APRA), con lo cual
se tiraba por la borda la falsa “voluntad inclusiva y amplia de gobernar con
todos” tan promocionada por Alan y Del Castillo (Primer Ministro) durante
la campaña presidencial y los primeros días de gobierno. Y segundo,
demostraba también la consolidación de la tendencia por continuar
endureciendo la gestión gubernamental en contra del movimiento popular.
No olvidemos que es precisamente el Ministerio del Interior el que se
encarga directamente de lidiar con las luchas y reivindicaciones de los
movimientos sociales y que Alva Castro representa el ala dura y
antipopular del aprismo y que su cercanía a Agustín Mantilla (creador y
director del comando paramilitar Rodrigo Franco, ex ministro del Interior
durante el primer gobierno aprista, responsable directo junto a Alan García
y Giampetri de la masacre de los penales en 1986 y vinculado al
fujimorismo al recibir miles de dólares para la campaña aprista del 2001)
es muy grande como lo demostraron las declaraciones vertidas por este el
27 de febrero del año en curso cuando se ofreció públicamente a colaborar
con Alva Castro: “Tengo alguna experiencia en el sector interior y estoy a
disposición del nuevo Ministro” (Declaraciones de Agustín Mantilla
tomadas por el diario Perú 21 el miércoles 28 de febrero del 2007)
Pero la cosa no quedo allí, días mas tarde otra perla se desprende del
rosario aprista. Carlos Vallejos, militante aprista y Ministro de Salud
(MINSA) que en su momento fue muy crítico a la cuestionada licitación
para comprar las 469 patrullas promovida por la Mazzetti, es descubierto
cometiendo un flagrante robo al estado. Nada menos que la misma razón y
el mismo cliente. Vallejos había permitido que el estado pague de mas por
la adquisición de 96 ambulancias para el Ministerio de salud a la Empresa
Gildemeister, la mismísima que había estafado días atrás a su ex colega
del interior y que el conocía ampliamente como lo dijo en su momento. El
destino del Ministro Aprista Vallejos, a diferencia de lo que paso con la
Mazzetti, no fue la purga ni la sanción sino mas bien se lo premio
manteniéndolo como jefe de su ministerio.
Días más tarde el “laureado” Ministro de Educación José Chang, quien hoy
libra una dura e injusta batalla contra los maestros y sus organizaciones
gremiales, también es comprometido en actos dolosos al quedar
demostrado que se dieron sobre valoraciones de costos en la compra de
útiles escolares por su ministerio. Tampoco fue separado de su cartera.
Y uno de los últimos sucesos de corrupción protagonizados por la banda
aprista fue lo ocurrido con el otrora Coronel de la Policía Nacional y ex
candidato a la Alcaldía de Lima por el APRA, Benedicto Jiménez (alias el
sheriff) quien hasta hace poco se desempeñaba como director del Instituto
Nacional Penitenciario (INPE), cargo que asumió ante la renuncia de la
abogada Rosa Mavila al detectar actos de corrupción y malos manejos en
este sector. A partir de una denuncia hecha por el diario el Comercio, se
descubrió que Benedicto Jiménez era un cercano colaborador del inefable
narcotraficante Fernando Zeballos Gonzáles (alias el lunarejo) uno de los
más grandes narcotraficantes del país y del extranjero. La investigación
demostró - a través de un correo electrónico interceptado a Jiménez - que
el sheriff alimentaba al narcotraficante con información confidencial
valiéndose de su estratégica ubicación en la Policía Nacional. La presió n
mediática y la contundencia de la denuncia obligaron a que Jiménez sea
desembarcado de su cargo pero no sin antes asegurarse los apristas de
que este haya ubicado en diversos cargos de confianza del INPE a los
“compañeros”.
Los sucesos reseñados líneas arriba demuestran lo incongruente que
suele ser siempre poner al gato de despensero, más aun cuando este gato
tiene las garras muy afiladas y cinco años de experiencia cleptómana.
Con neoliberalismo no hay redistribución de la riqueza solo corrupción y
pobreza
El voceado Shock de inversiones ha quedado al descubierto,
demostrándose que no era mas que el Shock de las “coimisiones” con lo
cual los apristas y sus socios los Gildemeister y demás mafiosos (porque
estamos seguros que hay más) han pretendido robarle al pueblo y al
estado usando como pantalla la inversión social. Si Toledo fracaso en su
intento por lavarle la cara al neoliberalismo a través del falso “Chorreo” que no fue más que impune “Choreo” -, Alan y el Shock de inversiones o
“coimisiones” también vienen fracasando día a día en su intento por hacer
digerible socialmente un modelo que por su propia naturaleza es
excluyente y promotor de la corrupción.
Han bastado solo ocho meses para que el APRA muestre su verdadero
rostro, donde la corrupción, el autoritarismo, la demagogia y el
neoliberalismo, afloran como los rasgos más característicos. Han bastado
solo ocho meses para acabar con esa mentira propagandística que la
derecha y los medios de comunicación adictos al régimen quisieron
imponer a toda costa y que decía que el APRA y Alan habían cambiado,
que la política del APRA si tenía un rostro social. El APRA de hoy sigue
siendo, en esencia, el APRA de ayer. Ese APRA que hizo de la corrupción,
la mentira y el garrote estrategias y tácticas de gobierno para sojuzgar al
movimiento popular y a las grandes mayorías y favorecer únicamente los
intereses corporativos de su entorno y del gran capital. El accionar de este
segundo gobierno aprista lo podríamos sintetizar en una vieja frase del
adagio popular: “gallina que come huevos aunque le quemen el pico”
En conclusión diremos entonces que este nuevo gobierno aprista no solo
se ha aliado al fujimorismo - la expresión mas lumpen de la política
peruana - para tener gobernabilidad en el Congreso a cambio de darles
impunidad a los fujimoristas, sino también viene implementado una política
autoritaria y represiva contra el movimiento popular a fin de poder seguir
aplicando, de la misma manera como lo hicieron quienes lo antecedieron
en el gobierno, las recetas del Fondo Monetario Internacional y de las
grandes transnacionales que no hacen mas que empobrecer a millones de
peruanos a cambio de enriquecer a un puñado de empresarios y
banqueros. A ello se suma, como lo demuestran los últimos sucesos ya
señalados, la vigencia de la corrupción y la vendetta como estrategias
fundamentales de gobierno, emulando así los mismos errores de su
primera gestión.
Es necesidad del pueblo construir una respuesta unitaria a partir de las
organizaciones sociales: cocaleros, sindicatos, maestros, estudiantes,
comunidades afectadas por la minería, etc. Tomando como base de
articulación las demandas mas concretas, democráticas, antineoliberales y
antiimperialistas que recorren nuestro país y nuestro continente como son
la lucha frontal contra la corrupción institucionalizada y por una sanción
ejemplar a los corruptos de ayer y de hoy, la lucha por una Asamblea
Constituyente que acabe con la Constitución pro neoliberal y
antidemocrática de 1993 y que abra espacios realmente democráticos
para la autoorganización y control popular de los recursos del Estado y de
las decisiones políticas de los gobernantes, el cese y re-nacionalización
de las privatizaciones, respeto al medio ambiente, la vida y la cultura de
los pueblos y naciones originarias que son agredidas diariamente por la
grandes mineras, rechazo categórico al TLC y la CONVEMAR por ser
instrumentos de recolonización imperialista, respeto a la producción de la
milenaria hoja de coca, respeto y vigencia irrestricta de la gratuidad de la
educación en todos sus niveles y modalidades, por una salud al alcance
de todos, respeto a los derechos economico-sociales y a las
organizacionales naturales de los trabajadores, entre otras demandas
programáticas que nacen de la lucha cotidiana por la sobrevivencia que
libran los ciudadanos de a pie. Solo de esa manera y con la movilización
permanente podremos ir construyendo, como se viene haciendo en
Venezuela, Bolivia y Ecuador, un modelo alternativo al neoliberalismo y a
la corrupción que de este emana.
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