BASES PARA UNA POLÍTICA DE EDUCACIÓN ESPECIAL MEXICO 1981 1- EXPOSICIÓN DE MOTIVOS. Existen en México numerosos niños y jóvenes que tienen requerimientos de Educación Especial. En gran medida, ellos forman parte de los grupos marginados o de las poblaciones que habitan en las zonas económicamente deprimidas, cuyas condiciones de vida inciden para incrementar la frecuencia de ciertas enfermedades y la carencia de algunos estímulos que afectan diversas formas o niveles de aprendizaje. Paradójicamente estos niños y jóvenes, que en su mayor parte son víctimas de la marginalidad, también están por lo general marginados de la Escuela, sin recibir la educación sistemática ni la formación para la vida y el trabajo. Grandes han sido los esfuerzos realizados en el país desde el gobierno de Benito Juárez con la participación de maestros y otros profesionales de igual mérito en el campo de la Educación Especial. Sin embargo existen necesidades que aun no están satisfechas y que son crecientes por causa de diverso orden: socioeconómicas, poblacionales y otras. Cuando ya funcionaban varias escuelas y servicios, se creó en el año 1960 la oficina de Coordinación de Educación Especial, dependiente de la Dirección General de Educación Superior e Investigación Científica. En el año 1971, siguiendo las tendencias universales de los sistemas vigentes, la Secretaría de Educación Pública de México creó la Dirección General de Educación Especial como parte de la estructura de la Subsecretaría de Educación Básica y actualmente dependiendo de la Subsecretaría de Educación Elemental cumpliendo el cometido esencial de extender los beneficios de la educación a esa amplia y diversa población. 2- FUNDAMENTOS LEGALES. La educación especial está reconocida como parte del sistema educativo nacional en el artículo 15 de la Ley Federal de Educación. Después de referirse al tipo elemental medio y superior, que comprende el sistema educativo nacional, dicho artículo afirma que: “el sistema educativo nacional comprende, además, la que se imparte de acuerdo con las necesidades educativas de la población y las características particulares de k grupos que la integran”. Tiene por fundamento los artículos 48 y 52 de la Ley de Educación, que se refieren al derecho a la educación, y el artículo 50 de la misma Ley que se refiere a los fines y principios establecidos en el artículo 30 de la constitución de los Estados Unidos Mexicanos. La ley orgánica de la Educación Pública Reglamentaria (1942) del artículo 30 que contiene disposiciones referentes a la educación especial, se abroga en los artículos transitorios de la Ley Federal de Educación (1973) El artículo 48 dice: “Los habitantes del país tienen derecho a las mismas oportunidades de acceso al sistema educativo nacional, sin más limitaciones que satisfacer los requisitos que establezcan las disposiciones relativas”. El artículo 52 establece los derechos de quienes ejercen la patria potestad o la tutela: “Obtener la inscripción necesaria para que sus hijos o pupilos, menores de edad, reciban la educación primaria”. Estas disposiciones legales, al reconocer el derecho a la educación de todas las personas, tácitamente reconocen también el derecho de los niños y personas que por sus limitaciones físicas o psíquicas tiene requerimientos de Educación Especial. Además el Decálogo de los Derechos del Niño Mexicano -por la T:S: profesora Carolina Baur Arenas - enuncia expresamente el siguiente principio en su inciso IX: “El niño lisiado, débil física o socialmente, tiene derecho a que se le rehabilite con medios modernos de educación a fin de incorporarlo a la sociedad”. Los derechos a los que nos referimos aparecen expresamente formulados en los siguientes documentos internacionales: Declaración de los Derechos del Niño, Declaración de los Derechos de las Personas Mentalmente Retardadas, Declaración de los Derechos de los Impedidos, respectivamente proclamadas en 1956, en 1971, y en 1976 por la asamblea General de las Naciones Unidas. En sus conclusiones estos documentos recomiendan la acción nacional e internacional sobre marcos de referencia y bases comunes para asegurarles a estas personas la dignidad humana, la salud, la rehabilitación para el trabajo, la participación social y política, así como todas las condiciones que puedan facilitarles una vida plena. El derecho a la igualdad de oportunidades para la educación, formulado en las últimas décadas como medio para democratizar la educación, obliga a reconocer que para brindarles oportunidades verdaderamente iguales a las personas que padecen cualquier limitación física, mental o emocional hay que consagrarles mayores recursos en tiempo personal, presupuestos y planificación. Estando la educación entre los primeros servicios que el Estado le debe a la sociedad, la realidad actual demuestra que este servicio necesita ser ampliado cuando se refiere al alumno que recibe los beneficios de la educación a través de esta dirección. La Dirección General de Educación realizará y estimulará todas las acciones que tiendan a modificar algunos reglamentos que puedan ser restrictivos para el derecho a la educación de los niños o jóvenes con requerimientos de educación especial. Apoyará igualmente cualquier acción que se proponga eliminar disposiciones que restrinjan su derecho a su participación social en cualquier momento de su vida. 3- EL SUJETO. DE LA EDUCACIÓN ESPECIAL. Evitando las clasificaciones, ya sea porque responden a criterios diversos o porque interesan poco a la educación* en este documento se enumeran los grupos de alumnos por el carácter dominante del problema, lo que permite reconocer cierta homogeneidad en los mismos. De tal manera se pueden agrupar alumnos con: o Deficiencia mental. o Dificultades de aprendizaje, o Trastornos de audición y lenguaje, o Deficiencias visuales, o Impedimentos motores", o Problemas de conducta. Comúnmente en cada grupo, la mayoría presenta, asociada al problema dominante, alguna de las dificultades que caracteriza a los otros agrupamientos. Además, existen alumnos con otras características, tales como los superdotados y los autistas, que en el futuro también, recibirán educación a través de esta Dirección. Como se advierte existe una variedad importante de limitaciones o dificultades que en los diversos grupos, y en cada caso tiene diversas manifestaciones que responden a etiologías diversas. Sin embargo se unifican en el mismo grupo educativo porque presentan problemas en su rendimiento escolar' o en su estabilidad emocional, así como en su capacidad de relacionarse con el medio y participar en el mismo. Además de ser diferentes por su naturaleza, las limitaciones suelen ser diversas por su grado que, en algunos casos, cuando es leve no permiten descubrir fácilmente el límite que los diferencia de los niños a los cuales se lo considera como “promedio”. Lo que verdaderamente le interesa saber al maestro es que, en cada caso, el sujeto de la educación especial es un alumno que por alguna de sus características físicas o psíquicas, puede presentar dificultades de diferente naturaleza y grado para progresar con los programas de la Escuela regular. La terminología aplicada a estos alumnos ha sido muy diversa. Al comienzo se les llamó “anormales”, bajo la influencia de la clínica psiquiátrica y, más tarde de la psicometría. Posteriormente se ensayaron otros términos menos peyorativos, tales como “incapacitados” “disminuidos”,“impedidos”,“atípicos”, “inadaptados'4, '‘excepcionales”, y otros. En algunos casos estas denominaciones recibieron fundamentos estadísticos, sociales o psicológicos y generalmente implicaban juicios de valor. Más recientemente se ha comprobado de manera experimental que cualquier rotulación conduce a segregar a estos alumnos y crea confusiones perjudiciales para su educación. Se ha propuesto llamarlos “niños en dificultad” y se está generalizando la denominación común de “niños, jóvenes o personas con requerimientos de educación especial”. Esta expresión también procura evitar una separación absoluta entre el conjunto diversificado de alumnos que nos ocupa y los que responden a las normas promedio, quienes también pueden presentar alguna dificultad y requerimientos de Educación especial en un momento cualquiera de su vida. 4- CONCEPTOS BÁSICOS. 4- 1 Educación Especial, Educación General y otras disciplinas. En esta Dirección, obviamente, se utiliza el concepto amplio de educación que acentúa la formación para favorecer en el sujeto educativo la conquista de su personalidad autónoma y socialmente integrada. El énfasis en la formación, con todas sus implicancias, responde a los motivos que fundamenta la Ley Federal de Educación. Sin desconocer la reciprocidad que existe entre educación e instrucción o formación e información, se subraya el primer término de estas antinomias porque, en nuestro caso, responde a la necesidad de ocuparse de aquellos niños que algunas veces no pueden asimilar los aprendizajes académicos pero si pueden aprender a vivir y a convivir según las normas de su medio cultural, así como trabajar con una’independencia más o menos relativa. La educación especial no se halla separada de la educación general Por el contrario toma de esta última sus conceptos principales. Su peculiaridad consiste en las modificaciones y adiciones que se deben introducir para compensar o superar alguna deficiencia. La problemática de los alumnos de este campo requiere, en ciertos casos, la participación de profesionales muy variados, tales como Psicólogos, Trabajadores sociales, Especialistas de audición y lenguaje, Fisioterapeuta, Médicos de diversas especialidades. Estos profesionales pueden actuar directamente o bien ser consultados, tanto a nivel central en las programaciones de la Dirección General de Educación Especial, en los programas coordinados con otras direcciones de la SEP y con otras Secretarías, así como en las unidades de los diversos servicios. La participación de estos profesionales debe ser interdisciplinaria, como teóricamente está especificado, y con miras a la función transdisciplinaria de cada miembro del equipo. Sin embargo el maestro especialista debe conservar su autonomía relativa en el contexto de la actividad múltiple interdisciplinaria para singularizar su función, que no es la de curar sino la de educar a un sujeto que puede tener peculiaridades derivadas de las limitaciones biopsíquicas o sociales. También en este caso la evolución de las ideas ha sustituido las antiguas denominaciones de pedagogía terapéutica, correctiva o curativa, por la de Pedagogía Especial y Educación Especial. 4- 2 Educación Especial y Pedagogía Especial. Por lo que antecede, se formulan las siguientes definiciones de Educación Especial y Pedagogía Especial: La Educación Especial tiene como sujeto a ¡as personas con necesidades especiales cualquiera sea su problemática. No difiere esencialmente de la educación regular sino que comparte sus fines generales y sus principios y, en algunos casos, requiere el concurso de profesionales de otras disciplinas. Según la naturaleza y grado de los problemas de sus alumnos, comprende objetivos específicos, programas adicionales o complementarios individualizados, que pueden ser aplicados con carácter transitorio o más ó menos permanente en el aula regular, en la Escuela o en otros servicios. La Pedagogía Especial es rrna rama de la Pedagogía General que, en vista de los mismos fines de la educación regular, sistematiza la teoría y la práctica de la educación de acuerdo con las particularidades de los sujetos con requerimientos de Educación Especial, a los que estudia con la ayuda de ciencias biológicas y sociales. 5- FINES Y OBJETIVOS DE LA EDUCACIÓN ESPECIAL. 5- 1 Fines generales. Los fines generales de la Educación Especial responden a los que se inscriben en el artículo 30 de la constitución Política de los Estados Mexicanos: La educación que imparta- el Estado-Federación, Estado-Municipio, tenderá a desarrollar armónicamente todas las facultades del ser humano y fomentará en él, a la vez, el amor a 1a. patria y la conciencia de solidaridad internacional, en la independencia y en la justicia. Estos frnes son realistas cuando la educación especial se orienta por una filosofía humanista, ya que en todo individuo hay un ser humano cualesquiera que sean sus limitaciones.Se debe actuar sobre los mismos, sin fijar de antemano barreras infranqueables. Los fines de la educación no deben supeditarse a esas limitaciones sino que superándolas en cuanto sea posible, deben tener en cuenta que todo educador asume la responsabilidad de formar una persona, más que la de rehabilitar a un inválido. 5- 2 Fines Específicos Como fines específicos pueden considerarse los que siguen: Capacitar al individuo con requerimientos de educación especial para realizarse como una persona autónoma, posibilitando su integración y participación en su medio social para que pueda disfrutar de una vida plena. Actuar preventivamente en la comunidad y sobre el individuo, desde su gestación y a lo largo de .toda la vida, para lograr el máximo de su evolución psicoevolutiva. Aplicar programas adicionales para desarrollar, corregir o compensar las deficiencias o alteraciones específicas que los afecten. - Elaborar guías curriculares para la independencia personal, la comunicación, la socialización, el trabajo y el tiempo libre. - Incentivar la aceptación de las personas con requerimientos de educación especial por parte del medio social, haciendo progresivamente vigentes los principios de “normalización” e “integración”. 6- ALGUNAS NORMAS DE LA EDUCACIÓN ESPECIAL. 6-1 Desarrollar una didáctica con expectativas más elevadas. Las filosofías humanista que conduce a reconocer la comunidad de fines con la educación regular, dio lugar a hipótesis de trabajo que corroboran, en la experiencia, las posibilidades de estas personas, mucho mayores que las anteriormente supuestas. Como consecuencia, se ha elaborado un principio que ya rige como precepto: Basarse en las posibilidades del alumno, más que en sus limitaciones. Este precepto conduce a elaborar programas amplios, que respondan a los intereses del alumno según su edad, teniendo en cuenta que en algunos casos ciertos aprendizajes escolares se inician cuando se alcanza la pubertad o la adolescencia. En cuanto a los contenidos, es deseable que se asemejen a los de la escuela regular, sin que esto signifique tan sólo hacer más lentos los programas. Se requiere una selección y jerarquización de las materias y un ajuste de su volumen, según las posibilidades dei aprendizaje y las necesidades sociales y prácticas del alumno. El mayor esmero didáctico debe garantizar que la propia experiencia del niño sea la fuente de su aprendizaje y que el niño se comporte de acuerdo con su naturaleza activa, aun cuando su actividad sea regulada y disciplinada según las normas del grupo. Es recomendable que, cuando sea posible, las actividades psicomotrices, preceptúales, cognoscitivas, que se aplican en los programas adicionales, también globalicen en las actividades curriculares regulares. El mencionado precepto sugiere una actitud en el maestro que es la de mantener ante sus alumnos una realista pero elevada expectativa, sin los prejuicios que suelen derivarse de los diagnósticos de cualquier origen. Se demuestra experimentalmente que las expectativas del maestro trascienden al alumno para desarrollar su autoimagen que, cuando es positiva, optimiza el aprendizaje en todas sus formas. Cuando mayor es la expectativa del maestro, mejores son los rendimientos del alumno. Estas expectativas, el optimismo y el entusiasmo del maestro dependen, a su vez, del estímulo que le ofrezcan los directores, los supervisores y el sistema de educación. Su labor suele ser ardua para lograr a veces en tiempos muy diferidos los objetivos que se proponen. 6-2 Individualizar la Educación. La naturaleza, la variedad y la complejidad de los problemas que suelen afectar a cada niño requieren que el mismo reciba una atención individualizada. Una vez que el equipo ínterdisciplinario identifica sus requerimientos de educación especial, y lo remite a uno de los grupos que atiende la Dirección General de Educación Especial en sus respectivas escuelas y servicios, el maestro debe realizar su propia evaluación y definir los objetivos educacionales específicos. El modelo psicopedagógico requiere un gran dinamismo de parte del maestro en un continuo de evaluacióneducación-evaluación que se registra en el perfil psicopedagógico. Este procedimiento le permite jerarquizar los objetivos y planificar sus acciones en secuencias detalladas, extremadamente detalladas muchas veces, que después del logro de un objetivo se proponga otro apenas más difícil y así sucesivamente.^ La individualización no requiere necesariamente la enseñanza-aprendizaje en relación de uno a uno. Por el contrario el pequeño grupo favorece los aprendizajes gracias a la confrontación de experiencias y elaboraciones mentales de logros y fracasos. Por eso cuando el maestro sabe construir el perfil psicopedagógico de cada alumno está en condiciones de formar grupos (de 4 ó 5 niños). Para eso debe organizar el trabajo de autoinsfrucción mediante el uso de materiales que puedan ser adecuados sin ser costosos. Coordinar la individualización y la socialización es la mejor solución para organizar el trabajo con provecho para los aprendizajes del alumno. Algunos contenidos permiten desarrollar clases simultáneas alternándolas con las individualizadas. 6- 3 Promover la “normalización” La “normalización” es un principio que recalca la importancia, para las personas con requerimientos de educación qspecial, de vivir en condiciones consideradas “normales” tanto como sea posible. Este principio responde a necesidades existenciales, que están por encima de otras más elementales y más fácilmente reconocibles. Por razones muy diversas, históricamente y aun en la actualidad, estas personas fueron rechazadas, segregadas o por lo menos, tratadas de manera diferente en su propia familia y en el medio que las rodea. Como no se ha permitido desarrollar la capacidad de responder a las exigencias sociales de una sociedad que les pide más de lo que pueden dar, son excluidas de su medio y por eso ven afectada su necesidad de pertenencia propia del ser humano. El rechazo y la exclusión del grupo, a su vez, es causa de inseguridad social que afecta de manera, negativa a su realización mediante los logros obtenidos en su relación con el mundo. Diversas investigaciones han demostrado que estas necesidades de pertenencia, aceptación y participación están en la raíz de determinadas conductas que se expresan en extremos tan opuestos como el retraimiento y la agresión. Dichas necesidades, al ser satisfechas mediante la “normalización” es probable que atenúen esas manifestaciones, a menudo antisociales, que agravan su situación y frustran los esfuerzos de la acción educativa. La “normalización” no es fácil ya que depende también de los valores dominantes en cada sociedad. Pero la Dirección General de Educación Especial comienza recomendando las actitudes más favorables que debe observar la escuela y que debe recomendar a las familias para satisfacer las necesidades de pertenencia y seguridad. Se debe comenzar por el respeto que se merece cada niño y cada persona desarrollando sus posibilidades pero sin exigencias ideales, brindándoles el máximo de posibilidades para su realización, para el reconocimiento de sus éxitos por pequeños que sean. Otras acciones coordinadas con diversas Secretarías y con los medios de comunicación tenderán a cumplir este principio en proyección más amplia. Algunas experiencias, en especial las realizadas en los centros de trabajo productivo, demuestran la posibilidad de la “normalización” que puede medirse por el grado de aceptación que muestra el medio social. Las personas con requerimientos de educación especial saben conquistar esa aceptación, cuando se les ofrece la oportunidad. El concepto de “normalidad” comprende de este modo a gran parte de las personas que antes se mantenian fuera de sus limites. Las acciones que la escuela debe promover para la “normalización” pueden ser tan diversas y extendidas como lo permitan sus relaciones con el medio circundante y los lazos que pueda establecer con diversos servicios de la comunidad. Los centros psicopedagógicos, además de la escuela, pueden jugar a este respecto un gran papel, cumpliendo planes para llegar progresivamente a los objetivos de la “normalización” Entre dichos planes son prioritarios aquellos que se dirigen a las familias, va que el pronóstico depende en gran medida de la eficacia funcional de las mismas. El principio de “normalización” puede ayudar a los maestros, psicólogos y trabajadores sociales, en su tarea de aliviar los conflictos y tensiones en el seno de la familia que crean algunos niños y adolescentes con requerimientos de educación especial. Además si los padres manejan ciertas técnicas de los programas adicionales podrán sostener su necesidad de hacer algo por aquellos, hijos o hermanos que presentan alguna dificultad. Los maestros y otros especialistas pueden encontrar así una ayuda significativa y eficiente para cumplir su parte en la extensa y nada fácil tarea de la “normalización” Entre dichos planes, son prioritarios aquellos que se dirigen a las familias, ya que el pronóstico depende en gran medida de la eficacia funcional de las mismas. 6- 4 Integrar la educación especial y la educación regular. El concepto de “integración”, en su acepción moderna, es la estrategia que se utiliza durante la. edad del desarrollo para lograr la “normalización”. La “integración” tiene una connotación más específicamente educacional, ya que tendrá lugar con la formación sistemática de las personas con requerimientos de educación especial. Este concepto culmina una larga experiencia y un prolongado debate de la antinomia “segregación-integración”. Es sabido que en su origen, la entonces denominada “educación terapéutica”, “correctiva”, o “remedia!” creó las escuelas para invidentes, para sordomudos y más tardé los “institutos médicos pedagógicos o de educación” o “escuelas diferenciales” para niños con retardo mental. Cuando se inició la educación de los alumnos con deficiencia mental de grado leve, apareció como nueva alternativa la clase “especial” de “perfeccionamiento”, etc., en la escuela regular. Después de un largo debate sobre las alternativas “escuela especial” o “diferencial” o aula regular, en la década del ’60 se efectuaron investigaciones cada vez más controladas para comprobar los supuestos antes confrontados. Las conclusiones no fueron definitivas pero se infiere que la superioridad del aula regular es definitivamente marcada para los grados leves de todos los deficientes superficiales y para los alumnos con deficiencias visuales o auditivas graves o severas que paralelamente adquieran las técnicas compensatorias para la comunicación. Obviamente, se comprueba, que no iodos los alumnos pueden ser integrados en el aula regular. Existen algunos que presentan serias perturbaciones emocionales, con conductas hiperactivas o antisociales, otros con defectos corporales, sensoriales o mentales graves o con deficiencias múltiples que requieren cuidado y atención intensiva y continua de su salud física y psicoafectiva. Para cada caso, se debe elegir el medio que ofrezca los estímulos más ricos y apropiados para su desarrollo y educación. En algunos casos se prefiere hablar del medio menos restrictivo para su educación. Según el grado y la naturaleza de las limitaciones, existen diversos recursos, que responden a una relación inversa entre la limitación y la integración: a menor limitación, mayor integración. De acuerdo con este principio, la integración debe realizarse en varios niveles que pueden ser: 1En el aula regular, con ayuda de un maestro auxiliar, que presente su asistencia directa o colabore con el maestro trasmitiéndole estrategias y técnicas adicionales. 2En el aula regular, con asistencia pedagógica o terapéutica (fonoaudiología, psicoterapia y otros) en tumos opuestos. 3Organizando grupos pequeños para reconstruir aprendizajes, con duración distinta, con vistas a reintegrarlos al grupo regular. 4- En clases especiales en la escuela regular. 5- En escuelas especiales. 6En el hogar, en hospitales, etc. A partir del tercer nivel se requiere la participación de maestros especialistas, con el apoyo del equipo multiprofesional adecuado. Cuando la severidad del problema requiera la ubicación del alumno en una escuela o instituto especial, deben organizarse actividades para asegurar un contacto continuo de los alumnos con el medio físico y humano exterior, ya sea mediante la concurrencia a paseos públicos, a cafeterías y restoranes, compartiendo actividades deportivas con alumnos de las escuelas regulares y otras. Cada país elige las opciones de acuerdo con su realidad en cuanto a la población, a la condición socioeconómica, a sus propias experiencias y tradiciones, a sus recursos humanos y financieros, pero respetando siempre la filosofía que justifica la integración. En México se está impulsando la experiencia de los grupos integrados, que responde a su realidad escolar, debido a los grupos superpoblados que, por causas muy diversas, comprenden a numerosos niños con dificultades para adquirir los aprendizajes escolares en los ritmos impuestos por la escuela. En los grupos integrados los maestros especialistas pueden individualizar la enseñanza para integrarlos en breve al cauce de la enseñanza regular o, en algunos casos, decidir otras formas de integración. 7- INSTRUMENTACIÓN DE LAS NORMAS DE LA EDUCACIÓN ESPECIAL Los conceptos y normas de la educación especial, para que sean interpretados y aplicados cabalmente, dependen de algunas estrategias prioritarias que conciernen a la formación y capacitación del personal así como a la administración escolar. Especialmente por exigencias de los principios de normalización e integración, se ha renovado el criterio de la formación de maestros especialistas. Ellos deben adquirir un fundamento común de carácter polivalente, (filosófico, científico, educacional, administrativo) para diferenciarse más tarde en las distintas opciones, ya sean especialistas para alumnos con retardo mental, con impedimentos motores, con problemas de aprendizaje, con deficiencias visuales o alteraciones de la audición y lenguaje, con conductas antisociales, etc. Necesariamente, los maestros especialistas en servicio deben recibir una capacitación continua para su actualización y la realimentación de las bases y lincamientos derivados de las políticas de educación especial. La Dirección General de Educación Especial está realizando un plan de capacitación a nivel de los Estados y regiones de acuerdo con las prioridades que derivan del análisis de la situación. En cuanto a la administración, requiere una comunicación interdireccional que facilite las comunicaciones horizontales y verticales de las unidades del sistema regular con los servicios de educación especial. 8- COORDINACIÓN CON OTRAS SECRETARÍAS. Las condiciones y los fines de la educación especial no se agotan en la propia secretaría de Educación Pública. La Dirección General de Educación Especial es conciente de que el subsistema a su cargo podrá ser verdaderamente eficaz si realiza una acción concertada con otras Secretarías. Una política social y sanitaria que aplique medidas masivas para mejorar la atención matemo-infantil y una acción preventiva oportuna pueden evitar algunas anomalías e impedir que otras se transformen en invalideces permanentes. A tal efecto conviene coordinar acciones entre la Secretaría de salubridad y Asistencia y la Dirección General de Educación Especial que se orienten a la detención y luego a la práctica de programas multidisciplinarios de intervención temprana para niños en riesgo y alto riesgo que se puedan rescatar para la educación regular o bien orientarlos a tiempo.hacía los servicios de educación especial. Otros programas para atender determinadas necesidades de niños y personas. con problemas sensoriales, emocionales, sociales o motores podrán ser motivo de coordinaciones con las otras Secretarías. Posteriormente para la formación e integración en el trabajo, deben coordinarse programas con la Secretaría del Trabajo y Previsión Social, con las organizaciones Sindicales, con el Instituto Mexicano del Seguro Social, a fin de usar sus centros de capacitación juvenil y otros.