Subido por Iris Garcia

David Brainerd

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David Brainerd
(1718-1747)
Un joven que a pesar de haber muerto a corta edad hizo el cambio entre los
pieles rojas, y aun mayor después de su muerte con misioneros, pastores y
ministros que sus vidas fueron tocadas a través de su diario o biografía de
vida.
A la edad de 8 años, David empezó a experimentar en su vida una
preocupación acerca de su alma y miedo a la muerte; un año después perdió
a su padre y después de tiempo a su madre, esto ocasiono que fuera retraído
y él mismo se describe como que era un tanto melancólico y serio. Fue hasta
sus 20 años, que después de haber vivido con su pastor de la infancia y
estudiado con él la Biblia, que un día de regreso de su lugar de oración Dios
le abrió los ojos a Su amor.
Un patrón que he visto hasta ahora es el incesante tiempo de oración de
cada hombre y en esos tiempos era donde recuperaban sus fuerzas, y no era
algo sencillo ya que pasaban horas y horas puede que estuvieran exhaustos
físicamente pero en el espíritu totalmente fortalecidos. David tenia un claro
amor por las almas, un deseo porque no se perdieran, oraba por ellas y
porque Dios le permitiera ir a Su mies. En cada porción de su diario se ve la
estrecha relación con el Señor, ya que oraba y/o ayunaba sin cesar,
pidiéndole a Dios dirección, esperando en Él, con una pasión era la que le
buscaba cada día que me deja a mi verdaderamente impresionada porque
era una pasión que lo consumía desde su interior y se reflejaba en sus
oraciones.
Dios lo llevo al trabajo de las misiones como él tanto había orado, y trabajo
cerca de cuatro años con los pieles rojas. Brainerd sufría de tuberculosis y
fue debido a esto que tuvo que dejar su misión con los indios.
Este joven no fue la excepción en su vida al ser victima de persecución, pero
ni esto ni su enfermedad desde que tuvo síntomas lo freno a hacer el
mandato de Dios para su vida, de su vida me quedo la disposición que tenia
para el ministerio que Dios le había encomendado y su incesante oración
llena de pasión por cada alma que sabia que aun seguía perdida.
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