La cultura clásica del esfuerzo y sacrificio como base del trabajo

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LOVEWORK
Javier Cantera,
Presidente del Grupo BLC.
Cuando hablamos de crisis debemos plantearnos una nueva cultura del trabajo. El trabajo no
debe entenderse etimológicamente, ya que trabajar procede del latín tripalium -que eran tres
bastones que servían para maltratar a los esclavos cuando no trabajaban-, y debemos
centrarnos en una nueva cosmovisión del trabajo como un compromiso con uno mismo. El
termino lovework se refiere al amor por el trabajo bien hecho. Es, por tanto, no un mero amor
por el trabajo sino el compromiso por la calidad en el trabajo. Esta visión del trabajo como
espacio de creación personal a través del cual te expresas supone un avance a la visión
rutinaria del trabajo. Volveríamos a la
La cultura clásica del esfuerzo y sacrificio
visión de los artesanos, pero en una
como base del trabajo debe superarse con
sociedad del conocimiento lo que
debemos hacer es aportar ideas para
la pasión del trabajo en aquello en que te
recibir ideas y amar con pasión lo que
sientes realizado
hacemos porque este es el inicio de
nuestra productividad.
La pasión que genera un trabajo per se es el mejor motivador intrínseco de un trabajador.
Desde una consideración del trabajo bien hecho, la cultura clásica del esfuerzo y sacrificio
como base del trabajo debe superarse con la pasión del trabajo en aquello en que te sientes
realizado. Frente a visiones fantasiosas de alineación total entre los objetivos de las personas y
de las empresas, debemos basarnos en la comprensión de la gran motivación que se tiene al
obtener un trabajo de calidad. Y, por último, frente a la dependencia del estilo de liderazgo
para estar motivado, tenemos que basarnos en la fuerza del lovework. En fin, este concepto de
lovework es más potente que el esfuerzo, la integración y el liderazgo que, al fin y al cabo, son
variables exógenas de la motivación en el trabajo.
El lovework supone:
> Un continuo esfuerzo de aprendizaje. Aprender en nuestra “profesión” es tener más
capacidad para crear.
> Un alto nivel de compromiso contigo mismo, que permite desarrollar el nivel de autoestima
y automotivación de cada persona.
> Una alta independencia personal, porque el nivel de exigencia es propio de la persona y no
viene determinado por nadie externo.
> Una respuesta de inmunidad a multitud de bagatelas emocionales externas que suelen
producirse en el entorno laboral.
En fin, hay que huir de la zona de confort, de trabajar por mandato a trabajar con lovework, e
instalarse en la emoción de la calidad de nuestro quehacer. Buscar lo mejor empieza
creyéndonos que somos capaces de hacerlo. Estamos en el momento del lovework en nuestra
continua sociedad del conocimiento.
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