Novelas históricas Por Gonzalo Valderrama Escalante Son contados los ejemplos magistrales de novela histórica, ese género poco frecuente de la literatura. El referente más cercano que se viene a la mente ahora, en que Vargas Llosa vuelve a ocupar portadas de periódicos y a generar noticia con sus comentarios en la recién inaugurada Feria Internacional del Libro de Lima, es El paraíso a la vuelta de la esquina, novela en la que desarrolla dos historias que discurren paralelas, inspiradas en la célebre Flora Tristán, precursora del movimiento feminista y su nieto el pintor Paul Gauguin, icono de las bellas artes contemporáneas. En este caso el autor recrea pasajes de la vida de ambos personajes, y el lector puede escucharles en primera persona y viajar a sus propios mundos subjetivos. Entre los escritores que usan de ese estilo de abordar una recreación histórica, en que el autor se vale de personajes reales, resalta Marguerite Yourcenar con su novela Memorias de Adriano, que trata sobre la vida de este emperador romano, conocido como uno de los emperadores filósofos de Roma en la época de su máximo esplendor. Otras novelas son protagonizadas por personajes ficticios pero guardando el rigor en la recreación de la época, entre ellas tenemos El nombre de la rosa de Umberto Eco, una historia detectivesca ambientada en un monasterio en plena edad media, en la que un monje debe investigar múltiples asesinatos, que giran en torno a un libro supuestamente perdido de Aristóteles. Las clásicas novelas de aventuras que los niños leían en aquella época anterior al internet, la televisión por cable y los juegos de video pertenecen a este rubro. Como la famosa novela de Alejandro Dumas Los tres mosqueteros, escrita en el siglo XIX pero ambientada en un periodo histórico anterior, el siglo XVII. Taras Bulba escrita por Nicolás Gogol en 1800, historia sobre el pueblo cosaco ambientada en el siglo XVI, menos conocida que las anteriores, pero popular en aquellos años en los que aún existía la URSS y se difundían autores rusos. Sobre nuestra ciudad y desde la ciudad se han escrito también libros importantes dentro de este género. Un antecedente poco difundido es el libro Los hijos del sol, de Abraham Valdelomar, que reúne un conjunto de relatos ambientados en el incario. Asesinato en la gran ciudad. Novela escrita por Luis Nieto Degregori tiene como protagonistas a varias generaciones de los marqueses de Valleumbroso, y nos traslada a una época en la que el régimen colonial está plenamente consolidado. Mientras que Muchas Lunas en Machupicchu de Enrique Rosas Paravicino nos lleva a la época de los incas de la resistencia en Vilcabamba. Ambientada en la misma época Sol de los soles de Luis Enrique Tord recrea el Cusco cortesano de fines del siglo XVI. Y nos permite asistir por ejemplo al bautizo de Don Melchor Carlos, nieto de Paullo Inca, cuyo padrino fue el Virrey Toledo. Sobre José Gabriel Condorcanqui Túpac Amaru se ha escrito mucho, poemas y ensayos históricos, han sido menos las obras de ficción, entre las que resalta la novela gráfica de Juan Acevedo Túpac Amaru II, publicada en formato comic aún en la década del ochenta. Algunos críticos literarios y especialistas han señalado el hecho de que con motivo del bicentenario habrá un auge del relato histórico, y hay buenas señales de ello. Así por ejemplo se acaba de publicar Los Túpac Amaru. 1572 – 1825, importante novela escrita por Omar Aramayo. Abarca dos siglos que van desde la captura del último inca de Vilcabamba, hasta el retorno de España de Juan Bautista Túpac Amaru, tras una prisión de décadas en una cárcel española en el norte africano. Libro que sin duda pasará a ser de lectura obligatoria en adelante.