¿Adónde me han llevado mis atentados contra la Forma? A la Forma, precisamente. A fuerza de quebrarla, me he convertido en ese escritor cuyo tema es la Forma. He ahí mi forma, y mi definición. Y hoy, yo, individuo vivo, soy siervo de ese Gombrowicz oficial que he creado con mis manos. [...] Desembarazarse de Gombrowicz, comprometerle, destruirle, eso sí que sería vivificante..., Pero no hay nada más arduo que luchar contra el propio caparazón. [...] ¿Rebelarme? ¿Cómo? ¿Yo? ¿Un siervo? (Testamento 172-73). Sinopsis "Yvonne, y las espinas de la corvina" es una adaptación de Yvonne, princesa de Borgoña, de Witold Gombrowicz. La historia de esta tragicomedia comienza cuando el príncipe Felipe, durante un paseo, encuentra a Yvonne, una joven de apariencia insignificante y muda, junto a su tía. Esta muchacha desmañada, apática, anémica, tímida, miedosa, aburrida, en resumen, desprovista completamente de “encanto”; le crispa los nervios, no puede aguantarla, pero a su vez, no puede combatir esa atracción desconocida que se apodera de él. Es así que en un arrebato caprichoso se compromete con ella y la introduce en el palacio. Una vez en la corte y ante el perplejo de todos por la elección de Felipe, Yvonne se convierte en un factor de descomposición de la misma. Su presencia hace que cada uno revele lo más oscuro de su ser, sus vicios, sus deficiencias. Dicho en palabras de Witold: “La corte no tarda en transformarse en una incubadora de monstruos. Y cada uno de esos monstruos sueña con asesinar a la insoportable Yvonne. La corte moviliza al fin sus pompas y sus obras, su superioridad y sus esplendores y, utilizando su inmenso poder, la mata” (Testamento. Conversaciones con Dominique de Roux) Es así como esta muchacha de carácter pasivo e indolente, tras despertar los remordimientos e instintos vergonzosos de su entorno, así como la agresividad y el odio que van in crescendo a lo largo de las escenas, en todos los personajes, termina siendo víctima de un elucubrado y absurdo plan por parte del Rey guiado por el Chambelán, quien juega a su vez el rol de "titiritero" de esta maquina monstruosa donde lo único que puede hacerse ante este agente externo, esta fealdad, es desaparecerla.