MITOS DE LA SOLEDAD A la distancia mi quejido busca tu alfombra de luciérnagas Prende tus manos para alcanzarme no dejes que el viento te quite mi alma Alumbra la noche no te engañe la luna la besa del heno tendido sólo la soledad Anda camina el campo es húmedo se han partido en navajas los espejos ¿Se han partido en navajas los espejos? Anda que se han partido los henos al grito del silencio tendido concentrado los colores para que lleves en bloques cortando los ecos atropellados colección de días lluviosos para tu desnudez hiriente que se viste de tensa frescura al paso de las hojas avizorantes de la niebla.. EPÍSTOLA BLANCA Separo entre los confines de un tosco rincón gastado una moneda vieja para llamarte _ Qué estarás haciendo me pregunto o pensando en qué en este “momentito” que las calles refugian sus labios para mi frío cuando el camino se hace largo y entre los bolsillos se van acabando los papeles _ Qué estarás haciendo A lo mejor recostada en el mueble que nos conoce tanto Voy con tres pasajeros en la mano para mis viajes lejanos (1) Pero He separado tu medio sol radiante Que no hace sino tocar interminablemente Las puertas de un teléfono acostado y ausente Que toca para su adentro una dulce Triste vocecita ... Otro papel que se consume ante la llama devoradora del lápiz taciturno que va recogiendo -no sé de dóndeestas palabras que van llenándose entre mis ojos y se desbordan en esta luna que no hace más que acompañarme AMANECER ¡Oh aurora!, divina hermosura, lanza tu brisa, conquista el espacio, despierta mi instinto sin decir palabra. Tu cabellera, el dorado bosque de algas que armónicamente pueblan los fondos submarinos. Tus pechos, los frutos más enteros del universo que se maduran bajo tu inmensa caballera. Tus ojos, dos uvas dulcemente vigilantes que auscultan mi disparatada desnudez. Tus nalgas, inmensas dunas de arena que evitan se lleve el viento mis recuerdos. Tus piernas elásticamente perfectas son los pilares de mi sagrario. En tus faldas, como un niño llora el atardecer, y a tus pies el sol se apaga sin querer. Alegre danza el amanecer reflejado en el espejo del querer, y el recuerdo amamanta de tus ubres los momentos más alegres, divina mujer. Me pierdo bajo tu cariño, me confundo con delirio entre tus sentidos; contigo tiernamente al amanecer quedo enmudecido. A NICANOR PARRA El calendario maduró la espiga, y el reloj se detuvo el día que tus huesos no acudieron al llamado de tu sangre; un relámpago de ébano echó fuego sobre el césped, y tú, poeta, te fuiste dejándonos tu luz quebrantahuesos. Negra fue la hora que los cuervos se unieron a la muerte, negros los pájaros de enero, negro tu último suspiro… Hoy tu ironía y la frase hecha lloran heridas en la piedra porque perdieron su abogado defensor en el fuero puritano. ¡Oh Nicanor Parra! ¡Maestro del humor comprometido! ¡Mapuche guerrero! ¡Acróbata del habla cotidiano! En este día los números extrañan el rasguño de tu tiza, y los vectores se han doblado en señal de reverencia. Si pudiera acortar la lejanía y apagar el fuego de la pena, haría un collar de paradojas con las notas de tu canto; daría libertad a la luz de los bacines, escribiría poemas, y le pediría al viento que lleve tu farol a oscuros tremedales. No son voces rendidas las que te extrañan bajo la sombra, son parias con los huesos hinchados, herejes con hambre, árboles sin ramas, cielo en pedazos… Anti poemas de amor escritos bajo el sol con la tinta de tu lágrima escarlata. ¡Oh Nicanor Parra! Los poetas beberán de tu fuente; el hombre herido, la mujer ultrajada y el niño con hambre, le arrancarán al viento el color de tu bandera, y gritando treparán la montaña, abrazarán al arco iris; y un día verán que en parcelas de tristeza se levanta un almácigo de flores.