SOBRE GIBRALTAR “Celebramos” el 300 aniversario de la presencia humillante de la Gran Bretaña en un pedazo de territorio español. Es éste un tema que nos pone enfermo. Toda la política española referente al Peñón, que ellos nos han impuesto como Roca, ha sido llevada por pardillos desde la muerte de Carlos III. Solamente durante el gobierno del generalísimo Franco se puso la cosa grave y molesta, no sólo para el Peñón, sino también para los británicos. Cuando el Generalísimo Franco decía aquello de que caerá como una fruta madura, frase que hacía reír a las hienas, tenía sus buenas razones. El cierre de la verja, el aislamiento de Gibraltar y el no reconocimiento de Gibraltar como entidad política independiente, les hacía mucho daño. La imposibilidad de utilizar el aeropuerto para fines civiles afectaba a aquella economía, aunque para fines militares también tenía sus riesgos, por no considerar España que debería respetar espacios aéreos inexistentes. Los malos humores en los Comunes por continuos incidentes aéreos eran muy frecuentes. Al principio de los 40 hubo más de un derribo de aviones que no respetaban el espacio aéreo. Contra lo que se lee por ahí (la tendenciosa “wikipedia), el cierre de la verja fue el motor para crear en el campo de Gibraltar un Polo de Desarrollo que transformó la zona. Nadie puede engañarnos, somos testigos al estar destinados entonces en Melilla, transformación que podíamos ver en los viajes desde y para aquel destino, abismal cambio y mejora que se iba produciendo en la zona de Algeciras Muchas libras esterlinas le costaba a Inglaterra mantener a los “escorpiones de roca”, como “cariñosamente” denominaban a los llanitos, cuando antes era un saco de oro, prácticamente todo procedente de los negocios ilegales, contrabando y el paraíso fiscal. El excesivo gasto empezaba a poner nerviosos a los de Londres, y de haber seguido durante muchos años este bloqueo, la fruta habría estado bastante madura. Murió el generalísimo Franco, y se abrió con músicas y festejos la verja que ellos instalaron en 1938. Y la humillación continuó, pero esta vez les salía gratis. Humillación que llegó a su zénit cuando un ministro blando, incapaz y sin la más mínima dignidad, estrecha entre sonrisas las manos del mandamás británico y del feliz gerifalte llanito, es decir, a “Zumosol y a su primo” en versión inglesa. Hemos leído que hoy Gibraltar “ha llegado a ser el quinto inversor en Rusia, solo después de Estados Unidos, Chipre, Alemania y Holanda (J.M. Martínez Selva, Los paraísos fiscales, 2005). En definitiva, Gibraltar significa pobreza, crimen organizado, blanqueo de dinero, ludopatía, agujero negro fiscal (con la colaboración de nuestros principales bancos y capitalistas), merma de turismo, agresión al medio ambiente, robo de nuestras aguas y pesca, amenaza a nuestra seguridad y una humillación y agravio permanente por parte de nuestros aliados de la OTAN y CEE (Europa, además de muchos otros apoyos, permite que la colonia no aplique el IVA)”. Y AQUÍ UNAS MUESTRAS DEL AMOR A BANDERA QUE ONDEA EN GIBRALTAR Cesárea Arnedo Megías, diputada de Castilla-La Mancha, y dos nietos del rey Juan Carlos CUANDO YA CERRÁBAMOS ESTE CORREO NOS LLEGA LA SIGUIENTE NOTICIA El Gobierno ha transmitido al del Reino Unido una queja formal por el lanzamiento al mar de bloques de hormigón por parte de un remolcador de Gibraltar, en la zona en la que suelen faenar los pesqueros españoles, según supo ABC de fuentes diplomáticas. En una conversación con el embajador británico en Madrid, Gilles Paxman, el director general de Política Exterior y Asuntos Multilaterales, Globales y de Seguridad, Ignacio Ybáñez, ha expresado el malestar de España por la actividad desarrollada el miércoles y el jueves pasados por el remolcador, que arrojó al mar varias decenas de bloques de hormigón con pinchos, lo que, además de causar un daño medioambiental, afecta a las faenas de los barcos, ya que ahuyenta la pesca de la zona y puede provocar la rotura de las redes de los pesqueros. Asimismo, Ybáñez le ha reiterado la posición española en relación con los espacios cedidos por España en el Tratado de Utrecht, entre los que no se encuentran las aguas que rodean el Peñón y en las que se han producido los incidentes. (Se desconoce la respuesta del señor embajador británico)