LA LENGUA DEL TERCER REICH Heroísmo El nazismo definió “el comportamiento heroico" como el sentido de la cultura, del humanismo, de la democracia. No podía establecerse una relación realmente adecuada con la esencia del humanismo, de la cultura y de la democracia cuando se pensaba se erraba de este modo al pensar sobre “heroísmo”. ¿En qué contexto se presentó la palabra “heroico”? En el libro de Hitler llamado Mi lucha, se establecen unas directrices para la educación: Lo físico (ocupa el primer plano): Usa la expresión “fortalecimiento físico” de la época de Weimar. Elogia el ejército del emperador Guillermo como la única institución sana y vital del “cuerpo del pueblo” [Volkskörper]. Ve una educación destinada a fomentar la potencia física. El carácter (lugar secundario): Es una consecuencia más o menos automática cuando lo físico predomina en la educación y hace retroceder lo espiritual. El intelecto (último lugar): Tiene temor al hombre pensante y odio al pensamiento. SA (tropas de asalto pardas): Su misión se limita a la aplicación de la fuerza bruta. Hitler dice que son sus verdaderos ayudantes, y, los describe como vencedores cubiertos de sangre, doblegadores de la superioridad enemiga. (Goebbels usa descripciones similares cuando narra su lucha por Berlín) El heroísmo nazi también se presenta como el disfraz del corredor de coches. El nazismo cultivó todas las disciplinas deportivas. Hubo un período en el que los vencedores de carreras automovilísticas internacionales eran los héroes más fotografiados. Los héroes no se identificaban por los cuerpos musculosos, sino por la mirada rígida que expresa una voluntad de conquista y una firme determinación de seguir adelante. Desde el primer día de guerra, el heroísmo lleva uniforme y se practica en todos sitios, todo se convierte en escenario de guerra (fábricas, sótanos, niños, mujeres, …). Durante años el vocabulario propio del heroísmo se aplica de manera creciente a la actitud intrépida de desprecio a la muerte demostrada en alguna acción militar. Una de sus palabras favoritas (del nazismo) era el adjetivo "combativo” [kämpferisch]. No les gustaba el término “guerrero” ya que este sólo permitía pensar en asuntos bélicos y revelaba agresividad y afán de conquista. En cambio, “combativo” mostraba una actitud de tensión del alma, de la voluntad, reacia a cualquier renuncia y centrada en autoafirmarse, ya sea mediante la defensa o el ataque. El héroe es aquel que realiza actos positivos para la humanidad. Una guerra ofensiva, acompañada de tantas atrocidades como la de Hitler, no tiene nada que ver con el heroísmo. En poquísimas ocasiones creo en el heroísmo que se presenta ante la opinión pública, cuando su éxito resulta demasiado lucrativo. Tanto más puro y significativo es el heroísmo, cuando mayor es su silencio, menor su público, menos rentable para el héroe, menos decorativo. El nazismo nunca conoció oficialmente un heroísmo honesto y auténtico. Y de este modo falsificó y desacreditó todo el concepto. (Kemplerer) La época de Hitler generó el heroísmo más puro, pero en el terreno contrario. —> Los numerosos valientes de los campos de concentración y los ilegales intrépidos. Allí el peligro de muerte y el sufrimiento era incomparablemente mayor que en el frente, y con una total ausencia del elemento decorativo. Aún así, hay un heroísmo mucho más desolado y más silencioso, que carecía de esperanza de futuro y que se encontraba en la más absoluta soledad: las esposas arias (de raza alemana) que resistieron a todas las presiones para que se separaran de sus maridos judíos. Padecían por compartir la escasez normal de sus tarjetas de racionamiento y sabían que su muerte arrastraría de manera irremediable a sus maridos, pues los maridos judíos, estando el cuerpo de la mujer aria aún caliente, era transportado al exilio asesino. Mantenerse firme en tal situación, tener la fortaleza para conservarse en el aislamiento (pues la casa de los judíos no conformaba ningún grupo), todo eso, constituye un heroísmo superior a cualquier otro. Las palabras relacionadas con el heroísmo forman parte de la LTI ya que definen la hipocresía y brutalidad del nazismo. I. LTI Los diarios le servían de balancín (si no se sujetaba a ellos, se caía). Se planteaba a si mismo una exigencia: observa, analiza, guarda en la memoria lo que ocurre, mañana será diferente, mañana lo percibirás de otra manera; regístralo tal como actúa y se manifiesta en el momento. La expresión de una época se define por su lenguaje: el Tercer Reich se define con una uniformidad espantosa en todas sus manifestaciones y en toda la herencia que ha dejado (la fanfarronería desmesurada de sus pomposos edificios como en sus ruinas, en el tipo de soldados y hombres de la SA y SS …). Se aferró al lenguaje, lo que le sirvió como balancín para superar la monotonía de las diez horas en la fábrica, los malos tratos … Hay una frase de Talleyrand que dice que el lenguaje sirve para ocultar los pensamientos del diplomático (persona astuta), sin embargo, la verdad es precisamente lo contrario. El lenguaje saca a la luz aquello que una persona quiere ocultar de forma deliberada y aquello que lleva dentro inconscientemente. Este también es el sentido de esta frase: le style c’est l’homme; las afirmaciones de una persona pueden ser mentira, pero su esencia queda al descubierto por el estilo de su lenguaje. Hubo un momento en el que le prohibieron utilizar la biblioteca, luego lo expulsaron de su casa, cada día algo diferente. Entonces el balancín se convirtió en su instrumento imprescindible, y su principal interés se centró en el lenguaje de la época. Todos, partidarios y detractores, beneficiarios y víctimas, estaban guiados por los mismos modelos. Todo cuanto se decía y se publicaba en Alemania respondía a las normas del Partido. La absoluta uniformidad del lenguaje escrito explicaba también la homogeneidad del lenguaje hablado. El portador de la estrella judía tenía prohibido comprar o pedir prestado cualquier tipo de libro, diario o periódico. Todo material debía ser conseguido de forma subrepticia y ser aprovechado a escondidas. Algunas palabras y expresiones características del lenguaje del Tercer Reich se han introducido hasta tal punto que se han convertido en propiedad permanente de la lengua alemana, como por ejemplo las cualidades de “carácter” o de la esencia “combativa” de la democracia. ¿Cuál era el medio más potente del hitlerismo? No eran los discursos ya que estos aburrían a las masas por su eterna repetición. El efecto más potente no lo conseguía nada que se captase mediante el pensamiento o el sentimiento conscientes. El nazismo se introducía más bien en la carne y en la sangre de las masas a través de palabras aisladas, de expresiones que se imponían repitiéndolas millones de veces y que eran adoptadas de forma mecánica e inconsciente. El lenguaje no sólo crea y piensa por mi, sino que guía a la vez mis emociones, dirige mi personalidad psíquica, tanto más cuanto mayores son la naturalidad y la inconsciencia con que me entrego a él. (Kemplerer) El Tercer Reich modificó el valor de muchas palabras. Son escasísimas las palabras del Tercer Reich que fueron creadas por él. (Por ejemplo, si alguien dice una y otra vez “fanático” en vez de “heroico” y “virtuoso”, creerá que un fanático es un héroe virtuoso y que sin fanatismo no se puede ser héroe. II. Preludio El 8 de julio de 1932, Kemplerer vio la película El ángel azul. Lo que se concibe y se realiza con forma épica siempre aparecerá simplificado y tendrá a lo sensacionalista cuando adopta forma dramática. La escena se desarrollaba después de la toma de posesión del gobierno de von Papen. El gesto de los hombres al desfilar daba una impresión de ausencia de vida, de suma animación. La tropa era dominada por el tambo mayor (Hitler), que iba a la cabeza del desfile. El tambor mayor (Hitler), fue su primer encuentro estremecedor con el nacionalismo, al que hasta el momento había considerado una aberración deleznable y pasajera de algunos insatisfechos menores de edad. Allí vio por primera vez el fanatismo en su forma nacionalista; fue su primer encuentro con el lenguaje del Tercer Reich. III. Característica básica: la pobreza Mediante la “toma de poder” por el Partido en 1933, pasó del lenguaje de grupo a lenguaje de pueblo, se apoderó de todos los ámbitos públicos y privados. La LTI también se apoderó del ejército; el lenguaje militar influyó primero en la LTI y luego esta corrompió el lenguaje del ejército. La LTI, todopoderosa justamente por su pobreza, reinaba entre las víctimas, entre los enemigos mortales del nacionalismo, incluso entre los judíos. Kemplerer vivió tres épocas de la historia alemana, la del emperador Guillermo, la de la República de Weimar y la de Hitler. La República dio plena libertad a la palabra y a la escritura, de una forma que podía caracterizarse de suicida. No existían limitaciones en el ámbito del arte y de las ciencias, de la estética y de la filosofía. Todo el mundo podía elegir libremente. Este libertad espiritual se calificaba como un enorme y decisivo progreso respecto a la época imperial. Bajo Guillermo II dominaba la severidad moral y absolutista. Pero el verdadero dominador de la opinión pública era el Simplizissimus (satírico alemán, revista). La causa de la pobreza de la LTI parece evidente: una tiranía organizada hasta el último detalla controla que la doctrina del nacionalismo se mantenga intacta en todos sus aspectos, incluso el lingüístico. Quizá fuera sólo Goebbels quien determinaba el lenguaje permitido, pues aventajaba a Hitler en claridad y porque el Führer se sumía cada vez más en el silencio. La LTI no distinguía entre lenguaje hablado y lenguaje escrito, todo en ella era discurso, debía ser apelación, arenga, incitación. Sus artículos podían ser declamados (hablados con voz en grito) con suma comodidad. La LTI no era pobre sólo porque todos se veían forzados a adaptarse al mismo modelo, sino porque siempre expresaba sólo un aspecto de la esencia humana. La LTI sirve únicamente a la invocación (“tu nunca estarás contigo mismo, nunca solo con los tuyos, estarás siempre ante tu pueblo”). La LTI se centra en despojar al individuo de su esencia individual, en convertirlo en pieza sin ideas ni voluntad de una manada dirigida en una dirección determinada. La LTI es el lenguaje del fanatismo de masas. IV. Partenau Kemplerer leyó una obra llamada Partenau, de René Hesse, publicada en 1929. El contenido del cual sólo pretendía caracterizar al ejército alemán. La conciencia, el arrepentimiento y la moral de todo un ejército esta neutralizada. Le llamó la atención la amistad entre el teniente coronel Partenau y el terrateniente aristócrata Kiebold. El teniente coronal es un genio militar, un patriota empedernido y un homosexual. El terrateniente sólo querría ser su discípulo, pero no su amante, y el teniente coronel, concebido como un personaje trágico, se suicida. Partenau dice que sólo falta un líder sobresaliente: “sólo un hombre que fuera más que un guerrero y un constructor sería capaz de despertar su energía secreta durmiente y convertirla en un instrumento flexible y poderoso”. Cuando se encuentre este líder, creará espacio para los alemanes. El aristócrata Kiebold se encuentra entusiasmado por las ideas de su teniente coronel: “moriría mañana mismo por los sueños e ideas de Partenau”. La obra fue un anticipo del lenguaje y de las convicciones del Tercer Reich. Partenau debería desempeñar un papel muy importante en la historia intelectual. El rencor y la ambición de los lansquenetes (mercenarios alemanes) desilusionados constituyen una de las raíces profundas de la LTI. V. De los diarios del primer año 21 de marzo de 1933: Se celebra la ceremonia de Estado en Potsdam. 27 de marzo de 1933: Aparecen nuevas palabras o las viejas adquieren un sentido nuevo y especial o se forman nuevos compuestos que no tardan en solidificarse y en convertirse en estereotipos. Pronto se promulgó una ley de “defensa de símbolos nacionales” que prohibía estos adornos en juguetes y estupideces similares. 20 de abril de 1933: Es el cumpleaños de Hitler. La palabra “pueblo” se usa como excusa en todos sitios (fiesta del pueblo, comunidad del pueblo …). 28 de agosto de 1933: Boicot a los judíos, no se les puede tocar el pelo (lo usan como chiste). 10 de noviembre de 1933: Después de escuchar el discurso de Hitler, la opinión de Kemplerer era la de siempre; una voz demasiado gritona, excitada y a menudo ronca que dice pregonar la paz y querer el “sí” de Alemania no para una ambición personal. 14 de noviembre de 1933: Cuando salió que Hitler había ganado las elecciones, Kemplerer pensó que el resultado era la consecuencia de las coacciones, y en segundo, que había sido amañado. Primeres meses del nazismo y del diario de Kemplerer, aún vivía en su casa y trabajaba en la fábrica, tampoco estaba insensibilizado. Todo lo que descubrió en los siguientes meses, ya se vislumbraba en aquellos primeros meses. VI. Las tres primeras palabras nazis Kemplerer recuerda la primera palabra nazi no por su significado, sino porque le hizo perder una amistad (relación con su experiencia personal). Ésta, fue “expedición de castigo”, él lo relacionaba con arrogancia brutal y con desprecio a la diferencia, le sonaba a colonialismo. El siguiente apunte lingüístico fue “ceremonia de Estado” (Goebbels escenifica la primera en la iglesia del cuartel de Potsdam el 21 de marzo de 1933). Estas ceremonias de estado creaban rumores. El hecho de que pudiesen surgir rumores (ciertos o no), testimonia la proporción de la verdad que se atribuía a la LTI y la proporción de la mentira que se la creía capaz. El verbo perteneciente a la LTI aufziehen [montar] se aplica correctamente a la ceremonia de estado. Estas ceremonias de estado siempre seguían un mismo modelo aunque en dos versiones (con o sin féretro en el centro). VII. Aufziehen [montar] Aufziehen es una actividad mecánica ejercida sobre un objeto inanimado que no opone resistencia. La aplicación metafórica del termino es tomarle el pelo a una persona, convertir a una persona en un muñeco. De una publicidad se decía que estaba bien montada [gross aufziehen], esto significaba habilidad comercial y publicitaria pero a la vez exageración, incongruencia entre lo pregonado y su valor real … Al principio del Tercer Reich pareció que la LTI asumiría un sentido metafórico de crítica o de desaprobación de la conducta de una persona. Pocos días más tarde, pero, se demostró que el verbo ya no implicaba nada peyorativo. Después de lo que Goebbels dijo el 30 de junio de 1933, “montar” pasaba a ser algo del todo honesto y sin ningún significado propagandístico. Entonces se manifiesta una de las mayores tensiones de la LTI: mientras que insiste constantemente en lo orgánico, lo natural, al mismo tiempo esta está inundada por expresiones mecánicas. (En el Tercer Reich pretendían hacer ver que todo era natural, que era así porque debía serlo, cuando en realidad se trataba de una organización montada, artificial) Según un compañero de Kemplerer, el primer uso de aufziehen fue en un sentido neutro, aunque Kemplerer nunca llegó a oír esa palabra usada en ese sentido. Aún y así Kemplerer cree que en la mayoría de los casos resulta imposible determinar la primera utilización de una expresión, ya que siempre se encontrará a un predecesor. Una palabra sólo se vuelve realmente existente cuando se introduce en el uso lingüístico de un grupo y se mantiene allí durante un tiempo. Por lo tanto el “subhombre” (personas inferiores) y aufziehen neutro y carente de toda burla corren a cuenta del Tercer Reich. VIII. Diez años de fascismo El título de Führer es una versión alemana del Duce (Mussolini), su saludo, su camisa … Ambos líderes quieren ponerse en contacto directo con el propio pueblo, con todo el pueblo, y no sólo con sus representantes. Al dirigirse a todos y no sólo a los representantes, el discurso debía resultar comprensible para todos, y por lo tanto, más popular. (popular es lo concreto; cuanto menos dirigido al intelecto, más popular será) En cierto sentido, la plaza festivamente adornada (el escenario) donde se habla a la multitud pueden considerarse parte del discurso. El discurso es una obra de arte dirigida tanto a la vista como al oído (al oído doblemente ya que los aplausos y los bramidos de la multitud surten sobre el oyente un efecto). Kemplerer estableció una relación de diferencia entre el discurso de Mussolini en Nápoles y el de Hitler en Königsberg. Mussolini procuraba dominar a la multitud que tenia ante sus pies con su lengua materna y un tono sin distorsiones, sin espasmos. En cambio, Hitler, hablaba o más bien gritaba de forma espasmódica, se mostraba inseguro. En 1944, la masa seguía confiando ciegamente en el Führer aunque los judíos recibiesen palabras de consuelo que decían que aquello acabaría pronto. Aunque haya un porcentaje de personas contrarias a él, basta con que haga un discurso para que todos vuelvan a pertenecerle, nadie puede resistírsele. (Stühler) El pensamiento de Hitler surtió un efecto tan poderoso porque penetró como un virus que aparece por primera vez, un lenguaje al que hasta entonces no había atacado, porque en el fondo era tan poco alemán como el saludo imitado a los fascistas. IX. Fanático Fanático y fanatismo son palabras utilizadas con un sentido crítico por los miembros de la Ilustración francesa. En su origen, un fanático es una persona inmersa en un arrobo (placer, admiración) religioso. Rousseau también utiliza el término “fanático” con un sentido peyorativo. Se produce una revalorización total del fanatismo, que pasa a ser una virtud (aunque esto queda oculto). Por lo tanto, lo fanático sigue siendo una pasión mal vista a medio camino entre la enfermedad y el crimen. En alemán no existe una palabra que pueda sustituir a este término. Eifern [exaltado] es el término que más se le acerca, aunque es una expresión más inofensiva. Cuando uno oye eiferer se imagina a un predicador apasionado y no a un bruto desaforado. Hay otros términos que también se le acercan pero todos ellos más inofensivos (exaltado, posesión, entusiasta). Así pues, la palabra “fanático” resulta intraducible e insustituible en alemán; como expresión valorativa lleva siempre una fuerte carga negativa y define una característica amenazadora y repelente. Antes del Tercer Reich, a nadie se le hubieses ocurrido utilizar el término “fanático” como una valoración positiva. Hubo un debilitamiento que implicó una desintoxicación de la palabra, ahora la palabra “fanático” se usa de manera irreflexiva y se llena de un sentido nuevo que pasa a designar una feliz mezcla de coraje y entrega apasionada. El 26 de julio de 1944 se usó por primera vez el adjetivo “fanático” en un sentido elogioso. Un año después de la caída del Tercer Reich, se puede argumentar con solidez que “fanático” (palabra clave del nazismo), nunca perdió su veneno. Durante años el verdadero hecho se mantuvo presente en el subconsciente o en el inconsciente del pueblo. El hecho, concretamente de que una mentalidad próxima tanto a la enfermedad como al crimen fue considerada durante años como la virtud suprema. X. Literatura autóctona * El Tercer Reich creó auténticas leyendas. En el Tercer Reich se criticó la inteligencia del judío, escéptica e incapaz de creer. Este, el judío, también creo su leyenda (álamo de Babisnau, cuando florecía se firmaba la paz). XI. Fronteras borrosas * El impresionista se entrega a la impresión de las cosas y reproduce cuanto ha absorbido: es pasivo, se deja influir por la vivencia de cada momento, es otro en cada instante, carece de un yo siempre idéntico. El artista de la impresión reproduce sólo lo que ve dependiendo de su estado anímico; en lo estético es tan activo, es un artista tan expresivo como en su contrario, el artista expresionista. El expresionista, en cambio, parte de sí mismo, no reconoce el poder de las cosas, se expresa en y a través de ellas: es activo y su acción está dirigida por la autoconciencia segura de sí misma de un yo invariable duradero. El artista expresionista instaura leyes fijas para él y para su entorno. La LTI hereda de los expresionistas las formas del énfasis en la voluntad y el impulso tormentoso. La SS es ambas cosas a la vez, es imagen y carácter abstracto; es cruzar la frontera hacia lo pitagórico, volver al aspecto sensible del jeroglífico. Dentro de la LTI, la forma angulosa especial de SS significa, un nexo de unión entre el lenguaje icónico del cartel y el lenguaje en un sentido estricto. Hay otro nexo de unión: se trata de la antorcha vertical, vuelta hacia arriba o abajo y dibujada asimismo con trazos angulosos, la runa del florecimiento y del marchitamiento. La tendencia general de la LTI se inclina hacia lo sensible, y si el volver-sensible se puede conseguir remitiéndose a la tradición germánica será doblemente bienvenido (respecto el Tercer Reich y la tradición germánica). Durante la época hitleriana se insistía hasta la saciedad en que todo progreso proviene de los tercos y en que todas las inhibiciones se deben a los partidarios del signo de interrogación. No es del todo seguro, pero sí sabemos con toda certeza otra cosa: que únicamente las manos de los tercos están manchadas de sangre. XII. Signos de puntuación En los individuos o ciertos grupos se puede observar a veces cierta preferencia característica por algún signo de puntuación. La LTI, retórica en el fondo y siempre dirigida al sentimiento, no es adicta a los signos de exclamación, sino que lo usa con moderación. Es como si todo se constituyera con tal naturalidad en apelación y exclamación que no necesitara ningún signo de puntuación especial. En cambio, si que usaba hasta la saciedad el entrecomillado irónico, que no sólo indica la reproducción literal de algo, sino que pone en duda la verdad de lo citado y declara que son mentira las palabras comunicadas. El entrecomillado irónico guarda una estrecha relación con el carácter retórico de la LTI. Formaban parte de la LTI impresa (prensa, …) como del tono de Hitler y Goebbels lo eran innatas. Sin embargo, la LTI no fue quien descubrió el entrecomillado irónico, ya que en la Primera Guerra Mundial los franceses ya lo usaban al mencionar “culture allemande”. XIII. Nombres Corría un chiste por los institutos: “¿cómo surgió la palabra alemana Fuchs [zorro] de su equivalente griego alopex?” Surgió siguiendo este orden evolutivo: alopex, lopex, pex, pix, pax, pux, Fuchs. En cualquier evolución siempre intervienen dos tendencias. De un lado, esta la voluntad de lo completamente nuevo, donde el énfasis se pone con ahínco en la oposición a todo lo vigente hasta el momento; de otro lado, la necesidad de establecer un nexo con el pasado, de contar con una tradición justificante. Ambas tendencias se manifiestan con claridad en las denominaciones y cambios de nombres. La costumbre de poner el nombre y apellido se limita básicamente a América, a la América negra. La gran revolución inglesa se regodea en nombres del Antiguo Testamento que gusta reforzar con alguna cita bíblica (Josué, alaba al señor). La gran Revolución Francesa busca sus figuras ideales en la Antigüedad clásica y se imponen nombres sacados de Cicerón y de Tácito. Un buen nacionalista pone énfasis en su parentesco de sangre y de espíritu con los germanos. En el Tercer Reich los nombres dobles, unidos por un guión, son muy populares por su sonoridad y su doble profesión de fe, es decir, por su retórica (y por lo tanto por su pertenencia a la LTI): Bernd-Dietmar, Dietmar-Gerhard… También es característica la siguiente fórmula en la LTI: Klein Karin, Klein Harald… al nombre heroico de las baladas se le añade un sentimiento edulcorado (hacer que algo penosos sea más soportable). Algunos nombres tradicionales se prohibieron (nombres extraídos del Antiguo Testamento: Lea, Sara) y otros se voliveron sospechosos. Y los nombres cristianos estaban muy mal vistos. Otros nombres, como los de los personajes bíblicos no podían cambiarse dado su puritanismo. Se quería resguardar de los nombres judíos a los “camaradas del pueblo”, evitaban cualquier contacto con los judíos, así que estos (los judíos) eran marginados. Uno de los recursos esenciales para esta marginación era marcarlos mediante el nombre. Quien no tenía un nombre inequívocamente hebreo debía añadir “Israel” o “Sara” a si nombre. La conciencia borrosa de la culpa suena a veces en las publicaciones de partidarios de Hitler, con la diferencia de que, al despertar, los delirios hitlerianos no se esfumaron, realmente sí que habían asesinado. (relación obra El sueño, una vida (pág. 118)) Cuando se hablaba oficialmente de una persona se decía “el judío Kemplerer”, cuando se presentaba debía decir con un tono enérgico “aquí está el judío Kemplerer”. La palabra “judío” debía aparecer en todos sitios. Los judíos, cuando tenían hijos, no podían poner nombres alemanes. Se les daba una lista de nombres judíos para marginarlos y burlarse de ellos ya que eran nombres que para los alemanes eran desagradables y ridículos, como Vögele y Mendele. Típica cualidad alemana a menuda ridiculizada como pedantería: la minuciosidad. Gran parte de Alemania fue colonizada por los eslavos, y la toponimia responde a este hecho histórico. El principio nacionalista y su orgullo racial, sin embargo, son reacios a aceptar toponímicos que no sean germanos. Así pues, el mapa acaba depurado hasta el más mínimo detalle. Una mezcla de publicidad moderna y de amor al orden gremial y estamental se manifiesta en los sellos de Correos, en que a los nombres de las ciudades se les agreda una frase con el fin de definir su particularidad (Leipzig, ciudad de ferias). Este sello además también contiene un aspecto corporativo y político, destaca una localidad industrial particular. La LTI era un lenguaje carcelario (de los carceleros y de los encarcelados), y del lenguaje de las cárceles forman parte necesariamente (como actos de defensa) las alusiones veladas, las ambigüedades, las falsificaciones… Hubo un momento en que Klemperer salió del perímetro urbano de Dresde, se arrancó la estrella judía, se sentó en un vagón junto a arios… En resumen, había cometido un rosario de pecados mortales que hubiesen supuesto la muerte si hubiese caído en manos de la Gestapo. Pero, Klemperer era un apellido muy llamativo, muy judío, así que convirtió la m en in, la r en t y así se convirtió en Kleinpeter. XIV. Mangacarbones [Kohlenklau] * En primavera de 1943 Klemperer trabajaba en la fábrica de tés y plantas medicinalesWilly Schlüter. Mangacarbones [Kohlenklau] hacía referencia a Otto, al recadero (conocido por todo el mundo en la fábrica). Este era un claro ejemplo del aspecto de hombre que mostraban los carteles nazis, un luchador brutal, rígido y obstinado y con una indudable ausencia de pensamiento (sometimiento a la voluntad del Fürher). A la mujer, se la respresentaba como heroínas nordicas, como esposas de los héroes nórdicos. Todos esos carteles miserablemente heroicos sólo trasladaban al ámbito gráfico los elementos más monótonos de la ya de por sí monótona LTI, sin enriquecerla en absoluto. XV. Knif Knif significa imposible y, Kakfif, del todo imposible. La sensibilidad para captar el lado sospechoso de un asunto y el humor crítico siempre han sido características berlinesas fundamentales. Y cuando se les puede dar un matiz un tanto indecente a lo cómico, lo picante duplica el efecto de la broma. En marzo de 1944, hubo una seria advertencia pública y oficial por el uso excesivo y abusivo de las “palabras mutiladas” (abreviaciones) ya que se puso una queja en un diario diciendo que las abreviaturas no sonaban a alemán. Se culpabilizaba al bolchevismo de las “monstruosidades lingüísticas” (abreviaturas), y se les oponían el humor alemán. Se decía que había abreviaturas logradas que eran, como no, creaciones del pueblo alemán. Todo en ese artículo era falso. Las abreviaciones son siempre creaciones artificiales que no surgen del pueblo. Además, había en Alemania abreviaturas des del principio del siglo XX (por lo tanto no pueden responsabilizar al bolchevismo). En el lenguaje militar se concentraron desde la Primera Guerra Mundial toda clase de tipos y motivos de abreviaciones, tanto la denominación abreviada del grupo y del aparato técnico como la palabra cifrada en cuanto protección hacia fuera y factor de cohesión hacia dentro. Se pueden distinguir tres planos de las abreviaciones: El más sencillo se limita a juntar determinadas letras. El segundo forma un grupo fonético susceptible de pronunciarse como una palabra. El tercero adopta una palabra ya existente a la lengua y la relaciona con aquello que expresa como abreviación. Este uso de las abreviaturas se expandió de manera espacial y temporal llegando incluso a Japón y teniendo abreviaturas hasta de palabras griegas. Así que, si la abreviación se extiende de tal manera por el tiempo y el espacio, ¿hasta que punto puede considerarse una característica especial o un mal especial de la LTI? La respuesta, es clara: ningún estilo anterior de la lengua utiliza esta forma de manera tan exagerada como el alemán hitleriano. La abreviación siempre interviene allí donde se tecnifica y organiza. Y, conforme a su pretensión de totalidad, el nazismo lo tecnifica y lo organiza todo. De ahí la cantidad inabarcable de abreviaciones. XVI. En un solo día de trabajo El veneno se encuentra por todas partes, se transporta por el agua potable de la LTI, nadie está a salvo. El elemento básico del veneno nazi era identificar lo alemán con el concepto de lo ario y no relacionarlo con lo no alemán (como los judíos). Les parecía inconcebible que una mujer alemana se casara con un judío (caso de Kemplerer). Los trabajadores eran mucho menos nazis en 1943-1944. En esa época muchos no eran nazis, pero todos estaban intoxicados, decían y hacían cosas nazis por automatismos. Historia de que Fritz, el rey Federico, vigila Dresde (pág. 145) XVII. Sistema y organización Cuando el nacionalsocialista dice “el sistema” se refiere única y exclusivamente al sistema de la Constitución de Weimar. En la aplicación de la LTI la palabra se popularizó muy rápidamente y llegó a ser mucho más popular que otros términos destinados a designar una época como, por ejemplo, Renaciemiento. En la época hitleriana se había perdido la libertad de la época de Weimar. Para los nazis el sistema de gobierno de la república de Weimar era el sistema por excelencia, lo consideraban la peor forma de gobierno y se sentían opuestos a él. El rechazo del sistema oculta mucho más. El sistema es algo compuesto, una construcción. El sistema kantiano es una red de ideas lógicamente entrelazadas con el fin de captar la totalidad del mundo, por lo tanto filosofar significar pensar sistemáticamente. Esto es lo que el nacionalsocialista debe rechazar desde lo más profundo de su esencia. Quien piensa, no quiere ser persuadido, sino convencido; y quien piensa sistemáticamente, es doblemente difícil de convencer. A la LTI la palabra “filosofía” le gusta casi menos que la palabra “sistema”. Muestra una inclinación negativa hacia el sistema, lo nombra con desprecio. La filosofía en cambio es pasada en silencio y sustituida en todo momento por la cosmovisión. Anschauen [contemplar] nunca es cosa del pensamiento; quien piensa hace precisamente lo contrario, desprende los sentidos del objeto, abstrae. Esta palabra alemana no sólo esta designada a los ojos, sino a ver en que participa la esencia interna del observador, en que se implica su sentimiento, designa en ver el núcleo del objeto, el alma, no sólo el exterior. Weltanschauung [visión del mundo] perdió en la LTI su carácter excepcional y se convirtió en moneda corriente. En cambio, Shau [visión intuitiva] se convirtió en una palabra de culto para la LTI. “Sistema”, al igual que “inteligencia” y “objetividad”, pertenece a la lista de lo repelente. Los nazis se sienten orgullosos de que toda situación y manifestación de la vida sea abarcada por una red, por eso “totalidad” es uno de los pilares básicos de la LTI. Pero como “sistema” esta mal visto, ellos poseen una organización (sistema de gobierno). “Orgánico” significa crecer, brotar, formarse de manera inconsciente; la verdad única que debe existir para una humanidad general e imaginaria es substituida por una “verdad orgánica” surgida de la sangre de una raza y válida sólo para esta raza. Esta “verdad orgánica” no es un saber racional, sino que existe en el “centro misterioso del alma del pueblo y de la raza”. El mundo felino alemán no admitía a criaturas que vivían con judíos y que habían “olvidado la pureza de su especie”. Este mundo sirvió para popularizar y ridiculizar esa nueva creación lingüística, pues, en su manía de organizar y centralizar, los nazis crearon “organizaciones centrales” que estaban por encima de las organizaciones particulares. Se desarrolló una crítica del “organizar” nazi: el lenguaje crea y piensa por nosotros. Esta crítica se puede ver en dos fases de su evolución; la primera en 1936 en el mecánico, y la segunda en Stalingrado al querer comprar jabón. La palabra “organizar” pretendía ocultar un acto de dudosa moralidad, por ejemplo cuando se decía que iban a organizar a los judíos, querían dar a entender que les organizarían la vida de manera positiva, pero realmente escondían el acto de llevarlos a campos de concentración. XVIII. Creo en él Oscar Walzel (judío, aunque consiguió presentar el certificado de ario exigido por Hitler) a veces se desviaba un poco de lo estético a lo esteticista, corría el peligro de caer en el esnobismo (por su predilección por lo último), pero aún así fue un sabio de conocimientos sólidos y un hombre lleno de ideas. Postura según Klemperer de Paula von B. antes de 1933: alemana con toda naturalidad y europea y liberal con la misma naturalidad. La política no existe para ella, se entrega del todo a la actividad intelectual y presta mucha atención a lo puramente estético. Entonces ocurrió un suceso que hizo cambiar la opinión de Kemplerer (experiencia particularmente feliz pág. 159). La visión de Klemperer respecto Paula von B. cambió en 1933. “Juzgaba como un deber alemán”, dijo ella. ¿Que tiene que ver lo alemán o lo no alemán en asuntos privados, generales y humanos? Paula pensaba que alemán o no alemán es lo fundamental, que el Führer la había conducido de vuelta a casa. Toda ella pertenecía al Führer y eso hacía imposible la amistad entre ellos. Klemperer le hacía preguntas procedentes del intelecto, a lo que Paula respondía que estas son inútiles, que lo esencial es que hemos vuelto a casa y por lo tanto tiene que entregarse al sentimiento y tener siempre presente la grandeza del Führer. Paula creía en la fe y si esta no le decía nada, entonces decía que el Führer tenía razón. Se había convertido en la partidaria más acérrima del Führer. “Yo creo en Hitler, yo creo en él”: esto se ve reflejado en diferentes ejemplificaciones. Primero el campesino herido que ayuda a Klemperer con su equipaje, que dice que el Führer declaró que ganarían la guerra, y él nunca ha mentido, dice que Dios no abandonará a Hitler. Luego, en la aldea de Unterbernbach en una taberna, unos soldados que volvían de la guerra (perdida por el momento) despotricaban sobre Hitler y el régimen cuando el tabernero dijo que es cuestión de creer. Dijo que el Führer no puede ser derrotado y que siempre ha encontrado un camino cuando otros no veían salida. Es cuestión de creer, y él creía en Hitler. Fe en Hitler en dos capas sociales (intelectual y popular), y en dos épocas (al principio y al final). La LTI debe ser un lenguaje de la fe, esta enfocada hacia el fanatismo. Lo peculiar es que el lenguaje de la fe esta ligado al cristianismo a pesar de que el nacionalsocialismo combate el cristianismo. En teoría el cristianismo es destruido por sus raíces hebreas y sirias (los hombres de la SS deben separarse de la iglesia). Sin embargo, las primeras víctimas del Partido (los caídos ante la Feldherrnhalle) son tratados como mártires cristianos, tanto en el plano cultural como en el lingüístico. La palabra “eterno” desempeña un papel importante en el léxico de la LTI ya que es utilizado repetidamente. “Eterno” podría ser el último escalón que permite acceder al cielo, sólo es un atributo a lo divino, al calificar algo de eterno se le alza a un plano religioso. (Pregunta trampa de la escuela hitleriana de 1938: “¿Qué viene después del Tercer Reich?”, la respuesta correcta era: nada, pues el Tercer Reich es el Imperio eterno de los alemanes). Hitler se definia a sí mismo como el Redentor alemán. Hacía hincapié una y otra vez en su particular proximidad a la divinidad, en su condición especial de elegido, en ser un Hijo de Dios. Normalmente una divinidad debe ocupar su trono por encima de las nubes y hablar más por boca de sus sacerdotes que por la suya propia. (Todos somos de Adolf Hitler y por Adolf Hitler. No necesitamos saber lo que el Führer quiere hacer, nosotros creemos en él) La fuerza legendaria suele imponerse sobre todo en personas carentes de una formación intelectual y de conocimientos históricos. 10 de febrero, discurso del Führer en el Sportpalast, acaba con la palabra “amén”. Esta palabra demuestra que el discurso es religioso y pastoral. La experiencia demuestra que las sugestiones importantes y duraderas sólo provienen de los estafadores que se estafan a sí mismos. La palabra “Reich” [reino, imperio] posee algo solemne, una dignidad religiosa ausente de todos los términos más o menos sinónimos. La res publica, la república, es la cosa común de todos los ciudadanos, el orden público que obliga a todos cuantos lo han creado y lo sostienen en su comunidad. Esta palabra, cuando no queda precisado por palabras compuestas comprende otro ámbito y se extiende a lo espiritual; el más allá del cristiano es el reino de los cielos. Eso mismo expresa la palabra “estado”: designa la situación sólida, el orden estable de un territorio delimitado y posee un significado exclusivamente político que también se limita a este mundo. La Gran Alemania sólo puede existir como núcleo y pilar de un nuevo Imperio y tiene ante la historia la responsabilidad de un nuevo ordenamiento general, en la guerra debe superar con éxito la prueba de esta tarea (herencia y misión). El nazismo fue acogido como el Evangelio por millones de personas ya que utilizaba el lenguaje del Evangelio. “Fue acogido” porque la mayoría de las personas afirman ser “víctimas del fascismo”, todas ellas se vieron obligadas a la fuerza a ingresar pero nunca creyeron en el Führer ni en el Tercer Reich. XIX. Anuncios de natalicios, bodas y defunciones: un breve sumario de la LTI El nacimiento, la procreación, la muerte: lo más general, lo más animal y fundamental de toda vida humana, estructuración natural de toda vida humana. Los típicos y características de la LTI se amontonan en los anuncios de acontecimientos familiares, bodas, defunciones… Empezó a desarrollarse a partir de la guerra con Rusia, cuando ya se podía hablar de una guerra relámpago. Es importante esta fecha ya que las muestras de duelo demasiado afectadas por la muerte de un soldado se consideraban indignas y casi antipatrióticas. Esto contribuyó al carácter heroico y estoico de las necrológicas por los caídos. La “época suprema de Alemania” es un superlativo casi modesto entre los superlativos en boga utilizados para divinizar la era de Hitler. El atributo somnig [radiante] está muy extendido desde el inicio de la guerra, en el imperio hitleriano todo germano es “radiante”. Cuando alguien no estaba de acuerdo con el nacionalismo y deseaba dar rienda suelta a su rechazo, se escribía lo siguiente: “por la patria cayó nuestro único hijo”, y se dejaba a un lado al Führer. (que venia a ser: “con un saludo alemán”) A mesura que aumentaba el número de víctimas y se reducían las esperanzas de una victoria, las expresiones de adoración al Führer disminuían. En la última fase de la guerra, los anuncios de natalicios y de bodas también sufrieron una reducción similar de espacio (como pasó con los necrologías). Hubo anuncios de bodas de mujeres con sus maridos ya muertos (en 1944 hubo una gran denuncia sobre esto); estas bodas esconden lo que en la época hitleriana se echa de menos: un gesto puramente humano, la preocupación por el futuro hijo, la fidelidad de un hombre amado… En el periódico hay dos “tumbas”, una para los cadáveres del campo del honor y los muertos de los bombardeos (“por Alemania cayeron”) y la otra para los que murieron como civiles. El eufemismo mentiroso desempeñaba un importante papel en la estructura de la LTI ya que, por ejemplo, cuando los germanos morían en otra localidad, se indicaba, en cambio si morían en “casa”, no se decía para no reconocer las bajas sufridas. Entonces apareció otra columna para los caídos. Entonces los berlineses preguntaron, ¿qué es ser cobarde? a lo que se respondió: apuntarse al frente para marcharse de Berlín. XX. ¿Qué quedará? En un verso de 1909 aparecía la palabra “septembrizar”. El rey de Prusia o alguien, ponía fin a las actividades de libertad o de la revolución para luego “septembrizarlos”, palabra que se definia más o menos como: cometer matanzas políticas como las llevadas a cabo durante la Gran Revolución Francesa en septiembre de 1792. En 1914 pasó algo parecido en Viena ya que los rusos tenían la intención de “liejizar” (referente a la conquista de Lieja) Przemysl (esa palabra no llegó a penetrar en el cuerpo de la lengua alemana). Un hecho histórico ha dejado una impronta tan fuerte y duradera que, su nombre se traslada a sucesos similares. Lo que decide la adopción generalizada de una palabra nueva es el estado de ánimo y la imaginación del pueblo. El verbo “coventrizar” (se lo inventó Goebbels para referirse a los bombardeos masivos) desapareció ante el justo Dios de los cielos de la piratería y el gansterismo, por lo tanto no se recordaba el gansterismo propio de los días de fuerza. (palabra que retumbaba en la cabeza de Kemplerer al ir por las calles de Alemania) El sentimiento que se tenía en Alemania al ver las ruinas no era comparable con el de las ruinas de la Antigüedad, ya que bajo los escombros aún se encontraban parientes y cosas personales irrecuperables, no causan una dulce melancolía (las otras si), y al sumarle a las ruinas la palabra coventrizar aparece un triste pensamiento: “crimen y castigo”. Hitler era conocido como “borrar del mapa” por su esencia de criminal megalómano (por su amenaza de borrar del mapa las ciudades inglesas) y Hermann era conocido como “Meier” por su papel de cómico popular (porque decía que se llamaría así si un avión enemigo entraba en el país) XXI. La raíz alemana En Alemania los auges y los declives en el campo del espíritu se producen con suma intensidad y llevan muy arriba y muy abajo (volamos muy alto y caemos mucho más bajo). Comparación con un germano que lo tiene todo, jugando a los dados lo pierde todo, se juega su propia libertad y acaba siendo vendido como esclavo. La supresión de los límites es la actividad determinante del hombre romántico (sea como sea que se manifieste el anhelo romántico; religión, arte…). Siglos antes de que existiera el concepto de romanticismo, toda actividad alemana llevaba el sello de lo romántico. ¿Hay una relación entre la criminalidad nazi y el término subhumanidad? El antisemitismo es el sentimiento básico de rencor de Hitler. Es su idea básica, es el recurso propagandístico más eficaz del Partido, la concreción más eficaz y popular de la doctrina racial (teoría racial). ¿Qué saben los alemanes de la negrificación? Nada, sin embargo todo el mundo conoce a un judío. Para las masas alemanas, antisemitismo y doctrina de la raza son sinónimos. Y la doctrina de la raza fundamenta y justifica todos los excesos y pretensiones de la soberbia nacionalsocialista (conquista, matanza, crueldad). Aunque no se debe atribuir el antisemitismo a los alemanes ya que siempre ha existido. El nacionalsocialismo no era una importación, sinó una degeneración de la esencia alemana. Factores que hacen de este antisemitismo del Tercer Reich algo nuevo y singular (relacionadas con una característica básica; “la terquedad incluso en el mal”): La plaga reaparece con mayor violencia que nunca en una época en la que parecía enterrada para siempre. Se presenta de una nueva manera más moderna, con la máxima perfección técnica y organizativa. Fundamentación del odio al judío en la idea de la raza. Gobineau es el primero en enseñar la superioridad de la raza aria, el rango supremo de la germanidad no contaminada y la amenaza que supone la sangre judía. (Gobineau aporta ampliaciones prenazis) Se puede considerar fracasado el intento de atribuir la doctrina racial del Tercer Reich a pensadores alemanes. Igual que el antisemitismo basado en la sangre no existía en Alemania antes de la aparición de Gabineau. La doctrina de la raza desarrollada de un modo delirante para convertirla en privilegio de lo germano hunde sus raíces en el romanticismo alemán. Por lo tanto, Gabineau es un discípulo del romanticismo alemán. Todo cuanto constituye el nazismo ya está contenido en germen en el romanticismo: el destronamiento de la razón, la animalización del ser humano … Característica determinante de la corriente espiritual más alemana: ausencia de límites. “Por ciertas palabras” Los asuntos de la época hitleriana me habían transformado, en cierto sentido. Había dos personas que le ayudaban a tomas las decisiones que se le presentaban: En primer lugar Kätchen Sara, ella creía en el oficio de cronista de Klemperer. Sara era apasionada y cómica. Luego, estaba Stühler, quien sujetaba su balancín (diario), y el balancín sujetaba a Klemperer. Stühler creía que lo que hacía Klemperer de escribir un diario no tenía sentido ya que muchas personas sufrían cosas peores que él. Después que la época nazi desapareciera y por lo tanto también el peligro, se le habría una nueva vida que no sabia como llenar, se preguntaba si seguir con los diarios sería una pérdida de tiempo. Lo que le hizo decidirse fue lo que le dijo una trabajadora berlinesa: fui a prisión por ciertas palabras que habían ofendido al Führer, los símbolos y las instituciones del Tercer Reich. “Por ciertas palabras”, el lenguaje es la base de todo.