GOBERNANZA GLOBAL Y CIENCIAS El documento en examen presenta un desafío de liderazgo para Chile en un tema que crecientemente influye en las relaciones internacionales modernas y en el diseño de una política exterior inclusiva. Contiene elementos de carácter sustantivos y operativos. El concepto de Gobernanza Global debe ser entendido como una asociación horizontal interestatal y no estatal en el espacio público global donde el bien común debe ser definido e implementado. Las organizaciones internacionales, la sociedad civil, el sector privado, los parlamentarios, y los representantes laborales deben jugar, en conjunto con las academias científicas, una función de articulación de políticas públicas sustentables, con un especial énfasis en los derechos humanos, la seguridad humana, y el desarrollo societal. La agenda de las Naciones Unidas en ciertas áreas está fuertemente impactada por el conocimiento producido por la comunidad académica, normalmente con participación de la sociedad civil. Ello, en casos tales como recursos naturales, protección ambiental y sustentabilidad, energía, seguridad alimentaria, crimen transnacional, desarme. En este contexto por ejemplo, el tema del agua requiere de una especial atención. Un importante número de agencias especializadas del sistema de las Naciones Unidas ha desarrollado en cooperación con comunidades científicas sectoriales, usualmente acreditadas como organismos de la sociedad civil. Tal es el caso de la ICSU que ha asumido un rol coordinador en relación a los temas de la agenda global. En lo académico, la Universidad de las Naciones Unidas, que en muchas ocasiones ha expresado el interés de establecer un punto focal en Chile, juega dentro de este cuadro también una función y abre un espacio relevante de discusión de temas que deben ser después sometidos a exámenes sustantivos por parte de la Asamblea General. En lo bilateral cabe resaltar distintas instancias (Estados Unidas y Cuba en el tema de los huracanes) que buscan profundizar una vinculación de largo aliento por sobre la contingencia política. Lo anterior nos lleva a reconocer que vivimos en un mundo singularizado por una interdependencia creciente inclusiva y multifacética. Todas las culturas pueden aportar un conocimiento científico de valor universal. Las ciencias deben estar al servicio de la humanidad en su conjunto y permitir una comprensión de la naturaleza y la sociedad, y contribuir a garantizar a cada persona una mejor calidad de vida, un entorno sano y pleno de recursos para las generaciones presentes y futuras, principio integeneracional. El saber científico tiene como consecuencia las innovaciones que han redundado en beneficio a la humanidad. Las tecnologías que utilizan nuevos métodos de comunicación e información han dado lugar a oportunidades y retos sin precedentes para el quehacer científico y para la sociedad en general. A parte de sus ventajas manifiestas, las aplicaciones de los avances científicos han conducido igualmente a la degradación del medioambiente, catástrofes tecnológicas, convirtiéndose en una fuente de desequilibrio social o de exclusión. Así por ejemplo, la construcción de armas de destrucción masiva y la obsolescencia programada son una prueba de ello. Lo relevante en todo caso constituye la contribución de la investigación científica y sus aplicaciones que pueden tener en la creación de un desarrollo humano sostenible, en la medida que exista producción, difusión, utilización equitativa del saber, acceso al conocimiento estratégico y divulgación democrática de la información. En el marco de una política multilateral moderna e inclusiva, la ciencia debe de estar al servicio de la paz y la solidaridad. Los gobiernos y la sociedad en general deben tener conciencia de las necesidades de utilizar las ciencias naturales y sociales, y la tecnología como herramientas para atacar las causas profundas y los efectos de los conflictos, como la inobservancia de los Derechos Humanos y la ausencia de la justicia y democracia, la intolerancia, las desigualdades sociales y la pobreza, la protección insuficiente de las minorías, las tensiones interétnicas, una educación insuficiente, el hambre y la malnutrición, la degradación del medioambiente y la disputa por los recursos naturales. Es menester que la política exterior coadyuve a ampliar la utilización de la tecnología, de la información y comunicación, en especial mediante la creación de redes de cooperación regional e interregional, a fin de fomentar la libre circulación de los conocimientos. Resulta indispensable también un diseño como el propuesto para lidiar con aquellos fenómenos que tienen como consecuencia un efecto multiplicador de las amenazas. Tal es el caso por ejemplo del cambio climático global que tiene implicancias en la seguridad, de los países y de las personas. Puede afectar la ciudadanía (refugiados ambientales), incrementar la vulnerabilidad del estado (seguridad alimentaria, salud, desastres y emergencias), y crear las condiciones de conflictos cuando impacta a recursos internacionales compartidos o que no están claramente demarcados. De allí que es importante también tener una política de prevención de conflictos mediante las evidencias empíricas que brinda el conocimiento científico. Una consideración aparte merecen los paneles de expertos en las comisiones globales. Desde 1970 distintos líderes políticos e intelectuales han preparado informes sobre tópicos específicos ligados al desarrollo y la cooperación (Comisión Brandt), al uso sostenible de los recursos (Comisión Brundtland), al marco institucional para la comunidad internacional (Comisión Carlsson), seguridad humana (Comisión de seguridad humana), rol de la sociedad civil en la gobernanza mundial (panel Cardoso), al desarrollo de las operaciones de mantenimiento de la paz (Comisión Brahimi), a los requerimientos de una base legal para intervenciones humanitarias (Comisión internacional de intervención y soberanía estatal), y a la nueva agenda global de seguridad (panel de alto nivel sobre amenazas, desafíos y cambios). Solo una conferencia mundial, la UNCED de 1992, se constituyó como una conferencia preparatoria acerca de la importancia de la comunidad científica en políticas de desarrollo sustentable (ASCEND, Agenda Científica y Medioambiental para el Desarrollo en el Siglo XXI, Viena 1991) lo que también quedó reflejado, tal vez de una manera poca eficaz, en la conferencia de Rio+20 en su lato informe (El Futuro Que Queremos). En conclusión, se requiere de un efectivo vínculo entre la ciencia y la diplomacia para hacer frente a las amenazas transnacionales y definir acciones de cooperación transfronteriza de la paz y de profundización de los Derechos Humanos de tercera y cuarta generación. En cuanto al Consejo de Seguridad, es importante llevar a cabo dos tipos de acciones: solicitar reuniones temáticas para provocar un debate público sobre estas materias con la presencia de científicos del más alto nivel y discernir de qué manera la evidencia científica debe contribuir a la inclusión social y preparar el camino para que, en una primera etapa, expandir la conceptualización de los Objetivos del Milenio, y preparar el camino para la adopción de los Objetivos del Milenio sustentables. Seguidamente, para reforzar el rol de la academia, la sociedad civil, ONGs, representantes de los trabajadores, resulta conveniente acudir a la formula Arria. Dentro de este marco, la propuesta del documento de crear una oficina de consejeros científicos al Presidente de la Asamblea General adquiere especial pertinencia, aunque en lo personal preferiría que esa oficina asesorara al Secretario General de la ONU, todo lo anterior, en la perspectiva de un reforzamiento del imperio del Estado de Derecho, tal como ha sido recientemente aprobado por la sexta comisión de la asamblea general de la ONU. Finalmente, la Responsabilidad de Proteger a la que habría que añadirle un ingrediente científico y tecnológico en el pilar de la prevención, podría suministrar las bases para un cumplimiento más equitativo de las nuevas normas que emanan del derecho internacional contemporáneo. Embajador Raimundo González Aninat 17 de octubre, 2013