La gobernanza democrática y su relación con la - siare

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XXVI Concurso del CLAD sobre Reforma del Estado y Modernización de la Administración Pública
“La Cuestión de Seguridad Nacional como Nuevo Desafío a la Gobernanza Democrática”
Caracas, 2013
La gobernanza democrática y su relación con la seguridad nacional en México
Benito Juárez García
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Tercer Premio Compartido
Introducción
La corriente de la Nueva Administración Pública (NAP), aparece en los momentos en los que
se presentan dos fenómenos sociales de capital importancia: la interdependencia del mundo
económico y la reactivación de expectativas cada vez mayores en los ciudadanos.
Hoy la gobernanza, consiste en “direccionar” la economía y poner a prueba las capacidades
institucionales para revisar una importante gama de opciones para decidir el rumbo. Adquieren una
enorme importancia las ONG, hasta llegar al extremo de pensarse, en que se gobierne sin gobierno.
La realidad sin embargo, se ha ido imponiendo, y se reconoce que, pese a la creciente importancia
de redes y vínculos con la sociedad, el gobierno sigue ocupando un lugar clave. Pero ha dejado de
ser parte de un Estado jerárquico y ordenador, para convertirse en parte de un Estado facilitador.
Bajo esta concepción, la administración pública no es autónoma, utiliza organizaciones del sector
privado en la provisión de servicios públicos, particularmente los sociales, así como redes de otros
actores no gubernamentales.
Estas formas de interacción obligan a una constante negociación que además puede ser
impugnada. Con este modelo, los funcionarios públicos adquieren un carácter de agentes de cambio,
se promueve la idea de formas creativas de diseño institucional y, contrariamente a lo que ocurría
con la concepción tradicional y con la NAP, que recelaban de la participación positiva de los
empleados públicos, la gobernanza recupera la confianza en ellos. El modelo de gobernanza para la
administración pública comprende una idea de la democracia más amplia que la de cualquiera de
los otros enfoques, existe de hecho un debilitamiento de la concepción tradicional de la dicotomía
Estado-sociedad y el régimen de rendición de cuentas se hace extensivo a los sectores privado y
social.(Pardo, p. 17)
Una de las características más destacadas de la Gobernanza es el énfasis que pone en
promocionar el valor de la equidad, no tanto como un sustituto de viejos valores de la
administración pública, como puede ser el de la eficiencia, sino un valor por añadir. “La
administración pública convencional o clásica trata de contestar a dos preguntas”: ¿Cómo mantener
el nivel de servicios existente gastando menos dinero (economía). La NAP añade una pregunta más:
¿incrementa este servicio la equidad social? (Frederickson, p. 392).
Si se habla de una menor cantidad de dinero asignada en los servicios de la administración
pública, se podría pensar, lo mismo para el rubro de seguridad nacional, considero que en esta
disertación, ¿valdrá la pena apostar la inequidad de la eficiencia por el mejoramiento del bienestar
social, aunque está a veces tenga que rebasar los parámetros permisibles del presupuesto público?,
esa es una cuestión que abordaremos a fondo en este modesto trabajo de investigación.
Por supuesto también al analizar estas preguntas, se pueden desprender diferentes objetivos
de este trabajo.
Definir la claridad de los conceptos de seguridad nacional y seguridad pública.
Identificar herramientas que faciliten la reducción de la delincuencia organizada en el país.
Este trabajo conlleva una metodología hipotética deductiva, derivada de algunos trabajos
realizados por diferentes instituciones del país, y que reflejan las principales necesidades sociales y
su relación con el entorno externo con el que interactúa a nivel económico, político y social.
La hipótesis con la que se trabajara será; La identificación de las principales causas de
inseguridad que provocan el despliegue de las fuerzas armadas, permitirá proponer instrumentos y
estrategias que garanticen una seguridad nacional a los ciudadanos que se ven afectados, redituando
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en una mejor imagen institucional de la administración pública.
Escenario Mundial
Con el derrumbe de la Unión Soviética y el fin de la guerra fría el mundo dio un suspiro de
alivio. Con ello se reducía enormemente la posibilidad de que el conflicto entre capitalismo y
comunismo diera como resultado que un país, con intensión o por error, usara armas nucleares, lo
que podría derivar en la destrucción del planeta. Así al final de este periodo se tradujo en una
atmosfera mundial de grandes esperanzas de que, al resolverse el conflicto que habían robado la
atención y los recursos de los países más desarrollados, se produjese una coyuntura para construir
un mundo mejor y un orden diferente del bipolar que había imperado hasta ese momento; se
aspiraba a un orden con oportunidades de desarrollo para todos los países y en el marco de una
comunidad internacional pacífica. Se hablaba de una economía dinámica y moderna, una sociedad
civil fuerte, un gobierno participativo y descentralizado y de relaciones internacionales en un marco
de derecho y de relaciones internacionales en un marco de derecho que englobara a todos los países
del mundo.
En un principio, con ese clima prometedor, se resolvieron muchos de los problemas que
afligieron al mundo durante la última parte de la guerra fría. Al carecer de importancia la defensa de
los intereses ideológicos de occidente, los países que por su situación geopolítica habían
permanecido en un estado de guerra constante, iniciaron la pacificación de sus territorios y, en
muchos casos, siguieron la vía democrática y el camino de la integración económica. En
consecuencia, se comenzaron a promover una serie de teorías nuevas sobre seguridad nacional que
incluyeron el concepto de “seguridad humana”, el cuál básicamente postula que procurar el
bienestar de los países menos desarrollados es fomentar la seguridad de los países desarrollados.
Otro propósito fue también que los recursos invertidos en las fuerzas armadas se redujeran para
destinarlos al desarrollo y a los servicios sociales.
En adelante los conceptos de integración económica, democracia y paz quedarían unidos en
la mente de algunos analistas, quienes comenzaron a proyectar un mundo feliz con un lenguaje que
resultaba demasiada optimista para los que conocían la realidad que imperaba en el planeta y la
época posterior a la guerra fría se vio marcada por la explosión de la violencia étnica que hasta
entonces había sido reprimida por las superpotencias.
Al término de la guerra fría, el nacionalismo étnico se convirtió en uno de los catalizadores
más importantes de violencia y muerte entre 1989 y 1994. En un periodo extremadamente corto
surgieron 82 conflictos, 79 de los cuales fueron étnicos, internos o civiles. Wallestein (1994).
La Guerra Fría en América Latina
Al desaparecer el mundo bipolar de la guerra fría. América Latina tenía la esperanza de dejar
de ser la “manzana de la discordia” de los conflictos, pues hasta entonces había sido el campo de
batalla entre las dos superpotencias. La lucha entre los Estados Unidos y la Unión Soviética se
reflejó en los países de la periferia, incluidos los de América Latina, mediante la transferencia de
armas y apoyo a grupos o gobiernos solidarios con los intereses de las superpotencias así como la
promoción de su rivalidad a través de la explotación de los conflictos existentes en los países del
tercer mundo.
América Latina siempre se consideraba dentro de la influencia hegemónica de Estados
Unidos, como una suerte de retaguardia de ese país. Desde 1941, impulsado por esa potencia de
América del Norte, formuló un mecanismo de coordinación y consulta para planificar la defensa del
continente en caso de que la segunda guerra mundial se extendiera. En 1945, se firmó en México el
Acta de Chapultepec, en la que se acordó que, en caso de un ataque a un país miembro, todos los
aliados defenderían al atacado. Una vez finalizada la guerra, en 1947, se realizó una conferencia en
Rio de Janeiro que culminó con el Tratado Interamericano de Asistencia Recíproca (TIAR). Estos
acontecimientos sentaron las bases de un sistema de relaciones militares entre los ejércitos
latinoamericanos y el de Estados Unidos.
Entonces las principales preocupaciones estadounidenses era la posibilidad política del área,
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que solo podía verse afectada por la agitación comunista, la pobreza, el autoritarismo y la falta de
democracia en los países del continente. Hay que señalar que de los fundadores de la OEA, en 1948,
la mitad eran países democráticos. Hacia mediados de la década siguiente, solo cinco mantenían
dicho sistema. Este medio siglo estuvo marcado por preocupaciones sobre seguridad en su sentido
más restringido: la supervivencia o seguridad física del estado-nación.
La revolución cubana de 1959 cambio el panorama de la seguridad nacional en toda América
Latina, desde la década de los sesenta, Colombia enfrento (y continua enfrentando) problemas de
guerrillas y en Bolivia también comenzó una rebelión. Pero la historia no ha sido uniforme. En los
últimos 40 años ha habido diferentes fases de insurgencia en el continente.
La primera fase de la insurgencia, ocurrida en los años cincuenta se caracteriza por
movimientos pequeños y aislados que no tienen mayor fuerza, como ejemplo tenemos los
demócratas de Venezuela, las guerrillas liberales y comunistas en Colombia y el grupo 26 de julio
en Cuba.
La segunda fase está marcada por el triunfo de la revolución cubana y corresponde a una ola
imitativa de iniciativas múltiples. Muchos campesinos arraigados se convirtieron en guerrillas
móviles, como las Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia (FARC) y la Organización
Revolucionaria del Pueblo en Armas (ORPA) de Guatemala. En esta etapa, el entrenamiento era
mayor y los movimientos eran ideológicos. La guerrilla de los años sesenta, esencialmente rural, fue
derrotada en casi todo el continente a finales de los setenta, dejando una especie de desencanto.
La tercera es la guerrilla urbana, en la que participan guerrilleros más educados
políticamente. En esta, se promovió el terrorismo de organizaciones pro-palestinas y la doctrina
desestabilizadora dio a los terroristas una imagen de poder que cautivo a la guerrilla
latinoamericana. Así algunos grupos de carácter rural dieron el salto al terrorismo urbano. A pesar
de que lograron desestabilizar gobiernos nunca ganaron poder, a diferencia de la década de los
cincuenta, en los años setenta, las dictaduras de cono sur, con su doctrina de seguridad nacional,
derrocaron a gobiernos democráticos. La guerrilla o el terrorismo justificaron la imposición de
regímenes militares; ejemplo de ellos fue; el ascenso al poder de Augusto Pinochet en Chile, en
1973, y el de Jorge Rafael Videla en Argentina en 1976.
En otros países como Nicaragua, se derroco, tras una lucha de dos décadas. El triunfo
sandinista abrió otra etapa en el ciclo guerrillero; la de los frentes de guerrillas. Poco después, en El
Salvador, el Frente Farabundo Martí para la Liberación Nacional (FMLN), hizo temblar al régimen,
mientras que la Unión Revolucionaria Nacional de Guatemala (URNG) lo hizo en su propio país.
Esta etapa término con la paz en El Salvador en 1991, y en Guatemala en 1996.
La última fase es la guerrilla de la posguerra. Apenas cuando se restablecía la democracia en
Perú, el grupo guerrillero Sendero Luminoso entró a la lucha armada, en México, sucedió algo
similar cuando la insurgencia ya era historia, el mismo día en que entraba en vigencia el Tratado de
Libre Comercio de América del Norte (TLCAN) salió a la luz el Ejército Zapatista de Liberación
Nacional (EZLN) justo cuando se consideraba que México estaba a las puertas de la estabilidad
política. Pardo (1999).
Las fuerzas Armadas
Es en la década de los sesenta cuando se ubica el momento en el que la mayor parte de las
fuerzas armadas construyen su visión, teoría y doctrina con respecto de un concepto clave; la
seguridad nacional. Otro aspecto fundamental e inexplicable poco considerado, son las
características geopolíticas del continente americano y de las delimitaciones territoriales y
marítimas de los países de la región. Esta es la clave para comprender y explicar la doctrina, el
adiestramiento y el pertrechamiento de los ejércitos. Posadas (2008).
En primer lugar, el continente americano es una gran isla. En efecto, el bloque de los otros
grandes continentes (Europa, Asia y África) se comunica vía terrestre. Por esta razón, el flujo
migratorio es uno de los problemas que en América Latina, Canadá y Estados Unidos no se enfrenta
de la misma forma que en aquellas latitudes. Incluso de que Latinoamérica comparta una historia,
una cultura y una religión hace menos propenso el escenario de una guerra internacional.
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En segundo término y en consideración de lo anterior con los atentados del 11 de septiembre
de 2001, se tomó plena conciencia de que las amenazas ya eran globales. Tal como los principios de
la libre circulación de capitales y de mercancías, el crimen organizado, el terrorismo y la
depredación ambiental se han convertido en problemas compartidos.
En última instancia, el estudio y la caracterización geopolítica de cada uno de los países del
continente americano conducirán a la comprensión de una política exterior determinada, de una
política económica y, principalmente a la formulación de supuestos para la gobernación de
instituciones y sociedades. En la década de los sesenta, cada una de las fuerzas armadas de América
Latina fundamentó a percepción propia y la del entorno en el concierto internacional.
En América Latina, en la década de los setenta se caracterizó por la deposición de los
gobiernos civiles a manos de juntas militares. Posadas (2008).
En la década de los ochenta es señalada como etapa de estructuración de los sistemas de
representación política y democrática, pues en ese periodo las fuerzas armadas iniciaron un intenso
proceso de repliegue político, en la última década del siglo XX y a inicios del siglo XXI, se
observan diversas tendencias como resultado de la complejidad interna y de las dinámicas del
ámbito internacional, que van desde el advenimiento de los civiles en los ministerios de la defensa
hasta el apuntalamiento de nuevas funciones para enfrentar nuevas amenazas.
El peso de la geografía
“Cuba es geografía”. Esta frase -de uso común en la isla-refleja una realidad palpable; la
ubicación geográfica de Cuba ha sido decisiva en su historia, pues durante siglos la isla fue
conocida como la “Llave de las Américas”, por ser un punto de encuentro y un lugar para el
intercambio de mercancías e ideas entre Europa y América. Fue precisamente esa posición
geográfica lo que defendió España hasta el último momento (Cuba fue la última colonia española en
independizarse, en 1902), fue esta circunstancia lo que Estados Unidos utilizo, entre otras cosas,
como punto de control para el Caribe y el norte de Sudamérica, hasta la primera mitad del siglo XX
(basta recordar que allí estableció la base naval de Guantánamo), y fue lo que supo aprovechar Fidel
Castro para jugar un papel clave en el equilibrio este-oeste durante la guerra fría , al ser el país
socialista en las “narices del imperio” el que “se la jugo” al punto de la conflagración nuclear
mundial en la llamada “crisis de los misiles” hacia 1962.
Más adelante después de la caída del Muro de Berlín, en 1989 y el colapso de la Unión
Soviética, en 1991. Los partidos comunistas de Europa del este cambiaron de nombre y -como a
Jesucristo- negaron a Marx tres veces. Casi de golpe, Cuba perdió 85% de su comercio, que
realizaba fundamentalmente con el Consejo de Ayuda Mundial Económica (CAME) y la inversión
de los países del campo socialista se redujo a cero. Las consecuencias fueron evidentes en la isla;
los apagones llegaron a durar hasta 20 horas, el transporte se paralizó, los comercios cerraron y se
racionó al máximo la “libreta de abastecimiento”. Tal escasez alimentó rápidamente al mercado
negro. Comenzó el llamado “periodo especial”, una estrategia para sobrevivir aún “sin una gota de
petróleo”.
Cuba se vio más aislada que nunca: la Unión Soviética y Europa del Este sólo querían que
pagara sus deudas, el Fondo Monetario Internacional y el Banco Mundial mantenían cerrados los
créditos desde que, en la década de los ochenta. Fidel decreto una moratoria unilateral; en Estados
Unidos llegaba al poder George Bush padre quién no oculto su hostilidad hacia el régimen de la
Habana. La participación que Cuba tuvo en las guerras de África tampoco le reportó beneficios de
inventario y, por si fuera poco, las relaciones con América Latina eran escasas y difíciles, los
gobiernos del área estaban molestos con Castro por haber apoyado a las guerrillas en esos países.
Aparentemente Cuba ya no tenía el papel geopolítico clave que mantuvo durante la guerra
fría; la isla, -que instauro el socialismo en las narices de los Estados Unidos-dejo de tener peso
estratégico en un mundo unipolar. En esta situación, políticos, diplomáticos y analistas
latinoamericanos consideraban que Cuba dejaba de ser un peligro para la seguridad nacional y para
la estabilidad política en sus países.
En cierto sentido fue así; Cuba dejo de apoyar movimientos guerrilleros y trato de restablecer
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sus relaciones diplomáticas con la mayoría de los gobiernos de la región. Incluso ofreció sus buenos
oficios como mediador en conflictos donde participaban organizaciones guerrilleras susceptibles a
su influencia, como el Ejército de Liberación Nacional (ELN) de Colombia. Sin embargo, como
veremos más adelante, la intensión de Estados Unidos de continuar considerando a Cuba como un
problema de seguridad nacional es un ejemplo claro de cómo la política puede influir en la
estrategia nacional de países democráticos. De hecho a principios de los noventa cuando empezó a
vislumbrarse la posibilidad de paz en el continente después de las elecciones en países como El
Salvador y Nicaragua.
Cuando existía la guerra ideológica, en la que el mundo capitalista y el comunista chocaban,
las superpotencias estaban dispuestas a sacrificar sus intereses en la seguridad energética y
ambiental, con tal de que los países no cayeran bajo el control de su contrincante. Aunque la
seguridad ambiental y energética siempre fueron cruciales en las estrategias de seguridad nacional
de México y el resto de los países latinoamericanos, durante la guerra fría los intereses de los
Estados Unidos y de la Unión Soviética resultaron decisivas al momento de definir prioridades.
Actualmente, más allá de las amenazas inmediatas, como el terrorismo, uno de los retos más
importantes para los países desarrollados es el cambio de la geografía estratégica, cuyo énfasis es la
protección al suministro de recursos vitales, sobre el petróleo y el gas natural. Los analistas en
temas de seguridad han empezado a prestar mayor atención a los problemas que origina la creciente
competencia por el acceso a materias primas básicas.
Asimismo, a pesar de que para algunos estados la prioridad en la obtención de suficientes
suministros de energía, para otro, el tema central será la búsqueda de agua potable.
En su momento la guerra fría representó un choque de ideologías políticas que trataban de
demostrar, cuál de los dos sistema favorecía más desarrollo humano. En el nuevo “desorden
mundial”, el conflicto no es ideológico, sino que hoy la guerra gira alrededor de intereses de
Estados Unidos y de los países desarrollados en proteger el suministro del recurso que mueve sus
industrias y economía, el petróleo.
Las operaciones militares de Estados Unidos y de sus aliados en contra de los países que han
apoyado a los grupos terroristas conllevan el riesgo de cortar las venas que proporcionan el
petróleo, vital para su misma existencia. La paradoja de la nueva era para Estados Unidos y sus
aliados será encontrar una fórmula que erradique la capacidad mortal de los grupos terroristas, sin
dañar la casa que los alberga.
Las reservas del agua ya son insuficientes en muchas partes de Asia y es probable que el
crecimiento de la población y las posibilidades de la sequía provoquen una escasez similar en otras
latitudes. El riesgo de conflictos por la competencia del recurso es inevitable, ya que los suministros
de agua no están sujetos a fronteras políticas.
Esta situación se torna preocupante en el resto del mundo: la cantidad de líquido de que
disponemos actualmente para el consumo humano es limitada. Hacia 2050 la demanda de agua
podrá acercarse a 100 por ciento de suministro disponible, y se producirá una intensa competencia
por esta sustancia esencial en casi todas las áreas del planeta. Posadas (2008).
Estos fenómenos -competencia por petróleo, gas y agua-han producido una nueva geografía
de conflictos. La globalización económica ha convertido algunas áreas pobres en centros de
prosperidad, mientras que dejan a otras en la mayor pobreza, y provoca disputas que tiene más que
ver con el manejo de los recursos que con el nacionalismo. En suma, los conflictos del mundo
contemporáneo desafían las definiciones exclusivamente políticas, económicas y de seguridad. Así,
los futuros problemas internacionales tendrían que ver más con los recursos y con el acceso a
materias primas vitales, como medio oriente, es de esperar que ocurran con mayor frecuencia.
Seguridad nacional a la mexicana
En México se pueden identificar como problemas de seguridad nacional:
La remodelación y compra de enseres para la residencia oficial de los Pinos, la problemática
de la frontera sur y norte, la organización y manejo de las fuerzas armadas, el recurso del petróleo y
el papel de Pemex, la corrupción el desempeño del Centro de Investigación y Seguridad Nacional
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(CISEN), la protección de los recursos naturales, la pobreza, el agua, los bajos niveles de educación,
el cambio climático, la pandemia aviar y el control de las tripulaciones de los barcos contenedores
que arriban al país. Otros problemas más tradicionales, que también se han identificado al respecto
son él; narcotráfico, el terrorismo, el secuestro, la ingobernabilidad, la debilidad de las instituciones,
los grupos armados, la intolerancia, y por supuesto la seguridad pública.
La lista es larga, pero expresa con claridad la frustración que existe por el hecho de que el
concepto de seguridad nacional se encuentra indefinido, y por el uso indiscriminado que el gobierno
mexicano le ha dado, los políticos, los legisladores y los medios de comunicación hacen al respecto.
Para muchos mexicanos, el concepto de seguridad nacional está relacionado con un popurrí
de problemas que afectan al país y con las promesas y exigencias de los políticos para buscar
soluciones.
Para empezar hay que definir lo que es el Estado, tradicionalmente, la seguridad nacional gira
alrededor de la seguridad del estado-nación, y refleja la organización legal y política al dividir el
mundo en jurisdicciones definidas por convenciones internacionales, guerras o conflictos,
religiones, rezago y convicciones políticas. Adicionalmente, la lealtad política de una población gira
alrededor de este concepto de estado-nación como la unidad básica del sistema global.
El estado es un espacio delimitado y demarcado en donde un conglomerado de individuos -la
población- se constituye para regirse por un gobierno. Estos tres elementos territorio, población y
gobierno definen una comunidad que lleva a cabo sus actividades, si hace falta uno de estos
requisitos, entonces la permanencia del estado podría encontrarse en peligro.
Sin embargo cabe preguntarse cuál es la esencia del estado, la respuesta debe contemplar los
intereses y la constitución de un país, su integridad territorial, su estructura financiera, la forma de
gobierno y sus instituciones, la soberanía nacional, el sistema político o el orden constitucional. A
esto se le llama “legítimos intereses nacionales”, elementos que constituyen la base estructural de
un estado, los elementos en los que se sostiene, y sin los cuales colapsaría.
Entonces, es posible formular la siguiente cuestión: ¿Qué es una amenaza en términos de
seguridad nacional, y que asuntos no lo son? O bien ¿Cuál es el criterio que ayuda a determinar lo
que representa una amenaza? Como veremos más adelante, cada país responde a esta pregunta
según sus agendas y políticas gubernamentales específicas.
Tomar en cuenta únicamente la protección de la soberanía del estado-nación es una visión
hasta cierto punto simplista y tradicional del asunto. En esta visión, el concepto de seguridad
nacional se reduce al papel que juegan las fuerzas armadas en la protección del estado. Pero esta
forma de entender las cosas esta en conflicto con la forma como se ha ido transformando el
concepto de soberanía y la extraterritorialidad de las amenazas.
Soberanía en el nuevo siglo
¿Acaso una violación a la soberanía puede considerarse como una preocupación real en
términos de seguridad nacional? El concepto de soberanía enfrenta un proceso de redefinición. La
visión tradicional de soberanía, adoptada en Europa hacia 1648, con el Tratado de Westfalia
equivale a “independencia y autonomía”. Pero hoy la soberanía implica el control, exclusivo de un
estado sobre su espacio territorial, aéreo y marítimo, así como una obligación de no intervenir en los
asuntos de otros estados. Esto no significa que se garantice el control total e incondicional sobre una
área geográfica delimitada; este concepto remite necesariamente a ciertas restricciones jurídicas y
normativas del poder soberano, que incluso se extienden al principio de no intervención.
Los principios de autonomía y de no intervención significan simplemente que nadie puede
interferir en los asuntos domésticos ni en la política exterior de otro estado soberano, siempre y
cuando el soberano actúe conforme al derecho nacional e internacional. La noción de no
intervención implica que el soberano no puede ser juzgado por otros estados ni por la comunidad
internacional y, por lo tanto, sus derechos y obligaciones deber ser determinados tan solo por los
ciudadanos dentro de su propio estado territorial. Robinson (2008).
A pesar de lo anterior, la percepción que tenemos acerca de la soberanía continúa teniendo
una connotación política muy compleja. Lo peor que le pueden hacer a un político mexicano es
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acusarlo de violar la soberanía, esto todavía es un tabú para la clase política mexicana e incluso para
ciertos intelectuales. La globalización ha contribuido a que el concepto de soberanía también
cambie, pues muchas de las transformaciones democráticas que hemos visto en México se deben a
presiones internacionales, especialmente en la defensa de los derechos humanos y al hecho de que
la prensa internacional ha tenido cada vez mayor presencia en los foros mediáticos del país. Así
todos estos factores inciden en la redefinición de la noción de la soberanía lo que también se traduce
en un cambio en la estrategia de seguridad ante las nuevas amenazas.
Diferentes visiones de la seguridad nacional
Para comprender lo que cada país o región define como seguridad nacional, hay que poner
atención en aquellos que se considera importante defender. De la misma manera en que un hombre
común jerarquiza sus intereses, lo mismo hacen los gobiernos, desarrollando su estrategia de
seguridad nacional basándose en ciertas prioridades.
De esta forma podemos encontrar distintas orientaciones de seguridad nacional dependiendo
de la época en la que se vive el lugar en el hemisferio que se ocupa y la historia particular que se
tenga. Fundamentalmente podemos encontrar cuatro doctrinas de seguridad nacional que
representan cuatro formas de vida diferente.
En primer lugar tenemos el caso de México, país cuyos principios de política exterior buscan
proteger la autonomía del estado. Por lo que define como seguridad nacional como “la condición
imprescindible para el desarrollo integral del país basada en la preservación de la soberanía e
independencia nacionales, manteniendo el orden constitucional, la protección de los derechos de sus
habitantes y la defensa de su territorio. Se trata de un concepto que se orienta más hacia el ámbito
nacional que al internacional. Curzio (1998).
En segundo lugar, encontramos una perspectiva diametralmente opuesta a la mexicana. Se
trata de una doctrina de un país cuya historia se ha caracterizado por la gran ausencia de conflictos
bélicos importantes, tanto en el interior como en el exterior. Un estado cuyo fin principal es
mantener el nivel de desarrollo económico alcanzado y cuya principal preocupación es cuidar que
sus productos tengan acceso a distintos mercados. Estamos hablando de Canadá, nación que ha
creado el concepto de seguridad humana, que debe entenderse como el conjunto de políticas
destinadas a mejorar la calidad de vida de la población. Podemos observar claramente que para este
país su seguridad se define por la estabilidad económica de los demás países.
En tercer lugar, se encuentran las naciones que han actuado como ejecutores directos en crisis
bélicas de gran magnitud, dos guerras mundiales y la guerra fría. En este grupo se ubican los
Estados Unidos y países europeos. Su definición de seguridad nacional está orientada casi
completamente a las agresiones armadas externas, ya que su territorio ha sufrido serias amenazas.
Dedican enormes cantidades de recursos a desarrollar tecnologías militar de punta y a firmar toda
clase de tratados para evitar la proliferación de armas de destrucción masiva (nucleares, químico,
biológicas, al tiempo que fomentan la cooperación entre sus aparatos de defensa, sin descuidar el
bienestar de sus ciudadanos. Es una definición que coloca los problemas globales y locales entre los
intereses nacionales.
Finalmente, tenemos el modelo de seguridad democrática seguido por los países
centroamericanos. Durante el periodo de la guerra fría estos países fueron víctimas del
enfrentamiento de dos grandes potencias y terreno de disputas para sus diferencias. Por lo que
diseñaron un concepto de seguridad nacional que los protegiera de las vejaciones por la intromisión
de dos superpotencias en sus políticas nacionales, de ahí que definen su seguridad como la
necesidad de enfocarse en búsqueda de la democracia y el fortalecimiento de sus instituciones y el
estado de derecho. Este modelo tiene su razón de ser en el respeto, promoción y tutela de los
derechos humanos, mediante la creación de condiciones que permitan el desarrollo personal,
familiar y social en paz, libertad y democracia.
Ante tantas realidades políticas y amenazas diferentes podemos concluir que seguridad
nacional es una noción ambigua; sin embargo, este concepto constituye la base sobre la cual un país
desarrolla su estrategia para proteger a sus ciudadanos y es un punto central de las relaciones
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internacionales. Además, cuando la estrategia de seguridad nacional del gobierno fracasa, el
impacto en la sociedad y en las democracias tiene consecuencias funestas. Una definición de
seguridad nacional tiene que ver con el concepto de la existencia del estado, con un marco de
estabilidad seguro y con las estrategias adecuadas para cada caso.
Por eso debe otorgársele adecuada atención. Seguridad nacional es una definición en
constante cambio ya que no se encuentra al margen de los acontecimientos nacionales e
internacionales. Oliva (2000).
Costos para la sociedad
Cuando un problema se aborda como parte de las estrategias de seguridad nacional, el estado
está dispuesto a utilizar mecanismos excepcionales para lograr una solución efectiva: usar al
ejército para funciones tradicionales deberían de ejercer las funciones civiles, violar derechos de
privacidad de las personas interceptando sus comunicaciones, realizar detenciones sin orden
judicial, establecer un toque de queda, controlar el libre paso de las personas dentro del país,
expulsar a extranjeros sin debido proceso legal, congelar cuentas bancarias, expropiar compañías o
recursos; es decir, recurrir a todas las medidas que absorben recursos económicos que, en otras
circunstancias, se utilizarían en la educación o salud, por citar dos de las necesidades más
importantes. El otro costo para la sociedad es la promoción de actividades abiertamente
antidemocráticas, en las que las autoridades se prestan para que se cometan estos abusos. Este tipo
de acciones resultan por demás arriesgadas porque atentan en contra del estado de derecho en una
democracia.
La discusión de los temas de seguridad nacional debería abarcar medidas preventivas
encaminadas a impedir posibles conflictos y estrategias para anticiparse a futuras amenazas.
Muchos de los componentes de las estrategias de seguridad nacional de un país son, más que nada,
una inversión en el presente para prevenir futuros daños al estado o la sociedad. Podríamos decir,
que la estrategia de seguridad, es como un “seguro” para la sociedad, un seguro que establece el
procedimiento a seguir en el caso de un desastre (natural o de otra índole), que busca detener
conflictos, erosiones del medio ambiente o detener al crimen organizado antes de que se apodere de
la clase política.
La pregunta fundamental que tiene que hacerse el estado es cuando necesita invertir en este
“seguro” o en esta estrategia de seguridad, en el entendido que, por la limitación de los recursos,
otros problemas del país se relegarían a un segundo o tercer término de importancia. ¿Qué necesita
el estado para prevenir los problemas futuros sin sacrificar el presente al tratar de prevenirlos? Si se
reconoce que resolver los conflictos en el ámbito de la seguridad nacional genera un costo para la
sociedad ¿Por qué los gobernantes insistirán en mantener una larga lista de asuntos por resolver en
este rubro? Esta es una forma de expresar un mensaje de preocupación a los ciudadanos, es un
mensaje político, y al jerarquizar los objetivos del gobierno democrático, en consecuencia, y
simultáneamente, las amenazas a la seguridad se convierten también en un mensaje de que el estado
de “prioridad” a lo político.
Ante esta situación se atrae de inmediato la atención pública y el interés sobre las personas y
los organismos involucrados. Hay que decirlo abiertamente: si existe un vínculo entre seguridad
nacional y la política. Es importante tomar en cuenta que la seguridad nacional, vista como un
proceso, permite identificar prioridades a corto y largo plazo. Que el pueblo acepte la existencia de
una amenaza y el costo de enfrentarla o rechazarla y establecer estrategias y cursos de acción
inmediatos, a mediano y a largo plazo, depende de él.
Inseguridad: ¿riesgo para la democracia?
Es extraño que la seguridad sea un tema olvidado en el proceso de modernización de
cualquier estado. Pero esto se debe, entre otras, a la razón originada en el contrato social, que exige
al ciudadano la cesión de su derecho a la defensa propia y le permite al estado el monopolio de la
fuerza y el uso de las armas a cambio de proteger de todo tipo de amenazas a la población, ya sea de
aquellas que atentan directamente contra su integridad física, la integridad territorial, o la calidad de
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vida de los ciudadanos.
¿Cuáles son las diferencias entre seguridad nacional y seguridad pública?, depende en parte
de los objetivos: Cuadro No.1 (Anexo)
Amenazas a la Seguridad
Actualmente los países latinoamericanos enfrentan amenazas muy diferentes a los que viven
los europeos o los estadounidenses. La estrategia de seguridad nacional de Estados Unidos
concentra toda su atención en mantener una presencia en el exterior, porque para ellos los
problemas provienen de afuera. La infraestructura estadounidense ha sido creada conforme el país
se ha visto a lo largo de su historia. En cambio, los países latinoamericanos no tienen razones para
temer, en primer lugar, a las armas de destrucción masiva ni a los terroristas extranjeros, sino a otro
tipo de conflictos, como los creados por el narcotráfico, los grupos armados, la ingobernabilidad o
los desastres naturales (un terremoto o un volcán). Las estrategias de seguridad nacional en
Latinoamérica deberían arrojar, en cierta forma, este tipo de problemas.
Las amenazas que ahora preocupan a las grandes potencias provienen de grupos armados
como Al Qaeda, ETA y otros que representan intereses políticos, religiosos o culturales.
En cambio América Latina son el narcotráfico, el crimen organizado y la ingobernabilidad
por causa de la inestabilidad política o económica. Estas amenazas son de naturaleza interna, o
transnacionales, puesto que tiene presencia simultánea en México y otros países. Podríamos citar
ejemplos como el de Argentina y el de Colombia. En el primero, está latente la ingobernabilidad,
una amenaza generada por la inestabilidad y la recesión económica, consecuencia de la
irresponsabilidad política de los gobernantes y de su pobre reacción ante las diferentes crisis. En el
caso de Colombia, la amenaza es la clásica de tipo militar; la coexistencia de grupos armados,
terroristas y narcotraficantes que ponen en riesgo la estabilidad interna. Colombia es el paradigma
del peor escenario que puede afectar a un país del continente. Cuadro No. 2 (Anexo)
Existen cinco sectores en los que se puede generar amenazas a los intereses nacionales:
Cuadro No. 3 (Anexo)
No debe confundirse la promoción y la protección de los intereses nacionales con las
estrategias de seguridad nacional. Es imposible separar los aspectos políticos del concepto de
seguridad nacional.
¿Quién protege a los mexicanos?
El principal responsable de la seguridad de las personas y los bienes de los mexicanos, de la
seguridad interior y la defensa de la soberanía, es el presidente de la República, como jefe supremo
de las fuerzas armadas y policiacas federales, de acuerdo con el artículo 89 de la Constitución
Política de los Estados Unidos Mexicanos.
Un ejército moderno en América Latina tiene cada vez menos amenazas externas, salvo los
eventuales conflictos fronterizos, se enfoca sobre todo a los puntos de riesgo al interior de sus
límites, como terrorismo, narcotráfico, grupos guerrilleros, desastres naturales y accidentes
ambientales.
Estos problemas además, se vuelven regionales, por lo que la coordinación con otras fuerzas
armadas se vuelve indispensable para poder presentar un combate integral y efectivo que permita
igualar, e incluso superar el tamaño del enemigo en cuestión.
La forma de gobierno es un parámetro indispensable, si en países de América Latina hubo
alguna dictadura militar, con una total subordinación de los funcionarios civiles al poder militar, el
primer gobierno electo democráticamente debió buscar revertir completamente esta situación y
tomar en cuenta el pasado y el presente de las fuerzas armadas, para tomar una decisión sobre la
posibilidad de que el Ministerio de Defensa fuera ocupado por un civil como en Argentina, Brasil,
Chile o Guatemala, no sería para cobrar facturas, sino para restablecer el equilibrio necesario para
que un gobierno conjuntara esfuerzos sin tensiones internas ni externas, subordinando a todos sus
integrantes a la figura presidencial como sucede en México, en donde el Secretario de Defensa, por
ley, es un militar, sin que cada uno pierda su espacio institucional. En esto se fundamenta la
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existencia de un poder ejecutivo democrático, Posadas (2008).
En el estudio de las fuerzas armadas latinoamericanas se debe considerar la diversidad de
cada nación pero a su vez aspectos que le son comunes, como la composición étnica en algunos
casos como Ecuador, Bolivia, Perú, que consideran la carrera de las armas, como una forma de
superación, México, Brasil y Chile, son las naciones que tienen más desarrollado su sistema de
doctrina militar. Por razones históricas y geopolíticas, esos países integran a los principales ejércitos
no tanto por su capacidad de fuego, como por la seriedad con que sus tropas, oficiales y generales
son capacitados.
En estudios del Banco Mundial muestra resultados similares sobre la confianza de los
inversores. Las fuerzas con mejor preparación (México, Brasil y Chile) corresponden a las naciones
con mayores posibilidades de hacer negocios en un marco de estabilidad, aunque también
pertenecen a los sistemas políticos más señalados. Milenio (2002).
La legitimidad
El problema de la legitimidad, es una categoría muy conocida, diversos autores la han
tratado, hablan del principio de la legitimidad que es una relación sociocultural que permite, a un
conjunto de individuos, ser gobernados mediante un procedimiento. Hay legitimidades
tradicionales, legitimidades carismáticas, legitimidades racionales, como las que tenemos
supuestamente en las democracias modernas, aunque en el caso de América Latina, probablemente
en toda América, con excepción de Canadá, el problema de la personalización del poder político
lleva, digamos, a dilemas que no pueden dejarse de lado y que pueden conducir a situaciones de
ingobernabilidad seria; es decir, ¿Qué pasa cuando un presidente plenamente legitimo es incapaz de
ejercer sus funciones?
El primero de los elementos que explican el desempeño gubernamental es aquello que los
clásicos llamaban la razón del estado, una categoría que en estos tiempos está muy vigente; es decir,
para qué sirve un estado. Desde cualquier formulación, incluso las más liberales que discuten que el
estado no debería hacer absolutamente nada o dejar que la sociedad se organice, todos los teóricos
de la sociedad civil y del libre mercado insisten en que la razón del estado es garantizar su propia
existencia.
La razón básica del Estado, lo decía Cicerón, es que la suprema ley es la salud del pueblo. Es
decir, aquello que debe hacer finalmente el Estado, su misión fundamental, es garantizar su propia
existencia y velar por la salud del pueblo, del disfrute legítimo de los bienes de esta vida.
Hobbes decía, por ejemplo, que los seres humanos están dispuestos a ceder su libertad
cuando celebran el famoso contrato de delegación al estado para evitar vivir salvajemente con la ley
del más fuerte. Esto no puede ser, se debe crear algo que sea lo suficientemente poderoso y
coercitivo de modo que se done un espacio de la libertad a cambio de que se garantice la seguridad
jurídica y personal; en fin, el término seguridad en su concepto más amplio. Al mismo tiempo que
se teoriza sobre la seguridad de los hombres, se desarrolla la idea de estado nacional, con ejército,
fronteras, objetivos nacionales, frente al poder papal e imperial.
Hobbes decía que el Estado no solamente debe ser firme sino exitoso; es decir, no solo debe
preparase para la seguridad, debe tener éxito en la seguridad, si se queda cuestionado todo ese
monstruo bíblico llamado Leviatán.
Si se toma otra tradición, se tiene un Maquiavelo que dice que el cometido del príncipe es
garantizar el engrandecimiento del estado. Si se lee la refutación de Maquiavelo hecha por los
jesuitas sobre la teorización de la contrarreforma, de la razón del estado, a ellos les molesta mucho
que el florentino independice el criterio de eficiencia política y el de seguridad de todos los criterios
morales que significa que el estado puede hacer todo, cualquier medida excepcional: si tiene que
intervenir teléfonos los interviene, si tiene que establecer tribunales especiales los establece, si tiene
que desaparecer a un individuo lo desaparece; es decir, el desempeño del estado, cuando está en
juego la seguridad, no se ubica por criterios morales. No hay que olvidar que Maquiavelo, decía que
todo lo que el estado puede hacer se justifica con un fin último que es la creación del estado
nacional y su preservación.
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En la historia del pensamiento político todos los teóricos de la razón del estado, desde Botera
hasta Rivadeneira y todos los españoles que refutan esta tesis maquiavélica, dicen ciertamente que
no se puede divorciar dicha razón de lo moral, que hay dos razones de estado; la de Maquiavelo,
que era un desaprensivo, herético y que no pensaba en lo moral, y la cristiana; el príncipe que
atiende a los evangelios y a los preceptos morales para conducir a su pueblo. Sin embargo, la
garantía de seguridad del estado y al de la preservación del estado nacional y de la forma política
que tuviera es una obligación del príncipe. El Estado debe ser eficaz en materia de seguridad, si
moralmente lo hace bien, qué bueno decían los jesuitas, y Maquiavelo decía; que no se metan en
problemas morales, pero hay que hacerlo bien.
El Estado puede ser relativamente ineficiente, pero si trabaja con cierto nivel de eficacia en la
protección o en el mantenimiento de la seguridad del individuo, no necesariamente se produce
ingobernabilidad. La ingobernabilidad no tiene una causa, de hecho las fracturas que pueda se
mostrar un pilar se pueden compensar con los logros de otro.
Acuerdos con grupos de presión; parte de la concepción de la soberanía planteaba de la
centralidad del Estado sobre el resto de los actores. La soberanía interna de los países tiene que ver
con la centralidad del Estado para imponer reglas a los diferentes actores que están en condiciones
de disputarle poder al estado nacional, los poderes locales, el poder del papa, de los párrocos, las
iglesias y el poder de los diversos actores económicos, los comerciantes, los industriales, los
banqueros. El concepto de soberanía en el ámbito interno es que hay una centralidad de Estado.
Todo derecho se reduce al derecho de Estado, es decir, no hay particular que esté en condiciones de
imponerle al estado reglas, por eso es soberano. Sin embargo, esto es una abstracción, igual que la
soberanía absoluta en términos exteriores. Ningún estado es absolutamente soberano. Todo es
relativo.
En una economía de mercado por supuesto que hay grupos de presión eso hay que tenerlo
claro, pero otra que considero que por supuesto no hay reglas, hay posibilidades de establecer
acuerdos dentro de ciertos parámetros. Si se tiene un estado muy débil, no se puede llegar a muchos
acuerdos, o se llega a acuerdos asimétricos con alguno de los actores, pero si se tiene un estado
fuerte y legítimo se pueden fijar reglas. Hay simetrías y asimetrías para fijar reglas, el elemento
central de la gobernabilidad es que el Estado siempre esté en condiciones de que el acuerdo sea
honorable, que no sea asimétrico. Los actores pasan desde banqueros y, me voy al extremo hasta el
EZLN un grupo de presión hoy típico al que ya no le hacen tanto caso, pero hace años atrás iba
lograr que se hiciera la ley que ellos querían, esta es la máxima expresión de un grupo de presión.
El Estado no debe perder su centralidad al momento de negociar con los grupos de poder,
sobre todo con los grupos legítimos, el presidente logra un frente unido con los empresarios, los
medios de comunicación y la ciudadanía, logra un poder enorme y permite ir compensando la
ineficacia.
Otro elemento importante es; la viabilidad internacional, que es la interconectividad de un
sistema nacional con el mundo. Por la forma en cómo se manifiesta el terrorismo, con su violencia e
irracionalidad ha hecho que México apruebe los costos que tiene la estrategia en este momento. Hay
una necesidad, en el plano de la seguridad, de hacer cada vez más compatible la estrategia nacional
con la internacional.
El último pilar tiene que ver con la cultura política de los actores; la aceptación de las reglas
por parte de los actores tanto los muy poderosos como los disruptivos, es una ventaja para que los
actores institucionales entren al juego republicano. El juego institucional de la democracia es la
discrepancia con un mínimo de cooperación. Si los actores no participan de esa cooperación, se cae
en un círculo vicioso permanente.
La cultura el reconocimiento del otro debe ser clara en las democracias. Pluralista quiere
decir, estar dispuesto a discrepar y muy fuerte, pero nunca rompiendo los elementos constitutivos de
la sociedad.
Para que la sociedad se mantenga en el juego democrático, debe haber un mínimo de
cooperación de parte de los empresarios, los banqueros, los medios, el gobierno, los partidos
políticos. Una situación mínima de hasta donde se puede estirar la cuerda.
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Por otra parte, si el Estado no cumple con la función protectora, hay otros grupos que lo
harán. La delincuencia es una clara opción para las personas que viven en condiciones de pobreza.
Existen comunidades en donde los delincuentes tienen relaciones muy sólidas y se protegen unos a
otros. El permitir que se vinculen estos fenómenos al fracaso de las funciones del estado incrementa
enormemente las posibilidades de que esta asociación solo se pueda resolver como un problema de
seguridad nacional. La vinculación entre la guerrilla y el narcotráfico en regiones de extrema
pobreza es otro ejemplo de esto.
Conflictos étnicos
La escasa valoración social de lo “indígena” que con el enaltecimiento simbólico de rituales y
discursos políticos e historiográficos, se traduce en el desprecio cotidiano y en la falta de atención
institucional. A través de la historia, los rasgos físicos, los biológicos -como el color de piel o el tipo
de sangre-o, por otra parte, la cultura a la cual se pertenece son causa de desigualdad,
discriminación y dominación de grupos que se autodefinen como superiores o creen que poseen
derechos mejores y más legítimos que aquellos a los que se desvaloriza y excluye.
La asimetría arbitraria y profunda en las relaciones de poder que implican los tratos
discriminatorios significa, pobreza y exclusión social que no son sino fenómenos estructurales
propios de una forma de construcción de la nación. Sin duda, el origen, más remoto de la exclusión
y la segregación étnica y racial se encuentra en la instauración del régimen de conquista y
colonización.
La exclusión de los pueblos indígenas de los sistemas educativos, claramente se manifiesta en
los altos índices de analfabetismo y en el bajo promedio de años de estudio alcanzado, sobre todo en
los niveles de educación media y superior.
La ausencia de auténticas políticas de estado orientadas a generar una relación abierta,
incluyente y respetuosa, vale decir, una relación democrática entre el estado, las comunidades
indígenas, las instituciones públicas y el resto de la comunidad nacional, ha estado en las bases de
las expresiones sociales y políticas que van desde la protesta violenta hasta la migración silenciosa
de sus territorios originales a otras regiones dentro y fuera del país. (CCDE, 2001, p.201).
Conflictos religiosos
Los conflictos por motivo religiosos muestran claramente la incompatibilidad de fondo que
existe entre los principios y los valores propios de un régimen democrático, y aquellos que
fomentan a las formas de exclusión y de dominio de corte autoritario o totalitario. La innegable
presencia de la intolerancia como denominador común de la discriminación religiosa permite
entender el carácter ilegitimo de las diferenciaciones en las que se apoya, así como la violencia a la
que muchas veces se recurre para tratar de garantizar el predominio de uno o de otro dogma de fe.
Los recursos del diálogo y la negociación, así como el horizonte de la convivencia en la pluralidad,
son en principio, ajenos a la mentalidad que hace de la intransigencia una virtud y de la derrota total
del otro una necesidad. En los escenarios menos hostiles, este tipo de situación opera sobre la base
de la humillación de quienes no comparten la fe dominante, imponiéndoles tributos, trabajos
denigrantes o impidiéndoles el acceso a los cargos públicos.
El problema presenta una gravedad especial en donde la discriminación por motivos
religiosos es común se percibe como algo “normal”, a través de la justificación proveniente de los
llamados “usos y costumbres” o de la invocación a una supuesta amenaza a la cultura y a la
identidad predominante.
Aunque el tema religioso en América Latina en general no es un problema de fondo se debe
resolver a corto plazo, podría ser un grave problema a largo plazo si no se propicia una cultura de
tolerancia. Pero pensar que se vaya a polarizar América Latina en un área mormónica y otra
católica, es una posibilidad muy lejana: lo que puede suceder es que si se les adiciona con los
conflictos religiosos otros problemas podrían convertirse en un caldo de cultivo para los problemas
de seguridad nacional.
Las libertades civiles juegan un papel fundamental en el ejercicio de la tolerancia religiosa.
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Una gran diferencia entre México y otros países de América Latina, que ha permitido mayores
libertades civiles, es la idea el estado laico. Por ejemplo en Chile no se permite el divorcio por la
hegemonía de la iglesia y su influencia en las leyes, mientras que este procedimiento se legalizo en
1915 en México.
Migración
El deterioro de la economía campesina, la pérdida y la disminución de las tierras
comunitarias, la carencia general de los recursos productivos, el crecimiento no planificado de la
población, la explotación laboral, así como la pobreza generalizada han propiciado la migración.
¿Es la migración un problema de seguridad nacional? En el pasado, el esquema de seguridad
nacional tradicional señalaba como dañino para un país que su población emigrara, porque este
reduce el número de participantes en la defensa de la soberanía, además de reducir la capacidad
laboral necesaria para su desarrollo. Por otra parte en los países que tradicionalmente reciben
migrantes, el flujo de personas podría convertirse en una competencia por los recursos y las fuentes
de trabajo. Como hemos visto actualmente en Europa se escucha cada vez con mayor frecuencia la
preocupación sobre la necesidad de proteger el acervo cultural y religioso.
Para países como Colombia y Venezuela la migración presenta una opción de vida para los
cientos de desplazados por la violencia y la agitación política. Ante la falta de empleos y la
degradación económica, otros países latinoamericanos dependen de la migración como válvula de
escape de sus ciudadanos. En el caso de México, las oportunidades de trabajo en el vecino país del
norte, son válvulas de escape de los migrantes, lo que se convierte en una cuestión de seguridad
nacional.
¿Seguridad pública o seguridad nacional?
En México el CISEN ha identificado cuatro áreas principales para la seguridad nacional;
El primero es el narcotráfico, como elemento central del crimen organizado
Segundo, las fronteras, en especial el tráfico de personas, un negocio que fluctúa en 2 mil 500
millones de dólares anuales.
Tercero, la subversión enfocada a los grupos armados, ejemplo ERPI, ERP y Cuarto, los
terroristas.
¿Cómo diferenciarlos?, empezaremos por el crimen organizado, se caracteriza porque tiene
una estructura que conspira permanentemente para delinquir y se apoyan en el miedo y la
corrupción, su motivación es puramente material; van tras el dinero. Estos grupos no tiene una
agenda política ni desean desestabilizar el país, de hecho les beneficia que haya un gobierno estable,
pero predispuesto a la corrupción. Para los miembros de estas organizaciones la estructura debe
brindar confidencialidad por esta razón los grupos se organizan alrededor de las personas de una
misma región o son una parte de una familia.
Más allá de los lazos familiares o regionales, la lealtad entre los miembros de la organización
se basa en la protección y bienestar que ésta les garantiza.
La bestia de la corrupción
Es imposible que los grupos del crimen organizado se desarrollen sin corrupción; además de
su capacidad bélica, su capacidad corruptora es la que más daña a la sociedad, porque vulnera la
credibilidad del gobierno.
Las actividades que ha desarrollado el crimen organizado abarca desde el tráfico de material
nuclear para fabricar armas de destrucción masiva, falsificación de monedas, lavado de dinero,
piratería, secuestro, extorsión, robo y tráfico de autos, de materiales tóxicos y contaminantes, tráfico
de armas y de personas por supuesto tráfico de drogas.
Es importante entender las fases del negocio del narcotráfico, la primera es el cultivo, la
segunda la producción, la tercera el transporte y la cuarta el consumo. Uno de los aspectos
desfavorables de tener como vecino a Estados Unidos, el gran centro de consumo de drogas en el
mundo, es que las cuatro fases del negocio del narcotráfico suceden en México.
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Y otro de los rubros que se ha incrementado fuertemente es la droga de la metanfetaminas.
Grupos armados
En general los países latinoamericanos han enfrentado tradicionalmente estos grupos como
una amenaza seria, aunque no necesariamente como una amenaza a la seguridad nacional. Se
pueden emplear las fuerzas armadas contra estos grupos, sin embargo, un estado democrático fuerte
podría resolverlo dentro de sus estrategias de seguridad pública.
Terrorismo
De acuerdo a la época y al lugar, el terrorismo ha tenido diferencias apariencias y objetivos.
Más que una ideología o doctrina política, el terrorismo es una herramienta de la violencia o la
amenaza de violencia para sembrar el pánico y la zozobra. Busca promover un cambio político.
Hoge y Gideón (2008)
Lo mismo, lo han usado el terrorismo los grupos de la izquierda que los de la derecha. Los
gobiernos buscan subyugar a sus ciudadanos al igual que los narcotraficantes buscan subyugar a los
gobiernos. El objetivo es crear terror e incertidumbre en la población civil y los motivos pueden ser
variados.
¿Qué distingue a estos grupos? ¿Cuáles son sus motivos? Antes se combatían con medidas de
seguridad pública, pero ahora se consideran como amenazas a la seguridad nacional.
El motivo en ocasiones es político o por intereses separatistas.
Puede ser religioso como los musulmanes o filipinos.
Protección de interés étnico o milicias blancas.
Otros extremistas pueden recurrir a actividades terroristas para que la atención del público se
enfoque, en grupos globalifóbicos.
Viejas y nuevas enfermedades
Se denomina enfermedades infecciosas emergentes a las infecciones que aparecen en una
población, o que han existido en ella pero incrementan de manera súbita o veloz su incidencia o su
distribución geográfica. Durante los últimos años, los avances médicos han llevado a la casi
erradicación de varias enfermedades gracias, entre otras cosas a la vacunación.
Así, si todo va bien, la poliomielitis será completamente erradicada del planeta en pocos años
como ocurrió con la viruela. Pero al mismo tiempo nuevas enfermedades nos visitan. Las
enfermedades de la influenza aviar, el ébola y otras, han alertado a las sociedades enteras. Por su
novedad acaparan la atención. También en forma más silenciosa y mucho más destructiva, viejas
enfermedades regresan con nuevos bríos, como la tuberculosis.
En años recientes, las alteraciones en los patrones climáticos han producido catástrofes en
forma de inundaciones, sequías, huracanes de mayor intensidad y un aumento en los fenómenos de
oscilación de la temperatura en el planeta, y junto con ello otras enfermedades.
El Bioterrorismo
La aparición de un microorganismo en un territorio puede deberse a causas naturales o a su
introducción intencional. Asimismo, un número significativo de casos puede deberse a la llegada de
una enfermedad nueva o a la reactivación de una ya existente, como se mencionó respecto a las
enfermedades emergentes o a la dispersión intencional de un patógeno. Una enfermedad emergente
o un ataque bioterrorista pueden ser catastróficos para un país. Aunque no causen un gran número
de muertes, pueden producir un colapso económico, caos social, la caída del gobierno, entre otras
consecuencias.
Algunas enfermedades, además de ser devastadoras para la agricultura y la ganadería, tienen
el potencial de atacar a los humanos. El muermo, por ejemplo una enfermedad del ganado que
también contagia a los seres humanos, es altamente letal, tanto que se ha convertido en arma
biológica, aunque no hay registro de uso como tal. El Ántrax es de hecho, un problema para el
ganado en varias partes del mundo. Sea como armas biológicas o como enfermedades emergentes,
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pueden pasar de los animales a los humanos y dar origen a enfermedades temibles.
En un mundo globalizado como el de hoy se requieren acciones mejor coordinadas, pero
sobre todo de cooperación entre los gobiernos, el sector empresarial, la sociedad civil, los medios de
comunicación y la población para llegar a garantizar la seguridad sanitaria y, en su caso, prevenir
epidemias, desastres naturales o atentados, en esta parte podría la alternativa ser la gobernanza.
Seguridad Ambiental
El éxito económico que han mostrado las grandes potencias supone mayor consumo de
recursos naturales como agua, madera, comestibles fósiles, depósitos minerales y terrenos. Existe
una preocupación creciente por el impacto de la degradación ambiental en la estabilidad regional,
en particular por la vinculación entre tensiones militares y retos globales como el subdesarrollo, la
pobreza y la erosión de los recursos naturales que afectan la salud, el crecimiento económico y la
seguridad internacional. Klare (2008).
Estos fenómenos -competencia por el petróleo, gas y agua-han producido una nueva
geografía de conflictos para lo cual sería muy útil contar con un mapa en el que se muestre la
situación de cada país en materia ambiental y energética.
La globalización económica ha convertido algunas áreas pobres en centros de prosperidad,
mientras que deja a otras en la mayor pobreza, provocando conflictos que tiene más que ver con los
recursos que con el nacionalismo.
En suma, los conflictos del mundo contemporáneo son al fin las definiciones exclusivamente
políticas, económicas y de seguridad. Los futuros conflictos internacionales tendrán que ver más
con los recursos en disputa en el mundo y con el acceso a las materias vitales. Debido a los
conflictos que afectan las zonas petroleras como medio oriente, es de esperar que ocurra cada vez
con mayor frecuencia. También es preocupante la situación del agua en el mundo: la cantidad del
líquido de que disponemos actualmente para el consumo humano es limitado, para el año 2050 la
demanda de agua podrá acercarse a 100 por ciento del suministro disponible, produciendo una
intensa competencia por esta sustancia esencial en caso todas las áreas del planeta. Klare (2008).
Para evaluar un problema de medio ambiente como de seguridad nacional existen cinco
factores que se pueden vincular a distintos procesos ambientales con el concepto de seguridad, y
que en los mismos generan tipologías útiles para el análisis en materia de seguridad y medio
ambiente.
TIPO I Aquellos asociados a recursos naturales renovables o a sistemas biofísicos donde
prevalecen circunstancias de escasez.
TIPO II Proyectos o iniciativas privadas o gubernamentales que, bajo una bandera o
argumentación ambiental, concitan reacción u oposición y movilización de actores que se sienten
afectados en sus intereses, y que bajo ciertas condiciones políticas, sociales o étnicas son capaces de
emprender una acción colectiva que ponga en riesgo la seguridad. En este caso son los mismos
actores los que deciden que la única forma de asegurar que sus “quejas” se escuchen es desplazar el
tema de un ámbito a otro de mayor importancia.
TIPO III Procesos de naturaleza global, aunque también regional o local, y que tienen el
potencial de afectar de manera importante el bienestar de la población y desestabilizar estructuras
económicas y sociales. En este ámbito se encuentra el fenómeno del calentamiento global. Con
frecuencia la decisión sobre en qué ámbito se resolverá cierta amenaza está fuera de las manos del
gobierno y cae automáticamente en el ámbito de seguridad nacional.
TIPO IV Eventos inesperados, producto de contingencias u accidentes (factores ambientales),
que pueden perturbar significativamente las condiciones de vida de poblaciones locales y, en
algunos casos, exacerbar la tensión preexistente en el escenario del conflicto. De nuevo, al igual que
en el tipo III, la solución de estos eventos y secuelas recae de manera natural en al ámbito de la
seguridad nacional.
TIPO V Actores políticos locales encuentran grandes ventajas al introducir temas como la
destrucción de recursos naturales en los procesos de conflicto entre grupos tradicionales y otro tipo
de actores. En estos casos se tratará de la ecologización de conflictos convencionales. De nuevo,
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esto es un ejemplo de cómo diferentes actores en la sociedad pueden presionar para que los
conflictos se resuelvan en el ámbito específico de su conveniencia. Quadri (2002).
Para encontrar un punto de intersección entre seguridad nacional y el medio ambiente no se
requiere de una redefinición de la seguridad nacional e internacional, clasificándolo en cuatro
categorías siendo;
a) Los recursos como metas estratégicas, en particular el acceso a recursos minerales y
energía, y el acceso desigual a esos recursos.
b) El ataque a los recursos, como la destrucción de plantas nucleares y presas como objetivos
militares, y plantas de petróleo con capacidad para afectar el medio ambiente.
c) El uso de recursos en tanto que instrumentos militares, como el acceso al control del
acceso al agua o el petróleo.
d) La disrupción de los “servicios ambientales” como el agua o el aire limpio, los cuales
pueden conducir a dislocaciones sociales, el declive económico y al conflicto. Esta categoría
incluye el abuso o el uso excesivo del agua compartida, la creación de lluvia acida, la
contaminación transfronteriza y la degradación de la atmosfera. Gleik (2001).
¿Cuándo hay escasez?
En materia ambiental y otros ámbitos relevantes para la seguridad nacional, se puede decir,
que hay escasez cuando por diversas causas se restringe o limita el acceso a un recurso, bien o
servicio ecológico, el cual reúne cuatro características importantes:
1) Es vital para la sobrevivencia
2) No tiene sustitutos
3) Se percibe que el estado tiene la responsabilidad de su provisión.
4) Se encuentra en una situación de recursos común o bien público bajo el libre acceso.
Como se ha visto, la idea de la escasez ambiental está estrechamente relacionada con bienes
públicos o recursos comunes de importancia estratégica y se manifiesta a través, de las siguientes
condiciones: degradación, agotamiento, demanda creciente por mayor presión demográfica y
distribución no equitativa o desigual de los recursos.
Desecho peligrosos (seguridad pública) violan las normas.
Cambio climático, en los últimos decenios el impacto de la demanda humana sobre la
biosfera se triplico.
El consumo de combustibles fósiles se incrementó de 1961 al 2003 encima nueve veces.
Seguridad Energética
Para México y para el resto de América Latina, aunque la seguridad ambiental energética,
siempre fue una prioridad en su estrategia de seguridad nacional, durante la guerra fría influían en
este sentido los intereses de los Estados Unidos y la Unión Soviética. Actualmente, más allá de las
amenazas inmediatas como el terrorismo, uno de los retos más importantes para los países
desarrollaos es el cambio de la geografía estratégica, que trae consigo un énfasis en la protección al
suministro de recursos vitales, sobre todo el petróleo y el gas natural. Los analistas en temas de
seguridad han empezado a prestar mayor atención a los problemas que originan la creciente
competencia por el acceso a materias primas cruciales. Cuadro No.4 (Anexo)
¿Qué son las infraestructuras críticas?
Son todas aquellas estructuras, servicios y sus componentes informáticos que permiten a una
sociedad moderna mantenerse conectada y funcionando. La falta de estas infraestructuras y
servicios podría poner en jaque la gobernabilidad de un país. Estamos hablando desde la protección
de la red eléctrica, carreteras, puentes, aeropuertos, puertos, fuentes de agua y alimentos, servicios
de salud, sistemas financieros y de transporte y la red cibernética.
Es importante aclarar que las amenazas a la infraestructura crítica no solo provienen de
grupos armados o terroristas, también pueden proceder de desastres naturales como terremotos o
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huracanes, o de los producidos por negligencia o ignorancia del hombre.
Desarrollar una estrategia de seguridad nacional para la infraestructura crítica enfrenta retos
muy importantes.
Magnitud; Por una parte, uno de los problemas principales que tiene todo gobierno
democrático al defender sus infraestructuras criticas es que por la magnitud y la diversidad de las
mismas, es casi imposible proporcionarles protección física.
Importancia; Debido a la importancia que representan estas estructuras para el
funcionamiento de los países, la simple amenaza de un ataque se traduce en un gran nerviosismo y
reacción por parte de la población.
Impacto; Además, un ataque a cualquiera de las infraestructuras de un país, por mínimo que
sea, se traduce en un gran impacto en el gobierno y en la población.
Coordinación; Otro aspecto importante que dificulta desarrollar una estrategia para proteger a
la infraestructura, es que se requiere una gran coordinación entre los gobierno federal, estatal y
local, así como también los grupos empresariales, las ONG, medios de comunicación, los
legisladores, organizaciones sociales y la sociedad civil en general. Esta coordinación no solo es
para crear mecanismos de protección para estas infraestructuras críticas, sino, también, para tener
una estrategia coordinada y acordada para enfrentar una eventualidad.
Seguridad cibernética
El ciberespacio se describe como el sistema nervioso de un país, compuesto de millones de
computadoras interconectadas, que permiten que las infraestructuras críticas del país trabajen sin
interrupciones. El funcionamiento saludable del ciberespacio es esencial para la economía y los
gobiernos de cualquier país.
La nanotecnología
Esta puede ayudar a mejorar la seguridad de un país, como también puede usarse para
controlar la población. En resumen, estas preocupaciones giran alrededor del potencial de la
tecnología para hacer el mal. Y es que, ¿Cómo defenderse de las amenazas invisibles?
Seguridad Regional
Antes, los países de la periferia podían usar la guerra fría como un mecanismo para ejercer
presión a los superpoderosos como la creación del grupo de los No alineados. Ahora por ejemplo en
América Latina, tiene menos valor estratégico y político para el centro por lo tanto se atenderán
menos las crisis y los eventos relevantes en la región. En este nuevo esquema, y de acuerdo con las
tendencias posteriores a la guerra fría, pueden surgir otros conflictos entre los países, conflictos
territoriales y de soberanía propiciados por los actores no gubernamentales, como los grupos
armados, y por viejas rencillas territoriales promovidas por líderes que buscan un beneficio político.
A diferencia de los países del centro, que tratan de eliminar los conflictos entre sí, en la
periferia se enfrenta una situación contraria. Esto se debe a la falta de liderazgo en la región, pues
cuando no existe un país, procesos o instituciones que organicen a las demás naciones para que en
una forma institucional eviten conflictos entre sí, se provoca un vacío de poder muy peligroso.
Además es importante subrayar que la amenaza más eminente para los países del continente
son los grupos armados “revolucionarios” que financian sus actividades bélicas con actividades
delictivas. Como se mencionó con anterioridad, hasta hace poco estos grupos se financiaban con
apoyo extranjero, ya sea de Estados Unidos, de Rusia o de Cuba. Ahora, ante la falta de
patrocinadores, los grupos armados revolucionarios y paramilitares tienen que recurrir a diversas
actividades como el secuestro, la extorsión y el tráfico de drogas y armas. Esta combinación
explosiva permite que estos grupos compitan en capacidad bélica con cualquier estado y,
desafortunadamente, para combatirlo se tiene que usar una gran cantidad de recursos. Además, con
tanto dinero, estos grupos tendrán muy poco interés en encontrar una solución negociada. Seamos
claros, el fenómeno de la narco guerrilla y de los narco paramilitares ya se está reproduciendo en
otros países.
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“La Cuestión de Seguridad Nacional como Nuevo Desafío a la Gobernanza Democrática”
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Las actividades de estos grupos también son otra razón por la que se ha incrementado la
tensión en los países. Entre las incursiones armadas y el movimiento de gente que huye de la
violencia, los países buscan mecanismos para controlar estos fenómenos. Por lo general, la única
solución es la militarización de las fronteras, lo que incrementa de manera dramática la posibilidad
de enfrentamiento entre las fuerzas armadas de los diferentes.
Crimen común, crimen organizado
Al mismo tiempo que terminaba la guerra fría la criminalidad se desbordaba en el continente
se convirtió en la principal amenazas que solo se pueden resolver en el ámbito de la seguridad
nacional. Sin embargo culpar a los pobres de la criminalidad, la inseguridad y la disminución de la
calidad de vida, es injusto porque los criminales y grupos que más estragos causan en la sociedad
son personas con cierto nivel de preparación y organización, y sus objetivos son muy diferentes a
los delitos cometidos por la gente de escasos recursos, asimismo el factor primordial del aumento en
la inseguridad en México y en la mayoría de los países latinoamericanos es la impunidad. En países
como México, ser delincuente es un verdadero negocio, porque las posibilidades de ser arrestado
son mínimas, y las de ser procesado y condenado, son sencillamente impensables.
No se trata, pues, sólo de un asunto de delitos contra la salud sino de recuperación de
territorios. El problema de fondo de la guerra contra las mafias es que nunca les ganaremos
mientras no demos una batalla decisiva y definitiva contra un sistema de justicia que facilita la
impunidad; contra una cultura política que premia la simulación, y una cultura ciudadana gandaya y
cómplice. Se puede seguir combatiendo y persiguiendo narcos todos los días, metiendo a la cárcel a
grandes capos, narquitos y burritos y no vamos a solucionar nada. Si no encontramos nuevas formas
de nombrar el problema y le cambiemos el rostro, seguiremos caminando en una banda sin fin. El
enemigo se llama impunidad.
En un país donde vivir es muy costoso y matar es muy barato, algo está mal de raíz. Para un
gran número de jóvenes mexicanos la vida es una tragedia permanente, y la muerte un azar tan
presente como ausente es el Estado. Combatir la impunidad, no significa abarrotar las cárceles. La
guerra contra la impunidad es una guerra contra la ineficiencia de las instituciones que persiguen los
delictivos selectivamente, es una guerra contra la burocracia inútil, incapaz de interesarse en el
problema del otro; es una guerra contra el mal uso delos recursos públicos, pero sobre todo, es una
guerra contra la justicia selectiva, contra ese sistema que permite que haya miles de jóvenes
esperando un juicio y que nunca llegará y centenares de víctimas, esperando una justicia que no
verán.
El enemigo es la cultura del arreglo. No son pocos los que piensan que el narco se puede
administrar; no es un asunto de partidos, así lo vio el PRI y así lo vio Fox. En los países que
visitaron el infierno antes que nosotros. Colombia por ejemplo, más allá de diferencias ideológicas,
hay algo que tienen claro, lo que no se puede tolerar del narco es la ruptura del Estado de derecho,
porque eso significa la claudicación del Estado.
La producción de la violencia
La estrategia actual del gobierno mexicano para debilitar a las organizaciones criminales esta
dirigidas a fragmentarlas. Una acción recurrente para lograr tal división es el arresto de sus jefes.
Tales arrestos generan dos efectos casi simultáneos que fracturan a las organizaciones y las
dispersan geográficamente, primero, desencadenan crisis internas de sucesión; segundo propician la
conducta oportunista de sus adversarios quienes aprovechan la crisis momentánea para atacarla.
El aumento de la violencia provocado por las divisiones o desprendimientos de una
organización criminal se propaga durante largos periodos por tres factores principales.
1.-) La construcción de reputación de las nuevas organizaciones. La vía natural de una
organización criminal naciente para sobrevivir es especializarse rápidamente en el uso de la
violencia y ejercerla intensivamente para construirse una reputación y sobrevivir. La construcción
de reputaciones es un factor clave para explicar el escalamiento de la violencia. De igual manera,
“salvar” la reputación mueve a las organizaciones establecidas a desplegar actos de agresión
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altamente violentos cuando se sienten amenazados.
2.-) El surgimiento de nuevas organizaciones rompen equilibrios preexistentes y genera
nuevo equilibrios. La aparición de nuevas organizaciones tiene un efecto desequilibrador entre
organizaciones criminales con presencia nacional o local. El rompimiento de equilibrios
preexistentes y la generación de nuevos equilibrios desatan, frecuentemente, olas de violencia de
magnitud nacional o local.
3.-) Generación de dinámicas de competencia en las que la capacidad de violencia es un
factor clave para ganar. Una vez que la capacidad de violencia se ha convertido en el medio esencial
para conquistar territorios y defenderlos, las organizaciones competidoras, buscan especializarse
también en el uso de la violencia para vencer y desplazar a las organizaciones más violentas.
Esto propicia un aumento global de las capacidades de violencia de las organizaciones
criminales y, con ello, un incremento de conflictos y mayor frecuencia e intensidad de hechos
violentos.
Fases de la Violencia
Según la experiencia mexicana reciente y la teoría sobre crimen organizado, el ciclo de vida
de una organización criminal posee cinco fases en el que la violencia es utilizada intensivamente.
En la primera fase, la violencia es indispensable para conquistar el territorio de la nueva
organización criminal busca dominar o controlar. En este territorio la organización operará y
cobrará rentas a otras organizaciones criminales que lo quieran utilizar para diversos fines
(narcomenudeo, trasiego de drogas, etc.). Aquí el nivel de violencia en el área estará determinado
por el grado de resistencia que la nueva organización encuentre por parte de una organización rival
o de la policía local.
En la segunda fase, una nueva organización logra establecerse en un territorio determinado.
En ese momento, la nueva organización usa la violencia para “limpiar” el área de criminales de baja
estirpe, de pandilleros que por alguna razón no se les ha unido o de secuestradores que trabajan para
otras organizaciones.
En la tercera fase, la organización criminal se enfrenta con delincuentes y organizaciones
delictivas más pequeñas que utilizan su nombre para extorsionar, haciéndose pasar por empleados
de la organización más grande para cobrar rentas. En algunos casos el surgimiento de estas
organizaciones “pirata” es masivo, lo que propicia una ofensiva de la organización mayor y
auténtica contra ellas.
En la cuarta fase, la organización establecida debe defenderse del asedio policial y de
organizaciones rivales. La organización ya ha sido detectada por las autoridades y compiten contra
ella otras organizaciones que buscan arrebatarle el territorio. La violencia también se genera cuando
esta organización busca expandirse a otros territorios.
Finalmente, en la quinta fase un directivo de la organización es arrestado o asesinado. Esto
genera sospechas de traición que conducen a purgas internas y desprendimientos de personal que
duran semanas o meses. La organización sufre también ataques de otras organizaciones que intentan
capitalizar su crisis interna. La división de la organización generada en esta fase da lugar al
nacimiento de una o varias organizaciones con lo que se cierra el ciclo de vida de la organización
original e inicia el ciclo de vida de nuevas organizaciones con lo que se cierra el ciclo de vida de
nuevas organizaciones. En caso de perdurar -debido a que “solo” experimentó desprendimientos-la
organización original es “nueva” en el sentido de que deberá adaptar su existencia a una nueva
condición.
El gobierno ha tenido dos grandes aciertos en su estrategia de seguridad
Primero, colocar el tema del combate al crimen organizado como un asunto central de la
agenda de seguridad nacional. No siempre los gobiernos tienen la claridad y la sensibilidad para
ponderar debidamente la gran amenaza que representa el crimen organizado para una sociedad. Y
no siempre tienen la valentía y el arrojo necesarios para enfrentar al crimen organizado.
Segundo, el gobierno federal también ha acertado en impulsar una agenda de fortalecimiento
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institucional del sector de seguridad que, aun cuando no ofrece resultados en el corto plazo, servirá
de plataforma a futuros gobiernos para instrumentar programas más eficaces para combatir el
crimen organizado y otras amenazas a la seguridad nacional. Aquí el gobierno tomo la ruta correcta,
larga pero ineludible; colocar los cimientos de una más sólida seguridad futura.
Sin embargo, el gobierno federal falló en dos temas cruciales; el diagnóstico del mal y el
método para combatirlo. El gobierno supuso, equivocadamente que las organizaciones criminales
no tendrían capacidad para reaccionar ante el asedio gubernamental. Peor aún; el gobierno creyó
que el mismo estaba en condiciones de iniciar una guerra en enero de 2007. Este error de cálculo ha
implicado enormes costos para el país en términos de vidas humanas y bienestar incontrolable
aumento de la violencia en varios puntos del país ha propiciado que la estrategia oficial se revierta
en contra del gobierno mismo. Junto con la violencia crecen el secuestro y la extorsión, el consumo
de drogas y la percepción pública de que la guerra se perdió.
Un diagnóstico defectuoso conduce a métodos inadecuados como los siguientes:
Echar a andar, simultáneamente, operativos militares y policiales en varios puntos del país,
con la esperanza de que la sola presencia de soldados y policías actuaría como herramienta
disuasiva.
Arrestar o eliminar en combate a unos cuantos capos con la idea de que con ello bastaría para
definir la presencia de los cárteles.
Arrestar aleatoriamente a miles de presuntos delincuentes o decomisar cientos de
cargamentos de drogas con la creencia de que eso minaría sensiblemente las capacidades
criminales.
Todas estas decisiones han sido ineficaces y, en algunos casos, contraproducentes.
A mi juicio, falto claridad en la definición del problema, realismo en el establecimiento de
objetivos y capacidad para corregir la estrategia en el camino. La falta de colaboración de las
autoridades estatales con la autoridad federal resto vigor y eficacia en la estrategia. Pero la
construcción de un marco de colaboración y cooperación requería de un esquema de incentivos que
el gobierno federal debió diseñar antes de romper las hostilidades.
La escalada de violencia, que se cierne sobre varias ciudades del país es, en parte, un efecto
de la estrategia de combate gubernamental en parte, una consecuencia de la propia dinámica interna
del crimen organizado; y, en parte, el resultado de la impunidad con que actúan los homicidas. Urge
detener la expansión de la violencia, para lo cual conviene partir de algunos supuestos, algunos
principios, algunas acciones y algunas experiencias internacionales.
Los Tres Supuestos
Supuesto 1: El gobierno tiene capacidades y recursos limitados, por lo que debe actuar en
base a prioridades. El gobierno debe calcular con realismo qué puede lograr en los próximos años y
qué no. Y debe tener un ordenamiento claro de los problemas que debe resolver de acuerdo con su
importancia y urgencia. Una de las grandes prioridades del gobierno debe ser, hoy, la disminución
de la violencia.
Supuesto 2: La prioridad de la estrategia de seguridad debe ser la reducción de las
ejecuciones. El indicador central para saber si la estrategia de seguridad va bien o va mal debe ser la
frecuencia de ejecuciones. El criterio para calificar a una agencia policial o militar exitosa no será
su capacidad para realizar un gran número de arrestos o decomisos, sino su capacidad para reducir
las ejecuciones y, con ello pacificar una zona.
Supuesto 3: La violencia debe reducirse en el corto, no en el largo plazo. Debe de delinearse
de implementarse una estrategia que busque la pronta y rápida reducción de la violencia. La
autoridad no debe permanecer pasiva ante el escalamiento de la violencia bajo la falsa idea de que
se trata de un fenómeno “inevitable”.
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Los Tres Principios
Para disminuir la violencia, la actuación de las agencias gubernamentales debe regirse por los
siguientes principios de actuación1
Primer principio, Concentración dinámica de esfuerzos. Para que tengan efecto los esfuerzos
disuasivos deben concentrarse en un objetivo específico. La dispersión de esfuerzos impide
modificar el comportamiento criminal (homicida en este caso). Para disminuir la violencia, los
esfuerzos de la autoridad deben concentrarse en acciones que elevan considerablemente el costo de
asesinar. Si los criminales perciben que el costo de asesinar es cero o cercano a cero, las tasas de
violencia tenderán a aumentar, lo que agravara a su vez el problema de la impunidad. Una vez
dentro del círculo vicioso de la violencia, el reto es aumentar las capacidades de aplicación de la ley
para que sea posible amenazar creíblemente a los delincuentes. El reto está en adquirir, aunque sea
momentáneamente, capacidades adicionales suficientes para reducir la violencia.
La propuesta de Kleiman para adquirir tales capacidades y recursos es la “concentración
dinámica”. Consiste en seleccionar una zona específica de la alta violencia, tomar temporalmente
capacidades y recursos invertidos en otras áreas del gobierno y concentrarlo en el área específica.
Con ello se envía el mensaje a las organizaciones, pandillas o delincuentes violentos en esa zona o a
una organización en especial que su comportamiento no será tolerado, lo que tendera a reducir sus
acciones violentas. Una vez que los niveles de violencia disminuyan, el aumento temporal de las
capacidades de aplicación de la ley cesa en el área o en la organización en la que ya se aplicaron,
para dirigirse o aplicarse en otra zona u organización altamente violenta, y así sucesivamente.
Si la aplicación de la ley estuviera enfocada en las organizaciones criminales más violentas,
en lugar de las más grandes, más visibles o más vulnerables, una organización criminal revaloraría
los beneficios de la violencia como una herramienta útil de negocios frente a la desventaja de
convertirse en un objetivo de las agencias policiales y militares. El trabajo concentrado y persistente
de la autoridad por un periodo determinado contra las organizaciones o individuos más violentos
acabaría por excluirlos del mercado de drogas con mayor frecuencia que sus competidores menos
violentos, lo que terminaría por favorecer la prevalencia de un mercado pacifico de drogas.
Como dice Kleiman para desestimular el uso de la violencia debe crearse “una desventaja
competitiva” para aquellas organizaciones más violentas comparadas con sus competidoras que
utilizan menos violencia, pues algunas empresas criminales “son más proclives que otras a disparar
en el arreglo de disputas, para eliminar la competencia o para defenderse de las agencias de
seguridad”.
Las estrategias para reducir la violencia difieren drásticamente de las estrategias diseñadas
para elevar los precios o bajar los volúmenes de drogas. En lugar de capturar a los traficantes que
mueven mayores volúmenes de droga o que son más fáciles de arrestar, las agencias de seguridad
deben recabar información que les indique cuales son las organizaciones o quiénes son los
individuos más inclinados a utilizar la violencia para concentrar sus esfuerzos en la supresión de
estas organizaciones e interrumpir, con ello, la dinámica de la violencia en una zona o localidad.
Segundo principio: castigos certeros y rápidos en lugar de severos, los delincuentes tienden a
ser individuos que valoran más la gratificación presente que el castigo futuro. Por lo tanto mientras
más tiempo medie entre la violación de la ley y la aplicación de sanciones, menor será la capacidad
disuasiva de la pena. Asimismo, si hay incertidumbre en el vínculo entre crimen y castigo (i.e., si
los criminales piensan que una sanción es producto de la mala suerte y no del resultado de su
conducta) los efectos disuasivos de la pena se debilitan. Por ello, es necesario diseñar un paquete de
sanciones rápidas y certeras, aunque sean leves, pero que se detonen de manera simultánea y que
pueden intensificarse en caso de reincidencia.
Para Kleiman, aumentar la capacidad disuasiva de un castigo implica que éste sea rápido y
cierto en lugar de severo. La severidad implica utilizar una gran cantidad de recursos en un reducido
1
Estos principios se basan en los textos de Mark Kleiman. Veánse especialmente, su último libro When Brute Force Fails;
How to have Less crime and less punishment, Princeton University Press, Princeton, 2010, 231, pp; su reporte titulado
“Reducing the Contribution of the Drug Problem to violence in El Salvador” (2004 sin editar); y su artículo “Controlling
Drug-Related Violence” (2002 sin editar).
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número de delincuentes, y entre más severa sea la sentencia es menos probable que esta sea
impuesta, además de que el proceso requerirá más tiempo. En cambio, la lógica básica, de la
disuasión para un acto racional, dice Kleiman, consiste en suponer que un sujeto nunca vigilara la
ley si tiene certeza de que será castigado y de que la multa por violar la ley será superior a las
ganancias que genera tal violación. Los arrestos podrían constituir en sí mismos una forma de
castigo y ser un disuasivo importante, siempre y cuando tuviera consecuencias.
Tercer principio: comunicación con los delincuentes y con la comunidad. El costo de pasar de
un “equilibrio negativo” de alta violencia a otro “positivo” de baja violencia depende de que tan
rápido respondan las organizaciones a los delincuentes a los nuevos niveles de disuasión. Los costos
de esta transición pueden reducirse si se advierte a organizaciones o delincuentes de forma
anticipada. De aquí que a Kleiman le parezca especialmente importante que la autoridad comunique
directamente las amenazas disuasivas a las organizaciones criminales. Ahí donde existen grupos que
realizan actividades violentas, como pandillas, la policía deberá identificar a los participantes, hacer
una lista de delitos con “cero tolerancia” (como el homicidio), y prevenir a los participantes de las
bandas, como grupo, que cualquier infracción de la regla de “cero tolerancia” producirá una
reacción policial agresiva contra cada uno de ellos por toda la lista de delitos. Debe tenerse presente
cualquier amenaza que resulte en un bluf devaluará la capacidad disuasiva de amenazas futuras.
Dos Programas Exitosos
Los tres principios que acabo de enumerar se han aplicado con éxito en varios programas
antiviolencia de Estados Unidos. Entre ellos, el Operation Ceasefire de Boston y el Tri-Agency
Resource Gang Enforcement Team (TARGET) del condado de Orange, en California.
El Operation Ceasefire (Operación Cese al Fuego) fue una exitosa iniciativa policial
orientada expresamente a disminuir los homicidios entre los jóvenes en Boston. El programa tuvo
dos componentes estratégicos. El primero fue establecer un conjunto de medidas disuasivas contra
la violencia contra las pandillas (en especial la violencia armada). El programa se concentró en el
seguimiento de pandillas especializadas. Los operadores del programa tuvieron contacto directo con
los miembros de las bandas y dieron el mensaje, explícito y clero, de que la violencia no sería
tolerada. El segundo componente estratégico fue dar seguimiento al tráfico de armas de fuego. La
aplicación de la ley se concentró en los traficantes de armas de las marcas y calibres utilizados por
los miembros de las pandillas.
Los homicidios de los jóvenes de Boston disminuyeron drásticamente desde mayo de 1996,
cuando se puso en marcha la Operación Cese al Fuego y se mantiene a la baja hasta hoy. Una
rigurosa evaluación determino que la aplicación del programa estuvo asociada con la disminución
mensual del 63% de los homicidios de jóvenes, una reducción del 32% de reportes de tiros de arma
de fuego, un 25% de disminución de asaltos a mano armada y una reducción del 44% de las
agresiones con armas de fuego en el distrito de mayor riesgo (Roxbury)
El objetivo del Tri-Agency Resource Gang Enforcement Team fue reducir la violencia
pandilleril mediante el encarcelamiento selectivo de miembros más violentos e reincidentes
(basados en sus antecedentes penales) de las pandillas del condado de Orange, en California.
(TARGET) estableció una colaboración estrecha entre el personal de las agencias de seguridad, las
agencias penitenciarias y la procuración de justicia al reunir funcionarios de ls tres dependencias en
las mismas oficinas.
Cada equipo de TARGET está formado por agentes de policía que se desempeñan como
investigadores de pandillas un funcionario de la oficina del ministerio público y un investigador del
fiscal de distrito. Los investigadores de pandillas serán entrenados para tratar a testigos hostiles, y
los fiscales adjuntos y los investigadores del fiscal del distrito tienen experiencia en el
procesamiento vertical de casos en el sistema judicial -lo que al parecer es un elemento clave en el
éxito del programa- Inaugurado en 1992, TARGET ha sido replicado en seis áreas al interior del
condado de Orange.
Una evaluación del programa mostró un gran aumento en el encarcelamiento de miembros de
pandillas y una disminución acumulada de 47% de la violencia relacionada con las pandillas en un
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periodo de siete años. En su caso el equipo TARGET de Costa Mesa desmantelo una banda al lograr
la condena y el encarcelamiento de sus líderes y poner en libertad condicional restrictiva a los
miembros de las pandillas que fueron sentenciados a prisión.
Tres Errores Frecuentes
No concentrarse en los individuos más violentos en los que se encuentran en situaciones de
alto riesgo sino en los más jóvenes y necesitados de ayuda. Esto tiene efecto en la disminución de la
violencia a largo plazo pero no de manera inmediata.
No irrumpir en las estructuras de las pandillas que generan violencia. Los miembros fueron
responsabilizados por sus acciones de modo individual y no grupal, que es lo recomendado. No
promover la comunicación entre las autoridades y las pandillas para informarles a estas últimas
sobre riesgos asociados a sus acciones violentas, con lo que se debilita el elemento disuasión del
programa.
Programas Exitosos en América Latina
Unidades de Policía Pacificadora de Rio de Janeiro. Recientemente el gobierno de Río de
Janeiro creo las UPP, en un pequeño número de favelas en la ciudad de Río de Janeiro. Estas
unidades mantienen presencia policial continua en cada favela, buscan retomar el control de la zona
(que tienen las pandillas) y promueve la seguridad en el largo plazo. Los oficiales desplegados han
recibido entrenamiento especial, incluyendo entrenamiento en derechos humanos, y han recibido
incrementos salariales. El gobierno de Río de Janeiro planea tener 3500 policías en 15 UPP hacia
finales del 2010, y pretende extender el programa a 100 favelas, con una adición de 10 favelas
anuales.
Esta nueva estrategia ya ha sido objeto de reconocimiento público, donde ha sido
implementada, represento un cambio radical a la “situación de guerra” inducida por las operaciones
policiales previas. El proyecto de las UPP evita escenarios de confrontación y tiroteos
frecuentemente tienen lugar tras la incursión de los agentes policiales en las favelas. De acuerdo con
información proporcionada por la misión especial de Naciones Unidas, el gobierno ha progresado
en evitar que las pandillas retomen las áreas de las cuales han sido removidas.
También hay datos que muestran que existen apoyos comunitarios a las UPP. Los residentes
han reportado que se sienten más seguros, y que su relación con la policía ha mejorado. En algunas
áreas ha mejorado incluso la provisión de servicios básicos. Cabe agregar que la presencia policial
sostenida en las favelas de Río de Janeiro es hasta ahora la excepción, no a la regla. Hasta ahora la
presencia de las UPP se mantiene en un reducido número de las 100 favelas de Río de Janeiro. Las
operaciones violentas que han propiciado muertes continúan realizándose en las favelas que carecen
de la presencia de las UPP.
Barrio de la Paz (Guayaquil). El programa de Barrio de la Paz arrancó en 2006 en el centro
de Guayaquil, un espacio de aproximadamente 49 cuadras que alberga mil familias. Se trata de un
programa de prevención y supresión de pandillas. En 2008 el programa incluyó a cinco pandillas
con cerca de 200 miembros en total. El programa adopto como idea central que los jóvenes que se
integran a las pandillas por no tener alternancias laborales, educativas y de esparcimiento. El
programa desarrolla microempresas en las cuales los miembros de las pandillas pueden obtener
ingresos lícitamente. Como condición para entrar al programa los pandilleros deben dejar sus
actividades criminales y estar dispuestos a trabajar con pandilleros rivales.
Además de obtener un crédito para desarrollar la microempresa (otorgado por el ministerio de
Relaciones Laborales de Ecuador), los pandilleros reciben capacitación empresarial y en algunos
casos han obtenido grados universitarios. Conjuntamente al desarrollo de microempresas se puso en
marcha en el barrio el programa de entrega de armas, mediante el cual los pandilleros dan sus armas
a las autoridades que las destruyen de inmediato, públicamente. En respuesta a la colaboración de
las pandillas del gobierno municipal se comprometió a invertir en proyectos de infraestructura en el
barrio, como la remodelación de edificios destruidos y la pavimentación de calles. En los primeros
seis meses del proyecto los niveles de criminalidad en el barrio descendieron en un 60%. A partir de
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que el programa entro en vigor en 2006 los homicidios han disminuido pasando de 331 en 2006 a
259 en 2008. También le programa logro que las dos pandillas más grandes de Ecuador Latín King
y los Zetas en 2006 sostenían una cruenta batalla por el control territorial, pactarán una tregua.
Lecciones para México
Las detenciones de algunos capos han disparado grandes olas de violencia que han durado
varios meses y han propiciado la muerte de miles de personas. Para no detonar la violencia es
necesario evaluar, cuidadosamente, si la detención de un capo tendrá o no el potencial de
desencadenar una nueva ola de violencia. Las detenciones de capos de los tres cárteles con
presencias más extendidas en territorio nacional (Sinaloa, Zetas y Golfo) son especialmente
riesgosas en este renglón.
Cuando un cartel de presencia nacional sufre una escisión, las facciones que lo forman
también padecen un proceso de división y de realineamiento con otras organizaciones criminales, lo
que eleva la producción de la violencia.
Existen en el territorio nacional seis clúster de municipios violentos. Esto resulta ventajoso
tanto para diseñar como para implementar una estrategia antiviolencia. Las ventajas consisten en
que los focos principales de atención están claramente delimitados, y pueden dirigirse mejor los
esfuerzos (concentración dinámica) a las áreas críticas. Por otro lado, un impacto positivo en al
menos uno de los municipios que integran el clúster propiciará un descenso significativo en el nivel
regional o, incluso, nacional de la violencia.
La estrategia antiviolencia debe distinguir los cuatro efectos o secuencias (combustión,
amplificación, escalamiento y derrame) que pueden desatar la violencia entre organizaciones
criminales.
En Ciudad Juárez el efecto “combustión” pudo evitarse si un trabajo de inteligencia previo
hubiera indicado a las autoridades cual cartel intervenir sin causar una escisión mayor y generar con
ello, una espiral incontrolable de violencia.
El efecto “amplificación”, por su parte, pudo haberse aminorado si las autoridades hubieran
desplegado en las localidades más vulnerables uno o varios programas sociales dirigidos a prevenir
la formación de pandillas delictivas o, en su caso, la alianza entre las pandillas y carteles. Por
ejemplo, el programa Barrio de Paz en Guayaquil previene y suprime pandillas al ofrecer
alternativas laborales (desarrollo de microempresas) a los jóvenes.
El efecto “escalamiento” pudo haberse neutralizado con la existencia de una policía
profesional capaz de intervenir en un conflicto entre pandillas o carteles. Además se hubiera restado
vigor al escalamiento del conflicto si la autoridad hubiera centrado parte de sus esfuerzos en
confiscación de armas.
Por último, el efecto “derrame” debió y pudo haberse contenido mediante un incremento en
la presencia policial y militar en áreas de alto riesgo (aledañas a las áreas donde inicialmente se
desencadeno la violencia).
Este artículo propone que las estrategias antiviolencia estén guiadas por tres ejes o principios
básicos que han dado buenos resultados, en el ámbito pandilleril. Sin embargo los tres principios
(concentración dinámica, castigos certeros y rápidos y comunicación efectiva con delincuentes y
sociedad) pueden aplicarse también a estrategias de combate de crimen organizado. En este ámbito
lo que cambia, son los instrumentos no el método. La concentración dinámica debe dirigirse
secuencialmente a cada una de las organizaciones más violentas a nivel nacional o local.
La ley de la delincuencia organizada ofrece una amplia gama de castigos rápidos y certeros
para aquellas personas presuntamente relacionadas con la delincuencia organizada. Por ejemplo, se
cuenta con la posibilidad de arraigo por 40 u 80 días, con cateos domiciliarios, con aseguramiento
de bienes e intervención de telecomunicaciones. Por otro lado, esta ley también ofrece beneficios a
aquellos miembros de la delincuencia organizada que den información que conduzca a la detención
de los miembros de estas organizaciones.
El método de los tres principios ha probado eficacia para disminuir la violencia asociada a las
pandillas. En varias entidades federativas ha crecido el número de pandillas en el último lustro. Y el
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municipio más violento del país, Ciudad Juárez, enfrenta un grave problema de aumento de
pandillas y de creciente vinculación de éstas con el crimen organizado.
El modelo de Kleiman parece especialmente pertinente para combatir en Juárez y en otras
ciudades con un alto número de pandillas (como Monterrey, Tijuana, Durango y Acapulco), la alta
violencia que aflige a sus comunidades.
Es importante tener definido el concepto de seguridad nacional
Es importante que quienes operan la estrategia de seguridad nacional tengan flexibilidad de
reaccionar dentro del ámbito del estado de derecho. En varios países es necesaria la definición para
después hacer uso legal de mecanismo excepcional o para poder declarar un estado de emergencia
Pero también es importante que el gobierno tenga una definición clara de seguridad nacional
para asegurar que el estado le dé la prioridad en recursos y así asegurar la atención adecuada a
ciertos problemas o amenazas. Como lo mencionamos con anterioridad, cuando un problema se
convierte en una amenaza de seguridad nacional (definido por el gobierno, la población o hasta los
medios de comunicación) entonces es importante respaldar esa declaración con recursos y atención
de los líderes.
Si se usa el término de seguridad nacional en una forma indiscriminada, se vuelve como el
cuento del pastor que grito que venía el lobo tantas veces que cuando el lobo finalmente apareció
nadie le creyó ni salió a ayudarlo. Emplear el término de seguridad nacional para cualquier
problema que surja de una forma u otra debilita la capacidad y credibilidad del gobierno para hacer
un llamado a la población en casos de verdadera necesidad o emergencia en los que el ciudadano
debe jugar un papel.
Tener una definición de seguridad nacional ayuda a disciplinar políticos, funcionarios y hasta
los mismos medios de comunicación. Si la estrategia de seguridad nacional no refleja los intereses
del pueblo, entonces el gobierno tendrá dificultades para que acepte las prioridades, y costos
especialmente en tiempos de crisis. Las elecciones en Estados Unidos se ganan y se pierden con
base en las decisiones de seguridad nacional de los gobernantes.
Definiciones de Seguridad Nacional
Desde un punto de vista legal, la ley de seguridad nacional define en su artículo tercero lo
siguiente; “para efectos de esta ley, por seguridad nacional se entienden las acciones destinadas de
manera inmediata y directa a mantener la integridad, estabilidad y permanencia del estado
mexicano, que conlleven a cabo:
I) Protección de la nación mexicana frente a las amenazas y riesgos que se enfrente nuestro
país;
II) La preservación de las soberanías e independencia nacional y la defensa del territorio.
III) El mantenimiento del orden constitucional y el fortalecimiento de las instituciones
democráticas de gobierno.
IV) El mantenimiento de la unidad de las partes integrantes de la federación señaladas en el
artículo 43 de la Constitución Política de los Estados Unidos Mexicanos.
V) La defensa legitima del estado mexicano respecto de otros estados o sujetos de derecho
internacional, y
VI) La preservación de la democracia, fundada en el desarrollo económico social y político
del país y de sus habitantes."
El PND 2001 - 2006; “La seguridad nacional tiene como metas principales velar por la
protección y preservación del interés colectivo, evitando en lo posible o minimizando cualquier
riesgo o amenaza a la integridad física de la población y de las instituciones.” En el siguiente PND
no se mencionada nada.
La Secretaría de Seguridad Pública (SSP) señala que; “La seguridad nacional tiene como
metas principales velar por la protección y preservación del interés colectivo, evitando en lo posible
o minimizando cualquier riesgo o amenaza a la integridad física de la población y de las
instituciones.”
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Modelo conceptual
La seguridad nacional es un concepto amplio y complejo.
La seguridad nacional es entendida e involucra todas las actividades del estado, como una
condición para garantizar el desarrollo nacional, en un marco de derecho institucional.
La seguridad nacional es un concepto abstracto y filosófico de difícil interpretación.
Como modelo por sus ámbitos y propósitos
Por definición, la seguridad nacional es condición permanente para garantizar al estado y
asegurar los objetivos nacionales mediante el empleo del poder nacional.
Por su propósito garantiza al estado las condiciones para alcanzar los objetivos nacionales y
permite delinear las políticas y las estrategias para el desarrollo nacional.
Su ámbito incluye políticas y estrategias de todos los campos del poder nacional, tanto
internos como externos, en tiempos de paz y de guerra.
Como modelo por sus características
Es una definición política,
Organiza la política de seguridad nacional,
Enfrenta los antagonismos en general,
Elimina las interferencias del desarrollo nacional.
Conclusiones
Estructurar las aspiraciones, intereses y objetivos nacionales. Para los analistas de seguridad
nacional es el conjunto de los componentes del poder nacional orientado a garantizar el desarrollo
integral de la nación, se entiende que su eje vertebral es el desarrollo y el bienestar humano, para
alcanzar los objetivos nacionales. Se fundamenta en los siguientes aspectos medulares:
1.- La seguridad nacional incluye en su campo de acción el velar por el poder nacional de un
estado, en tiempos de paz y de guerra.
2.- La seguridad nacional se enfoca a garantizar el desarrollo de la nación, por lo que se
convierte en un concepto dinámico y flexible.
3.- La seguridad nacional, al orientarse en un enfoque ciudadano-céntrico, debe propiciar
fundamentalmente el desarrollo y bienestar humano.
Las tres estrategias que ahora maneja el gobierno federal son que considera de seguridad
nacional:
Plan DI: La invasión de fuerzas extranjeras, Cuidando Fronteras.
Plan DII; La seguridad humana, contra fuerzas del narcotráfico y grupos armados
Plan DIII; Inundaciones y fenómenos naturales
¿Cómo puede participar la ciudadanía en las estrategias de seguridad?
Recordando la nueva corriente de la Nueva Administración Pública, en la gobernanza
Democrática se establecerá el perfil, de lo que debe ser esta nueva propuesta siendo:
a) Modelo de Cooperación entre poderes y ciudadanos.
Desarrollar estrategias preventivas, convierte una conducta individualista en una colectiva.
El objetivo es generar un cambio de actitud derrotista de la población que no creía posible
abatir la delincuencia y la impunidad mediante la transformación de las instituciones de seguridad
pública y la participación ciudadana.
b) Modelo Organizaciones Independientes:
Buscando la transparencia y el control de la corrupción,
La representatividad y la fiscalización política,
La democratización de la justicia,
La educación para la participación,
c) Modelo Organizaciones que reemplazan las funciones gubernamentales:
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Las ONG, los centros de estudio, el sector privado, los sindicatos, Grupos de Cabildeo y la
Iglesia.
La gobernanza en los procesos de redes y de negociación con diferentes actores de la
sociedad puede realizar funciones y actividades que proyecten un mejor impacto en sus propósitos
del Estado, buscando mejorar la imagen de la administración pública.
Bibliografía
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ANEXO
Cuadro No. 1
Seguridad Nacional
Mantener la unidad del estado
Defender la soberanía nacional
Defender el territorio
Velar por el desarrollo económico, social y
político equitativo, garantizar la convivencia
pacífica y el orden público
Garantizar la paz social
Seguridad Publica
Mantener la unidad de la sociedad
Defender la propiedad privada y la integridad física de los ciudadanos,
mediante mecanismos de control penal
Defender la propiedad privada y la integridad física de los ciudadanos,
mediante mecanismos de control penal
Es obligación del Estado, proteger a la ciudadanía mediante mecanismos
de prevención del delito y procuración de justicia.
Garantizar la convivencia pacífica y el orden público.
Fuente: Seguridad Nacional Hoy. Ana María Salazar. Circulo Editorial Azteca 2008.
Cuadro No. 2
México
Estados Unidos
Las amenazas son internas
Las amenazas son externas
Gobernación tiene una estrategia que El gobierno tiene una estrategia anual que involucra a las
involucra a las fuerzas armadas y que no ONG, poder legislativo, prensa y académicos
tiene una periodicidad definida
No se debate públicamente
Las propuestas se debaten públicamente
Menor institucionalización
Mayor institucionalización
No se habla de seguridad nacional
Existe una cultura de seguridad nacional
Existen pocas leyes en la materia
Existen numerosas leyes en la materia
Hay pocas agencias: Cisen, PGR y grupos Existen numerosas agencias especializadas en la materia
militares
Ejército doméstico sin participación civil y Ejército con capacidad bélica para atacar el exterior,
con poco contacto externo
participación de la población civil y relaciones con el mundo
Discurso abstracto y teórico
Discurso pragmático y político
Fuente: Seguridad Nacional Hoy. Ana María Salazar. Circulo Editorial Azteca 2008.
Cuadro No. 3
Sectores
Palabras Clave
Militar
Integridad
Ambiental
Recursos
Político
Legitimidad
Social
Identidad
Económico
Bienestar
Fuente: Seguridad Nacional Hoy. Ana María Salazar. Circulo Editorial Azteca 2008.
Cuadro No.4
Energías primarias
Energías secundarias
Energía final
Petróleo
Gasolina
Movimiento
Carbón
Kerosinas
Iluminación
Gas natural
Diesel
Calor
Hidráulica
Combustóleo
Potencia
Uranio
Alcohol
Geotermia
Electricidad
Biomasa
Gas sintético
Viento
Hidrogeno
Sol
Fuente: Seguridad Nacional Hoy. Ana María Salazar. Circulo Editorial Azteca 2008.
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