REPÚBLICA DE CHILE DIARIO DE SESIONES DEL SENADO PUBLICACIÓN OFICIAL LEGISLATURA 364ª Sesión 28ª, en miércoles 6 de julio de 2016 Ordinaria (De 16:15 a 19:55) PRESIDENCIA DE SEÑORES RICARDO LAGOS WEBER, PRESIDENTE; JAIME QUINTANA LEAL, VICEPRESIDENTE, Y ALEJANDRO NAVARRO BRAIN, PRESIDENTE ACCIDENTAL SECRETARIO, EL SEÑOR MARIO LABBÉ ARANEDA, TITULAR ____________________ PREOCUPACIÓN POR DRAMÁTICA SITUACIÓN DE MENORES EN CENTROS DEL SENAME. OFICIOS El señor NAVARRO.- Señor Presidente, día a día somos golpeados por la profundización de una crisis sistemática en el Servicio Nacional de Menores. Hoy he solicitado al Fiscal Nacional del Ministerio Público, señor Jorge Abbott, la designación de un fiscal con dedicación exclusiva para que se aboque a la investigación de las sucesivas muertes de menores al interior de los centros del SENAME. Claramente, esa situación no solo afectó a Lissette Villa en el Hogar Galvarino, sino también a otros niños. De manera lamentable y dolorosa, de acuerdo con antecedentes que se han ido conociendo y que se nos hicieron llegar recientemente, Rechel Contreras, niña de diez años, falleció en un centro colaborador del SENAME en febrero. Luego de meses, a finales de mayo, la institución tuvo conocimiento de las irregularidades al interior del centro Alceste Piergiovanni, de Quinta de Tilcoco. Este hecho, por cierto, debe ser investigado con responsabilidad antes de asignar apresuradamente responsabilidades. ¡La situación del SENAME es caótica y terminal! Señor Presidente, he tomado la decisión de exigir un fiscal especial para investigar la situación del referido organismo, porque estamos frente a un largo y triste listado de jóvenes, adolescentes e infantes muertos al interior de los recintos del SENAME, tanto en los centros de resguardo como en los de reclusión para menores infractores de ley. Quiero señalar que en 2007 Angelo, Pablo, Franco, Ángel, Jorge, Jaime, Rodrigo y Bryan perdieron la vida en el centro Tiempo de Crecer, de Puerto Montt. Un día domingo los menores internos iniciaron un motín: encendieron un colchón en la puerta de acceso a una de las dependencias, donde se encontraban diez adolescentes. El fuego se propagó desmesuradamente y los niños corrieron a esconderse en los baños, lugar en el que finalmente ocho de ellos encontraron la muerte. Dos fallecieron días después de muerte cerebral debido a la intoxicación por humo. Daniel Ballesteros Pérez, de 17 años, falleció en el Centro Metropolitano Norte de Tiltil el 23 de noviembre de 2013, dos semanas antes de cumplir 18 años y a un mes de salir en libertad, luego de cumplir una condena de dos años por robo con intimidación. Este joven perdió la vida a raíz de dieciocho puñaladas proporcionadas por sus compañeros, quienes lo acusaron de haber robado un celular. Murió por desangramiento una hora después al interior de un SAPU. Fernanda, lactante de diez meses, falleció en el Hogar Nazaret de Copiapó el 24 de enero de 2014. De los cuarenta niños que había ese verano en el recinto, seis eran lactantes. Todos, los cuarenta, estaban al cuidado de solo dos educadores. En la madrugada de ese viernes la pequeña Fernanda se ahogó con su propio vómito, siendo encontrada en estas condiciones recién entrada la mañana. Nadie la escuchó porque, al igual que otros cinco bebés, ella dormía encerrada con candado en una pieza alejada del resto de los niños, para protegerla de algunos internos con enfermedades psiquiátricas. Isamar, niña de 2 años, falleció en el Centro Cerrado del SENAME de Limache el 6 de julio de 2014. Al interior de la habitación en que dormía junto a su hermano de cuatro años, Isamar fue encontrada muerta por asfixia provocada por vómito. La menor había pasado el fin de semana con sus padres y abuelos y ese domingo regresó a dormir al hogar. Desde hacía tres meses que el tribunal de familia había ordenado llevar a los niños a dicho centro debido a la precariedad económica de sus padres, quienes en apenas unas semanas volverían a recibir a sus hijos. J.F., niña de 11 años, falleció en el Centro Galvarino, de Santiago, el 11 de abril del 2016. Durante un cambio de turno, la pequeña se desplomó en medio del patio alrededor de las 20 horas. La menor, que tomaba fármacos por su condición psiquiátrica, murió de un paro cardíaco. Dicho hogar, donde vivía esta niña, tiene disponibilidad solo para 70 menores. Sin embargo, hasta el mes pasado había 120 niñas hacinadas, según denuncia hecha por los propios trabajadores del lugar. ¡Señor Presidente, la impunidad no puede consolidarse cuando se trata de la vida de niños bajo tutela del Estado! En el Senado de la República, la Comisión de Derechos Humanos, Nacionalidad y Ciudadanía ha realizado ocho sesiones sobre esta materia, en las que ha develado las falencias de dicho Servicio. Estamos haciendo un esfuerzo para formular un conjunto de propuestas tendientes a enfrentar este gravísimo drama. En verdad, no teníamos idea de la profundidad de la desgracia que afrontan estos niños. Conocíamos la situación en general. El año 2012 en esta Sala hice presente una carta abierta al Presidente de la República, Sebastián Piñera, en ese mismo sentido. Entonces mencioné hechos tanto o más graves que los que he señalado. Asimismo, hemos presentado un recurso de protección en la Corte de Apelaciones de Santiago en defensa de los 1.334 niños que se encuentran en riesgo. Eso lo indicó el propio Director Nacional del SENAME, Hugo Herrera, en esta Sala, aunque, con posteridad, dijo que el número no superaba los 134 menores, cuando en realidad eran más de 1.300. Ello nos obliga a hacer una denuncia más allá de las fronteras de nuestro país: vamos a interponer una acción ante el Comité de los Derechos del Niño de la ONU para buscar las responsabilidades del Estado de Chile en torno a la situación de los menores fallecidos y de los 1.334 niños que el propio SENAME y la Ministra de Justicia, señora Javiera Blanco, han manifestado que se encuentran en riesgo vital. Hay demasiados estudios sobre el particular: de la Contraloría, de la Cámara de Diputados, del Ministerio de Justicia y de los mismos tribunales, como el de la Corte Suprema. Ahí está el informe de la jueza Mónica Jeldres. La Convención sobre los Derechos del Niño se firmó en 1989 y, con ello, se creó el Comité de los Derechos del Niño, órgano fiscalizador del cumplimiento de estos ante la Organización de las Naciones Unidas. A partir del año pasado -y este es el elemento clave-, no solo los Estados pueden denunciar a otro país por la violación de los derechos del niño. En septiembre de 2015 Chile firmó el Protocolo facultativo que permite, desde el 1 de diciembre, a cualquier persona denunciar la violación de los derechos de los niños, incluso a su propio país, ante el Comité de los Derechos del Niño de la ONU. ¡Esto no da para más! Ciertamente, estamos actuando con lentitud. No hay comprensión cabal de que esta es una responsabilidad del Estado de Chile y no solo del Ministerio de Justicia; mucho menos de la Ministra Javiera Blanco, quien lleva un año en el cargo. ¡El Estado debe comprometerse! La Ministra de Salud tiene que otorgar los cupos para los niños que están con enfermedades terminales y graves. No soy pitoniso, señor Presidente, pero los antecedentes de que disponemos señalan que en los próximos días y semanas van a fallecer otros niños que se encuentran abandonados en los centros del SENAME con enfermedades terminales, sin la posibilidad de contar con una cama ni con un tratamiento paliativo, como los que podrían recibir en los centros de salud. ¡Eso es un abuso intolerable! ¡Es inexcusable que el Ministerio de Salud no asuma su responsabilidad frente a esos hechos! Claramente, la situación del 63 por ciento de los niños que están bajo la tutela del SENAME y que se hallan con tratamiento farmacológico hoy día es de extrema precariedad, pues el personal asignado es insuficiente y no cuenta con la capacitación necesaria para la administración de ese tipo de medicamentos. Estamos hablando de casi 4 mil niños. Lo dije con dolor en una de las sesiones de la Comisión de Derechos Humanos en que analizamos esta materia: ¡el 63 por ciento de los menores internados en los centros del SENAME -es decir, 6 de cada 10- son dopados con fármacos para tenerlos tranquilos! No conozco exactamente el detalle -solicitamos que se nos hiciera llegar la información pertinente- del tratamiento de cada uno de esos niños, para saber si es el adecuado y si son asistidos por un profesional o facultativo con las debidas competencias que los controle en dicho proceso. Todo indica que aquello no ocurre; que los menores siguen allí abandonados ante la indolencia de muchos. Ha habido variadas reacciones, señor Presidente. Diversos organismos de la sociedad civil han protestado frente a la Moneda, en la plaza de la Constitución. Ha habido ciudadanos de distintas corrientes políticas que se han agrupado en defensa de la infancia. Todos esos movimientos son bienvenidos; todas las acciones de denuncia son bienvenidas. Pero lo que importa en estos momentos es la acción: qué vamos a hacer como Estado; qué haremos como Senado de la República, como Congreso Nacional para salir al paso de una situación que puede devenir en tragedia en cualquier minuto. En los próximos días visitaremos los centros de reclusión de menores infractores de ley (CRC), que son custodiados por gendarmes. Hasta ahora todas las sesiones de la Comisión las hemos orientado hacia los centros de cuidado, de resguardo. No hemos siquiera tocado el caso de los adolescentes recluidos en aquellos centros, donde no tienen nada que hacer; se hallan en condiciones de hacinamiento, y existen variados problemas. Así se lo hicimos ver al Director Nacional de Gendarmería. Hay más de 750 gendarmes asignados a la custodia de esos niños a lo largo de todo el país. Los testimonios de psicólogos, de trabajadores sociales, de psiquiatras, de enfermeros, de educadores que trabajan en tales centros son concluyentes. Lo dijo Paz Ciudadana en esta misma Sala. Señor Presidente, vamos a pedir un estudio y una evaluación acerca de la correlación entre los niños que han pasado por el SENAME y los menores, jóvenes y adultos que se encuentran hoy día en los centros de reclusión de Chile. Todo indica la existencia de una correlación positiva enorme, dolorosa, que puede hallarse arriba del 60 por ciento. En mi Región durante los últimos días conocimos cuatro hechos de violencia perpetrados por jóvenes, adultos o adolescentes: ¡30 puñaladas a un conductor de un taxibus Penco-Lirquén! El autor de dicha acción había pasado por un centro del SENAME. Son muchos los delitos adyacentes cometidos por jóvenes que han estado en centros del Servicio Nacional de Menores. Si el Estado no quiere actuar por la moral, por la ética, por el sentimiento, por los valores, tendrá que hacerlo por la economía. El propio Ministro de Hacienda, Rodrigo Valdés, reconoció aquí que no existe un parámetro que permita determinar cuánto gasta nuestro país al año por cada joven resguardado en tales centros. ¡No hay parámetro! Dicho Secretario de Estado admitió en esta Sala que no hay ningún indicador porcentual del gasto per cápita que se hace por cada niño vulnerado. ¡No hay indicadores, porque nadie se ha preocupado de este asunto! Sí hay indicadores relativos al porcentaje de jóvenes delincuentes recluidos en las cárceles de Chile que ha pasado por los centros del SENAME. Es una inmensa mayoría. Me atrevo a anticipar una cifra: más del 50 por ciento. De hecho, podemos realizar un perfil de los jóvenes, señor Presidente. Si tomamos a quienes estudian en el Nido de Águilas o en algún colegio de nombre inglés de los sectores de altos ingresos de la sociedad chilena, podemos determinar que en el 95 por ciento de los casos van a ser gerentes de grandes empresas o profesionales exitosos y lograrán una acumulación de bienes a los 40 años que les asegurará la vida. Esa misma correlación la podemos hacer respecto de los niños y jóvenes que se encuentran bajo la protección del SENAME o que se hallan en los centros de detención para adolescentes infractores de ley. En el primer caso, yo hablo del 95 por ciento... El señor QUINTANA (Vicepresidente).- Terminó su tiempo, señor Senador. Dispone de un minuto adicional para redondear su idea. El señor NAVARRO.- Señor Presidente, se trata de una verdad que incomoda. Y debiera incomodarnos a todos el constatar que los esfuerzos que han hecho los sucesivos gobiernos en su lucha por disminuir la delincuencia no han considerado un hecho grave y real: que en los centros para la protección de menores vulnerables el fracaso del Estado en materia formativa y de reinserción social está produciendo que ellos queden abandonados a su suerte. Cuando los menores salen del sistema de redes del SENAME, a los 17 años, se les pasa 500 pesos y se los manda a la calle. De allí a la acción delincuencial hay un solo segundo. Señor Presidente, solicito que esta intervención se haga llegar a a la señora Presidenta de la República, al señor Ministro de Interior, a las señoras Ministras de Justicia, de Educación y de Salud, y a todas las instituciones relacionadas con los centros del SENAME. Además, pido que Gendarmería de Chile y el Ministerio de Justicia nos entreguen toda la información relativa a la correlación entre los niños del SENAME y la incidencia... El señor QUINTANA (Vicepresidente).- Puede continuar, señor Senador. El señor NAVARRO.- Señor Presidente, estoy requiriendo el dato preciso (conocemos la situación en general): cuántos de los jóvenes y adultos que actualmente se hallan encarcelados pasaron por el SENAME, por esta red de protección en que el Estado ha fracasado. Porque hay una responsabilidad estatal, no solo individual. Esa cifra la vamos a exigir. Y si no está disponible, formalmente solicito que se oficie al señor Ministro de Hacienda para que nos proporcione tal información: la correlación entre los menores que han pasado por los centros del SENAME y los jóvenes y adultos que han cometido delitos y que hoy se encuentran en proceso o condenados. Ese antecedente va a servir para elaborar una política nueva que se oriente en dos sentidos: rescatar a la persona y luchar contra la delincuencia. ¡Patagonia sin represas! ¡Nueva Constitución, ahora! ¡No más AFP! He dicho. --Se anuncia el envío de los oficios solicitados, en nombre del señor Senador, conforme al Reglamento.