NUM. 46. MADRID IG DE NOVIEMBRE DE 1867. "na,-,,, % rs.

Anuncio
NUM. 4 6 .
PitKcm DE U PUscíiir.ioN.—SlAiiBlii: |ir.r iilimtrns
üiii'llob á "2 rs.; irys mi'.ses í i rs.; suis [jifsis l'i ÍÜ,;
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PnnviNcus.—Trps meses tH rs ;scisinp'!csíiOrs ;
MADRID IG DE NOVIEMBRE DE 1867. "n a,-,,, % rs.-cuuA, i-u^HTo-inr.,. v ivsT«AN]M,n, AÑO XI.
uii iiTin 7 Ilesos—AMEfili;^ v ASIA , lU i l:i [le.-os.
REVISTA DE !.A SEMANA.
•
o iiiiiitii) el Icli';^rnTit. Di'spiips t\c\
(.•unili.iti' (le MojiLiinit, <) SI';Í (IIÍ Mdiile
lUilDiiilu, fue, (MI
i'li'Cln, .scígiin iniiici'iliaiiHi.s un niicsIra Hc.visla ;uiti'riiir, liclfiuidü (¡iiriliahli, al liirigirse
ií Liorna ¡laní marrliar á* Ciipriira.
: (luiiCíniíasc taiiiIJÍCH (¡iiü fiiüniii
.soliladijs italianos,
y no Iraiiceses, [ii ztiavns pouliíicios los f\uc Ui ilistiivieron y ciisUnliaruii liasta Yariyiianü, luertí! siUiado corea
(le S[>fv,zia, (Inniio, asi él coiiio sus hijos ¡lurece (|iio
estAii cnctíriiulos, si Ilion liouios visto alf^iin parle i|nn
aaunciii la fuga de úslos. De las priiiu'ras noticias qnc.
se rccilijei-on du ¡ujuei couiljate, rcsidtalia (¡iie, antos
de entrar en acciun, ounlalmn ios yarüíaldinns con
10,0(10 iiundjres. habiondo ijiiedadii ile ellos í^OÜ niiiortits y a.OOU lirisionoros; la legiun luinlilicia sólo p e r dió l.'iO hombres. Postcriormenle so lian ido rectilicando estas cilni.s, hasta el punto de quedar reducidas
ii co.sa (le la mitad las primeras. Iín el asalto de Monte
Uíitondü por los gardialdino.s, que liahia procedido á
l¡i tonLa por las luerzas contrarias, hoy .se sabe que
éstas tuvieron ,!:. muertos, \íiO lH!i-¡düs",y 390 xuavos.
gendarmes y artilleros prisioneros, v que les cogieron
Iros cañones, uno ile ellos rayado, Ü-i caballos y ínulas, nuiclias municiones y KOO hisiles. Es de advertir
'pie además de las tropas poiitilieías, timiaron purte en
!l combate de Monlana, según declara el Afonilmr del
vecino imperio , cinco batallones franceses, cosa que
ya se anuncifi por alíennos periódicos conlestando á
oíros que anunciaban que habla entre los ilc (¡arihald¡ solitaiios italianos cubiertos con las célebres camisas
rojas, líl fuerte capituló después de cuatro iioras de un
fuego terrible. \í\\ los diasque preceiiieron á esle cómbale, imichas poblaciones del terrilorio pontilicio liabiaii lieciiu [tleliiscitos, votando su anexión al reino de
Italia, jilebisciíos á los cuales se dice í|ui; ha sidu e s traño el gobierno de l'lorencia, habiendo tenido por
consiguiente, (]ue negarse á acoplar los resultados. Los
despachos lelegrálicos i^onlinúan participando la evacuación do los Estados del Papa por las tropas italianas exigida por Francia, No sabemos de lijo lo que liay
sohrii el ¡larticular, si bien la Gaceta de Florencia lo
desmiente.
Apenas se recibió en algunas poblaciones de llalla
la nneva de la lii'rrola de los garibaldinos, la a;j¡tacÍon,
quií ya era grande, creció de una manera imponente,
y en .Milán, Pavía y otras ciiiiiades, lia habido graves
manifestaciones, llegiíndosc á asegurar cpie en Tloreiicia se habia proclamado la caida de Viclor Manuel,
y (¡oe en .Milán los amotinados rompieron el escudo de
armas del consulado francés. Esto merece conllrinacion, pero es lo cierto que lian pasado algunos días
sin recibirse en París noti'-ias de la capital del reino
de Italia, lo cual induce á creer, con fundamento, ipie
han vuelto á interrumpirse las couuinicacionos por el
telégrafo y por las vias-í'érreas. Por de pronto el Afoniienr francés del 7 del corríi'ute dice que el cmpcrailor
lia dallo contra orden á Iiis tropas que se hallan en
Tulon y á las que se dirigen al mismo |uiti!o, para íjue,
00 se veriÜquen mas embarcos. Quizá hayan iníliiido
en esla determinación los grandes armameiilos t\\\i',
se liacen eu las plazas ii<d üuailrílátero, imes sólo á
Verona parece que se han enviado ya seiscientos c a ñones de grueso Calibre.
Hity e n e ! fondo de todos estos aconlecimíentos y de
todas estas contradicciones, nn hecho rea!, indudable,
y os i|ue Italia sufre, y que los remedios aplicados
hasta ahora para destruir sus padecimientos han sido
Coni|)!etamenle ineíicaces. ¿Lo será el proyectado Congreso de potencias líiiropeas, cuya próxima realización
tantas veces se lia anunciado y tantas se ha suspendido ó abandonado? Ei tiempo sólo poilrá responder á
esta pregunta; cuanlas conjeturas se hiciesen hoy s e rian av(!nturadas, porque nose trata úuícamenle, por
mas que asi pare/xa, de intereses puramente italianos,
sino también ile intereses religiosos (¡ue afectan mas ó
menos á diversos pueblos donde existe e! culto cató! lico al par de los protestantes, unos y otros relaciona" dos con la organización política y social de los Estallos
1 respectivos. La Epoqne, por ojemplo, dice que InglaI Ierra ha declinado toila participación en la cnnferen; cía sobre la cuestión romana, declarando que nunca
' suscribirá la garantía del poder tem|ioral del Pa[Ki, y
que Italia landjíen se niega, manifestando ipie garantido dicho poiler por líurojia, ya no podría olla reclamar
á Roma por capital.
El baile slavo que preparan los agitadores panslavistas de Rusia para el carnaval pn'iximo, y (pie ha de
verilicarse en los salones del cliiíi-ruso en Moscou,
costará unos 100,000 rublos, habiénduse ya dado cita
para él tas señoras de dicha capital y los c;dialleros de,
Llrodiio-Wilna, Pskow, San Pelershurgii, dronsladl, etc.,
con los ruso lilos de Praga, .Agrum, Laih.icli y oíros
(umtos. í,juinientas señoras de Rusia han ofrecido su
concurso, y se enviarán invilacioiies á Austria. Se vi',
pues, que ÍUisia trabaja en toilos los terrenos, lo mismo en el coreoyrálico (|uc en el político, y que va t e n diendo su red de araña comenzada siglos hace, para
envolver cu ella á los incautos inseclos, digámoslo así,
que no aiMorten á verla.
Condenados los principales jefes fenianos, á consecuencia de los últimos sucesos do Manche:;íer, el ^-ohi'Tno inglés lia mandado sobreseer en las causas foj niíidas contra ellos por asesinato; oslo nu obstante, en
Irlanda ejorcen las autoridades gran vigilancia para
que no se repitan hechos de esla especie,
A los que se lamenlan del estado precario del [leriodismo y de la literatura en España, sin examinar á
fondo hiH causas de seiuejanle siliiacion, y atribuyéndolas á otras que, en verdad, liarían ])oeo honor ;i
nuestros escritores si fuesen, que no son, cierlas, s e rá bueno recordarles, si lo han nlviilado, i'i dt-rirles,
si In ignoran, que sólo en París ha(-en la tirada de
ejemplares diarios que á conlinuacion a[iarecen, los
periódicos políticos siguientes, advírtienifi i|ue los liay
lilorarios y cientílicos (¡iie acaso lircn lautos ó mas;
ElSicde lira 30.000; La Liberté, 30.000 Le C<mr-^
rier, 10,000; la Opinión NfUionalc, ti.301); La Putrii\
que ha bajado nniclio. 12.000; Las Drhals, á pesar de
su precio alto, 0.00(1; L': Temp^, O.OOll; Le Consíitntimicl, 8,S00; VÜiUan, fi.-iUI); La Prense, H.OOO;
L'..|ue'm-, 7,200; L'Univers. 7,000; La Frunce, CJOO;
además, el Fiíjar') vcinde 36,000 nt'nueros y pasan
EL MÜSKO UNÍVKRSAL.
362
(le 100,000 los fiel Pctü Journal. Pioporciúiicsi! ¡í Í3S
em[iri'siis osiiañulas ¡t^iiiil numero di; aboiiaiins ú de
cniíipradures, y s<! verá qiifi no licne niui;i dn niilafínisii li) inK! 011 ütíiis iKirl(\s se \\M-C , ateiididus ins
iiiüdius. („liii/.:í, qidzii Iludiera, can i'aziin, oxiiiírsclos
¡|i;;i) mas. V (a i|iH! aliniiaiiios díd poriodisnio, lo p u dicramoí aplicar á olnis ramos d« la Ím[)r(iiila. \íu ^cin'ral, el periíJiüco pulílico (pip. aijiii to-ra i'CiimV :i,anr)
siiscriUires, lia pueslo una pic;i c» l'Matid'_'s: td periódico literario que reiuiB la iiiiiud , la lia piiesLo en
P.'lvill.
La lísposicion Universa! se cerrtj la noche dci 3 dfd
cnrrionte, sin oira foruialiiiad ni ceronionia que la
fíausiira ile las tiendas cuando^llega la liora tli( recuí,'pr.-;e ¡i descansar. Aíjindlíi señora {la lísposicion) se
ji;t des|ii!diilo, como pur acá ílecimos , ¡í la Irancesa.
¡nué direrencia did laiido y ilol nnjviniiento ipin p r e ceilii'1'oii ¡i la inau^'iu'acion! Los yritpos ¡piedidiian lialiiír sido premiados úliimainenle, se liati quedado con
las lianas. Dicesc que el emperudoi' Na¡i(ileoii Indticra
leniílo que iiaiilar en el acío, y no lo creyó coiivenii'iUe, Se comiireiiiie: ¿cómo pronunciar un liínuio
ii las ¡lacilicas ludias do la intelí^ícncia y de la indiisiria. en los momenlos en (pie los puntos negros del
Itoriíonle so condens;djan, rorniando sinifíslros nidiarrones en el ci''lo líaliano':' .Mi:S paciíicas lian sido (pni
en Italia las Miandestacionos do obreros en i'aris: sin
eiiili'ir^o, lo ocnrridii poco lia en el barrio de Clicliy,
lia Ldiügado á la policía á tomar algunas tnediilas para
que lio se repita y tome otro aspeoto mas alarmante.
Ll onlierrodol general O'Donnell se verificó el d o ndngo t'dlinio con gran pompa y muclia concurrencia, asistiendo todos los ministros, corporaciones y
jeí'e.s superiores (le varias dependencias liel l-lslado.
Leemos que empiezan á animarse los sillones de la
buena sociedad. Siempre nos lia cliocailo un tanto esla
frase, pero aun es mas cíiocante s¡ salo de ia pluma
de algún periodista que pertenezca á esa oira que forma, con raras escepcione-s, toda la .soriedad española,
la cual deba lialjcr comelido algiin crimen de grueso
calibre, para serprivaila de aquel lionroso calificativo.
listando iiróximas ;i su (erminacion las obras de la
iglo.sia ilel Unen Sueeso, en la Montaña did Principo
l'io, pronto quedará abierta la misma al ciillo público,
evitándose los vecinos de dicho barrio, y d(d inmediato
lie l'o/.as, la molestia de ah'jiírse imudio ile sus casas
para üir misa, y sirvii^ndo ;d pro]iio tiem¡)0 de aliciente á las personas que tratan do trasladarse á ellos.
lil joven y reputado escritor barcelonés don Francisco'!'elayo''ltrÍ/., niio de los que con mas fó han acoineíido la enijiresa de dar á conocer la poesía catalana,
así la de los antiguos eonio la de los modernos Irovadoreá, nos remite el Calcndari para el año ¡iróximo,
encomendado á su inteligente dirección, en el cual apa]-cccn las lirmas de mnltitiidde paisanos suyos, valencianos, mallorquinos y jirovenzales al pie de composiciones que, cu general, dan inia idea vontajosísnna
de los que le acompañan en el intenlo generoso de qne
arriba dejamos hecho mérito. Lntro aquellas llrnias
vemos la flelaulordo .l/i/r/oy de Calendan, d Homero
francés, el célebre Federico Ülistral, la ilo Víctor líalag u e r , al pie de composiciones ijiie en id Calcndari
se insiírlan, y que produjeron grande entusiasmo en
la liesla á ([ue el príncipe Milord Honaparte Wyse
había convocado á los poetas felibres y amigos do
las kdras do los idiomas en i[ue cantaron los anlifíuus Irovadoro.'^, y á la que mamlaron representantes
j'rovenza, Calaluña, Valencia, Laiiguoduc, Rosellon,
Cascnña y otros punios. En esie libro vemos también
enire los nombres de algunas señoras, el de la [toolisa doña Josid'a Massanés, con los tle Aguíió (ilon Mariano), -Vsensio, Alcáiilara, Itartrína, Hofaríull, Lloreide, .Milii, Palaii, Hoca, I'nns, líosselló, Tlios, Vidal
y otros varios ¡i quienes las leírüs calalanas deben
gran ¡larte do su brillo. Sin lijarnos en ninguna cnm[tosicion en particular, jimniue esto e.xígiria mas espacio ([lie la breve indicación (juo, bien á pesar nuestro,
nos limifainos á liacei', diremos que las hay notables,
y ipie id señor Pelayo líriz merece elogios por el
aciei'lo con que las ba coleccionado.
Por la revista y la parte no firmada de este número,
VENTORA, RCIZ AGUILERA.
SAL:VMlNCrV.
II!U-;VL OJt'MüA Á ECS ltCl\AS V MO^CMI;NTOS.
(CONCLUSIÓN.)
Una reacción ?ioIable tuvo lugar en esla leniporada.
T-Oi eslravlos, ó si no esto la necesidad de otra evohiciun en el espíritu y genio arlíslico, fueron cada vez
mas recoiiüciénilose; empero, no se llegó de ^'olpe al
eslreino opuesto, como acontecer suele en todo géno10 de reai:cÍuno.s.
Kl cambio so preparó por un medio, (ilosólico sin
duda r-:n el pensamiento, poro algiin tatito ecléctico en
Ui ejecución y cons¡giií,.i,ic[ii,>„to Iransitorio. ííslo
es lo que distingue In época . que en la historia do la
an/(íi7e'.7íí;-íí lleva einombrede/tcnacifí.íc/ii'ocuya leu- '
(iencia era combinar el arte antiguo y el arle cristiano;
susliluirla misteriosa mageslad de las construcciones
góticas, con la correcta claridad y nobleza de formas que
las letras ostentaban ya, guiadas por el espíritu de critica y examen; reproducir con ese oiíjelo las líneas griegas, sin perder del todo los ricos ornamentos del estilo
gótico. Los Iterruguetes dihindieron y caracterizaron
principalmente esta escuela en Salamanca, y de ella
nos ofrecen todavía boy oscolentos ejemplos el colegio
del Arzobispo, id palacio de Montcrey (del que se lia
ofrecido con elogio universal una feli/- semejanza en la
lísposicion de París), el colegio do los Huérfanos, la
casa llamada de la Salina, la titulada do las Muertes,
cuyo fatídico nombre, juslilicado por sangrientas e s cenas ocurridas entre el silencio de sus paredes, provino acaso de las calaveras que se mezclaban á los
adornos de su faidtada; en ia de la Universidad, admirable iior la delicadeza con que las piedras se bailan
modeladas, mejor aun qi:e si hiescn do blanda cera,
y ejemplo difícilmente imitable del género plaleresco, bello ciertamente, pero cuya signdicaciouarquilcctiinica uocompreuilenioSj y en el que acaso, en su ticsatinada imitación, pueda liallarsc el origen de la ojarasca churrigueresca; y en otros varios edilicios que
conlini'ian gananilo en aeucilloz, si bien igiiabiiente
i-n la frialdad de las lineas. Tales fueron la obra ya
citada de Herrera, de la que no (pieilan vestigios; 'la
iglesia de jas Agustinas, de guvjo menos puro ; la sorpremlento, [lor su grandeza, de los Jesuítas, auniiue
de poco corréelas [iroporciones; el colegio de (lalaIrava, en el qne el ihislre .bivelianos maiuh'i picar algunos ornamenlos ; y el de .San Ifarlohmió (ol Viejo),
liecbadodel género greco-romano. Dice Pons que di(j
los dibujos don .losé llermosilla , pero en documenln
que obra en una do tas escribania.s de esla ciudad,
a[iarece (¡iie ios planos fueron del arquileclo don Juan
Sagarvinaga, quien dirigió y terminó la obra en un
briMe [dazo. jnslo es no privarle do esla gloria, uniéndola ií la (jue merezca por su particijiacion en la
facbada de ía catedral do (Isma, y otras construcciones
en (liiiilad-Modrigo. En la Plaza Mayor, de proverbial
fama, tomaron parto uno do los idiurrigueras, don
Andrés ijuiñones y su hijo don (¡erónimo, el mismo
que 011 (778 sobrepuso á la lachada gótica do San
(¡en'uiimo otra al estilo ile la época, aunque no privada de mérito. La Plaza es notable y niagesinosa en
su lolalidad, si Ideii no sea perfecta en los pormenores; lo mejor lio ella (la casa Consistnrial) quedó sin
cniícluir, y ciiánlo hiiliiora emiiellecido el resto se
comprende bien al examinar el escolonte modelo que
se conserva en el Museo de la provincia. I£s la última
página del álbum artístico de Salaniauca.
Clara, San Pedro, el Jesús, Franciscas, Carmelitas
descalzas, S-.uito Domingo ¡Dueñas), Sania Isabel, y
-Madre do Dios, ile los cuales tiene la Comisión inventarios formados en 20 de junio de i.sjü , se bailaron
seiscientos veinte y ocho cuadros en tabla, lienzo y
Cobre, (ilntre ellos, aparecen ocho de ftivora, diez y
siete lio Fernando (uTilegos, y otros varios de Villaninr, Morales y Dunoso, con gran porción de retratos,
tablas y cobres.» La misma Comisión adverlia que In.s
aludidos inventarios so hicieron muy á la ligera, con
poca iuteiicinii artística, indicándose sólo por casualid d algo res|ieclo al mérito de los cuadros y sus aiilores; creyendo, no sin fundamento, que en aquella n u merosa colección varían ocullos y dosapercibiiios m u chos dignos de jiarlicular eslima.
,;íjué ba sillo de ellos'.' ¿Pueden considerarse aun
como existentes?... .Motivos'lenemos para duilarlo, al
[lar (¡ue sentímes prohinihimente se li.dlon inacce.-ibles los que se conserven , á la vista y estudio de los
inteligentes.
IV.
Ponemos fin á esle mal concertado articulo, en <•'
qne liemos roasuuiido, y á veces líteraluienle ciqiíadii,
lo ipio en iliferenles épocas y ocasione.'; escribimos y
piililicamos acerca de los méritos cientílicos y artishcos de la boy abatida ciudad, que en no muy lejanos
días citábase cual un pequeño, pero ailmírable Irasmiln
lie otras que en la aulígiiedad alcanzaron ínmorlal
renombre. Las civilizaciones que pasan, los iiueblus
que languidecen, las ideas que se trasforman, necesitan conservarse vivas en el regazo de la historia; sirve ésta, no sólo para csplicar lo pasado, sino para a!íinent;ir gérmenes que en su líompo o]iorlimo bayan
de desarrollarse; crisálidas latentes que van fomentándose al calor do las sucesivas goneracioneií.
¿Cuál es, empero, la incógnita tiel arle contemporánoó? Hé aquí la pregunta que involuntariamenlo ocurre al que contempla ruinas y monumentos como los do
Salamanca, y tiende la vista sobre las modernas coii.=trucciones, (pie si no adolecen de estravios, fállales en
candn'o el sello do originalidad que imprime, ol génin,
cuando comprende los sentimientos y necesidades que
estfi llamado á representar y satisfacer bajo la forma da
lo bello. Hay algunos (pie, desalentados por ia infecundidad jiresente, consideran corrada ya la evolución de las artes, y especialmenle do la arquitectura,
cuyo carácter social se aviene trabajosamente con el
individualismo de nuestros tiemjios, ¡So pensamos do
tan triste mudo; para eso fuera necesario maleríalizar
al hombre, privándolo de una do sus mas nobles aspiraciones. Tiende él á realizar, no sólo lo bueno y verdadero—que cierta escuela refunde en lo úlii—sino
111.
también lo bello, espresíon qne define el campo de las
Oportuno seria cierlamcnte completar esta lígerisi- arles. Hay en eslo, como en todo, inyos estables, de
ma revista, y en gran parte recuerdo de glorias que lodos t¡eiii])OS y lugares, pero liay otras de cmidioion
luuiiahle, y en cuyo eambio se cifran la noveilad y el
' pasaron; referir, siquiera en términos generales, las progreso. La viera imitación no conducirá á eso h a maravillas Í\\H\ en tablas, lienzos y estatuas dej)Osi!a- llazgo; servirá niuídio, sin onibargo, el estudio co:i- •
' ron en los templos do la ciudad del 'l'órmes, Murillo, cienzudo de. lo pasado, de que son páginas elocuentes
: Velazquez, Ilívera, iNavarrele, Morales, Uubeus, Tí- hasta las riiiicis y olvidados monumeulus de que lieciano, Maralí, Coello, Jordán, llurer", C¡allegos, Vi- mos intentado consignar un recuerdo.
\ llamor, Petí, (eslos tres saluumlinos), Ziirbaráii, Tliibaldi, Camilo, Conca, Vacare, Kení, Mengs, MaeALV.MIO CU, SANZ.
I lia, y otros inncbos; no monos que las obras debiI das ai cincel de los lierruguetos, ó sus discípulos, J u r 1 si, Cei'oiii, Sardina, Ifecerra, Hernández, Carnicero,
MOVIMILíNTO
Alvarez, etc. Las paredes de las iglesias, y los ckíus• tíos de los conventos eran los jnuscos públicos de
nE I.A i'ODLACiiiN iir: .MAUIUD v.y 1S03.
aquellos tiempos; eran el sitio de la esposicion de las
artos.
Para fornuir idea exacta de las cuestiones á quí! dii
No hay e.xageracíon en nada de lo que decimos. Sí lugar en cualquier puido el estudio del movimiento de
alguien lo dudase, examine los cuadros (]uo aun exis- la población, importa ante todo recordar (¡ue el n ú ten solamente en las dos catedrales (1), Universidad, moro tle habitantes aumenta de dos maneras: 1.^ j!or
Compañía, .Santo Pumingo, y Agustinas; visite los po- el esceso de los nacimientos sobre las defunciones,
bres restos (]ue hoy constituyen el viuseo provincial, y 2.' por el de las ininigracioues sobre las emigracioy oiga lo que decía la Comisión de monumentos, en el nes. Respecto á Madrid, como respecto á todas las
caláloíjo que con plausible celo, luchando liasta cmi demás localidailos de España, no es posible combinar
íliíicultailes materiales, Ibrmó é imprimió en 18íi|, ambos hechos al inquirir el desenvolvtmiiuito lie su ])uagregándole algunas curiosas observaciones, y noti- blacion, porque nogiiaiilan la debida uniformidad las
cias sobre varios arlishis.
investigaciones bechus en es'e punto por nuestra eslaDespués de advertir (juc los objetos compreniiidns dística oficial. El primer caso ¡iraclicado en ICspaña
en el catálogo no eran mas (lue un •¡¡eipicño resto de con arreglo á los sisleinas y procedimientos moderlos (pie jmdieran babor aumentado la importancia del nos, tuvo lugar en 21 de mayo do (Sli?; los datos r e Museo, añade: "Solauíeiile en diez de los conventos lativos á naciniiciitos, matrimonios y dehmciones prinde monjas Agustinas recoletas. Sania Úrsula, Santa cipiaron á recogerse en ol año \ti'6S. De suerte i[ue
Mi lili \a cipilla mayor Je h Citi'flr.il Vieja liny un reíalilo enni- hasta (¡ue se verifique un mtevo recuento, no es posil'iitisto (liiüü ciiatlrosi|"(! rciircspiiian la Vidn il''l .Soñur. Seiíini los ble lijar la parle (|ue correspondo en ol aumento de la
iiilcligcnice, licncn el C.-Hln ijo la nipjitr épor a dn Allícriu Dtirero, y población de Madrid, al rscoso de los nacítios sobro los
Sü li.iri airjbuidu .i l''crjinr,il(i liallepos, fflji disf.ijeilo á imitndor rio
ni|iníl. lin iifiii tlira nioilcrin, la Salamanca arl'niica, im iliislmlo muertos y al do los inmigrados sobro \js emigrado--.
amor se se;iaru ilc cila rn-cDria, y fuiidilmióse vn ricrla pscrüura ilc Mas no por oso debo creerse incomplolo id estudio
Iil5i|ue obra cii el arctiivii d.'l rahihio, sii|ifliie riiie el |iiiiLor fue iiii airlado del movimiento de la población de Madrid en
Nicolils l'loreiilin. Si asi fuese, ronsiiiulna un ilalo mas imponariie
[lara la liisloria lie la pintora, fjpL'o lio nos ¡inrecfn saiisfaciorias las ' lo ([ue .se refiere á aquellos tres importantes actos de
fonsiiierittioni's (|iie ileduce del icitor ilc la círiilura. Hay rii contra la vida. Los dalos soljre nacimientos, matrimonios y
la ilel lüvcrífl y s t o y mano ÍIIIC revelan las jiinluras al fiefco ríe la defunciones son sín duda, entre los diferentes bechos
hiiveiht, (jiie sen sin iliiila ile Klorerilin, [lor lo f|iic resulta en iliclio
dotnnienio. Aih'nuis, irl dilijjenis i'srrilor aluílin'i, al riTniíucerque estadísticos, los que mas eficazmente pueden contri\'i< nuiiros llevan la verdadera e^presi(^n ile la escueta de Uurero, no buir á conocer el grailo de bienestar de una población,
aiivirliü i[iie piolaiíos según él. en lll.'i mal |ioliaii [lerlroecer ¡i niia y á resolver las varías cuostíones ¡daiiteadas al p r e esíuc'a cuyo macslrn naríii en 1170 ú en 1171, casi al mismo {¡•;ni[iu
ifiie el salmaiilino (¡adOROS, muerio en VS'JO Ñu liemos liallado noli- .sente por la demografía, sobre todo cuamio^son lan
cías del Kic'ili'fs l''lnrentín: acaso fuera padre lí de la familia rie nn ciuiipletos y lietafiados cotno los relativos:il ano )8(!3.
Tomás FiorcOtinn que vivía en K^pafia por los silos de 1511, y de ijUien listos, en ciécto, ofrecen medios de determinai- el sexo.
se dice que liubia al[;iina.s pininr^s en el ¡la.'acJo ducal de Allia.
Mú
KL MUSEO UNIVERSAL.
!i (nif! corrpspondií el proilominio en los nacimicnlos y
liis licRinciones, la ¡irriporcion on qnii fsLán los naciilijs sin villa y tos muertos anlos do ser hatilizados,
(;iiii rosjiGCto á los ([Ui; |ja[i |inili(lii rociliir las aynas
(!f'l hautisino, l;i relación (pje oiiti'o si fiiianlan los al uníhramioiilossoncillos, los (lul>li?s y l(js Lriplos, los mosos
('11 ijin! son nías y monos frocnonlcs los Tiacirnionlos,
los malriinnnios y las doriincionos, rl grailo do nuiraliilail lio Madriil ron respecto á IÜS iiniünes ili?f,'ítimas,
la proporrinn on qno varones y lionihras contraen niaIriiiionio liajn ol inirito de vista do su edad, oblado
civil y nupcias conlraidas anlfriornienlo, la íníliionria
ilol sexo, do la edad , dol oslado civil y ú'-. las proíosioiios on el númoro de fallecidos, la clasiíiracion <\c estos sogiiii las cansas (lUc proiUijeron su muerto, y la
manera cómo si; renneva y crece la población de Sladrid on virtud iie la ]jroporcion que gnardan iincimiontos y defunciones,
No creemos, por lo lanío, eijiiivocarnos al rocomendar ámiestros leclores como nniy important'is lus dalos ipio pagamos á esponer;
I.-—NACIMIF.NTOS.
E\ total de naciinionios ocurridos en Madrid dorante ol año I^!(!3, lia ascendido ;í 1 ),(i7-'i, esto os, 2<i liaiiilanliís por nacimiento. Igual proporción resultó lUiranl.e el quinquenio llSlifí-di, 0. ¡ííual la qno presentan
l'i-; nacimientos ocurridos en la l'enínsula ó islas ailvneenlos comparados con la poíi'acion total do España.
ÍMI la totalidad do nuestras cafíitalcs de provincia r e sollaron on ose mismo ano 28 liabilanlos por nariinionlo, asi es í|ue Mailriil ocupa enire ollas uno do
los primeros lugares bajo ol punto i\o visla dol nrimero
de nacimientos, seyun mis clarauíonle indica (d siyiiionle cuadro:
IlaOitafíl :s por
iiacimíciHo.
21 en Orense;
1'.i 011 Almería, Palenciay Santander;
2 t en Albacete , Alicante. Logroño y .Murcia ;
2;i en Iiuryos,San Sebasli:ui, .Lien, l^órida y Zaragoza;
211 en Avila, Castolion, Cnrorn, Madrid, Málaga, Salamanca y llilliao;
27 en Ciudad-Real, Granada, Huesca, León y Valladoiid;
2S on (ierona, lliielva y Sogovia;
2!) en riuailalajara, Pamplona y Cáceres;
^1) en Santa Cru/. de T'-ncrife, Córdoba, Sevilla y Toledo;
.'il on ISarcelona, Cuenca, Soria y Valencia;
;!2 en Palma y 'l'eruol;
;t:i on iíadajo/. y Pontevedra;
.'tí en Vitoria, Tarragona y Zamora;
X'¡ en Cádiz;
•í7 on Oviedo: y
íil en Lugo.
Clasilicados, según el sexo, los nacimientos ocurridos en Maiirid durante el año IS(J3, resultan b.OCO varones y L>,7l;j beinbras, esto os, lOt nacimientos mascidinos por cada 10(1 íomoninos. l-'n la lotabdad ile
ICspaña resultaron on v\ mismo año 107 varones por 100
hembras, y en la lotalidad ib! las capitales de provincia 100. Dtí suerte, que no puedo ofrecerse conlirmaoion mas completa del liorlio constan temen! o observado
en todas las naciones europeas, ile! prodomiido del sexo
mascubno en los nacimientos y de la reducción sensible, que recibo este prPilomínii} allí ilonde liay g'ando,
aglomeración de banitantos. í,as investigaciones evladíslicns cuando son bien dirigidas en todas parles, ofrecen iguales resultados.
!)
10
iI
12
Ií
I;Í
is
27
71
100
on Hurgos y Logroño;
en Albacete, y Alicante;
en Palma, Huelva, lluoaca y Soria ;
en Santander;
011 Lérida;
on Vitoria;
on Murcia;
en Castellón ;
en Zamora; y
on Tarragona.
Pamplona
Castellón
40
40
Segovía
Avila
•iü
•i 2
a3
Eifi
Üfi
Málaga
Logroño
Alicante
Huesca
Hay además que advertir para no formar juicios exagerados acerca de la moralidad de .Madrid, bajo el punió de vista de las uniones ilícitas. t¡iio gran parte de
los nacimientos ib'gitimos registrados en la corte son
concebidos fuera de olla. Mucbas madres ile provincias, deseosas de ocultar su desboura unas, y movidas
otras por el afán de lucrar dando á niños ágenos el
alimenloqiie debieran reservar para los suyos abandonados en los lomos, se. trasladan á Madrid , por sor
donde con mas faciliilad pueden permanecer desconocidos sus antecedentes, ó encontrar l.i cniccacion ipie
apetecen; de suerte que, según liemos indicado, en los
registros parroquiales do la ci'trte ligiiran mnclios bijo.-i
ilegitimos ([ue no corresponden á su población, asi
como por ra/.ones análogas, aunque no on tan grande
proporción, en las capitales de ¡irovincia aparecen
;u|uellos aumenlados con gran [lartc de los concebidos
on los campos y poblaciones subalternas de su respec tiva demarcación.
fio
;i!)
01
León
~^ . . .
Córdoba
Cuadalajara
Valladolid
(.liudad-Hoal . . . .
lÜlbao
Valencia
Granada
Zaragoza
Orense
Zamora
Soria
llurgos
C.oruña
Murcia
Albacete
Santa Cruz de Toneri
San Sebaslian. . . .
Palma
Salamanca
nt;
72
'<
tíS
91
00
ICi
117
119
142
171
180
187
207
230
242
;!G3
477
iva
:;(io
(ii;;
Clasilii'adns los aiumbramienlos ocurridos en Madrid
on el año I.S03, según el número de nacidos, resultan:
^iO
1 l,',)í:i partos sencillos, 57 dobles y 1 solamenlo triplo.
I';n la totalidad de la nación resultaron vn igual
En Vitoria, Almeria y Hadajoz no liubo ningún naaño i)!to,2íii alumbramioiilos íle los primero-;, ;),CIt cido-muerto y Indos los nacíiios llegaron li rerildr las
de los segundos y ÜÍI de los últimos. r;ii la lutalidad aguas del bautismo.
de las capilali's de ¡irovincia, Íj7.ti0 sencillos, í í t
lié aquí, para complelai' los dalos ndalivus á micídobles y 11 trÍ[)los. Do snorio, (pie al paso que r\\ míenlos, los registrados en i'a la uno ÍU' los doce meses
Madrid s(! han registrado en el roj'erido año 210 partos del año 1803:
sencillos por cada uno doble y de los I2.(I0.'J alumbra^li'5<<<;.
Nncimiüntos.
mientos ocurri'los solamente uno fue triplo, en las capitales (te provincia lian tenido lugar t.'it jiaitos senl.inn
l'.nero . . .
cillos por I doble y O.tOÍ par i triplo, y im la lutalidad
1,073
t''ebrero . .
dol reino 100 partos sencillos por i doble y fi.Ol.'i por t
1,13(t
.Marzo . . .
triple, resultados que también están conformes con el
!)(t!)
Abril. , . .
beclio constantemente observado de sor menos freMayo. . . .
íllid
cucnlos los alumbramientos dobles y triples en los
í)|2
Junio. . . .
grandes centros de población que en las demás localiJulio. . . .
S72
dades,
Agosto. . .
<M>\
Oiro de los detidles que contieno la estadística del
movimiento d é l a pnblacion española oii ISO^.osolde
los nacidos sin vida y mnortos autos ile ser bautizados.
Hé aqui las citVas eorrespoiidieiites á M.uliid:
V^riiiic
Nacidos, muertos.
. . .
Nacidos con vida, pero m n o i tos antes do ser banlizados
Total.
.
.
.
Oo
llf'mlii'iis.
80
lili
210
riit:l
17:Í
212
\:
3S7
Ilel precedente cuadro resulta, que en los partos
desgraciados predominó el sexo masculino, ¡lero no es
esto un resnllado casual, sino lo que debía esperarsií
en vista do lo (diservailo constantemente en todos los
países. Los varones principian á morir en mas número
íjuo las hembras , aun antes ile nacer, si así puede decirse. y lié afiiii la razón que la Providencia ha tenido para concodor el predominio on Ins nacimientos al
so\o masculino. Ahora bien, ¿deberá aliibuirso aquel
Hé amii la clasilicacion de los nacimienlos, según resultado á causas congónílas'ó á causas luiramenlc
mocánii;as, al mayor volumen de los niñns varones?
su estado civil:
Comparado ol número de niños bautizados con el de
I.nsiliTiHis.
II' Bilinid?,
los que puiüoron recibir las aguas del bautismo, r e sultan :!0 de los primeros por cada uno délos segunVarónos.
•},;Í7.T
Í.3R7
dos, cifra, en verdad, (jiio coloca á Madrid en condiHembras.
1.279
ciones muy desventajosas, pnosto tpie en (d conjunto
de las capitales de provincia la proporción es ih': í i
2,(;CG
Total.
11,00!)
por I , y 011 la totalidad del reino de fifi por f. Hay,
Comparadas eniro si ambas idasos de nacimientos, sin emhargo, ])oblacioiies que ofreceu cíh'as aun mis
resnlla babor ocurrido on Müdriil durante el año LSti^f, desastrosas (¡ue las do Madrid , sogiin maniliesla la si•^ nacimienlos legilimos |ior uno ilegíiimo, cifra en guiente escala.
verdad bastante desconsoladora, pero (jue no osla úníi:a ni ia mas deplorable que ofrecen en ose mismo año
Ihiulizaiios }ior I no ImutizU'h''.
nuestras capitales út' j)rovincia, si'guii puede verse en
el siguiente cuadro:
Huelva
10
Teruel
|:{
Palencia
1 ¡.
Nacimientos legítimos por \ ¡IrgíUmo.
Cádiz
10
1 en Lugo;
Cuenca
i~,
2 en Cádiz, Coruña y Orense;
tlviodo
18
;Í en Madrid, Oviedo, Pontevedra, Salamanca, T o Tari-a'íona
21
ledo y Santa Cruz de Tenerife;
l!,irceliilia
22
A en Córdoba, (¡erona, León y Sevilla ;
Pontevedra
23
Ü en Avila, liailajoz, Cuenca, (¡ranada, San SebasI,é.rida
28
tian, Pamplona, Valencia Vallailolid y Zaragf)za;
Miidrid
:iO
O en Alinoria, Palencia y liiibao;
Santander
32
7 en líarcclona, Ciudad-Ueal, Cuadalajara y .raen;
Sevilla
:-iO
. 8 en Cáceres, Málaga, Soiovia y Teruid;
Cáceres
3fí
Si'tiombro .
Octubre. ,
Noviembre.
Llicioiubre.
033
1.00 i1,001
l,0í)8
12.(102
Do suerte, que los meses ib? mavíU' número de iiaciloientos on Madrid fueron, por esto orden, los siguientes : enero, marzo, íliciomliro, f.direro, noviembre,
octubre, agosto, mayo, setiembre , junio , abril y j u lio. Análogo es ol órdon tpie presentan Ins niesos liel
año con respecto al número tnlal de nac.ituiontos ocurriilo'i en el reino, si bien manilieslan ile una manera
mas precisa bw'qioca on que es mas y menos tVecuen"
le la concepción.
[Se
concluirá.í
J . jiMI.No A C R ' S .
RSPOSICION TJNIYIÍUSAL.
I-IIIRKIIÍA DK MM. AI.I'IU^OO MAÍII! K UI.IO.
Damos cu nuestro número do boy la vista >\r la li^
brería de MM. Mame ó hijo, de cuyo cslalilecímieiilo,
fundado en Toiirs á (ines del siglo úhiino, liini saliilo
mucbas de las obras cíetUilícas y literarias de que mas
juieile envanecerse Francia ; lardo por lo (¡ue rospecl. i
al testo. (;uanto por MI mérito tipngriilicu, arti^iico é
industrial. No se limita la casa de Mamo é Injii á la impresión lie los mamiscrilos, sino qno, en snslliforonlos
olí ciñas, se ejecutan desdo las operaciones ipte exige la
edición mas sencilla, basta la qno .se presenta con los
alractivos do una ilustración perlada, bailándose, al
mismo tiempo, ilivididos en esta cusa los trabajos del
li|n'igi-alb, del eiiilor, del encuadernador y del librero,
y las biiicíones accesorias del dibujante, del grabador, e t c . , etc. lista casa, ([iie en la Esposíeion ilo P a lis de ISíio y en la de Londres obtuvo por los libros
¡irosontados medallas de honor, sostiene ;i una ínlíiiiilad de familias, lo cual se comprende sin mas que, decir qno, actualmenlo, produce mas do 20,00(1 voiúmeiir's diarios, dedicándnse con es|iec,ialidad á libros
destinados á la educación de la juventud, ilistribiicion
de premios, aguinaldos y obras piadosas ó d(í lílnrgia,
sin que por eslo <lejo de publicar á menudo otra clase,
do libros q u e , adeinás de su importancia, se distinguen por su lujo inusitado, siendo algunos de ellos
considerados como modelos. Cilarcmos, entre otros,
IM Turam, La Stinla liibiia. Los J,irdincs, Los CarncWrcx dií la n:'iiyore. La Imitiirioi) di; Jesiicrisl" y
L'is roiidcnciis r ulis v imprnalcs (/" ¡''rancia , lo los
3G4
con bellísimos fjraliados, lieclios poi' arLíslas tic primpr
únicii, como (¡iisliivn Doró, Gniccmclli, lílr V.n \»
lOsposiciim Uriivnrsal do ÍÍSI» nfni, la cusa Mame iio
.si'ilo lia niantcnido su IniPim (ama. r-inii que. I¡i lia aiiiiiiíiilailo, ohLeiiienilo dos yrniidcs preir.ios.
EL MUSEO UKrVERSAL.
hiéndose, ¡i consecuencia de una enfermedad, de un ; men improvisador que nunca deja de ponerla á saivn.
parlo laborioso ó de olrii causa cuniqíiiera, (]ucdado El arle ¡le agradar y de arreglar bien .su polo es inscon poco pelo, tiene (¡ne hacer con este [lOco lo que linlivo en las mujeres, como en las avi's el de conslriiir
requiere mucho, sin poder pedir au.\ilni lí nn pelu- sus nidüs, modelos do aiquitectiira algunos de ellos.
quero.
La mujer nace lambien arquitecia. Hay ¡leinado que
¡Une Ilion sabe dislribuir sus o-casas fiier/as y guar- vale una pagodii.
necer con ellas los punios diíscnliieilos! La láctica de
La mujer criada en la opulencia, la mujer cuyo inLOS CABELLOS.
una senii-ealva que se [leina, puede dar envidia al genio no ha aguzado la necesidad, tiene tanto mas
general mas hábil que doliondc con ]ioca genio una |iefo cuanbi mas pelo pierde, y nunca óslenla una caII.
[daza im|iorl;in(e.
bellera lan co]iiosa cuino riiaiiílo se ha quedado coiiiLa naluraleza.al c r e a r á la niiij-T. f|iiisit i|Uf' WvFf.
V lo que mas aiimenla la gravedad del l a s o , y de [)lelamento calva. Cada pelo que se vá es reom[)la/.ailii
hermosa, y al fiígepor dos docenas,
lo la (lulíj lie una
.
- - .
que lal voz han e s caliL'Za ¡irojifirciotado ya en el c e iialiiifíilo
iniiiicis
inoiiterío. La cuesviiiiiMiiníisa que la
tión es de dinero,
(luí liLimlirR, lili un
y la hija de liva
JHTIIO mas aii^íDSque lo tiene no r e L(j, lili unas callaliara en gastarlo
ras miicliu mas anjiara satisfacer la
chas, ih mieitibi'iis
necesidad d e a g r a iii.i.s iloíicailos y
dar, que es la primas redundeailiis,
mera de sus n e y do una maiicfa
cehídailes.
ileaiid;ir|inrlu'iilar
Década diez mu(|iie ili'iiriidc dii ia
leros ipie se p r e iiiajor
i'sU'iisiíUi
sonlaii al pfdilieo
IrasVL'i'sal de la
con mas pelo qno.
¡i6lv¡s y d(í la disla generalidad, las
(losiciüii lie, la c a nueve son calvas.
tuiza d(í los lémii¡Ojo al Cristol
res. I.a iliú un cuY la nuijer, s o lis ailmirahit!, que
bro todo la mujer
ííií liací! notar [lor
(|ue la sociedad lia
su [tTsiifa y suaviliecho á su imadad, ilriiidas |iringen, necesita agrari[ialnH'nLe ii la
d a r , no lanío ¡lara
]irt'pon de rancia dií
que la quieran los
los sistemas celuhondires, Cuiuo jia
lar y linfático.
ra que la envidien
las mujeres.
Y con lodo eso
la mujer seria nuiy
Ue.sgraciadamenuiC(iin[ileta Iiajo el
le para ella, a u n [lUiiLíi lie vista es(pie el arte del p e li'lico, si no estuluquero baya lleviese [u ni isla de
gado en nueslros
liirj^iis y aliiiiiilandias á un grado do
tisiimis cabellos.
perhíccion desconocido (le nuestros
La miliiraleza se
antepasado^, no
los iliú con la proliayninguna mujer
diyalidail que la
que envidie el ¡)elo
disiingiifl ctiamio
de otra sí es postiijiiieri! RorprOdign.
zo , y que .si es
l'eio la naturapostizo no siqia lo
leza se Imbiera burque o s , y que si
lado lie la Tnujer
sabe que lo os LO
lie tina niaiieía imdescubra la maca
|iia, si al dolarla
á loilo el mundo,
de una solieríjía
particularmente á
cabellera, no la hub'S liombres. lisbiese, dolado t a m ios nosabrian nunbién de un instiiica si el pelo que
1.0 de linen gusln
lleva una mujer es
y ib; uii talento espostizo, como otra
liecial ]i:tra sacar
miijorno so lo a d |)arlidoiielanmag'
virtiese;
Casado
nilico presento.
liay que se enamoLa cabellera rm
ró de la que e.s su
.ío |iuode dejar
mujer por el pelo,
abatiilonada ¡i sus
y tiene ya de ella
[•apriclios. Tiene
cuatro hijos, y t o necesidad de CUÍdavía no iia caído
rlaiids asiduos coen la cuenladeqiii^
mo lasenredailera.-í
el pelo, que es la
delicadas (pie c u led con que fue c a bren intoriormente
zado, eseii aquella
región en que le
l;is |iai('dcs de los
adora una plañía
invernáculos. La
exótica y sin raices.
niiqer, que posee
Algunas veces
el arle lie agradar,
pone
la mano d e posee por lo mismo • •
ESCENAS rOPüLAHES.—LO.i QUINTOS EN ÁVILA.—DIBUJO HEL Si:Ñ0R BECQVEH.
bajo de una coca
el arle de cultivar
do su cara mitad,
su pelo, y algunas
y se entusiasma al
veces en esleai'le,
vercmínlo pesa, l-llla le dice:—Juan, p'ir Dios, no uie
cuando los medios
Onnsiguionle id mérilo de la hpi'oina, es el con^onanle loques el poln, que me jiuedo volver caKa,—El confiscasoan, descubre te.soros de ingenio que son ima ver- forzado sobre el cual ha do rimar su cabeza. Al niis- lesta:—Sería una desgracia, pi-ro no hay ciiiilado.
ilailora uiaravilla.
iiii) tiempo que ha d-.> cubrir las parles ¡ndefonsas, ha Taiilopeln tienes ahora como el dia que nos casamos.
Hacer aparecer la aliundancia donde reina la {•ares- de siijolarse á las severas reglas i\o la moda que d o - Cuando no so te cayó en el lu-ímer [lario. que lanío nos
tía, es un golpe maestro, y estos golpes maeslros smi mina. ¡Oué iliíieiillades!
dióqueliacer...—,;A quién.';á tí?—pregunta ella.
eu la mujer muy frecnenlos, cuando lienen por objeto
I'ero
á
la
mujer
no
le
impoi'tan;
su
talento
no
reco(lar realce á su hermosura, ó se relieren á su amor
Kl .«exo r|ue se'llama fueVle, y debería llamarse
de esposa ó á su amor (le madre. Sabe estirar su polo noce olistáciilos insuporaliles. Inspirada por su deseo
de agradar, y sostenido su valor por la cosliimbre que loniti, merece demasiado osla úllima calilic.icion para
como sabe estirar una pésela; hace milagros.
Si sus racullades innalas no han permanecido on e s - ha adquirido de bichar siempre con imposibles y siem- míe pueda conocer, sin ayuda de vecina, los aníídcs
tatlo latente, ó no so lian dormido bajo la influencia pre vencerlos, no sólo con jioco pelo se presentará de las mujeres. Estas con su pelo postizo están en
(le una abundancia escesiva de medios que la permite peinada como si lo tuviese exorbitante, sino que .se pre- aptiluíl de pegársela á un hombre, á muchos hombres,
no liacer uso de ellas, como sucede á las que lian .sentar;i peinada siempre como c! último lignrin venido ú lodos In.s hombres, pero no se la pegarán ni^ á una
nacido y han vegetado siempre en la opulencia, su de París y sorteará hábilmente lodas las iucesantes niña la mas inocente recien salida del colegjo.Las
mujeres se conocen unas á otras como los arúspíces,
mgemo suple á lodo, lo mismo delante del liornillo evoluciones que la moda practica.
El C(3mo lo hace no lo sabomo.'i, ni ella misma lo sabe y... ¿qué lian de hacer mas que reírse?
qui! delante del costurero, y esio ingenio lo revela
Los casos ríe mujereri enteramente calvas, como
priiicipalFíiPnle en lo (¡ueao relaciona con su locado. >lampreo. Obra inconscientemente, por inspiración,
Hablamos de la mujer que no cu rica, y que h a - ' dejándose llevar sin resistencia por la deriva de su nú- muchos hombres, sonmiiy raros hasta entre las mu
KL AIUSEO UNlVEÍíSAL.
ESPOSir.ION (JNIVF.n-JAf. nR l'AUls.—T-IBRI-ltiA
jcres que hacen vprpos. L^R cjnr lieiipii poüó pelo sú
ronfiíiren iicrfectarncnle, ¡lor viejas i¡ue sean, rtíciirrienilo al peluquero, en primer In^nr pnniiie el pelo,
fHinque gea exótico y nn iiiiiígi'iia . es un afirijío. y en
hefínndo lugar porque una c.dva es tniiy re[)nf;;nanlo, '
ér,
X\v. MM. ALFREDO MAMK i; HIJO.
jin liiiesLró cuiiceino las calvas, y liasla Ids calvos, de- I i\m ilna Calva cis como una vergüenza,y d.^be taparse.
Iterian estar olili^ailas por una lüy lieclia en Curien y |
Respecto de la^ Tniijeres jdvenes, no queremos s u s.-iiicionadu \H>Í- la Ciiniria ;i Hev.ir peluca. No nos Iiá i poner i\\v. iiaya iiiiií;iina que, siendo calva, se atrevíesnliorriado niiií,'iiri peluquero. Sin iii.spimrnos ni is que se á salir li la ralln ni á ri'ciljjr en sn casa . sin fiaber
en nuoslros propios sentimientos, decim 'S muy alio lieclio eu la parle PSlerior ile su cráneo los reparos
KL JÍUSEO UNIVERSAL,
:.íO{)
convenientes. Ciiiiiadn (cnilrií ella en no dejarse ver
ni {Jel agHüdor. I„i ninjer jijvcn , que ilcl)fi á la nalui-iíezala faciiltaii de iigr;Hl;ir, no íóio está nn su cieroclio, sino en su íiobcr, iiariemio uso ilc esla faciillati,
y liado poner de su parle lodo lo ]iosil)le para no jiai'ccer nial, iiuriqiie no as[iire ¡í raiiLívará nadie, lia de
proL'nrar agradar, ya que no ú los oíros, á sí niisina. Y
es iniíiusiljie que se agrailo á sí misma una mujer calva.
(Se cotilhluará.)
A. RiDOT T FO^TSEUÉ.
RL PINTOR DON LUIS KUITEURZ.
(timrfunamenle dimos cuenla a micslros leclores del
seusilde fallecimiento del joven y dislingiddo arlisla
ipie pfi olijoto de esíc hreví! recuerdo, y cuyo relralo
acompaña también al presente número.
Nació Unvpere/en Murcia, en íS;í2, y ;i la edad de
diez y siete .'¡aliií para Ifarcclona, iloiide fue. discípulo
ih', d(Ui Clainlio Lorenzale por espacio de Ircs años.
I']ii islií-vino á Madi'iil, permaneciendo sólo uti aíio,
[lero dándose vcn!ajos;imrnle á conocer por su aplicarion y notables dotes en la Academia de San l'>rnanilo, de que. fue alumno, lín i^li'.t lo pensioiKÍ la Dipulacinn provincial de Mm-cia, didiiendo il esla (ii'cunstancia la realización de una de sus aspiraciones, que
era ia de i r á l'aris, como lo veriticó, ingrí suido á
poco en el csfmlio del célebre l,eon CO^DM. Últimamente conoció por una easuaiid;ul á Mr. M'.ssonni'r,
quien lo recibii'i como único di.scipulo, y cuya escuela
siguió. V.w el género de este artista pintó iimumeraliins
cuadros á que ilió siempre fácil salida , y de Ins cuab's
se recuerdan dos del Gil ¡Has, que son: Gil Illas -¡nescnlado á ¡a cómica, y el otro El jfíOf?iCíi'o en que le
llevan los trafies; Inlrrior de una Uihern(t\ Un le¡¡ii aso •
mado á inm venlaim, cuadro ípie le compró id gitiii'Mno del emperador; Un din de vierrado en iMinria;
Inlcrior do una posada; Los jugadurcs; El vi'olmisla;
El filósofo; Un naranjero; y el último, que eslá sin
concluir, otro inferior de ima posada.
Mace cerca de un año vino ¡i E-^paña con objeto de
contraer matrimonio con una liella murciana, y le
sorju-endió la muerte en Alurcia el lü do octubre del
I'reseiiteaño.
ESCENAS rOPLlL.^RKS.
I.OS QUI-^TOS.
Uno fie los grabados que damos boy, representa una
de esas escenas populares que en loilas las provincias
de líspaña se ven desimes del sorteo para el servicio
lie las armas, y que el l;ip¡z del señor líecquerlia repriidiicido con ía verdad y la e.spre.sion que \ a conocen los suscritores A \'.\. MI;SKO. Siempre es triste la
ausencia (b'l lugar donde se lia nacido, donde reside la
familia y donde .se han visto correr los lumueros años
de la villa; pero cuando al iloloc natural lie toda ausenida, va uuiíta la idea de las fatigas y peli^'cos que suelim rodear la existencia del soldado, y la del desamparo
en qur ;i veces quedan los seres mas queridos, privados tal vez ibd apoyo de sus miembros mas útiles, auméntase la pena. Sin embargo, luenseapor baceralardc
y gala de una conformiilad tiue no siempre es verdader a , bien sea debido .'i nuestro carácter especial, el
quinto hade mostrarse no sólo resignado, sino alegre.
y lie abi el espectáculo singular que después de cada
sorteo se ve en las calles de las poblaciones de l':s|iaMa.
Cirupos de quintos con los sombreros adornadus de cintas y escarapelas las recorren , entonando cantares, ya
picarescos, ya graves . al si'm de panderetas y guitarras, y retozando con las muchachas que encuentran;
v aun hay quien se las ceba de tuno y de hombre cort i l o , siendo un pobre diablo, como si loda su vida la
bubiese pasado en Ins cuarteles y en los campamenIns, y hubiera cori'ido el universo inumlo. E\ señor
líeoqi'ier ha jocali/ado la escena en Avila, según se
advierte por el traje de las ligunts y por un detalle del
fundo en que se lee ; Panadería de la Sania. I.ns quintos que componen el grupo son procedentes de vario.s
pueblos de la provincia, y han acudido al diqiósihj de
la cajiital.
S.
¿qué puede saber el hombre,
si su misma fosa cava?
liiisqué la nuieile mil veces
enli'e las idas del m a r ,
y sólo en lus njos, niña,
el amor me puilo ahogar.
r.\ engañarse á sí propio
es fin de la ciencia humana:
Por la senda de la vida
marchamos todos á oscuras,
lia>la que tarde ó tem|irauo
Iropezamns cnii la liuuha.
V.n un tratado de amores
quise esludíar, y no pude:
sólo .se aprende tal ciencia
en unos ojos azules.
II. J.
rúriio'.
ENRIQUE Sinr.aA.
I,a ceremonia del bautismo con el rilo griego lime
mucha semejanza con la de los primeros lienijios del
cristianismo, en los cuales el bautismo se praclícalia
por inmersión Sin embargo, existen algunas diferenccis notables, l'^n la Iglesia ]iriniiliva, el ealecúmeno
ileseendia á la [líscina, desjmps lie haberse despojado
de sus vestidos, y allí recibía de mano del saceribite
la aspersión sacramental. Ln la liturgia griega no s u cede precis;imente lo mismo. La madrina présenla el
niño el 'd'ope.n y éste, después de baber recÍ()ido did
|iailrino y la madrina la íoleiime declaración de (|iie
renuncian por su abijailo á todas las seducciones de
Sabinas, sumerge al niño en el baiilíslerio , pronniicíando las palabras del ritual, y le devuelve en seguida
al pailríno, si el bautizado es v.iriui, líá la madrina síes
hembra. Córlale enlonces un niecbon de pelo (¡ue
ofrece á Dios como siiidiolo de la consagracinu que le
hace del mievo miembro venido á aumentar la gran familia cristiana, y le adniiníslra, en lin , el sacramento
de la Continuación, para liac<:rle digno de los Itones
del Iisj)irítu Santo. .Así que lermina estiíúllímo aclo,
el sacerdote, seguido del padrino y la madrínn, quienes llevan al niño en brazos, da Ires vuellas alrededor
del bautisterio cantando himnos de triunfo para celebrar la conquista (pie la Iglesia acaba de hacer arrancando aquella joven alma del pecado niiginal ilel i n i perío del infierno.
SAUCES y CIPRKSKS.
(ll\[.V[iA.)
perdido entre cipreses,
perdiiln enire unos sauces,
[ugaha cuamlo niño
en casa de mis padres.
Por eso aunque á ninguno
le agradan est(js árboles,
do quier (¡iie bis coidemplo
el corazón me late.
Amigos lie la infancia,
.'I mí no me entristecen.
¡lienditos sean los .siuces!
¡benditos los cij)reses!
Ya joven, con mi amada
cruzé yo por un valle,
y en torno bahía cipreses,
y al lejos había sanees.
Aquella vez tan sólo
su amor pudo pridiai'me...
¡por eso en fi;ego al verlos
conviérlese mi sangre!
'l'csLígos de esas horas,
á mi no me entrislecen.
; [{enditos sean los sauces!
¡bendilos los cipreses!
III.
Hien pronto en nu sepulcro
al declinar la tarde,
o'^cilarán cipreses,
y somiirearán los sauces.
Abrigo esla esperanza;
si llega ;i realizarse,
el aui'a que los imuna
dirá á los candmintes:
•"Clamad á vuestro paso
al par de sardas preces;
¡üemlilos sean los sauces!
¡betiiliins los cipreses!..11
El señor Balard ha liecbo funcionar ante la Acndeirua de Ciencias de París, un ¡lequeño aparato para fabricar el hielo en virtud de un procedimiento (|iie Irae
ií la memoria el de la congelación del agua ríe Lesbe,
por medio (le la evaporación y absorción de los vapores acuosos, piir el áciilo sulfúrico medio convertido
boy en una operación industrial por medio íiel aparain
al cual nos referimos y que opera con singular rapiíb'z.
líl agua llega A cero en d^us minutos cuando mas,
convirtiéndose en íiielo en cinco ó seis; pudiendo o b tenerse un kilogramo de hielo en cada operaciim.
'
JUAN MAMLI. ,\lAiti>'.
CONTRASTES.
Son tus ojos estrellas,
Que brillan incesantes noche y día:
¡Los míos brillarían si ahsorviesen
l'd rayo abrasador de tu pupila!...
La luz de la mirada
Alumbra á todos ilerramandovida:
.Nadie ve las miradas de mís ojos,
¡Porque están entre lágrimasperdiilas!.
Tú brillas con luz propia;
Cuerpo opaco soy yo, que nunca brilla,
Porque siempre, cruel, tu luz le luegas
Y, sin tu anuir, m td silencio espira.
RrcAiin.T SHi'Li.vEitA.
CANTAHICS.
Alma mia, vuela va
y. pregúntale al Señor
si el martirio de nú amor
•su corona alcanzará.
t'd sol me causa rdegria
cuando á despuntar empieza ,
el crepúsculo tristeza,
la luna melancolía.
Esperanza fue tu nombre,
y digo fue, porque boy...
boy le llamas desengaño
IIJ' UU pidire corazón.
CANTAURS.
¡Válgame Dios, cinintas eos .s
-cÍel)Íera decirte, Cárnu-n!...
pero bien sé que harto espreso
con suspirar y callarme.
Kn el ¡)anquele del mundo
algunosi tienen cubierto,
otros con las sobras viven
y muchos roen el hueso.
Mi cerebro ya no piensa,
ya no sieide el corazón;
soy el espectro del hombre _
que en el mumlo antes vivió,
No quiero que oigan, mujer,
tu historia castos oídos ,
que tendré con gran fncucncia
(¡ue hacer puntos suspensivos.
VA calórico interior de la fierra almienla á medida
(|ue crece la profundidad. Si suponemos, como lo d e muestran numerosas y repelidas esperíencias, (|ue au
menta un grado por cada 30 metros, tendremos ipie
á 3,000 metros existirá una temperatura de lOtí g r a dos, ó sea la que corresponde al agua birvieiido;
á 30.000 metros, será la lemperatiira corresprnidienie
á I,(JIlO grados, ó sea ¡a del víilrio derretido, y á una
])rofuudídad rie 113,000 metros, existirá la lemperatura
de I ,iiOO grados, á la cual ninguna de las materi.is quiconstituyen le corteza lerrestre juiede conservar un
estado sólido. He este último hecho so deduce que l:i
parle sólida del globo que babilamos, si'ilo cuenla un
esjtesor de 4a,O0U metro.s, ú sea '/¡.^^ del radio t e r reslre.
Mr. Dupuis lia inventado un aparato al cual da el
nombre de bomba capilar^ compuesla de una esponja
encerrada eu un cilindro di' caulcliouc, y colocada ii
una cierta alliira encima del liquido que se ha de elevar. Dos lujjos armados de sus grifos ó llaves, e^láu
adaptados á la parte inferior del cilindro; uno de
estos liihns se sumerge en el depósito de agiiii, y el
otro sirve de tubo derramador. Cuando se oprime
la esponja impregnada de líquido, el agua sale por el
tubo (lerramador, estamlo cerrada la llave del otro
tubo. Se cierra en seguida el tubo derramador, se.
abre el de aspiración, y ia elasticidad del cilindro de
caulcliouc, unida á la accínn (-apilar, hace subir el
liíjuido á la esponja. La acción puede coiminicarse
de esta manera indelliniiamente.
Eu Dinamarca existe la antigua costumbre, en las
ceremonias (le malcimonios. de regalar á la novia \\w
cerdo, una oveja y una vaca, y al novio, un potro, un
perro, un gato yíin gan«ü; costumbre que es de ¡iresumir se debe á los defectos de dichos animales, pues
el cenbi es sucio, la oveja indolente, la vaca perezosa,
el potro irrelle.\ivo, el perro gruñón, el galo triiidor, y
EL MUSEO UNIVERSAL.
i'l ^'iitiso o-^fi'fpiílu, y con eslos regalos so quiere imiud;iljioiiieu(.e uilverlir ú los esposos que eviten lales ileíoclüa.
367
zando por el hombro y acabando jior el mineral; y llas cariñosas ji.dahras, pronunciadas con su dulce y
cuando los agentes atmosféricos, ó algún ageiUo tpii- argentina voz y con acento insinuante y tierno, y á
mieo, ó un cataclismo destruyen la roca, la disuelven nadie vi en la babiiacíijn mas que á ella.' Pero al dar
ó la funden, entonces dio lin aipiel ente que fue un vuelta mí mirada á mí alruiledor, me vi en el espejo de
liombre, un bruto, una [danta y un nuneral.
cuerpa eidero, y estuve cinco minutos sin ¡lodei' con—1-ln eso no estoy conforme. La vida ilebe ir ¡iro- vencerme d" que era y '.
longándose según esa teoría; la vida animal es corla,
Me hallaba colocado sobre nn sillón frente al armaMEMORIAS m UN CANA-RfO.
lavida ilel árbol ya suele ser tiMS laiga y la vida inor- río ilel es|)ejo, y jioiiia contemplarme á mí Sid)or.
1.
gánica es casi eterna: la roca es perenne, inmutable, Vergiiiín/,a me ciuisa el decirlo, jiero ¿qué ronunlio?
casi divina: vedla coronarsF! de blanca nii;ve i'i de se- Me hallaba en una preciosa jaula de alambres encarILFÍI i'ii fl Suizo.
culares bosques y vivir siglos y mas siglos, mientras nados, inúlatido un kiosiío en miniatura, y me enconAciiljalKiu il(> (lar las ilücc de la iiurJif.
Ni»s iialliíbainos trcsauíigos alretiedoi' rieuna <ie lis sobre ella pasan generaciones y mas generaciones do traba gravemente colocado so!)re e! estrecho travesano, qne iba de un lado al olro de la jaula.
mesas del saloiicilcí ile la pasiclería que sirve de co- plantas y de animales.
iiiiuiiciieion del Suizo viejo y el nuevo.
—Pero la causa que la lii/,o aparecer la liará di^sEntonces comprendí la sinsacion estriiúa que había
Üe los dos, ijue estidiaii coiiinif,'o, uno era pcrimíisla aparecer también.
esperimentado al despertar y (pie bahía ti'aducido,
y el olro [j;u:ia un mes que liabia reei!)¡do la Ijorla de
diciendi) para mi capote: —Eva mayor (d ilífunto.—
—Por eso no he (helio elernii, siim casi eterna.
du<:tor eu iiiedieiua.
En efecto, el ilibmlo era mayo!\ [iiies va griui díbírenEi reloj de la ¡laslcleria dio la una.
lilsLáliauíos eu silencio, ilevoramlo el períodisla un
—.Me parece, dijo el esculapio, ijue podemos dar el cía did tamaño de un Inmdirfí. |ior pequeño i[ue sea,
¡iceflcak (\\v}. .Mayer acababa de servirle, niiramlu al punto por suíicienlemente discutido. ICs larde, y ma- al de un canario. Pero el ilifmito era yo, y el canario
leelio e! auevu doclur, y lomando yo el acosUinibrado iiana tengo nnicbasvisilasque bacer, iMn voy á ilonnir. era yo mismo, yo también.
L'iiorulaLe.
—Yo aun tengo que irá la Iberia y al (Casino á c.iza
Una vez establecida mi personalidad, volví de nuevo
¡\o liabia nadie mas que imsolros en la pastelería.
de las últimas noticias, y ñor último á la redacción á mirarme al espejo á ver qué tal facba tenía de canaDe pronlo el doidor eselamo como si siguiera una [lara que ios suscritores de Ll Arco Iris las reciban ma- rio. Debo decir en honor á hi verdad i[ue aquel <-y.\ñana por debajo de ia piiorla.
conversación iiderruiiipida:
men me dejó mas satisfecho ([ue cuando era lionihre.
—Pues es triste cosa, que, después (|ue uno se mue—Pues yo, dije, que no tengo visitas que Iricer, ni Me parecí á nn mismo mas guapo, estaba lieclio, en
ra, el alma liaya de i r á refugiarse en un anitnal m i - periódico que redactar, me voy á llecolotos á verla lu- lin, un canario presentable.
serable.
na y tomar el fresco.
Mi plunrije , por regla general, era de un amarillo
—.Niula nías b'if,dco, diju t-l a[ireuiii/, de político; l;i
—1^0 que verás serán parejas sospechosas, que te vivo, (pie parecía salen por su brillo y tersura; en la
rasa m i[U(; liabitaba el alma es e,\priip¡ada ])or causa distraerán d(! tus poéticas iiiedttai:¡oiies, ó algún indi- cabeza b'níauna pequeña caperuza encarnada, remide utilidad pública, esto es, ]iara dejar sitio á oiro viduo qne le preguntará qué hora es, y enamorado de niscencia sin duda de mi ÍJorla de doctor en Derecho;
iiiilividuo; asi es, (¡ue la pobre alma tiene (]ue ir á r e - r('[(ente de tu reloj querrá trasladarlo nicontimjnte á el eslremo de mis alas tenia un lilete negro, ib' manefugiarse en el prinu'r cuarto desalquilado que encuen- su bolsillo.
ra que estamlo plegatias formaban una especie de frae;
tre, bien sea en el asijueroso cuerpo de un sucio y r e —Tenéis razón: lo mejor es meterse en la cama, y mis ojos eran brillantes, mí pico liíeii dibujado, mis
|iuyniinte cenio, que se revuelca en el lodo, íiien en eso voy á hacer.
patitas esbeltas y graciosas. V yo me miraba C(m fruiel esbidlo y áyil de una gacela ó una girafa.
ción a! espejo.
— Hasla mañana.
—Tengo para mi, dije mi'lietuio mi cnciiarada, qui'
—liasta manan;!.
'—jQué coqueton esmí Ainorl dijo ella, ¡.•líjiormío,
el tomar la luicva casa no ba ile ser cosa (|ue la casuaqué guapísimo eres!
II.
lidad arregle á su antojo. Me parece (¡uo , no sólo ba
Decididamente, bahía cambiado también de nombre,
de ser una especie de e.\¡iiacion para nuestro espíritu
¿niiánlo tienqio bahía pasado? No lo sé. ^dlabiaii y sin duiia mi bella carcidera me babía dado e! p r e e¡ estar encerrailo en una envoltura miserable , des- trasenrríilo años ó sólo breves momentos? ¿Ijjmo [ire- cioso nombre de Amor. De la misma manera (pie me
})ues de liaber sido ini[ui!ino de un cuerpo iiumano, cisarlo? Ilahia como una nube entre el pasaiio y el pre- hallaba satisfecbo de mi nueva habitación y de mi
si no laiidiien que según las inclinaciones demostrailas sente, y en vano mi memoria (¡neria rom[)er sus nie- nueva forma, me sentí contento con nñ nuevo nombre.
en la vida, según los caracteres, la trasmigración se lihis. í,o cíerlo e s , que di'spertaba de nuevo á la vida.
—¡Oiié callado estás, Amor\ Pareces como asustavcriíicará en animales de tendencias análogas. Asi \[\\v
i,a liahitacion i'u (pie me encontraba se liallaba á do: ¿qué tienes? ¿Me encuentras acaso fea boy, y por
se me ligara que el alma dn Na¡)oleon 1, poi' ejemp o, iiscuras. Un débil rayo de luz se libraba con dilicul- eso no me echas llores en lu armonioso lenguaje? ¿Es
(Jebe liaber trasuiigra(io al cuerpo de un león; (iavijur lad al través de las junturas de las madiíras i¡ui' cerra- |»ori|Ue aun no te he sacado de la jaula? ¿O acaso !a
sin duda iia loniailu la forma tie una zorra astuta y ban id balcón; pero aquel rayo dudoso se ajiagaha en- enfermedad que tienes por nombre se ba apoderado
[icrseveranteó la de una serpiente; Üettiiu, el tenor de tre los cortinajes de damasco.
do ti?
voz ilulce y melodiosa, ilebe ser boy un ¡lardo ruiseñor;
No sabia, ])ues, donde me bailaba; ])ero esperímenY ia Iiecbicera niña so sonreía al espejo y m u r m u (.d alma del bombre sesudo, grave y magesluoso tras- taba en mí una sensación ostraña é ini'S[ilíc,d)le, pare- raba por lo bajo, como con ndeilo de que lo enteniiÍGmigrará al elelante, la del lascivo al mono, la del apá- cida á la que se esperimefita cuando á duras penas nos sc yo, á pesar de ser canario:
tico á la tortuga, y asi en cnanto á los demás.
ponemos un trage demasiado estrecho , ó á lo que pasa
—Nada tendría de particular.
Entonces se aproximí» á mí j;iula, y me alarg'i su
—Xo me pai'cce mal ese sistema, dijo el redactor al que, acostumbrado á vivir en liahítaciones espacinilel Arw Iris; Pitágoras bie sin disputa im grande s;is y desahogadas, tiene tpie reducirse ;í un cuarto (le preciosa mano. Ai través de los alambres la di cu sus
Imndjre y tú completas su teoría. Según eso, nuestro Madrid, en que apenas bay aire ipie respirar, en ipif el lindos dedos mil ilulces píeotazos, que lejos de baceramigo el doctor, que sin cesar bace el oso á cuantas tedio y las cuatro paredes nos ahogan como ias tablas iadaño, jiarecian cariñosos besos.
mncbaclias vé , está sumamente espuoslo, si tiene la de un e.-:trcclio ataúd. ¿Por qué esperimentaba yo
—Ya veo que mi lindo eschivo y prisionero presta
debilidad de morir, á ser conduciílo ]ior un saboyano aquella sensación? iNo lo pudiii decir, pero la sentía, pleito bomenaje á su reina y señora. .Iiislo será en
y
para
mí
mismo
traducía
yo
aquello
con
una
frase
de feria en feria, á tener (¡ue bailar ante ios cincos,
cambio que yo le dé algo de líljcrlad. llagamos concelas aimis de cria y los soldados, ó á pasearse sin in- vulgar, pero en estremo gráfica:
siones.
terrupción en una estrecba ¡aula de una casa ile lieras.
—I'^ra mayor (d difunto.
Y al decir esto abrió la puerta do mi jaula.
Creia escuchar cerca de mí conm una respiración
—VA\ cambio l ú , discípulo de Maquiavelo, que no
—Pero es preciso que tengasjllícío, .'Ijnoj-,
paras un momento, que tuilo lo v é s , (pie lodo lo s i - suave, apenas perceptible, como el balito de uii niño
¡l'edir juicio al amor, donosa ocurrencia!
b e s que á todos lanzas los dardos de tu lina y pican- que tluerme soñando con los ángeles Al estremn de la
Viendo franca la puerta de mi cárcel, volé y mn, pote sátira, estás sin duda predestinado á ser un eia/.o babitacion percibía, á ]K'sar de la oscuridad, una som- sé en su hombro. Enlouees mí voz, (pie había emnodecubierto de agudas ¡juas, y arrojarlas á lodo biclio vi- bra blanca, cuya mituraloza no podía es[ilicarmo.
cido por efecto de aquellas estrañas einocíotuís, recoviente , como ahora iiaces coa tus incesantes epiDe pronto la respiración, suave y pausaiia liastaen- bró vigor, y con amorosos trinos y dulces gorgeos
gi'amas.
loiices como un ¡mdanle ái: ilayiln , se hizo mas hier- quise decirla:
—Alma mía, bendita sea la iiora en qne soy tu p r i —Entonces yo, dije á nd vez, en mi calidad de di- le y pronunciada, semejando un bostezo. IMI seguida
ietanli benemérito, ó mas bien, de melómano beclio ai[uella sondira blanca se agitó, y otra sombra, tam- sionero y tú mí carcelera. Es en vano i¡ue me enciery derecbo, el dia menos pensado me convierto en \\\\ bién blanca pero mas pequeña , se segregó de la ma- res en mí eslreciía cárcel: mas que tus alandjres me
yor y avanzó bácia donde me bailaba. La sombra pasó tendrán preso á In lado tus ojos oscuros tan vivaracamiro ruiseñor ó en un pintado jilguero.
—,No creo en la larga serie de metcmpsicosis de que junto á mí y llegó al balcón: los cortinajes se descorrie- chos, lu rostro de níevi', tus luminosos cabellos, la
liabla l'itágoras. Tengo ¡lara nn que el alma sufre s o - ron, se abrieron las maileras y la luz entró á lorren- picaresca sonrisa, tu gracia, tu ingenua alegría. ¿Dónlamenlc tres trasmigi'acioties después de la ninert'': la tns a! través de ias vidrieras_^y de las blancas cortinas de tendría la dicha inefable de contemplarte á todiis
lloras, de respirar tu alíenlo, de mirarme en tus ojos,
|irimera al numdií aidrnid, la segunda al vegetal, la de muselina que las cubrían."
última al mineral.
La babitacion era un nido, un pequeño gabinete ta- de distraerte con mi canto? Tu pobre Amor se muere
jiizado de azul, con cortinajes azules de damasco; un de amor por lí: te quiero, te quiero. No me destierres
—V ^Icspnes de osla última Irasformacion?
—No'sé á punto fijo lo que nos sucederá, dijo el del elegante tocador de palo santo con tabla de blanco de tu lado, tenme siempre cerca de ti, cuídame tú s o -•Irco Iris. Si (d abiia os iimiortal, como yo creo, de- mármol; un pequeño estante lleno ile libros y un a r - la, guarda [lara mí tus som-isas y tus besos y tus inobiera hacer las trasmigraciones en sentiiío contrario, mario con espejo de cuer[Kj entero, ambos también ile centes coqueterías de niña, fjuiéreme como yo te
es decir, empezando por roca y acabanilo i)Or bombre: palo santo, y tr(í.s ó cuatro sillones forrados de damas- (¡uiero.
lie la forma buniana pasará espirita puro i'i puriíicarsi- co azul, lormabnii e| mobiliario de aquella reducida
Y lodo eslo se lo decía colocado en su hombro. No
previamente en un periodo de transición, en una vida estancia. En el fondo del gabím'le se veia una cama, sé si ella lo entendía, pero sus cjjos brillaban, en su.s
superior á nuestra vida, en otro nmndo , en otro pla- abrigada por una blanca colgadura. IMa era sin d u - labios sonrosados jugueteaba una cariños;, sonrisa y
da la sombra blanca, (pn; había percibido en la oscii- su m;ino me amenazab:i.
neta, en la luna por iqemplo.
—Picaro ./líiior ¿qué es lo que me estás cantando?
—¿Crees en el espiritismo? pregunté al perindisia, riibid. ,',Y la otra sombra blanca, que había abierto el
—Yo croo en lodo. Hace un mes escribía en El lia- b:dcoii? Aquella sondjra era una joven, casi una niña, Cállate.
rubia
como
un
ángel,
envuelta
en
una
blanca
bata:
de
f/icní ycreia á pies juntillas en el credo democrático;
Al decir ésto se miraba al espejo é inidinaba hacia
boy sigue siendo ía democracia irii ideal, pero creo píe en medio del gabinete, procuraba abuyentar el sue- nn su rostro. No recuerdo dóinhí, ni cuándo lievisti
que las circunslancias exigen un término medio y soy no, y se desperezaba—nerdütie el lector lo prosaico del un precioso grabado inglés (|ue representa una bella
doctrinario y escribo en El Arco Iris. ¿Quién sabe si detalle—li'vantando sohro su cabeza sus brazos, que Tnís.í[|uese nnra al espejo teniendo sobre el InHubni
mañana seré neo-católico, sin dejar do ser por eso de- formaban un arco-gracioso y encantador. Des[)ues sus un canario; ella y yo éramos la fiíd r(q}|-oibiccí<>n do
manos separaron sus dispersos calxdlos , que oculta- atpiel grabado.
mócrata y doctrinario?
—Kí;ts son otras trasmigraciones de que no Irattl P¡- ban casi por completo su rostro , y no sé cómo pude
—¿Cómo dices quo estoy guapa, si nunca be estado
contener un grito fie asombro al ver aipiid rostro. Ei'a tan lea como hoy? continuó diciendo.
tágíH-as.
día,
mas
linda
que
nunca
en
el
abandono
del
desper—Pues yo no croo cp nada, liijo el doctor.
—No soy yo qinen (o dice, sí no el espejo, contesté
btr y eu:i las indiscreciones ilel trage, (]ue so eiitrea—Como que eres médico.
en un gorgco que asemejaba á una fcrmala hecha
hria sobre el seno.
—.^i, creo en la materia, en el principio vital, en las
por la Patti.
tiMsformaeiones de la vida y la materia, pero en natía
—jAduIador! ¡Embuslcro! Vamos á ver, ¿con qi'O
—-fííioí-. Amor mió, murmuró después de boslczar
mas. Por eso iireo que las trasmigraciones deben ser de nuevo; ^dias dormido bien? Pidirccito!
me quieres, mo (pueres mucho?
en el urden que primero liemos dicbo, esto os, empe—Te anuj, te adoro.
Miré ai rededor á ver á quién podían ilirígirsc aque-
EL MUSEO UNIVERSAL.
3GS
—MtínliiM. ilCrif^iiñuscí! Aliucii (u
viiy á C'ipT. Sioiniin! IMIS sido un
poco guloso y glnlün. ¿A t[iní [HfilioreK COIIITÍÍ; csla guiinJa ú dariiie lili ln'su?
Y iil mismo licinim me pn'sciit;iliu sus lahios dií coral y iiii;i
f:;iiiinlii ()iir[iLiri';i, inritaiito. No «ii
v.ina ora yo canario y canario Í-'Olosiiy ^'iotnii: asi es, (]iie vacilé un
s(^¡:,'iiiiiio eiilre la friiLa y los laliios. ?csa al liii voiiciú el amor á
la ^'iila, y con mi ilíiiiiimlo pico la
l)psó <'ii su bmniíla risiK'Ña y la ilí
cien (Uilci's picoinzos fii sus saliiiaiias mojühis.
— Gasta, l)¡isla, loco. Tu creo,
uic (¡uieres. Amor mió. Y iiac-'s
liicn, por(|iie yo también te qiiicru
III.
lIlIH'.JlO.
Val (iccir cslo me cogió, y iui>
comif'i á Ilesos y me i'scnniiiúsolin'
Sil seno l)a¡o la entreabierta tiala.
— l)e(i'nu)rios de locuras, dijo al
lin. l'^s larde y aun ni me lie |)i'inado, ni me lie vestido. ¿l'roin('l''s
ser formal, ó le encierro en lii
Jaiilay Itiieno, pues óslale ahí MIIIY
(juieteccilo iiiieniras dura mi tüiIvlle.
Mil colocó sobre el mármol del
tocador, desaló sus heriimsos caImllos y se sentó IVenle al espejo.
Yo en tanto canlalia y canlaba," y
no me cansaba de mirarla. Ella,
entonces, niieutras se peinaba y
se sonreía á sí uiísma ai es[>ejo,
se puso también á eantar, y de
vez en cuando UUÍ ecbaba un lii'so
ó me pegaba un capirotazo con sus
,...-'-•
MUiiiecilasdfi niñ.!.
••""
—V:iv;i, ya e.'^lny peinada; aliora íólo falta (|ue. me vista.
Y con vírfíinal pudor se reliró
detrás do la cama para canibí.ir
(le 'ntge. La cnrkisidad se apoderó de mí y eclié á volar brsla
posarme en el respaldo de un s i llón junto á ella.
—¿Cómo scentieiule, curioso? A
ver si no eres mal educado y llenes vergüenza.
Y encerrándose dentro iU'\ cíu-íinajeile la cama, se
vistió en un sanliamen.
Cuando volvió á a|tareccr llevaba uii sencillo y vV\~
gante vestido verde claro, que dibujiíba .su talle delicado y esbelio y los coniorno.s de su naciente seno.
Sobre un sillón había un velo y unos guanti's de
piel de Suecia : encínuí del locador, i'n un joyero, se
veían unos preciosos peiulientes, un broclie con una
esmeralda, una sencilla pulsera de la (jue pendía un
riigc, y un bonito abanico de madera.
Se pnsii los pendientes, se prendió el broclie , aprisionó una (le sus muñecas con la pulsera, se puso el
velo y cogi(í los guantes y et abanico.
—¿Quieres ver lu retratn? I'ucs nura, dijo abriendo
el abinico y enseñámiomelo.
EL plNTOIt DON LUIS RliVPtUEZ.
Kn efiMin, en el abanico de madera gris se veía un
precioso canario parecido ii mi.
—Un beso, y basla luego. Ten miiclio juicio. I'ur ¡-i
acaso, á la jauía,
Y me enci'rró en ella. l'Jildué un canlo triste y melancólico, un canto de despedida.
—No l,e pongas Iriste, Amor. Tengo (jue ir á pasar
el (lía con mi [irima, pues boy es su santo, lenilré
([ue iromer con ella y acomiiañarla en bi Castiídana y
en el Real. Pero ya te ilesperlaré cuando vuelva, Jiara
que nos veamos antes ile mañana,
Amornw.
Y ([espidi(''ndosecon la mano, salió corrii-ihln de la
babitaei(m.
.Mi'fallaron á un liempo, en (cuanto s" ¡"iif'', c aire.
la luz, la viiia, y caí sobre el suelo de mi jaula.
AJEDREZ.
Ülanciis.
nnsrii.
NEGROS.
¡i^c
roiiliniiiirii.)
E.NRIQUE FK:U>Ai\nE/, IrUIlHALDE.
GEROGLIFIGO.
SOl.lCION mu. I'I10IU.FMA MJM. ! ' 0 .
PHOULIÍMA NUM. 9
i'OR uoN r.
No >i: eiiáiilo tii'iiiiHi pasaría.
Lo eici lo i's, (pie smlia en mí
al^ío nue.vo, mas sutileza, ii.as idasüeidad, y como una gran h u m e dad L'ii los pies.
Miri'í á mí a!reded(ir, y me bailaba en la misma liabilaeion.
Subrt' un sillón se encontraba
aun mi jaula, ['ei'o ¿cómo ui> me
bailaba dentro de ella, si mí dniee
carcelera no liabía vuelto aLin á
darme libertad?
Reparii con mas atención, y vi
en el suelo de la jaula un p e ipieño bullo: era el cadáver del
pol)re Amor.
linlonces ¿qu(j era y(t? ¿Había
sufrido otra frasformacion?
Me bailaba colocado sobre el tucadon miré liácia el espejo, y lo
ciiin]ii'eudi lodo.
Lra yo una rosa cenlifolia de
[lálído color y dulce aroma. Me
encontraba en un jarrón ib; cliina,
y la lumu'dad, que creía senlír en
ios pies, era la del agua que b u medecia mi tallo.
Y yo sentía im bieneslar inesplicable, al esparcir mi aroma cii
el amliiente, (¡ue pronto debía ella
respirar.
Y esperaba con im[iaciencia su
llegada, como las llores mis liernuinas esperan el aura vespertina,
que refresca sns pélalos abi asados
pnr el sol (Muieular.
De rep(íiite se abrió la piierla
de la bahitacion, y entró ella lau
linda como siempre.
—Un momento nada mas, prima; el tiiMupo preciso ])ara ]ioner
en (Jnlen mí pelo insuiTeceionado y de colocar en él una llor.
niciendoéstose puso al tocaiior,
(lando la espaldaá a jaula y peinánilose á toda prisa.
—líuenas tarde.';, Amnr. ¿Hemos
tenido formalidad? ¿Te lias aburrí lo muclio':' ¿No es verdad que le lias aburrido muclio mientras lie estado fuera? liien. Ya estoy peinada; abora ima flor, "¡Qué rosa lau linda!)' liíjo cogiéndome. ¡nQué bien buei('!ii añadió aspirando rni aroma
yaceri'ándnme á sus labios. «Nada mas que e^ta rosa,
aquí ai lado ilercciio."
NcuniN,
I ' h.] A n
I . ' I' I I) (A) íii)
•1.' C :! o ¡ac.
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-'.•' Cualiiuicra.
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Cualniííera.
2.' I) I I' jíiq.
2 . ' n I ti ó I A R
:Í." A ó I) fi A Rjaq. male.
SOI.liClONES ÜXACTAS.
Señores M. Martínez, M. Uivero, L. Sancho, M. Zafra, i;. Castro, C. Domínguez,
R. Cañedo, M. Lerronx y Lara, J. Ferreiro, .L Re.\,,|. ,Iiiiienez, de Madrid,
OTllA SOLUCIÓN ÍU;i. l'BflIU.KSU M ' M S ! I ,
l'Oll I:L C A S I N O [IK I.OIICA.
BLANCOS.
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D t P jaq.
í . - R juega.
D 7 C R ia(|. mal-'.
La siducion de éslí; en e| piíJxínKi número.
OIRKCTOR Y EDITOR HÜSfüNSABLE, U. JOSIi GASPAH.
(.•UMIIENTA DE GASrAH
1 IIOIC EDITOHES: IIADIIID. PRINCIPE , i .
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