TERCERA CONFERENCIA INTERNACIONAL MIXTA FAO/OMS/PNUMA SOBRE MICOTOXINAS Túnez, Túnez, 3-6 de marzo de 1999 MYC-CONF/99/6b Prevención y descontaminación de micotoxinas Estudio monográfico : El maíz 1 Índice Párrafos/páginas Sumario. … ..........................................................................................................2 Introducción/naturaleza. …................................................................................... 1 Efectos en la salud y en el comercio. … ................................................................ 2 Estrategias de prevención. ….......................................................................... 3 -11 Estrategias de descontaminación. … ................................................................... 12 Recomendaciones. …. ........................................................................................ 13 Cuadro 1. Estrategias para la prevención de micotoxinas en el maíz ......................7 Cuadro 2. Estrategias para la descontaminación de micotoxinas en el maíz............7 Bibliografía ..........................................................................................................9 1 Documento preparado por Ronald T. Riley y William P. Norred, Unidad de Investigación sobre Toxicología y Micotoxinas, Departamento estadounidense de Agricultura/Servicio de Investigaciones Agrarias, Atenas, Georgia. Los puntos de vista y opiniones que se expresan en este documento son de sus autores y no representan necesariamente los de la FAO, OMS o PNUMA. SUMARIO La prevención de las micotoxinas en el maíz comprende la prevención de la biosíntesis de toxinas y su metabolismo sobre el terreno o en almacén. La descontaminación de micotoxinas se refiere a los tratamientos poscosecha para eliminar, destruir o reducir los efectos tóxicos. El no evitar la formación de micotoxinas en el campo o en el almacén conducirá inevitablemente a un aumento del riesgo para la salud y a una pérdida económica. Sin embargo, un buen seguimiento impedirá que las micotoxinas se conviertan en causa importante de aumento del riesgo para la salud. La estrategia preferida para controlar la contaminación por micotoxinas es un enfoque polifacético integrado. La estrategia de precosecha o poscosecha en que haya de insistirse dependerá de las condiciones climáticas de ese determinado año. El conocer los factores medioambientales que fomentan la infección, el desarrollo y la producción de toxinas es el primer paso para un plan eficaz encaminado a reducir al mínimo las micotoxinas en los alimentos y los piensos. El Fusarium moniliforme es el patógeno más conocido del maíz. Dado que es un endofito asintomático transportado por la semilla en el maíz, será difícil su eliminación. Las prácticas de labranza, la rotación de cultivos, el control de malezas, la pluviosidad en la temporada tardía, el viento y los vectores de plagas son factores todos ellos que influyen en la cantidad y origen del inóculo fúngico que mantiene el ciclo de la enfermedad en el maíz. Son muchas las estrategias nuevas y prometedoras de precosecha para la prevención que se están explorando y que consisten en la producción de maíz resistente a base de ingeniería genética. Otra estrategia que puede resultar útil en el maíz es la de los controles biológicos a base de emplear agentes no toxígenos y competitivos biológicamente. La prevención poscosecha de la producción de micotoxinas depende fundamentalmente de unas buenas prácticas de gestión antes de la cosecha y después de ella. Con las estrategias de descontaminación, que pueden ser físicas, químicas o microbiológicas, puede descontaminarse el maíz destruyendo, modificando o absorbiendo la micotoxina de suerte que se reduzcan o se eliminen sus efectos tóxicos. INTRODUCCIÓN/NATURALEZA 1. Son muchas las revistas y publicaciones en que se vienen resumiendo los enfoques empleados y que se están desarrollando para reducir al mínimo la contaminación del maíz por micotoxinas. Al maíz son por lo general aplicables muchas de las estrategias empleadas para otros productos. En esta panorámica, la “prevención” de la producción de micotoxinas en el maíz comprende la prevención de la biosíntesis y metabolismo de las toxinas en el terreno (precosecha) o en los almacenes (poscosecha). Por “descontaminación” de micotoxinas se entienden únicamente los tratamiento poscosecha destinados a eliminar, destruir o reducir los efectos tóxicos de las micotoxinas. La capacidad virtual de la planta para descontaminar las micotoxinas in situ se considera como una estrategia de prevención. EFECTOS EN LA SALUD Y EN EL COMERCIO 2. Naturalmente, la prevención de la contaminación por micotoxinas antes de la cosecha o después de ella es la estrategia preferida para reducir al mínimo las micotoxinas en los alimentos y los piensos. El no impedir la invasión fúngica y la formación de toxinas sobre el terreno o en almacén dará lugar forzosamente a un mayor riesgo de consecuencias desfavorables para la salud y de pérdida económica. Ahora bien, si se consigue una buena vigilancia química, el consumo de maíz no debe constituir una fuente importante de aumento del riesgo para la salud provocada por las micotoxinas. Una pronta identificación de los granos contaminados con micotoxinas ofrecen la oportunidad de destinar la mayoría de los granos muy contaminados para usos que reducen al mínimo el consumo por especies sensibles. Ello no obstante, la pérdida de valor del maíz contaminado puede dar lugar a grandes pérdidas económicas para el agricultor. Además, los límites reglamentarios que se fijan impropiamente bajos pueden hacer retirar del mercado realmente grandes cantidades de maíz. Por ejemplo, en un año de elevado índice de contaminación por fumonisina en países productores de maíz (de no existir una atenta vigilancia), un límite de acción fijado en 1 ppm puede dar lugar a una pérdida del 3 al 8% de la harina de maíz que quedaría fuera del mercado. En tiempos de merma de los suministros alimentarios, se trata desde luego de una pérdida inadmisible. ESTRATEGIAS DE PREVENCION 3. En el Cuadro 1 se resumen algunas estrategias de prevención que actualmente se utilizan o están en desarrollo. La estrategia preferida es un enfoque multifrontal integrado. Sin embargo, algunas estrategias específicas son de carácter más práctico y oportuno que otras. Por ejemplo, las estrategias que se consideran como “de eficacia comprobada” son de empleo intensivo de mano de obra y de un costo relativamente bajo. Estos enfoques varían en sus características específicas de un hongo a otro y de una micotoxina a otra. La estrategia precosecha o poscosecha que habrá de preferirse en un año dado dependerá de la situación climática de ese determinado año. Por desgracia, el limitar las malas condiciones atmosféricas que favorecen la infección fúngica es algo que puede estar fuera del control humano y la combinación de unas elevadas temperaturas con la sequía influye a menudo en el aumento del riesgo y por lo tanto en una deficiente nutrición mineral. A la inversa, reducir el nivel de humedad en el campo en períodos críticos es también imposible. No obstante, el conocer los factores medioambientales que fomentan la infección, el desarrollo y la infección de toxinas es el primer paso para organizar un plan eficaz con el fin de reducir al mínimo las micotoxinas en los alimentos y los piensos. 4. La prevención o reducción de la incidencia de la infección en el campo y después de la cosecha es desde luego un elemento de importancia decisiva para reducir la acumulación de micotoxinas pues se ha demostrado que las concentraciones de aflatoxina, deoxinivalenol o fumonisinas son mayores en las espigas o granos sintomáticos que en los que no lo son. Entre los factores ambientales que favorecen la infección por A.flavus figuran una temperatura elevada del suelo o del aire, la fatiga por sequía, la deficiencia de nitrógeno, la densidad de la siembra y las condiciones que ayudan a la dispersión de los conidios durante la formación de las sedas. El desarrollo de A. flavus y de A.parasiticus y la producción de aflatoxinas en almacén resultan favorecidas por una humedad elevada (>85%), una alta temperatura (>25°C), y la actividad desarrollada por insectos o roedores. 5. Lo normal es que las infecciones con Fusarium graminearum sean localizadas, esporádicas, y que resulten favorecidas por unas condiciones frías y húmedas durante la formación de las sedas, son muy comunes en los veranos más húmedos. Las epidemias suelen ir asociadas a unas condiciones de humedad tardías en la temporada del crecimiento. El almacenamiento del maíz húmedo y en frío para moderar las temperaturas se ha asociado a brotes de síndromes estrogénicos y a rechazos de piensos debido a la presencia de zearalenona y deoxinivalenol, respectivamente. 6. El Fusarium moniliforme es el patógeno más común del maíz. Dado que este patógeno es un endofito asintomático transportado por la semilla en el maíz, su eliminación será dificilísima. La podredumbre de la espiga del maíz asociada con F .moniliforme y F.proliferatum va acompañada de abundante fumonisina. En los EE.UU., los años cálidos y secos han propiciado una mayor acumulación de fumonisina que en los años más fríos, mientras que el maíz cultivado en zonas más frías suele contener cantidades bajas de fumonisina. En cambio, el tiempo seco a principios de la temporada de crecimiento seguido por tiempo húmedo durante la formación de las sedas y posteriormente se ha asociado con la necrosis grave de la espiga. La humedad en las sedas fomenta claramente la infección. La podredumbre del grano de maíz por F. moniliforme y F .proliferatum constituye también una importante enfermedad de la espiga en las zonas cálidas de cultivo de maíz y está asociada con años cálidos y secos y/o ataques de insectos. La alta incidencia de daños que provoca en Europa el barrenillo del maíz aumenta la enfermedad causada por F .moniliforme y las concentraciones de fumonisina y las fuerte infestación por Frankliniella occidentalis guarda correlación con un aumento de la incidencia de la enfermedad. La podredumbre de la espiga se reduce en el maíz que está tratado genéticamente para resistir al taladrador europeo del maíz. Los híbridos con un delgado pericarpio de grano y una mayor incidencia de la apertura del grano (agravada por la sequía) están más expuestos a la podredumbre. La fatiga medioambiental juega un papel importante en la producción de fumonisina puesto que los híbridos de maíz cultivados fuera de su ámbito de adaptación o en condiciones frías pero con fatiga por la sequía mostraban unas concentraciones mayores de fumonisina. 7. Las prácticas de labranza, la rotación de cultivos, la lucha contra las malezas, una pluviosidad estacional tardía, los vientos y los vectores de plagas son factores todos ellos que influyen en la cantidad y origen del inóculo fúngico que mantiene el ciclo de las enfermedades del maíz. Cualquier medida que interrumpa este ciclo reducirá forzosamente la probabilidad de la infección de las sedas y del grano. Por ejemplo, la eliminación de los depósitos de maíz de desecho reducirá la incidencia de A.flavus en el grano y en el suelo por debajo de las pilas. Nada sorprende que los coleópteros mitidúlidos (que son vectores de A. flavus ) que viven debajo o cerca de los depósitos de maíz de desecho resulten contaminados en grado elevado por A .flavus. En el mismo estudio se señalaba que el A.flavus transmitido por el suelo aumentaba considerablemente cuando las temperaturas de éste iban de 35 a 40°C. Así pues, en años secos con altas temperaturas, cuando no es viable un aumento del riego, las medidas encaminadas a reducir el inóculo pueden ser una de las pocas estrategias prácticas para reducir la probabilidad de una epidemia de aflatoxina. 8. La genética a fines de resistencia a la producción de toxinas ha tenido sólo un éxito limitado. Se han señalado cultivares de maíz resistentes a la producción de aflatoxina. Sin embargo, el mejoramiento genético para controlar la producción de aflatoxina, fumonisinas, deoxinivalenol, ocratoxina y zearalenona en la planta no ha tenido todavía éxito real ya que la aparición de estas toxinas, que son las micotoxinas más comunes del maíz, es desde luego totalmente imprevisible y a menudo muy alta. Si se dispusiera fácilmente de variedades resistentes y productivas de maíz, se evitaría así la preocupación de la descontaminación, y de las enfermedades animales y humanas consiguientes, pero claramente no es ese el caso. 9. La aplicación de productos químicos es una estrategia muy interesante para evitar la producción de micotoxinas. Hay tratamientos químicos que impedirían el desarrollo de moho y virtualmente reduciría la producción de micotoxinas en el terreno y en el almacén. Sin embargo, por lo que respecta al maíz y las micotoxinas, las vallas que de orden económico y ecológico se pueden poner son probablemente muy altas como lo demuestra el hecho de que se estén comercializando por lo general pocas de esas soluciones. 10. Para la prevención antes de la cosecha hay muchas estrategias nuevas y prometedoras que se están explorando y que hacen entrar en juego nuevas biotecnologías. Estas nuevas soluciones comprenden el diseño y producción de plantas de maíz que reducen la incidencia de la infección fúngica, limitan el desarrollo de hongos toxígenos o impiden la acumulación de toxinas. Constituyen también una estrategia virtualmente útil en el maíz los controles biológicos en que se emplean agentes biocompetitivos no toxígenos. Sin embargo, la posibilidad de recombinación con cepas toxígenas constituye una preocupación. En el caso de F .moniliforme en el maíz, se está desarrollando el empleo de agentes biocompetitivos bacterianos y de aislados de F. moniliforme no toxígeno. Una solución interesante sería aplicar la ingeniería genética a plantas de maíz para catabolizar las fumonicinas in situ . Normalmente tales soluciones exigen no poca investigación y desarrollo aunque encierran la posibilidad de producir a la postre unas soluciones baratas y eficaces al problema de las micotoxinas en el maíz. 11. La prevención poscosecha de la producción de micotoxinas depende fundamentalmente de unas buenas prácticas de cultivo antes de la cosecha y después de ella (Cuadro 1). Las aflatoxinas son virtualmente problemas graves después de la cosecha, mientras que las fumonicinas no lo son pues el F.moniliforme, al igual que otros fusarios, no se desarrolla en el maíz a una humedad inferior al 18-20%. En última instancia, el tratamiento químico con agentes antifúngicos constituye una posibilidad. No obstante, es discutible la eficacia de esta solución si se tiene en cuenta su costo. Entre algunos tratamientos químicos que impedirán el desarrollo de moho y/o la producción de toxinas figura el tratamiento del maíz almacenado con ácido propiónico o acético. ESTRATEGIAS DE CONTAMINACIÓN 12. En el Cuadro 2 se resumen las estrategias actualmente en uso y en desarrollo para descontaminar el maíz contaminado con micotoxinas. Nada sorprende que las micotoxinas del maíz que preocupan al máximo (aflatoxina, deoxinivalenol, zearalenona, acroatoxina A, fumonisina) sean también muy estables y por lo tanto de muy difícil degradación. En cambio, la fusarina C (una micotoxina fusárica detectada en el maíz enmohecido) es muy inestable, reacciona fácilmente a las macromoléculas y es mutágena. En cambio, por su propia reactividad se descompone rápidamente, por lo que sería fácil proceder a una descontaminación si constituyera un problema para la inocuidad del alimento. En cambio, las fumonicinas son moléculas muy estables que no reaccionan con las macromoléculas (aunque ligan muy específicamente con la sintaxis de la enzima ceramida) y no son mutágenas. Su falta de reactividad crea un problema mucho mayor para los interesados en la descontaminación del maíz. Las estrategias de descontaminación se han dividido arbitrariamente en estrategias que dependen fundamentalmente de procesos físicos, químicos o microbiológicos para descontaminar destruyendo, modificando o absorbiendo la micotoxina con objeto de reducir o eliminar los efectos tóxicos. Un método que promete mucho es el empleo de aluminosilicatos calcio-sódicos hidratados selectivos y de alta afinidad para fijar la aflatoxina en piensos y alimentos. No obstante, algunos silicoaluminatos no selectivos que se suelen emplear no protegen del todo y pueden incluso potenciar la toxicidad de la aflatoxina. Como estrategia de descontaminación se incluyen también las intervenciones alimentarias destinadas a reducir la toxicidad luego de absorbida la micotoxina. RECOMENDACIONES 13.1. Antes de emplear el maíz cultivado para consumo humano en zonas donde las condiciones suelen ser favorables para la invasión fúngica y la producción de micotoxinas sobre el terreno, debe ser sometido a prueba para ver si está contaminado por micotoxinas. 13.2. Hace falta seguir investigando para potenciar la capacidad de predecir cuándo y dónde las condiciones medioambientales pueden hacer probable la contaminación por micotoxinas. 13.3. Cuando es probable la invasión del terreno y las condiciones ecológicas son favorables a la producción de micotoxinas en el campo, habrá entonces que poner cuidado en reducir las fuentes de inóculo y minimizar la fatiga de las plantas y los daños por insectos. 13.4. Una vez determinada la probabilidad de la contaminación del terreno, hay que poner empeño en reducir al mínimo el desarrollo de los hongos después de la cosecha y durante el almacenamiento. Tendrán que ponerse en marcha planes para la descontaminación, entre ellos la desviación del maíz contaminado apartándolo del consumo por seres humanos o por especies sensibles. 13.5. Hay que desarrollar cultivares de maíz resistentes a la fatiga por sequía, a los daños por insectos y a la infección fúngica. 13.6. Deben arbitrarse procedimientos de descontaminación fáciles y económicos. Cuadro 1. ESTRATEGIAS PARA LA PREVENCION DE MICOTOXINAS EN EL MAIZ Estrategias precosecha: De eficacia reconocida Reducción de la fatiga de las plantas mediante riego, nutrición mineral, protección contra los daños de insectos Evitación de las condiciones medioambientales que favorecen la infección en el terreno Minimización de los residuos agrícolas y otras fuentes puntuales de inóculo De eficacia virtual Mejoramiento genético de cultivares de maíz resistentes a la infección fúngica Empleo para la protección agrícola de productos químicos que sean agentes antifúngicos En desarrollo Desarrollo de plantas de maíz transgénico resistentes a la infección fúngica Desarrollo de cultivares de maíz transgénico capaces de catabolismo/interferencia con la producción de toxinas Desarrollo de maíz tratado por ingeniería genética para resistir a los daños de insectos Desarrollo de semillas de maíz que contengan bacterias endofíticas que excluyan a los hongos toxígenos Exclusión de hongos toxígenos por la preinfección de plantas con cepas fúngicas biocompetitivas-no toxígenas Estrategias poscosecha: De reconocida eficacia Recolección, cuando el contenido hídrico es óptimo, para evitar el desarrollo saprofítico de hongos toxígenos Eliminación del maíz dañado y secar los granos hasta alcanzar el contenido de humedad óptimo antes del almacenamiento Combatir la actividad de los insectos y roedores y mantener unos niveles apropiados de humedad y temperatura Una limpieza frecuente de los sistemas de distribución de piensos y zonas de almacenamiento breve De eficacia virtual Empleo de agentes antifúngicos como ácido propiónico y acético ________________________________________________________________________________ Cuadro 2. ESTRATEGIAS PARA LA DESCONTAMINACIÓN DE MICOTOXINAS DEL MAÍZ Métodos físicos Limpieza - la selección de materiales menudos reduce las fumonicinas y otras micotoxinas: método sencillo pero incompleto Segregación y selección - prueba de la “luz negra” para la aflatoxina: método sencillo pero engañoso La tecnología de selección por colores: método no demostrado con el maíz, pero que promete. Segregación por densidades y lavado – las fumonicinas, el deoxinivalenol, la zearalenona: método no específico e incompleto, pero adecuado para moler en húmedo y para la elaboración alcalina del maíz. Degradación térmica – método incompleto para la mayoría de las micotoxinas. Tratamiento de microondas – unos niveles altos destruyen las tricotecenas. Degradación solar – aflatoxina en aceite de maíz: resultados prometedores. Cocinado por extrusión – fumonicinas: la destrucción depende de la temperatura y velocidad del husillo: método prometedor Molturación en húmedo – produce almidón exento o casi exento de zearalenona, fumonisinas y aflatoxinas. En cambio, la toxina T-2 aumenta en el germen de maíz. Métodos químicos Tratamiento térmico más azúcares reductores – fumonicinas: método prometedor pero inciertas la toxicología y la estabilidad. Nixtamalización/hidrólisis alcalina – degradación reversible de aflatoxina y degradación parcial de fumonisinas, pero persiste la toxicidad: no es un método eficaz para la descontaminación de fumonisinas o aflatoxinas. Reducción de la zearalenona y del deoxinivalenol. Bisulfito – destruye la aflatoxina B1, reduce el deoxinivalenol en el maíz: el bisulfito es un aditivo alimentario común (el sulfonato DON es inestable en alcalí). Amoniación – método aprobado en México, Sudáfrica y varios estados de los EE.UU. para la aflatoxina en el maíz: tal vez no sea eficaz para descontaminar las fumonicinas en el maíz. Peróxido de hidrógeno/bicarbonato sódico – destruyen la fumonicina en el maíz. Ozonización – degrada y descontamina las aflatoxinas en el maíz contaminado naturalmente: método prometedor. Aluminosilicatos sódicos-cálcicos hidrados – enlaza las aflatoxinas de gran afinidad y capacidad: eficacia demostrada in vivo cuando se agrega a las dietas. Los aluminosilicatos no selectivos pueden crear fuertes riesgos y hay que evitarlos. Carbón activado - reduce la transformación alimentaria de la aflatoxina B1 en aflatoxina M1 en las vacas Métodos microbiológicos Fermentación etanólica – no descompone la aflatoxina B1, la zearalenona o la fumonisina B1. Las toxinas pueden resultar realmente aumentadas en el grano inservible empleado en piensos. Mezclas probióticas - El Lactobacillus y el Propionibacterium pueden reducir la biodisponibilidad de la aflatoxina alimentaria. Intervenciones alimentarias Colina, metionina, vitaminas, proteína, grasa alimentaria, antioxidantes e inductores de enzimas metabolizantes. - su adición a los piensos puede reducir la toxicidad causada por las micotoxinas en el maíz. Bibliografía Agricultural Research Service. 1997a. ARS Fusarium Workshop, págs. 1-34, 16- 17 de septiembre de 1997, Atenas, Georgia, EE.UU. (pueden solicitarse ejemplares al Dr. Jane Robens, USDA-ARS, Building 005, BARC-West, Beltsville, Maryland 20705, EE.UU.) Agricultural Research Service. 1997b. Aflatoxin Elimination Workshop, págs. 1-93, 26-28 de octubre de 1997, Memphis, Tennessee, EE.UU. (pueden solicitarse ejemplares a Linda Deer, Commodity Safety Research, USDA-ARS, Southern Regional Research Center, 1100 Robert E. Lee Blvd, PO Box 19687, Nueva Orleans, Louisiana 70179, EE.UU.) 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