la gran depresión

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CONFERENCIAS
LOS ESCASOS EFECTOS DE LA
LA GRAN
DEPRESIÓN
EN ESPAÑA, 1929-19351
Por Pedro Schwartz y Juan Castañeda
FUNDACIÓN RAMÓN ARECES NÚM. 3
Fundación Ramón Areces, 23 de junio de 2010
La fuerte crisis económica que ha afectado especialmente a los países más
desarrollados en los últimos años ha despertado de nuevo el interés por el
estudio de la recesión vivida en los años 30 del siglo pasado, conocida como
la Gran Depresión. En esta conferencia los profesores Pedro Schwartz y Juan
Castañeda analizan tres cuestiones que consideran de interés: el grado en que
afectó la Gran Depresión de los años 30 a la economía española a partir de
la revisión de los datos e indicadores estadísticos disponibles; en qué medida
la caída de la actividad en España de los primeros
Izquierda, Pedro Schwartz
años 30 fue debida a factores domésticos o bien
Derecha, Juan Castañeda
fue el resultado de la traslación de los efectos
recesivos internacionales; y, por último, la respuesta dada por las autoridades
monetarias nacionales para contenerla.
Las referencias, cuadros y gráficos que se recogen a continuación se han extraído del trabajo
que sirvió de base para esta conferencia. Dicho trabajo, escrito originalmente en inglés, está aún sin
publicar por lo que se ruega no reproducir sin permiso de los autores.
1
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FUNDACIÓN RAMÓN ARECES NÚM. 3
Es opinión general, compartida por muchos
historiadores, que la Gran Contracción de la
economía de EE.UU. de 1929 a 1933, así
como las quiebras bancarias y la posterior
gran crisis financiera y real en el mundo entero, fueron una causa determinante del fracaso de la II República y, como consecuencia
de ello, del estallido de la Guerra Civil española. En esta conferencia sostenemos que,
a pesar de ciertas coincidencias, la recesión
de los años 30 fue mucho menos virulenta
en España, así como de un origen distinto.
Para ello, analizamos en primer lugar cuáles
eran los rasgos que definían la estructura productiva de la economía española de los años
20, así como las circunstancias de naturaleza política que influyeron en la marcha de
la economía. Ello nos permitirá destacar las
diferencias de la economía española respecto
del resto de países desarrollados, lo que sin
duda condicionó la naturaleza de la crisis
económica nacional de los primeros años 30
y, asimismo, explica el escaso alcance de la
traslación de la recesión internacional a la
economía española. Ello nos permite caracterizar la economía española como una economía relativamente cerrada al comercio internacional, caracterizada por la presencia de
grandes oligopolios industriales y bancarios,
protegidos de la competencia exterior, y muy
expuesta a bruscos cambios de política económica debidos a los vaivenes políticos e institucionales por los que atravesó el país desde
el golpe de estado dado por el General Primo
de Rivera en 1923 hasta la proclamación de
la II República en 1931.
Si podemos identificar causas económicas
de las turbulencias sociales en los años anteriores a la Guerra, estas fueron de carácter
doméstico y no internacional. España había
basado su crecimiento de los últimos años 20
en un modelo de desarrollo insostenible, que
consistía en la protección de las industrias
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y agricultura nacionales, la creación de una
oligarquía bancaria e industrial muy ligada
y dependiente de la actividad económica del
Estado, así como en la fuerte expansión de
las obras públicas, financiadas a través de
la aprobación de presupuestos (deficitarios)
extraordinarios. Para dar una idea del sesgo
fuertemente activo de la política fiscal en esos
años, entre 1927 y 1929 se duplicó el peso de
la inversión pública respecto de la inversión
total de la economía. Ello se reflejó en un
Desviaciones del PIB español de su tendencia
de crecimiento a largo plazo
Si podemos identificar
causas económicas de las
turbulencias sociales en los
años anteriores a la Guerra,
estas fueron de carácter
doméstico y no internacional
Asimismo, al comparar los datos disponibles de paro, beneficios empresariales y
comercio internacional hemos visto que
el estancamiento de
la economía española durante los años
treinta dejó incólumes muchos sectores.
Si en EE.UU. y Alemania la tasa de paro
entre los años 1931
y 1933 llegó a superar el 20% y hasta el
25% de la población
activa, en España, si
Source: GDP data from Prados (2003)
Gráfico 1
fuerte endeudamiento del Estado, cuyos pagos por el volumen de deuda acumulada llegaron a suponer el 25% de sus gastos totales
en 1930. Esta situación ahogaba las finanzas
públicas y respondía a un modelo de crecimiento económico insostenible. Los nuevos
gobiernos que siguieron a la caída del General Primo de Rivera en 1929 persiguieron la
estabilidad monetaria y fiscal, y los ajustes
que trajeron consigo precipitaron sin duda
el abandono de tal modelo (insostenible) de
crecimiento económico español.
Como se observa en el Gráfico 1, el crecimiento económico español de finales de los
años 20 estaba muy por encima de la tasa de
crecimiento tendencial de la economía española, lo que da una muestra de la excepcionalidad (e insostenibilidad) de las tasas de cre-
cimiento registradas
entre 1927 y 1929
(alrededor del 8%
en 1927 y del 7% en
1929).
Evolución de las exportaciones en EE.UU. y Europa
(datos en tasas de variación interanuales, %)
Spain
US
Germany
UK
France
Italy
1928
23.02
5.72
13.66
1929
-10.25
2.52
9.83
1.97
-5.60
-4.18
0.83
-3.77
1930
7.99
-26.68
1.58
-10.73
-21.81
-14.57
-20.46
1931
-15.98
1932
-7.22
-37.11
-20.26
-31.58
-28.95
-15.75
-33.73
-40.21
-6.41
-35.26
1933
-33.29
-3.23
4.51
-15.12
0.55
-6.25
-12.05
1934
3.43
27.50
-14.47
7.90
-3.38
-12.79
1935
-3.32
6.81
2.47
7.32
-13.19
0.27
1936
-
96.88
11.69
3.53
-0.40
4.20
Source: Spanish data from Tena (1992) as quoted by Tena (2005). Exports growth for the other countries are
own calculations based on the League of Nations Statistical Yearbook Information (1936-37)
Cuadro 1
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FUNDACIÓN RAMÓN ARECES NÚM. 3
bien las cifras disponibles son menos completas y fiables, no llegó ni al 10%. Con relación al comercio internacional, como puede
observarse en el Cuadro 1, las exportaciones
en EE.UU., Alemania, Francia e Italia se redujeron en los primeros años 30 de manera
drástica, mientras que en España su caída fue
notablemente menor.
recesión de EE.UU., ni con la de otros países
europeos como Francia o Alemania.
Otro elemento explicativo del menor impacto de la crisis de los 30 en España es la mayor
protección relativa de la economía española,
que fue el doble de la del resto de países europeos; lo que la aisló en gran medida de las
fluctuaciones del comercio mundial. A ello
En cualquier caso, tal y como se recoge en también contribuyó la pervivencia de una
el Gráfico 2, el PIB sí registró una pequeña economía con un peso aún muy fuerte del
caída en España entre 1929 y 1935, pero su sector agrario, que representaba alrededor del
magnitud no puede compararse con la severa 30% del PIB español de esos años. De hecho,
dado su enorme peso
en la economía nacional, la sucesión de tres
Crecimiento del PIB en términos reales
grandes cosechas de
en EE.UU. y Europa (1929 = 100)
cereal en 1929, 1932
y 1934 se reflejaron
en sendas subidas del
PIB en unos años en
que el PIB mundial
estaba cayendo dramáticamente. De este
modo, gran parte de
la generación de actividad en el país venía
determinada por factores internos, como
la actividad industrial
nacional o la evolución de la agricultura,
dado que las regulaciones proteccionistas
de la época limitaron
la exposición exterior
de la economía española de esos años. Si
bien esta falta de aperSource: Own calculations. GDP data for Germany and France from Mittura al comercio interchell (2003), UK GDP from Feinstein (1972), as quoted by Cole and Ohanacional fue un freno
nian (2007). US GDP from the US Bureau of Economic Analysis statistics.
para el crecimiento
Spain GDP from Prados (2003)
sostenido y el completo desarrollo del país,
Gráfico 2
88
Un elemento explicativo del
menor impacto de la crisis
de los 30 en España es la
mayor protección relativa
de la economía española,
que fue el doble de la del
resto de países europeos
sí al menos sirvió como mecanismo que frenó
y limitó la transmisión de los efectos negativos de la fuerte recesión de la actividad y del
comercio mundiales de los años 30.
También fue crucial el hecho de que España
no formara parte del sistema de patrón oro
desde el año 1883, pues el patrón plata de la
peseta permitió que el tipo de cambio de la
peseta flotara a la baja en los peores momentos de la contracción monetaria mundial.
De hecho, la peseta se depreció alrededor de
un 40% respecto a las monedas del patrón
oro desde 1929 hasta 1932, y ello permitió
amortiguar el impacto de la crisis y la deflación internacionales, así como evitó ajustes
más severos de la producción y el empleo nacionales. No es casual que en España no se
produjera una deflación contractiva similar a
la producida en otros países desarrollados de
la época, ya que fue el tipo de cambio de la
moneda, y no tanto el nivel de precios del
país, el que reflejó los cambios en la competitividad de la economía.
Precios (deflactor del PIB)
e inflación en España
Source: Own calculations. Deflator estimation from Prados (2003)
Gráfico 3
Una vez más, si bien
la pertenencia al club
prestigioso del patrón
oro otorgaba mayor
credibilidad y estabilidad a los países adheridos y dotaba de
un marco monetario
realmente estable para
alcanzar un crecimiento económico estable
a largo plazo, en esa
coyuntura de recesión
internacional tan notable, la flotación de
la peseta benefició a
la economía española
ya que evitó tomar los
fuertes ajustes monetarios que sí tuvieron
que realizar los países
del patrón oro en los
años 30; y, con ello,
evitó la brusca deflación contractiva y la
89
FUNDACIÓN RAMÓN ARECES NÚM. 3
caída del crédito que ello habría supuesto. De
hecho, en los años 20 y los primeros 30 los
precios registraron una evolución ciertamente estable (véase Gráfico 3), con una sucesión de deflaciones e inflaciones moderadas.
Asimismo, a pesar de no estar sometido a la
disciplina real de un patrón metálico como el
del oro, el crecimiento de la oferta monetaria
en España se mantuvo en tasas igualmente
moderadas entre 1920 y 1935 (registró una
media de crecimiento de alrededor del 3.5%
interanual en esos años).
Finalmente, muy interesante es que el Banco
de España supo intervenir para compensar la
retirada de fondos consiguiente a la proclamación de la II República como no lo supo
hacer la Reserva Federal de EE.UU. en circunstancias semejantes: cierto es que el Banco de España se vio favorecido por no estar
sujeto a la disciplina de un verdadero patrón
metálico, y sí pudo actuar muy acertadamente como lo que hoy denominaríamos
prestamista de última instancia del sistema
financiero. En este sentido, sí podemos decir que actuó acertadamente como garante
90
último del sistema de pagos del
país. La proclamación de la II
República fue acompañada y
seguida de un clima de incertidumbre política y empresarial
que provocó la retirada de una
parte significativa de los depósitos bancarios en 1931 (se retiró
hasta un 25% de los fondos depositados en cuentas corrientes
en ese año). Ante este hecho,
que podría haber desencadenado el derrumbamiento del sistema financiero español, el Banco
de España reaccionó mediante la concesión extraordinaria
y masiva de crédito a la banca
privada, así como mediante el
aumento significativo de la base monetaria
(más de un 10% en 1931). Ambas medidas
lograron detener el pánico bancario de ese
año y amortiguó la caída de la oferta monetaria, lo que evitó el colapso del sistema monetario español. De esta manera, el Banco de
España se comportó en esos años tal y como
recomendaría nuestro conocimiento actual
del funcionamiento de un sistema financiero con reserva fraccionaria, anticipándose de
algún modo a la respuesta que han dado los
bancos centrales en la crisis reciente.
Por todo ello, en nuestra opinión, los conflictos sociales y políticos de España en los
años veinte y treinta no pueden atribuirse a
la depresión mundial.
El audio de esta conferencia
está disponible en
www.fundacionareces.es
y el vídeo, en
www.fundacionareces.tv
BIO
BIO
Pedro Schwartz Girón
Juan E. Castañeda Fernández
Es Presidente del Tribunal de Defensa
de la Competencia de la Comunidad
Autónoma de Madrid. Actualmente es
profesor extraordinario de la Universidad
San Pablo CEU, donde enseña Historia del
Pensamiento Económico y dirige el Centro
de Economía Política y Regulación.
Doctor en Economía por la Universidad
Autónoma de Madrid en 2003. Su tesis
doctoral fue galardonada con el accésit
del Premio Víctor Mendoza del IEE.
Es miembro del Consejo de Administración
de CEPS (Centre for European Policy
Studies, Bruselas), miembro de Mont
Pèlerin Society, miembro del Consejo
académico asesor del Liberales Institut
Zürich y, en los Estados Unidos, Adjunct
Scholar del Cato Institute. En septiembre
de 1990, S. M. la reina Elizabeth II le
otorgó la condecoración de Honorary
Officer of the British Empire (OBE).
Obtuvo en 2003 el galardón del Premio Rey
Jaime I para la Economía y es académico
de número de la Real Academia de
Ciencias Morales y Políticas desde 2005.
En noviembre de 2010 recibió de manos
de Su Majestad el Premio Rey Juan Carlos
de Economía.
Es profesor contratado doctor del
Departamento de Economía Aplicada
y Gestión Pública de la UNED. Ha sido
investigador visitante en la Cass Business
School (Londres) en el curso 2004-2005.
Ha realizado trabajos de investigación
para el Instituto de Estudios Fiscales y el
Banco de España.
Ha colaborado con el profesor P.
Schwartz en la elaboración de los
informes trimestrales del llamado “diálogo
monetario” entre el Parlamento Europeo y
el BCE en los años 2007 y 2008, y en
2009 ha formado parte de un grupo
de investigadores encargados por el
Parlamento Europeo de realizar un estudio
de la estrategia del BCE y otros bancos
centrales de referencia.
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