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Vishnupurana capítulo 9
La madre tierra:
De manera muy hermosa el Señor Vishnu le explicó al rey Manu la importancia de la vida, y que el hombre
muere pero la vida continúa. La vida sigue adelante. Pero cuando le dijo a Manu que lleve consigo en el
bote todo lo que era importante para preservar la vida, Manu se quedó pensativo.
¿Acaso el Señor Vishnu estaba poniendo a prueba a Manu? ¿Acaso quería constatar si Manu estaba
apegado a las cosas materiales? ¿Cuáles serán las cosas que el rey Manu llevará a las montañas Sumeru?
Como Ustedes, Yo también estoy aguardando el momento en que Manu y Shatrupa empezarán a cargar las
cosas en el bote que el Señor Vishnu les dió.
[En las profundidades del océano, dentro del calabozo del palacio de Haigriv, los cuatro Vedas se
dan cuenta de que los carceleros se han quedado dormidos. Sigilosamente, abren la puerta del
calabozo y escapan. Finalmente, uno de los guardias despierta]
Guardia 1:
¿Dónde fueron?
¡Despierta, tonto, se han ido!
Guarida 2:
¿Quiénes?
Guardia 1:
Los cuatro cautivos… Si el rey Haigriv se entera nos matará a todos.
Guardia 2:
Pero, ¿dónde se fueron? Debemos informar al rey Haigriv… ¡Vamos!
[Los cuatro devas se pasean por el palacio en busca de la salida. Los guardias informan lo sucedido
al rey Haigriv]
Haigriv:
¡Les cortaré la lengua! ¿Dónde están?
Guardia 1:
|No lo sé, oh rey. Se escaparon cuando nos quedamos dormidos.
Haigriv:
¡En un minuto pueden recorrer el Universo! ¡Vayan a buscarlos!
No, esperen, yo los acompañaré.
Si han salido de éste lugar, ¡jamás los encontraremos! Y si no los encuentro, ¡Los mataré a
todos!
[Haigriv y los guardias sales a buscar a los cuatro niños. Finalmente los encuentran en uno de los
salones]
Haigriv:
¿Se creen muy listos? ¡Ahora van a ver!
¿No les advertí? ¡Ahora los tendré que matar!
Piensen en su Señor Vishnu cuanto quieran. Sus muertes están tan lejos de ustedes como
mi espada lo está de sus gargantas.
[En el momento que Haigriv levanta su espada, Matsya, el gran pez, ingresa al palacio rompiendo las
paredes. Una y otra vez arremete contra Haigriv y sus soldados esparciéndolos por todo el palacio.
Desesperados, los demonios hacen todo lo posible por matar al pez, sin embargo, éste los aniquila,
uno a uno, golpeándolos con su gran cola. Los cuatro vedas observan los acontecimientos ocultos
detrás de una columna. Cada vez que Haigriv esgrime su espada contra Matsya recibe una descarga
de energía que lo va debilitando. Finalmente, el gran pez, se eleva y cae sobre el cuerpo de Haigriv,
aplastándolo contra el suelo y dejándolo sin vida. Los cuatro vedas salen de su escondite a la vez
que el Señor Vishnu recupera su forma]
Vishnu:
¡Ellos son mis enseñanzas! No pueden permanecer en un lugar impuro, ni tampoco tú
puedes destruirlos. Es mi deber protegerlos. El tiempo para que lleguen al hombre aún no
ha llegado, y hasta entonces ustedes, que traen el mensaje de la iluminación se quedarán
conmigo.
[El Señor Vishnu abre su boca y los cuatro vedas, convirtiéndose en un Om luminoso, ingresan en
ella]
La Madre tierra:
Me siento bendecida ya que los Vedas fueron protegidos. No solo porque Haigriv fue muerto sino también
porque el Señor Vishnu me ha asegurado que hay alguien tan preocupado por la humanidad y viene a
socorrernos en tiempos de crisis. Agradezco al Señor Vishnu por cumplir su promesa.
Al liberar a los Vedas le ha dado a la humanidad el conocimiento que aún hoy guía al ser humano al
sendero correcto.
Ahora debemos observar como, después de los vedas, el hombre debe protegerse ya que, ¿a quién
beneficiarán los Vedas si el hombre no existe?
[En la ermita de Manu]
Shatrupa:
Señor, he preparado todo para el viaje, desde las semillas hasta las parejas de aves y
animales. También junté un par de pájaros cucú. Sus cantos me reconfortan.
Manu:
¿No juntaste un par de cuervos?
Shatrupa:
Pero… emiten sonidos ásperos, no me agradan.
Manu:
Querida, todo en la Naturaleza está por algún motivo. Todo es útil a su manera. Percibimos
la utilidad de ciertas cosas, pero la utilidad de otras es aún un misterio para nosotros.
¡Pero tienen su utilidad!
A medida que la humanidad progrese este misterio será resuelto.
Shatrupa:
Pero, ¿para qué sirve un cuervo?
Manu:
¿Para qué? Cuando volví a mi casa tras días de penitencia dijiste que sabías que estaba
llegado… Cuando te pregunté cómo lo sabías, ¿no me dijiste que los gritos del cuervo te
avisaron? Por esto, aceptas la utilidad del cuervo.
Shatrupa:
Entonces también debo juntar serpientes…
Manu:
Así es. Muchas enfermedades solo se curan con el veneno. ¿Acaso el veneno de una
serpiente no se utiliza como medicina? El veneno es antídoto del veneno.
Debemos intentar proteger la mayor cantidad de vida posible. No es deber nuestro ver su
belleza. La belleza está en los ojos del que observa.
Shatrupa:
¿Significa que debemos preservar también aquello que nos causa dolor?
¿Hay que llevar las espinas junto con las flores?
Manu:
Exactamente, eso es lo que digo. Cuando una espina se clava, eso duele. Pero es la espina
la que protege a la flor. Es importante ser liberado para entender las creaciones del
Creador. El egoísmo obstaculiza nuestro proceso mental. Es preciso que nuestro mundo
sea colorido. La belleza de la vida radica en la diversidad.
Shatrupa:
Señor, tú eres un erudito… has abierto mis ojos.
Iré a corregir mis errores.
Manu:
¡Aguarda! Al decir eso has hecho que yo me de cuenta de mi error.
Shatrupa:
¿Tú también te has olvidado de guardar algo en el bote?
Manu:
Olvidé llevar la cosa más importante de la vida.
Shatrupa:
¿Y qué era?
Manu:
Olvidé guardar el conocimiento.
Shatrupa:
¿El conocimiento?
Manu:
Si, Devi. Si nos olvidamos de llevar el conocimiento, ¿qué le daremos a la nueva
generación?
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Shatrupa:
Pero, ¿cómo lo tendremos en el bote?
Manu:
El conocimiento es impartido por los sabios… ¿y qué mejor que los siete sabios?
De todo lo que hay que salvar del diluvio, el conocimiento es lo más importante.
Por esto, debemos llevar también a los siete sabios.
Shatrupa:
Sí,… y además son tú familia.
Manu:
No. No los llevaré por ser mis hermanos. Un preceptor es más importante que la familia.
Debo ir a buscarlos.
Shatrupa:
¡Pero, Señor, no tenemos tiempo!
Manu:
No te preocupes. Volveré con ellos al atardecer.
[Poco a poco, la naturaleza comienza a mostrar la proximidad del desastre. Las aves oscurecen los
cielos con su vuelo desordenado. Los siete sabios se encuentran reunidos]
Sabio 1:
No entiendo el motivo detrás de ésta transformación repentina. Ha cambiado todo el
escenario… ¡todo ha cambiado!
Sabio 2:
¡Oh sabio Vasistha! Tú eres el más sabio entre nosotros. Solo tú puedes esclarecer esto.
Vasistha:
Mi conocimiento y mi experiencia indican que vendrá una inundación tremenda. Y si esto
sucede, toda la Tierra estará bajo el agua.
Sabio 1:
Entonces, ¿qué haremos? Se nos envió a la Tierra a impartir el conocimiento… entonces,
¿nuestro fin también se acerca?
Vasistha:
Todo lo que se inicia debe tener un fin. Y los santos auténticos dan la bienvenida al fin igual
que como al inicio. Si nuestro creador desea nuestra muerte, entonces debemos aceptarla
con los brazos abiertos.
Sabio 2:
Pero nuestro propósito aún no se logró. Todavía debemos impartir el conocimiento.
Vasistha:
No nos corresponde pensar en todo esto.
Sabio 1:
¡Oh Vasistha Dev! Tú eres el más grande entre nosotros. Todos procederemos según tu
orientación.
Vasistha:
Debemos sentarnos en meditación para darle la bienvenida a la muerte cuando llegue.
Sabios:
Obedeceremos tus ordenes.
[Los siete sabios comienzan a meditar. Al poco tiempo, Manu ingresa apresurado en la ermita]
Manu:
¡Oh sabios eruditos, interrumpan su meditación! ¡Los necesito!
Soy hijo de Brahma, vuestro primo. He venido a llevarlos por el bien de la humanidad.
Sin ustedes, la vida después de éste diluvio no será iluminada.
¡Oh sabios! Deben cumplir la misión para la que han venido a ésta Tierra.
Por el bien de la humanidad deben acompañarme.
¡Abran los ojos! El tiempo pasa…
Vasistha:
¿Tú eres el primo Manu?
Manu:
Sí. Levántate, se viene el diluvio. He venido a llevarlos.
[Uno a uno, los siete sabios se levantan y siguen a Manu. Mientras tanto, en el monte Kailash, el
Señor Shiva conversa con la Diosa Parvati]
Shiva:
Devi, llegó la hora de sumergir la Tierra bajo el agua.
Parvati:
¿Puedo preguntarte algo?
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Shiva:
Si, adelante.
Parvati:
Shiva:
¿Fue necesaria ésta decisión?
El objetivo de Brahma es grandioso y puro. Y para cumplirlo es importante absolver a la
Tierra.
Parvati:
Oh Señor, ¿todo se ahogará en este diluvio?
Shiva:
Oh Devi, nosotros tres, Brahma, Vishnu y Yo, cada uno tiene una función específica y
ninguno interfiere con los otros dos.
Brahmaji ha cumplido su tarea, ahora me toca a Mí cumplir la mía. Solo Vishnu sabe qué y
quienes se salvaran del diluvio. Porque ésta es su esfera.
Parvati: Pero luego, ¿qué sucederá?
Shiva:
Tras esto, todo se aquietará… pero, ¿por qué estas tan preocupada? Haré esto solo con Tu
apoyo.
Parvati:
No entiendo, Señor…
Shiva:
Tú eres mi inspiración. Yo obtengo fuerza de Ti para cumplir mis deberes.
Parvati: ¿Cómo puedo ser Tu fuerza?
Shiva:
Entrando en Mí. Kailash es conocido como “El Señor mitad mujer”.
Parvati:
Como Tú digas, Señor.
[Tanto Parvati como Shiva se convierten en luz, fusionándose en un único cuerpo. En La Tierra, el
diluvio ha el bote de Manu navega en el mar, a la espera del diluvio. El Señor Shiva permanece en
meditación hasta que, finalmente, su tercer ojo se abre desatando la furia de la naturaleza.
Erupciones volcánicas, aludes de barro y nieve, terremotos y tsunamis azotan la Tierra. El bote
navega a la deriva en un mar embravecido por la fuerte tormenta. Manu, desesperado, recuerda las
palabras del Señor Vishnu: “Manu, vendré en la forma de un pez. Ata este bote a mi pecho, y lo
llevaré hasta las montañas Sumeru”]
Manu:
¡Oh Señor, habías prometido ayudarnos!
[Una gran serpiente aparece en los cielos, para luego sumergirse en el océano. Manu toma la cola de
la serpiente y la ata a la proa del bote. Luego, al ver un gran pez nadando cerca del bote, se mete en
el océano y nada hacia él. En la frente del pez se desarrolla un cuerno en el que Manu consigue atar
la cabeza de la serpiente. Ya exhausto, regresa al bote, nadando bajo la fuerte lluvia. De repente, las
nubes se disipan dando paso al sol, y las aguas se tranquilizan. El gran pez inicia su travesía
arrastrando el bote. Al poco tiempo, una gran montaña se divisa en el horizonte. Manu, Shatrupa y
los siete sabios descienden y recorren su playa.]
Shatrupa:
¡Señor, aquí no hay nada! Este lugar se vé desierto…
Manu:
No hables así. Nosotros estamos aquí, y aquí está Él, quien es Todo.
[El Señor Vishnu aparece ante ellos]
Shatrupa:
¡Oh Señor, benditos somos la contemplarte! ¡Todo lo demás cae ahora en el olvido!
Manu:
¡Oh Señor, Tú nos salvaste de éste diluvio! ¡Estamos eternamente agradecidos!
Vishnu:
Oh Manu, el coraje que has mostrado salvando al gurú y sus enseñanzas es encomiable.
Hiciste penitencia y ayunaste para el bien de la humanidad.
Y tú, Shatrupa, al ayudar a tu esposo en todas las tareas cumpliste tus deberes como una
esposa.
Estoy complacido con ambos, y hay un motivo por el que los elegí entre millones de
personas.
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Manu:
Oh Señor, ¡Tú eres omnisciente! Solo Tú conoces el motivo oculto.
Vishnu:
Yo sé, Manu, que ambos son medios para elevar la humanidad. Mi objetivo debía cumplirse
solo a través de ustedes dos.
Manu, cuando la cosecha está madura y es recogida, el granjero siempre guarda algunas
semillas. Y estas semillas son sembradas para otra cosecha.
Yo he hecho lo mismo. Salvando a los dos he salvado la Vida.
Ahora ambos iniciarán una nueva generación, y esta vida nueva será muy pacífica y pura.
Manu, has hecho un buen trabajo al traer a estos sabios. Porque el conocimiento será lo
más necesario para la nueva generación.
Manu:
Oh Omnisciente, ¡Solo Tú puedes impartir conocimiento a la nueva generación!
¿Cuál es éste conocimiento?
Vishnu:
El hombre es un animal raro... y su historia es igualmente rara.
Cuando se eleva parece un ángel, y cuando cae se parece a un demonio.
Un demonio simboliza la ignorancia y la desdicha y, en cada era, quiero evitar que el ser
humano se convierta en un demonio.
Un humano no puede ser inmortal como los Dioses, pero puede ser completo como los
Dioses. Y yo quería darles el mantra para esto.
Así, elegí protegerlos a ambos del diluvio.
Manu:
¡Oh Señor, estoy agradecido!
Shatrupa:
¡Alabado seas, Oh Señor!
Vishnu:
Les doy a ambos este don, que es lo más importante para la humanidad.
[Vishnu cierra sus ojos emitiendo cuatro profundos Om. Con cada Om, un Deva sale de su boca.]
Vishnu:
Ellos son mis enseñanzas, mis Vedas. Él es Rigved, él es Yathurved, aquél es Samadev y
éste es Atharvaved. Ellos son mis dones para la humanidad.
Mis enseñanzas son la guía para ustedes, ¡y para las generaciones futuras!
[Fin Capítulo 9]
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