Droga es cualquier sustancia, que medicinal o no, se introducen en el organismo, a través de distintas vías: oral, endovenosa, intramuscular, respiratoria, epidérmica y que tiene la capacidad de acción sobre el sistema nervioso central, para alterar o modificar las funciones corporales, las sensaciones, el estado de ánimo o las percepciones sensoriales. Todas las drogas tienen un denominador común: al ingerirlas, pasan a la sangre y a través de ella, el cerebro y a todo el organismo, provocando los diferentes efectos que la caracterizan: excitar, relajar, distorsionar la realidad. A veces pueden provocar sensaciones contrarias a las esperadas, y aun desagradables y angustiosas. Los efectos que produce no son siempre los mismos y depende en gran medida de las expectativas de cada individuo, de su estado de ánimo, de la compañía y el contexto general en el que se toma la droga. Es la necesidad que una persona tiene por consumir drogas. Esta necesidad no desaparece a pesar de que la persona consumidora, sufra las consecuencias negativas producidas al momento de consumirlas o al momento de dejar de usarlas. Se trata más de una necesidad Psicológica que Física. La drogadicción es considerada una enfermedad crónica progresiva, de origen social y familiar, con consecuencias individuales y que si no se trata puede ser mortal. La drogadicción implica un vínculo enfermo entre un individuo y la droga. • ALCOHOL • TABACO • FÁRMACOS ESTIMULANTES (anfetaminas) • FÁRMACOS DEPRESORES (barbitúricos, tranquilizantes, hipnóticos) • MARIHUANA YHACHÍS (porros) • COCAÍNA • DROGAS DE SÍNTESIS (éxtasis) • ALUCINÓGENOS (ácido, LSD) • HEROÍNA • INHALANTES El alcoholismo es el consumo exagerado de alcohol, que ocasiona al bebedor problemas físicos, mentales, emocionales, laborales, familiares, económicos y sociales. Desafortunadamente, el consumo de alcohol aumenta de manera constante, sobre todo entre los jóvenes. Las defunciones por accidentes relacionados con el alcohol (choques, atropellamientos y suicidios) ocupan los primeros lugares entre las causas de muerte en muchos países. El alcoholismo se divide en abuso de alcohol y dependencia del alcohol; si bien, esta diferenciación no es relevante desde el punto de vista clínico. El abuso de alcohol indica dependencia psicológica, es decir, la necesidad de consumir alcohol para el funcionamiento mental adecuado, junto con consumo ocasional excesivo y continuación de la ingestión alcohólica a pesar de los problemas sociales. La dependencia del alcohol abarca alteraciones similares junto con signos de mayor tolerancia (necesitar más alcohol para obtener el mismo efecto) o signos físicos de abstinencia alcohólica. El alcohol puede originar serios problemas de salud, incluso cirrosis, demencia y destrucción de los músculos del corazón (cardiomipatía). Los alcohólicos tienen mayor riesgo de accidentes, especialmente cuando están ebrios (borrachos). El alcoholismo afecta seriamente la relación del alcohólico con su familia, limita las aspiraciones profesionales del individuo y, finalmente, causa la muerte. Evite que los jóvenes y adolescentes beban. Las posibilidades de desarrollar este mal son mayores entre aquellas personas que comienzan a beber en edades tempranas. Aparentemente el alcoholismo tiene una base química y un componente psicológico, pero no se sabe por qué algunas personas pueden consumir alcohol sin hacerse adictas y otras no. Las investigaciones parecen indicar que hay personas genéticamente predispuestas. Su predisposición bioquímica se activa bebiendo, por lo cual tarde o temprano caen en la dependencia. Otras personas parecen alcoholizarse debido a las costumbres sociales, a su entorno familiar o a los hábitos adquiridos. Ciertas características psicológicas parecen aumentar el riesgo de alcoholismo. Los alcohólicos manifiestan las siguientes características: Beber para calmar los nervios, reducir la presión u olvidar preocupaciones Disminución del apetito Beber de un trago Mentir al respecto Beber a solas cada vez con mayor frecuencia Maltratarse a sí mismo o a otros después de haber bebido Emborracharse a menudo Necesitar más alcohol para conseguir el mismo efecto Carácter irritable, resentido o irracional si no se está bebiendo Tener problemas de salud, sociales o financieros debidos a la bebida El médico hará un completo examen físico con especial atención en los órganos que más daña el alcohol: hígado, cerebro y corazón. Puede recetar medicación para reducir la ansiedad y también tratará problemas subyacentes. Como los alcohólicos están a menudo mal nutridos, hará que corrija su dieta. Por último la Persona puede ser enviada a un centro de desintoxicación y rehabilitación. CUIDADOS No beba nunca Con el estómago vacío (sin haber comido algo sólido) No beba para levantar el ánimo No tome bebidas puras; disminúyalas con hielo, agua o refresco Beba lentamente Alterne bebidas alcohólicas con bebidas sin alcohol No beba si está tomando medicamentos Si bebe, no conduzca ni realice acciones que requieran un perfecto estado de los reflejos