Desconstruyendo la Masculinidad, Transformando la Cultura Patriarcal “Por una vida libre de Violencia para todas y todos” MEMORIA DEL TALLER Facilitadores: Javier Muñoz López, Johnny Jiménez Vásquez Co‐Facilitación y memoria: Víctor Morales Coordinadora Programa: Mirta Kennedy Coordinadora Área Legal: Sara Avilez Tomé CENTRO DE ESTUDIOS DE LA MUJER CEM ‐ H 24 y 25 de Julio del 2008, La Esperanza, Intibucá 2 MEMORIA DEL TALLER Des construyendo la Masculinidad, Transformando la Cultura Patriarcal “Por una vida libre de Violencia para todas y todos” Presentación Los días 24 y 25 de julio, el Centro de la Mujer‐Honduras, CEM‐H, realizó en La Esperanza, Intibucá, el taller “Desconstruyendo la Masculinidad; Transformando la Cultura Patriarcal: Por una vida libre de violencia para todas y todos”, en el marco del Programa de Prevención de la Violencia contra las Mujeres. Participaron operadores de justicia del departamento de Intibucá, líderes de organizaciones sociales y populares, y funcionarios de Consejerías de Familia de la Secretaría de Salud a nivel nacional. El taller fue facilitado por Xavier Muñoz y Johnny Jiménez, destacados integrantes de la Asociación de Hombres contra la Violencia, AHCV, de Nicaragua, organización reconocida en la región por su trabajo pionero en la desconstrucción de las masculinidades y su relación con la producción y reproducción de la violencia privada y pública contra las mujeres, y entre hombres. El taller se inscribe en las acciones del CEM‐H en Intibucá, dirigidas a operadores de justicia, Jueces, Fiscales, Policías, e involucrando más recientemente a funcionarios/as de salud, y activistas del movimiento social, con el propósito de informar, capacitar, crear espacios de reflexión crítica acerca de los contenidos culturales que sostienen el machismo y permiten la pervivencia de la violencia contra las mujeres. Especialmente para promover una mayor conciencia en los diferentes actores masculino, tendiente a lograr la aplicación de la justicia y la erradicación de la impunidad, en el sistema legal, en los casos de violencia contra las mujeres; y construir alianzas con diversos sectores de hombres que comparten la aspiración de vivir en una sociedad democrática donde prevalezca la paz y la justicia, y la igualdad entre los géneros. El desarrollo del taller fue precedido por un Foro Público “Por el derecho a vivir sin violencia; construyendo nuevos pactos, erradicando la violencia contra las mujeres”, con participación de mujeres y hombres representantes de organizaciones locales y funcionarios de gobierno. Tanto el Foro como el Taller de Masculinidad se realizaron con el apoyo de Central America Women’s Network – CAWN, y el programa de becas internacionales del Big Lottery Fund U.K. Objetivos A través de la reflexión personal, identificar las características naturales y las socialmente asignadas que forman las identidades masculinas y femeninas, así como el vínculo con el ejercicio de la violencia contra las mujeres, de manera que permita la búsqueda de alternativas ante el Machismo y la Violencia, para proponer masculinizados no violentas para la transformación de la cultura Patriarcal. 3 Propuesta Metodológica Este taller fue diseñado para ser realizado con hombres exclusivamente, para crear un espacio seguro, de confianza y privacidad, que permite a los participantes despojarse de las máscaras impuestas por el machismo, y encontrarse en una reflexión colectiva, desde sus experiencias, vivencias, y sentimientos, para des construir la cultura patriarcal de violencia entre hombres y de los hombres contra las mujeres. Para reconocer la violencia vivida y la violencia ejercida desde una masculinidad impuesta por un sistema de desigualdades e injusticia, que cruza las relaciones de clases, género y generacionales. El trabajo del taller se desarrolló en 2 jornadas, jueves 24 y viernes 25 de Julio. Dados los contenidos y enfoque, la metodología empleada se basó en “el constructivismo didáctico”, que plantea el aprendizaje como una construcción individual y colectiva, a través de una relación de intercambio de los participantes con los facilitadores y con el resto de compañeros. La adopción de esta metodología requiere de un grupo limitado, máximo de 30 personas; en el taller participaron 29 hombres. Mediante un proceso de generación de interrogantes personales, se condujo a los participantes a producir un cambio en la mirada sobre la propia historia, y procesos de socialización, para favorecer la creación de nuevos espacios personales y de conocimiento sobre la relación entre masculinidades y violencia; enfatizando la violencia contra las mujeres. Cada actividad inició con una dinámica o ejercicio lúdico que motivó la reflexión, análisis, y discusión en el grupo, además de incorporar la lectura de documentos (artículo, extracto de un libro) para el reforzamiento teórico de cada tema expuesto. En cada momento, la facilitación del taller permitió que se abriera el debate sobre los temas tratados. La metodología incluyó el registro de los aportes individuales y colectivos, lo que facilitó la recuperación de los aprendizajes surgidos en el taller, para ser compartidos y divulgados en esta memoria; que a la vez se espera que la experiencia sea aplicable en otros espacios similares. El taller se desarrolló siguiendo un Guión Metodológico ajustado el tiempo disponible, que se cumplió de acuerdo a lo planificado. GUION METODOLÓGICO 1er. Día Tiempo Actividad Objetivo Procedimiento 15 minutos 30 minutos 2 horas y Creando un espacio de Brindar información confianza en el taller. general del taller y crear un ambiente agradable y de confianza entre las participantes. Presentación de Conocer a cada uno de los participantes y participantes e identificar expectativas del taller. sus expectativas. Las Siluetas. Reflexionar sobre la Se presentan los objetivos y el contenido del taller. Se establecen los acuerdos de convivencia. A través de las dinámica de presentación en parejas, los hombres comparten sus nombres, edad, a que se dedican y algo que no sabía de mi… y cuáles son las expectativas. En plenaria cada pareja se presenta y se recoge la información compartida. A través de la dinámica: Conejos y conejeras se formas 4 grupos. 4 30 minutos 15 minutos construcción social de la masculinidad y la feminidad a través de la asignación de características naturales y socialmente aprendidas. Grupo 1 y 2 dibujan una silueta de hombre y anotan las características de los hombres ¿cómo somos los hombres? Grupo 3 y 4 dibujan una silueta de mujer y anotan las características de las mujeres ¿Cómo son las mujeres? En plenaria cada grupo expone las siluetas. El facilitador anota en tarjetas las características mencionadas. Luego se distribuyen entre los participantes y se pide que las coloquen ya sea en las características naturales o en las características socialmente aprendidas. Se hace un debate sobre la ubicación y sobre el significado de la asignación de características para hombres y mujeres. El facilitador hace una síntesis enfatizando en el sistema Sexo Género y cómo se vincula con el comportamiento violento de los hombres. Evaluando el primer Evaluar el proceso del taller Se pide a cada participante que con una palabra diga cómo se día. durante el primer día. siente al finalizar el día. Luego se abre un espacio para que los hombres que lo deseen evalúen aspectos generales del taller. 2do Día Tiempo Actividad 15 minutos Iniciando con ánimos el día. 2 horas Violencia en los juegos infantiles. 1 hora Buscando alternativas para renunciar al Machismo y eliminar la violencia contra las mujeres Compromiso de cambios para nuestras vidas 30 minutos 15 minutos Evaluación general del taller Objetivo Crear un ambiente de confianza y tranquilidad entre los participantes. Reflexionar sobre el proceso de socialización masculina relacionada a la violencia a través de los juegos infantiles. Identificar alternativas ante la situación de violencia contra las mujeres y la renuncia al Machismo Asumir compromisos de cambios a nivel personal que permitan renuncia a la violencia contra las mujeres. Evaluar todo el desarrollo del taller. Procedimiento Se inicia el taller con una dinámica de relajación. Se pide a los participantes que mencionen cómo se sienten al iniciar el taller. En plenaria los participantes hacen una lluvia de ideas sobre los juegos que jugaron los hombres en la infancia y en la adolescencia. También hacen una lista sobre los juegos que jugaron las niñas en la infancia y en la adolescencia. Seguidamente se forman 4 grupos. Cada grupo escoge un juego para prepararlo en grupo y luego representarlos en plenaria. Todos los participantes deben formar parte de la representación. En plenaria todo el grupo comenta lo observado durante las representaciones y se reflexiona sobre los elementos de competencia, agresividad y violencia que contiene los juegos. Hablar sobre las alternativas necesarias. En plenaria se hace una lluvia de ideas sobre las propuestas concretas en relación a la prevención de la violencia contra las mujeres. Se entrega una hoja a cada participante y se pide que se escriban un compromiso de cambio que sea medible para cada uno de ellos. Se hace una ronda para que cada participante comparta sus compromiso. Dinámica de evaluación. Se cierra el taller despidiéndonos entre todos. 5 Desarrollo del Taller 1er Día Actividad 1: Creando un espacio de confianza en el taller. Tiempo: 15 minutos Objetivo: Brindar información general del taller y crear un ambiente agradable y de confianza entre las participantes. Procedimiento: Se presentaron los objetivos y el contenido del taller, y se aclaran dudas y responden preguntas de los participantes Se establecieron los acuerdos de convivencia, para crear un ambiente de confianza. Pedir la palabra. Escucharnos. Respetar Horarios Hablar alto. Participación. No vamos a obligar a nadie. Compromiso de poner en práctica lo que aprendimos del taller. Compartir experiencias. No interrumpir con celulares, cambiar el tono. Confidencialidad. Actividad 2: Presentación de participantes y expectativas del taller. Tiempo: 30 minutos Objetivo: Conocer a cada uno de los participantes e identificar sus expectativas. Procedimiento: A través de la dinámica de presentación en parejas, los hombres comparten sus nombres, edad, a que se dedican y “algo que no sabían de mí”… y cuáles son las expectativas. En plenaria cada pareja se presenta y se recoge la información compartida. Participantes: Son hombres, de distintas edades, funcionarios de instituciones públicas como Consejerías de Familia de la Secretaría de Salud, Centro de Salud de La Esperanza, Poder Judicial (Jueces de varios municipios), Policía Nacional, DGIC, Ministerio Público, Alcaldía de La Esperanza, y a integrantes de organizaciones sociales y populares de la zona, como ADGSS/UNC, CENCAPS (¿??), AHCV (¿?), y COPINH. (Lista en anexo). La mayoría de los participantes, correspondían al tramo de edades de 35 a 45 años, con la participación de 2 jóvenes. La mayoría de los hombres funcionarios públicos participantes, tenían conocimientos sobre el marco legal de prevención de la violencia doméstica. Para los participantes, era la primera vez que una organización de mujeres les invitaba a participar en un taller de capacitación de este tipo. 6 Expectativas Profundizar y retroalimentar conocimientos Enriquecer conocimientos y seguir concientizándome en el proceso de la violencia doméstica Adquirir conocimientos. Descubrir oportunidades para que las políticas se lleguen a materializar de alguna manera. Contribuir a formar nuevos pactos para erradicar la violencia doméstica y ser un defensor contra la violencia. Compartir y aprender más para poner alto a la violencia doméstica. Seguir aprendiendo para sensibilizar, transformarme y aprende de los demás. Nuevos conocimientos para adquirir y ponerlos en práctica en las labores diarias. Aprender sobre violencia doméstica Sacarle provecho al taller y nuevos conocimientos. Asimilar y ser factor multiplicador. Tener conocimientos y sobre la ley contra la violencia doméstica. Aprender más y saber en qué estoy fallando. Compartir experiencias de trabajo que se tienen y de aprender de ustedes. Actividad 3: Las Siluetas. Tiempo: 2 horas 30 minutos Objetivo: Reflexionar sobre la construcción social de la masculinidad y la feminidad a través de la asignación de características naturales y socialmente aprendidas. Procedimiento. a. Dinámica: Conejos y conejeras se formas 4 grupos. b. Grupos de trabajo. Grupo 1 y 3 dibujan una silueta de hombre y anotan las características de los hombres ¿Cómo somos los hombres? Grupo 2 y 4 dibujan una silueta de mujer y anotan las características de las mujeres ¿Cómo son las mujeres? c. En plenaria cada grupo expone las siluetas. El facilitador anota en tarjetas de color celeste y rosado, las características mencionadas para hombres y para mujeres. CARACTERÍSTICAS DESCRITAS PARA LA SILUETA DE HOMBRE Grupo Con órgano reproductor De un sistema mixto Machete, simboliza el trabajo que 1 a la moda, roquero, realiza Procrear hijos. Vicios alcohol y Típico hombre hondureño. Cultiva vegetales. cigarro Fisonomía, cuida su Pensamiento en cuerpo, es atlético. mujeres, carro, trabajo Grupo Su contextura de cuerpo, Es machista Físicas y biológicas 3 espaldas anchas. No menstrúa. Tiene vellos en la cara, barba, 7 Grupo 2 Grupo 4 Su corte de cabello. Engendra hijos, produce esperma y la mujer produce óvulos. Los hombres no paren los hijos El hombre fue el primero en la procreación humana. bigote. Su contextura es fuerte. Cambio de voz, voz fuerte. Órganos genitales diferentes a las mujeres. Jefe de familia, al contraer matrimonio. Se diferencia de la mujer por su forma de vestir. Usa pantalones y camisa, la mujer vestido, falda o minifalda. CARACTERISTICAS DESCRITAS PARA LA SILUETA DE MUJER Amable Especial Chica ideal, con minifalda, con escote, con algo escondido Hogareña Compasiva Joven sonriente, Fiel Cordial Cariñosa Servicial Fina Cautelosa Madre de todos En plenitud de sus labores como mujeres nosotros Sensible Intuitiva Atenta Comunicativa Detallista Inteligente Usan brassier Sensibles Chica especial. Cargan muchas cosa en la Menstrúan Rostro bonito, luciendo con su carteras cabello Se depilan la piernas Usan blúmer Bonitas Son pensantes Tienen mamas Inteligentes Usan cremas Se pintan Usa perfumes Tiene la manzana de ADAN Somos hegemónicos, con varias mujeres pero no dejamos que las mujeres puedan tener varios hombres. Orina parado. d. Luego se distribuyen las tarjetas entre los participantes y se pide que las coloquen, ya sea en las características naturales o en las características socialmente aprendidas, correspondiente a mujeres y hombres. Los participantes colocaron, según su criterio las características “naturales” y “socialmente aprendidas”, de las mujeres de los hombres. Características de las Mujeres Natural Socialmente aprendida Bonitas Inteligentes Compasiva Cariños Vaginas Sensibles Menstrúan Tiene óvulos Pelo largo Cautelosa Fiel Comunicativa Cariñosa Atenta Usa brasier Usa blúmer. Se pintan Se depilan Natural Características de los Hombres Socialmente aprendida Penes. Testículos. Fuerte Pelo corto. Barba, La manzana, Bello en el pecho, Barba. Engendra Trabajador. Violencia. Toman Machista Fuman Jefe de Hogar Jefe de Familia Pantalón 8 Hogareñas Pelo largo Tienen mamas Orina parado Tiene espermatozoides No menstrua No pare e. Se hace un debate sobre la ubicación y sobre el significado de la asignación de características para hombres y mujeres. Con relación a las Mujeres, se hace una discusión sobre las características “naturales”, y “socialmente adquiridas” Inteligencia Es la sociedad quien condiciona quien es inteligente o no. Es Natural del ser humano porque se nace con eso. En nuestra sociedad se dice que los hombres son inteligentes. La inteligencia es característica del ser humano pero está condicionada por las oportunidades y necesidades. Es un elemento de discusión. Bonita Es una categoría que se determina por lo social. En el ojo del observador está la belleza. La sociedad califica, pero la persona que vé puede determinar , por eso es natural. Aun así se establece un margen social, lo bello o lo feo. La belleza no sólo puede ser física, sino interior. La palabra belleza tiene un peso muy cultural. Se determina de acuerdo a cánones establecidos socialmente. Compasiva – cariñosa – Sensible Se encuentra como una situación natural, que la tiene hombre y mujeres, son características humanas de ambos sexos. Fiel Es una condición social que está totalmente vinculada las mujeres. Atenta Es una condición social que se les enseña a las mujeres. Para los hombres, ser atento es solo para conseguir algo a cambio. Comunicativa Es una condición social que se les enseña a las mujeres. 9 Con relación a los Hombres, se siguió un análisis similar, concluyendo que características como la barba, la manzana de Adam, vello en el pecho, son características secundarias, relacionadas al sexo biológico. Y se distinguieron las características propiamente sexuales de las socialmente aprendidas o culturales, que se resumen en el cuadro que sigue. Luego de esas reflexiones colectivas, se reordenan las tarjetas que corresponden a las características de las Mujeres. Características de las Mujeres Mixtas Características de los Hombres Natural Socialmente aprendida Características Natural Socialmente aprendida humanas Vaginas Bonitas Inteligentes Penes. Orina parado. Menstrúan Fiel Compasiva/o Testículos. Pelo corto Tiene óvulos Comunicativa Cariñosa/o No pare Fuerte. Tienen mamas Atenta Sensibles No menstrua Trabajador Usa brasier Cautelosa/o Violento Usa blúmer. Fiel Toman Se pintan Machista Se depilan Fuman Jefe de Hogar Jefe de Familia Pantalón Este ejercicio, durante el cual los propios participantes ubicaron las tarjetas con las características “naturales” y “aprendidas”, según la consideración de cada uno, fue de mucha discusión y aprendizaje, en la medida que permitió un debate sobre cada característica, revelando los conceptos aprendidos, los prejuicios, los mitos sobre lo que es natural y lo que es cultural. f. El facilitador hace una síntesis introduciendo el concepto de “Sistema Sexo Género” y cómo se vincula con el comportamiento violento de los hombres. ¿Qué significa ser hombre? Es una pregunta que se escucha cada vez con más frecuencia en nuestras sociedades. Ya no es tan extraño encontrar grupos de hombres cuestionando los valores y comportamientos que histórica y socialmente se reconocen como masculinos. Esto se debe, en gran parte, a los avances que en las últimas décadas han logrado las mujeres en materia de derechos y oportunidades y a la modificación de sus roles en la casa y en la vida pública, pero también a la insatisfacción de muchos hombres con su propia masculinidad. Hablemos entonces de Sexo… Cuando hablamos de SEXO nos referimos al conjunto de características físicas, biológicas, anatómico – funcionales que diferencias a las mujeres y los hombres. Estas características están establecidas por la naturaleza y no son modificables, a menos que sea por intervención quirúrgica. Aunque estas modificaciones aún no definen el cambio por completo del sexo ya que tendríamos que tomar en cuenta la fisiología de los órganos genitales (Funcionamiento de órganos internos como por ejemplo, la matriz, los testículos, etc.) 10 Hablemos de Género… Por género entendemos el conjunto de valores, normas, conductas, tradiciones y funciones que la sociedad asigna a mujeres y hombres en una época y cultura determinada. Es la construcción social de lo femenino y lo masculino, y comúnmente se conoce como “el sexo socialmente construido” Los hombres tienen características que han sido construidas socio culturalmente, entre las cuales podemos mencionar; La forma de vestir (camisas y pantalones), la manera de tratar a las mujeres (Impositivos, agresivos, violentos, mandan, deciden por ellas, etc.), sus hábitos sociales (fumar, tomar alcohol, participar en deportes rudos, ser mujeriegos, engendrar pero no asumir la paternidad), demostrar fuerza y valentía ( no ser afectivo ni cariñoso, no expresar sentimientos, enfrentar siempre al peligro, defensores de las mujeres y de la familia, etc.) y la forma de relacionarse entre sí (competencia, violencia, brusquedad, complicidad, etc.) Dentro de este esquema se destacan valores supuestamente importantes para nosotros los hombres, a saber: La Fuerza Física; Permite dominar, controlar, y tener poder sobre las otras personas, especialmente sobre las mujeres, niñas, niños, adolescentes, jóvenes. Se aprende que los hombres debemos ser fuertes, resistentes, ofensivos, duros, tenaces, y hasta violentos. La inteligencia racional: Que instiga a los hombres a ser decisivos, competitivos, trabajadores, agresivos, listos. Partiendo de esta creencia y auto imagen, se considera natural que los hombres tengamos mayor responsabilidad y capacidad de encargarnos de trabajos relacionados con las ciencias, la cultura y la política. La Libertad: Que se reserva como un derecho propio de nosotros los hombres; libertad sexual, social y de movilización, libertad de estar solo cuando se quiere estarlo, de negar las responsabilidades familiares y sociales, el de decidir asumir o no la paternidad. Todo esto conduce a los hombres a ser egocéntricos, narcisistas e individualistas. Muchos utilizamos el concepto de libertad y lo aplicamos con actitudes irresponsables y de libertinaje. “Hago lo que quiero porque tengo la libertad de hacerlo” Son valores que responden al modelo predominante de masculinidad y son excluyentes en la medida en que no se reconocen como valores propios de las mujeres. Los aprendemos desde la niñez mediante las experiencias de vida y en el discurso social a través de todo el sistema cultural (en las instituciones educativas, políticas, religiosas, los medios de comunicación y hasta en las artes, entre otras). Son interiorizados por cada hombre, moldean su carácter y personalidad e influyen de manera contundente en su desarrollo personal y en su comportamiento, tanto en lo íntimo como en lo público. No quiere decir, sin embargo, que todos los hombres compartamos los mismos valores, actitudes, y comportamientos o que produzcamos en nuestras vidas exactamente lo que prescribe el modelo predominante de masculinidad. Cada hombre es un individuo y por ende, tiene su manera particular de interpretar, interiorizar y manifestar los mandatos y patrones de la masculinidad, que la sociedad busca asignar de manera uniforme a todos los hombres. Por eso es importante diferenciar entre la Identidad Masculina Asignada (el modelo) y la Identidad Masculina Asumida (la propia de cada hombre). La aplicación de un análisis de género nos permite esa diferenciación para darnos cuenta, a la vez, de que la 11 adquisición de los valores y comportamientos denominados masculinos se debe no tanto a la naturaleza, sino más bien a un proceso de socialización. Asimismo, por tratarse de valores y comportamientos aprendidos, son lógicamente, modificables, siempre y cuando estemos abiertos a hacer una reflexión crítica sobre su construcción social, de modo que conduzca a transformar conceptos, valores, actitudes y conductas, es decir, a la madurez psicológica y social. Por ello se dice que el género, a diferencia del sexo, es transformable. Considerar que todos los hombres corresponden exactamente al modelo sería tener una visión muy pobre y esquemática de nuestra manera de estar en el mundo, sin ningún valor positivo y cuyo objetivo principal sería la deliberada explotación y subordinación constante y sistemática de las mujeres. Esta conceptualización, por supuesto, no corresponde a la realidad, ya que, como seres humanos, los hombres también gozamos de atributos positivos. Asimismo los hombres resultamos ser a veces victimas y a veces cómplices de nuestro propio sistema patriarcal, ya que nos tienen vedadas actitudes y valores asignados exclusivamente a las mujeres, sin los cuales nuestra vida afectiva se empobrece, nuestra conciencia se atrofia, nuestra conducta social se deshumaniza. En la práctica, no es fácil desvincularnos y cuestionar el modelo impuesto por el sistema, ya que las instituciones sociales ejercen fuerte presión sobre nosotros para que asumamos el estereotipo de hombre. Generalmente no tenemos conciencia de que el ejercicio del poder de dominio y control ,factor que caracteriza nuestras relaciones de género, se debe a procesos socioculturales donde aprendemos conceptos, valores, actitudes, mandatos y patrones asociados con la masculinidad. Más bien, como parte del mismo proceso de socialización, interiorizamos un complejo de superioridad masculina como fenómeno natural , y sin reflexión alguna aceptamos los privilegios y los derechos que de forma exclusiva han sido asignados a nuestro género. Nos hemos preguntado si los hombres nacen o se hacen. Podemos responder que nacemos con nuestro sexo determinado por la naturaleza, pero todo lo demás (muestras manera de percibir el mundo, nuestros conceptos, actitudes, valores y comportamientos), es socialmente aprendido. Actividad 4: Evaluando el primer día. Tiempo: 15 minutos Objetivo: Evaluar el proceso del taller durante el primer día. Procedimiento: Se pide a cada participante que con una palabra diga cómo se siente al finalizar el día. Luego se abre un espacio para que los hombres que lo deseen evalúen aspectos generales del taller. La metodología desarrollada permitió desconstuir el conocimiento común sobre la masculindad y feminidad, los prejuicios y conocimientos que se han tenido como verdaderos. Fue interesante la discusión sobre las características “biológicas” y “sociales”. Muchas de las cosas que consideraban biológicas, son aprendidas, culturales, sociales. 12 La discusión sobre características como la inteligencia, la suavidad, la sensibilidad, que eran consideradas cualidades masculinas o femenina, se revelaron como condiciones humanas, muy dependientes del medio social para su desarrollo. El interés y la integración del grupo se logró, aunque las opiniones de los participantes, no fueron homogéneas. Desarrollo del Taller 2do Día Actividad 5: Iniciando con ánimos el día. Tiempo: 15 minutos Objetivo: Crear un ambiente de confianza y tranquilidad entre los participantes. Procedimiento: Se inicia el taller con una dinámica de relajación. Se pide a los participantes que mencionen cómo se sienten al iniciar el taller. Resumen de la jornada pasada Se inicio la jornada con las palabras de bienvenida por los facilitadores y presentación de los participantes y expectativas. Se hizo la dinámica de los conejos y las conejeras. Para conformar 4 grupos de trabajo. Se trabajó en grupos para caracterizar a un hombre de una mujer, características biológicas naturales y las socialmente aprendidas. Se hizo una discusión sobre la inteligencia y otras características que parecían naturales Se aprendió a caracterizar cómo los seres humanos nacemos y cómo la sociedad nos marca las pautas. Discusión sobre la Violencia Se abre la discusión sobre la violencia como algo esencial en los hombres o como algo aprendido. o Hay personas que opinan que la violencia no es esencial en el hombre. o Nadie necesita vivir con violencia. o No puede ser esencial porque si no, no se podría cambiar las relaciones entre seres humanos y entre hombres y mujeres. o La violencia es sí, no es permanente. o Se puede prevenir, hay que cortarla desde antes. o Es prevenible y hay que trabajar en ella. Este debate estuvo centrado en la discusión sobre la “naturalidad” de la violencia, o como producto social o cultural. Algunos participantes opinaban que la violencia es una cualidad natural, dígase biológica, de los seres humanos, y particularmente de los hombres, como una condición masculina. Otros, argumentaron que la violencia es un producto social y cultural, que es aprendida, trasmitida y reproducida, y que no es algo propio de la naturaleza masculina, por lo tanto se puede desaprender. 13 Actividad 6: Violencia en los juegos infantiles. Tiempo: 2 horas Objetivo: Reflexionar sobre el proceso de socialización masculina relacionada a la violencia a través de los juegos infantiles. Procedimiento: Se escoge un juego para representar. a. En plenaria los participantes hacen una lluvia de ideas sobre los juegos que jugaron los hombres en la infancia y en la adolescencia. También hacen una lista sobre los juegos que jugaron las niñas en la infancia y en la adolescencia. b. Seguidamente se forman 4 grupos. Cada grupo escoge un juego para prepararlo en grupo y luego representarlos en plenaria. Todos los participantes deben formar parte de la representación. Juego: esconde la faja. Grupo 1 Alguien del grupo tiene la faja, y uno la busca dentro del grupo, si se escoge al que no tiene la faja, Grupo 2 Grupo 3 Grupo 4 el que la tiene le pega al que está buscándola. Juego caer al charco Dos grupos tiran uno de cada punta de un lazo, jalan el lazo para que el otro grupo caiga al charco que hay en el medio. Maule, el juego de la tortuga. Los jugadores dibujan una tortuga en el suelo, y a una cierta distancia, mas o menos 2 metros, dibujan una raya. Cada jugador pone un maule en la tortuga y tira el maule hacia la raya, el que queda más cercano a la raya gana la salida para empezar le juego. El juego sigue, tirando los jugadores el maule hacia la tortuga, y el que logre quedar mas cerca o adentro de la tortuga, gana todos los maules. Se genera una discusión sobre quien fue el que dejó el maule más cerca de la raya y más cerca de la tortuga; a ver quien queda dentro de la misma. Juego ganando reales. Se pregunta quien tiene dinero y si lo pueden gastar en el juego Consiste en dibujar un círculo en el suelo, y los participantes, desde cierta distancia, tiran la moneda al aire, intentando que quede lo más cerca del centro del círculo; el que logre colocarla lo más cercano posible al centro, es el ganador. Se discute sobre quien tira primero la moneda, y sobre quién logró colocar la moneda más cerca del centro; el que gana se queda con todo el dinero de los jugadores. c. En plenaria todo el grupo comenta lo observado durante las representaciones y se reflexiona sobre los elementos de competencia, agresividad y violencia que contiene los juegos. ¿Como se sintieron jugando? Grupo 1 Grupo 2 Bien, Alegres, Relajados Relajados 14 Grupo 3 Recordando de cuando era niño y las rivalidades Recordé la infancia, y me sentí bien, y lo mucho que me gustaba, esa época. Se siente bien por una parte recordar la etapa de niño y recordar los juegos que no se practican, pero se practica la violencia porque cada quien quiere jugar y ganar. Se siente motivado porque se recuerdan los tiempos de la infancia. Me sentí al principio divertido, pero la final entró la cuestión de pelear y se generó violencia Se sacan algunos elementos que tiene el juego Fajazos Violencia Carreras Habilidad Amenaza Astucia Curiosidad Recordando cómo fue de niño, la infancia Me ponía en el lugar de cuando era pequeño. Al principio me sentí alegre, pero al perder me sentí mal, y empecé a agarrar rivalidad para el siguiente juego Grupo 4 Me sentí molesto, porque el compañero nunca entendió el juego, además yo deseo ganar, y quiero ganar Yo me remonté a hace muchos años, además era un juego para adultos, pero los niños lo jugamos a escondidas. Bien, porque hago remembranza, pero siempre yo quiero ganar de una u otra manera. Porque además se ganaba dinero. Feliz, porque me recordé de mis niños, pero también ver que desde niño hay el tema de la violencia, porque hace fuerza y violencia. Juego esconde la faja Tensión Poder Seguridad. Miedo Burlas Re victimización. Poder Astucia Deseo de revancha – Reto venganza Adrenalina Dolor Discusiones Golpes Vulgaridades Malas expresiones Juego de Maules y la Tortuga Golpes Riñas Discusión Insultos Trampas Astucia Lesionados Inconformidad Discordia apuesta Avaricia Discusión Necesidad de ganar Preocupación Interés en el dinero Ofensas Juego Caer al charco Fuerza Rivalidad Debilidad Burla Revancha Resentimientos Frustración Suciedad Complejo de inseguridad Alerta Intimidación. Juego Ganando reales Habilidad Rivalidad Golpes Poder Tensión Malas miradas Qué cosas comunes hay Nadie quiere perder, disputan por no perder. Rivalidad Poder Hay perdedores Son juegos sólo de varones, no participan las niñas En todos hay cierto ejercicio de violencia, o el juego es violento, o genera violencia. 15 Enseñan conductas y habilidades de la masculinidad machista (astucia, trampa, interés en el dinero, poder, golpes, avaricia, venganza, miedo, burlas, amenaza, adrenalina, intimidación, alerta, discordia, dolor, vulgaridades, ofensas, entre otras. REFLEXIÓN ¿Qué tienen que ver estos juegos con el aprendizaje de la violencia? En todos los juegos, la violencia es el tema común. Los juegos socializan a los niños para acostumbrarse a las relaciones violentas, para vivir en relaciones de violencia y a ejercerla. Llama la atención que de los 4 juegos que fueron seleccionados, ninguno incluye a las niñas. Las indicaciones de los facilitadores no decían explícitamente que fueran juegos sólo para niños. Los participantes se identificaron con los juegos que ellos jugaron. Y como se ve, eran juegos de niños y entre niños, en los que practicaron a ejercer conductas violentas, y en los que se excluían a las niñas. Y a ser estigmatizados si no participaban de ese modelo de masculinidad aprendido, como débiles, maricones, etc. Estos juegos ya tiene roles establecidos, el de la Faja, reproduce una relación donde uno tiene el poder y los otros tienen que enfrentarse al poder. La Faja, es un instrumento de poder y para ejercer violencia a la vez, el que tiene la faja tiene el derecho de golpear. Los otros juegos, enseñan a competir entre los hombres, no a colaborar ni cooperar, el mejor es el que gana, o como se dice, “el que más grita es el que tiene más pinol”. Gana el que más disputa o el que puede llegar a ser violento al final del juego, a imponerse como ganador. En esos juegos, se hace una clara relación entre: COMPETENCIA….FUERZA…VIOLENCIA….IMPOSICIÓN…GANANCIA ¿Hay juegos infantiles que no tiene estos elementos? Si hay, los juegos femeninos. Por ejemplo las rondas. Las rondas por lo general relatan situaciones que se refieren a prácticas sociales que reproducen el lugar de las mujeres en el mundo, y el poder de los hombres; esperar al hombre que se fue a la guerra, al novio para casarse, etc. Los juegos de las niñas parecen ser mas colaborativos, pero también, relacionados a los roles domésticos; aprender la maternidad jugando roles, mama, papa, hogar, maestra. ¿Y en los juegos de los niños? ¿Se hace difícil conseguir un juego que no sea violento? Lo que pasa es que nos enseñan que hay juegos de niños y niñas. A los niños no les está permitido, socialmente, jugar los juegos de niñas, y viceversa, aunque las niñas hasta cierto punto tienen menos restricciones. El estigma es fuerte para los niños que prefieren jugar juegos de niñas, es como renunciar a la masculinidad aprendida. Incluso, hay juegos infantiles de niños, más violentos que los analizados; como las hondas para tirar piedras, y las guerras entre grupos con estas armas infantiles. 16 Resultó curioso que los participantes no nombraran el futbol, que es un juego rudo, pero colectivo. De alguna manera las reflexiones del taller movieron los recuerdos de los juegos que marcaron las conductas violentas aprendidas en los juegos. Muchos de estos juegos son la réplica de juegos de hombres adultos. El de la moneda, es un juego de apuestas; va acondicionando a los niños a esas conductas adultas. Recordaron los participantes, que en la infancia, mientras los adultos estaban apostando, los chicos se distanciaban para apostar también aunque fuera maules, monedas, o la merienda escolar. l juego del fajazo, va condicionando al niño que el que pierde sufre la violencia. Acostumbrándolos a los golpes, al dolor, a aguantar la violencia, como una condición de la masculinidad, y a ejercerla. En estos juegos es importante analizar qué sucede con los niños que no cumplen con estas exigencias Son tachados de maricones, Son apartados, Son aislados, Son intimidados, Se van sacando los mejores y los peores se van excluyendo. Se discriminan. Es decir que tiene que aprenderse esos patrones de juego. ¿Alguno fue excluido de los juegos? ¿Qué significó para él? Como no jugaba como ellos querían, eso me hacía sentir fuera Cuando nos íbamos al río y se hacía juegos competitivos, yo no participaba y me decían que era el homosexual del pueblo Si llegaba golpeado a la casa, a uno le pegaban, pero si uno llegaba golpeado pero había ganado la pelea, lo premiaban. Nos socializan desde la agresividad, competencia y poder. Vemos cómo a través de los juegos hay un aprendizaje, cómo a través de un juego podemos ir aprendiendo elementos violentos que nos pueden ir creando y determinando a lo largo de nuestra vida. Aprender la relación entre la violencia y el ejercicio del poder. Y eso se aprende por un juego Ahora hay organizaciones que están intentando inventar pasatiempos lúdicos no violentos. Pero es difícil, porque hay juegos culturales, con historias de muchas generaciones, que pasan de abuelos a padres, a hijos. El tema de la violencia tiene que ver con la reproducción de lo aprendido, muchos de los actos de violencia están ligados a relaciones culturaless, “así lo hizo mi papá” d. Hablar sobre las alternativas necesarias. CAUSAS DE LA VIOLENCIA (plenario) Se elaboró un listado por parte de los participantes sobre las posibles causas de la violencia y se fueron discutiendo algunos ítems interesantes. Bajo nivel de valores. ‐ Cuando uno actúa violento, prepotente, es que no tiene valores personales, no está acorde a lo que se tiene que hacer en la sociedad. ‐ Hay hombres que recuerda cómo los maltrataban en la infancia, y ahora agradecen el maltrato porque si no sería delincuente. 17 ‐ La situación está fundamentada en que en años anteriores la autoridad era impuesta por medio de la violencia. Por eso es que muchos agradecen esos fajazos. ‐ La mayoría de los hombres están de acuerdo con los castigos corporales, pero no recuerdo a mi papá por el golpe y por la etiqueta que me puso a mí. Yo no estoy de acuerdo con los castigos corporales. ‐ Es necesario asimilar el perdón Machismo Temperamento Por herencia ‐ No se puede heredar a través de los genes, porque si la violencia fuera genética, sería algo normal, y necesaria, lo cual no es, la violencia se hereda socialmente, en la cultura y la familia. ‐ La violencia tiene que ver con los compartimentos socialmente aprendidos, por lo tanto se puede cambiar. Por cultura Costumbre (educación en el hogar) Desequilibrio de poder. Inequidad social Miedo a perder el poder. ‐ Al hablar de la violencia es necesario hablar de poder, control o dominio Por nacimiento, puede suceder desde la concepción. ‐ Relaciones prematrimoniales, permitidas o no. Cuando las relaciones prematrimoniales dejan la concepción, surgen padres irresponsables, la mujer queda sola y el niño queda con el sentimiento del ser no querido, nace el niño que no tiene padre, no tiene familia, eso provoca violencia. Eso se pasa al niño, el sufrimiento. ‐ Se puede notar en las parejas que tiene una familia constituida, y el primer hijo desde que está concebido lo tratan bien, le dan cariño desde que nace, pero de repente, nace uno no planeado y viene a ser un estorbo dentro del hogar, a ese niño lo forman como un error, la diferencia de estos dos niños, al que le dieron cariño desde el vientre es diferente al que no le dieron cariño, el que vino como un estorbo lo educan de diferente manera (el segundo niño “nace” violento) ‐ Tengo entendido que todos los hombre no nacemos violentos, nacemos agresivos, pero no violentos, eso lo aprendemos. ‐ La cuestión es que las teorías que hemos recibido nos dicen que uno de los parámetros de la violencia es el hogar, el niño percibe la violencia entre la pareja, luego se fomenta con los juegos, la televisión y todo eso va formando la personalidad violenta, no nace, se le hace. ‐ El hogar es una parte primordial, porque el comportamiento de los padres hacia los hijos marca la violencia o no, en relación al trato, porque no hay equidad, dependiendo de cómo trata a Juanita o a Pedrito, no es en sí del nacimiento, si o en el transcurso de lo que va observando. ‐ No nacemos violentas, pero a veces la confundimos con la fuerza o con la potencia. ‐ “La violencia es heredada por genes. Se puede dar a través de los genes”, insistieron en opinar alguno, haciéndose eco de teorías bilogistas que ocultan la responsabilidad social ante la violencia, sin transformar la cultura. ‐ Los padres al momento de concebir al hijo, qué razones tiene para concebirlo, cómo se le trata en el vientre, mientras se desarrolla en el vientre asimila, escucha y espera recibir lo mismo al nacer. Pero después del nacimiento viene la otra parte, la responsabilidad de los padres, la de infundir los valores, la forma de comportase, cómo tratar a los niños y las niñas, luego lo que la sociedad nos atribuyen, luego viene nuestro razonamiento, y ver lo que nos presenta la sociedad. ‐ Con la concepción, tiene que ver los hijos que nacen dentro del matrimonio o fuera del matrimonio 18 Una madre embarazada que recibe violencia, trasmite al niño que se está formando en su útero, las percepciones sobre la violencia, pero el asunto es cuando nace, si el niño va a ser violento, tiene que ver con el entorno. Los religiosos, por medio del castigo, así fue como nos formaron. Desintegración familiar. Falta de comunicación en la familiar y en las parejas. EFECTOS DE LA VIOLENCIA EN LOS HOMBRES 1. Se pierde la cariño hacia nosotros 2. Hay desconfianza 3. Nos enfermamos. 4. Hay temor 5. Hay desacuerdo 6. Hay costos 7. La cárcel 8. Terminar muerto 9. Venganza 10. Soledad y abandono Muchos de los juegos que practicamos en nuestra infancia y juventud exigen ejercicio físico y formación de equipo para su realización. Son, de hecho, un importante medio para el desarrollo psicomotor y para la adquisición de habilidades de interacción social. Aunque es cierto que en muchos de los juegos infantiles hay violencia, no sería correcto decir que todos en si son violentos o que incitan a la violencia. Existen muchos juegos y deportes que pueden ser realizados sin caer en dinámicas violentas. Los juegos son un medio crucial en la formación de nuestra identidad masculina, porque determinan la apropiación de valores considerados masculino: el coraje, la competencia, la agresividad, la fuerza física, la superioridad y la violencia. La adquisición de estos valores, implícitos en muchos de los juegos infantiles y juveniles, es un requisito para sentirnos varones en la sociedad. Es por ellos que gran parte de los juegos varoniles le dan más importancia a la necesidad de ganar y de mostrar poder y fuerza física que al principio olímpico de la participación. En esta dinámica, también resulta importante, especialmente para los que ya se han ganado la reputación de débiles, desarrollar la capacidad de soportar dolor. Muchas veces se vuelve propósito de los “fuertes” el infligir dolor físico sobre los más débiles, para de esta manera, poner a prueba su hombría. Los hombres “de verdad”, por supuesto, nunca lloran. Es por eso que los juegos violentos, o la violencia en los juegos, a menudo determina el lugar y la posición en el grupo, y los liderazgo suelen fundamentarse en la fuerza física, aun cuando la ejerzamos contra nuestra voluntad. Paradójicamente, tales juegos permiten, a la vez, experimentar un sentimiento de seguridad, aceptación y pertenencia. No todos los participantes en los juegos, sin embargo experimentan esta sensación de pertenencia. En la práctica, el deseo de quedar entre los ganadores muchas veces nos lleva a menospreciar y discriminar a los muchachos más pequeños y con menos dotes y destrezas físicas. Los consideramos débiles e inferiores, y muchas veces los apartamos, físicamente o mediante la burla, argumentando que no sirve o tildándose de “maricones”. Estos refuerzan la sensación de superioridad, en lo individual y en lo colectivo, entre los corpulentos y los fortachones. 19 Al ganar nos sentimos bien, importantes y poderosos, y en los juegos de equipos seleccionamos para nuestro grupo a los muchachos más “varoniles”, los que demuestran agilidad, fuerza y corpulencia. Comúnmente, en la niñez hay juegos catalogados como propios para niños y otros propios para las niñas. Los juegos que requieren arrojo y malicia son para niños; aquellos que no exigen fuerza y que se valoran como suaves, son para las niñas. Así, en la mayoría de juegos de varones no invitamos a ninguna mujer por considerar que “ellas no pueden”. Esta práctica parte de la premisa de género de que las mujeres son débiles y suaves; y del mandato que limita el desenvolvimiento de las mujeres al ámbito privado, permitiendo a la vez que los hombres se desarrollen en el espacio público. Dicho de otra forma, no es por casualidad que la mayor parte de los juegos varoniles se realizan al aire libre, y los de las niñas, en la casa o lo más cercano a ella. A los niños se les permite mayor libertad de movimiento, pero las niñas “deben” estar cerca de donde puedan ser protegidas y vigiladas: la casa; lugar donde aprenden a asumir su papel de madres y esposas. Los esquemas de género se ejercen también sobre los juegos compartidos entre niños y niñas, que en general son pocos. Los varones que suelen participar en los juegos de niñas o compartir sus espacios, comúnmente son objeto de burla. Si nos miran jugar con las niñas vecinas de la casa o con las primas, por ejemplo, nos ponen el ojo encima y nos dice que vamos a convertirnos en maricones y nos empiezan a sancionar. Sin embargo, para muchos varones ciertos juegos mixtos representan una oportunidad para acercarse físicamente a las muchachas, y casi siempre tiene una connotación de malicia, de excitación sensual o sexual. Es bastante común jugar con ellas para manosearlas, lo que para muchas madres y padres justifica la prohibición a sus hijas a salir de la casa. En lugar de educar y orientar a los varones, se opta por controlar, castigar y limitar a las mujeres. Una vez más se evidencia la opinión de que las mujeres necesitan protección, y se refuerza al mandato masculino de considerar a éstas como “carne fresca”. De esta manera se viene inculcando y reforzando, tanto en los varones como en las mujeres, una serie de nociones equivocadas, prejuicios, miedos, misterio y tabúes alrededor de la sexualidad humana. A pesar de ello, en nuestra época empieza a ser frecuente que las niñas participen en juegos considerados del dominio cultural de los varones. Muy pocos adultos admitirán haber jugados en su niñez con muñecas, y, si lo hicieron, seguro que fue a escondidas. Las niñas, sin embargo, no corren el riesgo de ser criticadas y burladas si comparten algunos juegos varoniles, por ejemplo, el escondite. Después de todo, están aspirando a algo considerando masculino, y por ende superior. El nivel de su participación, sin embargo, siempre está determinado por el peligro a que se expone, especialmente en la dimensión sexual. El contexto socioeconómico influye en la selección de los juegos infantiles y el grado de violencia que estos tengan. Hay niños y niñas que trabajan y no tienen el tiempo, los recursos o el espacio necesario para realizar juegos educativos y creativos que les permitan irse formando de una manera positiva en la sociedad. Más aún, la violencia que se ven obligado a asumir en los juegos les sirve como métodos de sobre vivencia o de defensa ante un medio sumamente adverso y hostil. No quiere decir, sin embargo, que los juegos de los niños de escasos recurso son más violentos que los de los niños de las familias con mayores posibilidades económicas. La violencia se refleja también, aunque sea de 20 otra forma, en los juegos y pasatiempo de unos y otros. El gran acceso a la tecnología mediática es, hoy en día, un fenómeno generalizado en todas las zonas urbanas de Latinoamérica. En este caso, la televisión, y con ella los videojuegos, representan los recursos tecnológicos de mayor preferencia entre las nuevas generaciones de niños y niñas. Incluso, se llega a hablar de la “generación de tele adictos”. Al igual que la mayor parte de la producción mediática, la televisión y los videojuegos contienen una gran carga de acción violenta que estimula una competitividad depredadora, excluyente y violenta. La magia de la imagen permite una apropiación más ágil de esos códigos y valores que se gestan dentro del sistema sexo‐ género. Los juegos computarizados y electrónicos, por ejemplo, tienen alto contenido de violencia y promueven en los niños no solamente agresividad y competitividad, sino también estrés y ansiedad. Conducen a la par, al autoaislamiento social y con ello, a una especie de adición. Frente a este proceso más mediático, resulta lógico encontrar niños que en sus juegos imitan a los súper‐ héroes contemporáneos, y empiezan a practicar todo lo que ven en la pantalla chica y grande, asumiendo que lo visto y escuchado es ser hombre y con ellos se ganarán el respeto de sus amigos. Los juegos infantiles de los varones transmiten y refuerzan las actitudes, valores y comportamientos considerados masculinos por la sociedad. Si entre ellos predominan el poder de dominio y control y la violencia, lógicamente, son esos valores los que van a hacer reproducidos. Como padres y como hermanos mayores, es un gran reto transformar los aspectos negativos y destructivos de los juegos masculinos y rescatar y enfatizar los valores verdaderamente humanos: la cooperación, la justicia, la solidaridad, el trabajo en equipo, la participación en hacer las reglas, la equidad entre los géneros, etc. Actividad 7: Buscando alternativas para renunciar al Machismo y eliminar la violencia contra las mujeres. Tiempo: 1 hora Objetivo: Identificar alternativas ante la situación de violencia contra las mujeres y la renuncia al Machismo Procedimiento: En plenaria se hace una lluvia de ideas sobre las propuestas concretas en relación a la prevención de la violencia contra las mujeres. La violencia implica el uso de la fuerza y el poder con el objetivo de intimidar, controlar, someter, doblegar e incluso matar, siempre tiene la connotación de daño. Partiendo de la definición que nos planteamos y haciendo un análisis de nuestras vidas, podemos decir que existen diferentes tipos de violencia interpersonal: la violencia física, la violencia psicológica o emocional, la violencia sexual y la violencia económica. La violencia física es cuando una persona ejerce fuerza sobre otra, y muchas veces implica contacto corporal, por ejemplo, mediante bofetadas, empujones, forcejeos o golpes. También se puede ejercer violencia sin 21 contacto corporal directo, por ejemplo, tirando objetos, o mediante el uso de armas blancas o de fuego. Ambos tienen como objetivo causar daños físicos a la otra persona. La violencia psicológica o emocional es cuando una persona ejerce poder sobre otra sin tener que recurrir a la violencia física. Usa su posición de poder y autoridad para controlar, manipular y subyugar a personas bajo su dominio. Típicos ejemplos de este tipo de violencia son los insultos, el chantaje, las humillaciones en públicos, la descalificación, la indiferencia, la amenaza, el control de movimiento de la otra persona y de su acceso a otras personas y espacios. La violencia sexual, como su nombre lo indica, es cuando una persona exige contacto o relaciones sexuales con otra, sin que esta dé su consentimiento. No se limita a la violencia con penetración, sino que incorpora cualquier tipo de comportamiento sexual impuesto sobre la otra persona: el hostigamiento, los piropos y vulgaridades no deseadas, los manoseos, caricias, besos y demás, no aceptados por la otra persona. No es raro que la violencia sexual se acompañe de violencia física o psicológica, y no es un fenómeno que se manifiesta solo en las calles. Muchas personas son violentadas sexualmente dentro de la casa por familiares o por personas cercanas a la familia. La violencia económica se refiere al abuso de poder de una persona sobre otra en el ámbito económico. Una de sus manifestaciones más frecuentes consiste en negar, retener o retrasar la debida remuneración financiera. Otras veces asume formas institucionales, por ejemplo, cuando por el mismo trabajo a las mujeres se les paga menos que a los hombres. Otra forma de violencia económica ocurre cuando un padre se niega a entregar la pensión alimentaría de sus hijos. Por lo general, ninguno de estos cuatro tipos de violencia se encuentra de forma aislada. Es decir, si en una relación de pareja el hombre hace uso de la violencia física, es casi seguro que esté presente también algún tipo de violencia psicológica. De la misma manera, una mujer que ha sido víctima del abuso sexual seguramente habrá experimentado, a la par, violencia psicológica y hasta violencia física. Para propósitos de análisis, es útil de hablar de diferentes “tipos” de violencia, pero en la práctica su manifestación es combinada. En la tipificación de la violencia interpersonal es importante, también, discernir entre la violencia de género, que es cualquier tipo de violencia ejercida sobre la base de las diferencias de género, sea en lo público o en lo privado, y la violencia intrafamiliar que se refiere a actos de violencia perpetrados por una persona de la misma familia. Tomando en cuenta los valores y característica del modelo de la masculinidad predominante, no resulta sorprendente que la mayor parte de los actos de violencias de género sean cometidos por parte de hombres en contra de las mujeres. Suele ser similar en el caso de la violencia intrafamiliar, pero este concepto también abarca otras posibles relaciones violencia que no necesariamente se basan en las diferencias de género. Por ejemplo, la violencia (física o psicológica) de las madres y los padres hacia los hijos e hijas es una dinámica basada en cómo concebimos la “naturaleza” humana y cómo los padres y madres “debemos” encauzarla o educarla, condición que también otorga poder y autoridad, más aun que en las concepciones de género. La competencia, la agresividad y la violencia son elementos que empezamos a asumir como valores propios de nosotros, los hombres, desde muy temprana edad, y las víctimas de nuestra violencia son los más débiles: los niños, y, por supuesto las niñas. El ejercicio de la violencia como comportamiento masculino surge de la necesidad compulsiva y socialmente construida de demostrar nuestra hombría en todas las instancias de nuestra vida. Descubrimos que el uso de la fuerza y la violencia nos otorga la admiración de nuestros compañeros, y que ganar significa gozar de mayores derechos, prestigio, ventajas y privilegios. De esta manera se llega a considerar como un valor positivo de nuestra masculinidad, y por ende, algo que buscamos 22 desarrollar como habilidad que nos permita sentirnos masculino. Sin embargo, hay que recordar que no es un valor, ni es propio de los seres humanos. También entre niños, niñas, adolescentes, jóvenes y sus padres y madres se desarrollan relaciones impregnadas muchas veces de violencia la cual se manifiesta de diversas formas. Una buena parte de la violencia que los niños varones sufrimos en el ámbito familiar procede de nuestros padres: castigo físico (fajazo, golpes, manotazos), humillaciones, privación del derecho al estudio, imposición de tareas duras, trabajos pesados (sobre todos para las niñas y niños rurales) abandono y maltrato verbal. Todo ello configura hábitos de conducta que después rigen nuestro trato hacia las otras personas, particularmente hacia aquellas consideradas inferiores a nosotros. Con nuestras madres, en quienes la sociedad delega la responsabilidad de la educación y la crianza, las relaciones pueden volverse muy complicadas y la violencia puede manifestarse en dos vías. Un niño aprende que puede obedecer a su madre, y muchas madres, partiendo de su posición de poder sobre su hijo, hacen uso de violencia física y psicológica para “educar”, controlar y ejercer su autoridad. A medida que van pasando los años, la visión del mundo de este niño va cambiando, y ya de joven o adulto, asumiendo que los hombres son superiores a las mujeres, es muy capaz de ejercer algún tipo de violencia, típicamente psicológicamente en contra de su madre. En estas relaciones se cruzan los diferentes tipos de violencia. Ya en la edad adulta, las personas que más sufren por nuestra violencia, ampliamente entendida, son nuestras esposas o compañeras y nuestros hijos e hijas, es decir, personas de nuestra propia familia. El ejercicio de esta violencia ocurre porque como parte de nuestra identidad masculina asumida, nos consideramos superiores y hasta nos creemos dueños de las otras personas, y hasta con el deber de utilizar violencia para poner orden y mantener nuestro control, dominio y autoridad. Así que entre la condición masculina de género (la identidad masculina impuesta por el sistema sexo/género con dominación masculina) y la violencia de género (violencia de los hombres contra las mujeres en la casa y en la calle) hay una relación causal y dialéctica. La existencia de la primera conduce de forma directa a la violencia de género que, sucesivamente, refuerza y ayuda a perpetuar el poder y dominio masculino en la sociedad. A la par, existen factores que, cuando están presente, agravan la violencia de género: el abuso del alcohol, la pobreza, el desempleo masculino. Sin embargo, considerar estos factores causa en sí de la violencia de género no sería estrictamente correcto, ya que hay hombres ricos que no toman licor, pero que sí ejercen violencia en contra de su pareja. Lo hacen porque han aprendido que la violencia es una medida legítima para ejercer autoridad y garantizar la satisfacción de sus necesidades. A través de la violencia, pero sin medir sus costos, muchos hombres nos reafirmamos frente a la sociedad y frente nosotros mismo como “hombres de verdad”. Los costos sociales de esa forma de afirmación a través de la violencia, son muy altos, tanto para las mujeres como para los hombres; muchos hombres y mujeres mueren prematuramente por causa de esa violencia de género. 23 Actividad 8: Compromiso de cambios para nuestras vidas Tiempo: 30 minutos Objetivo: Asumir compromisos de cambios a nivel personal que permitan renuncia a la violencia contra las mujeres. Procedimiento: Se entrega una hoja a cada participante y se pide que se escriban un compromiso de cambio que sea medible para cada uno de ellos. Se hace una ronda para que cada participante comparta su compromiso. a. Dinámica: Escribir una carta. Le contarán a la persona que quieran, lo que hicieron el día de ayer y de hoy. Identificar el conocimiento de los dos días y cuáles son los elementos importantes para comenzar a hacer un cambio en su vida. Cambios que se puedan asumir sin que se requiera de dinero, sino que sean cambios personales que se puedan asumir y cumplir. b. Compartir con los compañeros. ‐ Quiero compartir con mis compañeros sobre la violencia psicológica. Quiero darle el lugar que se merece como mujer, a mi esposa. ‐ Al mirarlos a ustedes, veo que es un problema de todos los estratos, y mi mayor compromiso es compartir a partir de mi testimonio, lo que me ha hecho a mi, ¡quiero volver a ser una familia los tres, Jesús, mi esposa y yo!. ‐ Una de las cosas importantes que quiero rescatar, la persona a la que le dirijo esta carta; es sobre la relación de la familia, y las cosas importantes. ‐ Tiene que ver con mis fallos como ser humano y mi contacto con Dios. Para generar cercanía a base de respeto con una persona con la cual he estado separado últimamente. ‐ El taller me hace reconocer en mis fallos, y como comprometerme en mi relación con la persona que amo. Cuando escribieron las cartas, la mayoría, de los participantes, se conectaron con referentes de sus experiencias. En la mayoría de los casos, los mensajes estaban dirigidos a mujeres, casi todos a la esposas; otros a la suegra, la madrastra. Uno de los participantes dirigió el mensaje a otro hombre para disculparse por sus conductas violentas pasadas. Algunos participantes, no quisieron compartir sus cartas, estos eran funcionarios públicos; la figura de autoridad que representan en lo público, impidió que pudieran manifestar una experiencia de reconocimiento de la violencia ejercida, y el compromiso público a cambiar. El taller sólo fue un primer paso para avanzar hacia un cambio, al que hay que darle seguimiento. c. GUIAS DE PREGUNTAS PARA TRABAJO DE GRUPOS. ¿Cuáles estrategias organizativas podemos implementar que nos permitan el desarrollo de un trabajo de género con hombres en Honduras? ¿Cómo vemos la participación de las mujeres en el trabajo con hombres? ¿Cuáles podrían ser las acciones inmediatas que ustedes consideran podríamos desarrollar? 24 I. Preguntas ¿Cuáles estrategias organizativas podemos implementar que nos permitan el desarrollo de un trabajo de género con hombres en Honduras? I. ¿Cómo vemos la participación de las mujeres en el trabajo con hombres? I. ¿Cuáles podrían ser las acciones inmediatas que ustedes consideran podríamos desarrollar? Grupo 1 Formar una red de Asociación de Hombres No violentos en Honduras a través de: Directivas o seccionales, por departamento, municipalidades o local. Grupo 2 Construir una red de Hombres contra las violencias. (físicas, psicológicas, etc…) Fortalecer y extender las consejerías de familia. Sensibilización y concientización. Asignar una partida presupuestaria para sostener la Red de Hombres contra la Violencia. Implementar capacitaciones con contenidos de masculinidad, violencia, género en los distintos niveles. En una partes es nula, y en otras es Es bueno, pero su trabajo con débil, debido a que las mujeres no Hombres es poco participativo. creen en el proceso de cambio de los Hombres. Se pueden convertir en aliadas estratégicas Si nos proponemos en una unidad de trabajo con ellas, eso se va a fortalecer. Se requiere orientación de las mujeres hacia los hombres sobre algunos temas. Se necesita más unificación. La idea es que las mujeres no vayan a sensibilizar a los hombres, la idea es que nos sensibilicemos en torno al tema y que nos aliemos. Se debe demostrar que hay voluntad de cambio. Programas educativos en Debe comenzarse escuelas, colegios etc. personalmente. Campañas masivas Elaborar un manifiesto público permanentes sobre género. con los participantes en este taller contra la violencia y Seminarios en escuelas, UNAH hacerlo público, divulgarlo. y otros grupos Incluir en los planes estratégicos Municipales. 25 d. Balanza de la inequidad. Se refiere a que en la balanza de género, el fiel de la balanza está más del lado de los hombres en este momento, entonces no es cierto que las mujeres tienen las mismas condiciones ni oportunidades, y los hombres, al hablar de la igualdad, tenemos que reconocer el punto de partida desigual de las mujeres, para llegar en el futuro a una relación de equidad. Las mujeres traen desventajas históricas que tienen que superarse para que podamos construir relaciones de equidad. 26 5. Hacia la igualdad (lecturas de apoyo del taller) “El hombre debería de aprender a hacer las cosas de la casa... las mujeres no nacimos aprendidas... no nací sabiendo cocinar, me tuve que quemar varias veces los dedos”. “Los hombres pueden cuidar a los hijos. Es un proceso de aprendizaje. Yo no sabía cortar caña... la necesidad me obligó... así los hombres pueden aprender las cosas de la casa”. Una cualidad importante para ser aliado de las mujeres es aprender a escucharlas. Debemos tomar en serio sus planteamientos, sentimientos y demandas. “Si mi mujer viaja a Costa Rica, me corresponde hacer un nuevo ensayo en la casa”. “No quiero tener una relación intranquila, con celos, con pleitos. No quiero que nieguen mis capacidades. No quiero volver a oír a ningún hombre que me diga que rica, cuando voy por la calle. No quiero que me levanten la voz y que nos golpeen” Para lograr equidad, entre hombres y mujeres, los hombres tenemos que reflexionar auto‐críticamente sobre nuestro propio machismo y asumir el compromiso de cambiar esas conductas que discriminan o que hacen daño a las otras personas. Así también, necesitamos multiplicarlos al máximo aquellos comportamientos positivos que ya tenemos. Cada hombre debe proponerse sus propias metas de cambios personales, según su realidad y características. Para un hombre su primera meta puede ser superar un problema de alcoholismo. Para otro puede ser no seguir jugando el dinero en apuestas. Otro compañero necesita parar de inmediato la violencia contra su pareja. Cada quien puede ir buscando “a dónde le chima más el zapato”. Nos ayudaría mucho en nuestros cambios si nos juntamos con otros hombres a reflexionar sobre nuestros comportamientos y actitudes como hombres. Podemos contribuir a través de intercambios donde compartamos con otros hombres los cambios que estamos teniendo. No es suficiente dejar de ser autoritarios o dejar de maltratar a las mujeres. También necesitamos ayudar a que otros hombres cambien. No callar ni celebrar el machismo de otros hombres porque nos volvemos cómplices. Es difícil romper esa complicidad, cuando queremos actuar diferente, otros hombres se burlan y ponen en duda nuestra hombría. Esto sucede cuando estos otros hombres no han tenido la oportunidad de reflexionar sobre el daño que causa el comportamiento violento y machista. Cuando empezamos este proceso de cambio para construir una vida de igualdad con las mujeres, nos damos cuenta que produce muchos beneficios. Cualidades que están dentro de nosotros y no habíamos tenido la posibilidad de descubrirlas. Disfrutar de la crianza y cuido de nuestros hijos e hijas, por ejemplo. O que las mujeres con las que convivimos vivan una vida más plena y estén con nosotros por amor y no por miedo. Estos beneficios también los podemos recibir cuando estamos en situación de migración, es decir, cuando somos nosotros quienes hemos tenido que irnos. Relaciones basadas en la igualdad con nuestras esposas, novias, amigas y madres, nos dan fortaleza y ánimos de seguir adelante. Gozaremos de escucharnos, comprendernos y apoyarnos. Podremos enfrentar mejor la distancia y la soledad. Podemos construir alianzas con las mujeres en distintos lugares de nuestra vida cotidiana. En nuestras casas, en centros de trabajo, en organizaciones y comunidades a las que pertenecemos. A continuación compartimos algunos compromisos personales de cambio que los hombres en los talleres se 27 propusieron: - Me comprometo a mejorar en todo, especialmente los defectos que tengo como hombre. - Yo me comprometo a mejorar en mi hogar para poder ayudarle a los demás hombres a terminar con la violencia y el machismo. - Cuidar los pocos bienes que tenemos en el hogar. - Estar atentos con mis hijos en todo lo que les haga falta en sus estudios, alimentación y educación. - Cuidar la casa. - Como esposo me comprometo de serle fiel, tratarla mejor y hacerla feliz. Como padre a ser mejor padre con mis hijos, educarlos para que sean unas personas de bien en nuestra sociedad. - Tomaré como principio dar a conocer con otros hombre lo aprendido. - Involucrarme en las tareas del hogar, ser también un “amo de casa.” Para hacer realidad todos los compromisos de cambios que los hombres nos proponemos, es importante tomar en cuenta lo siguiente: El poder y el mando de un hogar debe ser compartido. Tanto mujeres como varones tenemos los mismos derechos y capacidades de tomar decisiones en el hogar. Por lo tanto, tenemos que sentarnos a platicar para llegar a un consenso en la familia. Para aquellos hombres que tenemos hijos abandonados, vamos a hacer un cambio. Buscaremos a ese hijo o hija y le daremos nuestro apoyo emocional y material según nuestras posibilidades. No hay nada que justifique la violencia contra la mujer. La violencia es siempre condenable porque atenta contra los derechos humanos de las personas. Podemos disfrutar de nuestra sexualidad de una manera respetuosa. Siempre debo respetar la intimidad de la otra persona. Si la otra persona no quiere sexo, debo respetar ese “no”. El tener sexo con una mujer no significa que se convierte en nuestra propiedad. Siempre podemos apreciar y reconocer las cualidades y opiniones de las mujeres, aunque a veces no estemos de acuerdo con sus planteamientos. La próxima vez que escuchemos a un hombre decir un comentario machista, trataremos de hacerlo reflexionar para que encuentre su error. La mejor manera de ayudar a un amigo es ayudándolo a salir del machismo. ”En la negociación con igualdad, hombres y mujeres ganamos. Aprendemos que aunque haya poca comida, contamos con el amor, respeto y que a la par tenemos una pareja que nos ama, que nos estima. Juntos tenemos que luchar por una vida digna.”* *Fuente: Hombres y Mujeres participantes en los encuentros sobre “Relaciones de Género, Masculinidad y Migración” Proyecto Género y Migración de OIT /Asociación de Hombres contra la Violencia. ‐ Octubre de 2003 28 Actividad 9: Evaluación General del taller Tiempo: 15 minutos Objetivo: Evaluar todo el desarrollo del taller. Procedimiento: Dinámica de evaluación. Se cierra el taller despidiéndonos entre todos. La metodología fue buena, lo único es el local, es muy largo, seria buenos un lugar más accesible y se hubiera invitado a más personas. Hubiera sido bueno más tiempo, pero para captar el propósito es suficiente, se han tocado puntos esenciales, nos han hecho moldear cosas y nos ha hecho ver de una manera clara sobre la violencia y nuestra actuación. Esta es la primera vez que participé en un taller sobre violencia sólo para hombres, esto es una semilla para expandir el tema en muchas instituciones Para mí fue bueno porque hemos compartido el tema de la violencia doméstica y hemos visto donde está el problema. No todos fuimos formados en una sola forma, unos violentos o otros nos. Además como se aprende la violencia en la sociedad. Se ve que los compañeros facilitadores manejan el tema, pero ojalá que lo que aprendimos lo podamos poner en práctica. Para mí fue buena la participación, y de esto es la primera vez que hemos hablado, del tema de la violencia desde los hombres. Y es importen formar líderes para ir a las aldeas hablando sobre este tema. Esto es muy importante, me sentí cómodo y nos divertimos. Lo importante es el conocimiento que nos quedó para ponerlo en práctica. Esto es un cambio personal para mi, muchas cosas que como humano debo cambiar. Al finalizar el Taller, los participantes deciden formar la Red de Hombres contra la Violencia QUEDA ESTABLECEIDA LA RED DE HOMBRES CONTRA LA VIOLENCIA DE HONDURAS Se establece la Junta Directiva Cargo Nombre Lugar de procedencia Coordinador Marco Antonio Moreno Francisco Morazán Sub coordinador Juventino Gómez La Esperanza Secretario Jovany Estrada Juticalpa Tesorero Humberto Castillo Danlí Fiscal Sabino González La Esperanza Vocal 1 Gertrudis Gómez La Esperanza Vocal 2 Florentino Ventura Marcala, la Paz 29 Documentos Anexos APUNTES PARA UN MARCO TEÓRICO: GÉNERO Y MASCULINIDADES1 Elaborado por: Montserrat Fernández Piñón (Red de Mujeres Contra la Violencia) y Patrick J. Welsh (Asociación de Hombres Contra la Violencia), Managua, Nicaragua, Marzo 2003 El patriarcado y el sistema sexo‐género con dominación masculina2 La construcción de las identidades de género y la asignación de roles diferenciados a las mujeres y a los hombres no se dan por casualidad en la sociedad. Más bien ocurren porque son parte integral de un sistema social construido a lo largo de muchos siglos. Este sistema, muchas veces conocido como el patriarcado, otorga a los hombres poder sobre las mujeres y la facultad de decidir no solamente sobre sus propias vidas sino también sobre las de las mujeres, las niñas y los niños. Tienen el derecho a someter, vigilar y hasta castigar a las mujeres y la niñez, quienes están consideradas inferiores en el plano físico, intelectual y sexual. La asignación de las identidades y roles de género que hemos descrito asegura que esta relación desigual de poder se dé entre hombres y mujeres. Según Gerda Lerner (1990), el patriarcado apareció entre los años 3100 y 600 antes de Cristo: “A medida que en las comunidades primitivas los hombres comenzaron a tener riquezas y para garantizar que sus fortunas pasaran a manos de sus hijos, decidieron encerrar en la casa a su compañera de vida y asegurar así que los hijos tuvieran su sangre”3. Alda Facio, feminista costarricense, define el patriarcado de la siguiente manera: “El patriarcado es el poder de los padres: un sistema familiar, social, ideológico y político mediante el cual los hombres, por la fuerza, usando la presión directa o por medio de símbolos, ritos, tradiciones, leyes, educación, el imaginario popular o inconsciente colectivo, la maternidad forzada, la heterosexualidad obligatoria, la división sexual del trabajo y la historia robada, determinan qué funciones podemos o no desempeñar las mujeres. Siempre está subordinado al grupo, casta o clase compuesto por hombres, aunque pueda ser que una o varias mujeres tengan poder, hasta mucho poder —como las reinas o primeras ministras— o que todas las mujeres ejerzan cierto tipo de poder”4 1 Tomado de “ALTERNATIVAS. QUEREMOS Y PODEMOS TENER UNA VIDA MEJOR CUIDANDO NUESTRAS RELACIONES” Manual de trabajo con adolescente y jóvenes mujeres y varones AMUNIC/FNUAP Nicaragua, Elaborada por: Montserrat Fernández Piñón /Red de Mujeres Contra la Violencia) y Patrick J. Welsh (Asociación de Hombres Contra la Violencia), Managua, Nicaragua, Marzo 2003. 2 Tomado y adaptado de CANTERA. El Significado de Ser Hombre. pp.59‐61 y del folleto de la Universidad Nacional de Costa Rica “Primeros Pasos en la Teoría Sexo”, escrito por Cora Ferro Calabrese. 3 Portillo, V. G.; Muñoz, A.V. (2001, febrero). Palabras nuevas para un mundo nuevo. San Salvador: ISDEMU / UNESCO El Salvador. 4 Folleto de la Universidad Nacional de Costa Rica “Primeros Pasos en la Teoría Sexo”, escrito por Cora Ferro Calabrese. 30 En la teoría de género el patriarcado es también conocido como el sistema sexogénero, denotando que es un fenómeno histórico‐social, cultural, construido sobre las diferencias de sexo entre mujeres y hombres. En teoría, podrían existir 3 tipos de sistemas sexo‐género: de equidad, de dominación femenina o de dominación masculina. Este último es el que prevalece en nuestra sociedad y otorga privilegios, derechos y oportunidades a los hombres que son negadas a las mujeres. Por ende, es un sistema androcéntrico, ya que gira alrededor de los intereses, las necesidades y el bienestar de los hombres. En Centro América y en otros países de América Latina y el Caribe, el patriarcado o el sistema sexual con dominación masculina es popularmente conocido como “machismo”. El poder de dominio y control, y la violencia de género5 El concepto de poder de dominio y control tiene particular importancia para perpetuar las inequidades de género. En sistemas sociales basados en diferencias de género, este tipo de poder es un atributo masculino. Los hombres rápidamente aprenden que ellos no sólo tienen que poseer el poder, sino que también deben usarlo. El poder incluye la habilidad para conquistar y dominar, lo cual conduce al control y a la manipulación de quienes son considerados inferiores, y promete también recompensas. Se espera que los hombres utilicen este tipo de poder en sus relaciones con las mujeres en todas las esferas de su vida, y su uso exitoso garantiza derechos y privilegios dentro de la unidad familiar y en la sociedad. Para asegurar la libertad de acción del hombre, su desarrollo individual y profesional, y las recompensas asociadas con éstos (dinero, prestigio, estatus social), las mujeres deben ser subordinadas. Sin embargo, el ejercicio de este tipo de poder implica el uso de la violencia contra las mujeres, conocida como violencia de género, y se manifiesta especialmente en las relaciones de pareja, llamándose violencia conyugal (o violencia doméstica). La fuerza física es vista como un valor masculino positivo a ser inculcado por hombres y en hombres. Su aplicación privada como violencia física y como un medio para controlar mujeres, es una práctica común que muchos hombres interiorizan como su derecho y deber. A hombres y mujeres se les ha enseñado a considerar a las mujeres en el matrimonio o la convivencia como propiedad del hombre. Esto confiere al hombre el derecho de hacer lo que a él le plazca con la mujer y el deber de mantenerla bajo control. La violencia como manifestación del poder de los hombres no está limitada a la esfera física. El sentido de superioridad inculcado en los hombres, a menudo, lleva al abuso psicológico sistemático de las mujeres por sus parejas; por ejemplo, al abuso verbal que humilla y denigra constantemente y al uso de un lenguaje amenazante y violento. Aquél es expresado en el constante control y monitoreo de los espacios y movimientos de las mujeres y, a veces, hasta en la negación de permiso para abandonar la casa. En muchos casos la violencia física y psicológica van de la mano y son a características permanentes de las relaciones conyugales. Asimismo, la violencia de hombres contra mujeres tampoco está confinada a la violencia conyugal. Dentro de la familia son comunes otras dinámicas violentas; por ejemplo, padres que usan violencia psicológica y física contra sus hijas e hijos, quiénes a su vez la usan contra sus hermanas, y madres que ejercen violencia contra sus hijos e hijas. Esta violencia, conocida como violencia intrafamiliar, también afecta a las personas ancianas en la familia, quienes muchas veces reciben maltrato de parte de otros(as) miembros de la familia. 5 También 5 Tomado y adaptado de Welsh, P. (2001). Los hombres no son de Marte: Desaprendiendo el machismo en Nicaragua. Londres: CIIR 31 La violencia sexual es también un producto del poder de dominio y control que ejercen los hombres, y generalmente se reconoce que muchos de los actos de violencia sexual contra las mujeres son cometidos en la propia casa de la mujer por miembros de su familia o por amigos. También, mujeres de todas las edades están sujetas a acoso y actos de violencia por parte de los hombres en otras áreas de la vida diaria: en el trabajo, en el transporte público, en los mercados, en los centros de estudio, en los centros comerciales y en las calles. La idea de que los hombres tienen el derecho a usar la violencia y que ésta es una conducta masculina natural, está tan arraigada en la mente tanto de hombres como de mujeres en los países centroamericanos que, en las relaciones conyugales donde la violencia está ausente, la gente muchas veces se pregunta: ¿él la ama realmente?. La violencia, especialmente en sus formas “suaves”, es vista como una expresión de amor y afecto, especialmente cuando es resultado de los celos. Es creencia popular que un hombre celoso que pega a su pareja lo hace porque la ama tanto que está temeroso de perderla con otro hombre. La violencia de género, en todas sus manifestaciones y en todos los ámbitos privados y públicos donde se ejerce, es un mecanismo para la perpetuación del dominio de los hombres y para garantizar las oportunidades, derechos y privilegios que el patriarcado les otorga. Tiene consecuencias devastadoras en las vidas de las mujeres, para su desarrollo humano, para su bienestar, salud física y mental y, muchas veces, termina con la muerte de ellas. Violencia intragenérica 6 La violencia que ejercen los hombres, sin embargo, no se limita a la violencia contra las mujeres. La violencia intragenérica, o violencia usada por hombres contra hombres, también está relacionada con la asignación social y la asimilación individual del poder como un atributo masculino positivo. Para muchos hombres, el uso de la violencia física es una forma “normal” de resolver disputas (peleas callejeras o de bar), a menudo, usando cuchillos y pistolas. La importancia está puesta en la habilidad para pelear, para defenderse, soportar el dolor y, cuando es necesario, dar una tremenda paliza al adversario. Esta es una forma de alcanzar estatus y de ganar y perpetuar poder dentro de círculos masculinos. La violencia física y psicológica se usa también sistemáticamente contra hombres (individuos y grupos) que se salen de las normas masculinas. Los gays son el objetivo obvio para este tipo de violencia, tanto como lo son otros hombres que fallan en satisfacer las normas de la masculinidad tradicional. Esto se puede ver en el aislamiento, burla e intimidación de los niños que son quietos y reservados o que carecen de fuerza física. Muchos hombres viven esto en su juventud y adultez. La fuerza bruta y no el diálogo es el camino para resolver las diferencias. Como consecuencia, el bienestar y la salud física y mental de los hombres también se ven afectados. El uso de la violencia entre hombres para resolver conflictos provoca guerras, en un nivel macro, y, en un nivel micro, la muerte de muchos hombres que fallecen producto de pleitos con arma blanca y de fuego entre hombres. Si el proceso de vivir la masculinidad tradicional representa un obstáculo para el bienestar y la salud de las mujeres, también lo es para los mismos hombres. Un estudio reciente llevado a cabo en México, “Masculinidad como factor de riesgo”7, reveló que las tres causas más comunes de muerte en hombres son accidentes de carro, homicidio (hombres que matan a otros hombres) y cirrosis del hígado, esta última 6 idem 7 De Keijzer, 1996: 11. 32 relacionada al consumo de alcohol. Aunque el estudio considera otros elementos, la hipótesis expuesta es que la masculinidad tradicional es en gran proporción un factor causal importante para esas muertes. El estudio también encontró que, pese a que más de dos tercios de los intentos de suicidio eran cometidos por mujeres, el 75% de suicidios consumados eran cometidos por hombres. De acuerdo a estadísticas policiales en Nicaragua, en 1996 el 84% de suicidas exitosos fueron hombres. Esto puede estar vinculado con la crisis social y económica pero también con los métodos que los hombres eligen para acabar con sus vidas. Las mujeres usualmente toman una sobredosis de pastillas y, en muchos casos, sus intentos de suicidio son más un grito pidiendo ayuda. En cambio, muchos hombres se ahorcan o se disparan; pedir ayuda sería admitir debilidad y va en contra de los valores masculinos que predominan aún en el momento de quitarse la vida. La autoviolencia y la violencia que se ejerce entre hombres contribuye a que, en general, hombres tienen una menor esperanza de vida que las mujeres. Vista de esta manera, la construcción de las identidades tradicionales de género que establecen relaciones de poder de dominio y control y de violencia traen consecuencias negativas para las mujeres, para los hombres y para las relaciones humanas entre ambos. Incide directamente en la disminución de la calidad de vida. Sexualidad8 Otra dimensión de la vida en que el poder de dominio y control de los hombres sobre las mujeres cobra particular significado es en el ejercicio de la sexualidad. Aunque en general la sexualidad humana está cargada de mitos, tabúes y temores, el sistema sexo‐género con dominación masculina prescribe mandatos sexuales distintos para los hombres y las mujeres. Para las mujeres, el ejercicio de la sexualidad está vinculado a su rol reproductivo y al mandato primordial de ser madre. Las mujeres que no cumplen con la maternidad, tanto como un hecho biológico como un proceso social, no son consideradas mujeres completas. La maternidad define su condición de mujer. Frente al placer sexual, las mujeres aprenden como parte de su socialización de género que no deben buscarlo y que deben llegar vírgenes al matrimonio. Luego deben preocuparse por el placer sexual de sus hombres. Por eso para la mayoría de las mujeres, el ejercicio de la sexualidad se experimenta como algo negativo que les llena de vergüenza y culpa. Los mandatos sexuales hacia las mujeres que provienen del mismo sistema sexo‐género con dominación masculina, se transmiten en el seno de las familias y se refuerzan por las creencias religiosas. En cambio, la sexualidad masculina otorga el derecho a los hombres a buscar placer sexual y hasta lo define como un requisito para ser considerado y para sentirse un “hombre de verdad”. Los mandatos sexuales hacia los hombres los incitan a acumular conquistas sexuales y, de esta manera, demostrar su hombría a los demás hombres, a sí mismos y a las mismas mujeres. El ejercicio de la sexualidad masculina está desvinculada de la reproducción tanto en lo biológico como en lo social. Son las mujeres quienes deben preocuparse por estas cosas, incluyendo la anticoncepción, y responsabilizarse por los embarazos, deseados o no. Engendrar un hijo(a) no define la masculinidad, simplemente confirma la hombría. La “libertad” con que los hombres pueden ejercer su sexualidad está altamente asociada con la conceptualización de las mujeres como objetos sexuales, idea reforzada constantemente por parientes hombres, amigos y por las representaciones de las mujeres que hacen los medios de comunicación. Asimismo, el mantenimiento del poder y privilegios masculinos dentro de la sociedad está ligado directamente al control 8 Basado en extractos de la memoria del Taller conceptual sobre “Género, derechos sexuales y derechos reproductivos” patrocinado por el FNUAP, en Los hombres no son de Marte y en talleres internos de la AHCV. 33 de la sexualidad de las mujeres, lo que requiere de ellas las tareas reproductivas. Así es que el ejercicio de la sexualidad masculina, muchas veces, implica el uso y la amenaza de la violencia sexual que constituye un mecanismo para el control de las mujeres. El modo en que los hombres en general ejercitan su sexualidad, combinado con la escasa educación sexual que reciben y la propagación de mitos sobre el uso del condón –“éste reduce la sensitividad y el placer” —, es causa de mucha preocupación, ya que incide directamente en las ITS y VIH‐SIDA. Esta renuencia de los hombres a usar condones o desarrollar una actitud más responsable en el ejercicio de su sexualidad es síntoma del carácter androcéntrico de la masculinidad tradicional. El placer sexual es asimilado como un derecho y un privilegio masculino que se niega cuando hay que usar el condón o aplicar autorrestricciones en el ejercicio de la sexualidad. Semejante actitud irresponsable, a menudo, conduce a embarazos prematuros y no deseados en mujeres adolescentes y jóvenes. Para muchos hombres jóvenes ello representa “haberse apuntado una raya más”, una nueva conquista de la cual presumir. Así que la irresponsabilidad masculina en el ejercicio de la sexualidad es determinante para el desarrollo humano y la calidad de vida de las mujeres y, en muchos casos, incide directamente en la muerte prematura de mujeres a causa de abortos realizados en condiciones inseguras e insalubres. El enfoque de género y su aplicación La realidad que hasta aquí se ha descrito era considerada durante mucho tiempo un fenómeno totalmente “natural” y “normal”. Analizar esta misma realidad, sin embargo, desde un enfoque de género, permite develar el carácter sociocultural de las condiciones de hombres y mujeres y las relaciones desiguales de poder entre sí. Incluso, mucho antes del uso del término “género”, mujeres en diferentes partes del mundo y en distintas épocas de la historia humana estaban cuestionando la premisa de la naturalidad de su supuesta inferioridad y subordinación. Desde finales de 1700, viene surgiendo en el mundo el feminismo, como un movimiento social que propone la acción política de apoyo a los derechos civiles y políticos de las mujeres acompañado de un posicionamiento personal contra la dominación masculina en todas las áreas de la vida. Las distintas mujeres feministas agrupadas y organizadas forman el movimiento feminista.9 Contrario a lo que mucha gente cree, especialmente la mayoría de los hombres, el feminismo no busca “voltear la tortilla” y la eliminación de los hombres. Más bien pretende contribuir a una sociedad más humana donde haya igualdad de oportunidades y derechos para mujeres y hombres, o sea, la equidad de género. Así que hablar de "machismo versus feminismo", interpretándolos como rivales, nos puede confundir. El machismo es una ideología que institucionaliza valores, actitudes y comportamientos que traen efectos sumamente negativos para las mujeres (y también para los hombres). El feminismo, con sus diferentes "líneas" de pensamiento, promueve la equidad de género planteando la eliminación del machismo, pero no en sí la de los hombres sino de la cultura patriarcal, para una mejor vida de mujeres y hombres, con justicia y en paz. La teoría de género empieza a desarrollarse en los años 60 y durante las décadas de los 70 y 80 surge el enfoque de Mujer en el Desarrollo (WID por sus siglas en inglés, MED en español) que propone el impulso de proyectos y programas orientados a la integración de las mujeres en actividades productivas, con el fin de elevar la calidad de vida de las mujeres, o sea, su condición de género. Muchas veces, sin embargo, significaba mayor carga de trabajo para las mujeres, el reforzamiento de las desigualdades entre mujeres y hombres y de las brechas entre ambos. A partir de los años 80, surge el enfoque de Género y Desarrollo (GAD por sus siglas en inglés, GYD en español) 9 Definiciones tomadas de Portillo, V. G.; Muñoz, A.V. (2001, febrero). Palabras nuevas para un mundo nuevo. San Salvador: ISDEMU / UNESCO El Salvador. 34 que, además de mejorar la condición de género de las mujeres, propone su empoderamiento para la modificación de su posición de género frente a la de los hombres. Esto significa desafiar y cambiar las relaciones de poder entre hombres y mujeres y apunta a la transformación de la sociedad entera, sobre la base de la equidad y el respeto de los derechos humanos de todas las personas. Implica, también, la incorporación de los hombres en procesos que logren justicia de género y una vida mejor para mujeres y hombres. GYD distingue dos categorías de necesidades de género10: a) necesidades prácticas que están relacionadas a la condición de género de mujeres y hombres y su carga de trabajo productivo y reproductivo y sus responsabilidades. Pueden ser satisfechas mediante el impulso de proyectos prácticos de corto plazo pero es dudoso que alteren las desigualdades de género. b) necesidades estratégicas que están relacionadas a la posición de género de las mujeres y los hombres en la sociedad; o sea, se refieren al acceso a recursos, la toma de decisiones y el poder que tienen. Promover las necesidades estratégicas de las mujeres y los hombres, muchas veces, pasa por las necesidades prácticas y presume procesos de concientización sobre las injusticias de género. Para las mujeres, la toma de conciencia conduce a su empoderamiento, lo que implica “poder para sí o sobre sí misma, es decir, un poder que no se posee en detrimento o a costa de otr@s, que se expresa a través del desarrollo de las potencialidades que cada persona trae al nacer, que impulsa la transformación de la realidad en función de lograr relaciones de equidad de género (...) Se concibe, además, no como un estado fijo que un sujeto alcanza, sino como un proceso que tiene que ver con la práctica de vivencia cotidiana de los sujetos”11. El empoderamiento significa lograr mayor independencia, autonomía y poder de decisión sobre la vida misma, y pasa por la elevación de los niveles de autoestima. Para los hombres, la toma de conciencia sobre las injusticias de género conlleva a procesos de “desaprendizaje del machismo”. Aunque en cierta medida también implica mayor autonomía y poder de decisión para romper con los estereotipos de la masculinidad tradicional, se prefiere no utilizar el término “empoderamiento” para describir los procesos de cambio de los hombres ya que se asocia históricamente con los procesos específicos de las mujeres. Asimismo , en el caso de los hombres, lo que se busca es la desarticulación del poder de dominio y control por lo cual no es adecuado hablar de su “empoderamiento”. Así que, cuando hablamos de enfoque o perspectiva de género, estamos refiriéndonos a una forma particular de ver una realidad o situación social. Se trata de una herramienta de análisis. Significa utilizar los elementos de la teoría de género para dar cuenta de las diferencias y relaciones de poder entre hombres y mujeres, analizarlas y proponer acciones, tales como políticas nacionales y la ejecución de proyectos que promuevan la construcción de relaciones más equitativas entre hombres y mujeres12, para transformar la realidad. Es la perspectiva que INCLUYE los intereses, derechos, necesidades, realidades y puntos de vista de mujeres y hombres en cada aspecto o nivel de una política, plan, programa, acción o situación y que, por tanto, toma en cuenta las distintas formas en que las mujeres experimentan la subordinación y discriminación dependiendo de la clase, etnia, edad, orientación sexual, creencia religiosa, discapacidad, etc. a la que pertenecen. Desde una perspectiva de género, lo que nos proponemos es transformar la política de un orden de dominio a 10 Tomado de OXFAM (1994). The Oxfam Training Manual. OXFAM, UK and Ireland. 11 D'Angelo, A. (1999). Explorando nuestros cambios. Managua: Proyecto Mujer, Salud y Violencia ‐ MUSAVIA. p.19 12 Tomado del libro Portillo, V. G.; Muñoz, A.V. (2001, febrero). Palabras nuevas para un mundo nuevo. San Salvador: ISDEMU / UNESCO El Salvador. 35 un orden de participación, la construcción de poderes de afirmación de las y los sujetos y no de dominio de un género sobre el otro, afirmando: ‐ que todas las personas valemos como seres humanos IGUALMENTE plenos, y por ende, somos IGUALMENTE diferentes e IGUALMENTE semejantes entre nosotros y nosotras; ‐ que todas las formas de discriminación y opresión son IGUALMENTE humillantes, descansan las unas en las otras y se nutren mutuamente; ‐ que la armonía y la felicidad son más importantes que la producción, el poder y la propiedad; ‐ que lo personal es político13. En términos prácticos, lo que buscan las mujeres mediante la aplicación del enfoque de género es poder vivir sin discriminación ni violencia de ningún tipo y ser sujetas con iguales derechos y oportunidades como los hombres. Género y masculinidades14 La incorporación de los hombres en el trabajo de género responde, en primer lugar, a las necesidades prácticas y estratégicas de género de las mujeres y fueron las mujeres mismas quienes empezaron a exigir la incorporación de hombres en el trabajo de género. A partir de inicios de los años 90, para muchas mujeres fue cada vez más obvio que, para alcanzar la equidad de género, los hombres también tendrían que cambiar. La adhesión de los hombres al machismo en la casa, la escuela, el trabajo y la comunidad representaba un obstáculo para el desarrollo y el empoderamiento de las mujeres. Simultáneamente, la teoría de género, especialmente la propuesta del GYD, empezó a enfatizar la necesidad de un análisis profundo de las relaciones de poder entre hombres y mujeres, y del poder ejercido por los hombres sistemáticamente para dominar y controlar a las mujeres en la vida pública y privada, y así asegurar derechos y privilegios negados a las mujeres. No obstante, el trabajo sobre género y masculinidad no nace exclusivamente de las mujeres: también empezaban a aparecer, al inicio de la década de los 90, hombres que sentían la necesidad de contribuir a la lucha contra la violencia hacia las mujeres e interesados en reflexionar sobre su “masculinidad”. Cuando hablamos de la masculinidad nos referimos a un conjunto de actitudes, valores y conductas consideradas aptas para los varones. Es un modelo histórico sociocultural de ser hombre que se construye sobre la base del sexo biológico. Aunque el sistema social busca asignar una sola identidad masculina a todos los hombres, de dominio y control, conocida como la masculinidad hegemónica, hay otros elementos (externos e internos) que inciden en la construcción de la misma y que permiten que puedan existir simultáneamente distintas “identidades masculinas”. La identidad masculina dominante hoy en día en Nicaragua no es la misma que existió hace 50 años y tampoco hay una sola identidad masculina nicaragüense, ya que Nicaragua es un país multiétnico y multicultural. Sin embargo, lo que une a las distintas identidades masculinas es el concepto de poder de dominio y control, del cual hemos hablado mucho. En todas las culturas, a los hombres se les enseña a ejercer poder sobre las mujeres, para dominar y controlarlas. Garantiza para ellos privilegios, oportunidades, derechos y libertades que las mujeres no gozan. Otro factor importante que une las distintas identidades masculinas son los valores y prácticas homofóbicas 13 Tomado de Centro de Comunicación y Educación Popular CANTERA. (2000). Módulos de género entre mujeres. Managua, Nicaragua: mimeo (documento interno). 14 Fuentes principales: Los Hombres no son de Marte y documentos inéditos de Patricio Welsh. 36 que son un componente integral de la masculinidad hegemónica. Esta homofobia tiene una doble dimensión. Por un lado, la mayoría de los hombres asimilan un temor irracional hacia la homosexualidad, casi siempre a causa de la ignorancia, que se manifiesta en la discriminación y la violencia contra las personas homosexuales. Por otro lado, temen ser acusados de ser homosexuales, lo cual les empuja a demostrar mediante prácticas machistas que no lo son. Ser macho es, en primer lugar, demostrar que no sos mujer y, luego, que no sos homosexual. Además de los mitos, prejuicios y tabúes acerca de la homosexualidad que impulsan la discriminación y la violencia contra ellos, los homosexuales están vistos como queriendo asimilar características de las mujeres y, por ende, se les ve como seres inferiores, como a las mujeres. Para muchos hombres, entonces, la homofobia representa un fantasma permanentemente presente que condiciona su forma de pensar, sentir y actuar en la vida. La superación de la homofobia es un requisito importante para el impulso del trabajo de género con hombres que pretende lograr cambios en actitudes, valores y conductas. La presión social que se ejerce sobre los hombres para que asuman y vivan el modelo de la masculinidad tradicional es muy fuerte y tiene consecuencias en los mismos hombres: a) No pueden demostrar ningún tipo de debilidad: los conflictos entre hombres se resuelven mediante la violencia. b) No pueden mostrar emociones ni expresar sentimientos: no lloran. Pero sí muchos lloran por dentro, reprimiendo sus emociones. c) No cuidan ni su salud física ni su salud mental. La autocensura y el descuido por temor a la crítica, reforzada por la sociedad, produce enfermedades mentales y físicas en los hombres y muertes prematuras. Así que el trabajo entre hombres sobre género y masculinidad tiene tres propósitos importantes15: a) Propiciar procesos personales y colectivos de reflexión crítica sobre las construcciones de las identidades masculinas y las consecuencias positivas y negativas que éstas tienen para las mujeres, para los hombres de diferentes edades y para las relaciones entre ambos. b) Contribuir a develar el carácter androcéntrico de la sociedad, basada en una cultura patriarcal que afirma que el hombre (macho) es superior a la mujer y a la naturaleza. c) Promover y construir una nueva cultura (actitudes, valores, formas de relaciones humanas y comportamientos) en la que se reconozcan las injusticias existentes y en la que las mujeres y los hombres desarrollen relaciones de igualdad y equidad. Para esto, es importante que el trabajo que se realice ente hombres tenga dos ejes transversales o dimensiones: La solidaridad con las mujeres, asegurando que contribuya realmente al mejoramiento de la calidad de vida de las mujeres. El impulso de procesos de desarrollo humano integral de los mismos hombres con el fin de mejorar la calidad de vida de ellos mismos. Enfatizar la primera dimensión sin incluir la segunda corre el riesgo de cambios de discursos en los hombres que no necesariamente conduzcan a cambios en la práctica que contribuyan a la equidad de género. 15 Tomado y adaptado de CANTERA (1999). Hacia una Nueva Masculinidad. 37 Asimismo, dar prioridad a la segunda dimensión sin la incorporación de la primera puede producir procesos introspectivos entre hombres en los cuales los hombres más bien se vean como víctimas del sistema sexo‐ género, reclamando más bien sus “derechos”, pero en desvinculación con la condición y posición de género de las mujeres. Combinar las dos dimensiones apunta al desarrollo de una agenda de trabajo sobre género y masculinidades con enfoque pro‐feminista que tenga mayores probabilidades de procurar cambios discursivos y prácticos en los hombres como contribución significativa a mayor justicia de género en los distintos ámbitos de la vida cotidiana. A manera de conclusión, reiteramos los siguientes aspectos relacionados al impulso del trabajo de género y masculinidades con hombres: El modelo hegemónico de la masculinidad es destructivo y deshumanizante tanto para las mujeres como para los hombres. Imposibilita que se establezcan relaciones de género basadas en el respeto y la justicia. Es importante, al iniciar procesos de cambiar su forma de pensar y actuar, que los hombres reconozcan no solamente lo que deben ceder, sino también lo que tienen que ganar en relación a su propia humanidad. No se trata de victimizar a los hombres, sino más bien de abrir espacios de reflexión y análisis que apunten al cambio personal. Propone la búsqueda de maneras de ser hombre que no se basen en el ejercicio del poder de dominio y la violencia. El trabajo de género entre hombres busca contribuir a la equidad de género. Trabajar también con hombres adolescentes y jóvenes16 Hay quienes dicen que es difícil trabajar con jóvenes varones, que son agresivos y que no se preocupan con la salud. De hecho, algunos muchachos son violentos con sus parejas. Algunos son violentos entre sí. Muchos no participan del cuido de sus hijas e hijos y, de hecho, no tienen una participación adecuada en relación con sus necesidades de salud sexual y reproductiva ni de la de sus parejas, pero existe otra parte de hombres adolescentes y jóvenes que participa del cuido de hijas e hijos y que es respetuosa en sus relaciones de intimidad. Al mismo tiempo, es importante recordar que no todas las personas actuamos igual todo el tiempo; un hombre joven puede ser violento con la pareja y mostrarse cuidadoso con hijos e hijas, o violento en algunos contextos y en otros no. Investigaciones recientes y nuevas perspectivas reclaman una comprensión más exacta de cómo se socializan los muchachos, de lo que ellos necesitan en términos de un desarrollo saludable y lo que el personal de salud y otros profesionales pueden hacer para atenderlos de una forma más apropiada. La Conferencia Internacional sobre Población y Desarrollo (CIPD, 1994) y la Cuarta Conferencia Mundial sobre Mujeres en Beijing (1995) pusieron énfasis en la importancia de incluir a los hombres en los esfuerzos de mejorar el estatus de las mujeres y las muchachas. En 1998, la Organización Mundial de la Salud (OMS) decidió prestar una mayor atención a las necesidades de 16 Tomado de ECOS ‐ Comunicación en Sexualidad (2001). Manual 1: Sexualidad y Salud Reproductiva. Sao Paulo, Brazil: Proyecto “H” Serie – Trabajando con Hombres Jóvenes. 38 los hombres adolescentes, reconociendo las limitaciones de sus programas sobre las cuestiones de salud de los jóvenes. El Programa Conjunto de las Naciones Unidas para el SIDA (ONUSIDA) dedicó la campaña de lucha contra el SIDA del 2000‐2001 a los hombres, incluyendo a los jóvenes y reconociendo que su comportamiento constituye un factor de riesgo, para ellos y sus parejas. Además, es necesario introducirlos de forma positiva tanto en la prevención del VIH‐SIDA como en el soporte para quienes conviven con la enfermedad. En los últimos años ha habido un aumento considerable en el reconocimiento de los costos de algunos aspectos tradicionales de la masculinidad tanto para los hombres adultos como para los muchachos – el poco compromiso con el cuidado de hijas e hijos; el incremento de las tasas de muerte por accidentes de tránsito, por suicidio y por violencia, así como el consumo de alcohol y drogas. Los muchachos tienen innumerables necesidades en el campo de la salud, lo que requiere profundizar y mejorar el manejo de la perspectiva de género como un instrumento para hacer más efectivas las estrategias de trabajo. Partimos del principio de que los hombres deben ser vistos como seres genéricos con necesidades, intereses, problemáticas específicas de su condición de género. Los muchachos, aun aquellos que alguna vez fueron violentos o que no hayan demostrado respeto a sus parejas, poseen potencial para ser respetuosos y cuidadosos con ellas, para negociar en sus relaciones a través de una conversación de respeto, para asumir responsabilidades con sus hijos e hijas y para interactuar y vivir de forma armónica en vez de una forma violenta. Tanto las investigaciones como nuestra experiencia personal demuestran que losjóvenes responden según las expectativas que se tienen de ellos. Investigaciones sobre delincuencia muestran que uno de los factores asociados al comportamiento delincuente es ser tachado como delincuente por madres y padres, personal docente y otras personas adultas. Muchachos que se sienten rotulados y categorizados como delincuentes tienen más probabilidad de ser delincuentes. Si esperamos muchachos violentos, si esperamos que no se involucren en el cuido de sus hijas e hijos y que no participen de temas ligados a la salud sexual y reproductiva de forma respetuosa y comprometida, entonces se autocumplen las profecías. Debemos comenzar a percibir lo que los hombres jóvenes hacen de positivo y humano y creer en el potencial de otros jóvenes de hacer lo mismo. Perspectiva generacional17 En la perspectiva de género dijimos que incluye los intereses, derechos, necesidades, realidades y puntos de vista de mujeres y hombres tomando en cuenta las distintas formas en que las mujeres experimentan la subordinación y discriminación dependiendo de la clase, etnia, edad, orientación sexual, creencia religiosa, discapacidad, etc. a la que pertenecen. Tener una perspectiva generacional significa que tomamos en cuenta las distintas formas en que las y los adolescentes y jóvenes experimentan subordinación y discriminación por su edad de manera que las propuestas incluyan sus intereses, derechos, necesidades, realidades y puntos de vista. Y para ello hace falta superar el adultismo con el que todas y todos nos hemos criado. Tengamos la edad que tengamos hoy, alguna vez fuimos niñas o niños, y desde entonces nos enseñaron que 17 Tomado de Ross, M. (2001). Somos diferentes, somos iguales. Managua, Nicaragua: Puntos de Encuentro. 39 las personas mayores tienen derecho de mandar, de controlarnos y de tomar decisiones en el nombre de niñas y niños. Nos dijeron que actúan así “para protegerte”, “por tu bien”, “para que te eduqués”. Nos dijeron que los niños y niñas no pueden defenderse porque “no saben”. Nos dicen que, como gente mayor, tienen el deber de actuar así y que lo hacen porque nos quieren y porque así se expresa el amor. Cuestionar esta forma de pensar y de actuar es poner de cabeza casi todo lo que hemos aprendido sobre las relaciones familiares y las relaciones persona adulta‐niñez, adolescencia, juventud. A la relación desigual basada en la diferencia de edades, la relación desigual entre las generaciones, la llamamos adultismo. Es una realidad que la mayoría de la gente joven y adulta ni siquiera reconoce que existe. Nos parece “normal” que las personas adultas – padres, madres, maestras, profesores – manden y que les obedezcamos y aceptemos lo que nos imponen. Vemos tan “natural” que nos den órdenes, nos amenacen y hasta nos maltraten que, aunque nada de eso nos gusta, hemos terminado pensando que “así es la vida”. Tanto aprendimos estas ideas que, cuando crecemos, comenzamos a ver a las niñas y niños y a toda la gente más joven que nosotros, de la misma manera que las personas mayores nos vieron a nosotras y nos siguen viendo, como inferiores. De esta forma, nos vamos convirtiendo todos y todas en eslabones de una larga cadena de desigualdad y seguimos repitiendo y reproduciendo relaciones de poder donde unos son superiores y otros inferiores, donde unos dominan y otras se subordinan. ¿En qué se basa el adultismo? En la creencia de que las personas adultas son el modelo de lo que debe ser una persona, y en el convencimiento de que sólo por su edad, todas las personas adultas son maduras, saben más y tienen más derechos. El adultismo nos hace pensar que la gente joven es incompleta, menos capaz, sabe menos y tiene menor importancia. El adultismo ha estado presente, de una forma u otra, a lo largo de toda la historia de la humanidad. El que hoy existan los Derechos de la Niñez y de la Adolescencia es algo muy reciente y novedoso, representa una conquista que muestra los avances del pensamiento humano. El adultismo se expresa a diario en las órdenes que continuamente la gente adulta le da a la gente joven: qué comer, qué ropa ponerse, cuándo hablar, a dónde ir, a dónde no ir, qué hacer, qué amigos tener... Se nota enseguida que existe adultismo cuando escuchamos a las personas frases como “sos muy inteligente para tener 15 años”; “¿y qué sabés vos de eso si te falta experiencia?”; “un día, cuando seás grande, ya lo vas a entender”; “sabe más el diablo por viejo que por diablo”. También se nota en expresiones bien frecuentes como hablarle a la gente joven como si no entendieran nada ni supieran nada; no escucharles, no atender sus preocupaciones ni sus propuestas con seriedad, burlarse de sus ideas y menospreciar sus opiniones; controlarles en decisiones que deben ser suyas (sus cuerpos, sus ropas, sus espacios, su tiempo, sus amistades, etc.); gritarles y amenazarles, asustarles, echarles la culpa por lo que pasa; darles golpes, fajazos, garrotazos, puñetazos; acosarlos y abusarlos sexualmente, con violencia y bajo amenazas o en secreto y “en nombre del cariño que te tengo”. El adultismo está también presente en las instituciones sociales: en las leyes, en el sistema educativo, en los centros de trabajo, en las políticas de empleo. Todas las instituciones contribuyen, de una manera o de otra, a que el adultismo sea aceptado en la sociedad y a que siga y siga. Junto a la gente joven, la gente vieja, la gente “de la tercera edad” o “los adultos y adultas mayores”, como se les llama ahora, también sufren el adultismo. Cuando las personas adultas empiezan a perder su capacidad de trabajar, de moverse, de producir económicamente, cuando comienzan a enfermarse y ya no son 40 consideradas tan “útiles” para la familia, la comunidad y la sociedad, son marginadas. La gente joven puede encontrar muchas formas para enfrentar el adultismo. Cuando llega a reconocer que tiene valores y capacidades, empieza a descubrir maneras de contradecir los mensajes adultistas y de rechazar eficazmente las actitudes adultistas. En la lucha contra el adultismo, los jóvenes y las jóvenes necesitan hacer alianzas con las personas adultas, porque como están, por su edad, en una posición de mayor poder, tienen más oportunidades para cambiar las instituciones sociales y hacer que tengan en cuenta los derechos de la gente joven. Las personas adultas que respetan y promueven los derechos de la gente joven son aliadas. No es necesario que una persona adulta, para ser aliada, esté ya totalmente libre de adultismo. Basta con que reconozca que aprendió a ser adulta con ideas adultistas y esté dispuesta a desaprender esas ideas y a pensar y a vivir de otra manera. A lo largo de la historia de Nicaragua, la juventud ha sido protagonista de grandes cambios que han buscado la justicia social y una sociedad más equitativa. Pero casi nunca, esas luchas heroicas incluyeron después el reconocimiento de la juventud como un grupo oprimido, ni hicieron esfuerzos para suprimir la opresión adultista. Pero las cosas empiezan a cambiar. Y en los nuevos movimientos sociales nicaragüenses han empezado a surgir grupos de jóvenes y de adultas y adultos aliados que trabajan en la promoción de los derechos de la juventud y de la niñez. 41 Listado de Participantes. No. 1 2 3 4 5 6 7 8 9 10 11 12 13 14 15 16 17 18 19 20 21 22 23 24 25 26 27 28 29 Nombre Completo Jonatán Nij A Octavio Espinoza Mario José Pineda Elvis Javier Claudio Casco M Walter R Valladares Marco Moreno García Humberto Castillo Amílcar Moisés Corea Johnny Jiménez Vásquez Xavier Muñoz López Astul Eduardo Gómez Juventino Gómez Méndez José Víctor Pineda Jesús Gómez Aguilar Gertrudis Espinoza Eduardo Napoleón Mejía Mario José Rodríguez Pineda Juan de Dios Cabrera Carlos Eduardo Sánchez Sabino Gonzales Gertrudis Gómez Rivas Manuel Antonio Flores Jovany Estrada Víctor Morales Efraín Sorto Soto Florentino Ventura Uriel Osorio Amílcar Castillo Martínez Institución Teléfonos MP (CLIJP) 7830600 Juzgado de Paz CSJ CSJ Policía Nacional Min de Salud Salud Salud AHCV AHCV Salud Pública ADGSS / UNC Intibucá DGIC DGIC 783 7134 7832134 7830084 7837272 2250658 99562829 99695507 DGIC CENCAPS Alcaldía la Esperanza Poder Judicial Centro de Salud Policía Nacional Salud Salud Co‐facilitador COPINH COPINH Salud PNP 2389374 99322989 98609540 96981586 97231814 7832313 7831818 7830293 7831639 7831007 7852644 7852700 33673811 7830817 7831569 96968444 Correo electrónico 42 ASOCIACION DE HOMBRES CONTRA LA VIOLENCIA “Aprendiendonuevasformasdeserhombres” Colonial los Robles, Far x Mark 1 ½ C. Al Lago. ASOCIACIÓN DE HOMBRES CONTRA LA VIOLENCIA INFORME DE VISITA A HONDURAS Tema del taller: Desconstruyendo la Masculinidad, Transformando la Cultura Patriarcal “Por una vida libre de violencia para todos y todas” Elaborado por: Xavier Muñoz y Johnny Jiménez INTRODUCCIÓN La Asociación de Hombres contra la Violencia de Nicaragua a través de dos facilitadores participaron en el Conversatorio: Por el Derecho a Vivir sin Violencia, Construyendo Nuevos Pactos. “Erradicando la violencia contra las Mujeres” y en un taller organizado por el Centro de Estudios de la Mujer CEM – H en Honduras. Actividades realizadas durante los días 24 y 25 de Julio del 2008. Ambas actividades constituyen el valioso esfuerzo de CEM – H por promover reflexiones sobre Masculinidades y Violencia. Durante el conversatorio y el taller participaron hombres de Intibucá quienes se desempeñan como operadores de justicias, jueces, fiscales, policías y funcionarios de salud. Al finalizar el día de taller los hombres se mostraron motivados y se formó una directiva compuesta por 7 miembros quienes dirigen la Red de Hombres contra la Violencia de Honduras, además tendrán la responsabilidad de dar seguimiento a los acuerdos tomados a lo interno de la Red. La directiva establecerá coordinaciones con el CEM –H. A continuación presentamos algunas valoraciones sobre el proceso realizado con los hombres y nuestras recomendaciones para dar seguimiento a lo ya iniciado. Valoraciones del proceso… Se considera un excelente esfuerzo realizado en la convocatoria de los participantes al conversatorio y al taller. Se contó con una interesante diversidad en la procedencia y en los cargos que desempeñan los hombres. Sobre el conversatorio El conversatorio dio la oportunidad de compartir ideas, reflexiones e inquietudes con las mujeres que trabajan con el CEM –H. Se compartieron las experiencias de trabajo con hombres en Honduras y Nicaragua. Se tuvo la 43 oportunidad de conversar entre hombres y mujeres de Honduras sobre la problemática de la violencia, el machismo y las relaciones desiguales entre hombres y mujeres. Hubo mucho interés hacia el trabajo que están desarrollando desde la secretaría de salud en Honduras en la atención a hombres maltratadores. La metodología y la estrategia utilizada están encaminadas a cambiar las actitudes y los comportamientos machistas de los hombres hacia las mujeres. Nicaragua presentó su posicionamiento político en torno a la violencia contra las mujeres, la base fundamental de su marco teórico con énfasis en los derechos humanos y la equidad de género. Además se compartió la experiencia metodológica y las experiencias exitosas del trabajo desarrollado con niños, adolescentes, jóvenes y hombres adultos. Sobre el taller El grupo se mostró integrado y con ánimos de hacer el taller La metodología utilizada permitió que los hombres se incorporaran en las discusiones y lograran compartir experiencias personales vinculadas al Machismo y a la violencia contra las mujeres Los ejercicios trabajados cumplieron con el objetivo de promover la reflexión personal y grupal de hombres que identificaron la necesidad de promover acciones a nivel local y nacional para luchar contra la violencia. Hubo la oportunidad para dos hombre que lograran aclarar un incidente pasado y pedirse disculpas públicamente y asumir compromisos de cambiar sus comportamientos. A nivel de percepción se nota que hay mucho interés de parte de los hombres para abordar el tema, pero tienen muchos temores. Además son hombres que muestran la necesidad de cambiar sus relaciones en la casa pero no identifican maneras de cómo hacerlo. Los participantes conforman un grupo que tiene afianzada su religiosidad por lo que se hace necesario abordar de manera cautelosa y estratégica los temas de Machismo, Violencia y Religión. Conclusiones Es un grupo bastante heterogéneo con perspectiva de desarrollar un trabajo integral dada la composición que tiene. Es importante valorar la existencia de hombres líderes comunitarios, policías y hombres con cargos de poder en el municipio. Es un grupo interesado y comprometido en ser parte de la Red Centroamericana y del Caribe de Hombres contra la Violencia. El local seleccionado resultó ser un espacio agradable para las actividades planificadas y para la convivencia entre quienes nos quedamos a dormir en el hotel Se agradece la atención y la amabilidad de las mujeres del CEM –H para con los dos facilitadores de Nicaragua. Igualmente agrademos al compañero conductor del centro por el acompañamiento y apoyo. 44 Agradecemos al compañero Víctor Morales por el apoyo brindado durante las dos actividades y por su excelente trabajo en la elaboración de la memoria. Recomendaciones Se propone que el CEM –H pueda propiciar espacios de reflexión y debate político de manera gradual con representantes de organizaciones feministas en Honduras. La AHCV de Nicaragua debe continuar el acompañamiento al proceso iniciado por los hombres tanto a nivel de sensibilización como de organización. Se propone que el CEM ‐ H pueda apoyar la participación de algunos compañeros en la escuela de Masculinidades que desarrolla la AHCV a partir del 2009. Gestionar entre CEM –H y la AHCV recursos con el Centro Cooperativo Sueco para dar continuidad al proceso de sensibilización iniciado con el grupo de hombres de Honduras. La AHCV propone establecer comunicación permanente con la directiva de la Red de Hombres de Honduras, sin perder el vínculo institucional entre el CEM –H y la AHCV. Se propone que se apoye la iniciativa de la Red de Hombres de Honduras de incorporarse a la Red Centroamericana y del Caribe de Hombres contra la Violencia. Perfil de los facilitadores Xavier Alejandro Muñoz López: Consultor en género y masculinidad, con formación en sociología, y amplia experiencia en Nicaragua y Centro América como facilitador de procesos organizativos y de capacitación, sobre género, masculinidad, y violencia. Es miembro de la Red de Hombres contra la Violencia de Nicaragua, y presidió dicha organización en el período 2003‐2006. Johnny Jiménez Vásquez: Consultor y trabajador social experto en masculinidad y violencia, con experiencia en metodologías de educación popular, amplia experiencia como facilitador de taller sobre el tema. Coordinador del proyecto Masculinidad, Violencia de Género y Prevalencia de la Asociación de Hombres contra la Violencia. 45 MEMORIA DEL TALLER “PENSAR LA VIOLENCIA” La Esperanza, Santa Catarina, Concepción, Colomoncagua, Departamento de Intibucá. Villa Franca, Villa Cristina, Campo Cielo, en Comayagüela, Departamento de Francisco Morazán. Pável Uranga Septiembre, Noviembre y Diciembre 2009 Con el apoyo de Ana Karina Zúniga y Naún Santos 46 Introducción El presente texto es el informe de trabajo de los talleres llevados a cabo en La Esperanza, Santa Catarina, Concepción, Colomoncagua en el departamento de Intibucá; para esta fase del taller se contó con el apoyo del Consejo Cívico de Organizaciones Populares e Indígenas de Honduras (COPINH). Asimismo, se organizó y llevó a buen término otra fase en las colonias Villa Franca, Villa Cristina y Campo Cielo de la ciudad de Comayagüela (aledaña Tegucigalpa) en el Departamento de Francisco Morazán, Honduras; para este trabajo se contó con el apoyo de un organizador y educador popular de la Zona de El Carrizal. Este taller se pudo impartir en dichas localidades entre los meses de Septiembre, Noviembre y Diciembre de 2009. Para el taller de La Esperanza, Intibucá contamos con la participación de docentes de diversos niveles educativos de varios municipios del Departamento de Intibucá, con trabajo cercano al COPINH (la convocatoria se vio obstaculizada por autoridades académicas vinculadas al gobierno actual). En el taller de Santa Catarina, Intibucá se contó con la participación de jóvenes estudiantes de nivel bachillerato y Normal, vinculados al COPINH. En Concepción, Intibucá tomaron el taller docentes de todos los niveles educativos del municipio, convocados por COPINH. En Colomoncagua se programaron dos fases, una con adultos y otra con jóvenes, en la sesión de adultos llegaron integrantes de la resistencia popular que fueron convocados por COPINH (una parte de los convocados no pudieron llegar por las condiciones de inseguridad y persecución a que están sometidos los integrantes de la resistencia) y al día siguiente no hubo condiciones para realizar la sesión con jóvenes. En Villa Franca, Villa Cristina y Campo cielo se tuvo participación de jóvenes habitantes de las zonas más pobres de Tegucigalpa y Comayagüela, vinculados a los procesos de la resistencia popular. En esta fase hubo serios inconvenientes de seguridad en el traslado de los jóvenes a la sede del taller, pues viven en una zona de alto riesgo (en dónde realizamos el taller y de dónde se nos indicó que no saliéramos por nuestra propia seguridad “de aquí, de la reja, para adentro es seguro… afuera mejor no salir”; incluso, una semana después del taller en Villa Cristina, dos jóvenes participantes fueron asesinados en diversas circunstancias). En todas las sesiones se utilizó el mismo marco metodológico y si bien los resultados pudieran parecer similares, debido a la gran diferencia en los perfiles de quienes participaron, y la riqueza en argumentos y visiones de la violencia y cómo se quiere generar un país diferente, con otro marco referencial que permita una nueva legalidad y una nueva institucionalidad democrática que ayude a la disminución o desaparición de la violencia, se hace entrega de la presente Memoria, más aún queda pendiente la entrega de una recuperación textual y contextual de las participaciones de quienes asistieron al taller en sus diferentes sesiones, este material puede contribuir a tender puentes de entendimiento colectivo sobre la realidad nacional y sus vertientes actuales. 47 Presentación Este es un taller pensado para incidir en la transformación de formas de pensar en hombres y algunas mujeres que también participaron, con características de liderazgo, partiendo desde el ejercicio de la violencia institucional que ha vivido el país desde el pasado 28 de junio de 2009, impulsando el que se piense y se propongan (es un taller para generar ideas de solución a la problemática que se vive en el país desde el día del golpe de estado), también está pensado como un espacio que ofrezca alternativas directas a quienes participan, para que entiendan la violencia en su espacio vivencial y asuman que ellos y ellas pueden proponer y crear nuevas ideas de país, sin violencia institucional, patriarcal, social, comunitaria y doméstica, promoviendo los valores de la democracia construida desde el hogar, es decir, trato equitativo y no discriminatorio a las y los otros, incluyendo todas las visiones y con el trabajo de todos y todas. Participantes: En principio, se pensó en convocar a diversos colectivos de dirigentes de docentes y estudiantiles, más ante la alta incidencia de la violencia en los ámbitos elegidos (la capital y sus barrios y el departamento de Intibucá) se optó por ampliar la convocatoria a quienes estuvieran interesados en participar (con lo que a veces se vio rebasada con mucho la expectativa inicial de realizarlos con cuando más 20 participantes), para poder llevar a cabo este trabajo, quienes se decidieron a integrarse a las dinámicas tuvieron que sortear incluso la sospecha que despierta en estos tiempos cualquier reunión pública, incluso los desplazamientos y la convocatoria tuvieron que ser en forma personal, boca a boca. Finalmente se realizaron los talleres con quienes decidieron y pudieron asistir. En el caso de quienes estuvieron en Intibucá, después de los talleres han mantenido algún contacto y han desarrollado algunas formas de organización propia. En el caso de los jóvenes de Tegucigalpa (Comayagüela) ahora forman parte de un proyecto de formación en los barrios que mantiene una vida activa y deliberante. Objetivos generales de los talleres: 1.‐ Comprender los conceptos relacionados con la violencia y sus tipos. 2.‐ Reflexionar acerca de los hechos acaecidos desde este 28 de Junio. 3.‐ Analizar las múltiples manifestaciones de violencia agudizadas por la ruptura del orden constitucional. 4.‐ Pensar en otras formas de convivencia, rompiendo los esquemas de violencia, partiendo de un espacio de concertación y de respeto mutuo, en el cual no hayan excluidos ni excluidas. 48 Objetivos específicos: ‐ Definir el término “Violencia” y cada uno de sus tipos; violencia patriarcal, de género, económica, institucional, etc. ‐ Relacionar los hechos de violencia acontecidos en el país, como consecuencia del golpe de estado. ‐ Plantear nuevas formas de convivencia social. ‐ Proponer acciones estratégicas individuales y/o colectivas para contribuir a la construcción de relaciones igualitarias más justas entre hombres y mujeres –diseño de una estrategia colectiva de participación y reproducción de la experiencia. Desarrollo del Taller El taller inicia con la presentación de los participantes, Identificándonos en la violencia a través de la primera dinámica, en la que se les pide que, se identifiquen y nos cuenten que significa para ellos y ellas ser personas, seres humanos, y con qué parte del cuerpo identifican la violencia. Se da paso a una reflexión sobre como ejercemos la violencia o la recibimos en el cuerpo y en nuestra vida, de cómo pasa a formar parte de una supuesta “normalidad” de vida. Acto seguido se da paso a tomar un acuerdo, se decide instituir La constitución del taller, en la que, con el acuerdo de todas y todos se decide establecer las normas que regirán el desarrollo del trabajo. A través de una presentación de PowerPoint, Pensar la violencia, se dan a conocer los tipos de violencia existentes o identificados en la sociedad, se hace un ejercicio interactivo por equipos en el que cada grupo identifica los tipos de violencia que se viven en su medio, así como se hace un primer acercamiento a una búsqueda de definiciones sobre esa violencia, y sus orígenes. El punto de partida de este ejercicio es la violencia institucional desatada en el país desde el 28 de junio de 2009, momento de la ruptura del orden constitucional. En seguida, se pasa a un ejercicio por escrito, individual, sobre cómo viven la violencia en sus vidas y qué alternativas tienen para enfrentarla. Se comentan algunas de las ideas asentadas y se plantea una plenaria para reflexionar colectivamente en cómo se puede volver a construir la confianza entre la ciudadanía en las instituciones y cuáles alternativas tiene la sociedad para reactivar la vida social pacífica. Después de esto se hace un pequeño receso y se regresa para hacer las conclusiones colectivas y una pequeña auto evaluación. Esto es lo que se presenta a continuación. Identificándonos en la violencia Objetivo: Identificarse en el taller e identificar cómo se vive la violencia en nuestro cuerpo. 49 Recursos empleados: Tarjetas en las que cada uno/ una de los participantes escribe su nombre, lo demás es hablado. Procedimiento: 1‐ 2‐ 3‐ 4‐ Se reparte a cada participante la tarjeta para poner su nombre. En tanto, dice su nombre, lo pone sobre su cuerpo en la tarjeta‐ Nos comenta que le dice su nombre sobre su persona, si es un nombre violento o de paz. Respiran, hacen ejercicios de aflojamiento corporal mientras nos cuentan con qué parte del cuerpo identifican la violencia. 5‐ Al final, se realiza una plenaria acerca en la que compartimos cómo nos vemos conviviendo con la violencia. 6‐ En un papelógrafo, se escriben las formas de violencia que describen, para tenerlas presentes durante todo el taller. Este ejercicio permite hacer un acercamiento inicial a la violencia en nuestras vidas. Sirve para establecer quienes han recibido y quienes han ejercido la violencia 50 La constitución del taller: Para que quienes participan en el taller entiendan el significado del pacto social que implica una constitución, se les pide que ellos redacten su propia constitución del taller, fijando las reglas que deberán contemplar todas y todos en el trabajo colectivo. Esto nos permite además, hacer un marco introductorio sobre lo sucedido el 28 de junio de 2009, y las implicaciones en la vida de cada persona, en función de la ruptura de ese orden constitucional. ¿PENSAR LA VIOLENCIA? Se dan a conocer los tipos de violencia existentes o identificados en la sociedad, se hace un ejercicio interactivo por equipos en el que cada grupo identifica los tipos de violencia que se viven en su medio, así como se hace un primer acercamiento a una búsqueda de definiciones sobre esa violencia, y sus orígenes. El punto de partida de este ejercicio es la violencia institucional desatada en el país desde el 28 de junio de 2009, momento de la ruptura del orden constitucional. En seguida, se pasa a un ejercicio por escrito, individual, sobre cómo viven la violencia en sus vidas y qué alternativas tienen para enfrentarla. Se comentan algunas de las ideas asentadas y se plantea una plenaria para reflexionar colectivamente en cómo se puede volver a construir la confianza entre la ciudadanía en las instituciones y cuáles alternativas tiene la sociedad para reactivar la vida social pacífica. Recursos empleados Se presenta un PowerPoint (utilizando un data show y se forman grupos de análisis de las dinámicas de la violencia en sus vidas y sus comunidades), se utilizan rotafolios, marcadores y se dividen en grupos de trabajo. Procedimiento Analizamos el patriarcado y sus alianzas en la construcción del pacto social, como factores que detonan conductas institucionales violentas –desde la censura, la persecución de personas por sus ideas, hasta el asesinato de opositores y la violación de mujeres‐; una vez visibilizado y analizado, se emprende una tarea propositiva en lo individual, el ejercicio, derivó en todos los casos a la propuesta de la redacción de una nueva constitución y el replanteamiento del pacto social. 51 Quienes no saben escribir, dibujan o hacen dramatizaciones de cómo ven un país diferente, hacia dónde se puede cambiar el rumbo de la nación. A cada uno se le da la oportunidad de leer o se lee su propuesta para “traducirla” en posibles normas o leyes o reformas constitucionales para una vida mejor. Conclusiones De los grupos A pesar de la complejidad en la convocatoria y los múltiples obstáculos que se tuvieron que sortear para la realización de cada taller, estos se llevaron a cabo con un nivel de involucramiento, por parte de quienes participaron, muy relevante, pues se logró en cada taller un proceso de reflexión, no conducido, que siempre llevó a la conclusión colectiva de la necesidad de la redacción de una nueva constitución en el país, que permita la reelaboración de un pacto en el que tenga una participación todos los sectores de la sociedad. En los grupos del medio rural, La Esperanza, Santa Catarina, Concepción y Colomoncagua se pudo constatar que las y los participantes tienen una vida organizativa activa, antes y después del taller, en espacios en dónde se nos ha solicitado incluso algunos materiales para, ellas y ellos, reproducir este taller con sus propios medios, y nos informan que les ha servido como insumo básico para la discusión de alternativas a la solución del conflicto que actualmente vive el país. En la zona urbana de la capital, Villa Franca, Villa Cristina, Campo Cielo, las condiciones de pobreza y marginación, sumadas a la muy grave situación de inseguridad que viven cotidianamente los jóvenes (en este caso todos fueron hombres, lo cual fue muy difícil de conseguir en Intibucá, pues en COPINH se mantienen dinámicas mixtas y la necesidad de un debate permanente, nos obligó a hacer talleres mixtos, de hombres y mujeres) les permite un nivel menos visible de organización, aún así, ellos han formado vínculos orgánicos y de formación política y personal impulsados por los propios jóvenes de las comunidades, y sostenidos económicamente por los promotores que nos ayudaron a la convocatoria de los talleres. Sobre el trabajo con los colectivos, las dinámicas tuvieron buen entendimiento, es una metodología que aplicable a grupos de diferentes estratos sociales, culturales, étnicos y académicos, de fácil compresión e involucramiento. Resultó en una práctica productiva, todos expusieron y generaron sus propias propuestas en los individual y se dieron cuenta que el proceso de generación de normas no es un asunto que no les competa y que sea algo alejado de su comprensión. 52 Anexo Programa del taller “Pensar la violencia” HORA 8:30 a 9:00 a. m. ACTIVIDAD Llegada de participantes, inscripción DINAMICA Lista de asistencia 9:00 a 10:30 am. Presentación de participantes, Uso de tarjetas Ejercicio 1 Identificándonos en la violencia 10:30 a 11:00 a.m. Ejercicio 2 Papelógrafos La constitución del taller Plenaria Ejercicio 3 Pensar la violencia Presentación de PowerPoint papelógrafos. Tarjetas, lápices, marcadores. 12:30 a 1:30 pm Almuerzo 1:30 a 2:30 pm. Trabajo individual Papel, o papelógrafos 11:00 a 12:30 m Plenaria identificando los componentes de la violencia. 2:30 a 2:45 p. m. Refrigerio 2:45 a 4:30 p. m. Conclusiones plenaria Cierre del taller