En Gredos y Tortosa

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tierras de
Don Quijote
Perdigón
ecológico,
todos los datos
¡a
cabras!
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del río
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en Tayikistán
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antílopes
>> Munición RWS
en
la
otra c
a
En Gredos y Tortosa
[4o cupón en el
interior]
a
Caza menor,
‘obras de
mantenimiento’
¡Consiga
unA
ESPERA
A UN
NAVAJERO
EN Las
Cañadas!
r
La polémica
caza de corzas
en primavera
un MACARENO en espera
en los Montes de Toledo
Sensaciones del regreso
Aguardo
en Los jarales
El lance siempre es el lance... eso no hay quien nos lo quite. Pero siempre quedan en la
retina, en el rincón perdido de los sueños realizables, esas pequeñas cosas, esos detalles,
esos momentos, inolvidables, que hacen que la sangre vuele por las venas y el corazón,
a ciento y pico, te haga sentir hasta dolerte... Es la caza.
Texto y fotografías: Antonio Mata
El regreso siempre tiene otras connotaciones distintas. Vuelves con la satisfacción de haber logrado tu propósito, con la
sensación de haberlo hecho bien y con el
sabor del triunfo en la boca, pero la cansina
monotonía te retrotrae…
Has perdido la emoción que anhelabas
camino del monte; ese apretón de adrenalina
que empujaba el acelerador y el ansia por
saber que tenías que estar en lugar oportuno
en el momento preciso, en el instante exacto
en el que tendrías que cruzar tu destreza,
tus eternas sensaciones de cazador, con el
instinto animal capaz de superar todos tus
sueños y previsiones… Ése, ya lo dejaste
por allí desparramado, debajo de la vetusta
encina, junto a aquella laja de piedra que
te sirvió de soporte para la última foto, en
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ese hermoso rincón de la dehesa en el que
has logrado, otra vez, superar tus propios
retos, tus propios miedos.
Y eso… eso se nota en el ánimo.
Venía con premio
La carretera es monótona por los últimos
recovecos de la manchega llanura, por la
Mesa de Ocaña, camino del valle del Tajo
en su lento transitar hacia Toledo en las
tierras ribereñas arancetanas. Al fondo
norte de la noche, el cielo pierde su negrura
y sus estrellas y se dora de reflejos de la
gran ciudad que nos espera. Ganas hay,
muchas, de llegar donde Roberto –un
hermoso y acogedor rincón, en plena
Ciudad Universitaria, de la que toma su
nombre: Cervecería Universitaria− para
reponer fuerzas con esos deliciosos filetes de corzo a la plancha que reaniman
hasta el espíritu más abatido. ¡Qué mano
tiene Roberto!
Desde que abandonamos Los Jarales,
por el carril que te deja a las afueras de
Las Labores, a un tiro de piedra del Puerto
Lápice –que hubiera dicho el paisano más
ilustre de estas tierras−, la conversación
siempre ha girado en torno al pedazo de
navajas que tenía el esperado invitado que
vuelve con nosotros en el maletero.
La entrada que ha hecho, rodeado de
la piara, con los rayones delante, y un
par de escuderos a los que, a la vista de
la lente de la cámara fotográfica, alguno
no hubiese dudado en soltarles un buen
zurriagazo −¡joder con los escuderos!−,
y el resultado final, porque... venían
con premio.
Antonio no cabe en sí de gozo.
Cuenta, recuenta y requerecuenta el
lance, aunque Luis y el que suscribe se
lo sepan de carrerilla… porque estábamos apenas a medio metro de él cuando
aconteció todo lo sucedido. Pero hace
muy requetebién en disfrutarlo, no
todos los días se lleva uno por delante
un macareno que, a primera vista, y
ahí está el recuerdo gráfico, tiene que
andar muy cerca del mal llamado ‘vil
metal’. Llama a uno y se lo cuenta.
Llama a otro y se lo vuelve a contar,
y al tercero, y al cuarto…
Luis conduce y se sonríe. Yo saboreo
el hermoso recuerdo, y la esperanza,
de haber logrado un buen reportaje;
de la deliciosa cerveza que nos ofreció Jose, el guarda, en el chozo, para
rematar la faena y del rato que me
entretuve, mientras aviaban al guarro,
en contemplar las estrellas en el cielo
de mi tierra. Sobre el confín suroeste,
en dirección a Villarrubia, la de los
Ojos del Guadiana, el gran Orión,
el Cazador, hermosa coincidencia,
reinaba sobre el ocaso con su espada
al cinto (las llamadas Tres Hermanas),
seguido del Can Mayor (hasta en el
cielo, el cazador lleva su perro) con
la luminosa Sirio, la más brillante de
nuestro hemisferio, alumbrándole
en el infinito lance. Aunque la más
hermosa, casi sumergida en el baño
de oro del horizonte… es el lucero
vespertino, y del alba en la mañana,
la diosa Venus en todo su esplendor.
Esto también es la caza…
El ‘lance’ del Vizcaino
Por Los Jarales, nuestro señor Don
Quijote se las tuvo serias con el Vizcaino.
Así nos lo narra el más famoso manco de
nuestra Historia en el capítulo octavo,
el de los molinos –que por estas tierras
abundan− y así queda reflejado en la
leyenda de cerámica que da entrada
a esta hermosa heredad manchega
que se ubica justo entre el borde de la
llanura eterna y las primeras atalayas
de los toledanos montes.
Entre el Cerro del Serijo, el Morrón
El que aparece
arriba, es el
auténtico...
segundos
antes del lance.
Antonio le
esperaba en el
ventanuco.
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Informe
habla el científico responsable del
perdigón ecológico
Javier Pérez Trujillo
Ríos de tinta –y mucha opinión ‘anónima’ en la red–, se están vertiendo sobre este tema
que, a fuer de querer serlo, se está convirtiendo en una dura polémica. Tal vez, antes de crear
alarmismos innecesarios, opiniones enconadas y, posiblemente, efectos secundarios un tanto
interesados, la solución se hubiese encontrado consultando, directamente a la ‘raíz del problema’. Éstas son las respuestas a las preguntas sobre todos y cada uno de los aspectos del perdigón ecológico, sobre LOS PERDIGONES ECOLÓGICOS, como los llama su inventor, porque
son más de 10.000. Su trayectoria científica no deja ninguna duda al respecto.
Javier Pérez Trujillo en su laboratorio del departamento de Ciencia de los
Materiales e Ingeniería Metalúrgica de la Universidad Complutense de Madrid.
Redacción Caza y Safaris
Caza y Safaris (CyS): La Comisión
de Investigación de la RFEC sobre
la munición ecológica, califica de
‘bastante deficiente’ la gestión
técnica. Como gestor principal,
y responsable científico, de la
parte técnica del proyecto,
¿qué opinión le merece dicha
calificación?
Javier Pérez Trujillo (JPT): Me parece
una barbaridad, semejante afirmación,
cuando uno se tiene que basar en hechos
tanjibles, cuando estamos hablando de
un proyecto que ha dado como resultado una patente PCT Internacional, y
ya estando aceptada como tal en países
como Estados Unidos. Por otro lado, el
objeto del planteamiento
global del proyecto ha
sido el llegar hasta
planta piloto para el
escalado del proceso ODS de fabricación
de la munición. Además, me choca que en
ningún momento me hayan planteado lo
más mínimo, ni se han puesto en contacto
conmigo en ningún momento. Por otro
lado, ignoro la cualificación profesional
de esa comisión en proyectos de investigación y desarrollo.
En cualquier caso, ahí están los informes, las patentes, y las pruebas que se
han realizado en distintos momentos, con distintas asociaciones de
cazadores. Por lo que no entiendo
cómo se pueden hacer semejantes
afirmaciones.
CyS: Por las opiniones que se escuchan y se leen en los distintos medios,
y las que se dan de forma ‘oficial’ en
algunos organismos oficiales autonómicos cinegéticos, nos da la impresión
der que hemos vuelto a la ‘famosa’
época del «¡Qué inventen ellos!» ¿Era
necesario ‘inventar nosotros’?
JPT: En el momento que se plantea el
proyecto años atrás, se estudió el estado
del tema, y los desarrollos y alternativas
que había a nivel mundial. Todo se restringía a una serie
de alternativas
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que por precio o problemas que planteaban, no hacían viable en ese momento
las alternativas al problema. Debido a
los imperativos legales, es lógico que la
RFEC quisiera buscar una alternativa para
los cazadores, aún conociendo que era
un proyecto de alto riesgo, y que podría
no haberse llegado a resultados finales
óptimos. Afortunadamente, y después
de haber trabajado muy duro, este no
ha sido el caso, como espero aclararles
posteriormente.
Las opiniones que se escuchan y se leen,
permítanme que sea respetuoso, no se han
basando en información o fuentes correctas.
Yo, como conocen, no he querido nunca
conceder entrevistas, porque soy científico,
investigador y muy poco dado a la vida
pública. Pero precisamente por las barbaridades que estoy leyendo y escuchando,
no he querido que ni por un momento
más se siga dando información que no es
correcta a los cazadores, sobre un proyecto
que ha concluido con éxito para la caza y
los cazadores de este país.
CyS: Casi de la noche a las mañana
este asunto ha generado enconadas
posiciones y un ansia desmedida por
tirarlo todo por tierra. ¿Qué cree que
hay realmente, o quien está, detrás
de todo esto?
JPT: Yo no puedo entender que un
proyecto que lleva años rodando, que se
han dado ruedas de prensa, que se han
probado materiales, y que además está
siguiendo su proceso de extensión de
patente a nivel mundial, que de pronto, y
en este preciso momento y casualmente
en el año 2012, todo esté mal; mire, yo
a estas alturas de mi vida ya no creo en
las casualidades, y menos que todo sea
en este preciso momento.
Como dicen en La Mancha, en donde
nací, aquí no hay más cera que la que arde
y desde luego ahí están los perdigones,
que funcionan, y que son una alternativa
tanto en costes cómo balísticamente.
Cualquier cosa que suponga un cambio
radical, como en este caso, siempre genera
opositores. Además este cambio supone
unas connotaciones de tipo político y
económico muy importantes; lo que
puede sumar opositores y dificultades
para su implantación.
CyS: Se afirma, por parte de algún
medio del sector, que ustedes compraron la aleación…
JPT: Mire usted, eso lo afirma alguien
que no tiene ni idea de tecnología de
materiales ni de
lo que es el
JAVIER PÉREZ TRUJILLO
Manchego de origen, es catedrático de Ciencia
de los Materiales e Ingeniería Metalúrgica de la
Universidad Complutense de Madrid, siendo su
grupo de investigación el único, dentro de la
Complutense, que está certificado en calidad
en la gestión de proyectos de investigación
en el campo de la ngeniería de Materiales bajo
norma ISO 9001, perteneciendo su laboratorio a la red de laboratorios de la Comunidad de
Madrid. Es licenciado en Ciencias Químicas,
ingeniero industrial, doctor en Ciencias Químicas y diplomado en Comunidades Europeas
por la Escuela Diplomática del Ministerio de
Asuntos Exteriores.
Ha sido profesor visitante en las Universidades de Stanford University (EE UU), UCLA (EE
UU), University of Southern California (EE UU) y
Univertity of Toronto (Canadá). Ha participado
en 45 proyectos de investigación en ingeniería
de materiales, en la mayoría de los cuales ha
sido el director de los mismos. Ha publicado
más de 120 artículos en revistas científicas
nacionales e internacionales, presentado más
de 100 ponencias en congresos internacionales
e invitado a dar conferencias sobre su investigación en países como Japón, China, Estados
Unidos, Canadá o Alemania, entre otros muchos,
así como en centros de gran prestigio como el
ORNL (EE UU) o la NASA (EE UU), donde además
tiene estrechas colaboraciones en investigación, formando parte de 15 comités científicos
internacionales.
Tiene patentes nacionales e internacionales. También ha dirigido 15 tesis doctorales;
y su actividad docente la desempeña como
responsable de las materias: a) Selección y
uso de materiales; b) Fractura de Materiales; c)
Corrosión y degradación de materiales.
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© swiishippo
Sobre la caza de
CORZAS
La POLÉMICA caza de corzas
EN PRIMAVERA
Texto: Rafael Centenera Ulecia / Biólogo - Asociación del Corzo Español
No nos impulsaba
otra cosa que concienciar a los cazadores
y administración de
la ineludible responsabilidad respecto al
corzo que suponía no
poner coto al crecimiento poblacional. En aquellos años de
consolidación de poblaciones y de franca
expansión, no había nadie dispuesto a
apoyar nuestras ideas y se nos llamaba
de todo menos bonitos.
El tiempo nos ha dado la razón y
los desaguisados en forma de sobrepoblación con daños a los cultivos,
aumento desmesurado de los accidentes o pérdida de calidad de los trofeos,
ya están a la orden del día en muchas
zonas de España. Es ahora cuando,
tímidamente, los cazadores empiezan
a tomar conciencia de la necesidad de
controlar la población de hembras y
cuando la Administración comienza a
afrontar un problema generado en gran
medida por su falta de acción.
Pero, como siempre, la Administración reacciona mal y tarde. En primer
lugar, siguen considerando la caza como
una obtención de trofeos y, por ello, no
fijan una temporada de caza para las
corzas acorde con lo que dicta su biología. La mayoría de las Comunidades
Autónomas siguen estableciendo los
periodos de caza de corzas en función
de los cuernos de los machos, y así se
cierra la caza cuando éstos han perdido
la cuerna en octubre.
Este principio de temporada ha
venido aderezado por la ocurrencia,
no encuentro otro modo de calificarlo,
40
de Castilla y León de permitir la caza
de corzas en primavera para intentar
solucionar de forma precipitada un
problema tan serio como la superpoblación de corzo, uniéndose de esta
forma a Castilla-La Mancha, Aragón
y La Rioja que ya lo permitían. Ya lo
hicieron mal el año pasado al incluir
tan solo a Burgos y Soria como provincias donde se podía cazar hembras en
enero y febrero, cuando debería haberse
establecido así para todas las provincias y sin necesidad de enmendar los
planes técnicos.
Cuestión de ética
Lo primero que hay que decir es que la
caza de una corza en primavera tiene el
mismo efecto poblacional que cazarla
en septiembre o hacerlo en diciembre o
enero. Quitamos a esa corza y a toda su
prole dependiente actual y futura. Desde
el punto de vista numérico, poco importa
si la descendencia está al pie de la corza
o si lo está en forma de fetos.
Sin embargo, los cazadores no podemos sustraernos a la necesidad de poner
algo de ética en nuestra actuación y es
ahí donde la medida simplista adoptada
por las distintas comunidades choca con
el deber ser. Desde el punto de vista
del bienestar animal, los cazadores no
podemos supeditar una operación de
control animal a la crueldad que supone
dejar corcitos huérfanos al matar a sus
madres. Por supuesto que habrá casos
excepcionales en que esa situación sea
inevitable, pero deberían ser excepciones bien tasadas.
Incluso es peor el problema cuando
tan solo se permite el control de hembras
en septiembre, ya que el sufrimiento del
huérfano será mucho más prolongado
que cuando la situación se da en mayo.
Cierto es que en septiembre tenemos
más posibilidades de ver con claridad
si la hembra seleccionada va con su
cría o no, e incluso podemos cazar a
continuación a ésta para evitarle sufrimientos. Pero no podemos olvidar que
en septiembre las crías todavía presentan un comportamiento muy críptico,
lo que hace que en no pocas ocasiones
se tome como hembra solitaria lo que
es una madre con cría.
Desde la ACE hemos defendido
siempre que las corzas deben cazarse
cuando es el mejor momento desde el
punto de vista de su gestión, es decir,
entre final de diciembre y mediados de
febrero. Es en ese momento cuando las
crías del año pasado ya están crecidas
lo suficiente como para sobrevivir sin
mayores problemas a la eliminación
de sus madres y los fetos que portan
éstas no son lo suficientemente grandes como para lamentar el esfuerzo
empleado en su formación.
En este sentido, la ACE va a seguir
solicitando a todas las administraciones que el periodo hábil para la caza
de corzas se establezca en los meses
invernales, de diciembre a febrero, sin
que se vincule a la caza de los machos.
Son cosas distintas y deben tratarse
de forma diferente. Por supuesto, que
creemos, además, que se debería permitir en todo tiempo el abatir cualquier
hembra que presente síntomas de enfermedad o que haya sufrido algún tipo
de accidente y sea necesario acortar su
sufrimiento. CyS
“Desde el punto de vista
del bienestar animal, los
cazadores no podemos
supeditar una operación de
control animal a la crueldad que supone
dejar corcitos huérfanos al matar a sus
madres. Por supuesto que habrá casos
excepcionales en que esa situación
sea inevitable, pero deberían ser
excepciones bien tasadas”
Cesáreo Martín
Hace más de diez años, cuando nació la Asociación del Corzo Español
(ACE), un pequeño grupo de ‘iluminados’ hablábamos abiertamente de la
necesidad de incluir en los cupos de caza una cierta cantidad de hembras,
luchando a brazo partido con una inercia de años de proteccionismo.
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Relato
Relato
De rececho en Tortosa
De rececho en Gredos
El macho de los
tres cuernos
Otra vez Gredos
Dicen que no hay dos sin tres, y debe ser verdad. De nuevo estamos
aquí a comienzos de la nueva primavera para intentar cobrar otro
bonito macho junto al amigo Ángel y con el apoyo de cualquier otro
magnífico profesional que él decida.
El inicio de esta aventura para dar caza a mi primer macho
comenzó mucho antes de los días previos a la misma.
La caza de rececho y más en Gredos, cara
Sur, siempre tiende a ser un desafio a las
capacidades físicas y mentales del cazador,
y personalmente pienso que es ese desafio y
el reto los que la hacen tan tremendamente
atractiva, fascinante, mágica, enriquecedora
y gratificante….
Hay una connotación especial y de
tremenda importancia, y es el hecho de que esta vez no vengo
solo, me acompaña mi hijo Rafa y será él quien lo intente. Ha
llegado el momento de delegar, aunque sea en el oficio de la
cacería, y dejar que se cimenten las aficiones y resurjan las
querencias. Por ello yo solo vengo a disfrutar de los amigos y a
ver cómo mi hijo abate, si es que sabe y puede, un buen ejemplar de macho montés.
Lo grande y además hermoso hay que compartirlo siempre, y
a ser posible hay que hacerlo con la gente que se quiere, pues de
esa forma se hace posible el enriquecimiento de muchos.
Una vez, hace ya algún tiempo, le comenté a Ángel Blázquez
el acertado dicho que en su día escribió el Conde que tanto sabía
del arte venatorio, y que casualmente había leído en un relato de
cacería. Me refiero al que viene a decir que para cazar en Gredos
hacen falta cuatro cosas fundamentales: piernas, pulmones,
dinero y cojones. Para mi desgracia la edad y avatares de salud
han propiciado que comiencen a faltar algunas de ellas.
Por José Alberto Olivares
«Cambiamos la seda por el percal»
Recuerdo que un día, estando de cañas por
Úbeda, mi buen amigo Julio me dice que
está detrás de algún coto de la zona comprendida entre Tortosa y Horta de Sant Joan,
zona exclusiva de grandes machos, aunque
a primera vista la orografía del terreno haga
pensar que en esas sierras deben estar habitadas otro tipo de especies de caza mayor,
además de los propios machos.
Por aquel entonces, Julio llevaba viviendo en Tortosa unos
años, cinco o seis quizá, durante los cuales le dio tiempo, entre
otras cosas, a enamorarse, casarse y crear una estupenda familia
con Analía, para él su esposa y para mí una magnífica mujer en
todos los sentidos, llena de cariño y amabilidad.
Si mi pasión es el campo y la caza, he de reconocer que para
Julio, estas dos ocupaciones toman una dimensión que desconozco; con él he cazado en numerosas ocasiones y siempre hemos
disfrutado juntos, pero, fijándome en los pequeños detalles, da
la sensación de que para él significa algo más, como si alcanzase
un nivel superior del estado del alma en consonancia con todos
esos elementos de la naturaleza que, en ocasiones, nos despiertan el instinto.
Como decía, existía la posibilidad de encontrar un coto donde
pudiésemos dar rienda suelta a nuestra afición, donde
compartir caza con amigos, devoción con amistad,
pero iba a ser complicado, dadas las circunstancias de los cotos y las formas tradicionales de
gestionarlos.
Un día, no recuerdo bien cuando, me llama para
decirme que existe la posibilidad de quedarnos
Salimos de Priego de Córdoba temprano, con la idea de llegar a
Candeleda a medio día más o menos, comer, si es posible con
Ángel, y sestear por la tarde a la espera de cazar en la mañana
siguiente.
Pero el hombre propone y Ángel Blázquez dispone. Hicimos
un viaje quizás más rápido del esperado y llegamos antes de lo
previsto. Tras los saludos de rigor, nos dice que si no hay nada
mejor que hacer nos pongamos unas botas, pues nos subimos
a la sierra a buscar la caza, ya que a eso hemos venido.
Y sin más, y como dicen los taurinos, cambiamos la seda por
el percal. Nueva vestimenta y un adecuado calzado, cogemos
los avíos que corresponden y en el coche de la guardería nos
marchamos a la bonita sierra de Gredos en su vertiente Sur,
subiendo desde Arenas de San Pedro.
Por el camino, en El Hornillo, recogemos a un amigo, Julio,
otro guarda al que merece la pena conocer y presumir de su amistad. Un hombre serio, formal y aplicado al trabajo por afición y
conocimiento. En definitiva, y como decimos por
aquí abajo, es un buen tipo y mejor persona.
Subimos hasta donde Ángel decide que hay
que dejar el coche y continuar andando. Tras
una breve consulta entre ambos guardas
deciden hacia donde dirigir nuestros pasos,
ya que como es lógico tienen vistos machos
De rececho en Gredos
Magnífica vista de la cara Sur de Gredos, donde el autor acompañó a su hijo en su
primer rececho a los machos monteses de esta mítica sierra.
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con un coto y que, en el peor de los casos, es factible conseguir
algún precinto.
En ese momento mi mente se dejó llevar por la afición y empecé
a leer y estudiar el comportamiento y demás elementos que uno
debe tener claro y conocer bien antes de emprender un proyecto
de esta envergadura.
Hasta ese momento, mi cultura acerca de los machos se limitaba
a saber diferenciarlos de otras especies y que su nombre científico empieza por capra... Había leído libros como 20 años de caza
mayor, Conversaciones sobre el macho montés o Tras las monteses de
Aracena, pero estas literaturas no habían conseguido despertar
el gusanillo de los machos en mí.
Ilusión
Fue en el momento de recibir una llamada que decía: «José,
tenemos el permiso; desde mi punto de vista deberíamos subir
entre marzo y abril, ya que los machos aún estarán en las partes
bajas...».
Fue en ese justo momento cuando algo despertó dentro de mí
y mi curiosidad empezó a crecer día a día exponencialmente. En
cuanto veía alguno intentaba calcularle la edad, si iba solo, sus
costumbres, intentando así recopilar toda la información posible, con el único objetivo de estar a la altura de ese noble animal
llegado el momento.
En un principio escogimos el día 26 de marzo como momento
idóneo para realizar la cacería; habíamos observado la climatología y todo apuntaba a unas condiciones óptimas para la caza;
intervalos de lluvia y temperaturas en torno a los 22ºC, así podríamos cazar durante todo el día, sin riesgo a perder de vista a los
machos en las horas de sesteo.
De rececho en Tortosa
Por Rafael Mérida
Éste es el amanecer
que cazador y guardas
pudieron disfrutar tras la
primera ascensión, con el
sol sobre el Delta del Ebro.
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