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CONTESTACION LÓGICA
^
A la carta de L O. F . que se baila al ptinctpio deí
Diario ¡Vítrcantil áe i i y i$ de Octubre* f f- ) \
j \ ' ( [ u y S eñor mío : he visto en los diarios m eci
cantiles de 12 y
de este mes una carta dirigi­
da á mí p e rso n a ím e n te , c u y o objeto pa'rece q'ie
fis comunicarme el run rim que corre por la calle
A n c h a de que soy i entre otras yerbas 5 calificado^
de la Santa , ( noticia tan cierta co m o interesante )
aunque V. lo duda y y cnn razón , porque sieri.do del Santo Oficia n o habia de salir á la pales­
tra ( 2 piiss quien ha de salir ? ¿ L o s que deben es­
tar co n u n fusil al hom bro > y ni Jes toca ni les
tañe este a s u n t o ? ) con la sandez} yo quiero In,^
quisicíon'j ( ¿ s a n d e z es decir la verdad y querec
•cada uno lo que es suyo ? ) y que es imposible que
.los calificadores usen la lógica que se admira e a
este escrito , ( e/m/o 3 lu e g o lo veremos. ) E n este
supuesto p y volviéndose atrás de lo dicho pasa
V . á notar ios. disparaton-’ s qui des.ie la cruz á
J ecb a llenan esta carta pecadora ¿ Y com o los n o ­
ta ? H onrándom e desde el priacipio co n el in­
g en io so dilema de y ó m íntiroso, ó
y
co n tin uan do hasta el fín con Jas pruebas lógicas
y demostrativas de mi ignorancia , m dig
t j a n^r
a lu esclavitud y oposicion á las refj^im s de los abusos y y por coron a de su obra , favoreciéndome
con los honoríficos epítetos de irijuñaior , mogi-*
gato y ócc 5cc. & c .
A l acabar de leer esta eloqüentísima c a r t a , v a ­
cilé un poco entre los dos opuestos pensai^ieiitos
de contestar á ella y ó hacerme desentendiJo , por**
que ha de s^ber V , que entre mis muchas igao»
A
%
rancias poseo la .de la grosería en un grado tan
alto com o V. maniñesta poseer !a de la urbanidad;
p e ro h a c ién d o m é 'c a rg o de q'ie V. podía sacar par­
tido de mi silencio atribuyéndolo a coíivencim ientoj
me resolví á responder por el mism^ conducto^
aunque en términos moderados 3 pues vivo persua­
dido á que la desvergüenza es propia y peculiar
de g entes soeces.
C o n este fin formé una carta cortada en su
extensión á la niedida de lo que permite el D ia ­
rio ) y la remití inmediatamente para que se in ­
sertase en éi al o tro día ; pero viendo que pasa
este y el siguiente , y el t e r c e r o , sin que se v e ­
rificase 5 olí la imparcialidad del Diarista , recogími carta > y me. determiné á imprimirla suelta,
añadiéndole otras dos del mismo tamaño ^ que para
satisfacer al público tenia p re p a ra d a s, y reuniré
ahora forreando de las tres una sola.
N o me detendré.'en refutar desvergüenzas^ q u e
nada prueban ,s in o la cortesan ía de quien las próduce. Pasaré en. blanco lo de tramposo y y trampa adelante y porque n o lo entiendo ; y solamente
fixaré un p o co la vista en que el decir y o que
n o he leido su papel de V . es una solemne mentira.
6 un insigne desatino.
Viva la marcialidad. ¡ Q u é palabras tan cul­
tas! i Q u é modales tan fin o s! ¡ Q u é expresiones
tan propias de un escritor p ú b lic o ! N o , n o des­
mentirá V . la buena crianza que le han dado sus
padres 3 ni tampoco los rápidos progresos que ha
hecho en Jas cie n cias, particularmente en la ló ­
gica de Condillac.. j Q u é embidia le ten g o ! Po rque,
según V . afirm a, n o la he leido. Dispénseme V«es[a f a lt a , y en recompensa, de su deferencia le.
daré un consejo
lyiire V .
busque u n saltinvanqui. de los que.
hacen ju e g o s de m a n o s para que le en¿¿ñe á a li - '
v in a r j supuesto que despunta por a h í , y sabe
y a ^ sin haberlo v i s t o , ni o íd o , que j^o .he leído
su papel 3 y no ia lógica de C o n d ilia c , porque si
se aplica a este a rte, pronto saldrá tan aprove«
chado en é l , c o m o en el de p e n s a r , que es el
título verdadero y original de aquella juiciosa obra:
y supuesto q u e , com o V , s a b ra , las injurias no
ofenden á quien las recibe , sino á quien las hace,
prescindamos por ahora de personalidades que
n o son del c a s o , ni nos dan la m enor luz para
graduar el mérito , ó desmérito de un escrito,
sea de quien fuere.
P o r el extrato que acabo de hacer del de V . , y
n o por mis yerbas fétidas lí o lo ro sa s, vendrá en c o ­
nocim iento de la exactitud y fidelidad co n que reco»
pilé todas las expresiones que pudieran ofender a mi
persona , si fueran verdaderas , ó á Jo ipé^nps/undadas i piies c o n la misma fidelidad y exáciitud anali­
zaré el papel que V. p o r n o parecerse á Jos califica-^
dores de la santa , califica á la áiabU%ca ^ y se halla
en cuerpo, y alma al principio dei'Diario Mercantil
del lunes 7 de Octubre. V ealo V» a llí, y vealo el
público de Cádiz que me c o n o c e , me ha oido racio­
cinar muchas veces , y sabe por experiencia y n o ­
toriedad si quando h a b l o , hablo áisparutones y de^
satirios ; bien que no es adivi«)o com o V. para afir­
mar con un tono decisivo que cidrtum¿nt-i su autor
no ba laido la lógica de Con iillac '.
E n este su p u e s to , vea también el público el
título de su obra de V. que es sohim nte del que
trato. S o la m e n te , si Señor. V e a l o , vu elv o a d e ­
c i r , en ios carteles que se fixaron para anun­
ciar esta monstruosa producción de su ingenia,
y no en la c r ’tica del Diario del 12 y 1 3 , pues
aquí suprime V . una palabra , que es toda el
4 : , -•
- afnra del negoció, ìncompatihiìidai de la libertad
E S P A ñ O L A y SQ Jee en los c a rte le s , y tambiea
en el frontispicio de la o b r a , que ya la te n g o ,
porque uh in cóg n ito me la remitió por el c o r­
reo e,l mismo día que salió á luz la censura de
y . A d i v i n a , a d iv in ó n , quantos quesos traigo
€11 este z u r r ó n , y te los doy todos cin co. /«compatibilidad áe la ¡ibsrtai^ á secas ) pone V . en
el D ia r io , -para rebatirme ¿ Q u é será esto ? ¿ Q u é
h a de s e r ? O ivíd o n a t u r a l , ò yerro de im pren­
t a , porque maLícia solo cabe en la fatuidad de
un miembro del Santo O ficio, mas no en la acri­
solada providad de un escritor publico que se lia*
ma i n g e n u o .
A h ora bien , S e ñ o r D o n I n g e n u o Tostado , 6
sí V . q u ie re , I. O. F. Tranquilícese V . un ins­
t a n t e , y dispénseme p o r un m om ento ei h o n o r
Se creerme sobre mi palabra , pues aunque p u ­
diera darle una prueba nada sospechosa de la
verdad que v o y á d e c ir , n o la estimo tan en
p o c o que libre sii crédito en la de o t r o , ni t e n ­
g o el m énor ínteres en satisfacer á V . aunque
l o ten g o muy g ra n d e en satisfacer al público.
L o cierto es que ' se me traxo á mi casa un cartel
de los muchos que se fíxaron por las esquinas,
arrancado de u n a ; y apenas lo l e í , quando p r o r ­
rum pí en las mismas ó semejantes p a la b ra s, que
lu e g o puse p o r e s c rito , y se llevaron á la im ­
prenta.
O m ito otras circunstancias que no necesita V .
s a b e r , ni y o d e c ir; lo que c o n vien e que sepa es,
que sin leer su. obra , y coiU rayéndom e sola­
m ente al t í t u lo , c o n o cí entonces , y co-iozco a h o ­
ra que esta es una parad''»ja ridicula, tan inde­
mostrable como la quddraciira del circulo , ya
porque la incompatibilida.i iiemustraJa ¡ es un abi-
s
-siirdo m anifiesto5 pues incompai^ibilidad es térm i­
n o metáfisico 5 que significa una idea abstracta^y
sobre Jas ideas de esta especie n o hay ^ ni puede
haber d e m o stra c ió n , según lo enseña en su l ó ­
g i c a , n o solo el Francés C o n d illa c , sino también,
y mticho m e jo r , el Ingles W o l f f , que aplicando
las regias del raciocinio á la demostración , indica
q u e esta n o r e c a e , ni puede recaer sino sobre
las ciencias e x a c ta s : y ya porque la libertad de la
E sp a ñ a , sin restricción , c o m o V. la p o n e , es la
libertad política y civil de los Españoles tomados
c o le ctiv a m e n te , y esta libertad no es incom pati­
b l e , sino c o n la escla vitu d , que abraza la depen­
dencia y el f e u d o , c o m o lo haré ver mas ade­
la n t e ; pero al ver que V , quería embaucar á los
incautos , é ignorantes co n la palabra demostra­
da ( la incom patibilidad) me creí obligado , n o
GQpi<> galifipa^Qr,, pues^ no ten^o d hojjor ^e^se^
l o , sino com o b u e n ciudadano , á prevenir los
ánimos de los que leyeren la obra ( en cu yo m é­
rito ó desmérito n o me he m e tid o , ní rae meto
p o r ahora ) y n o saben distinguir^ el raciocinio del
sofisma. P o r eso , y conociendo de p ro n to que
V . n o podía salvar las coHseqüencias que en bue­
n a lógica se siguen solamente del' título de la
o b r a , las saqué re p e n tin am e n te , las d i ' a l públi­
c o , y las defenderé en qualquier palestra.
Vuélvalas V . á leer co n imparcialidad, tóme­
las en su legítimo se n tid o , prescinda de quien es
su a u t o r , y co n estas disposiciones , que forman
el carácter de un escritor ju ic io s o , verá desplo­
marse por sí misma esa m ontaña de dificultades,
empedrada de im pertinencias, de dicterios, y de
absurdos, que su vana presunción ha levantado
e n el ayre.
Acerquémonos-,á e lla s; pero antes es necesario
distinguir las objeciones que van directamente c o a tra el p a p e l , de J.os apodos co n que V. favorece
al autor. ..Ciñámonos pues á la le t r a , y veamos
■como, sí V . demuístra la inccmpotihiiidad de ta
libertad Española con el restablecimiento de- la /«quisicion y es-tá obligado á poner en salvo las con^
seqiisncias que se siguen ¡ y son:
i.° Que ¡os Españoles basta abora no bemos
sido libres porque bemos tenido Inquisición. ¿ D dn*
de está aquí la falta de lógica ? Incompatibili­
dad de una cosa con otra es la imposibilidad de
q u e las dos existan ju n ta s : la Inquisición ha existido
hasta abora desde qu.e se fundó en E s p a ñ a , lue­
g o la libertad E sp añ o la no ha existid o , porque
es incompatible co n ella: lu e g o si la E spaña no
ha sido Jibre , necesariamente habrá sido , ó esp
c l a v a , ó tributaria, ó feud ataria, {disjuntive y Sr.
c r ític o , abra el ojo y vea las ó ó mas redondas que
mi cabeza j y co n un acen to encim a tan grande
c o m o la cresta que le hará á V¿ el peluquero e a
la suya.) Si e sc la v a , ¿quienes han sido sus tíra­
n o s ? S l tributaría, ¿ á quien ha» p a g a d o p e c h o s ?
Si feudataria, ¿quien ha sido s u .S e ñ o r ? R esponda
V , á esto-, c o m o Dios m a n d a , y n o a o s traiga
para e n vo lv ern o s las inoportunas distinciones da
esclavitud é in d ep en d e n c ia , y de libertad política
y c i v i l , que n o vienen al c a s o , porque V. so^
Jo habla de una libertad, que es Ja nacional
( Española ) y los términos contrarios de e&ta libertad son la e sc la v itu d , la dependencia y,
el feudo. ¿ E s tá V« enterado ? Pues bien , déxjsae
de metáfisicas que n o son para cerebros exáltardos j y señáleme á sangre fría el vicio de est¡a
silogismo, ó el defecto de ilación en sus conseqüenf;
c í a s , y despues veremos quien de los dos h a lei:»
do mejor á Condillac.
^Que h s Franceses i Turcos y. Persas , Cbín&s
y todos ios pueblos que llamcmíos esclavos ^ son libres
porque no tienen Inquisición y que es la incompati^
ble con la libertad ? Esta es otra co n se q ü e n cia , qiie
p o r ser mas remota parece ménos enlazada c o a
su a n te c e d e n te , y por eso se-llama a r g u m e n t a d a
paridad j que n o se d e d u c c ménos legítim am en­
te del pom poso y terminante título de su' obra
de V . E n él n o se asigna otra incompatibilidad
c o n la libertad n a c io n a l, que el restablecimiento de ¡¡a
Inquisición : lu e g o en las naciones donde ésta no
exista no \vihra .incompatibilidad co n su libertad 3 y
serán naciones iíbfes^ según V. mismo Jo d e­
xa entender c o n su restricción , pues aunque
n o lo diga 5 tam poco dice nada encontra. D e muestreme V* tan lógicam ente esa multitud de
desatinos que su fina educación imputa al buen
escritor del papel que im pugna^ calificando ir ó ­
nicamente 5 y c o n la religiosa exclam ación áe Santo
D ios\ (lin d a ’ m e z c la ) su cabezal de tan ló gica! y
lu e g o y o mismo le confesaré lo que debe co n fe saif en órden á este raciocinio
pero entre tan­
to sepa V . S eñor calificador á la diabla , que n e ­
cesita muchos años de escuela para caliíicar a l
uso racional y cristiano de la Santa.
3.*^ ^Cómo se verifica que la España pelea .por
su libertad i teniendo jurado á Fernando 7.0 que en
su exaltación al Trono reconoció la. Inquisición'^ N o
se puede n e g a r que es ingenioso y sutil el efugio
que. V. toma para salvar este in con ven ien te ( que
también; se sigue del título< de s u obra ) y sihó
fiiera porque está e n v u e lto erí palabras tan g r o ­
seras c o m o insultantes 5 merecía un elogio. ¿ C o n
qué esta expresión envuelve malicia '^ M e alegro
de sa b e rlo : Juerzax^ querrá- V.- decip ó indisolu­
bilidad. Repase Y»i tpdo ese. párrafo de su digni^-
s
«ima carta j y verá c o m o n o dice riada mas que
desvergüenzas 5 á las que ya h s dicho que n o res­
p o n d o j pero contestaré á Ja débilísima razón mas
vieja que la s a rn a 3 y que la saben hasta los niños
d e la escuela : si señor ^ todo el m undo sabe que
los Monarcas pueden alterar ó mudar ¡ según convenga ^ ¡os Tribunales i lo que nadie sabía hasta
qiue V . ha venido á e n se ñ a rlo ; es que mientras
n o se verifique esta alteración ó m udanza > que­
daba al arbitrio de quaiquier charlatán daría por
hecha quando se le antojase.
También sabíam os, sin que V . nos lo díxera,
q u e las Cortes pueden hacer estas y otras mu­
taciones en todos los establecimientos civiles que
las necesiten ; lo que ign oraba tod o fiel christian o i hasta los mas instruidos en los principios
de la ciencia eclesiástica , es que las Cortes pue­
den reformar todo, en la república 3 excepto los dog­
mas de la Religión.
He aqui otra absoluta c o m o la del t í t u lo , y a lg o
p e o r , porque tiene m ucha trascendencia en mate­
ria que n o es de su inspección. Si ahora me p ro p u ­
siera manifestar su falsedad por el mismo órden que
lo hice c o n aquella , me vería V . sacar conseqüencias mas degradantes para su reputación que
las susodichas , pues s u p o n ie n d o , co m o es cierto,
que' ¡os dogmas de la Religión son irreformables
¿ á qué viene lo demas ? Pero n o quiero darle
a V . una nueva ocasion de que para im p u g ­
n a r la s , me salga c o n otra sarta de invectivas,
echándom e en cara lo de calificador c o m o si
fuera algún o p r o b io , y reproduciendo lo de ab^
sUrdosp fa lta de lóg ica , y otros dicharrachos c o n
que prueba sus argumentos. L o que si haré , por­
g u e estoy obligado á e l l o , es publicar-/oí errores
q;üe contiene en otra forma mas s e n c illa ; para
que todo el m unJo los c o n o z c a , y se precava de
su contagio- A este f i n , repito que no soy cali­
fic a d o r , y aunque por otros títulos que me hoii-?
ran sin m e r e c e r lo , rae hallo autorizado para to­
mar o t r o , ü otros p a rtid o s, cedo mi d e re ch o ,
y lo renuncio t o d o , ménos lo que no pued o
renunciar sin incurrir en el atroz delito de per­
ju ro , y en la vil degradación de bestia: tales son
los sagrados derechos de ciudadano español , de
christiano c a tó lic o , y de hombre racional.
E n uso pues de este triple c a r á c t e r , y n o
mas , d ig o que la proposicion de V . es errónea^
y antkhtisUüna , y lo pruebo de este modo. Pro­
posicion e r r ó n e a , y antichristiana es aquella que
en vu e lve e r r o r , y se o p o n e á Jas leyes fundam en­
tales del christianisrao : tal es la proposicion de
V . Prueboio. L a proposicion de V . somete á Ja
reform a .de Jas Cortes todo en la ’República excep~
to ios dogmas de la Retigion : e ste 'so m e tim ie h tó í
sin otra excepción , e n v u e lv e error , y se o p o n e
á las leyes fundamentales del christianísmo. E x ­
p lic a r é , y probaré a un mismo .tiempo la m enor
de este silogismo , sin apartarme, un ápice de las
reglas que prescribe Condillac > tratando de Ja ar­
gumentación , y mejor que é l , M alebranche en su
Recbercbe de la verité ( indagación de Ja verd a d )
que es mucho mas del caso para nuestro intento.
Som eter á Jas Cortes Ja reforma de todo en
la República , excepto los dogmas de Ja R e li­
gió n , es someterle la reforma de Ja disciplina ecle^
siastica en los puntos que n o le co m p eten , c o m o
s o n : el arreglo d e Jas ceremonias del c u lto di­
v i n o , las fjrmul-as c o n que se administran los Sa­
cramentos , y otros de liturgia s a g ra d a , y juris­
dicción espiritual, entre los quales no sería te­
meridad contar la jurisdicción apostólica ( n o la
TO
real ) que exerce en Fos dominios de España él
Tribunal de la lá q u is ic io n , y no tiene autoridad
para extinguir la 'vpìnion pública ( quandó lo fuera )
segtin V 'afirma, y prueba c o a l'anta
como
á mi m e f i l t a : este sometimiento e n v u e lv e e rror
porque se opone diametralmente a las leyes fu n ­
damentales de la I g le s ia , que tiene d e c la r a d o , y
está admitido por todas las Potencias Católicas,
que ios mencionados p u n t o s , y algunos otros mas,
pertenecen privativa y exclusivam ente á la p o ­
testad espiritual de los Pastores que Jesuchcisto
Jo instituyó para gobernar su G r e y : luego. • . .
V.
que es tan lógico saque la conseqüencia,
y digame sí c o n c lu y e , pues en este caso debe
cantar la p alinod ia, y retractarse públicamente,
so-pena de incurrir ipso facto en la censura ful­
minada contra ios cismáticos y que son Jos que convaten. la disciplina de Ja Iglesia.
S é ñ ó r T e ó lo g o - Politfóo - F ilosófico -'C rític o L ó g i c o , cnidadó c o n estas a b s o lu ta s , p o rq u e si
■en materias profanas se pueden sostener con so­
fisterías, sátiras in d e c e n te s , y otros argum entos
de este j a e z , hijos, ó abortos de una descarada
im p u d e n c ia , en materias sagradas s e llila mas del­
g a d o , y se estima cada cosa en lo que vale. Sii
proposicion de V podrá correr libremente en In ­
glaterra , donde el R ey es Gefe Suprem o de la I g le ­
s ia ; desde que E nrique 8.*' se abro gó este título,
que ha pasado á sus sucesores , aunque c o n
algunas intermisiones vañadas en sangre huma'n a ; pero nuestras Córtes son muy católicas para
oír sin d e sa g rad o , h o r r o r , é indignación una
atribución tan sacrilega. Sus individuos , y la
N a ción toda que los ha elegido , están muy léjos de dexarse ofuscar por el hum o de ese inicienso , para querer llevar sus autoridades mas allá
de los justos límites que ellos mismos se han pres­
c r i t o , y Ies señala ia R eligión santa que han j u r a ­
do conservar sin mezcla de otra secta.
Y vea V . aquí im argum ento pjáctico que
prueba la necesidad absoluta de la In cp isid on , y
e cha por tierra todas las especulaciones , ó mas
bien cavilaciones que V . alega contra elía. ¿ Quiere
V . que se lo manifieste en forma silogística , ha­
ciendo o tro n u e v o ensayo de mi lógica ? Pues no
estoy de ese hum or por ahora : lo dicho basta y
sobra , para que V . si quiere , c o n o zc a sus mu­
chas equivocaciones , el público reforme qualquier
juicio siniestro que pueda haber h echo de mí al
tiempo de leerlas , y Jos Periodistas que han sido
íu s ecos de V . repitiendo c o m o autómas las voces,
de calificador , fa lta de lógica , é impugncuior de
p ap tl que no he leido , vu elvan p o r su opinion,,
siquiera porque es la O P I N I O N P U B L I C A y np
parece regular quede desmentida en- unas cosas tan
íáciles de a v e r ig u a r , y que nadie sino V . y ellos,
ignora*
S i y o fuera una persona tan desconocida en
este pueblo c o m o muchas que rabian por darse,
á c o n o c e r , ( y lo logran ) serian disculpables es­
tos señores mios ; pero n o habiendo quien no me
co n o zca p o r mi destino co n respecto á la Inqui­
sición í es m uy extraño que porque á V. se le an­
tojó darme otro , ellos , sin mas exam en , me lo
dén también , y porque á V . se Je puso en la c a ­
beza que n o sabia lógica , á ellos no se Jes ofrezca,
duda sobre este p u n to , y en todo lo demás v a ­
y a n tan de acuerdo con sus idt^a?.,
¿ Q u é se dirá del Redactor que despues de h a ­
ber prometido repetidas veces extractar los pape­
les co n imparcialidad , y sin meterse á calificarlos,
redacta el mío. en, su. núm ero n 6 y le p o n e este
paréntesis con letra bastardilla para llamar mas la
atención , 9KS yá « vé qtian poderosos y cú>^for~
á buena lógica son , los argum entos que h a ­
g o ? zQ vié se dirá del D uende que habifeiida e m - pleado su ingenió en descubrir por ías iniciales
mi nombre y apellido para publicarlo 3 no quiso
emplear una ligera pregunta para saber si era ó
n o calificador > ni dar una ojeada sobre mi pa­
pel para ver si. hablaba del título del de^ V. o
d e su obra ^ y se mece de falondres á criticarlo
sobre estos dos filsos supuestos ? ¿ Q^ié se dirá
«n fin del Diarista que negándose a p o n er mi
contestación , inserta el mismo dia una iron ía i a ‘ suisa } c u y o m enor defecto es ultrajar todo un cuecr
p o por zaherir un solo individuo ?
C re o haber satisfecho todos Jos reparos que
V . p o n e á mi papel , y no teniendo m otivo para
retractar , ó reformar algunas de las co nseqüeiicias que saqué al leer el título de su obra , lá^
■ratifico de n n e v p , c o n o cie n d o cada vez mas y m ^
que son otros tantos corolarios d¿l problema que
V . c ree h ab ^ r resuelto 5 d e m o stra n d o , se¿»nn d-ce^
la mcotnpatibiiidaJÍ de J a libertad esDriñ-^ia con él res^
taiUc.imi$nto. áe la Inquisición.^^* L . M . de V. S S.
M. C.
ivt
C A D IZ ;
Vof Don Nicolás Gomsz de Requétta , Impresor
Gobititfio pof S t IM. y Plazuela ds lüs
Tabhs^dondsseb^llar^
.
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