Documento descargado de http://www.revclinesp.es el 02/12/2016. Copia para uso personal, se prohíbe la transmisión de este documento por cualquier medio o formato. , REVISTA CLINICA ESPANOLA ,., Director : C. JIMÉNEZ DfAZ. Secretarios: J. DE PAZ y F. VIVANCO Redacción: Antonio Maura, 13, Madrid TOMO XIV / Administración y Correspondencia: Editorial Científico Médica 30 DE SEPTIEMBRE DE 1944 NúM. 6 REVISIONES DE CONJUNTO CONSIDERACIONES SOBRE EL FACTOR HERENCIA EN LA Gf:NESIS DE LAS ENFERMEDADES CARDIOVASCULARES L. P ESCADOR El problem a referente al factor h ereditario en los portadores de cardiopatías o de alteraciones d e セウᆳ clerosis vascular, adquiere una candente actualidad e interés, fáciles de comprender por el aumento de estos dos tipos de enfermería, en los tiempos actuales, y por el carácter de azote social que poco a poca van adquiriendo tales dolencias. La importan cia que pueda tener la previsión familiar de posibles enfermos solamente, sería punto más que su · ficiente para hacer este tema tan interesante como se quiera, amén del interés científico que pueda tener el problema. Es un hecho notorio que, en gran número de los enfermos, aparecen en sus antecedentes, noticias claras de haberse padecido aq uelia en fermedad con carácter familiar, si bien habremos de tener en cuenta que la mayoría de las veces, nos contentaremos con los datos más o menos precisos que nos aporte el sujeto examinado y no podremos hacer una observación directa de los miembros de la familia, salvo en casos excepcionales. Por esto, adquieren importancia capital, no ya los datos esta dísticos que se puedan obtener en el fichero de una clínica, sino las historias familiares seguidas cer.::a · namente, por los juegos de la vida, y en las que el propio médico ha podido observar personalmente, hasta tres o cuatro generaciones. Fácilmente se com prende la imposibilidad de h acer siempre las cosas de esta maner a y, de aquí, que para el estudio de los factores hereditarios en las enfermedades cardiovasculares, se haya tenido que recurrir al estudio de los mellizos, habiendo sido h echo esto principal mente por las escuelas alemanas, pero siend o en n.uestro país, extraordinariamente escaso este matena!, no podremos con tar más que con los dos primeros métodos de estudio. Téngase en cuent a que, aun con el estudio de gemelos, se puede decir 39 que :2<i el conocimiento de determinados factores hereditarios en alteraciones, por ejemplo, del tipo de la esclerosis vascular, no podrá hacerse de una manera definitiva mientras no tengamos en nuestro poder una raza de animales en la que podamos "cultivar" la hipertensión arterial. Resulta interesante saber, merced a los estudios de BLUMBERGER z BOWMAN y \VHITE 6, GRAF .'(), H ECHT y GUPTA t4, PARADE 45, PARADE y LEHMANN 47, WElTZ 57, y algún otro, estudiando el ECG en los m ellizos, que el corazón tiene, en las parejas, el mismo parecido que los rasgos fisonómicos, llegándose a la conclusión in teresante de que, incluso determinadas alteraciones electrocardiográficas, como podrían ser la aparición de nódulos en las ramas de la onda R 47, se trasmiten con carácter familiar hereditario, hecho éste que viene a complicar オNセ@ tanto más .el ya arduo problema de interpretaClon de los mtsmos, toda vez que, al adquirir carácter familiar, pierden el de alteración de la fibra muscular 20 llegando KAHLER y WEBER 3 1 a decir que, aun con un solo mellizo enfermo, los trazados electrocardiográficos se parecen extraordinariamente y que jamás podremos interpretar una modificación con:t? patológica, cuando sea un signo que aparece tambten en el otro hermano. Parece ser 47, que la onda R sería, de todas suertes, el accidente más afectado por cuestiones del medio ambiente, sobre todo en lo referente a su altura, en エ。セッ@ que, !as. ondas P y T . serían las que con ser,vanan el maxtmo de caracteres familiares y vendnan a ser las menos influenciables por causas ajenas a la herencia. En cuanto a las derivaciones se セ・ヲゥイL@ セゥ・ョ、@ a admitirse que las I y JI, se dejarían mfiuenctar poco por el medio ambiente, conservando los caracteres individuales, en tanto que la III, sería más fácilmente afectada por las manifestaciones del mundo exterior 20• Es lógico pensar. aún. que los signos racia les del ECG, no se muestren tan acusados en los trazados de esfuerzo como en los de reposo, hecho éste, por lo demás, que ha sido comprobado por KAHLER y WEBER 31 • Con todo esto, se nos pone de manifiesto la con Documento descargado de http://www.revclinesp.es el 02/12/2016. Copia para uso personal, se prohíbe la transmisión de este documento por cualquier medio o formato. 3ó0 REVISTA CLINICA ESPAIVOLA servacíón de c:uacterísticas hereditarias por parte del corazón, en datos tan valiosos como los electro cardíográficos, siendo éste un escalón fundamental para posteriores discusiones sobre la herencia en de terminadas afecciones cardíacas o vasculares: sea hereditaria o no la enfermedad, es lo cierto que determinadas constantes fisiológicas se trasmiten con caracteres perfectamen te familiares y va, este sólo hecho, nos autoriza a pensar que las afecciones do! aquel sistema, puedan tener análogos sig nos de transmisión familiar. En el estudio de las cardiopatías, desde el punto de vista de los factores hereditarios, se han hecho grupos, algunos de ellos un tanto caprichosos, si así se quiere, pero que han pasado a tener un cierto aspecto de sistematización, al que habremos de adaptarnos. Según esto, podremos clasificar las cardiopatías en los diferentes grupos siguientes: 1. ANGINA DE PECHO Y ESCLEROSIS CORONARIA. La esclerosis coronaria f ué ya descrita como enfermedad familiar por MUSSER y BARTON 42 en 192 r, encontrándola siempre en sujetos de edades superiores a los cuarenta años comprobándose esto, al gunos años más tard e, por GRUBER 1 ', u que basó sus afirmaciones en observaciones necrópsicas, ase veraciones que, basadas en la misma técnica, fuero n hechas también por H ERAPATH y PERRY z5 en In glaterra. Después de esto, BOISSEVAIN -' nos habla d e la transmisión de la angina de p echo hasta rn cuatro generaciones y MORAWITZ Ji nos hace fi íar nuestra atención en d hecho de que, con gran fre en dos o más cuencia, la angina de pecho Zセー。イ・」@ hermanos de una familia. Más posteriormente, Gor DSMITI r y WILLIUS '9, son los primeros que hacen un estudio estadístico de Jos antecedentes de portadores de esclerosis coronaria: estudian 300 casos de trombosis coronaria y ven cómo en 165 de ellos, existen anteceden tes claros de enfermedad cardíaca en los miembros de la familia, apareciendo la enfermedad renal en 70 casos (casi la cuarta parte) y viendo que en 14 enfermos, había aparecido la trombosis coronaría en algún otro miembro familiar. Lo que más llama la atención de los autores r eferidos, es la gran frecuencia con que uno o am bos padres, han muerto repentinamente. En 1938 . aparece el primer trabajo sobre estudios de angina de pecho en gemelos y debido a PARADE y LEHMANN 4Ó. En el primer gemelo observado, comienza la anginJ de pecho a los 55 años y algunos meses más tarde, tiene lugar un fenómeno embólico que le acarrea la muerte. En el otro hermano, aparecen las primeras molestias a los 3 2 años y poco a poco, éstas se van haciendo mayores hasta que fallece a la misma edad que su h er man o. Más modernamen te, KAHLER y WEBER .u estudian la no despreciable cifra de 1 7 pares de mellizos en los que se sienta el diagnóstico de esclerosis coronaria. En los gemelos univitelinos que estudia (4 UV ) la concordancia es absoluta, apareciendo en tod os ellos el cuadro de esclerosis coronaria. Por el contrario, en los bivítelinos (BV), del mismo sexo, ve tres casos concordantes y cinco discordantes y en los de sexo contrario (HV) llega a enco ntrar cuatro ca sos de desarrollo co ncordante y uno discordante. 30 septiembre 1944 Piensan los autores que en estas diferencias pueda jugar un importante papel el género de vida llevado por cada examinado, y así nos dicen de cómo hay que pensar en los coadyuvantes externos tales como el tabaco, y contar también con el momento endógeno (d iabetes, hipertonía, etc. ) , aparte del h echo conocido de que en la mujer, la esclerosis coronaria es de una frecuencia mucho menor que en el hombre. De todas suertes, no queda duda de que existe un factor de herencia no despreciable en este tipo de enfermedad, pensando nosotros además, que tal proceso habrá de tener una relación fundamental con los demás procesos de esclerosis vascular de los que se ha segregado quizá por la impo rtante loca lización que supone para la vida, pero indudablemente, cuando repasamos los protocolos presentados, vemos que en muchos enfermos a los que se da como portadores n egativos, existen fenómenos de "pura hipertensión arterial" y que indudablemente no tendrán esclerosis coronaria, pero sí puede que la tengan en no importa qu é otro seg mento del sistema vascular, hecho éste que nos hace pensar en poder incluirlos a todos en el gran grupo de las esclerosis vasculares más o menos limitadas o generalizadas, en cuyo caso, las concordancias habrán de ser mucho mayores. ll. HIPERTI NSIÓN ARTERIAL. !·ueron \VLJTZ ' y Rosi |ibNoセ@ - los primeros en hacer resaltar la QューッイエZセョ」ゥ。@ del fac tor familiar en la hi pertensión arterial. moslrándonos el primero una pareja de gemelos en los que aparece una hipertensión arterial casi a la vez y más tarde, en 1938 w, nos presenta veinte mellizos BV con una evolución concordante en sus cifras de presión arterial. A partir de las primeras comunicaciones citadas, abunda en la literatura la presentación de casos familiares de hipertensión, tales como los expuestos por DA\\'SON 13, MEGGENDORFER 36, SCHLUZ 54, DOXIADES y UHSE 14, PARADE 45, ERKKI KLEMOLA r6, etc., estudiándose, no solamente la concordancia en los valores de l a presión arterial, que en algún caso ..s tiene diferencias inferiores a 1 o mm. H g., sino que se trata de ver las historias familiares procen tuales, de los hipertensos. Tal hace WEITZ s; en su primer trabajo y llega a ver cómo en una proporción de un 76,8 por 1 oo, aparecen an tecedentes de hipertensión arterial en uno o ambos padres, o tienen fenómenos de arteriosclerosis o han fallecido de ella. Parece ser, además, que los padres de los hipertensos fallecen antes que los de los no hipertensos. O ' HARE 49 y colaboradores, es tudian un grupo de 3 o o h.ipertensos y ven cómo en el 68 por 1 oo de los mtsmos, hay antecedentes familiares de algún padecimiento arteriosclerótico, contando como tales la apoplejía, nefritis, diabetes, etc., viendo cómo en un g rupo de enfermos cogidos al azar, solan:ente aparecen estos a ntecedentes en un 3 7, 5 por crento, llegándose a la conclusión de que los antecedentes de enfermedad familiar vascular, se encuentran en los hipertensos con frecuencia doble que en el resto de los sujetos. A conclusion es análogas llegan WI ECHMAN. y PAI 00 . viendo la enorme frecuencia con que aparece la muerte por padecimíenco cardíaco o hemorragia cerebral en los familiares Documento descargado de http://www.revclinesp.es el 02/12/2016. Copia para uso personal, se prohíbe la transmisión de este documento por cualquier medio o formato. To>IO XIV ]'lóMERO 6 EL FACTOR HERENCIA EN LAS ENFERMEDADES CARDIOVASCU LARES de enfermos hipertensos. Por su parte, NADORN!KITITS 43 , ve estos antecedentes en el 68 por 1 oo de los enfermos que estudia, llegando a describir un par de gemelos en los que tiene lugar de una manera concord ante la esclerosis maligna. Para ZIEPPERLEN 61 las cifras estadísticas llegarían al 66 por I oo en lo referente a los antecedentes familiares. El problema del aspecto familiar de la hipertensión arterial. v iene recogido también por AYMAN ' que estudia la presión arterial en los niños de diversas familias, llegando a hacer mediciones en número de 1.524 personas. Parece ser, según las conclusiones de este autor, que los niños hijos de padres con presión arterial normal o baja, tienen la presión baja también, en tanto que cuando los niños tienen signos de liger a hipertensión, los padres son siempre hipertensos con gran frec uencia y, además, fallecen antes que los de los no hipertensos 55. Parece ser so, que la presión máxima se deja in fluenciar más por los fenómenos del medio ambien te. en tanto que la mínima sería la que conservase, de una manera más pura, los caracteres hereditarios. pudiéndose estudiar mejor, sobre ella, todos los fenómenos concernientes a la patología de la herencia. habiéndose llegado a tal conclusión después del estudio de 1 9 pares de mellizos. Ya PARAD E 45, est udiando la hipertensión en los gemelos, hace notar que indudablemente debe haber un facto r del medio ambiente que condicione la hipertensión y q ue podría actuar sobre el "esbozo germin ativo" de que n os habla W EITZ 55 que, por lo demás, tendría la propiedad de no hacerse patente hasta las edades avanzadas de la vida, llevando un carácter dominante en el sentido mendeliano. En tal forma, nos hablarían también las observaciones de KRAMER 33 quien al estudiar un par de gemelos ve cómo uno de ellos, que ha hecho u na vida sosegada y trJnquila. con una alimen tación regetariana, tiene una presión máxima que oscila セョエイ・@ 1 70-1 so mm. H g. en tanto que el otro, que ha hecho fundamentalmente una alimentación cárnea, tiene una presión sistólica que oscila por encima de los 200 mm. Hg. Parece, pues, que aun con todos los hechos hereditarios que p ud ieran controlarse, los factores extrínsecos de alimentación rica en proteínas 31 , etc., habrían de jugar un papel no despreciable. Tal pone ya d e manifiesto MOSCHOWITZ 4° al estudiar lo que ocurre en l os sujetos de raza negra trasplantados y llega a d ecir, basado en estas observacio nes, que el factor hereditario de la hipertensión arteriJl. sería francamente fenotípico. I!I. L ESIONES VALVULARES. · - E l estudio de los problemas de herencia, en lo que se refiere a las cardiopatías valvulares, va íntimamente ligado al de igual aspecto del reumatismo, afección ésta d e la que ya FuLLER 'i en 1866, nos habla considerándola en su aspecto familiar. Indudablemente que el problema de la h erencia en el reum atismo v iene a tener una importancia capital llegando a decirnos CHFADLE 12 que un niño セ・@ fam ilia reumática, tiene cinco veces más probabih?ad que otro de padecer reumatismo y citándonos d¡cho autor la obserVJción de STFINER hecha so- 361 bre una madre reumática que tiene doce hijos y de los cuales enferman de reumatismo once, en fechas sucesivas. La íntima relación, desde el punto de vista hereditario, entre el reumatismo y las cardio patías valvulares, fué puesta de manifiesto por LA\\ RENCE 35 q uien estudiando 1 oo suj etos jóvenes y con afecciones cardíacas de naturaleza reumática, encontró que en los antecedentes familiares de los mismos ap3recía el reumatismo en 49 de los 480 padres y hermanos que estudió y en un 7,9 por ciento, había una lesión cardíao. Relacionando ya el reumatismo con la posibilidad de adquistció n del mismo. nos dice COHN 9, 10 de cómo en las familias reumáticas están infectados del 8 al 1 o por 1 o o d e los miembros expuestos, en tanto que solamen te ウセ@ vienen a infectar el 2 por 1 oo de los miembros de familias no reumáticas. P.:trece ser como si los descendientes de padres reumáticos, tuvieran el reumatismo con doble ヲイセ」オ・ョゥ。@ que los descendientes d e no reumáticos, habiendo llegado más tarde a las mismas con el usiones READ, CIOCCO y T AUSSIG 5 • Posteriormente, PAUL .;·1, "- y colaboradores, estudiaron el factor edad en lo referente a la explosión del reumatismo. viendo que suele hacerlo entre los siete y nueve años. El estudio de los factores hereditarios en el reu matismo, ha sido estudiado, más adelante, en mellizos セ@ viénd ose que existe concordancia en el desarrollo de la infección r eumática en el 2 7 por 1 o o de los gemelos univitelínos en tanto que la discordancia sería en el 12 p o r 1 oo. Quizá que l os primeros datos que puedan r ecogerse sobre la h er encia en las cardiopatías valvula res, se deban a las maravillosas historias fam iliares recogidas por PRIBRAM «> aprovechando los p r otocolos propios y los de su padre, médico también, y que llegan a alcanzar hasta cuatro generaciones famil iares y en los que, según el propio auto r, se pueden descartar casi seguramente las condiciones ambientales, ya que los diversos miembros de cada fam ilia residían en lugares distintos y estaban sometid os a diferentes géneros de vida. De las estadísticas se deduce que no solamente existe la tend encia a padecer reumatismo, sino q ue a la vez existe una n:arcada tendencia también a la cardiopatía reumáttca. Con posterioridad. comien zan las observaciones sobre m ellizos describiendo SACHS 53 un caso de cardiopatía concordante en un pa r de gemelos bívitelinos. haciéndose posteriormente por WILSON y SCHWEITZER 6 ' el estudio de cuatro parejas de univitelinos en los que se desarrolla un reumatismo con absoluta concordancia, en tanto que no existe ésta en siete de los doce pares d e bivitelínos que estudia también. Trabajos posteriores, en el mismo St'ntido, tenemos en las publicaciones de GLATZEL 18, H AERING 21 . HECHT y GUPTA セTL@ LANGBEIN 34 y MORGA, y WEBSTER 38, vit'ndo estos últimos la concordancia en la enfermedad reumática y en el tipo de card iopatía. D e al gún interés mayor. p or la cuantía de los casos estudiados, vienen a ser los trabajos de KAHLER y WEBER 31 y KAUFFMANN y SCHEERER 32 , estudiando los primeros un tota l de 3 9 parejas y de 72 los segundos. Según los citados en primer lugar, aparece el reu matismo con lesión Documento descargado de http://www.revclinesp.es el 02/12/2016. Copia para uso personal, se prohíbe la transmisión de este documento por cualquier medio o formato. REVISTA CLINICA ESPA!VOLA 362 valvular en el r6,6 por roo de los UV Y el 6,? por roo de los HV, viéndose un mayor P<?rcentaJe en lo referente a la etiología reumática, ーイ・エウ。ュセ ・@ en los HV, hecho éste que es interpretado.com<;> N セ ᆳ dicio de la existencia de una verdadera dtspostcwn a la enfermedad reumática y valvular, si bien se puede decir, en opinión de BRANDT y WEIHE 7 que no existe disposición especial a enfermar de determinada válvula. De todas suertes siempre habrá que tener en cuenta 1 ' que la tendencia general a enfermar de determinada válvula está condicionada por una serie de factores a la cabeza de los cuales se pue de citar, como más importante, la edad en que se presente la infección reumática, pudiendo hacerse el siguiente cuadro que condensaría la experiencia estadística de EDSTROM : AZ セ 、 。、@ otros, seguidas hasta la tercera generación, excepto una en la アオセ@ podemos llegar hasta la cuarta. Trátase la primera de la familia E., constituída en su casi totalidad por enfermos mitrales y aórticos y recogida en la figura r. Del matrimoniar _2 en que la hembra es portadora de una 」。イ、ゥッーエ■セ@ mitra! reumática y el varón es sano, nacen dos hembras y un varón que. sucesivamente, adquieren una l. de lesión valvular 0¡0 de en fermedad reumá tica Menores de 10 años Hasta los 20 años . De 21 a 40 años. Por encima de los 40 años. 30 septiembre 1944 . 1 86 74 51 39 El momento y la gravedad de la infección serían factores tampoco despreciables y que unidos al por ciento de enfermedad reumática, darían el total d.! las lesiones que pueden verse en los mellizos. Vemos, pues, con todo lo citado hasta este momento, la importancia que en el desarrollo de las cardiopatías, en el más amplio sentido de la palabra, juegan los factores hereditarios, pero dejando sentado de antemano que en la constitución propia del corazón. así como en la mecánica íntima de su funcionalismo, deja también la herencia su sello indestructible y, lo mismo que aparecen en los dos mellizos los mismos nódulos o ganchos en las ramas del accidente R del ECG, indicio éste de una manera especial de verificarse la conducción de los estímulos de contracción, tienen los dos hermanos gemelos o los descendientes de un mismo tronco familiar la tendencia a enfermar de determinada manera y siempre que las demás condiciones de edad, genio epidémico, vida ambiental, momento de infección o concomitancias tóxicas, etc. , actúen en igual sentido en uno que en otros, quedando reservado a la individualidad el estado patológico que ha de aparecer en determinada serosa o en determinada túnica vascular. En el estudio de todos estos problemas tiene indudable interés la observación dt> los fenómenos que han de ocurrir en hermanos mellizos, pero no se quiera ver en esto el único método de estudio toda vez que, como hemos visto anteriormente, en algunos momentos existen mayores porcentajes de concordancia, no ya en los bivitelinos sobre los univitelinos, sino en los bivitelinos de distinto sexo que en todos los demás, hecho éste que nos pone en guardia y nos hace pensar en la importancia de las historias familiares que, como ya vislumbró P RIBRAM, habrían de ser fundamentales. En este sentido, nos parece interesante el recoger algunas historias familiares observadas por nos - 15 16 ャᄋゥセ@ fiebre reumática y enferman de cardiopatía mitra!. los números 6 y 7, y de aórtica el 5. El 7, casa a su vez con mujer sana y de su matrimonio nacen tres hijos, enfermando las dos hembras ( I 4 y I 5) de cardiopatía mitral reumática. La enferma del número 5 casa con hombre sano y tiene tres hijos. e¡ 10 Fig. 2 todos los cuales enferman de reumatismo y adquieren , de esta suerte, una cardiopatía mitral. en I I y 13, y aórtica en r 2. La transmisión de la cardiopatía en esta familia nos aparece con franco carácter dominante, dándose el caso de que, al fallecimiento de 5, el miembro 4 se casa en ウ・ァオョ、セ@ nupcias con la hembra 3. teniendo de este matrimonio dos hijos que, hasta el momento actual. permanecen sanos y sin haber pasado fiebre reumática alguna, aun habiendo pasado ya la edad en que les solía explotar esta enfermedad en los demás miembros de la familia y permaneciendo en el mismo ambiente que los demás hermanos. La historia familiar condensada en la figura 2 Y corespondiente a la ficha 649. nos representa tamᆳ bién una familia en cuyo tronco de origen ・ョ」セ tramos a los dos progenitores portadores de cardtopatía mitra! y de cuyos cinco hijos, dos, los números 4 y s. enferman de cardiopatía mitra! y el 7 de hipertensión arterial. :este, a su vez. casa con mujer sana y del matrimonio nacen cinco hijos. muriendo uno de ellos, el número 1 r, de una cardiopatía mitra! descompensada. Documento descargado de http://www.revclinesp.es el 02/12/2016. Copia para uso personal, se prohíbe la transmisión de este documento por cualquier medio o formato. To>IO XIV NtlJd'I!RO 6 EL FACTOR HERENCIA EN LAS ENFERMEDADES CARDIOVASCULARES La historia recogida en la figura 3 y correspondiente a la ficha núm. 822, nos muestra una familia en la que aparece ya la cardiopatía mitral en las generaciones segunda y tercera, pero que en la primerá se da el caso curioso de ser todos sus componentes enfermos del corazón, siendo todos mierales, excepto el núm. I 1, que es portador de una hipertensión arterial. 7 iJ 9 (0 1( 11. 363 .. セ@ a la ficha núm. 280, presentando la curiosidad de alternar los enfermos con procesos de hipertensión arterial. que vienen a ser los marcados con negro, c<;>n los portadores de procesos demenciales, que vtenen marcados con el círculo negro concéntrico. Más interesante que ésta, viene a ser la que aparece en la figura 6, y perteneciente a la familia FA. El miembro núm. 2 muere de una cardiopatía mitra! descompensada, y el núm. 4 con un proceso de arteriosclerosis general. Del matrimonio 1-2, nacen cuatro hijos, muriendo el núm. 6 de hemorragia cerebral, el núm. 8 de gangrena senil de las extremidades, habiendo cursado con fuerte hipertensión 1J En la figura 4• presentamos la historia familiar de tres generaciones y correspondiente a la familia d'H. El núm. 1, es portador de una lesión mitra! reumática y teniendo en su matrimonio con una mujer sana una hija que adquiere una insuficien cía aórtica reumática, muriendo en edad avanzada (número 4) por perforación de la aorta en el árbol bronquial. Este miembro de la familia casó a su vez con tres, que es portador de una insuficiencia aórtica 5 6 7 reumática y que muere Fig . 4 también, por perforación de la aorta en el árbol bronquial. De este matrimonio nacen cinco hijos, uno de los cuales, el número 7, adquiere un reumatismo poliarticular que deja una lesión mitra! que en un plazo de jiez años le conduce a la muerte por insuficiencia cardíaca congestiva, y otro, el número 8, pasa también una fiebre reumática poliarticular que deja una doble lesión aórtica y mitra! que le conduce a la muerte, en un plazo de veinte años, por accidente repentino que, probablemente, es un émbolo coronario. los dos hermanos cardíacos eran portadores de frecuentes y repetidas "fugas ex trasistólicas". Los otros tres miembros restantes, 5. 6 y 9· n o han padecido ninguna afección reumática y se mantienen en la actualidad con corazón sano. En el capítulo de las enfermedades vasculares con carácter netamente hipertensivo, también podemos presentar dos historias famíliares ricas en datos y de 。ャァセ@ interés desde el punto de vista de la importancta de la herencia en dichos padecimientos. Viene la primera condensada en la figura 5 y perteneciente Fig. 5 desde hacía muchos años, el núm. 9 muere de hemorragia cerebral y el núm. 1 o vive todavía, padeciendo de crisis accesionales de hipertensión arterial. El miembro núm. 6 casa por dos veces. Del primer matrimonio tiene un hijo que muere siendo portador de fuerte hipertensión arterial con acusados fenómenos de esclerosis vascular (número 20). Del segundo matrimonio hay tres hijos, de los cuales el marcado con el núm. 17 muere en una crisis de descompensación de una hipertensión arterial maligna, el núm. 18 es portador de una hipertensión arterial con arteriosclerosis manifiesta, el núm. 19 era una hipertensa y muere de una hemorragia uterina. Esta ,., Jf última casó con hombre sano y de su matrimonio nacieron cinco hijos, existiendo en la actualidad uno de ellos, el núm. 2 7, portador de una nefritis crónica con hipertensión arterial. Por otro lado, de la unión del 1 o con el 1 1 , nacen dos hijos, uno de los cuales ha tenido ya una fuerte crisis de angina de pecho, el núm. 23. Las presentes historias, nos muestran ejemplos Documento descargado de http://www.revclinesp.es el 02/12/2016. Copia para uso personal, se prohíbe la transmisión de este documento por cualquier medio o formato. 364 '• REVISTA CLINICA ESPA:VOLA bien claros de la importancia del factor herencia en la génesis de cuadros variados de enfermedad del aparato cardiovascular. Es curioso hacer resaltar. por ejemplo, de cómo en la familia セᄋ@ (fig. I ) son precisamente los miembros perteneCientes al tronco r-2 los que están enfermos, en tanto アオ・Nセ。ョ、ッ@ el 4 se casa en segundas nupcias con 3, los htJOS que tiene son absolutamente sanos y no enferma mn guno de fiebre reumática, aun haciendo vida común con el resto de los hermanos. En cuanto a las historias de hipertensión, es evi dente que en los datos que se recogen de la familia FA. (fig. 6) juega un factor primordial la herencia esp ecial con tendencia a enfermar de procesos vasculares, pero tampoco es despreciable el factor tiempo, h echo éste que motiva el que en los último!' miembros de esta familia no aparezcan casi enfer mos que, indudablemente, habrán de aparecer tan pronto como estos escalones lleguen a los linderos en que suelen hacer su aparición estos procesos. Merece también hacerse notar de cómo aparece una marcada tendencia familiar a la evolución pa recida de los procesos y así, mientras en la familia reseñada en la figura 4 vemos la tendencia a la muerte por accidentes agudos, como son la hemorragia por rotura de la aorta en los miembros 3 y 4 y por posible trombosis coronaría en el 8, en la familia d · la figura 6 existe la tendencia a la muerte no fui minante y por procesos que afectan a la estructura de la pared de los vasos. Nos trae esto aquí, otra vez, al estudio de los antecedentes familiares de los enfermos vistos po1 nosotros, resultando de la observación estadística hecha sobre roo enfermos hipertensos cogidos ai azar, que en el 6 1 , 53 por ro o de los hipertensos aparecen antecedentes claros de haberse padecido esta enfermedad en algunos de sus familiares directos Por el contrario, si recogemos del fichero r oo his torias de diversos tipos de enfermos, pero en las cua les no haya ninguna cardiopatía, veremos que en los antecedentes del enfermo no figuran las mismas más que en un 20 por 1 o o, estando el 8o p or ro o restante libre de todo antecedente cardiovascula r. siendo nuestros valores inferiores a los que encuen tra O'H ARE N, pero debiendo hacer resaltar aqu í que en el 20 por ro o de enfermos de cualquier padecimiento extracard íaco, p ero con antecedentes cardiovasculares, el grupo mayor está formado por m uerte de alguno de los padres con fenómenos do! hemorragia cerebral, figurando, en muy escaso porcentaje, el resto de las cardiopatías. Viene, pues, esto a confirmar los valores obtenidos por otros investigadores y a poner de manifiesto todo el funda mento existente en la actualidad , para poder estudiar las enfermedades cardiovasculares como procesos de transmisión familiar, sobre todo en lo que se refiere a las alteraciones de los vasos . que serían , con mucho, las de mayor interés desde el punto de vista de la herencia humana. E l que la transmisión dependa de los caracteres genotípicos o fenotípicos, es asunto sumamente intrincado para poder enjuiciarlo rápidamente, pero, para tener una idea aproximada de cómo deben ocurrir las cosas, bástenos pensar con que existen razas, la china por ejemplo, en las que los fenómenos de hipertensión SO septiembre 194 f arterial no se dan en absoluto, hecho éste que ya tendría un gran valor desde el punto de vista del problema, toda vez que, además de la vida que puedan hacer estos pueblos, habrá que contarse, forzosamente, con la existencia de determinadas características raciales que impiden el desarrollo de la hipertensión arterial. pudiendo pensarse que la ten dencia a no enfermar de hipertensión sería, cuando menos, un carácter de franca transmisión genotípica, pero sin que por esto podamos afirmar la recíproca, es decir, que el padecimiento de la enfermedad haya de ir ligado p recisamente a caracteres transmitidos justamente por este grupo. Volvemos. otra vez, a la idea del "esbozo germinativo", anteriormente apuntada, y que, en caso de demostrarse. aclararía por completo los problemas p endientes en este campo de la Medicina. Tal esbozo germinativo requeriría precisas y determinadas condiciones para hacerse ostensible y, parece ser. según las ideas de CONNER. que la principal de ellas sería el llegar a determinadas edades avanzadas de la vida. El pro ble ma , desde este momento, podría en juiciarse tam bién por otra faceta , toda vez que los procesos de esclerosis. y más fundamentalmente de esclerosis vascular. serían una de las características de la se nectud , y por ende, parece ser que todo sujeto que alcanza cifras de longevidad ace ntuadas, sería por tador de al teracio nes de tal tipo que ahora habrí1 que considerarlas exclusivamente desde el punto 、セ@ vista fisiológico o . a lo más. con la cuantía de estado patológico que pueda tener el envejecimiento. Si el individuo no muere en edades tempranas por cual quier otro proceso intercurrente. al alca nzar edades avanzadas aboca, forzosamente , en la esclerosis bien de todo el sistema , o bien de no importa qué determinado segmento del mismo. Según esto, el esbozo germinativo y su condición precisa de la edad avanzada para su desarrollo, no serían otra cosa que meros fenómenos de evolución natural del organism o a través de la vida. P ero las cosas no se quedan de una manera tan sim ple. Hay algo en la constitución del individuo que varía por completo la cuestión. Es conocido que existen determinados procesos morbosos que pueden ser agrupados con un denominador común en atención al terreno especial en que se desarrollan, '! en tal sen tido merece que recordemos, en este momento, la conocida diátesis vasone urósica, descrita po r MüLLER 4'. y 「セ ウ・@ de fenómenos de hipertensión arterial. y las no menos conocidas experiencias de BOCK viendo la reac ción capilar ante la entrada de h o rmonas 4 o viendo las alteraciones de la forma y función capilar frente a la tiroxina y v itamin as s, resu ltando de ello que la adrenalina tiene un efecto mucho menor en los vasoneurósicos (úlcera gástrica . hipertensión esencial) que en los sujetos n o rmales, resulta ndo, ade· más, que la entrada de substa ncias vitam ínicas (Nateína). d eterminan cambios en la forma y funci?n del sistema capilar que no las producen en los suJe· tos normales. Con esto, vemos que existe ya un es· tado especial en el que m ás tarde se van a injertar los fenóm enos hiperten sivos. y que este estado ーセ・、 」@ ser puesto ya de manifiesto en virtud de determwa· das obser vaciones sobre la circulación capilar. cuan do menos. P ero es que existen pruebas más finas P•1ra Documento descargado de http://www.revclinesp.es el 02/12/2016. Copia para uso personal, se prohíbe la transmisión de este documento por cualquier medio o formato. TO"O XIV ¡.¡()MERO 6 EL FACTOR HERENCIA EN LAS ENFERMEDADES CARDIOVASCU LARES el enjuiciamiento precoz de los portadores de hipertensión arterial que, aun cuando todavía no tengan hipertensión manifiesta, ofrecen particularidades en lo referente a la reactividad vascular frente a estímulo!l térmicos. Nos referimos en este momento a la prueba descrita por HINES y BROWN 26 y 2 7, y con la que se ve de cómo al introducir un brazo en agua helada, durante unos minutos, se produce un estado de espasticidad en los vasos en virtud del cuaL al hacer mediciones de la presión arterial en el brazo contrario, se ven elevaciones de la misma, pu . diendo ser éstas de distintos grados y alcanzando en el máximo elevaciones de más de 30 mm. Hg., resultando, además, que estos individuos son precisamente los que padecen hipertensión o los que, más tarde, padecerán de fenómenos hipertensivos, no elevándose la presión, en los sujetos normales, por encima de 1 o mm. Hg. Con todo esto, tenemos en nuestra mano un proceder que nos pone en la pista de posibles estados de hiperreactividad vasomotora o dicho de otra forma, de un estado constitucional ・セー」ゥ。ャ@ y fundamentalmente característico de aquel individuo, pero en el cual después se vendrán a encuadrar factores en virtud de los cuales y ante esta reacción, se imp lantará un estado de hipertonía vascular. El hecho tiene tanto más interés, desde el punto de vista del problema de la herencia, cuanto que, según el mismo HINES 18 , si hacemos esta prueba en hijos de hipertensos, veremos que aparece positiva en un elevado tanto por ciento que escasamente llegará al 1 o por I o o en los hijos de sujetos no hipertensos. Según esto, lo que se heredaría no serÍJ ya solamente el esbozo germinativo, sino una constitución especialmente genotípica y en la que vendrían a hacerse patentes después los factores de realización de que nos habla JIMÉNEZ DfAZ 29. resumZGMセ@ Trabajo en el que se estudian diversos aspectos del problema de la herencia en los portadores d¿ cardiopatías de variada naturaleza, presentándose seis historias familiares seguidas hasta la tercera generación, todas ellas, menos una en la que se puede llegar hasta la cuarta, y viéndose la transmisión fa miliar de distintos tipos de padecimientos cardiovasculares. El estudio estadístico de los antecedentes familia res de los portadores de hipertensión arterial de muestra que en el 6 1 , 53 por 1 o o de los hi pertensos existe la enfermedad en la familia , en tanto que en I o o enfermos de otros padecimientos extracar díacos solamente figuraría la hipertensión en el 20 por 1 o o como padecimiento de ascendientes. La especial tipología constitucional de los pot:tadores de hipertensión arterial. al poder ser encua drados en la "diátesis vasoneurósica", así como ャッ セ@ 365 resultados al practicar familiarmente la prueba de HINES sobre la medición de la presión arterial. haría pensar en una transmisión genotípica de los procesos de hipertonía vascular, cuando menos. BIBLIOGRAFíA 1 2 3 4 5 6 7 M 9 10 11 12 13 14 15 16 17 18 19 20 21 22 23 24 25 26 27 28 29 iO 81 32 32 83 84 35 36 37 88 39 40 41 42 48 44 45 46 47 48 49 50 51 62 58 54 55 66 57 68 59 60 61 62 AYMANN, D. - Arch. lnter. Med., 53, 79, 1984 DLUMU!;RGER, K.- Verh. Dtsch. Gess. f. Kreislauffor¡,ch. 1910. BOISSEVAIN, E - Eugenics News., 16. 115, 1981. DOCK, K. A.- Klin. Wschr., 1.790, 1927. DocK, K. A.- Zeitschr. f. Exper Med., 72, 561, 1930. BOWMANN 11 WHITE.- Amer. Heart J., 17, 701, 1939. BtuND, G., 11 WEIHE, F. A - Z. f. menschl. Verer!>gslehr. u. Konsttitutionslehre, 23, 169. !939. claエZウ^セN@ F., 11 STEIN&R, F.-- Z. 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