estados unidos borra el secreto bancario del mapa europeo

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ESTADOS UNIDOS BORRA EL SECRETO BANCARIO DEL MAPA
EUROPEO
Ramón Lavín
Periodista. Corresponsal en Bruselas
La Unión Europea llevaba años, muchos años, tratando de acabar con el secreto
bancario en Europa, sin conseguirlo. Ironía de la vida, ha sido la presión de Estados Unidos,
lo que va a llevar a la supresión del secreto bancario en Europa.
Después de larguísimas negociaciones para acabar con el secreto bancario, los
Veintisiete Estados miembros de la UE solo lograron acordar la instauración de un
intercambio de información entre sus administraciones fiscales, para veinticinco Estados.
Los otros dos, Luxemburgo y Austria, mantienen todavía el secreto bancario, aunque las
rentas del capital, de los no residentes depositado en los bancos de esos dos países, sí tienen
que pagar impuestos, pero conservando el anonimato. Era el último compromiso de los
Veintisiete Estados miembros de la UE.
Para acabar con esta anómala situación, ha tenido que llegar Estados Unidos. La
administración de ese país ha decidido imponer a todo el planeta sus propias condiciones, el
“Foreing Accounts Tax Compliance Act”, FATCA, que obliga a todas las instituciones
financieras del mundo a darle toda la información fiscal sobre las cuentas de ciudadanos
americanos en esos países, si esos países no quieren tener que someterse a duras penas.
Esto ha obligado a Austria y a Luxemburgo, los dos últimos países europeos que se oponen a
entregar los datos financieros de los ciudadanos no-residentes con cuentas en sus países a
cambiar de actitud. El primer ministro de Luxemburgo, Jean Claude Juncker, ha anunciado
que su país renunciará al secreto bancario, a partir de enero de 2015. El canciller socialdemócrata austriaco, Werner Faymann, no ha podido desmarcarse y ha manifestado la
disposición de su país para negociar la supresión del secreto bancario para los residentes
extranjeros, en común con Luxemburgo.
Por lo tanto a partir de 2015, la UE comenzará a vivir una nueva época, al ser
obligatorio el intercambio de información entre administraciones fiscales. El resto de países
de la UE ya vivía bajo ese régimen de intercambio automático de informaciones para los noresidentes, como obliga una directiva de 2003 sobre imposición de las rentas del ahorro.
Hasta ahora, la normativa europea permitía el secreto bancario a Luxemburgo y Austria,
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aunque les obligaba a transmitir a la administración fiscal del país de origen del no-residente
con cuentas en esos dos países, los intereses generados deducida una parte que queda en
esos países, donde esta depositado el dinero. No están afectados por esta normativa sobre
la fiscalidad del ahorro, los dividendos y las plusvalías.
Otra normativa europea de 2010, que entrará en vigor en 2015, instituyó también el
intercambio de información entre administraciones fiscales para otras rentas del capital,
como por ejemplo los seguros de vida. Todo este intercambio de información entre
administraciones fiscales se limita a los ciudadanos de la UE, por lo que el dinero de otras
grandes fortunas rusas, árabes, por ejemplo, queda al margen de esta normativa y podrán
seguir beneficiándose del secreto bancario.
DETONANTE
El detonante de todo esto habrá sido la crisis del gobierno francés y las revelaciones
del caso “Offshore-leaks”. En Francia, la dimisión del ministro del Presupuesto, Jerome
Cahuzac, después de confesar, aún negándolo durante semanas, que tenía una cuenta no
declarada en Suiza, ha conmocionado al país. El caso Offshore-leaks donde se revelan miles
de operaciones de evasión fiscal a través de los centros financieros de los paraísos fiscales
del planeta ha obligado a los responsables políticos de los grandes países a anunciar medidas
de corrección.
Sin embargo este último caso que agita abundantemente los medios de
comunicación social, ha levantado al mismo tiempo algunas sospechas entre los especialistas
de la lucha contra el blanqueo de dinero. Muchos expertos se preguntan por qué después de
un año y medio de estudio de todo este material informático no aparecen algunos nombres
de plazas financieras tradicionalmente muy en boga para esas actividades, como Londres,
Mónaco, Ginebra, etc., lo que les permite pensar que esa investigación habría podido estar
orientada, para ser dirigida exclusivamente hacia algunos territorios alejados y dejar al
amparo de las pesquisas a otros muy tradicionales en el blanqueo de dinero.
Casi todas las zonas offshore que han salido implicadas, son en general solo
instrumentos, y se preguntan si no es mas interesante saber quien los ha construido y como,
y en esas operaciones algunas plazas financieras opacas cien por cien, como Londres,
Mónaco, Ginebra, Liechtenstein tienen mucho que decir. Así, ahora a pesar del fin del
secreto bancario en la UE, seguirán siendo opacos al fisco los “trust” anglosajones, donde se
separa con un muro infranqueable, al gestor del beneficiario económico, muy desarrollados
en las islas como Jersey, Guernesey, Caiman, Vírgenes, etc.
La crisis chipriota también ha tenido mucho que ver con la reacción de las
autoridades luxemburguesas, ya que si se ha criticado a la isla del Mediterráneo por la sobre
dimensión del sector bancario, cuatro veces su PIB, ese sector financiero en Luxemburgo
representa casi siete veces el PIB del Gran Ducado.
Pero a pesar de todo, el Gran Ducado de Luxemburgo seguirá siendo una plaza
financiera de primer orden, aunque su corona pierda algo de brillantez. A la UE le interesa
que quede algún “paraíso” dentro de su territorio, y que no todo huya hacia países como
Singapur, el Caribe, Hong Kong, etc.
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SUIZA
¿Puede entonces Suiza transformarse en el último paraíso fiscal europeo?
Según las condiciones previstas en la normativa americana FATCA y las últimas relaciones
estos años entre las autoridades suizas y americanas, no parece que esto vaya a ser posible.
Las autoridades helvéticas ya han tenido que transmitir a la administración americana
muchos datos de ciudadanos de ese país, refugiados fiscalmente en Europa. Lo mismo que
ha sucedido también con demandas de información de las autoridades fiscales españolas.
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