trabajo dr. rosales

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Lesiones de los Nervios Periféricos en la Mano
R S Rosales. Unidad de Cirugía de La Mano y Microcirugía. GECOT
Tenerife
Las lesiones traumáticas de los Nervios Periféricos (N.P) son frecuentes en la
práctica médica general. Su conocimiento se ha desarrollado de forma particular en
relación con los grandes conflictos armados debido a la lógica concentración de
heridos en esas circunstancias.
En la práctica civil se observan también con cierta frecuencia lesiones de N.P
en relación con accidentes de tráfico, accidentes laborales y agresiones.
Es de importancia práctica tener presente el hecho de que en cualquier
traumatismo de los MM SS
puede coexistir una lesión de un N.P y que su reconocimiento precoz es la base de una
recuperación funcional con las mínimas secuelas posibles.
1. Recuerdo anatomo – funcional de los N.P
El sistema Nervioso Periférico está compuesto por 31 pares de RAICES
NERVIOSAS, (y sus prolongaciones) y por 12 pares de NERVIOS CRANEALES.
Estos últimos, algunos de los cuales no son verdaderos nerviosos periféricos, no son
objeto de estudio en este capítulo.
Los 31 pares de raíces nerviosas se disponen de la siguiente manera : 8 pares
cervicales, 12 pares dorsales, 5 pares lumbares, 5 pares sacros y 1 par coxigeo.
Hay que hacer notar que hay 8 pares cervicales y solo 7 vértebras. Ello es debido a
que el primer par cervical emerge entre el occipital y la primera vértebra cervical,
el segundo entre la primera y segunda vértebra cervicales (C1 y C2), etc., hasta el
octavo par dorsal sale entre D1 y D1. A partir de ese nivel, el primer par dorsal
sale entre D1 y D2, y se continua de igual forma hasta el quinto par lumbar, que
sale entre L5 y S1. Las raíces sacras emergen por los correspondientes orificios
sacros. El coxigeo sale por el hiato coxigeo.
Cada raíz nerviosa está constituida en realidad por dos raíces: una raíz dorsal o
posterior (aferente), que contiene un ganglio sensitivo; y una raíz ventral o anterior
(eferente). Ambas se unen para formar una raíz única a nivel del agujero de
conjunción (Fig 1). En el agujero de conjunción, la duramadre que recubre a las
raíces se continúa con la cubierta del N.P. (ver más adelante). A partir de ese
momento las raíces se denomina, excepto en la región dorsal, PLEXOS, porque,
durante un trayecto de varios centímetros, existen abundantes comunicaciones entre
sus distintos TRONCOS. Los plexos son: el cervical (C1-C4), el braquial (C5-D1) el
lumbar (L1-L4) el lumbo-sacro (L4-S1).
A continuación los troncos nerviosos se individualizan constituyendo los verdaderos
N.P. En la sección transversal de un N.P se reconocen las siguientes estructuras (Fig.
2):
-
FIBRAS NERVIOSAS I
Endoneuro……………I FASCICULO NERVIOSO
Perineuro…………I
Epineuro-mesoneuro
Vasa nervorum
Fig. 2ª. Estructura del NP. Epineuro, Perineuro y Endoneuro. Distribución del meso neuro con
el aporte vascular
Fig. 2B. Entrada real en el animal de experimentación del vaso-nervorum y su distribución
intraneural. Rosales R S et al. La Microvascularización del Aparato Locomotor .Premio Nacional
de Investigación. SECOT. Granada ,1992
La estructura fundamental del nervio es la FIBRA NERVIOSA, capaz de
conducir impulsos nerviosos hacia y desde el Sistema Nervioso Central. La fibra
nerviosa (Fig. 3) consta de:
a)- Eje nervioso central (axón en el caso de una fibra eferente y dendrita en el
caso de una fibra aferente).
b)- Vaina de mielina que recubre al eje central desde su salida del cuerpo
neuronal hasta sus porciones más distales.
La mielina forma una verdadera cubierta aislante, que contribuye de forma
decisiva al normal desplazamiento del impulso nervioso del axón o de la dendrita.
La vaina de mielina se origina a partir de las células de SCHWANN cuyo
protoplasma se evagina y arrolla alrededor del axón formando una serie de capas
concéntricas. De trecho en trecho (aproximadamente cada milímetro) esta vaina
presenta unos estrechamientos llamados estrangulaciones o nódulos de RANVIER.
Representan el límite entre dos territorios contiguos mielinizados por 2 células de
SCHWANN.
Existen algunas fibras nerviosas alrededor de las cuales no se observa vaina de
mielina, por lo que se denominan fibras amielínicas. Las fibras amielínicas tienen
un diámetro de unos 0,3mm y conducen el impulso nervioso a velocidades muy
lentas (0,5-1mm/seg), mientras que las fibras fuertemente mielínizadas pueden
alcanzar diámetros de hasta 20mm y conducir el impulso nervioso a velocidades de
hasta 120m/seg.
En general se considera que la velocidad de conducción del impulso nervioso es
proporcional al grosor del axón y de la vaina de mielina (Tabal I).
Tipo de fibra
Diámetro
Velocidad de conducción
A
B
C
3-20
1.2-3
0.3-1.2
15-120m/seg
3-15m/seg
0.5-2.5m/seg
Tabla I: Tipos de fibras nerviosas
Las fibras más gruesas llevan aquellos impulsos sensitivos y motores que exigen
gran rapidez de transmisión (Ej. La propiocepción que informa al S.N.C. en cada
instante sobre la posición de cada segmento del cuerpo, o el dolor superficial, o los
impulsos motores). Por el contrario las fibras delgadas conducen los impulsos en
los que una gran rapidez no es esencial (Ej. Los impulsos dolorosos crónicos y los
vegetativos).
Fibra Amielínica
Fibra Mielínica
A la izquierda se observan fibras nerviosas
amielínicas. A la derecha. Se observa una fibra
mielínica degenerada en microcopia electrónica.
Fdez A ,Rosales RS et al. Prevention of
NeuromaFormation in Nerves implanted in Bone. In
Amadio y Hentz edts. Year Book of Hand Surgery,
Mosby Inc, St. Louis, 1999; 93-94.
Las fibras nerviosas se agrupan en los llamados FASCICULOS (Fig 2),
entidades observables microscópicamente y de los que existen de 4 a 10 en cada
nervio periférico. Cada fascículo lleva varios miles de fibras nerviosas rodeadas de
una vaina fibrosa de tejido conjuntivo llamada PERINEURO.
La delicada red de tejido conectivo laxo en el que se encuentran inmersas las
fibras nerviosas dentro de cada fascículo se denomina ENDONEURO.
Finalmente, el conjunto de fascículos que constituyen la totalidad del nervio
está rodeado de una segunda vaina fibrosa llamada EPINEURO.
El epineuro está conectado en toda su longitud con el paquete vascular
adyacente por un tabique conectivo, EL MESONEURO, por donde pasan los vasos
nutricionales que suplen al propio nervio VASO NERVORUM.
Una vez estudiada la sección transversal de un N.P conviene considerarlo de
forma global. En la Fig. 4 se observa la disposición general de las fibras que
discurren por un N.P y sus relaciones con el correspondiente segmento medular y
con las estructuras periféricas que inerva.
Por un N.P discurren 3 tipos de fibras: sensitivas, motoras y vegetativas.
-
Las FIBRAS SENSITIVAS están constituidas por dendritas que,
partiendo de la piel, músculos y articulaciones, llegan al ganglio
sensitivo en donde está situado el cuerpo o soma neuronal. El soma
envía su axón hacia el asta posterior. Allí, el impulso nervioso puede,
esquemáticamente, seguir alguno de los siguientes caminos: A)
ascender por el mismo axón hasta niveles medulares superiores; B)
hacer sinapsis con otra neurona sensitiva que también se proyecta
hacia niveles superiores y C) hacer sinapsis con neuromas motoras o
vegetativas de la misma metámera medular para constituir algún tipo
de arco reflejo.
- Las FIBRAS MOTORAS tienen sus somas en el asta anterior de la
médula y sus axones se dirigen a través del N.P hacia la placa
neuromuscular.
- Las FIBRAS VEGETATIVAS tiene su soma en el asta medio-lateral
de la médula y cursan junto a las fibras motoras pasando por las
raíces anteriores. Después de un corto trayecto en el N.P las fibras
vegetativas emergen del nervio a través del llamado RAMI
COMUNICANTE BLANCO. Muchas de ellas hacen estación en la
cadena ganglionar paravertebral y por el RAMI COMUNICANTE
GRIS vuelven al N.P terminando en alguna estructura periférica
(vasos, glándulas sudoríparas, etc.).
La mayoría de los N.P son nervios mixtos, es decir, llevan fibras sensitivas,
motoras y vegetativas.
Distribución cuadrántica de Sunderland
Teóricamente se puede seccionar un nervio transversalmente y dividir la
superficie de sección en 4 cuadrantes . Sunderland hizo un estudio minucioso de
cada nervio realizando cortes transversales a niveles seleccionados. Después de
estudiar la posición de cada fascículo dentro del nervio en relación con los ejes
que forman los cuadrantes, llegó a las siguientes conclusiones:
1.- Los distintos fascículos tienen una cierta especialización funcional de
forma que algunos son predominantemente motores y otros predominantemente
sensitivos.
2.- Los fascículos motores y los sensitivos presentan en el corte una
cierta disposición, que varía a lo largo de la longitud del nervio, debido alas
rotaciones que el mismo sufre en su trayecto. Se comprende la importancia que
tiene afrontar correctamente los distintos fascículos de un nervio seccionado antes
de realizar una sutura nerviosa.
3.- En la mayoría de las personas la distribución de los fascículos a lo
largo de un nervio es similar.
2. Etiología general de las lesiones de los N.P
Un nervio puede ser lesionado de las siguientes formas:
a)
Por SECCIÓN: Frecuentemente debida a heridas abiertas producidas por
instrumento de tipo cortante, en agresiones con arma blanca, intentos de
suicidio, cortes con cristales en accidentes de tráfico, etc.
b)
Por COMPRESIÓN: Puede ser interna, como la producida por un
fragmento óseo; o bien externa si el mecanismo de compresión actúa
desde fuera del organismo. Como ejemplo de esta última podemos citar la
compresión del Radial por una postura inadecuada durante una anestesia
de larga duración o la llamada “parálisis del sábado por la noche”, en la
cual el nervio radial resulta comprimido en su trayecto espiroideo a lo
largo del Húmero, por una mala posición mantenida durante largo
tiempo, en un individuo bajo los efectos del alcohol. Este mecanismo de
lesión suele producir parálisis que revierte espontáneamente a los pocos
días o semanas.
Dentro de este apartado hay que mencionar también las llamadas lesiones por
atropamiento o compresión crónica. En ellas el nervio se afecta de forma
progresiva en su trayecto por un pasaje anormalmente estrechado, a causa de
microtraumatismo repetidos que ocurren cada vez que se mueve el segmento
correspondiente de la extremidad (Ej: la compresión del nervio cubital en el
codo o del nervio mediano en la muñeca).
c)
d)
e)
Por CONTUSIÓN: Es un mecanismo relacionado con el anterior, aunque
en este caso la lesión se produce bruscamente y suele ser de mayor
intensidad.
Por ESTIRAMIENTO O ELONGACIÓN: En ocasiones el nervio es
sometido a un estiramiento violento por tracción. Si se sobrepasa el límite
de elasticidad de las fibras nerviosas, se producirá su rotura. Esta rotura
de fibras, que suele ocurrir en una gran extensión del nervio, (a veces a lo
largo de varios centímetros) es de especial gravedad, ya que dificulta
tanto la recuperación espontánea como la reparación quirúrgica. Este es
el mecanismo por el que ocurren lesiones del plexo braquial en dos
circunstancias concretas:
- En las parálisis del brazo en niños a los que se les han realizado
malas maniobras obstétricas con elongación del cuello (partos
distócicos).
- En accidentes de tráfico, especialmente de motocicleta, en que el
conductor sale despedido y, al caer, se desvían un hombro y la
cabeza en sentido contrario, con el consiguiente estiramiento y lesión
del plexo braquial.
Por LESIÓN QUÍMICA: Este mecanismo ocurre específicamente en el
nervio ciático que resulta lesionado por inyecciones administradas con
técnica incorrecta en la región glútea. La causa más frecuente es la
inyección de antibióticos, especialmente las Tetraciclinas y algunos
productos balsámicos. La incidencia máxima es en los niños pequeños,
con mal estado nutritivo en los que resulta más fácil llegar al nervio si no
se es riguroso en el requisito de poner la inyección en el centro del
cuadrante supero-externo de la región glútea. La lesión química que
provocan consiste en una fuerte reacción inflamatoria del nervio ciático,
seguida de una fibrosis residual que, frecuentemente, acarrea una
parálisis irreversible.
3- Anatomía patológica
Desde el punto de vista anatomopatológico deben considerarse tres aspectos:
1. Grado o “cantidad” de lesión que han sufrido las distintas
estructuras que componen el N.P.
2. Alteraciones degenerativas que ocurren tanto en el cabo distal como
en el proximal de un nervio lesionado (degeneraciones Walleriana y
Axonal)
3. Procesos de regeneración del nervio lesionado.
1. Grados de lesión
SEDDON distinguió tres grados de lesión según se afectase solamente la vaina
de mielina, que se afectase también el axón o que se afectara además el tejido
conectivo.
Les dio respectivamente los nombres de NEURAPRAXIA (de neuros = nervio,
a=no y praxis =acción, es decir “no acción nerviosa”) AXONOTMESIS (de axón =
eje y tmesis = cortar, “corte del axón”) y NEUROTMESIS (“sección del nervio).
Esta clasificación se ha completado posteriormente por otra más matizada de
SUNDERLAND en la que se distinguen cinco grados de los cuales los dos primeros
se corresponden exactamente con la neurapraxia y con la axonotmesis, mientras que
los tres últimos son subdivisiones de la neurotmesis. Examinemos a continuación
estas clasificaciones:
NEURAPRAXIA: Es la lesión neural mínima en la que únicamente se afecta la
vaina de mielina. La recuperación suele producirse en pocos días y ser completa.
Suele estar producida por un mecanismo de compresión. Se corresponde con el
grado I de la clasificación de SUNDERLAND.
AXONOTMESIS: En ella se afecta el axón además de la vaina de mielina. Las
estructuras conectivas, especialmente perineuro y endoneuro están conservadas.
Existe degeneración Walleriana, pero la regeneración es axón por axón y por tanto
la restitución suele ser completa. El mecanismo de producción es la contusión o la
elongación y se identifica con el grado II de Sunderland.
NEUROTMESIS: Aquí existe ya una afectación de todos los componentes
estructurales del nervio (axón, vaina de mielina y tejido concectivo). La neurotmesis
puede subdividirse en tres grupos que se corresponden con los grados III, IV y V de
Sunderland.
- Grado III de Sunderland: Está lesionado el endoneuro, pero se
conservan el peri y el epineuro. Hay degeneración y regeneración
nerviosa espontáneas, siendo esta última de calidad aceptable.
- Grado IV de Sunderland: Hay rotura fascicular, por lesión del
perineuro, conservándose el epineuro. La regeneración nerviosa es
todavía posible pero es de peor calidad funcional.
-
Grado V de Sunderland: Existe una sección macroscópica completa
del nervio, generalmente seguida de la retracción de los cabos. Es
consecuencia de heridas cortantes o por armas de fuego y la
regeneración espontánea, sin tratamiento quirúrgico, es altamente
improbable.
2. Fenómenos degenerativos
Cuando un nervio periférico se secciona, aparecen unos trastornos distales y
otros proximales al punto de la lesión. Los trastornos distales reciben el nombre de
DEGENERACIÓN WALLERIANA (en honor a Waller que describió estas
alteraciones anatomopatológicas en 1850), mientras que los que ocurren en el cabo
proximal del axón y en la neurona se conocen como DEGENRACIÓN AXONAL.
Degeneración Walleriana: Si una fibra nerviosa se secciona por completo se
observan, a las pocas horas, alteraciones tanto en el cabo proximal como en el
distal.
En el cabo distal se van a afectar todas las estructuras del nervio: la vaina de
mielina se hincha y posteriormente se fragmenta y con el axón ocurre lo mismo, se
edematiza y fragmenta debido a su desconexión con el correspondiente soma
neuronal.
Poco después se inicia una proliferación de fibrositos que fagocitan y eliminan
los restos de mielina y del axón. Este proceso tiene como misión retirar el tejido
nervioso del cabo distal, ya inservible. Al mismo tiempo aparece una proliferación
de células de Schwann que inicialmente ayudan en los fenómenos defagocitosis y
luego continúan proliferando hasta formar unos cordones gruesos (de hasta tres
veces el grosor normal del nervio), denominados cordones de BUNGNER. Estos
cordones, en los que las células de Schwann se disponen en forma tubular,
permanecen en esta situación, en espera de la posible llegada de nuevos axones,
durante varios meses.
Si después de 8 a 12 meses, no ha habido regeneración, los cordones de
Bungner se van atrofiando, convirtiéndose en un tejido conectivo residual,
esclerosado, sin células de Schwann y sin función útil. Un fenómeno similar ocurrirá
en las fibras musculares correspondientes al nervio lesionado: después de 1 a 2
años, si no ha habido reinervación, degeneran y se atrofian quedando convertidas en
tejido conectivo y graso. Este fenómeno se puede retrasar por medio de la
movilización articular y otras medidas fisioterápicas.
Degeneración axonal
En el cabo proximal de la lesión también ocurren cambios, aunque menos
pronunciados. A las pocas horas se inician alteraciones en el soma de la
motoneurona, cuyo axón ha sido seccionado. Aparece un edema neuronal, así como
alteraciones en el citoplasma, con aumento del número de vacuolas y de
mitocondrias. Hoy se sabe que estos cambios iniciales no constituyen una
degeneración sino una reacción del cuerpo neuronal para aumentar el metabolismo
y preparar la célula para intentar reconstruir el axón. Si existe regeneración axonal
esta alteración regresa, pero sino, evoluciona y conduce a la atrofia celular.
3. Regeneración
Existen dos posibilidades de regeneración completamente diferentes
dependiendo de que los dos cabos de sección estén afrontados o completamente
separados.
Si durante el primer mes o incluso hasta un año después de ocurrida la lesión,
afrontamos ambos cabos y los mantenemos en posición por medio de suturas,
ocurrirá el fenómeno de la regeneración: los axones del cabo proximal crecen y
tienden a buscar los cordones de Bungner, del cabo distal, penetrando por ellos
hasta llegar a la placa motora.
La velocidad de crecimiento del axón proximal en el tejido cicatricial, es decir,
en el mismo punto de sección, es de 0.25mm/día. Esta velocidad tan lenta al
principio aumenta considerablemente cuando el axón ha penetrado en el cabo distal,
llegando a ser de 1-2mm/día. (3-6mm/mes).
Si después de la sección existe una gran separación entre ambos cabos, por
ejemplo, cuando éstos se retraen o cuando hay pérdida de sustancia, los axones del
cabo proximal, en su crecimiento, no encuentran el cabo distal y crecen de una
manera apelotonada y anárquica, sin dirección determinada, formando un
abultamiento que recibe el nombre de NEUROMA DE AMPUTACIÓN.
Es fácil de comprender que en estas circunstancias el nervio no podrá regenerar
espontáneamente lo que conducirá a una degeneración axonal completa y a una
degeneración irreversible del cabo distal a menos que se actúe quirúrgicamente.
Hay casos en que la sección nerviosa es parcial, con una pérdida de sustancia
de solo una parte del nervio. En este caso se producirá un mecanismo mixto de
regeneración- neuroma de amputación.
En algunos casos de contusión grave del nervio o de lesión por estiramiento en
los que se hayan producido daños dentro del nervio, pero conservándose el
epineuro, la regeneración nerviosa puede conducir a la formación de un neuroma
interno que va a conferir al nervio una estructura fusiforme. En este caso la función
nerviosa puede estar parcialmente conservada.
Finalmente, algo parecido puede ocurrir en las lesiones por atropamiento. En
estos casos los microtraumatismos repetidos, conducen a una lesión de la fibra
nerviosa, bien a través de la compresión directa de las fibras, bien por producción
de isquemias intermitentes por la compresión de los vasa nervorum. El ulterior
intento de regeneración suele producir un engrosamiento fusiforme del nervio en el
segmento afectado.
4. Síntomas generales de lesión de los N.P
Por tratarse de nervios mixtos, la lesión de los N.P provoca la aparición de
síntomas correspondientes a la alteración de cada uno de sus componentes. Habrá
por tanto:
a) Síntomas motores.
b) Síntomas sensitivos.
c) Síntomas vegetativos.
a)
Síntomas motores. Tras la sección de un N.P aparecerá una debilidad
muscular en el territorio inervado por el nervio.
Algunos términos utilizados en clínica en relación con esta debilidad muscular
son:
PARALISIS: Cuando la pérdida de función motora es total.
PARESIA: Cuando solo hay disminución de la fuerza.
MONOPARALISIS O MONOPARESIA: Es cuando la parálisis o paresia afecta
únicamente a una extremidad.
HEMIPARESIA O HEMIPLEGIA: Es cuando la afectación motora afecta
únicamente a la mitad del cuerpo.
PLEJIA: Es un término que se utiliza cuando existe una parálisis completa de
una o varias extremidades. Así existe la MONOPLEJIA, LA HEMIPLEJIA Y LA
PARAPLEJIA. Esta última se refiere a la parálisis completa de ambas
extremidades inferiores.
PARAPARESIA: Expresa la afectación parcial de los miembros inferiores y se
manifiesta como una dificultad en la marcha, de grado variable.
Excepcionalmente los términos de paraplejía o de paraparesia se utilizan para
la afectación de ambos miembros superiores y en ese caso se debe especificar
(paraparesia superior, etc.).
Valoración del grado de paresia
Una valoración cuantitativa se puede realizar con la ayuda de un dinamómetro,
de rara utilización en la clínica práctica a nivel de asistencia primaria o en
ortopedia generalista.
Es mucho más frecuente la utilización de una escala orientativa de cinco
grados:
- Grado 0: Parálisis total.
- Grado 1: Hay contracción muscular palpable, o visible, sin que se llegue a
producir ningún tipo de movimiento en la articulación correspondiente.
- Grado 2: Hay contracción y movimiento de la articulación si se suprime el
efecto de la gravedad (movimientos laterales o dentro del agua).
- Grado 3: Hay movimiento contra la gravedad, pero no contra otra resistencia.
- Grado 4: Hay movimiento contra resistencias de grado variable. Este es el
grado menos preciso porque abarca todas las “paresias” que van desde un grado 3
hasta una fuerza casi normal.
- Grado 5: Fuerza normal.
La parálisis producida por la lesión de un N. P es siempre FLACCIDA, es decir,
que ofrece poca resistencia al estiramiento (está atónico o hipotónico). Recordemos
que el tono muscular está manteniendo en buena parte por un reflejo tónico cuyo
punto de partida son los husos neuromusculares desde los cuales los impulsos son
llevados por fibras sensitivas rápidas hacia las raíces posteriores, penetrando e la
médula y haciendo sinapsis con las motoneuronas que inervan el músculo. Este
circuito constituye el reflejo miotático o de estiramiento que queda anulado en la
lesión del N.P, produciéndose la parálisis fláccida.
Las parálisis fláccidas van siempre acompañadas de una atrofia muscular
intensa y precoz.
b)
Síntomas sensitivos: Después de una lesión total de un N.P aparecerá:
ANESTESIA: Pérdida de sensibilidad táctil.
ANALGESIA: Pérdida e sensibilidad dolorosa. El término de
TERMOANALGESIA se refiere a la pérdida de las sensibilidades térmica y
dolorosa que suelen coexistir, pues ambas son trasmitidas por los mismos tipos
de fibras tanto en el S.N.P como en el S.N.C.
HIPOESTESIA E HIPOALGESIA: Son términos que se refieren a la
disminución de las sensibilidades táctil y dolorosa por afectación parcial, en
este caso, de los N.P.
PARESTESIAS: En algunos casos, por ejemplo, en compresiones nerviosas
ligeras, se producen síntomas sensitivos ESPONTÁNEOS que el enfermo
describe como sensación de hormigueo o de quemazón denominados
parestesias.
DISESTESIAS: Son sensaciones, generalmente desagradables, PROVOCADAS
por un estímulo banal. Por ejemplo un simple roce provoca una sensación de
ardor o de quemazón. En la práctica son comunes las disestesias en el síndrome
talámico, en la causalgia o en lesiones parciales de los N.P.
Cada nervio responde de la inervación sensitiva de un área determinada de la
piel. Las regiones periféricas de esta área son inervadas también por los nervios
vecinos. De esta forma, la lesión de un único nervio, aunque sea completa, se suele
traducir por una zona central de anestesia-analgesia, rodeada de una zona
periférica, más extensa que la central de hipoestesia-hipoalgesia (que ni siquiera es
siempre demostrable durante el examen). Por ello en la práctica tiene gran interés
explorar, cuando se sospecha una lesión de un N.P, la zona central de inervación de
cada nervio.
c)
Síntomas vegetativos: La lesión de un N.P va a producir:
-ANHIDROSIS por pérdida de la inervación de las glándulas sudoríparas.
-Alteraciones en la PILOERECCIÓN.
-VASOPARALISIS.
-TRASTORNOS TROFICOS, como atrofia dérmica y ungueal.
En aquellos nervios con gran contenido en fibras vegetativas, por ejemplo el
nervio mediano, la lesión nerviosa produce una mezcla de síntomas vegetativos y
sensitivos, apareciendo un cuadro doloroso con gran componente vegetativo y
emocional, como es el caso de la causalgia.
En algún caso en que interese objetivar la existencia de una lesión de nervio
periférico (casos de simulación o parálisis histéricas) se pude verificar la existencia
de una anhidrosis por dos pruebas:
- Medición de la resistencia eléctrica de la piel (la piel seca ofrece
mayor resistencia al paso de la corriente).
- Prueba de la ninhidrina, colorante vital que tiñe de rojo los
aminoácidos del sudor. Adhiriendo a la piel, por ejemplo la palma de
la mano, a un papel impregnando de esta sustancia, las áreas
húmedas por el sudor se vuelven rojas, mientras que las anhidróticas
permanecen blancas.
- Pero quizás la mayor utilidad sea en el diagnóstico de lesiones
agudas en niños mediante el test de adhesividad al plástico o el test
de inmersión de los dedos en agua caliente. Los niños no colaboran
en la exploración , en caso de lesión de un nervio digital por ejemplo,
se pierde la inervación simpática en el territorio cutáneo
perteneciente a dicho nervio y la capacidad de que el territorio
cutáneo se arrugue tras cinco minutos de inmersión en agua caliente
o tibia.
5. Diagnóstico general de las lesiones de los N.P
El diagnóstico es, antes que nada, clínico. En casos de lesiones de las
extremidades se debe comprobar si existe o no una lesión de N.P.
Para ello hay que valorar los movimientos y la fuerza de los grupos musculares
de la extremidad y explorar con una aguja la sensibilidad dolorosa. A nivel de la
mano es mucho más sencillo.
Ante la sospecha de una lesión nerviosa tiene valor el ESTUDIO
NEURFISIOLOGICO con dos tipos de pruebas:
a)
ELECTROMIOGRAFIA: Consistente en el registro de los potenciales
bioeléctricos de los músculos captados mediante la introducción de una
aguja-electrodo en la masa del músculo a estudiar.
El potencial eléctrico del músculo llega a un aparato que lo amplifica y
fotografía.
En los casos normales se obtendrá lo siguiente :
1.- Ningún potencial eléctrico en reposo, es decir una línea isoeléctrica.
2.- Ante una contracción muscular ligera, aparecen los llamados potenciales de
unidad motora.
3.- Durante una contracción fuerte aparecen numerosos y altos potenciales de
unidad motora con trazados de gran actividad eléctrica.
En caso de una sección nerviosa completa, el ensayo de contracción voluntaria
no produce la descarga de la unidad motora permaneciendo una línea isoeléctrica
en el osciloscopio.
4.- Cuando un músculo lleva denervado 15-20 días, aparecen los llamados
potenciales de denervación o de fibrilación. Se trata de potenciales espontáneos de
pequeña amplitud sin relación con contracción muscular. Parece que se producen en
la placa neuromuscular cuando la degeneración Walleriana ha consumado la lesión
del axón quedando la placa neuromuscular libre de la acción “tónica” del nervio.
Si más tarde, el nervio comienza a regenerar, entre los potenciales de
denervación empiezan a aparecer los potenciales de unidad motora cuando el
enfermo intenta realizar una contracción muscular. Los potenciales de acción se
detectan con mayor precocidad en el examen E.M.G que en la observación clínica.
b)
Medición de las VELOCIDADES DE CONDUCCIÓN NERVIOSA: Se
pueden determinar las velocidades de conducción sensitiva y motora.
-
-
Sensitiva: Sobre el trayecto del nervio ponemos un aparato que
registre potenciales, y en el extremo distal de dicho nervio
producimos un estímulo. El tiempo (en milisegundos) comprendido
entre el estímulo y la respuesta, dividido por la distancia, nos da la
velocidad de conducción.
Motora: Se calcula de la misma manera que en el caso anterior, pero
aquí se estimula en el trayecto del nervio y se recoge la respuesta en
el extremo distal del mismo.
Sin embargo, es importante saber que no son necesarios los estudios de NCS y EMG
para el diagnóstico de una lesión en un nervio periférico y tampoco son necesarios
para valorar la regeneración nerviosa tras reparación. Muy importante .
6. Manejo clínico de las lesiones de los NN PP en la Mano
a) Lesiones en los dedos. La gran mayoría ocurren por laceraciones o
traumatismos abiertos. Ante cualquier laceración en la región volar de los
dedos lo primero que hay que hacer es explorar los dos puntos de
discriminación sensitiva (2PPD). Si en el pulpejo de los dedos, el paciente
no es capaz de discriminar 2 puntos separados a 5 mm , debemos asumir
que existe una lesión de un nervio digital. A continuación, se bloquea dichos
nervios con inyección intratecal de Lidocaína 5% + bupicaina (50/50) sin
vasoconstrictor. Una vez bloqueado el dígito, pasamos a explorar los
tendones flexores. Hay que saber que en el 70% de las laceraciones
objetivadas en los flexores se asocia una lesión de NN digitales subsidiaria
de tratamiento específico.
Zona I
GECOT
Paciente , varón de 30 años , que 3 semanas atrás había sufrido una laceración en su dedo índice
realizando su trabajo de cocinero. Fue valorado de urgencias y tratado sólo con sutura de la piel. Una
semana después del traumatismo inicial observa que es incapaz de flexionar la punta del dedo y llevaba
varios días sin dormir con dolor de reposo y sensación eléctrica al roce en la cicatriz. Diagnostico de
lesión de ambos nervios digitales y del FDP. Reparación diferida del tendón y de los NN digitales
mediante injertos nerviosos tomados del sural.
b) Lesiones cerradas en los dedos. Son menos frecuentes que las lesiones
abiertas o por laceración. Es de destacar el Síndrome de la bolsa de
supermercado en personas mayores , sobre todo mujeres. Tras llevar bolsas
muy cargadas refieren sensación de adormecimientos en los dedos con un
comienzo claro . Y con un patrón distinto del STC. Otra forma de
presentación ocurre tras un traumatismo por aplastamiento, por ejemplo
cuando queda atrapado los dedos en una puerta. En ocasiones pasan
desapercibidos y debutan con rigidez en los dedos con dolor de reposo,
incluso nocturno, acompañados con cambios tróficos y sensación de
adormecimiento en los dígitos atrapados. Todo ello como manifestación de
un Síndrome Doloroso Regional Complejo (SDRC) tipo II o simpático
independiente.
c) Lesiones en la palma de la mano. Característicamente, se van a manifestar
por: la lesión del nervio mediano con una distribución típica sensitiva y
motora a nivel de su musculatura intrínseca inervada por este nervio como
el APB y los lumbricales para el 2 y 3 dedos. O bien por el cubital , también
por su distribución sensitiva típica y la afectación de la gran mayoría de la
musculatura intrínseca de la mano. La lesiones en este nivel suelen ser
abiertas , siendo muy importantes las ocurridas por traumatismos
penetrantes que muchas veces son vistos en urgencias, no son explorados los
2PPD ni la capacidad motora intrínseca y reciben sutura primaria de la piel
acudiendo luego al experto en nervio bien con una “parálisis de
predicador” por lesión del cubital o bien con una “mano ciega” por lesión
desapercibida del mediano.
GECOT
Mujer de 30 años , trabajadora en la sección de embutidos de un supermercado, sufre
laceración en la palma alrededor de la base del índice. Tratada de urgencia con cura oclusiva. Se
confirma neuroma en continuidad del nervio digital radial del índice, reparación con injertos nervioso
tomado del sural.
7. Tratamiento general de las lesiones nerviosas.
En caso de que clínicamente exista una lesión nerviosa , lo correcto sería suturar la
piel y enviarlo a una unidad de referencia con entrenamiento en micro cirugía
nerviosa para su reparación primaria junto con las lesiones tendionas asociadas. Así
es cuando se obtienen los mejores resultados .
En aquellos casos en que el nervio sufre una sección completa o una importante
destrucción es necesario recurrir a su reparación quirúrgica.
La actitud terapéutica va a depender, sobre todo, de la etiología de la lesión y
de su anatomía patológica:
A.- La etiología:
- Sección completa: sutura término-terminal.
- Compresión: se espera a que regenere.
- Contusión nerviosa: vigilancia. Si no se recupera en 3-4 semanas,
intervención quirúrgica.
B.- Anatomía patológica: Podemos diferenciar los siguientes supuestos.
1. Cabo proximal muy alejado del distal debido al fenómeno de retracción. No
es de esperar la recuperación espontánea, sin corrección quirúrgica. (a=lesión
reciente, no hay neuroma, b=lesión antigua, existencia de neuroma).
2. Los cabos proximal y distal están más o menos juntos por la existencia de
bridas conjuntivas. Tiene un pronóstico igualmente desfavorable.
GECOT
GECOT
GECOT
Paciente varón de 24 años, trabajador de la construcción, sufre herida por sierra de alta
velocidad en le borde cubital y palmar de la mano. Tratado inicialmente en otro centro, acude 6
meses después de la cirugía de urgencia con imposibilidad para la flexión activa de las IFs de los
dedos 4 y 5, y con adormecimiento. Reparación en dos tiempos, en un primer tiempo se realizó
injertos nerviosos , reconstrucción de poleas e insertación de un rod de silastic. 3 meses después se
realizó injertos tendinosos. Resultados a los 7 meses.
Tto. Secundario Zona V
GECOT
GECOT
GECOT
Paciente varón de 46 años, sufre laceración en la muñeca cuando su mano fue a través de un cristal.
Tratado en otro centro. Neuroma en continuidad del nervio mediano. Injertos nerviosos y resultado final.
3. Rotura de fibras internas (por estiramiento) sin que se llegue a romper el
epineuro. Se produce un intento de regeneración, que da lugar a un neuroma
interno.
4. Rotura de sólo la mitad longitudinal del nervio, con lo que aparece un
neuroma parcial.
En los dos primeros casos, el objetivo del tratamiento quirúrgico es resecar el
neuroma hasta llegar a tejido nervioso sano, aproximar los cabos y suturar fascículo
a fascículo, preferentemente con ayuda del microscopio quirúrgico.
Puede ocurrir que la separación entre ambos cabos sea muy grande debido a
una gran pérdida de sustancia en la zona. Entonces, se usan los injertos nerviosos.
Para ello se toma un nervio puramente sensitivo (suele ser el nervio sural) y se corta
en varios trozos. Cada trozo de nervio a injertar se sutura a un grupo fascicular del
nervio seccionado. Se produce una regeneración bastante buena, pero no perfecta,
ya que el axón proximal ha de atravesar la primera cicatriz, luego tunelizar el nervio
injertado y finalmente atravesar la cicatriz distal del injerto. Este procedimiento es,
sin embargo, preferible a una sutura a tensión.
En caso de encontrarse un neuroma interno o un neuroma parcial, se deberá
intentar la resección del neuroma, respetando los fascículos sanos y luego suturar
los cabos o colocar injertos fasciculares, según los criterios expresados en el caso
de una sección completa.
BIBLIOGRAFÍA RECOMENDADA
1.- Gelberman R H. Operative Nerve Repair and Reconstruction. JB Lippincott
Co.,Philadelphia, 1991.
2.-Lister G. The Hand. Diagnosis & Indications. Churchill Livingnstone. New
York, 1993.
3.-Lundborg G. Nerve Injury and repair. Churchill Livingstone. Edinburgh,
1988
4.- Suderland S. Nerve and nerve injury.Williams & Wilkins. Baltimore, 1968.
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