Ramón Serrano Súñer (Cartagena, 12 de septiembre de 1901

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Ramón Serrano Súñer (Cartagena, 12 de septiembre de 1901 - Madrid, 1 de septiembre de
2003) fue un abogado y político español, seis veces ministro de los primeros gobiernos franquistas
entre 1938 y 1942, ocupando las carteras de Interior, Gobernación y Asuntos Exteriores.
Presidente del partido único de las FET de las JONS. Fundador de los medios de comunicación
Radio Intercontinental (1950) y Agencia Efe (1939), así como también de la organización no
gubernamental ONCE (1938).
Conocido popularmente con el sobrenombre del Cuñadísimo (al ser marido de la hermana de
Carmen Polo, esposa de Francisco Franco), Ramón Serrano Súñer fue un inteligente jurista y uno
de los principales artífices del Régimen en sus primeros años, tanto en lo jurídico como en lo
político. Reconocido por su germanofilia, promovió el envío de la División Azul para luchar contra la
Unión Soviética, como unidad militar integrada en la Wehrmacht, tras su destacada labor
diplomática durante las negociaciones con el gobierno alemán que culminaron con el encuentro de
Franco con Hitler en Hendaya del 23 de octubre de 1940.
Vida temprana
Hijo de un ingeniero de caminos destinado temporalmente en Cartagena, como también lo
estuviera en Castellón de la Plana y finalmente en Madrid, en cuya Universidad Central cursó la
carrera de Derecho, licenciándose con premio extraordinario en 1923. Presidió la Asociación
Profesional de Estudiantes, y en la facultad conoció a José Antonio Primo de Rivera, secretario de
la misma asociación estudiantil, hijo del dictador Miguel Primo de Rivera y posterior fundador de la
Falange Española. Serrano era buen amigo de José Antonio (junto con Raimundo Fernández
Cuesta sería su albacea) y compartía con él, desde el republicanismo inicial hasta ideas de
subversión del poder establecido, que derivaron en admiración hacia la Italia fascista de Benito
Mussolini.
Ganó posteriormente las oposiciones al cuerpo de abogados del Estado siendo todavía menor de
edad 1 Ocupó plaza en Castellón, aunque unas semanas después pasó a Zaragoza, donde se
instalaría por varios años. Conoció allí a Ramona "Zita" Polo, hermana de Carmen, esposa del
general Franco, en aquella época director de la Academia General Militar. Tras unos años de
noviazgo, contrajeron matrimonio el 6 de febrero de 1932. La boda tuvo lugar en Oviedo, ciudad de
origen y residencia de la novia, en la iglesia San Juan el Real. Por parte del novio fueron testigos
Franco y José Antonio Primo de Rivera, que se conocieron con ocasión de esta ceremonia.
Serrano Súñer entró oficialmente en política presentándose al Congreso de los Diputados por la
circunscripción de Zaragoza para ocupar el escaño que había dejado libre Niceto Alcalá-Zamora,
quien también salió elegido por Jaén y optó por representar a esta circunscripción. Su candidatura,
improvisada por el sector más poderoso de la economía local, tomó el nombre de Unión de
Derechas de Zaragoza. Tras el fracaso, en 1933 obtuvo un escaño en la misma provincia coligado
en la CEDA junto a prestigiosos jóvenes aragoneses, como Juan Antonio Cremades y José María
Sánchez Ventura. Conoció bien a José María Gil Robles, aunque no llegaron a la amistad debido a
sus divergencias ideológicas y metodológicas. Paralelamente a sus trabajos parlamentarios,
participó en la conspiración para derribar al Frente Popular: en marzo de 1936 promovió una
reunión clandestina entre el general Franco, a punto de partir a su destino en Canarias, y José
Antonio Primo de Rivera, que no tuvo éxito.
La Guerra Civil
El estallido de la Guerra Civil le sorprendió en Madrid, en donde, a pesar de su condición de
parlamentario, fue recluido en la Cárcel Modelo por las autoridades republicanas, sin proceso ni
acusación alguna. Allí consiguió, a través de amigos 2 , ser trasladado a una clínica privada, bajo
custodia, por una presunta o real úlcera gástrica. El 20 de enero de 1937 logró evadirse vestido de
mujer y se refugió en la Legación de Holanda, desde donde, con un falso salvoconducto de militar
republicano, llegó hasta Alicante para reunirse con su mujer y sus hijos y embarcar en un buque de
guerra argentino que le llevaría a Marsella. En noviembre de 1936, sus hermanos José y
Fernando, recluidos en la cárcel de las Ventas, habían sido sacados y asesinados en las tapias del
cementerio de Aravaca.
Cruzó Francia hasta Biarritz y pasó por la frontera de Hendaya a la zona bajo control franquista,
consiguiendo llegar a Salamanca, capital provisional de los sublevados, el 20 de febrero de 1937.
Allí fue acogido por su cuñado, recientemente nombrado como Jefe del Estado y Generalísimo de
los Ejércitos. Con el apoyo clave de Carmen Polo, Serrano Súñer no tardó mucho en hacerse con
el poder civil. El 19 de abril ya había redactado el Decreto de Unificación que fusionó la Falange y
la Comunión Tradicionalista Carlista en el partido único Falange Española Tradicionalista y de las
JONS, uno de los pilares del llamado Movimiento Nacional, que en su reglamento de agosto de
ese mismo año se definía como un:
...movimiento militante inspirador y base del Estado español que, en comunión de voluntades y
creencias, asume la tarea de devolver a España el sentido profundo de una indestructible unidad
de destino y la fe resuelta en su misión católica e imperial, como protagonista de la Historia, de
establecer un régimen de economía superadora de los intereses del individuo, de grupo o de clase,
para la multiplicación de los bienes al servicio del poderío del Estado, de la justicia social y de la
libertad cristiana de la persona.
Franco le nombró presidente de la Junta Política de la FET, puesto importantísimo que luego
ocuparía él mismo. El Decreto de Unificación provocó la revuelta de un sector de la Falange, que
llegó a las armas, aunque fue finalmente reprimido. Serrano Súñer se dedicó entonces a la Ley de
la Administración Central de Estado, cuya entrada en vigor coincidió con la sustitución de la Junta
de Defensa Nacional, íntegramente militar y presidida por Miguel Cabanellas, por la Junta Técnica
del Estado, que incorporaba varios civiles y era presidida por el Generalísimo, ocupando además
su hermano Nicolás la secretaría general.
Serrano convenció a Franco de la necesidad de sustituir a la nueva Junta por un verdadero
gobierno organizado en ministerios, negociando con su cuñado la composición del mismo, que
incluía a falangistas, monárquicos alfonsinos, un carlista, militares y técnicos. Logró además que
Nicolás Franco fuera apartado del gobierno y enviado de embajador a Lisboa. Entró a formar parte,
pues, del primer gobierno franquista en enero de 1938, como ministro del Interior, asumiendo en
diciembre del mismo año la cartera de Gobernación, resultado de la fusión de Interior y Orden
Público. Entre sus cometidos se encontraba la represión interna, el control de los medios de
comunicación y la propaganda, pero también la beneficencia y la reconstrucción.
Fue autor principal del Fuero del Trabajo, promulgado el 9 de marzo de 1938, que sería la primera
de las Leyes Fundamentales que constituirían el Estado franquista. El fuero regía la convivencia
laboral entre los españoles, inspirándose en la Carta di Lavoro italiana de 1927. También promulgó
la Ley de Prensa e Imprenta (derogada por Manuel Fraga en 1966), que sometía a la censura
previa a todos los medios de comunicación nacionales. También se creó aquel año el organismo
Regiones Devastadas (2 de marzo), para la reconstrucción de las ciudades y pueblos dañados por
la lucha, y la ONCE (13 de diciembre), que llegaría a ser una institución asistencial modélica.
Gestiones con Hitler
Terminada la Guerra Civil, Franco decide cambiar el Gobierno el 9 de agosto de 1939,
correspondiendo a Serrano Súñer la cartera de Asuntos Exteriores. El estallido de la Segunda
Guerra Mundial y la fulgurante sucesión de victorias de las fuerzas del Eje, sumados a la fama y la
preponderancia de Serrano Súñer, principal valedor de la germanofilia en el gobierno, hizo que la
alianza con la Alemania nazi llegara a su punto culminante en los primeros años de la guerra.
Serrano Súñer luchó por el triunfo hitleriano, pero el propio Súñer afirmó que se había visto
espoleado en ello por su cuñado.
En septiembre de 1940 fue a Berlín como enviado especial de Franco. Un mes después, en
octubre, preparó la entrevista que mantendrían Franco y Hitler en Hendaya con el objetivo de
negociar la posible entrada de España en la contienda del lado del Eje, finalmente sin éxito,
esencialmente a causa de las leoninas peticiones nazis y las desmesuradas compensaciones
pedidas por Franco. Para la dictadura era impensable ceder bases aéreas y enejenar una de las
islas Canarias. Por su parte, Hitler no tenía intención de ceder Gibraltar y las colonias francesas
del Magreb, las cuales podían poner en peligro la alianza del dictador alemán con la Francia
colaboracionista del mariscal Pétain y resultaban una competencia no deseada para las
pretensiones mediterráneas de Mussolini.
Tras este revés a su germanofilia, en 1941, Serrano Súñer propuso a Franco y organizó la División
Azul tras el inicio de la invasión de la URSS, la llamada Operación Barbarroja. Así la España
franquista devolvería el apoyo de Hitler en la Guerra Civil sin convertirse en beligerante en la
Segunda Guerra Mundial. Algo más de 50.000 falangistas y militares españoles vistieron el
uniforme de la Wehrmacht hasta que, a causa de las presiones de los aliados sobre Franco y
coincidiendo con el giro desfavorable de la guerra para el Eje, el dictador español pactó su retirada
a fines de 1943, con Serrano Súñer ya fuera del Gobierno.
Declive de su carrera política
La entrada de Estados Unidos en la guerra y los reveses alemanes en la Unión Soviética
comenzaron a decantar la balanza del lado de los Aliados, con lo que la estrella de Serrano Súñer
inició su declive. El 3 de septiembre de 1942 fue apartado del gobierno tras los incidentes del
santuario de Begoña en Bilbao, entre falangistas y carlistas, en un acto al que asistía el general
Varela, ministro del Ejército y simpatizante de los requetés.
Posteriormente se dedicaría a la abogacía, además de ser, hasta 1957, procurador en las Cortes
franquistas. La evolución política de Serrano Suñer después de 1942 no sólo le alejó del
franquismo, sino que a lo largo de su dilatada vida se fue acercando gradualmente a posiciones
liberales. En sus Memorias existen elementos autocrítícos y criticas a Franco, aunque también
algunas justificaciones y exculpaciones bastante discutibles. Entre sus mayores méritos se
encuentra el apoyo a Dionisio Ridruejo, líder falangista, y antiguo amigo de José Antonio, que se
opuso a un régimen que consideraba basado en el terror y la corrupción, fundando un movimiento
político clandestino.
El 1 de septiembre de 2003 falleció a los 101 años en Madrid, siendo el último dirigente principal
con vida de la Guerra Civil 3 . Pocas semanas antes había tenido lugar la presentación de una
querella criminal, por delitos de genocidio, en un tribunal de París, impulsada por un grupo de ex
deportados en campos de concentración nazis y sus familiares.
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