Turandot

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Turandot
Turandot es una ópera en tres actos con música de Giacomo Puccini y libreto de
Giuseppe Adami y Renato Simoni. La ópera, inconclusa por la muerte de Puccini, fue
completada por Franco Alfano y estrenada el 25 de abril de 1926 en La Scala de Milán.
En el tercer acto se encuentra una de las arias más conocidas para tenor, Nessun
dorma, que representa la victoria del amor sobre el odio, donde Calaf canta que nadie
duerma para descubrir el nombre del joven héroe.
Argumento
Pueblo de Pekín! Esta es la ley: Turandot, la Pura, será la esposa de
aquel que, siendo de sangre real, resuelva los tres enigmas que ella le
propondrá. Pero el que afronte la prueba y resulte vencido ofrecerá al
hacha su cabeza soberbia.
Así reza el edicto impuesto por la bella pero fría y sanguinaria princesa
Turandot y que ha llevado a la muerte a decenas de aspirantes
subyugados por su inigualable belleza. El príncipe Calaf se ha sometido
a la difícil prueba y ha logrado resolver los tres misteriosos enigmas de
Turandot. ¿Cuáles son? la esperanza, la sangre y el último, el hielo que
enciende tu llama: Turandot. Ahora le toca reclamar la mano de la fría
princesa, quien ha quedado a merced del hasta entonces desconocido
vencedor. Pero la derrotada princesa se rehúsa a cumplir con el
juramento sagrado que la obliga a ser esposa del hombre que adivine sus
enigmas, por lo que ruega a su padre, el emperador de China, que no la
entregue al extranjero.
El desconocido príncipe, viendo temblar de miedo a la princesa por
primera vez, le propone un enigma: “Mi nombre no sabes, dime mi
nombre... dime mi nombre y al alba moriré”.
Nessun dorma (Nadie duerma)
¡Nadie duerma! Los heraldos de la princesa Turandot esparcen el decreto
por todo Pekín. Nadie dormirá esa noche hasta que se encuentre a
alguien que conozca el nombre del extranjero.
Mientras Turandot y sus guardias recorren la ciudad atemorizando a la gente en su afán
de descubrir el nombre de Calaf, éste, posado en una escalera, contempla las estrellas y,
seguro de su victoria, espera con ansia la llegada de la mañana.
Profundamente consternada por haber sido vencida por el Príncipe, Turandot llora por
primera vez y le pide a éste que victorioso la deje, pues aún no ha podido conocer su
nombre. El príncipe entonces se lo dice: es Calaf, hijo de Timur. Ahora ella, si quiere,
puede matarlo.
La breve escena final ocurre ante el palacio, donde la multitud rinde homenaje al
Emperador. Turandot trae a Calaf, y dice a su padre que ya conoce el nombre del
extranjero: Su nombre es Amor, dice ella, y el pueblo canta lleno de júbilo.
Los matices que adornan la personalidad de Calaf son varios y el
intérprete, en algunos pasajes, sólo tiene unas líneas para transmitirlos al
público. Su carácter es noble y posee gran valentía, inteligencia y
también ardor, el cual emana cuando se dirige a Turandot a finales del
segundo acto y en el dúo final del tercer acto.
El rol de Calaf está escrito para tenor lírico spinto y aunque algunas
voces netamente líricas pueden abordarlo, el perfil del personaje y la
escritura vocal exigen, ante todo, una voz exuberante que refleje la noble
apostura de un príncipe arrojado y decidido a conquistar lo que quiere.
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