AÑO XX. NUMERO 6,349, Sábado ^2 de Agosto do 1 8 6 8 . PIIECIOS DE SÜSCRICION PUNTOS DE SÜSCRICION. Biez y seÍB reales al mes en Madrid. Dirigiendo libranza, 20 fr. trimestre, franco de porte; j heciía en casa de los comisionados, ti. AMTHiliAS. WrigMttdo libranza, 90 rs. trimeslre, franco de porte; 7 hecha en casa de los comisionados, 100. REDACCIÓN, CAllE DE LAS TOKKES, NDM. 11. , ntdBPKSA» V AaafléwioA i:sPA*dt-A. • CJeirtrveiBreréaJeS'triinéstre, fraileo tlepdrlé. * fingiendo libranza 5» raí por tritaestre, y 60 haeiendo la •. suscricion por los comisionados. MOS anuncios de Madrid se admiten á real línea, de onarenta . istris, en las oQcinas dé IA ÉPOCA, calle de las Torres, ' búmero 11, y los de provincias enviando libranza al administrador. Comunicados á 4-rs. lino». inPRÜSIO^iíES D E GO POLÍTICO \ LITERAflIO. VIAJE. guida, elegante, que asiste en Madrid 4 los estrenos de los teatros, que figura en las listas de las personas que pnllán en los saraos. Nada mas pintoresco que aquel momento. —¡Usted por aquí! —Sí, señor, con ^oda mi familia. —¡Cuántome alegro! —¿Y y. hace mucho que está en San Sebastian? —Una semana. —¿Habrá V. visto á la Reina? --¡Vaya!... y 4 los ministros... A propósito, dicen que ha^ crisis. _^ —L4, hombre... perdón» V., voy 4 ver mi equipaje. Pero ¡qué veo! allí estala marquesa... ¡Oh! señora —^ÁViene V. ó se v4? —Llego ahora mismo. -^Hemo.s venido en el mismo tren. El grupo se aumenta, las salutaciones se repiten. —^¿Y cómo está esto de habitaciones? —Mal; muy mal. —¿Garas? —Caras é ilusorias. —¿Cómo es eso? —No hay literalmente'donde hospedarse. -^¡ Es posible! —Todo el mundo viene 4 San Sebastian. —Es una cosa horrible... ¡Como ahora viaja todo el mundo! —De éso tienen la culpa las empresas con la rebaja de precios. —Dentro de poco, lo elegante, lo de buen tono v4 4 ser achicharrarse en Madrid el verano. —Calle V. por Dios; yo hé traído á mi lado á una mujer con las manos llenas de anillos, pero echando un tufillo á vendedora de pemiles... —Conozco el género. . . ^ D t e s brazos. —De cuando en cuando se echaba unos tragos, y hablaba del histérico... ¡Jesús qué horror! ;., ^ La castidad brilla en sus ojos. .. .Aterrado vuelve á la habitación, su esposa le sigue, —Esas mujeres solo debian viajar en trenes de mer. jpwe luces, llegan los criados coa ellas, y el infortunado cancías. •—Pero, en fin, ya héinos llegado... esto estará deli- ™oso ^é con horror que ha asesinado á sus padres. • 't n "<*'•>''"sts á su desdichada compañera, y él parte cioso. —Deliciosísimo... es verdad que hace bastante calor, , í Roma á confesar su crimen, á pedir la absolución al Sumo Pontífice. que llueve dos ó tres veces al día, precisamente á la hora del paseo, que sé come piedianamente, aunque se paga _ El Papa le impone una largay penosa peregrinación. . ^epe,anda,r errante, arrastrando una pesada cadena hasta caro el hospedaje, que vive; uno jpfensado, porque hay . i . ^^ '^ rompa. Cuando tal suceda, será seflal de que doce mil forasteros; pero de todos modas, San Sebastianyios ha perdonado su culpa. es encantador, con una playa, unos paseos, unos paisaParte á cumplir la penitencia, y después de muchos jes... ¡ah! ¡oh! vamos, este es el paraíso. , años llega á la falda del monte Araiar. —Voy á ver mi equipaje. ¿Registran? —Algo... pof no perder la costumbre. Los habitantes del país están consternados; en la —•¡GálTe V... eso es odioso! ~ eumbre del monte hay un dragón al que solo consiguen aplacar llevándole niños para que los devore. —•indiscreto en estrebio... ', El peregrino lo sabe y resuelve destruir aquel mons—'Y luego dicen que las mujeres somos curiosas... truo pues lo que es los carabineros nos dejan muy atrás. —•¡Vamos! ¡Vamos! Sube penosamente á la cima déla montaña, vé al —¡Un coche, señoritos! drágún, lánzase sobre él, la lucha empieza, y cuando . jjierde la esperanza de vencerle, se aparece San Miguel, —Yo les llevaí-é á Vds. 4 u^a casa donde estar4n muy bien. y el monstruo queda muerto. —^¿Está lejos la ciudad? K, .Eil. ángel desaparece instantáneamente, y el peregrino —Un buen paseo. _ yé rotas sus cadenas. ^—¡Al coche! , ,. Agradecido á la bondad divina, vende sus bienes, y . É^n el .producto funda sobre la cueva del dragón el lem—rVaya, adiós... ya nos veremos. pa que hoy existe, aunque no como entonces. —Yo estoy en la Fonda de Beraza. . Mis compañeros de viaje me aseguraron que aun —Yo en el Parador Real... i un paso. . í^PÍ^-.'í' cueva á la derecha del presbiterio, y que colga. —Ya nos veremos.,.i ¡V. se bañará! ,da""^h un pilar se conserva la cadena del peregrino. •—Todos les dias. —Pues en la playa. X,a devoción áSan Miguel es tal erf el país y en toda ^navirra, que los enfermos buscan alivio á sus dolencias —Vaya,adiós... ¡ay! hagaV. el favorde aquel cavas... jPWnido dos veces por debajo de la cadena y asomándose eunesta confusión....¡gracias! Jesús, ¡qué apuros! .í."í*?P''"3'" 6l aire helado que sube por la boca de la cue—Anuncie V. al marqués nuestra llegada. 3fS,'derdiagon; y lo mejor es, que no solo buscan ^alivio, —Y á doña Casilda. ^ifiO qué lo encuentran. —Se hará así. En breve tiempo llegamos á Alsásua; pero allí, graEstas conversaciones recogidas en varios grupos, me íMA 'a poca importancia que damos al tiempo en íiues- dieron una idea de la ciudad de moda. * o píís, estuvimos hora y m.edia aguardando el tren que . Subí á un ómnibus, y después de atravesar el magníliébia conducirnos á San Sebastian. fico y atrevido puente de Santa Catalina, llegamos por la Ésta hora y media parece un siglo, por la sencilla ra- Zurrióla y el Bouleoard |1 punto de parada de los 0.11nibus. , ' zOh'de que no sabe uno qué hacer allí, it! .§'"I-™''"°s se vendieran en la estación libros ó peYo tenía un amigo en Saii Sebastian, lo cual en esrióaicoí; pero no, señor, ni la Guia oficial de los ferro- tos meses del año eijüivale atener un lio en Indias. 'item/M pude encontrar. Me hospedé bien-cené y dormí perfectamente, y me ^n ?qqel!8 estación está indicada una tabaquerfa-bi- dispuse á ver de color de rosa la capital de Guipúzcoa. .Ulifttecs. La verdad es que San Sebastian está completamen' Llegó por fln la hora de partir y comenzamos á pasar te desconocido para los que,, como yo, le vieron oprimitóbeles. do por las murallas. '• Para el que vé el paisaje por la primera vez, el viaje El prisionero ha recobrado su libertad, y, cómo su€s áelicioso. cede en las comedias de magia, el calabozo se ha trasforAquellas montañas, aquellos vallecitos, aquellos blan- mado en un «den. Cfls caseríos, están colocados con tal arle, que parecen Nada mas-bello que la situación que ocupa la ciu.Jp»(gal«ría de cuadros pintados por inspirados paisa- dad; puede decirse que, suspendida entre dos mares, se jutas.' mira en ellos reflejando en las ondas una eterna son. '.Lo que mas llama ia atención es el trabajo. No hay risa. . ^n pli^p (jp terreno" sin cultivar; la naturaleza es allí Donde todas las noches se oia*el ruido tétrico de las éü)g8 4 fuci;za .do halagos; la tierra es para los vascon- cadenas que levantaban el rastrillo, suenan ahora las ar¡ías ijna mujpr indilbrente 4 quien conquistaa á fuerza rebatadoras armonías de la música militar y la de la ciu¡finezas. dad, que alternaa, brindando todas las noches momentos delidiosos á los qtt& psseaft por el Boulevard y la Zur,'Al anochecer llegamos 4 San Sebastian. río/o. ' El anden p'árecia una sucursal de Madrid. .tí!j5,que Ilegaba.n y los que salian 4 recibir 4 los* viaEl canto del pescador, la plegaria dol marinero, qu " {Mstituian una gran parte de esa población distin- antes se perdían al llegar'alas inflexibles murallas, s^ - Corloíia de las montanas.—El himno'de la civilización.—Un monasterio.—Una tradición.—Alsásiia.—Una hora que pa; iWq^ un siglo.—Conversaciones en el anden de jr-estacion • ,SS.S»n Stííastian.-Un lio en Indias.^Impi'esione8í.^Una , -indH-ecta a ia autoridad.—Un buen orador.—Funciones.— . ÜAlíaen encuentro.—Un empleado amable.—Otro que no loes, - .Los paisajes que recrean ia vista del viajero desde • Pamplona á Alsásua, son encantadores. Las verdes mon, laAas parecen haberse retirado para abrirse paso á JaloBomotora que cruza presurosa aquel hermoso valle, íle„ wndo con su-agudo silbido á los pueblecillos que se co; ma en los pliegues de los montes el elocuente grito de , Jai civilización. . • A la derecha, en ia cumbre del monte Aralar, en cuva falda se halla Hucorte-Araquil, se vé cuando la niebla |Q permite, el antiguo monasterio de San Miguel de Excelsis, convertido hoy en hospedería. • . Muchas •familias de Navarra pasan allí el verafio sin r, catar y por poco dinero. En cambio de un hospedají) cómodo, de m-uebles y de enseres de comedory de cocina, solo se pide a! hués, ped una limosna. ;... La tradición relativa al establecimiento de este san...luario, es demasiado pintoresca para dejarla pasar des, aperoibida. ., - Parece ser que un D. Teodoro Goñi abandonó su casa . para irá pelear contra los infieles. Al volver no faltó . ípitenle dijera que su esposa^faltaba á los deberes conyules, y sintiendo el torcedor de los celos, aguardó á que ira de noche, entró erí su hogar, llegó á oscuras hasta . el tálamo, observó con^ el tacto que habia en él dos períopas, y ciegü do cólera asesinó í los culpables. ,, -Sale precipitadamente de la habitación, y halla á su esposa, que ai reconocerle, ebria de gozo le tiende sus £ - V^MJMWm B » ÜA Í5S*©<3A. ' éH . mezclan ahora" con el alegre zorcico dé las bellas guípuzEn resumen, San Sebastian es una ciudad encantadocoanas, con el murmullo de la conversación que sirve á ra; pero en verano, con tanta gente, tiene un reverso los forasteros para entretener el tiempo cuando pa- atroz. sean. La mayor parte dé las personas que lo eutienden, se El Bouleoard con sus fuentes y sus jardines, con sus refugian en Pasajes, en Rentería, en San Juan de Luz, en casas, de mármol muchas de ellas, que parecen palacios, Guetaria, en Biarritz, y yo voy á salir 4 recorrer estos corj el alegre Café de la Marina, que posee en elegantes puntos estableciendo mi cuartel general en San Juan de medallones los bustos délos hombres célebres de Guipúz- Luz. • ^ • coa,' es el lazo que une á la Zurrióla y á la Concita. No me despediré de San Sebastian sin consignar una •La Zurrióla es una bellísima alameda que tiene á un cosa rara. lado el mar; [si Concha es la continuación del puerto, es Tuve que ir al correo 4 ver si habia en la lista cartas el salón de los baños. ¡Qué paisaje! A la derecha el caspara mí. tillo de la Mota, el templo de la guerra, cubierto de árApenas supo mi deseo uno de los empleados, abandoboles que han crecido para que el que contempla aquel nó su puesto, bascó en la lista mis.cartas, previa la incuadro no se acuerde para nada de los hombres y piense dispensable presentación de la cédala dé vecindad, me solo en lá divinidad; al pié de la montaña se halla el las dio, y todo esto acompañado de uña amabilidad , 4 muelle conra.ulli.tudde buques mercantes y 4 lo lejos la que, dicho sea de paso, me tienen poco acostumbralos buques de.gra,n porte, los vapores... y lo infinito. do las oficinas de mi querida patria. Á la izquiertTa, forman las montañas un pintoresco Algunos amigos me indicaron que con ellos se poranfiteatro, y escalonados en él, est4n rodeados de man- taba del mismo modo , que estaban encantados de su cazanos los blancos caseríos. ¡Qué hermoso espect4culo! rácter bondadoso. • Inclinando un poco la vista, se vé la playa, una sala que —¿A que desean Vds. saber su nombre? acarician suavemente las olas. Si los bañistas, en vez de —Naturalmente. vestirse de negroise vistieran de blanco, desde lejos pa—Pues se llama D.^ Antonio Rodríguez. recerían sirenas. Desgraciadamente los gritos con que reAl poco rato de recibir esta agradable impresión, reciben las caricias de las olas no se parecen en nada al cibí otra enteramente-opuesta. '• .. canto seductor de las sirenas. Una señora que con su esposo entró en el wagón Hasta hace poco se bañaba el sexo feo 4 alguna distan- que yo ocupaba, con esa dulzura de, las mujeres dijo 4 cia del bello. Un gran barracón que se ha levantado en un dependiente del ferro-carril: medio de los dos campos los ha confundido Como en —¿Sabe V. quién es el que registra los wagones cuanBiarritzy.en San Juan de Luz. do los abandonan ¡os viajeros? —Diga V. algo sobre eso, me indicaron unas señoras. —Unas veces yo y otras los compañeros. —¿Y qué he de decir? ^-Y diga V., ¿ han hallado Vds. por casualidad un —Eso lo sabe V. mejor que nosotras. Empieza listed pañuelo que me dejé en un wagón nace cuatro dias? diciendo que el seqor alcalde es una persona muy fina, —^¿Dónde lo perdió V.? i muy atenta, muy amante del orden. —No sé. —Con lo cual no hai'4 V. mas que decir la verdad, —Pues debía V. saberlo. añadió otra. —Tiene V. razón, pero lo ignoro, y si alguno de —¿Y qué mas? . ustedes lo ha encontrado,.... —Nada, que debía poner en vigor las antiguas cos—Y''o no tengo noticia... Adenüs, se quedan tantas tumbres, evitando algo de lo que pasa. cosas... las mujeres son tan descuidadas... pierden las —Ya verá V. cbno hace caso'de la indicación. cosas y luego quieren que uno las encuentre. —Yo lo creo, copio que si no fuera por su amabiliEl esposo era un hombre prudente, y se limitó 4 dedad, ¡.iobre lodo para con los forasteros, ya habría dis- cir al empleado: puesto... —Sírvase V. callar. —^¿Con que lo pondrá V.? Un paso'mas all4, en Hendaya, hubiera hallado la se—Con mucho gusto. ñora alguna mas cultura. Vamos á ver ahora, Sr. Rípalda, si dá V. gusto á las Es una 14stima que la educación parezca artículo de señoras. lujo en ciartas clases de la sociedad española. Con enviar un par de alguaciles basta. Voy á poner fin á esta carta anunciando 4 mis lectoY.á propósito, 1*8 alguaciles én San Sebastian no han res que he llegado á San Juan de Luz, y desde aquí, abandonado aun el"traje del Siglo XVlI, ni la aatondad. desde Bayona y desde Biarritz, escribiré mis próximas Una simple varita les sirve para dominar un tumulto, y cartas, dándoles cuenta de eúánto ocurra en estas ánimacuidado, que los guípuzcoanos son unos mozos como das sucursales de la buena sociedad madrileña. castillos. JULIO NOMBELA. Sobre esto podria filosofar un rato, pero en el verano San Juan de Luz 18 de agosto. es peligroso... para la salud. , ,Él primer día que me cupo la suerte de pasar en San E l i YATCfl R E A I i . Sebastián, era el diadela Virgen, y en la iglesia de Santa María oí á un predicador que es sin disputa uno de los Hace muchos años t^úe los hombres verdaderamente peaprimeros oradores sagrados de nuestro país, el doctor sadores Qjaron su atención en los grandes perjuicios que ha D. Vicente Manterola. roporcioaado á nuestra patria la circuastaocja espeeiallsima Por la noche hubG un concierto, con el que inaugu-* e que, siendo Espafia'una nacToa marítima, ño se halle su ró sus funciones la sociedad Armonía. corte, establecida en un puerto de mar; y no es esta la priTomaron parte en él la orquesta de la ciudad, el or- mera vez que hemos señalado nosotros esa oircuitstaacla cofeón y la Euterpe, ejecutando al final las Ires un magní- mo una de las causas que mas directamente contribuyen á que carezcamos de espíritu marítimo, y por consiguieale*, al refico coro del Fausto. atrasó en que nos encontramos, no ya respecto á los La concurrencia fué brillantísima, lo mismo que lativo adelantos materiales de las demás úaciopes, sino con relación en el baile que en el mismo salón se dio en la noche á la influencia qae-en «lias ejá"Bia'l« nirtisiraeíisfié áirtiguos siguiente. tiempos." Por la tarde hubo corridas de gansos y cucaña en el Porque ello es innegable que la historia nos está diciendo muelle. con la elocuencia irresistible de los hechos, que «cuando EsEl teatro está muy animado. paña ha tenido marina há sido grande, y que ha sido desTeodora está siendo objeto de diarias ovaciones; Ta- graciada y ha ido empequeñeciéndose á medi3a que ha ido perdiendo su importancia naval;» razón por la que lo primayo comparte el triunfo con la eminente actriz. mero que hay precisión de crear entre nosotros es ese espíY por cierto que al llegar aquí no puedo menos de ritu marítimo de que por desgracia carecemos, pues mienunir mi profundo sentimiento al de todos los amantes por tras esto no suceda, todo lo mas que podrá conseguirse 4 la muerte del irrce.'nplazable actor Julián Romea. costa de inmensos sacrificios, será la restauración artificial La noticia nos ha herido como el rayo , á mí sobre de laflotade guerra, pero no el espontáneo desarrollo de la todo, que le dejé líace un mes, sí no completamente bue- marina nacional, que es en lo que priacípalraeote ha de basarse el engrandecimiento del país. no, con esperanza de hallar una gran mejoría. Si las condiciones especiales en qne se encontró España ¡Nunca hubiera pensado al oírle hablar la última vez durante el reinado de Felipe II no le hubieran forzado á esque tuve esta fortuna, que aquella era la última vez! ¡Pero qué inmensa pena ha producido su muerte! tablecer su residencia en un punto céntrico de su monarquía, con elfinde terminar lo mas pronto posible la unifica¡Todos se la comunicaban unos á otros con esclamaciones ción de toda la Península, y de destruir en su origen las ride dolor, todos añadían con una entusiasta frase una hoja validades de los distintos reinos en qne poco antes estaba dide laurel á su eterna é inmarcesible corona de gloria! vidida, es bien seguro que no habría ahora dos cortes en la Volviendo á mi'reseña, ^iñadiré que al volver una es- tradicional Iberia, y que no habría llegado á convertirse la antigua villa, sin recursos propíos y sin ninguna clase de quina oí pronunciar mi nombre. Abro los ojos yveoen elementos de prosperidad, en el fastuoso albergue de un un balcón á mi querido amigo Rafael García Santistéban, afeminado y perezoso, y cuya inmensa mayoría vive con una pluma en la mano, y como siempre, con la ale- pueblo hoy, casi esclusívamente, de la Savia que estrae de los degría en el rostro. más pueblos de la monarquía, y á espensas del .trabajo de —¿Qué haces? . sus diez y seis millones de habitantes. —En este'instante acabo una escena de mi comedia. Pero no fué dable á aquel gran rey cainbiar con oportu—¿Cuál? nidad la residencia de su corte, y ninguno de áiVs innSédiatos sucesores tuvo el arranque necesario para sacríficíír en —La Mala vida. aras da la conveniencia general, los intereses particulares —¿No puedo oiría? que les rodeaban, venciendo por tal modo las mil dificulta—Sube. des que se oponen siempre á la realización de los proyectos Y gracias á mi indiscreción, oí unaescena que, cuanmas trascendentales. do Vds. la oigan, me envidiarán por haber disfrutado sus Y el resultado fué que, una vez malograda la ocasión, se primacías. dejó á la costumbre que echara hondas raices, y cuando al- .gU|ios,ihQ.mJ)res eminentes quisieron arrancarlas se encontraron con que ya era tarde, y se vieron en la precisión de combatir el mal con paliativos que, si bien conluvieron por el pronto sus terribles estragos, no tuvieron la fuerza necesaria para evitar que se reprodujera con el tiempo y llegase á alcanzar, en épocas .recientes, proporciones tan estraordinarias que no ha sido bastante á aminorarlas, los esfuerzos hechos con tan patrióticos propósitos durante el periodo que cuenta ya de su trascendental reinado doña Isabel H. Otra cosa hubiera sucedido si en vez de continuar la corte en el centro de España se hubiera trasladado á un puerto cualquiel^a de los muchos con que la naturaleza ó el arte han enriquecido nuestras costas, ya que se desperdició la coyuntura de establecerla para siempre en jlonde lo aconsejaba la política, pues entonces se habría ido creando sin violencia alguna el espíritu marítimo de cuya carencia nos lamentamos hoy, y sin el cual no llegaremos nunca á reconquistar en el mundo el puesto que nos corresponde de derecho. . Y decimos sin violencia alguna, porque sabido es que en esta nación, monárquica por escelencia, ejercen un inmenso influjo sobre sus habitantes las costumbres y las aficiones de sus reyes, y como estos se habrían hallado entonces de continuo presenciando el mágico contraste que la mar ofrece en sus alternativas, siempre majestuosas, de calmas seductoras ó de terribles tempestades, y como no es posible perma-necer indiferentes ante esos espectáculos de la naturaleza, ni mucho menos dejar de interesarse por la suertede los que se lanzan con entereza varonil á arrostrar sus peligros, para ocurrir á las necesidades de los pueblos esportando aquello que les sobra é importando todo lo que íes falla ó que el deseo reclama, y para difundir por todas partes la verdadera religión, los conocimientos mas preciosos del saber humano, los perfeccionamiento» de las artes, lost.sentimientos de la fraternidad universal y de amor ó respeto á, nuestro pabellón, no puede caber mida dfe qué nuestros monarcas hubieran adquirido el hábito de preferir esos soberbios espectáculos á todos los demás, ni rde que habriani dJlundido en la grandeza, que siempre les rodea, esa misma afición que el tiempo hubiera ido estendiendo poco a-poco por todas las clases de la sociedad, hasta que Ile^raá infiltrarse en sus costumbres y á eonstiíftir el fondo pnncipél de«u8 ijecesidades, á fln de que se la cwnsidorase por los hombres de Estado como base angular de sus proyectos,, y se pudiera conseguir portales medios que España llegue á ser lo que su posición geográfica reclaráí,-^er gran muelle avanzado déla Europa. ' . Mas no aconteció así; la corte continúa en Madrid y ya no es posible que soñemos siquiera en su traslación definitiva á ningún puerto de nuestro litoral, razón por la que nos es forzoso buscar otrb camino que nos conduzca al mismo üh, ó por lo menos que-nos permita aloanzar Ws buenos rísnltados que sean compatibles todavía con la situación en qne noa encontramos. Ese caminó ha empezado ya á andario la augusta señora •que eo la actualidad ocupa ¡el trono de esta narioil tan esforzada como merecedora de mejor fortuna. _ ^,. Y no era posible que dejara de acontecer asi, si se tiene en cuenta lo elevado de su enteaüimieuto y lo muy español de su magnánimo y bondadoso corazón. A sa claro talento no ha podido ocultarse lo mucho que ha de influir ea el ánimo y en el carácter de su augusto heredero, ypor lo tanto en los destinos de la nación ¡que -regirá en su día, la costumbre de presenciar desde su infancia y con toda la frecuencia que las atenciones del Estado lo permiteh,"esos soberbios espectáculos que la mar o.frccc y á que Bo há mufefao haofamoá referencia, sin recordar en aquellos momentos que quizás.baya sido la primera cuna realqno mecieran las'Inrmentosas olas del inmenso Océano, la de nuestro principe de Asturias; y qne cuando, una madre alega en nombre.de sn hijo títulos de esa especie para owener m modesta patente de guardia marina, es porque abriga la patriótica intención de que conquiste con igual derecho el hon-" rose diploma de almirante, Así es que nosotros, alfijarahora la atención en esos hechos de tanta trascendencia, al entrever el importante móvil de esos viajes regios á los distintos puertos de nuestro litoral^ .y al contemplar que en los momentos actuales se halla instalada la corte de España en el afortunado de Lequeilio, nos sentimos inundados de gozoy empezamos á conc?bir las mas Ksonjeras esperanzas respecto al porvenir que agbarda á la marina, y por consiguiente á la nación. Para que ese porvenir so acerque es necesario quetodos contribuyan, en la medida que su posición se lo permita, á contemplar los trascendentalísimos proyectos de nuestra augusta soberana, siendo naturalmente el que mas debe coadyuvará ello el gobierno de S. M.,y el primero entre todos el señor ministro do Marina, quien, seguramente, sentirá en el alma que la penuria delErario no le haya permitido reunir una escuadra importante enlas aguas que habia de atravesar el modestísimo vapor eo que ha tenido la honra de navegar, bajo la magnifica sombra del pabellón real. La vista de esa escuadra, los simulacros que habrían podido hacerse en ella, y la presencia en iu corte marítima del mayor número posible de guardias marinas,' habria impre sionado mny agi-adablemente al augusto príncipe, que ocupa en el escalafón de aquella clase el primer puesto, y habria llenado de noble y legítimo orgullo á la marina. Y quién sabe si eiUonces hubiera nacido en el ánimo de SS. MM. el pensamiento que nosotros, con tanta humildad como veneración, vamos á permitirnos exponer aquí, por si tuviésemos la inmerecida honra de que estos renglones los lleguen á leer nuestros augustos reyes. . Denlru de pocos años, Dios mediante, se hallará ya en edad el sercnisímo señor principe de Asturias de emprender por si mismo los viajes de recreo que la ciencia prescribe, no solo para el desarrollo físico que deber procurarse á los adolescentes, sino para la instrucción completa de los hombres; y como es bien seguro que pura aquella época habrán dispuesto ya SS. Mil. que el cscelso principe cuente con iin yatck digno de alojarle y do ostentarse en los puertos estranjeros, no creemos fuera de propósito ni mucho mofios falta de irreverencia, manifestar ahora nuestro vehementísimo deseo de qne, en atención á la exigüidad do ias obras si llevaba miedo; pero siempre se hallaba entre ellos el cristal, que abreviaba todo diálogo, y él la veía absorta, tristemente meditabunda, sin prestarla menor atención á los accidentes del camino, y de consiguiente al-mérito de su conductor. Al pié de la colína de Mont-Reveche era preciso de todo punto ir al paso en fuerza de lo pendiente del camino. Solo entonces bajó Olimpia el crista! que separaba el fondo del carruaje del sitio en que iba Flavio. —Caballero, le dijo, ¿creéis que puqda entrar en vuestra casa sin que me vean los criados? —.Me atrevo á decir que sí, señora, porque Thierray habrá tenido cuidado de alejarlos. Pero las gentes de la hacienda han debido reconocer ya vuestro carruaje. ' —No importa, dijo Olimpia. Gomo ya Mr. Dutertre os ha prestado caballos y carruaje, no se figurarán que voy yo ea este. He tenido cuidado de ocultarme. —¿He de entrar en el patio, señora? —Sí, pero cuidad de no abrir la portezuela sino despaes de cercioraros de que no haya testigos indiscretos. La puerta de Mont-Roveche estaba cerrada con cerrojo y barra. Flavio llamó de un modo convenido entre él y Thierray, el cual vino 4 abrir él mismo y volvió 4 cerrar luego qu<3 entró el carruaje. Habia conservado á Forget para lo que pudiera ocurrir, pero lo tenía encerrado bajo palabra en una pieza situada en la fachada esterior, seguro de que respetaría el misterio de aquella mañana, y aun estaría contento de que no le iniciaran en él. —^Y al fin, señora, dijo Flavio 4 Olimpia., ¿habéis encontrado el medio de salvario todo? —Sí, respondióla joven, sí el estado de la pobre paciente nos lo permite, -^A Dios gracias, dijo Thierray ofreciéndole el brazo, está muchísimo mejor. Ha dormido, y desde hace media hora le han cesado los dolores. Creo que podréis llev4rosla... ¡Ah, señora! añadió haciéndola entraren la casa; podéis creer que nada, absolutamente nada de lo que pasa, tengo que echarme en cara. • —Lo sé, dijo Olimpia, que habia tomado su bra;?o sin dirigirle la palabra: só también vuestras buenas intenciones para lo futuro: no hablemos, pues, de lo que ya es pasado. Evelina, al verla entrar en el salón, dio un grito, y Mr. de Saulges, conducidnos al paso. Ya os diré lo que habrá que hacer cuando sea ocasión. Olimpia corrió las cortinillas. Thierray fué 4 dar libertad 4 Forget, arregló el salón y marchó. Evelina soportó bastante bien el carruaje, y se armó de todo su valor) que era grande, para no alarmar á Olimpia, cuya presencia de ánimo comprendía bign que le era necesaria. A un cuarto de hora de Puy-Verdon habló Olimpia 4 Flavio, y le hizo que dejara el camino para tomar un rqdeoque les conduciria á una entrada poco frecuentada flfe! parque, bastante lejos del castillo. Habían encontrado mucha gente por el camino á causa de ser domingo y1a hora de la misa. Pero habían visto á Plavio conduciendo un carruaje de la casa, y esto no daba lugar á grandes comentarios. Creían que el carruaje cerrado iba vacío, y se limitaban á decir: —¡Estos señores prefieren servirse ellos mismos de cocheros! Y alguno masfilósofoañadió esta reflexión: —Mas quieren estos señores dar de-comer á caballas que á criados. En el parque se encontraron por fin solos nuestros viajeros. Olimpia esploró las arboledas sinuosas, que hizo tomará su guia, y le dirigió hacia un grupo de rocas que formaba una gruta natural, á la que daban sombra espesos y frondosos árboles. Allí, después de asegurarse de que nadie les observaba, ayudó á Flavio á colocar á Evelina sobre el césped. —Nos quedaremos aquí, hija mia, le'díjo: líe. de Saulges entrará en el castillo con el carruaje, y sin causar grande alarma, dirá que al volver conmiga de nues-^ tra escursion, os hemos encontrado aquí herida y pidiendo auxilio. Hará que traigan una camilla y enviará á llamar al módico y al cirujano. Por mi parle diré que os encontré aquí, donfle os habíais caido de esas rocas, á las cuales habíais querido trepar, y añadiré que ayer os^ sugerí la idea do poneros ese traje para sorprender á Carolina, de quien hoy es precisamente el cumpleaños. Diréis que os habéis disfrazado desde muy temprano, habiendo tenido cuidado de no dejaros ver de nadie; quo ibais á coger vos misma vuestro ramillete en el parque y que quisisteis alcanzar... mirad... aquellas geneianas que brotan allí sobre las rocas. ¿Qué hora es, Mr. de Saulges? (Se sonlinuará.) S ft y llevándose de tiempo en tiempo la niano á la frente como para hacer entrar en ella el sentido de las palabras que se veía precisada á oír. —Iba en busca de Mr. Dutertre, dijo Flavio para concluir, pero he sabido que estaba bastante lejos, y el estado en que se halla Evelina es de cuidado. —Sí, sí, su padre está demasiado lejos, dijo Olimpia, que habia fijado sus ojos en el suelo con aire de meditaP O R J O B G E SAND. ción dolorosa. Adem4s, hay que prepararle pan una crisis tan ruda. Yo sola debo ir 4 veda. Esperad... es preciso buscar un medio de salvario todo par hoy... Por de . ' —¡píos mío! esclamó Olimpia*: ¿habéis visto á mi propto marchemos 4 donde est4 Evelina, que en el cai|f!|r4dqí ¿ Qué le ha sucedido ? Hablad pronto, caba- mino me Qcurrir4 alguna ¡dea. En este momento estoy oomÍJ loca. , ,..-r;No, señora, respondió Flavio, bajando la voz porVolvió á tomar el brazo de Flavio, y llevándole hacía Átte leía de lejos en los ojos do Creso los esfuerzos que el carruaje con una resolución de que no parecía capaz en »te hacía para aguzar el oído. No , no se trata de- nion- medio de la turbación en que se hallaba: "^5}ir!í)atertre... Otra persona 4 quien no queréis tanto, —Creso, díjoalgroom, moutad en el caballo de Mr. de |o á pesar de eso, maclio... Saulges, volved al castillo y decid que si no he vuel,'r^iCi.elos! ¿Amadeo? esclamó Olimifia; ¿nuestro po- to para almorzar, que no me esperen. Tengo que visitar ' Jeo?... jOh! sí, venís de París y alguna des- Qtros enferiflos, Vamos, señor qnnde, dijo á Flavio, de modo que pudiera ser oida, tened la bondad de servirme —Ño sabia que estuviese en París, dijo Ffavio, asus- de cochero y conducirme 4 c^sa de esas pobres gentes. tado iül verla taa conmovida del golpe que iba ,4 asesSubió con presteza en la carretela, que se cerraba con capota y cristales, circunstancia que Flavio habia ya no—¿Pues quién , Dips mió? Mis hijas están todas en tado y que permitía traer á Evelina oculta á todas las miPUy^Yi&rdqq y qiin qq sp han levantado... ¡Bah! cabalte- radas, al njenps durgnte la travesía. ¿Pero estaría Eveli.r(jr4(|UftrrMis hurlaroa de mí3 na ¿n disposición de poder ser trasportada? Esa era la di-;^río,.señ(ya, porque sería una burla horrible : des- fleullad. Flavio no se paró á reflexionar, arreó los cabagraciadamente no todas vuestras hyas se hallan en este llos y se internó qn los bosques que conducían á Montm(pento en Puy-Verdón. Reveche, dejando á Creso estupefacto y rascándosela ' —¡Ah! ¡Hablad! oreja en vista de aquella entrevista improvisada. —Evelina... XXVII. —¿Ha salido ya? ¿Y sola? ¿Se ha caído del caballo?... ffi al fin tenía que suceder. ¿Dónde est4? Aquella entrevista nada tuvo de poética, como puede —Hablad mas bajo , señora; no es solo un accidente, suponerse: Qlimpia, encerrada en su oarruaje y sumida (I un secreto mas grave que la ligera herida que se ha en las tristes reflexiones que el caso le sugería, y Flavio, hecho en el 'pié. por su parte, en el pescante conduciendo á todo correr á . —¡Me estáis matando! ¡ Esplícaos pronto por favor!, través de caminos ctífíciles y peligrosos dos caballos fodtjo Olimpia temblando. gosos, y entregado á la brillante responsabilidad de lle*^ Y'üogiéndole del brazo, sin acordarse ya de sus faí- gar'pronto en auxilio de una heroína sin comprometer \h, le llevó á alguna mas distancia. los días de la otra, flavio, como todos los honibres avezados 4 los ejercicios "de la vida física, era algo niño y ' Plaviq le rofiriíj on Us menqs palabras qi)e pudo Iq qti^ habla pasado. Olimpia" le escucfiaba con ojos asusta- daba cierta importancia 4 su habilidad de automedonte. De vez en cuando se vo'via 4 Olimpia para preguntarle rlfe-fi? acertando 4 comprender, creyendo que soñaba, OLIMPIA Librerías de Cuesta, calle de Carretas, y de López, callo del Carmen. ESTRAÜKTJERO. Lisboa, librería de Campos, rúa nova de Alnada, Í8. En París, librería Bspañola de M.G. d'Denne Schmit, rat Favart, num^ 2, y M. C. A. Saavedra, rué Taibouf, núm. 53. Londres, Chídley y Cortázar, 66, Berners Street, Oxfod Síreel. Sres. H. C. Panzel, 93, London Wall E. C, yA. Manrice, 14. Tavistok Slreet Coventgarden W. C. IJIiVRAinAR. Habana, en la Propaganda Literaria, calle de la Habaaa. En Manila, casa de los Sres. Ramírez y Girander. Los anuncios estranjeros se reciben en París, casa de lo» Sres. Algarr t» y Saavedra, 55, rué Taitbout. ocultando su rostro en los almohadones del sofá sobre qüB estaba echada. —i Ay, señores! esclamó, ¡me habéis dado el último golpe! La pobre Olimpia no se resintió de aquel cruel recibimiento, acercóse presurosa á Evelina, cubrió de besos sus manos, en que ocultaba hasta su frente enardecida de vergüenza, estrechó su blonda cabeza contra-su seno, y la bañó en lágrimas. —¡Ay, señora! ¡Me compadecéis! Tenéis razón, dijo Evelina: ¡ estoy perdida! —No, hija raía, estáis salvada, puesto que estoy 4 vuestro lado y soy vuestra única confidente. Cobrad valor, mi buena Evelina; si podéis soportar el carruaje nadie sabr4 lo que ha pasado, y vuestro padre mismo no lo sabr4 sino de vuestros labios, cuando juzguéis oportuno debérselo decir. —i Ay, Olimpia! esclam'ó Evelina vencida por tanta dulzura y abnegación, vos sí que sois buena, mejor mil veces que lo que yo merezco. ¡Con qué^ injusticia se os trata! Sí, llevadme, ocultadme, salvadme, y que mi padre no lo sepa jamás. Nada temo en el mundo como su censura ó sus burlas. Mirad, no siento ya dolor alguno y puedo andar. —No hagáis tal, esclamaron Olimpia y Thierray, ¡todo se habria perdido! Olimpia examinó el pié lastimado y renovó el aposito. El vulnerario habia hecho maravillas, la inflamación había desaparecido y todo hacía presagiar que la operación se realizaría en buenas condiciones. Flavio y Thierray trasportaron la paciente, y Olimpia les ayudó 4 tenderla en el carruaje. —Id 4 esperarnos 4 Puy-Verdon, como si fueseis naturalmente 4 almorzar, dijo Olimpia 4 Thierray. Podréis llegar antes que nosotros, porque iremos despacio. Decid que me habéis encontrado con Mr. de Saulges, y que iré •al momento. Podéis indicar que creéis haya ido 4 visitar algunos enfermos de por aquí. Muchas veces» me ocurre hacer largas escursiones con ese objeto, y nadie lo estrañará. Creerán que Mr. de Saulges me habrá dadonotíciade algún caso urgente. Pero no entréis en mas esplicaciones, como si apenas hubiésemos iTtiblado, como sí nada supieseis con precisión. Todavía pasarán ^algunas días antes de que se averigüe el hecha, si es que tratan de averi§;uarlo, Idqs, Mr, de Thierray, y tomad el atajo: vos, &éMAIJt9, JLA £FOGA. S a de Afosto de 1 8 6 8 . aun mas la de nuestras lectoras, sobre el escelente do ultra-conservador espióla la au.sencia del conde de Bis- considerado como facultad y como hecho, no es en reali-' que habrán de realizarse en nuestros arsenales, y en vista ten errores, no se puede menos de confesar que, en mark de Berlín para restringir la iníluencia preponderante dad absolutamente libre por el influjo que él mundo esde la imposibilidad de hallar trabajo en que habrán de en- medio de las angustias propias de una gran nacio- artículo que con el epígrafe No meterse en política que el presidente de la Confederación alemana del Norte ha terior ejerce sobre él y por ios fenómenos del orden socontrarse en el próximo invierno los muchos individuos de ha publicado EL IMPARCIAL. nalidad que se constituye penosamente, los gobierejercido hasta ahora en el seno del Gabinete. La misma reina maestranza que recientemente han sido despedidos dé ellos, El inhábil egoísmo y la estrechez de miras de Isabel se ha puesto á la cabeza de los adversarios del conde brenatural ó religioso, vá algo mas allá que el priniero, se coúienzara en este aüo la constraccioa del Yatck Real, á nos no'han descuidado uno de sus primeros debe= puesto que consigna «que la libertad filosófica, como fin dé cpie pudiera emplearse en ella una gran parte de esos res, que es el de fomentar y desarrollar la educa- ese inmenso número de gentes que creen merecer el de Bismark, y á su influencia se ha debido que el general libertad moral de opinión existe de hecho, absoluta, ileHanteuffeld, partidario de la alianza austríaca, haya raelto hótH-idús operarios que« bien á su pesar, se ha visto Conde- ción del pueblo. dictado de sensatas no metiéndose en nada y dejando á encargarse del puesto que después de la guerra de 1866 gislable: solo cabe cuestión acerca dé si debe ó no pernada á tan deplorable ociosidad. que el mundo ande á merced de los que mas ambi- se habia visto obligado á ceder al general Vogel de Falkens- mitirse el ejercicio esterior de esa libertad.» En este punto había notable desidia, calculada Con semejante ejemplo, no soló se conseguirla que tan La argumentación del doctor Letamendi en favor del buena costumbre sirviera de estímulo á los grandes y á los según unos, hija en nuestro entender de la debili- ciosos ó atrevidos lo hacen caminar por donde les tein.» último estremo no puede ser mas elevada, ni mas prácpoderosos^ para que dedicaran á sus hijos á esa misma clase dad de los poderes, antes del movimiento de las acomoda, está magistralmente pintado y combatido de viajes, sino que llegarla á lograrse la organización de un tica al mismo tiempo. en ese artículo, cuya lectura hará meditar á esas EL UNIVERSAL dice anoche lo siguiente: circulo ó Sociedad de yatchs que, bajo la poderosa protec- anexiones. Un ministro toscano se oponía á dar en- cuerdas y pacíficas personas^obre las consecuencias «Lafibertad filosófica, dice con mucha claridad, no ción de tan augusto é ilustrado príncipe, contribuiría natu- sanche á la educación, alegando como regla políti«Dice anoche LA ÉPOCA, con referencia á L'EVE- es mas que el precedente necesario y la condición moral de su calculado retraimiento. Siga EL IMPABCIAL por raloiente a crear entre nosotros el verdadero espíritu marí- ca la de que los hombres deben ser educados con NEMENT, que el conde de Rous ha dejado á Vichy, de todas las disputas intelectuales; á la manera que en ésa vía, y nos tendrá decididamente á su lado, pues timo que tanta falta haceén España. xleseos proporcionados á los medios de satisfacerlos, el orden material, la igualdad de armas, luz j terreno habiendo regresado á Londres. En tal caso, y si esa construcción se pudiera emprender Y si esta era la opinión del gobierno que pasaba nuestro primordial propósito es sacar de su indifees la condición esencial de todo duelo para que no degeEl general Prim, con efecto, hace ya ocho días eon la «portumdad que nuestro buen deseo nos ha hecho por mas ilustrado, no es estraño que se atribuyera rencia a l a s clases que constituyen la fuerza del nere en criminal atropello.» que se encuentra en la capital de Inglaterra.» áeflalar, podrían distribuirse sus trabajos, en la proporción país, para traerlas á la vida pública. Prueba después del modo mas satisfactorio, que la que fuera dable, entre nuestros tres arsenales y la industria al duque de Módena la opinión de que los hijos no privada, para que no hubiera en el Yatekdel Príncipe de Aslibertadfilosóficaes ventajosa á la verdad, y que la sujedebían tener otra profesien que la de sus padres y «Pero ¿cómo se compaginan, preguntará alguDice un periódico que á principios de-seliembre turias una sola pieza hecha en el estranjero ni un solo mate- todos hemos oído que á Fernando II se atribuían ' no, esos consejes de meterse en política, dados á ción del error es ventajosa al error mismo. rial que no fuese español, áfinde conseguir por este medio las palabras de que un pueblo no tenía necesidad do las gentes de su casa, con el lema de menos política, irán á Cádiz y el Ferrol las fragatas Zaragoza y «La verdad, dice respecto del primer punto, es al Victoria, á fin de prepararse para su viaje á Monte- orden moral lo que la musculatura es al orden físictt;, es que se ocupará «n taii variadas obras el mayor número po.pensar; pero aunque haya alguna exageración en escrito en la bandera de LAS PROVINCIAS, con aquesible de operarios, y recibiera el regio barco desde su nacivideo con objeto de reemplazar á otros dos buques lo positivo de la potencia, y está en la naturaleza miento tales y tantas bendiciones de las numerosas familias todo esto, aunque el espíritu de partido lo abulte, llasafirmacion consignada en su prospecto, de que de aquella división naval. El bizarro general Mén- áeclr, humana el desear siempre, enloda suerte de luchas, alá qliiénes proporcionaría alimen{» y abrigo durante el invier- lo cierto es que en 1861, esto es, al inaugurarse el España ^diáece plétora de política, ó la padecía e n canzar la victoria por lo positivo de las fuerzas propias, dez Nuñez estará probablemente en España antes no que se acerca, que pudieran SS. MM. presenciar con la nuevo estado de cosas, en una población de 22 mi- tonces?» Muy fácilmente: penetrando en el fondo de lastimándose hondamente nuestra dignidad por toda acmayor tranquilidad el embarco del escelso viajero en su de que termino el año. las cosas se verá que no hay contradicción ninguna, ción estraña, ó de tercero, que, debilitando las futji'zas precioso yátch, en la seguridad de que no habría de faltaríe llones de habitantes, había 17 que no sabían leer ni tampoco la bendición de Dios. escribir, dato tristísimo que mas que á nadie debe sino perfecto acuerdo, en. nuestras ideas. No dejan de sor notables las siguientes aprecia- del enemigo, pueda debilitar á su vez los resplatidores '• I^a m a r i n a EsfUiuola. afligirnos á nosotros, que nos hemos encontrado en Una misma causa produce un doble fenómeno. ciones que, entre otras, hace LA CONSTANCIA de ano- de nuestro triunfo. 9 Con mayor claridad aun demuestra el doctor Letauna situación parecida. La generalidad de las clases productoras viven che sobre la situación'social y política de España: «Hace ya algunos años qué vivimos en circunstancias mendi la ventaja que para el error intelectual tiene la apartadas de la política, á la que como á cosa non JIJDTEttTfIMCJA. Doce años de libertad llevaba el Piamonte, y, coacción, mediante la cual conquista la simpatía púbHca anómalas, pues á nadie le ocumrá creer que es normal la sancta, miran con desvío y muchas veces con hory llega á ser confundido con la verdad misma. «El silenU e i i e a n i f .co|njpf|ñMar,<le alsHH m o d o a sin embargo, el 49 por 100 de la población descosituación de un país en el cual se han sucedido en corto ror. Pero cuanto menos se ocupan esas clases de los cio, dice, le erige 'en razón, el vacío en sustancia, y el n u e s t r o s le«tÍDÍt>«s l a falca d « l o s n ú m e r o s nocía el alfabeto, el 57 en Lombardía, el 80 ó el período varias revoluciones y pronunciamientos, que lad e l o s d í a s festivos e n q u e n o e s p o s i b l e p u - 82 en los ducados y en la Romana, el 85 en las asuntos públicos, mas se apoderan de ellos los polí- menta la ausencia y el destierro de muclios de sus hijos error que en libertad no hubiese conquistado una sol» fellearliA. É P O C A , d á n d o l e i n t e r é s d e a e t n a - Marcas, el 86 en Umbría, el 88 en Ñapóles, el 90 ticos de profesión, las gentes turbulentas y bullido- que la patria ha tenido que alejar para evitar mas frecuen- cabeza, encarcelado se apodera de todos los corazones; y l l d a d , r e p á r t l % 9 Í t Koy n n s u p l o m e n t o , e n - en Sicilia, y hasta el 93 por 100 en algunos puntos ras que forman la parte activa de los partidos, y como de estos nace la persuasión, que es la que acomete tes trastornos, país en el cual se vive con inseguridad, yf^ eompairtt» l e e t u r * e q u i v a l e a l a d e u n e empresas arduas, cuenta el error con soldados sin haberse que con honrosas escepciones, suelen reclutarse ende la isla. bajo la constante amenaza de que se ha de revolver todo de na<^iros n ú m e r o s completos. Hemos espuesto al ridículo de quedarse sin discípulos.» tre los elementos improductivos de la sociedad. Esp r o c u r a d o darle también l a posible varieel orden existente. La asistencia de los niños á las escuelas corLa historia prueba, en efecto, la verdad de las antetas genles, que cifran su estado en hacer política, d a d e n l a eleeéíon d é las m a t e r i a s . respondía á estas desconsoladoras cifras: de cada Los partidos á los cuales por un consentimiento casi riores observaciones. ¿De qué ha servido, la coacción condan á esta el lastimoso giro que lamentamos todos cien niños de dos á cinco años apenas concurrían unánime, aunque desatentado, se ha reconocido como tra la verdad? Hoy apenas quedan en el mundo salvajes, tres ó cuatro á los asilos; en los de. cinco á doce los amantes del país. cosa necesaria y se les han otorgado casi derechos perfecni esclavos, ni tiranos; la religión y la civilización han Ese doble fenómeno, esa división absoluta entre tos, han salido de una situación legal, se han declarado años, trece de cada ciento concurrían á las escuelas ido desterrándolos de los paises cultos, y arrojándolos á , rebeldes, y al optar por el retraimiento han desafiado á de Ñápeles, y á las de Sicilia solo seis. ¡Qué mu- las personas pacíficas que no se meten en política, y los últimos confines. ¿De qué ha servido perseguir al erla sociedad y sus fundamentos, se han declarado enemi- ror? Para que escuelas y doctrinas que no hubieran podiel grupo de los que no hacen otra cosa mas que pocho, pues, que en 1866 un ministro de InstrucHAniD 22 ps A«osT» BS 1S6S. lítica, esplica la anormal condición política de nues- gos de los principios constitutivos de nuestra patria. Vi- do resistir la luz de la disensión ni vivir al aire libre, hación pública, Mr. Berti, al consignar el hecho vergonzoso de que 17 millones de italianos no sabían tra patria. Si no hay nación alguna en que haya vimos, pues, en un estado de guerra, y de una guerra de yan cobrado fuerzas, resistido por mucho tiempo y cauEL ÉsPAi^oL de hoy contiene algunas esplicacio- leer, escribiera estas palabras: «¡estamos acam- mas partidos y en que estos tengan menos arraigo las peores, pues lo son las civiles. Hay una tregua; hoy sado grandes males, tomando cuerpo á favor de las pernes, mejor intencionadas que satisfactorias, sobre secuciones religiosas y políticas:' «El error, dice elopados en medio de un ejército de bárbaros!» en el país; si en ninguna parte son tan frecuentes ni mañana no habrá batalla, pero la guerra está declarada, y vivimos con los temores y- sobresaltos, coja las alarmas cuentemente el Sr. Letamendi, es como el pez, que al los trámites que siguen en manos del gobierno el La Italia, pues, consagró un ardor febril á des- los cambios políticos y permanece tan ágenos á ellos del tiempo de campaña. aire libre se asfixia, y solo bajo presión puede medrar y arreglo de tribunales y las demás reformas en el la mayoría de las gentes; si en pocos países.se puterrar la barbarie, y de año en año fué aumentando Pasamos, por consiguiente, fjor una verdadera crípropagarse.» orden judicial para las cuales fué autorizado el priblican mas periódicos y quizás en ninguno tienen j sis, de cuya resolución, si no fuese la.continuación de el número de escuelas en una progresión incesante. El artículo de donde tomamos estos párrafos é ideas, mero por las Corte^ menos lectores; si, en una palabra, se mete tanto lo existente, no es fácil prever cuáles serian las consehace desear que su autor trate la materia capital de ia liNo^ apuntaremos las cifras por no fatigar al lector, Dicenos E L E^PASOL, contestando alas observacuencias. La agitación de los espíritus, los preparativos bertadfilosóficacon mayor latitud y en una forma corruido en España con la política, y todo ese ruido no pero sí diremos, ateniénSonos á Ñápeles, que á la ciones que hace pocos días expusimos sobre esta respondiente á su importancia. No le faltan fuepiías, clasuele ser mas que música celestial, cuando no es el de los unos, las mal reprimidas esperanzas de los otros, materia, que nos hemos contagiado del mal ingéni- entrada de Víctor Manuel, el púmero de escuelas, las recriminaciones de la prensa española, los anuncios ridad ni originalidad para ello; y en las actuales circunsto de este país: la impaciencia; que es fácil clanjar todas regentadas por eclesiásticos, de escasa ins- fragor estéril de la tormentares porque el país .no claros de la estranjera, dejan fuera de duda que ocurre tancias un libro escrito en el mismo sentidn quo su arha entrado de lleno en la vida pública, y toman su trucción, por lo común era de cuarenta y dos por Jas reformas; pero que realizarlas no es tarea algo importantísimo en la Península, en medio del silen- tículo de Los SUCESOS prestarla á la verdad, á la filosofía nombre partidos formados en su mayoría de ele- cio y del orden con que trascurren las veinte y cuatro tan sencilla; que así la del procedimiento criminal para una población de 500,000 habitantes. Los y á la política un servicio inestimable. horas de cada dia que pasa. Y en tal situación, en los como la supresión del fuero de comercio y militar locales de las escuelas estaban hediondos, los ni- mentos trastornadores. Para encaminar por vías fecundas la polí- momentos de esta grave crisis, ¿qué síntomas notamos eñ los asuptoaciviles, ofrecen en la práctica obstácu- ños eran maltratados y las niñas hacían calceta ó Dice LA CORRESPONDENCIA DE BERLÍN que la creatica española, se necesita variar la base de nues- que nos den á conocer el espíritu, el carácter del pueblo ción de un vicariato; apostólico para la parte cátóHeii del los y fiomplioaciones que es preciso prevenir; que es cosían al son de las canturías que ya conocen los ejército prusiano, establece la igualdad en el servicio reinevitable caminar despacio, no dejarse llevar por que han asistido á nuestras escuelas, y que, bajo tros desquiciados partidos, asentária sobre el país español? ¡Ah! Doloroso es tener que confesarlo : el pueblo es- ligioso de la milicia, entre las dos comuniones, católica y un deseo inmoderado de innovacion.en materias tan otra forma, nos parecerían muy útiles. Nada de es- productor y contribuyente; se necesita que se llené pañol duerme. No hablamos por espíritu de partido, y árdual; que las grandes reformas^ no so hacen en cuelas normales, ni mas asilos que uno costeado por ese abismo que separa á la ajjática mayoría que no hasta tenemos serenidad bastante para considerar las co- protestante. Hasta ahora, era el príncipe arzobispo de Breslau el que estaba investido de esta dignidad; pero eí la generosidad de un banquero, de manera que tose mete en politica,y á la minoría, turbulenta ^MÍ poco tiempo. do el presupuesto munlcipaldé instrucción costaba ne hace mas que política; que el labrador, el indus- sas como mirándolas desde el terreno de nuestros ad- rey la ha conferido al párroco de Koenigsberg, el señor Afiade nuestro colega, que la comisión de Xíódir diez mil duros al año, inclusos gastos de mateversarios. Ni los buenos españoles odian con bastante Namzanowski, nombrándole obispo. La preconización da gos no se duerme, que el mitíistro de Gracia y Jus- rial, como que cada maestro no percibía mas que trial, el artista, el honibre de letras, el comercian- eficacia ia revolución, faltos de la energía suficiente para este prelado tuvo lugar poco há, en el mismo consistori» te, el propietario, todas esas personas de su casa que hundirla bajo el peso de la reprobación universal, ni la ticia, penetrado déla magnitud de la obra, consa- una peseta diaria y dos los privilegiados. en que el Papa pVonunció su alocución relativa á Austria; temen salir de ella, reivindiquen su parte en el ma- revolución tiene las fuerzas que e.n otras ocasiones ha y se le ha dado el título de obispo de Agathopolis,»« gra todo su celo y laboriosidad al logro del resultaEl primer paso de Víctor Manuel, al entrar en nejo de los asuntos públicos, que son los de todos ostentado.» partibus. El nuevo prelado residirá er. líerlin, on b jjardo que todos apetecemos;, que el aumento que hace Ñapóles, fué dar 80,000 francos para los primeros roquia do San Miguel, y oficiará en la iglesia de h gaarellos; que léanlos periódicos, que vayan alas urSoco há tenido aquella comisión no supone que vaya LA NUEVA IBERIA apoya resueltamente la actinicion. dílaíarse la ejecución de lá ley de 11 de abril de asilos y 40,000 para las escuelas nocturnas. Los nas, que influyan en el municipio y en la provintud intransigente en que se coloca EL DIARIO ESPA«Los dias solemnes, dice el diario prusiano, los catópadres" fueron exhortados á enviar sus hijos á las cia, que so presenten en las Cortes, y que arrojen este año, sino que se funda solamente en la necesiÑOL, y á propósito de esto dice: licos de Berlín no estarán privados del oficio divino celeescuelas, y so acordó la publ.icacion en los distritos de todos esos sitios á tantos holgazanes y ambiciodad de disminuir el ímprobo trabajo que sobre sus «Observamos que algunos periódicos se echan á dis- brado de pontifical;—S: M. el rey ha querido dar una municipales do los nombres do los niños que hu- sos, abogados sin pleitos, médicos^ sin enfermos, individuos pesaba. nueva prueba de su solicitud para con los católicos, concurrir acerca del plazo, mas próximo ó mas remoto, en bieran cumplido seis años; también so impusieron literatos sin estudios que llenan lá colmena de la En fin. E L ESPAKOL nos exhorta á la paciencia, y firiendo al doctor Kreetzig la plaza vacante de director de que debe regresar la corte á Madrid. No acertamos á espólíticay chupan lá;inieldel.|rrosupuestO. á la confianza; prometiéndonos que no esperaremos penas á los padres morosos, hasta que en 1865 se la sección católica en el ministerio de Cultos.» plicarnos qué importancia pueda tener este suceso. ¿Hay dio la lóy que hacia obligatoria para toda llalla La opinión pública vá sancionando esta idea: quien-cree que la política española ha de sufrir alguna inútilmente. Lo que muestra que los católicos aumentan en BerNo negará nuestro colega que si LA ÉPOCA sé ha la primera enseñanza. Do sus resultas las 42 escue- uno délos signos dé la época es la convicción que modificación? No lo creemos. Las sesiones del Parlamen- lín, es que se ha consagrado últimamente una nueva iglevalido en este asunto de la formula' generalmente las de Ñápeles se han convertido en 111 y en 16 vá penetrando ea el seno del país que no so mete to se hallan suspendidas, y es de creer qué á principios sia católica. Se flama iglesia de San Matías, y con ella son ya nueve los templos católicos que hay en la capital dft asada pasa pedir, usa él por su parte ampliamente asilos frecuentados por unos 20,600 niños. Antes en política, de que conviene dar á la política otro de invierno se publique el decreto declaran-do definitivamente cerrada la legislatura. ¿Cuándo empezará la nueva? Prusia. Las órdenes religiosas aumentar, también: hay rumbo. ^ de la que es usual en IQS gobiernos y sus defensores se gastaban diez mil duros , ahora se gasta muy varias de mujeres, que tionen establecimientos en Bercerca de dos millones y medio. La ví^a imaginaLa prolongada crisis económica que aflige á Es- El gobierno puede aplazar su convocación para una época para negar, ni tampoco que si hemos dado en el lín, donde han fundado hospicios, escuelas y casas de paña, cuyas causas se han esplicado acertadamente todavía larga, y como el ministerio actual tiene gran mal ingénito de nuestro país, que es, según EL ES- ción de los napolitanos hace que los progresos sean educación. mayoría en las Cámaras y goza de la confianza de la Cograndes, y en las mujeres, sobre todo, son notabilíen la tribuna y en la prensa, ha hecho ver á todo el PAÑOL, la impaciencia, hay otro mal mas ingénito rona, hé aquí por qué no damos nosotros importancia al simos. . mundo que el modo como so gobierna el Estado in- regreso de la corte, ni esperamos modificación ministeaun y mas arraigado, del cual se hace intérprete, El Excmo. señor capitán general de las Baleares está Si consultamos las estadísticas, aparece ya que teresa á cada cual, no por un incidental evento, y es la tardanza, la lentitud ó pereza. recorriendo las fortificaciones del distrito de su mando. rial, digan lo que quieran algunos noticieros, que cada Italia, con relación á su población, cuenta ya mas como la separación del jiioz, la muerte del capitán Su réplica nos recuerda los versos de Lope de Últimamente se ha diridó á Ciudadela, habiendo' estado dia inventan una combinación.» escuelas que Bélgica, Holanda y Austria, y el ejér- ó el vuelco de la diligencias, de que habla el a r antes en la fortaleza, de Isabel II de Mahon. A propósito' Vega: cito, las cárceles, y los presidios no son los que me- tículo de EL IMPARCIAL, sino como una causa, ó pOr de esta visita, dice elDiARio DE PALMA que D. José Qne en esto de pedir, los ricos, Fahio, Amplíando una noticia que dimos ayer, dice Reina y Frias ha quedado altamente satisfecho de la* nos han tocado las consecuencias del benéfico influ- mejor decir, un conjunto de causas constantes que Saben muy bien las ENES y las OES. LA CORRESPONBEMCIA DE ESPAÑA lo siguiente: tropas que guarnecen aquéllas islas y de-los ¡mportaiites influyen continuamente en la riqueza, en la tranQue del dicho al hecho hay mucho trecho; que jo de la instrucción. trabajos que en ellas se están haciendo. «Ayer se han verifiijado varias subastas de obras de Y cuenta que á pesar de las resistencias del clequilidad, en el bienestar de todos y de cada uno de de la teoría á la práctica hay larga distancia, y que • » carreteras en el ministerio de Fomento. El acto fué prereformas tan sustanciales como las que están enco- ro y de la lucha trabada,con motivo de la desenfre- los ciudadanos. sidido por el director del ramo, Sr. Cavero, notándose Todos Ijos periódicos dan por seguro que el general flada pasión por Roma, todavía se conservan 200 mendadas »1 sefior ministro de Gracia y Justicia, Los gastos de la presidencia del Consejo de Mi- gran concurrencia de postores, lo que justifica que en Turón llegará muy pronto á Madrid. Seminarios, mas de 1,0^)0 Institutos deligiosos y han de tropezar en su planteamiento con no escasas nuestro país ni faltan capitales ni espíritus activos é inEl actual director general de la Guardia*civil se halla nistros importan sesenta y seis mil cien escudos^ ni pequeñas dificultades, cosas son que siempre he- mas de 8,000 clérigos regulares y seculares, que dustriosos, y quede lo que hay necesidad es de empre- en Madrid desde el mismo dia en que la corte abandoné Los del Consejo de Estado trescientos treinta y pon 3,000 monjas, dan clases públicas y privadas. sas á que estos se dediquen. Las subastas verificadas se mos supuesto y admitido. Ni dudamos tampoco del la Granja para emprender su viaje á las provincias Vastres mil cuatrocientos ciiícuenla; Esto por lo que hace á la primera enseñanza: la referían á obras délas provincias de Castilla, que son las celo del señor ministro y de sus auxiliares; pero tecongadas. Los de la estadística doscientos ochenta y ocho mas necesitadas, pues la Dirección de obras públicas tra• memos -^ue en esta, como en otras ocasiones, el secundaria, atrasadísima como estaba, no ha recibibaja sin desoaoso por prevenir el mal que pudieran sufrir La muerte de la reina de Madagascar ha dado Jugar afán de lo perfecto venga á ser enemigo de lo bue- do aun el impulso necesario á pesar de su impor- mil cuatrocientos setenta y tres. Los de las obligaciones que carecen de crédito en el próximo invierno aquellas, así como las demás en á algunos acontecimientos que han precedido y seguido tancia. Guéntanse unos 88 liceos, de los cuales 78 no, y que por legar al paí« un trabajo monumental qué se ha dejado sentir en el anterior la miseria por falta legislativo cuatrocientos uno. á la proclamación de la princesa Ramouna, llamada i suson sostenidos por el gobierno, pero entre todos apese olvide el punto de partida de las reformas deque de cosechas y trabajos. La Dirección indicada, deseando cedería bajo el nombre de Ranavalo 11. Total de los gastos de la presidencia del Consese trata, á saber: que son cosa indicada y reclama- nas reúnen 4,000 alumnos, tanto que el profesor conciliar la mejor inversión de lo? fqqdoa públicos, vá Se habia organizado una conspiración por el viejo jo de Ministros con los adherentes á la misma, seisMateucci, en un informe dirigido al Senado en da por la opinión, que hace muchos añosqüe se viedando preferencia á las carr-eteras ya principiadas y que partido hova, con objeto de poner sobre el Irork) al hijo-, cientos ochenta y ocho mil cuatrocientos veinte y 1867, se preguntaba con dolor de dónde habían dé nen examinando y discutiendo, que jio se trata, con SOI} afluentes á ferro^carriies. de Raharla, el antiguo gobernador dcTamatavá, y lo que una sola escepcion, de innovar, sino de reformar salir los IjSOO jóvenes que todos los años ingresan cuatro escudos, Las carreteras ayer subastadas en el ministerio da en general se ignora, es que si esta conspiración ha fracoa un espíritu práctico lo existente; y, en fio, que en la administración, sin saber nadi..;do nada, y Fomento, están presupuestadas en unos IQ millones. To- casado, continuando el poder en la famíBa del ilustre En el periódico imperialista LA FRANGE , á falta de das quedaron rematadas, y para alguna de ellas se preno hay necesidad de publicar y plantear todas esas siendo ellos los que gobiernan, p o r q ^ e n Italia no Radama, débese en parte á la influencia de varios estrannoticias inportantes, híillamos un artículo, cuyo contenido es menos preponderante el espedieiiteo que en Essentaron hastídgce pastores.» jeros de distinción, entre los que debemos mencionar i reformas á un mismo tiempo. nó dejado ofrecer cierto interés en los actuales momenlos misioneros franceses, que cuentan en Tananarivacon No pedimos, pues, imposibles; y no hubiéra- paña, tos, en que tanto se habla de la estabilidad do la pa?. Es muchos discípulos y amigos. El servicio que, en esta cirEl Senado habría debido disoutip ya este ^í\o e| el segundo artículo que el" citado periódico publica con el Con placer hemos leído en nuestro apreciable colega mos ¿echo ni aun las observaciones que nuestro cunstancia, han hecho al país es considerable, pues ln Los SUCESOS ua artículo del doctor barcelonés Letamendi, proyecto de reforma de la segunda enseñanza. Se título de La crisis alemana, y en que se ocupa en examianterior artículo contenia, sin las seguridades que proclamación de un usurpador como rey de Madagascar titulado Breves reflexiones sabré la libertad filosófica. trata de reducir á 24 el número de los liceos sostenar la situación especial en que se hallan colacados los al presentar dichos proyectos á las Cortes y en la El nombre dal doctor Letamendi es conocido en Madrid hubiera entregado la isla durante muchos años á los hordiscusión de los mismos dieron al gobierno y sus nidos por el gobierno , encomendando los demás á pueblos -alemanes respecto de Prusia, á quien strihqyp mucho tiempo hace, así como su mérito como fisiólogo rores de la guerra civd. oradores de que la reforma no tropezaría con nin- las provincias: en los 24 liceos so reunirian Iqs me^ 4(35(Jp l^egQ l^A PaAüsCB el ambicioso proyecto, no dé fun- distinguido; pero no teníamos motivos para esperar, en dirse con Alemania, como hizo el Piamonte con Italia, gún obstáculo que no estuviera ya previsto y estu- jores profesores, á ellos se agregarían las escuelas sino LA CORRESPONDENCIA anuncia que el seiíor alcaldevista de los elogios que á aquel doctor fiabia prodigado de absorberla, de convertir á Alemania en una gran especiales, y por un sistema parecido al que reciendiado y que no pudiera fácilmente vencerse. la prensa neo-católica, que sus opiniones sobre la liber- corregidor ha dispuesto que se ejecuten varias obras para Prusia. tacífilosóficafuesen tan tolerantes, razonables y sensatas mejorar las condiciones del local destinado á depósito des No comprendemos tampoco por qué.'EL ESPASOL temeiltese planteó en España, unas mismas clases LA FRANGE trata luego de demostrar que esa obra la mendigos en la Plaza Mayor, las que ya están termiO QIHQ las que 60 el mencionado artículo se espresan. hace intervenir á la comísien de códigos eii este servirían para difepentes garrer^S: l}a emprendido Prusia á despecÍ]o de 1Q§ deiflás pueblos Mayores y mas rápidos han sido los progresos Las nuestras en esta materia son bien conocidas de nadas. asunto. Creíamos en efecto, que el papej de esa afemá'nés, é imponiendo á esos pueliios su dominación ó Asimismo ha acordado que en el momento que llejíue respetable é ilustrada corporación era preparar teó^ en la enseñanza superior: la libertad es grande, tos tutela, sus leyes y su sistema militar. En caso de guerra, los lectores de I^A ÉPOCA, porque, aunque no creemos al depósito un pobre se_ le entregue una libra de pan, y que la prensa periódica sea el mejor palenque para las dis' sabios i^an acudido de todas partes, y sin que acepel rey de Prusia tomará el mando, no solo de los ejércitos rícameato las reformas, pereque, una vez preque se le dé un rancho'caliente al entrar en San Bet'harcusiónosfilosóficas,las hemos espresado siempre que ha temos la omnímoda l^titu-d dád^ en ojerfas oj^terias, del Norte, sino tai}ibien,d§j!os 4el Sur. Esta nuevayameparadas, no tenía que interveriir en su ejecución, Y dino. hshidQ oporturiidaa, p3??dqra s}lu^c(qn cnpada pqr Rrusl^ §liende el I^hin, como en las Cortes »e ha assgurado repetidas veces ello es iierb-qije la Universidad 4e ífápoles \\i COUT Cuestión es esta de la mendicidad que merece llamái* Hemos creído siempre que los liberales que consideque los trabajos preparatorios que la -correspon- tado hasta 12,000 oyenlos, q p gi) l^S quince |Jnir, inspira senos temores á LA É^RAÍIÍGE; reconoce en Prusia la atención muy seriamente, yes singular lo que en este ran el catolicismo como adverso á toda libertad, causan una energía y fueri^a de voluntad estraordinarias, pero se dían estaban terminados hace mucho tiempo, par- versidades del reino, los matriculados pasan de consuela con la esperanza de que el espíritu alemán, que punto sucede. El mismo público que .se queja de'verse mucho daño á esta última, y que los católicos que decla7,000, sin contar los aficionados ni los estudiantes asediado por todas partes, en los paseos, en las calles, en íiéndííso de esa base al votar las autorizacionos, no ran la guerra á las libertades legítimas, como incempati^ Prusia ha logrado dominar tan completamente, no tardará de ürbino, Macérala y Perusa. las iglesias, el público que por las noches tropieza con ua. teníamos, por nuestra parte, para qué traer su en oponerse con todas sus fuerzas á que se lleve á cabo bles con sus creencias religiosas, no sirven mejor á la mendigo á cada paso, y reparte indiscretamente la limosY no soló sostiene la ítaUíJ q>}i!]ce Universida- el plan concebido en 18f](] por p| mbjprriq de HprliR; L^i\ caqgg del CRtfilipisRia, nombre respetable al debate, na, que reunida bastarla para sostener un establecimientu ^ Qanfarmes estamos en esta parte con los siguientes des, sino que costea además zlÓ bibUoteeas pú- FftAÑGKN'é un'inÜicíó áe esa résistineia moral éii las ma«Espere, pues, LA ÉPOCA, que no esperará párrafos de una escelente obra, escrita por un antiguo re- numeroso, ese mismo púoiiott se alarma y alborota cuaadoi' blicas, 81 cuerpos científicos y academias, 10 nifestaciones de los tiradores alemanes, que constituyen, inútilmente.» Así habla hoy EL ESPAÑOL. El consc» dactor-de LA Ei?ocA, la cual ha merecido la mejor acogi- la ronda de pohre?.i oumpliendo con su obligación, tratar según el órgano imperialistaj una lar^a {ii'Qtpsta contra jo es bueno, y no hay mas que seguirlo: ¿qué pode- observatorios ^stpopóinicos, 26 moteorológicos, de recoger las mendigos para llevarlos al depós,ite estada de toda la prensa: la centiialiiíacioii piiiisiana, y no duda ijue'esá resistencia 13 museos de arqueología-, 13 Sociedades do anua jnos nosotros hacer mas que esperar? biiecidü ál efwlo. Débese tener en cuenta quftén ese d!e-' «La religión y la libertad, dice el Sr. D. J. Lorenzq será mas fuerte, á medida que se vaya haciendo menos pósito, el ijiendigo es socorrido inmediat8ííkente, y que al No perderemos por eso, se Jo prometemos á güedades, 12 Diputaciones de historia nacional, 20 probable la intervención estranjera, que el Gabinete de Figueroa en su libro titulado La liberlc{i ie pe^nsm tf »i nuestr»? colega, la confianza de que las reformas au- institutos do bellas artes y do música y 5 escue- Berlín ha sabido esplotar hábilmente. «Cada dia de paz catolici^m, sQh dqs icjea^ qqe han de vivir siempre en el ser trasladado á San Bernardino recibe lo necesario para torizadas por el Parlamento se harán; poro ásureali= las (}8 perfecpionainiG^fo; nerp g, pesar do todos aup trasci^rre, dice LA FRA.NCE, tiende ^ prÍY.a|' k, P-rusiá ^splfitit hiíwancí, en las sociedades y en el mundo. Nin- su sustento. Parécenos por tanta que no es justo oponer obstácuzacion masó menos inmediata, puedo contribuir on estos esfuerzos, lá Italia, en su coajunto, es Igno- (je ese'protesto» de qqe liastq alíqra 'sé ha sprvido para guna de ellas se pueda suprimir: ambas son naturales, primitivas é inherentes al hombre. los á que |as¡ agentes de la autoridad cumplan con lo manliüoor mas acoptable su yugo i los pueblgs alemanes,' gran manera el espíritu que en los centros guberna- rante todavía; aun no escede do un 13 por lOO el número de los asistentes á las diversas enseñanzas, «La libertad moral constituye la dignidad, la persq-. dada, »í se consigue todo dando la limosna reparlicta, se-* tivos domine; así como puede aplazarla el deseo de gun los alcances de cada cual: esta limosna seríia muclio nalidad y la responsabilidad humanas, hacer una cosa perfecta; y para que aqije} y este cuando resulla la cuarta parte en América, donde mas aprovechada si por una suscricioa en fíivor de San El úlcimo boletín semanal de EL MONITOR de París se empieza á vivir tan pronto. De descaí es, pues, «La libertad intelectual o. s ^ Ift ceins&oitenoia necesaria sean los que deben de ser, y para que no se pierda Bernardino se contribuyera á que 0a aquel establecimienno contiene pasaje alguno de importancia especial. En que líalia, «orno {OCÍQS |OS puebjqs atrasados, gasde la libertad marAl, ó libr^albedno. de vista el carácter con que dichas reformas han oíimbio ELftjEaqniALDiPLQ.\¡.vTicq pql|l¡cg garios pán'«Lá libertad civil no es otra Cosa que aquellas liber- to hallara pan y abrigo el laayw número posible de esos ten mucho y con provecho párá difuntlÍF la insíruc: sido presentadas al país y votadas por las Cámadesgraciados que ir^ptaFan la caridad pública, unos por,'ráfós'que'ofrecen graude interés p,Qr las fuentes en que tades aseguradas por la ley. clon. ras, es para lo que LA ÉPOCA levanta su voz; el este periódico toma sus noticias. »La libertad política es el medio y la garantía quo las verdadera necesidad, otros por oficio, que de todo hay único objeto de esta imparciat escitacion que ai go-? pftr desgracia, , ' En otro articulo examinaremos el camino andaEn primer lugar confirma los rumores que vienen cir- conserva, bierno dirigimos. do en punto á reformas malcríales. culando hace unos dias sobre la disminución momentánea •• í — . o . ^ — »Si no podemos variar nuestra natur^leaa, na nois es de la influencia de Mr. de Bismark sobre el rey Guiller- posible tampoco destrqir el ItCire aibedrio, ola libertad ' El telégrafo, sin concretar los hechos, habla de lisi: o mor§!, ni pí^R cansiguiente, la intelectual ni la eivil,» tuación amenazadora de Oriente, y dice qué el gobierno~ Nos asociamos vivamente, pues no podríamos rftoi" La'de$aut_qci?aoiqn dadi^ p,qr BL ^|qNr?qq fíqugiA^q En nuestro número del jueves expusimos algu-^ á la nota del conde de Usedom parece haber llegado á ser Entre estas ideas de canciliacit)n, eíito» la verd»'* \.¿\\. austríaco limita las esportaciones de armas y municiones, nos datos estadísticos que no carecen de interés espresar do una manera mas elocuente lo que sen- asunto de un conflicto grave entre el soberanq y el mi- giqsa y la Ijl^ertad lin^Hada dal perisajnf''-;^ emitidas en destinadas á Servia, Rumania y Bosnia. No sabemos si á timos con respecto á laagrianHura política de nues- nistro, habiéndose opuesto este con todas sus fqer^^g j 54 \m por eUr, Figus--_ ^ ^.^^ ^^^ -^¡;^^ e„ ^^ ^^ estas horas habrá estallado alguna nueva insurrección en para apreciar con exactitud la verdadera situación de Italia. Hoy nos proponemos decir algo de lo que tra patria, al siguiente artículo quo nos ti'ao kar nb h^tjiendQ becíjo el rey caso" alpnq íg gsa wmu ™''''* ""\.Cá ouGESos el doctor Letamendi, hay gran los países del Danubio; nada tendria de particular, toda seha hecho paramejorarlainstruccion pública, pues LAS PROVINCIAS de Valencia: cion, vez que aquellas regiones, siemp-e agitadas, lo están,' analogía. (<jamamos la'atoncion de nuestros lecloics, y si en acuella península se han cometido y so 001116-ahora mucUo mas, merced á los manejos de Rusia, La% «^or lo demás, aüaile El, .^íiívtOiiiAr.,. parece que o! parliCon todo, el último, sin negar que el pensaoiiento, ^ . 1 mrn poimt Si^BAB.O. á.A Ág-csio úa meu. fól'tíCílik. vmSa clon que de algunas de sus obras se hizo por un autor En Matanzas se han celebrado con solemnidad inusitracheotomía, Borgia recobró la libertad de respiración, que se han distinguido en el gobierno, en las ciea-ranónimo en el Haya el año 1776; y bueno también aJveitada las exequias fúnebres por el alma del señor brigadier y presentándose de nuevo en el hipóJromi), venció á cias ó en las arlos, es un deber do los pueblos agratlr que esta traducción se distingue por su exactitud, por D. Pedro Esteban, que desempeñó el gobierno de aqueá sus rivales. . .' decidos. Se trata de construir un panteón donde su claridad, por su conocimiento del estilo de Quevedo y He sido el primero que ha dado noticia del,proyecto' lla población por muchos años. descansen los restos del insigne actor D. Julián Rode la lengua y costumbres españolas! Los campos Bada dejaban que desear, porque las lludel parque que se está formando en Monssouris; ahora es mea, Y coneste jHativo han tomado la iniciativa los El año de 1843 apareció en París un libro que se t i - cuando los periódicos de París dan á conocer los detavias continuaban sin perjudicar las siembras; la salud púSres. D. Tomás RodrigLiez Rubi, D. Miguel de los tulaba de esta manera: HíHoria de D. Pablo Segovia por lles de este futuio paseo. Aun falla mucho para que se blica no se habia alterado, las cosechas no eran escasas y Santos Alvarez, D. Eusebia Asqueríno y D. Manueí p. Franciimde Quevedo y ViUegoi, traducida del español abra al público, y ya se ha instalado cerca de éhuna los frutos se vendían á no despreciables precios. del Palacio. La suscrlcíoa ha sido abierta en Mí Í1S96) y anotada por A.- Germond de Laoigne. Al frente gran curiosidad que será visitada .por todoS los forasoficinas de los diferentes pariódicos, y LA ÉPOCA adde éste volumen habia una carta de Carlos Nodier al trateros. Las noticias del Perú que-dá EL CRONISTA de Nuevaductor, que entre otras cosas decía: mitirá gustosa las cantidades ."lue se quieran dediEn un terreno de cuatro mil metros , rodeaYork, y que alcanzan á mediados de julio, son las mis«París enero de 1843: He leido con mucho interés y do de acacias, situado entre la calle Nausouty y bou- mas qUb publicamos hace ocho días. Igual retraso tienen cará este piadoso objeto, asi com\'i contribuirá /por mucho agradecimiento la carta que me habéis hecho el levard Jourdan, con fachada al que ha de ser parlas de Chile. En ambas repúblicas había tranquilidad y su parte con su modesto óbolo para 'a realizaéion honor de dirigirme, con'motivo de vuestra nueva traducque de Montsouris, se ha formado un Georama unise reponían de los quebrantos de la guerra y de las epide este pensamiento, por el cual feliciV.:^ ¿ §18 aución de Quevedo. Tengo, una gran satisfacción viendo enversal, ó sea un planisferio, que representa en relieve demias. tores. ." sayarse los talentos jóvenes con estudios serios, en luchar las cinco partes del mundo; de manera que paseándoMelgarejo será definitivamente el presidente de Bocontra las diliéultad'es de una lengua admirable y aprose en medio de flores, se puede dar la vuelta por Eurolivia. í Hoy se ha presentado al Sr, D^. Carlos Fonsécá un^^ piarse por derecho de conquista lo mas original, lo mas pa, Asia, África, Amijríca y Oseanía, viendo desarrollarEn el Ecuador hay tranquilidad también. El nuevo comisión del Ayuntamiento para cumplir el acuerdo ^,j( característico y lo que manifiesta mas genio...» se sucesivamente con la posible exactitud lodos los acciarzobispo de Quito ha sido confirmado por Su Santidad mismo de entregarie una caria OUA ?;-;,;;;a corporación dentes geográficos, comarcas, ciudades, villas, mares, el Papa, y ha lomado posesión de'su obispado. Aquí habla Nodier de una traducción que el mismo . Dicen deNueva-rGranada, que se temían nuevos pro- le dirigió maüifestá»/í-;e ^^ estimación y el sentimiento escritor había hecho deZa Celestina, libro que, como todo ríos, arroyos, cabos, montañas, etc.; de manera que todo que le causaba su cesación en el cargo de gobernador ciyectos por parte del general Mosquera que alterasen la el mundo sabe, seria divino si encubriera mas lo humano, el que tenga 23 céntimos, precio de la entrada, puede vil de la provincia, y un ejemplar de la Historia dé May que Nodier califica de uno de los momentos mas im- hacer el viaje del Judío errante en menos tiempo y con paz del país. ' drid, lujosamente encuadernado, como recuerdo del menos molestia. portantes de la literatura moderna, y luego continúa: El general Falcon, último presidente de Venezuela, aprecio que le merecen las consideraciones que dispanse ha presentado en Coro con el objeto de atacar á MonaLa verdad es que la idea puede tener una aplicación' «Mas á vuestras anchas estáis ccn Quevedo, espíritu Sü á la municipalidad cuando ejerció en aquel concepto gas y volver á ocupar la presidencia. útil á todas las ciudades importantes, -trasformando una ligero y audaz, pero amaestrado por una educación for•" — • ^ " " • • = - ' " '" - • - ' " • • diida Confírmanse las noticias sobre las derrotas de Baez parte de los jardines públicos en geordma universal: la j u mada con auxilio de un siglo, mas avanzado en civilizasin en Santo Domingo, y la lucha entre Salnav» y sus ad- debe ser para el Sr. Eonscca esta diatinoiqn del Ayunta ventud y el público todo, pueden adquirir^ paseándose ción, como hoy se dice... Quevedo,i quien España colomíentor que por lo misma (|iie ha tenido lugar cuando versarios en Haití. nociones de geografía, que lo hacen no poca falta, y ad^^ ca al lado de Cervantes y que nosotros hacemos descenquirir la curiosidad de auiuenlar esas''nociiones con mas der de Scarron, es un esci'itor completamente escepcíoDp Méjico, EL QiíONisT.\ amplía en estos térijjínos la? ya no desenipeq^í el gobierna civil, lleva el carácter de verdaderamorite justa y merecida y envuelve el mejor amplios conocimientos geográficos. nal... Para llevar á cabo con éxito semejante empresa (la noticias que anticipábamos ayer¡ testimoiTío, así del acierto con que desempeñó su cargo, de tradudr las obras festivas de Quevedo) se necesitaba Los fumadores que no cesan de ijlamar contra la mala «Honorato Domínguez sé ha pronunciado en el Estaalgo mas que un profundo conocimiento de la bella lencalidad del tabaco, tienen ocasión de ensayar un medio do de Veracruz y apoderado de las poblaciones que se como de las generales si;npatía.3. que supo captarse en éi, se^un se vií) §q, la i^isyar pnete de la prensa.. gua española, á que tan aficionados somos los dos; era de mejorarle que se ha ensayado en Inglaterra y qu« par hallan á Iq lar^o del ferrq-carril que v^á' la capital. Los •preciso volar con el vuelo á veces eslravagante de Querece se vá esteniiiendo rápidamente: consiste en cocer el pronunciados se han prespnta(|q' an (l|uatuscQ, Qrizaíia, vedo y saber remontarse con sus alas. Mi amistad os ha tabaco; la inveni^ion parece que es de origen americano. Córdova, Paso del Macho y Paso deOvejas| cobrando un BOLSA.—COTtIAt' i'lN Oflí'IAL BE HQY. seguido largo tiempo con mirada inquieta, en ese viaje Limpias las hojas de tabaco oel tallo principal, se las co- peso por cada bulto que pasa por el ferro-carril. aventurero, del cual habéis vuelto con todo el éxito poloca por capas, que se riegan eon uña mezcla de aisijiíar H^ios ftúblices. pr. Se esperaba que principiasen pronta las hostilidades ÍE El sible, y yo me considero dichoso haciendo constar el priConsolid. al contado., 82 refinada y de licores dulces en estado de ebulllclonj en se- en la Sierra de Puebla éfrtmediaciones. Se habia trata[08 junio, i 2,090 0'3-e,i ídem ün de raes.....,, mero vuestro triunfo.» -•JS guida se deja de evaporar esta mezcla para someter nueDe agosto, á í , » » ^ . . do de hacer un arreglo con los rebeldes, pero no se 09-60 ídem fin próijiíao .32 -T.i\ |i!e juiío, i í . a o o . . . . , vamente el tabaco á un nuevo riego de rom de Jamaica de Esto decía Carlos Nodier de la traducción publicada habla podido conseguir. El general Losada publicó una 00-flo f^ifarldo al contado... 00 ñi marzoj á 8,090... primera calidad; cuando todavía están húmedas las hojas, por de Lavigne el año 4 5 . , proclama perdonando á los ladrqmes capti^r^tiqs an sq 00-00 n Amwtízable de 1.'.... 0,(>|Obi ¡Obras públicas 00-0» Est^íjq, perq el gqlilernq la anul(^. Bsccipedq iba á salir No bien vi anunciada la Historia de D. Pablo de Sego- una máquina las prensa, las comprime, las h p e pasta, las -00 tdein de í.*.„,,, Canal de Isabel II n ¡Obligac. par seca y las parte en pedazos de la forma de las or)?as de para Íiiq-Grande después de haber sometido á los rebelvia, que nuevamente impresa acaba de ponerse á la venffrsoaal.... del Estado.. 6r»^oo chocolate. Este tabaco, que sirve igualmente para pipa y des de Querétaro. Juárez ha puesto en liberta,-! á Qríaga ta esta semana, cuando acudí á comprarla y me encontré -89 Id. nuevas, de 2,00», « t o s BtUeles hipoteeariQí!.. para cigarrro, está haciendo en estos momentos las deliy al coronel Patoní, I|a ces^qo el h'íiqueQ áe, IVlazatlanante todo con un curioso prefacio del traductor, en el cual W. segijiíci» aén?.,,, -iS| ídem, id., de 80,600. Si-60 cias de los fumadores Ingleses. Porflrlq E(iaz h^ saíidq p^ra Quatenial£( con objeto,, segqn Cantterm i^smieMei, se lee el párrafo siguiente : ' Banco E.spaISül , -08 ICrédito oomereilit fte abril, i.ofta ., se dice, de arreglar las desavenencias con acjuella vfip4«Si en mi primera traducción de El Tacaño, publicada Concluiré esta carta casi sin variar el asunto. eo-e» Be id., 8,00» OOiLa, ¡Peninsular (l-Oft en 1813, cedí á ciertas vacilaciones que entonces me Hallábase en una estación del ferro-carril de París á Wlca, parecían casi legítimas, si éspurgué en ciertos sitios el Strasburgo, un alemán fqmando c()n deleite ufl§ larg^ ESPSqTACÜLOS PARA MAÑANA. testo original y procuré evitar los atrevimientos estraños, pipa, de la cual salían enormes espírales de liumo. El EL MEMORIAL DIPLOMÁTICO se hace eco del romijr De- LA POLÍTICA de ayer copiamos testualmente: fué una falta que hoy no puedo ya cometer. La nueva tren iba á marchar; el fumador subió á un departamento que dice circulaba de que la reina ¡de Inglaterra había CAMPOS ELÍSEOS. Concierto instrumental, «Leemos en LA Gor«STANCiA de anoche: edición que doy de esta traducción, es rigorosamente vacío, y apenas acababa de sentarse, cuando entró un empeorado en su salud hasta el punto do considerarse su CIRCO DE PAÜt.-^El amor y el almufría,—ffo mt siga us• De una carta que el día 18 escriben de Madrid á EL exacta; entrego, pues, osadamente á mis lectores la vermatrimonio viejo, mal humorado y regañón, cuyo indivi-i abciioaoion como un suceso muy próximo, añadiendo que ted.—Matará morir.—Baile. JNORTE DE CASTILLA tomamos lo siguiente: «Se ha dicho dadera obra.de Quevedn.» dúo masculino intimó al viajero que dejara de fumar, sus informes particulares no le permitían desmentir este «stoa d'ias en los círculos financieros que el gobierno traJARDINES DE APOLO.—Co»»9 marido y amo amaníe.~¡-Mt A pesar de está declaración, lo primero que se nota El alemán apagó la pipa sin decir palabra; se asomó rumor. Por otra parte, añade, EL CoaRtJooflftAi anuncúHvient esta mujir.—,^ailo.—El casadopor fuerza. taba de realizar una operación de crédito , según la cual | cia que el príncipe y la princesa de Gales deben ir dentro es una vaHaíite en el título d e ^ / gra» tacaño que de La- á la ventanilla; y se puso á contemplar el paisaje que •B ítttieipáíia el resto de la indemnización maproc[uí que CIRCO DEL PRINCIPE ALFONSO.—Ejercicio» porla «OM(le poco á Copenhague y á Stockolmo. Ahora bien: es vigne ha SÜstíti}i(}o con el de D. PaUo de Segovia «para huía delante de sus ojos. ' pabia japonesa. jJ.spaiSa¥á percibiendo de las aduanas de aquel imperio, ! probable que si la salud de la reina Victoria inspirase las colocarle, dice, mas propiamente, enfre sijs prógimos El tren traía media hora de retraso: en el momento opt^raeíon que darla por resultado la economía de los em- \ CIRCO DE PRICE.—firandea y variadas fur>cioDes por tarGilMh* de Santillana, Guzman de Aif«>'ache y O. Queru- exacto en que debía llegar á París con ^preglo aL Itlne-, íncjuietq(|es 4e (jue se hatjla, htííBiéraB renunciado sus de y noche, en que tomarán p«rteúll&. Azella y Mr. fleory pleao'')» españole*que intervienen en dichas aduanas. Ig- i altezas á este viaje. 6í» di íaítí»»c/«.» Echando de menos prólogo y epílogo rario, el alemán cargó nuevamente la pipa, la aplicó un August. noro si' íia habido algún proyecto sobre el particular, pero | ' » ' en Éi^raií tacaño, el traductor ha tenido la idea de colocar fósforo, y se rodeó (Je una espesa nube. La mujer gritó sí puedo naímifestar á Y. que no creo que se confirme la ¡ PL-iZA DE TOROS.-^Ultima función por la compaB'*' en su libro, para quehagaél oficio delates, atjueUa famosa horrc^fizada, el mando quiso intervenir enérgicamente: Baviera desea arrasar la fortaleza de Landau, pero la ecuestre, y gimnástica acrobática y la imperial japon'-.g noticia.» 11 ' fantasía filosófica y ujoraídLe. Quevedo, que lleva por titu—Estoy en mi derecho, respondió el alemán sacando el Prusia se opone á ello, á menos qué se elija otra pljza en Esta misma, mismísima noticia se les escabulló ano- j lo La fortuna con seso y la hora de todos. No tengo á ijia- reloj: en este monjcnto debíamos estar en París; yo no. la frontera del Palatiqa<lQ par* Iwcer de ella un punto che d& entre las roanos á nuestr«« cajistas.» NOTICIAS ¿ ^ ^ r t A L E S ^ ' no el original español para poder comparar la traduc^teugo la culpa del retraso. estratégico (iestinado á proteger Ía''fortaleza prusiana do El ujaiido dio voces, y acudió un empleado, que,Sarrelouis. El Gabinete de Munich no suscita objeción » —-_— I cion: aun sin eso creo poder asegurar que de Lavigne ha E n e ! s«»t«i» d e Í A l o t e r i a l l a m a d a d e perplejo ante la singularidad del razonamiento, no supo alguna á la demanda de la Prusia, pero se niega á soporEl CORREO >DE BAVOKA del 21 de agosto anuncia que '. desempeñado concienzudamente la dilicllíslma tarea de traducir al francés á Quevedo: acaso no ha estado tan qué contestar, y se limitó á invitar al matrimonio á que tar por sí sola las cargas dé la construcción de una nueva j navidad que so ha de celebrar el día 23 üe diciembre próha llegado allí el ¿onde de Bkroark, sin dudado paso paii^&ú%^^^^ fin &\%aní% de las notas esplicativas que cier- cambiara de carruaje. fortaleza, y pide que los demás Estados del Sur contri- i ximo, constará de a.'i.OOO billetes al precio de 200 escudos ra Biarritz ó algunos otros baños; Si es «1 eéiebre miniscada uno, divididas en vigésimosá 10 escudos; distribuyénran el volumen', hay, ^in embargo, en ellas noticias cuhuyan á esos gastos con tanto mas motivo cu|mto que se j dose 3.a»0,009 escudos en 1,000 premio^ de la manera siFULANO. tro de'Prusia y no .alguno otro de sil familia que lleve riosas y una prueba evidente de I9 gr?n afición y del gran trata de consolidar el sistema d^ la defens» ebrauíj de Ja 1 guictíle! París 20 de agosto. • ' igualtítulo, sería singular que nada huíííesen dielio los esíiídio del traductor, relativamente á nuestra literatura 4JerÍ!)ania, ' I Uno de 600,000 escudos, otro de 200,00», otro de 100,000, periódicos de París de un viaje en que forzosataente íia 1 •> del siglo XYÍ, Es curioso verde qué manera juzga á ós do 50,000,10 de 20,000, 22 de 10,000, 100 de 2,000, v Haden y Wurtemberg objetan que la fortificación de .dé encontrarse con Napoleón III. Quevedo, S E G U N B A E D I C I Ó N . 1,1S1 de 1,000. la línea del Rhin rio afecta solo á los Intereses de la AleTambién ha llegado á Aguas-Buenas la princesa CloHaMademás 9,199 reintegros de 200 escudos para los íj). Francisco de Quevedo Villegas, autor de esta manía del Sur, sino que es reclamada esencialmente por tiídé. 2,499 números cuya terminación sea igual á la del que obobra festiva, dice de Lavigne, fué uno de los tres grandes la defensa general de la Alemania entera, y bajo este sq-! tenga el premio mayor, 499,800 escudos; 99 apro'ximacione.'i Dice muy oportunamente EL IMPARCIAL tratando la genios del siglo de oro literario de España, sin que tuvieueste es justo y eqiiifativq (^qe sponcargue la Alemania : de 1,0_(»(| escndos cada.una^ para los 99 números restantes CUesiion de alianzas esteriores, que ampliar el raquítico ra por rivales mas que á Cervantes y á Calderón. El sael Norte de una parte proporcional de Icis gastos que P A R Í S 99.—Si» C^.ACjKVA i>^ PK.%II;CI<<I d i e e de lafte&tenadel que obtenga el premio de 600,000 e.sctttrataa'o de comercio que hicimos con Francia, esta es la bio Justo Lipse le llamaba magnum decus Hispanorum; tgatít nit feíiiano ^u« !«aS>ii» vesfitlo eoi| o b - cause la construcción de una nueva fortaleza del lado de dos, 99,ft00: 91) do 1,000 para los 99 números restantes de alianza que España necesita con sus vecinos de allende el jeto de »tenti»i> eontpa I» vSda idje l a reíiii» Lope de Vega le proclamó «El milagro de la naturaleza, la centena del premiada eon 200,000 escudos, 99,000; nueve Ip frontera francesa. Es mas que probable que la confePirineo^ alianza de pueblo á pueblo. de 1,000 para los nuevo de la decena del premiado con el ornamento del siglo, d primero de los poetas, el mas de l a g l a t e r r a , lia miút» gireso, el niléreales rencia abierta eUlunes 17 enjre los tres ministros déla • n Iineern» p a r lois píblteéineñtMlMjrleseÉi I» 100,000, 9,000; dos de ^,0W para el anioriory posterior ai docto de los sabios y el príncipe de los líricos á falta de Guerra de los Estados del Sur de Alemania, se prqauní H a o c u r r i d a u n a eMpautaia catástrofe del premio mayor, 100,000; dos de a,G00 para id. id. del preLA NAICION cree que los quince millones y medio Apolo.» p cíe definitivamente eíj es'tg ^eqticjq, y formule una deen el f«rro-carril 4» Clieater áHoIjrhead. mio segundo, 1,200, y dos de 2,300 para id. id. dol torceír asignados í Jas cargas de justicia podrían reducirse á la I «Este hombre de genio Merecía con justo título 'los manda positiva encaminada á que la Confederación de la premio, 3,000, K|a'lial|idó niaai i|e IjitO jnm($tit«% «i|t«e iiiitad, por la anulación de importantes partidas y por la I elogios de él hacía la ardiente amistad de Lope de Vega; Alemania del Norte se encargue de sufragar la mayor parlos « u e se c u e n t a l o r d Farnliant. las;_aproximaciones y los reintegros son compatibles con i^ntribucion que .retuviese el Tesoro. y sus numerosas obras, así como el testimonio unánime te de los gastos de que se trata. P A R Í S «1. — S fiar iO» diferida • • y a dUalqnier otro premio que pueda corresponder al billete, de todos sus contemporáneos, nos demuestran que QueñoI>S9. entendiéndose con respectó á las aproximaciones señaladas Dicen de Dresde que el proyecto de grandes mani9 pop t o a francés, 119,^0, vedo, el mas original de los eserltores españoles, fqé satípara los números anterior y posterior de los tres premios EL TIM^S 4e Wndpes consagra nuevas y notables reobras militares de las tropas sajonas y prusianas reunidas, rico eoino Juvenal, moral como Séneca, historiador como mayores que si saliese psemiado el núm. 1, su anterior es flexiones al resultado de la suscriclon al empréstito lA^mnnk» 9a.—üonsalldado, «3 Sfá A «I», durante el mes de setiembre, ha sido abandonado. Las Tácito, tan espiritual como Cervantes, festivo y ameno el núm. 23,000. y si fuese este el agraciado, el billele nú- . francé-s: S ¡»ar 190 p o r t n e u ¿ a , SS 1|S. mero 1 es el siguiente. tropas sajonas raaniotirarán solas en Dresde y Cheranitz. como no lo fué nadie.» «Considérese, dice, conio se quiera, la cosa esa es uno de iH»Para la aplicación de las aproximaciones de 1,000 escuEl rey de Prusia ha aceptado la Invitación que se le ha «Quevedo, en efecto, cultivó todos los géneros; fué )gs (euóiQeqqs mas admirables. No cabe duda en que elsistedos, se sobreentiende que si el premio mayor corresponde, El teló„'rafo trasatlántico lia llevadc) á E¡i Gt^Q^jíafA hecho de asistir á las maniobras de Chemnitz. poeta, y sus poesías son tan numerosas como célcbres¡ ma del llamamiento directo al pueblo, dando la preferencia por ejemplo, al núm. S, el segundo al 6,300 y el tei-cero al de Nueva^York la siguiente noticia: escribió para la historia una Vida de Marco Bruio, que á las suscriciones pequefias, revela la riqueza real de un« 23,015, se consideran agraciados respectivamente los 99 nú«El gobierno español no ha querido hacerse cargo del nación. El Estado nó trata con uno ó dos grandes banqueros ha quedado como modelo de estilo severo y conciso; sus El gobernador militar de Vizcaya, Sr. Cappa, pasa á meros restantes de las centenas del primero y segundo, y «protectorado déla repúblicaxlominicana conque acaba de de profesión, sino con ^q milloa de pequetlos capitalistas, obras filosiíficas y ascéticas, son dignas de los padres de Jaén con el mismo cargo en sustitución del Sr. Vielra y los 9 de la docena del tercero; es decir, desde el 1 al lOÓ, que tal v|^2 haa hecho su (linero bajo el antiguo régimen. «brindada uno de los partidos que militan en ella.» la Iglesia, tienen á la vez la duUqra angélica de Santa TeAbreu, que á su vez ha de reemplazarle. del 8,201 al 6,300, y del 23,0'71 al 23,080. ' Sin embargo, Francia como Inglaterra ha tenido sus moIja hecho perfect^menteel gohiernq esparícsl, sí la pro^ resa y la argumentación potente de una deiríostrasio!) Tendrán derecho al reintegro del precio del billete, sementos de penuria y ha visto |marcl)arse su dinero en espeposicio;} do IQ'3 daminicanos es verdad,« mataoiática; el trato, el género cómico y festivo, la sátira, gún queda dicho, todos los números cuya terminación sea El marqués de la Habana, lejos de salir para Barceculaciones engañosas. Allí también ha decaído la industria el humofísDí.0, con un talento, con una espontaneidad y lona, como se ha dicho estos días, se dirigirá en breve á por falta de estímulos, cuando de repente un simple llama- igual á la del que tenga el premio de 600,000 escndos; de manera quo si este cabe en suerte al número 321, ó a l El Ecuador ha enviado una embajada al Perú, Chile y una originalidad á que n.iclie ha podido acercarse desmiento del Estado al país presenta un testimonio dé faer;;a Bagneres de Luchen. 322, etc., se entenderán reintegrados lodos los que termiinmensa que dá la m^as alta idea de su ri(iaei;a aci^molada. Bolivia; y según los rumores que corrían mas acreditados pués de 61. Este último géners de escritos es principalm ^ nen en uno ó en dos, etc., ú sea uno por cada decena. Tal es la opinión dermjqjstrq, opinión que ha sido jusliüoada pqr allá, el mévíl son las últimas gestiones del gobierno mente'élque conserva en España la popularidad de QueAyer se verificó la subasta de los docks, pero no hubo por los hechos. En Francia abunda el dinero y el gobierno A n o e H o y ranteanoeite « e vló e l e l r e o d e americano á favor de la paü, y el fin inclinar el ánirno do vedo; que esa es siempre la suerte común: las grandes 3)ostor alguno. Se presentaron dos protestas: una de la puede obtener á buenas condiciones el que necesite. Mr. prio9 muy animado y concurrido, á causa de ser uno las otras tres repúblicas á aceptarla, que es á lo que la cosas, los escHíO-5 serios, los estudios profundos, solo aindicatura de la quiebra y otra de otro.sacreedores. de los días en que se dá allí cita la elegante sociedad madriNo estamos muy seguros de que estos hechos seaq coq-. del Ecuador está dispuesta. tienen el sufragio de un paquflÓO número de literatos y leña, y de haberse verificado en la noche del jueves el besiderados en todas parles y baio tqilqs loa punios de vista Para desempeñar una misión tan importante, el gode sabios, y con obras ligeras, erj que.s()lQ la Injaginaclon Yá á aumentarse considerablemente la guarnición de neGcio de Mlle. Azella y do Mr. Henry August. EstQS apreciaen un senljdq i^^qy Jpaqqmli^aQQi', Es claro que si Francia hiernq de Quito ha noinbrado al Excmo. Sr. D. Antuniq ha hecho el gasto, se mueven las masas, se encijentpa Bayoni) con fuerzas procedentes del campamento militar deseara hacer la guerra, 00 se .detendría por ralla de fondos, bles artistas, que ejecutaron al¿uno» ejerüicíos nuevos, traPlores, el cual lleva consigo al subsecretario de 6s'.ado, acceso á todos los entendimientos, y en una palabra, se y la suposición general es qué Francia puede estar sujeta bajaron 61 todos con la destreza que acostumbran, y obtuformado en los Pirineos. Así lo anuncian los diarios de con el empleo de secretario suyo. alcanza la popularidad.» mas que ningún otro país de Europa á la tentación 'de liac^r vieron con justicia una gran cantidad de ramos de QoreS y aquella ciudad. La importancia de esta resolución fácilmente se conla guerra.» — i ^ ^ . de aplausos. No se necesita ser tan entusiasta de Quevedo como cibe. Vereinos lo que contestan al Ecuador las otras tres En la misma noche del jueves se estrenó con éxito satisLa Diputación provincial de Badajoz ha formado y pu- lo soy yo para saliidar gozoso este acontecimiento liteEsta última frase sirye de transioion á EL TIMES pafactorio una pantomima titulada Ciiideríi/a, en cuyodesem-. repúblicas de la cuádruple alianza contra España. rario, que tan esplán4iua justicia hace á nuestro insigne blicado en el BOLKTIN el plan -de caminos vecinales de ra disiiflulan las teodeñcia*s y las miras reales de la popeño lomaron parte todos los niños de arabos sexos de la En Washington nada se sabia sohre estq á priqcípios poeta, cuyos versos ligeros repite el pueblo, ciando nq primer orden, de la provincia, que comprende cuarenta y lítica francesa. compañía, y estuvieron los pequeños actores tan acertadosde agosto; porq EL GOÍII^BQ de los Estados-Unidos cree pocas veces tormento á la idea, y sin poner la atención iuna de estas vías laii importantes de comunicación. en sus respectivos papeles, quo el público quedó prendado que las disposiciones de Chile son favorables. Can resdebida en el libre pensador, el filósofo y el político, que En la ói'ám da la plaza dada el 20 en Barcede sus buenas disposicianes. No dudamos que esta pantoiai- • pecto al Peal, en el nuevo Congreso doqinaif tüinljien pagó estas cualidades, en que tan alto rayaba, arrasma dará al afartnnado circo de Mr. Price grandes entradas y ; - EftiEL PABELLO.V NACIONAL de hoy se -leen estas nolona 36 ¡69 lo siguiente: los amigos déla paz. trando pesados grillos en San Marcos de León, y muacabará por ser el encanto de la población infantil de la bles )' sentidas líneas: «Orden general del día 20 de agosto de 1868 en Bar-> eórlo. «tt¿ una de esas enojosas polémicas que á veces y sin riendo desterraao, olVidáJo y pobre en la Torre de Juan celona.—Habiendo regresado á esta capital gl EJÍOOIO. seAbad, JIU»M p e r l ó d i e o a d e V a l l a d o l l d d i c e n l o Dice EL CRO.\ISTA de Nueva-York que si en las elccpoder evitarse surgen en la prensa, ocurrióse á nuestro ñor capitán general de Iqs ej^raitos nacionales y de este siguiente: ciqne^ {¡resiJeijciales ije rioyienjbre pqdiose el pueblo esPesaba sobre Quevedo unigi'at) injusticia; ¡rargveí so apreciable colega LA REFORMA invocar el testimoaio de los Rrincipado obnde de Gheste, se ha encargado del despa«Anteanoche, on el tren express, pasó por esta ciudad la presar Su vqluntad tan franca y libremente cdmo acaba demás periódicos para defenderse de los ataques ó para atale citaba en Europa entre nuestros ílasicos; contribuía á cho de la capitanía general que durante su ausencia ha seíiora marquesa de Castellllorite, que vá á Canarias á causa car á LA EFOCA. Anoche dice LA REroaMA que no nos hemos de hacerlo en las parciales celebradas en el Estado de ello las dificultados que ofrece al estranjero la Inteligende la grave enfermedad que parece sufre su esposo el excedesempeñado el Exemo. señor general segundg calj(J servido cootüstarle, y como esto pudiera alribuirge á desKentucky, el resultado no sei'ia dudoso, y el partido concia délos escritos de nuestro feítivo pqeta; tal como es lentísimo señor general 1). Domingo Dulce. El señor gobermariscal decampo D. RemigioMnltiJ- U^ (jue se hace cortesía, debeiBOS decir á nuestro colega, que no esta causa, el libro que acaba de salir á luz, puede ser un prineipiü seryad(3r obtendría un triunfo señalado. nador civil de la provínola, á quien el señor marqués de saber en Is lírden general de oste día para los efectos de gioo lo sensible que son para nosotros las polémicas de eierLa miyuí'ía conservadora en Kentucky ha asoendido á de reparación que, aficionando al público á las obras de ¡a Habana habia puesto un despacbo telegráfico cuyo conteita especie, es lo que nos ha impedido tomar parte directa ni ordenanza.—El coronel jefe de estado mayor, Francisco nido ^e entendía con aquella, la esperó en la estación del la enorme cifra de 73,030 votos, yes probable que en Ca- Nebot.—Es copia.—El general gobernador, Moltó.» Quevedo, vaya conciuciéndole de las festivas á las serias, .ladirectameote en la que media entre dos periódicos á quieferro-carril y la obsequió cuanto pudo. La señora marquesa lifornia, Oregon y Connoctícut adquiera mayores prohasta que se le juzgue por estasfi.oqjomc-e^e y se le rin>oes tenemos en grande é igual aprecio.» •• venía atligidísima, no habia tomado alimento alguno durante pqrcioi]es relativamente á la población de cada Estado da el tributo de admiración que nosotros mismos sqlq le EL IMPARCIAL, LA CONSTANCIA, LA BEGENERACION, mucho tiempo, y el Sr. Ureña al ver su desfallecimiento físiCartas de I^io-Janeiro recibidas en Lisboa, dan notii'espootivo, concedemos á medias. co y moral, la uió un té y algunos otros auxilios que la reEl, ESPAÑOL y Los SUCESOS han imitado esta digna concias del Paraguay de fecha del 18 do julio, las cuales Ya hace tiempo que principió la reacción popular que Cuando tan raras son las traducciones q 13 actualmenanimaron bastante.» diujia. También ha sido general en toda la prensa de proanuncian que el 16 del prOpio mes hicieron los aliados hoy vá tomando cuerpo, y á esta circunstancia se deben te se hacen dsl español al francés, justifijadc está que de un fuerte reconocimiento S'ibre Humaita, y después de H a r e g r e s a d o á ¡TSadrld e l S r . 19. C á n d i sin duda las grandes medidas precautorias tomadas por esta, tan difícil y meritoria por todos estilos, haya todo Nocedal. tres horas de coij)|iato tqvierqn que retirarse. mado acta un poco estensa, üm PaMo ds Segovia, ó sea Iqs Qqerpos cole^isladores, tales como la de conservar líi »i liOM e s | > e n d é d o r e s d e t a l b a e o d e C á d i z I h a n secretaría de libertos, la de repartfr armas en donde para CARTAS A LA ÉPOCA. Ul Qfan Tacaño, es un lindo volumen de la colección nombrado una comisión de su seno para que, acouipaiíada y EL CORREO DE MALLORCA del 20 del actual dice lo nada so necesitan y la de admitir ciertos Estados del Sur, Jannet, que, bellamente encuadernado en percalina, solo presidida por D. Horacio Alcon, dipulado á Corles por aquesiguiente: cuyos representantes no han sido debidamente electos. cuesta dos .francos? es el precio de una novela de Paul lla provincia, venga á esta corte á representar en unión de SUAIARIO. • En la tarde de ayer lle2;ó á esta ciqdad procedente — ii^^i de Kock: década edición de estas se «ualen cglqjar en los comisionados de otras provincias contra él decreto de 81 Traducciones ¿« Qnevedo.—Palabras de Carlos Nodier á prode Ibiza el Ilnjo. Sr, Q. Rafael Echague, El teniente de julio último. España de 300á 1,009 ejemplares; no hagarnas po. Que^ El gQt|¡er:)o de los Estados-Unidos acaba de celelirar pósito de una de ellas.—Historia de D. Pablo de Segovia. general Eiecmo. Sr. D. Fernando Cotoner fué á recibirle vedo menos que por Paul de Kock: compremos á Don con Méjico dos trat-ados, uno consular y otro de naturalin . K l e o l á s E¡ua;enta C í a i n e z d e T e r á n y —El Gran Tacafio.—Juicio de Quevcdo por deLavigne.— al muelle, nospedándose en casa de dicho soñor. Pocas Pablo de Segovia para premiar el afecto á nuestras cosas zación, además de un convenio para el ajuste de las reclaAparición de una obra d« Quevedo en francés.—Bibliotecas Tovar, conde de Torrepilaros, vizconde del Espartal, gran horas después salieron dichas escelencias para la baronía sucursales.—Resp.'raeíon artiQcial.—Georama universal.— qugdemuestra quien acomete la empresa de dará conocruz de la real y distinguida orden de Isabel la Católica, nwmaciones hechas por ciudadanos de ambos gobiernos. El de Bañalbufar.» Tabaco cocido.—El fumador alemán. • yordomo do semana Ue S. M., etc., falleció el día 15 dei cer nuestras Igtras en el estranjero, y para pro,)ori;io!iartratado de naturalización dispone que los mejicanos natucorrientenos también la satisfacción (Je í.ener en nuestras biblioteralizados en los Estados-Unidos y qUe hayan permanecido El año de 1611 publicó en París el Sr. Geneste la priLA CORRESI'ON'DENQI^ de aHQBliei á quien copia hoy l i n o d e eaton d í a s s e h a v e r l 0 e a d o e n cas un testimonio del concepto glorioso qua n,ereae (¡mcinco años consecutivos dentro délos límites de la repúmera traducción francesa de las obras de nuestro Insigne Fuenterrabía el enlace del joven D. Salustiano Olózaga, hijo vedo fuera de España. blica seiiii tratados y GonsidepqdQS por %¡&¡m CQifto ciucÍ3: EL ESR4ÑQÍ., publicábalo siguieníe! y.Tio bien apreciado escritor ü . Francisco de Quevedo y del conocido hombre de Estado dt>l mismo nombre, con una «Ésta farde se ha dicho con referencia al Consejo de danos de los EslaJos-Unidos, De la misma manera los He hablado de bibliotecas, y creo conveniente dejar fillbgas. Pocos años después, en 1 6 í 7 y 1633, aparecieseñorita de Calahorra. Con esto motivo, el jefe del partid» Ministros de hoy, que se habia dado licencia al general Dulron en Rouen nuevas ediciones, al misma tiempo que ua apuntada aquí una idea muy útil y muy práctica que en ciudadanos de los Estados-Unidos naturalizados en Méjiprogresisla estuvo en Hendaya unos días. ce para dirigirse al punto del estranjero que mejor conco y (|ae hayan vivido allí por cinco años consecutivos estos ojoifletjtos se está realizando en Francia: trátase de anónimo traducía é imprimía en Lyon en l O i l y después venga á su salud.» ' Igl e a n d e d o S a n l i u f s , q s i e e a n t l n ú a e n serán tratados y coasidorados por los Estados-Unidos crear bibliotecas púljlioiis sucursales, con los ejemplares én París en 1633, traducciones de que no se conserva jarana ya muy repuesto de sus dolencias, regresará á Ma^1 . . i . - . ^ , ^ como ciudadanos mejicanos. La simple declaratoria de dobles'de las biblioteca» e.xistentas; es i}n mediq iijuy económas notlei» qu« la que dá en su Biblioterca 1). Nicolás drid en los primeros días del mes próximo. Green^OiS OQUÍO los diatPÍQs c|e noticias, qué nada |n,tfíriüÍQn ds ser ciudadano no siirte el efecto do naturalimico de crearlas, iBcdio que en nuestro país puede y deAntonio: por úl'iino, en 1718 apareció en Bruselas otra l i a d u q u e s a d e T e t u a u c o n t i n ú a U21 t a n Ijay resuelto aun sobre la época fljadol regreso de zación! Los ciudadanas do ^í]^ 'de las dqs 'naciqnes PQT edición de algunas obp.is de Qaevedo, que no era mas be tener mas provechosa aplicacioo aun que en Francia. to aliviada en sus molestias, pero sin entrar complelauíenle la corto á Madrid, Las probabilidades eran de gue Gomo ideas nuevas, la mas novísima consiste ei) una (irán ser juzgados y castigadas al regresar al territorio de qiié una copia algo modificad* de la traduccioa.de Geen el período de la convaleo&ncia, puesto que snele verse la otra, por cualquier delUo cometidq antes do su sa^ en 1." de setiembre SS. MM. estarían en Avila, I acometida de frecHesiles recargos que imposibilitan su resoperación medio quirúrgica y medio médica, de que se neste. lida, con tal que no haya proscrito conforme á la ley. hibla con motivo de las úl'ímas carreras de caballos c e j labl^einAíonít). permaneciendo allí tres dias viniendo luego Tal fué en Francia el é.vito de los escritos de QijeyeÍÍBÍJI'ÍJCISS-en Vesínet. (jonsiste en Is tracheotomía, ó sea Madrid. - H a M'*d n o m b r a d o e a n ó n i s o d e l a e a » j3d,íque alguno.de ellos, EIBMBOÍI, se hizo libro de moda, '«"^ríi de Barcelona el Sr. D. José Simón Rubís, electo de la Hay noticias de la Habana de principios de agosto. haíta el punto de que cierta SocieJad llainaJa de La Ma- en la SGCCÍQU (je la tr^iiqea. para introducir un tuba de plata por medio del cuai respic^ ,e} enforrijo : (¡sU fjgera^de Gerona, cuya prebenda pasa á ocupar D. Antonio de CasSegqu EL TIMES, además del descalabro que las tropas Estaba ya'en yig;or el contrato celehradci entre la real hailáa, cuyos curiosos estatutos se conservan ett el gabinete nim admirable, con la cual parece que se' han salvado cajares y Azara, beneficiado asistente de la catedral de Zabrasileñas en número de diez mil hombres han tenido en cienda y el BaniÍQ español de la Habana', por el cual'quetde «síampas de la Biblioteca imperial; Sociedad funda-r ragoza. n)uct}')§ ní^QS ú?\ (i'Qup, puede ser aplicada á los cabaHumaita, y cuya noticia damos en otro lugar, \m aliados da este encargado de percibir las contribuciones en toda 4» el i . ' (Je enero de 173Í, decidió que El BnKm tigUllos COI) éxito. El) !?5 (J^ryei'^s que he citado, uno de los la isla durante el año econ(3fflico. habían sido derrotados también oq un ataque contra el ñria entre ios libros fundamentales de la Biblioteca, desMañana San Felipe Benício. Concluye el jubile» «a la caballos que ganaron el preifliq fijé I^orgia, vetusto QÚAptits de Ricario sii» mied* y antes de Giizms,:i de Alfaraf|es;,n'aci?damente ha terniinadq la ejistenp.ia del se-^ Chaco, perí^isnílo trfis ifiil hombríjs. Las tropas del Paraiglesia de las Siervos de María. drúpedo que, después de liatjer ohlenldo v'arígs UÍunf-gs g'uiíy h'ab'ián luchado con heroísmo. lehe y de Gil Blas. ñor £i. |eltjsforq' de Sotolqngq, cqya eterna'ausencia tiéen su juventud, contrajo un muermo tai, que lo era iiíi' tie en la mayor angustia á una de las mas distinguidas faHe citado á Gil Blai, y bmn^ A« recordar que Lesaje Imprenta d«B^JesÍ Juanes y eonapariia, editor reüpoMabir. posible j^alopar arriba de 50 metros. Opéralo por la milias del país. twfcí ufl'i!;!)') d'.! QaeveJj, téDÍgjíi» ^ k Vf^í9]!'í ti'aiuc^ Tributar mi recuerdo Rer{^é|i\o, 4 los hombres _ _ - _ _ . . , , Miih .ikmftmiaJ.. ,.•..,. „ „..., • i-.. ,i últimas correspondencias que hemos visto de Constaritiban que la última situación como muy grave, y aseguraban que la última insurrección de Bulgaria íiabia sido mucho mayor de lo que á primera vista parecía. Miles de hombres armados formaban las partidas; y además de los que pasaron el Danubio y penetraron en el territorio turco, quedaban muchos mas dispuestos á una nueva invasión en los principados danubianos." • Ayer se verificó en el juzgado de paz del distrito de la Audiencia de esta eórte el juicio de conciliación entre el edkor de nuestro periódico y el de L \ REFORMA , que lo esel director del mismo Sr, D. Manuel Fernandex Martin, y aun cuando este, según parece en la certificación, declaróque ha estado, está y estará siempre dispuesto, á dar ia$ esplipaciones .convenientes para dejar el honor y la susceptibilidad de L.v ÉPOCA en el tuen lugar que le corresponde (son palabras testuales de la certificación), como alegó falta de personalidad en el demandante por creer que no habia acreditado en forma la representación de LA ÉPOCA, no pudo haber avenencia, á pesar de nuestro sincefo deseo y de los esfuerzos que liizo el digno juez de paz que presidió el acto. ^ o ' Con objeto de resolver algunas dudas que se hablan suscitado respecto á los buques que hubieran salido para puertos declarados sucios con posterioridad a l a fecha de su salida , se ha publicado en los BOLETINES OptciAlER de las provincias del litoral el si guíente telegrama circulado por la Dirección general de administración .con fecha del 1 5 : «Las disposiciones sanitarias son ejecutivas desde que ne'oi'ílan y se comunican á los gobernadores, y por lo mismo de aplicación inmediata á todo buque que arribe á los (merlos españoles de procedencia sucia ó comprometida, .sea cualquiera la fecha de su salida.» m^ ,-— En los presupuestos de la provincia de Zaragoza para el vigtinte'año económico aparece un crecido aumento de la contribución, que la Diputación provincial se ha creído «n, el deber de csplioarpor medio de un martifiesto^oircuhe.'i sus administrados, que publica la firensa de aquélla áFaipHal.- La corporación espresada justifica las grayosas iítídíficaciones que se ha visto "obligado á adoptar en él piwíiipuesto de la provincia por los' mayóréSgaStos que «acaswa la Guardia rural, el aumento progresivo dé la indigeneia y la necesidad de emprender obras públicas liara dar .aejupacion á los braceros que carecen dé traíwjo S • ' # * i ' SÁBADO. t.jL i¡i^o«¿^. 2 2 de Agfosto de 1 8 6 9 . LA PENINSULAR. Gran Bifa de veinte casas valoradas en 11.598,929 reales 7 5 céntimos. Estas veinte'casas, todas de nueva planta y de escelente construcción, se adjudicarán eri totalidad al tenedor del billete entero cuyo número sea igual al que obtenga el premio mayor en el sorteo de la lotería moderna que ha de celebrarse el dia 11 de eclubre de 1868. ' Hallándose ios billetes divididos en vigésimos, si estos estuviesen en diferentes manos corresponderá á cada uno de ellos una de las veinte casas, haciéndose la adjudicacioh de la primera, Ó sea de !a de mas valor, al vigésimo que tenga k su margen el mismo número de orden que el del nüllar en que caiga el segundo premio mayor del precitado sorteo, y distribuyéndose las demás en los restantes por orden de numeración correlativa de unas y otros. Por ejemplo : si,el segundo premio mayor del sorteo se halla en el primer millar, ó sea en'cualquiéra de los números desde el 1 hasta el 1,000 inclusive, la primera finca corresponderá al primer vigésimo, la segunda al segundo, y así sucesivamente. Si el segundo premio mayor se halla en el segundo millar, ó sea desde el 1,001 hasta el 2,000, corresponderá la primera finca al segundo vigésimo, y luego las demás al tercero, cuarto, quinto, etc., hasta volver al primero, que obtendrá la finca nútti. 20. Precio del billete entero, CUARENTA DUROS. Del Vigésiino, DOS DUROS. Se espenden en todas las administraciones de loterías de la Península. Nunca, en ninguna de las rifas conocidas hasta el dia, ha podido optar un billete de 40 reales á un premio de mas consideración , ni nunca el coste de 800 reales para el billete entero ha podido optar á mas de once millón»» y medio de valor. A los jugadores de números fijos se les reservarán los billetes por el espacio de un mes, después de cuyo plazo LA PENINSULAR dispondrá de ellos. (E.—3.) VERDADERO M U m DE Solo analizado y garantizado por el insigne químico el barón de Liebig, su inventor. DOS MEDALLAS DE ORO EN LA EXPOSICIÓN UNIVERSAL DE I867. A d q u i r i d o p o r l a n m y o r |»artc d e l o ssioberanos y goliiérnoé de JQuropa japrobado p o r l a Escma. J u n t a d esanidad d el a provincia. Una libra de e s t r a d o corresponde á 1 5 libras de carné. Responde á ]as exigencias de la ciencia.—Es alimento sano, muy nutrilivo y económico.—Confortable enérgico para los nifios, ancianos y personas débiles.—Fortificante sin igual para reparar las faer2as agotadas por pérdidas de sangre. P a r a wnam d e t a l l e s v e r l o s p r o s p e c t o s q u e r e g a l a l a A g e n c i a > Cruz, 19, principal, Madrid. Se vende eti las farmacias y tiendas de ultramarinos en botes de á libra 79 rs., de 1(2 42, de 1[4 22 y de dos onzas ll'SO. CUIDADO eos LAS EAISIFICACIONES. Todo bote que no esté revestido de la etiqueta de la Agencia general en Espafia debe de censiderarse como falsificado ó de origen dudoso. (E.—^2.) al Botánico), El alcoholado de árnica des Vosges. preparado con la planta fresca por VIOLAND, farmacéutico en Colmar (haut Rhin). CELEBRE BULNERARIO, contra los golpes, cuntusiones, caidas, conmociones cerebraks, heridas, quemaduras, esquinces Jugaciones, mordeduras, reumatismos, etc.—Véndese en las principales farmacias á 14 rs. frasca grande, 9 t i mediano y 6 el pequeño. {Exíjase mi marca de fábrica). Depósito general para la esporlacion, GELLEE, farmacéutico en el Havre (Francia) y en Madriá s«tlores Borrell hermanos. Escolar, Moreno Miquel y Sánchez Ocaña. (A.—2,68i.) iGRíNOSo^SALüD ""lÍEMOSÜM í CONSMVACIOrDE" U ROPA BLAIA. "" Varias recompensas en las Exposiciones Madrid. Superiores & todas las preparaciones conocidas iiasla el di-a contra las Osaarreas y BlsBorraclM mas UMnsaJ f rebeldes. — Efecto seguro 7 pronto sin náuseas ni eiliees. — Fáeil» da tomar en sesreto.siB tisa». TUYECCIOIV A R A D O S UTE T O D A S C I . A S E S . Howard D. 1 rueda. . , , t9C rg Id. DD. 2 id Í30 " Id. 1. Ch. 2 id 540 Id. patatero 460 Id. subsuelo . 580 Ransomes y Sins 1 rueda. 300 Id. 2 id. , .360 -id. 1 id. para un caballo. . . . . . . . 20 J a é n , vertedera giratoria. 266 Bombas, norias de hierro con cangilones de doble vertedera, prensas y pisadoras para u v a , etcétera, etc.—Se remiten á provincias. {%• I.) ¡1¡ÓS~OÜETAPEGEN DEL ESTÓMAGO7~~~' Doble magnesia incalcárea , anti-hiliosa y efervescente, preparada por el farmacéutico D. LORENZO R. HERNÁNDEZ. Usada del modo que esplica la instrucción que á cada frasco acompaña, fácilmente se combaten las •gastralgias y otras afecciones de estómago. Precio, 6 y 10 rs. frasco. Depésito por mayor y menor enMadrid, D. Vicente Moreno Miquel, Arenal, 2, fariúacia, y D. Lorenzo R. Hernández, Mayor, 28, Alicante. (E-—3.) "~ Á LOS VIAJEROS Y CAZADORES. C A R A M i a i O S R E F R E S C A N T E S D E C. P R A S T , A R E N A K i , 8 , CONFITERÍA DE LAS COLONIAS. Nadie debe salir de casa sin proveerse de estos deliciosos caramelos : ahuyentan la sed refrescan la boca y hacen desaparecer la sequedad que muchas veces ataca á la garganta, producida por e$cé»o de calor. . CLASES Y PRECIOS. raoielos de C. Prast. . . . . Id. refrescantes. . . . U!. rellenos..... . . 8 rs. libra. Caramelos de los Alpes. . . . . 12 » Id. Napolitanos. . . . . . ÍG » Id. Caracolillos.. , . . . 20 rs. libra . 20 » . fo » Se garantiza su conservación. Hay depósitos de estos caramelos en las principales poblaciones de Espafia. Se hacen descuentos á los establecimientos de provincias que pidan por mayor. POLVOS DE AHAOZ PARA BLANQUEAR EL CÜ-MS Refrescantes tónicos estípticos indispensablesá la vez para señoras y hombres, pues realzan la hermosura de aquellas y aumentan la distinción de estos, calmando la irritación que produce la navaj« de afeitar. • Notorio es que absorben la traspiracien y templan ligeramente el color demasiado vivo de l o s m e ridionales, refrescando el cutis, y dando al semblante un aspecto juvenil. También disimulajas asperezas, fuego, etc., de la cara, perfumándola agradablemente. Las roejói-és fábricas de París han establecido su depósito, Madrid, en la Agencia francó-espalíóla, 31, calle del Sordo. Precio 8, 10, l í , 18 y 19 rs., según la dimensión y elegancia de las cajas.—Tomando una t e c e n e de ¿ajas se hará nna.rebaja.de 10 por 169; tomando dos 28 por IQO. (A.) PISHORAS DE mORISON» P r e s l d é l n f « d e l a J í t i i t t a feritánÉea d e E q u i d a d . 'Son estas pildoras, compue^stasíde v e s t a l e s . Gáraíitiiian Sus propiedades íraa boga no interrumpida por ÍO años y mBisée'^É{iteiiÚÍ'mtctkas,»ígnnas casi providenciales. El depósito principal de ParTs, es la farmacia de Moulm (sucesor de Artbaud), rué Luois le graiid mm. SO. En Madrid á 10 rs. caja en jas boticas de Borrell hermanos, Sánchez Ocaflá, Moreno Miquel y Escolar. En provincias, los depositarios ya conocidos. (A.) Papel químico de Hebert. Único admitido CHOCOLATE ATEMPERANTE DE LA COMPAÑÍA COLOJVIAL, P R O V E E D O R A D E S S . mm. ^ © T R O S desde el 21 de mayo de 1 8 4 2 . Se emplea con eficacia contra los reiuríSíis^iiOs, dolores, lumbagos, irritaciones de pecho, qnemadoars, heridas, llagas y también para los callos y ojos d i gsüo. Véndese en Madrid á 10 y G rs. rollo, en casa de los Sres. Borrell h.erraanos. Escolar, Moreno Miauel V Sánchez Ocaña.—La Agencia franco-espaaola, 31, calle del Sordo, sirve ios podidas, ^ ^ (A. 2.841.) PREVIENE LA PARÁLISIS mareo, cólera, apoplegía, vapoiss, vértigos, debilidades, síncopes, dcsvaneciíjiiontos, letargos, palpiíacionea , cólicos , dolores de estómago, indigestiones, picaduras do MOSQUITOS y otros inscclos. Fortifica á las raujercí quo trabajan mucho, preserva de 14. RUfi TARÁHME. 14. tumores fi ios, etc.— os malos aires y de la peste, cicatriza prontaaieiitelasilagflg, cúrala gargrcna, lustuí VÁase el prospecto). Esta agua, cuyas virtíidcs son conocidas hace rads d^ tíos sidos; es la ÜNSCAaulorizada por el gobierno y,la facultad de medicina con la inspección de la cual se rubrica y ¡¡a p.do nrivieciiada cuatro veces por el gobierno francés y obtenido una medalla en la Exposición universal "de Londres de 1862.—Varias s&fi'sín"iss obtenidas contra sus falsificadores, consideran á M. BOYER la propiedad ESCLUSÍYA do esta agua y recoriOCjj!) con aquella corporación su superioridad. En París, núm. 14, rué Taranns.^Venias al por menor, en Madrid, Sánchez Ocaña, Borrell hormanos Escolar, Moreno Miquel.—En provincias los principales fiírpi.ací'-Bticos.—Precio G rs. (A.)' A E Í O P S C I A . La eficacia de esta preparación y su empleo sencillo y fácil, están confirmados por m u c h o s infor-' mes de diferentes médicos. Precio: 90 rs.—Por docenas a 42 rs. EnMadrid; por mayor. Agencia franco-española, 31, calle del Sordo; por menor, Sres. Borrell h e r manos. Escolar, Moreno Miquel y Sánchez Ocaña. (A.—''ta-\._j. Papel fumigatorio de Swann. Paia perfumar y sanear las habitaciones, indispensable en las alcobas dedos enfermos, agradabla en los salones. Véndese en Madrid á 10 y Í 8 rs., en la Agencia franco-española, 3 1 , calle del Sordo.-rPor docea n s á 110 v i s o rs. ; ,^.;f;8B2] INCIENSO DE ARABIA. Honrado con la aprobación episcopal. CASA CENTRAL DK ESPEN Di CION PARA E U R O P A . Farmacia A . ñigault, licenciado en ciencias en Amiens (Francia) Este incienso es de un uso agradable, su perfume es suave , escelente y verdaderamente digno de las iglesias y capillas (estracto de una carta de S. E.'el obispo de Arras). Caja pequeña de 20 gr. . . . . . . 10 rs. I Caja de 800 gr. . . . . . . . . 3f rs. Caja de 100 g r ; . . . . . . . . . 16 J Caja de 1,000 gr 6i Incienso dominical: el kilogramo, 20 rs.; el medio kilogramo , 10 rs.: aunqiie de olor menos suave que él incienso de Arabia, essuperior á los demás inciensos que vende el comercio. Depósito general para España y colonias: la Agencia franco-espátlola , en París, 55, rué TaibOut.-^ Trasmite los pedidos en Madrid la misma Agencia, calle deí Sordo, 3 1 , antes Exposición esíranjera, calle Mayor, 10. (A.) Enfermedades de los ojos y los párpados, 4 4 , RUÉ QÜINCAMPOIS, PARÍS. A s r n a oftálttiiea d e l i o e h e » - « i r a j a n o - o e u l l s t a d e Kials ^ I V . Hace uii siglo (desde n s o ) que és reputada por demás escelente para la curación y conservacioaie la vista, ojos eiicarnádos , nubes, oftalmías y también la oftalmía egj ciá, fístula acriiíial, c a l a i a a i s moürosis, vistas debilitadas ó cansadas.—Instrucción.—Precio en París, el frasco 6 francos. EB*ESJ4III, 26 rs. Exigir la firma S. Lelailüer, farmacéutico, sucesor y único heredero d e la verdadera recé I j el cual nunca ha sido pulrficada. '• En Madrid, por menor, Sres. Borrell hermanos. Escolar, Moreno Miquel y Sánchez Ocaña. 1 En provincias los depositarios ya conocidos. (A. 2,702.) ____— ...j._i Polvos de jabón para afeitar. Pocas personas conservan hoy la incómoda y poco limpia costumbre de enjabonar lo barba con la mano: la brocha y los polvos de jabón son ya liniversalmente empleados. Procedentes do las mejores fábricas de París se venden estos pelvoS á ' 3 y 4 rs. en Madrid, en la Agencia franco-española, 31, calle deí Sordo. Tomando una docena de cajas se hará un 19 por 100 de rebaja; lomando dos un 20 por 160. (A) """'""" SOBERANOS. EAÜ m MELISSB DES CARMES PREMIADA CON DIEZ MEDALLAS. Esteesqmsiío chocolate conviene mucho para viaje y para los temnera- DEPÓSITO CHERAL DE CDOCOIATES, CAFES Y TES." Calle Mayor, t s y »o, Madrid.-Sneursal, XEontera, 8. Remedio indispensable A TODOS LOS VIAJEROS Y PADRES DE FAMILIA TINTURA D E Á R N I C A , p r e p a r a d a sejgún l a ftíwMula « « « „««»* i o « r e l i g i o s o s d e l gfan S ^ n R e r n a r d o e n Sos A l n e a Ya de muy antiguo se usa esta planta, pues cuenta la historia que los Templarios'la llevahan Pn la Palestina como su un,co remedio. Bastábales dicho medicamento para la curación de todas sus heridas picaduras de insectos venenosos y demás enfermedades. Por nuestra parte, nosotros la aconséiamosá todas las familias y personas que tengan que viajar. En la TINTURA DK ÁRNICA tendrán un r é c n ^ s ^ i " apreciable para sí, y podran en ciertos casos prestar á sus semejantes muy buenos servicios Hallanse frascos de cuatro lamaflos, a los precios de í , 8, 16 y 2 í rs acoinnañando á rárfa «nn Aa ellos la instrucción del modo de usarla, con las siete maravillosas curas hechas con la DI enarndi PV. P1 laboratorio químico y botica de D. Yieenle Moreno Miquel, calle del Arenal, numero 2 , Madrid ___ „. '{E.-6)' I I VERDAWIÍ COIERVADOR M 14 BOCA. Si padecéis dolor de muelas; si las tenéis cariadas ; si tenéis las encías débiles v descamada.! rt bien os sangran; si padecéis fluxiones, escorbuto ó tumores en las encías; si vuestro aliento es malo •%i os impresiona el agua fría ó caliente, ó si se os mueven los dientes, usad debidamente y con toda confianza, mi Elixir dentífrico conservador de Samt-Servaint, y al poco tiempo tendréis la dentadura hp • mosa y fuerte. . ''«•uuio uci Dirigir los pedidos al autor, farmacia de San Sebastian, calle .\ncha, nüm. SG , e'?ouina á la Fnsin ría, en Barcelona. , ' 4i""« <• la lusie Depositarios : Madrid, farmacia de Moreno Miquel, Arenal, 2.—Valencia, Andrés.—Zaraeo/a fiava —Pamplona .perfumería de Uazgnin y en las principales farmacias de España. Nota.—Exigir co cada frasco mi sello y mi firma.—Dr. Casasa. E.—3. v^*^^ »»*'>- Gracias á esta invención hecha en Bélgica , las carias van cerradas con una feíjuridad desconocida hasta el día. El lacre, sj no es del superior, earva el peligro que salla sin adherirse al papel y las obleas, ademas de ser una cosa nada limpia, es un procedijjjiciito muy antiguo y por cierto nada se-'um. l o s sobres que anunciamos se cierran por medio de verdadaros pistones que se aplastan uniendo los dos papóles intermedios de una manera que solo la rotura, no solo dei pistón, sjno fiel sobre puede descubrir ía carta. Este procedimiento tan ingenioso se usa su en todo el estranjero. y basta jjn ligero golpe con lina cosa dura para cerrar ¡as cartas. Hay adcmíiS una ventaja inmensa, y es la de que no se tienen (.¡¡lo bi.-^-ar obleas, que muchas veces no so cncneníian estando la carta ya e'scrfía v en razón á que el pision lo lleva adherido cada sobre. 'í Vendóse en Madrid, en la Agencia fr.af!co-espaüola, 31, calle del Sordo.—Tomando un 100, 14 r s . — lomando .'iOQ. á 12 rs. el cíeoto. v ñor mites á 10 rs. el ciento. [A. 2 . s i s ) Gm'a completa LA. UNION, de la contribución de consumos con su legislación, formularios y cuanto iüieresa á las A5untamientos y parlicn!ares, por E. Freixa, cuarta edición, arrfglado ci reparto á escudos y milésimas. Se vende á 8 rs. en la librería do D. ¿con P. Ydlaverde, calle de Carretas, núm. 4, y la remito certificada por libranza de un escudó ó 20 sellos de recibos. (•» ) COMPAmi DE ^m unos A PRIMA PIJA CO.^Tñi INCENDIOS, • SOBRE LA VIDA Y MARÍTIMOS. AUTOBIZAUA POR REAL DTiCRETO DE 31 DK DlCIEMBIlE D? 18Ü6, ESTABLECIDA E?< MADRID, CALLE DE FÜENCAKÜAL, 2. Capital social, 32.000,000 de reales. CONSEJO DE ADMINISTRAGION. |;?C|np. sefior conde de yillanijevs. dp 1^^ ^ptWi{ spnador del reino y prppieiarip, jjresidpñtg. Excmo. Sr. D. Juan Cedro ^uchad^, spnadpr f propietario. "' ' ' '" limo. §r. p . Sorpupldp |¡pp8|! líallosterca, jefa s u perior diá administración y propietario. Sr. I). Luis Yiado, propietario. - _ Alivio pronto y efectivo por medio Excmo. Sr. D. Fernando Alvarez, ex-ministro de Él dictamen favorable do i» Academia de ciencias de Pai ís, la inmejorable acogida y las comisiones de los Jarabes dé liipofosfiío de so^a, Gracia y Justicia y ex-presidentg del Qgngrfi^e sucesivas que recibe M. J. Ale¥ai)dpi3, nropieiario de esta pluma, son las mejores garantías para las de caly de hierro del Doctor Chíirchill. de los diputados. ' ' " 7 ..' ,. personas que deseen buenas pluma?, y íiu,é no or.conSiaián mejores que las de íliimboldt. Precio 4 francos el frasco en París. Sr. D. Tomás María Mosquera, jefe honorario de Exíjase el frasco cuadrado, la firma Depósito en Madrid, Agencia fian£0-ésp.aaoia, 5?,.cmUí f.el Sordo. La caja i s rs.—La docena de administración, abogado y propietario. del Doctor Churchill y la etiqueta DlIiECTOR, GENERAL: cajas 14 rs. ^ _..- ,1;^''^'^^^ marca de fábrica de la Farmacia Excmo. é limo. Sr. D. Ramón López de tejada. ,§tuatin^ i% rué Castiglione, París. DIRECTOR ADJUNTO: Sr. D. Miguel Oribe. Deposites en Madrid í Src'á. Borrell hertnaijos, liAMO DE IKÍilíNDillé,' de FoüRQUET, farmacéutico', fi^cclente depurativo paia ¡as enfermedades de la sangre y los humoies, Moieno Miquel, Sánchez Ocaíla y Escolar.—La herpesj granos, manchas en el cutís, virus, etc. La Union asegura toda clase de objetos mueAgencia franco-espaiiola, calle de Sordo, 31, sirVéndese en Madrid, á 20 rs. frasco, en casa da Jes Sres. Borrell hermr.nos, Escolar, Moreno Miqael bles é inmuebles por nna módica cantidad anual, ve los podidos. (A) y Sánchez Ocaña.—La Agencia fianco-española, .'íl, calle del gordo, siryc ¡os pedidos. en proporción al riesgo que ofrece cada segare. (A. a . 8 « . ) PfíeS ]9? sjnigstro^ ,-¡1 contado, ó dentro flalfti 18 di^-^ sjgui^ptes k IB ftri'egjfi, • " ' " '.^r CTTTáag Tiene' actualmente asegurados 4,928.000,000 de reales efectivos. Ha IndemniM/íc -po,. ¿,217 incendios oeurri(lo« en los doce afios que lleva de existencia, la s u ma de doce millones y medio. HosiEeTasE'íS S^eS.'sgoKSiÉérc-, g e / e t gal©í4© «lífSe-lé^pisj S f ( P a l a l s r © y a l ) P a r í s . Ninguna otra emprpsa d^ 8U cl^ss ofrece m«« ventajas y garantías; (GOSECÍIA DE 1867.) SEGUROS MARÍTIMOS. Los capitales asegurados son 2,727 millones. E! númeio de riesgos, es 86,637. _ La Grama de mostaza hlaura pñ-téncrc á la mluti'sm familia de lo? cruciferos. Por esto es dspuratiía y'goza de laprcpiedad de purificar la sangre, de erpiler todoí:. los humores, y de reparar el organismo entero. Este precioso medicamento, tan sencUlo como Y los picmios ascienden á 4 í millones. poco costoso, es el mas seguro medio de destruir las CONSTIPACÍONÜS mas rebeldes. Es también sobera:,o contra las nASTHlTlS, SEGUROS SOBRE LA VIDA. íasoASTKAi.GiAS, liis i;.N'!.i;r.;iKi)A!iKa DV.L níoAno y de los INTESTINOS; de ?a.s Ai.MOnaAXA.'í, los EMrüiNKs, los Ri!U3iATi35:es, y Las operaciones que la compañía se propone su uso es eficaz en la EDAD CÜÍTÍCA, y generalmente contra todos las vicios mórbidos de la sangre y de los humores, etc., etc., desarrollar, crmprenden todas las combip^cion^i contra cuyas afecciones es partícu'armsnte recommiada por los mas cíhhres m'ídicoh liliflEIifí^MiliO ilHllililiMiiiin Esencia de zarzapamífa^ m E DilEli. QHp tienen por básela dm-acjpu dé'rá"¥lda bu» Está pcrfeclamente rcconpcuio ahora, que la Grana de mostaza blanca abre el apetito y facilita las digestiones: que hace cesar toda constipación, y arregla perfccíanicütc las funciones del cuerpo, lo cual, según la opinión de losmcdjcos, tiene una grande importancia por ¡a salud en g e neral. Sus efectos producen la perfecta depui'acion de la sangre; así efectuada racionalnicníe, constituye casi todo el arte de curar, puesto que produce curaciones sorprendentes de una infinidad de enfermedades y dolores, contra las cuales todos los demás medios habian sido ineficaces. AGUA DENTÍFRICA DE SAPOMNA. Esta agua,, cuyo uso es tan saludable, tiene el principio detersivo de la saponaria, planta medicinal empleada como depurativo de lasangre , y cuyo principio, combinado con otras plantas aromáticas v anti-escorbúíicas, consigue a la par limpiar y blanquear los dientes y sanear la boca. Las personas que han hecho uso de este ilenlífrico, convienen eri que es y debe ser el solo emaleado por quien tenga un verdadero interés an conservar sus dientes sanos y limpios. Véndese en Fdadrid, á 10 rs.frasco, en la Agencia franco española, 3 1 , calle del Sordo —Una docena de frascos, 100 rs. n \ A PíSTON SOBRES PARA CARTAS. en ¡Qs hospitales - Vitalina Steck. , (E.—22.) Y-PRESERVATIVO• C A Í D A BEIi'CABEliliC'í'A.EiVICaA MIRRHINE, AGUA, TARLILLAS, POLVOS." Este nuevo producto es delido á Mr\ George, dentista. Según la nota que ha publicado, no se ha d e cidido á hacerle conocer delpúblico hasta después de estar seguro de sus efectos. Este dentifrico, que tiene por base la mirra y que por esto se llama mirrina, contiene en sí otras varias sustancias escogidas como las que mejor pueden concurrir al objeto de esta preparación. Ya se sabe que la mirra, desde la mas remota antigüedad, es un producto vegetal que tiene todas las propiedades de un eléctuario destinado al cuidado y limpieza de la boca. No contiene ácido, álcali ni otra sustancia que por blanquear los dientes pueda atacar el esmalte. , . La mirra, contenida en cajas de cristal, se ofrece en pastillas ó en pasta. Precio en España; el agua 20 rs. frasco, el medio 12 rs. Pastillas y polvos á 12 rs. caja. Depósito eri Madrid: Agencia franco-española, 3 1 , calle del Sordo. Se rebaja el 10 por 109 temando una docena, y en dos docenas el 20 por 100. (A.) CURATIVA •—^ ._"„ cura . • ' • " "t- losflujoscontagiosos 6 no, en ambos seioa. — Flsres blanesi. — AstriaiMM t baliamies, tht íautÜtUai, fortiflcí los úgumente8,los pretenra d« ecal^iiier alteraoioa—PARÍS, nic i» UmnMSt-Mvimt,^ Depósitos en Madrid, Sres. Borrell hermanos. Moreno Miquel, Sánchez Ocaña y Escolar. (A.) ESTRACTO DE GAMELIAS. La cualidades higiénicas que dicho estractp encierra, hacen de él la composición, no tan solo mas agradable por el maravilloso brillo que dá^ al cutis sin dejar huellas aparentes, sino también mas útil per las diferentes propiedades que tiene, como lo son la de hacer desaparecer las pecas, los barros.y los granos y el dar al culis de las personas que lo emplean la frescura y el brillo de la juventud. Pero antes de someterlo al criterio ilustrado de las señoras del buen tono, lo hemos hecho analizar por hombres competentes en la materia, y el resultado ha sido que su eficacia es incontestable. Véndese en Madrid á 14 rs. fraseó, en la Ág;encia franco-española, 31, calle del Sordo.—La docena de frascos , 120 rs. (A. 2,831) Estas pildoras, las únicas autorizadas, son consideradas desde 70 años acá cómo mas saludable. Tómanse ya en ayunas, ^'a con la comida. Exíjase que cada caja y el prospecto qué sé dá gi'íítis lleven la firma A. Rouvióre y las iniciales Á. R-. en él ¿entre de la marca de fábrica: Hotel Richelieu, vis-á-vis de la rué d'Antin. En París, farmacia Leroy, ÍS, rué Neuve-Saint-Augustin. En España en todas las buenas farmacias. (A.) MSifilÍÍSSiiÍiilÍAS^iÍÍDüM </e 1 8 1 9 , 1 8 2 3 , 1 8 2 7 , 1 8 4 3 y 1 8 4 9 . Con dificultad se halla en el comercio un producto conveniente para azular la rapa blanca; uno» se sirven délos azules de Rusia que ensucia la ropa, poniéndola verde; otros recurren al índigo y no o b tienen mas que un azul negro y feo; enfin,el azul en licor mancha y quema la ropa. l a s composiciones por las cuales obtuvo Mr. Wuy un privilegio de invención, son las única* que encierran un Índigo purificado, produciendo un azul hermoso i/jjMro que hermosea y realza la rftpa blanca. Su precio es menos elevado qiie el del Índigo ordinario, y se vende en saquitos ó cajas con la fií-ma y etiqueta del fabricante, en Madrid, Agencia franco-espaflola, 31, calle del Sordo.—Precio de c»ds pastillaunreal.—12 pastillas 10 rs.—100 pastillas 80 rs. (A. 2,816.) • de José d e ! Itlo y Hesles. náfrente ilMiWiltíliiilCTEIJK El Rob Boyveau Laffecteur es el único autorizada y garantizado legítimo per la firma del doctor GIRAUDEAU DE SAINT-GERVAIS. De una digestión fácil, grate al paladar y al olíate, el Rob está recomendado paralas enfermedades cutáneas, los empeines, los accesos, los cánceres, las úlceras, la s a j na degenerada, las escrófulas, el escorbuto, pérdidas, etc. Este remedio sirve para las enfermedades contagiosas nuevas, inveteradas 6 rebeldes al mercurio y Otras remedios. Como poderoso depurativo, destruye los accidentes ocasionados per el mercurie, y ayuda á la naturaleza á desembarazarse de él, así como del yodo cuando se ha tomado con esceso. Adoptado por real cédula de Luis XYi, por un decrete de la Convención, por la ley de^ir^iirial,, año XIII, el Rob ha sido admitido recientemente para el servicio sanitario del ejército belga, y el g o bierno ruso permite también que se venda y se anuncie en todo su imperio. Depósito general, eo la casa del doctor GIRAUDEAU DE SAINT-GEUVAIS, París, 12, rué Richer. EnMadrid, J. Simón, agente general; Borrel hermanos; Escolar; Y. Moreno Miguel; Quesada; S«molinos; C. Ulzurrun; Sánchez OcaBa; G. Ortega; Ferrer y compañía, y en provinciaS| los depositarios ya conocidos. (2,881.) AZWL W U Y , privilegio de invención. LA MAQUINARIA AGRÍCOLA . Tragineros, Ténfirnse siempre e n casa dansia ó la íio'erio)Moio!i de ¡03 humares, y que ha eiperimonlado resultados saiisfae'oiios. So ico en ISREVÜT! PT:.'. SniKNCESun interesante doctor Ilonrieck, en o¡ artículo á quo nos referimos. q!io no haco sino seguir por todas ¡laries las huellas desús sabios colegas, los doctoresTroussean, Pidonx, Cuilericr, Coutain, Caslelnau, etc., que ¡0 han procedido en la apreciación científica de las virtudes Uírapéuticas do la (¡roMa de mostaza blanca. DocrOH ÜENRlcex , de la faeultad de Prais. artículo sohi-e las propie;!ades médicas de la Grana de mostaza blanca, de Diuia;-. aihese quo este remedio, quo goza hoy do una popularidad universal, se acrediió dcsdoiei principio con estraordinaria rapidez en Inglaterra, ¡;ajo los anspicios de un celebre nióíüeo, y do un generoso üiániropo, Sr., Didier, á París: lie prescrito ia Grana de, mostaza blanca á :;n gran número de mis cuentes c¡ doctor ííooko y Mr. Turnor. Mas tarde, el s e a'ncodos por diferentes enferiüodades y do connorüiíiier, qne lo debía n.na cuiacion repulada diciones (livorsas: ios resüitados han sido tan saimposible, so impuso la misión de popníarizarlo tisfactorios, y prueban coa una elocuen-ia tan en í'i-aneia, de donde so esparció por todos |y,s DECLARACIÓN DEL ABATE CLAVEL, CANÓNIGO, demostrativa las virtudes depurativas y CHra:¡vas| paises dci mundo. Un medicanjenlo qne hace sedo este uieílicaiiicn'o, que icnunció enteramente incjante foríura, que la debe á un éxito feiiz, no mov^ immmo VM I.A FACULTAD DE PARÍS. á las prevenciones y á la dosronfianza qi;e sntes interrumpido, y á briilanics curaciones quo se E¡ in(raserjií) djscisra que, en gran número de cuentan por millares; un medicamento de esta me inspiraba este mcdiraniünto. Me someto aníe, casos, ha prcscriio á sus enfcririús pl uso de la iialisraicza, se eleva evidenicmente á una altara estos hechos y tengo la satisfacción do unir esíe^ Grana de mostaza bkinca de Oiüicr, después de haque no'pueden alcanzar m las objeciones ni las testimonio á los de mis distinguidos colegas los; ber ensayado en vano diversos recursos del arte dudas, y ante el cual basta la misma dijc^sion Sres. Tronsscau y Pidoux.—Doctor J. M., de la' médico, sobre todo en las enfermedades que tieso desarma. Tal es ia doctrina profesada por el facultad de París.' ficn por causa¡a acritud de la sangre, ¡a abun.A ^n do evitar las falsificaciones, asegúrase bien que cada paquete ¡leva el scüo de arriba.—DIDÍER, 20,, r.oulovard Poissoaniíii'cy galci'ie dfOrljans, S I , '(Paiais roya!) fiíi Piírís.—En Madrid, psí- menor, Sres. Borrellhermanos, Escotar, Moreno Miquel v Sánchez Ocaiío.—En provincias, véase los principalfiípenó•álam de tads ciildad,-TP¡'pcio en España, 9 rs. e¡ paque-.e de 1|2 küógramo. (A. 2^,88.) I mana. Las establecidas hasta el presente son: 1." Seguro por la vida entera, cuyo objetoeg legar un capital al fallecimiento del asegurado, e e cualquier época que ocurra. 2." Seguro temporal, cuya diferencii| dfii p t q r rior, es que se ¡imita ^ i^n i^las!Q''(Íéícr'rninado aí coiiiratai'lfi. 3 . ' Seguro de capital decreciente, aplicable á garantizar pcir una prima módica las deudas que hayan de pagarse á'plazos. ' i,' Seguro ele capial cyecignU, destinado; á poner á cubierto las imposiciones anuales de las sociedades mutuas de supervivencia. '• S.° Rentas vitalicias inmediatas, que la compañía ])v.ga hasta el fallecimiento del rentista; desjde el dia en tjup so furíia ia ¡¡ólijq, 6.' Rer.ias vitalicias diferldcií, euyo disfrute ne enipieí^a hasta una época convenida al contratarla, durando hasta ¡a muerte del rentista. Se admiten snscriciones en Madrid, en la Bireacion general, y en provincias, en. casa de I9S rep/esentantes de la couipania, qnipnes faoii|taj'¿¿ gratis prospectos y diirári cuantas espliclíciünésse s.oHciteh. ' ' ' • (E.) SABABQ, ¿.A mO M E T E R S E EM P O I Í T I C A , Hace días deseábamos publican, sin que la falta dé ésp pació nos lo haya permitido, el siguiente arlíetlio tan biea ensado como esciito que recitehtemente ha dado á luz L iMPAiiciAt, y que revelaciones hechas por algún periódico (le provincia, atribuyen á Una pluma liíay cono^ oicla en las huestes liberales. Hé aquí ésta *.rtícuio: "QuSjanse, y con fundamento, los escritores espaíioles de la escasa aScíóil Oüe hay en nuestro país á la lectura, y éomo para dar en rostro á sus compatriotas se publica alguna vez en los periódicos la altísima cifra á i}\iem otros paises llega el número de suscritores. Mu•clíis Son las causas que esplican esta sensible diferencia, aunque todas pueden reducirse á una sola, á la condición servil en que cayó el pueblo español desde la rot*ao Villalar. Y aunque desde este siglo vá volviendo á U vida de los pueblos libres, todavía están sus miembros como entumecidos por tan larga inacción, todavía tiene <jue pasar mucho tiempo para trocar la costumbre de no ser, de no hacer por la actividad y el ardor que reclama ««actual importancia y su saludable influjo en la gobernación del Estado. Así es que á mí no me parece escaso el número de suscritores que cuentan nuestros periódicos políticos, porque no olvido ni un momento que está muy reciente la resurrección del pueblo español. El hecho «íe suscribirse á un periódico político prueba cierta curiosidad, cierto interés por la cosa pública, V «se interés es todavía muy raro en nuestro paíS; St>ti todavía muy pocos los españoles que se ooii|iBh en Jas xjosas públicas y hasta son mal mirados po,» Q\ ^g^tQ ¿Q sus compatriotas. ¿Y qué diré CÍP Vas españolas? No hay cti el mundo mujeres m.r=i tiernas, mas generosas, mas dispuestas al sac':;'iicio, pero en cambio por un amor mal, entendido i la seguridad y reposo de la familia sor. implítóles enemigas de lo que sé llama política. Pues tocos sabemos que la opinión de las mujeres es la reina del mundo. ¡Nada, nada de política! Este es el grito oue repiten diariamente la portera desde su cuchitril, desae su salón la dama principal, y la planchadora desde su guardilla. No hay española que cuando menos una vez al mes, al llevar el repartidor el recibo de la suscricion del pe-' riódico.nodiga: «¡Jesús! ¡Qué demonio de papelucho! No hay dinero que dé de peor gana que éste.» ,Las jóvenes se conforman con este gasto por su amor alfoUelin y á las noticias de modas, bailes y espectáculos, pero las madres suprimirían por un decreto touos los periódicos. «¡Maldita sea la política!» Este es su teina¡ este es su grito, esta su bandera, • ¿Y qué estraño es que piensen asi las mujeres, cuando lo mismo piensan y dicen CáSi lodos los hombres? Así pensaban '?.ouibres y mujeres, todos los vecinos de la casa ¿n que yo vivo muchos años há, empe^ndo por iJií.fafflilia; de tal suerte, que yo, por ser buen espaiiitil, baen ciudadano, era mirado como un calavera por toda 1« vecindad. Hoy ya piensan como yo, no por obra <Jemis sermones, que no eran oidos, sino porque han aprendido en cabeza propia que nO hay español chico ni grande á quien no interese el gobierno de su país, y que, por consiguiente, todos deben concurrir á que sea lomas perfecto posible. Empecemos por mis hijas. Las dos miraban con horror ¡a políticay los políticos. Asi esque la mayor, á quien rtqueria de amores un estudiante de leyes, siempre con- I ! cluía el elogio de su novio con estas palabras: «Y sobre todo, papá, no se mete en política.» —-Pero, hija mia, replicaba yo, sj es muy corto, si es imposible que ese muchacho llegue á tener pleitos, porque defenderá de tal suerte el primero que nadie le encargará el segundo. A mí no me parece tan corto, y además él no piensa ejer•cer la «bogada. Ya me tiene dicho oue anenasconquoapenascon^ cluya la ei>-rrera le darán un buen juzgado. Tiene liiUcho Uvoi\ ]Como que ya hace años que está empleado! —Cásate enhorabuena con él, aunque, á decir verdad, quema para tí cosa mejor. Mas níe gusta ajuel muchacho que te sigue á todas partes, aquel que te compuso unos versos que toe parecieron buenos. —Pero, papá, si es un periodista, un perdido... —Quizá ese perdido sea algún dia ministro. En íin,el muchacho se hizo abogado, lo cual no es ittiucho hacer, le hicieron de un polpe juez de término, lo cual fué demasiado hacer, so casaron y se fueron benditos (le Dios á su juzgado. No sé lo que haria como juez, pero como marido hiMd-os hijos ea cí tiempo mas breve posible, y todo iba á ¡wdií"de baca cuando cayó del poder su protector y por ende el protegido. Quedó cesante mi yerno, y en tal conflicto todo t o q ú e s e le ocuri'ió fué venirse á mi casa. Quizá la habría hallado cerrada si hubiera venido solo, pero ¿cómo no abrirla á mi hija y á mis inocentes nietos? Todos fueron cordialmente recibidos y todos viven de mi trabajo. ¡Guárdeme el cielo de decides nada que pueda recordarles la dependencia en que viven! Pero alguna vez sus lamentos mft han dado ocasión para hablarles de su antiguo hor^^ór á la política. — T ú , hija mia, la he dicho, deseabas casarte con un hombre que no se metiera en política, para quien fuese de todo punto indiferente el sistema de gobierno que r i giera á su país, que no se curase de su administración, que no fuese capaz de dar un paso, de escribir un renglón, de esponerse al menor peligro por contribuir á la ventura de España. Lo lograste, porque á V., yerno mió, según le oí decir varias veces, le importaba un bledo que hubiera ó no Constitución y que fuese esta como el Estatuto real ó como la del año 12. También le sería á V. indií'ercnte, porque lo contrario hubiera sido meterse en política, que se consigne como un principio constitucional la inamovilidad de los jueces y que sea constanlemente/espetada. Gallaron los dos llenos de confusión, pero después he oido á uno y otro juntos y separados clamar contra la arbitrariedad ministerial, abogando calorosamente por el respeto que merecen los principios consignados en la Constitución y por la necesidad de que se haga efectiva la responsabilidad ministerial. Y mi hija, que como española es vehemente y apasionada, se propone educar á sus hijos en el santo amor á la patria, á los derechos de la humanidad y á todas las virtudes que deben adornar á un buen ciudadano^ Ya no maldice la política, ya mira con santa veneración la vida de su padre, consagrada al triunfo déla libertad. Aun ha sido mas desgraciada mi hija menor. Se enainoró ciegamente de un bizarro capitán de nuestra gallarda infantería. Nada tenía yo que oponer á su elección, por mas que la cafrera militar lleva consigo obligaciones y pehgros que podrían traer consecuencias funestas parami hija. Sobre este punto la hice algunas indicaciones que no fueron bien recibidas. Entre otras razones,, le gustaba á mi hija porque jamás tomaba parte ^n la conversación cuando se hablaba de política. Hasta cierto punto no es estraño el horror que mis hijas la tenían, porque han participado de los quebrantos que el deseo de contribuir á la felicidad de España ha costado á su padre. Apenas casados, cuando aun reflejaba en sus alegres semblantes la luna de miel, estalla contra cierta isla una guerra, que ni era necesaria, ni provechosa, ni prudente. A ella fué el regimiento de mi yerno. Pudo este quedarse en la corte, pero era demasiado pundonoroso para abandonar su bandera cuando iba á desplegarse al frente del enemigo, y aunque con el corazón desgarrado se separó de su mujer, que ya qstaba en vísperas de ser madre, y marchó lleno de ardimiento con el noble propósito de demostrar que la infantería española conserva aquellas altas cualidades que tanta fama la valieron en los campos de Flandes y de Italia. Durante la guerra, ¡qué ansiedad la de mi pobre bija! Ella, que antes miraba con tanto desden los periódicos, los devoraba, y no solo leia los partes de las batallas, sino las reflexiones de los periodistas (de los perdidos), y sobre todo las sesiones de las Cortes en que se hablaba de este para ella vital asunto. Y la pobre portera, que también gruñía contra mi afición á la política porque á veces mis tareas patrióticas me obligaban á retirarme tarde, como tenía un hijo en el mismo regimiento que mi yerno, me detenia siempre queme veía y con los ojos preñados de lágrimas me d e cía: «Usted, que lee tantos periódico.?, usted, que siempre procura saber lo que nos sucede, sabrá lo que pasa en la guerra: ¿cómo vá aquello? ¿cuándo se acaba? acuándo volveré á ver al hijo de mis entrañas? Y yo, buti á espensas de la verdad, procuraba alentar á esta ?uena madre. ¡Infeliz! No sabia ella cuánto la habla de f S2 il^ Agosto da 186§r ñ^ÓÚk. •lllHíliillliillll 'lIMtillll •aHHaeiíÉÍÉ eoélár aquella guerra) qUe sé acabó al fin, gracias á los que se tHe,len, en polili(;ú> Volvió á Espaua el regimiento do su hijo; vj'vió ea cuadro, poro no volvió su hijo. Tampoco volvió el marido de mi hija, Y ni uno ni otro alcanzaron pronta y gloriosa oiuerte luchando con*o jévéries briosos en el campo de batalla, uno y otro sucumbieron en el inezquino lecho de un hospital, al rigor de una liebre maligna con que aquel país castiga á sus desalentados invasores. El dolor común borra las distancias, y así no he estrañado encontrar mas de una \éi juntas á la pOrierá y á la capitana-, llorando ambas la miserable muerte de áqrtellos dos arrogantes mancebos. Un dia que escuchaba enternecido sus lamentos, las oí esclamar: «¿Por qué se hizo esa guerrs? ¿por qué la consintió la España? ¿por qué no se opusieron los españoles? Y las contesté: «porque 10s_é3pañoles ,m se míen en polkica.t De otra suerte hubiera sido muy fácil evitar una guerra cuyos inconvenientes sé Han conocido cuando ya había sido muy costosa. La Constitución concede á los españoles, gracias á los que se han metido en política, el derecho de petición; y si muchos españoles, ya que no todos, interesándose por la coSa pública, hubieran examinado con atención los motivos, los peligi'os y el provecho de aquella guerra, habrían conocido que era funestíi y mirando por su_propio bien, habrían pedido que ttó se llevase acabo, y ante una manifestaeion espontánea', universal y fundada de la opinión niJciOnal, haBriá ceuido toda oposición, ahorrando á la Esnaña ijiucho oro, y, lo que es mas precioso, mucha sangre. Mas para esto es preciso moverse, acatarse, ha-blar, escribir, abandonar sus negocios, mirar los públicos como propios, sentir las pérdidas del país como suyas, amar á la patria con cariño de hijo, Es preciso meterse en política y los españoles la tienen horror; ¿Qué hubieran respondido lus mas al qué les pidiera sus liroias para una exposición contfa aquella guerra? -*^¿Qué mévá ni qué me viene en eso? —Yo no tengo allí ningún hijo. —Allá se las arreglen. Yo no nfe meto én política. —Jesucristo se nlétió á í\euentor y lo orucificaron. Esto hubieran respondido los que con su sistema de no hacer nada cuya ventaja no toquen en el acto, creen que obran como prudentes y egoístas, cuando, sobre demostrar que tienen cerrado su'corazon á todo sentimientimiento generoso, no conocen que su egoisrt'tó es está-' pido y que también 'álcánéái'án í sus personas ó á lus fiirtürtás los niales que miran con tanta indiferencia. Pero mientras llega el dia en que estos malos ciudadanos van saliendo de su grosero error, es insoportable el tono de su superioridad y el acento de lástima con que hablan á los que ea medio dé la indiferencia general consaa;ran su iilieligencia y su-actividad al bien de su patria. No olvidaré nunca el desden con que ins recibió el vecino del cuarto principal, hacendado y propietario, cuando fui á pedirle su voto para un candidato de mis opiniones. —Ya sé, ya sé, me dijOj que es Y. iftüy patriota: pronunciando esta palabra óomo si fuera un diciado deshonroso» —Sí, señor, me honro con ese título, aunque hago bien poco por mi patria. —Pero hombre, ¿y qué saca V. dé eso? En este país no'hay virtudesi y él que mas pone mas pierde. A mí no me gUátá rneterm» en honduras. El que man la, manda, y cartuchera en el cañón. Para cuatro días que uno vive, quiero pasarlos en paz. Así es que yo me he pr.ipuesto estarsiempre bien con el gobierno, sea el que fuere. Lo mismo se me dá que mande Juan ó qub mande Pedro. -^¿tíon que á V. le es indiferente que su país esté bien ó mal gobernado? —Hombre, eso no es cuenta mia, eso es cuenta del gobierno. —Pues yo creia que ora cuenta de los esp.iaoles. Y viendo que c a inútil el discutir con un hombre incapaz de comprender los deberes del ciaJadano y la honra y el provecho que hay en cumplidos, me despedí de él secamente, con .ánimo de no volver á llamar á la puerta de su cuarto. Si no lo cumplí fué porque llegaron hasta el mió los desgarradores gritos que oía mi indiferente vecino. Bajó volando por si podía aliviarle en su cuita, que debía de ser muy grande, según las muestras de dolor que daba. Y lo era en efecto, y tenía justo motivo para gritary llorar y arrancarse los cabellos. Acababa de saber que su mujer, única persona á quien él quería en este mundo, habia muerto ahogada. Aquella mañana habia ido de campo con una familia amiga, era preciso atravesar un-rio, venía á la sazón crecido, no había puente, y al pasar el vado perecieron todos los que iban en el coche. El dia que pensaban pasar alegremente, fué el dia de su muerte. Ni habia consuelo para esta desgracia, ni yo sirvo en tales casos mas que para compadecerla. Pero no pude menos de recordar la estúpida indiferencia deque hizo alarde mi vecino en nue.stra antigua entrevista, cuando en medio de sus sentidas quejas, le oí esclamar: «pero, ¿en qué país vivimos?¿Qué gobierno es este? Aquí se mira con indiferencia la vida de los ciudadanos. A tres leguas de la corte no hay caminos ni puentes, y por nuestra mala administración se ahogan muchas personas. ¡I No era ocasión de recordade las palabras que le habia oido en otro tiempo. Ni debo tampoco abusar de la atención de los lectores, refiriéndole los sucesos por los que han venido en conocimiento mis vecinos de queá todos interesa muy directamenteel gobierno de su país, y que todos deben contribuir á que sea lo mas perfecto posible. Cuando llegue el dia en que conozcan esto todos los españoles, otra será la suerte de España. Los periodistas pueden hacer mas que nadie para acelerar ese dia. Animo, pues, que el triunfo es seguro aunque lento. Pero no olvidarse de las mujeres. Que cada cual procure despertar en el hermoso corazón de las españolas el amor á la patria. Esto se atreve á aconsejar—Uno qu; se mtle en la política. » Aunque no aceptemos todas sus apreoiaciones, algunas de las cuales nos parecen injustas, estamo? en el fondo de acuerdo con el espíritu que ha inspirado el siguiente artículo de L.\ NACIÓN: < ESPAIVA. AWÜE IIKTA CÍITERHA ENTHE PROSIA Y FR.\NCI.\. Antes de desenvolver los puntos capitales que entraña esta importante cuestión, considerada bajo el punto de vista que atañe á nuestro decoro é intereses como nación, debemos consignar que la prensa liberal ha sido escitada repetidas veces por los diarios oficiosos á que emitiera su opinión sobre la conducta ^ u e España debe observar en la inmineote guerra próxima á estallar entre las naciorrcs prusiana y francesa. Como quiera que estos diaaos han usado un lenguaje algo artificioso y poco digno al formar anticipados y gratuitos conceptos sobre la infundada creencia de que nosotros profesamos mayores simpatías á Prusia que á Francia,' liemos creído conveniente despreciar y dejar pasar desapercibidas estas provocaciones, ya por la inoportunidad con que no.-; han sido dirigidas, ya por el tono magistral y lleno de punzante sátira que en ellas se ha empleado. ' Hoy, que nuestro silencio ha podido probados lo inconveniente que es querer penetrar en el sagrado recinto de nuesti'as opiniones particulares sin un lujtivo plenamcíitejustificado; hoy, que nos vemos lib'es de esas inútiles apreciaciones de concepto hechas tan fuera de lugar y tiempo; hoy, que se ha dejado de a.seJiarnos con artículos llenos de alusiones capciosas y de curiosidad incalificable; hoy, repetimos, ha llegado ei momento en que vamos á cumplir con uno de los mas principales deberes que en este asunto nos impone el sagrado título do españoles que tenemos la alta honra de poseer, y que antes hubiéramos cumplido si se nos hubiera interrogado con noble franqueza y por el bien del país, y no en contemplación á intereses mezquinos y con notoria perfidia. Si nuestra situación política no fuese a'iora tan distinta de la que en otras circunstancias himos llegado á alcanzar, seríamos bastante francos y esplícitus al exponer heciios y consiileraciones sobre esta materia. Obligados al presente á ser parcos en nuestras enuntBiaiiloricS, por liioUvos (¡dó rid sdn del caso rrianiifestar aquí, pero que los comprenderán perfectameníe nuosírda ilustrados lectores, queremos que consten todas estas salvedades hechas forzosamente, para que no pueda culpársenos de qde nd hetlios hablado con la ostensión y claridad necesarias en una cuestión ciiyas co'íisécile'rfcias tal vez serán harto trascendentales. A tres estremos hemos reducido el artículo que nos proponemos escribir: 1.° Demostrar si España en esta y Otras cucslioiies qde se ajitan en Europa, p.uede adoptar üiiá política propia é independiente. 2." Si Francia puede considerarse acrcBlora á que España forme alianza con ella en la guerra á que nos referimos. 3." Qué ventajas podría reportar á España esta misma alianza. 4)e que España puede seguir una política propia é independiente, no debe haber la menor duda. Nuestras tradiciones de grandeza) la posicidn geográfica dó nuestro país, los abundantes productos y ganados de todas cla.5es que se estraen de nuestro suelo y que surten los principales mercados de Europa,- y las relaciones diplomáticas y comerciales que hoy tenemos con las cortes europeas, exigen do nuestro decoro nacional é impulsan nuestros mismos intereses hacia la mas estricta neutralidad en el Caso de estallar esa gderra¡ Por otra parte, tenemos que en las graves complicaciones belicosas que en otros tiempos han surgido en Europa^ España ha servido siempre como de balanza para résdlverlds, ya por las razones quo antea hcinos indicado, ya por clcarácter franco y leal conque siempre iieraos piuCvdido, ya^por la independencia absoluta en que la posición ¡íéográilca á que hemos aludido nos permite quedar, ya por la alta importancia que desde los mas antiguos tiempos se ha reconocido éfi nuestros puertos nlarítiiilas y en nuestra situación en EiFCpa ^ espaldas do la Francia. Todas éstas circunstaüclas que redne ésta nación, ádnqdé cdiisldeí^adá Hdy coiilo de s6^ gundo orden; y que no concurren en otras de igual clase, permiten que nos creamos en el derecho de -iniciar una política que, examinados detenidamente todos estos precisos y exactos detalles, es en nuestro concepto precisa y será respetada por todos los Gabinetes estranjeros. Refiriéndonos ahora al segundo estremo, no habrá uno siquiera que se atreva á afirmar que Francia puede . considerarse acreedora á que España forme cun ella alianza en la guerra contra Prüsiái En primer lugar, la buena fé que en tratados diplomáticos de este género ha tenido con nosotros el vecino imperio ha quedado reducida auna vana ilusión, á una esperanza mal fundada, á desengaños amargos y á lamentables pérdidas en resumen^ Si exi^enci^s de esta índole llegara á tener el Gabinete de las Tulieríáá con nuestro gobierno, aconsejamos á este que no olvide jamás la conducta que siguieron las huestes francesas en nuestra guerra con Inglaterra, haciéndonos perder por la envidia con que miraban nuastras glorias la mas hermosa de las escuadras de aquella épOüti. , , , , , . . Taiiipóco dejaremos de recordade la invasión francesa, que tanla sangre y pérdidas materiales ha costado á España, llevada á cabo con egoísta hipocresía y con la fingida promesa de que las legiones francesas iban á hacer la guerra á Portugal, cuando el ambicioso plan, después "de solem.nes alianzas y jij.ramentos.de lealtad por. su parte, dio por resultado la usurpación de un reino, qüó gracias solo al valor y patriotismo de los hijos de Espafia, abandonados y hasta contrariados por sus gobernantes, no duró sino un tiempo muy breve, perdiendo las águilas imperiales en esta loca conquista casi todo su prestigio. No haremos mención de otros hechos mas reciente,? y contemporáneos que probarían hasta la evidencia lo fatal que siempre han sido para España las alianzas ofensivas y defensivas con Francia. Con esta nación no puede tener nuestro" país mas que tratados de comercio , literarios, postales, en una palabra, esa clase de tratados iníernacionales que conservan las,buenas relaciones en tiempo de paz; y otra cosa que no sea esto, redundará siempre en perjuicio y menoscabo de nuestros intereses y de nuestra dignidad nacional. ¡Cuántos ejemplos asaltarán la memoria de nuestros lectores para probarles que no son infundadas nuestras palabras! No queremos estendernos en las consideraciones que ciertas ideas nacidas de pronto nos sugieren acerca délas ventajas que un tratado así podría reportarnos. En primer lugar, es preciso dirigir una mirada retrospectiva para ver lo que hemos ganado desde fines del siglo pasado hasta nuestros días con la amistad de la Francia oficial. Lo único que de allí se ha importado en España es una esplotacion constante de nuestra riqueza interior, la cual toda ha llegado á concentrarse en unas pocas manos para hacerla circular por los, departamentos de Francia, sin utilidad notoria para nosoti'os. Este hecho es ya muy antiguo, yá pesar de su antigüedad, solo en dos pequeños períodosde tiempo desarrolló España un sistema de política que, de haber continuado, habría de seguro puesto coto á esplotacion tan desmedida y de resultados tan lastimosos para España. En segundo lugar vemois el aislamiento en que Francia se encuentra respecto á esta grave cuestión por parte de los Gabinetes europeos. Aliarnos con ella para que recupere la perdida influencia en los destinos de la vieja Europa, sena hacernos cómplices de un loco atentado, lo cual nos conquistaría el odio y el rencor de las naciones civilizadas. No nos hallamos por cierto en este caso. Las locuras y ambiciones de Francia no deben alcanzar á España: sufra ella sola las consecuencias de semejante estravío. ' Réstanos ahora contestar á nuestros incitadores. A pesar de lo que dejamos consignado, no podemos menos de manifestar con la franqueza que siempre nos ha caracterizado, que somos muy generosos para Francia. No lo guardamos el menor rencor, pero sí comprendemos, y con nosotros todos los que se precien de españoles, que de Prusia no hemos recibido los agravios, 4os males que Francia nos ha causado en muchísimas ocasiones. ¿Tendría en consecuencia algo de estraño-que atendida la conducta que una y otra potencia han seguido con España, tuviésemos mas simpatías por Alemania que por Francia? Sisón justos nuestros .colegas, respondan seguramente que no. Nosotros, sin embargo, estamos distantes de aconsejar una alianza con Prusia contra Francia, que sería otra insensatez. La proximidad de este imperio, nuestras frecuentes relaciones con él, los intereses del comercio, de la riqueza de nuestro país y los de nuestras colonias, y el alejamiento en que estamos de Prusia, lo que aconsejan es la política prudente y clara de sacar partido de nuestra neutralidad perfecta. t KiOS E S F A D O S o V l V I D O S . El presidente Johnson se encuentra ya próximo al término natural de su magistratura. Pocos hombres habrán atravesado en el poder un período mas borrascoso ni sido objeto de maquinaciones mas audaces ni de ataques mas violentos. Víctima del atentado de un asesino, su antecesor desapareció de la escena política en el momento mas oportuno para su gloria, cuando apenas habia dado cima á la empresa mas colosal que registrará tal vez para siempre la historia de los Estados-Unidos, venciendo una revolución imponente suscitada por el antagonismo de grandes intereses sociales y sostenida por un pueblo valiente guiado por los militares mas distinguidos y hábiles de la Union. El fin del malogrado Lincoln eternizará su memoria entre los norte-americanos, porque, como hemos dicho antes, descendió al sepulcro con toda su popularidad y su figura aparecerá á los ojos del pueblo sobre el elevado pedestal de los mártires de una causa política, rodeada de la brillante aureola de los que sucumbeii|lo mano airada en el cumplimiento de un deber sagrado. Pero Lincoln habia vencido únicamente la rebelión en el campo de batalla; los grandes elementos con que contaba y la superioridad numérica de su población, alimentada constantemente por la corriente de la inmigración estranjera, así como sus inmensos recursos, debían acabar al fin, en una lucha larga, para^ dar el triunfo á sus armas. Qusdaba, sin embargo, después al presidente Lincoln la parte mas difícil de su tarea, que nó admitía el uso de la fuerza aun cuando se trató de la resistencia armada, y esa tarea ardua era la reconstrucción del vasto edificio de la Union norte-americana conmovido hasta sus cimientos á los embates de una guerra titánica. La muerto ahorró á Lincoln esa dura prueba en la cual pudo haber ñau- fragado SU, populai'idad, pues es mas que probable que las agitadas pasiones quí? sobrevivieron á la lucha y el freinélicf) espíritu de partido se hubieran desatado también contra sus levantados y generosos sentimientos polítieos. No sabemos si ese mismo Lincoln tan justamente sentido y ensillado en 1861 se hubiera visto á su vez arrastrado en 18G3 á u .barra de los acusados como su sucesor' par.no querer hacerse Gámplice de las demasías de un partido entusiasta; injusto y tiránico. Al subir á la presidencia Mr; Johnson, se vio obligado á dar cima á la espinosa obra que iba á emprender ei malogrado Ijíncdln y debía acometerla con condiciones desventajosísimas, puesto qué le faltaban entre muchas otras cosas el prestigio, la autoridad y hasta la popularidad de su antecesor. Mr. Johnson entj'ó desde el primer dia en la senda generosa de la reconciliación y eso desató contrae! las iras del radicalismo. De todo cuanto puede contribuir á denigrar y desprestigiar á un hombre, nada omitieron Id prensa oposicionista y la tribuna callejera para presentar al nuevo presidente á los ojos de la muchedumbre bajo el aspecto mas despreciable y repugnante. Hechos públicos, vida privada, costumbres alteradas, vicios abultados, todo se exhibió á la luz de la publicidad recargado con los odiosos colores de la calumnia y del encono, Si el radicalismo hubiera encontrado en el nuevo presidente un jefe sin criterio que hubiese suscrito á las inicuas medidas que debían perpetuarle en el mando aniquilando para siempre á los Estados del Sur, se hubiese visto ensalzado por sus adversarios durante su presidencia para caer después en el olvido y en el desprecio público, como sucede con el instrumento que ya no sirve, mientras llegaba el dia en que la historia lo presentaba al país como el Augústulo de los presidentes norte-americanos. Sin embargo, es preciso confesar que Mr. Johnson so ha iiDrauC del ridículo con que hubiera querido engalanarle el'radicalismo y v'-*' la lucha sostenida con él ha enaltecido sd persona al pasó que Se.™ la página mas brillante de su historia política. A pesar dé pertenecer á uno de los Estados del Sur, al estallar la guerra civil, Mr. Johnson abrazó con ardor la causa del Norte y lo sacrificó todo al sostenimiento de la Union, si bien no faltó quien atribuyó su actitud de entonces al deseo de llegar á la vice-presidencia. Sea de esto lo que quiera, el resultado fué que ese hombre que gozaba tan solo de una reputación local, se encontró impensadamente en la presidencia de la república llamado á resolver dificilísimos problemas político-sociales y que se ha conducido con una prudencia, una energía y una buena fé que no era de esperar en medio de las críticas circunstancias que le rodeaban. El primer propósito de Johnson fué el restablecimiento de la Constitución y la reorganización del Sur bajo el pié de los antiguos derechos políticos de los Estados , ya que el desenlace de la guerra habia sido modificar una de sus mas importantes condiciones sociales. Ni el encono per^C'^al. ni el temor, ni las amenaías, ni los iriteréseá de partido pudiéfO.'] toroer su resolución inque' brantabtCi Su sangre fiiá y sil fuerzs de voluntad parecieron crecer con los peligros, puesto que más de ilna vez se ha visto amenazada su existencia, en tanto que los do» altos poderes constitutivos del Estado le obligaban á comparecer,arite la autoridad del Senado convertido en tribunal de justicia. El fáilg estuvo á puqto de dar la razón á sus enemigos , pues el presidente fué absueUo por un solo voto de diferencia , y este voto , que debía hacer caer la balanza al lado del radicalismo, lo emitió un senador radical á quien ni los halagos, ni las promesas, ni la intimidación con él empleada, nila disciplina de partido pudieron violentar su conciencia. ¿Se hubiera encontrado eñ oirá dación, en,igualdad de circUnstanCÍáí, Un hombre de tanta probidad y eaidreía de carácter'? Otro asunto digno de estudio en las Costumbres de ese pueblo incomprensible es la calma con que han ocur' rido todos estos hechos. ¿En qué país de Europa el poder no hubiese apelado á un golpe de Estado ante la ac- embargo , en los Estados-Unidos todos «istos hechos se han dilucidado tranquilamente en el terreno de las leyes y no han producido mas agitación que la ocasionada por la curiosidad natural dispertada por un conflicto constitucional Sin precedente en su historia. La pasión puede estraviar por un momento 1.1 Opinión pública en los Estados-Unidos, pero la mayoría inteligente y pensadora del país concluye por juzgar con rectitud á los hombros encargados de la administración del país. El presidente Johnson ha estado desacertado alguna vez en la manera de contrarestar los ataques de sus enemigos , pero todo el mundo hace hoy justicia y reconoce en el fondo de sus actos su acendrado patriotismo , la elevación de sus miras políticas y la rectitud de sus intenciones. Escudado con la Constitución , Mr. Johnson no ha querido que el radicalismo redujese al Sur., á una parte tan importante de la Union, á la triste condición de parias estableciendo en aquellos Estados un régimen militar perpetuo y una política de desheredamiento político, de confiscación y de venganza; no ha querido convertir á losamos en esclavos, en una palabra, no ha querido decretal la supremacía de h raza de color sobre la población blanca en los territorios vencidos. Mr. Johnson llegará , pues, al término legal de su presidencia y descenderá del poder rehabilitado y mere ciendo el respeto de todos los hombres honrados. Las exageraciones y violencias de sus enemigos habrán dado al fin por resultado hacer de Mr. Johnson un verdadero hombre de Estado , y es mas que probable que á no haber sido por la lucha que se ha visto obligado á sostener, su administración hubiera pasado poco menos que desapercibida en la historia de los Estados-Unidos. Las tendencias de la opinión pública manifestadas en las plataformas que sirven de preliminar á la elección, indican que reunirá la mayoría de los sufragios alguno de los hombres identificadas con su política conciliadora y con su sistema de reconstrucción. No sabemos si mister Johnson ha sido bastante hábil recomendando últimamente reformas constitucionales que no han de mejorar en nuestro concepto las condiciones de- los partidos y que, pareciendo justificar hasta cierto punto los ataques que sus adversarios han dirigido á la ley fundamental del país, le obligan á abandonar el papel de fiel defensor de la Constitución , en cuyo terreno su autoridad habia llegado á hacerse invulnerable.—J. M. Y M. —^.— E l . P A S A D O Y E:IÍ P O R V E K I R . ¿Qué es el Pasadol El consuelo de los perezosos. ¿Qué es el Porvenir! El blanco de las miradas y de los propósitos de las almas enérgicas y activas. El perezoso contempla el Pasado y dice: «Hemos tenido en lo guerrero un Cid y un Gonzalo de Córdoba. En literatura á un Lope de Vega, Cei-vantes, Calderón, Moreto, Tirso de Molina, Alarcon, Rojas. En pintura á Velazquez y Muríllo. En arquitectura á Juan de Herrera. Blasco de Garay tuvo la intuición do la fuerza impulsiva del vapor. Hemos colonizado la América. Hemos dominado en Europa. Hemos sido los porta-estandartes del catolicismo. Hemos sacrificado á la unidad la política y la industria. Gobernados á laügazos, adquirimos grandes glorias. Hemos tenido frailes sobresalientes en su época. Los conventos fueron un tiempo refugio del sabio, amparo de la virtud y la inocencia, y depósitos de riquezas arrancadas á campos, primero yermos y estériles, y reducidos luego á cultivo por las comunidades religiosas. Durmamos, pues, el sueño de la indiferencia: bastante hemos hecho para disfrutarlo en paz, y si alguna vez el ruido de los tiempos modernos pretende despertarnos de nuestra somnolencia, volvámonos de lado para mirar á la espalda, y desear y aconsejar la vuelta á aquellos siglos felices.» ¡Cuan pequeñas, cuan miserables nos parecen estas gentes! ¡Hijos degenerados de robustos antecesores, creen que les alcanza algo de su gloria y de su grandeza! ¿Cuándo un padre emprendedor y activo ha autorizado á su hijo para ser un cobarde holgazán, y le ha dispensado de añadir nuevos timbres á la historia de su familia? ¿Cuándo en el mundo se han reproducido las épocas con tal uniformidad, que los medios que sirvieron para alcanzar y engrandecerse en una hayan.bastado de igual modo para alcanzar y engrandecerse en otras? Un posado glorioso sirve sobre todo para poner de relieve un presente miserable. Los que aJmii'an mucho y ciegamente lo que fué, es porque iu> tienen en su coraiíou, ni en su inteli;^ert;:;a, ni en su vü!ui)la¡d, ningún impulso capaz de producir algo í}ua sea también motivo de asombro para lus que vengan después. £1 criterio de los adoradores del pasado reduce á su pequenez á aquellos jigantes de otras edades á quien.^.s admiran. Gonzalo de Córdoba esgrimida hoy aun su tizona delante de los cañones rayados y ametralladores por no ser nada en el siglo XIX. Cristóbal Colon despreciaria.el vapor y se ida á descubrir nuevos nsundüs eu un mal buij^psin puente, por no aceptar los adelantos modernos y por Bt'¿'usto de aumentar las dificultados de la , eaipre.sa. Todos nuestro; mayores renunciarían á la var.nna, para qu? no so dijera de eiío.5 que hablan dejado da vivir á la áiltigua, snnque vieran modr á sus hijos diezmados por una epidemia d?. viruelas, ¿Y dónde se habla tanto dei pasado, y seje exalta y se le pondera? ¡En España, doadela política, la .administración, la ecjnomía, la hacienda, !a industria, la i.'istruccion, las costumbres, la educación, todo se resieatc déla rudeza y de la ignorancia del pasado! El pasado es la muerte: ¿quién ha de querer vivir en medio de un cementerio, por gloriosas que sean las inscripciones de las tumbas que lo cubran? ¡El porvenir! El porvenir es la vigilancia, es la aclividad, es el atan de mejorar sin descanso, y la meditación constante para conseguirlo. Cuanto menos se píen-, sa en el pasado, mas lugar hay para pensar e» el porvenir. El recuerdo del pasado es el consuelo de la vejez, ea decir, de la impotencia. Nunca se acuerda mas el hombre; de la salud que cuando la ha perdido, aumentándose e! valor que la dá á medida que desespera do recobrarla. ¿Habrá de decirse de los hombres y de los pueblos que adoran el pasado, que son hombres y pueblos enfermizos y caducos? . En vano pretenderemos adelantar admirando lo que pasó; solamente lo conseguiremos razonando; no progieí^remos por el recuerdo adoi'mecedor, sino por la ciencía. Ün nuevo principio descubierto, una nueva verdad demostrada, son nuevos valores añadiilos al valor de lo pasado. La riqueza se compone de valores acumulados. Continuad acumulando y seréis cada vez mas ricos. Por mas que hagáis, no estará en vuestra mano resucitar el pasado. Lo que ha sido digno de vivir, sub.'^iste en nuestros días; lo que debía morir, ha muerto. Pero el porvenir es completamente vuestro. Depende de vosotros, de vuestros actos buenos, malos, de vuestra ciencia grande ó pequeña, hacedo glddoso ó miserable. ¿Seréis tan locos que os empeñéis en rehacer lo imposible y en no preparar lo posible? Isn|iai'cia1. La cuestión de la fortaleza de Ulm ha sido por último arreglada. Hé aquí los puntos mas esenciales de la convenljion concluida entre la Baviera y el Wurtembergsobreesté asunto, según la G.^GET.VDIÍL WESGR: <La fortaleza se conservará, provisiona¡lmente por lo menos, en el estado en que se encontraba baj» la dominación déla Confederación germánica, por medio de una dotación que será fijada en común todos los años entre los ministros de la Guerra de los dos Estados.Cada Estado entregará las sumas necesarias para la conservación de la parte de la fortaleza y del mobiliario situado sobre su territorio, sirviendo siempre como base la suma estipulada en común. Las obras complementarias que pueden ser necesarias, serán ejecutadas con arreglo á un plan común y á gastos iguales. Las tropas de guarnición serán acantonadas en tiempo de paz sobre el territorio del Estado at cual pertenecen. La cifra á que se elevará la guarnicior» normal en tieinpo de paz, no se ha fijado todavía; pero, sin embargo, la Baviera suministrará para esta guarnición tres batallones de infantería, cuatro baterías de á pié y una compañiiade ingenieros. Total, cerca de 2,000 bombres. El Wurtemberg dará siete balallones deinfanterfa,cuatro escuadrones de cabfallería, una batería de artillería de plaza, y dos compañías de ingenieros. Total,5,000 hombres. La guarnición de guerra se compondrá de 10,000 hombres, de los cuales la Baviera suministrará 4,000ilOCO do infantería, 800 de artillería, 180 de ingenieros y un "••••^ de caballería, y el Wurtemberg 2,000 infantes, 13(> caballos, 700 artilleros y 180 ingenieros. El gobernador será nombrado por el Wurtemberg, y el comandante vice-gobernadiir por la Baviera, Este último Estado nombrará igualmente el director general do ingenieros, que será al mismo tiempo director local de la parte de Baviera, pero con el deber de entenderse so-bre todas las cuestiones con^el director local de la parte del Wurtemberg. La dirección de artillería se compondrá de un director bávaro y de un sub-director que nombrará el W u r temberg. Tales son los puntos mas principales de esa convención militar, tan importantes para los Estados del Sud, cuya duración será (le cinco años, á contar desde la fecha en que ha sido firmada.» - m0, RECIJEniOOS A E I T A U A . La noche veoia encima sobre nosotros en el niomenlo eií que atravesábamos la campiña de Padua dirigiéndonos á Vonecia. El cielo estaba nublado , y á inlérvalos, entre los nubarrones, ludan algunos pedazos serenos de limpidez estraordinaria, en la cual nadaban las primeras cslrellas de la larde, l'cro en el borde del horiáionte, híicia la eslremidad Norte del lado de las inonlaiías, las nubes relaiiipagueaban; mientras en el otro borde, hacia la estremedad Sur, del lado del mar, franjas do púrpura formadas por los vapores del lago y los últimos destellos del dia daban tinte cobrizo á lo.s objetos, fantásticas apariencias á la naturaleza; como .ii la región que íbamos á visitar quisiese satisfacer lodos nuestros deseos y premiar todos nuestros amores por ella , revelándose entre los mislerios del mas sublime de los crepúsculos. Sin embargo, mi impaciencia era infinita. Observaba que la vegetación se estinguia, que comenzaban canales desecados, llenos de lodo, sobre cuyos bordes crecían tristemente algunas plantas marinas, pero por mas que sacaba de mi -wagón la cabeza para mirar al punto final de nuestra carrera, no veia ni la sotiada laguna, m la querida ciudad, como si huyeran á mi anhelo y se esquivaran á mi deseo. Tengo tal idea de la fragilidad de esa hermosa Yenecia combatida de continuo por los vientos y las aguas, que temía pudioríi desaparecer antes de serme permitido verla y se encerrara en la concha marina en que nació, como un milagro vivo de la historia humana. Siempre recordaré el dia en que por vez primera vf la Alhambra. Corrí á buscarla sin guia, sin ningún compañero, deseando un coloquio á solas, como todos los coloquios de ' amor, con la maga del Oriente perdida en nuestras montanas. ' Yo atravesé una puerta que no recuerdo porque apenas la advertí. Yo vi á la izquierda una magnífica fuente del Renacimiento que nj respondía en nada ni á nii deseo, ni á mi idea. Yo me perdí en las soberbias alamedas mecidas por el viento matinal, iluminadas por el espléndido sol de Granada, que deslizando á duras penas sus rayos entre el tullage, formaba en el suelo como un arabesco de luz y de sombras. Yo vi aquella magnifica puerta judiciaria inclinada sobre una cuesta y en cuya arquitectura, el árabe, .^in perder su gracia, ha tomado toda la solcmnirtdad del gótico. Yo entré creyendo encontrar en pos de aquella piiei-ia el palacio. No oslaba ; solo vi una plaza de armas y un aliar üe la Edad media anle el cual ardía una lámpara. En toi-no mió se dc.-^picgaba una larga fila de torreones; en medio de la gran plaza un palacio dei siglo décitno-s.'isU), bolllsimo, poi-o en pugna con todo cuanto yo sobaba; y á lo lejos, sobre una colina sembrada de laureles, dibujaba sus miraslores, seinejanles á blancos minaretes, el oriental generalife. Yo buscaba la .Mhambra, el palacio, la mágica g,-ula , de osíalalilas empapada cu los colores asiáticos, donde se csiiiiguiciün, cerno odaliscas en el placer, á fines do! siglo déi-iiiio-quinto, lo.s que vinieron como leones Í> la conquisla á principios del siglo octavo. Pero ninguna do las numerosas ¡mci-íás á 'que llamó era la puerta do la .\lbaiiibra. Ya tomia que un genio, una hechicera, de las que la magia de la Edad media lia dejado en los bosques , bien ditercnie.s por ciarlo de las hermosísimas diosas con que ios pobló la clásica aniigüe-tad, hubiera robado en aquella mi;raa nosho la Alhambra coniínuamenlo amenazada do raiiei-tc, para burlarse de mi anhelo. Nacemos y vivimos tan desgraciados que nos parece umntira el cumpiimiento de un deseo, meniira la roajizacion de una esperanza ; como si una Iriste ciencia nos huhicia onsofiado qiic solamente en el munilo es vgrdad el dolo;-. .\sí en aquel momento yo dudaba do la proximidad da Vcnccia, ó tomia que Vcnoeia hubioia desaparecido para mi. Al lin nos paramos en Mestrcs á las puertas de la gran laguna veneciana. El aire nos trasmitia el coro de sus campanas (pie tocaban el Angollus y que nos recordaban la emoción sublime de Byron, cuando una tarde creyó ver al conjuro de esos mismos ecos por los bordos del horizonte dosI fizándose sobre las aguas, como las estrellas del cielo, á la I madre del Yerbo, calzada por la luna y con la misteriosa EASAB^. $2 de Afosto de i S © i . (EMKmsaSItxBiaia! Manca paloma Jjatiendo las alas Sobre la frente de aquella liKia sublima de la oraciouy tíel amor. ¿Era verdad que iba a vera Yi;riecia? Cuaol-as veces, ea las íargas horas de las nociies de myierno, para pasar !a uniíonne velada do los puejios, üu madre qno amaba mucho las letras, mo h;ibia contado misSeriosas liislorius venecianas á la usauEa de priiitip;ü3 líel siglo: la decapiíacioa de Masiao Faiiero: ei doslictTíí del joven Foscari; el heroísmo inmortal de Oatidolo; la «aivaje pasión de Ótelo; el esplendor de sus banquetes insnoi i;ilizado3 por Pablo Yeronés; los desposorios del dux con las aguas de los mares en la góndola recamada de brocados y movida por remos de oro; la tristeza infinita del último de sus magistiados cuando se desmayó al firmar el protocolo Q--;ecn!iegaba su patria al austríaco, por un criminal error tíe Napoleón; todas esas sencillas narraciones, medio bistóricap, medio legendarias, en que siempre se dibajaban algunos espías ó algunos calabozos para inspirar el terror trágico, algunas sesiones del Consejo de los diei para sostener el '"!o' t? '^'"?"^^'''5''' y alguna ensefianza moral para fortificar esias dos ideas á cuyo culto no renunciaré aanoa; la libertad y la patria. Después, levantándome por una dé esas transiciones tan naturales á otros recuerdos, veía en mímente laYenecia histórica, aquellos nobles hijos de la antigua cívilizaciee, sacerdotes de sus últimos ¡ares, cortejo fúnebre de sus últimos días, que, vencieron á la fatalidad, salvíndosa en las inhabitables lagunas de las irrupciones de Atila y sus feroces Lunnos, para conservar en Una ciudad misteriosa, única, anclada como hermosa nave á las puertas de la Grecia, sus libertades clásicas, que los llevaron á luchar con las olas cuando la sociedad se perdía en los claustros; á estender el trabajo y el comercio como una redención social, cuasdo en les terrores del siglo décimo, ios brazos asas fuertes caen desmayados aguardando el fin del mando como una necesidad, y el juicio universal como un castigo; y por último, á reunir y atesorar en sus muelles, en sus canales, en sus palacios cincelados por lodos los prodigios de la arquiteclura, en sus monumentos públicos, singulares por la majestad y por ¡a belleza decorados por una tiesta continua decolores y de matices, en sus trofeos de mármoles y de bronce, los resios de tres civilizaciones perdidas en una serie de infinitos naufragios; siendo asi Yenecia asiática y griega, romana y bizantina, la síntesis de tres edades mayores de la historia, ia pipdra preciosa del anillo nupcial con que se desposaron el Oriente, el mundo de los misterios, y la tierra de Occidente, la tierra de la nueva vida, de.la nueva civili«aCiOD. Y como no es posiWe renunciar ni á la nación, ni á la raza á que pertenecemos, yo espafiolsenlia en aquel momento ,ag(ilparse en mi memoria los recuerdos históricos de los servicios prestados á la civilización por Yenecia y Espafia anidas en una memoiable cruzada marítima. Un día la media luna llegó hasta Constantinopla. Los'bízantinos, los griegos cayeron unos en pos do otros bajo la cimitarra de los turcos, cuyo filo brillaba siniestramente sobre Yenecia. Sus islas iban a ser cautivas, sus hijos remeros en las galeras del turco, el Mediterráneo, el mar de la civilización un lago de los serrallos orientales. Pero las naves de Barcelona, de Yalencia, de Cádiz, de las ciudades españolas, se unieroncon las naves de Genova y de Yenecia y marcharon á detener el turco, y consiguieron aquella insigne victoria de Lepante, en que las olas se ensangrentaron hasta enrojecerse, é hirvieron bajo el fuego de los cañones; pero en que el fatalismo retrocedió en su carrera devastadora ante la fuerza y la civifeacion de Occidente. Pero sobre todo iba á ver la ciudad por la cual hemos tenido tantos dolores, tantas tristezas en su largo cautiverio de csíe «iglo. Cuántas veces se nos ha aparecido en sueños rodeada de sus islas, como Miol)e de sus hijas heridas, maldiciendo á los hombres qno no la socorrían y desesperando de 1;i justicia de Dios que toleraba su opresión. Cuántas veces h".aos creído oir en los largos ecos con que ia resonancia de ias playas repite el rumor de las olas del Mediterráneo, nn largo lamento de Yenecia. Cuántas veces hemos creído que era posible verla en su dolor, un día arrojarse como Orfelia, á sus lagunas, y desaparecer entre las aguas con sü doble corona de mármol y de flores en la frente, y su melancólico y último canto en los labios. Yenecia era para nosotros una Ciudad-Cristo suspendida á su infame suplicio por los cuatro grandes clavos del Cuadrilátero. Yenecia había perdido aquellas coronas de perlas, aquellas túnicas de terciopelo, aquellas naves de oro, aquellos leones de bronce con ojos de diamantes, aquellos cocodrilos de esmeraldas, aquellas infinitas preseas con que la ornaran los genios privilegiados de sus pintores, y solo mostraba sus fragmentos ruidosos de mármol ennegrecido por la lluvia de sus lágrimas, como un mendigo enseña sus huesos cubiertos de rugosa piel, á través de los harapos. La historia de este martirio, del lamento de su pasada servidumbre, las infinitas elegías lloradas por tantos poetas, por tantos oradores ilustres sobre el calabozo de Yenecia, todos estos recuerdos se entrechocaban en mi mente, aumentando la emoción producida en mi alma á la vista de aquellos misteriosos parajes, ilustrados por el heroísmo y por el genio. Mientras rodaban todas estas ideas por mi cabeza, penetraba el tren en la laguna de San Marcos. El cielo, como he dicho, de un lado claro, brillantísimo, de otro oscuro, si bien relampagueante; á intervalos cubierto de nubes ü ornado de estrellas, tenía un aspecto de tal manera singular que no me cansaba de contemplarlo, pidiéndole Su luz para embebermt en aquel espectáculo, objeto de tantos deseos, asunto de tantos ensueños. La inmensa laguna que aun conservaba algo en su tranquila superficie de la claridad del día, brillaba en toda la ostensión del vastísimo horizonte como nn inmenso espejo atravesado bizarramente por fajas, ya de ópalos allí donde se reflejatan las estrellas, ó ya de amatistas, allí donde se reflejaban las nubes, encendiéndose de vez en cuando por siniestra mano al latigazo del relámpago. La humareda de la locomotora, el aliento de los lagos, las nubes sobre nuestras cabezas, las aguas bajo nuestros pies y en toda la inmensa ostensión descubierta por la vista, nos hacían creer que nos hallábamos fuera de la tierra, ó cruzando en el lomo de algún monstruo regiones ignotas de la atmósfera. Entre los dudosos resplandores, entre las inciertas sombras, como dibujados fantásticamente en oscuro espejismo, descubríanse los edificios de Yenecia, aquí y allá iiuminados4)or pálidas luces. Sí no hubiera sabido que era Yenecia, creyéralos, al verlos surgir como por encanto de las aguas, sosteniéndose entre la superficie líqmday el fluido del aire, sin tocar visiblemente por ningún lado á la tierra, una ciudad flotante, una nómada caravana marítima, presidioa por algún dios de las olas y en aquel momento refugiada en el tranquilo seno de la celeste laguna adriática. iQué armonía de colores á pesar de la noche! Ya tiemplan las estrellas en la ligera ondulación; ya las plantas marinas dan algunos toques sombríos; ya un faro finge con su reflejo serpienlos de topacios; ya e'l remo de la barca despide gotas de luz, produce llamaradas de fósforo, deja estelas blanquecinas semejantes á la vía láctea; ya de un lado las sombras de los edificios, espresando la éscuridad, estienden lesiones de azabache, mientras de otro lado alguna nube perdida por el ocaso y que aun absorbe, como una esponja aérea, los últimos matices del sol ausente, los de'stila sobre raros puntos como una llovizna de púrpura; todo realzado por las gasas misteriosas y por los espléndidos reflejos que los vapores del aire y los cambiantes del lago dan por do quier a esta mundo casi ideal de no soñados encantos. 11. Por ñn el tren se detiene. Las formalidades de entregar !os billetes y recoger los equipajes molestan de una manera indecible en la natural impaciencia. Quisierais ser pez ó ave para llegar al agua y al aire de Yenecia sin esas cargas de baúles y sombrereras á que se obliga la nativa debilidad humana. Por fin pasáis aquellos muelles besados eternamente por las aguas. Una larga fila de negras góndolas, ligeras, esbeltas, os aguardan. Escogéis raaquinalmente la primera, sin curaros ni de la forma ni del precio de aquel viaje, como sí todas las condiciones de la vida económica hubieran de perturbarse allí donde cambian casi todas las condiciones de la vida vulgar de las ciudades antiguas y modernas. Dais la dirección de vuestro proyectado albergue, y sentís por un movimiento casi imperceptible que os deslizáis sobre las aguas; Apodérase del alma un gran sentimiento de tristeza. La góndola, mal iluminada por un pequeño farolito puesto en el fondo, y conducida por dos hombres, cada cual de pié á cada uno do sus estremos, parece ya un ataúd, ya un cetáceo, ya un cisne negro, ya una luciérnaga fantástica, ya el cadáver da uoadc las antiguas sirenas del Adriático en sombra convertido, que os arrastra á las cavernas profundas de los profundos senos del Océano. Como venís deslumhrados por la claridad de la resplandeciente laguna creéis entrar en una región de tinieblas. Las aguas tienen una oscuridad indefinible por lo espesas. Parecen realmente betuminosas, los fuertes muros de los altos monumentos acrecientan la noche. Los faroles colocadas á largas distancias solo sirven como de ligero contraste para conocer mejor la negra y geno;-al oscuridad. Yenecia tiene calles de tierra y calles de agua. Las calles de agua no tienen iluminación. Solamente la blanquecina fosforescencia da la estela, ó el débil resplandor do una ventana, ó el mustio farolillo de una muda ¿óndola que pasa á vuestro lado, ó el reverbero do una esquina apartada, alumbran aquel tortuoso laberinto de piedras, y de rejas, y de puentes, y de palos destinados á atar las góndolas; especie de grandes árboles acuáticos, pero sin . ramas, sin hojas, tristes y secos. La ciudad parece inhabitada. De vezcfl cuando pasan sobre los arcos de los puentes algunos viandantes como sombras de las som!)ras. El silencia es sepulcral. Solo oís el grito agudo del gondolero que avisa á sus camaradas para quo las góndolas no choquen. Este grito por todas partes repelido, es agrio y agudo como el grito de las aves marinas. !íl verde limo que salo á la .superficie de los canales, sopla á intervalos, y lo tomaríais por un cadáver. La puerta d'e un pilacio gira sobre sus goznes; algunas personas bajan süenciosas por sus escaleras de mármol, y se instalan en sus góndolas. ¡Oh! Las tomaríais por habitantes de un panteón que van á üoiiiiir sobre uo ataúd. De pronto salís al gran canal, respiráis brita mss fresca y mas libre, veis ú ¡a luz de las es- aassan^asáíssiaBí^ trellas fustes de estriadas cslitmnas, basfe t|ae salen del agua, lUieloues goacoá, agnueses araaes, ven.iiuas bizuuííiias, urcoi ÜCÍUc.íaüiiüicíi.u; poiu iu góuuola cune üe tiaevo a pcruCioC en iaíjdriiuu de ios esaecüos caiit^ouesj * Sijucliu úecuraciou mágica desa{)arecc «u ia ruai'niita, co.ao las lloras ra^jíiias de piacer ea las tristezas eioi uas üc ¡a viua. Jií camiua UCBÍÍÜ la esiauion a uuesu-o allítíi'gac era iaigaisiuio. Los gouuOiei os cüiitinuabaii da pie ¡x cdúa iaisu ua ia góndola uupuisaiiauia y ropitieodo sus aguuos gnios. A cada paso una esquina, jumo á cada esquina ua pueii.e, y ai pié del pueuts y a las puertas de las casas, las esoaieras ue marinoi; sobre ei úUaao blanco Cícaiou, el agua verdi-uegra, y bajo los arcos del'pueme y las gradeúas blancas las góndolas negras cubiertas con sus largos parios pardos, seíacjantes á los paños de un calalaico. El objeto mas necesaiio á la vida veneciana os la góndola, y la góndola es también el objeto mas triste. Imaginaos uaa elipse de madera negra con varios relieves: á uno dé ios estremos inmeusa alabarda dentada ct'yo ücero brilla siniestramente, y al otro estreifio una especie de pequeña cola retorcida; eii el centro como una tartana de Valencia el sitio de reposo, forrado por dentro do terciopelo negro, y por fuera de pai'io negro coa borlas 4o seda, lleno üe mullidos cogines de tafilete? cerrado por cuatro ventanas coa cuyos cristales, coa cuyas cerlinag) con cuyas persianas, poueis comunicaros ó iacoinuiíicaros á voluniad; todo oscuro, todo triste, todo misterioso, todo románlico, invitando la vida á las aventuras, la imagiiiaciou á les leyendas, pues uuas y otras se desprenden iiaturalmenle de todo cuanto os rodea, y sobre t«do de vuestra eiernacompañera la góndola. Así llouia es la ciudad sublime, Florencia la ciudad académica^ Liorna la ciudad mercantil, Pisa la ciudad lauerta, Balonia la ciudad música, Milán la ciudad civil, y Yenecia la ciudad romántica. El mero y el mercader de Shakespeare; el AngeUo de Víctor Hugo; los dramas de Byron han sido inspirados por estas sombras, y tienen aquí en estas góndolas sus misteriosas cunas. clásico todo lo ha avasallado, sin dejar do seguir suíjfliijo, corónati los frisos dé siis inuiiuiiiüiiUij, las cáojiidciti U.i liii'íMs', las azoteas de siis páiacios con joyas y CUÍICÍU juras esmaiíadas siempre por ei oneiiiaí carácter vcueji<uiü. Salgamos, paes, a couieuipiar a Vcucoiu. á'a'j.íUa góadola se desliza por el gran eaiiai. Las aguas lieuea ua vcide esmeralda, ei cielo un azul -turquesa, los bancos de areaS. un brillo Uo oro,, las cflsas ifó las ctjrcatiás isiás üu esmalte de coral-rtJSá, y Ifls iglesias do marmol uaa traspareucia taa esiraordinaria, que parecen iglesias de cristal: brufie el sol todos ios objetos con sus rayos, esos pinceles do la naturaleza y la brisa cargada con ias aromas dé ia piímivcra, con las salinas exhalacioaes del mar, perfumada y picante, os COiivida con sus voluptuosos besos a la iiiíioíia alegría ue vivir. No tenemos tiempo para mirar ese gran canal, que los primores venecianos; rejirodúciénuoios dé todas maneras desde lóá albores de la escuela coaCaspaccio, basta su estuicion con Caaatletto, hanimpreso iudelebiemeateenlas retinas de los amadores del arte. Solo es dado ver con una rápida ojeada que desde ios edificios pesados bizantinos hasta los edificios elegantes del siglo XYl, y desde ios cdilicLos del siglo XVI hasta los abigarrados de la decadencia, unidos á monumentos góticas de todo género, ornados con guirnaldas sirias y árabes, la historia del arte se apiña ea dos largos muros dé mármol á uno y otro lado del canal, realzada por los reflejos del agua y porjlas tintas del cielo. Encada ciudad buscáis primero un monumento ó un punto. En Sevilla, ia catedral; en Córdoba, la mezquita; en Roma, el coliseo; en Ñapóles, el Vesubio; en Pisa, el cementerio; en Florencia, la plaza de la Señoría; y en Yenecia, la píaía de San Marcos. lileganios al pié de su magnífica escalera. Nos detenemos estasiados. ly. No es posible pintará Yenecia. ta palabra huMana eareee de bastantes lüaticei ^ará táü ricd ciiadrO. Se necesita ver, y Sentir, y admirar, y empapar ea aquellos colores los ojos y absorber por todos los poros aquella vida y luego callarse. Hoy Yenecia reúne á la poesía dé sUs arles, la poesía de Nunca he deplorado tanto él compromiso céntrftido crio sus recuerdes, la' poesía de sus tristezas. Los palacios se mis tectorts ié Ániérica á cuya inagotable bondad voy á falcaen, las estatuas bajan á pedazos eje sus pedestales, las lar, encontrándome con este soberbio paisaje ante los ojos y rientos figuras de sus cuadras se van como las mariposas al está humilde pluma en las manos. En primer término el lago soplo del invierno. La herida que le causó el cambio del moespléndidamente iluminado por el cielo y el sol que lo borda vimiento humano hacia otras regiones, por la aparición de con sus rayos; al Norte la desembocadura del gran canal con América ea el ihundo y el descubrimiento del cabo de Buena sus varios y ricos edificios; al estrenjo derecho de la desemEsperanza, esa herida mortal que aniquila su comercio, no bocadura la marmórea iglesia dé la Salud, cuyas blancas roha podido ser curada por su reciente libertad, porque la litíiiidás se dibujan maravillosamente en los nítidos del aire; bertad no puede destruir las fatalidades geográficas. VeiSécia ante esta iglesia, y sobre graciosa torre uaa grande esfera se muere. Solo que eu vez de morii-j como una prostituta, en de bronce dorado y en su polo un ángel de broiice oscuro; á los calabozos austríacos-, muere, como una matrona, ea el la desembocadura izquierda una terraza de jaspe sobre la seno de su hogar y rodeada de sus hijos. Yenecia cayó de cual ostenta sus flores primaverales; anieno aunque estrecho pié de la cuna de América como Ifigenia al pié de la cuna de jardín poBladb de mariposas; en el centro la piazzeta, el paGrecia. lacio de Sansovino cincelado como un escudo de Celliní y rematado por un coro de estatuas; el palacio de los Dux, al Los caminos do la humanidad están setiibrádós de víotiotro lado, descansando su mole de mármol rojo y blanco timas. Y el progreso, no «e ésce^üa de esta ley necesaria. sobre una doble galería de arcos góticos entrelazados por un La vida se alimenta dé la muerte. Pero no es por eso menos juego de caprichosos rosetones y recamados en el chapitel triste vúr thorir una ciudad cuyos dux tuvieron la corona de sus columnas con esculturas bizantinas que se armonizan imperial de Bízancío tantas veces en las manos y la rechazay S3 cnlaÉttn de Una manera admirable con la diadema de ron por el gorro frigio de la vieja república: ver morir una agudos triángulos y los airosos campanarios do la cima; ante ciudad cuya bandera ahuyentó á los turcos y despertó las estos dos monumentos las dos columnas colosales rematadas fuerzas del comercio y del trabajo; ver iiiorír una ciudad por el cocodrilo de San Teodoro y el león de San Marcos que cuyas libertades son las mas antiguas en la era cristiana y parecen exhalar el huracán de sus abiertas fauces; en el fonque ella sola ha sido la Inglaterra de la Edad media; ver modo al lado izquierdo, el campanilé alto y airoso como nuestra rir á una ciudad que en sns copas de cristal, éii sus banqueGiralda, calzado por una tribuna uiaravillosamente esculpida tes báquicos, en sus sensuales cánticos, en sus guirnaldas y coronada por un ángel que alza sobre su aguda aguja las de coral y haigas trajo disuelto á nuestra vida el aroma inalas de oro á lo infinito; al mismo fondo en el lado derecho moral del renacimiento. ¡Cónao sentía en aquel viaje por las la basílica, oriental, gótica, griega, bizantina, árabe, mezcla calles de Yenecia no ser poeta, orador, ni escritoide alj,un de ledas las arquitecturas, resumen de todas las épocas, con mérito para lamentar la muerte de esta ciudad única en el Siis arcos azules sembrados de estrellas, sus columnas de tttundol Ideas de luto y de desolación solamente me habían variados jaspes, sus estatuas y sus bizarros campanario_s, inspirado los ataúdes flotantes, los palacios sombríos, las magníficas ventanas medio destrabadas, lOs monumentos me- \ los cuatro caballos de Corinto sobre la puerta; los mosaicos dio ruinosos, el tortuosísimo laberinto de calles estrechas ' de cristales venecianos en los huecos, de cuyo áureo cielo se destacan maravillosas figuras de todos colores; las roteay de canales Oscuros, las sombras que se dibujaban en los das en las cimas, breves copias délas rotondas de Santa altos puentes, las separadas piedras de mármol lamidas por Sofía como una aparición del Asia; y en las vastas proporciola ola, el ruido del agua que parecía una lágrima cayendo nes de aquel paisaje, el muelle de los esclavones lleno de nasobre otra lágrima, y los gritos de los gondoleros que parevios, realzado por los pintorescos trajes de los turcos, de los cían un lamento repetido por otro lamento. griegos, y por la gran multitud veneciana que en aquella vastísima calle desemboca; mas lejos todavía las islas de Pero en esto llegamos al gran canal, frente á la iglesia de San Jorge Mayor con su iglesia de color rosa y blanco; la la Salud, donde íbamos á alojarnos, muy cerca de la piazzeta Gindeca con sus edificios empapados en todos los matices de San Marcos. Su anchura es la anchura de un brazo de mar. del iris: San Lázaro con su convento armenio, cuya torre Sus aguas son claras como sí llevaran disuelta la luz del día. oriental parece la vela rizada de un gran navio; el Lido poLa fosforescencia que dejan los remos y la quilla, dibujan blado de bosques que tocan las olas con sus ramas; los jarpor do quier largas cintas blanquecinas como rayos de luna. dines como islas flotantes, como canastillos jigantescos de Al desembocar nosotros de los pequeños canales en aquella flores confiados al agua; todo atravesado por las gasas cegrande estension, varias góndolas se dirígian al Rialto ilumilestes de los canales; todo variadísimo por el color ya doranadas por faroles venecianos, solo comparados á guirnaldas do, ya argentado de los bancos de arena; todo animado por de luminosas flores. Esta mágica iluminación resaltaba en la el contraste de las blancas velas latinas que entran y salen oscuridad y se repetía en la trasparencia de las aguas. De y de las negras góndolas venecianas qué por do quier se las góndolas salía un coro armoniosísimo, solemne, acompadeslizan; todo arrullado por el rumor del Adriático; al leñado por escelente música, acordes misteriosamente engranjano occidente los Alpes que bajan por un ejército de jigandecidos y dulcifieados por la sonoridad del aire y de las lates pirámides celestes, y del lejano Oriente, como una gunas. música eterna, el viento qué viene desde las playas de GreDespués de haber pasado aquella travesía, después de cia. Nada hay igual en el mundo. haber hecho por la red infinita de canales aquel viaje en que Yenecia semejaba una de esas místicas ciudades pintadas por los artistas de la Edad media en las paredes de los [Cuantas hermosas ciudades hemos recorrido en Italia! cementerios para representar el infierno; al verme en el Cada una tiene su maravilla, y cada maravilla su carácter. gran canal, en aquella larga serie de monumentos SObre el Cuando vais de áoma á Ñápales no os parece hallaros ea agua trasparente, bajo el cíelo clarísimo; descubriendo las otra tierra, sino en otro planeta. El cementerio de Pisa y iglesias de blanco mármol iluminadas como grandes monel cementerio de Bolonia son magníficos; pero hay entre tañas de nieve por los rayos de los astros; contemplando ellos tanta distancia como entre el panteón de Agripa y la las góndolas que se deslizaban rápidamente, festín flotante catedral de Milán. consagrado al arte; oyendo aquella música, aquella armoDe Florencia á Pisa vais e» dos horas, de Pisa á Eiorna nía deliciosa en alas de los vientos de la misteriosa laguen media: y cada una tiene abismos de diferencia en sus na , creime en la antigua Yenecia, en la que traía las riquecalles, en sus monumentos. La magnífica torre inclinada de zas y los colores de Oriente; en la que escuchaba las^sePisa parece hecha á millares de leguas del lugar donde se renatas de Leonardo de Yinci; en la que prestaba los maalza la divina rotonda de Santa María de Florencia. Cada una tices del iris á la paleta de Ticiano; en la que se reía Con la de estas ciudades ostenta su escuela especial de pintura carcajada de Avetino; en la que llevaba como un esclavo y su especialísimo carácter de arquitectura. Cada una de el imperio de Constantino á sus pies, y como compañera á ellas engendra un genio que le devuelve, en cambio del resu lado Grecia, la tierra de los poetas. Pero la serenata pagalo de la vida, el regalo de la inmortalidad. só, las luces se perdieron pronto en los recodos del canal; Pisa tiene á Nioolás, que ha adivinado con dos siglos de sumergióse la laguna en su profundo silencio y las torres anticipación el renacimiento, haciendo florecer bajo su cinde las iglesias vecinas dieron el toque de ánimas con elecel los mármoles; Bolonia tiene á Juan, que detiene un mogiaco lamento. mento la decadencia de la escultura; Fiezzolí tiene á Fea AnIII. gellico, que pinta los ángeles con la misma facilidad con que Al día siguiente faltábame el tiempo para ver Yenecia. platón describía las ideas puras, y de rodillas ante las vírgeConfieso que una de las artes, á mis ojos mas maravillosa y nes salidas de su pincel, entre los límites de dos siglos, como espresiva , es la arquitectura. Sus piedras, reguladas por el décimo cuarto y el décimo quinto que son los límites de las ideas como las notas de un cántico, ó como los miemdos mundos, simboliza el fin de las edades místicas; Yenecia bros de un discurso, me Inspiran siempre, cuando acieres la madre de Ticiauo; Yerona, de Pablo Cagllari; Florencia tan con armonías á espresar Ir belleza, un placer puríside Miguel Ángel, y Roma puede llamarse por las loggias, las mo, intelectual. Las grandes líneas, los dilatados espacios, estancias, la trasñgúracion do las sibilas, la Galaica déla los ambiciosos arcos, las aéreas rotondas, las columnas con Farnesina, la Madona de Foligno y el ísaias la capital de Sus adornos, las galerías con sus lejos, los patios y los Rafael claustros sumergen á la mente en profundas' meditaciones y ¿Do dónde proviene esta grandeza? De la descentralizaespresan siempre el genio del siglo con su carácter simbóción de sus gobiernos, de la libertad de sus repúblicas, de ia lico. independencia municipal. Solo hay en la histoi'ia una época Yo gusto mucho de la arquitectura griega, de su sobriesuperior á su época, un pueblo mas ilustre que sus pueblos: dad, de su aus era sencillez, de su gracia infinita, da la faciGrecia. Pero el secreto de su grandeza e.iíá en la misma caulidad con que espresa gran4es ideas con pocos medios y liesa que el secreto de la grandeza de Italia. Miguel Ángel es ga á la hermosura sin violentar sus formas, poniendo un liuno de esos titanes que llevan en sus pies las heridas de las gero friso cuadrado, sobre cuatro frentes de intercolumnios, moles calcinadas puestas unas sobre otras para escalara! ciccuyas armonías son tales que puede decirse cantan como ua la: y en sus frentes las heridas de las tempestades que han coro. Yo admiro también á los romanos que sobrepusieron atravesado buscando solitarios por las regiones superiores los tres géneros de la arquitectura en sus monumentos como de la atmósfera lo infinito. Pues bien, Miguel Ángel cuando sobrepusieron las tres edades déla historia en su civilización vio morir la libertad en su patria, cinceló una figura hermoy en sus Códigos. Yo no olvidaré nunca la rotonda del pansísima, pero triste, le puso la perfección griega eu las forteón donde espiró el paganismo, ni los arcos triunfales, puermas, le cerró los ojos, la cstendió sobre un sepulcro y le tas magníficas de la nueva edad del mundo. Sobre todo, lo llamó la noche. La ausencia do la libertad fué la muerte de que el arte antiguo me inspira siempre es un culto infinito á Yenecia, la muerte de Milán, la muerte de Pisa, la noche de la sencillez de las formas y á la naturalidad de la espresion. Italia.—E. CASTBIAB. Pero este entusiasmo por el arte antiguo no escluye la,admiIVaeiosaal ñm lilsn;». ración por todos los géneros bellos de arquitectura. No hay cosa peor que el esclusivismo en las artes. Los arquitectos ..««. del pasado siglo, en su odio por el gótico, llegaron, aun los de mas gusto, á construir unos edificios grandes, pero mudos; mas que severos rígidos, con la rigidez de la fmueríe. Hay arquitecturas que se distinguen por su sabiduría', por su YlüHY 13 de agosto. * perfecta sujeción á las leyes do la estética. Tales son la grieHallándome de temporada en osle grande y hermoso esga y la remana. Han pasado sobre ellas los siglos, y ese otro tablecimiento de baños, creo que ni le desagradará recibir elemento mas devastador todavía, las cóleras de los homalgunos detalles sobre sus nuevas obras de embellecimionío bres; pero se han estrellado contra su imperturbable firmeza. y sobre lo perfecto del servicio. Todos los años vá en auHay, sin embargo, arquitecturas que se distinguen por su mento el número de españoles quo vieuo.T á buscar aquí un espresion. Tal es la oriental y la gótica. Yenecia se parece á alivio ásus afecciones del hígado y del estómago, muy freGranada en que Yenecia tiene una arquitectura propia, escuentes en España, á causa de su ardiente clima. En los paelusiva, nacida de sus particulares circunstancias históricas seos de los dos parques, pues en Viohy hay ahora un nuevo ó del ministerio único representado por ella entre el Oriente parque á orillas del Allior, se oye en todas partes hablar en y el Occidente. castellano y aun en catalán. Estoy seguro, pues, de que ha da interesar á los que no han estado por acá hace algunos Así como los granadinos, conservando siempre aquel caaños, la rápida descripción que me propongo hacer dol nuerácter árabe que llegó á su perfección en la aljama de Córvo Yichy. doba se acercaban al gótico, los venecianos, conservando el En 18ií, cuando Mr. Bresson era arrendatario de este carácter bizantiuo y góiico, general en la Edad media, la arestablecimiento de baños, poríeneciontc desde ontonc:!s al rojaban encima como un velo de oro las ricas preseas del Estado, el número de huéspedes asoeadió por primera vez á Asia. Así ha creado Yenecia esa serie de monumentos que seis mil durante la temporada. Este número pareció esiraorson el prodigio de les prodigios por su variedad y por su dinario. Desde entonces este número ha triplicado y algo- im.i. riqueza. Si vais á examinarlos con el Yitrubio en la mano, En el primer año en que Napoleón IU vino á tora.ir los bañas con las reglas de Yignola en la mente, llevando la escuadra de Yichy, boba nada menos que veinte y cinco mil caire bay el compás, sometiéndolos á un examen matemático, deñistas y visitantes; el año pasado la Expoíiciou universal mandándoles obediencia ciega á las leyes de la estética, hizo gran competencia á todos los eáíabiaoimientos do ba.'ioj; prontos á indignaros si veis que una galería está sostenida pero en 18-i3 ya van venidos diez y ocho mi! forasteros, sois por un armazón de hierro, que una coUnnna gruesa está somil mas que en igual período de 1337, y el movimiento no so brepuesta á una columna ligera como riéndose de los prindetendrá ahí. cipios generales de la gravitación; qae una molo de mármol pesa, siendo como una montaña sobre el encaje de una gaEn la segunda quincena da agosto y en el mas do setiemlería aéreajrligorísima; si ante todo y sobro todo poaeís las bre, van á venir todos los que hasta ahora no han podido matemáticas, no os paréis dolante de esos edificios de la desocuparse, ó que temían, uo sin alguna razón, los calores Edad media, quo ante todo y sobre todo ponen la riqueza de rigurosos aquí como en todas partes. Ahora hemos tenido la espresion, riqueza grande, inverosímii, coaio son inveroalgunos días borrascosos que han di.smiaüido considerablesímiles todas las hipérboles, poro en realidad m;iy bellas. mente el calor. Estaos la ocasión propicia para aprovechar¡Cómo influye en las artes el medio en que so desarrollan! la los españoles que todavía no nao venido, iliüarán acá una Yenecia es iina maga que obliga á 'los artistas á seguirla y temperatuia primaveral, y tod'-is las distracciones que no les imprimo su beso de fuego en la frente. Los arquitectos permitía el calor de los dias caniculares del si.^lo decimoquinto oonsti-uyen edificios severos en Roma En primer lugar, el paseo bajo las sombrías arbo al mismo tiempo que el gótico florido abro sus ciliados rode la ciudad y sus cercanías, y además las excursiones \!'Hsetones en toda Europa como las primeras flores del Renaciel ferro-carril hasta las montarías voicánica.s de la pintomiento, y los ai'ijfíiieotos de Yenecia á fines del siglo décirasca Auvernia, las cabálgalas ó in,Hs bien las espedicicü's ' mosesío y principios do! siglo dccunosélimo, cuaíido el arte en asno que hacen lo3 alearos grupos de sonoras y de iiifioó glatcrraj mediante un contrato hecho con la Suhaarine Teleá !ás alJeos Inmediíilas y ia pes'a á orilias del Allier. Dos qranh Comnaml para el uso esclusivo do mío de sus hdos ?bcc,-j íll dia Hiiá «sicoaida ort)ile!<íii toca en ei kioik de! entre Inglaterra y Dieppe, y de Dieppa á Bresl el gobierno paiquc, y está dirigida por Accursc, díi'íJcltfr dé M Orquesfrancés colocará un hilo para el aso también esclusivo ae ta del leatro Ilaliuim da l'arís. Por la isocho el punto dd la coinpaiiiá. . . . roiíaioa cíi gencraliueme el Casino, nuevo edificio de piedra Respecto al movíaíiéOto de esplotacion, la ccinumcaciOit labrada y do ladriilo que se cieva entre la arboleda del telegráfica con América se ha desarrollado noíablcroc;;te eii parque y el buiílevard del ¡ioapiial. Sa entra en él por ana eifguiíic escalinata, y so toma asiento en la gaiei ía seuii•ií iüur'spa contincnia!, y en el cable francés hallara vía mas circular cubierta con ua toldo, ó en el salón de concierto, cuyo mueblaje y decoración son de gran riqueza y de esquisito gustó; Detrás de este ¡aloii está el teatro, cuya forma rscdcr'da hof un promedio de 133,300 rs. vn. los de las residencias imperiales. Cuando este anfiteatro esque los ingresos han pasado de 190.000. Hponar'm tá lleno de señoras, rivalizando, eu lujo y hermosura, no hay La tarifa del,cable francés será de tiOfrs. poi'despatao teatro alguno de provincia qué pTéseuie fin golpe de vista de 10 palabras. ., , -._,,' tan bciliante. Se croe uno trasportado á París,al teatro de Id í,a línea debo abrirse á la esplotacion en todo e anoP'»; Opera ó al de los italianos. ximo, en cUyo íties de junio debe quedar embarcado el Oxm. El Casino tiene dos salas de lectura, una con periódicos según los términos del contrato. ., pollíicoá para los hombres, y otro con revistas literarias y La importancia que tiene parfl España esta nueva línea de modas para las señoras. Tiene además una sala de juego, telegráfica por sus provincias trasatlántica», nos hacen creei en que se ejerce la mas rigurosa vigilancia, siu la cual tal do interés para nuestros lectores estos detalles, que no nevez acudirían gentes do conducta ambigua como á Badonmes visto publicados en ninguno de nuestros colegaá. ^ Baden, donde ias aguas han llegado á ser lo accesorio , y La vía francesa, mas corta queda inglesa, facilitara mas cuyo establecimiento, por decirlo así, no es mas que una y mas la rapidez de comunicaciones entre la Península y ias gran casa de juego; pero la reputación europea de Yichy, bajo el aspecto médico, no debe sacrificarse á una sórdida Antillas españolas, circunstancia en estremo importante cajo cspectacion. el punto de vista comercial y político. Nuestros leclores tienen ya noticia del fallecimiento de En efecto, la inteligente dirección de Mr. Aríuro PailorenO cesa de ocuparse en mejorar el servicio de los baños, ya bien Mr. Tadeo Síevens, el acérrimo enemigo dé "»nsf"'PÍ®" instalado por dtra parto." IJesde e! Bafio de primoi-a clUsé c^ue «¡dente de los Estados-Unidos. Hé aquí algunos apuntes wocuesta 3 francos, hasta el de tercera clase que cuesta éú a&ñ¿ráficeis áobré esté personaje: j i- A .•, f.v timos nara }os labriegos, operarios y pobres, en todas partes ^ Nació en Yérmom el i de abril de iW. Se dedicó a af se descubro la limpieza, el orden, el esmero mas esquisito. carrera de leves, y fijó sU residencia en la ciudad de LauVá á reconstruirse el antiguo edificio de los baños de la ca e en Penlilvania. En 1833 fué elegido para la legfa'lifuente Rosalía ó del ííospital. Se perfecciona cada ve« la fara del Estado figurando en el partido que j e eotaj»*» f « bricación do sales minerales para pastillas, grageas, etc., y el nombré de partido whig, y nO ía.rdó en dar U « e ki para remitirlas para baños medicinales; escentricidad de sus opiniones y su gen.O dominan 8,.»o En citanío á la remesa dé botellas dé agua dé los diférerique dobló tepCr qué retirarse en breve a la vlou Pii^''"1<_ tes manantiales, se ha llegado á espedir el número colosal de pero no sin haber dddo antes á conocer su resuelta o^^J»' dos millones quinientas rail botellas, y aun esto número cion á la existencia de ¡a eselavitúdí . tiende á aumentarse. Al formarse en 1848 el partido do los dree S'oilers» m Hé aquí la mejora introducida recientemente en el servicio. que nació el titulado republicano, que á su vez Ha éngén-' Los médicos se quejaban coa ráZon dé que la botella de drado al radical, Stevens se unió a él habiendo sido élegrd^ un litroj una vez destapada y ñ pesar dé todas las precauciodiputado al Congreso do la federación, a cuyo Cuerpo no Bá nes pdsüJlés, iba perdiendo Una parte de sds propiedades. cesado desde entonces de pertenecer. Su desinterés co^no El ouarlo y último vaso era notablemente inferior al priitiercij hombre político, pues jamás salió de la esfera de dipuudo á consecuencia de la evaporación gradual de'tós sales y de ni aspirfi a destino, lé dieron grande influencia acrecentada, los gases. Pero se ha hallado ua escelente medio, y es el de ademaos por lo perseverante y resucito ñe su voluntad qudividir la botella en cuatro frascos distintos, todos de cristal no sufría contradicción. Jomaba '"ieíativas las mas esta-axul, con objeío de impedir la acción de los rayos solares en ñas, sin curarse de que fuesen ó no P«P^ «res^ Enlre elto la composición química dé las ágúdá. ficharé su tema contra las sociedades secretas, y puncipai Los que tienen los depósitos do agua de Yichy en Lyótí, üíente contra la fracmasonería, á ««/<> §'•«" ™ f , f f 4 " ^ «"^ Marsella y en otras grandes ciudades, han establecido lo que silvanla qdisé conipeler á que manifes ase ante la A.aBí,)lea sé llama trinkhaU, á donde, de paso para ir á los negocios ó representativa del Estado Ids secretos de la orden. , á paseo, seváá beber un vaso da agua de Yichy,- como se ' Al estallar la guerra, Stotens, Sumner, ^ade y Wendell iria á beber un vaso da cerveza. Esta costumbre se ha inaiiPhilips formaban solos el partido que ' ' « ^ ' ^ « f " ' « «'';«.lguradü bien, y vá acompañada do consejos atentos y gratuiba por la emancipación de los negros. Lincoln J '« "'a>0'''' tos que pueden ayudar ala curación del enfermo que ha perde los republicanos temían exasperar a I«?/:«beWes, y sfl manecido en el lugar de su habitual residencia, ó del que saopusieron enérgicamente á que se tratase üt> ¡"'•ery''"'' ''"V lí Jo ya de Yichy necesita continuar todavía por algún tiempo lo que se llamaba la institución del Sur. El impruu^.nio aa el uso de sus aguas bienhechoras. que del fuerte federal del Sumter por los de la Carolina .-'*'' Se ha construido UQ vasto taller , en forma de estación Sur, levantó hasia el entusiasmo el espíritu publico del Nofcerca de los Celestinos. Allí se preparan y acondicionan los to, y dio alas y prestigio á los abolicionistas, sin que sm millones de botellas que, f clocadas en íríí&s se espiden por embargo consiguiesen arrastrar consigo á la opinión tiue un ramal especial y se dirigen al camino de hierro qué une permanecía con Lincoln en las vías do contemplación hacia ahora ¡a población de Vichy á la estación de Saint-Germain los rebeldes; pero la derrota de! ejército federal compuesto les Fosses, en la linca do Lyon á Taris. toíiavía solamente de milicias locales, abriólos ojosa los Esta estacioa-taüer ha costado 400,000 francos ala compaEstados del Norte, y los llevó á adoptar la idea de la emanñía arrendataria, y ya obtiene una economía en los gastos de cipación forzosa abogada por Stevens, quien adquirió la immanipulación. Paíauo mañana vá á ensayarse una locomotora portancia de leader y órgano del partido en la Cámara «e para el trasporte de las aguas desde los manantiales de Haurepresentantes. •.' lerive ó de los del estab'ecimionto hasta el punto de espcdiDe entonces acá, conocida es de nuestros lectores 1» cíon. carrera parlamentaria del apasionado abolicionista- Lleva-Dícese que esta máquina de nuevo sistema no costará mas do por un fanatismo de igualdad que no conocía liüíitesv que de 13 á li,000 francos. Sí marcha tan bien como se dice el anhelo de asegurarla para los negros engendró en Stevci.» su odio hacia los blancos poseedores de esclavos, que no en las pendientes, procuraré enterarme y comunicárselo a Y. le permitía conocer la opresión é injusticia que encerraban Esta invención estaba hasta ahora ea su infancia, pero es las leyes de reconstrucción, á cuya adopción y defensa ha de tal utilidad que varios hábiles ingenieros mecánicos han consagrado los últimos dias de su vida. trabajado en perfeccionarla, y parece que lo han conseLa falta del Yulcano del radicalismo privará de su pringuido.—F. cipal apoyo á los furibundos del partido, pues el hombre mas notable que les queda, Butler, carece de toda respetaDe las curiosas crónicas del siglo XVII que está pubilidad y no será probablemente seguido, como|lo era Steblicando LA IBERIA, tomamos la siguiente, que pinta lo vens, por los que no siendo de su opinión cedían al iinliijo que era la Justicia y la sociedad en aquellos tiempos: del anciano pensilvaníense. DESACATOS Á LA JUSTICIA. «Un caso sucedió ayer bien particular, que está toda esta corte aturdida. Fué que dos caballeros, uno de hábito y otrocon merced do él, de lo mas noble de España, parientes del conde de Lemus y del marqués de Yillena , entraron en un coche unos pellejos de vino. Cojiólos un alguacil, trajeron el coche á provincia; á los caballeros los entraron en la cárcel. Yióse la causa el dia siguiente. El alguacil anduvo muy criminal. Dijolo el caball«ro quo tenía merced del hábito, que era hombre de dos caras: el alguacil le dijo que mentía, y después de salir de la sala le dio el caballero una valiente bofetada. El dia siguiente le condenó la sala á 400 azotes de inucrio y á diez años de galeras. Consultáronlo con el presidente: mandó que se ejecutase, aunque se escusa ahora que no le dijeron de la calidad. «Luego se juntaron treinta alguaciles á caballo con pistolas, y los alcaldes en los balcones de la cárcel; y rogando él que le cortasen la cabeza y la mano, y no lo afrentasen, no tuvo remedio; le sacaron y le dieron los azotes. Luego al punto, apeándole del borrico, le raparon, y subiéndole en una muía de albarda, lo llcwron á Toledo tras los galeotes. No se habla sino do estos rigores y desatinos. Dicen que esta mañana estuvo el Consejo Real en una consulta. Llámase el azotado D. Diego Pacheco de Figueroa: su padre es pagador en Galicia; tiene ua hermano sirviendo en Fiandes y otro en la carrera de Indias... «Eclesiásticos como seglares lo han agasajado, acariciado y consolado, por conocer su calidad y el arrojo que se habia tenido en sentenciarle. El sentimiento de los do Madrid ha sido incrciblo, y ha hecho eco en los ejércitos con harto daño y sentimiento de los cabos y soldados. Los generales han escrito á S. M., pidiendo una demostración grande para satisfacción déla milicia, y lo mismo ha hecho el Consejo de de Guerra. S. M. llegó aquí lunss, quo este lunes hizo ocho dias, y privó á cuatro alcaldes de sus plazas, y los desterró; y al agraviado se le hará satisfacción por lo quo vuestra reverencia verá par los decretos que envió S. M. El Consejo Real envió dos comisarios para que se snspondiese esta ejecución; y la respuesta fué se ejecutase sin dilación lo acordado; y así han salido hoy de Madrid á diversas parles los Icaklós condenados... »líl Consejo de Cíunara propuso á S. M. para fiscal dol Consejo Real á ¡). Ant;inio de Lezama, que es uno de los q-ae hoy están deslerrados por los azotes que dieron á aquel suidaitü esios dias pasados; y S. M. á la margen en la consuiía respondió:—Ya tengo dicho ni á osle, ni á otro ninguno de los qae yo he mandado salir de Madrid, me los propongáis para ningún oficio.—Tiene un hermano secretario y do los validos con S.M., por quien corro oí despacho cuando Rozas está malo, que suele ser muchas veces; y ha dado ocasión grande de reparo el que S. M. hablase con tanta claridad., ».i los alcaldes de cóite desterrados se los ha mandado pagar sus gajes, como si esíuviesen sirviendo; esto deben á D. Francisco Antonio do Alarcon, el cual hizo consulla á S. M., diciendo cómo le habia dado la lista de los ministros que hoy estaban sirviendo, y que na venían en ella los alcaides desierraijos; que representaba á S. M. que á ninguno se acostumbraba, aunque no sirviese, quitarle los gajos, y que algunos de ellos eran muy pobres, y que su celo habia sido de administrar justicia, aunque hubiesen errado é ido con demasiado deseo en la ejecución de ella; que suplicaba á S. M. permitiese se hiciese con ellos lo que so solía con los demás. S. M. respondió:—Hágase como lo pedís. ))A1 pobre caballero que tuvo la desgracia, ha mandado S. M. le consulten en el primer gobierno bueno que hubiere en Indias. Con esto S3 le dará satisfacción de los azotes; y á su padre le han dado una compañía de infantería; y á su hermana, para casarse, la veeduría de Galicia, con qua so soldará lo mejor que se pueda su desgracia; que no es de poca estimación so haya toíiiado tan de veras.» i^». Por el ministerio de Marina se haa adoptado entre" otras las siguientes disposiciones: Nombrando comandante de la fragata Resolución al capitán de navio D. .Luis Bula y Vázquez; comandante de marina de Algeciras al capitán de fragata D. Ángel Bello de Castro; segundo comandante de la provincia de Málaga al tenientecoronel de infantería de marina de la reserva D. José Ristory y Butler; segundo comandante de ía de Almería al comandante de dicho cuerpo D. José Michelena y Moreno, y ayudante del distrito de Muros al capitán del espresado cuerpo D..Santos Rouco y Lagos; para eventualidades del servicio en el departamento de Cartagena al capitán de fragata D. José Ramis de Aireflor y Alemany; comandante de la corbeta Masarredo al capitán de fragata D. José Cabeiro y Martínez; para el mando de la goleta Prosperidad al teniente de navio don José Marzan y Alcerán. Promoviendo á guardias marinas de primera clase á los de segunda D. Eduardo Pardo y Lastra, D. Emilio de Acosta y'üyermans, D. Federico López y Figueredo, don Adolfo Solas y Crespo , D. José Pover y Dávila, D. Miguel García y Villar, D. Pedro Peral y Caballero , don, Emilio Gentar y Savona , D. Tomás de Azcárate y Menendez, D. Miguel Giles y López , D. Salvador Amat y Oiiver, D. Eduardo Spinedi y Miguel, D. José María Gómez de Barreda, D. Luis Ibañez y Valera , D. Manuel Torrontegui y Cimbrano , D. Eduardo Menacho y Journó, D. Nicolás Allende Salazar y Muñoz, D. Enriqtie Pardo y Millet, D. José iturralde y Fernandez , D. Arturo Fernandez de la Puente, D. Adolfo Contreras Monte, don José Delgado y Arango, D. Joaquin Pardo y Miilet, don Federico Compañó y Roset y D. Miguel Basabrú y Aimerich; y á alférez de navio al guardia marina de primera clase Ü. Emilio García Barzanallana. Nombrando capitán del puerto de Cádiz al capitán de navio D. Victoriano Sánchez y Barcáiztegue; comandante subinspector del arsenal de Puerto-Rico al teniente de navío_D. Agustín Tellez; comandante del navio Reina Isabel II al capitán de navio D. José López de Haro , y para el mando del bergantín Yaldés al capitán de fragata D. Luis Regalado. Promoviendo al empleo de teniente de navio al alférez de igual denominación D. Fernando Aguilar. Desde hoy nadie podrá dudar de las maravillosas euralogradas por la Revalenta Arábiga Du Barry. A las mil prues has de agradecimiento recibidas, tenemos la dicha de poder añadir la del Papa. La GACETA UEL MEDIODÍA la publica en los siguientes términos: «ROMA 21 de julio 186S.—La salud de Su Santidad es escelente , sobre todo desde que, absteniéndose de otros remedios, hace uso en sus comidas de la Revalenta Arábiga Du Barry, con la cual ha tenido resultados sorprendentes. Sa Santidad no tiene palabras bastantes para elogiar esta escelente harina, de la cual toma un plato en cada comida.» Curación núm. H8,918: De la señora marquesa de Bréhan, de siete años de enfermedad del hígado, decaimiento, debilidad, irritabilidad, afección de los nervios completa, mala digestión, constante falta de sueño y una agitación nerviosa en estremo insoportable. Curación núm. 58,933. Barr (Bas-Rhia), 4 de junio dé ISCl.—Muy señor mió: la Revalenta ha obrado sobre mí maravillosamente; la fuerza me ha vuelto, y una nueva vida me anima como aquella de la juventud. El apetito, fque,dué^ll0_ rante muchos años habia casi desaparecido, me ha vuelto admirablemente, y la- presión y apretura que padecía en la ca«jai ISllET® C A B S I J S 'ffKASATIiAa'l'SC®. beza, que desde hace 40 años se habia puesto en estado crónico, ha dejado de molestarme mas.—David Ruff, propietario. La facilidad de las relaciones entre ambos mundos tiende Efectivamsnte, mas de 70,980 curaciones logradas por á aumentarse cada vez mas. El ASlánlioo vá á verse cruzado esto escelente alin-iento, prueban que las miserias, peligros por un nuevo cabio telegráfico. y desengaños que hasta hoy han esperiraentado los enfermos El cxiiodc 1)3 dos cablas ingleses, qno tras las dificultacon drogas repugnantes, sehallan reemplazados por la segudes inhoronics á una primera operación de esto género listan ridad da una pronta y completa curación por mfedio de la dedando con.5Íderab!cs beneficios á los accionistas do la Aüanliciosa Revalenta Arábiga Du Barry, de Londres, que restaIk C')mpan'j y da ia Aiigin amerkan Cmnpamj, han •estimuiado blece por compla'ü los órganos de la digestión, los nervios, la fundación do tina Sociedad fiancosa que ha obtenido la pulmones, hígado y ¡ncrabrana mucosa, curándolas dispepconcesión csclusiva da! gobierno imperial durante veinte sia, gastritis, gastralgias, estreñimiento frecuente, almorraaños, y una conacíion del iístado de Nnsva-York para la esnas, bilis, gasas, palpitaciones, diarreas, hinchazón, acciplotacion do cabios tologcáficos entre aqnc'lEstado yFraa(¿,i. dentes, ruidos en los oidos, vómitos, dolores, calambres y Prescindiendo do los detalles financiaros, de los que solo espasmos del estómago, insomnios, tos; opresiones, asmas, diremos que el capilal do la compañía es de .'30 ntillonos de bronquitis, tisis, herpes, erupciones, melancolías, reumas, francos, divididos on G0,0!)9 acciones, daremos algunos degota, fiebre, catarro, histérico, neuralgia, vicio déla sangre, talles del proyecto. hidropesía, falta de colores y fuerza nerviosa. El nuevo ca!)!e telegráfico se tenderá entro Brest y NueEn cajas de hoja de lata do media libra, 12 rs.; una libra, va-York. Su longitud será de 3,0í7 millas, y so dividirá en ¿3 rs.; dos libras, 37 rs.; cinco libras, 89 rs.; doce libras, dos secciones: h primara, desde Brest á ía isla da San Pe170; 24 libras, 390 rs. dro (cerca do Terranova), posesión f-anccsa, medirá 2,323 La Revalenta al chocolate Du Barry, en polvo. Esquisito millas: la segunda, desde San Pedro al litoral norte-americaahmaniosutnamente sustancial, asimilante y fortificando los " no, con m millas; habrá además un ramal lei-res!re para nervios y lascarnos, sin causar dolores de cabeza ni calenempalmar el punto de llagada con la ciudad do Nueva-York. tamientos, ni ninguno de los demás inconvenientes pi'odu oíEl buqao monstruo, el Great-Easlern, so empieai'á en la dos por los chocolates usuaimente empleados. En.cajas de 12 inmersión dal cable. lazas, 12 rs.; de ti tazas, 20 rs.; de 288 tazas, 173 r s . ; do La construcción está encargada á Tekgrápk ConMmetion a78 tazas, 300 rs., ó saa dos cuartos la taza. and jíaifítmtance Cmipniíij, y reunirá las mismas condiciones Se vende en casa de los Sres. Du Barry y compañ ía, caqna la da ios crifck's'ingíescs, con los perfeccionamientos que lle í'o Yaiverdo, núm. 1, y en todas las principales b óticas y la cspericücia ha indicado. ticíilas de ultramarinos del país. Ui nuevo cabio estará taicbicn en coiaunioacion con In-