tema 8.- la dictadura de primo de rivera

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Historia de España 2º de Bachillerato. Profesor Antonio Luis Díaz García
IES Luis de Morales. Arroyo de la Luz (Cáceres)
TEMA 8.- LA DICTADURA DE PRIMO DE RIVERA
Texto 9.- Manifiesto de Primo de Rivera
Desde 1923 hasta 1930 se desarrolla la Dictadura de Miguel Primo de Rivera, que sustituye al
sistema de la Restauración, que entra en crisis definitiva desde 1917. La dictadura será el último
sostén de una monarquía también en crisis, de manera que cuando en 1930 dimita el dictador,
los días de Alfonso XIII como rey estarán ya contados.
1.- LA CRISIS DE LA MONARQUÍA DE ALFONSO XIII
El sistema de la Restauración sufrió su primera crisis con el Desastre del 98. Tras él el
Régimen irá de crisis en crisis hasta su agotamiento final y sustitución por la Dictadura de Primo
de Rivera. La Semana Trágica de 1909 y la represión posterior por parte del gobierno
desprestigiaron al régimen a nivel internacional y mostraron además la separación que existía
entre el régimen y las clases populares.
Desde 1909 a 1923 se desarrolló un periodo en el que se manifestó la crisis de los Partidos
del Turno y el propio Turno de Partidos como lo había diseñado Cánovas. La crisis de los partidos
del turno (Conservador y Liberal) se debió a que no eran partidos de masas y, por tanto,
dependían demasiado de líderes como Cánovas, Sagasta o Canalejas. Cuando éstos
desaparecieron, la falta de liderazgo produjo luchas internas por el poder. Paralelamente, la
oposición política, marginada del sistema canovista, se reforzaba en los primeros años del siglo
XX. Entre la oposición política adquirieron mucha fuerza los partidos republicanos; también se
siguieron desarrollando los grupos obreros: socialistas (PSOE) y anarquistas (CNT, a partir de
1910), al ritmo del desarrollo industrial. También destaca el desarrollo de los partidos
nacionalistas, especialmente de los catalanistas.
España no participó en la Primera Guerra Mundial (1914-1918) aunque la guerra tuvo efectos
económicos y sociales muy importantes en España. Durante la guerra, España pasó a ser
suministradora de materias primas y alimentos a los contendientes, lo cual hizo aumentar mucho
las exportaciones. Sin embargo, el aumento de la demanda exterior provocó un ascenso
generalizado de los precios. Mientras tanto, los beneficios obtenidos no se repartieron
adecuadamente, ni se produjo un ascenso paralelo de los salarios (gráfico, pág. 255).
Consiguientemente, las clases bajas perdieron poder adquisitivo y aumentó el descontento y la
conflictividad social (con un aumento en las afiliaciones a los sindicatos y del número de
huelgas).
Todos estos problemas económicos y sociales se unieron al problema político y al
descontento en el ejército, y finalmente se precipitaron en la crisis de 1917:
La primera manifestación de esta crisis fue la creación de las Juntas Militares de Defensa. Las
razones de esta movilización fueron el descontento entre los oficiales medios del ejército por la
pérdida del poder adquisitivo de los militares, y los ascensos por méritos de guerra que
beneficiaban a los militares que estaban en Marruecos. El rey Alfonso XIII, lejos de luchar contra
este movimiento de insubordinación, lo apoyó, convencido de que el ejército era la mejor
defensa contra la oposición política al sistema de la Restauración y el mejor sustituto frente a la
crisis política de dicho sistema. Al gobierno, ante el apoyo del Rey, no le quedó otra salida que
reconocer a las Juntas Militares de Defensa y negociar sus reivindicaciones.
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La Asamblea de Parlamentarios fue el segundo capítulo de la crisis de 1917. Se trató de una
especie de “parlamento alternativo” a las Cortes, reunido en Barcelona en julio de 1917, por
iniciativa de Cambó y la Lliga Regionalista, pero que pretendía unir a toda la oposición política al
sistema de la Restauración: republicanos, nacionalistas y socialistas (texto, página 256) y que fue
disuelta por orden del gobierno por la Guardia Civil. La Asamblea de Parlamentarios pudo ser una
revolución política incruenta, pues pretendía comportarse como una asamblea constituyente
que modificara definitivamente el caduco sistema de Cánovas. Sin embargo, fracasó por las
propias diferencias entre sus componentes (incluían a representantes de los empresarios
catalanes y obreros a un tiempo), la oposición frontal del Rey y del ejército, y el miedo de los
grupos burgueses a la Huelga General.
El tercer capítulo de la crisis de 1917 fue la Huelga General promovida al mismo tiempo por
socialistas y anarquistas, y que protestaba contra la pérdida de poder adquisitivo de los obreros.
Sin embargo, más importante que las reivindicaciones laborales (típicas de una huelga), eran las
reivindicaciones de un cambio en el sistema político que justifican que se califique a ésta como
una Huelga Revolucionaria (texto, página 257). La huelga tuvo éxito en zonas urbanas
(Barcelona, Madrid, Vizcaya, Asturias, Zaragoza), pero apenas tuvo importancia en otras zonas
como Andalucía. La respuesta del gobierno fue negarse a negociar y el uso de la fuerza. El
ejército fue así utilizado como una fuerza de orden público contra los huelguistas causando más
de 70 muertos y 2000 detenidos.
Tras la crisis de 1917 se hizo patente la inoperancia del sistema político de la Restauración y
su incapacidad de abrirse a un modelo más democrático. Aún se intentó revitalizar con gobiernos
de concentración que reunían a todas las fuerzas políticas monárquicas, incluida la Lliga
Regionalista, pero éstos también fracasaron.
Una vez finalizada la I Guerra Mundial la economía española vuelve a entrar en crisis y se
agudizan los problemas sociales. Especialmente serán graves en Barcelona donde los sindicatos
anarquistas tienen una gran fuerza, y organizan en las industrias numerosas huelgas que obligan
a los empresarios a conceder mejoras laborales (aumentos salariales, jornada de 8 horas). Para
frenar el auge sindical los empresarios responden con la creación de grupos violentos que
actúan, con el apoyo de la policía y el gobierno, contra esos sindicatos. De esta manera desde
1917 hasta 1923 en Barcelona se desarrolla un clima de pistolerismo con numerosos asesinatos
por ambos bandos (empresarios y sindicatos anarquistas) y la aplicación por parte de las
autoridades de la llamada ley de fugas a los miembros de los sindicatos detenidos. Además en el
campo andaluz y extremeño, ante la pésima situación económica y social de los campesinos y
con el ejemplo de la revolución rusa, los campesinos organizan numerosas huelgas y
sublevaciones, dando lugar a una etapa conocida como Trienio bolchevique (1918-1921)
(ilustraciones y texto páginas 258-259).
Ante esta situación a la Monarquía sólo le quedaban dos opciones: o se democratizaba
intentando dar cabida en su seno a los grupos de oposición que cada vez tenían más fuerza y
recogían el descontento de la población, o recurría a una dictadura. El Desastre de Annual con
más de 10.000 soldados españoles muertos y la exigencia de responsabilidades que apuntaban a
los altos mandos militares e incluso al Rey agudizó la crisis y el desprestigio del sistema. A partir
de ese momento al Rey si quería mantenerse en el trono y mantener el dominio de la oligarquía
sólo le quedaba la solución dictatorial: la dictadura de Primo de Rivera.
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2.- LA DICTADURA DE PRIMO DE RIVERA (1923-1930)
2.1.- El Golpe de Estado
El 13 de septiembre de 1923 Miguel Primo de Rivera, capitán general de Cataluña, dio
un golpe de Estado declarando el estado de guerra. A continuación publicó un manifiesto en el
que declaraba los motivos para rebelarse y sus intenciones. Contó inmediatamente con el apoyo
del rey Alfonso XIII, quién le encargó formar gobierno, legalizando así un acto anticonstitucional
y convirtiéndose en responsable directo de la Dictadura.
Los objetivos del golpe eran acabar con el sistema parlamentario - al que Primo tachaba de
inmoral y corrupto-, garantizar el orden público, terminar con el separatismo y solucionar el
problema marroquí. En realidad la dictadura de Primo de Rivera fue el último recurso para
mantener una monarquía en crisis y el poder de la oligarquía, frente al avance de los grupos de
oposición, cada vez más fuertes, especialmente el movimiento obrero con socialistas y
anarquistas al frente. Primo de Rivera utilizaba un lenguaje próximo al regeneracionismo e
intentó imitar algunas características del fascismo italiano.
Apenas hubo oposición al golpe de Estado. Sus apoyos sociales se encontraban entre la
oligarquía de terratenientes e industriales, los católicos, el ejército, gran parte de las clases
medias. En el mundo obrero, los socialistas no ofrecieron resistencia e incluso colaborarán con el
régimen. En cambio anarquistas y comunistas fueron los únicos que se opusieron, convocando
manifestaciones y huelgas en contra del golpe de Estado, lo que servirá de justificación al
dictador para su ilegalización.
2.2. Etapas de la dictadura.
2.2.1.- El Directorio Militar (1923-25)
La Dictadura se presentó como una solución provisional, para poner orden y solucionar los
males de España. Era una dictadura autoritaria cuyas primeras medidas fueron: la suspensión de
la Constitución de 1876 y de los derechos constitucionales, la disolución de las Cortes y el
establecimiento de un Directorio militar, presidido por Primo de Rivera, encargado de gobernar
el país. El dictador concentraba en sus manos todos los poderes (ejecutivo, judicial y legislativo,
gobernando mediante decretos-ley) siendo asesorado por un grupo de militares. Colocó en los
puestos claves de la Administración a militares (gobernadores provinciales, delegados del
gobierno en los ayuntamientos).
Prohibió los sindicatos y las huelgas, mantuvo el orden público con mano dura. Acusó a los
nacionalistas catalanes, tanto los autonomistas como los separatistas, de romper la unidad de
España. Prohibió el uso oficial de la lengua y la bandera catalanas, e incluso bailar la sardana. Con
estas medidas el catalanismo se radicalizó aún más.
En 1924 formó la Unión Patriótica (UP), su partido político y el único legal siguiendo el
modelo fascista. El partido pronto se llenó de antiguos caciques, oportunistas, tradicionalistas
católicos y adeptos al régimen, pero nunca tuvo una existencia autónoma del dictador, que
centralizaba todo el poder.
La decisión de Abd-el-Krim de atacar la zona del Protectorado francés en Marruecos posibilitó
la realización de una acción militar conjunta franco-española contra el mismo. Las tropas
españolas desembarcaron en la bahía de Alhucemas (septiembre de 1925) y vencieron a las
kábilas (tribus) rifeñas. Abd- el-Krim se rindió a las autoridades francesas. El final victorioso en la
guerra de Marruecos fue el gran éxito de Primo de Rivera y le dio una enorme popularidad.
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2.2.2.-El Directorio Civil (1925-1930)
Primo quiso mantenerse en el poder e institucionalizar la dictadura. Para ello en diciembre de
1926 entraron seis civiles en el Directorio. UP intentó sin éxito aglutinar un amplio espectro
político para legitimar a la dictadura, pero fue sólo un instrumento de propaganda oficial en el
que se integraron políticos fracasados y oportunistas. En 1927 se constituyó una Asamblea
Nacional Consultiva. Esta asamblea no legislaba, tan sólo asesoraba e informaba al dictador.
Tenía 400 miembros designados por el gobierno, los cuales eran miembros de la UP, del ejército
y de los grupos económicos más poderosos del país. La Asamblea fracasó rápidamente en su
tarea de preparar un proyecto de Constitución, que no se aprobó.
Entre las realizaciones del régimen destaca su política económica, llevada a cabo por el
ministro José Calvo Sotelo. Aprovechando la coyuntura económica favorable (los felices veinte,
periodo de desarrollo económico internacional), la etapa de la dictadura fue de prosperidad
económica, consolidándose el capitalismo en España. Hubo un fuerte intervencionismo
estatal controlando todos los sectores productivos, reforzándose el proteccionismo; se
subvencionaron empresas con dinero público y se incrementaron las inversiones públicas en
infraestructuras (carreteras, escuelas, obras hidráulicas). Aparecieron las Confederaciones
Hidrográficas y los monopolios: Tabacalera, Telefónica, Loterías y CAMPSA, ésta última se
ocupaba de la distribución y venta del petróleo. Los mayores beneficiarios de esta política fueron
los grandes capitalistas. El Estado se endeudó en exceso y aunque los obreros mejoraron su nivel
de vida, continuaron con salarios bajos; mientras la situación de los jornaleros rurales continuó
siendo miserable.
En cuanto a la política social se crearon los Comités Paritarios que eran unos organismos
oficiales compuestos por representantes de patronos y obreros y un representante del gobierno.
De influencia fascista, su función consistía en resolver los conflictos laborales. Los socialistas
de UGT, dirigidos por Largo Caballero, participaron en estos Comités, logrando una política
reformista (viviendas obreras, mejoras asistenciales). Pero fueron muy criticados por los
comunistas y anarquistas, que eran perseguidos por el régimen.
Primo de Rivera estableció el Somatén, una milicia de origen catalán, formada por
voluntarios y apoyada por las clases medias conservadoras para combatir el sindicalismo, y lo
extendió a toda España para mantener el orden público.
2.3.- Caída de la dictadura
A mediados de 1928 se hizo patente la decadencia de la dictadura. Se explica por
varios factores: a) El creciente aumento de la oposición al régimen que abarcaba un amplio
espectro político y social: republicanos, anarquistas, comunistas, nacionalistas, estudiantes e
intelectuales (entre los que destacaron Unamuno, Ortega y Gasset, Marañón que fueron siempre
muy críticos con la dictadura y fueron represaliados). b) Creció el descontento en un sector del
ejército por las decisiones arbitrarias de Primo de Rivera. c) Las crecientes dificultades
presupuestarias del Estado, endeudado e incapaz de realizar una reforma fiscal que estableciera
un impuesto progresivo sobre la renta debido a la oposición de las clases acomodadas;
la Exposición Universal de Sevilla (1929), que el dictador había organizado por cuestión de
prestigio, aumentó la deuda, así como el inicio de la crisis de 1929. d) La reaparición de
los conflictos sociales con movimientos huelguísticos motivó que los socialistas abandonaran a
Primo de Rivera y pasaran a defender la República como el régimen más adecuado. Aquejado de
una grave enfermedad Primo de Rivera presento su dimisión al rey Alfonso XIII el 27 de enero de
1930, quién se apresuró a aceptarla. Primo de Rivera se exilió a París donde murió dos meses
después.
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3.- EL PROBLEMA DE MARRUECOS DURANTE EL REINADO DE ALFONSO XIII
Tras el Desastre del 98 España pretende recuperar prestigio a nivel internacional, en una
época en que las potencias europeas estaban construyendo su imperio colonial. Por ello se pone
como objetivo ampliar el
control de
Marruecos,
donde ya tenía algunas
posesiones: Ceuta, Melilla,
Peñón de Vélez de la
Gomera,
Peñón
de
Alhucemas
e
islas
Chafarinas (el denominado
Marruecos español).
Junto al apoyo del
ejército a favor de la
intervención en el norte de
Marruecos, para recuperar
el prestigio perdido en
Cuba, eran importantes los intereses de la burguesía ante las perspectivas de negocio por la
construcción de ferrocarriles y la explotación de las minas de hierro del Rif.
La intervención española en el norte de África fue reconocida por Francia, en un
momento en el que las potencias europeas se habían repartido ya el continente africano y sólo
quedaban algunos territorios, como Marruecos, por repartir. En 1906 en la Conferencia de
Algeciras se acordó conceder a Francia y España el protectorado conjunto sobre el sultanato de
Marruecos quedando la zona del Rif (norte de Marruecos) bajo control español.
A continuación, varias compañías mineras españolas comenzaron a explotar el hierro de
esa zona, lo que originó los primeros ataques de las kabilas (o tribus rifeñas). Este hecho motivó
la decisión del Gobierno español de enviar a los reservistas a la guerra, lo que desencadenó la
Semana Trágica de Barcelona (finales de julio de 1909), una sublevación obrera en Barcelona y
ciudades vecinas contra la orden de embarque de los reservistas a Marruecos. Durante tres días
se sucedieron luchas callejeras, enfrentamientos entre huelguistas y miembros de la policía y el
Ejército, y asaltos y quemas de conventos por parte de las clases populares (estos ataques a
conventos mostraban cómo las clases bajas urbanas identificaban a la Iglesia con el orden
constituido y con los intereses de las clases dominantes). La respuesta del gobierno de Maura
contra la Semana Trágica fue el uso de la fuerza, e incluso una represión exagerada. El balance
fue de más de un centenar de muertos. Luego llegaron las detenciones en masa y los juicios. El
más grave fue el procesamiento irregular, condena y ejecución del pedagogo anarquista
Francisco Ferrer y Guardia, fundador un movimiento pedagógico renovador llamado Escuela
Moderna. Hoy parece demostrado que no participó en los hechos. Su ejecución produjo una
oleada de protestas internacionales y el gobierno de Maura tuvo que dimitir. De este modo, en la
Semana Trágica de Barcelona estallaron a la vez todos los conflictos latentes en el Sistema de la
Restauración ante la opinión pública y comenzó la lenta ruina de dicho sistema político.
El conflicto en Marruecos continuó en años posteriores con diversos altibajos y, en este
contexto, se creó en 1920 un nuevo cuerpo militar preparado para la guerra colonial: la Legión.
Será en Marruecos donde algunos militares españoles (Franco, Mola, Yagüe, Millán Astray…)
realizarán su carrera militar con rápidos ascensos por méritos de guerra. Son los llamados
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africanistas que adquirirán una mentalidad de guerra colonial basada en el predominio del
ejército sobre las autoridades civiles, y el trato cruel a la población civil, mentalidad que años
más tarde aplicarán en la
Guerra Civil española
En 1921 vuelve a
complicarse la guerra: una
pésima
actuación
del
general
Silvestre
que
intenta ocupar la zona
oriental del Rif, unido al
empuje de las tropas
indígenas dirigidas por
Abd-el-Krim
contra
el
ejército español, dan lugar
al desastre de Annual,
(con más de 10.000
soldados
españoles
muertos).
Este desastre causa una gran conmoción entre la opinión pública que exigió que se
investigaran las responsabilidades. Los militares se dividen en dos bandos: los partidarios de la
retirada del ejército de Marruecos, y los que deseaban continuar en la zona (los africanistas,
como medio de obtener ascensos rápidos). Se crea una comisión dirigida por el general Juan
Picasso que apunta a responsabilidades de los altos mandos militares e incluso del Rey que había
animado a realizar la operación militar. En este contexto se produce el golpe de Estado de Primo
de Rivera que instaura una dictadura y paraliza las investigaciones (página 260).
Primo de Rivera era partidario del abandono, pero ya en el poder un hecho le haría
cambiar de opinión: Abd el Krim, creyendo ya derrotados a los españoles, realiza ataques dentro
del Marruecos francés. Esto impulsa la colaboración franco-española, que culmina en el
desembarco de Alhucemas (8-IX-1925). Un moderno ejército mixto de más de 13.000 hombres,
apoyados por tanques, aviones y lanchas, se enfrenta a las cabilas de Abd el Krim, a las que
infringen una severa derrota. Las operaciones concluyen cuando el líder rifeño se entrega a los
franceses, pacificándose la zona. Será el mayor éxito militar de la dictadura, finaliza el problema
de Marruecos y se restaura el prestigio del ejército, garantizando la adhesión de los africanistas
al régimen de Primo de Rivera.
Durante esta guerra el ejército español usó armas químicas contra los rifeños,
especialmente el gas mostaza que se usó entre 1921 y 1927 tanto contra los sublevados como
contra la población civil del Rif causando una gran y cruel mortandad.
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