El Derecho de autodeterminación: análisis jurídico

Anuncio
“El Derecho de autodeterminación: análisis jurídico”
Jornada
“ El Derecho de
autodeterminación:
análisis jurídico”
Barcelona, 31 de enero de 2014
RESUMEN DE L AS
PONENCIAS
1
“El Derecho de autodeterminación: análisis jurídico”
L
a Comisión de Defensa de los Derechos de la Persona y del Libre Ejercicio de la Abogacía del Colegio de Abogados de Barcelona organizó el día 31 de enero de 2014 un acto público bajo este título, con la asistencia de unas 160 per­
sonas que llenaron la octava planta del Colegio.
La Jornada se inauguró con las in­
tervenciones, en nombre del Colegio, de la Sra. Rosa Maria Barberà, Vicedeca­
na del ICAB, que excusó la asistencia del Decano, y de la Sra. Esther Palmés, Diputada del Junta de Gobierno del ICAB, que hizo referencia al papel histó­
rico de la Comisión de Defensa en el mar­
co del Colegio de Abogados.
La Jornada contó con siete ponen­
cias, a cargo de prestigiosos expertos en Derecho Internacional y en Derecho Constitucional, que conformaban dos me­
sas. La primera de ellas, compuesta por Matamala, miembro de la Comisión de Defensa y Presidente de Honor de la AED (Abogados Europeos Demócratas), que abrió la Jornada con una breve interven­
ción para justificar el interés y la oportu­
nidad del tema escogido. La segunda mesa estaba formada por los señores Bojan Brezigar, politólo­
go y periodista esloveno; Xavier Solano, asesor del Scottish National Party; Da­
niel Turp, profesor de la Universidad de Montreal; y Carles Viver Pi­Sunyer, Presidente del Consejo Asesor para la Transición Nacional y catedrático de De­
recho Constitucional de la Universidad Pompeu Fabra. Tenía por título “El ejer­
cicio del derecho a la autodetermina­
ción”, y estaba moderada por la Sra. Marion Hohn, Presidenta de la Asocia­
ción Catalana para la Defensa de los De­
rechos Humanos.
La Jornada fue clausurada con una intervención de la Sra. Mireia Mon­
los señores Gerardo Pisarello, profesor tesinos, Presidenta de la Comisión de de Derecho Constitucional de la Universi­
Defensa, que dio lectura a las conclusio­
nes de la misma.
dad de Barcelona; Javier Pérez Royo, catedrático de Derecho Constitucional de la Universidad de Sevilla, y Anna Badia Martí, catedrática de Derecho Interna­
cional de la Universidad de Barcelona. A continuación ofrecemos un resu­
men de lo más relevante de las interven­
ciones de la Jornada.
Tenía por título “Los fundamentos del derecho a la autodeterminación”, y estaba moderada por el Sr. August Gil 2
“El Derecho de autodeterminación: análisis jurídico”
cargo del moderador Sr. August Gil Ma­
tamala.
En enero de 2013, hace justamente un año, la Comisión de Defensa del Cole­
gio de Abogados de Barcelona aprobó y hizo público un informe con un título idéntico al del presente acto: “El Derecho a la autodeterminación: análisis jurídi­
co”. Este documento tuvo una considera­
ble difusión y aún hoy lo podemos encon­
trar circulando por la red informática. Como conclusión del informe la Comisión de Defensa afirmaba que “es un derecho inalienable de Cataluña, como comuni­
dad nacional, el poder decidir sobre su futuro, ya sea dentro del Estado donde está integrado o separándose de él para constituir un nuevo estado soberano, se­
gún lo decida la voluntad mayoritaria, democráticamente y pacíficamente expre­
sada, de sus ciudadanos”.
Durante el año transcurrido desde aquel documento, nuestro posicionamien­
to se ha visto confirmado por una serie de hechos importantes: la Declaración de So­
beranía, aprobada por el Parlamento de Cataluña el mismo enero de 2013; la constitución del Consejo Asesor para la Transición Nacional; la continuidad y la amplificación de las movilizaciones ciuda­
danas a favor del derecho a decidir y de la independencia; y, finalmente, el acuerdo tomado por el Parlamento de Cataluña el mes pasado, con una mayoría de práctica­
mente los dos tercios, de convocar un re­
feréndum para el 9 de noviembre de 2014.
Pero también durante todo este año hemos comprobado cómo el Gobierno y las instituciones del Estado, importan­
tes medios de comunicación y los dos par­
tidos mayoritarios españoles, y última­
mente la FAES, se han empeñado en con­
vencernos que estamos equivocados. Su argumentación es tan simplista como rei­
terativa su formulación, y se puede resu­
mir en dos afirmaciones, presentadas casi como verdades absolutas e indiscuti­
bles. Primera afirmación: el derecho de autodeterminación es un mito anacróni­
co, y, en cualquier caso, no sería aplicable a Cataluña. Segunda afirmación: la con­
sulta al pueblo catalán acordada por el Parlamento es contraria a la Constitu­
ción, por lo tanto no se podrá celebrar en el marco de la legalidad. Es evidente, pues, que el debate jurídico sobre el dere­
cho a la autodeterminación se ha conver­
tido en un espacio de confrontación con el Estado prioritario en el proceso sobera­
nista abierto en Cataluña.
El Colegio de Abogados de Barce­
lona no podía quedar al margen de un de­
bate de tanta trascendencia social y jurí­
dica, y es por ello que la Comisión de De­
fensa ha querido convocar un conjunto de eminentes juristas y politólogos, expertos en temas de legalidad constitucional e in­
ternacional, para que nos ayuden a ver claro y nos aporten sus valiosas reflexio­
nes sobre el tema que nos ha reunido hoy aquí.
x
INTRODUCCIÓN A LA JORNADA, a 3
“El Derecho de autodeterminación: análisis jurídico”
RESUMEN DE LAS PONENCIAS
EL DERECHO A LA AUTODETERMI­
NACIÓN DESDE LA PERSPECTIVA DE LOS DERECHOS FUNDAMEN­
TALES
Ponencia a cargo del Dr. GERARDO PISARELLO, jurista argentino, Profesor de Derecho Constitucional en la Universi­
dad de Barcelona y miembro del Observa­
torio DESC y del grupo de juristas del Colectivo Praga. Desde el punto de vista histórico el derecho a la autodeterminación apare­
ce como la facultad que se atribuye a un pueblo de poder decidir libremente su marco político, cuando este pueblo está sometido contra su voluntad a una situa­
ción de dominación o minoración exterior. Es decir, cuando está obligado a aceptar por medios no democráticos un sistema de gobierno rechazado por la mayoría. El derecho a la autodeterminación nace liga­
do a las concepciones de Rousseau y al principio democrático, en el marco de las luchas contra las monarquías absolutas de los siglos XVIII y XIX. La independen­
cia de los Estados Unidos es posiblemente uno de los ejercicios más acabados del de­
recho al self government. En Europa el re­
conocimiento del derecho a la autodeter­
minación se produce en el contexto de la primera posguerra mundial y en el marco de la caída de los imperios multinaciona­
les; se consolida universalmente con la aparición de los movimientos de libera­
ción nacional y los procesos de descoloni­
zación y es reconocido jurídicamente en los grandes Pactos Internacionales de De­
rechos Humanos con carácter general a todos los pueblos. Actualmente, el dere­
cho a la autodeterminación admite dife­
rentes formulaciones y cimentaciones ju­
rídicas, que van desde el reconocimiento al derecho a la independencia en la Cons­
titución de Etiopía, hasta construcciones jurídicas específicas que otorgan mayor relevancia al principio democrático, como ocurre en Quebec o en el acuerdo entre los Gobiernos de Escocia y del Reino Uni­
do. Es pues un derecho que no se aplica únicamente a los pueblos en situación co­
lonial, sino también cuando se da una si­
tuación objetiva de reiterada denegación o desconocimiento de la personalidad ju­
rídica, lingüística o cultural de una comu­
nidad política; o bien cuando existe, sim­
plemente, una importante demanda sub­
jetiva de ejercerlo, es decir, una voluntad mayoritaria y clara, libremente confor­
mada, en este sentido. En cierto modo, el derecho a decidir se podría entender como la actualización del derecho a la au­
todeterminación que coloca el énfasis no tanto y sólo en los agravios pasados como en la existencia presente de una voluntad clara y mayoritaria.
Lo que muchos autores llaman el problema español es la incapacidad de una determinada configuración del Esta­
do para reconocer o dar un encaje demo­
crático a su diversidad cultural, lingüísti­
ca, jurídica y nacional. Una incapacidad que se expresó muy claramente durante la monarquía centralista del siglo XIX y 4
“El Derecho de autodeterminación: análisis jurídico”
durante el franquismo, pero también con diferentes modulaciones en la actual mo­
narquía parlamentaria. En el caso de Ca­
taluña, la reivindicación del derecho a la autodeterminación se ha planteado con fuerza por el hecho de que este país se adapta perfectamente a las exigencias que según las Naciones Unidas determi­
nan la existencia en sentido jurídico de un pueblo, y por expresiones reiteradas de auto identificación como tal. Ya el pro­
yecto de Estatuto de 1931, llamado de Nuria, lo proclamaba en su preámbulo. La mención al derecho a la autodetermi­
nación desapareció en la tramitación del Estatuto en las Cortes Generales, des­
pués del intento de golpe de estado del General Sanjurjo. El derecho a la autode­
terminación de los pueblos, aplicado a Cataluña y al País Vasco, fue una reivin­
dicación presente en la mayoría de los partidos de la oposición antifranquista, así como en el debate constituyente de 1977 /78, en especial en la enmienda pre­
sentada por el diputado de Euskadiko Es­
querra Francisco Letamendia. Si el reco­
nocimiento de este derecho no fue final­
mente incorporado a la Constitución no se puede atribuir sólo a la falta de volun­
tad de los protagonistas políticos del mo­
mento sino también por la evidencia de que el proceso constituyente estaba tute­
lado por la presencia del ejército y otros poderes vinculados a la dictadura. Las versiones originales de los artículos 1 y 2 de la Constitución tenían redacciones mucho más favorables a la consideración de España como un estado plurinacional. Es importante recordar que la redacción definitiva del artículo 2, con la mención a la "indisoluble unidad de la nación espa­
ñola", llegó redactado a mano en un sobre directamente de la Moncloa, como expli­
caba uno de los ponentes, Jordi Solé Tura.
Es cierto que a pesar de ello el tí­
tulo octavo de la Constitución y una in­
terpretación abierta de su texto permitie­
ron un considerable grado de autogobier­
no a las nacionalidades y regiones consti­
tuidas en comunidades autónomas, pero también es una evidencia empírica de que estas cotas de autogobierno fueron más fruto de la presión de las periferias que de las convicciones de los partidos que go­
bernaron el estado. Como lo demuestra una reiterada tendencia a la invasión competencial y la elevada conflictividad ante el Tribunal Constitucional, el Esta­
do de las Autonomías ha sido de hecho un Estado temeroso de las comunidades au­
tónomas, como ha quedado muy patente con la sentencia 31/2010 del TC sobre la reforma del Estatuto de Cataluña. Todo esto explica en buena medida la persis­
tencia de la reivindicación del derecho a la autodeterminación, incluso por parte de partidos que habían acatado el marco de la Constitución española. Así consta en la Declaración de Barcelona de 1998, firmada por diferentes partidos catala­
nes, gallegos y vascos, y en reiteradas re­
soluciones del Parlamento de Cataluña desde 1989 hasta la declaración de sobe­
ranía y del derecho a decidir de enero de 2013.
5
“El Derecho de autodeterminación: análisis jurídico”
dad internacional para hacer valer este derecho universal e inalienable.
x
Si bien es una realidad que el pue­
blo de Cataluña no tiene reconocido en el marco de la Constitución española el de­
recho subjetivo a la autodeterminación, esto no debería ser obstáculo para que en Cataluña se pueda celebrar una consulta o referéndum para decidir su estatus jurí­
dico, con la posibilidad de que una de las opciones sea la independencia, tal como han reconocido los juristas que integran el Consejo para la Transición Nacional y muchos otros expertos en derecho consti­
tucional. Existe un deber del Gobierno del Estado, vinculado por el principio de­
mocrático y por mandato del artículo 9.2 de la Constitución, de facilitar la consulta y de proponer las alternativas que la ha­
gan viable dentro del marco de la Consti­
tución, tal como se ha hecho en países como Canadá o el Reino Unido. Desgra­
ciadamente, no es esto lo que hemos visto hasta ahora, a pesar de la voluntad mayo­
ritaria de las instituciones de Cataluña y de las muchas expresiones simbólicas de un gran peso por parte de la ciudadanía de Cataluña. Ante las negativas reitera­
das a todo diálogo en torno a la consulta por parte del Gobierno del Estado, de las propuestas de reformas en un sentido re­
centralizador, de las amenazas de sus­
pensión de la autonomía y, en definitiva , del incumplimiento del deber de promo­
ver el principio democrático, los ciudada­
nos de Cataluña tienen el derecho a de­
fender de manera pacífica sus exigencias de autodeterminación, y de apelar a las fuerzas sociales y políticas , a la ciudada­
nía del resto del Estado , y a la comuni­
6
“El Derecho de autodeterminación: análisis jurídico”
LOS FUNDAMENTOS DEL DERE­
CHO A LA AUTODETERMINACIÓN
DESDE LA PERSPECTIVA DEL DE­
RECHO INTERNACIONAL
Ponencia a cargo de la Dra. ANNA BADIA MARTÍ, Catedrática desde 2001 de Derecho Internacional Público de la Universidad de Barcelona. Ha sido direc­
tora del departamento de Derecho y Eco­
nomía Internacionales de esta Universi­
dad. Es miembro del Observatorio de Bioética y Derecho, tema al que ha dedi­
cado numerosos trabajos de investigación. Ha dedicado también mucha atención a los aspectos jurídicos y económicos del principio de autodeterminación de los pueblos coloniales.
Desde el punto de vista del orde­
namiento jurídico internacional, dos son las aproximaciones al Derecho a la auto­
determinación. Por un lado, es un princi­
pio estructural del orden internacional, tiene carácter constitucional dentro del marco de la Carta de las Naciones Unidas y se ha desarrollado a través de las reso­
luciones de la Asamblea de las Naciones Unidas. Por otra parte, desde la perspec­
tiva de los derechos humanos, se empieza a hablar del derecho a la autodetermina­
ción en 1966 en el Pacto Internacional de derechos civiles y políticos, y en el Pacto de derechos económicos, sociales y cultu­
rales, que entrarán en vigor en 1970. So­
bre la base jurídica del derecho interna­
cional las resoluciones de las Naciones Unidas se centran en la situación especí­
fica de los pueblos coloniales. La formula­
ción sobre la independencia de los países y pueblos coloniales es del 1960, con la resolución 1514 de las Naciones Unidas, que es la Carta Magna de la descoloniza­
ción. En 1970 el derecho a la autodeter­
minación amplía al pueblo palestino, ocu­
pado militarmente, y a la mayoría negra de Sudáfrica, sometida a una flagrante violación de los derechos humanos con el régimen de apartheid. Esta es una vía no aplicable a Cataluña, que no es un terri­
torio colonial, ni está bajo un régimen de apartheid ni ocupado militarmente.
En cambio, el artículo 1, común a los dos Pactos Internacionales menciona­
dos, que constituyen el cuerpo jurídico de los derechos humanos, habla del derecho a la autodeterminación como un derecho de todos los pueblos. Esto quiere decir que si un pueblo no puede decidir por sí mismo, todos los demás derechos que vie­
nen detrás, la libertad, la integridad de la persona, el derecho a la nacionalidad, etc., no pueden funcionar. Con estos pac­
tos se incorpora a la vida jurídica inter­
nacional el principio democrático del pac­
to social de Rousseau. En términos del orden jurídico internacional, el principio de la autodeterminación se impone como una obligación a los estados y como un derecho de los pueblos
Otra cuestión es si el derecho de secesión se puede invocar desde el punto de vista de la autodeterminación, como se ha visto en Europa a partir de los años 90, con el desmembramiento de la Unión 7
“El Derecho de autodeterminación: análisis jurídico”
Soviética, de la República federal de Yu­
goslavia, o de Checoslovaquia. El derecho internacional parte de la existencia de una pluralidad de estados en un mundo dividido territorialmente, y pretende ase­
gurar la convivencia entre estos estados marcándolos las normas del juego. Pero no le preocupa cómo han aparecido estos estados, es una cuestión de facto. El dere­
LOS FUNDAMENTOS DEL DERE­
cho internacional no ampara la secesión de un Estado. A partir de su existencia de facto un nuevo estado entra a formar Constitucional en la Universidad de Sevi­
parte de la vida internacional y está vin­
culado por los principios y las normas del ordenamiento jurídico internacional. No puedes acudir al derecho internacional para fundamentar una secesión o una de­
claración de independencia, porque no se ocupa. No apoya, pero tampoco prohíbe la secesión. Esta puede ser la idea positiva de la opinión consultiva sobre Kosovo. El derecho internacional se preocupa del nuevo estado a partir de su nacimiento, para comprobar si reúne los elementos de redactora del Estatuto de Autonomía de facto para poder subsistir. La secesión debe ir acompañada del reconocimiento internacional de la realidad de facto, pero x
eso es ya una cuestión totalmente política que cada estado decidirá libremente.
CHO A LA AUTODETERMINACIÓN
DESDE LA PERSPECTIVA DEL DE­
RECHO CONSTITUCIONAL ESPA­
ÑOL
Ponencia a cargo del Dr. JAVIER PÉ­
REZ ROYO, Catedrático de Derecho lla y Rector de la misma Universidad (1988­1992 ). Fue miembro de la comisión Andalucía, y autor de numerosas obras de referencia en su especialidad académi­
ca.
El derecho a la autodeterminación es el derecho constitutivo de la democra­
cia. Este es el sentido del contrato social de Rousseau: el derecho es creado por los propios ciudadanos, que al someterse al derecho están obedeciendo a ellos mismos y por tanto no están sometidos a ninguna voluntad ajena. Si hay democracia no puede no haber derecho a la autodetermi­
nación. Ahora bien: este derecho se ejerce en un marco jurídico definido y aceptado por todos los que actúan dentro de este marco. Es por ello que el Tribunal Supre­
mo de Canadá, en su famosa decisión, negó expresamente que Quebec pudiera ejercer el derecho a la autodeterminación, porque Quebec no es una colonia de las demás provincias de Canadá, sino que es una provincia democráticamente incardi­
nada dentro de un Estado democrático. Por tanto, cuando hablamos de la inde­
8
“El Derecho de autodeterminación: análisis jurídico”
pendencia de Quebec no estamos hablan­
do de derecho a la autodeterminación, sino de otra cosa.
En España tenemos la Constitu­
ción de 1978, en el marco de la cual todos los ciudadanos del Estado han venido ejerciendo el derecho a la autodetermina­
ción, como vecinos de un municipio, como miembros de una comunidad autónoma, como ciudadanos de la Estado y como ciu­
dadanos de la Unión Europea, en condi­
ciones de igualdad y sin que nadie esté privado del ejercicio de este derecho. Por eso, cuando hablamos del derecho a la au­
todeterminación de Cataluña, lo que en realidad queremos decir es que hay un volumen de ciudadanos catalanes, la ma­
yoría según las encuestas, que están soli­
citando modificar el marco jurídico para el ejercicio de la autodeterminación, que quieren ejercer el derecho a la autodeter­
minación de manera diferenciada a como lo ejercen los ciudadanos de las demás nacionalidades y regiones que integran España. Lo que dice el Tribunal Supremo de Canadá es que aunque un territorio no esté privado de ningún derecho democrá­
tico, esto no excluye que tenga derecho a ejercerlos de manera separada. Lo que está ahora mismo en juego en Cataluña es el establecimiento de un marco jurídico propio y separado del marco común exis­
tente hasta ahora, para ejercer los dere­
chos democráticos de manera diferencia­
da e independiente de los otros territorios del Estado. Este planteamiento no necesi­
ta ninguna justificación. No hay que dar ninguna explicación de los motivos por los que se quiere un marco jurídico indepen­
diente. No hacen falta memorial de agra­
vios. Se trata simplemente de la voluntad de los catalanes de vivir y ejercer sus de­
rechos ­que se sintetizan en el derecho de autodeterminación­ en un marco propio, decidido por ellos mismos. ¿Por qué? Pues porque sí, porque los catalanes no se en­
cuentran cómodos en el ejercicio de sus derechos democráticos en el marco del bi­
nomio Constitución ­ Estatuto de Autono­
mía, y ya no lo quieren. Y por qué no lo quieren? Pues porque no.
Está claro, sin embargo, que hay argumentos para plantear la separación. El desencadenante ha sido la sentencia del Tribunal Constitucional sobre la re­
forma del Estatuto de Autonomía de Ca­
taluña. Con esta sentencia España se ha quedado sin constitución territorial, ya que ha liquidado la que se había construi­
do en 1978, como un compromiso político entre el principio de unidad y el ejercicio del derecho a la autonomía. De acuerdo con la Constitución la efectividad de este compromiso se atribuía de manera espe­
cífica y exclusiva a los órganos legitima­
dos democráticamente: los Parlamentos de las comunidades autónomas y las Cor­
tes Generales. Este compromiso se vehi­
culó de manera respetuosa en el proceso catalán de reforma estatutaria que culmi­
nó en su aprobación por referéndum. Pero a continuación viene el recurso ante el Tribunal Constitucional, recurso que es contrario a la letra y al espíritu de la Constitución, y que fue introducido en la Ley Orgánica de este Tribunal. Con su sentencia, el Tribunal cierra definitiva­
mente toda posibilidad de reforma esta­
9
“El Derecho de autodeterminación: análisis jurídico”
tutaria más allá de lo que se logró en 1979. Y todavía el Tribunal Supremo ha retrocedido aún mas por vía interpretati­
va, en el tema de la lengua vehicular en la enseñanza. Nos hemos quedado pues sin constitución territorial, dado que esta pretendía básicamente solucionar el pro­
blema de la relación de Cataluña con Es­
paña, y los demás territorios iban detrás. Pero si después de la sentencia del Cons­
titucional esta constitución no sirve para solucionar el problema de Cataluña, ya no sirve para nadie. Hay que recordar, sin embargo, que la construcción del Estado de las autonomías es inconstitucional desde su origen, a partir de la congela­
ción del Estatuto de Galicia, y de la fla­
grante anticonstitucionalidad del referén­
dum que aprobó el Estatuto de Andalu­
cía.
Ahora mismo nos encontramos en una situación en la que la Constitución interpretada en clave jurídica tradicional no da respuesta al problema que plantea Cataluña. Es un problema político al que hay que encontrar una respuesta. No se puede decir: no tengo respuesta porque la Constitución no permite darla. Porque si la voluntad de tener un marco jurídico propio no cabe dentro de la Constitución, la única respuesta posible de Cataluña es salir fuera. No es posible obviar la dimen­
sión política de la manifestación de volun­
tad inequívoca de tener un marco propio. Por lo tanto, sin consulta al pueblo de Ca­
taluña ya no se puede resolver el proble­
ma de la integración o la separación ne­
gociada con España. No se puede conti­
nuar en el marco constitucional que ha funcionado, de manera bastante satisfac­
toria, en los últimos 35 años, pero que ya no es operativo. La Constitución y el Es­
tatuto son ahora normas odiosas en Cata­
luña, y por tanto en base a las mismas no se puede mantener un proceso de integra­
ción. Una de dos: o se negocia otra fórmu­
la de integración que ya no podrá ser la misma de ahora o en algún momento Ca­
taluña acabará firmando su independen­
cia y no habrá forma de detenerla. La ne­
gación de la consulta ya no es realista. No se puede mantener la integración de Ca­
taluña en España sin que haya una mani­
festación de voluntad de los ciudadanos de Cataluña de que así lo desean. La po­
sición de Rajoy es que el problema no existe porque la Constitución no permite que exista. Pero el problema sigue exis­
tiendo. La voluntad del pueblo de Catalu­
ña a decidir su futuro no va a cambiar porque se le diga que esto no cabe en la Constitución. Si la voluntad de un pueblo no cabe en la Constitución, o se cambia ésta, o se sale.
Habría haber hecho todo lo huma­
namente posible para no llegar a este punto, pero se ha hecho justamente lo contrario. El problema arranca de los dos últimos años de la legislatura del gobier­
no Aznar, en 2003­2004, porque la refor­
ma del Estatuto es un movimiento defen­
sivo ante la amenaza de un gobierno con mayoría absoluta dispuesto a rebajar las competencias autonómicas de manera significativa. Llevamos ya 10 años con este tema. Estamos en un proceso de cambio profundo que está estancado jurí­
dicamente y que va evolucionando políti­
10
“El Derecho de autodeterminación: análisis jurídico”
EL EJERCICIO DEL DERECHO A Y el Sr. Pérez Royo termina: “A mí me gustaría ser optimista y pensar que todavía podemos llegar a un punto de en­
cuentro , pero cada día soy más pesimista respecto de las posibilidades de un acuer­
do, porque cuanto más tiempo pasa las posiciones se van cerrando”.
Región Friuli­Venezia Giulia (Italia).
x
camente al margen del bloque de consti­
tucionalidad, porque la sentencia del Tri­
bunal Constitucional no deja margen para moverse dentro de la Constitución. La intervención de un órgano no legiti­
mado democráticamente ha roto la forma como se había construido la estructura del Estado. Ahora mismo no tenemos es­
tructura territorial: es una cáscara vacía, sin vida y sin alma. A partir de aquí, o hay algún tipo de negociación política, o desde Cataluña se hará saltar por los ai­
res el principio de la unidad política del Estado.
LA AUTODETERMINACIÓN, UN MODELO EXITOSO: ESLOVENIA
Ponencia a cargo del Dr. BOJAN BRE­
ZIGAR, periodista, graduado en Ciencias Políticas, editor (1992­2007) del diario de la minoría eslovena en Italia, portavoz del Ministerio de Asuntos Exteriores eslo­
veno y asesor de la Comisión Europea y del Consejo de Europa sobre temas de mi­
norías y lenguas minoritarias en Europa. Ha sido miembro del Parlamento de la Los eslovenos se establecieron en el área entre el norte del Adriático y la llanura húngara en el siglo sexto. Duran­
te siglos fueron incorporados en los esta­
dos centrales europeos, salvo un breve pe­
riodo en los siglos VII y VIII en que cons­
tituyeron un estado independiente. Hasta el fin de la Primera Guerra Mundial for­
maron parte del Imperio Austrohúngaro. La mayor parte del territorio, con la capi­
tal Ljubljana, pasó a formar parte del rei­
no de Yugoslavia, casi la tercera parte en Italia y una parte más pequeña en Aus­
tria. A finales de la Segunda Guerra Mundial, Yugoslavia se constituyó en una Federación de repúblicas socialistas, en­
tre ellas Eslovenia, que recuperó los terri­
torios que habían pasado en Italia. La Constitución de Yugoslavia establecía que las Repúblicas integradas en la Federa­
ción, tenían el derecho de separarse. Esto daba una base legal al proceso de inde­
pendencia. Bajo el mandato de Tito, Yu­
11
“El Derecho de autodeterminación: análisis jurídico”
goslavia fue un régimen policial y militar, controlado por el partido comunista. Tito no toleraba ninguna oposición, pero era un buen político. Manteniendo una posi­
ción de equilibrio entre los Estados Uni­
dos y la Unión Soviética, construyó un fuerte estado social, que alcanzó una cier­
ta libertad y un considerable crecimiento económico. Pero a partir de la muerte de Tito (1980), las Federación encaró una enorme crisis económica, hasta llegar a una situación de quiebra. Eslovenia era la parte más rica de Yugoslavia, donde se había permitido una cierta liberalización económica, muy dependiente pero de las inversiones que provenían del extranjero. La crisis económica fue el principal ele­
mento que impulsó los eslovenos a iniciar el proceso para la independencia. Es cier­
to que los eslovenos tenían sus sueños in­
dependentistas, pero seguramente el mo­
vimiento nacionalista no hubiera crecido tan rápidamente si la crisis económica no hubiera provocado la disolución de Yugos­
lavia. En Serbia, Slobodan Milosevic uti­
lizó el nacionalismo serbio para afrontar la crisis, apoyado por el ejército yugoslavo que siempre había sido pro serbio. Milo­
sevic promovió la idea de la Gran Serbia. "Serbia es allí donde los serbios viven" fue su lema, que intentó aplicar por la fuerza en Bosnia y en Kosovo. Pero en Es­
lovenia no había una comunidad serbia autóctona, y por esta razón fue autoriza­
da a dejar Yugoslavia después de la gue­
rra, más o menos simbólica, de los diez días.
A finales de los años ochenta apa­
recieron en Eslovenia los primeros parti­
dos políticos democráticos: la Unión de Campesinos en 1988, la Unión Democrá­
tica en enero de 1989. La Asamblea eslo­
vena, aunque comunista, se vio obligada a obedecer las presiones europeas y con­
vocó las primeras elecciones democráticas para abril de 1990 de cara a las eleccio­
nes se formó DEMOS, que reunía los par­
tidos de la oposición democrática, mien­
tras que el partido comunista esloveno, bajo la dirección de Milan Kučan, se pre­
sentaba totalmente desligado del partido comunista yugoslavo, y bajo el nombre de Unión de los Social Demócratas. Esto les permitió conservar el 17 % de los votos y mantenerse como el primer partido en Eslovenia, mientras que la coalición DE­
MOS ganaba las elecciones y formó el nuevo gobierno. Los comunistas consi­
guieron que Kučan fuera nombrado presi­
dente de la República. Estas elecciones fueron decisivas para el futuro: en Eslo­
venia casi todo el mundo entendió que Yugoslavia no tenía futuro o que, al me­
nos, no había futuro para Eslovenia en Yugoslavia. La Asamblea elegida aprobó, con 204 votos a favor, ninguno en contra y 4 abstenciones, celebrar un referéndum el 23 de diciembre de 1990, con la siguiente pregunta: ¿La República de Eslovenia de­
bería convertirse en un Estado autónomo e independiente? Con una participación del 93%, el resultado fue de un 95% afir­
mativo y un 5 % negativo, es decir, el 88 % de la población votó a favor de la independencia. El mandato del referén­
dum daba a la Asamblea Nacional un pla­
zo de seis meses para llevar a la practica la decisión tomada, plazo que se usó para 12
“El Derecho de autodeterminación: análisis jurídico”
Belgrado consideró ilegal el refe­
réndum, al tiempo que la Unión Europea se pronunciaba a favor de la unidad de Yugoslavia. Sin embargo, estaba claro que al menos Alemania y Austria apoya­
rían el nuevo Estado. La independencia se declaró el 25 de junio de 1991, un día después del plazo de seis meses estableci­
do. El hecho fue celebrado como un gran acontecimiento en el territorio, pero no levantó ningún interés en los medios de comunicación internacionales, más inte­
resados en otras zonas de conflicto. Bel­
grado reaccionó enviando a la policía fe­
deral en las fronteras y haciendo salir los tanques del ejército federal de los cuarte­
les. La defensa territorial eslovena estaba bien preparada y defendió el aeropuerto y bloqueó los cuarteles del ejército yugosla­
vo. Hubo algunos enfrentamientos duran­
te diez días, en los que murieron 60 per­
sonas entre soldados eslovenos, soldados yugoslavos y algún civil. En pocos días los representantes de la Unión Europea llegaron el fin de convencer a las dos par­
tes de aceptar un alto el fuego y comen­
zar un diálogo. En agosto de 1991 la Unión Soviética se colapsó y Belgrado perdió su principal aliado. Al mes si­
guiente el ejército yugoslavo se retiraba de Eslovenia. Después de algunos meses de duda, todos los miembros de la Unión Europea reconocieron la independencia de Eslovenia en enero de 1992. El princi­
pio del Acta de Helsinki: "las fronteras no deberían cambiar", había roto ya con el reconocimiento de los Estados bálticos. El mismo año 1992 Eslovenia ingresó en las Naciones Unidas, y en otoño la Asamblea Nacional aprobaba la nueva Constitución.
Esta es la historia de éxito del proce­
so esloveno hacia la independencia. Se pue­
de sacar como conclusión que en la cuestión del derecho a la autodeterminación política y el pragmatismo siempre prevalecen. Aque­
llos que se opusieron fuertemente a la inde­
pendencia de Eslovenia: los Estados Unidos, Francia, Reino Unido e Italia, apoyaron poco después la autodeterminación de Kosovo. Y otra conclusión: las soluciones militares den­
tro de la Unión Europea ya no son posibles.
x
adoptar la legislación necesaria para for­
mar un nuevo estado. Hay que aclarar que las seis repúblicas que conformaban la Federación Yugoslava tenían ya asumi­
das muchas competencias en economía, justicia, educación, transportes, sanidad y lengua. El esloveno era ya la lengua ofi­
cial única de Eslovenia, excepto en el ejér­
cito donde se mantenía el serbocroata, el cual era enseñado en la escuela como len­
gua extranjera obligatoria. La Asamblea Nacional tuvo que trabajar sobre todo en cuestiones como la defensa, el sistema monetario, el control de fronteras, los asuntos exteriores o los símbolos naciona­
les, pero la mayor parte del trabajo ya se había hecho en la época de la estado fede­
ral. Incluso Eslovenia disponía de la lla­
mada defensa territorial, organizada de manera local por Tito en 1968, y concebi­
da como un ejército de guerrillas por el caso de una invasión soviética.
13
“El Derecho de autodeterminación: análisis jurídico”
EL EJERCICIO DEL DERECHO A LA AUTODETERMINACIÓN. EL PROCESO EN ESCOCIA
Ponencia a cargo del Sr. XAVIER SO­
LANO.
HISTORIA
Para entender la Escocia de hoy hay que entender un poco su historia. Como no hay tiempo para explicarlo todo, haré referencia a los datos esenciales. Es­
cocia fue conquistada por el rey Eduardo I de Inglaterra a finales del siglo XIII y después de las guerras de independencia, esta se consigue de facto en 1314, aunque no se reconoce hasta el 1328. Casi tres­
cientos años después, se produce un acon­
tecimiento importante: en ell 1603 muere el rey de Inglaterra y lo hace sin descen­
dencia. El rey de Escocia, Jaime VI, por linaje, se convierte también en el rey Jai­
me I de Inglaterra y se lleva a cabo una unión de Coronas, aunque Escocia e In­
glaterra siguen siendo países indepen­
dientes con sus gobiernos y parlamentos propios. En el 1707 los ingleses proponen una unión política con Escocia. Esta pro­
puesta es aceptada por el parlamento es­
cocés aunque el pueblo estaba mayorita­
riamente en contra.
El Tratado de la Unión de 1707 en­
tre Escocia e Inglaterra conlleva la desa­
parición de los dos parlamentos naciona­
les y la creación de un parlamento nuevo llamado Parlamento del Reino Unido, es decir, a partir de este momento comienza a existir el Reino Unido como país político y hay que esperar hasta el año1979, para asistir al primer intento de restableci­
miento del Parlamento escocés después de un referéndum. Gana el “sí” pero se in­
troduce una condición que establece que tiene que votar favorablemente el 40 % de todo el censo electoral, computando inclu­
so aquellos que no fueron a votar. Por tanto, a pesar de ganar el “sí”, no se con­
sigue el restablecimiento del parlamento. De hecho, Escocia no volverá a tener par­
lamento propio hasta 1999, después de la victoria en el referéndum de 1997.
Entre 1999 y 2007 gobierna una coalición de los partidos laborista y libe­
ral demócrata. En 2007 sin embargo, gana por primera vez el SNP pero lo hace en minoría, (sólo gana por un diputado). Entre 2007 Y 2011 Escocia tiene un go­
bierno nacionalista que gobierna en soli­
tario y en minoría. En 2011 el SNP vuel­
ve a ganar, pero esta vez consigue una veintena más de diputados y logra la ma­
yoría absoluta. A partir de aquí es cuando el SNP ya puede sacar adelante su pro­
puesta de organizar un referéndum de in­
dependencia que se fija para el 2014. 18 meses después, en octubre de 2012, los primeros ministros escocés y británico firman el acuerdo de Edimburgo en el que establece el marco legal para llevar adelante el referéndum.
CONSTITUCIÓN Y REFERÉNDUM
Hay que partir del hecho de que el Reino Unido se reconoce a sí misma como una unión de cuatro naciones: ingleses, escoceses, galeses e irlandeses del norte. 14
“El Derecho de autodeterminación: análisis jurídico”
No hay ningún problema identitario, el debate sobre la independencia no es vis­
ceral, es muy racional y muy técnico.
Hay otro factor que también es muy importante que es el principio demo­
crático. En el Reino Unido este es el prin­
cipio básico de toda la estructura y es lo que permite pues que en Escocia se cele­
bre dentro de pocos meses un referéndum legal y aceptado por Westminster, que tendrá lugar el 18 de septiembre y donde se hará una pregunta muy sencilla: “¿De­
bería ser Escocia un país independiente?”
Hay que entender que el SNP ha­
cía años que incluía la celebración del re­
feréndum en su programa electoral. De hecho, podemos encontrar referencias en los programas electorales de las eleccio­
nes escocesas de 2003, 2007 y 2011. Una vez ganadas las elecciones por mayoría absoluta, el SNP ya puede invocar el te­
ner el mandato democrático, elemento esencial en un estado donde el principio democrático está considerado como el principio básico de toda la estructura del estado.
El marco constitucional británico es una recopilación de tratados, leyes, sentencias judiciales, interpretaciones de expertos y, sobre todo, la voluntad del Parlamento británico en tanto que la Cá­
mara de los Comunes es la institución de­
mocráticamente elegida por el pueblo bri­
tánico y, por tanto, la única institución soberana. No hay nada por encima la vo­
luntad del Parlamento. Es por el elemen­
to democrático que no hay ningún tratado ni ley escrita que pueda ir en contra de la voluntad del parlamento.
Por tanto, este respeto por el prin­
cipio democrático explicaría el porqué, aunque el primer artículo del primer tra­
tado constitucional del Reino Unido, el Tratado de la Unión dice que “Inglaterra y Escocia estarán unidas para siempre”, ningún primer ministro, desde Margaret Thatcher, tuvo problema en reconocer ex­
plícitamente el derecho de autodetermi­
nación de los escoceses, precisamente por representar la voluntad mayoritaria del parlamento.
Los elementos claves pues son: un partido político que democráticamente gana las elecciones con una propuesta clara en su programa electoral; una cons­
titución no escrita que es interpretada con sentido común y con perspectiva his­
tórica y que está basada sobre todo en la voluntad del Parlamento; y una clase po­
lítica que respeta el principio democrático y entiende la figura del referéndum como una herramienta muy válida para tratar cuestiones que afectan a la soberanía del estado. De ahí viene el traspaso de poder legislativo desde Westminster a Holyrood, para que el Parlamento de Escocia pueda organizar el referéndum. Este traspaso se hace por medio de un decreto, un “order council”, a través del Consejo de la Reina, en virtud del artículo 30 de la Ley de Es­
cocia de 1998, que es el equivalente del Estatuto de autonomía.
Como último punto es necesario destacar un aspecto muy importante del 15
“El Derecho de autodeterminación: análisis jurídico”
les, pero no se mezclan, son dos áreas que están separadas. x
acuerdo de Edimburgo. En su último artí­
culo dice que los dos gobiernos (escocés y británico) se comprometen a continuar trabajando juntos de manera constructiva sea cual sea el resultado del referéndum en el mejor interés del pueblo de Escocia y del resto del Reino Unido. Este punto es sencillamente formidable y muestra una manera muy civilizada y avanzada de en­
tender las relaciones entre naciones. Los británicos han inventado pues un meca­
nismo muy lógico, sencillo, moderno, pa­
cífico, avanzado y basado en el principio democrático. Han ideado un mecanismo que seguro se convertirá en un referente mundial.
El resultado de toda esta negocia­
ción ha sido que el día 18 de septiembre se llevará a cabo el referéndum, con una pregunta clara y que los votantes serán todos los ciudadanos que viven en Escocia de 16 años o más, que tienen derecho a votar en las elecciones del Parlamento es­
cocés, incluyendo los ciudadanos nacidos en el resto del Reino Unido que viven en Escocia y también aquellos que son de la Unión Europea y de la Commonwealth. Eso sí, los escoceses que viven fuera de Escocia no podrán votar. Este proceso ha sido posible gra­
cias a 3 pilares: primero, el reconocimien­
to de la plurinacionalidad del estado bri­
tánico y, por tanto, el derecho de autode­
terminación de las naciones; segundo, el respeto al principio democrático y tercero, en el Reino Unido la política se utiliza para resolver problemas políticos y la ley se utiliza para resolver problemas lega­
16
“El Derecho de autodeterminación: análisis jurídico”
EL EJERCICIO DEL DERECHO A LA AUTODETERMINACIÓN: EL CASO DE QUEBEC
Ponencia a cargo del Dr. DANIEL TURP, Profesor titular de Derecho Inter­
nacional Público y de Derecho Constitu­
cional en la Universidad de Montreal y Presidente de la Asociación quebequense de derecho constitucional. Ha sido dipu­
tado por el Partido Quebequés en la Asamblea nacional de Quebec y en la Cá­
mara de los Comunes de Canadá.
Numerosos instrumentos interna­
cionales reconocen el derecho de los pue­
blos a decidir por sí mismos, desde la Carta de las Naciones Unidas de 1945, en su artículo 1.2. Los titulares de este dere­
cho y el alcance del mismo se encuentran identificados en el artículo 1 común a los Pactos internacionales relativos a los De­
rechos del Hombre, adoptados el 16 de di­
ciembre de 1966 y ratificados tanto por Canadá como por España, en el que se dice: “Todos los pueblos tienen el derecho de disponer de sí mismos” . La Resolución 2625 de las Naciones Unidas de 24 de oc­
tubre de 1970, conocida como Declaración sobre las relaciones amistosas, precisa aún más el derecho a la autodetermina­
ción de los pueblos, y este principio es re­
afirmado en el octavo principio del Acta final de Helsinki, de 1 de agosto de 1975, y por la Carta de París para una nueva Europa, firmada el 21 de noviembre de 1990. De estas distintas afirmaciones del derecho de los pueblos a disponer de sí mismos, hay retener dos conceptos esen­
ciales desde la perspectiva del derecho de decidir: 1) que todos los pueblos, com­
prendido también el pueblo catalán, tie­
nen el derecho a disponer de sí mismos, y 2) que este derecho permite al pueblo ca­
talán determinar libremente su estatus político, y el derecho de optar a la crea­
ción de un Estado soberano e indepen­
diente.
Por otro lado, sin embargo, los ins­
trumentos de las Naciones Unidas hacen referencia al respeto a la integridad terri­
torial de los Estados. Esta referencia ha sido a menudo invocada para dar a enten­
der que la creación de un Estado sobera­
no e independiente no es una opción que puedan escoger los pueblos que integran un Estado ya soberano, siempre que éste esté dotado de un gobierno democrático representativo del conjunto del pueblo perteneciente al territorio, sin distinción de raza, creencia o color. Sin embargo, po­
demos considerar que todos los pueblos escapan hoy de esta prohibición si tene­
mos presente el dictamen de la Corte In­
ternacional de Justicia de La Haya , de 22 de julio de 2010, relativo a la conformi­
dad con el derecho internacional de la de­
claración unilateral de independencia de Kosovo. En este sentido, la Corte Interna­
cional ha afirmado que el alcance del principio de integridad territorial, procla­
mado en la Resolución 2625 y en el Acta final de Helsinki, se limita exclusivamen­
te a la esfera de las relaciones interesta­
tales, imponiendo a los Estados la obliga­
ción de no violar la integridad territorial de otros Estados soberanos. Consecuente­
mente, un Estado no puede apelar al ar­
gumento de la integridad territorial para 17
“El Derecho de autodeterminación: análisis jurídico”
recusar el derecho de un pueblo que for­
me parte optar por el estatus de Estado independiente y soberano en aplicación del derecho a la autodeterminación. En el mismo dictamen consultivo la Corte In­
ternacional de Justicia rechaza declarar ilegal la declaración unilateral de inde­
pendencia del pueblo kosovar integrado dentro del Estado serbio. La Corte re­
cuerda que las declaraciones unilaterales de independencia han sido numerosas en los siglos XVIII, XIX y XX, sin que hayan sido nunca consideradas como una trans­
gresión del derecho internacional. Afirma también que, en los casos de las declara­
ciones de independencia que se han dado durante la segunda mitad del siglo XX fuera del contexto de los territorios no autónomos o coloniales, la práctica de los Estados no revela la aparición en derecho internacional de ninguna nueva regla que impida que dichas declaraciones puedan ser pronunciadas. Por lo tanto, si bien la Constitución afirma en su artículo segun­
do "la unidad indisoluble de la nación es­
pañola", esta afirmación ha resultado contraria a la norma imperativa de dere­
cho internacional que proclama el dere­
cho de los pueblos a disponer de sí mis­
mos.
El informe consultivo formulado por la Corte Suprema de Canadá el 20 de agosto de 1998, en el marco del Dictamen relativo a la secesión de Quebec, merece también una gran atención. El Dictamen establece el principio democrático como fundamento del derecho a la autodeter­
minación, diciendo que: “Un rechazo ex­
puesto claramente por el pueblo de Que­
bec al orden constitucional existente, con­
feriría claramente legitimidad a las rei­
vindicaciones secesionistas, e impondría a las otras provincias y al gobierno fede­
ral la obligación de tomar en considera­
ción y respetar esta expresión de la vo­
luntad democrática”. Y sigue afirmando: “El orden constitucional canadiense no tiene necesariamente prelación sobre la voluntad democrática claramente expues­
ta por la población de Quebec. Los dere­
chos de las otras provincias y del gobierno federal no pueden impedir al gobierno de Quebec el derecho a intentar llevar a cabo la secesión” . En definitiva, estable­
ce la obligación que tiene Canadá de ne­
gociar las modificaciones constitucionales que permitan al Quebec realizar la sece­
sión, y la capacidad de esta provincia de acceder al estatus de Estado soberano e independiente. Los enunciados de la Cor­
te Suprema de Canadá son una referen­
cia de alcance universal y deberían apli­
carse a toda sociedad que se considere a sí misma democrática, y podrían transpo­
nerse fácilmente a la situación entre el Estado español y Cataluña.
Para permitir el ejercicio por parte de Quebec de su derecho a la autodeter­
minación, la Asamblea nacional de Que­
bec adoptó en 1978 una Ley sobre la Con­
sulta Popular, que ha regido los dos refe­
réndum de autodeterminación que han tenido lugar en el Quebec el 20 de mayo de 1980 y el 20 de octubre de 1995, y que no obtuvieron la mayoría necesaria. Dan­
do continuidad al Dictamen de la Corte Suprema y respondiendo a la Ley sobre la claridad por la que el Parlamento de Ca­
18
“El Derecho de autodeterminación: análisis jurídico”
EL EJERCICIO DEL DERECHO A El profesor Turp concluyó su in­
tervención con las siguientes palabras, pronunciadas en catalán: “Me gustaría fi­
nalizar mi exposición, como hago siempre que estoy en los Países Catalanes, reite­
rando mi admiración hacia su pueblo, por su coraje y su determinación. Me conside­
ro un aliado de su nación en lucha por su libertad y para garantizar la pervivencia de una lengua y de una cultura que enri­
quecen el patrimonio común de la huma­
nidad”.
En su ponencia expone los pasos que se han dado y que se están dando en Cataluña para ejercer el derecho a la au­
todeterminación y las que se deberán dar en el futuro. Este proceso tiene una ca­
racterística fundamental que es el prota­
gonismo casi determinante de lo que lla­
mamos la sociedad civil. Baste un simple dato: actualmente se está llegando al 75% de los ciudadanos con derecho a voto que están a favor de ser consultados sobre el futuro político de Cataluña. No se puede hacer ningún planteamiento serio desde el punto de vista político pero tampoco desde el punto de vista jurídico si no se tiene en cuenta el hecho de que detrás de este movimiento se encuentra el 75 % de la población, porque el derecho está preci­
samente para dar respuesta y canalizar estos movimientos y no para intentar fre­
narlos.
x
nadá ha intentado neutralizar el alcance de ese dictamen, la Asamblea nacional de Quebec adoptó en 2001 la Ley sobre la ejercicio de los derechos fundamentales y de las prerrogativas del pueblo quebe­
qués, que afirma con fuerza y claridad su derecho a la autodeterminación. Sin em­
bargo, esta ley ha sido recientemente ob­
jeto de una impugnación judicial a la que se ha adherido el gobierno de Canadá. Como reacción a esta impugnación, la Asamblea de Quebec adoptó por unanimi­
dad de sus 114 miembros una moción rea­
firmando el derecho del pueblo quebe­
quense de escoger su futuro.
LA AUTODETERMINACIÓN EN EL CASO DE CATALUÑA
Ponencia a cargo del Dr. CARLES VI­
VER PI­SUNYER, catedrático de Dere­
cho Constitucional en la Universidad Pompeu Fabra, Director del Instituto de Estudios Autonómicos de la Generalidad de Cataluña, Presidente del Consejo Ase­
sor para la Transición Nacional y magis­
trado del Tribunal Constitucional (1992­
2001), del que fue Vicepresidente (1998­
2001).
El Parlamento de Cataluña ha rei­
vindicado el derecho a la autodetermina­
19
“El Derecho de autodeterminación: análisis jurídico”
ción, con este nombre o con el de derecho a decidir, desde hace mucho tiempo y de manera reiterada. Lo ha hecho en once resoluciones y mociones desde 1989; por tanto no es un fenómeno de hoy ni tampo­
co fruto de la crisis económica: esto viene de mucho más lejos y tiene raíces mucho más profundas. Ciertamente el contenido de estas resoluciones ha ido evolucionan­
do y se pueden detectar tres etapas muy clara. Una primera etapa, de 1989 a 1999, estaría compuesta por las tres pri­
meras resoluciones, que podríamos califi­
car de testimoniales, y que se dictan en ocasión de determinados acontecimientos internacionales: se quiere dejar constan­
cia de que Cataluña como nación tiene en abstracto el derecho al autodetermina­
ción entendido como derecho a decidir li­
bremente su futuro como pueblo, pero no se propone el ejercicio inmediato de este derecho. La segunda etapa la conforman dos resoluciones. La primera fue presen­
tada por ERC en 1999, y en ella se empie­
zan a plantear los instrumentos para ejercer ese derecho: en primer lugar, el pacto bilateral con el Estado, pero sin re­
nunciar a establecer unilateralmente me­
canismos para poder expresar democráti­
camente la voluntad de los ciudadanos a través de consultas populares o de refe­
réndum. La segunda resolución es de 2003 y consiste en una proposición de ley que se presenta en las Cortes generales dirigida a obtener la transferencia de la competencia estatal para convocar refe­
rendos a través del art. 150.2 de la Cons­
titución. Huelga decir que esta proposi­
ción fue rechazada sin más argumenta­
ción que no se pueden fomentar en el or­
denamiento jurídico español mecanismos de democracia directa porque debilitan la democracia representativa.
La tercera etapa la forman seis re­
soluciones. Las tres primeras adoptan los años 2010 y 2011 y tienen por objeto in­
mediato avalar las consultas populares alegales sobre la independencia de Cata­
luña, que se estaban llevando a cabo a partir de la consulta de Arenys de Munt y que se acabaron realizándose en 250 ayuntamientos. De las tres últimas reso­
luciones cabe destacar la de septiembre de 2012, inmediatamente después de la manifestación multitudinaria del 11 de septiembre de este año. La resolución da formalmente por iniciado el proceso para ejercer el derecho a la autodeterminación y lo hace instando al gobierno de la Gene­
ralitat a convocar una consulta priorita­
riamente en la siguiente legislatura. La resolución comienza con un par de párra­
fos muy bien pensados en los que se cons­
tata el fracaso de los intentos del catala­
nismo a la hora de buscar un encaje de Cataluña en España, se declara que el Estado de las Autonomías es ya una vía sin recorrido, se acusa al Estado de no haber entendido la gravedad de la situa­
ción creada por la sentencia del Tribunal Constitucional de 2010, agravada por una progresiva ofensiva centralizadora del Estado. Se afirma que el derecho a la au­
todeterminación de Cataluña es la expre­
sión democrática de su soberanía como nación. 20
“El Derecho de autodeterminación: análisis jurídico”
En la siguiente resolución de ene­
ro de 2013, denominada "resolución sobe­
ranista", el Parlamento reitera el acuerdo de iniciar el proceso para hacer efectivo el derecho a decidir y expone los principios que deben regir el ejercicio de este dere­
cho: democracia, transparencia, negocia­
ción con el Estado, con las instituciones europeas y con la comunidad internacio­
nal, cohesión social y respeto a la legali­
dad utilizando los marcos legales existen­
tes. Proclama también, solemnemente, que el pueblo de Cataluña, por razones de legitimidad democrática, tiene ya el ca­
rácter de sujeto político y jurídico sobera­
no. Como es conocido, el Gobierno del Es­
tado , a pesar de que se trata de una de­
claración esencialmente política sin unos efectos jurídicos inmediatos, impugnó esta resolución ante el Tribunal Constitu­
cional y está pendiente de sentencia. Finalmente, la última resolución es la de marzo de 2013, presentada por el PSC, por la que el Parlamento insta al Gobierno a iniciar un diálogo con el Go­
bierno del Estado para hacer posible la consulta sobre el futuro político de Cata­
luña. Es pues a partir de esta resolución que queda oficialmente abierto el ejerci­
cio del derecho a la autodeterminación; y para ejercerlo las instituciones públicas de Cataluña han impulsado una serie de actividades y actuaciones, y han creado una serie de organismos.
En cuanto a las actuaciones, la primera es el acuerdo alcanzado a impul­
so del Presidente de la Generalidad por CiU, ERC, IC­Verds y CUP sobre la fecha y la pregunta que debería contener la fu­
tura consulta. Este primer paso, muy re­
levante, cumple con los requisitos de cla­
ridad y neutralidad de la consulta que impone la comunidad internacional. El segundo gran acuerdo, adoptado por el Pleno del Parlamento el 16 de enero de 2014, consiste en instar ­por quinta vez­ en el Congreso para que el Estado dele­
gue por la vía del art. 150.2 de la Consti­
tución las competencias para convocar un referéndum sobre el futuro político de Ca­
taluña. Si, como todos intuimos, el Con­
greso rechaza esta vía, habrá que decidir si se han de agotar otras vías legales o no. Evidentemente es un interrogante que deberán resolver los políticos y no los ju­
ristas. El Consejo Asesor para la Transi­
ción Nacional recomienda que se haga otro intento por las vías de las dos leyes catalanas, la que está en curso en el Par­
lamento ­ la Ley Catalana de Consultas ­ y la que ya tenemos aprobada ­ la Ley de Referendos del 2010 ­, o bien que se in­
tente la vía del artículo 92 de la Constitu­
ción, e incluso la vía de la reforma de la Constitución. Hay quien se pregunta por qué tenemos que ir insistiendo si sabe­
mos que lo más seguro es que nos digan que no a todo. La respuesta es que si no intentamos agotar al máximo las vías ju­
rídicas y el acuerdo con el Estado, esto nos puede pasar factura desde el punto de vista político, sobre todo ante la comu­
nidad internacional.
En el caso de que el Estado recha­
ce todas las vías que nosotros vamos planteando para convocar la consulta, se abren esencialmente dos opciones, y aun­
21
“El Derecho de autodeterminación: análisis jurídico”
que se está apuntando una tercera. Una opción sería convocar unas consultas ale­
gales tipo Arenys de Munt, pero con una superior implicación de la Generalitat y de los poderes públicos. Esta opción plan­
tea muchos problemas, sobre todo por la poca trascendencia que tendría de cara a la comunidad internacional una consulta al margen de la ley. Por otra parte, su­
pondría salir ya desde ese momento del ordenamiento jurídico y eso tiene costos políticos evidentes. Está claro que en el 90% de estos procesos hay un punto en que hay que saltarse la legalidad, pero hay que medir muy bien en qué momen­
to, si es que hay que hacerlo, se dará este paso. La otra opción son las elecciones plebiscitarias, que el Presidente de la Ge­
neralitat puede convocar como cualquier otra elección, y que por tanto son inim­
pugnables desde el punto de vista jurídi­
co. Estas elecciones se convierten en ple­
biscitarias desde el momento en que al­
gunos partidos políticos incluyen en su programa que cuando lleguen al Parla­
mento abrirán un proceso para declarar la independencia. Dentro de la legalidad, un programa electoral no se puede im­
pugnar, aunque proponga como opción la independencia de Cataluña. En caso de constituirse el Parlamento con una mayo­
ría favorable a la independencia, sería ne­
cesario abrir la negociación con el Estado para hacerla efectiva, hasta llegar a la declaración de independencia en el mo­
mento y en la forma que debería calcular muy bien. Los escoceses han dado diecio­
cho meses entre la consulta y la declara­
ción de independencia para ir constru­
yendo sus instituciones de autogobierno y pedir el reconocimiento internacional. En nuestro caso, al no tener la complicidad del Estado, no nos podemos dar tanto tiempo de margen, porque cuanto más vayamos posponiendo la declaración de independencia más complicado lo tendre­
mos.
En cuanto a los aspectos organiza­
tivos, se ha montado el Pacto Nacional por el Derecho a Decidir, promovido por la Presidencia del Gobierno catalán, y apoyado ya por más de mil entidades. El Parlamento ha constituido la Comisión de Estudios por el Derecho a Decidir, que concluirá con un informe sobre el proceso. Y el 12 de febrero de 2013 el Gobierno de la Generalitat creó el Consejo Asesor para la Transición Nacional, que se ha comprometido a elaborar diecinueve in­
formes para analizar los retos que se pue­
de encontrar un Estado catalán indepen­
diente al comienzo del su funcionamien­
to. Estos informes no pretenden diseñar las futuras políticas del nuevo Estado ­esto será trabajo del Parlamento y del Gobierno elegido­ sino que intentan pre­
ver cuáles son los problemas que deben ser resueltos en los primeros momentos. El Consejo Asesor ha entregado ya un in­
forme sobre la consulta, y cuatro más. En el primero se analiza la futura adminis­
tración tributaria catalán, tanto desde el punto de vista orgánico ­Agencia Tributa­
ria, Junta de Tributos, Consejo Tributa­
rio...­ como desde el punto de vista funcio­
nal, así como las estrategias que debería seguir la Generalidad desde hoy hasta el momento en que comienza a funcionar el 22
“El Derecho de autodeterminación: análisis jurídico”
nuevo Estado. Se pone un énfasis especial en el tema de las aduanas, ya que no se puede parar ni un momento el flujo co­
mercial entre Cataluña y el resto del mundo, así como en la estructuración del sistema informático de las administracio­
nes tributarias. Otro informe hace refe­
rencia a las relaciones que debería man­
tener un Estado independiente catalán con España. La idea que se defiende es que el proceso no se hace para romper con España, sino para tener unas mejores re­
laciones de cooperación basadas, eso sí, en una posición de igualdad y de respeto mutuo. El tercer informe trata de la in­
ternacionalización de la consulta. Se ana­
lizan los argumentos que habría que uti­
lizar para apoyar y explicar la consulta en el ámbito internacional, y una vez al­
canzado el estado independiente para conseguir el reconocimiento internacio­
nal. Los argumentos son bien conocidos el principio democrático , el principio de autodeterminación, y el principio llamado “último remedio”, es decir, la vía de la in­
dependencia como última solución. Final­
mente, el Consejo ha analizado también el tema de la seguridad de las tecnologías de la información y la comunicación, en previsión de una posible apagada electró­
nica.
Están en curso de elaboración los informes sobre la integración del futuro Estado catalán en la Unión Europea, y los demás organismos internacionales desde las Naciones Unidas hasta el Fondo Monetario Internacional; sobre la Seguri­
dad Social y la garantía de pago de las pensiones desde el primer día; sobre el mantenimiento del euro y del acceso al crédito del Banco Central Europeo por parte de las entidades financieras catala­
nas. Habrá que analizar la sucesión de los ordenamientos jurídicos, ya que en el momento que nazca el Estado indepen­
diente no tendremos Código Penal, no tendremos Código de Comercio, ni leyes procesales. La idea es hacer amplias re­
misiones a otros ordenamientos, con las adaptaciones que sean necesarias. Está sobre la mesa del Consejo todo lo que afecta al proceso constituyente, con la previsión de un periodo transitorio hasta tener una nueva Constitución. Se está trabajando también en un informe sobre el abastecimiento de gas, electricidad y agua, que deberá garantizar; sobre el tema de la seguridad exterior e interior durante el período de transición.
Habrá que tener ideas muy claras y soluciones preparadas para los proble­
mas que planteará el poder judicial. Co­
sas tan concretas como los pleitos que te­
nemos en tribunales españoles con juris­
dicción sobre todo el territorio o las sen­
tencias pendientes de ejecutar adoptadas por estos tribunales. Otros temas pen­
dientes se refieren a las relaciones comer­
ciales con España; la identificación y el reparto de activos y pasivos, así como la deuda pública, y los criterios de negocia­
ción con España que deberán utilizarse.
El profesor Carles Viver terminó su intervención afirmando: “En definiti­
va, tenemos muchos problemas y muy complejos sobre la mesa, no sólo por el Consejo Asesor para la Transición Nacio­
23
“El Derecho de autodeterminación: análisis jurídico”
x
nal, sino por Cataluña. Sin embargo, yo estoy absolutamente convencido de que podemos salir. A pesar de su complejidad, el proceso hacia la independencia sólo tie­
ne un desatascador: si hay un número su­
ficientemente importante de ciudadanos de este país que lo apoya, este proceso no hay quien lo detenga, este proceso no lo puede parar ninguna Constitución ni nin­
guna instancia desde fuera. Yo creo que las cosas hasta ahora se están haciendo razonablemente bien, aunque quizás no soy yo el más indicado para decirlo”.
CLAUSURA A cargo de la Sra. MIREIA MONTE­
SINOS SANCHÍS, presidenta de la Comissio de Defensa dels Drets de la Persona del Colegio de Abogados de Barcelona.
Estamos llegando a la recta final del acto, y es difícil tomar la palabra des­
pués de unas intervenciones tan intensas y brillantes, que agradecemos una vez más, Nos corresponde a los organizado­
res, clausurar el acto y poner en común las conclusiones, que en derecho no son más que concretar lo que se pide, a la vis­
ta de las distintas aportaciones que se han hecho durante la jornada.
La Comisión de Defensa, desde su creación, hace ahora más de 40 años, siempre ha entendido necesario analizar, desde el punto de vista jurídico, todas aquellas situaciones y realidades que han ido conformando nuestro crecimiento de­
mocrático.
Porque en realidad se trata de eso, de democracia en su sentido más estricto y más radical, aquel que no permite que se secuestre el principio participativo que se puso en manos de la representatividad de los gobernantes, quienes a menudo ol­
vidan que a pesar de todas sus reticen­
cias, la propia Constitución de 1978, que se gestó, redactó y votó en unas circuns­
tancias muy determinadas por todo cono­
cidas, apuesta por una sociedad democrá­
tica avanzada que tiene como eje de su propia legitimación la participación direc­
24
“El Derecho de autodeterminación: análisis jurídico”
ta de los ciudadanos. Se trata por tanto una Constitución que ha de ser interpre­
tada a partir de la realidad dinámica.
Y las aportaciones nos dicen, sin necesidad de hacer referencia a ruido de sables ni de ninguna otra arma, que en Cataluña existe una realidad nacional consolidada desde un punto de vista cul­
tural, económico, jurídico y lingüístico. Tenemos un derecho civil catalán y un conjunto de textos jurídicos consolidados así como una lengua propia que ha sobre­
vivido a 40 años de depuración lingüística y que sobrevivirá, a pesar de los constan­
tes ataques a la política de inmersión lingüística en nuestras escuelas. Todo ello lleva a su gente a querer mostrarlo, a hacer patente el hecho diferencial desde su voluntad democrática.
Y se trata de una demanda que se ha planteado también en otros países de nuestro entorno geográfico más próximo, como Escocia y Eslovenia e incluso más lejanos, como Quebec, todos ellos con si­
tuaciones y regulaciones jurídicas muy diferentes que han recibido una misma respuesta: la que ha sabido encontrar el equilibrio entre la ley positiva por un lado y los principios democráticos que la sustentan por otro. No estamos, pues, ante una cuestión jurídica sino de volun­
tad política.
Y los hechos son la esperanza de que todo está por hacer y todo es posible, y lo prueban, además del movimiento ciu­
dadano a favor de la consulta, los movi­
mientos sociales del 15M, las Plataformas de afectados por las hipotecas, las coordi­
nadoras en defensa de los Servicios públi­
cos, STOP balas de goma y otros, que de­
jan patente que las demandas que nacen de la ciudadanía prevalecen sobre los particulares intereses de sus dirigentes políticos. La democracia consiste en eso. ¿O es que acaso es más democrático que votar el prohibir manifestarse o concen­
trarse mostrando solidaridad con los de­
sahuciados que es lo que se pretende im­
poner en el proyecto de ley de seguridad ciudadana?
Y a estas circunstancias hay que aplicarle los criterios jurídicos, por lo que haré una lectura literal de las conclusio­
nes finales que conforman, junto con lo que ya publicamos hace un año, el posi­
cionamiento de la Comisión de Defensa desde un análisis jurídico sobre el dere­
cho de autodeterminación:
1.­ El derecho a la autodeter­
minación de los pueblos es un dere­
cho fundamental reconocido en los tratados ratificados por el Estado es­
pañol y que forman parte, pues, de la legalidad vigente.
2.­ A lo largo del siglo XX el de­
recho a la autodeterminación se ha formulado en dos sentidos: como el derecho reconocido a los pueblos y países sujetos a dominación colonial y también como derecho de las per­
sonas, de carácter colectivo, atribui­
do a todos los pueblos sin distinción.
25
“El Derecho de autodeterminación: análisis jurídico”
3. ­ Esta doble vertiente permi­
te su aplicación a supuestos en los que, a pesar de no existir una situa­
ción de sumisión colonial, se produ­
ce un reiterado desconocimiento o negación de la personalidad lingüís­
tica, cultural, jurídica y nacional de un pueblo, o bien cuando existe una voluntad democrática clara y mayo­
ritaria de ejercerlo.
4. El derecho a la autodetermi­
nación incluye el derecho a la sece­
sión, negociada o unilateral, y otras alternativas como la libre asociación o la integración en un Estado pree­
xistente.
la independencia, es una realidad ju­
rídica incuestionable.
6.­ El derecho a decidir, a ser consultado sobre el propio futuro, es una actualización del derecho a la autodeterminación y una expresión del principio democrático reconoci­
do en buena parte de las Constitucio­
nes modernas, incluida la española
7.­ Hay diferentes vías legales, dentro del marco constitucional vi­
gente, para llevar a cabo una consul­
ta de autodeterminación en Catalu­
ña. Ante la exigencia reiterada de ce­
lebración de esta consulta por parte de las instituciones catalanas, un Go­
5. ­ Existen sólidas razones his­
bierno comprometido con el princi­
tóricas y de autoidentificación para pio democrático constitucionalmen­
considerar al pueblo de Cataluña su­
te reconocido tiene el deber de ha­
jeto del derecho a la autodetermina­
cerla posible. mento de Cataluña en reiteradas ocasiones y por mayorías cualifica­
das. Afirmar que el derecho a la au­
todeterminación existe y que el pue­
blo catalán es sujeto legitimado no es una manifestación política a favor de 8.­ La negativa al cumplimien­
to de este deber abre al pueblo de Cataluña la posibilidad de apelar a la comunidad internacional para ha­
cer valer el derecho inalienable a de­
terminar libremente su futuro.
x
ción. Así lo ha entendido el Parla­
26
Descargar