LOS CABALLEROS REGIDORES DEL S.XVI EN MALAGA La figura

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LOS CABALLEROS REGIDORES DEL S.XVI EN MALAGA
La figura del regidor data del reinado de Alfonso XI (1312-1350), que creó en
cada ciudad y villa de realengo un número limitado de estos oficios. Si en la Edad
Media fue representante del pueblo, posteriormente atravesará una fase de
aristocratización, en la que el elemento popular no dejó de disminuir.
En este proceso los Reyes Católicos intentaron mantener un equilibrio entre
ambos estamentos al imponer la norma de “mitad de oficios”. Así, hasta el reinado de
Carlos I, las Cortes de Castilla se opondrán al predominio de la nobleza en los
Concejos, pero desde 1538 inician un cambio de actitud al solicitar que la nobleza
fuese admitida en los ayuntamientos a los que aún no tenían acceso, en 1556 piden
que los mercaderes oficiales mecánicos no pudiesen detentar regidurías y en 1570
que sólo fuesen admitidos los hidalgos de sangre limpia. La Corona se abstuvo de
dictar normas generales, pero la tendencia queda explícita a través de estas
peticiones. Regidores del cabildo malagueño, por el Estatuto Real de 1662,
únicamente van a poder ser los nobles de sangre y no los de nueva creación.
En el regimiento de Málaga, para la década de los cincuenta, no predomina
ninguna de estas tendencias. Sus titulares pueden ser definidos como los
representantes de los grupos oligárquicos de la ciudad, son una necesidad social
reconocida: “ la observación histórica demuestra hasta la evidencia que la sociedad no
puede subsistir sin una clase dominante, este planteamiento no es válido para la
sociedad del S. XVI.
La oligarquía es una forma permanente de la sociedad que presenta la
estructura de un grupo dominante dirigente, en cuya composición se producen
cambios o desplazamientos que no afectan a su funcionalidad. Los regidores dentro
de estos grupos serán la “minoría dirigente” que desempeñe las funciones de carácter
público. Son la elite social que aparece en el siglo XVI como consecuencia del sistema
de gobierno que acentúa la movilidad vertical.
El regimiento no conforma un grupo homogéneo ni defienden intereses
comunes. Como conjunto abstracto, y de forma teórica, representa a la ciudad, pero la
práctica se opone a la teoría desde el mismo sistema de acceso al regimiento.
Compuesto por la élite de los grupos oligárquicos engloba a personas de diferentes
estamentos, clases e intereses. Ante cada uno de los cuales, el regimiento va a
adquirir distintas perspectivas. Así, para la nobleza es la única forma de participación
en la política y de mantener, o incrementar, los privilegios de su “estado”. Entre la
burguesía, la inclusión en el cabildo, supone un instrumento para la defensa de sus
intereses económicos y es, además, el vehículo idóneo para el apetecido ascenso
social. La oligarquía rural, tiene objetivos muy similares, aunque distintos intereses. A
pesar de su diversidad actúan como grupo compacto en la defensa de los privilegios
de la ciudad que, de alguna manera, son los suyos.
Los regidores son nombrados por la Corona, pero no siempre elegidos por ella.
Sobre todo desde el siglo XV, cuando comienza la práctica de la venalidad de estos
oficios, sistema ampliamente difundido con Felipe II. Respecto a las consecuencias de
la venta de regidurías se han expresado opiniones diferentes. Aunque de todas formas
suponen la consolidación de los grupos oligárquicos locales con capacidad económica
suficiente para invertir en su compra. La alteración, en un sentido y otro, de las
relaciones de la ciudad y la Corona dependerán, en última instancia, de la capacidad
de la Corona para identificar sus intereses con los de estas oligarquías.
El titular de un oficio de regidor podía venderlo, arrendarlo, cederlo, hipotecarlo
o usarlo, pero si se ligaban a un mayorazgo eran irrenunciables. El monarca tiene la
facultad de concederlos en administración de por vida. Efectivamente, para el
propietario, este oficio tenía un valor de cambio y, por lo tanto, eran utilizados en
operaciones estrictamente económicas. Cada una de estas transmisiones exigió la
revalidación del título por la Corona, acto que desde 1631, obligaría al pago de la
“media annata”. Otro matiz de la tenencia de regidurías es la concesión renovable
cada dos años, sus titulares eran elegidos por la Corona o por el antecesor. En
nuestro caso no aparece ninguno con estas características.
Los oficios regidos durante siglos se transmiten por vía de renuncia “ resignatio
in favorem” entre los miembros de un puñado de familias preponderantes en su
ciudad. La renuncia, entre el siglo XIV y mediados del XVI, no siempre es aceptada
por el monarca, quizás porque su hacienda no se beneficia. En 1558 los regidores
obtienen el derecho a que su renuncia sea ratificada, aunque el sucesor fuese menor
de dieciocho años o el renunciante falleciese antes de los veinte días de otorgada. A
partir de esta fecha el derecho a designación podía ejercerse en vida, en el lecho de
muerte o a través del testamento.
Al cabildo malagueño, en los años que nos ocupan, se accede por ambos
sistemas de venta y, sobre todo, de renuncia. En éstas aún no se aplica totalmente el
derecho de 1558.
Por lo que respecta a la venta de regidurías, la Corona utilizaba varios
supuestos: la enajenación del título del oficio por juro de heredad, la venta de
perpetuidades, mediante la cual un titular adquiere únicamente el derecho perpetuo,
operaciones colectivas a través del asiento con un favor y el acrecentamiento, que
conlleva la creación previa del oficio. El acrecentamiento fue el sistema adoptado para
Málaga, pero sus consecuencias no fueron apuntadas: los adquirieron oligarquías
plenamente conformadas e integradas en la esfera del poder local.
Del mismo modo, los únicos impedimentos formales para acceder a una
regiduría eran, en primer lugar, estar en posesión de otra titularidad, ser extranjero, y
por último reunir dos o más oficios en una misma familia.
En cuanto a las funciones de los regidores éstas eran casi exclusivamente, las
de colaborar con el corregidor en todos los ámbitos de la administración local,
fundamentalmente en cuestiones de “policía”, abastecimiento, infraestructura y en
materia económica. Sus decisiones, para que tuviesen efecto, habían de ser
defendidas por la mayoría en las votaciones. Son retribuidos a cargo de los propios de
la ciudad y, además del salario, tenían derecho a percibir dietas por desplazamiento,
por el contrario, se les prohibía el cobro de tasas por servicios prestados.
La Real Cédula de 1489 señala trece regidurías en el cabildo malagueño, por la
de 1495 se reduce esta cifra a seis, de ellos, únicamente tres podrán ser electores de
los oficios municipales. Este ordenamiento les obliga a asistir a las reuniones del
capítulo, estar presente en el remate de las rentas de la ciudad y les prohíbe hacer
donaciones o invertir los bienes de propios. Asimismo se les recomienda la defensa de
los privilegios locales. Las ordenanzas de 1611 regulan su actuación como miembros
del cabildo, pierden el derecho a voto en caso de abandono de la sala durante el
debate, deben ocupar siempre el mismo lugar a ambos lados de la justicia, sus
decisiones deben ir precedidas de la presentación de proposiciones y debate, los
votos debían emitirse comenzando por el regidor más próximo a la derecha de la
injusticia seguido del de la izquierda, los regidores que se incorporasen a la reunión
comenzado el debate votarán en último lugar, además, no podían participar en la
deliberación sobre asuntos que les interesen privadamente. Para tener derecho a
percibir retribuciones tienen que asistir a las sesiones, al menos, durante cuatro
meses. En los desplazamientos recibirán 250 mrs. diarios.
Estas ordenanzas vuelven a referirse a trece regidores, la indicación de este
número quizás refleje, sin revisión, la ordenación de 1489, puesto que en 1553 el
cabildo está integrado por diecinueve titulares, que serán uno menos al año siguiente
por el fallecimiento de don Gómez Chinchilla, posiblemente acaecido sin efectuar su
renuncia, situación para la que las Cortes de 1543 decidieron que los oficios fuesen
“consumidos y no se proveyesen “. En 1558, la Corona acrecienta regidurías para el
cabildo malagueño, aduciendo la necesidad de efectivo que tenía la Hacienda Real y
para subvenir a los gastos de la guerra con Francia y el turco. Estas con adquiridas
por Gómez Verdugo, que toma posesión el 27 de julio, don Gómez Coalla que lo hace
el 20 de agosto y por Pedro Verdugo, recibido el 20 de noviembre. En 1559 continúan
los 21 regidores.
Estos acrecentamientos no van a suponer la apertura a nuevos oligárquicos.
Los recienten incluidos pertenecen todos a la élite local : don Gómez de Coalla había
usado con anteriormente este oficio y renunciado a él, el 23 de diciembre de 1555,
también Pedro Verdugo había sido regidor y tanto él como Gómez Verdugo son hijos
del regidor y proveedor de la armada real, Francisco Verdugo. La elite se mostró
contraria a la inclusión de nuevos elementos entre sus filas, gestionando sin demora la
adquisición de estos oficios. Incluso el impedimento de reunir dos oficios en una
misma familia pudo ser ignorado.
Sin duda existió gran movilidad en las titularidades de las regidurías. Fueron
ocupadas por treinta y una personas. Diez de ellos mantendrían su oficio durante todo
el período. Uno fallece en su ejercicio. Doce renuncian en nuevos titulares, y tres
acceden por compra. El sistema más habitual de integración al cabildo fue,
efectivamente, la “resignatio in favorem”. Sistema al que corresponde de 75% de las
incorporaciones efectuadas.
Las transmisiones presentan, en algunos casos, una complejidad poco común.
Uno de ellos es el referido a la familia de Verdugo: en enero de 1557, Francisco
renuncia a favor de su hijo Pedro, sólo nueve meses más tarde recupera la titularidad
por cesión de su hijo, en 1558 Pedro accede nuevamente por adquisición en los
acrecentamientos: en año y medio la misma persona efectuó tres actos jurídicos
respecto a la posesión del título de regido. Otro caso atañe a don Gómez de Coalla,
quien comienza en octubre de 1554 por cesión de Alfonso de Figueroa, en diciembre
del año siguiente renuncia a favor de Hernando de Torquemada y en 1558 es
nuevamente regidor . La Corona no pone dificultades a estas renuncias, quizás
únicamente esperando el apoyo de las oligarquías, puesto que hasta 1631 no va a
percibir derechos por las transmisiones.
Relación de los regidores del cabildo municipal malagueño en el periodo
comprendido entre 1553 y 1559.
Regidor
Aguirre, Gracián
Álvarez de Herrera, R.
Berlanga, Juan
Carrillo, Diego
Carrillo, Hernando
Cazalla, J. Bautista
Coalla, D. Gómez
Contador, Juan
Cherino, Cristóbal
Chinchilla , D. Gómez
Duración del regimiento
Comienza el 19-9-53 por renuncia de
Cristóbal Cherino
Se mantiene todo el período
Se mantiene todo el período
Comienza el 2-1-56, por renuncia de don
Rodrigo Manrique
Se mantiene todo el período
Se mantiene todo el período
Comienza el 3-10-54 por renuncia de
Alfonso Sánchez de Figueroa.
Renuncia el 28-12-55 a favor de
Hernando de Torquemada.
Comienza el 20-8-58 por
acrecentamiento
Se mantiene todo el período
Renuncia el 19-6-53 a favor de Gracián
de Aguirre
Por una carta al cabildo se sabe que el
18-9-53 ha fallecido
Hernández de Córdoba, G.
Madrid, Luis
Madrid, Pedro
Málaga, D. Luis
Manrique, D. Iñigo
Manrique, D. Rodrigo
Méndez Sotomayor, Luis
Méndez Sotomayor, Pedro
Núñez de Valencia, Juan
Salvador Bautista
Sánchez de Figueroa, A.
Torquemada Hernando
Torres Diego
Torres Juan
Ugarte Barrientos, A.
Verdugo Gómez
Verdugo Francisco
Verdugo Pedro
Villoslada , Gaspar
Ximenez de Ávila, Juan
Se mantiene todo el periodo
Comienza el 12-5-53 por cesión de D.
Iñigo Manrique. Renuncia el 17-9-54 a
favor de Lcdo. Valencia.
Comienza el 12-5-55 por cesión del Lcdo.
Valencia.
Comienza el 18-4-59 (provisión real)
Renuncia el 12-3-53 a favor de Luis de
Madrid
Renuncia el 2-1-56 a favor de Diego
Carrillo
Renuncia el 11-8-58 a favor de Pedro
Méndez de Sotomayor
Comienza el 11-8-58 por cesión de Luis
Méndez de Sotomayor
Comienza el 17-9-54 por cesión de Luis
de Madrid. Renuncia el 12-5-55 a favor
de Pedro de Madrid
Se mantiene todo el periodo
(No aparece a partir de enero de 1555 sin
conocer la causa)
Comienza del 28-12-55 por cesión de D.
Gómez de Coalla
Comienza el 10-4-58 por cesión de
Gaspar de Villoslada
Se mantiene todo el periodo
Se mantiene todo el periodo
Comienza el 27-7-58 por
acrecentamiento
Renuncia el 21-1-57 a favor de Pedro
Verdugo.
Comienza el 13-10-57 por cesión de
Pedro Verdugo
Comienza el 21-1-57 por cesión de
Francisco Verdugo. Renuncia el 13-10-57
a favor de Pedro Verdugo. Comienza el
20-11-58 por acrecentamiento. Renuncia
el 19-4-59 a favor de Pedro de Madrid.
Renuncia el 10-4-58 a favor de Diego de
Torres
Se mantiene todo el período
Otro Caso singular fue el de Pedro de Madrid, con anterioridad a los derechos
de designación de 1558. Su padre, antes de fallecer en 1554, renunció a favor del
licenciado Juan Núñez de Valencia. En mayo de 1555, Pedro cumple 18 años, y en
ese mismo mes accede al regimiento por cesión del licenciado Valencia.
BIBLIOGRAFIA
-A.M.M. Col. Orig., lib. 1, fols 6 a 9
-A.M.M. Col. Actas Capitulares, lib. 10, fol. 70v. a lib 15, fol. 63v.
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-Domínguez Ortiz, A. El antiguo Régimen…, págs. 194 a 219
-Domínguez Ortiz, A., en La clases privilegiadas… expone que el poder local es
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