Santiago, ocho de enero del año dos mil trece. Vistos: En estos autos Rol Nº 10.830-2011 sobre juicio ordinario de indemnización de perjuicios Ferrocarriles del Estado, en los contra de actores la Empresa demandaron en de su calidad de madre, abuelos maternos y hermana de José Joaquín Guerrero Méndez, quien falleciera a los cinco años de edad el día 16 de febrero de 1998 en los momentos en que jugaba en compañía de otros niños en el tornamesa de la estación de trenes ubicada en el sector Alto La Paloma de la ciudad de Puerto Montt. Explican en la demanda que el tornamesa al no encontrarse afianzado con algún dispositivo de seguridad giró sobre su eje, hizo que el menor perdiera el equilibrio y cayera dentro de la referida estructura de fierro y madera, quedando atrapado entre los rieles, uno de los cuales le destrozó el cráneo. Sostienen los demandantes que el accidente se debió a la ausencia de medidas mínimas de seguridad toda vez que el tornamesa carecía adecuadamente y de al los no candados haber que adoptado la lo sujetaran empresa las providencias que impidieran el ingreso de personas al recinto de la estación. Por sentencia de primera instancia dictada por el Trigésimo Juzgado Civil de esta ciudad, se acogió la demanda sólo respecto de la madre de la víctima, ordenándosele pagar la suma de concepto cincuenta millones de moral, daño de pesos ($50.000.000) rechazándose las por pretensiones indemnizatorias de los demás demandantes. Apelada la sentencia por ambas partes, la Corte de Apelaciones de Santiago la confirmó con declaración de que eleva a ciento cincuenta millones de pesos el monto de la indemnización que se debe pagar a la madre del menor fallecido. En contra de esta última decisión, la demandada dedujo recursos de casación en la forma y en el fondo. Se trajeron los autos en relación. Considerando: I.- En cuanto al recurso de casación en la forma: Primero: Que la causal en que se sustenta este recurso de nulidad formal es la prevista en el numeral 5° del artículo 768 del Código de Procedimiento Civil, en relación con el N° 4 del artículo 170 del mismo texto legal, esto es, la falta de consideraciones de hecho y de derecho que sirven de fundamento a la sentencia. Este vicio se configuraría por tres motivos, los que se desarrollan en sendos capítulos. Respecto del primero, señala que el fallo tuvo por establecida la negligencia de la demandada en la adopción y mantención de medidas de seguridad en la estación de trenes Alto La Paloma y que de esta negligencia derivó el accidente que le costó la vida al menor. Precisa que los sentenciadores imputaron negligencia mantener la estación a la Empresa abierta al de Ferrocarriles público, sin rejas al de seguridad ni guardia, además de no existir un seguro que evitara que el tornamesa girara pues sólo se encontraba sujeta por un tipo de alambre. Pero luego, continúa el recurso, el fallo de segundo grado al referirse acerca del rechazo de la demanda impetrada por los abuelos maternos por el sufrimiento experimentado, hizo presente que éstos debieron haber extremado el cuidado y protección de su nieto a quien tenían a su cargo atendida su corta edad. aparecería Estima que la también recurrente a ellos que se de lo les anterior atribuyó responsabilidad en el accidente del menor por la falta de cuidado, especialmente al abuelo materno, quien en diligencia de absolución de posiciones reconoció que la estación de trenes era un lugar peligroso por la falta de seguridad. Afirma entonces que de ambos razonamientos es posible concluir que, para los jueces, el accidente no se produjo únicamente por la negligencia de la empresa, sino que también por el descuido de los abuelos del menor. Por tanto, tales consideraciones serían incompatibles respecto de la verdad que establecen, en tanto uno establece como única causa del accidente la negligencia de la empresa, y el otro, fija además otra causa, el descuido del abuelo materno demandante, circunstancia que incluso lleva a absolver a la demandada del pago de la indemnización solicitada por éste. En relación al segundo defecto que también constituiría la causal de nulidad invocada, ésta se hace consistir en haber condenado a la Empresa de Ferrocarriles del Estado a indemnizar la totalidad de los perjuicios reclamados por la madre del niño a pesar que habría quedado establecido que éste se hallaba al cuidado de sus abuelos, a quienes se les reprocha una omisión culpable en el cuidado y protección de su nieto. De esta manera, asevera que la sentencia no argumenta de por qué se le hace igualmente responsable de la reparación total del daño, no obstante haberse dejado establecido “dos responsabilidades o dos acciones debidas que no se ejecutaron que provocaron el accidente”. Finalmente, el recurso cuestiona la falta de un fundamento que contenga el razonamiento de por qué los jueces de la instancia estimaron que el tornamesa no estaba asegurado, en circunstancias que estaba amarrado por un alambre, y si creyeran que se trataba de un aseguramiento insuficiente, debieron haber discurrido sobre las insuficiencias técnicas del mismo, lo cual no hicieron. Segundo: Que conforme a lo relacionado, puede advertirse que el recurso de casación de forma descansa en una supuesta falta de armonía o contradicción respecto de las causas que originaron el desencadenamiento de los hechos, que surgiría al comparar la sentencia de primera instancia y las nuevas consideraciones agregadas por el tribunal de alzada. Sin perjuicio de ello, tal como lo reconoce la propia demandada en su recurso de casación formal, que esta eventual contradicción se habría enmendado en los otros considerandos “que comprenden el estudio y apreciación completa del asunto debatido” -razón suficiente para descartar desde ya el motivo de nulidad alegado-, basta sólo la atenta lectura de los considerandos cuestionados para desechar la anomalía denunciada. En efecto, en los fundamentos décimo séptimo y décimo octavo de la sentencia del tribunal a quo se concluyó que el accidente que provocó la muerte del menor fue consecuencia de la negligencia de la Empresa de Ferrocarriles del Estado al no haber adoptado medidas de seguridad en la estación trenes situada en la ciudad de Puerto Montt. El fallo de segunda instancia, luego de dar por reproducidos dichos considerados, en el motivo 6 letra b) al negar la reparación pretendida por los abuelos maternos, sólo hizo presente que éstos debieron extremar las medidas de resguardo del nieto con quien vivían, pues atendida su minoría de edad, entre otros factores, pudo haber posibilitado que el niño saliera de su hogar y se dirigiera a jugar con sus primos a un recinto peligroso. Pero, a continuación, se reitera que la causa del accidente fue la falta de seguridad que allí existía. Es decir, los jueces del mérito no le han atribuido a los abuelos responsabilidad jurídica en los sucesos materia de autos, sino únicamente han argumentado en respaldo de la decisión de no acceder a indemnizarlos por el sufrimiento que han padecido. En consecuencia, no resulta efectivo que la sentencia que se revisa haya determinado que la no ejecución de dos acciones debidas –por parte de la demandada y de los abuelos maternosocasionó el accidente. Tercero: Que en lo concerniente al cuestionamiento de que los jueces no discurrieron sobre la “insuficiencia técnica” del alambre seguridad, arribaron estructura especiales que sujetaba bastará los no señalar jueces se de el tornamesa que que encontraba conocimientos la en elemento conclusión esas asegurada, técnicos como ni a la condiciones no de de que dicha requiere una de mayor justificación, desde que un tornamesa se afianza mediante la colocación de candados en las aldabas situadas en sus extremos, candados que la demandada señaló que habían sido sustraídos días antes. Es evidente que este dispositivo de seguridad no puede ser reemplazado eficazmente con un recurso de alambre. Cuarto: Que en atención a lo expuesto, el casación en la forma no podrá prosperar al no constatarse la efectividad de los vicios denunciados. II.- En cuanto al recurso de casación en el fondo: Quinto: Que la recurrente imputa a la sentencia impugnada haber vulnerado el artículo 1698 inciso 1° del Código Civil, puesto que habría relevado de la carga de la prueba a los actores, quienes al alegar la obligación de la Empresa de Ferrocarriles de mantener ciertas medidas de seguridad debió probar cuáles tenían que ser éstas, cuestión que no hizo. Asevera la demandada que para los magistrados les bastó la sola ocurrencia del accidente para culparla. Agrega que se infringe el artículo 1712 del citado cuerpo normativo desde existencia del que los accidente jueces del afirmaron menor de que cinco “la sola años hace presumir que la demandada ha sido negligente en adoptar las medidas de seguridad que se requieren para que no sea afectada la población aledaña y con mayor razón atendida la naturaleza de la maquinaria ahí instalada”, toda vez que se construyó una presunción a partir del mismo hecho en que se fundó la demanda, lo cual constituye una simple suposición, transgrediéndose así el inciso 2° del mencionado artículo 1698 y 341 del Código de Procedimiento Civil, por cuanto las suposiciones no son medios idóneos para producir prueba. Asimismo, acusa la infracción del artículo 1713 del Código Civil, pues de la confesión judicial prestada por el abuelo materno de la conocimiento de víctima, los aparece riesgos que que él implicaba tenía el pleno tornamesa situada en la estación, no otorgándose valor de plena prueba a esa declaración. Expresa que también han sido quebrantados los artículos Enjuiciamiento 398 Civil, inciso porque 2° y 427 del Código obra una declaración de del referido familiar ante el juez del crimen de Puerto Montt, de igual tenor a la prestada en estos autos, por lo que debió estimarse como una presunción grave. Finalmente, alega que se ha dejado de aplicar el artículo 2320 inciso 1° del Código Civil, en cuanto a que estando el menor a cuidado de sus abuelos, éstos eran responsables de lo que le ocurriera, como también se ha transgredido el inciso final de la misma disposición, porque siendo un hecho no controvertido que la demandada tenía contratado un guardia para el recinto de la estación y que además estaba amarrado el tornamesa, es claro que empleó la autoridad que las leyes le confieren y que no pudo prevenir el trágico suceso. Sexto: Que constituyen hechos de la causa por así haberlo establecido los jueces de grado, los siguientes: a) La estación Ferrocarriles inconclusa de del desde trenes Estado, el año Alto cuya 1996, La Paloma construcción no contaba de se la Empresa encontraba con rejas de seguridad que la rodearan, encontrándose totalmente abierta al público. Carecía de avisos que alertara la existencia de maquinarias peligrosas y si bien había un vigilante en el lugar, al momento de ocurrir el accidente de que se trata, aquél no se encontraba en el recinto. A esta estación llegaban trenes de carga con relativa frecuencia. b) El tornamesa emplazado en la estación –estructura que se utiliza en las operaciones ferroviarias con el objeto de hacer girar las locomotoras sobre su eje y despacharlas para el servicio en dirección contraria a la que tenían- no estaba asegurado con candados u otro dispositivo de seguridad que evitara que se pudiera mover, estando sólo sujeto con un alambre. Séptimo: Que conforme a tales supuestos de hecho, los jueces de la instancia concluyeron que la Empresa de Ferrocarriles del Estado incurrió en omisiones en lo que se refiere a las medidas de seguridad que debieron adoptarse en la estación de trenes, negligencia que derivó en el accidente que cobró la vida de un menor de cinco años que concurrió a jugar al lugar. Dichas circunstancias, destaca el fallo, denotan la culpabilidad de la demandada porque fue su actuar negligente e imprudente que permitió se verificara el daño. Octavo: Que lo expuesto en el motivo anterior desvirtúa los dos primeros yerros alegados en el recurso de nulidad, esto es, haber liberado a la parte probatoria y haber construido demandante de una presunción su carga a partir de suposiciones. Efectivamente, a través de la prueba rendida en autos se estableció que la infraestructura levantada en la estación de trenes se hallaba prácticamente desprovista de medidas de seguridad frente a la población que vivía a su alrededor, especificando los magistrados las medidas que no habían sido cumplidas, responsabilidad de la configurándose empresa con propietaria ello de la las instalaciones. Noveno: Que los otros errores de derecho sobre los que se hace descansar el recurso apuntan a la concurrencia de dos causas necesarias en la producción del daño, pretendiendo la demandada una absolución o al menos una atenuación de su propia responsabilidad pues aduce que existiría otro responsable en el hecho. Sin embargo, aun en el evento que se hubiere dado por asentado el concurso de varias causas en el desencadenamiento de los hechos objeto de esta litis - hipótesis que como se dijo no fue admitida por los jueces-, de todos modos la concurrencia de otras causas no excluye la responsabilidad Enrique Barros, demandada. Al refiriéndose respecto, al el principio profesor en don materia de causas concurrentes, ha expresado: “En otras palabras, basta que el daño tenga al hecho culpable por condición necesaria (aunque sea una responsabilidad entre otras) (…)” para que (Tratado haya de lugar a la Responsabilidad Extracontractual, Enrique Barros Bourie, Editorial Jurídica de Chile, primera edición año 2001, página 406). En el caso de autos, constituye un hecho fijado en el fallo la ausencia total de medidas de seguridad que impidieran el libre acceso de un niño a infraestructura potencialmente peligrosa, en razón de su corta edad. Este comportamiento negligente claramente fue condición necesaria del resultado dañoso, incluso asumiendo el planteamiento de la recurrente en orden a contribuyó que al el descuido mismo, pues de los si se guardadores suprime del ese niño primer comportamiento –el de la empresa de ferrocarriles- se hubiera eliminado también el resultado. Por otra parte, aun bajo la tesis que postula la recurrente de no ser los únicos responsables, cada partícipe es responsable de todo el daño, por lo que no puede intentar asilarse en la circunstancia responsable del hecho. que también existe otro Al respecto, es pertinente destacar lo señalado por el mencionado tratadista, don Enrique Barros, en relación a las funciones de la causalidad: “La causalidad expresa el más general fundamento de justicia de la responsabilidad civil, porque la exigencia mínima para hacer a alguien responsable es que exista una conexión entre su hecho y el daño. Sólo bajo esa condición puede darse por establecido un vínculo personal entre el responsable y la víctima de ese daño. También desde un punto de vista preventivo se justifica el requisito de la causalidad, porque el fin instrumental de las reglas de responsabilidad es establecer incentivos para evitar daños que pueden ser provocados por el hecho humano”. (Barros, op.cit.,pág. 373). Décimo: Que, por consiguiente, no cabe sino concluir que la sentencia analizada no ha incurrido en los errores de derecho que se le atribuye en el recurso, el que por tanto habrá de ser desestimado. Y de conformidad, además, con lo dispuesto en los artículos 764, 767 y 805 del Código de Procedimiento Civil, se rechazan los recursos de casación en la forma y en el fondo deducidos en lo principal y primer otrosí de fojas 597 en contra de la sentencia de siete de junio de dos mil once, escrita a fojas 587. Regístrese y devuélvase con su agregado. Redacción a cargo del Abogado Integrante señor Piedrabuena. Rol N° 10.830-2011.- Pronunciado por la Tercera Sala de esta Corte Suprema integrada por los Ministros Sr. Sergio Muñoz G., Sr. Pedro Pierry A., Sra. María Eugenia Sandoval G., y los Abogados Integrantes Sr. Jorge Lagos G., y Sr. Guillermo Piedrabuena R. No firman, no obstante haber concurrido a la vista y al acuerdo de la causa, el Ministro señor Muñoz por estar con permiso y el Abogado Integrante señor Piedrabuena por estar ausente. Santiago, 08 de enero de 2013. Autoriza la Ministra de Fe de la Excma. Corte Suprema. En Santiago, a ocho de enero de dos mil trece, notifiqué en Secretaría por el Estado Diario la resolución precedente. Santiago, siete de junio de dos mil once.VISTOS: A fs. 444 (ex fs. 435), el abogado de la demandada, en subsidio de la solicitud de abandono del procedimiento pedida por lo principal, interpone recurso de casación en la forma y conjuntamente con este último deduce también apelación en contra de la sentencia definitiva de 30 de enero de 2004, escrita a fs. 419 y siguientes (ex fs. 410). De su lado, el demandante interpone a fs. 436 (ex fs.427) recurso de apelación en contra de la misma sentencia. Por sentencia interlocutoria de 25 de agosto de 2004, de fs. 470 (ex fs.461), se rechazó sin costas el incidente de abandono del procedimiento. Por resolución de 23 de septiembre de 2004 de fs. 473 (ex fs. 464), se tuvieron por interpuesto los recursos de casación en la forma y apelación. Se trajeron los autos en relación y se procedió a la vista de la causa, escuchándose alegato solo del apoderado de la empresa demandada. Teniendo presente: I.- EN CUANTO AL RECURSO DE CASACION EN LA FORMA: 1.- Que en el recurso de casación en la forma, que la empresa recurrente interpone “conjuntamente” con el de apelación, se invoca las causales de casación formal de los ordinales Nºs 5º y 7º del inciso 1º del Art. 768 del Código de Procedimiento Civil, en relación la primera de esas causales con los Nº 3º, 5º y 6º del Art. 170 de ese mismo Código y Nºs 8º, 10º y 11º del Auto Acordado de la Extma. Corte Suprema sobre la Forma de las Sentencias, de 1920. 2.- Que la recurrente, fundando su casación, sostiene en síntesis lo siguiente: a.- Que si bien en el considerando 6º de la sentencia se hace una enunciación de las excepciones y defensas alegadas por la demandada, esa relación se considera “….sintética”, ya que el sentenciador “….las resume en 8 renglones” y así no se refiere siquiera a la circunstancia de que la Empresa de los Ferrocarriles del Estado (EFE) fue creada por Ley; que en la contestación se descarta fundar la responsabilidad atribuida a EFE en la norma del Art. 2314 del Código Civil porque es una persona jurídica de derecho público y por las demás razones que allí invoca; que en esa misma contestación el dependiente de EFE que cumplía funciones en el lugar del accidente si bien se alejó brevemente de ese lugar en todo caso dejó protegido el tornamesa con un alambrón que habría sido removido por la víctima y sus acompañantes; que, así mismo, también en la contestación a la demanda se enfatizó que no existía relación de causalidad entre la falta de diligencia imputada y el daño producido y que la causa de ese daño fue tanto la imprudencia del menor como la de su madre y abuelo materno, que no ejercieron adecuado cuidado sobre aquel, atendida su corta edad. b.- Considera la recurrente que la omisión de “enunciar” esas excepciones y defensas habría influido en lo dispositivo del fallo toda vez que de haberse acogido la excepción que apunta a la inaplicabilidad a EFE de las normas sobre responsabilidad del Estado no se le habría comprometido en la responsabilidad objetiva que se le atribuye y que EFE no habría podido ser considerada responsable por infracción de los Arts. 2314 y siguientes del Código Civil, tanto por falta de evidencia en cuanto a la responsabilidad de los administradores de la empresa en la producción del hecho dañoso como porque ni aún cuando ellos hubieren empleado la mayor diligencia y cuidado podrían haber evitado “…que el cuidador Cárcamo, subrepticiamente y sin autorización de su empleador se alejara de su puesto de trabajo….”. Finalmente, al no exponerse en la sentencia aquella falta de relación causal entre el resultado de muerte producido y la presunta negligencia de EFE alegada en su defensa por esta última, tal omisión influyó sustancialmente en lo resolutivo de la sentencia y decidió equivocadamente la controversia. c.- Además de lo anterior, se expone en la casación de forma que, como directa derivación de lo anterior, la sentencia no se habría hecho cargo de las consideraciones de derecho asociadas a esas excepciones y defensas y que al inhibirse de enunciarlas y examinarlas tampoco decide cada una de estas excepciones en particular. Señala al efecto que la sentencia no se hizo cargo de la inaplicabilidad en la especie de los Arts. 2314 y 2329 del Código Civil que se había solicitado excluir, y tampoco en la sentencia se razona a la luz del Art. 2319 de ese mismo Código con influencia en lo dispositivo de la sentencia por cuanto, si esos razonamientos legales expuestos en el escrito de contestación de demanda hubieran sido acogidos, se habría excluido finalmente la responsabilidad de la demandada pues, en su parecer, quienes estaban al cuidado del menor, en particular su abuelo que lo autorizó para salir a jugar a sabiendas de los riesgos que presentaba el lugar del accidente, son los responsables de que el menor hubiere encontrado la muerte. 3.- Que no obstante que la recurrente de casación señala que el fallo habría transgredido también el Nº7 del inciso 1º del Art. 768 del C.P.C., en ninguna parte del recurso se describe la forma o manera en que se habría producido esa infracción. 4.- Que el inciso 3º del mismo Art. 768 del C.P.C. ya citado, luego de señalar las diversas causales que permiten interponer una casación formal, autorizan al Tribunal para rechazar el recurso si de los antecedentes aparece de manifiesto que el recurrente no ha sufrido un perjuicio reparable solo con la invalidación del fallo o cuando el vicio no ha influido en lo dispositivo del mismo. 5.- Que el recurso de casación en la forma será desestimado precisamente en aplicación de la norma que se acaba de compulsar. Por un lado, porque de los antecedentes que reporta el proceso es del todo evidente que la empresa demandada no ha sufrido un perjuicio que pueda repararse solo con la invalidación de la sentencia recurrida de casación y, por el otro, porque más allá de toda duda razonable, de la descripción que la propia demandada hace en su casación de los vicios o defectos que le atribuye a la defensa aparece que ninguno de ellos, ni aún cuando pudieren ser ciertos o efectivos, han influido en la parte dispositiva de esa misma sentencia, la que aparece pronunciada acorde al mérito de autos y conforme a derecho. II.- EN CUANTO AL RECURSO DE APELACION: 6.- Que las argumentaciones contenidas en el segundo otrosí del escrito de fs. 444 en nada alteran lo que ya viene decidido en cuanto al fondo en primera instancia. A su vez, en relación con la apelación deducida a fs. 436 (ex fs. 427) por la parte demandante solo a mayor abundamiento cabe añadir: a.- Que si bien en un accidente como el de autos son varias las personas que pueden verse afectadas notoriamente por la muerte del menor, sean familiares o no de la víctima, esto es, cuando se trata de las llamadas “víctimas por repercusión o rebote”, lo cierto es que debe existir un límite en lo relacionado con la reparación con que el derecho debe acudir en auxilio de quienes padecen ese sufrimiento. Es la justicia, con prudencia y equidad, la llamada a establecer cual de todas las personas que se sienten menoscabadas y afectadas por la muerte del menor deben ser compensadas por el causante de ella, la misma que debe ser utilizada al fijar el monto de una indemnización por tan lamentable suceso, debiendo tener siempre presente, aunque resulte tautológico, que la reparación en cuestión es en consideración al individuo que padeció el daño y no otro. b.- Que, en el parecer de esta Corte, resulta del todo ajustado a derecho la decisión del Tribunal a quo de indemnizar por concepto de daño moral solamente a la madre del menor fallecido y rechazar las pretensiones indemnizatorias de los otros demandantes, es decir, de su hermana y de sus abuelos maternos con los cuales además vivía el menor. Ello, porque coincidiendo plenamente esta Corte con el argumento que se expone en el considerando “Vigésimo Segundo” de la sentencia apelada para indemnizar solo a la madre, es lógico que si bien por vivir el menor con los otros demandantes es dable presumir el enorme sufrimiento que este percance les produjo, no se puede dejar de considerar que los abuelos debieron extremar el cuidado y protección hacia su nieto atendida su corta edad y demás factores que pudieron haber influido en que este saliera del hogar y se dirigiera a jugar con sus primos a un lugar en que el propio abuelo, al prestar confesión a fs. 416, reconoció que era peligroso por la falta de seguridad que allí existía, sobre todo en la tornamesa, que fue la causante del accidente que concluyó con su fallecimiento. 7.- Que en cuanto al monto de la indemnización de $80.000.000 que se ordena pagar, esta Corte considera que ella es insuficiente y menguada atendido que se trata de la muerte de un niño de solo 5 años de edad. Esta tragedia afectó de tal forma a la madre del menor que, según el informe de la perito Psicóloga Sra. Sara Domberg Bery, rolante a fs. 368, no obstante que habitualmente, según estadísticas, el tiempo promedio que una familia tarda en superar el duelo y recuperar tranquilidad es de 18 meses, en el caso de autos habían pasado 5 años cuando el 20 de agosto de 2003 se evacuó ese informe pericial y la madre del menor no había demostrado ninguna recuperación por el impacto que le produjo la muerte de su hijo, que era su “….regalón y centro de la familia”. El trauma que este hecho le provocó a la Sra. Ana Cristina Méndez Ovando es de tal entidad que por tiempo no comía ni se lavaba; abandonó incluso el cuidado de su hija mayor; olía la ropa del niño, le guardó toda su ropa, juguetes y cuadernos; su personalidad se tornó más agresiva, estaba en un estado nervioso permanente, tartamudeaba al hablar y se alteraba por cualquier hecho; se encontraba bloqueada, confundida, no quería ver a nadie ni nada, hacía las cosas más por obligación que por nada. A la fecha del informe pericial, aún presentaba dificultades con la capacidad de atención y concentración y también con el sueño; estaba tensa y ansiosa permanentemente, su ánimo es lábil, su pensamiento quedó fijado en el accidente recordándolo siempre y se le produjeron fobias a las alturas, a la velocidad, a la oscuridad y a los ascensores. Se le alteró la orientación, a extremos que cuando hace trámites se queda parada y no sabe a donde dirigirse, en ocasiones mareada, acelerada, con tendencia a transpirar; siente que la gente la observa o crítica, olvida las fechas y sufre de cefaleas, sus funciones cognitivas están alteradas, como también su afectividad. Por todo ello y más, la perito concluyó que esa sintomatología post - accidente es producto de una neurosis grave que le ha provocado “….un gran deterioro en su estado físico y mental que incide en su vida, ámbito familiar y social, lo que se ve aumentado además por alteraciones importantes de la conciencia, de la percepción como también en su identidad y auto imagen”. Por lo anterior, esta Corte va a determinar que el monto de la indemnización que se debe pagar a la demandante Sra. ANA CRISTINA MENDEZ OVANDO debe ser la suma de $150.000.000. Por estas consideraciones, y conforme a lo dispuesto en los Arts. 186 y 768 inciso 3º del Código de Procedimiento Civil, se decide: A.- Que se rechaza, con costas, el recurso de casación en la forma deducido en el primer otrosí de fs. 444 en representación de la parte demandada y en contra de la sentencia definitiva de primera instancia de fecha 30 de enero de 2004, escrita a fs. 419 y siguientes; y; B.- Que se confirma la sentencia apelada ya indicada, con declaración que se aumenta a $150.000.000 (ciento cincuenta millones de pesos) la suma que por concepto de daño moral deberá pagar la Empresa de los Ferrocarriles del Estado a doña ANA CRISTINA MENDEZ OVANDO. Regístrese y devuélvase en su oportunidad. Redacción del Abogado Integrante Sr. Leandro Carvallo Rodó. Nº Civil 9760-2004.No firma la fiscal judicial señora Pedrals, no obstante haber concurrido a la vista y al acuerdo del fallo, por encontrarse con licencia médica Pronunciada por la Sexta Sala de esta Iltma. Corte de Apelaciones de Santiago, conformada por el ministro señor Carlos Cerda Fernández, por la fiscal judicial señora Beatriz Pedrals García de Cortázar y el abogado integrante señor Leandro Carvallo Rodó.