Proyecto ambiental COLSME 2014 El tráfico de fauna silvestre es la extracción de animales, o partes de ellos, de su hábitat natural para venderlos. Después del narcotráfico y el negocio de las armas, el tráfico de fauna silvestre es el negocio ilegal más lucrativo en todo el mundo. Según la INTERPOL el tráfico ilegal de fauna genera anualmente una cifra cercana a los 17 mil millones de dólares a nivel mundial (http://www.omacha.org/y ahui/trafico-ilegal.html), es decir que con las ganancias de un solo año podrían comprarse casas para aproximadamente 1 millón de familias. Colombia es uno de los países más megadiversos del planeta y por esto es uno de los principales focos de explotación de fauna y flora silvestre. Los traficantes de animales los ofrecen a los compradores como: Animales vivos para utilizarlos como mascotas Animales disecados como curiosidades o como trofeos de caza Colmillos, huesos, órganos sexuales, plumas, uñas, cascos como objetos afrodisíacos, medicinales o de brujería Cuero o piel para fabricar prendas de vestir Carne y/o huevos para consumo Hoy en día aún se siguen viendo, con impotencia e indignación, cómo se ofrece fauna silvestre en plazas de mercado, en tiendas de animales, en veterinarias e incluso en la calle, donde también se realizan espectáculos con estos animales, y además, cómo a la ciudad llegan y se van tranquilamente circos que promocionan entre sus atractivos actos con animales exóticos. A diario se registra un promedio de decomiso de 160 animales principalmente en los departamentos de Sucre, Valle, Córdoba, Cundinamarca, ç Santander y Bolívar. Estos especímenes son cazados en diferentes zonas del país: Amazonas, Antioquia, Casanare, Putumayo, Chocó y Llanos Orientales (http://www.omacha.or g/yahui/traficoilegal.html). Para saciar la demanda local, nacional e internacional llegan a Bogotá animales extraídos de sus hábitats desde todas las regiones del país. El destino de los pocos que sobreviven después de las traumáticas condiciones de aislamiento, cautiverio, transporte y maltrato, son vendidos para investigación biomédica, para exhibición en espectáculos, para moda o como animales de compañía. La mayoría de animales recibidos en los Centros de Recepción y Rehabilitación de Fauna Silvestre llegan en pésimo estado de salud debido a la falta de alimento y agua, a condiciones de transporte precarias, a la mezcla de especies distintas en la misma jaula (lo que provoca ataques entre los individuos) y al hacinamiento, entre otras prácticas deplorables e inhumanas realizadas por los traficantes y tenedores ilegales de estos animales. A estos centros llegan aves como loros, guacamayas, águilas, halcones, pericos y búhos. También llegan micos, perezosos, ardillas, chuchas y distintas variedades de tortugas. Cuando las autoridades logran decomisar animales víctimas de tráfico, existen tres escenarios para los individuos: La eutanasia El envío a algún zoológico o parque temático El ingreso a un proceso de rehabilitación para una posterior liberación en su medio natura Además de constituir un acto de crueldad hacia los individuos comercializados, el tráfico de fauna silvestre es una amenaza directa contra el equilibrio de los ecosistemas naturales del país. El tráfico de vida silvestre es la segunda causa de extinción de especies a nivel mundial, después de la pérdida del hábitat. Existe un convenio entre 175 países que busca disminuir el tráfico ilegal de vida silvestre y se llama la Convención sobre el Comercio Internacional de Especies Amenazadas de Fauna y Flora Silvestres – CITES. Desde 1981 Colombia hace parte del acuerdo y para hacer prueba de ello expidió una ley, la número 17 de 1981 por medio de la cual implementa medidas de control sobre el tráfico ilegal de fauna silvestre. El artículo 328 del código penal colombiano establece penas entre los 32 y 90 meses de cárcel y multa hasta 15 mil salarios mínimos legales mensuales vigentes para quienes incurran en el delito del tráfico ilegal de animales silvestres. ¡No compres animales! Ni siquiera por la lástima, en un intento por "salvarlos", lo que hacemos es ahondar más en el problema. No consumas huevos ni carne de animales silvestres. No te tomes fotos en los parques con esta clase de animales. Sensibiliza a familiares y amigos. Denuncia a vendedores de animales silvestres en carreteras y establecimientos. El tráfico de fauna silvestre es un asunto que debe atraer la atención de los colombianos, pues es una actividad que afecta no sólo a los animales (seres con capacidad de sentir dolor), sino también la integridad y supervivencia de los ecosistemas naturales, que constituyen una parte esencial de los recursos patrimoniales de la nación y que directa o indirectamente se relacionan con la supervivencia de los humanos. De esta manera, y a modo de llamado de alerta, es útil y necesario recordar una frase célebre del escritor ruso León Tolstoi: “Si un hombre aspira a una vida correcta, su primer acto de abstinencia es el de lastimar animales”.