Pan del día bendición de Dios… Domingo 11 de octubre de 2009 XXVIII del tiempo ordinario. Ciclo B. Beato Juan XXIII, papa Te pedimos, Señor, que tu gracia nos inspire y acompañe siempre para que podamos descubrirte en todos y amarte y servirte en cada uno. Por nuestro Señor Jesucristo... Sab 7, 7-11 Por la Sabiduría tuve en nada la riqueza Salmo 89 Sácianos, Señor, de tu misericordia. Heb 4, 12-13 La Palabra de Dios es viva y eficaz Mc 10, 17-30 ¿Qué debo hacer para heredar vida eterna? “Cuando Jesús iba a seguir su viaje, llegó un hombre corriendo, se puso de rodillas delante de él y le preguntó: Maestro bueno, ¿qué debo hacer para alcanzar la vida eterna? Jesús le contestó: ¿Por qué me llamas bueno? Bueno solamente hay uno: Dios. Ya sabes los mandamientos: "No mates, no cometas adulterio, no robes, no mientas en perjuicio de nadie, ni engañes, y honra a tu padre y a tu madre. El hombre le dijo: Maestro, todo eso lo he cumplido desde joven. Jesús le miró con afecto, y le contestó: Una cosa te falta: ve, vende todo lo que tienes y dáselo a los pobres. Así tendrás riquezas en el cielo. Luego ven y sígueme. El hombre se afligió al oír esto, y se fue triste, porque era muy rico. Jesús miró entonces a su alrededor, y dijo a sus discípulos: ¡Qué difícil les va a ser a los ricos entrar en el reino de Dios! Estas palabras dejaron asombrados a los discípulos, pero Jesús volvió a decirles: Hijos, ¡qué difícil es entrar en el reino de Dios! Le es más fácil a un camello pasar por el ojo de una aguja, que a un rico entrar en el reino de Dios. Al oírlo, se asombraron aún más, y se preguntaban unos a otros: ¿Y quién podrá salvarse? Jesús los miró, y les contestó: Para los hombres es imposible, pero no para Dios, porque para él no hay nada imposible. Pedro comenzó a decirle: Nosotros hemos dejado todo lo que teníamos, y te hemos seguido. Jesús respondió: os aseguro que todo el que por mi causa y por causa del mensaje de salvación deje casa, hermanos, hermanas, madre, padre, hijos o tierras, recibirá ya en este mundo cien veces más en casa, hermanos, hermanas, madres, hijos y tierras, aunque con persecuciones; y en el mundo venidero recibirá la vida eterna” Dinero compra… El dinero comprará una cama pero no sueños. Libros pero no el cerebro. Comida pero no apetito. Adornos pero no Belleza. Una casa pero no un hogar. Medicinas pero no salud. Lujos pero no cultura. Diversión pero no felicidad. Un crucifijo pero no un salvador. Un banco en la iglesia pero no en el cielo. Lo que el dinero no puede comprar Dios lo da libremente sin cobrar. "Para los hombres es imposible, pero no para Dios, porque para Dios todo es posible" Todos quieren salvarse Entrar en la vida para siempre, salvarse, no es cosa de hombres, es obra de Dios. Y Dios quiere que todos los hombres se salven y lleguen al conocimiento de la verdad. El evangelio nos dice: De un encuentro de un joven y de Jesús Es un encuentro que debíamos desarrollar: 1. El joven corrió a su encuentro. Se arrodilló y le preguntó: "Maestro bueno, ¿qué tengo que hacer para heredar la vida eterna? Los Jóvenes de hoy en día se arrodillas delante de ídolos. Miremos a la moda, a los artistas, a los bailes… 2. La respuesta de Jesús. Ya conoces los mandamientos: no matar, no defraudar, no robar… El dato curioso es que Jesús no nombra los mandamientos para con Dios, sino para con los hermanos. Entonces quien no respeta no sirve, no es fiel, el que no ama a Dios no puede amar a su hermano. El que ama cumple toda la ley. Jesús miró al joven, lo amó y le dijo: "Sólo te falta una cosa"… Ser de otra manera es ser libre. Sólo una persona libre puede seguir a Jesús. El joven no era libre, le ataban sus riquezas, era un esclavo, No podemos seguir y aceptar a Jesús si alguien o algo nos controlan. No sabemos el nombre del joven. Pero sabemos nuestro nombre y hoy recibimos la misma invitación: "Ven y sígueme". Ven, no a hacer, sino a ser como yo, solidario, justo, fiel y servidor como Jesús. Yo seré tu libertad, tu tesoro, tu vida eterna. El joven rico quiere añadir a lo que ya tiene una posesión más, la vida eterna. Y busca a un Maestro Bueno para que le dé la receta mágica. Los bienes materiales se heredan, se compran, se roban, se arriendan… pero la vida eterna, don de Dios, está en otra dimensión, no es un bien acumulable, es un camino que hay que recorrer bajo la guía del Espíritu y de la Palabra de Dios. Entonces, la verdadera conversión Empieza siempre por el bolsillo. Nadie que viva muy apegado a sus seguridades, a sus dineros, a sus famas, a sus solos recursos humanos puede ser un buen seguidor de Cristo. Nadie que esté muy atado a las cosas podrá entregar su vida a los demás a los que ve, y menos al Señor que no ve. Católico y practicante En la fe, como en la vida diaria, las acciones son reflejos de lo que somos y queremos de nuestra existencia. Vivir la fe no es tener claro teóricamente lo que significa seguir a Cristo sino caminar prácticamente con Él en los senderos de la vida. El hombre parece que estaba preparado para ganar la vida eterna al cumplir los mandamientos. Pero…"Ve, vende todo lo que tienes y dáselo a los pobres. Así tendrás riquezas en el cielo. Luego ven y sígueme." Muchos creen que sólo con hacerse cristiano una persona se hace feliz. El seguimiento de Jesús es duro, progresivo, lleno de mares en calma, pero también de tormentas Jesús no prometió para sus discípulos un maravilloso plan para sus vidas, sino un plan divino, que incluiría sufrimientos, aflicción, hambre, pérdida de amigos y cargos y hasta la posibilidad de una muerte cruenta... Si quiere marcharse, que se marche. Cristo no quiere consigo a nadie contra su voluntad. Este Evangelio no excluye a los ricos de la salvación Un rico puede estar bien disponible a las cosas del Señor, mientras que un pobre puede ser egoísta en su indigencia. Lo que nos intenta transmitir es que quien acumula riquezas del tipo que sea: dinero, placer, poder, fama... tienen muchas más tentaciones que no tienen los pobres que han puesto su vida en las manos de Dios. Arroz con naranja En un caldero, ese que usas para hacer el arroz de todos los días, colocamos un poquito de aceite y rehogamos ajo y el arroz, removemos. Aparte hacemos un jugo de naranja, equivalente a una taza de agua, y además, picamos finamente corteza de la naranja. Añadimos la corteza, el jugo y el resto de agua. Sal, pimienta y lo dejamos como de costumbre [email protected]