Revista 31 - Aguas Vivas

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AGRADECIDOS
Al iniciar este año 2005, el sexto de la revista “Aguas Vivas”, tenemos
una profunda gratitud a nuestro Dios por la gracia concedida en estos años
para llevar adelante esta tarea. Nos asombramos al ver cómo este pequeño servicio espiritual pueda ser desempeñado por gente tan común y con
tan escasos recursos. Sin duda, la gracia de Dios es la que lo hace posible.
A fin de cumplir de mejor manera los objetivos de la revista, y de algunas secciones en particular, hemos introducido algunas modificaciones para
este año. Así, por ejemplo, hemos restringido la parte gráfica para privilegiar la textual; hemos readecuado las secciones fijas para abrir espacio a la
sección “Estudio bíblico”, y, por petición del equipo de colaboradores de
las mismas, hemos “sacado” de la revista las secciones para niños, jovencitos y jóvenes, las que desde ahora irán en formato mayor y en suplementos separados. De esta manera, nuestros lectores menores podrán hacer
mejor uso, y más libremente, del material preparado para ellos.
Esperamos también este año seguir incorporando al equipo de colaboradores permanentes de la revista a siervos de Dios de otros países –recientemente hemos invitado al obrero colombiano Gino Iafrancesco–, a fin
de ayudar a la integración de todo el cuerpo de Cristo, tanto en
Latinoamérica como en el resto del mundo.
Esperamos de esta manera servir mejor al propósito de “Aguas Vivas”,
que es la edificación de todo el cuerpo de Cristo, en cada país y localidad
donde el Señor nos permita llegar, a cada miembro en particular, sea pequeño o grande, sabio o no sabio, hombre o mujer, adulto o niño.
Encomendamos este trabajo a la inmarcesible gracia de Dios y al poder
de su fuerza, para poder hacerlo como es digno del Señor. Que el Señor
nos socorra.
2
aguas vivas
UNA REVISTA PARA
4
21
/ Año 6 · Nº 31 · Enero - Febrero 2005
ENFOQUE DE ACTUALIDAD
La revolución de los bits y los q-bits
Una mirada a la tecnología y la informática de los próximos días.
9
15
TODO CRISTIANO
UNA MIRADA PROFÉTICA
La profecía y los pactos
Un examen atento de las Escrituras permite establecer
una estrecha conexión entre las profecías y los tres grandes
pactos de Dios. Christian Chen.
TEMA DE PORTADA
La consagración
La consagración es la respuesta del creyente que ha sido tocado
por el amor de Dios. Stephen Kaung.
Vivir bajo un nuevo gobierno
Dios no está tan interesado en el trabajo que podamos hacer
para él como en el tipo de hijo que somos. DeVern Fromke.
26
La verdadera consagración
Ninguna consagración y servicio verdadero es posible fuera de
Cristo, fuera de su Espíritu y fuera de la comunión del Cuerpo de
Cristo. Gino Iafrancesco.
31
La consagración y el quebrantamiento del alma
Sin el quebrantamiento del alma no hay ninguna seguridad
de que nuestra consagración sea espiritual. Rubén Chacón.
34
El aspecto divino de la consagración
Antes de que el creyente se consagre, Dios lo atrae hacia sí.
Eliseo Apablaza.
37
LEGADO
Consagración
La consagración es un milagro de gracia. Andrew Murray.
41
Consagración a Dios
Un mensaje basado en la vida de Abraham. C. H. Spurgeon.
48
La belleza de la consagración
La consagración consiste en que Dios nos concede el honor de
servirle. Watchman Nee.
54
Oración y consagración
El espíritu de consagración es el espíritu de oración.
E. M. Bounds.
57
Aspectos prácticos de una vida consagrada
Cómo consagramos el tiempo, la recreación, los recursos, la
familia y los amigos. Handley C. G. Moule.
3
62
66
ESPIGANDO EN LA HISTORIA DE LA IGLESIA
El hombre de la Palabra
Semblanza de Charles Campbell Morgan, el conocido maestro
de las Escrituras.
El ejercicio del ministerio de la Palabra
¿Cómo evitar que se pierda el sentido de gloria en el ejercicio
de la predicación? G. Campbell Morgan.
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77
99
102
104
Viendo a Cristo como nuestro Rey
El Evangelio según Mateo. Stephen Kaung.
87
Las salidas de Dios
Estudios sobre el Éxodo. J. Alec Motyer.
96
Los nombres de Cristo
El Hijo de Dios. Harry Foster.
98
Bosquejos
BIBLIA
Los números en la Biblia
«El número 7». Christian Chen.
Preguntas & Respuestas
¿Cuánto sabe de la Biblia?
Ponga a prueba sus conocimientos sobre la hidrografía bíblica.
106
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ESTUDIO BÍBLICO
Principios para el Estudio Bíblico. A. T. Pierson.
FAMILIA
Instruyendo con temor
Sobre la necesidad de instruir al niño en su camino, pero
esperando en la gracia de Dios. César Albino.
REPORTAJES
La fe de una niña africana
Una maravillosa historia real. Helen Roseveare.
SECCIONES FIJAS
8 Maravillas de Dios.
61 Joyas de Inspiración.
72 Bocadillos de la Mesa del Rey.
Separatas: «Tesoros» (Niños) · «Despertar» (Adolescentes)
«Buscando Más» (Jóvenes).
(Sólo en Chile).
Foto de portada: «Barcas en Angelmó (Puerto Montt, Chile)».
Las imágenes de esta edición no tienen necesariamente relación con personas o lugares
mencionados en los textos, salvo que se indique lo contrario.
4
ENFOQUE DE ACTUALIDAD
AGUAS VIVAS
Una mirada a la tecnología y la informática de los próximos
días.
La revolución
de los
bits y los
q-bits
E
scuchar a un futurólogo de
la tecnología y la informática hablar sobre lo que nos
trae el mañana puede parecer irrisorio y descabellado; sin embargo, mucho de lo que era irrisorio y
descabellado ayer hoy ya es una realidad.
Según estos expertos, en algunos
años más sacar el teléfono celular para
hacer una llamada será calificado de
«pasado de moda», porque para entonces estarán incorporados en alguna parte del cuerpo. Objetos que
«piensan» empezarán a interactuar con
nosotros, de forma que estaremos rodeados de ellos en las calles, en las
casas, en nuestros cuerpos y posiblemente en nuestras cabezas.
Probablemente los textiles sean
utilizados para incrementar la
funcionalidad, la forma o la estética
de tales objetos. De hecho, esos materiales ya están empezando a cambiar
los diseños de los aparatos electrónicos. Algunos reproductores de MP3 –
el artículo más solicitado del momento– probablemente sean muy pronto
integrados en nuestra ropa. La tecnología portátil podría aprovechar el calor corporal para cargarse, mientras
que los «video tatuajes» o lentes de
contacto inteligentes podrían funcionar como pantallas de televisión para
AGUAS VIVAS
ENFOQUE DE ACTUALIDAD
aquellos que estén viajando.
Las posibilidades de la tecnología
van a permitir la creación de productos muy difíciles de clasificar bajo los
conceptos conocidos de cámaras, teléfono móvil, walkman o grabadora de
voz. Todos estos dispositivos tendrán
algo en común: conservarán la facilidad de uso de sus predecesores, pero
contarán con información digital y
estarán apoyados en la conexión a la
red Internet. Y aquí es donde toda esta
tecnología se potenciará enormemente, pues en esta «revolución de la comunicación», la red Internet estará en
el centro de ella.
En este último campo, se prevé que
el software ‘Open Source’ (abierto o
libre) terminará por imponerse, y que
a él seguirá una liberalización de los
‘copyright’ de muchas editoriales. Esto
traerá una inundación aún mayor de
información libre en todas las áreas.
El futuro es mañana
Pero no es necesario ir tan lejos en
el tiempo para maravillarse por los
avances de la tecnología. Muy pronto
un par de grandes compañías aeronáuticas permitirán a los pasajeros utilizar sus teléfonos celulares, sin riesgo
de que tales aparatos interfieran el sistema computacional de las naves. En
algunos países de Europa muy pronto
también los usuarios de teléfonos celulares podrán ver los programas de
televisión favoritos en su celular las
24 horas del día.
La industria del entretenimiento es
la primera en beneficiarse, y la creatividad allí no tiene límites. Algunas de
las aplicaciones de la tecnología en ese
campo parecen francamente super-
5
fluas. Por ejemplo, un escritor chino
comenzó a escribir una novela que será
transmitida en mensajes de texto (largos por supuesto) de teléfonos celulares. Una empresa de Hong Kong diseñó una compañía para los hombres
de negocios que dicen no tener tiempo para conocer mujeres de verdad.
Los inventores de la ‘novia virtual’ esperan que su impacto en el mercado
sea similar al de los ‘tamagotchi’, las
mascotas virtuales que hicieron furor
en los 90.
Año tras año se celebra en
Hannover, Alemania, la CeBIT, la feria de tecnología informática y comunicación más grande del mundo. Es
tal la profusión de nuevos productos
que se exhiben cada año, que allí no
se puede usar la palabra ‘imposible’,
porque lo que no está creado se puede
crear para el año siguiente.
Uno de los grandes objetivos de
los expositores de la CeBIT es simplificar la vida del acongojado consumidor de tecnología. Para ello, se busca
evitar la incesante acumulación de
aparatos y sus respectivos cables en
el living, en la oficina o en el auto,
desarrollando el teléfono celular como
una suerte de control remoto universal para todos los aparatos posibles.
Los grandes consorcios como
Siemens, Sony, Philips y Samsung trabajan para crear un sistema que
interconecte todos los aparatos domésticos entre sí bajo el poderoso control
de un celular.
Así se podría saber, mirando el
celular mientras está sentado en un
parque, si hay suficiente leche en el
refrigerador, si es hora de abrir la puerta para que salga el gato o si su pareja
6
ENFOQUE DE ACTUALIDAD
Ya hay avanzadas investigaciones que permiten
sostener que para el año
2010 los actuales sistemas
computacionales podrían
ser reemplazados definitivamente.
está mirando, otra vez, ese horrible
programa de televisión.
Una revolución inimaginable
Pero todo lo dicho hasta aquí es
como nada ante lo que parece será la
verdadera revolución de la informática del futuro: «la informática
cuántica». Ya hay avanzadas investigaciones que permiten sostener que
para el año 2010 los actuales sistemas
computacionales podrían ser reemplazados definitivamente. Sí, tal como
usted lo lee: la informática cuántica
podría cambiar la tecnología tal y
como la conocemos. Los científicos
dicen, y están demostrando, que es
posible construir computadores millones de veces más potentes que los actuales con una capacidad de cálculo
que podría hacer, entre otras cosas, que
los sistemas actuales de codificación
de mensajes secretos fueran rotos en
instantes.
El descubrimiento ha desencadenado una ola de entusiasmo entre los
físicos y los científicos informáticos,
y está llevando a docenas de centros
de investigación de todo el mundo a
realizar experimentos que auguran el
advenimiento de una era de computa-
AGUAS VIVAS
dores «cuánticos», máquinas especializadas que posiblemente un día sean
miles o millones de veces más rápidas que los supercomputadores más
potentes de hoy.
Una aplicación práctica de esto
podría ser el aumento de la velocidad
para encontrar una palabra escondida
entre todos los datos almacenados en
la red mundial de Internet. No hace
mucho, los investigadores de IBM hicieron una especie de instantánea de
toda la red, más de ocho billones de
bytes en datos. Para buscar la palabra
utilizando un computador convencional (que trabaja con unidades llamadas ‘bits’) se precisaría todo un mes,
pero utilizando un computador
cuántico sencillo (que funciona con
unidades ‘q-bits’) sólo se necesitarían
27 minutos.
La brecha digital
Este panorama es deslumbrante y
alucinador. El mundo del mañana parece extraordinariamente atractivo,
más confortable y placentero.
Sin embargo, con el aumento de
las tecnologías y el desarrollo de la
informática está quedando de manifiesto un problema que tiene alcances
planetarios: una gran brecha entre ricos y pobres, entre viejos y jóvenes y
entre hombres y mujeres. Es lo que se
ha dado en llamar la «brecha digital».
Enrique Iglesias, Presidente del
Banco Interamericano de Desarrollo
(BID) durante la última reunión de ese
organismo en Milán subrayó la relación estrecha entre la nueva tecnología de la información y comunicación
y el desarrollo socioeconómico, expresando que el crecimiento de la econo-
AGUAS VIVAS
ENFOQUE DE ACTUALIDAD
mía del conocimiento es el puente entre el crecimiento económico sostenible y la reducción de la pobreza, con
la promoción de equidad.
Preocupadas por este tema, las
Naciones Unidas convocaron en diciembre de 2003 a la Primera Cumbre
de la Sociedad de la Información en
Ginebra, Suiza. A ella asistieron delegados de más de 170 países, entre ellos
varios jefes de Estado y de gobierno,
y tuvo como objetivo intentar resolver los problemas de la llamada «brecha digital» entre las naciones ricas y
pobres. Los participantes en la reunión, auspiciada por las Naciones
Unidas, acordaron establecer un fondo para ayudar a los países en vías de
desarrollo a beneficiarse de la nueva
tecnología.
Una de las metas del plan de acción de la Cumbre es que todas las
universidades y los hospitales del
mundo estén conectados para el 2005
a Internet, y todas las poblaciones para
el 2010.
El gigante informático Microsoft
anunció dos iniciativas de US$ 2.000
millones en cinco años para apoyar
este trabajo. El gobierno de Estados
Unidos anunció un programa similar
por US$ 400 millones. El grupo de
Naciones Unidas para la tecnología
de la información, Irlanda, Canadá,
Suecia y Suiza, anunciaron un programa de educación electrónica a distancia de US$ 80 millones en su primera fase.
La próxima Cumbre, a realizarse
en 2005 en Túnez, espera hallar a los
países pobres en un mejor pie para
enfrentar esta revolución que se avecina.
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Hacia el hombre tecnológico
Tal como lo anunciaba el Señor en
los días del profeta Daniel, verdaderamente «la ciencia se aumentará», y
tal vez lo que era el prototipo de hombre hasta el siglo XX, el «humanista»,
se convierta definitivamente en el
hombre «tecnológico» o «cibernético».
Todo este avance científico y tecnológico trae consigo algunos planteamientos éticos. En el mismo ámbito
de la ciencia se alzan voces para representarlo. Por supuesto, la ciencia
en sí misma es a-moral, pues sus descubrimientos pueden ser utilizados
para el mal como para el bien. Pero si
al avance científico se agrega un retroceso en el plano moral; si al hombre tecnológico se le agrega el ingrediente de la impiedad, entonces el resultado puede ser catastrófico.
La ciencia parece estar en condiciones de dotar aún más al hombre de
superpoderes. Sin embargo, surge una
interrogante: ¿Qué hará el hombre con
ellos? Lo que hasta aquí ha hecho no
permite ser muy optimistas en relación
al futuro.
El libro de Apocalipsis nos muestra a un hombre lleno de superpoderes,
confiado en sí mismo, capaz de maravillar al mundo, pero moralmente atrofiado, endurecido, incapaz de arrepentirse cuando es tocado por Dios.
¿Qué hay al final de este camino?
El fin de todo ello tal vez sea lo que la
Biblia describe como «el hombre de
pecado, el hijo de perdición», que se
hace pasar por Dios, hasta concluir
sumiendo a la humanidad en la bancarrota.
«Aguas Vivas», 2005.
8
MARAVILLAS DE DIOS
NO
AGUAS VIVAS
HAY ERROR EN EL ITINERARIO
La conocida conferencista cristiana
Corrie Ten Boom cuenta que cierta vez
se hallaba en la isla de Formosa cuando
Dios le dijo que debería ir a varios países, por lo que debería comprar los pasajes aéreos. No tenía dinero, pero ella
sabía que el Señor era su Pastor y también su Tesorero.
Cuando llegó a la agencia de viajes,
le dijo a la dependienta: «Por favor,
anote los lugares para los cuales necesito pasaje: Primero Hong Kong, después Sydney, Australia; después Ciudad
del Cabo, en Sudáfrica, después TelAviv, en Israel; Auckland, en Nueva
Zelandia; y al final Ámsterdam, en Holanda».
Ella anotó todo y después preguntó: «¿Cuál es su destino final?». «El cielo» respondió ella. La joven replicó: «No
es eso lo que quise decir». «Pero fue
eso lo que yo quise decir», replicó
Corrie, «y ese destino no necesita usted anotarlo, porque ya tengo pasaje».
«¿Cómo lo consiguió?», preguntó la
mujer. «Hace más de dos mil años, Alguien compró mi pasaje para el cielo, y
yo sólo necesité aceptarlo de su mano.
Fue Jesús, que llevó mis pecados en la
cruz, y así me garantiza entrada gratuita en el cielo».
En aquel momento, un dependiente
chino que había oído la conversación,
se acercó. «Eso es verdad», dijo. Corrie
le preguntó al hombre: «¿Usted ya hizo
su reserva para el cielo?». «Sí», respondió él, «ya recibí a Jesús como mi
Salvador y Señor, y él me hizo hijo de
Dios. Y todo hijo de Dios tiene un lugar
asegurado en el cielo, en la casa del
Padre». «Hermano», le dijo Corrie, «entonces ayude a esta joven para que haga
su reserva para el cielo».
Después que los pasajes fueron extendidos, Dios proveyó a Corrie la can-
tidad exacta que ella
necesitaba.
Muy
agradecida, revisó su
paquete de pasajes, y
fue entonces que percibió un error.
Inmediatamente
llamó a la agencia y
preguntó por la joven
que la había atendido. «¿Por qué cambiaron mi itinerario?»,
preguntó. «Mi Jefe dijo que tengo que
ir primero a Ciudad del Cabo y después
a Tel-Aviv. Ustedes cambiaron el orden,
poniendo Tel-Aviv antes que Ciudad del
Cabo. Dios es mi Señor y tengo que obedecerle».
«Es imposible», replicó la joven; «no
existe vuelo directo desde Australia a
África. En el Océano Índico no hay ninguna isla en que el avión pueda abastecerse. Por eso usted tendrá que ir primero a Tel-Aviv.». «No», replicó Corrie,
«tengo que hacer lo que mi Jefe determinó. Tal vez yo tenga que orar para
que surja esa isla. Pero el itinerario tiene que ser ese».
Una hora después, la joven de la
compañía aérea la llamó. «¿Usted ya oró
pidiendo que surgiese la isla? Acabo de
recibir un telegrama de la empresa australiana Qantas. Recientemente ellos comenzaron a hacer una escala en las islas Cocoa. Ahora ya existe una ruta aérea entre Australia y África, pasando por
las islas Cocoa y Mauricio».
«¿Ve, señorita?», replicó Corrie,
«Dios no comete errores en su planificación. No hay nada demasiado difícil
para su poder, y nada demasiado insignificante para su amor».
jjj
***
Corrie Ten Boom,
Marching Orders for the End Battle
AGUAS VIVAS
UNA MIRADA PROFETICA
9
Un examen atento de las Escrituras permite establecer una
estrecha conexión entre las profecías y los tres grandes pactos
de Dios.
Las
profecías
y los
pactos
Christian Chen
E
Las profecías de la Biblia
n la Biblia hay aproximadamente 31.124 versículos.
De ellos, 8.352 hacen referencia a predicciones. En
otras palabras, 27% de la Palabra de
Dios es profética. En la Biblia, se encuentran 1.817 profecías. Existen
muchas repeticiones entre esas profecías, por esa razón es necesario agrupar esos versículos de acuerdo con los
eventos a los cuales ellos hacen referencia. Al hacer eso, resultan 737 eventos independientes, y de ellos, 590 son
principales. Para constatar si la pala-
bra profética es realmente segura y
precisa, es necesario examinar cuántas de esas profecías ya fueron cumplidas.
De esos 590 acontecimientos principales, aproximadamente 570, ya se
cumplieron. Restan solamente veinte
acontecimientos por cumplirse. ¡Cuán
firme y segura es la palabra profética!
En los próximos artículos quiero mostrar cómo esas profecías se cumplieron maravillosamente en la historia,
pues, es por esa razón que podemos
tener la certeza de que en el futuro las
otras profecías también se van a cum-
10
UNA MIRADA PROFETICA
plir. De esa forma, podemos ver nuestro futuro, podemos percibir que somos un pueblo realmente lleno de esperanza.
Cuando el agricultor siembra su
simiente en el campo, él sufre el calor
del sol, sin embargo el sufrimiento no
es el propósito de su trabajo. El propósito del agricultor es la cosecha.
Somos un pueblo que tiene futuro, por
eso queremos descubrir cómo las profecías en la Biblia ya se han cumplido
y también cómo otras se cumplirán.
Las predicciones en los libros de la
Biblia
Veamos los libros que tienen más
predicciones en la Biblia. El primero
es el libro de Ezequiel: 65% de ese
libro son predicciones. Después viene Jeremías, con cerca del 60%. Después Isaías, con el 59%. En el Nuevo
Testamento, el Evangelio de Mateo es
el que tiene más profecías; Apocalipsis es el número 2; Lucas, el número
3. Es por eso que el hermano Watchman Nee decía: «Mateo es diez veces
más difícil que el Apocalipsis». El libro de Mateo está repleto de predicciones.
Entre los libros proféticos,
Sofonías tiene 89% de profecías. Eso
significa que 47 de los 53 versículos
son proféticos. Abdías es el segundo;
Nahum es el tercero, con 74%. En el
Nuevo Testamento, Apocalipsis aparece en primer lugar, con 63%, Hebreos, con 45%; 2 Pedro con 41%.
Veamos qué libros tienen el mayor número de predicciones separadas,
libros en los cuales encontramos profecías respecto de acontecimientos
principales. En Isaías hay 111 predic-
AGUAS VIVAS
ciones. Ese es el número 1. Jeremías
tiene 90. Mateo, 81. Zacarías, 78. Génesis, 77. Lucas, 75. Éxodo, 69.
Ezequiel, 66. Hechos tiene 63. Salmos,
59. Deuteronomio, 58. Daniel también
tiene 58. Esos son los doce principales de la Biblia, los que presentan mayor número de predicciones separadas.
Profecías relacionadas con los Pactos de Dios
De acuerdo con 1 Corintios es posible clasificar la humanidad en tres
grandes grupos: los gentiles, los judíos
y la iglesia. Si usted lee toda la Biblia
descubrirá que hay tres series de profecías. Una serie tiene conexión con
los gentiles o se relaciona con la humanidad de un modo general. Un segundo grupo se relaciona con el pueblo judío. Un tercer grupo se relaciona con la iglesia.
Si usted estudia la Biblia cuidadosamente, verá que las profecías se basan en los tres pactos del Señor con su
pueblo y que comienzan con la bendición de Dios. Cuando Dios bendijo,
esa palabra se tornó en una profecía.
Cuando Dios habla, él cumple su palabra. Si él bendice, esa palabra de
bendición se torna en una profecía.
Pero, por causa del fracaso humano,
nos tornamos inconstantes. No sabemos si el Señor va a cumplir Su palabra o no. Así, a fin de alentarnos, para
mostrarnos que la palabra del Señor
está establecida en el cielo, toda vez
que él habla, él cumple. No importa
cuánto usted falle, no importa cuál sea
su debilidad, jamás podrá cambiar la
Palabra de Dios. Su palabra profética
es muy segura porque es Su palabra.
Dios no puede mudarse, su palabra no
AGUAS VIVAS
UNA MIRADA PROFETICA
cambia. Nosotros cambiamos, nosotros fallamos, pero Dios nunca cambia.
Dios, de alguna manera compromete su palabra. En realidad, él es libre. Él no necesita comprometerse de
ninguna forma. Pero, como Dios sabe
que no somos nada más que polvo, él
entonces compromete su palabra a través de un pacto. De esa forma, después de su bendición, tenemos un pacto, una alianza. Todas las principales
profecías de la Biblia, especialmente
en relación con los judíos, los gentiles
y la iglesia, están relacionadas con los
pactos, las alianzas de Dios. Eso es
extremadamente importante, pues ese
es nuestro gran aliento.
La profecía en relación con los gentiles
Examinemos la profecía con relación a los gentiles o, en otras palabras,
las profecías con relación a la humanidad de un modo general. En Génesis 1:26 leemos: «Entonces dijo Dios:
Hagamos al hombre a nuestra imagen,
conforme a nuestra semejanza…».
Entonces Dios creó a Adán y Eva.
Aquel fue el comienzo de la humanidad. Adán y Eva vivieron por la palabra de bendición del Señor. Es así que
Adán y Eva tienen su historia y su futuro. «Y los bendijo Dios, y les dijo:
«Fructificad y multiplicaos; llenad la
tierra, y sojuzgadla, y señoread en los
peces del mar, en las aves de los cielos, y en todas las bestias que se mueven sobre la tierra» (Gn. 1:28).
Aquí está la palabra de bendición
de Dios: «Fructificad y multiplicaos;
llenad la tierra, y sojuzgadla». Esa es
la palabra de bendición. Esa es una
11
profecía y, por esa razón, tiene que
cumplirse. Independientemente de la
condición del hombre, esa profecía
será cumplida. Mire al mundo a su alrededor: este planeta está lleno de gente. Frecuentemente oímos hablar de la
explosión demográfica, de un aumento espantoso de la población mundial.
Por causa de esa explosión demográfica las personas están hablando sobre el fin del mundo. Pero ese aumento nos muestra la bendición de Dios.
«…Señoread en los peces del mar,
en las aves de los cielos, y en todas las
bestias que se mueven sobre la tierra».
Hoy podemos ver el dominio de los
hombres sobre la tierra. Los hombres
ya consiguieron poner en el zoológico los más diversos tipos de animales; también tienen dominio sobre los
mares. En los restaurantes usted encuentra todo tipo de comida proveniente de los mares. Esa es la Palabra
de Dios, es su bendición tornándose
realidad. Recuerde, entonces, que la
profecía con relación a la humanidad
de modo general está directamente
relacionada con la bendición de Dios.
Pero, lamentablemente, el hombre
cayó.
Vino, entonces, el diluvio. Y en el
capítulo 9 de Génesis, después del diluvio, Dios bendice al hombre nuevamente. Ahora es un nuevo mundo.
Ahora Noé, su esposa y sus hijos vivieron una nueva vida. Nuevamente
ellos necesitan de la bendición de
Dios. Y el Señor respeta lo que había
dicho antes porque Dios nunca anula
Su Palabra: «Bendijo Dios a Noé y a
sus hijos, y les dijo: Fructificad y multiplicaos, y llenad la tierra. El temor y
el miedo de vosotros estarán sobre todo
12
UNA MIRADA PROFETICA
animal de la tierra, y sobre toda ave
de los cielos, en todo lo que se mueva
sobre la tierra, y en todos los peces
del mar; en vuestra mano son entregados» (Gn. 9:1-2). La misma bendición dada a Adán y Eva es repetida
aquí, pero, aún después de que el Señor la repite, una duda permanece en
el corazón del hombre.
Dios había enviado el juicio del
diluvio. Toda carne había sido destruida, con excepción de Noé y su familia. Después de tan gran tempestad,
¿cómo ellos podían saber que Dios
mantendría su palabra? Por esta razón,
la Biblia dice que Dios hizo un pacto
con Noé y también con todos los seres vivientes. Si estudia Jeremías, usted verá que Dios también hizo un
pacto con el sol y con la luna. En aquel
momento, Dios hizo un pacto con toda
la creación. (Gn. 9:9-11).
Más adelante Dios llama a este
pacto ‘pacto perpetuo’ (Gn. 9:16). Por
causa del gran amor de Dios, él no
solamente hace un pacto: él también
da una señal de ese pacto. Esa es la
firma de nuestro Dios y, con esa firma, en realidad, él comprueba que
nunca va a permitir que su palabra falle. Siempre que usted ve el arco iris
en el cielo después de una tempestad,
usted puede recordar que cada gota de
lluvia, cada gota de agua es como una
lágrima de todos los que pasaron por
aquella tormenta. El arco iris nos recuerda la firma de Dios. Él rubricó, él
firmó aquel pacto. Él dice: «Me acordaré del pacto perpetuo entre Dios y
todo ser viviente». Él nunca más va a
destruir la tierra con diluvio. Es por
eso que todas las veces que vemos el
arco iris vemos la gloria. Y siempre
AGUAS VIVAS
que miramos el arco iris nos acordamos del amor de Dios. Este pacto es
llamado «pacto de Noé».
Dios hizo un pacto con su creación.
Dios hizo un pacto con el sistema solar hasta la consumación de los siglos.
Entonces toda la naturaleza está siguiendo una ley. Los cristianos deberían saber de eso muy bien. Debemos
conocer la Biblia y saber que Dios hizo
un pacto con la creación.
Nuestro objetivo, cuando estudiamos las profecías con relación a la humanidad de modo general, es descubrir el propósito eterno de Dios. Si usted conoce ese propósito, no va a entrar en pánico. Las grandes tendencias
mundiales están caminando en la dirección que la Biblia está indicando,
están de acuerdo con la Palabra de Dios.
Si estudia la Biblia cuidadosamente,
usted descubre que lo que ha sucedido
en el último tiempo está alineado con
el pensamiento bíblico. Y ese pensamiento está relacionado con ese pacto,
y este pacto está relacionado con su
bendición, y esta bendición está relacionada con su Palabra. Y su Palabra
nunca puede cambiar. Es por eso que
todas esas cosas deberán suceder.
No sabemos lo que va a suceder el
próximo mes, pero una cosa sabemos:
según la Palabra de Dios, lo que está
sucediendo hoy sigue las grandes tendencias, las cuales apuntan a nuestro
futuro. Por estar plantados en esta tierra, nuestra historia está, de alguna
forma, entrelazada con la historia de
este mundo. Por esta razón, estudiamos la Palabra de Dios y también leemos los periódicos, porque todo lo que
está sucediendo hoy tiene algo que ver
con nosotros, no directamente, sino
AGUAS VIVAS
UNA MIRADA PROFETICA
indirectamente. Si usted conoce las
profecías de la Biblia, sabrá cómo interpretar las noticias mundiales.
Todos esos acontecimientos tienen
un propósito: nuestra madurez. El objetivo de todo eso es hacernos morir
más y más al mundo y vivir más y más
para lo que es celestial. Si estuviera
siempre dispuesto para ser arrebatado, usted no necesitaría preocuparse
con el pre-tribulacionismo o postribulacionismo. Usted será arrebatado de cualquier modo. Si ya está maduro, usted ya no tiene más raíces en
este mundo. Cuanto más usted madura, más humilde se torna. Cuanto más
descansa en Cristo, cuanto más sigue
al Señor, más marcas de Jesús usted
tendrá en su vida, en su cuerpo. Entonces, ser arrebatado será algo natural.
La profecía en relación con Israel
Cuando estudiamos las profecías,
descubrimos cuál es la base de esta
profecía y podemos aprender muchas
lecciones. Al estudiar las profecías con
relación a Israel, usted descubre que
ellas están relacionadas con el pacto
hecho con Abraham y también con el
pacto hecho con David. Esos dos pactos son descritos como pactos eternos.
Entonces, por esta razón, podemos
entender todas las profecías con relación a Israel.
Algunas personas crean una tremenda polémica con respecto al
Milenio. Algunos creen que Jesús va
a volver antes del Milenio. Otros creen
que él va a volver después del Milenio.
Algunos creen que ya estamos en el
Milenio. De esa forma, tenemos las
corrientes de pensamiento pre-
13
milenaristas, pos-milenaristas y amilenaristas. Muchas personas pelean
por causa de la Palabra, discuten por
causa de las diferentes interpretaciones, pero se olvidan de un punto principal que resuelve todo el problema.
Los pactos hechos con Abraham y con
David fueron descritos en diferentes
partes del Antiguo Testamento. Todas
las profecías en relación a Israel están
basadas en esos dos pactos. Aunque
el pueblo de Israel haya fallado con
Dios, esos pactos son eternos. Entonces no importa cuánto Israel haya fallado para con Dios. Gracias a Dios,
una cosa es segura: el Señor va a descender en el monte de los Olivos. Él
será como José. Él fue traído y negado por sus hermanos, pero un día José
y sus hermanos se van a reconciliar.
Entonces, en la casa de Jacob habrá
lágrimas. Ellos descubrirán, entonces,
que ese Mesías es aquel Jesús que rechazaron. Entonces, el Señor establecerá su reino mesiánico aquí en la tierra.
Todo eso se cumplirá, no por causa de la victoria por parte de Israel,
sino porque Dios mantiene su palabra.
¡Su palabra es tan segura! Al final, una
piedra cortada, no con mano, va a desmenuzar aquella imagen (vea Daniel
2). El reino de este mundo será de
nuestro Señor y de su Cristo. De esta
forma todas las profecías con respecto a Israel nos son abiertas. A través
de esos pactos podemos entender todas esas profecías.
La profecía en relación con la Iglesia
El mismo principio existe respecto de las profecías relacionadas con la
14
UNA MIRADA PROFETICA
iglesia. A veces nos preguntamos qué
está aconteciendo con la iglesia. Estamos divididos; estamos quebrados en
centenas de pedazos. ¿Será que antes
de la venida del Señor habrá una iglesia gloriosa para ser presentada a él?
Cuando mira la situación de la iglesia
hoy, ¿usted cree que la novia estará
preparada? ¿Tendremos un futuro? La
Iglesia ¿tendrá futuro?
Nuevamente, al estudiar las profecías en relación con la iglesia, usted
ve que están firmadas en su pacto. Pero
recuerde: el propio Señor se comprometió con ese nuevo pacto. Él puso su
propia firma en ese pacto. Ahora la firma no está en las nubes. No está en el
arco iris. Esa firma fue hecha con su
preciosa sangre. Él estableció un pacto eterno con su pueblo celestial.
A veces nos preguntamos: ¿Será
posible la restauración de su testimonio? ¿Habremos trabajado en vano?
Después de ser testigos de tantos fracasos en medio del pueblo de Dios,
AGUAS VIVAS
muchas veces estamos dubitativos.
Pero, si entendemos las profecías en
relación con la iglesia, de una cosa
podemos tener certeza: antes de su
regreso, la novia estará preparada.
¿Cómo? No sé cómo, pero de una cosa
estoy seguro: antes de su regreso, habrá una iglesia gloriosa. Por esta razón, entonces, somos animados y alentados. Las profecías están relacionadas con la voluntad eterna de Dios en
relación con la iglesia.
Nuestro deseo es que el Espíritu
Santo nos hable a través de estas profecías como un todo. En los próximos artículos, procuraremos descubrir qué mensaje nos es dado a través
de esas principales profecías. Así, por
la misericordia del Señor, entenderemos un poco mejor su voluntad eterna. Que el Señor nos muestre su misericordia.
***
Extractado de
«Grandes Profecías da Bíblia». Vol.1.
jjj
Los errores son míos
Una vez se le dijo al devoto Macario de Optino que su consejo espiritual
había sido de ayuda. «Esto no puede ser», escribió Macario en respuesta.
«Sólo los errores son míos. Todo buen consejo proviene del Espíritu de
Dios; es su consejo que yo he podido escuchar correctamente y lo he
transmitido sin distorsiones.»
Citado por A. W. Tozer, en Manantiales de lo alto
Bajo la voluntad de Dios
Miriam Booth (1889-1917), hija del fundador del Ejército de Salvación,
comenzó una obra cristiana con gran éxito. Sin embargo, muy pronto se
enfermó al grado de estar a punto de morir. Un amigo que la visitaba le
dijo que era una lástima que una mujer tan capaz se sintiera impedida por
la enfermedad para hacer la obra de Dios. A esto, ella replicó: «Es una
cosa grandiosa hacer la obra de Dios, pero es mucho mejor estar bajo la
voluntad de Dios».
Miguel Limardo, Ventanas abiertas
AGUAS VIVAS
15
TEMA DE PORTADA
La consagración es la respuesta del creyente que ha sido tocado
por el amor de Dios.
La
consagración
Stephen Kaung
Lectura: Romanos 12:1-5.
E
n los primeros ocho
capítulos de Romanos se
nos muestra que en Cristo
nosotros hemos recibido
la justificación, la santificación y la
glorificación. Ahora bien, ¿cuál debería ser nuestra respuesta ante todo
eso?
La consagración es la primera experiencia cristiana
Hermanos y hermanas, Dios dijo:
«Así que, hermanos, os ruego por las
misericordias de Dios, que presentéis
vuestros cuerpos en sacrificio vivo».
Dios puede tratar con nosotros con
todo derecho, porque él nos ha comprado por precio. Así que no nos pertenecemos a nosotros mismos, le pertenecemos a él, y él tiene todos los
derechos para demandar de nosotros
que le sirvamos, que le adoremos, para
exigirnos vivir para él. Sin embargo,
nuestro Dios nunca ejercerá sus justos derechos. Más bien nos constreñirá por amor. Es como si él nos rogara.
Dios nos ruega a través del apóstol
Pablo. «He hecho todo esto por ustedes, les he dado a mi Hijo unigénito, y
ahora, ¿cómo me responderán? ¿Han
sido tocados por mi amor? ¿Están
agradecidos de mí? Si han sido con-
16
TEMA DE PORTADA
movidos por mi amor, entonces presenten sus cuerpos en sacrificio vivo».
Ésta es la única cosa que Dios pide de
nosotros.
Amados hermanos y hermanas, ustedes saben que en tiempos del Antiguo Testamento, cuando un israelita
recibía una bendición de Dios y estaba agradecido, ¿cómo expresaba su
gratitud? Él tomaba un cordero de su
rebaño y lo traía al templo, lo ataba a
los cuernos del altar, ponía sus manos
sobre la cabeza del cordero, y ese animal era sacrificado y quemado en el
altar por el fuego, lentamente, hasta
ser totalmente consumido.
Pero, hermanos y hermanas, nosotros ya no vivimos en la sombra; vivimos en la realidad. Cristo ya ha venido, el Cordero de Dios ya ha sido ofrecido, una vez y para siempre. Pero
Dios no pide algo que le pertenezca a
usted. Todo lo que él pide es a usted
mismo. Él dice: «Te quiero a ti, no
quiero tu oro o tu plata, no quiero tus
talentos, no quiero tu servicio; todo lo
que yo quiero es a ti. Yo te he amado,
y te he dado mi Hijo. ¿Has sido tocado por mi amor? ¿Están dispuestos a
presentar sus cuerpos?».
¿Por qué los cuerpos? Porque este
cuerpo ha sido redimido, ha sido comprado por precio. Este cuerpo ha sido
santificado y será glorificado, este
cuerpo le pertenece a él. Y usa la palabra cuerpo porque es algo de cada día
de vida. Nosotros vivimos en este
cuerpo, así que presentar nuestro cuerpo, significa presentar todo nuestro
ser: espíritu, alma y cuerpo, nuestro
ser entero que ha sido redimido es presentado a Dios. Y decimos: «Señor,
éste es mi sacrificio». Pero no es un
AGUAS VIVAS
sacrificio muerto, es un sacrificio vivo.
En otras palabras, cada día de nuestra
vida lo vivimos como un sacrificio. Ya
no vivimos para nosotros, sino para
él, porque él es digno.
Amados hermanos y hermanas, la
consagración es la primera experiencia cristiana. Después que usted recibió al Señor Jesús, ¿consagró a él su
vida? Si nunca lo ha hecho, su experiencia cristiana no ha empezado todavía. Cuando pensamos en la consagración, retrocedemos, tenemos miedo. Oh, tenemos miedo de perder el
control. No sólo tenemos miedo de lo
que nos pasará, nosotros sentimos que
estamos más seguros en nuestras propias manos, presentimos que si nos
consagramos al Señor entonces no
quedará nada para nosotros; perderemos todo –y dudamos. No queremos
hacerlo.
Pero cuando el Señor exige nuestro cuerpo, no es que él quiera quitarnos todo. Él sólo quiere quitar todo
aquello que nos hace daño, lo que será
un obstáculo para su glorioso propósito en nosotros. Lo que él quiere es
darse a sí mismo más plenamente a
nosotros. Eso es la consagración. Hermanos y hermanas, esto marca el principio de nuestra vida cristiana. La consagración es muy importante, la consagración tiene que ser absoluta. Si no
es absoluta, tarde o temprano usted
verá que Dios tiene que llevarlo de
vuelta al principio.
El testimonio de F. B. Meyer
En el siglo XIX, hubo un predicador famoso en Inglaterra: su nombre era F. B. Meyer. Era un hombre
muy brillante. Si alguna vez usted ha
AGUAS VIVAS
TEMA DE PORTADA
leído sus libros, su inglés es tan bueno, que cuando él habla sobre agua
usted puede oír el agua fluyendo. Él
entonces era un joven predicador muy
exitoso en Edimburgo, Escocia. Pero
una vez lo visitó un joven llamado C.
T. Studd. Tal vez usted no conozca
este nombre, pero en su tiempo todos
en Inglaterra conocían a Studd; él era
estudiante en Cambridge y el mejor
jugador de cricket de Inglaterra. Venía de una familia millonaria, pero el
Señor lo llamó a predicar el evangelio a China.
Antes de que él fuera a China, visitó varios lugares y llegó a Edimburgo, el lugar donde Meyer era pastor.
Meyer lo recibió, y él pasó una noche allí. Era noviembre, y noviembre
en Edimburgo es muy frío. Y temprano por la mañana Meyer notó que había luz en el cuarto de Studd. Y como
buen anfitrión, se preguntó qué habría pasado, tal vez su invitado estaba enfermo. ¿Qué hacer? Era muy
temprano para tocar a la puerta, así
que esperó, pero la luz seguía encendida. Finalmente llamó, y una voz le
dijo que entrara. Él entró en el cuarto
y vio a Studd sentado allí, envuelto
en una frazada a causa del frío. Meyer
dijo: «Usted se levanta realmente
temprano». Y él contestó: «Oh, yo
amo al Señor, estoy escudriñando la
Palabra; estoy buscando órdenes para
obedecer». Eso conmovió el corazón
de Meyer.
Cuando nosotros leímos las Escrituras, ¿qué buscamos? Buscamos promesas. ¿Y qué evitamos? Los mandamientos. Pero, ¿qué buscaba este joven? Buscaba los mandamientos, porque él amaba al Señor y quería obede-
17
cerle. Eso tocó profundamente a
Meyer, y dijo: «Hermano, ¿cómo podría yo ser como usted? Usted tiene
algo que yo no tengo». Y Studd le preguntó: «¿Se ha dado usted mismo al
Señor?». Decirle a un pastor: «¿Se ha
dado usted mismo al Señor?» parece
un insulto. Y Meyer respondió: «Por
supuesto, yo le he dado mi vida al Señor». Entonces Studd dijo: «¡Ah!, ¿ha
entregado usted toda su vida al Señor?
¿Le ha dado al Señor cada detalle de
su vida?». Meyer dijo: «Nunca he hecho eso». Así que Studd le dijo: «Vaya
y hágalo».
F. B. Meyer amaba al Señor, así
que empezó a considerar cada detalle
de su vida; sus talentos naturales, su
éxito, los entregó uno por uno al Señor. Vio al Señor viniendo hacia él, extendiendo su mano y diciéndole:
«Dame todas las llaves de tu vida».
Meyer le dio al Señor un manojo de
llaves, grandes y pequeñas, de cada
cuarto de su vida. Pero él se guardó
una llave pequeña, de un cuarto pequeño, y el Señor le preguntó: «¿Eso
es todo?». «Oh», dijo él, «eso es todo,
salvo esta llave pequeña; por favor,
permíteme quedarme con ella». Pero
el Señor dijo: «No». «Oh Señor, si me
permites guardar esta llave, yo doblaré mis esfuerzos para servirte». El Señor dijo: «No», y empezó a darse la
vuelta y a abandonarlo. Meyer estaba
desesperado, así que clamó: «Hazme
quererlo. Yo no quiero, pero dame el
deseo de quererlo». Y entonces el Señor volvió y tomó esa llave pequeña,
y le dijo a Meyer: «Si yo no soy el
Señor de todo, no soy el Señor de
nada». Costó tiempo al Señor abrir
todos esos cuartos, limpiarlos y puri-
18
TEMA DE PORTADA
ficarlos, pero él usó poderosamente a
Meyer.
Hermanos y hermanas, ¿ya se han
dado ustedes al Señor? ¿O se están
reservando ustedes algo? La consagración es una ofrenda que se quema, una ofrenda completa: todo.
¿Sabe?, ésta es la llave que abre el
camino de vida: «que presentéis vuestros cuerpos en sacrificio vivo, santo,
agradable a Dios, que es vuestro culto racional». ¿Quiere usted servir al
Señor? Presente su cuerpo a él; éste
es el servicio –no hacer algo para él
según lo que usted quiere, este no es
el servicio; sino presentar su cuerpo
en sacrificio vivo, este es su culto espiritual. Usted no sabe servir, sino
hasta que se da totalmente a él. Entonces el Espíritu de alabanza llenará
su corazón.
Una palabra a los jóvenes
Amados hermanos y hermanas,
Romanos 12:2 dice: «No os conforméis a este siglo, sino transformaos por
medio de la renovación de vuestro entendimiento, para que comprobéis cuál
sea la buena voluntad de Dios, agradable y perfecta».
Me gustaría decir unas palabras a
los jóvenes. Sus ancianos probablemente siempre les han dicho: «No se
conformen al mundo». Pero parece
algo tan difícil de hacer. Algunos jóvenes me dicen: «Usted es viejo, ya
ha experimentado el mundo; nosotros
no lo hemos visto aún, así que queremos verlo, y cuando envejezcamos
como usted, entonces no seremos conformados a este mundo».
Queridos jóvenes, exteriormente
ustedes oyen a sus ancianos; sin em-
AGUAS VIVAS
bargo, en su corazón aún buscan el
mundo. La Biblia dice: «No os conforméis al mundo». ¿Qué significa
eso? El mundo es como un molde, una
moda. No se aprieten en ese molde
para tomar la forma de este mundo.
Tú eres muy grande para eso, la vida
que está en ti es muy grande para caber en este mundo. Tendrías que apretarte mucho para entrar, para tomar la
forma de este mundo. Debemos tener
cuidado con eso. Cuando hay una nueva moda en París, en pocas horas, todo
el mundo está siguiéndola. Nosotros
queremos estar de moda, no queremos
parecer anticuados.
«No os conforméis a este siglo ...
para que comprobéis cuál sea la buena voluntad de Dios, agradable y perfecta». Joven, ¿cuál es la perfecta voluntad de Dios para ti? Cierta vez, unos
jóvenes me dijeron: «Todo lo que está
contra mí, esa es la voluntad de Dios».
Si ese es el caso, ¿cómo puedes amar
la voluntad de Dios si tienes miedo de
ella?
¿Cómo pueden ustedes no ser
conformados al mundo? ¿Cómo pueden comprobar, es decir, experimentar que la voluntad de Dios es perfecta y amarla? ¿Cómo pueden ustedes
hacer eso? No es algo exterior. No es
la ley, hermanos y hermanas, es la
gracia, porque cuando presentamos
nuestros cuerpos como sacrificio
vivo, algo pasa dentro de nosotros.
El Espíritu Santo renovará la vieja
mente. Nosotros somos lo que somos
debido a nuestra mente. La manera
en que usted piensa y ve las cosas, la
manera en que valora las cosas, dirige su vida. Amados hermanos y hermanas, gracias a Dios, nosotros los
AGUAS VIVAS
TEMA DE PORTADA
que creemos en el Señor Jesús tenemos una nueva vida; sin embargo,
todavía tenemos una mente vieja. Ese
es el problema.
Su mente todavía es la mente de la
carne, y el ocuparse de la carne es
muerte. Pero la obra del Espíritu es
espíritu y es vida. Ustedes no pueden
cambiar su propia mente, pero hermanos y hermanas, aquí está el secreto:
cuando ustedes presentan sus cuerpos
como un sacrificio vivo, el Espíritu
Santo tiene libertad para renovar su
mente. Y cuando su mente es renovada, ustedes miran las cosas en forma
completamente diferente. Lo que ustedes consideraban valioso, ahora lo
consideran como escoria; aquello que
antes les daba miedo, ahora lo aman,
es una cosa natural; es espiritualmente natural, sobrenaturalmente natural.
Hermanos y hermanas, la vida cristiana no es antinatural.
El apóstol Pablo, en Filipenses capítulo 3 dijo: «Lo que yo consideraba
como valioso para mí en el pasado,
me parece como basura, pero lo que
yo consideraba odioso, ahora lo amo,
por causa de la excelencia del conocimiento de Cristo Jesús, y estoy dispuesto a rendirlo todo para ganarlo; él
vale la pena».
Hermanos y hermanas, cuán importante es esta materia de la consagración. Muchas veces en nuestra experiencia espiritual llegamos a una
crisis, y no podemos superarla. Pero
si renovamos nuestra consagración, su
nueva mente entra en nosotros para hacerlo más fácil. ¡Gracias a Dios!
La perfecta voluntad de Dios
¿Y cuál es la voluntad perfecta de
19
Tú eres muy grande para
eso; la vida que está en ti
es muy grande para caber
en este mundo.
Dios? Él quiere que nosotros comprobemos cual es su buena voluntad, agradable y perfecta. ¿Saben ustedes que
la profundidad de esta voluntad de
Dios es singular en número? Nosotros
pensamos en la voluntad de Dios como
una pluralidad, pero hay una sola voluntad de Dios, que incluye todo. ¿Y
cuál es esa perfecta voluntad de Dios?
¿Cómo van ustedes a comprobarla?
¿Cómo van a vivir en ella? ¿Cuál es
esa perfecta voluntad? Si leemos Romanos 12, nos dice que esa perfecta
voluntad de Dios es el cuerpo de Cristo.
«No tenga más alto concepto de sí
que el que debe tener» (vers. 3). Hermanos y hermanas, cuando recibimos
las misericordias de Dios, estábamos
tan plenos, y pensábamos: «Ahora lo
tenemos todo. No necesitamos a nadie más; el Señor y yo, eso es suficiente». Ah, no vea en sí mismo más
de lo que usted es, porque usted es sólo
un miembro del cuerpo de Cristo. Cristo es tan inmenso, insondable en riquezas, que ninguna persona por sí
sola puede contener la plenitud de
Cristo. Lo que usted ha gustado sólo
es una pequeña parte de él. Usted gusta
un poco, yo gusto otro poco y así tenemos que pensar de nosotros mismos
según nuestra medida de fe. Tenemos
hermanos y hermanas, y en ellos, en
cada miembro del cuerpo de Cristo
20
TEMA DE PORTADA
está la riqueza de Cristo. Nos necesitamos unos a otros. Hermanos y hermanas, ésta es la perfecta voluntad de
Dios.
La consagración. «...que presentéis
vuestros cuerpos en sacrificio vivo».
Vemos que aquí cuerpos está en plural, porque cada uno de nosotros tiene
un cuerpo, un cuerpo redimido, pero
cuando todos estos cuerpos son presentados al Señor, el Señor abrirá nuestros ojos para ver el cuerpo, el único
cuerpo. Cristo es la Cabeza y la iglesia es su cuerpo. Usted no sólo lo verá,
sino también lo vivirá.
Hermanos y hermanas, a menudo
siento que, aunque han transcurrido
dos mil años, la iglesia aún no está
lista. El cuerpo no ha sido totalmente
edificado todavía. ¿Saben cuál es la
razón? Es que muchos de los que han
sido salvos viven para sí mismos;
AGUAS VIVAS
ellos nunca ven el cuerpo, nunca llegan a ser un miembro vivo funcionando, porque viven en su propio
cuerpo y viven su propia vida. Hermanos y hermanas, esta es la razón.
A menos que el pueblo de Dios se
dé a sí mismo absolutamente al Señor, usted no podrá ser un miembro
vivo del cuerpo de Cristo funcionando. El cuerpo de Cristo es edificado
por las funciones de sus miembros.
Cada miembro contribuye con su parte para la edificación del cuerpo en sí
mismo. Ahora vemos cuán importante es esta materia de la consagración;
la consagración absoluta lleva a la vida
del cuerpo.
Que el Señor nos ayude.
***
Extracto de un mensaje oral
impartido en Santiago de Chile,
en septiembre de 2004.
jjj
Un beso por la madre
Hace algún tiempo hubo un terrible accidente ferroviario en que murieron
todos los pasajeros que iban apretujados en un coche. Todos eran vecinos
conocidos de una ciudad cercana, excepto uno, que era forastero y que
nadie conocía.
Los cuerpos fueron llevados a la ciudad y se realizó un servicio fúnebre
para todos ellos en un salón muy amplio. Hombres y mujeres vinieron y
dieron una última mirada a los rostros de sus amados. Vinieron las esposas
y las hermanas y las hijas, y se inclinaron sobre los ataúdes para imprimir
el último beso de despedida. Pero nadie besó el rostro del forastero. Nadie
le conocía.
Pero entonces vino una endeble mujer, anciana y pobre. Había visto
que todos pasaban de largo junto al forastero. Se inclinó sobre ese rostro
por un momento, y le miró intensamente, y suspirando dijo: «¡Voy a besarlo
por su madre!» Y le dio un beso.
Así, y aún mucho más intensamente, el Señor nos espera para darnos
el beso de la reconciliación, el beso del perdón, el beso de la paz, el beso
de la salvación, si sólo nos rendimos a él.
G. W. Truett, en Sermones Selectos
AGUAS VIVAS
TEMA DE PORTADA
21
Dios no está tan interesado en el trabajo que podamos
hacer para él como en el tipo de hijos que somos.
Vivir
bajo un
nuevo
gobierno
DeVern Fromke
E
s posible vivir la vida cristiana en tres niveles – tres
posibles motivos por los
cuales intentamos servir al
Señor. Vamos a ilustrar este asunto por
medio de una simple historia de un
mercado de esclavos.
Un jovencito negro iba a ser vendido. Sus padres habían sido recientemente comprados. De repente cayó un
silencio sobre la multitud y todos los
ojos se volvieron a un extraño que realizaba persistentemente ofertas muy por
encima del precio normal por aquel
esclavo. ¿Qué había visto aquel extraño en el joven amarrado al tronco?
Era casi posible leer las preguntas
en los rostros de aquellos que estaban
presenciando la escena. ¿Qué buscaba él con ese acto de humanidad?
¿Quién era él? ¿Por qué estaba pagando tanto? Finalmente el martillero dijo:
«¡Vendido!». Con mucha atención todos observaron al decidido comprador llegar hasta el centro para recibir
su propiedad. Aquellas personas jamás
olvidarían la escena que siguió.
Inmediatamente el comprador del
esclavo puso en la mano del muchacho un papel escrito. «Esto es tuyo»,
le dijo, «y significa que tú eres libre».
¿Libre? ¿Qué significaba la libertad
para el hijo de un esclavo? En respuesta a aquellos ojos grandes e interrogadores, el comprador explicó: «Yo vi a
tu madre y a tu padre. Así como se
22
TEMA DE PORTADA
estaban encaminando las cosas, tu familia sería dividida, así que resolví
comprarte y darte libertad. Tú no necesitas venir conmigo; puedes ir con
los tuyos».
Por algunos instantes él quedó mirando a aquel amable extraño, y también a sus padres. La lucha que se desató en el corazón del joven se reflejaba en su rostro. ¿Había pagado el
extraño el precio más alto simplemente
para dejarlo libre? ¡Ese hombre debía
ser muy bueno! Era alguien en quien
se podía confiar con toda seguridad.
Repentinamente, el muchacho estuvo
fuera del tronco, se acercó a su amigo
y le dijo: «Señor, usted me compró por
un precio muy alto; yo sé que nunca
voy a encontrar a alguien como usted». Le devolvió el pedazo de papel,
y prosiguió: «No me haga volver, no
quiero estar lejos de usted. Oh señor,
yo no quiero volver a mi padre, prefiero ser su esclavo hasta morir». El
pequeño, vencido por la bondad de
aquel extraño, se puso de rodillas, hasta que una gran mano le fue extendida
para que se levantase.
Esta historia ilustra, como muestra la figura, tres niveles de vida en
los cuales podemos vivir. Primero, el
muchacho estaba en esclavitud. Él es-
UT
IVE
PAR
A
RIO
VIVIENDO BAJO UN NUEVO
GOBIERNO
CAUTIVO POR AMOR
IO
MB
CAUTIVERIO
CA
DE
DE
CA
LIBERTAD
AGUAS VIVAS
taba bajo el control de su señor, que
representaba la ley externa. Él lo servía con espíritu de miedo y por obligación. Después él quedó libre de esa
ley exterior – el esclavo ahora era señor de sí mismo. En esa historia, esa
libertad duró poco tiempo, pues una
ley superior lo cautivó e, inmediatamente, él escogió ser un prisionero de
amor. De esa forma, él se promovió a
un servicio superior al cambiar su propia libertad por la superior ley del
amor. La libertad se había hecho suya
de modo que él ahora podía abdicar a
ella. Fue como salir de una esclavitud
y entrar en otra.
Aquí hay un principio que, según
parece, gobierna todo los tratos de
Dios con el hombre. Cuando Adán
primeramente apareció en el maravilloso Jardín de Edén, él fue puesto en
aquel nivel intermedio: la libertad. La
elección que él tuvo ante sí era o hacerse un esclavo de amor para Dios, o
hacerse un esclavo bajo la ley. Desde
el momento en que Adán escogió su
propio camino egoísta, toda la raza
humana ha necesitado de una ley exterior para refrenar sus inclinaciones
egoístas. Sería maravilloso si pudiésemos comenzar, como Adán, en aquel
nivel intermedio de libertad. Mas todos, a causa de sus inclinaciones interiores hacia el egoísmo y rebelión contra Dios, necesitan de un Salvador para
sacarlos de la esclavitud y del pecado.
Ese fue el propósito en la obra consumada de Cristo en el Calvario, el cual
concedió la libertad para cada hombre que reciba la gracia de Dios – el
precio fue pagado por Otro.
Sin embargo, es exactamente en
este punto que los hombres y los mé-
AGUAS VIVAS
TEMA DE PORTADA
todos religiosos transforman la gracia
de Dios en desgracia. Es la misma vieja historia humanística. Ocupándose
más del hombre que de Dios, ellos han
enfatizado de tal forma la libertad del
hombre, que permitieron que los hombres egoístas aceptasen la doctrina sin
la poderosa revelación que cambiaría
sus vidas. Nuestras iglesias están repletas de «convertidos» que tienen un
maravilloso entendimiento mental respecto de la doctrina de la libertad, pero
que nunca experimentarán la revelación del Espíritu Santo respecto de su
condición de centralidad en sí mismos
y que continúan esclavos de sus propios caminos. Un verdadero entendimiento respecto de la gracia de Dios
siempre cambiará el gobierno de nuestras vidas.
Viviendo en la transición
Según parece, muchas personas
imaginan que la libertad es una meta,
como si alcanzar esa zona de transición (libertad) fuese todo lo que Dios
había planeado. Pablo aclara esa cuestión cuando él insiste en que, por causa de la misericordia de Dios en libertarnos, nosotros debemos ahora presentar nuestros cuerpos en sacrificio
vivo para él. Así como sucedió con el
muchacho negro, debe ser también con
nosotros. Nosotros debemos permanecer en esa zona neutra, donde tenemos
libertad personal sólo el tiempo suficiente para poder escoger someternos
a la suprema ley del amor. Nosotros
tenemos toda la razón para creer que,
si aquel muchacho negro hubiese tomado su libertad para sí mismo, no
hubiese demorado mucho tiempo hasta que otro señor de esclavos lo hu-
23
Si aquel muchacho negro
hubiese tomado su libertad para sí mismo, no hubiese demorado mucho
tiempo hasta que otro señor de esclavos lo hubiera
esclavizado nuevamente.
biera esclavizado nuevamente. Él debía usar su libertad para alguna cosa.
Nosotros usaremos nuestra libertad
para entregarnos al Señor Jesús, o seremos nuevamente sometidos a esclavitud en la medida en que intentemos
mantener esa libertad para nosotros
mismos.
Yo me pregunto si ese no es el verdadero objetivo de la exhortación de
Pablo a los gálatas. En el momento en
que estaban a punto de volver al sistema y al espíritu de la ley como la regla de acción de sus vidas, ellos oyeron esas severas palabras de su padre
en el evangelio: «Para la libertad fue
que Cristo nos hizo libres. Permaneced, pues, firmes y no os sometáis de
nuevo a la esclavitud de la cual ya
habéis sido libertados» (5:1 A. N.). En
otras palabras, Pablo estaba aconsejando: «No sean tan necios pensando
que ustedes van a ganar alguna cosa
sometiéndose nuevamente a la ley.
Entren en la nueva y gloriosa esfera
de acción donde reina la ley del Espíritu». En verdad, él les recuerda que
no hay posición intermedia en la cual
podamos permanecer por mucho tiempo. «Si usted es guiado por el Espíritu, no está bajo la ley». Con toda cer-
24
TEMA DE PORTADA
teza, cuando estamos intentando usar
la libertad para nosotros mismos, estamos abriendo la puerta para otra esclavitud más sutil – la esclavitud del
yo. «A quien ustedes entregan sus
miembros, de él son esclavos». ¡Qué
gran necedad pensar que podemos vivir durante un largo período de tiempo en la zona de transición!
Viviendo bajo un nuevo gobierno
¿Existe algo más trágico que este
ministerio centrado en el hombre ejercido en el día de hoy, y que parece
solamente estar preocupado con lo que
el hombre puede recibir de Dios?
Muchos hablan a voz en cuello respecto de la gracia de Dios, pero olvidan reconocer las implicaciones divinas de todo eso. Nosotros hemos hablado respecto de cómo Adán y su familia, desde el principio, pudieron escoger vivir bajo una ley exterior, o tener la ley escrita en sus corazones, es
decir, ponerse bajo el gobierno de Su
Espíritu. Es en este sentido que nosotros podemos ahora entrar en el gobierno de Su reino, incluso antes de
que el Señor Jesús venga para establecer Su reino visible. Nosotros no
necesitamos esperar hasta la era del
reino para ponernos bajo la ley del reino. En todas las dispensaciones, desde Adán, hubo quienes entraron en la
carrera para vivir para Su propósito
supremo. La satisfacción de nuestro
Padre es tener un día muchos hijos que
sean uno con él en Espíritu, amor, dedicación, visión y realización.
El Dr. A. T. Scofield, de Londres,
nos cuenta cómo su cachorro, Jack,
aprendió sobre ese gobierno. Acostumbrado a andar siempre correteando
AGUAS VIVAS
cuando paseaba por la calle con su
dueño, un día el cachorro se soltó de
la cadena. Primero, salió corriendo
desenfrenadamente. De repente, descubrió que apartarse de su dueño era
una experiencia amedrentadora. Él
estaba acostumbrado a andar cerca y
podía oír su voz. El espíritu del hombre parecía haber despertado una
concientización en el cachorro al punto
de crear una ligazón de la cual él no
podía escapar. El mundo fuera de la
esfera del control de su dueño era grande, ruidoso y terrible. La cadena no
estaba más allí, pero existía ahora un
nuevo tipo de gobierno. En la nueva
ligazón, el cachorro encontró toda la
libertad que deseaba.
EL cachorro Jack ilustra muy bien
lo que sucede cuando nuestro Padre
está entrenando, como quien educa a
un niño, a aquellos que un día estarán
preparados para la plena filiación
como hijos maduros. Al comienzo de
nuestro ministerio, parecía que éramos
mucho más conscientes del Espíritu
Santo, era como si estuviésemos presos de una cadena. En aquellos días,
estábamos ocupados con Sus órdenes.
A pesar de que intentábamos andar en
Su camino supremo, todavía éramos
dominados por un espíritu legalista.
Entonces llegó el día en que él
abrió nuestros ojos para ver que no
había ninguna cadena en este nuevo
espíritu de servicio. Nosotros estábamos libres. Y, como Jack, nosotros
salimos para realizar varios proyectos
–según pensábamos– para él. Primeramente, parecía que disfrutaríamos de
la libertad de ese tipo de servicio. Eso
nos dio bastante libertad para expresarnos a nosotros mismos y alimentar
AGUAS VIVAS
TEMA DE PORTADA
nuestros propios intereses. Pero, felizmente, descubrimos que estábamos
solos – solos en los proyectos que habíamos iniciado.
No nuestro hacer … sino el suyo
Frecuentemente, al final de las reuniones, algunas personas me buscan
y me dicen: «Gracias por la palabra
que el Señor nos trajo; ahora estoy
seriamente decidido a intentar con más
fuerza vivir bajo Su gobierno». Yo
siempre respondo: «No, cuando usted
está decidido a cambiar, usted está en
la base de su yo – usted todavía es el
centro. Su servicio es un esfuerzo centrado en usted mismo, por eso está en
el centro equivocado. Dios debe ser el
centro, no usted. En el momento en
que Dios es puesto al margen de su
esfuerzo, él solamente será la referencia y no la fuente».
Finalmente, como Jack, nosotros
debemos volver a Su lado, convencidos de que nuestros «paseos de libertad» nunca realizarán nada para él,
sino sólo para nosotros mismos. Entonces, deliberadamente, escogemos
ser guiados por el lazo invisible: su
Espíritu guiando nuestro espíritu. Nosotros nos deleitamos en hacer Tu voluntad. Controlado por un Señor, el
Espíritu Santo, quedamos presos por
25
una ligazón que ocurre en nuestro ser
íntimo. De esa forma, nos tornamos
vivos para todo aquello que la filiación realmente significa: ser impregnados por el propio Espíritu del Padre. Pues todos los que son guiados
por el Espíritu de Dios son hijos (maduros) de Dios.
¡Cuánto desea el Padre libertar a
sus hijos para que ellos puedan caminar, no en la letra, sino en el Espíritu,
disfrutando de la gloriosa libertad de
los hijos de Dios!
Finalmente, debemos tener la certeza de que entendemos lo que Dios
desea con esa libertad. ‘Libertad’ y
‘autonomía’ son palabras bastante comunes, sin embargo, no hay palabras
más mal interpretadas que esas. La
gran mayoría de las personas piensan
en ser libres de alguna cosa, pero rara
vez en ser libres para alguna cosa. Los
hombres parecen sentir que son libres
únicamente cuando no tienen una bola
de fierro o una cadena amarrada a sus
pies; sin embargo, ellos tienen poca
preocupación en entender por qué
Dios planeó la libertad. ¡Cuán diferente parece ser la libertad cuando vislumbramos el punto de vista de Dios!
***
Tomado del libro El Propósito Supremo.
Traducción del portugués.
jjj
Un libro elocuente
Un matrimonio no creyente llegó a tener una Biblia, y el marido empezó
a leerla. Unos días después le dijo a su esposa: «Amada, si este libro es
verdad, estamos equivocados». Continuó la lectura de la Biblia y al cabo
de unos días más habló nuevamente a su esposa: «Si este libro es verdad,
estamos perdidos». Con más avidez que nunca, prosiguió leyendo el libro
hasta que una noche, exclamó: «Amada esposa, si este libro es verdad,
¡podemos ser salvos!».
Alfredo Lerín, 500 ilustraciones
26
TEMA DE PORTADA
E
AGUAS VIVAS
Lectura: Deuteronomio.12:1 14
l Nuevo Testamento nos
enseña que hay principalmente dos maneras de leer
el Antiguo. El apóstol Pablo, en la llamada segunda carta a los
Corintios, nos habla de esas dos maneras de leer a Moisés. «Y no como
Moisés, que ponía un velo sobre su
rostro, para que los hijos de Israel no
fijaran la vista en el fin de aquello que
había de ser abolido. Pero el entendimiento de ellos se embotó;...» Israel,
cuando leía pasajes como el que acabamos de leer de Moisés, tenía el en-
tendimiento embotado. «...Porque hasta el día de hoy, cuando leen el antiguo pacto, les queda el mismo velo
no descubierto, el cual por Cristo es
quitado. Y aún hasta el día de hoy,
cuando se lee a Moisés, el velo está
puesto sobre el corazón de ellos. Pero
cuando se conviertan al Señor, el velo
se quitará» (2 Co. 3:13 16).
Con esto, el Espíritu Santo nos
enseña lo relativo a esas dos maneras
de leer a Moisés: con velo, y sin velo.
Podemos leer a Moisés como lo leían
los israelitas con el entendimiento
La verdadera
consagración
Gino Iafrancesco
Desde Colombia
Ninguna consagración y servicio verdadero es posible fuera de
Cristo, fuera de Su Espíritu y fuera de la comunión del cuerpo
de Cristo.
AGUAS VIVAS
TEMA DE PORTADA
embotado; pero podemos también leer
a Moisés, ya no desde la sinagoga, sino
en Cristo y desde la Iglesia. Dios nos
conceda leer a Moisés sin velo en Cristo, penetrando en el sentido espiritual
que Dios anticipaba cuando habló por
Moisés aquellas cosas.
La Epístola a los Hebreos nos dice
precisamente al respecto lo siguiente:
«Y Moisés a la verdad fue fiel en toda
la casa de Dios, como siervo, para testimonio de lo que se iba a decir» (Heb.
3:5). Moisés fue fiel no solamente en
función de su época. Al leerlo se puede leer mucho más que una mera historia del pasado. En los tiempos del
Nuevo Pacto algo habría que decirse,
para lo cual Dios usó la fidelidad de
Moisés. El Antiguo Pacto era la época
de las figuras, de los símbolos, de la
tipología. Dios tenía la intención de
decir hoy lo que simbolizaban, figuraban y tipificaban las cosas ocultas
tras el velo. Por eso también se dice
en Hebreos 10:1 que la Ley tenía «la
sombra de los bienes venideros».
Cuando la luz alumbra desde atrás
un cuerpo que viene, llega primero la
sombra, y luego la realidad. La sombra anuncia la realidad que se acerca.
Cristo nos enseña a leer en la sombra
la realidad de su misterio que produce
la proyección. Por eso escribía también Pablo a los Colosenses: «Por tanto, nadie os juzgue en comida o en bebida, o en cuanto a días de fiesta,
novilunios o sábados, todo lo cual es
sombra de lo que ha de venir, pero el
cuerpo (es decir, la realidad que proyectaba esa sombra) es de Cristo»
(Col. 2:16, 17). Hoy no estamos en el
tiempo de la sombra, la figura y el
mero símbolo, del velo para afuera,
27
sino en el tiempo de la realidad y el
anticipo de los poderes del siglo venidero. Cristo nos quita el velo para que
podamos experimentar las realidades
propias del Nuevo Testamento.
En el capítulo 9 de la Epístola a
los Hebreos se nos describe el tabernáculo que levantó Moisés, lo que
había en el Lugar Santo, en el Santísimo, y dentro del arca, la disposición
de estas cosas, y dice: «Así dispuestas
estas cosas...», mostrando también
cómo el sumo sacerdote entraba con
sangre una vez al año; y entonces en
el verso 8 dice: «Dando el Espíritu
Santo a entender con esto que...», es
decir, que con las disposiciones del
tabernáculo y su servicio, el Espíritu
Santo estaba dando hoy a entender
cosas propias del Nuevo Testamento.
Por lo tanto, no debemos leer a
Moisés con velo, sino penetrar detrás
del velo y entender el sentido espiritual de aquellas disposiciones. En el
siguiente verso dice: «Lo cual es símbolo para el tiempo presente». Así que
cuando nos encontramos con pasajes
como éste de Deuteronomio 12, no
estamos simplemente leyendo historia antigua acerca de holocaustos y
sacrificios en un santuario único, sino
que también estamos leyendo figuras,
símbolos, sombras, ejemplos con los
cuales el Espíritu Santo quiere decirnos algo para el tiempo presente. Hebreos 9:23 sigue diciendo: «Fue, pues,
necesario que las figuras de las cosas
celestiales fuesen purificadas así; pero
las cosas celestiales mismas con mejores sacrificios que estos». Así que
hay figuras de las cosas celestiales, y
hay las cosas celestiales mismas propias de la realidad que introduce el
28
TEMA DE PORTADA
Nuevo Testamento.
1ª Corintios 10 nos recuerda las jornadas de Israel en el desierto, y en el
verso 6 dice: «Mas estas cosas sucedieron como ejemplos para nosotros».
Por lo tanto, están escritas en función
de la experiencia cristiana. Lo mismo
dice el verso 11: «Y estas cosas acontecieron como ejemplo y están escritas para amonestarnos a nosotros, a
quienes han alcanzado los fines de los
siglos». Lo mismo escribió Pablo a los
romanos: «Porque las cosas que se
escribieron antes, para nuestra enseñanza se escribieron, a fin de que por
la paciencia y la consolación de las
Escrituras, tengamos esperanza» (Ro.
15:4). Estos versos no sólo nos autorizan, sino que también prácticamente nos obligan a interpretar estos pasajes de Moisés y otros del Antiguo
Testamento, en su sentido espiritual
para hoy.
Con esta base consideremos, pues,
el pasaje leído de Deuteronomio 12:114.
El verdadero santuario único
El Señor Jesús trasladó el entendimiento de Su pueblo, del templo físico a Su propia persona y a la Iglesia.
Moisés levantó el tabernáculo,
Salomón levantó el templo, el cual fue
destruido por Nabucodonosor, y restaurado por Zorobabel. Luego fue
ampliado por Herodes, y los discípulos de Jesús se lo mostraban admirados. Pero el Señor había dicho: «Destruid este templo y en tres días lo levantaré». Y le criticaban diciendo: «Si
en 46 años fue levantado este templo,
¿cómo lo va a levantar en 3 días?».
Pero cuando resucitó el Señor Jesús
AGUAS VIVAS
al tercer día de entre los muertos, el
apóstol Juan dice que sus discípulos
entendieron que se refería al templo
de Su cuerpo, el cual era figurado por
el templo. Y Su cuerpo también lo es
la Iglesia, como está escrito: «...Cristo como hijo sobre su casa, la cual casa
somos nosotros, si retenemos firme
hasta el fin la confianza del principio»
(Heb. 3:6).
De manera que la verdadera casa
de Dios, el verdadero Santuario Único, de lo cual lo anterior era apenas
figura, se refiere en el Nuevo Testamento como el misterio de Cristo, del
cual el Señor Jesús es la cabeza y vida,
y la Iglesia los miembros de Su cuerpo. He allí, pues, el verdadero Santuario Único. El Señor Jesús mismo es la
verdadera habitación de Dios donde
Yahveh quiso poner Su nombre. El
Verbo de Dios se tabernaculizó entre
nosotros como hombre. Y también este
Cristo, por medio de Su Espíritu, entró a habitar en una casa espiritual que
es Su pueblo, la familia única de Dios.
Por lo tanto, nosotros somos edificados como templo santo sobre el fundamento de los apóstoles y profetas,
para morada de Dios en Espíritu. La
piedra principal del edificio, la del
ángulo, es Jesucristo mismo. Y Él es
el fundamento sobre el cual crece coordinado el edificio del templo santo,
el Santuario Único.
Cuando David quiso construirle
casa a Dios, se le respondió que él
había derramado mucha sangre, por
lo cual no podría edificar tal casa; pero
su hijo, el Hijo de David, Él sí le edificaría casa a Dios, y Dios le sería por
Padre, y él le sería por Hijo. Salomón
ciertamente levantó el templo, pero
AGUAS VIVAS
TEMA DE PORTADA
eso fue apenas la figura, la maqueta;
el verdadero Rey de Paz, el verdadero
Hijo de David, del cual Salomón era
apenas una figura, fue el Señor Jesús,
y el verdadero templo es la Iglesia.
Así le llamó Bartimeo: Hijo de
David, ten misericordia de mí. Y como
Hijo de David fue recibido con
‘hosannas’ al entrar en un burrito a
Jerusalén. Por eso Mateo comienza su
evangelio reconociendo al Señor Jesús como Hijo de David. Por eso también Esteban recuerda las palabras de
Dios: ¿Qué casa me edificaréis vosotros si yo lleno los cielos y la tierra?
La verdadera casa de Dios no hecha por manos de hombres es la Iglesia del Señor Jesucristo. Y ustedes saben que no me estoy refiriendo a ninguna denominación específica, sino a
la suma de todos los verdaderos hijos
de Dios, efectivamente limpiados por
Su sangre y regenerados por Su Espíritu. Estos son los miembros del cuerpo, las piedras vivas de la casa, del
Santuario Único.
Por lo tanto éste se refiere al misterio de Cristo. El misterio de Cristo
es el cuerpo de Cristo encabezado por
el Señor Jesús. Esa es la verdadera casa
de Dios de la cual Yahveh decía: «Cuídate de no ofrecer tus holocaustos en
cualquier lugar que vieres». Ninguna
consagración y servicio verdadero es
posible fuera de Cristo, fuera de Su
Espíritu y fuera de la comunión del
cuerpo de Cristo.
El lugar de la consagración y el servicio
Debemos buscar el lugar escogido por Dios. Ese es el lugar de la consagración y el servicio legítimos. Allí
29
Debemos buscar el lugar
escogido por Dios. Ese es
el lugar de la consagración
y el servicio legítimos.
es donde se ofrecen los holocaustos,
los sacrificios, los votos, las ofrendas,
los diezmos, las primicias. Sólo encontraremos a Dios en Cristo, a Cristo en
Su Espíritu, a Su Espíritu en Su Palabra y cuerpo. Toda actividad religiosa
del hombre es casi prácticamente inútil si no se realiza en el único lugar
escogido por Dios para adorar. Ese
lugar es en Cristo, en el Espíritu, y en
la comunión del cuerpo de Cristo. Justicia propia, adoración meramente natural y división no son consagración
ni servicio verdaderos, ni son agradables a Dios. Todo lo que no sea hecho
en Cristo, todo lo que no sea hecho en
unión con Su Espíritu, y en función
de la edificación de Su cuerpo, es un
servicio fuera de lugar.
No es suficiente un altar; éste debe
estar en su sitio, en el Santuario Único. La casa se edifica en la buena tierra; ésta es Cristo. Debemos destruir
todo altar rival en cualquier lugar levantado. Debemos dejar tan sólo la
habitación de Dios. Toda idolatría, espiritismo, animismo, jactancia propia,
sectarismo, son abominación a Dios.
El único nombre en el que podemos
ser salvos es el del Señor Jesús. Allí
puso Dios Su nombre para Su habitación y para recibir adoración. Nadie
va al Padre sino por Él. Nadie tiene
vida ni puede servir verdaderamente
a Dios si no es en Él.
30
TEMA DE PORTADA
La cabeza del cuerpo es la primera parte del misterio; la segunda es la
Iglesia, que bien sabemos que no es
un templo de piedra ni de madera.
Somos la Iglesia las 24 horas del día y
de la noche en cualquier lugar. No
vamos a la «iglesia»; somos la Iglesia
que va en Su nombre a todas partes.
La iglesia trabaja, descansa, va al mercado, vuelve a casa, se reúne en uno o
más lugares, todo en Cristo, en el Espíritu y en la comunión del cuerpo
único. Allí es donde ofrece a Dios sacrificios espirituales agradables a Dios
por Jesucristo.
Sólo podemos servir a Dios en
Cristo, pues lo que proviene del Adán
caído ya no le es agradable. La carne
y la sangre no heredarán el reino de
Dios. Necesitamos de la inspiración y
el sustento del Espíritu de Cristo que
nos ha bautizado en un solo cuerpo.
Este es el lugar que nos fue dado; éste
buscaremos. Si no es en el Espíritu de
Cristo, entonces es meramente en
Adán, cuya condición caída heredó
nuestra carne.
La herencia de Cristo solamente la
tenemos en Su Espíritu. Todo lo demás se encuentra fuera del lugar escogido por Dios para adorar.
Jesús dijo a la samaritana que
Dios es Espíritu y es necesario adorarle en espíritu y en verdad. Baste
ya de discusiones acerca del lugar de
adoración, de consagración y de servicio a Dios. No tomaremos el camino de Jeroboam, quien se robó
para sí al que debería ser pueblo de
AGUAS VIVAS
Dios, edificando santuario y
sacerdocio rival. La viña pertenece
al Hijo de Dios. A Dios se le adora y
sirve en el espíritu, lo cual nos bautiza en un solo cuerpo. Sólo andando en Su Espíritu estaremos verdaderamente en Cristo. Quien no nace
del Espíritu, no puede entrar, y ni
siquiera ver, el reino de Dios. La regeneración es necesaria por causa del
estado adámico caído. Solo recibiendo a Cristo y andando en Su Espíritu estaremos en el cuerpo.
Trabajar en la carne es hacer cada
uno lo que bien le parece. Es necesario cruzar el Jordán, muriendo en Cristo a nosotros mismos, lo que implica
también morir al divisionismo sectario. Sólo en la buena tierra tendremos
reposo. La dirección de Dios es a que
vivamos por la fe de Cristo, en Su Espíritu, y en la unidad y comunión de
Su único cuerpo, en lo universal y local, lo cual es la verdadera casa de Dios
que el Hijo de David le edifica al Padre. Yo edificaré mi Iglesia, dijo el
Señor. La cual casa somos nosotros si
permanecemos firmes hasta el fin en
la confianza del principio.
Todo este pasaje de Deuteronomio
12 es para nosotros hoy. Derribemos,
pues, todo lugar de adoración rival a
la habitación donde Dios puso Su
nombre. Terminemos de cruzar el
Jordán y ofrezcamos en el reposo del
Espíritu nuestra consagración a Dios
en la buena tierra que es Cristo donde debemos levantar el Santuario
Único.
jjj
AGUAS VIVAS
TEMA DE PORTADA
31
Sin el quebrantamiento del alma no hay ninguna seguridad de
que nuestra consagración sea espiritual.
La consagración y el
quebrantamiento
del alma
Rubén Chacón V.
E
s un hecho muy poco comprendido por la mayoría de
los creyentes que Dios, desde el mismo día de nuestra
salvación, busca quebrantar nuestro
hombre exterior, es decir, nuestra
alma. Mas ¿cuál es la razón de este
hecho? Para encontrar la respuesta
deberemos indagar en las consecuencias nefastas que la caída trajo al ser
del hombre.
El daño que la caída trajo al alma
La vida humana estaba diseñada
para ser un vaso que contuviera la vida
divina. De esta manera, la vida de Dios
se expresaría por medio de la vida
humana. Para este fin, la vida eterna
sería impartida a la parte más íntima
del ser humano, a su espíritu, y desde
ahí la vida de Dios, pasando a través
del alma, se manifestaría en el hombre y por medio de él. El alma estaba,
pues, diseñada por Dios para ser un
instrumento dócil del espíritu y para
ser su expresión. Este era el Propósito
de Dios. No obstante, con la caída que
sufrió el hombre, su alma se desarrolló hasta límites no deseados, transformándose en un alma autónoma; su
espíritu, anulado o muerto por el pecado, desapareció de la escena y el
alma, en lugar de ser un dócil instrumento del espíritu, se desequilibró y
el pecado tomó absoluto control del
hombre y se enseñoreó de él. Así el
alma no llegó a ser siervo del espíritu,
sino esclavo del pecado. El alma, en-
32
TEMA DE PORTADA
tonces, yendo más allá de su función,
intentó una y otra vez religar al hombre con Dios, pero fracasó. Lo único
que logró el alma, una vez desconectada del espíritu, fue agrandar excesivamente sus facultades: Una voluntad
férrea, una mente que todo lo
intelectualiza y emociones que dominan completamente al hombre. De esta
manera, el alma se «perdió» y quedó
necesitada de salvación (Mr. 8:35, 36).
La salvación del alma
La salvación del alma comprendería entonces, no sólo la purificación
de todos sus pecados, sino también su
regulación. Debía ser salvada no sólo
del pecado, sino además de sí misma.
A este segundo aspecto de la salvación del alma, esto es, a su regulación,
se refieren los siguientes textos: «El
que halla su vida (alma), la perderá; y
el que pierde su vida (alma) por causa
de mí, la hallará» (Mt. 10:39). «Porque todo el que quiera salvar su vida
(alma), la perderá; y todo el que pierda su vida (alma) por causa de mí y
del evangelio, la salvará» (Mr. 8:35).
«Si alguno viene a mí, y no aborrece a
su padre, y madre, y mujer, e hijos, y
hermanos, y hermanas, y aun también
su propia vida (alma), no puede ser mi
discípulo» (Lc. 14:26). Pero ¿qué es
esto de perder el alma para entonces
Ella necesita ser regulada,
aquietada, tranquilizada,
domada y domesticada. En
definitiva, el alma necesita ser quebrantada.
AGUAS VIVAS
salvarla? ¿En qué consiste aborrecer
el alma? En el contexto de los textos
citados se afirma que consiste en tomar la cruz y seguir en pos de Cristo.
¿Y qué es tomar la cruz? Negarse a sí
mismo, morir.
Morir para vivir
Jesucristo es lo que era desde el
principio. Él es el árbol de la Vida. Por
lo tanto, cuando vinimos a Cristo y
creímos en él, nuestro espíritu no sólo
fue vivificado, sino que lo fue con la
mismísima vida de Dios. De manera
que, si bien nuestro cuerpo está muerto a causa del pecado, el espíritu vive
a causa de la justicia (Rom. 8: 10). Pero
¿qué pasó con nuestra alma? Nuestra
alma, aunque purificada, perdonada y
salvada, permaneció agrandada y desbocada. La figura que usó Jesús, para
explicar la situación que le ocurre al
alma, fue la del grano de trigo. Un grano o semilla contiene increíblemente
la vida en su interior. No obstante, por
la dureza de la cáscara, la vida no tiene ninguna posibilidad de manifestarse, a menos que la semilla sea enterrada y la cáscara se pudra. Entonces, maravillosamente, surge la vida, que es
capaz de manifestar una nueva creación.
Ahora bien, la cáscara es el alma.
Ella, por el pecado, adquirió tal autonomía y despliegue que es prácticamente infranqueable para el espíritu.
Ella necesita ser regulada, aquietada,
tranquilizada, domada y domesticada.
En definitiva, el alma necesita ser quebrantada. Para ello debe morir: La cruz
de Cristo debe ser aplicada a ella. Esto,
aunque pareciera que no, le tomará
mucho tiempo y trabajo a Dios lograr-
AGUAS VIVAS
TEMA DE PORTADA
lo. Más aún, él tendrá que obrar desde
adentro y desde afuera para lograr tal
cometido. Desde adentro el Espíritu
Santo aplicará al alma la cruz de Cristo; y desde afuera, los padecimientos
producidos por las circunstancias de
la vida buscarán poco a poco hacer
espacio en nuestra alma, a fin de que
la vida de Dios pueda fluir a través de
ella. Nuestra alma debe ser herida una
y otra vez bajo la disciplina del Espíritu Santo. Es como un dique que, para
poder dejar salir agua, debe ser resquebrajado. Y es precisamente a través de esas grietas por donde comenzará a fluir el espíritu.
Sin este quebrantamiento, no hay
ninguna seguridad de que nuestro servicio llegue a ser espiritual. ¡Qué terrible es pensar que aun nuestro servicio a Dios puede ser un mero despliegue del alma! Predicar, orar, cantar,
evangelizar, etc., pueden ser acciones
completamente carnales. Lo que hace
que una determinada obra sea espiritual o carnal, no es la obra en sí, sino
la fuente desde donde se hace. Jesús
dijo que: «Lo que es nacido de la carne, carne es; y lo que es nacido del
Espíritu, espíritu es» (Jn. 3:6). Por eso
Pablo, escribiendo a los romanos, dijo:
«Porque testigo me es Dios, a quien
sirvo en mi espíritu» (1:9). Y en su
carta a los filipenses escribió: «Por-
33
que nosotros somos la circuncisión, los
que en espíritu servimos a Dios… no
teniendo confianza en la carne» (3:3).
La consagración
Y es en este punto donde conectamos con la importancia de la consagración, porque es necesaria una absoluta consagración al Señor para que
nuestra alma sea quebrantada. Cuando fallamos en nuestra consagración
al Señor, lo único que logramos es retrasar, demorar y estorbar el proceso
de quebrantamiento. Tiene que llegar
el día, entonces, en que nuestra consagración al Señor sea plena a fin de
que él tenga la más absoluta libertad
para tratar con nosotros.
La consagración no es en sí lo mismo que el quebrantamiento, pero su
importancia radica en que con ella se
inicia, sin resistencia de nuestra parte,
el quebrantamiento de nuestro hombre exterior. De esta manera, el tiempo que tomará este proceso será el estrictamente necesario. Mas si nuestra
consagración al Señor no llega o no
es absoluta, no sólo demoraremos innecesariamente el proceso, sino que
nuestra relación con el Señor estará
llena de argumentos y quejas contra
él, y no será extraño que muchas veces terminemos haciendo nuestra propia voluntad.
jjj
De rodillas
Un profesor iba escalando un día el pico Weishorn, en los Alpes suizos.
Cuando llegaron a la cima, el guía se echó a un lado de la orilla para permitirle
al profesor el privilegio de llegar primero a la cima. Emocionado frente al
grandioso panorama y olvidando que el viento soplaba fuertemente, se puso
de pie. Pero el guía rápidamente se le acercó y le dijo: «De rodillas, señor.
Usted no está seguro aquí sino de rodillas».
34
TEMA DE PORTADA
AGUAS VIVAS
Antes que el creyente se consagre, Dios lo atrae hacia sí.
El aspecto
divino
de la consagración
Eliseo Apablaza
L
a consagración es la respuesta de amor del creyente al amor de Dios. En algún momento de su caminar en la fe, él reacciona ofreciéndose
a Dios para su servicio santo. Vista así,
la consagración es una acción del hombre en dirección a Dios.
Sin embargo, la consagración del
creyente no es un asunto sólo del hombre, sino de Dios. La consagración de
un hombre o una mujer comienza
mucho antes, en el corazón de Dios.
Desde el punto de vista del hombre es
él quien va a Dios; desde el punto de
vista de Dios, es Él quien atrae al hombre. Así pues, en este sentido, la consagración es el acto por el cual Dios
elige a ciertos hombres y los atrae hacia sí para que le sirvan.
La acción del hombre es, entonces, posterior no sólo al amor de Dios,
sino también a la elección de Dios. Si
la consagración se basara exclusivamente en lo que el hombre hace por
Dios, sería cosa muy débil e insegura,
pero como se basa en la elección irrevocable de Dios, es firme.
Si vemos el amor de Dios, posiblemente nos consagremos; pero si
AGUAS VIVAS
TEMA DE PORTADA
Dios nos coge en su amorosa red, no
tenemos escapatoria, y entonces nuestra consagración será definitiva.
¿Quién podría escapar de esta red? No
diremos sólo «de este amor», sino «de
esta red» en que somos cogidos.
Esto, en cuanto al origen de nuestra consagración; pero ¿qué diremos
del final de ella?
Si la consagración dependiera exclusivamente del hombre que se consagra, no llegaría a su consumación.
Es la persistencia de Dios y no la buena disposición del hombre lo que hace
que las cosas lleguen al final. Si no
hubiese sido por la insistencia de Dios,
Abraham hubiese quedado a mitad de
camino entre Ur y Canaán, en Harán,
por el resto de sus días. Si no hubiese
sido por la persistencia de Dios, Moisés habría quedado tendido en el desierto, o en aquella posada de sangre
lamentando el fracaso de una tarea
recién comenzada.
Es la persistencia de Dios, y no la
solvencia del hombre, la que ha sacado adelante todos los grandes hechos
divinos de la historia.
En el camino de la consagración
hay muchos días de silencio, días de
fracaso, en que parece que Dios se ha
olvidado de nosotros o se ha cansado
de soportarnos. No significa que Dios
nos haya desechado; sin embargo, lo
parece. En ellos, Dios nos detiene para
que quede claro en nuestro corazón
que la obra no importa más que el Señor, que él no nos ha hecho imprescindibles en su Casa, y que las cosas
pueden ir muy bien sin nosotros.
La consagración no es una carrera
alocada, sin pausas ni obstáculos, sino
el camino a veces feliz, otras veces
35
como por «valle de sombra de muerte», por donde sólo podemos transitar
gracias a la «vara y el cayado» del
Pastor.
Así, la consagración en su origen,
su desarrollo y su final, está marcada
por la gracia, la fidelidad y la maravillosa persistencia de Dios.
Con esto no queremos decir que el
hombre no sea el que se ofrezca, cuando es vencido por el amor de Dios,
cuando es tocado por el sacrificio de
la Cruz. El hombre tiene su parte, y
muy importante. Lo que queremos
enfatizar es el aspecto divino de la
consagración, aquello que da firmeza
a lo que nosotros comenzamos alentados por el amor. Es Dios quien perfeccionará la obra que comenzó en
nosotros (Fil.1:6). Es por su fuerza que
estamos firmes; es por su gracia que
tenemos algún servicio hoy en su casa.
Nuestros votos no son tan firmes
como su elección y su gracia
Probablemente todos los que han
hecho voto delante de Dios, con el
tiempo han resultado culpables de la
infracción de ese voto. Ese «todo lo
que dices que haga, haré» es tan pretencioso como fue aquello otro similar en boca de Israel junto al Sinaí. Y
tan expuesto al fracaso como aquél. A
la consagración inicial, llena de júbilo
y expectación, suele suceder muy
pronto el desencanto y el fracaso, al
ver que no tenemos los recursos en
nosotros para cumplir los votos de
nuestra consagración.
Pero es ahí donde viene el socorro
oportuno que nos muestra, por un lado,
la fragilidad de nuestro buen deseo, la
inutilidad de nuestras fuerzas, y por
36
TEMA DE PORTADA
otro, la suficiencia de Dios y su inmarcesible gracia.
No hay nada mejor que comprobar la firmeza del brazo del Señor, con
el cual nos ha tomado. No hay nada
mejor que comprobar la maravillosa
elección de Dios, muy anterior a nuestro primer llanto, con la cual Dios nos
ha enriquecido. No hay refugio más
seguro contra el turbión de nuestras
frágiles emociones y sentimientos, y
contra los continuos desmayos del
alma, que la persistente gracia divina.
Ella es la salvaguarda de nuestra consagración. Es el cerrojo de siete llaves
que guarda nuestra alma de los efímeros deseos de huir que muchas veces
nos acometen.
Es verdad, nos consagramos porque no somos nuestros, y porque el
amor de Dios nos constriñe. Pero también nos consagramos porque Dios
nos cazó, porque su dedo de miseri-
AGUAS VIVAS
cordia nos señaló para que llevásemos
su bendito nombre. Las cuerdas con
que nos atrajo son tan recias, que nada
las puede cortar, y sus afectos, prendidos en nuestro corazón, no los puede borrar nadie, jamás.
Si no supiéramos que su boca pronunció nuestro nombre allá muy lejos
en el tiempo y en el espacio, antes de
que nuestra boca pudiera abrirse para
deletrear el suyo, nada nos hubiera
sostenido hasta aquí. Muy atrás hubiéramos quedado tendidos en el camino, como despojos pronto a ser devorados.
Así pues, feliz fue el día que nuestro corazón se volvió a él en gratitud,
en una delicada ofrenda de amor; pero
más feliz fue el momento aquél en que
Dios nos atrajo hacia sí para que fuésemos suyos para siempre. Ese día se
selló el éxito de nuestra consagración
y de nuestro servicio.
jjj
La sabiduría de un tejido
Hangchow (China) es una ciudad conocida por sus tejidos de seda.
Acompáñame a uno de los talleres. Observa el reverso del brocado que
está en el telar. Para los que desconocen el oficio, la urdimbre de tantos
colores y la trama aparentan un caos de hebras sin sentido. Sin embargo,
si damos vuelta al tejido y observamos el lado derecho del trabajo terminado,
descubriremos que es hermoso, que tiene un diseño de buen gusto,
atractivo, y armónico compuesto por hombres, árboles, flores y montañas.
Durante el proceso la apariencia confundía, pero el producto terminado
tiene sentido, propósito, buen gusto y es hermoso.
Cuando nuestra vida aparenta ser un rompecabezas a nuestros ojos,
recordemos que no sabemos cuál es el diseño que Dios está desarrollando.
Cada hebra, sea de color claro u oscuro, tiene su función y cada cambio de
dibujo responde a un plan preparado. ¿Qué importa si las experiencias de
nuestras vidas parecen desordenadas y no las podemos comprender? La
Palabra de Dios nos asegura que todas las cosas, sin excepción, ayudan a
nuestro bien.
Watchman Nee,
en «La disciplina del Espíritu Santo»
AGUAS VIVAS
LEGADO
37
La consagración es un milagro de gracia.
Consagración
Andrew Murray
(1828-1917)
«Porque ¿quién soy yo, y quién es mi pueblo, para que pudiésemos ofrecer
voluntariamente cosas semejantes? Pues todo es tuyo, y de lo recibido de tu
mano te damos» (1 Cr. 29:14).
S
er capaz de ofrecerle algo a
Dios es un perfecto misterio.
La consagración es un milagro de gracia. «Pues todo es
tuyo, y de lo recibido de tu mano te
damos». En estas palabras hay cuatro
pensamientos muy preciosos que quiero revisar y aclarar a ustedes:
1. Dios es el dueño de todo, y nos
lo da todo.
2. Nosotros no tenemos nada, sino
lo que hemos recibido –sin embargo,
todo lo que necesitamos podemos recibirlo de Dios.
3. Es nuestro privilegio y honra de-
volver a Dios lo que recibimos de él.
4. Dios tiene una alegría doble
cuando recibe de retorno lo que él nos
dio.
Y cuando aplico esto a mi vida –a
mi cuerpo, a mi riqueza, a mi propiedad, a mi ser entero– entonces entiendo lo que debería ser la consagración.
Dios nos da todo
Es la gloria de Dios, y su especial
naturaleza, estar siempre dando. Dios
es el dueño de todo. No hay ningún
poder, ninguna riqueza, ninguna bondad, ningún amor, fuera de Dios. Es
38
LEGADO
su naturaleza misma no vivir para sí,
sino para sus criaturas. El suyo es un
amor que siempre se deleita en dar.
Aquí llegamos al primer paso en
la consagración. Debo ver que todo lo
que tengo es dado por él; debo aprender a creer en Dios como el gran dueño y dador de todo. Que pueda tener
una clara conciencia de ello. No tengo nada, sino lo que real y definitivamente pertenece a Dios. Tal como
mucha gente dice: «El dinero que está
en mi bolso me pertenece», así Dios
es el propietario de todo. Es suyo y
sólo suyo. Y es su vida y delicia estar
siempre dando.
Oh, tomemos este pensamiento
precioso: no hay nada que Dios tenga
que él no quiera dar. Tal es su naturaleza, y por consiguiente cuando Dios
solicita algo, él mismo lo da primero.
Nunca tenga miedo cuando Dios le
pida algo; porque Dios sólo pide lo que
le es propio; lo que él pide que usted
dé, él ya se lo ha dado previamente.
¡El propietario, dueño, y dador de
todo, es nuestro Dios! Aplique esto a
usted mismo y sus dones, a todo lo
que usted es y posee. Estúdielo, créalo, viva en ello, cada día, cada hora,
cada instante.
Nosotros recibimos todo
Así como la naturaleza y gloria de
Dios es siempre estar dando, es la na-
Señor, aquí está el convenio entre tú y yo. Tu deleite es darlo todo, y mi delicia es devolver todo.
AGUAS VIVAS
turaleza y gloria del hombre estar
siempre recibiendo. ¿Para qué nos hizo
Dios? Cada uno de nosotros ha sido
hecho un vaso en el cual él puede derramar su vida, su belleza, su felicidad, su amor. Cada uno de nosotros
fue creado para ser un receptor y un
depositario de tanta vida y bendición
celestial como Dios pueda poner en
nosotros.
¿Hemos entendido esto, que nuestro gran trabajo –el fin de nuestra creación– es siempre estar recibiendo? Si
entramos totalmente en ello, nos enseñará algunas cosas preciosas. He
aquí una: la absoluta necedad de ser
orgulloso o presumido. ¡Qué locura!
Imagínese pedir prestado un hermoso
traje, y caminar alardeando de él como
si fuese propio. Todos dirían: «¡Qué
necio!».
Y aquí está el Dios Eterno, dueño
de todo lo que tenemos; ¿nos atreveremos a gloriarnos en nosotros mismos por aquello que es todo suyo?
¡Entonces qué bendita lección nos
enseñará lo que es nuestra posición!
Estamos relacionados con un Dios
cuya naturaleza es siempre estar dando, y la nuestra es siempre estar recibiendo. Así como la cerradura y llave
encajan, Dios el dador y yo el receptor coincidimos. A menudo nos preocupamos por las cosas, y oramos por
ellas, en lugar de remontarnos a la raíz
de las cosas, y decir: «Señor, yo sólo
pido ser el receptor de lo que tu voluntad significa para mí; del poder, los
dones, el amor y el Espíritu de Dios».
¿Qué puede ser más sencillo? Venir
como un receptor –limpio, vacío y
humillado. Venir, y entonces Dios se
deleitará en dar.
AGUAS VIVAS
LEGADO
Si puedo decirlo con reverencia, él
no puede ayudarse a sí mismo; es su
promesa, su naturaleza. La bendición
está siempre fluyendo de él. Hemos
visto cómo el agua siempre fluye en
los lugares más bajos. ¡Si sólo nos presentamos vacíos y postrados, no siendo sino sólo receptores, ¡qué vida dichosa viviríamos! Día a día alabándole. Él dando y yo aceptando. Él concediendo y yo feliz de recibir.
Cuántas decenas de miles de personas han dicho esta mañana: «¡Qué
bello día! Abramos las ventanas para
que entre la luz del sol con su grato
calor y alegría!». Que nuestros corazones aprendan cada momento a disfrutar en la luz y el gozo del amor de
Dios. «Porque ¿quién soy yo, y quién
es mi pueblo, para que pudiésemos
ofrecer voluntariamente cosas semejantes? Pues todo es tuyo, y de lo recibido de tu mano te damos».
Nosotros devolvemos todo
Si Dios da todo y yo lo recibo todo,
entonces el tercer pensamiento es muy
simple: yo debo devolverlo todo. Es
un privilegio que, por causa de tenerme en amorosa y grata comunión con
él, y dándome la dicha de agradarle y
servirle, el Dios Eterno diga: «Ven
ahora, y devuélveme todo lo que yo
doy». Alguien dirá: «Oh, ¿pero debo
devolver todo?». ¡Hermano, usted no
sabe que no hay felicidad o bienaventuranza alguna excepto en dar a Dios!
David lo sentía así. Él dijo: «Señor, es
un privilegio indecible que nos permitas devolverte lo que es tuyo». Sólo
recibir, y luego por amor devolver a
él como Dios, lo que él da.
¿Sabe por qué Dios lo necesita a
39
usted? Las personas dicen: «¿No nos
da Dios todas las buenas dádivas para
disfrutarlas?». Pero, ¿sabe usted?, el
verdadero goce está en devolver. Simplemente mire a Jesús: Dios le dio un
cuerpo maravilloso. Él lo guardó santo y lo dio en sacrificio a Dios. Ésta es
la belleza de tener un cuerpo. Dios le
ha dado a usted una alma; ésta es la
belleza de tener una alma –usted puede devolvérsela a Dios.
Las personas hablan sobre la dificultad de tener una voluntad muy fuerte. Usted nunca puede tener demasiada fuerza de voluntad. Sin embargo,
el problema es que no entregamos esa
fuerza de voluntad a Dios, para hacerla un vaso en el que Dios pueda y vierta su Espíritu, que lo capacite para
hacer un servicio espléndido para él
mismo.
Hemos tenido ahora tres pensamientos: Dios da todo; yo recibo todo;
yo dejo todo. ¿Hará usted ahora esto?
¿No dirá cada corazón: «Mi Dios, enséñame a abandonarlo todo»? Tome
su cabeza, su mente con toda su capacidad de expresarse, su propiedad, su
corazón con sus afectos –los mejores
y más secretos– tome oro y plata, todo,
deposítelo a los pies de Dios y diga:
«Señor, aquí está el convenio entre tú
y yo. Tu deleite es darlo todo, y mi
delicia es devolver todo». Eso es lo
que Dios nos enseña.
Si esa simple lección fuera aprendida, terminarían muchos problemas
relacionados con la búsqueda de la voluntad de Dios, y acabarían todas nuestras vacilaciones, porque se escribiría,
no en nuestras frentes, sino en nuestros corazones: «Dios puede hacer
conmigo lo que a él le plazca; yo le
40
LEGADO
pertenezco con todo lo que tengo». En
lugar de decir siempre a Dios: «Dame,
dame, dame», debemos decir: «Sí,
Señor, tú eres dador, tú amas dar, y yo
amo devolver». Pruebe esa vida y averigüe si no es ésta la vida más alta.
Dios se regocija en nuestro dar
Dios da todo, yo recibo todo, yo
doy todo. Ahora viene el cuarto pensamiento: Dios se regocija grandemente cuando nosotros damos a él. No sólo
es que yo soy el receptor y el dador,
sino Dios también es el Dador y el
Receptor, y, puedo decirlo con reverencia, él se goza aún más en la recepción que en la dádiva. En nuestra pequeña fe, nosotros pensamos a menudo que los dones vuelven a Dios todos manchados. Dios dice: «No, ellos
retornan hermosos y glorificados». La
entrega de su amado Hijo, con sus aspiraciones y acciones de gracias, regresa a Dios con un nuevo valor y belleza.
Ah, hijo de Dios, usted no sabe
cuán precioso es a los ojos del Padre
el regalo que usted le trae. ¿No hemos
AGUAS VIVAS
visto cuando una madre da un pedazo
de pastel, y el hijito viene y le ofrece
un trocito para compartirlo con ella?
¡Cómo valora ella el regalo! Y Dios,
oh, mis amigos, su amoroso corazón
de Padre, anhela que usted le dé todo.
Esta no es una demanda, no es la dura
demanda de un amo, sino el llamado
de un Padre amoroso, que sabe que
cada regalo que usted le trae lo enlazará más a él, y cada entrega que usted hace abrirá más ampliamente su
corazón para obtener más de sus dones espirituales.
¡Oh, amigos! Un regalo a Dios tiene ante sus ojos un valor infinito. Es
su delicia. Él ve la aflicción de Su alma
y está satisfecho. Y trae a usted bendición indecible.
Consagrémonos
Introduzcámonos en el espíritu de
David, con el espíritu de Jesucristo en
nosotros. Alcemos nuestra oración de
consagración. Y el bendito Espíritu dé
gracia a cada uno de nosotros para
pensar y decir lo correcto, y para hacer lo que agrada los ojos del Padre.
jjj
El picaporte está por fuera
Una vez un hombre se encontró con un predicador en Londres, y le
preguntó si era el mismo que había predicado en París. Le contó que él
mismo había sido salvado en aquella ocasión. «¿Qué bueno es que usted
haya aceptado al Señor en esa ocasión!», respondió el predicador. «Esa
vez yo acepté a Cristo, prosiguió el hombre, por una declaración que usted
hizo». «¿Cuál fue esa declaración?», inquirió el ministro. «Usted dijo que
el picaporte de la puerta del cielo está por fuera», concluyó el hombre.
Es verdad, el picaporte de la puerta del cielo está afuera. Eso significa
que si usted no entra, sólo podrá culparse a sí mismo. Porque si el seguro
estuviera adentro, usted no podría entrar aunque lo deseara.
Watchman Nee,
en Lleno de gracia y de verdad, Tomo 2
AGUAS VIVAS
LEGADO
41
Un mensaje basado en la vida de Abraham.
Consagración
a Dios
Q
C. H. Spurgeon
(1834-1892)
Lectura: Génesis capítulos 17,18 y 19.
uiero, si Dios me ayuda,
tomar como base la vida
de Abraham, y llevarles,
primero, a observar al
modelo de la vida consagrada; segundo, la naturaleza de la vida superior;
y, en tercer lugar, sus resultados.
El modelo de la vida consagrada
«Yo soy el Dios Todopoderoso;
anda delante de mí y sé perfecto» (Gn.
17:1). Un hombre que va a ser completamente santificado al servicio del
Maestro, debe primero comprender
todo el poder, la suficiencia y la gloria
de Dios. El Dios a quien servimos lo
llena todo, tiene todo el poder y todas
las riquezas. Si pensamos de él
limitadamente, nuestra confianza será
poca, y nuestra obediencia, mínima;
pero si tenemos una gran concepción
de la gloria de Dios, aprenderemos a
confiar completamente en él, recibiremos más abundantemente sus misericordias, y seremos impulsados a servirle más consistentemente.
El pecado, con frecuencia, tiene su
origen en pensamientos bajos acerca
de Dios. Veamos el pecado de Abram;
él no podía ver cómo Dios le haría
padre de muchas naciones, pues Sarai
era anciana y estéril. De ahí su error
42
LEGADO
con Agar. Pero si hubiera recordado
lo que Dios le recuerda ahora, que
Dios es El Shaddai, el Todopoderoso,
habría dicho: «No, yo permaneceré fiel
a Sarai, porque Dios puede cumplir sus
propósitos sin nuestra ayuda. Él es
todosuficiente, y no depende de las
fuerzas de la criatura. Esperaré pacientemente y en silencio, para ver el cumplimiento de las promesas del Maestro».
Ahora, tal como fue con Abram,
así es con nosotros. Cuando un hombre está en dificultades económicas,
si él cree que Dios es todosuficiente
para llevarlo a través de ellas, no recurrirá a ninguna de las artimañas comunes en el mundo, ni degenerará en
esa astucia que es tan usual entre los
hombres de negocios. Si un hombre
cree, siendo pobre, que Dios es porción suficiente para él, no estará envidioso del rico o disgustado con su condición. El hombre que siente que Dios
es porción todosuficiente para su espíritu, no buscará deleitarse en la vanidad; no irá con la atolondrada multitud tras su alegría vana. «No», dice
él, «Dios se me ha revelado como un
Dios todosuficiente para mi consuelo
y mi gozo. Estoy feliz desde que él es
mi Dios. Que otros beban de cisternas
rotas si quieren, yo bebo de la fuente
desbordante, y estoy absolutamente
satisfecho».
Cristiano, con un Dios como éste,
¿por qué habrías de humillarte ante los
malos? ¿Por qué exponerte en la búsqueda de placeres terrenales donde las
rosas siempre están mezcladas con
espinas? ¿Por qué poner tu confianza
en el oro y la plata, en tu fuerza natural? ¡El Shaddai está por ti! Tu santifi-
AGUAS VIVAS
cación dependerá mucho de que aceptes con toda tu fe el hecho de que él es
tu Dios eternamente, tu porción diaria, tu absoluta consolación. Tú no te
atreves, no puedes, no quieres vagar
por las sendas del pecado cuando has
conocido que este Dios es tu pastor y
guía.
Siguiendo este modelo de vida
consagrada, subrayemos las próximas
palabras: «...anda delante de mí». Éste
es el estilo de vida que caracteriza la
verdadera santidad; es un caminar ante
Dios.
Es notable que, en la anterior visita divina al patriarca, el mensaje del
Señor fue: «No temas». Era entonces
apenas un niño en las cosas espirituales, y el Señor le dio el consuelo que
necesitaba. Ahora ha crecido; es un
hombre, y la exhortación es práctica y
llena de acción: «anda». El hombre
cristiano ha de echar mano al poder y
la gracia que ha recibido. La médula
de la exhortación reside en las últimas
palabras: «anda delante de mí», entendiendo como tal un sentimiento habitual de la presencia de Dios, el hacer
lo recto y huir del mal, por respeto a
la voluntad de Dios; el considerar a
Dios en todos los actos públicos y privados.
Esta es la señal del hombre de Dios
verdaderamente santificado: vivir de
continuo como ante la presencia de la
divina Majestad; actuar como sabiendo que el ojo que nunca duerme está
siempre fijo en él. El deseo de su corazón es jamás hacer lo malo, y nunca
puede olvidar lo recto, aunque esté en
el mundo, pues puede contar con que
Dios está en todo lugar.
Las próximas palabras son: «...y sé
AGUAS VIVAS
LEGADO
perfecto». Hermanos, ¿significa esto
la perfección absoluta? No controvertiré la creencia de algunos, de que
podemos ser completamente perfectos en la tierra. Libremente admito que
el modelo de la santificación es la perfección. Sería incoherente con el carácter de Dios que él nos diese algo
distinto a un mandato perfecto, y una
norma perfecta. Dios no pone ante sus
siervos ninguna regla de este tipo: «Sé
tan bueno como puedas», sino esta:
«Sed, pues, vosotros perfectos, como
vuestro Padre que está en los cielos es
perfecto» (Mt. 5:48). ¿Puede jamás
alguien lograr esto? Ciertamente, no;
pero es el objetivo de todo cristiano.
Yo preferiría que mi hijo tuviese un
texto original perfecto para copiar,
aunque él nunca pudiese escribir de la
misma forma, a que él tuviese un texto imperfecto delante suyo, porque
entonces él no sería jamás un buen
escritor. Nuestro Padre celestial nos ha
dado la imagen perfecta de Cristo para
que sea nuestro ejemplo, su ley perfecta como nuestra regla, para que
apuntemos a esta perfección en el poder del Espíritu Santo, y, como Abram,
para postrarnos en vergüenza y confusión de rostro, al reconocer cuán lejos estamos de ella.
La perfección es lo que deseamos,
buscamos con denuedo, y finalmente
obtendremos. Nosotros no queremos
tener una ley condescendiendo con
nuestra debilidad. Sin embargo, la palabra ‘perfecto’ lleva normalmente el
significado de ‘recto’, o ‘sincero’:
«anda delante de mí, y sé sincero».
Ningún doble estándar debe tener
el hombre cristiano, ninguna liviandad
con Dios o con los hombres; ninguna
43
La distancia de la presencia de Dios siempre significa pecado; la santa familiaridad con Dios engendra
santidad.
profesión hipócrita, o principios falsos. Él debe ser transparente como el
cristal; ser un hombre en quien no hay
astucia, que ha desechado toda forma
de engaño, que lo odia, y lo aborrece,
y camina ante Dios; que ve todas las
cosas con sinceridad absoluta, deseando seriamente en todas ellas, grandes
y pequeñas, encomendarse a sí mismo a la conciencia de otros, como a la
vista del Altísimo.
Hermanos, aquí está el modelo de
la vida consagrada. ¿Anhela usted lograrlo? De seguro, cada alma que es
movida por la gracia de Dios lo hará.
Pero si su sentimiento sobre eso es
como el mío, hará como el patriarca:
«Abram se postró sobre su rostro ante
el Señor». Pero, oh, cuán lejos de esto
hemos llegado. Nosotros no siempre
hemos pensado en Dios como
todosuficiente; hemos sido incrédulos.
Hemos dudado una y otra vez.
No siempre hemos caminado delante del Señor. No siempre sentimos
su presencia como observándonos.
Hay palabras airadas en la mesa, mal
proceder en el trabajo, descuido,
mundanalidad, orgullo y cosas que
estropean la labor diaria; y cuando regresamos a casa tenemos que reconocer que nos hemos descarriado, como
ovejas perdidas, olvidando la presencia del Pastor. No hemos hablado y
44
LEGADO
actuado como sintiendo que él nos
mira constantemente. Así es, no hemos sido perfectos.
Pero miren a su modelo, hermanos, estúdienlo en la vida de Cristo, y
entonces apunten a él con el celo del
apóstol que dijo: «No que lo haya alcanzado ya, ni que ya sea perfecto; sino
que prosigo, por ver si logro asir aquello para lo cual fui también asido por
Cristo Jesús. Hermanos, yo mismo no
pretendo haberlo ya alcanzado; pero
una cosa hago: olvidando ciertamente lo que queda atrás, y extendiéndome a lo que está delante, prosigo a la
meta, al premio del supremo llamamiento de Dios en Cristo Jesús» (Fil.
3:12-14).
La naturaleza de la consagración
La genuina consagración espiritual
empieza con la comunión con Dios.
Observen el tercer versículo: «Entonces Abram se postró sobre su rostro, y
Dios habló con él». Contemplando a
Cristo Jesús, su imagen se fotografía
en nuestra mente, y somos transformados de gloria en gloria, como por
la presencia del Señor. La distancia de
la presencia de Dios siempre significa
pecado; la santa familiaridad con Dios
engendra santidad. Cuanto más tú
piensas en Dios, más meditas en sus
obras, más lo alabas, más oras a él,
más constantemente hablas con él, y
él contigo, por el Espíritu Santo, más
cercano estás en el camino a la plena
consagración a su causa.
El próximo punto en la naturaleza
de esta consagración es que es fomentada por la visión ampliada del pacto
de la gracia. Sigamos leyendo: «He
aquí, mi pacto es contigo, y serás pa-
AGUAS VIVAS
dre de muchedumbre de gente». El
Señor dijo esto para ayudar a Abram a
caminar ante Dios y ser perfecto; de
lo cual concluimos que para crecer en
la santificación un hombre debe aumentar en conocimiento, y también en
la tenacidad de la fe que se apropia
del pacto que Dios ha hecho en Cristo
para su pueblo.
Observen que Abram fue alentado
acerca de su propio interés personal
en el pacto. Vean la reiteración del segundo pronombre personal: «He aquí,
mi pacto es contigo, y (tú) serás padre
de muchedumbre de gente». En el sexto verso: «Y te multiplicaré en gran
manera, y haré naciones de ti, y reyes
saldrán de ti. Y estableceré mi pacto
entre mí y ti, y tu descendencia después de ti... para ser tu Dios, y el de tu
descendencia después de ti». Así
Abram tiene el pacto para sí mismo;
esto le hace sentirse muy involucrado
en él.
Si alguna vez serás santificado para
el servicio de Dios, deberás tener plena certeza de tu interés en todas las
provisiones del pacto. Las dudas son
como los jabalís del bosque que despedazan las flores de santificación en
el jardín del corazón; pero si tienes una
convicción dada por Dios de tu confianza en la sangre preciosa de Jesucristo, entonces las pequeñas zorras
que estropean las vides son exterminadas, y tus uvas tiernas darán grato
olor. Que el Señor nos conceda una fe
firme para reconocer nuestro claro
derecho a las mansiones celestiales.
Una gran santidad brota de una
gran fe. La fe es la raíz, la obediencia
es la rama; y si la raíz se deteriora la
rama no puede florecer. Conoce que
AGUAS VIVAS
LEGADO
Cristo es tuyo, y que tú eres de él; porque aquí encontrarás la fuente para
regar tu consagración, y hacerlo rendirá fruto al servicio de Cristo.
Notamos, al leer estas palabras,
cómo el pacto es revelado particularmente a Abram como una obra de poder divino. Veamos la secuencia del
pasaje: «Mi pacto es contigo... te multiplicaré ... estableceré mi pacto... te
daré... seré tu Dios», y así sucesivamente. ¡Qué gloriosas promesas! No
podemos servir al Señor con un corazón perfecto hasta que nuestra fe logre primeramente asir el divino querer de Dios.
Si mi salvación descansa en este
pobre y endeble brazo, en mis resoluciones, mi integridad y mi fidelidad,
naufragaría para siempre; pero si mi
salvación eterna descansa en el gran
brazo que sostiene el universo, si la
seguridad de mi alma está totalmente
en esa mano que guía el curso de las
estrellas, entonces, ¡bendito sea su
nombre!, está bien asegurada; y ahora, además de amar a semejante Salvador, le serviré de todo corazón. Me
dedicaré y me brindaré a aquel que en
su gracia se ha comprometido conmigo. Subrayemos esto, estemos muy
claros sobre ello, y pidamos tener clara la obra divina en nuestra alma, porque eso nos ayudará a ser consagrados a Dios.
Más allá, Abraham tuvo una visión
del pacto en su eternidad. No recuerdo que la palabra ‘perpetuo’ haya sido
usada antes en referencia a ese pacto,
pero en este capítulo la tenemos una y
otra vez. «Yo estableceré mi pacto
como pacto perpetuo». He aquí una
de esas grandes verdades que muchos
45
de los bebés en la gracia todavía no
han aprendido, a saber, que las dádivas de gracia no son bendiciones dadas hoy y quitadas mañana, sino bendiciones eternas.
La salvación que es en Cristo Jesús no es una salvación que nos pertenecerá durante unas horas, mientras le
seamos fieles, y entonces será quitada, para que seamos abandonados.
«Dios no es hombre, para que mienta,
ni hijo de hombre para que se arrepienta». «Yo soy Dios», dice él, «yo
no cambio: por consiguiente, los hijos de Jacob no serán consumidos».
Cuando nosotros nos pusimos en manos de Cristo, no confiamos en un
Salvador que podía vernos ser destruidos, sino que descansamos en aquel
que dijo: «...y yo les doy vida eterna;
y no perecerán jamás, ni nadie las arrebatará de mi mano» (Juan 10:28).
Considerando la naturaleza de esta
consagración, yo observaría luego que
aquellos que son consagrados a Dios
son considerados como nuevos hombres. La nueva humanidad es indicada por el cambio de nombre –él ya no
se llama más Abram, sino Abraham, y
su esposa no es más Sarai, sino Sara.
Nosotros, amados, somos nuevas criaturas en Cristo Jesús. La raíz y la fuente
de toda consagración a Dios reside en
la regeneración. Hemos nacido de nuevo, una simiente nueva e incorruptible que vive y mora para siempre fue
puesta dentro de nosotros. El nombre
de Cristo nos es dado: ya no somos
llamados pecadores e injustos, sino hemos sido hechos hijos de Dios por la
fe que es en Cristo Jesús.
Notemos además que la naturaleza de esta consagración fue mostrada
46
LEGADO
a Abraham por el rito de la circuncisión. No sería decoroso entrar en detalles acerca de ese rito, pero basta
decir que él significa despojarse de la
inmundicia de la carne. Tenemos la
propia interpretación del apóstol Pablo acerca de la circuncisión en su
epístola a los Colosenses. La circuncisión indicaba a la descendencia de
Abraham que había una corrupción de
la carne en el hombre que debía quitarse para siempre, o permanecería
impuro y fuera del pacto con Dios.
Ahora, amados, debe haber, en orden a nuestra santificación a Cristo,
una entrega, una dolorosa renuncia a
cosas que estimábamos valiosas. Debe
haber una negación a los afectos y
apetitos de la carne. Debemos mortificar nuestros miembros. Debe haber
autonegación si vamos a entrar en el
servicio a Dios. El Espíritu Santo debe
dictar sentencia de muerte y extirpar
las pasiones y tendencias de la humanidad corrupta.
Notemos, con respecto a la circuncisión, que fue ordenada perentoriamente, debía ser practicada en cada
varón de la raza de Abraham, y su
omisión sería causa de muerte. Así el
apartarse del pecado, el abandonar la
contaminación de la carne, es necesario a cada creyente. Sin santidad nadie verá al Señor. Tanto el bebé en
Cristo debe estar consciente de la
muerte decretada sobre el cuerpo de
la inmundicia de la carne como asimismo un hombre que, como en el
caso de Abraham, ha llegado a una
edad avanzada y ha venido a la madurez en las cosas espirituales. No hay
ninguna distinción aquí entre el uno y
el otro. Sin santidad nadie verá al Se-
AGUAS VIVAS
ñor; y si una supuesta gracia no quita
de nosotros el amor al pecado, no es
en absoluto la gracia de Dios, sino la
idea presuntuosa de nuestra propia
naturaleza vana.
Los resultados de la consagración
Inmediatamente después que Dios
se apareció a Abraham, su consagración fue manifiesta, primero, en su
oración por su familia. «¡Ojalá Ismael
viva delante de ti!». Hombre de Dios,
si eres de hecho del Señor, y sientes
que eres de él, empieza ahora a interceder por todos los que te pertenecen.
Nunca te satisfagas a menos que ellos
también sean salvos; y si tienes un hijo,
un Ismael, con respecto al cual abrigas muchos temores y mucha ansiedad, cuando ya eres salvo, nunca dejes de expresar ese gemir: «¡Ojalá
Ismael viva delante de ti!».
El siguiente fruto de la consagración de Abraham fue el ser hospitalario con todos. En el capítulo siguiente
(18), está sentado a la puerta de su tienda, y tres hombres vienen a él. El cristiano es el mejor siervo de la humanidad en un sentido espiritual. Por causa de su Maestro, se esfuerza por hacer el bien a los hijos de los hombres.
Él es el primero en alimentar al hambriento, vestir al desnudo, y hacer bien
a todos los hombres, mayormente a los
de la familia de la fe.
El tercer resultado fue que
Abraham deleitó al Señor mismo, porque entre esos tres ángeles que vinieron a su casa estaba el Rey de reyes,
el Eterno. Cada creyente que sirve a
su Dios da, como allí, refrigerio a su
Señor. Dios tuvo un deleite infinito en
la obra de su amado Hijo: «Este es mi
AGUAS VIVAS
LEGADO
Hijo amado en quien tengo complacencia», y también se deleita en la santidad de todo su pueblo. Jesús ve el
fruto de la aflicción de su alma, y está
satisfecho por las obras del creyente;
y tú, hermano, como Abraham atendió al Señor, deleita al Señor Jesús con
tu paciencia y tu fe, con tu amor y tu
celo, cuando te consagras completamente a él.
Una vez más, Abraham fue el gran
intercesor para otros. El final del capítulo 18 está lleno de sus peticiones
en favor de Sodoma. Él no había podido suplicar antes, pero después de
la circuncisión, de la consagración,
viene a ser un ‘recordador’ del Rey,
asume el oficio sacerdotal, y está allí
clamando: «¿Destruirás la ciudad?
¿Destruirás al justo con el impío?». Oh
amados, si nos consagramos a Dios así
completamente, como he intentado
describir débilmente, seremos poderosos en Dios en nuestras intercesiones.
Creo que un varón santo es una
bendición mayor para una nación que
un ejército de soldados. ¿No temieron
ellos más las oraciones de John Knox
que las armas de diez mil hombres?
Un hombre que habitualmente vive
cerca de Dios es como una gran nube
que siempre deja caer lluvias fertilizantes. Este es el hombre que pudo
decir: «La tierra se deshace, pero yo
47
soporto sus pilares». Francia nunca
habría visto una revolución tan sangrienta si hubiera habido allí hombres
de oración para preservarla. Inglaterra, entre los tumultos que la sacuden,
se mantiene firme por la oración elevada incesantemente por los creyentes.
La bandera de la vieja Inglaterra
es asegurada a su mástil, no por las
manos de sus soldados, sino por las
oraciones del pueblo de Dios. Éstos,
intercediendo día y noche, cumpliendo su ministerio espiritual, son aquellos por quienes Dios salva las naciones, por quienes él permite que la tierra todavía exista; y cuando su tiempo
haya terminado, y ellos sean levantados, la sal será tomada de la tierra, y
entonces los elementos serán fundidos
con calor ardiente, también la tierra y
las obras que están en ella serán quemadas; pero este mundo no pasará
hasta que él haya reunido a los santos
con Cristo en el aire. Él lo preservará
por causa del justo.
Busquen con diligencia el grado
superior de la santidad, amados hermanos y hermanas; y mientras descansan sólo en la fe para la justificación, no sean indolentes acerca del
crecimiento en la gracia. Que los logros más altos sean su anhelo, y Dios
se los conceda, por causa de su Hijo.
Amén.
jjj
El más alto llamamiento
Cuando el Presidente Coolidge, de los Estados Unidos, pidió a John
Mott que fuera embajador de su país en Japón, Mott contestó: «Señor
Presidente: desde que Dios me llamó para ser Su embajador, yo no tengo
oídos para otros llamamientos».
Citado por William McDonald, en Revista «Avivamiento» Nº 30.
48
LEGADO
AGUAS VIVAS
La
consagración
consiste en que
Dios nos concede
el honor de
servirle
La
belleza
de la consagración
Watchman Nee
Ex. 28:40-43; Lv. 8:18-28; Rom. 6:13, 16, 19; 12:1-3; 1 Co. 6:19-20; 2 Co. 5:14-15.
L
a consagración es el resultado de una comprensión
adecuada de lo que es la
salvación. Si una persona
considera su fe en el Señor Jesús como
un favor al Señor, y su fe en Dios como
una cortesía hacia Él, será inútil hablarle sobre la consagración. Si alguien
piensa así, no ha tenido un buen comienzo en la fe cristiana y, por ende,
es imposible esperar que se consagre.
La enseñanza sobre la consagración se encuentra tanto en el Antiguo
Testamento (Éxodo 28 y 29, y Levítico 8), como en el Nuevo (Romanos 6
y 12).
Aunque la consagración es la primera experiencia básica de nuestro
servicio a Dios, no encontramos muchas enseñanzas que provengan directamente de la Palabra de Dios. Necesitamos estudiar las porciones mencionadas, para entender el significado de
la consagración.
En 2ª Corintios 5:14-15 se nos
muestra claramente que el poder
AGUAS VIVAS
LEGADO
constreñidor del amor del Señor es la
base para que los hijos de Dios se consagren. Según el idioma original, la
palabra constreñir significa rodear de
tal forma a la persona que ella no puede escapar. Él nos ha atrapado en su
amor, y no tenemos alternativa. Nadie puede consagrarse a no ser que
sienta amor por el Señor. Pero después
que el amor está, la consagración será
la consecuencia inevitable.
Pero la consagración no sólo se
basa en el amor del Señor por nosotros, sino también en el derecho que
él tiene sobre nosotros (1ª Cor. 6:1920). Nuestro Señor dio su vida por
nosotros como rescate, adquiriéndonos así de nuevo. El Señor nos compró y nos redimió; por eso voluntariamente le cedemos nuestra libertad.
Para los cristianos de hoy la idea de
ser comprado por precio tal vez no sea
claramente comprendida. Pero para los
corintios, era perfectamente claro. En
aquel tiempo existían los mercados
humanos, donde se remataban esclavos. Pablo usa esa metáfora para mostrarnos lo que nuestro Señor hizo por
nosotros. Él pagó un gran precio: su
propia vida, y nos rescató. Y hoy, debido a esta obra redentora, renunciamos a nuestros derechos y perdemos
nuestra soberanía.
Por un lado, por causa del amor,
escogemos servirlo; por otro lado, por
su derecho, nosotros no somos nuestros. Servimos al Señor porque él nos
ama, y lo seguimos porque él tiene un
derecho sobre nosotros. Este amor y
este derecho obtenido en la redención
nos constriñen a darnos al Señor.
Una base para la consagración es
el derecho legal, y la otra es el amor
49
agradecido. La consagración está así
basada tanto en el amor que sobrepasa el sentimiento humano como en el
derecho, de acuerdo a la ley. Por esas
dos razones, nada nos resta sino pertenecer al Señor.
El verdadero significado de la consagración
Ser constreñidos por el amor del
Señor o reconocer su derecho legal no
constituye todavía la consagración.
Después de ser constreñido por su
amor y reconocer su derecho sobre
uno, debe dar otro paso, que lo llevará
a una nueva posición.
Debido a que el Señor nos constriñe y nos compra, nos apartamos de
ciertas cosas y vivimos por él y para
él. Esto es la consagración. «Consagración» se puede traducir como «recibir el servicio santo», el oficio de
servir al Señor. Esto es como prometerle al Señor: «Hoy me separo de
todo para servirte, porque tú me
amas.»
Suponga que usted compra un esclavo y lo lleva a casa. Al llegar a la
puerta, el hombre, arrodillado, le dice:
«Amo, tú me compraste. Desde hoy,
con placer, atenderé tus palabras».
Para usted, haberlo comprado es una
cosa, pero el hecho de que él se arrodille a sus pies proclamando el deseo
de servirlo, es algo completamente
distinto. Porque usted lo compró, él
reconoce su derecho; mas porque usted lo amó, aún siendo él quien es, él
se declara enteramente suyo. Solamente eso es consagración. Consagración
es más que el ver Su amor y más que
saber que él nos compró: es la acción
que sigue al amor y a la compra.
50
LEGADO
Las personas consagradas
Al leer Éxodo 28:1-2, 4 y 29:1, 4,
9-10, vemos que la consagración es
algo muy especial. Israel fue la nación
escogida por Dios (Ex. 19:5-6), pero
no llegó a ser una nación consagrada.
Las tribus de Israel eran doce, pero no
todas recibieron el servicio santo: sólo
la tribu de Leví (Núm. 3:11-13); sin
embargo, no toda la tribu de Leví estaba consagrada, ya que entre los levitas sólo se asignó el servicio santo a
la casa de Aarón. Si alguien que no
pertenecía a esta casa se acercaba,
moría (Núm. 18:7).
Gracias a Dios, hoy somos miembros de esa casa. Todo aquel que cree
en el Señor es miembro de esta familia. Todo aquel que ha sido salvo por
gracia es sacerdote (Ap. 1:5-6). Debemos recordar que sólo pueden consagrarse aquellos que son escogidos
por Dios como sacerdotes. Así que,
Dios nos ha escogido para ser sacerdotes por ser miembros de esta casa,
y por eso estamos calificados para consagrarnos.
El hombre no se consagra porque
haya escogido a Dios, sino porque
Dios, quien es el único que escoge, lo
ha llamado. Aquellos que piensan que
le hacen un favor a Dios al dejarlo
todo, son extranjeros y no se han consagrado. Debemos darnos cuenta de
que nuestro servicio a Dios no es un
favor que le hacemos a él ni una expresión de bondad para con él. Tampoco es un asunto de ofrecernos a la
obra de Dios, sino que Dios ha sido
benevolente con nosotros dándonos el
honor y el privilegio. Dice en la Biblia que los sacerdotes del Antiguo
Testamento vestían dos piezas de ropa,
AGUAS VIVAS
una para honra y otra para hermosura.
(Ex. 28:2). En la consagración, Dios
nos viste con honra y hermosura. Es
el llamado que Dios nos hace a su servicio. Si nos gloriamos por algo, debemos gloriarnos en nuestro maravilloso Señor.
Para el Señor no hay nada especial en tener siervos como nosotros,
pero para nosotros lo más maravilloso es tener al Señor. La consagración
consiste en que Dios nos concede el
honor de servirle. Debemos postrarnos ante él y decir: «Gracias, Señor,
porque tengo parte en tu servicio. Gracias, porque entre tantas personas que
hay en este mundo, me has escogido a
mí como parte de este servicio.» La
consagración es un honor, no un sacrificio. Es cierto que necesitaremos
sacrificar algo, pero no existe conciencia de eso. La consagración está llena
de sentido de honra y no de conciencia de sacrificio.
El camino de la consagración
En Levítico 8:14-28 se nos muestra el camino hacia la consagración.
a) La ofrenda por el pecado. Para
recibir el servicio santo de Dios, es
decir, para consagrarse a Dios, primero tiene que hacerse propiciación por
el pecado. Sólo una persona que es
salva y pertenece al Señor, puede consagrarse. La base de la consagración
es la ofrenda por el pecado.
b) El holocausto. Examinemos
Levítico 8:18-28 muy cuidadosamente. Aquí tenemos dos carneros: un carnero se ofrecía como holocausto, y
otro como ofrenda de consagración.
Esto hacía que Aarón fuera apto para
servir a Dios.
AGUAS VIVAS
LEGADO
¿Qué es el holocausto? El holocausto es una ofrenda que debe ser
completamente consumida por fuego;
por lo tanto, el sacerdote no podía comer su carne. El problema de nuestro
pecado se soluciona con la ofrenda por
el pecado, pero el holocausto hace que
Dios nos acepte. El Señor Jesús llevó
nuestros pecados en la cruz. Esto se
refiere a su obra como la ofrenda por
el pecado. Al mismo tiempo, mientras
el Señor Jesús estaba en la cruz, el velo
fue rasgado, y se nos abrió así el camino al Lugar Santísimo. Esta es su
obra como holocausto. La ofrenda por
el pecado y el holocausto empiezan
en el mismo lugar, pero conducen a
dos lugares distintos. Ambos empiezan donde se encuentra el pecador. La
ofrenda por el pecado se detiene en la
propiciación por el pecado, mientras
que el holocausto hace al pecador
acepto ante Dios en el Amado. Por tanto, es más importante que la ofrenda
por el pecado. El holocausto es el agradable aroma del Señor Jesús ante Dios,
que hace que Dios lo acepte. Cuando
lo ofrecemos a Él ante Dios, nosotros
también somos aceptados. No sólo
somos perdonados mediante la ofrenda por el pecado, sino que también
somos aceptados mediante el Señor
Jesús.
c) La ofrenda de la consagración.
1. La aspersión de la sangre. Después de que el primer carnero era inmolado, se sacrificaba otro. Con la
sangre de éste se untaba el lóbulo de
la oreja derecha, el pulgar de la mano
derecha y el pulgar del pie derecho de
Aarón y sus hijos. Esto significa que
como Dios nos ha aceptado en Cristo,
debemos saber que la sangre aplicada
51
en nuestra oreja, nuestras manos y
nuestros pies nos aparta para Dios. Debemos declarar que nuestras orejas,
nuestras manos y nuestros pies pertenecen por entero a Dios. Debido a la
redención, nuestras orejas, cuya función es oír, deben escuchar a Dios;
nuestras manos, hechas para trabajar,
deben ahora laborar para Dios; nuestros pies ahora deben caminar para
Dios. Nuestros miembros fueron comprados por el Señor, de modo que todos le pertenecen a él.
La sangre es la señal de la posesión y el símbolo del amor. El «precio» que se menciona en 1ª Corintios
6, y el «amor» de 2 Corintios 5 se refieren a esta sangre. Debido a la sangre, el amor y el derecho de propiedad, nuestro ser ya no nos pertenece.
2. La ofrenda mecida. Después de
que se rociaba la sangre, se presentaba la ofrenda mecida. Debemos recordar que el segundo carnero había sido
sacrificado y su sangre había sido untada en la oreja, en la mano y en el
pie. Esto todavía no es consagración,
pero es la base de la misma. La aspersión de la sangre es simplemente una
confesión de amor y una proclamación
de los derechos, lo cual nos hace aptos para consagrarnos; sin embargo,
Al conceder la salvación a
muchos, Tú no pasaste de
largo ni me rechazaste.
Dame, por lo tanto, una
parte entre los muchos
que te sirven.
52
LEGADO
la verdadera consagración viene después de todo eso.
Después de que el segundo carnero era sacrificado y su sangre era rociada, se sacaban la grosura y la espaldilla derecha, y del canastillo de los
panes sin levadura se tomaba una torta sin levadura, una torta de pan de
aceite y una hojaldre. Todo esto tipifica
los dos aspectos del Señor Jesús. La
espaldilla es la parte fuerte y nos muestra el aspecto divino del Señor; la grosura es rica y tipifica el aspecto de la
gloria de Dios; y el pan, el cual viene
de la vida vegetal, muestra su humanidad. Él es el hombre perfecto, sin
levadura y sin mancha, y está lleno del
aceite de la unción, del Espíritu Santo; y, como hojaldre, su naturaleza, los
sentimientos de su corazón y su vista
espiritual son finas, delicadas, frágiles y llenas de dulzura y compasión.
Todo esto fue puesto en las manos de
Aarón, quien lo tomó y lo meció delante de Dios, y después lo quemó junto con el holocausto. Esto es la consagración.
La palabra hebrea traducida consagración significa «tener las manos llenas». Las manos de Aarón estaban vacías, pero se llenaron al tomar todas
estas cosas. Aarón se llenó del Señor:
en esto consiste la consagración.
Entonces, ¿qué es la consagración?
Dios escogió a los hijos de Aarón para
que le sirvieran como sacerdotes; aún
así, Aarón no podía acercarse libremente; primero tenía que presentar una
ofrenda por sus pecados para ser aceptado en Cristo. Sus manos (las cuales
significan trabajar) tenían que ser llenas de Cristo; así que, él no debía tener más que a Cristo; sólo entonces se
AGUAS VIVAS
llevaba a cabo la consagración. ¿Qué
es la consagración? Pablo nos lo dice
en Rom.12:1.
Necesitamos ver ante el Señor que
en esta vida sólo podemos seguir un
camino: servir a Dios. Para poder hacerlo, tenemos que presentar todo
nuestro ser a él. Desde el momento que
lo hagamos, nuestro oído escuchará al
Señor, nuestras manos trabajarán para
él y nuestros pies correrán por él. Nos
hemos consagrado totalmente a él
como una ofrenda o un sacrificio; por
consiguiente, nuestras dos manos, llenas de Cristo, lo exaltarán y lo expresarán. Cuando hayamos hecho esto,
Dios dirá: «Esto es la consagración.»
La consagración significa que hemos tocado el amor de Dios y hemos
reconocido su derecho. Debido a esto,
podemos acercarnos a Dios para implorarle el privilegio de servirle. Debemos decir: «Oh Dios, soy tuyo; me
has comprado. Antes yo estaba debajo de tu mesa esperando comer de las
migajas que cayeran, pero desde este
momento quiero servirte. Hoy tomo
la decisión de servirte. Tú me has aceptado, ¿puedes concederme también
una pequeña porción en esta gran tarea de servirte? Ten misericordia de
mí y permíteme tomar parte en tu servicio. Al conceder la salvación a muchos, Tú no pasaste de largo ni me rechazaste. Tú me salvaste; dame por lo
tanto, una parte entre los muchos que
te sirven, no me rechaces.»
Así es como usted se presenta ante
el Señor. Cuando usted se presenta a
él en esta forma, obtiene la consagración. A esto se refiere Romanos 12
cuando dice que presentemos nuestros
cuerpos. En Romanos 6 se menciona
AGUAS VIVAS
53
LEGADO
la consagración de los miembros. Esto
es semejante a la aspersión de la sangre en las orejas, manos y pies. Romanos 12 menciona la consagración
de todo el cuerpo, lo cual significa que
ambas manos son llenas de Cristo.
Podemos apreciar aquí una perfecta
concordancia entre el Antiguo y el
Nuevo Testamento.
El propósito de la consagración
El objetivo de la consagración no
es convertirnos en predicadores de
Dios ni en obreros suyos, sino servir a
Dios. En el idioma original, la palabra
servicio significa «esperar en...». El
objetivo de la consagración es esperar en Dios y moverse a hacer lo que
él quiere, y cuando así lo dispone.
Todo nuestro tiempo es de Dios, y
cada uno de nosotros debe esperarle.
La obra de cada uno es flexible y debemos aprender a esperarle. Presentamos nuestros cuerpos para servir a
Dios.
En el momento que una persona
se consagra, debe comprender que lo
más importante es lo que Dios requie-
ra. El trabajo puede variar, pero el
tiempo invertido sigue siendo el mismo: toda nuestra vida. Tan luego un
doctor en medicina se hace cristiano,
la medicina pasa del primer al segundo lugar. Lo mismo sucede con el ingeniero. La exigencia del Señor tiene
prioridad: servir al Señor se torna en
el mayor servicio. Nosotros, los que
servimos a Dios, no podemos esperar
ser prósperos en el mundo, pues estas
dos cosas son contrarias.
La consagración no es lo mucho
que uno da de sí mismo al Señor, sino
ser aceptado por Dios y recibir el honor de servirlo. Y el fruto de la consagración es la santidad.
No debemos rogar a otros que se
consagren; en lugar de ello, debemos
decirles que el camino está abierto para
que lo hagan. La consagración no depende de nuestra voluntad, pues proviene de la abundancia de la gracia de
Dios. Tener el derecho de servir a Dios
es el mayor honor de nuestra vida.
***
Compendiado de Lecciones básicas sobre
aspectos prácticos de la vida cristiana.
jjj
El sermón de la mujer
Un predicador se esforzaba en predicar sus sermones para convencer
a un ateo que estaba asistiendo a las reuniones. Poco después el ateo se
convirtió y así lo manifestó a la iglesia. El ministro le preguntó, con algo
de vanidad: «¿Cuál de mis sermones le quitó sus dudas?». La respuesta
del nuevo convertido fue clara: «Oh, no fueron sus sermones los que me
decidieron. Lo que me hizo pensar fue una mujer pobre que salía del templo
al mismo tiempo que yo, y en los escalones tropezó e iba a caerse cuando
extendí mi mano para ayudarla. Me dio las gracias y, mirándome a la cara,
me preguntó: ‘Señor, ¿ama usted a nuestro bendito Salvador?’. Esta
pregunta me hizo reflexionar y ahora puedo decir que amo a Jesucristo».
A. Maclaren.
54
LEGADO
AGUAS VIVAS
El espíritu de consagración es el espíritu de oración.
Oración y consagración
E. M. Bounds
(1835-1913)
C
uando estudiamos los múltiples aspectos de la oración, quedamos sorprendidos del número de cosas
con las que ella se conecta. No hay
fase alguna de la vida humana que ella
no afecte, y tiene que ver con todo lo
relativo a la salvación humana. Oración y consagración están estrechamente relacionadas. La oración conduce a la consagración, y gobierna la
consagración. La oración precede a la
consagración, la acompaña, y es un
resultado directo de ella.
Mucho de lo que toma el nombre
de consagración no corresponde a una
consagración auténtica. Mucha consagración del día presente es defectuo-
sa, superficial y espuria, sin valor en
relación al oficio y fines de la consagración. Lamentablemente, la consagración popular es deficiente, porque
incluye poca o ninguna oración.
Ninguna consagración merece ser
considerada si no es el fruto directo
de mucha oración, o si falla en traernos a una vida de oración. La oración
es primordial en una vida consagrada.
La consagración es mucho más que
una así llamada ‘vida de servicio’. Primero, es una vida de santidad personal. Es lo que trae poder espiritual al
corazón y vivifica plenamente al hombre interior. Es una vida que siempre
reconoce a Dios, y una vida rendida a
la verdadera oración.
AGUAS VIVAS
LEGADO
La consagración plena es el nivel
más alto de vida cristiana. Es la única
norma divina de experiencia, de vida
y de servicio, y la única cosa a la que
el creyente debe aspirar. Nada menos
que una total consagración debe satisfacerlo. Nunca estará contento hasta ser completa, absoluta y voluntariamente del Señor. Su oración natural le
lleva a este acto.
La consagración es la dedicación
voluntaria de uno mismo a Dios, una
ofrenda hecha definitivamente y sin
ninguna restricción. Es dejar aparte
todo lo que nosotros somos, todo lo
que tenemos y todo lo que esperamos
tener o ser, para poner a Dios en primer lugar. No es tanto el darnos nosotros a la iglesia, o el mero compromiso con algún aspecto de la obra de la
iglesia. El Dios omnipotente está a la
vista y él es el fin de toda consagración.
Es una separación de uno mismo a
Dios, una dedicación de todo lo que
soy y tengo, para un uso santo. Algunas cosas pueden ser consagradas a un
propósito especial, pero no es esto la
consagración en su verdadero sentido. La consagración tiene una naturaleza santa. Está dedicada a fines santos. Es ponerse a sí mismo voluntariamente en las manos de Dios para ser
usado sagradamente, santamente, con
un propósito de santificación.
La consagración no es tanto el ponerse a sí mismo aparte de las cosas
pecaminosas y los malos propósitos,
sino más bien separarse de lo mundano, de lo secular, y aun de las cosas
legítimas, si ellas entran en conflicto
con los planes de Dios, para usos santos. Es la dedicación de todo lo que
55
Las personas pueden hacer muchas cosas excelentes y loables en la iglesia,
y ser extraños absolutos a
una vida de consagración.
nosotros tenemos a Dios para su propio uso específico. Es una separación
de las cosas cuestionables, o incluso
legítimas, cuando se presenta la opción entre las cosas de esta vida y las
demandas de Dios.
La consagración que cumple sus
demandas y que Dios acepta debe ser
total, completa, sin ninguna reserva.
No puede ser parcial, así como en los
tiempos del Antiguo Testamento un
holocausto no podía ser parcial. El
animal entero tenía que ser ofrecido
en sacrificio. Reservar cualquier parte de él habría invalidado la ofrenda.
Así que hacer una consagración a
medias, es no hacerla en absoluto, y
es fallar totalmente en asegurar la
aceptación divina. Involucra nuestro
ser entero, todo lo que tengo y todo lo
que soy. Todo es definitiva y voluntariamente puesto en las manos de Dios
para su uso supremo.
La falsa consagración
Hoy se habla mucho de consagración, y muchos de los llamados gente
consagrada no conocen el alfabeto de
ella. Mucha de la consagración moderna está muy por debajo de la norma escritural. No hay realmente consagración allí. Así como hay mucha
oración sin una realidad en sí misma,
hay mucha así llamada corriente de
56
LEGADO
consagración hoy en la iglesia que no
corresponde realmente a lo que dice
ser. Muchos pasos de consagración
en la iglesia que reciben la alabanza
y el aplauso de maestros superficiales y formales, pero que no son reales.
Hay mucha prisa por ir y venir,
aquí y allí, mucho alboroto y plumas,
mucho empeño en hacer múltiples
cosas, y aquellos que se ocupan en tales afanes son llamados hombres y
mujeres consagrados. El problema
central con toda esta falsa consagración es que no hay oración en ella, ni
es en ningún sentido el resultado directo de la oración. Las personas pueden hacer muchas cosas excelentes y
loables en la iglesia y ser extraños absolutos a una vida de consagración, así
como ellos pueden hacer muchas cosas sin recurrir a la oración.
Aquí está la verdadera prueba de
la consagración. Es una vida de oración. A menos que la oración sea preeminente, a menos que la oración sea
el frente, la consagración es defectuosa, engañosa, falsamente nombrada.
¿Ora él? Ésa es la prueba. Una pregunta para cada así llamado hombre
consagrado. ¿Es él un hombre de oración? Ninguna consagración merece
ser tenida en cuenta si está desprovis-
AGUAS VIVAS
ta de oración. Sí, más –si no es
preeminentemente y principalmente
una vida de oración.
Dos leyes en perfecta armonía
El espíritu de consagración es el
espíritu de oración. La ley de consagración es la ley de oración. Ambas
leyes trabajan en perfecta armonía sin
el más ligero tropiezo o discordia. La
consagración es la expresión práctica
de la verdadera oración. Las personas
consagradas son conocidas por sus
hábitos de oración. La consagración
se expresa así en oración. Quien no
está interesado en la oración no tiene
interés en la consagración.
La oración crea un interés en la
consagración, entonces la oración nos
trae a un estado del corazón donde la
consagración es un objeto de deleite,
trayendo alegría de corazón, satisfacción del alma, contentamiento del espíritu. El alma consagrada es el alma
más feliz. No hay desavenencia entre
él quien está totalmente entregado a
Dios y la voluntad de Dios. Hay armonía perfecta entre la voluntad de tal
hombre y Dios y su voluntad. Y ambas voluntades están en perfecto acuerdo, esto trae reposo del alma, ausencia de fricción, y la presencia de perfecta paz.
jjj
El recuerdo de Pedro
Refiere una leyenda que el apóstol Pedro le predicaba una vez a una
gran multitud. Su mensaje no lograba llegar a lo profundo del corazón de
sus oyentes, cuando de repente, oyó el canto de un gallo a la distancia.
Hizo una pausa, como si un recuerdo lejano volviera a su mente, y, al
momento, reanudó su predicación con más ardor, con más pasión, como
nunca antes había predicado.
AGUAS VIVAS
57
LEGADO
Cómo consagramos el tiempo, la recreación, los recursos, la
familia y los amigos.
L
a santidad cristiana es algo
de significación práctica y
de aplicación constante.
Está destinada a ser una
cosa visible, observable; no, ciertamente, en su esencia y principio, ni
totalmente en sus resultados, pues
muchos y los más vitales de ellos ocurrirán dentro del mundo del «hombre
interior», observados sólo por la conciencia y por el Señor, y, tal vez, por
seres espirituales invisibles. Pero, de
mil maneras, sin embargo, la santidad
cristiana aparecerá clara y visible a los
ojos humanos en la página abierta de
la vida diaria.
«No yo, mas Cristo» es un hecho
destinado a ser manifiesto. Está proyectado, calculado, para iluminar el
camino común del día a día de la persona cuya voluntad así lo permite. ¿No
dice usted que su «yo» y todos sus intereses y metas están ahora puestos a
los pies del Señor? ¿No dice usted que
literal y totalmente ya no se pertenece
a sí mismo, sino a él? Entonces, habiendo sido la fuente y el centro de su
vida transferido a la voluntad de Otro,
habrá una silenciosa y real revolución.
Las cosas, en un cierto sentido práctico, parecerán diferentes por causa de
ese cambio. La vida vivida para el
«yo» y la vida vivida para el Señor,
aunque puedan coincidir aquí y allá
Aspectos
prácticos
de una vida consagrada
Handley C. G. Moule
58
LEGADO
Por la gracia de Dios, usted puede vivir delante de
sus hijos de tal manera
que él llegue a ser la meta
y el todo para ellos.
en los detalles, no pueden, en su totalidad, parecerse.
Examinémonos, o mejor, aproximémonos como el salmista y digamos:
«Examíname, oh Dios, y guíame por
el camino eterno» (Sal. 139:23-24). Él
puede tanto examinarnos como guiarnos. Él puede mostrarnos el error, el
desvío, la inconsistencia, y él puede
«producir en nosotros el querer», el
abandonar a cualquier precio, sea lo
que fuere que en nuestra práctica niegue realmente la suprema confesión
de que somos de él.
El tiempo
¿Qué me dice usted, entonces, de
su tiempo? ¿Usted ha cantado de corazón: «Toma mis momentos y mis
días»? ¿Usted está observando esta
oración? ¿Usted realmente ocupa las
horas, las horas que vuelan, en los
asuntos del Señor, y no sólo en su propio deleite, con una finalidad aparte
de él? Él puede, sin duda, hacer que
los negocios de él y aquello que es del
agrado suyo coincidan. Pero puede no
hacerlo, y muy frecuentemente hará
que no coincidan; y él tiene el derecho, el pleno derecho, de no hacerlos
coincidir nunca. ¿Está usted esperando y aguardando Sus órdenes con respecto a qué hacer con este gran Talento del Tiempo, siempre disminuyen-
AGUAS VIVAS
do en cuanto a cantidad y siempre creciendo en resultados y responsabilidad
indestructible?
La recreación
¿Y con relación a su recreación?
¿Es su voluntad soberana simplemente, y sin vacilación, la ley para usted?
Aquí se encuentran problemas delicados, yo sé. Cuerpos y mentes, agotados y exhaustos en este nuestro estado
de humillación, frecuentemente necesitan de recreación. Y recuerde: el Señor puede compartir esa necesidad. Él
no se olvidó de descansar junto al pozo
de Sicar, en el cabezal de una barca, o
en medio de una familia en Betania.
¿Pero usted le ha consultado respecto
de todo esto, lealmente y en su calidad
de esclavo suyo? ¿Está dispuesto a cederle, con una sonrisa de entero consentimiento, su ocupación terrena más
querida, si él se la pide?
Puede que el no le pida que renuncie completamente a ella. Si por acaso
consiste en el uso de dádivas especiales de él para usted, muy probablemente
no le pedirá una renuncia completa,
aunque puede hacerlo. Pero si dice:
«Puede conservar o hacer eso», él pondrá una nueva impresión, una nueva
marca, sobre esas cosas en particular.
De una forma u otra, ellas serán
«marcadas con la cruz». Literatura,
música, otras formas de arte, capacidad de hablar, conversación fascinante, riqueza de afectos, riqueza de conocimiento, fuerza y destreza de manos y de constitución física, serán definitivamente y (más temprano o más
tarde) visiblemente transformadas en
«vasos para uso del Maestro». En estos asuntos, o en algunos de ellos, us-
AGUAS VIVAS
LEGADO
ted y yo un día presentamos «nuestros miembros al pecado como instrumentos» para placeres injustos (Rom.
6:13). Ahora nosotros los presentamos
en estas mismas cosas, de la misma
forma, «a Dios». Con relación a los
detalles, busque la voluntad de Dios
sobriamente, pero sin reservas, con los
ojos abiertos a la Biblia y a su campo
de trabajo, y él «te pastoreará siempre» (Is. 58:11).
Los recursos
¿Y con respecto a sus recursos?
Tiene que reconocer, sea que reciba
cinco mil por año, o cincuenta mil, o
sea que usted lamentablemente gane
un pequeño salario semanal, que todo
le pertenece a Él, según el principio
divino de la esclavitud. Su contabilidad debe ser expuesta a Su inspección.
Sus gastos ocasionales necesitan ser
hechos como si estuviese en Su presencia. Usted necesita ser al mismo
tiempo económico y generoso, porque
es la persona de Su confianza y Su
agente. Usted mismo debe ser un
‘mentís’ a la censura contra la Iglesia
de Cristo de que alguien puede convertirse y aun así dejar su bolsillo sin
convertir.
¿Él le ha dado a usted no sólo dinero, sino riquezas de otro tipo, riquezas de tiempo libre, jardines y campos, y las agradables dependencias de
una bella casa? ¿Se puede decir que el
uso que usted hace de todo eso es precisamente el mismo que el que hace
su vecino rico, que honestamente admite buscar su propio placer y hacer
de esta vida su meta? ¡Ah! ¿No es eso
lo que sucede frecuentemente? Pero,
¿debe eso suceder ahora, cuando us-
59
ted tan profundamente se ve como esclavo de Jesucristo, a quien fueron
confiados Sus bienes? No, usted descubrirá maravillosas maneras de utilizarlos para su amado Maestro.
La familia
¿Y con referencia a su familia?
¿Usted también reconoce que ellos
pertenecen a su Maestro? Por la ley
hebrea de la esclavitud ellos le pertenecerían; y ellos Le pertenecen por la
ley de Cristo. ¿Su primera preocupación, su primera oración y esfuerzo en
relación a sus hijos es que ellos vivan
para Dios y puedan ser de utilidad para
él? Verdaderamente, usted no puede
abusar de su autoridad, forzando la
voluntad de ellos, ni concederles gracia. Pero usted puede presentarlos sin
reservas y diariamente a Aquel que tiene ese poder. Y, por la gracia de Dios,
usted puede vivir delante de sus hijos
de tal manera que él llegue a ser la
meta y el todo para ellos. Puede también dirigir de tal forma su educación
para que su primera preocupación sea
el establecimiento de su fe y su preparación para el servicio de Dios. ¿Es
realmente esa su escuela para sus hijos? ¿Preferiría usted mucho más verlos pobres y sin recibir una educación
completa, pero conociendo y sirviendo a Cristo, que verlos admirablemente colocados, espléndidamente educados, y perfectamente respetados, sin
decidirse, sin embargo, por él?
Los amigos
¿Y qué decir de sus amigos? Pocas preguntas involucran mayor dificultad en la respuesta cuando alguien
intenta ‘a priori’ entrar en detalles.
60
LEGADO
Pero, entonces, en un sentido verdadero, usted no necesita hacerlo. Dé el
paso inicial de entero reconocimiento
de la posesión del Señor sobre usted,
en cualquier lugar y en cualquier cosa,
y los caminos tortuosos se enderezarán más y más. ¿Usted está haciendo
esto? ¿Reconoce perfectamente que
sus amistades son cosas a ser formadas y mantenidas bajo la mirada de su
Maestro, y por su esclavo que es también su amigo? ¿Usted desea realmente consultar a su Amigo más cercano
todos los problemas? La simplicidad
de la voluntad en este asunto resolverá gran parte de la complejidad de las
circunstancias. Usted seguramente
verá, con un tacto santo, cómo y cuándo estar «en el mundo», en un sentido
social, a pesar de «no ser de él», y
cómo y cuándo con calma y decisión
apartarse, retirarse, rehusar; cómo estar en silencio, cómo hablar, cómo
siempre dar testimonio de su Señor en
el tono y en el humor de la conversación común.
Nuestra posición, nuestro secreto,
AGUAS VIVAS
como Sus esclavos, Sus herramientas,
Sus amigos, Sus miembros, debemos
extenderlo a todas las cosas, en los
detalles de todo lo que es moderno en
nuestro mundo, como también en las
horas en que nos recogemos al gran
pasado y al futuro eterno. «Para el
Señor» – éste debe y precisa ser nuestro lema. Él gobernará la práctica de
nuestro vestir, en nuestra mesa, en los
libros que leemos, en las vacaciones
que tomamos, en los móviles con que
compramos. Y, ¡oh! ¡cómo él gobernará los pensamientos que pensamos,
el temperamento que manifestamos,
las palabras que hablamos!
Esa práctica se introducirá en la
textura de nuestra vida. Lo espiritual,
por una santa ley, invadirá más y más
la vida práctica. Para nosotros, «el vivir será Cristo». Él se tornará para
nosotros en todas las experiencias del
ser y del hacer humanos, la santificación. (Fil. 1:21; 1 Co. 1:30).
***
Del libro «Thoughts on Christian Sanctity»
Trad. del portugués de «À Maturidade».
jjj
Un telegrama de los cielos
Un comerciante cristiano estaba contribuyendo para una obra cristiana.
Él llenó alegremente un cheque de 250 dólares y lo dio al obrero cristiano
que lo visitaba. En aquel preciso momento, le entregaron un telegrama. El
comerciante leyó el mensaje y pareció quedar preocupado. «Este telegrama», le dijo al obrero, «me dice que uno de mis navíos naufragó y la carga
se perdió. Esto hace una diferencia en mis negocios. Tengo que hacer otro
cheque para usted». El visitante entendió y le devolvió el cheque de 250
dólares. El comerciante preparó entonces un nuevo cheque y se lo dio. Al
leerlo, éste quedó perplejo. Era de mil dólares. «¿No cometió usted un error?»,
preguntó el visitante. «No», dijo el comerciante, «yo no cometí un error».
Entonces, con los ojos llenos de lágrimas, agregó: «Aquel telegrama fue un
mensaje de mi Padre celestial. En él decía: No os hagáis tesoros en la tierra».
«À Maturidade»
AGUAS VIVAS
EL CIERVO
JOYAS DE INSPIRACION
61
MATUTINO
El título del Salmo 22 es «Ajelet
Sahar»: el ciervo matutino. Todo el
Salmo se refiere a Cristo, y contiene
muchas cosas que no pueden ser
aplicadas a otro: el partimiento de
sus vestidos, el echar suertes sobre
ellos, etc.
Cristo es descrito como un ciervo hermoso, tierno, manso, asustado por los cazadores en el alba del
día. Herodes empezó cazándole tan
pronto como apareció. La pobreza,
el aborrecimiento de los hombres y
la tentación de Satanás se añadieron al acoso. Siempre hubo algún
«perro» o «toro» o «león» dispuesto
a atacarle. Después de su primer sermón, los cazadores se juntaron a su
alrededor, pero él fue más ligero y
escapó.
Cristo halló el Calvario, que era una colina peñascosa, rasgada y terrible, «una montaña de división». De ahí fue acosado por los cazadores hacia el borde de los espantosos precipicios de inminente destrucción, en
tanto que le rodeaban y le azuzaban las bestias de presa y los monstruos
de la selva infernal. Los «toros de Basán» le hirieron con sus cuernos; el
gran «león» rugió, y el «perro» hincó sobre él sus dientes.
Pero él se libró de ellos. A su tiempo inclinó la cabeza y entregó su
espíritu. Fue enterrado en una tumba y sus atacantes consideraron que su
victoria era completa. Pero no habían considerado que era un «ciervo matutino». Sin duda alguna, a su debido tiempo escapó de la red del cazador
y puso sus plantas sobre los montes de Israel, vivo, para no morir más.
Ahora está con María Magdalena en el jardín, dando evidencia de su
propia resurrección; en un momento se halla camino a Emaús, animando
a los discípulos, desconcertados y tímidos. No le cuesta nada ir desde allí a
Galilea, a sus amigos, y de nuevo al monte de los Olivos, «a los montes de
las especias», llevando consigo el alba matutina, vestida de vida y hermosura para siempre.
Christmas Evans
(1766-1838)
62
ESPIGANDO EN LA HISTORIA DE LA IGLESIA
AGUAS VIVAS
G. Campbell Morgan demostró que Dios puede levantar a un
gran maestro de la Biblia de un hombre sin un entrenamiento
teológico formal.
El hombre de la
Palabra
E
l inicio del siglo XIX produjo una gran riqueza de
maestros de la Biblia que
significó un nuevo giro en
la recuperación del testimonio del Señor en la tierra. Entre ellos debe mencionarse a John Nelson Darby, William
Kelly, George Muller, D. L. Moody,
Hudson Taylor, Andrew Murray, y A.
B. Simpson. Luego, en el siglo XX,
se agregaron otros tan notables como
aquéllos: D. M. Panton, Jessie Penn
Lewis, G. H. Lang, Evan Roberts, A.
W. Tozer, Cyrus Scofield, T. Austin
Sparks y Watchman Nee, que trajeron
la obra del Señor a un nivel más alto.
Es en este contexto que George
Campbell Morgan tiene su lugar en la
historia de la iglesia.
Semblanza
George Campbell Morgan nació el
9 de diciembre de 1863, en una granja
de Tetbury, Gloucestershire, Inglaterra. Fue hijo de un piadoso ministro
bautista de tradición puritana. Su casa
trasuntaba verdadera piedad.
Morgan fue un niño enfermizo, incapaz de asistir a la escuela, por lo que
tuvo que ser enseñado en casa. El resultado fue una sólida inclinación por
el estudio que llevó durante toda su
vida. Recluido en casa por largos períodos, solía entretenerse predicando
a las muñecas de sus hermanas.
Cuando Morgan tenía 10 años de
edad, el evangelista norteamericano D.
AGUAS VIVAS
ESPIGANDO EN LA HISTORIA DE LA IGLESIA
L. Moody fue por primera vez a Inglaterra, y el efecto de su ministerio,
más la dedicación de sus padres, dejó
tal impresión en la vida del joven
Morgan, que a los 13 años predicó su
primer sermón. Dos años después, él
ya predicaba regularmente en capillas
rurales los domingos y festivos.
Sin embargo, a los 19 años, su
mente se entrampó en las teorías del
materialismo. Estudió filosofía, y
mientras más leía, más preocupado se
tornaba. Dejó su Biblia cerrada durante dos años en lo que él llamó el «eclipse» de su fe. Cuando llegó a los 21
años, estaba lleno de dudas. Entonces
guardó con llave sus libros filosóficos
en un armario, se compró una nueva
Biblia y la leyó de principio a fin. Recordando esos años caóticos, Morgan
escribió después: «La única esperanza para mí fue la Biblia... Dejé de leer
libros sobre la Biblia y empecé a leer
la Biblia misma. Allí vi la luz y fui
devuelto al camino». Durante los siete años siguientes, él leyó sólo la Biblia, en total, más de 50 veces.
Entre 1883 y 1886, él enseñó en
una escuela judía en Birmingham, de
cuyo director, un rabino, aprendió a
valorar la herencia de Israel.
Morgan trabajó con D. L. Moody
y Sankey en su recorrido evangelístico
por Gran Bretaña en 1883. En 1886, a
los 23 años, dejó su profesión de maestro, y se consagró a tiempo completo
al ministerio de la Palabra. Pronto su
reputación como predicador y expositor de la Biblia abarcó Inglaterra y
se extendió a los Estados Unidos. Fue
ordenado como ministro congregacional en 1890, habiendo sido rechazado dos años antes por el Ejército de
63
Salvación y por los metodistas
wesleyanos, en su sermón de prueba.
¡Esta parece ser la suerte de muchos
hombres de Dios, ser reprobados por
los hombres, para ser vindicados después por Dios mismo!
En 1896, D. L. Moody lo invitó a
dar una conferencia a los estudiantes
del Instituto Bíblico Moody, en Estados Unidos. Ésta fue la primera de sus
54 travesías por el Atlántico para
ministrar la Palabra. Tras la muerte de
Moody en 1899, Morgan asumió el
cargo de director de la Conferencia
Bíblica de Northfield, que aquél había dirigido por muchos años. Los
miles de convertidos por el ministerio
de Moody necesitaban un maestro de
la Biblia para fortalecer y profundizar
su fe. Campbell Morgan llegó a ser ese
maestro.
El método de Morgan era orar, a
menudo brevemente, y luego estudiar
la Escritura misma –tomándola en su
pleno contexto– antes de iniciar los comentarios. Él nunca usó la pluma para
hacer ninguna anotación sobre alguno de los libros de la Biblia antes de
leerlo por lo menos 50 veces. Esto
daba a su trabajo una extraordinaria
frescura e inspiración. Él rara vez citaba a otros maestros de la Biblia, ni
dependía de la luz que otros recibieron. Sus exposiciones bíblicas aun hoy
resultan tan motivadoras e inspiradoras, que uno no puede sino maravillarse de la luz que Morgan recibió
de la Palabra.
En 1904, Campbell Morgan asumió la dirección de la congregación
de la famosa Capilla de Westminster,
conocida como «el bastión del no-conformismo» en Londres. La congrega-
64
ESPIGANDO EN LA HISTORIA DE LA IGLESIA
ción estaba de capa caída por ese tiempo, y añoraba los viejos y dorados
tiempos de Samuel Martin, quien la
había pastoreado entre los años 1842
y 1878. El profundo conocimiento bíblico, y la presencia imponente de
Campbell Morgan, además de su correctísima dicción, le hicieron muy
pronto conocido. La Capilla de
Westminster revivió. Pronto instituyó
una escuela bíblica nocturna los viernes, que más tarde llegó a ser la Escuela de Teología de la Capilla de
Westminster.
Poco después, Morgan estableció
la Conferencia Bíblica Mundesley, una
versión inglesa de la Northfield de
Moody, que reunía anualmente a eminentes ministros y obreros cristianos
de varias corrientes denominacionales
y países. Mundesley llegó a ser una
parte vital de la Capilla de Westminster.
Tras un largo pastorado, se retiró
en 1916, debido a una debilitadora enfermedad, convirtiéndose luego en un
predicador itinerante. En 1919 y 1932
realizó amplias giras evangelísticas y
de predicación en Estados Unidos.
Muchos miles de personas le oyeron
predicar en casi cada estado y en Canadá. Durante un año (1927-1928) sirvió en la facultad del Instituto Bíblico
de Los Angeles, y durante un año
(1930-1931) fue un expositor de la Biblia en la Universidad de Gordon de
Teología y Misiones en Boston. Entre
1929 y 1932 fue pastor de la Iglesia
del Tabernáculo Presbiteriano en
Filadelfia, Pennsylvania.
El atractivo de Morgan era asombroso. A menudo cuando él hablaba,
las muchedumbres eran tan grandes
AGUAS VIVAS
que era necesario el control policial.
F. B. Meyer cuenta que cierta vez
él compartió el púlpito con Campbell
Morgan en la Conferencia de
Northfield, y que la gente llegaba en
tropel a escuchar las brillantes exposiciones de éste sobre las Escrituras.
Meyer confesaría después que al principio tuvo envidia, pero luego encontró un maravilloso remedio: «La única manera por la cual yo pude conquistar mis emociones fue orando por
Morgan cada día».
Más tarde, en 1933, Morgan habría de reasumir el pastorado de
Westminster hasta el año 1943. Su vida
terrenal de testimonio y servicio concluyó en mayo de 1945.
Un rico legado para la Iglesia
Campbell Morgan fue, durante
toda su vida, fiel a su vocación: «Sólo
hay una cosa que quiero hacer y no
puedo evitarlo: predicar», solía decir.
Expositivo en sus sermones, siempre
se ciñó al texto bíblico y a él apeló en
primera y última instancia.
Fue, además, un prolífico pero
profundo de libros, folletos, tratados
y artículos. Entre sus libros publicados en inglés se destacan: «Las Parábolas del Reino», los once volúmenes del «Púlpito de Westminster»,
«La Biblia analizada», en diez volúmenes, y «Una Exposición Completa
de la Biblia».
En español se han publicado:
«Principios básicos de la vida cristiana», «Profetas menores», «El
discipulado cristiano», «Las enseñanzas de Cristo», «El Espíritu de Dios»,
«Evangelismo»; «El ministerio de la
predicación», «Pedro y la Iglesia», «La
AGUAS VIVAS
ESPIGANDO EN LA HISTORIA DE LA IGLESIA
perfecta voluntad de Dios», «El plan
de Dios para las edades», «Principios
básicos de la vida cristiana», «Los
triunfos de la fe», y «El último mensaje de Dios al hombre», por la editorial CLIE, de España; y «Las cartas
de nuestro Señor», «Jesús responde a
Job», «El corazón de Dios: Oseas»,
«Grandes capítulos de la Biblia» (dos
volúmenes), «¡Me han defraudado!:
Malaquías», «Las Crisis de Cristo»
(dos volúmenes), por la Editorial
Hebrón, de Argentina.
Aunque no pueda atribuirse a G.
Campbell Morgan la apertura de grandes verdades bíblicas, como hicieron
otros grandes siervos de Dios, él expuso la Biblia con luz fresca y con una
expresión muy peculiar.
65
Gracias a su inspiradora y vigorosa predicación, Morgan atrajo a miles
a amar la Biblia a través de sus mensajes, y sus libros de reflexiones bíblicas son populares entre los buscadores
del Señor aún en nuestros días. Los
escritos de Campbell Morgan tienen
una profunda visión, son únicos e incomparables en expresividad. El Señor Jesús le dio una revelación especial para traer al pueblo de Dios a la
comunión con Él, siendo nutrido e iluminado a través de un conocimiento
espiritual de la Biblia.
¡Que Dios levante, en el tiempo
que resta, muchos Morgan, para que
la Iglesia sea purificada «en el lavamiento del agua por la Palabra»
(Efesios 5:26)!
jjj
El amor incondicional de Dios
Doy gracias a Dios porque el amor de Jesucristo fue por mí, viéndome
como era, un pecador. Mi novia me amaba en mi mejor presentación. Cuando
iba a verla, vestía mis mejores ropas y exhibía mi mejor disposición. Nunca
me enojé mientras la cortejaba. Nunca di expresión al amor pecaminoso.
Aparecía ante ella lo mejor que yo era y en esas condiciones me amó. Pero
doy gracias a Dios de que Jesucristo me amó en mi peor condición. Él me
vio sin ningún disfraz, sin ningún afeite y sin ningún encubrimiento. Él ve
las almas de los hombres en su peor estado, y a despecho de nuestros
pecados, su amor va hasta las profundidades de la corrupción, halla nuestras
almas y nos ama.
L. R. Scarborough, en Sermones selectos
Al encontrarte con grupo tras grupo de los que no conocen nada de
Aquel que es el Camino, ves la mirada anhelante, hambrienta, especialmente
en los rostros de los mayores, a medida que escuchan la historia de Jesús
y su amor, y no puedes sino sentir que tú, como individuo, has dejado de
existir. Estás siendo llevada adelante por lo que al mundo le parece una
obsesión, pero a nosotros nos parece más bien que somos llevados, casi
contra nuestra voluntad, por la gran ola del deseo de Dios de buscar y
salvar lo que se había perdido.
Sofía Muller, misionera norteamericana en las tribus de Sudamérica,
en Más allá de la civilización
66
ESPIGANDO EN LA HISTORIA DE LA IGLESIA
AGUAS VIVAS
¿Cómo evitar que se pierda el sentido de gloria en el ejercicio
de la predicación?
El ejercicio del
ministerio
de la Palabra
G. Campbell Morgan
E
l día en que el hombre se
halla en el umbral de su
obra real en el ministerio de
la Palabra, listo, «ceñidos
los lomos» en la expresión bíblica, es
un día lleno de maravillas místicas. Por
su mente pasan luces y sombras extrañas de gozo y de temor, de esperanza y casi de desespero. Las oportunidades en el servicio se ven como tan
vastas, tan llenas de solemnidad, que
se apodera de él un sentimiento de incapacidad y de indignidad propia.
Siente en su alma lo que el apóstol
sentía cuando preguntó: «Para estas
cosas ¿quién es suficiente?». Sin em-
bargo, es consciente una vez más del
hecho de que su llamado es de Dios, y
que los recursos divinos están siempre a disposición de aquellos que son
llamados al servicio divino; y así, junto al sentido de dependencia hay un
sentimiento de confianza. Estas emociones aparentemente conflictivas llenan su alma de un gran temor y reverencia.
Quizá el desastre más común en la
vida de servicio es el de perder este
mismo sentido de temor reverente. La
gloria pasa, la luz se nubla, el asombro cesa, la obra se vuelve rutina y el
predicar una molestia. ¿Cómo es po-
AGUAS VIVAS
ESPIGANDO EN LA HISTORIA DE LA IGLESIA
sible evitar que esto ocurra y que la
primera gloria se mantenga resplandeciente? Esta es realmente una pregunta importante, que exige consideración seria.
Me propongo tratar de ella en
cuanto me sea posible, estrictamente
desde el lado positivo. Hay cuatro
asuntos que me parecen de capital
importancia en el ejercicio de la vocación del ministerio de la Palabra. Son,
primero, el cultivo de la oración en la
vida espiritual; segundo, el estudio
persistente de la Palabra; tercero, la
práctica de la predicación intencional,
y finalmente el pastoreo paciente del
rebaño.
El cultivo de la vida espiritual
El punto de primera importancia
es el del cultivo de la vida espiritual,
o, para ponerlo de otra manera, el
mantener la vida en el Espíritu. El
ministro de la Palabra tiene que recordar que éste es un acto o misión que
se refiere a cosas espirituales. Esto no
significa que ha de separar la verdad
del ser, de las cosas mentales y materiales, como si fueran abstracciones en
algún sentido y no tuvieran relación
viva con estos asuntos. Pero es de absoluta necesidad, a fin de ejercer su
verdadera función, que recuerde que
no es llamado y equipado con el don
celestial para tratar de lo mental y material aparte de lo espiritual. Su negocio está en el reino del pensamiento,
para aplicarlo a la luz de la sabiduría
eterna; y su responsabilidad en el reino de la acción es buscar el modo de
inspirarla con principios y pasión espiritual. La obra del predicador cristiano es la de aplicar a las palabras,
67
opiniones y enseñanzas humanas la
guía y luz de la Palabra del Dios vivo.
La obra del predicador cristiano es la
de relacionar toda acción humana, en
cualquier reino, al propósito y empresa divina, a fin de que pueda ser verdadera, fuerte y duradera.
Se sigue que un hombre llamado a
ser el instrumento de tal servicio debe
vivir, él mismo, en la atmósfera espiritual. Esto significa que debe practicar la presencia de Dios. Esto es mucho más que aceptar la teoría de la inmanencia divina. Es un relacionar de
modo persistente y perpetuo todo pensamiento y acción personal a esta presencia. Esto requiere, ante todo, el ejercicio de las facultades espirituales.
Hay que inquirir de Dios cuál es
su camino y su voluntad, con respecto a todo, lo grande y lo pequeño; lo
pequeño con la misma fervorosa sinceridad que lo grande. La prisa que
no puede esperar en el Señor ha de ser
desechada. Si no queda tiempo para
buscar al Señor, no hay tiempo para
hacer nada más. Los actos que empiezan sin haber descubierto la voluntad
divina, son muertos, y el obrar así es
mortal. Todo esto, a su vez, implica la
necesidad de responder a las exigencias que resultan de estas preguntas y
este esperar. Tiene que haber el ceder,
que es la renovación de la mente; el
consentimiento del corazón, que es la
dedicación del afecto; la obediencia
implícita, que es el renunciar de la
voluntad. Esta vida, vivida activamente en el mundo espiritual debe ser resuelta y continua. Nadie puede cumplir su ministerio en las cosas espirituales a menos que él mismo viva en
correcta relación con las cosas espiri-
68
ESPIGANDO EN LA HISTORIA DE LA IGLESIA
tuales. Cuando la Palabra deja de ser
luz, fuego, gozo para el hombre en su
propia vida, escudriñándole, activándole, corroborándole, su predicación
se vuelve rutina y molestia para su
propia alma, y es totalmente inefectiva
en las vidas de otros.
El estudio persistente de la Palabra
El segundo punto de importancia
es el estudio persistente de la Palabra
por parte del ministro. Esto parece tan
evidente que no hay necesidad de hacer hincapié en ello, pero me temo que
éste es un punto en el que muchos han
fallado tristemente. En los años de preparación esto se ha hecho por la necesidad inevitable, y todo lo que se ha
hecho es de inmenso valor. Realmente, el verdadero valor de la obra académica de estos años empezará ahora
a ser conocido. No obstante, todo esto
ha sido sólo preparatorio. Con esto no
quiero decir preparatorio para predicar meramente, aunque esto es verdad.
Quiero decir preparatorio para el estudio particular de la Palabra que hay
que emprender cuando se empieza la
obra definida del ministerio. El ministro debe ahora dirigirse a la Palabra
como acompañamiento de su obra, y
ha de hacer su obra en compañía de la
Palabra. Esto es decir que ahora no va
a la Biblia para descubrir su enseñanza en el sentido abstracto meramente.
Toda predicación tiene un
objetivo: la captura de la
ciudadela del alma del
hombre, la voluntad.
AGUAS VIVAS
Va a ella agobiado por las cargas, los
problemas, sí, las agonías de los hombres; a fin de hallar la luz sobre estas
cosas, de modo que su ministerio pueda ser un servicio de dirección, de curación, de ayuda. El sentarse en feliz
apartamiento, separado de los hombres y los asuntos, a fin de conocer las
Escrituras es una cosa placentera y que
produce deleite. Pero el buscar la soledad es otra cosa cuando uno lleva
consigo los pecados y aflicciones de
las almas, a fin de hallar la salvación
y consolación divinas. Dichoso es el
hombre que ha tenido una sólida preparación en el primer método. Esto
será para él de inestimable valor ahora. Pero no puede depender totalmente de ello. Tiene que volver a un estudio diligente y devoto aún más intenso. Usando nuestra gran frase «la Palabra de Dios», como referida a las
Escrituras, declaro que sus tonos más
profundos no se oyen nunca, ni tampoco se conocen maravillosas revelaciones hasta que la necesidad humana
apela a ella. El ministerio de la Palabra debe hacer esta llamada a favor de
otros, aquellos a quienes es llamado a
servir en el ministerio.
¿Quién que haya estado en la obra
durante años no conoce las agonías y
el triunfo de esta experiencia? Es algo
tremendo y glorioso el ser portador del
pecado, la vergüenza, los sufrimientos de las almas humanas; el llevar
estas cosas a la luz de la revelación
divina; el escuchar su mensaje de poder, de esperanza, de consuelo; y luego ministrar a aquellos que están en
necesidad. El hombre que no continúa
de esta forma estudiando la Palabra va
a fallar en el ejercicio de su ministe-
AGUAS VIVAS
ESPIGANDO EN LA HISTORIA DE LA IGLESIA
rio, por más talento que pueda tener
en otros sentidos.
Aquí hay, pues, un peligro con el
que se enfrenta el hombre que deja sus
estudios formales y empieza su obra.
Tenemos tendencia a pensar que en los
días de preparación ya hemos hecho
la obra, y que conocemos la Biblia.
Somos tentados a volver a las opiniones humanas, a enamorarnos de lo que
llamamos «pensamiento actual», algo
ilusorio, efímero, anémico. Vigilemos
caer en la tentación desde el comienzo y continuamente. En el relativamente pequeño espacio de nuestras
Biblias hallaremos todo lo que el alma
humana necesita. Aunque podemos
recibir mucha ayuda de otra literatura
como ilustraciones e interpretación, no
olvidemos nunca que todos los otros
escritos, en comparación con la Biblia
«son sólo luces fragmentadas junto a
ti». Por tanto, estudiemos diligentemente la Palabra.
La práctica de la predicación intencional
El tercer punto de importancia es
el de la predicación intencional. Toda
predicación –sea apostólica, profética,
evangelística o pastoral– tiene un objetivo: la captura de la ciudadela del
alma del hombre, la voluntad. El intelecto y las emociones son las avenidas para llegar a ella, y hay que usar
las dos. Tenemos que recordar siempre que nunca realizamos el verdadero objeto de la predicación hasta que
llegamos a la voluntad y la constreñimos hacia las decisiones que están en
armonía con la verdad que proclamamos. Digo «constreñimos» hacia estas decisiones, en vez de «obligamos»
69
a ellas, porque esto último no lo podemos hacer nunca. Lo primero sí podemos, y es nuestro deber hacerlo, pero
como un medio hacia un fin, no como
un fin. La última palabra del predicador ha de ser de este tipo: «Si conocéis estas cosas, bienaventurados seréis si las hiciereis». Es a fin de que se
pueda hacer la voluntad de Dios que
hay que darla a conocer. El tocar e
impulsar las emociones está bien del
todo, pero ha de ser también un medio hacia un fin, más bien que un fin.
La última palabra del predicador en
este sentido ha de ser siempre la del
Señor: «Si me amáis, guardad mis
mandamientos». El hombre que instruido en las cosas de Dios e inspirado por el amor de Dios, puede asaltar
la ciudadela de la voluntad humana,
por las avenidas de la inteligencia y la
emoción, y capturarla para su Señor y
constreñir a la obediencia a su Palabra, este hombre es bienaventurado.
El ministro de la Palabra tiene dos
preguntas que ha de irse haciendo
constantemente con respecto a su predicación: primero, ¿a qué necesidad
me dirijo? Segundo, ¿cuál es el mensaje que he de entregar? La respuesta
a la primera la conocemos en lo fundamental y esencial. Este ministro habla siempre a las cosas más profundas
en la vida humana, las cosas del espíritu, las cosas que son de importancia
permanente, y que tocan e influyen
finalmente todas las cosas secundarias.
Pero estas cosas tienen casi una variedad infinita de expresión incidental; y
el hombre que quiere predicar la Palabra con poder a sus prójimos tiene
que vivir entre ellos; tiene que conocer el espíritu humano tan bien como
70
ESPIGANDO EN LA HISTORIA DE LA IGLESIA
la Palabra de Dios. Su obligación es
conocer a aquellos a quienes se dirige.
Sabiendo esto ha de buscar su
mensaje. Aquí, de nuevo, en general,
nunca está sin datos. Aquello por lo
que el hombre vive, en el sentido profundo de su vida, es la Palabra de Dios.
Pero esta aplicación incidental tiene
que ser tan variada como es la expresión incidental, y el que quiere predicar la Palabra con poder tiene que vivir con la Palabra, tiene que conocer
la Palabra de Dios como el espíritu
humano. Su obligación es conocer el
remedio para la necesidad a que se
dirige.
Aparte de estas dos, no hay preguntas realmente importantes. El predicador no ha de preguntar si van a
escucharle, o si van a aceptarle; aunque la pasión de su alma ha de ser el
persuadirlos a obedecer. Nunca vacilará antes de entregar el mensaje pensando en si será recibido con agrado o
más bien perturbará. Ninguna de estas cosas es imperiosa, y esto debe recordarlo el predicador. Para algunos
siempre hay la tentación de pensar que
lo desagradable es lo verdadero y lo
poderoso. Otros se sienten tentados a
imaginarse que lo sosegado y apacible es lo único de valor. Las dos ideas
son igualmente falsas. La Palabra de
Dios a veces va a sacudir hasta los cimientos y perturbar el espíritu hasta
las entrañas; en tanto que a otros les
llegará como paz y sosiego, cambiando toda su tempestad en calma. Los
efectos pasajeros de la Palabra no
cuentan. La victoria final se halla en
la santificación del hombre o de la
mujer a la voluntad de Dios.
AGUAS VIVAS
El predicador, por tanto, siempre
tiene dos deberes supremos al predicar, más allá de la proclamación del
mensaje: la aplicación y la apelación.
La Palabra declarada ha de ser aplicada a la necesidad tal como es conocida. Esto debe ser hecho con conocimiento y discreción, pero tiene que ser
hecho, o la predicación va a fallar en
realizar su intención y propósitos más
altos. Además, ha de apelar a la voluntad, llamándola para que se rinda
en el nombre del Señor. Esta apelación ha de ser hecha con convicción
así como con pasión. La pasión caracterizada por lo irreal no sirve; es peor
que la convicción sin pasión. El fuego
pintado no quema. Pero la convicción
sin pasión con frecuencia no alcanza
su objetivo. El fuego que no se enciende no arde nunca.
El pastoreo paciente del rebaño
La materia final en el ejercicio de
la vocación es el pastorear pacientemente a aquellos que han sido congregados en el rebaño como resultado
de la predicación. Ha de haber un permanente alimentar el rebaño por medio de la predicación sistemática de la
Palabra. La obra del pastor a este respecto no se hace de modo completo
predicando de textos aislados. Ni qué
decirse tiene que no se hace en modo
alguno predicando sobre tópicos, a
menos que sean tratados a la luz de la
Palabra. La tarea del pastor y maestro
es guiar al pueblo bajo su cuidado y
en el estudio inteligente de las Sagradas Escrituras. Cada iglesia debería ser
una escuela bíblica, y su ministro debería supervisar toda la enseñanza bíblica, desde el departamento elemen-
AGUAS VIVAS
ESPIGANDO EN LA HISTORIA DE LA IGLESIA
tal de la escuela dominical, hasta los
miembros más antiguos de la iglesia.
Tiene que delegar a otros gran parte
del trabajo de detalle, pero no debe
haber nada fuera de su conocimiento
y dirección. Su deber es alimentar a
los corderos y a las ovejas.
La Palabra crecerá en fuerza y hermosura
Para realizar este ideal del ejercicio de la vocación del Ministerio de la
Palabra, el ministro no va a ahorrar
tiempo alguno. Sin embargo, su trabajo requerirá intervalos de recreo, en
los cuales escapará enteramente del
trabajo particular de su sagrado oficio, y se dedicará a la recuperación física. Estos intervalos deben ser marcados como sagrados, y no debe ha-
71
ber presión del trabajo que interfiera
con ellos. El decir esto es tener que
añadir: «Señor, ten misericordia de
nosotros, ofensores miserables, e inclina nuestros corazones a guardar tu
ley aun en este ejercicio físico».
Pero este concepto como la meta
del esfuerzo va a preservar al ministro
de todo sentimiento de decaer su interés. Casi le será una carga que sus
oportunidades sean tan vastas, nunca
que sean demasiado limitadas. A medida que pasen los años, la Palabra a
la cual se entrega para poder entregarla a otros, va a crecer en fuerza y hermosura, y el gozo de proclamarla será
su fuerza así como su deber.
***
Extractado de
El Ministerio de la Predicación
jjj
Amor consagrado
Una mujer tenía una amiga de infancia a quien no veía hacía 18 años.
Un día caminaba por una calle de Nueva York, y en una ventana de un
segundo piso vio el rostro de su amiga. Su cabello se veía prematuramente
gris. Corrió a la puerta de la casa y pidió a la sirvienta que la llevara ante
ella. La sirvienta le dijo: «No está en casa». «Sí está, le dijo la mujer, la
acabo de ver en la ventana». La mujer dejó a la sirvienta en la puerta y
corrió escaleras arriba. Al verse, las amigas cayeron en brazos la una de la
otra. «¿Qué has hecho durante todos estos años?», le preguntó la visitante.
«Ven a la otra pieza y te lo mostraré», le respondió la amiga. En un salón
magníficamente decorado estaba sentado un niño con deficiencia mental,
de 17 años. La madre dijo: «Mi deber está aquí, con mi querido hijo». La
mujer le dice, en un momento de falta de tacto: «Pero ¿cómo puedes
soportar esto? No me sorprende verte prematuramente canosa». «Yo sabía
que no ibas a entender mi amor por mi dulce niño», dijo molesta la amiga.
«No es una carga ni una molestia el vivir para servir a mi hijo; y si algún
día, él diera solamente una señal de que me reconoce como su madre, me
sentiré pagada por los años de amor que le he consagrado».
Muchas veces nosotros somos como ese niño, a quien Dios espera por
alguna muestra de reconocimiento y gratitud. Entre tanto, él nos ama con
un amor aun más puro que el de una madre.
R. A Torrey, en Sermones selectos
72
DOS
BOCADILLOS DE LA MESA DEL REY
AGUAS VIVAS
NIÑOS
En los primeros dos capítulos del evangelio de Lucas se narran las sobrenaturales circunstancias en que nacieron dos niños.
Para quienes les conocieron en su pequeñez eran aparentemente sólo dos niños;
sin embargo, detrás de ellos estaba la expectación de miles de años, la atención de
innumerables profecías antiguas, y, aún más, la realización en el mundo
del propósito eterno de Dios.
Ellos eran parientes en cuanto a la carne, sin embargo eran muy diferentes en dignidad. Uno era un niño escogido; el otro era un Niño especial.
Sin embargo, en su nacimiento, el niño escogido estuvo rodeado de mayor
honra humana que el Niño especial. El inferior nació con mayor dignidad
que el mayor.
La madre del que era Mayor –tan joven– no tenía el rango de la anciana
madre del menor. (Ésta era descendiente de Aarón, la familia de los sacerdotes). Su padre según la carne era un rústico carpintero, no un respetado
sacerdote que podía ministrar en el templo. Su ciudad no era la metrópoli
–Jerusalén–, sino una aldea oscura de Galilea.
Fue la joven madre, luego que hubo concebido, quien corrió a encontrarse con la anciana en aquella ciudad de la montaña. La mayor fue a la
menor. Poco antes de nacer su Niño, ella tuvo que caminar muchos kilómetros para ir a su ciudad ancestral. Y aunque Belén era una aldea tan
querida, cuando su Niño nació, ninguna casa se abrió para ella.
Sin embargo, la dignidad que no encontraron esa joven doncella y su
Niño en la tierra se la concedió Dios desde los cielos. Fue sobre la joven
que descendió el Espíritu Santo para engendrar en ella al Niño, y no sobre
la anciana. Luego, fue a la llegada de aquélla a casa de la anciana que ésta
fue llena del Espíritu Santo, y su criatura saltó en su vientre. Más tarde, fue
la joven quien recibió a los pastores con su relato de ángeles, y quien
recibió a aquellos sabios de oriente con regalos para su Niño.
Por último, cuando el padre de aquel otro niño recobró el habla, fue de
Éste de quien habló primero, no de su hijo, reconociendo que el hijo menor era el mayor, no sólo mayor que su hijo, sino mayor que él mismo, y
mayor que todos los hombres, aunque todavía era un pequeño Niño.
AGUAS VIVAS
73
ESTUDIO BIBLICO
Claves para el estudio de la Palabra.
Principios
para el
Estudio Bíblico
A. T. Pierson
H
ay un principio en la escuela de los métodos adecuados en el estudio de la
Palabra que debe ser considerado desde el principio de este libro1.
La propia Biblia ofrece instrucciones básicas para su correcto estudio. Primeramente, debemos recordar que, siendo el
Libro de Dios, para una lectura verdaderamente provechosa, se necesita una mente iluminada por el mismo Espíritu que
inspiró el texto. Goethe dice que antes
que un lector reclame por la oscuridad
de un autor debería examinar si él mismo es «claro interiormente, pues de no
ser así, hasta los escritos claros, son
ilegibles». «Pero el hombre natural no
percibe las cosas que son del Espíritu de
Dios, porque para él son locura, y no las
puede entender, porque se han de discernir espiritualmente». Ninguna cantidad
de luz sobre las páginas compensará un
ojo ciego. «Así que, si la luz que en ti hay
es tinieblas, ¿cuántas no serán las mis1
«Keys to the Word», traducido al portugués
como «Chaves para o estudo da Palabra», por
Edicoes Tesouro Aberto, Brasil.
mas tinieblas?». La Biblia debería ser
abierta con oración. «Abre mis ojos, y
miraré las maravillas de tu ley»
Esto debe ser enfatizado desde el principio. Ningún hombre puede tener discernimiento espiritual en la Palabra de
Dios sin la influencia del Espíritu
iluminador. Los comentaristas más capaces han sido los más fieles. Bengel, autor de «The Gnomon», bañó sus estudios
en lágrimas y los santificó con oraciones. A no ser que sea enseñada por el
Espíritu Santo, la Biblia será un libro sellado incluso para una persona instruida.
Asumiendo eso, tres reglas muy claras se encuentran en la Palabra de Dios
para un estudioso provechoso: examine,
medite y compare.
Examine (Jn. 5:39)
Existen muchas formas de lectura
descuidada y desatenta. Coleridge clasificó a los lectores en cuatro clases. «La
primera clase fue comparada a un reloj
de arena, siendo su lectura como la arena que atraviesa de un lado para otro y
no deja ningún vestigio tras sí. La segunda clase se asemeja a una esponja que
74
ESTUDIO BIBLICO
empapa todas las cosas y las devuelve
prácticamente de la misma manera. La
tercera clase es como un colador, que deja
pasar todo lo que es puro y retiene sólo
el desperdicio y los sedimentos. La cuarta clase es como el esclavo de Golconda,
que deja de lado todo lo que es sin valor,
conservando sólo las piedras preciosas».
O tal vez debiésemos comparar la cuarta
clase con una batea de minero usada para
retener el metal puro mientras la escoria
es rechazada.
La única lectura provechosa de la
palabra de Dios es una lectura minuciosa. La palabra traducida como «escudriñad» en el quinto capítulo del Evangelio
de Juan es enfática e intensa: ella significa literalmente «mirar cuidadosamente»,
como un animal salvaje examina la arena para encontrar las pisadas de un cachorro perdido. La Biblia está llena de
tesoros escondidos para ser buscados
como el mercader que buscaba perlas de
gran precio. Ellos no son revelados a lectores indiferentes y superficiales.
La verdadera belleza de un pasaje de
las Escrituras no se encuentra en la superficie, ni se revela al mirar descuidadamente. Un fragmento de cristal, al principio sin brillo y sin interés, al ser girado
en la mano y alcanzado por un haz de luz
revela diversos colores y un brillo maravilloso. Un fragmento de las Escrituras
que es monótono y muerto para un lector superficial, en las manos de un estudiante devoto se vuelve maravilloso y
bello. Él lo mirará y lo volverá a mirar,
inspeccionándolo bajo todos los ángulos,
hasta que la luz de Dios penetre, haciendo relucir la belleza de los atributos divinos. Miguel Ángel, examinando el trabajo de uno de sus estudiantes, tomó un
lápiz y escribió en él una palabra:
«amplius» – ampliar. Aquella palabra
necesita ser escrita sobre todos nuestros
estudios de las Escrituras.
AGUAS VIVAS
Medite (Sal. 1:2)
El proceso de reflexión en actitud de
oración –pensamiento prolongado y concentrado– es el secreto para el verdadero
conocimiento de la Palabra. Debe haber
un proceso de inspiración, inundación,
transfusión de todo nuestro ser con la
Palabra divina, y eso consiste en meditación piadosa. Todo nuestro ser debe estar inmerso en las Escrituras hasta que
ella penetre y permee la totalidad de nuestra vida; hasta que la mente sea saturada
con pensamientos santos, el corazón con
sentimientos santos, la memoria con asociaciones santas. Eso nos capacita para
vencer el mal con el bien.
El Dr. Chalmers, viajando en una diligencia al lado del conductor, dice:
«John, ¿por qué usted azuza aquel caballo de guía con el chasquido de su látigo?». «Muy sencillo», dice él, «hay una
roca blanca, que el caballo teme. Con el
chasquido de mi látigo y el dolor en sus
patas quiero distraerlo de ese temor».
Cuando Chalmers llegó a casa, trabajó
con la idea, y escribió «El Poder
Expulsivo de un Nuevo Afecto».2
Grande es el poder expansivo y
expulsivo de la palabra de Dios cuando
ella habita en un alma. La absorción mental es la verdadera ley de posesión y conquista. En la mente permeada con la propia Verdad de Dios no hay lugar para
pensamientos bajos y, especialmente,
corrompidos. La tentación no halla lugar
en un corazón ya cautivado por las cosas
divinas. La meditación en la Palabra de
Dios produce aquella mente espiritual que
es exactamente lo opuesto de la mente
carnal, y es el secreto de la vida y la paz.
Compare (1 Co. 2:13)
El Dr. A. J. Gordon compara las enseñanzas de la Escritura con un rompe2
The Expulsive Power of a New Affection.
AGUAS VIVAS
ESTUDIO BIBLICO
cabezas cuyas piezas están diseminadas
por toda la Palabra, que necesitan ser
colocadas juntas, lado a lado, ajustadas y
unidas, para que puedan presentar una
única y completa visión de la verdad. Al
aplicar este método, el estudiante cuidadoso alcanzará, no sólo el más elevado
placer, sino también el más alto provecho. Casi toda herejía puede apropiarse
de textos aislados de las Escrituras y, así
«hasta el mismo diablo puede citar las
Escrituras para sus intereses»; pero cuando las cosas espirituales son comparadas
con las espirituales ellas se complementan, sustentándose e ilustrándose mutuamente.
Tome, por ejemplo, la «vida eterna»
como es expuesta en el evangelio de Juan.
Comience con la primera mención de
vida en el cuarto versículo del primer
capítulo y siga el proceso y desarrollo de
este gran pensamiento y tema hasta llegar al vigésimo capítulo, versículo treinta y uno, donde todas las enseñanzas de
este evangelio sublime están resumidas
en una sentencia. Serán descubiertas, en
cada etapa, nuevos y bellos aspectos de
la verdad completa. Acuérdese de la historia de Miguel Ángel y del «Cupido
adormecido», cuyos varios miembros separados y enterrados, pero posteriormente
restaurados, vinieron a formar la bella
estatua.
Algunos métodos
Estos son los principios generales
sobre los cuales la Palabra de Dios aconseja al lector sincero a proseguir su estudio. Además de esos tres, hay algunos
métodos obvios para hojear de forma provechosa el contenido de la Biblia, que
deben ser observados cuidadosamente.
Entre todos ellos, ninguno es más
importante que descubrir el propósito
exacto y finalidad de cada libro. Saber
quién lo escribió, dónde y cuándo fue
75
escrito, en qué circunstancias y para qué
finalidad, es como lanzar un torrente de
luz sobre cada capítulo y versículo. Por
lo tanto, el obispo Percy dice que «entender el propósito específico de cada libro es el mejor comentario, y eso convierte cualquiera otro en innecesario». Es
comparable al auxilio que un mapa ofrece al viajero.
Habiendo encontrado el significado
de cada libro como un todo, estamos preparados para examinar cada detalle, examinar cada versículo y determinar su relación con el gran propósito general para
el cual el libro fue escrito y las circunstancias en las cuales fue compuesto. Saber que Pablo escribió en Éfeso la primera epístola a los Corintios puede ayudarnos a entender aquel tercer capítulo,
donde oro, plata y piedras preciosas de la
gran celebridad de Diana son contrastados con la madera, el heno y la hojarasca
de las cabañas del pobre despreciable. En
la Epístola a los Hebreos esperamos encontrar muchas referencias a las maneras, las costumbres, ritos y ceremonias
judías; y algunas cosas que en él podrían
ser piedras de tropiezo a los lectores gentiles, se tornan marcos para los creyentes
hebreos.
No debemos olvidar que cada paso
en el estudio bíblico debe ser seguido
inteligentemente. No debemos ir más rápido o más allá de lo que comprendemos.
«¿Entiendes lo que lees?». De la misma
manera que en la alimentación, lo que
determina el valor nutritivo no es la cantidad ni siquiera la calidad de la comida
sino nuestro poder y capacidad de apropiarla y asimilarla. Así también el provecho del estudio de la Biblia no depende
de cuánto leemos, sino de cuánto entendemos, recibimos e incorporamos en
nosotros mismos. Un versículo plenamente comprendido, que sea el agente
que abrigue un nuevo pensamiento en la
76
ESTUDIO BIBLICO
AGUAS VIVAS
mente, un nuevo gozo en el corazón, un
nuevo propósito de vida, vale más que
cien capítulos leídos apresuradamente,
inconscientemente, que no dejan ninguna marca. Es recompensador hacer todo
de manera intensa y profunda, especialmente el estudio bíblico.
Este libro debe ser juzgado por su
objetivo. Él es el resultado de la búsqueda del autor de las claves que abran la
Palabra de Dios. Palabras-clave y el texto correspondiente son presentados como
un índice general para el contenido de
cada libro, los aspectos principales aparecen en el primer párrafo, al paso que
los detalles menores y divisiones son presentados en párrafos siguientes.3
Antes de concluir esta introducción,
llamamos la atención de nuestro lector
los doce símbolos principales escogidos
en la Palabra de Dios para representar su
utilidad y amplitud de aplicación en to-
das nuestras necesidades. Nosotros los
clasificamos en siete divisiones:
1. El espejo, para mostrarnos cómo
somos y podemos ser (Stgo. 1:25)
2. El lavatorio, para lavar nuestros
pecados e impurezas (Ef. 5:26)
3. La lámpara y la luz, para guiarnos
en el camino recto (Sal. 119:105)
4. La leche, el pan, alimento sólido y
miel – dando sustento y satisfacción al
creyente en todas las etapas del desarrollo espiritual (Heb. 5:12-14; Sal. 19:10,
etc.)
5. El oro purificado, para enriquecernos con tesoros celestiales (Sal. 19:10)
6. El fuego, martillo, espada, para ser
usados en el trabajo y batalla de la vida
(Jer. 23:29; Heb. 4:12; Ef. 6:17).
7. La simiente, para engendrar almas
a imagen de Dios y plantar campos para
la cosecha de Dios (Stgo. 1:18; 1 P. 1:23;
Mt. 13).
***
3
Esperamos incluir en los próximos números
de «Aguas Vivas» los comentarios del autor sobre
cada uno de los libros de la Biblia.
Tomado de
Chaves para o estudo da Palabra.
jjj
El pecado en el mundo
Con frecuencia he pensado que si no hubiera otros argumentos para
probar el pecado original, el ataque de los lobos y de los tigres contra el
hombre, el ladrido de un perro contra nosotros es una prueba del pecado
original. Los tigres y los leones no se atreverían a atacarnos a menos que
se pudiera decir: «Vosotros habéis pecado contra Dios, y nosotros tomamos
como nuestra la disputa de nuestro amo».
George Whitefield, en Sermones selectos
Cuando halles una serpiente sin colmillos o un leopardo sin manchas,
puedes esperar hallar un mundo malvado sin odio a los santos. Si el mundo
aborreció a Cristo, no es de extrañar que nos aborrezca a nosotros. «El
mundo me aborreció a mí antes que os aborreciera a vosotros» (Jn.15:18).
¿Por qué ha de aborrecer alguien a Cristo? Esta paloma bienaventurada
carecía de hiel; esta rosa de Sarón exhalaba suave perfume; pero esto
muestra la bajeza del mundo, que es un mundo que odia a Cristo y desgarra
a los santos.
Thomas Watson
AGUAS VIVAS
ESTUDIO BIBLICO
77
El Evangelio según Mateo.
Viendo a Cristo
como nuestro
Rey
Stephen Kaung
Lecturas: Mateo 1:1; 5:3; 11:12; 28:18-20.
L
os primeros cuatro libros del
Nuevo Testamento son libros
históricos. Y aunque ellos narran la historia de la vida de
nuestro Señor Jesús, el propósito de Dios
no es sólo que conozcamos la historia,
sino que realmente veamos a Jesús – «a
fin de conocerle». Ese es el propósito de
la Palabra de Dios.
Hablando cronológicamente, Mateo
no fue el primer evangelio en ser escrito.
La mayoría de los comentaristas concuerda en que el primer evangelio escrito fue
Marcos; sin embargo, de acuerdo con la
soberanía de Dios (y creemos que hay
soberanía en este caso), cuando usted abre
el Nuevo Testamento, el Evangelio según Mateo aparece en primer lugar.
Desde el punto de vista humano, nosotros colocaríamos el Evangelio de
Lucas primero, porque ese es el evangelio de la gracia para la remisión de nuestros pecados. Nosotros estamos conscientes de nuestros pecados, sabemos que
necesitamos de perdón; necesitamos de
la gracia de Dios, y el evangelio de Jesu-
cristo es el evangelio de gracia. Así, desde el punto de vista humano, nosotros
diríamos que el Evangelio según Lucas
debería ser puesto en primer lugar. Pero
desde el punto de vista divino, el Evangelio de Mateo fue colocado en primer
lugar. ¿Por qué?
Porque desde el punto de vista de
Dios, la primera cosa que necesitamos
ver y saber respecto de Cristo es: verlo y
conocerlo como nuestro Rey. El evangelio del Reino es el evangelio desde el
punto de vista de Dios. El evangelio de
la gracia es el evangelio desde nuestro
punto de vista. Es claro, el evangelio es
ambos, pero generalmente comenzamos
por nosotros. Somos tan centrados en
nosotros mismos, deseamos la gracia para
nosotros, para nuestra satisfacción, y a
veces olvidamos que debemos estar centrados en Dios, que necesitamos ver el
evangelio desde el punto de vista de Dios.
¿Qué es lo que Dios desea que sepamos
acerca del evangelio o acerca del Señor
Jesús en primer lugar? Él desea que lo
conozcamos como nuestro Rey.
78
ESTUDIO BIBLICO
Una de las razones por las cuales la
vida de algunos cristianos es tan débil y
su testimonio tan ineficaz, es que nosotros recibimos al Señor Jesús como nuestro Salvador, o como nuestro Redentor,
pero fallamos en verlo y reconocerlo
como nuestro Señor, como nuestro Rey.
Recibimos el evangelio para nuestro bien,
pero no obedecemos al evangelio para
que el propósito de Dios sea cumplido.
Por lo tanto, al abrir el Nuevo Testamento, la primera cosa que Dios desea es que
veamos a su Hijo, el Señor Jesucristo,
como Rey.
La Biblia, como un todo, tiene el propósito de revelar a Cristo, pero la primera cosa que debe ser revelada a nosotros
es esa visión del Señor Jesús como Rey.
Y esto, vuelvo a repetir, requiere revelación. El Espíritu Santo tiene que revelarnos esto en nuestro espíritu. Está escrito
en el Evangelio según Mateo, pero lo que
está escrito allí tiene que ser vivificado
por el Espíritu Santo en nuestro corazón
para que podamos verdaderamente ver a
Jesús como Rey.
Hijo de David e Hijo de Abraham
Cuando usted abre el evangelio de
Mateo, el primer versículo dice: «Libro
de la genealogía de Jesucristo, Hijo de
David, hijo de Abraham». Hay solamente dos lugares en toda la Biblia donde se
encuentra esa misma expresión: «libro de
la genealogía». Uno es Génesis 5:1: «el
libro de la genealogía de Adán». El otro
es en Mateo 1:1: «el libro de la genealogía de Jesucristo». ¿Por qué? Porque hay
solamente dos hombres a los ojos de
Dios. El primer hombre es Adán y todo
aquello que procede de Adán – «en Adán
todos morimos». El segundo hombre es
Cristo, «en Cristo todos somos vivificados».
¿Cuál es la historia de la genealogía
de Jesucristo? «Hijo de David, hijo de
AGUAS VIVAS
Abraham». En otras palabras, desde el
principio del Evangelio, Dios está testificando quién es este Jesucristo y su historia. ¿Quién es el hijo de David?
Salomón. Sin embargo, usted va a descubrir que Salomón es sólo una sombra,
un tipo de Cristo. El verdadero Hijo de
David es Jesucristo. Dios había hablado
a David: «Tu hijo edificará una casa a
mi nombre, y yo estableceré para siempre el trono de su reino».
Nosotros sabemos que Salomón
construyó un templo, pero fue apenas un
templo físico. Salomón de hecho reinó,
pero su trono no permaneció para siempre. Por eso sabemos que Salomón es
sólo una sombra, un tipo de Cristo. Existe el verdadero Hijo de David, que es
mayor que David, y por él la verdadera
casa de David será construida. Él dice:
«…y sobre esta roca edificaré mi iglesia; y las puertas del Hades no prevalecerán contra ella» (Mt. 16:18b). Es a través de ese Hijo de David que su trono
jamás tendrá fin. Él reinará para siempre.
Él es el hijo de Abraham. Sin embargo, ¿quién es el hijo de Abraham? Históricamente es Isaac, pero Dios hizo la siguiente promesa a Abraham en Génesis
22: «En tu simiente serán benditas todas
las naciones de la tierra». Nosotros sabemos que Isaac es apenas un tipo, una
sombra. La realidad es Jesucristo, porque verdaderamente es en Jesucristo que
todas las naciones de la tierra serán bendecidas. Aquí, exactamente en el comienzo, Dios nos está presentando a Jesús
como el Rey. Él es el Rey prometido. Él
es el prometido Hijo de David, el prometido Hijo de Abraham, en quien todas
las naciones serán bendecidas.
Un Rey atípico
A medida que leemos el Evangelio
de Mateo descubrimos una cosa intere-
AGUAS VIVAS
ESTUDIO BIBLICO
sante. Por un lado, vemos constantemente
a Dios testificando acerca de Jesús, su
Hijo, como el Rey divinamente escogido. Por otro lado, vemos al mismo tiempo al pueblo constantemente rechazando
a Jesús como rey. Vemos un conflicto aquí
¿Por qué? ¿Por qué motivo el pueblo falló en ver a Jesús como Rey?
En verdad, Dios escogió un pueblo
entre todas las naciones y a lo largo de
un gran período de tiempo preparó a aquel
pueblo para que el Mesías saliese de entre ellos. Dios preparó al pueblo de Israel
desde el día de Abraham hasta Cristo con
un único objetivo: para que en la plenitud del tiempo, el Rey, el Mesías, pudiese venir. Sin embargo, curiosamente,
cuando el Mesías, el Rey, llegó, el pueblo de Israel fracasó en reconocerlo como
Rey. Ellos lo rechazaron porque el concepto de Rey había sido distorsionado a
lo largo de la historia humana. El concepto de un rey de acuerdo con los patrones humanos es tan diferente del concepto
de un rey de acuerdo con los patrones
divinos. Cuando el Rey finalmente llegó, muy pocos lo reconocieron.
Los judíos de aquella época se decepcionaron de él. Ellos lo estaban esperando como rey y en el principio pensaban que él probablemente fuese el Rey.
Estaban esperando que él viniese a derrotar al Imperio Romano, los libertase
del yugo de hierro de aquel imperio e
hiciese de Israel la cabeza de las naciones. Pero Jesús no hizo eso y ellos se
decepcionaron. Él no era un rey según el
pensamiento de ellos. Por eso, aunque él
mismo declarase ser el Rey y hubiese
nacido para ser Rey, ellos lo rechazaron.
Él no se adecuaba a su concepto.
Queridos hermanos, solamente unos
pocos entre los judíos de aquella época,
recibieron a Jesús como Rey. Solamente
unos pocos, tales como María, José,
Zacarías, Elizabet, Juan Bautista,
79
Simeón, Ana, algunos pastores y algunos de los discípulos de Juan Bautista lo
recibieron. ¿Y cómo? ¡Por revelación!
El concepto humano de Rey está en
tal oposición al concepto divino que es
necesaria la revelación para ver a Jesús
como Rey. Y esto es verdadero no solamente en el primer siglo, cuando el Señor Jesús estuvo aquí en la tierra en un
cuerpo humano, sino todavía hoy es verdad. ¿Usted piensa que puede verdaderamente ver a Jesús como Rey sin tener
revelación? Cuando nosotros leemos el
evangelio según Mateo, probablemente
vamos a tener un conflicto en nuestro
interior, porque, aunque Jesús sea presentado como Rey, nosotros no vemos mucho de su naturaleza de Rey, ni sus procedimientos como Rey. No vemos mucho de su realeza. Probablemente muchos
de nosotros adoptamos la misma posición que los judíos adoptaron en el pasado: «Él no parece un Rey. ¿Qué evidencias él puede darnos?». Es necesaria la
revelación.
Nosotros realmente necesitamos que
el Espíritu Santo quite el velo que está
sobre nuestros corazones a medida que
leemos el Evangelio de Mateo. Dios tiene que abrir nuestros ojos para que veamos que Jesús es verdaderamente Rey,
pero no un rey de acuerdo con los patrones humanos. Él es un Rey de acuerdo
con los patrones de Dios y nosotros debemos recibirlo como tal, como nuestro
Rey.
El Rey viene al mundo
En Gálatas, encontramos la expresión
«en la plenitud de los tiempos» Jesús
nació. Él nació de una mujer que estaba
bajo de la ley para que él nos pudiese libertar de la maldición de la ley, para que
pudiésemos tener la adopción, esto es, la
filiación. Para Dios aquel era el momento correcto para la venida de Jesús como
80
ESTUDIO BIBLICO
Rey. Pero si usted leyese la historia de la
época, probablemente diría: «Este no es
el momento apropiado para su venida»
¿Por qué? Porque, cuando Cristo Jesús
nació, Herodes estaba en el trono de la
nación de Judá. Ni siquiera era judío, no
era hijo de David, sino un edomita el que
estaba en el trono del reino de Judá. ¿Y
quién estaba en el trono del imperio mundial? César Augusto. Nosotros diríamos
que esa no era la ocasión adecuada, sin
embargo, desde el punto de vista de Dios,
esa era la plenitud del tiempo para que su
Hijo viniese como un Rey.
Cuando Cristo nació, no nació en Jerusalén. Nosotros esperaríamos que un
rey, un príncipe, naciese en la capital de
la nación, pero el Rey no nació allá. Él
nació en una pequeña aldea llamada Belén. Cuando él nació, nadie estaba en
conocimiento, excepto unos pocos hombres sabios de Oriente – los magos. Ellos
miraron las estrellas y vieron una estrella muy brillante y su interpretación fue
la siguiente: «Un rey nació». Siendo gentiles, ellos probablemente tenían algún
conocimiento de la profecía de Balaam,
un profeta gentil que profetizó acerca de
la estrella y del cetro. Así, ellos pensaron
que debería haber nacido un rey en la región de Judea. Naturalmente, ellos fueron a Jerusalén, porque era allá donde el
rey debería estar, pero él no estaba allá.
Herodes estaba perturbado porque, siendo él rey, otro rey había nacido. Él llamó
a todos los fariseos y escribas para preguntarles dónde el rey debería nacer. Estos fariseos y escribas eran realmente eruditos de la Biblia. Cuando Herodes les
preguntó, ellos le dijeron que debería
nacer en Belén de Judea. ¿Y cómo sabían ellos? Había una pequeña palabra
en uno de los libros de los profetas menores – no en los mayores. En Miqueas,
capítulo 5, hay una profecía: «Pero tú,
Belén Efrata, pequeña para estar entre
AGUAS VIVAS
las familias de Judá, de ti me saldrá el
que será Señor en Israel; y sus salidas
son desde el principio, desde los días de
la eternidad». (v. 2).
Los escribas y fariseos conocían la
Palabra de memoria. ¡Oh, ellos realmente tenían conocimiento, ¿pero intentaron
buscar al rey? No, ellos quedaron perturbados. Aunque ellos tenían el conocimiento, ellos no tenían al Rey.
Hermanos, lo mismo es verdadero
hoy. Intelectualmente, usted puede decir
que Jesús es el Rey, pero, espiritualmente, ¿usted intenta buscarlo como su Rey?
¿Usted ya le entregó su vida y permite
que él la gobierne? Hay una gran diferencia aquí.
El Rey fue criado en Nazaret, una ciudad localizada en la parte superior de un
país montañoso. Él nunca estuvo en una
escuela de rabinos. No tenía un título de
Doctor en Teología. Allí estuvo él, en un
lugar escondido, por cerca de treinta años
Sin embargo, aunque nunca hubiese frecuentado una escuela, él estaba en la escuela de Dios, su Padre.
Cuando llegó el día en que cumplió
30 años de edad, él fue presentado al
mundo. ¿Y cómo se presentó a sí mismo? No en un banquete real, sino yendo
al río Jordán y siendo bautizado por Juan
el Bautista.
El Rey es bautizado
El bautismo de Juan el Bautista es el
bautismo de arrepentimiento. Juan, el
Bautista, vino y predicó el arrepentimiento: Arrepentíos, cambiad vuestro modo
de pensar, cambiad radicalmente. Ustedes parecen ser muy religiosos y estar
haciendo todas las cosas correctamente,
pero no es así. Por lo tanto, arrepiéntanse, cambien de dirección. ¿Por qué? Porque el reino de los cielos se ha acercado,
el Rey está viniendo. La religiosidad no
va a ayudarlos; ustedes necesitan arrepen-
AGUAS VIVAS
ESTUDIO BIBLICO
tirse de la religiosidad y, al mismo tiempo, arrepentirse de la no-religiosidad,
porque el Rey está viniendo. Eso es arrepentimiento.
Aquí nosotros vemos al propio Rey
viniendo para ser bautizado, aunque él
no tenía nada de qué arrepentirse. Nuestro Señor Jesús no tenía nada de qué arrepentirse porque él y el Padre son uno y él
siempre agradaba al Padre; sin embargo,
al presentarse a la nación, él aceptó el
bautismo de Juan. Él se ofreció a sí mismo por los pecados de la nación y del
mundo. Es así como él se presenta. Él es
el Rey del amor. Él se dio a sí mismo
como sacrificio por nosotros. Esa es su
credencial; esa es su calificación; esa es
la prueba de que él es el Rey. Su realeza
no se prueba por la ostentación o la pompa, sino por el sacrificio. Cuando descendió a las aguas para ser bautizado por Juan
el Bautista, Jesús se identificó con el
mundo pecaminoso, ofreciéndose a sí
mismo como un sacrificio. Cuando él
salió de las aguas, el Espíritu Santo descendió sobre él; no solamente sobre él,
sino que habitó en él, como está escrito,
«como una paloma».
¿Qué representa la paloma? Ella representa la ofrenda de los pobres. Los
pobres no tenían los recursos para ofrecer novillos o corderos, todo lo que podían ofrecer era una paloma. Y aquí nosotros vemos que nuestro Señor Jesús se
ofreció a sí mismo sin mancha ninguna a
Dios, como una paloma – la ofrenda de
los pobres. Ese es el modo por medio del
cual él se presenta a sí mismo como Rey.
En seguida, él fue conducido por el
Espíritu Santo al desierto para ser tentado por el enemigo por cuarenta días y
cuarenta noches. Allá él venció al enemigo. En el jardín del Edén, con todas
las circunstancias favorables, el primer
hombre, Adán, cayó ante el tentador. Pero
ahora, en la peor de las circunstancias,
81
en el desierto, ayunando por cuarenta días
y cuarenta noches, el Señor Jesús venció. Exactamente de la misma manera,
el rey David fue presentado a la nación
de Israel. La primera vez que él fue presentado fue cuando mató a Goliat, y, por
haber matado a Goliat, todos supieron que
él era un rey. Aquí, nuestro Señor Jesús,
siendo tentado en el desierto por cuarenta días y cuarenta noches, venció al enemigo. El enemigo nada pudo hacerle; él
no tenía ningún lugar en Su vida. La victoria de nuestro Señor Jesús sobre el enemigo probó al mundo que él es el Rey.
El Rey llama a sus discípulos
Cuando Juan el Bautista estaba en
prisión, el Señor Jesús comenzó a predicar resueltamente. Mientras él andaba por
el mar de Galilea, comenzó a llamar discípulos. Él vio a Simón Pedro y Andrés
lanzando sus redes al mar y les dijo: «Venid en pos de mí, y os haré pescadores de
hombres». Entonces ellos dejaron todo y
siguieron al Señor. Al seguir un poco más
adelante, el Señor vio a los dos hijos de
Zebedeo remendando las redes, y los llamó diciendo: «Venid en pos de mí»
(Mateo 4). Ellos dejaron las redes, a su
padre, el barco y todas las cosas, y siguieron al Señor. Eso es el llamamiento
de los discípulos.
¿Qué significa eso? En este tiempo
hemos oído mucho sobre el discipulado.
Pero ¿cuál es el significado real del
discipulado? El Señor llamó personas
para ser sus discípulos: «Venid en pos de
mí». Él está llamando discípulos. Eso significa que aquellas personas que respondieron a su llamado dejaron todas las
cosas para estar con él. Ellos se colocaron bajo Su gobierno como Rey y dejaron que él los conformara a Su propia
imagen. Ese es el real significado del
discipulado. El llamado al discipulado es
el llamado del Reino; es el llamado del
82
ESTUDIO BIBLICO
Rey. El Rey está llamando a su pueblo
para que se coloque bajo su realeza, bajo
su soberanía, para que él pueda transformarlos y hacerlos verdaderamente su propio reino. Ese es el llamado al discipulado.
Si ese es el llamado al discipulado,
¿es posible ser discípulo de algún hombre? ¿Hay algún hombre calificado para
decir que usted es su discípulo? No. Nosotros sólo somos discípulos de Cristo,
de nadie más. Las personas pueden ayudarnos en el discipulado, pero no pueden
ser nuestros maestros. Nosotros tenemos
solamente un maestro; solamente un Rey.
No tenemos dos Reyes; no tenemos al
Señor y a César. Tenemos solamente un
Rey, el Señor Jesús.
El llamado al discipulado es el llamado del Rey para que entremos en el
Reino y seamos sus súbditos. Es el llamado para que nos sometamos totalmente
a él. Esa es la razón por la que toda vez
que oímos el llamado al discipulado,
nuestra respuesta debe ser: «Dejar todo
y seguirle». Si usted todavía intentar mirar para atrás y prenderse de alguna cosa,
el Señor dice: «No sois dignos de ser mis
discípulos». Entregue todo. Entréguese
a sí mismo y deje que él haga lo que él
quiera con su vida. Si usted se apega a sí
mismo, el resultado será confusión, pero
si usted se entrega y deja que él cuide de
usted, él va a hacerle un hijo del Reino.
Él lo va a transformar a usted y permitirá
que Su carácter de Rey sea formado en
usted, y, de esa forma, usted podrá ser
verdaderamente rey y sacerdote para
Dios. Nosotros no solamente somos lavados por la sangre preciosa, sino también somos hechos reyes y sacerdotes
para Dios. ¿Usted sabe que potencialmente usted es un rey? Jesús lo llamó para
ser su discípulo, para realmente hacerle
un rey.
AGUAS VIVAS
La humildad del Rey
¿Cuál es el concepto de rey? ¡Oh,
cuán diferente es el concepto de Dios del
concepto de los hombres! Nosotros podríamos pensar: «Si él me llama para ser
rey… bien, yo voy a sentarme y dar órdenes. Que todos me sirvan. Esto es ser
rey». Pero no, el Señor Jesús no es ese
tipo de Rey. Como ya fue mencionado,
su realeza es tan divina, tan diferente. Él
nos llama para ser sus discípulos. Pero, a
medida que nos allegamos para ser sus
discípulos, ¿cómo nos discipula? ¿Como
somos disciplinados, entrenados? Pienso que todos conocen el Sermón de la
Montaña. Nuestro Señor Jesús reunió sus
discípulos, subió al monte y comenzó a
hablar. Recuerde que Mateo 5, 6 y 7 no
son palabras habladas para el mundo –
aunque muchas personas que estaban en
las proximidades las hayan oído. Esas
palabras iban dirigidas a sus discípulos,
que ya habían puesto sus vidas bajo el
gobierno del Rey, y permitido que él dirigiese absolutamente sus vidas. El Señor Jesús dijo: «Bienaventurados los pobres en espíritu, porque de ellos es el reino de los cielos» (Mt. 5:3)
En Mateo 5,6 y 7 tenemos el Sermón
del Monte, pero ¿qué es lo que significa
realmente? Aquí el Señor Jesús describe
cómo es su reino. Su reino no es de este
mundo. Nosotros sabemos cómo es el
reino de este mundo, pero no sabemos
cómo es Su reino. Él nos está describiendo aquí la naturaleza de su reino, mostrándonos cómo es él. En verdad, su reino es exactamente como es Jesús, como
su Rey. ¡Y porque él es así, aquellos que
están en su reino también son así! No es
ley, es gracia. Quiero decir que él es capaz de hacer eso de nosotros.
¿Qué significa la expresión «pobres
de espíritu»? No significa que usted es
espiritualmente pobre, al contrario, por
ser usted espiritualmente rico, usted pue-
AGUAS VIVAS
ESTUDIO BIBLICO
de tornarse pobre en espíritu. Piense en
el caso del propio Señor. Él es igual a
Dios; sin embargo, eso no es algo a lo
que él se aferra; eso es lo que él es esencial y eternamente (Fil. 2). Él es igual a
Dios, él está en forma de Dios, y la palabra «forma» aquí significa carácter interior. Todo aquello que Dios es, él es. Él
es rico; espiritualmente es pleno. Como
vemos en la epístola a los Colosenses,
toda la plenitud de la deidad habita en él
permanentemente. Eso muestra cuán rico
es él, cuán pleno es, y por ser tan rico y
tan pleno él es capaz de vaciarse a sí mismo. En verdad, nosotros no tenemos
mucho de qué vaciarnos porque somos
tan vacíos, nada tenemos, pero pensamos
que tenemos mucho. Pero el Señor Jesús
es rico: «toda la plenitud de la deidad».
¿Usted consigue imaginar lo que es la
plenitud de la deidad? Eso es algo que
está más allá de nuestro entendimiento.
Todo lo que Dios es, y su plenitud, todo
habita corporalmente en Cristo. Todo
habita permanentemente en él; no sólo
un momento, sino permanentemente.
Él se vació a sí mismo. ¡Oh qué gran
vaciamiento es este! Es evidente que Jesús no puede vaciarse de su deidad, eso
es imposible. Él se vació de todas las
cosas relacionadas con la deidad – su gloria, su honra, su adoración. Él tomó la
forma de esclavo, no sólo de hombre, sino
de esclavo. Interiormente, él se hizo un
esclavo, un esclavo de Dios, su Padre,
por amor. Él que era igual a Dios, tomó
un lugar inferior a Dios a tal punto que
se tornó un esclavo, un esclavo de Dios
por amor. Esa es la forma que él asumió.
Exteriormente, Jesús tomó la forma de
hombre, recibió un cuerpo de carne, a
semejanza de carne pecaminosa, pero sin
pecado. Él tomó forma de hombre, y
como hombre se humilló a sí mismo. Esto
es, él tomó su lugar como un hombre,
como un ser creado delante del Creador.
83
«Se humilló a sí mismo, haciéndose obediente hasta la muerte, y muerte de cruz».
Eso es ser pobre en espíritu. En otras palabras, pobre en espíritu simplemente significa humilde.
¿Qué es humildad? En Apocalipsis 3
encontramos la iglesia en Laodicea. Ellos
se enorgullecían de sí mismos y decían:
«Nosotros somos ricos, tenemos todo,
nada nos falta». Mas Dios les dice: «Ustedes son pobres, ciegos, y están desnudos». Hermanos, cuán arrogantes somos
nosotros; cuán seguros somos de nosotros mismos, cuán autoconfiados y
autosuficientes. Nosotros pensamos que
lo sabemos todo, que tenemos todo, y que
nada nos falta. La Biblia dice: La soberbia precede a la ruina. Si usted es orgulloso, usted caerá, pero el hombre a quien
Dios mira es al pobre y contrito de espíritu y que tiembla a su palabra (Is. 66:2).
Todos nosotros somos naturalmente
orgullosos y arrogantes. Nosotros nos
vindicamos a nosotros mismos, somos
autosuficientes. Nosotros pensamos que
es vergüenza necesitar consultar a otras
personas. Eso es lo que naturalmente somos, pero cuando nos allegamos para ser
discípulos del Cristo, cuando respondemos al llamado para el reino de los cielos, la primera cualidad de Su propio carácter que el Rey va a operar en nuestras
vidas es la humildad. Él tiene que transformar este modo de pensar: «Yo soy alguien, yo tengo todo, yo puedo hacer todo
por mí mismo» por este otro: «Yo nada
soy, yo nada poseo, yo nada tengo: por
eso él tiene que ser todo para mí». Esa es
la primera cualidad de un rey según el
concepto divino.
De acuerdo con el concepto humano, la última cualidad de un rey es la humildad. Si usted es rey, usted no puede
darse el lujo de ser humilde; usted tiene
que autoafirmarse, tiene que ser autoritario y orgulloso. Exactamente como Luis
84
ESTUDIO BIBLICO
XV dijo: «El Estado soy yo». ¡Oh, no!
El Rey, en el sentido divino, es muy distinto. La primera cualidad de un rey según el patrón divino es la humildad. ¿Es
usted un rey de acuerdo al pensamiento
de Dios? ¿Tiene usted esa cualidad de rey
en usted? ¿Tiene usted aquella humildad?
Si hay humildad en usted, entonces, hermano, la Biblia dice que Dios lo mira a
usted.
Jesús tuvo solamente 12 discípulos y
ellos no venían de origen noble. Eran
pescadores, publicanos, etc., pero aún así
podemos ver una cosa entre ellos: discutían, disputaban y luchaban entre sí mientras seguían al Señor. ¡Piense en eso!
Ellos están siguiendo al Señor, son sus
discípulos, van a ser transformados por
él, pero todavía hay una cosa en ellos que
parece incomodarlos, y que los importuna hasta el final. ¿Qué es eso?: «¿Quién
es el mayor?». Todo el concepto que ellos
tienen de un rey es un concepto mundano. Cada uno intenta sentarse en un lugar más alto. Si él puede alcanzar aquella posición, mirará a los otros hacia abajo, y los otros tendrán que servirlo. Ese
concepto estaba muy arraigado en los discípulos, y vez tras vez el Señor tenía que
enseñarles.
En Mateo 18, ellos estaban otra vez
luchando y disputando, y diciendo:
¿Quién es el mayor? El Señor entonces
toma un niño y les dice: «Si no os volvéis
y os hacéis como niños, de ningún modo
entraréis en el Reino de los cielos».
¿Quién es el mayor en el reino? Aquel
que es humilde como un niño, él es mayor en el Reino de los cielos, porque un
niño nada tiene, nada sabe y tiene que
mirar hacia arriba para ser ayudado. Ese
es el espíritu de un niño.
Sin embargo, en Mateo 20, cuando
el Señor estaba yendo a Jerusalén por
última vez, los discípulos pensaban que
esa sería la ocasión en que el Rey sería
AGUAS VIVAS
coronado y ellos se sentarían a su derecha y a su izquierda. Entonces los hijos
de Zebedeo, vinieron con su madre a Jesús. Sabemos que su madre, humanamente hablando, era tía de nuestro Señor Jesús, y sabemos también que la palabra
de una tía tiene peso. La madre, que parece no estar interesada en sí misma, nada
desea para sí, sino para sus hijos. Ella
vino al Señor Jesús y le dice: «Nosotros
queremos pedirte algo, prométenos que
nos lo vas a conceder». Ellos no dijeron
lo que deseaban, tal vez estaban muy
avergonzados. Ellos sabían que no era
algo muy correcto, por lo tanto, simplemente presentaron al Señor un cheque en
blanco y le dijeron: «Firma esto para nosotros». Pero sabemos que el Señor nunca firma un cheque en blanco, así que les
dice: «¿Qué es lo que desean? Veamos,
sean honestos, sean francos». Entonces
la madre dejó escapar impulsivamente:
«Ordena que en tu reino se sienten estos
dos hijos míos, el uno a tu derecha, y el
otro a tu izquierda». Ese es el concepto
mundano de un reino. Entonces el Señor
Jesús dice: «¿Podéis vosotros beber la
copa que yo he de beber? ¿Podéis vosotros recibir el bautismo con que soy bautizado?».
Los dos hijos de Zebedeo, (los Truenos) no sabían, en verdad, lo que era la
copa o cuál era el significado del bautismo, pero ellos deseaban tanto sentarse a
la derecha y a la izquierda que harían
cualquier cosa que se les pidiera. Por lo
tanto, ellos dijeron: «Podemos», y el Señor dijo: «De mi vaso beberéis, pero el
sentaros a mi derecha y a mi izquierda
no es mío darlo, sino a aquellos para
quienes está preparado por mi Padre».
En otras palabras, el reinado no está en
una posición, sino en beber del vaso y
recibir el bautismo. Es en eso que se revela el carácter del rey.
AGUAS VIVAS
ESTUDIO BIBLICO
¿Qué es el vaso?
¿Y qué es el vaso? El vaso en este
pasaje se refiere a la voluntad de Dios.
En el Huerto del Getsemaní, el Señor
dice: «Si es posible, pase de mí esta copa;
pero no sea como yo quiero, sino como
tú». Y finalmente el Señor dice: «Este es
el vaso que mi Padre me dio – la voluntad de Dios». Que la voluntad de Dios
sea amarga o dulce, no importa. Es la
voluntad de Dios.
El bautismo es la cruz con la cual el
Señor sería bautizado. Es al hacer la voluntad de Dios y tomar la cruz que la naturaleza del rey, el carácter real, el poder
y la energía del rey, son liberados. El
Señor dice: «Sabéis que los gobernantes
de las naciones se enseñorean de ellas, y
los que son grandes ejercen sobre ellas
potestad. Mas entre vosotros no será así,
sino que el que quiera hacerse grande
entre vosotros será vuestro servidor, y el
que quiera ser el primero entre vosotros
será vuestro siervo».
Queridos hermanos, aquí descubrimos que nuestro Señor Jesús es verdaderamente el Rey, pero ¿qué tipo de rey es
él? ¿Cuál es su carácter de Rey? ¿Cómo
podemos saber que él es Rey? No podemos juzgarlo según los patrones humanos. Si lo hiciéramos, quedaríamos decepcionados. Tenemos que verlo desde
el punto de vista divino. Oh, vea su humildad, su mansedumbre, su pureza, su
bondad, su sumisión; vea cómo él hizo
la voluntad de Dios, cómo él va a la cruz.
Es en todas esas cosas que él se revela
como el Rey.
Cuando nuestro Señor Jesús fue crucificado en la cruz, Pilato, en verdad,
quería burlarse de Jesús. Por eso escribió
sobre la cruz la sentencia, el crimen cometido, y el crimen era. «El Rey de los
judíos». Él usó eso para burlarse de los
judíos. Eso fue escrito en tres idiomas:
Latín, Griego y Hebreo, para que todo el
85
mundo lo supiese. Sin embargo, sin querer, él estaba haciendo la voluntad de
Dios, porque allá en la cruz fue proclamado a todo el mundo que Cristo es el
verdadero Rey. En ningún otro lugar es
más evidente Su realeza que en la crucifixión. Queridos hermanos, miren a la
cruz y ustedes verán al Rey. Cuán diferente es él del mundo.
La marca de la cruz identifica al Rey
¿Usted ve la cruz? Si usted ve la cruz,
¿es posible no ver a Cristo Jesús como
su Rey? ¿No le conquistó él con su amor?
¿No fue usted constreñido por el amor
de Cristo? Pensando que si uno murió
por todos, todos murieron, por tanto,
¿vive usted ahora para aquel que murió y
vive por usted? ¿Puede usted continuar
viviendo para sí mismo? ¿Usted no reconoce al Rey? Si usted recibe la cruz,
¿puede rechazar al Rey? Si usted recibe
la cruz usted tiene que reconocer a Aquel
que fue crucificado sobre la cruz como
su Rey. Él tiene derecho sobre usted. Él
lo compró a usted por un precio; usted le
pertenece a él. Él va a transformarlo, va
a hacer de usted un rey porque él es el
Rey de reyes. Él va a construir Su propio
carácter en su vida, el carácter del rey:
humildad, mansedumbre, pureza de corazón, sumisión, dulzura, generosidad.
Niégate a ti mismo, toma tu cruz y sígueme, dice el Señor.
«Desde los días de Juan el Bautista
hasta ahora, el reino de los cielos sufre
violencia» (Mt. 11:12 a). A nosotros no
nos gusta la palabra ‘violencia’ porque,
hoy en día, tiene una mala connotación;
sin embargo, en verdad, la palabra en sí
misma, es neutra. La palabra ‘violencia’,
simplemente, significa ‘fuerza’. El Reino es tomado por la fuerza y solamente
los fuertes se apoderan de él. ¿Qué significa esto? No significa que usted hace
violencia contra otras personas, sino con-
86
ESTUDIO BIBLICO
tra sí mismo. Usted se niega a sí mismo,
toma la cruz y sigue al Señor.
Hermanos, siempre que vemos la
marca de la cruz en una persona nosotros
sabemos que esa persona es un rey. Acuérdese de Pablo. Él dijo a los gálatas: «Nadie me moleste, porque yo traigo en mi
cuerpo las marcas del Señor Jesús». Era
la marca de la cruz en su vida. ¿Usted
tiene la marca de la cruz en su vida? ¿Qué
es la marca de la cruz? Ella crucifica el
«yo» para que Cristo pueda ser todo en
nuestra vida. Esa es la marca del Rey.
Finalmente, usted va a descubrir que
nuestro Señor Jesús resucitó de entre los
muertos y apareció a los discípulos durante 40 días. Antes de partir, él dijo:
«Toda potestad me es dada en el cielo y
en la tierra». ¿Cómo él recibió todo ese
poder? Él lo recibió a través de la cruz, al
vaciarse de sí mismo. Él probó ser verdaderamente un Rey. Por eso él está preparado, él está calificado para usar todo
el poder en el cielo y en la tierra. Hermanos, si nosotros recibiésemos un poco de
poder hoy, ¿sabríamos usarlo? Se ha abusado del poder y la autoridad, se han utilizado mal en este mundo porque las personas simplemente no están preparadas
o calificadas para usarlos. Pero todo el
poder le fue dado al Señor Jesús, porque
él demostró que puede usarlo.
Y él dijo: «Id, pues, y haced discípu-
AGUAS VIVAS
los entre todas las naciones» (V. M.).
Recuerden, hermanos, la gran comisión
no es evangelizar a todas las naciones; es
más que eso. Es claro que evangelizar está
incluido. La gran comisión es: «Haced
discípulos entre todas las naciones».
Nosotros no solamente debemos traerlos
a Cristo para que sean salvos, sino traerlos a Cristo para que puedan someter sus
vidas a él. Ellos deben aceptarlo no solamente como su Salvador, sino también
como su Rey. Esta es la gran comisión:
discipular entre todas las naciones, traer
todas las naciones a Cristo para que el
reino de este mundo venga un día a ser el
reino de nuestro Dios y de Su Cristo.
¿Y qué tiene que hacer usted? «Bautizándolos en el nombre del Padre, y del
Hijo, y del Espíritu Santo». ¿Para qué
nosotros los bautizamos? El bautismo es
simplemente un testimonio externo de
una realidad interna: todo nuestro pasado está muerto y enterrado; de ahora en
adelante todo es nuevo, todo es Cristo.
«Enseñándoles que guarden todas las
cosas que os he mandado». Esto es, edificándolos. Y el Señor dice: «Y he aquí
yo estoy con vosotros todos los días, hasta
el fin del mundo». Este es el evangelio
según Mateo.
***
Tomado de:
Vendo Cristo no Novo Testamento, Vol.1.
jjj
Como la arena a orillas del mar
El misionero se estaba esforzando en hacer comprender a los nativos
de aquella aldea africana cómo la sangre de Jesús basta para limpiarnos
de todos nuestros pecados, sin necesidad de dogmas ni ceremoniales. Al
terminar, una mujer se acercó a él, y con tristeza le confesó: «Señor, mis
pecados son tantos como la arena a orillas del mar. ¿Puede Jesús borrarlos
todos?». El misionero contestó: «Vaya, pues, a la orilla del agua, y levante
un montón de granitos de arena. Luego siéntese cerca y espere. Verá lo
que sucede». La mujer quedó pensando un momento y, por fin, exclamó:
«¡Ya lo veo! ¡Ya lo veo!».
Alfredo Lerín, 500 ilustraciones
AGUAS VIVAS
ESTUDIO BIBLICO
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Estudios sobre el libro de Éxodo
Las
salidas de Dios
J. Alec Motyer
1. EL DIOS PERSEVERANTE (1:1 a 7:7).
E
n su cuidado por nuestro bienestar espiritual, la Biblia trata
con situaciones reales. Una
forma más exacta de decir esto
es señalar que nuestro Dios amoroso escribió la Biblia para nosotros de modo
que a través de su Santa Palabra él pudiera ejercer su propio cuidado pastoral
sobre su iglesia aquí en la tierra. Nos recuerda que el pueblo de Dios está en este
mundo: «Estos... entraron en Egipto»
(1:1).
Los dos capítulos iniciales del libro
tratan del matrimonio, nacimiento y
muerte; porque el pueblo de Dios tiene
que enfrentar las realidades de la vida
aquí. Hay hostilidad: Faraón que incita a
sus sirvientes y a todo su pueblo contra
el pueblo de Dios. Hay también buena
fortuna: Moisés es llevado inesperada-
mente a casa del rey, para ser presentado
como hijo de la hija de Faraón. Y hay
también fracaso: Moisés, buscando aprovechar las oportunidades propias de su
situación especial, se equivoca rotundamente. Todo esto se encuentra en dos capítulos.
También notamos que el pueblo de
Dios es presentado en su globalidad y su
individualidad. Empezamos con los nombres de cada hombre que vino con Jacob
y entonces se dice que: «todas las personas que le nacieron a Jacob fueron setenta». El pueblo de Dios, tanto en un
sentido global como individual, es visto
profundamente envuelto en los asuntos
mundiales, afectado por sus políticas,
preocupado con sus cuidados, duramente golpeado por hostilidades, sujeto a diferentes grados de fortuna, y por sobre
88
ESTUDIO BIBLICO
todo siendo considerados por Dios.
Ustedes se preguntarán cómo puedo
sugerir que Dios fuera capaz de olvidarse, pero las palabras son: «Dios oyó el
gemido de ellos, y se acordó...» (2:24).
Es parte del atractivo de la Santa Escritura su forma deliciosamente humana de
hablar sobre Dios. Podemos entender este
revivir súbito de la memoria sólo contra
un fondo de olvido. Cuando Moisés escribió el relato, miró hacia atrás y vio este
punto en la línea de tiempo de la historia
del pueblo de Dios: este fue el día cuando Dios empezó a actuar. En retrospectiva, esto le pareció a él tan dramático que,
para denotar un cambio en los sentimientos de Dios, sólo podía describirlo diciendo: «Ese fue el día cuando Dios nos recordó». No obstante, cuando él escribía
todo lo que había pasado antes de esa fecha, tenía que llamar la atención del pueblo al hecho de que Dios nunca se había
olvidado de ellos. Esto, entonces, es la
primera lección de estos capítulos iniciales de Éxodo, a saber, los perseverantes
caminos de Dios con su pueblo escogido.
Los caminos de Dios con su pueblo
La sola cantidad numérica del pueblo de Dios produjo el terror en los gobernantes egipcios. Ellos sentían que había un peligro dentro de sus fronteras y
que debían tomar medidas para contenerlo. El nuevo Faraón, que no había conocido a José, no estaba ligado por ninguna
obligación al pueblo de Dios, así que
tomó medidas para tratar con lo que él
sentía era una amenaza a su reino. Entonces empezó a descubrir que este es un
pueblo que no puede ser destruido. La
narración de 1:1 a 2:22 nos muestra:
1. Cuidado providencial
Hablando humanamente, todo estaba dispuesto para su destrucción. «Pero
AGUAS VIVAS
cuanto más los oprimían, tanto más se
multiplicaban y crecían» (1:12). Esto está
de acuerdo con muchas expresiones en
las Escrituras que se resumen para nosotros en las palabras del Señor Jesús:
«...nadie las arrebatará de mi mano».
Faraón era grande, y sus capataces muchos y fuertes, pero ningún esfuerzo de
ellos podría competir con el cuidado providencial de Dios hacia su pueblo escogido. Es interesante contrastar las dos frases similares: «para que no se multiplique» (v. 10) y «tanto más se multiplicaban» (v. 12). El rey del mundo puede
haber estado decidido a destruir, pero el
Rey del Cielo señoreaba con su preservación sobrenatural.
2. Socorro oportuno
Aquí aprendemos lo que se dice en
un pasaje del Nuevo Testamento: «...a los
que aman a Dios, todas las cosas les ayudan a bien, esto es, a los que conforme a
su propósito son llamados». Faraón tenía un segundo plan. Si él no podía aplastar al pueblo por medio de la opresión
general, llamaría a las parteras en su ayuda e intentaría impedir que naciesen los
varones de Israel. Sin embargo, su política de infanticidio fue anulada por Dios,
que en su maravillosa sabiduría hizo que
el plan se encomendara a las mismas personas que deberían frustrarlo: «Pero las
parteras temieron a Dios y no hicieron
como les mandó el rey de Egipto». Así
que ellas estuvieron bajo la bendición de
Dios (v. 20) y en lugar de perecer, «el
pueblo se multiplicó y se fortaleció en
gran manera». El Dios Soberano vino
con su auxilio oportuno y se enfrentó al
enemigo de una forma que éste nunca
esperó y con la cual no podía enfrentarse.
Lo que es verdad de la globalidad del
pueblo de Dios es igualmente verdad para
los individuos. El individuo está bajo el
AGUAS VIVAS
ESTUDIO BIBLICO
cuidado de Dios, como vemos al encontrarnos por primera vez a Moisés, el hombre que protagoniza el resto de los primeros cinco libros de la Biblia. Aquí, sin
embargo, él no se nos presenta en la luz
de su subsiguiente grandeza, sino simplemente como una lección objetiva de
cómo Dios cuida a todo individuo de su
pueblo. En el caso de Moisés, había un
cuidado especial en relación al propósito
divino, pero esto no se menciona aquí.
Sólo vemos que el mismo Dios que guarda a todo su pueblo con providencial cuidado es también cuidadoso para albergar
a cada individuo bajo su gracia
preservante.
Dios guardó celosamente a Moisés
de cada amenaza. Sus padres se casaron
y el niño nació en los mismos días en
que el decreto real ordenaba que debía
ser arrojado al río. A su debido tiempo,
él fue llevado al río, pero el río no podía
reclamar a este niño. Cuando él fue dejado allí, bajo la mirada amorosa de
Miriam, quien habría de venir no era sino
la hija de Faraón. No era ninguna egipcia corriente, sino una princesa de la casa
real.
La disputa fue llevada a un punto
particular: fue la misma casa real que
decretó el infanticidio la que intervino
para salvar al infante. La princesa pidió
que la arquilla que estaba flotando en el
río le fuese traída, y cuando la caja fue
abierta, el niño empezó a llorar. En un
notable acto de providencia, Dios inspiró ternura en el corazón de la princesa de
esa salvaje casa real. Desde el palacio que
no dudó en asesinar infantes en gran escala, vino una muchacha cuyo corazón
fue conmovido por el llanto de un bebé.
Por la diestra intervención de Miriam, él
fue devuelto a sus padres para ser criado.
Justo allí, en medio del pueblo cuyo rey
había decretado su destrucción, el niño
creció sin que nadie se atreviese a tocar-
89
lo. «Lleva a este niño y críamelo», había
dicho la princesa.
La providencia conservadora de Dios
había rodeado de tal manera la vida de
este niño que no importa cuánta hostilidad sentían los egipcios y cuánto detestaban a los hebreos, no pudieron y no se
atrevieron a tocarlo. Nuestro Dios es un
Dios de socorro oportuno.
3. Cuidado con propósito
Pronto vemos que el cuidado providencial de Dios es también un cuidado
con un propósito. La próxima cosa que
se nos dice sobre este hombre muestra
cuán consciente era él de su vocación.
Vio a un egipcio golpear a un hebreo, y
no pudo quitar sus manos del agresor.
Había eso en Moisés, porque súbitamente reaccionó en forma violenta contra la
indefensión y la injusticia. Él fue más bien
como su madre real adoptiva, que había
asumido su causa en su infancia. Moisés
necesitó ese tipo de corazón, porque esto
era parte de la preparación de Dios para
el hombre que iba a sufrir por el resto de
su vida con personas malhumoradas e
ingratas sin perder la entrañable compasión por ellas.
Vemos el propósito pleno de Dios con
Moisés desde el principio mismo: tal
como empezó con este hombre iba seguir con él a través de su larga vida de
servicio.
Un incidente posterior en la vida de
Moisés lo muestra de nuevo así, saltando en defensa del desvalido: «Los pastores vinieron y las echaron de allí (a las
hijas de Jetro), entonces Moisés se levantó
y las defendió» (2:17). Esta participación
en la casa de Jetro significó que Moisés
se estableciera allí y pasara cuarenta años
cuidando las ovejas de otro hombre. Esta
es una historia de evidente fracaso, pero
ni aun el fracaso pudo apartar a Moisés
de los propósitos de Dios, que
90
ESTUDIO BIBLICO
soberanamente presidió todo para llevarlos a cabo. Así, por cuarenta años Moisés cuidó las ovejas de otro hombre hasta que vino el día cuando Dios estuvo listo
para decir: «Yo guiaré a mis ovejas, a mi
pueblo, como un rebaño, por mano de
Moisés».
4. El recurso de la oración
Si el capítulo 1 muestra que el pueblo de Dios no puede ser destruido por
agente humano alguno, el capítulo 2 deja
en claro que ellos tampoco pueden ser
librados por un simple agente humano.
Si Faraón no puede destruirlos, tampoco
Moisés puede librarlos. «Las armas de
nuestra milicia no son carnales», era una
lección aprendida hacía tiempo en tierra
de Egipto. A pesar de toda su capacidad
y toda su autoridad, Moisés no podía ser
el libertador del pueblo de Dios. Ellos no
podrían ser destruidos por el hombre y
no podrían ser salvados por el hombre.
Sin embargo, misericordiosamente, el
pueblo poseyó un recurso espiritual,
como aprendemos en los versículos finales de este capítulo. «Aconteció que
después de muchos días... los hijos de
Israel gemían a causa de la servidumbre, y clamaron» (2:23). El alivio no se
encontró con el paso del tiempo, sino pasados muchos días. El cristiano nunca
dice que el tiempo es el gran sanador. No,
el paso del tiempo no trajo alivio; sólo
trajo continua esclavitud. Lo que trajo alivio fue el lugar y la práctica de la oración; «y subió a Dios el clamor de ellos
con motivo de su servidumbre».
La repetición de esta última frase
muestra que su clamor a Dios fue originado por un profundo sentimiento de
necesidad, y es también la explicación de
la respuesta de Dios: «y subió a Dios el
clamor de ellos con motivo de su servidumbre». El motivo para el lamento desde la tierra era la esclavitud y el motivo
AGUAS VIVAS
por el cual la oración fue oída en el cielo
fue también la esclavitud. Nuestras verdaderas necesidades son en sí mismas una
apelación a Dios, y una garantía de que
él nos oirá.
Los próximos dos versículos dan una
cuádruple explicación de por qué tal oración es eficaz. Primero, es porque Dios
oye. Luego, porque Dios recuerda. Él
recuerda su pacto, que significa simplemente que Dios había hecho una promesa solemne. Él había dicho que él sería
un Dios para Abraham y su descendencia, y juró efectivamente a ese efecto.
Faraón lo desafió, diciendo: «Ellos son
mi pueblo, y yo los destruiré», pero Dios
no podía permitir esto, porque ellos eran
pueblo suyo y él se había comprometido
con ellos. Dios siempre recuerda sus promesas y nunca las abandona.
Se nos dice entonces que Dios miró.
Debemos notar que, aunque el pacto estaba asociado con Jacob, Dios los vio
como Israel. Él siempre mira a su pueblo
a la luz de lo que él ha hecho por ellos a
través de su gracia. Él no los ve en relación con su herencia pecadora en Jacob,
sino en relación con su herencia de gracia en Israel. Dios siempre ve a su pueblo a través del prisma de la gracia.
En cuarto lugar, dice que Dios los
reconoció. Esto significa que él lo supo
todo. Él inclinó su mirada a la situación
de ellos y la asumió; no sólo tuvo información acerca de ella, sino que él sentía
profundamente sus agonías. Las necesidades del pueblo de Dios y sus circunstancias impactaban directo a su corazón.
Por aquellos israelitas, había Uno en el
trono alcanzado con las punzadas de sus
sufrimientos, y fue por eso que la oración tuvo eficacia.
Volvamos ahora a las medidas que
Dios tomó para contestar estas oraciones
agonizantes, y a medida que pasamos al
capítulo 3, dejamos la consideración de
AGUAS VIVAS
ESTUDIO BIBLICO
los caminos perseverantes de Dios con
la totalidad de su pueblo, para abocarnos
a un hombre y lo que Dios hizo por él.
Los caminos de Dios con su siervo
Toda la sección de 3:1 a 7:7 opera
según un modelo. Primeramente, hay una
secuencia de visión, certeza y fracaso. El
mismo modelo que se repite luego con
una diferencia significativa es: visión,
certeza y éxito. Tales sucesiones nos llevan a indagar cuál es el significado de la
visión y qué es aquello que torna el fracaso en éxito.
La respuesta a esta primera pregunta
es que la preparación esencial de un individuo para el servicio consiste en conocer a Dios en el lugar secreto, a través
de los tratos entre Dios y su alma. Esto
se muestra claramente en las ocasiones
cuando Dios vino a Moisés como individuo solitario y habló con él en secreto.
La preparación de Moisés para el servicio tuvo su punto de origen y sus lecciones más eficaces allí en el lugar secreto,
donde él llegó a conocer Dios a través de
su acción reveladora. No era cuestión de
la destreza de Moisés, sino de la acción
reveladora de Dios. Dios quitó el velo y
se mostró a Moisés; ahí es donde empieza el servicio.
La segunda pregunta se relaciona con
la diferencia entre el rotundo fracaso de
la primera vez y el éxito al final del segundo modelo. ¿Qué fue lo que hizo la
gran diferencia? La visión era la misma;
la confianza era la misma; pero en el primer caso Moisés falló, en tanto que en el
segundo triunfó. Investiguemos más allá.
El modelo empieza con la visión, y
comenzamos en el capítulo 3 viendo a
Moisés en el camino de la revelación,
cuando él atiende diligentemente asuntos rutinarios. ¿No dijo el Señor Jesús que
cuando somos fieles en cosas muy pequeñas, entonces se nos dará mayor au-
91
Moisés presentó cinco excusas diferentes; pero antes de mirarlas, debemos
registrar que Dios no las
aceptó, sino que se empeñó en remediar las quejas
de su siervo.
toridad? Moisés es una lección objetiva
de esta verdad: él era fiel guardando las
ovejas de otro hombre en un lugar desierto, y Dios le asignó una gran autoridad. Aquí le fue dada una triple revelación, una revelación de Dios, de la necesidad de su pueblo y de su propia vocación en la satisfacción de esa necesidad.
«Y se le apareció el Ángel de Jehová
en una llama de fuego en medio de una
zarza; y el miró, y vio que la zarza ardía
en fuego, y la zarza no se consumía» (v.
2). Este es llamado a menudo ‘el pasaje
de la zarza ardiente’; sin embargo, el arbusto no se estaba quemando, sino que
Dios mismo era la llama de fuego. De
esta forma, Dios estaba diciendo a Moisés: «Yo soy el Dios Viviente – viviente
en el sentido más absoluto». ¿Vio usted
alguna vez un fuego que no necesitara
combustible? Todo fuego se alimenta con
combustible. Aquí, sin embargo, era una
llama eterna que no requería combustible. Y, maravilla de maravillas, este Dios
viviente lleno de gracia se ha reducido a
habitar en la cosa más ordinaria y la ha
hecho resplandecer con su propio fulgor.
Era la visión de la llama eterna de Dios
en un pobre arbusto del desierto.
La visión enfatizaba la santidad de
Dios. Donde está Dios, está la santidad.
Y significa que Dios se reveló como el
Dios fiel –»Yo soy el Dios de tu padre,
92
ESTUDIO BIBLICO
Dios de Abraham, Dios de Isaac, y Dios
de Jacob». Él es el Dios que va fiel y
pacientemente con su pueblo escogido.
Es más, él es un Dios guardador y libertador (vv. 7 y 8). Esto, entonces, fue la
primera revelación, la visión del Dios
santo, fiel y guardador, presentándose
ante un pecador. Y en base a esto, Dios
abrió los ojos de Moisés a una necesidad
y a un llamamiento. Moisés, sin embargo, era reacio a oír ese llamado y necesitó una larga sesión con Dios sobre eso.
Así, pasamos a la materia de la certeza.
Moisés presentó cinco excusas diferentes; pero antes de mirarlas, debemos
registrar que Dios no las aceptó, sino que
se empeñó en remediar las quejas de su
siervo. Aquí están:
1. Insuficiencia. «¿Quién soy yo?»
(v. 11). A esto, Dios contestó: «Pero Moisés, ¡yo nunca dije que tú eras alguien!
¡No eres tú quien importa, soy yo! Yo
estaré contigo con todo mi poder, toda
mi santidad, toda mi fidelidad y toda mi
determinación a ser un Libertador».
2. Ignorancia. La excusa de ignorancia de lo que él debería decir cuando se
reuniera con los hijos de Israel. «¿Qué
les responderé?» (v.13). Inmediatamente Dios lo tranquilizó diciéndole que, si
la ignorancia era el problema, entonces
él no podría venir a un lugar mejor para
ser remediado. Moisés sólo quería saber
una cosa, pero Dios le dijo tres. Él quería
saber lo que debía decir acerca de Dios,
y el Señor no sólo le habló sobre sí mismo, sino sobre sus planes (vv. 16-18) sobre el curso de los acontecimientos (vv.
19-21), e incluso sobre el resultado final
(v. 22). Él cargó a Moisés con información. Si usted es ignorante, entonces el
Señor es el único que le pondrá al día.
¡Cuán ampliamente cubre él nuestras
necesidades y nuestras excusas!
El punto central sobre la revelación
de Dios se contiene en las palabras: «Yo
AGUAS VIVAS
soy el que soy» (v. 14). Hace muchos
años, yo estaba presente en un encuentro de mujeres, no para hablar sino oyendo a una hermana. Para mi deleite, ella
escogió hablar sobre Éxodo 3:14, así que
me acomodé en el asiento con avidez,
listo para aprender más sobre este versículo en el que me había ejercitado a
menudo. La sustancia de la dirección fue
así: «Estimados amigos, ¿qué necesidades tienen ustedes?». Entonces, ella
empezó a perfilar lo que podrían ser las
necesidades de una típica reunión de mujeres en una tarde de lunes. Y continuó:
«Ahora, miren esas necesidades. Aquí
están: una, dos, tres, cuatro, cinco...
Nombren cada una de sus necesidades
y entonces con respeto a cada una de
ellas, escuchen a Dios que dice: «¡Yo
soy eso! ¡Yo soy!».
Esto pudiera parecer risible, pero aun
así transmite el sentido de lo que Dios
dijo. Cual sea la necesidad, él es la respuesta. ¿Hay una necesidad? Entonces él
afirma: «¡Yo soy eso! ¡Yo soy!». Este es
el mensaje y la teología que Dios envió a
Moisés que declarara en Egipto. El pueblo necesitaba salvación, así que el Señor mismo sería su Salvador. En cualquier necesidad, el gran Yahvé se ofrece
a sí mismo como la respuesta. «¡Yo soy
eso! ¡Yo soy!».
3. Ineficacia. Moisés prosiguió alegando ineficacia: «Ellos no me creerán»
(4:1). Esto es contestado a través de tres
señales. «¿Ineficacia respecto a los recursos? ¿Qué has conseguido tú? Pero si
arrojas delante de mí lo que tienes en tu
mano, se volverá una cosa poderosa». Así
que Dios contestó a la ineficacia de Moisés señalándose a sí mismo como el Dios
de poder transformador. «¿Ineficacia de
tu persona? Tienes razón sobre eso. Pon
tu mano en tu pecho y siente latir tu propio corazón. Ahora saca tu mano y mírala. Tiene el contagio de la lepra de tu co-
AGUAS VIVAS
ESTUDIO BIBLICO
razón. En tu hombre interior estás absolutamente mal. Ahora repite la acción y
verás que la lepra ha desaparecido». Dios
es el único que puede quitar toda corrupción interior y transformar a su siervo en
un nuevo hombre. «¿Ineficacia ante el
enemigo? Anda y recoge agua del Nilo.
Anda al lugar mismo donde la vida de
Egipto está latiendo, aquello que ellos
adoran como un dios. ¡Ve y toma agua
de ese río y mírame convertir su vida en
muerte!». Él es el Dios de poder victorioso que puede enfrentar al enemigo y
reducir todo su poder a nada. ¡La objeción no se sostuvo!
4. Incapacidad. «Ay, Señor, yo soy
torpe de lengua» (4:10). A esta objeción,
el Señor dio la respuesta que aplicaría en
principio a cualquier incapacidad que
nosotros pudiéramos clamar: «¿Quién
hizo ese órgano, esa capacidad que tú te
quejas es tan inadecuada para el propósito? ¿No soy yo su Creador que hizo tu
boca? ¿Cómo puedo yo entonces dejarte
sin una palabra que hablar? Yo, el que
hizo tu boca, estaré con esa boca y te enseñaré lo que has de hablar».
5. Incredulidad. Esta fue la última
de las objeciones de Moisés e hizo a Dios
enojarse contra él. «Ay, Señor, envía, te
ruego, por medio del que debes enviar»
(4:13). ¡Cómo aborrece el Señor la incredulidad! Pensar que él había dado tantas certezas a Moisés y todavía el hombre no confiaba en él. Pero sobre el enojo del Señor prevaleció su gracia: «Bueno, Moisés, debes ir, porque yo insisto
en ello; pero si sientes que no puedes ir
solo, yo arreglaré que Aarón vaya contigo».
Con esta certeza de la gracia, Moisés
fue. La próxima sección del capítulo lo
evidencia: Dios fue con él. Dios no es
como un arrendador de botes en las riberas de un lago, que asigna a alguien para
el bote Nº 9, lo empuja al agua y lo deja
93
seguir solo. Ese no es el concepto bíblico del llamamiento. Es Dios quien determina lo que se hará, Dios escoge al siervo, y Dios va con él.
Vemos que hubo tres vías en las que
Dios ejerció esta supervisión pastoral
sobre su siervo. Primeramente, le enseñó una lección concerniente a la dirección divina. Moisés regresó a pedir el
permiso de su suegro y aún estaba en eso
cuando Dios interrumpió la conversación
rudamente, diciendo: «Perdona, Moisés,
pero soy yo, no Jetro, el que te está enviando: Vé y vuélvete a Egipto» (v. 19).
Dios debe permanecer a cargo de su propia obra.
La segunda lección, relativa a la justicia divina: «Jehová le salió al encuentro, y quiso matarlo» (v. 24). ¡Qué asombroso incidente! ¡El Señor luchando contra su siervo escogido! Debemos escudriñar en esto. El Señor estaba luchando
contra él porque su hijo Gersón no había
sido circuncidado. Esta es la clara lección del pasaje. Luego que el muchacho
fue circuncidado, el Señor dejó ir a Moisés (v. 26). Es peligroso andar en los negocios de Dios en un estado de desobediencia. Moisés iba al pueblo del pacto
para hablarles en el nombre del Dios del
pacto y comprometerlos en las promesas
del pacto, y él aún andaba en desobediencia al pacto. Por consiguiente, no podía
continuar; Moisés no podría poner un pie
en Egipto o asumir la obra de Dios, hasta
haber hecho justicia.
Ahora, ¿qué pasó con Séfora? Bueno, temo que todos nosotros hemos sido
descaminados por esa traducción
infortunada de las palabras: «un esposo
de sangre». Hemos llegado a considerar
esto como si fuera un término de reproche e incluso de abuso. ¡No es así! Séfora
supo la causa del enojo de Dios, y como
su marido estaba incapacitado, ella tomó
el cuchillo, circuncidó el muchacho y tocó
94
ESTUDIO BIBLICO
1
a Moisés con la sangre de la circuncisión ,
asociándolo con este acto de obediencia.
Tan pronto como él fue tocado por esta
sangre, fue restaurado a su esposa desde
su lecho de muerte. ¡Ella lloró de alegría:
«He aquí, nuestro matrimonio ha vuelto
a empezar de nuevo! ¡Tú eres de nuevo
mi novio, restaurado a mí por la sangre
derramada». ¡Qué indicación de su amor
por Moisés y la felicidad de su hogar juntos: Él es su novio, restaurado a la vida,
restaurado de la muerte, porque ella lo
trajo al lugar de la obediencia!
La tercera lección que Dios dio a
Moisés en esta sesión final de información y cuidado pastoral concerniente a la
gracia divina fue: «Y Jehová dijo a Aarón:
Vé a recibir a Moisés al desierto. Y él
fue, y lo encontró». (v. 27). ¡Qué emocionante debe haber sido para Moisés!
Por esos días no había correo, ni teléfono, ni medios de comunicación; y Aarón
vino a la cita así como Dios lo había prometido. La gracia había ido adelante, la
gracia había provisto una bienvenida humana para demostrar que Dios estaba a
su lado.
¿Qué más podía un hombre desear?
«Moisés, permíteme ser tu Guiador.
Moisés, sobre todas las cosas guardadas,
sé recto conmigo en la obediencia. Moisés, yo estoy contigo en la gracia». Con
ese trasfondo, Moisés arribó a la tierra
de Egipto, ¡sólo para encontrarse con un
fracaso total y desconsolador! «Entonces
Moisés se volvió a Jehová y dijo: Señor,
¿por qué afliges a este pueblo? ¿Para
qué me enviaste? Porque desde que yo
vine a Faraón para hablarle en tu nom1
La Versión Reina-Valera es oscura en este
pasaje. La Nueva Versión Internacional en español
(NVI), traduce así el versículo 25 de Éxodo: «Pero
Séfora, tomando un cuchillo de pedernal, le cortó
el prepucio a su hijo; luego tocó los pies de Moisés
con el prepucio y le dijo: No hay duda. Tú eres para
mí un esposo de sangre» (Nota del traductor).
AGUAS VIVAS
bre, has afligido a este pueblo; y tú no
has librado a tu pueblo» (5:22-23). ¡Un
absoluto fracaso!
Los caminos de Dios con sus fracasos
La razón para el fracaso de Moisés
fue su obediencia parcial. Dios le dio instrucciones muy precisas y él las ignoró o
las cambió. Se le dijo que llevara una
delegación de los ancianos (3:18) y él sólo
trajo a Aarón (5:1). Se le dijo que viniera
diplomáticamente, y vino como un explosivo viento oriental. Se le encomendó que dijera: «Jehová el Dios de los hebreos nos ha encontrado» y él dijo:
«Jehová el Dios de Israel dice así». Se le
dijo que hiciera una demanda provisional para una jornada de tres días en el
desierto, y él hizo una demanda absoluta
de liberación. En un sentido, hizo lo que
Dios le dijo que hiciera, pero en otro sentido falló absolutamente en materia de
obediencia. Como resultado, Faraón endureció la servidumbre del pueblo y sus
ancianos vinieron y maldijeron a Moisés.
La obediencia parcial de un hombre
dio al enemigo la victoria sobre todo el
pueblo de Dios. Puso al pueblo –no a
Moisés, sino al pueblo– bajo severo juicio y privación, y fragmentó el compañerismo a tal grado que los ancianos vinieron a Moisés y le dijeron que ellos no
querían ver nada más con él. La sola obediencia a medias de un hombre hizo todo
esto. Siempre lo hace. Le da poder al
enemigo, trae sufrimiento a la Iglesia y
quebranta el compañerismo. A pesar de
la visión y la certeza, Moisés termina esta
fase en completo fracaso.
Ahora veremos el modelo durante el
segundo tiempo con la visión más extensa, la certeza más amplia y luego el éxito.
Veamos lo que Moisés hizo en su
desesperación: se volvió al Señor (5:22).
AGUAS VIVAS
ESTUDIO BIBLICO
Esa es la forma de tratar con el fracaso.
Satanás siempre nos hará refugiarnos en
nuestro fracaso, replegándonos, ocultándonos y sucumbiendo a un sentimiento
de condenación. El ejemplo de Moisés
nos dice que no hagamos así, sino que
traigamos nuestro fracaso a la luz, a la
presencia de Dios. Volverse al Señor y
decirle todo a él. Expresar en palabras la
calamidad. «Tú no has librado a tu pueblo». Es lo que Moisés hizo con su fracaso; ahora veamos lo que Dios hizo con
ello. Esto es simplemente hermoso:
«Ahora verás lo que yo haré». Lo que es
más, Dios apuntó a sí mismo, abriendo
los ojos de Moisés a una nueva revelación, una revelación salvadora: «Yo soy
JEHOVÁ» (v. 2).
Dios enfrentó a Moisés con una esperanza firme. Le dijo: «Ahora que te
tengo en el lugar de la desesperación absoluta, yo puedo realmente mostrarte mi
poder. Por fin, ahora, te tengo donde yo
quiero, y hay un terreno amplio para la
esperanza segura».
La visión renovada consistió en la
declaración más maravillosa del significado del nombre divino (6:2-8). Este
pasaje empieza y termina con la aserción majestuosa: «Yo soy Jehová», y
contiene siete verbos por los cuales Dios
se compromete a la acción. «Yo os sacaré... os libraré... os redimiré...». En
base a su gran nombre de Salvador, el
Señor hace tronar su «Yo...» una y otra
vez, dando a Moisés una visión renovada de sí mismo, con todo su poder viviente como el eterno Salvador. Es en
este pasaje que el verbo «redimir» se usa
por primera vez en su sentido bíblico
característico.
La visión es seguida por la certeza.
Moisés todavía estaba consciente de su
debilidad e insuficiencia, y enfatizó de
nuevo su debilidad como orador (v. 12).
Él había diagnosticado acertadamente
95
este punto central en cuanto a su debilidad; era en la facultad del habla que él se
sentía tan incompetente, y de hecho parece que cuando él fue a Faraón, dijo todas las cosas mal. Entonces, cuando se
volvió a Dios, preguntó: «¿Qué puedes
hacer tú con un hombre de labios
incircuncisos?». Y Dios le dijo que él –el
Señor– podría hacerlo, y no se lo dijo una,
sino dos veces: «Jehová habló a Moisés
y a Aarón y les dio mandamiento» (v. 13),
y el Señor dijo: «Mira, yo te he constituido dios para Faraón, y tu hermano Aarón
será tu profeta» (7:1). Dios le dio a Moisés una doble certeza allí donde él estaba
muy consciente de su debilidad. Él preparó para Moisés un completo sistema
de comunicación para ponerlo en este
lugar de necesidad fundamental.
Y, ¿qué pasó entonces? ¡Ya no hubo
más fracasos! Moisés va a tener una sólida carrera de éxito y nunca fallará de nuevo hasta esa última acción infortunada
de golpear la roca con violencia dos veces. La razón se encuentra en la respuesta a esta renovada visión y certeza: «E
hizo Moisés y Aarón como Jehová les
mandó; así lo hicieron» (7:6). Las palabras resuenan en un estribillo constante
desde ahora en adelante: «Como Jehová
mandó a Moisés». Por fin, el fracasado
había encontrado el secreto del éxito.
En el capítulo 2, Moisés aprendió que
era imposible ir como un libertador con
sus propios recursos. En el capítulo 5, vio
que era inadecuado aun ir al llamado de
Dios para ser un libertador. Pero en el
capítulo 7, él había aprendido por fin la
lección de que la victoria y el éxito salen
al camino del hombre que es obediente.
«Como Jehová les mandó; así lo hicieron». Ésa era la llave de la empresa completa del éxodo. (Continuará).
***
De «Toward the Mark» Nov-Dic., 1977.
96
ESTUDIO BIBLICO
AGUAS VIVAS
Los nombres de Cristo.
El
Hijo
de Dios
Harry Foster
S
i por casualidad pudiéramos oír
a un santo en sus devociones
privadas, de seguro le oiríamos
confesar sus limitaciones, y
cuanto mayor fuese el santo probablemente mayores serían sus expresiones de
indignidad personal. Jesucristo aventajó
a todos en santidad, mucho más en su
expresión de auto humillación, Su oración en la víspera de la crucifixión respira una atmósfera de callada confianza y
perfecto compañerismo con el Padre en
un amor y gloria que no tienen principio
ni fin (Juan 17:5, 24). Él se dirigió al eterno Padre sabiéndose a sí mismo el Hijo
eterno: y esto es lo que él es; el compañero del Padre, el muy amado camarada
y colega del Padre.
Cristo compartió la planificación de
la creación de hombre; y en el principio
del tiempo él mismo fue quien ejecutó
este plan (Colosenses 1:16). Más aún,
compartió la planificación de la redención del hombre, y en la plenitud de los
tiempos descendió personalmente a la tierra para llevar a cabo este plan expiatorio
(1 Juan 4:14). Así el bebé de María, nacido en Belén de madre humana y destinado a vivir como un Hombre entre los
hombres, y a morir en la cruz como un
Hombre por los hombres, era de hecho
el Hijo de Dios. La propia María supo
esto –nadie mejor– y comprendió que
sólo una intervención milagrosa en su
vida por el Espíritu Santo podía posibilitar que el Hijo eterno de Dios llegara a
ser un miembro de la raza humana (Lucas
1:35).
El propio Satanás reconoció esta filiación, y en las tentaciones del desierto
trató de usar el hecho como un argumento para inducir a Cristo a actuar de manera que contradijera su dependencia absoluta de Dios. Los otros demonios también lo reconocieron, y aun cuando era
para su propia confusión, se vieron obligados a reconocerlo como el santo Hijo
de Dios, aunque él no tenía ningún deseo
de ser reconocido (Lucas 4:41).
Los dirigentes judíos conocieron suficientemente bien que Jesús afirmaba ser
el Hijo único de Dios, pero en lugar de
investigar humildemente esta posibilidad,
ellos lo rechazaron y aun decretaron su
muerte bajo este mismo cargo (Juan
19:7). En las últimas horas de su terrible
agonía en la cruz, Cristo fue tentado acerca de si él realmente era el Hijo de Dios
AGUAS VIVAS
ESTUDIO BIBLICO
(Mt. 27:40). Los irreflexivos escarnecedores pueden genuinamente haber dudado de su filiación, como aun sus discípulos parecen haber hecho.
Sin embargo, los espíritus satánicos
que incitaron crueles sonrisas de desprecio no tenían duda alguna sobre eso, pero
de hecho estaban haciendo un esfuerzo
final para conseguir que él rompiera con
el Padre y abandonara la obra de redención del hombre. Él rehusó bajar de la
cruz, aunque fácilmente pudiera haberlo
hecho, y por su negación hizo no sólo el
sacrificio perfecto por el pecado sino que
estableció con claridad que él realmente
es el Hijo de Dios (Mateo 27:54).
La resurrección lo puso aun más en
evidencia. Expuso la necedad y futileza
del crimen de los líderes judíos, porque
el poderoso milagro de la resurrección
en el tercer día fue la total y final autentificación de la filiación de Cristo (Romanos 1:4). Después de su ascensión, él
retomó la gloria que había disfrutado antes que el mundo fuese, y que había dejado temporalmente por causa nuestra. Es
para enorme consuelo nuestro que la
reasumió, con la calidad agregada de
comprensiva compasión que él había
ganado aquí en tierra (Hebreos 4:14-15).
Nunca permitamos que la simple belleza de la humanidad de Cristo opaque
el hecho vital de su filiación eterna. Es
verdad que en su encarnación él se despojó a sí mismo de las evidencias exteriores de su gloria (Filipenses 2:7), pero
él no lo hizo y no podía desposeerse de
ese lugar esencial en la Deidad que le permitía declarar: «Yo y el Padre uno somos»
(Juan 10:30). Era comprensible que, en
el momento cuando el Padre estaba en
cielo y él estaba en tierra, Jesús reconociese que el Padre era mayor que él (Juan
14:24), pero eso significaba mayor en posición; nunca él admite que había algo
menos que igualdad entre él y el Padre.
97
Todo padre sabio anhela el tiempo
cuando su hijo será bastante maduro para
ser su igual, con la sola diferencia entre
ellos de antigüedad en años. No puede
haber tal antigüedad en la Deidad, donde
no existe relación de tiempo, para que este
Uno, el Hijo del Padre, sea su compañero perfecto en un indescriptible y maravilloso compañerismo de amor y vida.
Un asunto que no es fácil entender es
lo que puede implicar la revelación del
hecho que cuando las actividades de su
reino se completen el Hijo se sujetará (1
Corintios 15:28). Él ciertamente no será
reemplazado ni degradado de su realeza.
El significado puede más bien ser que
esto marcará el cumplimiento de su comisión dentro de la Deidad de restaurar
la armonía perfecta del universo, marcando un punto en el tiempo, o al final del
tiempo, cuando la bienaventuranza eterna de la supremacía de Dios será indiscutible, y los hombres honrarán al Hijo
como honran al Padre (Juan 5:23).
La aceptación de Jesucristo como el
verdadero Hijo de Dios no es optativa
sino esencial. Este conocimiento trae la
certeza de la vida eterna (1 Juan 5:13); es
la base de nuestra personal experiencia
del Espíritu Santo (Gálatas 4:6); y es el
único secreto seguro de la vida cristiana
victoriosa (1 Juan 5:5). Dios viene a vivir en el corazón de quienes de verdad
reciben a Jesús como el Hijo de Dios (1
Juan 4:15).
En un deplorable estado de ignorancia, un hombre llamado Agur una vez exigió saber la identidad de nuestro Creador. «¿Cuál es su nombre» clamó, «y cuál
es el nombre de su hijo; si sabes?» (Proverbios 30:4). Felizmente, el Nuevo Testamento puede decirlo a todo aquel que
desea saber, porque revela el nombre y
la naturaleza de Dios testificando de Jesucristo, su Hijo eterno.
De «Toward the Mark» Ene-Feb.1972.
98
ESTUDIO BIBLICO
AGUAS VIVAS
Bosquejos
ESTE DIOS ES NUESTRO DIOS
MARÍA A LOS PIES DE JESÚS
El Dios de paz - Fil.4:9.
El Dios de amor - 2 Co.13:11.
El Dios de perdón - Neh. 9:17.
El Dios de esperanza - Rom. 15:13.
El Dios de paciencia y consolación Rom. 15:5.
El Dios de toda consolación - 2 Co.1:3.
El Dios de toda gracia - 1 P. 5:10.
El Dios de la gloria - Hch. 7:2.
El PROFETA que le enseña - Lc.10:39.
El SACERDOTE que la consuela - Jn.11:32.
El REY que ella ungió - Jn.12:3.
APLICAD VUESTRO CORAZÓN...
A la sabiduría - Sal. 90:12.
A la prudencia - Pr. 2:2.
A la enseñanza - Pr.23:12.
CRISTO Y LOS SUYOS
CINCO CORONAS
1. La corona de vida - Stg. 1:12; Ap. 2:10.
2. La corona de justicia - 2 Tim. 4:8.
3. La corona de gozo - 1 Tes.2:19.
4. La corona de gloria - 1 P. 5:4.
5. La corona incorruptible del galardón 1 Co.9:25.
SIETE EJEMPLOS DEL RECHAZO A CRISTO
1. Su propio MUNDO - Jn.1:10.
2. Su propia NACIÓN - Jn.1:11.
3. Su propio PAÍS - Mr.6:4.
4. Su propia CIUDAD - Lc.4:29.
5. Sus propios PARIENTES - Jn.7:5.
6. Sus líderes ANCIANOS, SUMOS SACERDOTES Y ESCRIBAS - Lc.9:22.
7. Sus DISCÍPULOS - Mr.14:71.
LA ESTIMACIÓN DE PABLO
- Año 59 DC: «el más pequeño de los
apóstoles» (1 Co.15:9).
- Año 64 DC: «menos que el más pequeño de todos los santos» (Ef. 3:8).
- Año 65 DC: «el primero de los pecadores» (1 Tim.1:15).
El PASTOR y las ovejas - Jn.10:11.
La VID y los pámpanos - Jn.15:5.
El EDIFICADOR y el edificio - 1 P. 2:4-5.
La CABEZA y el cuerpo - Ef.1:22-23.
ALGUNOS FIELES SIERVOS DE DIOS
«Sé fiel hasta la muerte, y yo te daré la
corona de la vida» (Ap.2:10).
* MOISÉS, fiel en toda la casa de Dios Nm. 12:7; Heb. 3:5.
* PABLO, Cristo Jesús me tuvo por fiel 1 Tim.1:12.
* TÍQUICO, amado hermano y fiel ministro - Col.4:7; Ef.6:21.
* ONÉSIMO, amado y fiel hermano Col.4:9.
* EPAFRAS, fiel ministro de Cristo Col.1:7
* TIMOTEO, hijo amado y fiel en el Señor
- 1 Co.4:17.
* SILVANO, hermano fiel - 1 P.5:12.
* DANIEL, era fiel - Dn. 6:4.
* ANTIPAS, testigo fiel - Ap.2:13.
«À Maturidade».
AGUAS VIVAS
LOS
El
99
BIBLIA
NÚMEROS EN LA
número 7
E
l siete se menciona 737 veces
en la Biblia. «Siete veces» es
mencionado 6 veces, el séptimo se encuentra 119 veces.
Cierto día, Pedro vino a Jesús y le dijo:
«Señor, ¿cuántas veces perdonaré a mi
hermano que peque contra mí? ¿Hasta
siete?». Para Pedro, perdonar hasta siete
veces ya era alcanzar el máximo de su
espiritualidad. Él quedó sin duda impresionado por el mandamiento del Señor
en el monte: «Sed, pues, vosotros perfectos, como vuestro Padre que está en los
cielos es perfecto» (Mt. 5:48). Probablemente, en la mente de Pedro perdonar
siete veces significaba alcanzar la perfección. Nuestro Señor lo sorprendió con la
respuesta: «No te digo hasta siete, sino
aun hasta setenta veces siete» (Mt.
18:22). Es la perfección sobre la perfección.
«Siete» es el número de la perfección,
generalmente con un énfasis espiritual.
En Hebreos, la palabra «siete» es
«chevah». Viene de la raíz «Sabah», lleno o satisfecho, tener suficiente. Por lo
tanto, el significado de la palabra «siete»
es denominado por esta raíz, pues, en el
séptimo día, Dios descansó del trabajo
de la Creación. Estaba pleno y completo,
bueno y perfecto. Nada podía agregarse
o quitarse de él sin perjudicarlo. Siete
veces Dios hizo el comentario sobre sus
obras: «Es bueno». Él estaba satisfecho
y entonces descansó. El siete, por lo tanto, sella con perfección y cabalidad aquello en relación a lo cual es usado.
BIBLIA
Christian Chen
El primer patrón de una vida completa después de la caída del hombre fue
dado en Génesis 5:24: «Caminó, pues,
Enoc con Dios, y desapareció, porque le
llevó con Dios». Enoc era el séptimo desde Adán y el primer hombre que no experimentó la muerte.
El segundo hombre después de Adán
que caminó con Dios fue Noé (Gn. 6:9).
Noé llevó los animales limpios para el
arca de siete en siete (Gn. 7:2). Siete días
después que Noé entrara en el arca, vino
el diluvio (Gn. 7:9-10). El arca descansó
el séptimo mes sobre las montañas del
monte Ararat (Gn. 8:4).
El esclavo hebreo debería servir durante seis años, que era el límite legal (Ex.
21:2). El amor hizo que Jacob deseara
servir a su tío Labán durante siete años
por Raquel. Solamente el amor puede ir
más allá del límite legal y puede abarcar
la extensión total de tiempo para servir.
(Gn. 29:20).
Después de la Pascua, el pueblo de
Israel debería comer panes sin levadura
durante siete días. Deberían quitar la levadura de sus casas. No deberían tocar
levadura «desde el primer día hasta el
séptimo» (Ex. 12:15). Aquí, es claro, es
destacada para nosotros la santidad implícita en todo esto. La levadura significa corrupción y real separación de Dios.
Después de haber sido salvados, nosotros debemos vivir apartados de la levadura nuestros «siete días», que representan nuestra vida entera.
El candelero de oro del Tabernáculo
100
BIBLIA
tenía seis brazos que salían de un soporte
central, sumando un total de siete, dando
énfasis y en armonía con el hecho de que
la luz era la luz del pueblo de Dios en el
mundo, pero que su fuente era divina. En
correspondencia con los siete brazos fueron hechas también siete lámparas. (Ex.
25-32, 37).
Antes que Aarón y sus hijos dieran
inicio a su servicio sacerdotal, ellos fueron consagrados durante siete días (Lv.
8:31-36). El hijo de Aarón que tomara su
lugar como sacerdote debería colocarse
las vestiduras sagradas de Aarón por siete días. (Ex. 29:2, 30). Estas son descripciones de una vida completamente consagrada al servicio del Señor.
En el día de la expiación, el sumo
sacerdote esparcía la sangre del becerro
sobre el propiciatorio, y siete veces delante del propiciatorio (Lv. 16:14). Esto
retrata la perfección de la obra redentora
de Cristo. «…por su propia sangre entró
una vez para siempre en el Lugar Santísimo, habiendo obtenido eterna redención» (Heb. 9:12).
Había 7 días de fiesta de nuestro Señor: Pascua, Panes sin levadura, Primicias,
Pentecostés, Expiación, Trompetas y
Tabernáculos (Lv. 23:1-44). Aquí hay un
tipo perfecto de Cristo como nuestro deleite, nuestra alegría y nuestro descanso.
Cuando Israel tomó la ciudad de
Jericó, Dios les ordenó que marchasen alrededor de la ciudad siete veces. Entonces, en el séptimo día, cuando ya habían
marchado siete veces alrededor de ella,
completaron su marcha de fe. Esta marcha fue completada con los siete sacerdotes llevando las siete bocinas de cuero de
carnero delante del arca (Jos. 6:1-12).
A Salomón le tomó siete años construir el templo de Dios (1 R. 6:38).
Salomón y todo el pueblo dedicaron la
casa de Dios. «Entonces hizo Salomón
fiesta siete días…» (2 Cr. 7:8) y «habían
AGUAS VIVAS
hecho la dedicación del altar en siete
días» (2 Cr. 7:9).
Dos milagros de Eliseo fueron sellados con el número 7: el niño que él resucitó de la muerte estornudó siete veces
antes de abrir los ojos (2 R. 4:35).
Naamán, jefe del ejército del rey de Siria
«se zambulló siete veces en el Jordán»
antes de ser sanado de la lepra (2 R. 5:14).
La sabiduría del libro de Proverbios
es personificada y siempre habla de Cristo. «La sabiduría edificó su casa, labró
sus siete columnas» (9:1). No son solamente las siete columnas que son configuradas en la Roca eterna, en ella se encuentran también siete ojos, según
Zacarías 3:9. «Porque los que menospreciaron el día de las pequeñeces se alegrarán, y verán la plomada en la mano
de Zorobabel. Estos siete son los ojos de
Jehová, que recorren toda la tierra» (Zac.
4:10) Los siete ojos en la piedra que está
en Sion hablan de la perfecta inteligencia de Dios. Ellos deben alegrarse cuando ven la plomada en la mano de
Zorobabel, o sea, la casa de la habitación
del Señor enteramente terminada.
Tener siete hijos tipifica una bendición en toda su medida, aunque, como
nos recuerda Jeremías, el costo sea el más
alto de todos para la madre: «Languideció la que dio a luz siete; se llenó de dolor su alma, su sol se puso siendo aún de
día…» (Jer. 15:9). ¿No es un cuadro de
nuestro Señor en la cruz? A fin de ‘llevar
muchos hijos a la gloria’ (Heb. 2:10), él
expiró en la cruz y el sol se oscureció al
mediodía. Bebió también la copa amarga para que la copa de la bendición se
derramase sobre nosotros. Fue maldecido
y muerto sobre el madero para que fuésemos bendecidos con todas las bendiciones espirituales en los lugares celestiales en Cristo (Ef. 1:3).
En Daniel 9 leemos que están determinadas setenta semanas sobre el pue-
AGUAS VIVAS
BIBLIA
blo y la ciudad de Dios. El enfoque de
este programa determinado está en el fin
de (70-1) x 7 cuando «se quitará la vida
al Mesías» (Dn. 9:26). En relación al pueblo y al testimonio de Dios, Cristo y él,
crucificado, debe estar al frente.
El candelero en la visión de Zacarías
tenía 7 brazos para 7 lámparas o 7 brazos
para cada una de las 7 lámparas en medio de dos olivos. Qué abundante suministro del Espíritu Santo en esta figura
para sustentar el testimonio del Señor.
Esta es una de las mejores ilustraciones
para el famoso verso: «No con ejército,
ni con fuerza, sino con mi Espíritu, ha
dicho Jehová de los ejércitos» (Zac. 4:6).
Siete fueron los nombres mencionados en los títulos como autores de los
Salmos: David, los hijos de Coré, Asaf,
Hemán ezraíta, Etán ezraíta, Moisés y
Salomón.
Hay siete «hombres de Dios», así llamados en el Antiguo Testamento: Moisés (Dt. 12:22), David (2 Cr. 8:14),
Samuel (1 Sam. 9:6), Semaías (1 R.
12:22), Eliseo (2 R. 4:7), Elías, Igdalías
(Jer. 35:4). Y uno en el Nuevo Testamento, Timoteo, completando ocho.
Hay siete cosas débiles en Jueces,
utilizadas por Dios como instrumentos
de liberación, que marcan y sellan la perfección espiritual de Su obra: 1. Un hombre zurdo (3:21), Aod, libertando de la
opresión de Moab. 2. Una aguijada de
bueyes (3:31) en la mano de Samgar, libertando a Israel de los filisteos. 3. Una
mujer (4:4) y 4. Una estaca de tienda en
la mano de Jael, libertando de Jabín, rey
de Canaán. (4:21). 5. Un pedazo de una
rueda de molino (9:53), libertando al pueblo de la usurpación de Abimelec. 6. Los
cántaros y las trompetas de los 300 hombres de Gedeón (7:20) libertando de los
ejércitos de Madián. 7. Una quijada de
asno (15:16), con la cual Sansón libertó
a Israel de los filisteos.
101
Dios de hecho escogió «lo débil del
mundo para avergonzar a lo fuerte» (1
Co. 1:27), «a fin de que nadie se jacte en
su presencia» (1 Co. 1:29).
Siete peticiones constan en la Oración del Señor; tres referentes al cielo,
con la palabra «tu»; cuatro referentes a la
tierra con la palabra «nuestro» (nuestros,
as). En Mateo 13, hay siete parábolas del
Reino.
Siete fueron las palabras de Jesús en
la Cruz – Oro del Gólgota. Gólgota es el
foco de la revelación, de la historia y de
la experiencia. Dios hizo allí lo mejor y
el hombre lo peor. Todo en el Calvario es
significativo, pero de manera especial las
siete palabras del Salvador, habladas de
lo más profundo de Su sufrimiento vicario, lo interpretaron para la humanidad.
Él habló siete veces – una completa interpretación. Ninguna palabra de más, ni
una de menos.
Siete son los dones en Romanos 12:68; siete las unidades en Efesios 4:4-6; siete las características de la sabiduría, Santiago 3:17; siete las «mejores» cosas en
hebreos: Pacto (7:22), Promesas (8:6),
Bienes (10:34), Esperanza (7:19), Sacrificios (9:23), Patria (11:14) y Ciudad
(11:16); siete gracias en 2 Pedro 1:5-7,
siete pasos en la humillación de Jesús y
siete en su exaltación en Filipenses 2.
Siete hombres de buena reputación
fueron escogidos para administrar la benevolencia de la iglesia en Hechos 6:1-7.
El Libro de la Vida se menciona siete
veces en la Biblia.
El libro de Apocalipsis es un libro de
sietes. El «7» es usado 54 veces en este
libro. Tenemos 7 iglesias, 7 candeleros,
7 estrellas, 7 espíritus de Dios, 7 sellos, 7
ojos, 7 ángeles, 7 trompetas, 7 truenos, 7
cabezas, 7 últimas plagas, 7 bandejas de
oro, 7 montañas, 7 reyes, etc.
***
Extractado de «Os números na Bíblia».
102
PREGUNTAS
BIBLIA
Y
AGUAS VIVAS
RESPUESTAS
¿Cómo puede alguien reconciliar las órdenes de Dios sobre la matanza
de los cananeos (Dt. 20:16-17; Dt. 20:10-15) con la verdad enseñada
tan claramente en el Nuevo Testamento de que «Dios es amor»?
E
s mucho más fácil responder a
esta pregunta hoy que hace
cincuenta años atrás, debido a
las notables contribuciones recientes de la arqueología en cuanto al conocimiento del carácter y la religión de
los cananeos. Los registros confirman
plenamente las afirmaciones bíblicas de
su depravación y demuestran toda la culpa de ese antiguo pueblo, y al mismo
tiempo justifican la justicia divina al ordenar su ejecución y el mérito humano
en exterminarlos.
¿Qué clase de pueblo eran esos
cananeos a la luz de la arqueología? Ellos
tenían una de las culturas más avanzadas
del mundo antiguo. Situados en una encrucijada de las grandes rutas del comercio, en un espacio de tierra entre Asia y
África, ellos fueron los intermediarios de
la historia, controlando su comercio. Eran
también grandes marineros entre los antiguos. Usted puede acordarse de ellos por
la historia de los fenicios, pues era ese el
nombre que los griegos les daban. Como
resultado de su comercio y contacto con
muchas culturas, ellos fueron enriquecidos con toda la magnificencia del mundo conocido.
Los cananeos eran también un pueblo
educado y culto. Una de sus grandes contribuciones a la humanidad fue el desarrollo de la escritura. Ellos eran ciertamente más cultos que los hebreos nómades que
los conquistaron. Una comparación de los
restos arqueológicos de sus grandes ciudades amuralladas (Dt. 1:28;6:10), con las
toscas aldeas de la primera generación de
israelitas, prueba esto.
El Antiguo Testamento nos dice que
ellos ya tenían dentro de sí las semillas
de su propia destrucción (Gn.15:16; Lv.
18:25-28; Dt. 9:4-5). Levítico 18, que registra los pecados de ellos en detalle, no
siendo una lectura agradable, debería
convencer a cualquier persona que tenga
al menos un poco de fe, de que su destrucción no fue un asunto de injusticia o
de capricho de Jehová, ni un simple favoritismo en beneficio de su pueblo escogido. Algunos de los antiguos historiadores griegos también describen la
corrupción de ellos, en su adoración de
los dioses y diosas de la fertilidad.
Pero fue el caballo de un labrador, al
caer en un hoyo, que descubrió para nosotros las primeras pistas que trajeron luz
a la luz los elementos de la vida diaria y
las actividades de los antiguos cananeos.
Si usted nunca leyó la historia de las
excavaciones ugaríticas en Ras Shamra,
haría bien en hacerlo. El carácter de la
religión cananea como es descrito en la
religión ugarítica provee bases amplias
AGUAS VIVAS
103
BIBLIA
para ilustrar la verdad de las afirmaciones bíblicas sobre el asunto en su caracterización de la completa degeneración
moral y religiosa de los habitantes de
Canaán. Su religión se concentraba en el
sexo, sus dioses se asemejaban a lo peor
que hay en el hombre. Sus diosas representaban el sexo y la guerra – el primero,
principalmente en su aspecto sensual,
lujurioso: y la guerra en sus aspectos de
violencia y muerte. Lo que nos sorprende es que una de sus diosas hubiese recibido el nombre de «virgen» y de «santa»
en su papel de prostituta sagrada – otra
ilustración de la completa aberración e
indignidad moral de la religión cananea.
Prostitutos profesionales, tanto hombres
como mujeres, eran siempre parte de los
templos. Muchas de sus orgías eran realizadas como actos de adoración de los
dioses y diosas.
Fuimos consultados muchas veces
por qué en medio de una lista de pecados
sexuales, como en Levítico 18, fue insertada la prohibición de quemar niños
en sacrificio a Moloc (v. 21). La respuesta se vuelve clara cuando vemos que el
elemento de unión de todos esos pecados es el hecho de que eran realizados
como parte del ritual de adoración a los
dioses cananeos.
El culto cananeo era bárbaro y extremadamente licencioso, por tratarse de un
politeísmo de un tipo excesivamente bajo.
Él tuvo inevitablemente un efecto grave
y debilitante en todas las fases de la vida
cultural y comunitaria de los cananeos.
Era también inevitable que las personas
descendiesen hasta el nivel moral de los
dioses sórdidos a quienes servían. «Tales dioses, tales sacerdotes; tales sacerdotes, tal pueblo». Es lo que expresa una
ley que opera inevitablemente.
Debemos recordar ahora que los
cananeos se hallaban en la encrucijada
del mundo antiguo y que sus enseñanzas
y manera de vivir se esparcían a través
de las caravanas. ¿Por cuánto tiempo un
Dios de amor debería soportar que tal
corrupción se extendiese por la tierra,
contaminando toda la humanidad? Ese
cáncer debía ser extirpado por completo
si el cuerpo debía ser salvo. La extirpación de un área cancerosa es una operación terrible, que todo médico de buen
corazón quisiera evitar, pero gran parte
de las veces la remoción del cáncer es la
cosa más bondadosa que el cirujano puede hacer en vista de las circunstancias.
La cosa más bondadosa que Dios podía
hacer por la raza humana era extirpar
aquel cáncer, con todas sus raíces y fibras. En el caso de los cananeos, en lugar
de hacer uso de las fuerzas de la naturaleza para realizar su justicia punitiva, Dios
empleó a los israelitas como instrumentos de ella. (Jos. 5:13-14).
A la luz de todo este cuadro, el exterminio de los cananeos por los israelitas
fue justo y el uso de éstos con ese propósito fue correcto. Era una cuestión de
destruir o ser destruido, de separarse o
ser contaminado y consumido.
«À Maturidade».
jjj
La muerte vencida
Cuando los niños juegan en la playa, cavan pozos en la arena, que
luego son llenados por el agua al subir la marea. Cuando avanzan las olas,
el agujero desaparece cubierto por el océano. De la misma manera, el
cristiano ve la muerte, pero es sumergido en el amor y la gracia de Dios.
La muerte es un incidente y no un fin.
Billy Graham, en La juventud, el sexo y la Biblia
104
¿CUÁNTO
BIBLIA
SABE DE LA
AGUAS VIVAS
BIBLIA?
En las páginas de la Biblia hay una hidrografía muy rica, con mares, lagos, pozos,
torrentes, y especialmente ríos de renombre, por estar ligados a personajes y hechos
muchas veces portentosos. ¿Quién podría olvidar el nombre del mar que se abrió
para que pasara Israel en seco, o el río en que fue bautizado el Señor, o aquel otro
junto al cual Ezequiel recibió maravillosas revelaciones de Dios?
Le invitamos a probar sus conocimientos acerca de este interesante tema. Conteste
sin buscar ayuda. En la página 111 hallará las respuestas correctas.
1. Río egipcio, considerado una deidad
por los egipcios.
a) Zoan
b) Pitón
c) Nilo
d) Ramesés
2. Río de Mesopotamia.
a) Tigris
b) Harán
c) Ur
d) Sumer
3. Mar que huyó ante la vara de Moisés.
a) Adriático
b) Salado
c) Rojo
d) Grande
4. Principal río de Israel.
a) Galaad
b) Jericó
c) Caná
d) Jordán
5. Uno de los ríos elogiados por Naamán.
a) Abana
b) Damasco
c) Éufrates
d) Hidekel
6. Río de las visiones de Ezequiel.
a) Babilonia
b) Quebar
c) Tigris
d) Halis
7. Mar en que el Señor realizó varios
milagros.
a) Genesaret
b) Galilea
c) Tiberias
d) Todas las anteriores
8. Los cuatro ríos del Edén son:
a) Pisón, Jordán, Hidekel, Tigris
b) Gihón, Hidekel, Éufrates, Tigris
c) Pisón, Gihón, Hidekel, Éufrates
d) Pisón, Havila, Cus, Asiria
9. ¿Cuál es el Mar de Egipto en las Escrituras?
a) Rojo
b) Mediterráneo
c) Negro
d) Muerto
AGUAS VIVAS
BIBLIA
10. ¿Cuál es el Mar Grande en la Biblia?
a) Mar de los filisteos
b) Egeo
c) Mar occidental
d) a y c
11. La aventura marítima de Pablo al final de Hechos ocurrió en el Mar
a) Negro
b) Adriático
c) Egeo
d) Rojo
12. La guerra de los cuatro reyes contra
cinco ocurrió junto al Mar...
a) Salado
b) Cineret
c) Galilea
d) Occidental
13. El pozo de Jacob, donde el Señor
conversó con la mujer samaritana, se
ubica:
a) junto al río Jordán
b) en Samaria
c) cerca de Jericó
d) en Betania
14. Las victorias de Débora y Barac ocurrieron en las cercanías del río:
a) Arnón
b) Caná
c) Cisón
d) Jaboc
15. El torrente de Cedrón estaba ubicado:
a) junto a Jerusalén
b) junto al monte Gerizim
c) en el valle de Meguido
d) al otro lado del Jordán
105
16. ¿Qué aguas deseó beber David
ardientemente, y que sus valientes le obtuvieron a riesgo de sus vidas?
a) del estanque de Siloé
b) del pozo de Belén
c) del estanque de Betesda
d) del pozo de Jacob
17. Farfar es un río ubicado en:
a) Antioquía
b) Judea
c) Damasco
d) Fenicia
18. Río bíblico donde había buen oro.
a) Hulé
b) Hidekel
c) Gozán
d) Pisón
19. ¿Qué son Ezek y Sitna?
a) los ríos elogiados por Naamán
b) Pozos de Gerar disputados
c) ríos de Decápolis
d) dos afluentes del Nilo
20. ¿Qué nombre recibieron las aguas
amargas que encontró Israel en el desierto?
a) Elim
b) Sinaí
c) Cades-Barnea
d) Mara
21. Esdras publicó ayuno junto al río:
a) Ahava
b) Gaas
c) Ulai
d) Tigris
jjj
¿Por qué tantos nombres?
Unos nativos en el Congo preguntaron al misionero E. A. Ruskin por
qué Jesucristo tenía tantos nombres: «Admirable, consejero, Príncipe de
Paz, etc.» El misionero les dijo que era por razón de su plenitud de gracia
y poder.
Para hacérselo comprender, les dijo: «Es como un diamante perfecto.
Se dice que una de estas piedras preciosas tiene 32 facetas, y cada una su
propio, particular, valor. Así sucede con Jesucristo, mirándole atentamente
con nuestros ojos de fe».
106
FAMILIA
AGUAS VIVAS
Sobre la necesidad de instruir al niño en su camino, pero
esperando en la gracia de Dios.
Instruyendo
con temor
César Albino
«Instruye al niño en su camino, y aun cuando fuere viejo no se apartará de él»
(Prov. 22:6). «Si Jehová no edificare la casa, en vano trabajan los que la edifican»
(Salmo 127:1a).
E
n el Nuevo Testamento, en 2ª
Timoteo 1:5, y 3:14-16, se nos
habla de un joven llamado
Timoteo, quien desde pequeño fue instruido en los caminos del Señor. Este muchacho llegó a ser un siervo
muy útil en la obra del Señor. Se dice de
él que llegó a hacer la obra de la misma
manera que el apóstol Pablo (1ª Corintios
16:10).
Curiosamente, vemos que no fue instruido por su padre, sino por otras personas: su abuela Loida y su madre, Eunice.
Timoteo no tuvo el ejemplo paterno para
seguir sus pisadas en el servicio, pero
tuvo a su madre y a su abuela, quienes le
instruyeron en los caminos de Dios.
Cuando los hijos aman al mundo
Este es un precioso testimonio de
cómo una buena educación espiritual
desde niño produce un hermoso resultado. Sin embargo, no siempre una buena
crianza da los frutos esperados.
En 1 Samuel 3:19-20, la Escritura da
muy buen testimonio de Samuel: «Jehová
estaba con él y no dejó caer a tierra ninguna de sus palabras. Y todo Israel, desde Dan hasta Beerseba, conoció que
Samuel era fiel profeta de Jehová». Pero
AGUAS VIVAS
FAMILIA
en 1 Samuel 8:1-5 se dice que los hijos
de Samuel –nótese, no dice su hijo, sino
los hijos de Samuel– «no anduvieron ...
por los caminos de su padre, antes se
volvieron tras la avaricia, dejándose sobornar y pervirtiendo el derecho». Aquí
vemos a un padre que sirve a Dios, que
tiene una preciosa responsabilidad en la
casa del Señor, como sacerdote y juez de
Israel, pero cuyos hijos actúan
impíamente.
De igual manera, en 2 Reyes 22:1-2
se dice de Josías que «hizo lo recto ante
los ojos de Jehová, y anduvo en todo el
camino de David su padre, sin apartarse
a derecha ni izquierda». Sin embargo, de
su hijo Joacaz, se dice que «hizo lo malo
ante los ojos de Jehová» (2 Reyes 2832).
Muchos padres creyentes están viviendo hoy esta misma situación. Ellos
se han consagrado para servir al Señor,
pero tienen hijos amadores del mundo.
Ellos se preguntan: ¿Por qué mi hijo es
así, si siempre le hemos guiado por el
buen camino, le hemos enseñado el temor del Señor, le instruimos, amonestamos, disciplinamos y le amamos? Ellos
no tienen respuesta. Ellos han procurado
evitar caer en el error del sacerdote Elí,
quien no estorbó a sus hijos en su conducta impía, a causa de lo cual vino el
juicio sobre su familia. (1 Samuel 2:1236). Sin embargo, no tienen respuesta.
La confusión se hace mayor para ellos
cuando ven el reverso de esta moneda,
es decir, padres que no son consagrados,
pero cuyos hijos son hermosos en el Señor, que sostienen santifican al Señor en
sus hogares.
Las causas pudieran ser muchas y
variadas, pero tal vez algunas de éstas
pudieran ayudar a explicarlo.
Hay padres que, en su anhelo de ser
buenos padres, miman excesivamente a
sus hijos desde pequeños y nunca los dis-
107
El Señor quiere mostrarnos que no es por nuestra
fidelidad que nuestros hijos son fieles, sino sólo
porque él es Dios bueno,
misericordioso y fiel.
ciplinan; piensan que basta con hablar con
ellos, y son ambiguos. Los muchachos
lo perciben y se aprovechan de esto. Tal
vez nunca les inculcaron la responsabilidad, el respeto; no se les enseñó a pedir
perdón cuando se equivocaban. Siempre
conseguían con sutilezas lo que querían.
También ellos deben nacer de nuevo
Pero sea que los mimemos en demasía, o que seamos severos con ellos, lo
primero que hemos de asegurarnos es de
si ellos han nacido de nuevo. Hemos de
procurar que tempranamente entreguen
su corazón al Señor. Si esto no ha ocurrido, si no es una experiencia auténtica,
todos los esfuerzos por producir cambios
serán inútiles.
Si esto aún no ha ocurrido, hemos de
comenzar ahora mismo a orar, pidiéndole a Dios que nuestros hijos tengan un
encuentro personal con el Señor. Ellos
tienen que sentir en algún momento convicción de pecado y la necesidad de arrepentirse, independientemente de si están
siendo instruidos en los caminos del Señor.
No creamos que nuestros hijos son
convertidos tan sólo porque nos acompañan a las reuniones y aprenden lecciones bíblicas. Aunque ellos le pertenecen
al Señor por causa de Su promesa; sin
embargo, es necesario que tengan un encuentro personal con el Señor, si no queremos que lleguen al Señor demasiado
108
FAMILIA
tarde, luego de dar una gran vuelta por el
mundo. Tenemos que orar por ellos. Nosotros no podemos generar el nuevo nacimiento en ellos. Sólo el Espíritu Santo
puede revelarles a Cristo.
Heridas causadas a los hijos
Pero aún siendo nacidos de nuevo, a
veces sucede que los hijos tienen dificultades para caminar en los caminos del
Señor porque hay heridas en sus corazones, ya sea por causa de los padres o los
pastores de la iglesia. Padres que han disciplinado a los hijos en forma injusta. A
veces somos demasiado rápidos para actuar, y en esto no hay sabiduría. Todos
los padres están expuestos a corregir a
sus hijos equivocadamente, y cuando esto
sucede, provoca heridas en el corazón.
También puede ser que no tienen la gracia y la paz para hablar con ellos, sino
que rápidamente se alteran y alzan la voz
autoritaria, y los hijos sólo han de guardar silencio.
Asimismo, es probable que los padres no les hayan brindado su atención,
su tiempo, su cariño, cuando los pequeños más lo necesitaban. No se preocuparon, o no se dieron cuenta, cuando ellos
estaban sufriendo de temores, complejos,
soledad, etc.
También es posible que sean intolerantes cuando los hijos solicitan algún
permiso, y les prohíban innecesariamente
algo que a ellos les gusta mucho. También se puede herir el corazón siendo
legalistas en cuanto a lo espiritual, y saturándolos de textos bíblicos, enseñanzas y obligaciones, que muchas veces ni
los mismos padres pueden cumplir. Y
ellos miran en sus mayores una conducta inconsecuente con lo que demandan.
Es común que los padres no se atrevan a pedir perdón a sus hijos cuando se
han equivocado en algo, y sólo exigen
sujeción y obediencia ciega.
AGUAS VIVAS
Padres, estamos viviendo días de
aflicciones en la familia. Se hace necesario que los padres se vuelvan a los hijos
para que luego ellos se vuelvan a sus padres. El mensaje profético de Elías o Juan
el bautista tiene que encontrar su lugar
en las familias (Lucas 1:17).
Restaurando el corazón
Si atendemos al mensaje profético de
Elías, veremos que son los padres quienes primeramente han de volver el corazón a sus hijos. Ellos tienen que tomar la
iniciativa, provocar las instancias de comunión, pedirles perdón, sintiendo de
verdad en su corazón que los han ofendido. Decir, por ejemplo: «Hijo, yo sé que
te he ofendido, y estoy arrepentido. Hijo,
te pido perdón». Para restaurar lo dañado es imprescindible humillarse, arrepentirse primero delante del Señor, y pedir
la gracia para enfrentar la situación. Muchas veces, esta actitud de un padre es
suficiente para sanar el corazón de un
hijo.
Los padres necesitan de la gracia
Dada nuestra humana debilidad, es
frecuente que los padres tengan mucha
confianza en lo que ellos pueden hacer
en la crianza de los hijos: en sus enseñanzas, en sus oraciones, en la amonestación y la disciplina, en los cultos familiares y textos bíblicos. Esto, sin duda es
muy útil. Pero pudiera ser que, a causa
de esto, tengamos una justicia propia muy
grande, y lleguemos a pensar que por
hacer nosotros todas estas cosas, nuestros hijos debieran ser los mejores, los
más espirituales.
Sin embargo, todavía necesitamos de
la gracia de Dios. Él, en su soberanía a
veces permite que nosotros vivamos situaciones adversas con nuestros hijos,
porque quiere limpiarnos de nuestra justicia y nuestra autoconfianza. Él quiere
AGUAS VIVAS
FAMILIA
mostrarnos que sin él no somos nada, que
no es por nuestra fidelidad como padres
que nuestros hijos son fieles, sino sólo
porque él es Dios bueno, misericordioso
y fiel.
El Señor edifica la casa
«Si Jehová no edificare la casa, en
vano trabajan los que la edifican; si
Jehová no guardare la ciudad, en vano
vela la guardia. Por demás es que os levantéis de madrugada, y vayáis tarde a
reposar, y que comáis pan de dolores;
pues que a su amado dará Dios el sueño» (Salmo 127:1-2). Si el Señor no trabaja con nuestros hijos y con nosotros
como familia, por demás estarán los sacrificios bien intencionados.
Pero en este mismo Salmo, en el verso 3, hay una promesa alentadora: «He
aquí, herencia de Jehová son los hijos...».
Afirmémonos en esto, hermanos y hermanas. Está en su mano el hacer misericordia y preservar a nuestros hijos. Alegrémonos, pues ellos le pertenecen al Señor:
«Porque para vosotros es la promesa, y
109
para vuestros hijos...» (Hechos 2:39).
Hermanos y hermanas, cualquiera sea
nuestra realidad con los hijos, esperemos
sólo en Su misericordia y Su fidelidad.
Los padres que tienen hijos consagrados,
manténganse humildes y agradecidos del
Señor, sabiendo que no es sólo por nuestra dedicación, sino porque Dios es bueno y para siempre es su misericordia. Y
los padres que estamos padeciendo, encomendemos la causa al Señor, no perdiendo la fe ni la esperanza en él, con
una oración humilde y sincera.
Aprendamos del corazón de David en
2 Samuel 16:12: «Quizá mirará Jehová
mi aflicción, y me dará Jehová bien...»,
y de la oración de Ana en 1 Samuel 1:11:
«Jehová de los ejércitos, si te dignares
mirar a la aflicción de tu sierva, y te
acordares de mí, y no te olvidares de tu
sierva, sino que dieres a tu sierva un hijo
varón, yo lo dedicaré a Jehová todos los
días de su vida».
Quizá el Señor tenga misericordia de
nosotros y nos devuelva el afecto de nuestros hijos.
jjj
De niños
Pese a conocernos
Una maestra preguntaba a sus niñas para conocer el concepto que
éstas tenían formado de Cristo. La respuesta que más llamó su atención
por su originalidad y certeza fue ésta: «Cristo es Uno que conoce todo
acerca de nosotros y sin embargo nos ama».
Las lámparas de Dios
La madre estaba de pie junto a la ventana, mirando con algo de miedo
la tempestad que se avecinaba. En la cama, estaba su niñito de cinco
años, mirando cómo los relámpagos jugueteaban alrededor de su cama.
De pronto, el niñito se volvió hacia ella, y mirándola con sus hermosos
ojos, le dijo: «¿Verdad que es magnífico, mamá? ¡Dios está encendiendo
sus lámparas!
El corazón de ella se enterneció, y el temor la abandonó. La confianza
de su hijito había reprendido sus temores.
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LA
REPORTAJE
AGUAS VIVAS
FE DE UNA NIÑA AFRICANA
Una maravillosa historia real.
Helen Roseveare
Misionera británica en África
U
na noche, en África, habíamos trabajado arduamente
para ayudar a una madre en
su labor de parto; sin embargo, pese a todos nuestros esfuerzos, ella
murió, dejándonos con un diminuto bebé
prematuro y una hija llorosa de dos años.
Teníamos dificultades en mantener al
bebé con vida, pues no había incubadora
(carecíamos de energía eléctrica). Tampoco teníamos ningún medio de alimentación especial.
Aunque vivíamos en la zona del ecuador, las noches eran a menudo muy frías.
Una estudiante de obstetricia fue por la
caja que teníamos para tales casos y puso
allí al bebé, envuelto en algodón. Otra
fue a atizar el fuego y a llenar una botella
de agua caliente. De pronto, regresó muy
afligida, para decirme que la botella ha-
bía estallado al llenarla. El caucho perece fácilmente en los climas tropicales. ¡Y
era nuestra última botella de agua caliente!
En África Central, como en Occidente, las botellas de agua no crecen en los
árboles, y no hay ninguna farmacia en los
senderos del bosque. «Bueno», le dije,
«pon al bebé tan seguramente cerca del
fuego como puedas, y duerme entre él y
la puerta para protegerlo de las corrientes.
Debemos mantenerlo bien temperado».
Una oración audaz
Al mediodía siguiente, tal como hacíamos a diario, fui a orar con algunos de
los niños del orfanato que se reunían conmigo. Les compartí varios motivos de
oración y les conté sobre el pequeño bebé.
Les expliqué nuestro problema para mantener al bebé lo suficientemente
temperado, mencionando la botella de
agua caliente. El bebé podía morir fácilmente si se enfriaba. También les hablé
de la hermana de dos años, que lloraba
porque su madre había muerto.
Durante el tiempo de oración, una
muchacha de diez años, Ruth, oró con la
concisión habitual de los niños africanos:
«Por favor, Dios, envíanos una botella
de agua. No servirá mañana, porque el
bebé estará muerto, así que, por favor,
AGUAS VIVAS
REPORTAJE
hazlo esta tarde». Yo estaba asombrada
por la audacia de su oración. Y entonces
agregó a modo de corolario: «Y mientras te encargas de eso, por favor, ¿podrías enviar una muñeca para la niña, para
que ella sepa que tú realmente la amas?».
Como sucedía a menudo con las oraciones de los niños, me puse en guardia.
¿Podría yo decir honestamente:
«Amén?». Sinceramente, no creí que
Dios pudiera hacer esto. Oh, sí, yo sé que
él todo lo puede. La Biblia lo dice. Pero
hay límites, ¿o no? La única manera en
que Dios podría contestar esa particular
oración sería enviándome un paquete
desde mi patria. En ese tiempo, yo llevaba en África casi cuatro años, y nunca
había recibió un paquete de casa. Sin
embargo, si alguien me lo enviara, ¿pondría en él una botella de agua caliente?
¡Yo vivía en el ecuador!
La respuesta antes de la petición
A media tarde, mientras yo estaba
enseñando en la escuela de entrenamiento para enfermeras, me avisaron que había un automóvil delante de mi cabaña.
Cuando llegué, el vehículo se había ido,
pero allí, en la galería, había un gran paquete de diez kilos de peso. Las lágrimas
asomaron a mis ojos. No pude abrir el
paquete sola, así que envié por los niños
del orfanato. Juntos quitamos las cuerdas, deshaciendo pausadamente cada
nudo. Plegamos el papel, cuidando de no
rasgarlo. La excitación iba en aumento.
Unos treinta o cuarenta pares de ojos
se enfocaron sobre la gran caja de cartón.
111
Encima, vi suéteres tejidos de brillantes
colores. Los ojos chispearon cuando los
repartí. Luego, vimos vendas para los pacientes de la lepra, y los niños parecían un
poco aburridos. Después extrajimos una
caja de pasas que servirían para hacer bizcochos durante el fin de semana.
Entonces, cuando introduje mi mano
de nuevo, sentí... (¿podría ser realmente?), yo tomé, ¡sí!, una botella de agua
caliente de caucho, nueva. Lloré. Yo no
le había pedido a Dios que la enviara; no
había creído de verdad que él pudiera
hacerlo.
Ruth estaba en la fila delantera de los
niños. Avanzó presurosa, exclamando:
«Si Dios ha enviado la botella, ¡él debe
de haber enviado la muñeca también!».
Hurgando en el fondo de la caja, tomó
una pequeña muñeca, hermosamente vestida. ¡Sus ojos brillaron! Ella nunca había dudado. Buscándome, preguntó:
«¿Puedo ir contigo, mami, y darle esta
muñeca a esa niñita, para que ella sepa
que Jesús realmente la ama?».
Ese paquete había viajado a África
durante cinco meses, preparado por mi
antigua clase de escuela dominical, cuya
líder había oído y había obedecido la sugerencia de Dios de enviar una botella
de agua caliente al ecuador. Y una de las
chicas había puesto una muñeca para una
niña africana –¡cinco meses antes!– en
respuesta a la ferviente oración de una
niña de diez años para traerla «esa tarde».
«Antes que clamen, responderé yo»
(Isaías 65:24).
jjj
Respuestas de «¿Cuánto sabe de la Biblia?»
1C, 2A, 3C, 4D, 5A (2R.5:12), 6B (Ez.1:1), 7D (Los tres nombres identifican al
mismo mar), 8C, 9A (Is.11:15), 10D (Jos.15:12; Ex.23:31; Dt.11:24), 11B
(Hch.27:27), 12A (Gn.14:3), 13B, 14C (Jue.5:21), 15A (Jos.18:1), 16B
(1Cr.11:17-18), 17C (2R.5:12), 18D (Gn.2:11-12), 19B (Gn.26:20-21), 20D
(Éx.15:23), 21A (Esd.8:21).
112
AGUAS VIVAS
PAGINA DEL LECTOR
CARTAS
Heraldo cristiano
Ustedes son la buena herramienta
con la que el Señor se acuerda de mí
tras mis oraciones. Visito frecuentemente la web «Aguas Vivas». La revista
es un heraldo cristiano que conlleva un
aldabonazo divino en la puerta de los
corazones. Después, procuraré que la
lean personas que me consta necesitan
un buen empuje hacia la fe. Mis
felicitaciones por el buen enfoque. Dios
los bendiga grandemente, y que la fe
de nuestro Señor Jesucristo les siga
ayudando a trabajar en la restauración
de las iglesias cristianas.
Antonio Barceló Roldán,
Málaga (España)
Internet
He seguido con vivo interés vuestra
página en Internet, ya sea los mensajes
en audio, la música edificante en MP3,
la rica información a partir de la palabra
del Señor. He sido confortado y
consolado en el Dios y Padre de nuestro
Señor y Salvador Jesucristo.
Alabanza y adoración
Es para mí un inmenso placer haber
podido navegar en su página. Ha sido
de gran bendición. Soy de Costa Rica
pero resido desde un año en Alemania
junto con mi esposa y nuestros tres
hijos. Me he tomado la libertad de bajar
toda su música de alabanza y adoración.
Quiero expresar mi más profunda
admiración y gozo por el amor, el espíritu
y la verdad que han puesto los hermanos
y hermanas que tocaron y cantaron.
Jörg Tegethoff, Alemania.
Para Japón
Estou muito agradecido pelo envio
de sua revista, que está com um
conteudo e apresentação muito boa.
Que Deus continue os abençoando.
Gostaria também de publicar algumas
matérias em nossa revista aqui no Japão
para o publico espano, colocando a fonte
da qual foi tirada (Aguas Vivas) inclusive colocando o endereço do seu site.
Agradeço pela sua gentileza. No amor
de Cristo.
Laelso da Silva Santos,
Missão Apoio, Japão.
Juan Emilio Pino
aguas vivas
UNA REVISTA PARA
TODO CRISTIANO
Equipo Redactor: Eliseo Apablaza, Roberto
Sáez, Gonzalo Sepúlveda, Claudio Ramírez.
Además en esta edición: Stephen Kaung,
Christian Chen, DeVern Fromke, Gino
Iafrancesco, Rubén Chacón.
Diseño y diagramación: Mario Contreras.
Traducciones: Andrés Webb, Mario Contreras.
Distribución y Finanzas: Jorge Geisse D.
Cta. Cte. 74-0078945-7 del Banco Santander, a
nombre de Jorge Geisse & Mario Quidequeo.
Fono/Fax 45-642904. Cas. 3045, Temuco, Chile.
E-Mail: [email protected]
/ Año 6 · Nº 31 · Enero - Febrero 2005
Suscripciones Año 2005 (Sólo Chile):
$ 9.480 anual, 6 ejemplares (Incluye franqueo).
Encargado: Jorge Geisse [email protected]
Contactos en EE. UU, Canadá y Puerto Rico:
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C. P. 80000, Culiacán, Sinaloa, México.
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