LABORATORIO MULTICULTURAL “FRANCISCO MÁRQUEZ VILLANUEVA” NUEVO CICLO: “SABORES DE LIBERTAD” Una sabiduría íntima ensarta, como un Guadiana de abismos felices, ciertos lugares y alimentos a través de cualquier biografía: las tortas de aceite de la infancia en León, el mediodía recio de los torreznos en Valladolid, la frescura antigua de la melitzana en Atenas, los bagels con semillas de amapola en los puestos callejeros de Nueva York, los limones confitados que perfuman aún la plaza inmensa de Marrakech, la tempura recién cuajada de un garito en Tokio, por no hablar de las manitas de cordero rebozadas sabiamente en una terraza recóndita de Cuenca. Alrededor de esos sabores se alza un bosque susurrante de búsquedas y promesas compartidas que, tal vez, sea lo único que se sostiene indemne hasta que se deshaga la luz de cada uno. En el mundo de hoy, como todo lo que tiene que ver con la intimidad, el saber de los sabores ha salido de su corriente sigilosa para desecarse en folletos turísticos, páginas de periódico y alardes culturales. España ya no es el país donde nunca se ponía el sol, “ni el hambre”, como añadía la gente por lo bajinis. A cualquier hora podemos beber de armarios fríos, devoramos a lo largo del año tomates insípidos y masticamos fruta y peces de todos los confines. Y, sin embargo, no hace tanto que se pedía permiso en un compartimento de tren antes de sacar un bocadillo, o era mal vista una conversación que tratara de comida o de dineros. Los gozos de la boca, fueran para besar, decir o mordisquear, se ocultaban a la mirada pública, que es siempre aviesa. Conviene recordar que hubo un tiempo en Toledo cuando no comer cerdo regularmente podía llevar a un hombre o a una mujer a arder vivos en el Cenicero, junto a las ruinas del Circo Romano, condenados como judaizantes o musulmanes encubiertos en alguno de los autos de fe celebrados con pompa en la Plaza de Zocodover. Y que por algo Cervantes llama “duelos y quebrantos” al plato con tocino que Alonso Quijano tomaba los sábados. Aquellas prohibiciones se han trasladado hoy a los vestidos en playas y escuelas o, más sutilmente, a la tiranía dietética de la propaganda con que las empresas y el estado se han erigido en guardianes de nuestras arterias y de los años que nos quedan por vivir. Y sin embargo, también hay que reivindicar, en la historia de los individuos, la fuerza que ha ejercido “el sabor de libertad” del que habla Michel Onfray. Por las puertas de Toledo entraron a Europa, a la vez, el cero y la canela, las esferas astronómicas y las pirámides de azúcar. Desde el Laboratorio Multicultural Francisco Márquez Villanueva queremos analizar la doble condición de esta ciudad, por un lado como punto de partida y destino de las rutas del conocimiento y de la seda, y por otro, como escenario de resistencia de quienes eligieron a riesgo de su vida, como decía Fray Luis de León, “mover la lengua de otro modo”. Para hablar, para comer, para dar y recibir la pulpa secreta del árbol del bien y del mal. Alfredo Mateos Paramio PROGRAMA • Luis Jacinto García “Banquete por Sefarad” Martes, 18 de octubre de 2016. “Como en ninguna otra comunidad religiosa, el soplo de Dios está muy presente en los fogones judíos. Así, el ama de casa hebrea al cocinar, el cabeza de familia al recitar las bendiciones en la mesa, el agricultor al dejar reposar cada cuatro años sus tierras, el matarife al sacrificar las reses,… y cada judío al comer, todos ellos con su acatamiento a los preceptos recogidos en la Torá (o establecidos por los rabinos) sellan y renuevan continuamente la alianza del pueblo de Israel con Yavé. La religión es el principal condimento de la cocina sefardí. Una cocina portadora de claves alegóricas y gustativas a través de las cuales se expresa su universo religioso y su cultura. Unas veces, el signo delator era algún ingrediente especialmente apreciado por esta comunidad como las berenjenas, el aceite de oliva, los huevos haminados, las torrijas (“rebanadas de parida”) o los buñuelos con miel y canela. Otras, el tipo de preparación culinaria, tal sería el caso de la adafina (y demás guisos cocidos a fuego lento propios del sabat), las albóndigas y las empanadas y empanadillas. De todo ello tratará la conferencia.” • Elena Romero (CSIC) "Canciones y coplas sefardíes de contenido gastronómico". Jueves, 15 de diciembre de 2016. Aunque son raros los textos poéticos sefardíes cuyo tema esté específicamente dedicado a lo gastronómico, sí encontramos en ocasiones asuntos relativos a guisos, comidas y bebidas en canciones y coplas, cuyo tema central no es precisamente el culinario. Como no podía ser menos, muy frecuentemente en tales poemas figuran las comidas en estrecha relación con el vino y con las bebidas alcohólicas, e incluso hay algunos textos poéticos dedicados de modo específico a las bebidas y sus efectos. En la presente conferencia voy a ocuparme de algunos de esos textos que tienen referencias gastronómicas. Todos los textos que vamos a comentar pertenecen a la tradición de los sefardíes del Imperio otomano y de los Balcanes. El laboratorio en 2017 • Martes 24 de enero José Luis Angulo (periodista de Cadena SER. Programa “SER VIAJEROS”) “Sabores de ida y vuelta. La Ruta de la Seda” • Martes 21 de febrero Alfredo Mateos Paramio (Experto en cultura japonesa) “La arquitectura de la ola. Claves de la comida japonesa” • Martes 7 de marzo 2017 Miguel Ángel Bunes (CSIC) “Las delicias turcas” Todas las sesiones tendrán lugar a las 19:00 horas en el Auditorio de la Real Fundación de Toledo (Plaza de Victorio Macho, 2. Frente al museo) En colaboración con la Real Fundación de Toledo