PENTATEUCO Nombre con que se conocen los primeros cinco libros del Antiguo Testamento (Génesis, Éxodo, Levítico, Números y Deuteronomio) que constituyen la primera parte del CANON. En hebreo se les llama Torá, que quiere decir «enseñanza» o «instrucción». Su nombre y su contenido muestran que Torá es un término más amplio que nuestro concepto de «ley», puesto que incluye mucha historia de la salvación (por ejemplo, Gn 1—Éx 19) o «evangelio» (Gl 3:8). La íntima relación entre historia de la salvación y ley o mandamiento en la Torá se explica por las características del PACTO. La Torá en griego se llama Pentateuco (que quiere decir «libro dividido en cinco estuches», «rollos» o «volúmenes». Se dividió así por razón de sus temas distintos y también por razones prácticas, puesto que un rollo antiguo solamente podía contener la quinta parte de la Torá. Paternidad Literaria: Historia Del Estudio Antes de 1753 Según la tradición judía, Moisés escribió todo el Pentateuco, y en esta opinión concordaron: Ben Sira (Eclesiástico 24:23), Filón (Vida de Moisés, 3.39), Josefo (Antigüedades IV, viii,48), la Mishnah (Pirque Aboth i.I), y el Talmud (Baba Bathra 14b). La única pregunta que se planteaba era si el relato de la muerte de Moisés (Dt 34:5–12) la había escrito Josué como dice el Talmud. La iglesia cristiana aceptaba esta tradición judaica, con pocas excepciones, hasta la aparición de la Introducción de J.G. Eichhorn (Einleitung, 1780–83). La teoría documentaria La época moderna de estudios literarios comenzó con el libro del médico J. Astruc (1783), quien estudió sistemáticamente el uso de los nombres de Dios (Yahveh y Elohim) en Génesis y atribuyó la variación literaria a las fuentes que Moisés había utilizado. Poco después, Eichhorn rechazaba la tradición que consideraba a Moisés como autor del Pentateuco. Por más de un siglo los eruditos propusieron una serie de teorías para explicar la variedad de rasgos estilísticos y datos teológicos e históricos del Pentateuco. Estas teorías culminaron en una hipótesis documentaria que afirmaba que había cuatro fuentes básicas. En 1876 Julio Wellhausen, profesor en varias universidades alemanas, dio a la hipótesis su exposición clásica. Esta hipótesis proponía que el Pentateuco estaba compuesto de cuatro documentos principales de fechas posteriores a Moisés: J (yahvista, ca. 850 a.C.), E (elohista, ca. 750 a.C.), D (deuteronomista, ca. 621 a.C.), y P (sacerdotista, ca. 500–450 a.C.). Esta interpretación histórica negaba la veracidad de grandes partes del Pentateuco y provocó una reacción conservadora contra la hipótesis. Historia de la crítica de las formas La crítica de las formas, iniciadas por H. Gunkel (a principios del siglo XX), ha influido notablemente sobre el estudio del Pentateuco. El método de Gunkel busca el género literario de cada pasaje y la situación vital (Sitz im Leben) en que se originó. Algunos seguidores de Gunkel rechazan la hipótesis documentaria de Wellhausen; otros combinan la crítica de las formas con esa teoría. Gunkel mismo rechazó lo sobrenatural y exageró lo mítico. Habló mucho de las sagas en el Pentateuco, las cuales se transmitieron oralmente durante largo tiempo antes de escribirse. Otros han usado este mismo método de una manera más positiva. El análisis de géneros tales como leyes, máximas jurídicas, lamentos, narraciones históricas, dichos de los sabios, diferentes tipos de poesía y formulaciones de pactos dio nuevo impulso al estudio del Pentateuco. La comparación de estos géneros literarios con géneros semejantes en culturas contemporáneas de los mismos, utilizando los nuevos datos de la arqueología, ha provocado un mejor entendimiento del Pentateuco. Situación contemporánea Muchos eruditos todavía sostienen la hipótesis documentaria, pero con modificaciones. Estas modificaciones resultan de: 1. La confirmación arqueológica de la antigüedad de muchos elementos del Pentateuco, que Wellhausen había señalado como posteriores, y la refutación de la interpretación evolucionista de la historia de Israel. 2. La conclusión de muchos críticos en cuanto a que las fuentes del Pentateuco no se extienden a otros libros posteriores a Moisés (contra algunos que habían propuesto un → HEXATEUCO, incluyendo el libro de Josué). 3. La crítica de las formas que ha mostrado la complejidad de las fuentes (J, E, D, P, etc.) y que cada una contiene elementos muy antiguos. Por tanto, las fuentes se consideran estratos de materia antigua con largas historias de redacción, en vez de obras literarias con fechas precisas. Los que mantienen la hipótesis documentaria generalmente encuentran más de cuatro estratos, pues tienen que proponer otros adicionales como L o G. Las razones aducidas para dividir el Pentateuco en estratos son: 1.Las narraciones repetidas (por ejemplo, Gn 12; 20; 26). 2.Las contradicciones entre pasajes paralelos (por ejemplo, Gn 1:1–2:4a y Gn 2:4b–25). 3.Los diferentes nombres que se dan a Dios. 4.Las diferencias lingüísticas entre los estratos. 5.Las diferencias de punto de vista. Muchos eruditos se han opuesto a la hipótesis documentaria, y han mostrado que: a.Generalmente las narraciones repetidas se pueden explicar mejor de otra manera (por ejemplo, diferentes sucesos, énfasis especial, la literatura hebrea se caracteriza por la repetición). b.Las aparentes contradicciones entre pasajes paralelos se han exagerado, pues cualquier literatura puede describir un mismo acontecimiento en forma sumaria y luego más detallada, o con diferente enfoque. c.Los nombres divinos no sirven para dividir estratos, pues a menudo se usan con propósito específico. d.Los argumentos basados en diferencias lengüísticas e ideológicas entre los estratos son demasiado subjetivos. Además, tienden a ser argumentos cerrados. e.Hay demasiados datos que no explican en el esquema (comúnmente se atribuyen a los redactores). Algunos eruditos destacados, que antes aceptaban la hipótesis documentaria, la han rechazado a la luz de los nuevos datos arqueológicos e históricos. Al estudiar otras literaturas antiguas encontramos que las características que más se usan como base para la división del Pentateuco en estratos (J, E, D, P, etc.) son precisamente las mismas que caracterizan a las literaturas → UGARÍTICA, → BABILÓNICA y → EGIPCIA (por ejemplo, repeticiones con variantes lingüísticas, intercambio de nombres divinos y nombres divinos compuestos). Quienes rechazan la teoría documentaria afirman que sería absurdo proponer para estas otras literaturas semejantes divisiones. Por otro lado, es necesario reconocer que la mayoría de los escritores en el campo veterotestamentario aceptan cierta forma de hipótesis documentaria. Algunos insisten en que se puede aceptar la hipótesis, siempre que no perjudique la inspiración divina del Pentateuco y asigne a Moisés un panel básico en su producción. Moisés Y La Paternidad Literaria El Pentateuco mismo indica algunas de las fuentes usadas en su composición. Se mencionan «el libro de las batallas de Jehová» (Nm 21:14) y «el libro de las generaciones de Adán» (Gn 5:1). Es posible que las secciones de Génesis que terminan (o empiezan) con «Estas son las generaciones de» representen tablas históricas escritas por Abraham y sus descendientes. Además, se encuentran varios paralelos entre las leyes y costumbres del Pentateuco y las de Mesopotamia y Egipto. También en el Pentateuco hay ciertos indicios de material posmosaico. En Gn 14:14 se menciona Dan, pero esta ciudad solo recibió tal nombre posteriormente (Jos 19:47; Jue 18:29). Como es lógico, Dt 34 fue adición posmosaica. Otros posibles posmosaicismos son Gn 36:31; Éx 11:3; 16:35 y Nm 12:3. Por otro lado, cada vez hay más pruebas de que el origen del Pentateuco cabe mejor en la época mosaica que posteriormente. El libro de → DEUTERONOMIO tiene la estructura de pactos celebrados (o renovados) en aquella época. Se cuenta ahora con textos ugaríticos (siglos XV–XII a.C.) que usan muchas palabras antes fechadas como posteriores. Además, en el Pentateuco hay muchos detalles que hacen difícil proponer una composición posterior (por ejemplo, en Gn no aparecen ni el nombre → BAAL ni nombres de lugares compuestos con «Baal». La frase «Jehová, Dios de los ejércitos» no se usa en el Pentateuco, pero es común más tarde. Asimismo, los lugares altos de idolatría, → «BAMOT», tan prominentes más tarde, solo se mencionan dos veces en el Pentateuco y ninguna vez en Deuteronomio. El nombre de Jerusalén no se encuentra en el Pentateuco). El mismo Pentateuco no indica el papel literario de Moisés, pero afirma que él escribió por lo menos algunas partes (Éx 17:8–14; 24:4, 7; Nm 33:2) y que Dt tuvo su origen en su predicación (Dt 1:5; 4:45; 31:9, 24–26). No sabemos si Moisés reunió los materiales; si los sacerdotes los guardaron y juntaron o si el material se transmitió en partes (o estratos) por un tiempo. Sin embargo, se puede concluir: 1. Que hay algunos posmosaicismos en el Pentateuco. Estos se pueden atribuir a aclaraciones editoriales de escribas posteriores, como hacían los escribas en el Cercano Oriente antiguo (por ejemplo, en Egipto). Aun el erudito conservador E.J. Young reconoce que «cuando afirmamos que Moisés escribió el Pentateuco, o que es su autor, no queremos decir que él necesariamente haya escrito cada palabra. No sería razonable insistir en ello ... Por otra parte, bajo la inspiración puede haber habido adiciones y aun revisiones posteriores». 2. Que hay muy pocas partes del Pentateuco que requieren una fecha posterior a la época mosaica. 3. Que Moisés es el personaje clave tanto en el origen del Pentateuco como en la historia de Israel. Si él no fuera su arquitecto principal, sería necesario proponer otro personaje semejante. Con razón el Pentateuco se conoce a través de las demás escrituras como «la Ley de Moisés». El Pentateuco como un todo muestra una unidad extraordinaria. La mayoría de las teorías acerca de su origen no hacen justicia ni a la unidad de las narraciones individuales ni a la unidad del total. Contenido Y Estructura El Pentateuco incluye materiales de gran extensión cronológica y geográfica: empieza con la creación del mundo y termina con la muerte de Moisés; abarca desde → MESOPOTAMIA hasta Egipto. Los primeros 36 capítulos de Génesis revelan una considerable influencia de Mesopotamia y caben bien en el ambiente del segundo milenio a.C. Muchas costumbres descubiertas en el pueblo de → NUZI son idénticas y nos ayudan a entender las costumbres de → ADOPCIÓN, → HERENCIA y → MATRIMONIO en las narraciones de los patriarcas. Por otro lado, Gn 37–50 y Éxodo revelan un profundo conocimiento de → EGIPTO. Se usan muchas palabras prestadas, nombres, títulos y costumbres egipcias. Los arqueólogos han encontrado antiguos documentos egipcios que mencionan el uso de paja en los ladrillos y la escasez de ella. Además, se ha comprobado la exactitud de los datos geográficos en las narraciones de la peregrinación en Sinaí. A pesar de esta diversidad de fondo, el Pentateuco revela una unidad de propósito y punto de vista. Jehová Dios es el creador de todo. Es soberano en la naturaleza y en la historia. Es el Dios personal que escogió al pueblo de Israel, lo desarrolló, lo sacó de Egipto, lo llevó hacia la tierra prometida y hacia un futuro más glorioso. Es el Dios que hace su → PACTO con Israel. El Pentateuco subraya la gracia divina. Insiste en la fidelidad de Dios y muestra la infidelidad del pueblo elegido. El Pentateuco se puede bosquejar de la siguiente manera: A. Preparación y promesa (Génesis) 1. Los principios: la historia universal primitiva (Gn 1–11) 2. Los patriarcas: la época de promesa y fe (Gn 12–50). B. El éxodo (Éx 1–18) C. La revelación sinaítica (Éx 19–40; Lv 1–27; Nm 1:1–10:10) D. Las peregrinaciones en el desierto (Nm 10:11–36:13) E. Los últimos sermones y la muerte de Moisés (Deuteronomio) Realmente la historia de Israel empieza con Abraham. La historia anterior es importante, pero se toca muy ligeramente. En las narraciones de los patriarcas se hace hincapié en las promesas que Dios hizo al pueblo. El → ÉXODO influyó decisivamente sobre Israel. Dios reveló su poder en los grandes hechos con que sacó a su pueblo de la servidumbre y lo convirtió en una nación unida y separada de las demás. A través de la historia de Israel el éxodo de Egipto es como una columna sólida para su fe; es una demostración de que Dios cumple sus promesas, una prueba tangible de la providencia y la gracia de Dios. La revelación sinaítica constituye el tema central del Pentateuco. Dios hace su pacto con Israel, pero esto implica obligaciones de parte del pueblo. Se establece cierta tensión entre las promesas irrevocables y la amenaza de destrucción por infidelidad. Se dan explicaciones detalladas sobre leyes morales, leyes civiles, sacerdotes, sacrificios, ofrendas, fiestas y el tabernáculo. Toda la vida del pueblo escogido está involucrada en las responsabilidades del pacto. En sus últimos discursos, Moisés resume el éxodo, la revelación, sinaítica y las Peregrinaciones. Da un carácter más personal a la Ley. Destaca las obligaciones del pacto, pero también el amor de Dios. El Pentateuco tuvo un efecto profundo en la historia subsiguiente. Forma la base de la religión de Israel. Contiene bases para las doctrinas del cristianismo. La revelación de Dios, sus promesas y la historia de la redención que se inician en el Pentateuco llegan a su culminación y cumplimiento en Cristo, el redentor divino. Él, hablando de Moisés, dijo: «Porque de mí escribió él» (Jn 5:46).