El Consejo Europeo del Crucero (ECC) y la Asociación Internacional de Líneas de Cruceros (CLIA) adoptan nuevas políticas de seguridad La industria de cruceros mundial, representada por la Asociación Internacional de Líneas de Cruceros (CLIA) y el Consejo Europeo del Crucero (ECC), ha anunciado una nueva política de seguridad que establece la realización del simulacro de emergencia obligatorio para todos los pasajeros que han embarcado antes de la salida del puerto, en virtud del Convenio Internacional para la Seguridad de la Vida Humana en el Mar (SOLAS). El pasado 27 de enero la industria anunció una Revisión y Perfeccionamiento de la Seguridad Operacional en los Cruceros, fruto de sus continuos esfuerzos para revisar y mejorar las medidas de seguridad. Esta nueva política ha sido impulsada por los miembros de las asociaciones y se hará efectiva de inmediato, superando los requisitos legales existentes. En virtud del acuerdo adoptado por todas las asociaciones, los pasajeros que viajen en barcos de cruceros serán llamados a las estaciones de reunión marítima para el ejercicio obligatorio de seguridad antes de la salida del puerto. En ocasiones excepcionales cuando los pasajeros lleguen después de que el ejercicio obligatorio se haya completado, es decir cuando se realicen operaciones de embarque en otros puertos del itinerario, los pasajeros, sin demora, individualmente o en grupo, serán informados de todos los requisitos y obligaciones de seguridad aplicables en virtud del Convenio SOLAS. Esta medida tiene el objetivo de ayudar a garantizar que todos los ejercicios obligatorios o sesiones informativas se lleven a cabo con inmediatez para los nuevos pasajeros que embarcan. Los simulacros de emergencia son ejercicios obligatorios realizados en los cruceros para garantizar que los pasajeros estén informados de los protocolos de seguridad mientras que están a bordo del buque, incluidos los procedimientos de evacuación de emergencia. La Revisión y Perfeccionamiento de la Seguridad Operacional en los Cruceros se basa en un estudio exhaustivo de los factores humanos y operacionales más importantes en materia de seguridad marítima. Tras identificar posibles mejoras, las conclusiones son compartidas con los miembros de la organización, y las recomendaciones resultantes se elevan a la Organización Marítima Internacional (OMI), la Unión Europea, u otras autoridades gubernamentales, según proceda. Los esfuerzos de la industria también están en línea con el marco y el espíritu del Código internacional de Seguridad Marítima.