Introducción al estudio Cuando Jesús volvió a la ribera occidental del mar de Galilea, lo esperaba una multitud (Marcos 5.21; Lucas 8.40). En ese momento, llevó a cabo varios milagros notables, incluyendo el de la resurrección de una muchacha. Poco después, hizo un tercer recorrido de Galilea, comenzando con Nazaret, la ciudad donde se crio. Una palabra clave de esta lección es «creer» o «fe». Cuando sanó a una mujer, le dijo: «… tu fe te ha salvado» (Mateo 9.22). Al principal de una sinagoga, le dijo: «No temas, cree solamente» (Marcos 5.36). A dos ciegos preguntó si creían que Él podía sanarlos. Cuando respondieron diciendo que sí, les dijo: «Conforme a vuestra fe os sea hecho» (Mateo 9.28– 29). Cuando fue rechazado en Nazaret, «estaba asombrado de la incredulidad de ellos» (Marcos 6.6). Algunos que afirman tener poderes milagrosos, tratan de usar estos versículos para enseñar que ni siquiera Jesús podía hacer milagros, a menos que la gente creyera primero. Luego, justifican sus fracasos diciendo que los que no fueron sanados «no tuvieron suficiente fe». Es cierto que en estos pasajes se pone énfasis en la fe, pero no es cierto que la capacidad de Jesús para hacer milagros, dependiera de la fe de aquellos a quienes ayudaba. Hasta ahora hemos visto en nuestros estudios, varios casos en los cuales la fe no estuvo presente, o fue incluso imposible. En el texto de esta lección, se narra acerca de una muchacha que fue resucitada, la cual obviamente no pudo haber tenido fe antes de su resurrección. ¿Cree Usted? ¿Por qué, entonces, se recalcó la fe durante estos eventos? Jesús había llegado a un momento crucial de su ministerio. Había llevado a cabo muchos milagros antes de esta fecha; y uno de los propósitos de tales milagros era producir fe (Juan 20.30–31). Él sabía que, en cuestión de meses, iba a estar partiendo de esta tierra. Cuando saliera, debía dejar atrás un sólido grupo de creyentes. Así, instó cada vez más a la gente a creer. Sesión 14 Todo el material de la Vida de Cristo puedes descargarlo de nuestro sitio web V. DE LA SEGUNDA (continuación). PASCUA A LA TERCERA S. Jesús resucita a la hija de Jairo —y sana a una mujer que padecía de flujo de sangre— (Mt. 9.18–26; Mr. 5.22–43; Lc. 8.41–56). T. La sanidad de dos ciegos y de un endemoniado —y críticas— (Mt. 9.27–34). U. Jesús visita Nazaret —y es rechazado— (Mt. 13.54–58; Mr. 6.1–6; Lc. 4.16–31). ESTUDIO REFLEXIVO 3) Hemos visto en esta lectura asignada, por un lado la fe de Jairo, la fe de la mujer enferma y la fe de los ciegos. Por otro lado, hemos visto la incredulidad de los fariseos, la incredulidad de las personas que se burlaban afuera de la casa de Jairo, también de la incredulidad de los ciudadanos de Nazaret. No hay pregunta mas importante que podamos hacernos aquí: ¿ Crees realmente en Jesús? , ¿crees como Jairo o la mujer enferma?. Lee Marcos 6.5; Juan 20.30-31, Romanos 10.17. Conversa en el grupo acerca de este punto. 1) En el relato de la mujer que padecía flujo de sangre, los tres evangelios detalladamente nos relatan que la mujer se acercó por “DETRÁS” a Jesús (Mt.9.20; Mr.5.27; Lc8.44) ¿Por qué esta mujer no fue de frente sino “por detrás” para tocar el manto de Jesús? (Levítico 15.19-33). 4) Mateo 13.53-58 y Marcos 6.1-6 nos hace ver que Jesús es parte de una familia numerosa. ¿Cuántos hermanos y hermanas tenía? 2) ¿Qué aprendemos de estos versículos que nos cuentan de Jairo, La mujer enferma y los ciegos? ¿Qué es lo que los asemeja a los tres? Aplicación grupal Dedica un tiempo abundante de acción de gracias en oración, en esta reunión. con tus hermanos eleven acciones de gracia por creer y tener nuestra fe puesta en el Señor Jesucristo, agradece el hecho de ser alentados a continuar a pesar de la incredulidad de muchos.