Resolución #26: Sobre la situación de las mujeres Kurdas Presentado por PEN Kurdo, secundado por PEN Esperanto La Asamblea de delegados de PEN Internacional, reunida en su 81º Congreso Internacional en Quebec, Canadá, del 13 al 16 de octubre de 2015. Las mujeres en Oriente Medio continúan sufriendo la discriminación y represión en muchos aspectos de sus vidas, incluyendo su derecho a la libertad de expresión. Muchos gobiernos en la región continúan implementando leyes que son intrínsecamente discriminatorias y fracasan en abordar antiguas prácticas culturales que son dañinas hacia las mujeres, como por ejemplo los crímenes de honor o la mutilación genital femenina (MGF). En este aspecto, las medidas del Gobierno Regional Kurdo para fortalecer los esfuerzos para combatir la MGF dentro de la ley y en la práctica deben ser elogiadas. Aun así, aunque las mujeres en la Región de Kurdistán de Irak son muy activas en la exigencia de sus derechos y han conseguido un progreso considerable a través del sacrificio y el trabajo duro, los gobiernos locales a menudo no logran reforzar sus logros en la ley y la práctica. La violencia contra las mujeres es endémica, pero el gobierno simplemente no hace lo suficiente para prevenirla. Las mujeres en el Región de Kurdistán en Irak se enfrentan a varios estratos de opresión contra los que ellas luchan en frentes múltiples. El Gobierno Regional de Kurdistán tiene muchas herramientas para dar poder a las mujeres, pero no parece estar interesado en hacerlo. Recientemente, la expansión del control del grupo armado llamado a sí mismo Estado Islámico (EI) en regiones de Irak y Siria ha llevado a un deterioro extremo de la situación en general, y de los derechos de las mujeres en particular. Las mujeres miembros de la religión yazidí han sido blancos particulares y han sido secuestradas de sus comunidades y situadas en condiciones de esclavitud sexual. La situación de esclavitud impide que los individuos puedan ejercer todos sus derechos humanos, incluyendo el de libertad de expresión. Este tipo de esclavitud y tráfico sexual a día de hoy de las mujeres yazidíes es una mancha vergonzosa sobre la humanidad con la que sólo se puede acabar con esfuerzos colectivos. Teniendo en cuenta todo lo mencionado y la declaración de PEN Kurdo sobre la situación de las mujeres Kurdas (ver apéndice), la Asamblea de delegados de PEN Internacional llama a todos los gobiernos y a la comunidad internacional a: Hacer todo lo que está en su poder para facilitar la liberación de todas las mujeres yazidíes, entre otras, detenidas en condiciones de esclavitud sexual para que sean así capaces de ejercer sus derechos, incluyendo la libertad de expresión; Imponer sanciones contra sus líderes mientras se asegura que los derechos de los ciudadanos bajo control del EI no son violados por ninguna acción. También llama a los gobiernos de la región a Parar el flujo de individuos que se unen al EI Acabar con el suministro de armas al EI Llama a las autoridades iraquíes, incluyendo al Gobierno Regional de Kurdistán, a: Reconstruir las comunidades destruidas como resultado del conflicto para que las mujeres puedan volver a sus vidas anteriores; Asegurar que todas las mujeres liberadas de la esclavitud sexual puedan acceder rápida y adecuadamente a cuidados médicos, provistos por profesionales adecuadamente cualificados, con la intención de facilitar su reintegración en la sociedad y en sus comunidades, preferentemente en sus localizaciones originales, con el fin de restaurar plenamente su capacidad de ejercer su derecho a la libertad de expresión; Desarrollar un programa de educación pública destinado a eliminar el estigma de la violación y la esclavitud sexual que restringe el derecho de los supervivientes a expresarse libremente en la sociedad; Revisar la legislación y las prácticas para asegurar que todas las mujeres en la región sean capaces de disfrutar de todos sus derechos, incluyendo el derecho a la libertad de expresión sin discriminación y en igualdad total con respecto a los hombres. Llama particularmente al Gobierno Regional de Kurdistán a prestar atención a las demandas de la sociedad civil y a: Tomar medidas para promover activamente una sociedad tolerante que sea abierta a las mujeres y que dé apoyo a la diversidad cultural y religiosa; Asegurar que la nueva constitución, actualmente en proceso de redacción, proteja plenamente los derechos de las mujeres y prohíba la discriminación de ningún tipo, incluyendo en respecto a la religión, asegurando que contenga valores donde todas las creencias y religiones sean tratadas igualmente; Implementar medidas que acaben con el acoso y las restricciones a la libertad de expresión, el control político de los medios de comunicación y las amenazas a periodistas, activistas y mujeres en el Kurdistán iraquí. Declaración de PEN Kurdo sobre la situación de las mujeres kurdas Octubre 2015 La lucha radical de las mujeres kurdas para la liberación ha sido mayor que solamente una lucha nacional o una lucha para la igualdad de género; la movilización en masa de las mujeres es el legado de décadas de resistencia por parte de las mujeres kurdas como luchadoras, prisioneras, políticas, líderes de alzamientos populares y activistas civiles, quienes son manifestantes incansables, negándose a ceder sus derechos. En su lucha de múltiples facetas por su libertad, las mujeres kurdas han recibido poca atención en décadas hasta recientemente, cuando han estado en el foco de los medios de comunicación alrededor del mundo debido a dos ejemplos muy contradictorios. Por un lado, la captura y la esclavización de mujeres yazidíes kurdas por parte del grupo llamado a sí mismo Estado Islámico (EI), y, por otro lado, la resistencia heroica de mujeres para protegerse a sí mismas, a su pueblo y a su tierra en Kobane. Aún hay más de 3000 mujeres yazidíes detenidas como esclavas sexuales por el EI desde su ataque en agosto de 2014, cuando santuarios yazidíes fueron destruidos, cientos de hombres ejecutados y miles de niños y mujeres esclavizados, mientras decenas de miles de personas eran desplazadas. Las mujeres que lograron escapar el EI – unas 650 a finales de junio de 2015 – dicen que fueron vendidas y revendidas entre luchadores del EI quienes las trataban como esclavas sexuales. Cuando un vídeo del EI discutiendo los precios de mujeres yazidíes capturadas durante un “día de mercado de esclavos” en Mosul, Irak, salió a la luz, causó un shock en todo el mundo. Los hombres decían de pagar más por una chica con ojos azules, mientras otro decía que quería a una chica kurda de 15 años con ojos verdes. Fue extremadamente inquietante ver a esos hombres explicando la situación sin remordimientos, diciendo que es algo normal ya que era un día de mercado de esclavos y los luchadores recibirían su parte. Aun así. al otro lado de la frontera luchadoras kurdas jugaron un papel clave en la defensa de Kobane y en el rescate de yazidíes atrapados en el Monte Shengal, donde sus logros han atraído la atención internacional como un raro ejemplo de fuertes experiencias femeninas en una región en la que las mujeres son fuertemente reprimidas. Más allá de su heroísmo en el frente de batalla, ellas han jugado también un papel en una revolución por intentar crear una sociedad secular y plural. Este hecho está considerado un buen ejemplo de mujeres triunfantes en el Oriente Próximo de hoy. No muy lejos de ahí, el 7 de junio de 2015 el partido pro-kurdo Partido Democrático Popular (HDP) traspasó el alto umbral electoral del 10% y ganó 80 escaños en el parlamento turco, la mitad de los cuales fueron asignados a mujeres candidatas. Una razón crucial de este éxito ha sido el punto de vista de mujeres acogiendo prácticas que encarnan un “pluralismo radical” de todos los grupos y componentes de la sociedad, que ha resultado atractivo dentro de la sociedad kurda más allá de las fronteras. En teoría, uno espera que las mujeres kurdas en la Región de Kurdistán en Irak tengan una condición superior comparada a aquellas en otros lados de las fronteras, ya que éstas viven en una región próspera gobernada por kurdos. Pero, aunque las mujeres de la Región de Kurdistán en Irak son muy activas exigiendo sus derechos y han conseguido muchos progresos a través de sacrificios y trabajo duro, el gobierno local a menudo fracasa en la implementación de las leyes para respaldar sus logros. La violencia contra las mujeres es una epidemia, pero el gobierno simplemente no hace suficiente para acabar con ella. Las mujeres en la Región de Kurdistán en Irak se enfrentan a varios estratos de opresión como miembros de un contexto patriarcal feudo-islámico, de ahí la lucha en múltiples frentes. El Gobierno Regional de Kurdistán tiene muchas herramientas para dar poder a las mujeres, pero no parece interesado en hacerlo. Las prácticas actuales discriminan a las mujeres y conforman una barrera a la creación de una cultura de igualdad y derechos humanos. El sistema tolera prácticas tales como la mutilación genital femenina, casamientos forzosos, desigualdad en los divorcios, custodia infantil y herencia, castigo a las mujeres por ‘adulterio’ y negación del derecho al aborto, permitiendo a los violadores evitar castigo alguno si él accede a casarse con la víctima. Esta discriminación facilita una violencia de género masiva contra las mujeres. Según un informe de 2008 del Washington Post, el Gobierno Regional de Kurdistán ha reforzado sus leyes en respecto a la mutilación genital femenina en particular y es ahora considerado un modelo a seguir para otros países que permiten este tipo de prácticas. Mientras este tipo de esfuerzos son bienvenidos, se necesita hacer más para acabar con otras formas de violencia contra las mujeres, especialmente los crímenes de honor. La Organización de Mujeres Libres de Kurdistán publicó una declaración el Día Internacional de la Mujer 2015 señalando que “6.082 mujeres fueron víctimas de la violencia de género durante el pasado año, lo que es casi igual al número de Peshmerga martirizados luchando contra el Estado Islámico (EI)”. Añadido a todo esto está la preocupación sobre informes de organizaciones independientes de derechos humanos que señalan las restricciones a la libertad de expresión, el control político de los medios de comunicación y las amenazas a periodistas, todo por supuesta responsabilidad de la Región de Kurdistán de Irak. Por el hecho de que el poder de la religión está ganando sobre los individuos y sobre la vida en sociedad, la libertad está generalmente limitada. Intelectuales, pensadores críticos, escritores, poetas, periodistas, activistas para los derechos de la mujer y otros disidentes políticos están bajo amenaza y a veces son atacados físicamente. La preocupación principal es que los líderes religiosos piensan que ellos deben ser los líderes de la sociedad. Un comité parlamentario en la región de Kurdistán está revisando un borrador de constitución actualmente. Ésta es una oportunidad para asegurar que los derechos y las libertados fundamentales de todo el pueblo de la Región de Kurdistán en Irak están plenamente protegidos, sin discriminación alguna en cuanto a género o cualquier otro motivo, incluyendo la religión, asegurando así que a ninguna religión se le concede un estatus legal más favorecido que otras.