amnistía internacional - Amnesty International

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[NO PUBLICAR ANTES DEL: 15 de abril de 1997]
amnistía internacional
El derecho a la objeción de conciencia
al servicio militar en Europa:
un asunto prioritario
Abril de 1997
RESUMEN
ÍNDICE AI: EUR 01/02/97/s
DISTR: SC/CC/PO (15/97)
El derecho a la objeción de conciencia es un componente básico del derecho a la libertad de
pensamiento, conciencia y religión según se define en la Declaración Universal de Derechos
Humanos, el Pacto Internacional de Derechos Civiles y Políticos y el Convenio Europeo de Derechos
Humanos. No obstante, a pesar de estar reconocido tanto en las normas de las Naciones Unidas como
en las europeas, muchos Estados europeos continúan negando este derecho a muchos de sus
ciudadanos.
Amnistía Internacional cree que esta situación es completamente inaceptable, y que debe
animarse a los gobiernos a que modifiquen o introduzcan sin más dilación la legislación que garantice
a los objetores de conciencia sus derechos fundamentales. Con este fin, el 15 de abril de 1997 la
organización lanzó una importante campaña para que se reconociera el derecho a la objeción de
conciencia al servicio militar en Europa.
Este informe es el documento principal de la campaña y ofrece una panorámica de las
diversas normas internacionales y europeas de derechos humanos en las que se reconoce el derecho a
la objeción de conciencia. El informe explica las disposiciones que cada gobierno debe adoptar en
relación con los objetores de conciencia al servicio militar, y destaca las deficiencias que presenta la
legislación en numerosos países europeos que, por su condición de miembros o asociados de las
instituciones políticas europeas, se han comprometido a defender el derecho a la objeción de
conciencia, ilustrando estas deficiencias con una serie de casos concretos en los que ciudadanos
europeos han visto negado su derecho humano básico a la objeción de conciencia. El informe finaliza
con una serie de recomendaciones que, de aplicarse, mejorarían notablemente la protección de los
derechos humanos de los objetores de conciencia.
Este informe resume un documento titulado El derecho a la objeción de conciencia al
servicio militar en Europa: un asunto prioritario (Índice AI: EUR 01/02/97/s) y publicado por
Amnistía Internacional en abril de 1997. Si desea más detalles o emprender alguna acción sobre el
tema, consulte el documento completo.
SECRETARIADO INTERNACIONAL, 1 EASTON STREET, LONDRES WC1X 8DJ, REINO UNIDO
TRADUCCIÓN DE EDITORIAL AMNISTÍA INTERNACIONAL (EDAI), ESPAÑA
Abril de 1997
Índice AI: EUR 01/02/97/s
Distr: SC/CC/PO
SECRETARIADO INTERNACIONAL, 1 EASTON STREET, LONDRES WC1X 8DJ, REINO UNIDO
TRADUCCIÓN DE EDITORIAL AMNISTÍA INTERNACIONAL (EDAI), ESPAÑA
[NO PUBLICAR ANTES DEL: 15 de abril de 1997]
amnistía internacional
El derecho a la objeción de conciencia
al servicio militar en Europa:
un asunto prioritario
El derecho a la objeción de conciencia al servicio militar en Europa: un
asunto prioritario
Índice
I. INTRODUCCIÓN
1
1. ¿Por qué Amnistía Internacional lanza una nueva campaña sobre el derecho a la objeción de conciencia
en Europa?
2
II. LA OBJECIÓN DE CONCIENCIA AL SERVICIO MILITAR Y LAS NORMAS INTERNACIONALES DE
DERECHOS HUMANOS 5
1. ¿Por qué la objeción de conciencia al servicio militar se considera un derecho humano?5
2. ¿Quién debe ser reconocido como objetor de conciencia al servicio militar? 6
3. ¿Cómo determinan las autoridades quién debe ser reconocido como objetor de conciencia al servicio
militar? 7
4. ¿Qué tipo de servicio alternativo para los objetores de conciencia al servicio militar se fomenta entre los
gobiernos?
8
5. ¿Cuándo debe permitirse a un particular solicitar su reconocimiento como objetor de conciencia al servicio
militar? 9
6. ¿Están obligados los gobiernos a informar a los futuros reclutas y a los soldados que cumplen el servicio
militar sobre su derecho a la objeción de conciencia? 10
III. EL FUTURO DE LA OBJECIÓN DE CONCIENCIA EN EUROPA
11
1. ¿Cómo extender y proteger mejor el derecho a la objeción de conciencia en Europa? 11
2. ¿Qué otras ONG internacionales, además de Amnistía Internacional, trabajan en defensa
del derecho a la objeción de conciencia en Europa? 12
Oficina Europea para la Objeción de Conciencia
13
Internacional de Resistentes a la Guerra
13
Consejo Cuáquero para Asuntos Europeos 14
Consejo Europeo de Organizaciones de Reclutas
14
Congreso Europeo en Favor de la Paz y los Objetores de Conciencia
15
IV. RESUMEN DE LAS ACTUALES PREOCUPACIONES DE AMNISTÍA INTERNACIONAL EN EUROPA
SOBRE EL DERECHO A LA OBJECIÓN DE CONCIENCIA 16
ALBANIA
16
AUSTRIA
17
BIELORRUSIA 18
BOSNIA Y HERZEGOVINA
19
BULGARIA
22
CHIPRE24
CROACIA
25
ESPAÑA
27
FEDERACIÓN RUSA
29
FRANCIA
33
GRECIA
36
ITALIA 39
MACEDONIA 41
POLONIA
42
PORTUGAL
43
REPÚBLICA CHECA
44
REPÚBLICA ESLOVACA
46
RUMANÍA
47
SUIZA 48
TURQUÍA
50
UCRANIA
52
REPÚBLICA FEDERATIVA DE YUGOSLAVIA (Serbia y Montenegro)
54
V. OTRAS PREOCUPACIONES SOBRE LA OBJECIÓN DE CONCIENCIA EN LOS ESTADOS MIEMBROS DEL
CONSEJO DE EUROPA Y LOS ESTADOS PARTICIPANTES EN LA OSCE 56
VI. RECOMENDACIONES DE AMNISTÍA INTERNACIONAL
58
Anexo 1.Comisión de Derechos Humanos. 51º periodo de sesiones: Proyecto de Resolución sobre la objeción
de conciencia al servicio militar.
Anexo 2.Recomendación Nº (87) 8 del Consejo de Europa del Comité de Ministros a los Estados Miembros,
relativa a la Objeción de Conciencia.
Anexo 3.Resolución del 18 de enero de 1994 del Parlamento Europeo sobre la Objeción de Conciencia en los
Estados Miembros de la Comunidad.
Amnistía Internacional, abril 1997
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1
El derecho a la objeción de conciencia en Europa: un asunto prioritario
El derecho a la objeción de conciencia al servicio militar
en Europa: un asunto prioritario
I. INTRODUCCIÓN
El derecho a la objeción de conciencia al servicio militar no es una preocupación que quede al
margen de la protección y promoción de los derechos humanos en el ámbito internacional. El derecho a la
objeción de conciencia es un componente básico del derecho a la libertad de pensamiento, conciencia y
religión según se define en la Declaración Universal de Derechos Humanos, el Pacto Internacional de
Derechos Civiles y Políticos y el Convenio Europeo de Derechos Humanos. Ha sido reconocido como tal
en las resoluciones y recomendaciones adoptadas por la Comisión de Derechos Humanos de las Naciones
Unidas, el Consejo de Europa y el Parlamento Europeo.
Todos estos organismos han instado a los gobiernos a que garanticen que las personas que se niegan
a cumplir el servicio militar obligatorio por motivos imperiosos de conciencia tienen la oportunidad de
realizar un servicio alternativo. En varias resoluciones han afirmado explícitamente que este servicio
alternativo debe tener un carácter verdaderamente civil y una duración que no pueda considerarse punitiva.
Han recomendado que se permita a los objetores de conciencia registrarse como tales en cualquier momento
antes de su reclutamiento, después de la expedición de los documentos de llamamiento a filas o durante el
cumplimiento del servicio militar. Igualmente, la Comisión de Derechos Humanos de las Naciones Unidas,
el Consejo de Europa y el Parlamento Europeo han subrayado que la información sobre la manera de
solicitar el reconocimiento de la condición de objetor de conciencia debe estar fácilmente al alcance de todo
aquel que pueda ser reclutado para las fuerzas armadas, así como de los que ya lo han sido.
Amnistía Internacional considera objetor de conciencia a toda persona susceptible de ser reclutada
para cumplir el servicio militar, o de ser inscrita para su reclutamiento, que se niega a realizar el servicio
armado o a participar de cualquier otra forma, directa o indirecta, en guerras o conflictos armados por
razones de conciencia o convicciones profundas. Estas convicciones pueden tener motivos religiosos, éticos,
morales, humanitarios, filosóficos, políticos o similares. Pero, independientemente de los motivos en que se
base su objeción, el derecho de estos individuos a negarse a portar armas o a participar en guerras o en
conflictos armados debe estar garantizado. Este derecho se extiende también a los individuos ya reclutados
para el servicio militar, así como a los soldados que sirven en ejércitos profesionales y que han manifestado
su objeción de conciencia tras incorporarse a las fuerzas armadas.
Toda persona detenida o encarcelada únicamente por habérsele negado su derecho a objetar o a
efectuar un servicio verdaderamente alternativo es adoptada por Amnistía Internacional como preso de
conciencia. Los miembros de la organización en más de 190 países de todo el mundo hacen campaña activa
para la liberación inmediata e incondicional de los objetores de conciencia encarcelados. La organización
también adopta como presos de conciencia a los objetores encarcelados o detenidos por negarse a efectuar
un servicio alternativo que no tiene verdadero carácter civil o cuya duración puede considerarse punitiva
(por ejemplo el doble que el servicio militar ordinario).
En muchas sociedades, el número de personas que desean ser reconocidas como objetores de
conciencia puede ser muy reducido. Pero aunque el número de objetores sea pequeño, la cuestión no debe
considerarse un problema menor. El derecho a ser reconocido como objetor de conciencia y a realizar una
prestación alternativa al servicio militar forma parte del núcleo de la protección internacional de los
derechos humanos.
Amnistía Internacional no pone en tela de juicio el derecho de los gobiernos a reclutar a sus
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Amnistía Internacional, abril 1997
El derecho a la objeción de conciencia en Europa: un asunto prioritario
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ciudadanos para las fuerzas armadas, ni tampoco se muestra de acuerdo o en desacuerdo con los motivos de
los objetores de conciencia. Pero, respetando las normas internacionales, la organización insiste en que a las
personas susceptibles de ser reclutadas debe dárseles la oportunidad de realizar un servicio civil alternativo
al militar por motivos de conciencia o convicciones profundas. Sobre esta premisa, Amnistía Internacional
hace campaña en favor de la aprobación de una legislación y unos procedimientos que se ocupen
adecuadamente de los objetores de conciencia.
1. ¿Por qué Amnistía Internacional lanza una nueva campaña sobre el derecho a la
objeción de conciencia en Europa?
Los acontecimientos históricos que se han producido en Europa desde 1989 han supuesto multitud
de nuevos retos para las organizaciones de derechos humanos. La admisión de las nuevas democracias de
Europa Central y Oriental y de varios de los Estados sucesores de la ex Unión Soviética en el Consejo de
Europa, así como las aspiraciones de muchas de estas naciones a convertirse en miembros de la Unión
Europea y la OTAN, también han supuesto nuevas responsabilidades para la protección y la promoción de
los derechos humanos en estas instituciones.
La nueva campaña de Amnistía Internacional sobre el derecho a la objeción de conciencia refleja la
preocupación de la organización por que tanto los propios gobiernos como las instituciones europeas se
tomen en serio los compromisos de derechos humanos que estas jóvenes democracias contrajeron en el
momento de su incorporación al Consejo de Europa o a otros organismos regionales. No debe permitirse que
el deseo de una integración rápida de estos Estados en los sistemas europeos de derechos humanos, de
seguridad y económicos se anteponga a sus obligaciones de cumplir todos los compromisos contraídos con
los derechos humanos y las libertades fundamentales -incluida la objeción de conciencia-, que pretenden ser
los criterios fundamentales para la pertenencia a estos organismos. El relajamiento de estos principios o
normas básicos en interés de la conveniencia política o económica no haría sino socavar la integridad y la
legitimidad de las propias instituciones europeas.
Como pone de manifiesto este documento, el derecho a la objeción de conciencia está claramente
reconocido y firmemente establecido tanto en las normas de las Naciones Unidas como en las europeas. No
obstante, como también muestra el documento, muchos Estados europeos que continúan disfrutando de la
condición de miembros de pleno derecho o al menos de miembros asociados de las instituciones políticas y
económicas del continente niegan una serie de derechos humanos básicos, como el derecho a la objeción de
conciencia al servicio militar, al menos a algunos de sus ciudadanos. Amnistía Internacional cree que esta
situación es totalmente inaceptable, y que debe animarse a los respectivos gobiernos a que modifiquen o
introduzcan la legislación necesaria para garantizar sin más demora a los objetores de conciencia sus
derechos fundamentales. En el documento Preocupaciones en Europa: Julio-diciembre de 1996 (Índice AI:
EUR 01/01/97/s) está reflejada toda la gama de preocupaciones de Amnistía Internacional sobre los
derechos humanos en los Estados miembros de las diversas instituciones europeas.
Los conflictos armados de los últimos años en Croacia y Bosnia y Herzegovina, así como en
Chechenia, también han puesto radicalmente de manifiesto las deficiencias o la completa ausencia de
disposiciones para la objeción de conciencia al servicio militar en los Estados sucesores de la República
Federativa Socialista de Yugoslavia y en la Federación Rusa. Durante la guerra de Chechenia, por ejemplo,
la ausencia de una forma de servicio alternativo para quienes se oponían a toda guerra, o a ese conflicto en
particular, por motivos de conciencia o convicciones profundas tuvo como consecuencia la deserción a gran
escala del ejército. Según los informes, gran número de desertores fueron ejecutados por las autoridades
militares tras ser capturados.
En las nuevas repúblicas surgidas de la ex Yugoslavia, la mayoría de los varones mayores de cierta
edad ya habían servido en lo que fue el Ejército Nacional Yugoslavo, pero muchos de ellos han sido
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El derecho a la objeción de conciencia en Europa: un asunto prioritario
llamados a filas como reservistas o reclutados para los ejércitos de sus nuevos Estados. Sin embargo, las
limitadas disposiciones sobre objeción de conciencia vigentes en los nuevos Estados generalmente no se han
extendido a los reservistas.
Muchas personas de la región no querían participar en un conflicto que se libraba dentro de las
fronteras de lo que había sido un solo país, pero el concepto de objeción de conciencia era para muchos de
ellos relativamente desconocido o poco comprendido. En parte por estas razones, pocos de los que se
negaron a participar en el conflicto pudieron presentar sus objeciones basándolas en motivos de conciencia o
convicciones profundas. El Parlamento Europeo y la Asamblea Parlamentaria del Consejo de Europa
adoptaron el 28 de octubre de 1993 y el 1 de julio de 1994, respectivamente, resoluciones sobre la situación
de los desertores y de quienes se oponían al reclutamiento en la ex Yugoslavia.
Algunos países de Europa Occidental, como Francia y España, han hecho saber su intención de
suprimir gradualmente el servicio militar obligatorio de aquí a los primeros años del siglo XXI, mientras que
otros, como Bélgica y los Países Bajos, ya lo han hecho. Sin embargo, varios Estados europeos occidentales
aún conservan una legislación poco satisfactoria sobre la objeción de conciencia al servicio militar. Por
ejemplo, Francia, Italia y España no prevén la objeción sobrevenida durante el servicio militar. Francia,
además, ofrece a los objetores un servicio civil cuya duración es el doble de la del servicio militar ordinario
y que resulta claramente punitivo. Por lo que respecta a Austria, a Amnistía Internacional le preocupa el
restringido plazo para la presentación de solicitudes para el servicio alternativo. En Suiza no hubo un
verdadero servicio civil alternativo al servicio militar obligatorio hasta octubre de 1996.
A pesar de que Grecia es miembro de la Unión Europea y del Consejo de Europa, el gobierno sigue
sin introducir un verdadero servicio alternativo bajo administración civil para los objetores de conciencia al
servicio militar, lo cual también ha sido motivo de constante preocupación para Amnistía Internacional. Esta
situación, que ha dado lugar al enjuiciamiento y el encarcelamiento de cientos de hombres cada año por
negarse a prestar el servicio militar, ha sido tratada en varias resoluciones adoptadas por el Parlamento
Europeo. Un caso similar es el de Turquía, que continúa denegando a los objetores de conciencia al servicio
militar un servicio civil alternativo, a pesar de su relación cada vez más estrecha con la Unión Europea y de
su pertenencia al Consejo de Europa y la OTAN.
Estos dos Estados, así como gran número de países que también participan en la Organización
sobre la Seguridad y la Cooperación en Europa (OSCE, antes CSCE) continúan sin cumplir el
compromiso contraído por este organismo en 1990 de «...considerar la posibilidad de introducir, donde no se
ha hecho todavía, otras formas de servicio, compatibles con las razones de la objeción de conciencia; en
principio, dichas formas de servicio serían de carácter no bélico o civil, en interés público y de índole no
punitiva.»
A Amnistía Internacional le preocupa que, a pesar de la intención declarada por la OSCE en su
Documento de Copenhague de 1990 de continuar considerando el tema dentro del «marco de la
Conferencia sobre la Dimensión Humana» y de facilitar un intercambio de información sobre la objeción de
conciencia al servicio militar entre los Estados participantes en la OSCE, la cuestión ha desaparecido
prácticamente de los diversos foros de la organización, como demuestra la ausencia de toda referencia
importante a los derechos a la objeción de conciencia en el Documento de Budapest (1994) y en el de Lisboa
(1996).
Aparte de la inclusión de una breve referencia a la necesidad de que los Estados participantes en la
OSCE consideren «... la posibilidad de establecer exenciones o alternativas al servicio militar» en el Código
de Conducta sobre los Aspectos Político-Militares de la Seguridad (VII, 28), adoptado en la Cumbre de
Budapest de 1994, el derecho a la objeción de conciencia al servicio militar no ha ocupado un lugar
destacado en la agenda de la OSCE de los últimos años. Como se indicó en párrafos anteriores, esta
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Amnistía Internacional, abril 1997
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situación de compromisos que un día se aceptan y luego se olvidan completamente sólo puede poner en tela
de juicio la credibilidad de las propias instituciones como garantes de los derechos humanos de los
ciudadanos. Además, esta negligencia da vía libre a los Estados que están deseosos de evitar cumplir con sus
obligaciones por cualquier razón.
La formulación de las normas internacionales y la redacción de una legislación adecuada no serán
suficientes por sí solas para garantizar el reconocimiento generalizado de la objeción de conciencia al
servicio militar como componente básico de uno de los derechos humanos más fundamentales: la libertad de
pensamiento, conciencia y religión. Es necesario poner en marcha una iniciativa importante y creativa de
promoción de los derechos humanos, especialmente en algunas zonas de Europa Central y Oriental.
Con este fin, la actual campaña de Amnistía Internacional pretende también aumentar la conciencia
de la opinión pública sobre esta cuestión, a través de una serie de reuniones y actos públicos que se
celebrarán en determinados países europeos. En especial Amnistía Internacional espera hacer llegar su
mensaje -que la objeción de conciencia al servicio militar es un derecho humano reconocido
internacionalmente- al mayor número posible de jóvenes de enseñanza secundaria y universitaria. La
intención de la organización es promover un debate público animado e informado sobre la objeción de
conciencia entre los educadores, estudiantes, políticos, grupos religiosos y medios de comunicación en los
países donde es más necesario, o donde el nivel de concienciación respecto a esta cuestión es
particularmente bajo.
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El derecho a la objeción de conciencia en Europa: un asunto prioritario
II.
LA OBJECIÓN DE CONCIENCIA AL SERVICIO MILITAR Y LAS
NORMAS INTERNACIONALES DE DERECHOS HUMANOS
1. ¿Por qué la objeción de conciencia al servicio militar se considera un derecho
humano?
El derecho a negarse a hacer el servicio militar por razones de conciencia es inherente a la noción de
libertad de pensamiento, de conciencia y de religión que reconoce el Artículo 18 de la Declaración
Universal de Derechos Humanos. Esta libertad también se expresa en el Artículo 18 del Pacto
Internacional de Derechos Civiles y Políticos y en el Artículo 9 del Convenio Europeo para la
Protección de los Derechos Humanos y de las Libertades Fundamentales (Convenio Europeo de
Derechos Humanos).
Durante la pasada década este derecho ha sido definido tanto a nivel internacional como regional.
En 1987, la Comisión de Derechos Humanos de las Naciones Unidas adoptó la Resolución 1987/46, que
define explícitamente la objeción de conciencia al servicio militar como «ejercicio legítimo del derecho a la
libertad de pensamiento, de conciencia y de religión». Posteriores resoluciones adoptadas por la Comisión
en 1989, 1993 y 1995 han reafirmado esta definición. La Resolución de 1995 de la Comisión (1995/83)
hace un llamamiento a todos los Estados miembros de la ONU para que «...si todavía no lo han hecho,
promulguen leyes y adopten medidas destinadas a eximir del servicio militar cuando exista una auténtica
objeción de conciencia al servicio armado». La cuestión de la objeción de conciencia al servicio militar
volverá a ser estudiada por la Comisión en su 53 periodo de sesiones en 1997.
En su Comentario General Número 22 (48) sobre el Artículo 18 del Pacto Internacional de
Derechos Civiles y Políticos, adoptado por el Comité de Derechos Humanos de las Naciones Unidas en
julio de 1993, el Comité coincide con el punto de vista de la Comisión y manifiesta su opinión de que el
derecho a la objeción de conciencia «...puede derivarse del artículo 18, en la medida en que la obligación de
utilizar armas puede entrar en serio conflicto con la libertad de conciencia y el derecho a manifestar y
expresar creencias religiosas u otras creencias».
En el ámbito europeo, el Comité de Ministros del Consejo de Europa también apoyó esta
definición en su Recomendación Nº R (87) 8 a todos los Estados miembros, adoptada en abril de 1987. Este
texto subraya el principio básico de que «toda persona obligada al servicio militar que, por motivos
imperiosos de conciencia, se niega a participar en el uso de las armas, tiene derecho a ser dispensado de este
servicio...». La Recomendación también aconseja «...a los gobiernos de los Estados miembros, en la medida
en que todavía no lo han hecho, que adecuen sus derechos y prácticas nacionales a...» este principio básico.
Una serie de resoluciones adoptadas por el Parlamento Europeo también apoyan las conclusiones
de los dos organismos de las Naciones Unidas. En una Resolución del 13 de octubre de 1989, el Parlamento
Europeo «solicita para todos los que están obligados a cumplir el servicio militar el derecho de poder
negarse en cualquier momento por motivos de conciencia a prestar el servicio militar con o sin armas, con
un respeto total de los principios de la libertad y de la igualdad de trato para todos los ciudadanos». Otra
Resolución, adoptada el 11 de marzo de 1993, deja claro que el Parlamento Europeo considera que el
derecho a la objeción de conciencia, tal y como se reconoce en la Resolución 1989/59 de la Comisión de
Derechos Humanos de la ONU sobre la objeción de conciencia al servicio militar, debe incorporarse como
derecho fundamental en los sistemas jurídicos de los Estados Miembros.
La siguiente Resolución del Parlamento sobre el tema, adoptada el 18 de enero de 1994, afirma que
«...la objeción de conciencia al servicio militar es inherente a la noción de libertad de pensamiento, de
conciencia y de religión, tal como está sancionado por el artículo 9 del Convenio Europeo de Protección de
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los Derechos Humanos y de las Libertades Fundamentales». Esta Resolución de 1994 también vuelve a
subrayar que el Parlamento «considera la objeción de conciencia como un derecho subjetivo verdadero y
propio, reconocido por la Resolución 89/59 de la Comisión de Derechos Humanos de las Naciones
Unidas...».
Por último, la Resolución de 1994 deja claro que el Parlamento Europeo «manifiesta su
convencimiento de que el derecho a la objeción de conciencia se deriva de los derechos humanos y
libertades fundamentales que la Comunidad Europea se compromete a respetar de conformidad con el
apartado 2 del artículo F del Tratado UE; y que, por tanto, la armonización de las legislaciones al respecto es
competencia de la Comunidad Europea».
Completando esta batería de normas europeas sobre la objeción de conciencia como derecho
humano, en el Documento de la Reunión de Copenhague de 1990 de la Conferencia sobre la Dimensión
Humana de la Organización para la Seguridad y Cooperación en Europa (desde 1994, la OSCE,
entonces la CSCE) los Estados participantes en la OSCE «toman nota de que la Comisión de Derechos
Humanos de las Naciones Unidas ha reconocido el derecho de toda persona a formular objeciones de
conciencia al servicio militar».
2. ¿Quién debe ser reconocido como objetor de conciencia al servicio militar?
En su Resolución de 1995 (1995/83) sobre el tema de la objeción de conciencia, la Comisión de
Derechos Humanos de las Naciones Unidas «destaca el derecho de toda persona a tener objeciones de
conciencia al servicio militar como ejercicio legítimo del derecho a la libertad de pensamiento, de
conciencia y de religión...». La Resolución reitera «..que la objeción de conciencia al servicio militar se
deriva de los principios y razones de conciencia, incluso de convicciones profundas, basados en motivos
religiosos, éticos o de índole similar».
En la Resolución del Parlamento Europeo del 18 de enero de 1994 se afirma «...que por ‟objetor de
conciencia” debe entenderse aquella persona que, debiendo cumplir la obligación del servicio militar, se
niega a ello por motivos religiosos, éticos, filosóficos o de conciencia, y pide a todos los Estados miembros
que asuman tal definición».
La Resolución de 1995 de la Comisión de Derechos Humanos de la ONU también «insta a los
Estados a que en su legislación y práctica no establezcan diferencias entre los objetores de conciencia según
el carácter de sus creencias particulares ni discriminen a los objetores de conciencia porque no hayan
realizado el servicio militar». Igualmente, al ocuparse de la cuestión de la objeción de conciencia al servicio
militar, el Comentario General de 1993 del Comité de Derechos Humanos coincide en que «cuando este
derecho se reconozca en la ley o en la práctica no habrá diferenciación entre los objetores de conciencia
sobre la base del carácter de sus creencias particulares; del mismo modo, no habrá discriminación contra los
objetores de conciencia porque no hayan realizado el servicio militar».
Llegados a este punto es preciso indicar que el mandato de Amnistía Internacional también incluye
las categorías de objeción «moral» y «política» al servicio militar como razones aceptables para el
reconocimiento de la condición de objetor de conciencia. La organización cree que un individuo no necesita
ser un pacifista total o expresar su oposición a todo conflicto armado para justificar que se le reconozca
como objetor de conciencia al servicio militar. Según esto, lo que podría describirse como objeción
«selectiva» al servicio militar en un conflicto u operación militar concretos, por razones de conciencia o
convicciones profundas, también debe ser reconocida como legítima para la exención de las obligaciones
militares y la prestación de una forma de servicio alternativa.
Basándose en ello, Amnistía Internacional adoptó como presos de conciencia a personas que, por
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motivos de conciencia o convicciones profundas, se negaron a realizar el servicio militar en la guerra de
Vietnam, la guerra del Golfo o en una fuerza integrada dentro de la estrategia de defensa nuclear de la
OTAN. Por consiguiente, la organización anima a los gobiernos a que reconozcan las objeciones selectivas
de aquellos que, estando preparados para defender a su país, sienten que no pueden participar en una
operación militar concreta como consecuencia de sus convicciones profundas.
Amnistía Internacional adopta los casos concretos de objetores encarcelados a consecuencia de que
el reconocimiento de la objeción de conciencia en su país es tan restringido que las autoridades sólo aceptan
algunos de los motivos de conciencia o convicción profunda mencionados anteriormente.
3. ¿Cómo determinan las autoridades quién debe ser reconocido como objetor de
conciencia al servicio militar?
Excepto en lo que se refiere a las garantías de equidad, Amnistía Internacional no toma postura
sobre la idoneidad de los procedimientos establecidos por las autoridades para examinar o evaluar las
peticiones de reconocimiento de la condición de objetor de conciencia. No obstante, debe observarse que la
organización no adopta como preso de conciencia a ningúna persona encarcelada que no esté dispuesta a
declarar ante las autoridades responsables los motivos de su objeción de conciencia en los casos en que las
leyes del país así lo exijan, salvo que las razones puedan inferirse de las circunstancias del caso.
No obstante, las normas pertinentes de la ONU y de las instituciones europeas incluyen
recomendaciones concretas sobre este tema. La Resolución de 1995 de la Comisión de Derechos Humanos
de la ONU, por ejemplo, «reconoce que algunos Estados consideran válidas las solicitudes de objeción de
conciencia sin proceder a ninguna investigación y hace un llamamiento a los Estados que no apliquen este
sistema a que, en el marco de su sistema jurídico nacional, establezcan órganos de decisión independientes e
imparciales encargados de determinar si la objeción de conciencia es válida en cada caso concreto».
La Recomendación de 1987 del Comité de Ministros del Consejo de Europa acepta que «el Estado
puede prever un procedimiento apropiado para el examen de las solicitudes con el fin de reconocer la
condición del objetor de conciencia o aceptar una declaración de la persona afectada». Pero la
Recomendación mantiene que «el examen de la solicitud debe gozar de todas las garantías necesarias para
que sea un procedimiento equitativo» y que «el demandante debe poder ejercer el derecho a recurrir contra
la decisión dictada en primera instancia». La Recomendación también sugiere que «el organismo
competente debe estar separado de la administración militar y debe tener una composición que le asegure la
independencia».
En su Resolución del 13 de octubre de 1989, el Parlamento Europeo simplemente «solicita que para
obtener la categoría de objetor de conciencia y ser reconocido como tal sea suficiente una declaración
individual justificada». Al pedir que se establezcan principios comunes con miras a eliminar las
discriminaciones entre los ciudadanos europeos con respecto al servicio militar, la Resolución del 11 de
marzo de 1993 del Parlamento Europeo insta a que una de las garantías mínimas que se incluya en estos
principios sea la existencia de un sistema eficaz de apelación en caso de que no se reconozca la condición de
objetor de conciencia.
4. ¿Qué tipo de servicio alternativo para los objetores de conciencia al servicio
militar se fomenta entre los gobiernos?
Amnistía Internacional tampoco toma postura sobre el carácter o el contenido concreto del servicio
alternativo que los Estados ofrecen a los objetores de conciencia al servicio militar. Sin embargo, la
organización adoptará como presos de conciencia a los objetores encarcelados en los casos en que se les
niegue el derecho a un servicio alternativo de naturaleza puramente civil y bajo control civil, o en que la
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El derecho a la objeción de conciencia en Europa: un asunto prioritario
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duración de dicho servicio alternativo pueda considerarse punitiva.
Para determinar si se dan estas circunstancias, se consideran todos los factores pertinentes: 1) si las
autoridades han indicado que la duración del servicio civil alternativo, comparada con la del servicio militar,
pretende ser punitiva; 2) si las autoridades no ofrecen una justificación adecuada sobre el carácter no
punitivo del periodo de tiempo en que el servicio alternativo supera al militar, y 3) si la duración del servicio
civil alternativo supera la del militar, incluido el tiempo del entrenamiento básico y la reserva activa.
Es importante subrayar que Amnistía Internacional no considerará preso de conciencia a ningún
objetor que, habiéndosele ofrecido la oportunidad de realizar un servicio alternativo de carácter puramente
civil, bajo control civil y que se ajusta a los anteriores requisitos de duración, se haya negado a realizarlo.
La Resolución de 1995 de la Comisión de Derechos Humanos de la ONU «insiste en que esas
formas de servicio alternativo deben ser de carácter no combatiente o civil, en interés público y no de
carácter punitivo». Estas definiciones son similares a las contenidas en la Recomendación de 1987 del
Comité de Ministros del Consejo de Europa, que subraya el requisito de que la duración del servicio
alternativo «...no debe sobrepasar, en relación a la del servicio militar, los límites razonables». Sin embargo,
la Recomendación admite que «...junto al servicio sustitutorio civil, el Estado puede también prever un
servicio militar no armado y que afecte solamente a los objetores cuyos motivos de conciencia se limiten a
rechazar el uso personal de las armas».
La Recomendación incluye el comentario adicional de que «el objetor de conciencia que realiza el
servicio sustitutorio no debe tener menos derechos que la persona con obligación de hacer el servicio militar,
tanto en el plano social como pecuniario. Las disposiciones legislativas o reglamentarias relativas a la toma
en consideración del servicio militar con el empleo, estudio o pensiones son aplicables al servicio
sustitutorio».
La Resolución del Parlamento Europeo del 13 de octubre de 1989 «pide que la duración de la
prestación sustitutoria sólo pueda superar la del servicio habitual por un período de tiempo adecuado, hasta
un máximo de la mitad de la duración normal, como compensación por los períodos de maniobras de los que
cumplen el servicio militar», y también «solicita que se proteja de la explotación a las personas que cumplen
la prestación sustitutoria, y pide la misma paga tanto para los que prestan el servicio civil como para los que
cumplen el servicio militar». Asimismo, la Resolución «insiste en que se autorice a los que cumplen la
prestación sustitutoria para que participen en las actividades de formación profesional y continua en
igualdad de condiciones que los que cumplen el servicio militar».
Ampliando las posibilidades de servicio alternativo, la misma Resolución «pide que los objetores de
conciencia reconocidos en el Estado miembro de su nacionalidad puedan participar, en su caso y siempre a
petición propia, en programas de prestación sustitutoria en otros Estados miembros y que dicha participación
les exima de cumplir la prestación sustitutoria nacional». Por consiguiente, el Parlamento «pide a la
Comisión [Europea] que establezca un programa sobre proyectos de desarrollo en el Tercer Mundo en el que
puedan participar, en su caso y siempre a petición propia, todos los objetores de conciencia de los Estados
miembros, que quedarán eximidos, en virtud de su participación en dicho programa, de la prestación
sustitutoria nacional».
La posterior Resolución del Parlamento Europeo del 18 de enero de 1994 va aún más lejos a este
respecto, solicitando a la Comisión que presente al Parlamento «...una propuesta con miras a la creación de
un servicio civil europeo abierto tanto a los objetores de conciencia como a los voluntarios de los Estados
miembros», así como «un programa de intercambios que permita a los que presten el servicio civil
alternativo efectuarlo en un Estado miembro distinto del propio, así como en el Tercer Mundo en régimen de
cooperación». La resolución también «pide que dicho servicio pueda efectuarse asimismo en organismos
Amnistía Internacional, abril 1997
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El derecho a la objeción de conciencia en Europa: un asunto prioritario
situados en otros Estados miembros de la Unión Europea sin deber de reciprocidad y aunque no exista el
reclutamiento en el país afectado».
Por último, la Resolución de enero de 1994 incluyó una recomendación a los Estados miembros de
la UE para que «...establezcan para el servicio militar obligatorio y el servicio civil, que debe realizarse en
instituciones que no estén controladas por el Ministerio de Defensa, la misma duración...».
5. ¿Cuándo debe permitirse a un particular solicitar su reconocimiento como
objetor de conciencia al servicio militar?
La Recomendación de 1987 del Comité de Ministros del Consejo de Europa afirma que «la solicitud
de reconocimiento de la condición de objetor de conciencia debe ser presentada según unos modelos y
dentro de unos plazos que serán fijados teniendo en cuenta la exigencia de que el proceso de examen de la
solicitud esté, en principio, acabado en su totalidad antes de su incorporación a filas».
Sin embargo, en la Recomendación también se afirma que «la ley puede igualmente prever la
posibilidad de que el interesado pueda presentar una solicitud y de que se le reconozca como objetor de
conciencia cuando las condiciones requeridas para la objeción de conciencia aparezcan durante el servicio
militar o a lo largo de los periodos de formación militar que siguen al servicio inicial».
Igualmente, en el párrafo 26 del Informe Explicativo de la Recomendación de 1987 se afirma que
«prescribir plazos absolutos en las normas a las que están sujetas las solicitudes se puede considerar
contrario a los propios fines de la Recomendación. Si se reconoce que la negativa a cumplir el servicio
militar se basa en un conflicto de conciencia, debe deducirse que ese conflicto puede surgir en cualquier
momento de la vida de la persona».[traducción no oficial]
La Resolución de 1995 de la Comisión de Derechos Humanos de la ONU afirma igualmente que «a
las personas que están cumpliendo el servicio militar no se les debería negar el derecho a tener objeciones de
conciencia al servicio militar», y reconoce «...las personas que están cumpliendo el servicio militar pueden
transformarse en objetores de conciencia». De igual forma, la Resolución del Parlamento Europeo del 11 de
marzo de 1993 pide que los Estados miembros de la UE garanticen que se puede solicitar el reconocimiento
de la condición de objetor de conciencia en cualquier momento, incluso durante el cumplimiento del
servicio militar.
Amnistía Internacional adoptará como preso de conciencia a cualquier objetor encarcelado debido a
que su país no garantiza el derecho al reconocimiento como objetor de conciencia por motivos de conciencia
o convicciones profundas sobrevenidos después de su incorporación a las fuerzas armadas.
6. ¿Están obligados los gobiernos a informar a los futuros reclutas y a los
soldados que cumplen el servicio militar sobre su derecho a la objeción de
conciencia?
La Resolución 1995 de la Comisión de Derechos Humanos de la ONU «afirma la importancia de
que todas las personas que puedan tener que cumplir el servicio militar dispongan de información sobre el
derecho a la objeción de conciencia al servicio militar y sobre los medios de adquirir la condición jurídica de
objetor de conciencia». La Resolución de 1995 también solicita al secretario general de la ONU que
«...incluya el derecho a la objeción de conciencia al servicio militar en las actividades de información
pública de las Naciones Unidas, incluido el Decenio de las Naciones Unidas para la educación en la esfera
de los derechos humanos».
La Recomendación de 1987 del Comité de Ministros del Consejo de Europa subraya que «...la
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Amnistía Internacional, abril 1997
El derecho a la objeción de conciencia en Europa: un asunto prioritario
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persona que se encuentra en la obligación de realizar el servicio militar debe ser informada previamente de
sus derechos. A dicho efecto, el Estado le facilitará todo tipo de información útil o permitirá a las
organizaciones privadas interesadas que difundan la información necesaria». El Documento de Copenhague
de 1990 de la OSCE también da instrucciones a los Estados que participan en la Conferencia para que
faciliten «... al público información sobre esta cuestión».
La Resolución del Parlamento Europeo del 13 de octubre de 1989 «solicita que simultáneamente
con el llamamiento a filas se facilite una información sobre las posibilidades legales de negarse a prestar el
servicio militar, en la medida en la que ello no sea aún el caso». La importancia del acceso a información
suficiente sobre el derecho a la objeción de conciencia fue reiterada en una Resolución posterior de este
organismo, la del 11 de marzo de 1993.
La información sobre el derecho a ser reconocido como objetor de conciencia debe ir acompañada
de información sobre los procedimientos existentes para conseguir ese reconocimiento, también los que
están al alcance de los soldados que ya realizan el servicio militar. Amnistía Internacional adoptará como
preso de conciencia a cualquier objetor encarcelado a consecuencia de haber abandonado sin autorización
las fuerzas armadas por motivos de conciencia sobrevenidos tras su reclutamiento, siempre que haya tomado
todas las medidas razonables para asegurarse de quedar libre legalmente de sus deberes militares por
motivos de conciencia, o que no las haya tomado por haber sido privado de un acceso razonable al
conocimiento de los procedimientos a seguir.
III. EL FUTURO DE LA OBJECIÓN DE CONCIENCIA EN EUROPA
1. ¿Cómo extender y proteger mejor el derecho a la objeción de conciencia en
Europa?
Hay en marcha varias nuevas iniciativas de organizaciones no gubernamentales (ONG) e
instituciones intergubernamentales europeas que podrían tener un importante efecto sobre la protección y la
promoción del derecho a la objeción de conciencia en Europa. Desde 1984 está en circulación un proyecto
de Protocolo al Convenio Europeo para la Protección de los Derechos Humanos y de las Libertades
Fundamentales que reconoce específicamente el derecho a la objeción de conciencia al servicio militar. En
su Resolución del 13 de octubre de 1989, el Parlamento Europeo expresó su apoyo explícito a este
Protocolo, que reiteró en una Resolución posterior adoptada el 18 de enero de 1994.
Recientemente ha sumado su apoyo a la incorporación de este Protocolo en el Convenio la
agrupación de ONG con carácter consultivo en el Consejo de Europa (agrupación a la que pertenece
Amnistía Internacional). El 25 de septiembre de 1996, la agrupación aprobó por unanimidad una resolución
sobre el reconocimiento del derecho a la objeción de conciencia propuesta por el Consejo Cuáquero para
Asuntos Europeos (Quaker Council for European Affairs - QCEA). Los copatrocinadores de la resolución
fueron la Comisión Ecuménica Europea para la Iglesia y la Sociedad (European Ecumenical Commission
for Church and Society - EECCS) y la Conferencia de Iglesias Europeas (Conference of European Churches
- CEC).
La resolución planteaba la preocupación de que «...aunque los principios establecidos en la
Recomendación R(87)8 del Comité de Ministros (véase más arriba) constituyen sólo unas normas mínimas,
la situación en varios Estados miembros dista mucho de cumplir estos principios». La resolución también
pedía al Comité de Ministros que diera instrucciones al Comité Director para los Derechos Humanos a fin de
que solicitara un informe de cada Estado miembro del Consejo de Europa sobre las medidas tomadas en
aplicación de la Recomendación de 1987. Asimismo pedía a la Asamblea Parlamentaria del Consejo de
Europa y a su Comisión de Asuntos Jurídicos y Derechos Humanos que reconsiderara el proyecto de
Amnistía Internacional, abril 1997
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El derecho a la objeción de conciencia en Europa: un asunto prioritario
Protocolo sobre el derecho a la objeción de conciencia e informara a la agrupación de ONG a tiempo para su
siguiente reunión, que se celebrará en septiembre de 1998.
En respuesta a una pregunta escrita formulada por un miembro de la Asamblea Parlamentaria del
Consejo de Europa sobre el tema de los objetores de conciencia en Grecia, el Comité de Ministros contestó
en octubre de 1996 que había observado
...una serie de novedades en los últimos años en diversos Estados miembros con relación al
reclutamiento y la objeción de conciencia al servicio militar. Al mismo tiempo, el número
de miembros de la Organización ha aumentado notablemente desde que el Comité adoptó su
Recomendación Nº R(87) 8. Por estos motivos, el Comité de Ministros cree que resultaría
útil disponer de un análisis comparativo de la legislación y las prácticas de los Estados
miembros en esta área. El Comité de Ministros... ha dado instrucciones al Comité Director
para los Derechos Humanos para que lleve a cabo este estudio y evalúe la aplicación de la
Recomendación Nº R(87) 8 con el fin de determinar qué nuevas acciones podrían
promoverse a nivel europeo. [traducción no oficial]
El Comité Director para los Derechos Humanos lleva actualmente a cabo este estudio, y su objetivo
es terminarlo a finales de 1997. Está previsto que el análisis comparativo solicitado se presente en una
reunión del Comité Director que se celebrará en junio de 1997.
De forma complementaria a estas iniciativas del Consejo de Europa, Amnistía Internacional también
insta a los miembros de la Unión Europea a que establezcan claramente, mediante una resolución adecuada
adoptada por el Parlamento Europeo, que el reconocimiento del derecho a la objeción de conciencia al
servicio militar y la introducción de un servicio civil alternativo cuya duración no tenga carácter punitivo se
incluirán entre los criterios para la admisión de nuevos miembros en la Unión Europea.
La preocupación por que los Estados que solicitan ser miembros de la UE cumplan con los
instrumentos internacionales en lo que respecta al derecho a la objeción de conciencia dio origen a la
elaboración de un reciente informe de Christof Tannert, miembro alemán del Parlamento Europeo. El
estudio de Tannert, Military Service and Conscientious Objection in Central and Eastern Europe in View of
the Extension of the European Union towards the East, se realizó en colaboración con la Oficina Europea
para la Objeción de Conciencia (European Bureau for Conscientious Objection - EBCO) y se terminó en
1996.
Amnistía Internacional también reitera su llamamiento a todos los Estados miembros de la Unión
Europea y del Consejo de Europa para que revisen su legislación sobre la objeción de conciencia al servicio
militar desde el punto de vista de las resoluciones y recomendaciones internacionales vigentes.
2. ¿Qué otras ONG internacionales, además de Amnistía Internacional, trabajan en
defensa del derecho a la objeción de conciencia en Europa?
Amnistía Internacional trabaja junto con varias ONG de amplia implantación comprometidas con la
tarea de fomentar la conciencia sobre el derecho a la objeción de conciencia y proteger los derechos de los
objetores:
Oficina Europea para la Objeción de Conciencia
La actual campaña de Amnistía Internacional sobre el derecho a la objeción de
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Amnistía Internacional, abril 1997
El derecho a la objeción de conciencia en Europa: un asunto prioritario
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conciencia en Europa ha sido planificada y llevada a cabo en estrecha colaboración con la Oficina Europea
para la Objeción de Conciencia (European Bureau for Conscientious Objection - EBCO), fundada en 1979 y
con sede en Bruselas. A través de su red de organizaciones en toda Europa, la Oficina trabaja para promover
el derecho a la objeción de conciencia como derecho humano fundamental tanto en el ámbito nacional como
en el internacional. En los últimos años, la Oficina Europea para la Objeción de Conciencia ha publicado
importantes estudios: The Right to Conscientious Objection and the European Parliament (1994) y
Conscientious Objectors, Draft Evaders and Deserters from former Yugoslavia (1995). En noviembre de
1996, la Oficina celebró en Budapest una conferencia titulada Los Balcanes y el derecho a negarse a matar,
con la cooperación del Consejo de Europa. En mayo de 1997, la Oficina celebrará una reunión de objetores
de conciencia y desertores de la Alemania nazi con objetores y desertores de la ex Yugoslavia en Linz,
Austria. Para más información sobre esta organización, diríjanse a:
European Bureau for Conscientious Objection (EBCO)
rue Van Elewyck 35
B-1050 Bruselas, BÉLGICA
TEL: +32 2 648 5220
FAX: +32 2 640 0774
CORREO ELECTRÓNICO: [email protected]
HTTP://www.club.innet.be/ind2088/ebco
Internacional de Resistentes a la Guerra
Fundada en 1921, la Internacional de Resistentes a la Guerra (War Resister’s
International - WRI) tiene secciones nacionales, organizaciones asociadas y miembros en más de 40 países. Entre sus
actividades, apoya campañas en favor de los derechos de los objetores de conciencia en todo el mundo, centrándose en
la actualidad en la situación de Turquía y Latinoamérica. La Internacional de Resistentes a la Guerra también ha
desempeñado un papel activo en la cuestión del asilo de los objetores al reclutamiento y los desertores de la ex
Yugoslavia. Todos los años, en el Día de los Presos para la Paz, el 1 de diciembre, la Internacional elabora una Lista de
Condecoraciones «...a fin de concitar el apoyo internacional para quienes están encarcelados por ser objetores de
conciencia o resistirse de forma no violenta a los preparativos bélicos». Para más información sobre esta organización,
diríjanse a:
War Resisters’ International (WRI)
5 Caledonian Road
London N1 9DX
REINO UNIDO
TEL: +44 171 278 4040
FAX: +44 171 278 0444
CORREO ELECTRÓNICO: [email protected]
Consejo Cuáquero para Asuntos Europeos
El Consejo Cuáquero para Asuntos Europeos (Quaker Council for European Affairs QCEA) fue fundado en 1979 para fomentar los valores de la Sociedad de los Amigos (cuáqueros) en el marco europeo
y para «...expresar una visión cuáquera sobre temas de paz, derechos humanos y la forma de compartir adecuadamente
los recursos del mundo». Con sede en Bruselas, el QCEA trabaja en estrecha colaboración con otras ONG, como la
EBCO, y otras organizaciones religiosas que comparten sus preocupaciones. Su objetivo es aumentar la sensibilidad
sobre una serie de cuestiones de derechos humanos, paz y justicia social y fomentar la actuación sobre ellas en el marco
del Consejo de Europa y la Unión Europea.
Dado el pacifismo histórico de los cuáqueros (que data de sus orígenes, en el siglo XVII), no resulta
sorprendente que el derecho a la objeción de conciencia sea una de las principales preocupaciones del QCEA en los
antedichos foros europeos. La Oficina Cuáquera de las Naciones Unidas (Quaker United Nations Office - QUNO) de
Ginebra realiza un trabajo similar sobre este tema en el ámbito de las Naciones Unidas. Para más información sobre
esta organización, diríjanse a:
Amnistía Internacional, abril 1997
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El derecho a la objeción de conciencia en Europa: un asunto prioritario
Quaker Council for European Affairs (QCEA)
Square Ambiorix 50
B-1000 Bruselas
BÉLGICA
TEL: +32 2 230 4935
FAX: +32 2 230 6370
CORREO ELECTRÓNICO: [email protected]
Consejo Europeo de Organizaciones de Reclutas
El Consejo Europeo de Organizaciones de Reclutas (European Council
of Conscripts Organisations - ECCO) fue fundado en 1979 como «...plataforma internacional para el intercambio de
experiencias e información de los reclutas». Con sede en Utrecht, Países Bajos, ECCO es una organización que
aglutina diversas organizaciones de reclutas de muchos países europeos: la República Checa, la República Eslovaca,
Hungría y Georgia, entre otros. ECCO trabaja en favor de la promoción y la protección de los derechos humanos de los
reclutas, incluido el derecho de los soldados que están cumpliendo el servicio militar a solicitar el reconocimiento de su
condición de objetores de conciencia. ECCO también publica informes sobre la tortura y los malos tratos a los reclutas,
un tema que cada vez preocupa más a Amnistía Internacional.
En septiembre de 1996, las organizaciones miembros de ECCO adoptaron una Carta Europea sobre los
Derechos de los Reclutas. Entre las últimas publicaciones de la organización destacan The Guide Book for Creating a
Representation System for Conscripts (1993 - traducido al ruso), un estudio general titulado Compulsory Military
Service in Central and Eastern Europe (1996) y el Black Book on Rights of Conscripts in Central and Eastern Europe
(1996). ECCO tiene carácter consultivo en el Consejo de Europa, y también ha recibido financiación para proyectos del
Programa Phare y Tacis para la Democracia de la Unión Europea. Para más información sobre esta organización,
diríjanse a:
European Council of Conscripts Organisations (ECCO)
Postbus 2384
3500 GJ Utrecht
Países Bajos
TEL: +31 30 244 3425
FAX: +31 30 242 2195
Congreso Europeo en Favor de la Paz y los Objetores de Conciencia
En conmemoración del 350 aniversario de la Paz de Westfalia, que puso fin a la
Guerra de los Treinta Años en Europa, se celebrará una importante conferencia internacional en Osnabrück, Alemania,
en mayo de 1998: el Congreso Europeo en Favor de la Paz y los Objetores de Conciencia. Organizado por un consorcio
de más de 30 organizaciones (incluidas EBCO y Amnistía Internacional), en él participarán gran número de
importantes líderes religiosos, intelectuales y defensores de los derechos humanos de toda Europa. «La objeción de
conciencia como derecho humano» será uno de los temas destacados del Congreso, en el que se espera que surjan
estrategias imaginativas y eficaces para la educación y la actuación sobre este tema durante los próximos años.
Amnistía Internacional trabajará en estrecha colaboración con los organizadores del congreso para elaborar una serie de
programas destinados a aumentar la sensibilidad y el reconocimiento del derecho a la objeción de conciencia en el
periodo previo a la celebración del congreso, especialmente en Europa Oriental y Central. Para más información sobre
este congreso (disponible también en ruso), diríjanse a:
Peace Congress ‘98
Postfach 4124
D-49031 Osnabrück
ALEMANIA
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Amnistía Internacional, abril 1997
El derecho a la objeción de conciencia en Europa: un asunto prioritario
TEL: +49 541 26 06 50
FAX: +49 541 26 06 80
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El derecho a la objeción de conciencia en Europa: un asunto prioritario
IV. RESUMEN DE LAS ACTUALES PREOCUPACIONES DE AMNISTÍA
INTERNACIONAL EN EUROPA SOBRE EL DERECHO
A LA OBJECIÓN DE CONCIENCIA
ALBANIA
Los varones físicamente aptos de edades
comprendidas entre los 19 y los 55 años tienen
obligaciones militares, incluido un año de servicio
militar (que deben realizar entre los 19 y los 40
años), y las posteriores obligaciones de la
situación de reserva. No existen disposiciones que
permitan a los objetores de conciencia realizar un
servicio no armado o civil. Sin embargo, se
concede la exención del servicio militar a los
varones previo pago de una cantidad equivalente a
4.000 dólares estadounidenses, cifra que está fuera
del alcance de la mayoría de los jóvenes. Los
objetores de conciencia que se niegan a realizar el
servicio militar pueden ser procesados y juzgados
por tribunales militares por «no responder al
llamamiento a filas», como dispone el artículo 16
del Código Penal Militar (en vigor desde el 15 de
noviembre de 1995), un delito punible con multa o
hasta dos años de cárcel. A parecer, la falta de
respuesta a la llamada a filas se castiga
inicialmente con multa, y si el recluta continúa
negándose a cumplir el servicio militar puede ser
encarcelado.
En teoría, los objetores de conciencia
pueden ser llamados a filas varias veces, así como
procesados y encarcelados varias veces por
negarse al reclutamiento, algo que ha sido
criticado por los juristas, que también han tachado
de discriminatoria la introducción de disposiciones
que en la práctica permiten que las personas con
más recursos económicos compren su exención del
servicio militar.
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EXPEDIENTE DE CASO
Los únicos objetores de conciencia
encarcelados de los que tiene noticia Amnistía
Internacional son Testigos de Jehová. El primero
en ser procesado según el nuevo Código Militar
fue Llambi Mile que, en febrero de 1996, fue
condenado por un tribunal militar de Berat a seis
meses de cárcel por negarse a cumplir el servicio
militar por motivos religiosos. El tribunal ordenó
que debía comenzar a cumplir la sentencia
inmediatamente. Llambi Mile apeló, pero la
sentencia fue confirmada. El mismo tribunal había
condenado en junio de 1995 a Mile a pagar una
multa equivalente a 100 dólares estadounidenses
por negarse al reclutamiento.
Durante la segunda mitad de 1996 hubo
informes de más de 10 Testigos de Jehová
detenidos o bajo arresto domiciliario en Berat en
espera de ser juzgados por no responder al
llamamiento a filas por motivos religiosos. En
noviembre de ese mismo año, tres de ellos, Edlir
Lipe, Sajmir Gega y Arben Merko fueron
condenados a cuatro meses de cárcel, y al
parecer había otros tres en espera de juicio.
Amnistía
Internacional
solicita
liberación inmediata e incondicional de
objetores de conciencia encarcelados.
Amnistía Internacional, abril 1997
la
los
El derecho a la objeción de conciencia en Europa: un asunto prioritario
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AUSTRIA
Desde que en 1991 se suprimió el
requisito de presentarse a un examen oral sobre
los motivos de la objeción de conciencia, la
duración del servicio alternativo ha ido
aumentando progresivamente, y el plazo de
presentación de solicitudes para prestarlo se ha
reducido.
habían incumplido los restrictivos plazos que
establecía la legislación sobre servicio alternativo
entonces en vigor. Dos habían huido por temor a
ser arrestados y detenidos y el juicio contra el
tercero se inició en noviembre de 1996, pero fue
aplazado. Amnistía Internacional supo en marzo
de 1997 que el proceso penal contra Peter
Zwiauer se había interrumpido.
En 1991, el servicio civil alternativo era
de ocho meses, igual que el servicio militar.
Desde el 1 de enero de este año, los objetores de
conciencia al servicio militar deben cumplir un
servicio alternativo de 12 meses. Según la Ley de
Servicio Civil Alternativo de 1991, las solicitudes
para realizar el servicio civil alternativo podían
presentarse en cualquier momento tras la
notificación de la condición de apto para el
servicio militar y hasta dos semanas después de la
recepción de los documentos de llamamiento.
Desde el 1 de enero de 1997, las solicitudes sólo
son válidas si se presentan dos días antes de la
recepción de los documentos. Por consiguiente,
los posibles solicitantes no saben que el plazo
para presentar la solicitud ya ha terminado hasta
que es demasiado tarde. (Sin embargo, la ley
establece que el periodo de tiempo entre la
notificación de la condición de apto para el
servicio militar y la recepción de la orden de
llamamiento debe ser de al menos seis meses.)
Los plazos de presentación de solicitudes son aún
más restrictivos para quienes han sido declarados
aptos para el servicio militar antes de 1994.
Amnistía Internacional insta a las
autoridades a que detengan las actuaciones
legales contra estas personas. La organización
ha comunicado a las autoridades austríacas que,
si alguno de ellos es encarcelado, lo adoptará
como preso de conciencia y solicitará su
liberación inmediata e incondicional.
Amnistía Internacional ha expresado sus
preocupaciones respecto a la legislación austríaca
sobre objeción de conciencia y los casos de
Herwig Matzka, Peter Zwiauer y Andreas Gruber
en el documento Austria: Conscientious objection
to military service - a summary of current
concerns, Índice AI: EUR 13/01/97, publicado en
febrero de 1997.
Amnistía Internacional ha llamado la
atención de las autoridades austríacas en varias
ocasiones sobre su preocupación acerca de los
plazos para la presentación de solicitudes para el
servicio alternativo. La organización también ha
puesto en duda los motivos que se aducen para el
aumento progresivo de la duración del servicio
alternativo. Sus cartas han encontrado muy poco
eco.
EXPEDIENTE DE CASO
A finales de diciembre de 1996 al menos
tres hombres ─ Herwig Matzka, Peter Zwiauer y
Andreas Gruber─ podían ser encarcelados por
negarse a cumplir el servicio militar. Los tres
Amnistía Internacional, abril 1997
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El derecho a la objeción de conciencia en Europa: un asunto prioritario
BIELORRUSIA
El servicio militar, obligatorio para todos
los hombres de edades comprendidas entre los 18
y los 27 años, tiene una duración de 18 meses,
excepto para los universitarios, en que se reduce a
12 meses. Los deberes militares pueden ser
pospuestos por razones sociales (asuntos
familiares, que el interesado sea quien aporta los
ingresos de la familia, existencia de hijos
pequeños, etc.) o educativas (asistencia a la
universidad), aunque estas últimas sólo pueden
aducirse para posponerlo una vez, de forma que,
si un joven desea matricularse en otra universidad
o iniciar otro periodo de estudios, debe realizar
primero el servicio militar obligatorio.
Actualmente no hay servicio alternativo
para los objetores de conciencia. Desde 1994 se
debate en el parlamento un proyecto de ley sobre
el servicio alternativo, para el que se propone una
duración de tres años, es decir, el doble del
servicio militar obligatorio. El parlamento no
incluyó disposiciones para los objetores de
conciencia en la Constitución que entró en vigor
en marzo de 1994.
En 1995 hubo informes de que el
gobierno había propuesto ampliar el servicio
alternativo a personas no aptas para el servicio
militar por razones de salud. Según informes, el
Ministerio de Defensa era partidario de ampliar el
concepto de servicio militar de manera que
incluyera una amplia gama de opciones para el
servicio alternativo, similar al modelo alemán. Al
parecer, el gobierno tenía previsto extender la
posibilidad de realizar el servicio alternativo a
personas con historial delictivo para evitar que
tuvieran acceso a las armas durante el servicio
militar. La ley actual exime del servicio militar a
quienes hayan cumplido penas en campos de
trabajo por delitos comunes graves.
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Amnistía Internacional, abril 1997
El derecho a la objeción de conciencia en Europa: un asunto prioritario
Al no existir un servicio civil alternativo
en Bielorrusia, los jóvenes que se declaran
objetores de conciencia al servicio militar pueden
ser procesados por las autoridades militares,
condenados por delito común y encarcelados.
Según las cifras facilitadas por la ONG local Liga
Bielorrusa de Derechos Humanos, en la leva de la
primavera de 1995 el 30% de los reclutas se
negaron a incorporarse a filas, y de ellos el 99%
permanecen ocultos o han fingido enfermedades
para evitar ser reclutados.
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El derecho a la objeción de conciencia en Europa: un asunto prioritario
BOSNIA Y HERZEGOVINA
La firma del acuerdo de paz en
diciembre de 1995 dividió oficialmente a BosniaHerzegovina en dos Entidades, la Federación de
Bosnia y Herzegovina ─compuesta por cantones,
la mayoría administrados por autoridades
musulmanas (bosnias) o bosniocroatas─ y la
República Srpska, administrada por serbobosnios.
Aunque existe una presidencia y un gobierno de
Bosnia y Herzegovina que representan a ambas
Entidades, no tienen competencias sobre temas de
defensa, que son responsabilidad de las
autoridades de las dos Entidades.
Como en otras ex repúblicas yugoslavas,
la legislación reguladora del servicio militar se
basa en las leyes de defensa y el Código Penal de
la ex República Federativa Socialista de
Yugoslavia. Los artículos de este último relativos
a las fuerzas armadas están en vigor en ambas
Entidades, incluido el artículo 214 («evasión del
servicio militar») y 217 («deserción»). Por lo
demás, esta situación varía entre las distintas
zonas, que se tratarán por separado más adelante.
No obstante, hay un factor común a destacar:
durante la guerra el trabajo en favor del esfuerzo
bélico fue obligatorio en la mayor parte de
Bosnia-Herzegovina. En muchos casos no hubo
una distinción clara entre la movilización para
incorporarse a las fuerzas armadas y a este tipo de
trabajo.
Con
frecuencia
las
personas
pertenecientes a minorías que realizaban trabajos
en favor del esfuerzo bélico se vieron obligadas a
trabajar en condiciones sumamente peligrosas,
por ejemplo, cavando trincheras muy cerca del
frente, donde corrían el peligro de resultar heridos
e incluso morir. En algunos casos, especialmente
en las zonas controladas por los serbobosnios, las
condiciones eran similares a la detención.
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El derecho a la objeción de conciencia en Europa: un asunto prioritario
La Federación
Durante la guerra el servicio militar fue
obligatorio para todos los varones, y continúa
siéndolo. Actualmente los varones pueden elegir
entre cumplirlo en el ejército de Bosnia y
Herzegovina (compuesto predominantemente por
soldados musulmanes bosnios) o en el Consejo
Croata de Defensa. Oficialmente, ambos ejércitos
deberán fundirse en uno en 1999. La posibilidad
de un servicio no armado en las fuerzas armadas
fue introducida a mediados de 1996, pero es
posible que no haya sido llevada a la práctica.
Entre 1992 y finales de 1995, en las
zonas bajo gobierno bosnio fue habitual el
encarcelamiento de
varones ‒incluidos los
objetores de conciencia‒ por «evasión del
servicio militar» o «deserción». Como durante la
mayor parte del conflicto estuvo en vigor el
estado de «peligro inmediato de guerra» o el
estado de guerra, la pena legal máxima era la
pena de muerte. En la práctica, las sentencias más
duras de las que se ha tenido noticia fueron de
cinco años de cárcel. Se sabe que en las zonas
controladas por el Consejo Croata de Defensa (la
«República Croata de Herceg-Bosnia») hubo
resistencia al reclutamiento, pero hay poca
información disponible sobre las penas que se
aplicaron. Al parecer, los casos más frecuentes de
procesamiento y encarcelamiento en las zonas
controladas por las autoridades bosnias fueron
protagonizados por serbios, muchos de ellos por
negarse a luchar contra serbios del otro bando. En
algunos tribunales, las sentencias dictadas contra
los serbios que adujeron estas razones para
negarse a cumplir con sus obligaciones militares
fueron menos severas. Sin embargo, también
había presiones para aceptar la liberación en
intercambios de prisioneros con las fuerzas
serbobosnias, y algunos serbios fueron
expulsados de sus zonas de residencia de esta
forma. También hubo un reducido número de
hombres que eran claros objetores de conciencia
por motivos religiosos, como los Testigos de
Jehová.
Cuando en marzo de 1994 se proclamó
oficialmente la Federación, agrupando a la zona
de Bosnia controlada por un gobierno de mayoría
bosniomusulmana y la controlada por el Consejo
Amnistía Internacional, abril 1997
1
Croata de Defensa, la autoproclamada «República
Croata de Herceg-Bosnia», estas zonas tenían, en
la práctica, administraciones independientes, que
no fueron suprimidas oficialmente hasta finales
de 1996. Todavía hoy la Federación no está
plenamente instituida. Aunque teóricamente el
servicio militar se rige por las leyes federales que
se tratarán más adelante, no está claro si los
tribunales de las zonas bosniocroatas respetan
estas leyes federales, especialmente en la ciudad
de Mostar, centro de la disputa entre musulmanes
y croatas.
En diciembre de 1994 el gobierno bosnio
introdujo una amnistía limitada para quienes
eludían el reclutamiento, dando a los desertores o
evasores un plazo máximo de 30 días para
presentarse a cumplir con sus obligaciones y
evitar así ser procesados. El plazo se ampliaba a
seis meses en el caso de residentes en el
extranjero. Cumpliendo con lo estipulado en el
acuerdo de paz, las autoridades bosnias
introdujeron una amplia ley de amnistía en
febrero de 1996 (la Federación aprobaría después
una ley similar). Esta amnistía se aplicaba a actos
de «deserción» o «evasión del servicio militar».
Todos los objetores de conciencia conocidos
quedaron en libertad, y se retiraron todos los
cargos penales contra los que estaban en espera de
juicio. Sin embargo, la amnistía se extendía sólo a
actos cometidos hasta el 14 de diciembre de 1995.
Todo aquel que se había negado a cumplir el
servicio militar después de esta fecha podía ser
procesado, aunque en la práctica el fin de la
guerra había supuesto una desmovilización
masiva y el reclutamiento de muy pocos hombres.
En julio de 1996 se promulgó una nueva
Ley Federal de Defensa que permite a los
objetores de conciencia servir en las fuerzas
armadas sin portar armas. Amnistía Internacional
cree que estas disposiciones no constituyen un
servicio alternativo puramente civil. La
organización solicita al gobierno que introduzca
una legislación que permita un servicio
alternativo plenamente civil cuya duración no sea
punitiva para quienes se nieguen a cumplir el
servicio militar por motivos de conciencia.
Índice AI: EUR 01 / 02 / 97 /s
1
El derecho a la objeción de conciencia en Europa: un asunto prioritario
La República Srpska
Durante la guerra, el servicio militar era
obligatorio para todos los varones en las zonas
controladas por los serbobosnios. Durante parte
de la contienda, algunos hombres, especialmente
los que vivían en el extranjero, pudieron
«comprar» la exención del servicio militar a
cambio de una cantidad. Hubo frecuentes
informes de resistencia al reclutamiento,
motivada por diversas razones, entre ellas
probablemente la objeción de conciencia.
Las propias autoridades serbobosnias se
quejaron del problema de la deserción y la
evasión del servicio militar. Por ejemplo, un
informe indica que, sólo entre julio y agosto de
1993, el tribunal militar de Banja Luka condenó a
unas mil personas por este tipo de delito a penas
que fueron desde la condena condicional a los
cinco años de cárcel. A mediados de 1995, cuando
el problema de la deserción era más agudo, hubo
informes de sentencias de ocho años de cárcel.
Muchos de los que desertaron o eludieron el
servicio militar huyeron al extranjero, la mayoría
a la República Federativa de Yugoslavia, cuyas
autoridades devolvieron a los desertores en
muchas ocasiones a la República Srpska. La
condena máxima durante la mayor parte de la
guerra fue de 10 años de cárcel, y aún se aplica en
la actualidad. Durante varios meses a partir de
julio de 1995, estuvo en vigor el «estado de
guerra», lo que suponía que podía aplicarse la
pena de muerte como pena máxima.
Índice AI: EUR 01 / 02 / 97 /s
El parlamento de la República Srpska
aprobó una ley de amnistía en junio de 1996 para
cumplir con las exigencias del acuerdo de paz de
Dayton. Sin embargo, durante el debate
parlamentario, los delitos de «deserción» y
«evasión del servicio militar» quedaron
específicamente excluidos de la amnistía. A
comienzos de 1997 se estudiaron propuestas para
una nueva ley de defensa. A finales de 1996 se
aprobó una nueva Ley del Ejército, pero en el
momento de redactar este informe aún no se
disponía de su texto.
Aunque Amnistía Internacional cree que
probablemente hay personas encarceladas en la
República Srpska por desertar o eludir el servicio
militar, no hay información sobre casos concretos
ni sobre el número de afectados.
Amnistía Internacional solicita a las
autoridades de la República Srpska que aprueben
una amnistía inmediata para todas las personas
encarceladas por deserción o cualquier delito
similar como consecuencia de negarse a realizar
el servicio militar por motivos de conciencia. La
organización también solicita a las autoridades
que reconozcan el derecho de toda persona que
deba cumplir el servicio militar, pero que
manifieste su objeción de conciencia en cualquier
momento, a prestar un servicio alternativo
puramente civil y cuya duración no tenga carácter
punitivo.
Amnistía Internacional, abril 1997
El derecho a la objeción de conciencia en Europa: un asunto prioritario
1
BULGARIA
Aunque el derecho a realizar un servicio
alternativo está reconocido en la Constitución de
Bulgaria (artículo 59, párrafo 2), no hay ninguna
ley que permita a los objetores de conciencia
dirigir debidamente a las autoridades competentes
sus solicitudes para llevar a cabo un servicio
alternativo. Las actuaciones judiciales contra
objetores de conciencia como Dian Yankov
Dimitrov (véase expediente de caso) por evasión
del servicio militar representan una violación de
su derecho constitucional a un servicio
alternativo.
.
Según
informaciones
recibidas
recientemente por Amnistía Internacional, las
autoridades búlgaras han adoptado un proyecto de
ley que establece un servicio alternativo. A
Amnistía Internacional le preocupa que las
disposiciones de este proyecto que se analizan
seguidamente no cumplan los principios
reconocidos internacionalmente sobre la objeción
de conciencia al servicio militar.
El artículo 3 del proyecto establece que
las solicitudes para realizar el servicio alternativo
sólo pueden basarse en motivos religiosos.
Amnistía Internacional cree que toda persona
debe tener derecho a negarse a desempeñar el
servicio armado por razones de conciencia o
convicciones profundas basadas en motivos
religiosos,
éticos,
morales,
humanitarios,
filosóficos, políticos o similares.
negarse a realizar el servicio militar.
Dian Yankov Dimitrov, de 20 años, es
Testigo de Jehová, y sus creencias religiosas le
prohíben portar armas y realizar el servicio militar.
El 5 de septiembre de 1995, el Tribunal Regional
de Popovo lo sentenció a una condena
condicional de seis meses de cárcel en aplicación
del artículo 361, párrafo 1 del Código Penal
búlgaro por no responder al llamamiento a filas.
Tras ser llamado nuevamente a filas el 5
de octubre de 1995, Dian Yankov Dimitrov volvió
a ser juzgado con la misma ley, y condenado el 1
de febrero de 1996 a ocho meses de cárcel.
Apeló, y el 31 de julio de ese mismo año el
tribunal de primera instancia de Targovishte
redujo su condena a cuatro meses de cárcel.
El 9 de septiembre de 1996, Dian
Yankov Dimitrov fue encarcelado en la
penitenciaría de la isla de Belene para cumplir la
condena acumulada de 10 meses. En la cárcel,
otros reclusos le han robado en repetidas
ocasiones el calzado, las prendas de vestir y la
manta. Los intentos de su padre, Yanko Dimitrov
Stoyanov, para que el director del centro
intervenga en su favor han fracasado.
Amnistía Internacional insta a las
autoridades búlgaras a que pongan en libertad de
forma inmediata e incondicional a Dian Yankov
Dimitrov, y a que tomen las medidas necesarias
para que el proyecto de ley sobre el servicio
alternativo esté en consonancia con los
instrumentos internacionales.
El artículo 4, párrafo 1 del proyecto de
ley establece que el servicio alternativo se
realizará únicamente «dentro de las unidades de
las fuerzas armadas y la defensa civil, en puestos
que no requieran el uso de armas». A Amnistía
Internacional le preocupa que este servicio
alternativo no pueda considerarse de carácter
puramente civil y bajo control civil, y que los
objetores puedan ser encarcelados por negarse a
prestarlo por motivos de conciencia.
EXPEDIENTE DE CASO
Dian
Yankov
Dimitrov
lleva
encarcelado desde septiembre de 1996,
cumpliendo una sentencia de 10 meses por
Amnistía Internacional, abril 1997
Índice AI: EUR 01 / 02 / 97 /s
1
El derecho a la objeción de conciencia en Europa: un asunto prioritario
El artículo 6 del proyecto de ley
determina que la duración del servicio alternativo
será el doble de la del servicio militar. Amnistía
Internacional cree que la duración del servicio
civil alternativo no debe constituir un castigo para
las convicciones profundas de quienes se acojan a
él.
El proyecto de ley también limita el
plazo para la presentación de las solicitudes para
realizar el servicio alternativo, que terminaría el
31 de marzo del año en el que el solicitante
cumple 18 años. Si para entonces el solicitante no
ha cumplido los 18 años, la solicitud debe ser
firmada por sus padres o tutores (§9). La solicitud
será estudidada por una comisión creada por las
autoridades militares regionales (§10), que debe
oír los motivos del solicitante, así como los de sus
padres o tutores si éste es menor de edad (§ 13).
Las decisiones de la comisión pueden recurrirse
en un plazo de siete días ante la Comisión Central
del Servicio Alternativo (§16), que funciona
dentro del Ministerio de Defensa (§ 17.1) y debe
decidir sobre el recurso en un plazo de 14 días.
Las deciciones de la Comisión Central son
inapelables (§ 18. 5).
A Amnistía Internacional le preocupa
que este procedimiento no sea equitativo e
independiente,
como
recomiendan
los
instrumentos internacionales. Al imponer plazos
de tiempo para la presentación de una solicitud
para realizar el servicio alternativo, la ley está
eliminando en la práctica a todas aquellas
personas que manifiestan la objeción de
conciencia al servicio militar en el lapso de
tiempo comprendido entre el final del plazo
dispuesto para la presentación de la solicitud y el
llamamiento a filas - que puede ser de varios
meses o incluso años- o tras el llamamiento.
Amnistía Internacional insta al gobierno
búlgaro y a la Asamblea Nacional a revisar las
disposiciones propuestas en el proyecto de ley
sobre servicio alternativo y a adoptar una ley
sobre el servicio alternativo que esté en línea con
todos los principios internacionales sobre
objeción de conciencia expuestos anteriormente.
Índice AI: EUR 01 / 02 / 97 /s
Amnistía Internacional, abril 1997
El derecho a la objeción de conciencia en Europa: un asunto prioritario
CHIPRE
El «servicio militar no armado»
alternativo establecido para los objetores de
conciencia sigue siendo punitivo por su duración
(42 o 36 meses frente a los 26 meses de servicio
militar normal) y queda anulado durante periodos
Amnistía Internacional, abril 1997
1
de emergencia o de movilización general. Al
menos 18 Testigos de Jehová fueron encarcelados
durante 1996 por negarse a cumplir el servicio
militar. Los que habían sido llamados a filas por
primera vez fueron condenados a 26 meses de
cárcel, mientras que los reservistas fueron
sentenciados a siete u ocho meses.
Índice AI: EUR 01 / 02 / 97 /s
1
El derecho a la objeción de conciencia en Europa: un asunto prioritario
CROACIA
La Constitución croata de 1990 garantiza
el derecho a la objeción de conciencia. Sin
embargo, en la actual legislación no hay ninguna
alternativa plenamente civil de carácter universal.
Socialista de Yugoslavia y pueden ser llamados
como reservistas en las fuerzas armadas croatas,
pero sus posibilidades de declararse objetores de
conciencia son limitadas.
Las Leyes de Defensa que se aprobaron
en 1991 y 1993, junto con algunas enmiendas
posteriores, regulan las obligaciones militares y
los derechos de los objetores de conciencia. Sin
embargo, estas leyes disponen fundamentalmente
que los objetores de conciencia sirvan en las
fuerzas armadas sin portar armas. Existe la
posibilidad, no el derecho, de llevar a cabo un
servicio civil en instituciones civiles. Hasta ahora
no se sabe de nadie que haya podido realizar el
servicio civil. La duración del servicio
alternativo, tanto si se trata de un servicio no
armado en el ejército como en una institución
civil, es de 15 meses, un 50% más que el servicio
militar normal, y parece tener carácter punitivo.
EXPEDIENTE DE CASO
Todos
los
varones
de
edades
comprendidas entre los 16 y los 60 años tienen la
obligación de cumplir el servicio militar. En
algunas circunstancias también las mujeres deben
incorporarse a filas para desempeñar ciertas
obligaciones. Normalmente, los jóvenes son
reclutados para llevar a cabo el periodo habitual
de 10 meses de servicio militar a los 19 años. Tras
su desmovilización, pasan a las fuerzas de reserva
y deben incorporarse a filas para realizar
maniobras o en tiempo de guerra.
Un recluta tiene 90 días desde la fecha de
su inscripción para el servicio militar para
solicitar la condición de objetor de conciencia.
Sin embargo, ni a los reclutas recién inscritos ni a
los reservistas se les informa automáticamente de
su derecho a solicitar la condición de objetores de
conciencia. Las autoridades no han dado
publicidad a este derecho y han rechazado las
ofertas de la principal ONG croata que promueve
el derecho a la objeción de conciencia, Campaña
contra la Guerra (ARK), de facilitar folletos para
su distribución entre los nuevos reclutas. Un
factor que complica aún más la situación es el
hecho de que la mayoría de los varones de edades
superiores a los 25-30 años ya han servido en el
Ejército Nacional Yugoslavo (JNA) cuando
Croacia formaba parte de la República Federativa
Índice AI: EUR 01 / 02 / 97 /s
Las personas encarceladas por intentar
evadirse del cumplimiento del servicio militar,
incluidos los objetores de conciencia, suelen
evitar la publicidad, y resulta difícil documentar el
número de casos. Uno de los más recientes que
se conocen es el de Nikša Violić, de la zona de
Split, que se negó a llevar uniforme y portar
armas por sus creencias religiosas como Testigo
de Jehová. La policía militar lo golpeó
brutalmente cuando lo detuvo brevemente en
mayo de 1996.
Se presentaron cargos penales contra
Nikša Violić por negarse a portar armas, aunque
el estado actual de su causa no está claro, pues,
según los informes, ha quedado eximido
temporalmente del servicio militar por razones
médicas.
Amnistía Internacional insta a las
autoridades croatas a que no persigan
judicialmente a Nikša Violić. Si éste es
encarcelado en el futuro por negarse a cumplir el
servicio militar por sus creencias religiosas, la
organización lo adoptará como preso de
conciencia.
Las solicitudes son estudiadas por la
Comisión para el Servicio Civil, nombrada por el
Ministerio de Justicia. A los hombres que ya han
servido en el Ejército Nacional Yugoslavo o que
se habían inscrito para ello antes de la disolución
de la ex Yugoslavia se les concedió hasta marzo
de 1992 para solicitar la condición de objetores de
conciencia. Tras una campaña de captación de
apoyos por parte de la ARK, este plazo se amplió
hasta mayo de 1994, y más recientemente se ha
vuelto a abrir hasta el 20 de julio de 1998. Los
reclutas nuevos o recientes también tienen la
posibilidad de solicitar la condición de objetores
de conciencia hasta esta fecha. Después, parece
que no se podrán presentar solicitudes fuera del
plazo máximo de 90 días, y por tanto a quien
manifieste su objeción de conciencia pasado este
plazo se le negará el derecho a ser reconocido
como objetor.
Amnistía Internacional, abril 1997
Actualmente no hay garantía legal de que
El derecho a la objeción de conciencia en Europa: un asunto prioritario
una persona, sea nuevo recluta o reservista ya
inscrito, no pueda ser movilizada en el plazo que
transcurra entre la presentación de la solicitud de
la condición de objetor y la recepción del
dictamen de la Comisión para el Servicio Civil.
El Código Penal, en su Parte General,
establece penas para quienes se niegan a cumplir
el servicio militar. Los principales artículos al
respecto son el de «evasión del servicio militar»
(artículo 166) y el de «deserción» (artículo 169).
Ambas leyes están tomadas de las antiguas leyes
federales de la República Federativa Socialista de
Yugoslavia, artículos 214 y 217, respectivamente,
que fijan una pena máxima de 10 años de cárcel
en tiempos de paz. Sin embargo, las autoridades
han utilizado habitualmente normativas militares
para encarcelar por estos actos (también a
objetores de conciencia) durante un periodo
máximo de 30 días. Ser procesado en aplicación
de estas normativas no protege de nuevas
actuaciones en aplicación del código penal.
La participación de Croacia en la lucha
en Bosnia también ha sido objeto de una intensa
controversia política, y los reclutas se han
resistido a ser destinados allí. La distinción entre
el servicio en el Ejército croata y en las fuerzas
bosniocroatas (HVO), que luchaban en BosniaHerzegovina también era muy poco clara.
Teóricamente, la HVO es una fuerza
independiente y extranjera. Por ejemplo, entre
finales de 1994 y principios de 1995, gran número
de hombres (hasta un millar, según los informes)
residentes en Croacia, pero de origen
bosniocroata (la mayoría de ellos ciudadanos
tanto de Croacia como de Bosnia-Herzegovina, o
considerados como tales por las autoridades)
fueron movilizados en Croacia y enviados
inmediatamente a luchar en la HVO en Bosnia.
Los que se negaron fueron encarcelados por
periodos de hasta 30 días, siguiendo la normativa
militar. Al parecer, entre los motivos para negarse
estaba la objeción a participar en el conflicto
armado en Bosnia-Herzegovina. Al menos a
Amnistía Internacional ha solicitado en
repetidas ocasiones la introducción en España del
derecho a reclamar la condición de objetor de
conciencia durante el servicio militar. Según la
legislación en vigor desde diciembre de 1984, el
derecho a la objeción de conciencia al servicio
Amnistía Internacional, abril 1997
1
algunos de ellos les dieron uniformes
desprovistos de distintivos del Ejército croata
antes de enviarlos a Bosnia o les dijeron que los
llevaban a luchar en zonas de Croacia.
Al mismo tiempo, Viktor Ivančić,
director de un semanario independiente, Feral
Tribune, sumamente crítico con el gobierno, fue
movilizado. Su movilización se produjo justo
cuando le concedieron oficialmente la ciudadanía
croata (nació en Bosnia-Herzegovina), lo cual le
obligaba a realizar el servicio militar en Croacia y
le permitía solicitar la condición de objetor de
conciencia o la exención por otros motivos. Los
analistas señalaron que los directores de
periódicos que trabajaban en publicaciones afines
al gobierno eran eximidos por su profesión.
En noviembre de 1995, Božidar
Balenović, director de una pequeña publicación
regional en la ciudad de Ivanić-Grad, también
crítica con las autoridades, fue llamado a filas, al
parecer debido a las opiniones expresadas en su
periódico. Balenović se negó a vestir uniforme
alegando que su ordenación como sacerdote
católico algunos años antes lo eximía del servicio
militar. En diciembre de 1995 fue condenado a 30
días de cárcel, que cumplió, por negarse a llevar
uniforme.
Amnistía Internacional solicita a las
autoridades croatas que modifiquen la actual
legislación sobre el servicio militar para que todo
aquel que se niegue a cumplir el servicio militar
por motivos de conciencia pueda realizar un
servicio alternativo puramente civil cuya duración
no tenga carácter punitivo. La legislación también
debe ser modificada para reconocer el derecho de
todo individuo a solicitar la condición de objetor
de conciencia en cualquier momento después de
haberse inscrito para el servicio militar, tras
haberlo concluido o mientras se halla
realizándolo.
ESPAÑA
militar obligatorio sólo puede ejercerse «hasta el
momento en que se produzca la incorporación en
filas y, una vez finalizado este, mientras se
permanece en la situación de reserva». Por tanto,
generalmente cualquier solicitud de la condición
de objetor de conciencia presentada tras la
Índice AI: EUR 01 / 02 / 97 /s
1
El derecho a la objeción de conciencia en Europa: un asunto prioritario
incorporación
a
filas
es
rechazada
automáticamente, sean cuales sean los motivos.
Amnistía Internacional cree que los
objetores de conciencia al servicio militar ejercen
su derecho fundamental a la libertad de conciencia
y que deben, por tanto, gozar del derecho a
reclamar la condición de objetores en cualquier
momento, tanto antes de incorporarse a las fuerzas
armadas como después. Amnistía Internacional
considera presos de conciencia a los objetores de
conciencia que son privados de este derecho y
encarcelados a consecuencia de ello.
Durante los últimos 10 años, la
organización ha recibido informes de más de una
decena de casos de reclutas encarcelados por
negarse a cumplir el servicio militar por motivos
de conciencia sobrevenidos tras la incorporación a
filas. Estas personas han sido acusadas de negarse
a cumplir el servicio militar, de deserción o de
ambas cosas.
Al solicitar la liberación de objetores de
conciencia como José Antonio Escalada y Manuel
Blázquez Solís (véase expediente de caso) y la
introducción de leyes que contemplen el derecho a
solicitar la condición de objetor de conciencia
durante el servicio militar, Amnistía Internacional
ha señalado que las normas internacionales sobre
la objeción de conciencia al servicio militar
también suscriben este derecho (véase la sección
II, 5 de este documento).
EXPEDIENTE DE CASO
Los reclutas Manuel Blázquez Solís y
José Antonio Escalada estuvieron encarcelados
por negarse a cumplir su servicio militar. Amnistía
Internacional los adoptó por primera vez como
presos de conciencia durante el periodo de tres
meses de prisión preventiva en que estuvieron en
1991. En diciembre de 1995 volvieron a ser
arrestados por orden de un tribunal militar que, en
junio de 1994, los había condenado a 17 meses
de prisión por deserción de las fuerzas armadas.
Quedaron en libertad condicional en abril y mayo
de 1996, respectivamente.
abandonaron sus destinos en el puerto de
Cartagena tras saber que sus fragatas relevarían
a los buques españoles que ya se encontraban en
la zona del Golfo. Explicaron que la participación
en el conflicto del Golfo era incompatible con sus
convicciones
profundas
y
solicitaron
infructuosamente la condición de objetores de
conciencia por motivos morales y filosóficos. En
declaraciones públicas afirmaron que lo único que
habían hecho al desertar era «ejercer el derecho a
la libertad de conciencia», y explicaron que habían
abandonado sus embarcaciones y el servicio
militar porque no deseaban tomar parte en una
«matanza».
En marzo de 1996, el Comité de Derechos
Humanos de la ONU examinó el Cuarto Informe
Periódico de las autoridades españolas sobre el
cumplimiento del Pacto Internacional de Derechos
Civiles
y
Políticos
(PIDCP).
Amnistía
Internacional llamó la atención del Comité sobre
su preocupación por el encarcelamiento de
objetores de conciencia como presos de conciencia
al no contemplarse la posibilidad de que los
reclutas soliciten la condición de objetores durante
el servicio militar.1
En abril de 1996, tras su estudio del
informe presentado por España, el Comité
manifestó que sentía «gran preocupación» por el
hecho de que los ciudadanos no tuvieran derecho a
reclamar la condición de objetores de conciencia
tras su incorporación a las fuerzas armadas, ya que
esto parecía ser incompatible con las exigencias
del artículo 18 del PIDCP, tal como se señalaba en
su Comentario General Nº 22 (48) 2, e instó a
España « a modificar su legislacion sobre la
objeción de conciencia para que toda persona que
desea invocar la condicion de
objetor de
conciencia pueda hacerlo en cualquier momento,
antes o despues de su ingreso en las fuerzas
1Véase - España: Comentarios de Amnistía
Internacional al Cuarto Informe Periódico del gobierno
español al Comité de Derechos Humanos (Índice AI: EUR
41/07/96/s)
2En su Comentario General 22 sobre el artículo 18
del Pacto Internacional de Derechos Civiles y Políticos, el
Comité de Derechos Humanos afirma que el derecho a la
objeción de conciencia puede derivarse del artículo 18 y que,
Contra ellos se presentó el cargo de
cuando este derecho se reconozca en la ley o en la práctica, no
deserción tras abandonar las fragatas donde
habrá diferenciación entre los objetores de conciencia sobre la
servían como reclutas cuando estalló el conflicto
base del carácter de sus creencias particulares, y tampoco
del Golfo Pérsico en enero de 1991. Ambos
habrá discriminación contra los objetores de conciencia
jóvenes, que entonces tenían 19 años,
porque no hayan realizado el servicio militar.
Índice AI: EUR 01 / 02 / 97 /s
Amnistía Internacional, abril 1997
El derecho a la objeción de conciencia en Europa: un asunto prioritario
FEDERACIÓN RUSA
armadas».
En noviembre de 1996, el Congreso de
los Diputados (una de las dos cámaras
parlamentarias) votó a favor de estudiar una
propuesta para reformar la ley de objeción de
conciencia. El texto de la propuesta incluía una
disposición que permitía la objeción sobrevenida
tras la incorporación a las fuerzas armadas. No
obstante, los principales partidos políticos
indicaron su intención de efectuar considerables
modificaciones al texto a su paso por la cámara en
1997. Al mismo tiempo, el gobierno también ha
señalado al Congreso su intención de terminar con
el servicio militar obligatorio y sustituirlo por unas
fuerzas armadas de profesionales y voluntarios,
para lo cual se ha dado de plazo hasta el año 2003.
En Rusia el servicio militar es
obligatorio para los varones de edades
comprendidas entre los 18 y los 27 años. No hay
ninguna ley que regule la alternativa civil al
servicio militar, lo cual sitúa a todo objetor de
conciencia ante la amenaza de la cárcel.
El derecho a la objeción de conciencia
está reconocido en la Constitución rusa desde
abril de 1992. El artículo 59 afirma: «Todo
ciudadano de la Federación Rusa cuyas
convicciones o creencias le impidan realizar el
servicio militar... tendrá derecho a sustituirlo por
un servicio civil alternativo».
Sin embargo, casi cinco años más tarde,
el Parlamento no ha introducido la necesaria
legislación reguladora ni enmendado el Código
Penal para que refleje esta disposición
constitucional, y los jóvenes continúan
arriesgándose a ser encarcelados por negarse a
realizar el servicio militar por razones de
conciencia. El 8 de diciembre de 1995 se intentó
aprobar una ley sobre el servicio militar en la
Duma estatal, y la mayoría de los diputados
votaron en contra. Sin embargo, la legislación
podría habilitarse por decreto presidencial. La
adhesión de Rusia al Consejo de Europa en
febrero de 1996 supone que el país debe tratar de
ajustarse a la Recomendación Nº R(87) 8 Relativa
a la Objeción de Conciencia de este organismo,
que recomienda a los gobiernos de los Estados
miembros, en la medida en que todavía no lo han
hecho, que adecuen sus legislaciones y prácticas
Amnistía Internacional, abril 1997
1
nacionales a esta norma (véase Sección Section II,
1 de este documento).
Las disposiciones del artículo 15(4) de la
Constitución rusa permiten la aplicación directa
de las normas del derecho internacional si el
derecho nacional entra en conflicto con ellas (o si
la legislación no está desarrollada). En la práctica,
este principio constitucional de prioridad de los
instrumentos internacionales sobre la legislación
interna rara vez es aplicado por los tribunales
generales, y depende de la interpretación de cada
juez. De forma similar, el principio de aplicación
directa de las disposiciones constitucionales
(artículo 15(1) de la Constitución) en ausencia de
una legislación nacional que las desarrolle queda
a la libre interpretación de los tribunales locales.
En algunos casos, los jueces han decidido utilizar
las disposiciones del artículo 59 de la
Constitución directamente y desestimar los cargos
presentados contra un objetor de conciencia
basándose en que violaban la Carta Magna. En la
mayoría de las ocasiones, los objetores de
conciencia continúan corriendo el riesgo de ser
condenados y encarcelados.
En una actuación sin precedentes, el
Tribunal Supremo de la Federación Rusa adoptó
una decisión durante el primer trimestre de 1996
que establece (punto 11) que «La negación
realizar el servicio militar por convicciones
religiosas no constituye delito». Hay informes de
varios casos en que tribunales generales han
tomado decisiones similares.
Índice AI: EUR 01 / 02 / 97 /s
1
El derecho a la objeción de conciencia en Europa: un asunto prioritario
EXPEDIENTE DE CASO 1
Uvanchaa Dozur-ool Mongushevich,
monje novicio de 22 años perteneciente a la
comunidad budista «Kuntsechoinei Datsan» de la
iglesia budista Gelugpa en San Petersburgo,
pudo ser condenado a siete años de cárcel como
preso de conciencia cuando las autoridades
rusas se negaron a reconocer su derecho a la
objeción de conciencia al servicio militar.
Uvanchaa Dozur-ool Mongushevich, de
la República de Tuva, fue llamado a filas en 1995,
a pesar de ser novicio, y enviado a realizar el
servicio militar a la región de Khabarovsk. Allí fue
presuntamente maltratado por los demás
soldados y, según los informes, hubo de ser
hospitalizado con ambas piernas rotas a
consecuencia de una brutal paliza. Tras recibir
tratamiento, sus padres lo llevaron a casa. Poco
después volvió al monasterio, donde fue detenido
el 26 de mayo de 1996 por las autoridades
militares. El 13 de junio del mismo año fue
acusado del delito de «deserción voluntaria de su
unidad militar» que recoge el artículo 246 del
Código Penal ruso, y enviado a un centro de
prisión preventiva (SIZO) en San Petersburgo.
Según los informes, Uvanchaa Dozur-ool
Mongushevich manifestó su objeción de
conciencia al servicio militar, basada en sus
creencias religiosas, en el momento de su
reclutamiento, tras abandonar la unidad del
ejército después de los presuntos malos tratos,
cuando lo arrestaron y durante la investigación
sobre la acusación que pesa sobre él. Su guía
espiritual, el Lama Djampa Donyod Badmaev,
recibió una carta fechada el 28 de junio de 1996
de la Oficina del fiscal jefe militar de la
Federación Rusa en la que se reconocía el hecho
de que Uvanchaa Dozur-ool Mongushevich había
manifestado su objeción basada en sus creencias
religiosas.
Índice AI: EUR 01 / 02 / 97 /s
Amnistía Internacional supo que el 28 de
junio de 1996 el fiscal militar de San Petersburgo
decidió cerrar el caso debido a un «cambio en las
circunstancias».
El
fiscal
decretó
su
licenciamiento del servicio militar, decisión que
fue ratificada por el fiscal militar de Moscú el 18
de julio.
Sin embargo, según la información
recibida del fiscal militar auxiliar de Khabarovsk,
Uvanchaa Dozur-ool Mongushevich ha sido
devuelto a su unidad militar en Khabarovsk y
obligado a permanecer en el ejército. En agosto
de 1996 se dijo que el fiscal militar de la región de
Krasnorechensky aún está examinando los
cargos presentados contra él. Sin embargo, en
una carta del 12 de septiembre de 1996, enviada
a Amnistía Internacional por la Oficina del fiscal
militar de la Federación Rusa, V. G. Kasyanchik,
un fiscal militar afirmaba que «los cargos
presentados
contra
Uvanchaa
Dozur-ool
Mongushevich han sido retirados a la vista de sus
creencias religiosas». En la carta se señalaba
que «se ha tomado la decisión de dejarlo en
libertad, y se ha enviado la orden a las
autoridades competentes». Sin embargo, en las
cartas no se indicaba en ningún momento que la
objeción de conciencia de Uvanchaa Dozur-ool
Mongushevich al servicio militar fuera a ser
reconocida y que se le fuera a licenciar del
servicio militar.
Amnistía Internacional, abril 1997
El derecho a la objeción de conciencia en Europa: un asunto prioritario
1
EXPEDIENTE DE CASO 2
Sergey Mikhailovich Rozhkov informó
el 9 de octubre de 1996 a la Comisión de
Reclutamiento de la región de Murmansk que era
Testigo de Jehová y deseaba realizar un servicio
militar alternativo. Según los informes, la
Comisión se negó a aceptar su declaración. El 25
de diciembre de 1996, dos agentes de policía lo
sacaron de una clase de matemáticas en su
escuela del pueblo de Revda, en la región de
Murmansk, y lo llevaron ante la Comisión de
Reclutamiento y luego al punto de recogida de los
nuevos reclutas. Sergey pasó la noche detenido
en una celda antes de ser enviado al
campamento militar de Novaya Zemlya, una isla
del mar de Kara, en la costa septentrional de
Rusia. En repetidas ocasiones manifestó sus
motivos religiosos para negarse a hacer el
servicio militar y pidió que le permitieran realizar
un servicio alternativo. También solicitó hablar
con el fiscal militar, pero no se lo permitieron.
Una ONG local, el Comité de Madres de
Soldados de Murmansk, se puso en contacto con
el jefe del Comité Militar Regional, que afirmó
estar autorizado para asegurarse de que Sergey
Rozhkov cumplía el servicio militar. También se
pusieron en contacto con el fiscal regional, que
manifestó que no podía intervenir en favor de
Sergey Rozhkov ante el Comité Militar. Cuando
una representante del Comité de Madres de
Soldados trató de presentar una petición ante el
jefe del Comité Militar, le dijeron que Sergey
Rozhkov ya había sido enviado al campamento
militar de Novaya Zemlya.
El 12 de febrero de 1997, Amnistía
Internacional supo por vía del Comité de Madres
de Soldados de Murmansk que Sergey Rozhkov
había vuelto a ser trasladado a una unidad militar
en Severomorsk, otra vez en la región de
Murmansk. En una carta fechada el 9 de febrero,
Sergey decía: «Aquí estoy fregando suelos y
quitando nieve. Aunque no estuve presente en la
jura de bandera [ceremonia de compromiso con
el ejército], en mi hoja de servicio dice que juré
bandera el 2 de febrero. Francamente, no sé lo
que hago otra vez aquí. Dicen que voy a hacer el
servicio aquí».
En julio de 1995, el Comité Militar había
iniciado actuaciones penales contra un grupo de
objetores de conciencia, Oleg Mikhailov y otros
cuatro, Nikiforov, Loban, Agaev y Gorkovets.
Sin embargo, el Tribunal Militar de Severomorsk
Garnizon sentenció que tenían derecho a prestar
Amnistía Internacional, abril 1997
Índice AI: EUR 01 / 02 / 97 /s
1
El derecho a la objeción de conciencia en Europa: un asunto prioritario
un servicio alternativo y los absolvió. La decisión
de comienzos de 1996 del Tribunal Supremo de
la Federación Rusa mencionada anteriormente
establecía que «cualquier ciudadano de la
Federación Rusa cuyas convicciones o creencias
le impidan realizar el servicio militar... tiene
derecho a sustituirlo por un servicio alternativo».
A Amnistía Internacional le preocupaba
que el traslado forzoso de Sergey Rozhkov al
campamento militar pudiera haber sido una
maniobra del Comité Militar para evitar llevar el
caso a los tribunales, donde temían perderlo.
El conflicto armado en Chechenia y la
falta de un servicio militar alternativo para
quienes, debido a sus convicciones profundas, no
deseaban participar en él, obligó a muchos
reclutas a desertar de sus unidades y ocultarse. La
ley establece en algunos casos la pena de muerte
por desertar durante el combate. Durante el
conflicto armado hubo informes fiables
procedentes de la zona de guerra en Chechenia
que hablaban de presuntas ejecuciones masivas de
grupos de desertores por las autoridades militares
rusas. Según los informes, en algunos casos los
otros soldados dispararon a los grupos de
desertores desde un helicóptero. La información
sobre estos incidentes fue facilitada por miembros
de la Organización de Mujeres Norcaucasianas y
la Organización de Madres de Soldados de San
Petersburgo en 1996. No se tiene noticia de que
ninguno de ellos haya sido investigado por las
autoridades.
El 27 de diciembre de 1996 se presentó
en el Parlamento ruso un proyecto de ley de
amnistía sobre el conflicto armado en la
República Chechena, preparado por un grupo de
diputados de la Duma. Según este proyecto, la
amnistía se aplicaría principalmente a los
militares rusos de las fuerzas federales que
tomaron parte en el conflicto checheno, y
quedarían excluidos de ella los condenados en
virtud de varios artículos del Código Penal ruso,
como el artículo 77 (bandidaje) y el 103
(asesinato con premeditación o daños corporales).
Sin
embargo,
cualquier
checheno
que
presuntamente hubiera participado en un grupo
armado de oposición podría ser acusado en virtud
del artículo 77 del Código Penal ruso, y cualquier
miembro de uno de estos grupos que hubiera
tomado parte en la lucha durante el conflicto
podría ser acusado de vulnerar el artículo 103 o
de otros delitos, como el de posesión ilegal de
armas.
Si la Duma la aprueba, esta ley de
amnistía haría imposible el proceso de
intercambio de prisioneros de guerra y de los
detenidos de ambos bandos. Según los informes,
varios cientos de soldados y oficiales rusos siguen
detenidos por los combatientes chechenos, que
están dispuestos a liberarlos a cambio de
miembros de los grupos armados chechenos
Índice AI: EUR 01 / 02 / 97 /s
Amnistía Internacional, abril 1997
actualmente detenidos y acusados por las
autoridades rusas.
También quedan excluidos de la
amnistía, según el proyecto de ley, las personas
acusadas de vulnerar los artículos del Código
Penal ruso sobre traición, espionaje y terrorismo,
lo cual hace albergar serias dudas sobre el
procedimiento mediante el cual se resolverían los
casos de soldados que se evadieron del servicio
en Chechenia, como los desertores de las fuerzas
armadas rusas durante las operaciones de combate
o los objetores de conciencia al servicio militar
que no querían participar en el conflicto armado.
El grupo ruso de derechos humanos
Memorial, apoyado por el Comité de Madres de
Soldados y por familias de soldados rusos
detenidos en Chechenia, ha solicitado la revisión
del proyecto de ley de amnistía que, si se adopta
en su actual forma, podría poner en peligro la
vida y la seguridad de los que siguen detenidos y
suspender el proceso de intercambio de
prisioneros de guerra. Miembros de Memorial han
preparado y presentado un proyecto de ley de
amnistía alternativo.
FRANCIA
En noviembre de 1996, el gobierno
francés aprobó un anteproyecto de ley que
proponía la suspensión total para el año 2002, a
través de un proceso de reducción progresiva que
se iniciaría en 1997, del actual servicio nacional
obligatorio para los ciudadanos varones. La
Asamblea Nacional aprobó el anteproyecto en
febrero de 1997 y lo pasó al Senado para que lo
debatiera en marzo. Según el anteproyecto, el
servicio nacional obligatorio será sustituido por
un curso cívico obligatorio de cinco días (rendezvous citoyen) tanto para hombres como para
mujeres, que pueden ofrecerse voluntarios para
realizar un servicio militar o civil. Hasta ahora,
los varones debían comenzar la prestación de su
servicio militar o civil activo entre los 18 y los 27
años. Según el anteproyecto, los varones nacidos
después del 31 de diciembre de 1978, es decir, los
menores de 18 años, no tendrán la obligación de
realizar el actual servicio nacional, mientras que
los nacidos antes del 1 de enero de 1979, es decir,
los mayores de 18 años, siguen obligados a ello
hasta el año 2002.
Desde la introducción, en julio de 1983,
de la Ley 83-605, que modificaba el Código del
Servicio Nacional, Amnistía Internacional ha
expresado en repetidas ocasiones su preocupación
ante el hecho de que la legislación francesa sobre
objeción de conciencia al servicio militar
obligatorio sólo permite presentar la solicitud de
la condición de objetor de conciencia dentro de
unos plazos fijos, sin contemplar en absoluto la
posibilidad de la objeción sobrevenida durante el
servicio militar. Asimismo, la legislación ofrece a
los objetores de conciencia reconocidos
oficialmente un servicio civil de 20 meses, el
doble del servicio militar normal, una duración
que Amnistía Internacional considera punitiva.
Como ya se ha indicado, Amnistía
Internacional no opina sobre el reclutamiento
como tal, ni se opone al derecho de los Estados a
exigir a sus ciudadanos que efectúen un servicio
civil alternativo. Sin embargo, la organización
opina que un componente esencial del derecho a
la objeción de conciencia al servicio armado es
que el servicio alternativo no se imponga como
castigo por la objeción. Las normas
internacionales sobre la objeción de conciencia al
servicio militar obligatorio también defienden una
duración no punitiva del servicio civil (véase la
Sección II de este documento).
Amnistía Internacional considera que el
servicio civil que se ofrece a los objetores de
conciencia al servicio militar en Francia no brinda
una alternativa aceptable al servicio militar, y que
quienes están encarcelados por rechazar ambos
son presos de conciencia.
A comienzos de 1997 se encontraban en
curso varias actuaciones por lo penal contra
objetores de conciencia procesados por no acatar
las leyes sobre el servicio nacional en años
anteriores, y durante la década de los noventa
decenas de objetores de conciencia a las leyes del
servicio nacional fueron condenados a penas de
hasta 15 meses de cárcel acusados de delitos
como la insubordinación (refus d’obeissance), un
delito castigado con penas de hasta dos años de
prisión. Normalmente este cargo se presenta
cuando el acusado se ha negado a vestir el
uniforme y a portar armas tras presentarse
voluntariamente en las instalaciones militares o
ser escoltado hasta allí por los funcionarios
encargados de hacer cumplir la ley. Otra
acusación frecuente es la de no presentarse al
servicio nacional (insoumission), con posibles
penas de hasta un año de cárcel. La de deserción
(que acarrea una pena máxima de hasta tres años
de cárcel) es la acusación más frecuente cuando
se trata de objetores de conciencia reconocidos
que han interrumpido la prestación del servicio
civil tras completar al menos 10 meses (es decir,
la duración del servicio militar) en protesta contra
su duración punitiva.
La inmensa mayoría de los reclutas
encarcelados durante la década de los noventa por
violar las leyes del servicio nacional fueron
Testigos de Jehová que se negaron a solicitar la
condición de objetores de conciencia y el servicio
civil basando su rechazo del servicio militar y del
civil en motivos religiosos. Según cifras no
oficiales, hasta 1995 fueron encarcelados cada
año más de 500 Testigos de Jehová por negarse a
realizar el servicio militar. La acusación más
habitual contra ellos fue la de insubordinación,
tras presentarse voluntariamente en las
instalaciones militares.
Sin embargo, ningún caso de este tipo ha
llegado a oídos de Amnistía Internacional desde la
entrada en vigor «a título experimental» de una
directriz del Ministerio de Defensa en febrero de
1995, según la cual los Testigos de Jehová que
presenten una solicitud por escrito ante la oficina
del servicio nacional antes de la llamada a filas
son remitidos directamente a las autoridades
regionales de asuntos sanitarios y sociales, que
los destinan a 20 meses de trabajos sociales
comparables al servicio civil que desempeñan los
reclutas reconocidos oficialmente como objetores
de conciencia.
Antes de 1993, entre los objetores de
conciencia adoptados como presos de conciencia
por Amnistía Internacional cada año había al
menos uno encarcelado por negarse a cumplir el
servicio militar tras haber sido rechazada su
solicitud de reconocimiento de la condición de
objetor por haber sido presentada fuera de plazo.
Según la legislación actual, las solicitudes para el
reconocimiento de la condición de objetor de
conciencia deben presentarse antes del día 15 del
mes anterior a la fecha anunciada para la
incorporación del recluta en las fuerzas armadas o
tras la terminación del servicio militar, cuando el
interesado está en situación de reserva. No se
prevé la objeción de conciencia sobrevenida
durante el servicio militar. No obstante, Amnistía
Internacional cree que los objetores de conciencia
al servicio militar ejercen su derecho fundamental
a la libertad de conciencia y que deben, por tanto,
gozar del derecho a reclamar la condición de
objetores en cualquier momento, tanto al
incorporarse a las fuerzas armadas como después.
Esta opinión está respaldada por las Resoluciones
1993/84 y 1995/83 de la Comisión de Derechos
Humanos de la ONU sobre la objeción de
conciencia al servicio militar (párrafo operativo
2) y la Recomendación R(87) 8 sobre la objeción
de conciencia al servicio militar obligatorio
adoptada por el Comité de Ministros del Consejo
de Europa (Sección B, párrafo 8), así como su
Informe Explicativo correspondiente (véase
Sección II, 5 de este documento).
EXPEDIENTE DE CASO
No todos los que se niegan a acatar las
leyes del servicio nacional han basado sus
actuaciones en motivos religiosos.
Alain Cazaux, mecánico de automóviles
de la región vasca, basó su objeción tanto al
servicio militar como al civil en sus opiniones
antimilitaristas y políticas. Cazaux fue detenido en
junio de 1994 por no presentarse en su unidad
para comenzar su servicio militar.Tras ser
trasladado a un centro del ejército, se le ordenó
presentarse en la unidad que le correspondía,
pero en lugar de hacerlo volvió a su domicilio,
incurriendo en un delito de deserción. Volvió a ser
detenido en octubre de 1994 y fue conducido a su
unidad, donde en repetidas ocasiones se negó a
cumplir la orden de ponerse el uniforme,
incurriendo en un delito de insubordinación. Lo
mantuvieron en régimen de aislamiento hasta su
traslado a una cárcel civil cinco días más tarde.
En noviembre de 1994, fue condenado a 12
meses de cárcel -que quedaron reducidos a 10
tras
la
apelaciónpor
deserción
e
insubordinación. Quedó en libertad en junio de
1995.
Lionel Raymond obtuvo oficialmente la
condición de objetor de conciencia en enero de
1994, pero en octubre de 1994 no se presentó
para el servicio civil como se le ordenó, basando
su
comportamiento
en
sus
opiniones
antimilitaristas. En diciembre de 1996 fue juzgado
acusado de no presentarse para el servicio
nacional (civil) y, en febrero de 1997, sentenciado
a una condena condicional de 10 meses.
Renaud Rio obtuvo la condición de objetor
de conciencia en 1991. En octubre de 1993, tras
cumplir 10 meses de servicio civil, decidió abandonar
el servicio en protesta por su duración punitiva, entre
otras cosas. Fue juzgado por deserción en diciembre de
1996 y sentenciado a una condena condicional de tres
meses en febrero de 1997.
La mayoría de los casos en los que se
rechazaron las solicitudes por haber sido
presentadas fuera de plazo parecen haberse dado
por la falta de informacicón suficiente, o
suficientemente clara, del recluta sobre los
procedimientos y los plazos para conseguir la
condición de objetor de conciencia. En muchos
casos, la solicitud fue presentada antes de
iniciarse el servicio militar activo y recibida por
las autoridades sólo algunos días después de
terminado el plazo. Durante la década de los
noventa las autoridades francesas parecen haberse
mostrado receptivos a los llamamientos en favor
de objetores de conciencia encarcelados por
haberse recibido sus solicitudes fuera de plazo, y
han tomado medidas para resolver estos casos,
como por ejemplo conceder la condición de
objetor de conciencia con carácter «excepcional»
o licenciar antes de tiempo al interesado. Desde
que una revisión de la sección correspondiente de
la ley, en 1992, aclaró los trámites a seguir por los
reclutas, Amnistía Internacional sólo ha tenido
noticia de un caso -en 1993- en que un objetor de
conciencia haya sido encarcelado a causa de
haber sido rechazada su solicitud por presentarla
fuera de plazo.
GRECIA
En Grecia no hay disposición alguna
sobre el servicio civil alternativo 3, y los objetores
de conciencia que se niegan a realizar el servicio
militar son juzgados y encarcelados. Cada año,
cientos de hombres cumplen condenas de hasta
cuatro años4 en virtud del artículo 70 del Código
Penal Militar, acusados de «insubordinación
durante un periodo de movilización general»
(Grecia está en esta situación desde la invasión del
norte de Chipre por las tropas turcas, en 1974.) A
varios objetores de conciencia se les ha castigado
además con cinco años de privación de sus
derechos civiles (es decir, no pueden votar, ser
elegidos representantes populares, trabajar como
funcionarios, obtener un pasaporte ni conseguir un
permiso de apertura de un negocio hasta cinco
años después de salir de la cárcel).
La inmensa mayoría de los objetores de
conciencia encarcelados en Grecia son Testigos de
Jehová, cuyas creencias religiosas no les permiten
ningún tipo de servicio en las fuerzas armadas
Cuando son llamados a filas se presentan en el
campamento militar al que han sido destinados y,
cuando se les ordena que se pongan el uniforme y
tomen un arma, informan al oficial al mando de
que no pueden hacerlo por ser objetores de
conciencia. Después, se les ordena que realicen el
servicio militar no armado y, cuando se niegan son
encarcelados en el calabozo del campamento o de
un puesto cercano de la policía militar, a la espera
de su traslado a la prisión militar de Avlona, cerca
de Atenas, o Sindos, cerca de Salónica.
Las condiciones penitenciarias de los objetores de
conciencia, tanto en las cárceles civiles como en
las militares, han sido motivo de preocupación en
los últimos años. En una entrevista concedida a la
prensa en julio de 1993, el entonces ministro de
Defensa Nacional declaró que las condiciones en
la cárcel militar de Avlona, donde la mayoría de
los objetores de conciencia han sido recluidos en
el pasado y aún lo son en 1997 (a la espera de ser
trasladados a la prisión militar de Sindos, donde
3El reclutamiento y la objeción de conciencia están
regulados por la Ley 1763/88, aprobada en marzo de 1988.
Los objetores de conciencia por motivos religiosos o
filosóficos pueden prestar un servicio militar no armado que
dura el doble que el servicio militar normal. Son reclutados
todos los varones aptos de edades comprendidas entre los 19 y
los 50 años, excepto los religiosos, monjes y novicios de
confesiones reconocidas, así como los padres de cuatro o más
hijos.
4Un reducido número recibe condenas más leves si
constituyen la principal fuente de ingresos de la familia (por
ejemplo, si el padre ha fallecido o está enfermo, si se trata del
mayor de cuatro o más hermanos o si está casado con dos o
más hijos).
las condiciones son mucho mejores y sólo hay
objetores) eran «deplorables e inadmisibles». Un
grupo de derechos humanos belga que visitó la
Prisión Agraria de Kassandra en 1992 informó de
que en un edificio el dormitorio era un establo, sin
calefacción y frío durante el invierno y con
agujeros en las paredes. Las condiciones
higiénicas eran abominables, la calidad de la
comida, mala, y la atención médica, limitada y
deficiente. A pesar de conocer la existencia de
estas condiciones en la cárcel de Kassandra, el
ministro de Justicia afirmó que muchos objetores
de conciencia trataban de ser trasladados allí para
poder trabajar y reducir de este modo su condena.
En 1996 la situación seguía igual. Según
informes, las condiciones de vida en las prisiones
agrarias de Kassavetia, cerca de Volos, Tyrinths,
Peloponeso y Hania, en Creta, son mucho mejores,
y los propios objetores de conciencia califican la
alimentación, la higiene y la atención médica
como satisfactoria. Cuando hay trabajo en la
Prisión Militar de Sindos, los objetores de
conciencia que trabajan pueden reducir sus
condenas en tres cuartos de día o un día por cada
día trabajado. Cuando han cumplido parte de su
condena, son trasladados a las prisiones agrarias
de Kassandra y Kassavetia, donde pueden realizar
trabajos agrícolas y reducir el tiempo que les
queda a la mitad (cada día de trabajo equivale a un
día menos de condena).
El 25 de abril de 1994 se aprobó una ley
(2207/1994) destinada a evitar el hacinamiento en
las cárceles. Según esta ley, «los presos que han
cumplido una condena de más de un año y que han
cumplido de alguna forma la mitad de su sentencia
quedarán en libertad a condición de que no
vuelvan a cometer el mismo delito durante un año
tras su liberación». Aunque los objetores de
conciencia que cumplen condena en prisiones
agrarias o civiles pueden beneficiarse de las
disposiciones de esta ley, no sucede lo mismo con
los que cumplen su condena en cárceles militares,
como la de Sindos.
Grecia es miembro del Consejo de Europa y las
Naciones Unidas, y participa en la Organización
para la Seguridad y la Cooperación en Europa
(OSCE). Estos organismos han adoptado diversas
resoluciones y recomendaciones instando a sus
Estados miembros a que reconozcan el derecho a
la objeción de conciencia y adapten su legislación
nacional para dar cabida en ella a un servicio civil
alternativo (véase la sección II de este
documento). En los últimos años, el gobierno
griego ha anunciado el estudio de un proyecto para
introducir un servicio civil alternativo, pero luego
ha manifestado que el Consejo de Estado
(organismo asesor cuyas decisiones no son
vinculantes para el gobierno) le ha aconsejado no
introducir las medidas por ser incompatibles con la
Constitución5.
En enero de 1994, Grecia volvió a ser
criticada por el Parlamento Europeo por negarse a
introducir un servicio civil alternativo. El entonces
ministro de Defensa anunció que el gobierno
pensaba, por tercera vez, presentar una ley para la
introducción de este servicio. En 1996, un cuarto
proyecto de ley sobre el reclutamiento se filtró a la
prensa griega. Según un artículo publicado en Ta
Nea el 31 de agosto de ese año, el servicio no
armado seguía siendo la opción de los objetores de
conciencia, suponiendo que hubieran sido
reconocidos como tales por una Comisión que
examinaría cada solicitud de forma individual. Sin
embargo, esta Comisión estaría compuesta por
oficiales del ejército, magistrados e intelectuales,
el servicio no armado estaría bajo la
administración del Ministerio de Defensa y duraría
un 50% más que el militar. La misma opción se
ofrecería a los detenidos ‒en espera de juicio o
cumpliendo condena‒ por insumisión o
desobediencia por motivos ideológicos o
religiosos. En estos casos, el tiempo cumplido en
la cárcel, en espera de juicio o como parte de la
condena, se restaría de la duración normal del
servicio no armado. Sin embargo, se convocaron
elecciones anticipadas, el Parlamento fue disuelto
y la cuestión del servicio alternativo volvió a
posponerse.
El 14 de diciembre de 1996, según el
5Según el artículo 4§1, «Todos los griegos son
iguales ante la ley». El artículo 4§6 de la Constitución afirma:
«Todo griego capaz de empuñar las armas está obligado a
contribuir a la defensa de la patria como dispone la ley». Los
juristas que opinan que el servicio civil alternativo es
inconstitucional argumentan que, como la Constitución
garantiza la igualdad de todos los ciudadanos y les exige
contribuir a la defensa de su país, permitir que algunas
personas presten un servicio civil alternativo sería tratar de
forma distinta a dos grupos de ciudadanos. Otra objeción
constitucional se basa en el artículo 13§4: «Nadie quedará
exento de cumplir con sus obligaciones respecto al Estado ni
podrá negarse a cumplir la ley por sus convicciones
religiosas». El artículo 13§1 dice, sin embargo, que: «La
libertad de conciencia religiosa es inviolable. El disfrute de
los derechos individuales y civiles no depende de las
creencias religiosas individuales». Varios juristas argumentan
que la prestación de un servicio civil alternativo podría
contribuir también a la defensa de la patria. Otros apoyan el
servicio civil alternativo basándose en el artículo 2§1, que
afirma: «El respecto y la protección del valor del ser humano
constituye la principal obligación del Estado» y el artículo
5§1, según el cual «Todas las personas tienen derecho a
desarrollar libremente su personalidad». ‒
diario Eleftherotypia, el Ministerio de Defensa
comenzó a mantener conversaciones con
representantes de asociaciones juveniles de todos
los partidos políticos sobre un nuevo anteproyecto
de ley para el reclutamiento que se presentaría en
el Parlamento a mediados de febrero. Según los
informes, el anteproyecto incluía medidas para
resolver el problema de la insubordinación al
servicio militar, en la que se basa el procesamiento
de los objetores de conciencia en Grecia.
El 30 de enero de 1997, el periódico Ta
Nea informó de que el Ministerio había avanzado
en su decisión original de introducir un servicio
civil alternativo para los objetores de conciencia
(por motivos religiosos o ideológicos). Según la
publicación, este servicio no tendría relación
alguna con las fuerzas armadas y se llevaría a cabo
en departamentos de la administración nacional,
como hospitales, o local. La duración
recomendada propuesta el 29 de enero de 1997 a
las autoridades competentes del ministerio era el
doble del servicio militar.
Aunque Amnistía Internacional acoge con
satisfacción las medidas anunciadas sobre la
introducción de un servicio alternativo totalmente
civil para los objetores de conciencia, a la
organización le preocupa que un servicio de este
tipo siga siendo punitivo. Amnistía Internacional
insta a las autoridades griegas a que reconsideren
la duración del servicio civil alternativo propuesto
a fin de ajustarlo a las normas y recomendaciones
internacionales. A la organización también le
preocupa que, al no haber ningún calendario para
la aprobación del anteproyecto en el Parlamento,
las últimas propuestas efectuadas por el ministro
de Defensa no se adopten, como sucedió con todas
las propuestas anunciadas anteriormente.
Amnistía Internacional reitera su petición
de que las autoridades griegas liberen de forma
inmediata e incondicional a todos los objetores de
conciencia encarcelados e introduzcan sin más
demora una disposición en las leyes sobre un
servicio alternativo totalmente civil, cuya duración
no debe ser punitiva y que debe cumplir las
recomendaciones internacionales.
ITALIA
La condición de objetor de conciencia y
el servicio civil alternativo no estuvieron a
disposición de los objetores de conciencia al
servicio militar obligatorio en Italia hasta la
aprobación de la Ley 772 de 15 de diciembre de
1972, la actual legislación que rige la objeción de
conciencia al servicio militar. Desde su
introducción, Amnistía Internacional ha llamado
la atención del gobierno, el Parlamento y la
opinión pública en repetidas ocasiones sobre sus
preocupaciones acerca de varios aspectos de esta
ley y sobre las normas internacionales en las que
la organización basa su postura. Desde 1988, las
sucesivas legislaturas han venido estudiando la
reforma de la ley, pero ésta ha sufrido numerosos
retrasos y reveses. Aunque en enero de 1992 fue
aprobado por mayoría parlamentaria el texto de
un anteproyecto de ley, el entonces presidente de
la República lo rechazó al mes siguiente.
Posteriormente el Parlamento ha estudiado varios
anteproyectos, pero en el momento en que se
escribe este informe ninguno ha conseguido la
aprobación final. Amnistía Internacional ha hecho
comentarios sobre los textos de los distintos
anteproyectos que proponían la reforma de la ley,
y también ha expresado su preocupación por los
retrasos de la reforma.
El incumplimiento de las leyes del
servicio nacional puede ser castigado con penas
de cárcel, y las deficiencias de la Ley 772
provocaron que Amnistía Internacional adoptara a
numerosos objetores de conciencia como presos
de conciencia durante la década de los setenta y
los ochenta.
La ley no prevé la objeción de
conciencia sobrevenida durante el servicio militar
y esto ha hecho que, en algunas ocasiones, se
encarcele a verdaderos objetores de conciencia.
Amnistía Internacional cree que los objetores de
conciencia al servicio militar ejercen su derecho
fundamental a la libertad de conciencia y que
deben, por tanto, gozar del derecho a reclamar la
condición de objetores en cualquier momento,
tanto al incorporarse a las fuerzas armadas como
después. Las normas internacionales también
apoyan este derecho (véase la Sección II, 5 de
este documento).
La ley establece que los reclutas que se
declaren en contra del uso personal de armas en
cualquier
circunstancia
por
razones
fundamentales de conciencia, basadas en
convicciones religiosas, filosóficas o morales,
podrán solicitar la condición de objetores de
conciencia y la prestación de un servicio civil,
aunque no indica que los motivos políticos sean
aceptables para conseguir la condición de objetor.
Entre los objetores de conciencia adoptados como
presos políticos por Amnistía Internacional en las
décadas de los setenta y los ochenta había algunos
cuyas solicitudes fueron rechazadas porque se
oponían al uso de las armas por razones políticas,
y otros que vieron rechazada su solicitud por no
haber
demostrado
suficientemente
sus
convicciones religiosas, morales o filosóficas. En
algunos casos, se negó la condición de objetor a
reclutas que afirmaban ser pacifistas. Con
frecuencia estas decisiones se revocaban cuando
el recluta presentaba una segunda o tercera
solicitud. Por consiguiente, la ley parecía abierta a
diferentes interpretaciones, así como a su
aplicación restrictiva en la práctica.
Amnistía Internacional también se ha
preguntado si puede decirse que el servicio
alternativo tiene «un carácter puramente civil y
está bajo control civil» cuando es el ministro de
Defensa quien decide sobre las solicitudes
iniciales de la condición de objetor (asesorado por
un comité compuesto por personal civil y militar)
y, en definitiva, el responsable de la
administración general del servicio alternativo.
El artículo 5 de la Ley 772 (cuyas
disposiciones fueron anuladas por una directiva
ministerial en agosto de 1989, véase más
adelante) también indica que el servicio civil debe
ser ocho meses más largo que el servicio militar
ordinario (que, hasta su reducción a 10 meses en
enero de 1997, duraba 12 meses). Esta duración,
más de una vez y media la del servicio militar
ordinario es considerada punitiva por Amnistía
Internacional. Las normas internacionales sobre la
objeción de conciencia al servicio militar
obligatorio también abogan por una duración no
punitiva del servicio civil (véase Sección II, 4 de
este
documento).
Amnistía
Internacional
consideraba que el servicio civil que se ofrecía a
los objetores de conciencia al servicio militar en
Italia hasta agosto de 1989 no constituía una
alternativa aceptable y que las personas
encarceladas por rechazar ambos servicios o por
negarse a realizar un servicio civil de más de 12
meses (la duración del servicio militar ordinario)
eran presos de conciencia.
Sin embargo, una decisión del Tribunal
Constitucional (el nº 470) de julio de 1989
declaró inconstitucional el artículo 5 de la Ley
772. El tribunal consideró que la mayor duración
del servicio civil constituía una sanción contra los
objetores de conciencia, y comentó que la
diferencia en la duración del servicio militar y el
civil sólo podía justificarse si la ley estableciera la
necesidad de un periodo de formación previa
especializada para poder desempeñar el servicio
civil. No obstante, la diferencia debía ser
«limitada y razonable». A esta decisión siguió una
directiva del Ministerio de Defensa en agosto de
1989 que permitía a los objetores de conciencia
reconocidos desempeñar un servicio civil de la
misma duración que el servicio militar ordinario.
El 29 de enero de 1997, el Senado
aprobó el texto de un proyecto de ley sobre la
objeción de conciencia que reformaba la Ley 772.
El proyecto, básicamente similar a los textos de
anteriores anteproyectos estudiados por el
Parlamento en los últimos años, incluye la
propuesta de que los reclutas tengan derecho a
obtener la condición de objetores con una simple
declaración de su objeción de conciencia al uso
de las armas, que el servicio civil tenga
normalmente la misma duración que el militar y
que la organización del servicio civil deje de ser
competencia del Ministerio de Defensa y se
confíe a un departamento vinculado a la oficina
del primer ministro. El proyecto fue remitido a la
Cámara de Diputados, que lo votará en unos
meses. Amnistía Internacional acogió con
satisfacción los avances en la reforma de la Ley
772, pero le preocupó el hecho de que el proyecto
no hacía referencia explícita a la objeción de
conciencia sobrevenida durante el servicio militar.
Amnistía Internacional también está
siguiendo la trayectoria de un proyecto de ley,
aprobado por el gobierno el 22 de enero de 1997 y
enviado a la consideración del Parlamento, que
introduce importantes cambios en el servicio
nacional, cambios que podrían afectar el servicio
civil que se ofrece a los objetores de conciencia.
Según sus disposiciones, todos los reclutas podrán
solicitar la prestación de un servicio nacional bien
en forma de un servicio militar de 10 meses de
duración o de un servicio civil reorganizado, que
ofrecería una gama de tareas más amplias que el
servicio civil que hasta ahora prestan los objetores
de conciencia reconocidos. El servicio civil,
administrado por un organismo dependiente de la
oficina del primer ministro, duraría tres meses
más que el militar (en lugar de tener la misma
duración, como propone el proyecto de ley sobre
la objeción de conciencia) a fin de incluir en él un
periodo de formación en un área concreta del
trabajo civil. Sin embargo, si el número de
reclutas que elige el servicio militar se
considerara insuficiente para cubrir las
necesidades de las fuerzas armadas, a algunos de
los que optaran por el servicio civil se les
ordenaría prestar el servicio militar.
Para más información sobre el trabajo de
la organización en relación a la objeción de
conciencia al servicio militar en Italia, pueden
consultarse
dos
informes
de Amnistía
Internacional titulados Obiettori (Edizioni
Sonda), publicado en 1993, y Le denunce di
Amnesty International sulle violazioni di diritti
umani in Italia, publicado en 1996.
MACEDONIA
El derecho a la objeción de conciencia
no está garantizado por la Constitución. El
servicio militar es obligatorio para todos los
varones de edades comprendidas entre los 17 y
los 55 años. La única dispensa según la Ley de
Defensa de 1992 es que los soldados que objetan
por razones religiosas pueden ser eximidos de
portar armas. Para los soldados que objetan por
estas razones el periodo normal de servicio militar
aumenta de nueve a 14 meses.
Tanto la Ley de Defensa como el Código
Penal castigan la falta de respuesta al llamamiento
a filas, la primera con multa o hasta 60 días de
cárcel, y el segundo con penas de hasta diez años
de cárcel si el delito se comete en tiempo de paz.
Según los informes, la tasa de respuesta
al llamamiento a filas es baja, especialmente entre
las minorías étnicas, como la albanesa. Las
autoridades parecen no haber actuado, al menos
hasta ahora, para obligar a responder al
llamamiento y procesar a quienes no lo hacen.
Amnistía Internacional no sabe de ningún objetor
de conciencia actualmente encarcelado en
Macedonia.
En abril de 1996, miembros de las
juventudes de varios partidos políticos (sobre
todo de oposición) firmaron una petición en la
que solicitaban la introducción de un servicio
civil alternativo. Amnistía Internacional no tiene
noticias de que se haya avanzado en este sentido
en la legislación.
Amnistía Internacional considera que la
actual exención de portar armas por motivos
religiosos recogida en la ley no constituye una
alternativa puramente civil. La mayor duración
del servicio no armado también parece totalmente
punitiva. La organización pide al gobierno que
introduzca una legislación que permita prestar un
servicio alternativo puramente civil cuya duración
no sea punitiva a todo el que solicite ser
reconocido como objetor de conciencia al servicio
militar.
POLONIA
En febrero de 1995, una pequeña
comisión parlamentaria presentó ante el Sejm
(Parlamento polaco) un proyecto de ley sobre el
servicio alternativo. El proyecto fue rechazado. El
6 de noviembre de 1996, el gobierno polaco
aprobó un proyecto de ley sobre el servicio militar
que limitaba su duración a 12 meses (frente a su
duración actual de 18) y también disponía un
recorte en la duración del servicio alternativo,
probablemente a 18 meses.
Entre los años 1992 y 1994, Amnistía
Internacional adoptó como presos de conciencia a
ocho jóvenes que habían solicitado realizar el
servicio alternativo por razones de conciencia y
creencias religiosas. Sus solicitudes habían sido
rechazadas por las autoridades responsables del
reclutamiento con el argumento de que se trataba
de católicos romanos, cuya religión no les prohibía
portar armas. Amnistía Internacional expresó su
preocupación por lo excesivamente restrictivas que
parecían las autoridades a la hora de decidir sobre
la condición de objetor de conciencia.
PORTUGAL
La Ley 7/92, que rige la objeción de
conciencia al servicio militar en Portugal desde
mayo de 1992, dispone que las solicitudes de la
condición de objetor de conciencia pueden
presentarse en cualquier momento. Sin embargo, si
el recluta no presenta su solicitud al menos 30 días
antes de la fecha fijada para su incorporación a las
fuerzas armadas, ésta no será estudiada hasta
después de haber terminado su servicio militar
activo y pasado a la reserva. Ésta es la razón por la
que a Amnistía Internacional le preocupa la
inexistencia en la práctica de una disposición que
regule la objeción de conciencia sobrevenida hasta
el momento de incorporarse a filas o durante el
servicio militar.
La duración del servicio militar ordinario
es de cuatro meses, mientras que el civil dura siete.
Amnistía Internacional cree que la duración del
servicio civil debe ser comparable a la del militar,
pero esto no significa que la organización
considere necesariamente punitiva una duración de
unos pocos meses más. Es importante determinar
concretamente si hay una intención clara de
castigar la objeción de conciencia. La legislación
portuguesa justifica la diferencia afirmando
explícitamente que los tres meses más de duración
del servicio civil son un periodo de formación,
tanto genérica como específica, que varía en
función de las necesidades y aptitudes de cada
objetor y el tipo de servicio civil que va a
desempeñar. Sin embargo, ha habido informes sin
confirmar de que, en la práctica, la formación que
se ofrece a los objetores es muy escasa y, aunque
reconociendo que tanto el servicio militar como el
civil en Portugal tienen una duración muy corta, a
Amnistía Internacional le preocupa que el actual
servicio civil que se ofrece a los objetores de
conciencia, más de una vez y media más largo que
el servicio militar ordinario, pueda considerarse
punitivo.
REPÚBLICA CHECA
En
marzo
de
1990,
Amnistía
Internacional expresó su satisfacción por la
adopción por el gobierno federal checo y eslovaco
de disposiciones referentes al servicio civil de los
objetores de conciencia al servicio militar. En
octubre de 1991, Amnistía Internacional instó a
Vaclav Havel, entonces presidente de la
República Federal Checa y Eslovaca, a que se
asegurara de que la nueva legislación sobre
objeción de conciencia cumplía plenamente los
principios reconocidos internacionalmente. Desde
entonces, sin embargo, en la República Checa han
sido adoptadas leyes que Amnistía Internacional
considera en desacuerdo con estos principios. En
concreto, a la organización le preocupan las
disposiciones de la Ley checa del Servicio Civil
(Ley 18/1992, enmendada por la Ley 135/1993)
que restringen el plazo para que los objetores de
conciencia presenten declaraciones en las que se
niegan a cumplir el servicio militar.
Según el artículo 2, párrafo 1 de la Ley
del Servicio Civil, los reclutas pueden presentar
una declaración escrita negándose a cumplir el
servicio militar en un plazo de 30 días a partir del
reclutamiento. El párrafo 2 afirma que las
declaraciones presentadas transcurrido este plazo
no se tomarán en cuenta.
Al exigir que las declaraciones se
presenten en 30 días a partir del reclutamiento, la
ley descalifica para el servicio civil a todas las
personas que manifiestan su objeción de
conciencia entre el momento del reclutamiento y
la llamada a filas ‒que pueden estar separados por
varios meses o incluso años‒ o después de la
llamada a filas.
Amnistía Internacional cree que los
objetores de conciencia al servicio militar ejercen
su derecho a la libertad de conciencia, un derecho
humano fundamental del que, según las normas
internacionales no pueden ser nunca privados, ni
siquiera en situaciones de guerra o de emergencia
pública. Por consiguiente, la organización
considera que deben tener derecho a solicitar la
condición de objetores de conciencia en cualquier
momento. Amnistía Internacional considera que
los objetores de conciencia a los que se niega este
derecho, y que son encarcelados por ello, son
presos de conciencia.
EXPEDIENTE DE CASO
Dos objetores de conciencia, Martin
Novák y Martin Duda, fueron encarcelados de
marzo a septiembre y de junio a octubre de 1995
respectivamente por no incorporarse al servicio
militar. Ambos eran objetores de conciencia por
motivos religiosos, y a ambos se les negó la
posibilidad de realizar el servicio civil porque no
habían presentado sus declaraciones en el plazo
previsto. Inicialmente se les fijaron condenas
condicionales. Tras volver a ser condenados por
no responder a un segundo llamamiento a filas,
fueron encarcelados. Ambos quedaron en libertad
tras la decisión del Tribunal Constitucional de
septiembre
de
1995,
que
declaraba
inconstitucional condenar a alguien más de una
vez en virtud del artículo 269 del Código Penal
por no realizar el servicio militar. Amnistía
Internacional los consideró presos de conciencia.
En octubre de 1995, Amnistía
Internacional escribió a Jiŕi Novak, entonces
ministro de Justicia, instándole a que iniciara una
revisión de la ley. En la carta se afirmaba que
Amnistía Internacional había sabido de la
existencia de un nuevo proyecto de ley sobre el
servicio civil que mantenía el requisito de que las
declaraciones se efectuaran en el limitadísimo
plazo de 30 días tras el reclutamiento (artículo 2,
párrafo 2). Además, al parecer la nueva ley
(artículo 1, párrafo 4) aumentaría la duración del
servicio civil al doble del servicio militar, en lugar
de una vez y media como en la actualidad.
Amnistía Internacional cree que la duración del
servicio civil alternativo no debe tener carácter
punitivo para las convicciones profundas de la
persona. Amnistía Internacional considera
punitiva la duración propuesta del servicio civil,
el doble que la del servicio militar. En este
aspecto, el proyecto de ley supone un paso atrás,
y la organización instó a que fuera revisado. Las
autoridades checas no respondieron a la carta de
Amnistía Internacional, y hasta la fecha no se ha
aprobado ninguna nueva ley.
Amnistía Internacional insta al gobierno
checo a que considere seriamente todo lo anterior
y vuelva a estudiar las disposiciones del proyecto
de ley que hacen referencia a los plazos para la
presentación de la negativa al cumplimiento del
servicio militar y a la duración del servicio civil.
REPÚBLICA ESLOVACA
Amnistía Internacional ha criticado en
repetidas ocasiones ciertas disposiciones de la
Ley de Servicio Civil de la República Eslovaca,
que considera en desacuerdo con los principios
reconocidos internacionalmente de objeción de
conciencia al servicio militar. El artículo 2,
párrafo 2 de esta ley exige que las solicitudes para
realizar el servicio alternativo sean presentadas en
un plazo de 30 días desde la entrada en vigor de la
decisión de la junta de reclutamiento sobre la
aptitud del recluta para realizar el servicio militar.
En la práctica, esto elimina a quienes manifiestan
su objeción de conciencia al servicio militar entre
el momento del reclutamiento y la llamada a filas,
o después de ésta. Amnistía Internacional cree
que las convicciones profundas de una persona
pueden cambiar con el tiempo y que, por tanto,
debe tener derecho a solicitar la condición de
objetor de conciencia en cualquier momento. A la
organización también le preocupa el hecho de que
la duración del servicio civil es punitiva. Según el
artículo 1, párrafo 8, la duración del servicio civil
es el doble que la del militar. Amnistía
Internacional ha instado a las autoridades
eslovacas a que revisen estas disposiciones.
EXPEDIENTE DE CASO
Amnistía Internacional ha adoptado
como presos de conciencia a tres hombres que
han sido encarcelados por negarse a cumplir el
servicio militar. Erik Kratmüller fue encarcelado
el 12 de junio de 1996 para cumplir una pena de
18 meses. Martin Badin fue encarcelado el 27 de
agosto de 1996 condenado a un año de cárcel.
Ambos hombres habían desarrollado creencias
religiosas, que no les permitían portar armas,
después del plazo fijado por la legislación
eslovaca para solicitar la prestación del servicio
alternativo. Otro objetor de conciencia, Martin
Bednár, fue condenado por el mismo delito a un
año de cárcel. El Tribunal Militar Regional de
Prešov rechazó un recurso interpuesto contra su
sentencia el 13 de febrero de 1997, y Martin
Bednár fue encarcelado en la prisión de Prešov el
día 24 de ese mismo mes.
Un cuarto objetor, Miloš Lipinský,
también ha sido condenado por el mismo delito,
pero cuando se redactaba este informe estaba en
libertad esperando un nuevo juicio y el resultado
de una apelación. Amnistía Internacional ha
instado a las autoridades eslovacas que liberen a
Erik Kratmüller, Martin Badin y Martin Bednár de
forma inmediata e incondicional, y ha solicitado la
retirada de los cargos contra Miloš Lipinský.
Otro objetor de conciencia, el joven de 20 años
Emanuel Munko, ha sido condenado a 14 meses
de cárcel por negarse a cumplir el servicio militar
por motivos religiosos. El 15 de enero de 1997, el
Tribunal Militar del distrito de Bratislava declaró
culpable a Emanuel Munko por no presentarse a
iniciar su servicio militar. Las autoridades no le
habían informado, como era su obligación, de
que debía solicitar el servicio civil en un plazo de
30 días tras ser declarado apto para el servicio
militar, o de cinco días una vez agotada la
prórroga para incorporarse a filas. En el momento
en que se redacta este informe, Emanuel Munko
estaba en libertad en espera del resultado de una
apelación. Amnistía Internacional insta a las
autoridades eslovacas a que detengan las
acciones penales contra Munko y le concedan la
condición de objetor de conciencia.
RUMANÍA
Ciertas disposiciones de la Ley 46/1996
Relativa a la Preparación de la Población para la
Defensa, promulgada en junio de 1996, se hallan
en contradicción con los principios reconocidos
internacionalmente de objeción de conciencia al
servicio militar. El artículo 4 de esta ley dispone
un servicio alternativo sólo a quienes se niegan a
desempeñar el servicio militar armado por motivos
religiosos. El artículo 13 establece que la duración
del servicio alternativo es de 24 meses, el doble
que la del servicio militar ordinario. Además, la
ley no dice nada concreto sobre los procedimientos
para ejercer este derecho ni sobre la organización y
puesta en práctica del servicio alternativo. Al
parecer este asunto se regulará por decisión
gubernamental, aún no publicada. Según el
artículo 4, párrafo 2, «las modalidades de
prestación del servicio alternativo se determinarán
por decisión gubernamental».
Amnistía Internacional cree que la
objeción de conciencia al servicio militar no tiene
por qué estar basada únicamente en motivos
religiosos, sino también éticos, morales,
humanitarios, filosóficos, políticos u otros
similares. La duración del servicio civil alternativo
no debe consituir un castigo para las convicciones
profundas del objetor. Amnistía Internacional
considera que la duración del servicio alternativo
prescrita por la Ley 46/1996 es punitiva. La
organización considera presos de conciencia a los
objetores a los que se niega el derecho de
desempeñar un servicio alternativo adecuado y se
encarcela por ello. En diciembre de 1996,
Amnistía Internacional instó al gobierno rumano a
que revisara la Ley 46/1996 y se asegurara de que
no está en conflicto con las normas reconocidas
internacionalmente.
SUIZA
En octubre de 1996 entró en vigor por
primera vez en Suiza la legislación que ofrece un
verdadero servicio civil alternativo al servicio
militar obligatorio. A este nuevo servicio civil,
cuya duración supera en una vez y media la del
servicio militar ordinario, tienen acceso los
reclutas que demuestran ante una comisión civil
su imposibilidad para conciliar el servicio militar
con su conciencia. Amnistía Internacional ha
expresado durante muchos años su preocupación
por la inexistencia de un verdadero servicio civil
para los objetores de conciencia y por las
sentencias de prisión o de trabajo obligatorio
impuestas a gran número de objetores de
conciencia por los tribunales militares. Por ello, la
organización expresó su satisfacción por la nueva
legislación y está vigilando su aplicación.
Al igual que en décadas anteriores, a
comienzos de la década de los noventa decenas de
objetores de conciencia, a los que Amnistía
Internacional consideró presos de conciencia,
fueron encarcelados cada año por negarse a
realizar el servicio militar. Según cifras oficiales,
durante 1990 fueron condenadas a penas de cárcel
581 personas por negarse a realizar el servicio
militar, de las que 317 basaban su negativa en
motivos religiosos, éticos o políticos. No
obstante, lo más probable es que el número de
personas que había mostrado su objeción por
razones de conciencia fuera mucho mayor de lo
que reflejaban las limitadas categorías de las
estadísticas oficiales.
El artículo 18.1 de la Constitución
Federal afirmaba que todos los ciudadanos suizos
varones estaban obligados a realizar el servicio
militar, pero no disponía nada sobre un servicio
civil alternativo. La única forma de introducirlo
era mediante la enmienda de la Constitución a
través de un referéndum. No obstante, en los
referendos nacionales celebrados en 1977 y 1984
una gran mayoría había votado contra la
introducción de un servicio civil. Según el Código
Penal Militar, negarse a realizar el servicio militar
podía ser castigado con un máximo de tres años
de cárcel, aunque en la práctica las condenas rara
vez excedían de los 10 meses. Si un tribunal
militar reconocía un «grave conflicto de
conciencia» en un recluta, motivado por razones
religiosas o éticas concretas, la ley permitía la
aplicación de sentencias más benévolas, de seis
meses como máximo, y el recluta podía
desempeñar un trabajo autorizado fuera de la
cárcel durante el día.
En junio de 1991 se aprobó mediante
referéndum nacional una enmienda al Código
Penal Militar propuesta por el gobierno que
modificaba las penas para ciertos tipos de
objeción de conciencia al servicio militar.
Negarse a realizar el servicio militar seguía
siendo delito común, pero si un tribunal militar
dictaba que el recluta no podía conciliar el
servicio militar con su conciencia debido a
«valores éticos fundamentales», la condena
consistía en un periodo de trabajo en tareas de
interés público, con una duración que oscilaba
entre una vez y vez y media la duración total del
servicio militar rechazado, con un máximo de dos
años, y no constaba como antecedente penal. Los
objetores de conciencia que no pasaban el examen
del tribunal por considerar éste que se habían
opuesto al servicio militar por razones políticas, o
que esgrimían principios éticos que el tribunal
consideraba compatibles con el servicio militar
seguían siendo condenados a penas de cárcel.
Tanto antes como después del
referéndum, Amnistía Internacional planteó en
repetidas ocasiones al gobierno, el Parlamento y
la opinión pública su preocupación por el hecho
de que, aun con la enmienda, el Código Penal
Militar continuaba castigando a quienes
rechazaban el servicio militar por motivos de
conciencia y no proporcionaba un servicio
verdaderamente alternativo fuera del sistema
militar. Las autoridades federales informaron a
Amnistía Internacional de que eran «conscientes
de que la cuestión de la objeción de conciencia en
Suiza está por resolver», y reconocieron que la
enmienda no introduciría «un verdadero servicio
civil», pero señalaron que en anteriores
referendos nacionales se había rechazado
contundetemente la necesaria enmienda a la
constitución federal.
En el otoño de 1991, el Parlamento
aprobó una propuesta para enmendar el artículo
18.1 de la Constitución Federal añadiendo la
cláusula de que «la ley ofrecerá un servicio civil
alternativo». En un referéndum nacional
celebrado en mayo de 1992, la enmienda
propuesta fue aprobada por el 82,5% de los
votantes. Antes del referéndum, Amnistía
Internacional hizo campaña en favor de la
enmienda, distribuyendo entre los votantes
material donde se explicaba su postura sobre la
objeción de conciencia y las normas
internacionales en la que ésta se basa. La
organización expresó su satisfacción por esta
enmienda constitucional que establecía el
principio de una alternativa civil al servicio
militar obligatorio y era un primer paso esencial
hacia la introducción en la práctica de un
verdadero servicio civil alternativo. El servicio
civil aún no estaba al alcance de los objetores de
conciencia, pues era preciso redactar los textos
legislativos que establecerían, entre otras cosas,
su carácter y duración, así como los motivos para
conceder la condición de objetor de conciencia.
Tras el referéndum, las autoridades llevaron a
cabo una amplia consulta nacional sobre estos
temas, en la que, a invitación suya, participó
Amnistía Internacional.
Mientras tanto, continuaba juzgándose a
los objetores de conciencia según el Código Penal
Militar, y durante 1992 y 1993 decenas de ellos
fueron condenados a penas de cárcel o trabajos
obligatorios. Sin embargo, según los informes,
hubo pocos objetores de conciencia que
cumplieran penas de prisión en 1994 y 1995, ya
que muchos cantones establecieron moratorias
sobre estas sentencias hasta la introducción del
nuevo servicio civil. En 1996 fueron escasos los
informes de penas de prisión impuestas a
objetores o de objetores encarcelados. Las
actuaciones penales ya en curso contra estos
reclutas pudieron ser suspendidas para darles la
oportunidad de solicitar el servicio civil y, hasta
su introducción en octubre, se concedieron
prórrogas a quienes tuvieran que incorporarse a
filas durante el año.
TURQUÍA
La objeción de conciencia es un
concepto aún ajeno a la sociedad turca, en la que
todos los varones mayores de 20 años tienen que
realizar el servicio militar. Aunque los militares
han protagonizado tres golpes en 20 años, el
ejército sigue siendo muy respetado como
institución fundacional de la moderna Turquía y
guardián del legado de integridad nacional y
laicismo de Atatürk.
El artículo 72 de la Constitución de 1982
establece que:« El servicio a la nación es un
derecho y una obligación de todo turco. La forma
en que se realizará, o se considerará realizado,
tanto en las fuerzas armadas como en la
administración pública, será regulada por ley».
Actualmente el servicio militar es de 18
meses para los soldados y de 16 meses para los
oficiales.
Quienes se niegan a portar armas o vestir
uniforme
pueden
ser
procesados
por
«desobediencia persistente de órdenes», como
establece el artículo 87/1 del Código Penal turco,
un delito castigado con una pena máxima de dos
años de cárcel. La desobediencia persistente en
época de movilización se castiga con cinco años
de cárcel, y si se produce ante el enemigo, con 10
años. El delito se juzga en un tribunal militar.
Cualquier persona que realice un
comentario despreciativo hacia el servicio militar
puede ser procesada por «distanciar al pueblo del
servicio militar», en virtud del artículo 155 del
Código Penal turco, y condenada a una pena
máxima de dos años de cárcel. Se trata de un
delito común, pero puede ser juzgado en un
tribunal militar.
El movimiento de objeción de conciencia
es relativamente reciente en Turquía, y tal vez no
resulte sorprendente que una de las primeras
personas que puso seriamente en duda la
institución del servicio militar, Osman Murat
Ülke (véase el expediente de caso), naciera en el
extranjero y pasó su niñez en un país donde el
derecho a la objeción de conciencia está bien
establecido. Su ejemplo, que sin duda será
seguido pronto por otros, puede ser el principio de
un cambio en la percepción pública de la
cuestión. Seis jóvenes turcos han declarado ya
públicamente su objeción de conciencia ante el
consulado de Turquía en Frankfurt (Alemania) en
enero de 1997. Aunque la Asociación
Antibelicista de Esmirna, de la que Osman Murat
Ülke era presidente, fue clausurada por las
autoridades tras su arresto en octubre de 1996, sus
miembros continúan con su campaña en favor del
reconocimiento, con el apoyo de organizaciones
similares en Europa.
para reclutas, situada en la ciudad nororiental de
Bilecik, desde donde fue trasladado el 26 de
noviembre a la cárcel militar de Eskişehir para ser
juzgado por el Tribunal Militar Disciplinario de
Eskişehir por negarse a obedecer órdenes.
El 27 de diciembre de 1996, continuó el
juicio contra Osman Murat Ülke en el Tribunal
Militar de Eskişehir por negarse a vestir el
uniforme del ejército. El acusado quedó en
libertad al acabar la vista, pero le ordenaron que
se presentara en la oficina de reclutamiento, cosa
que se negó a hacer.
El 28 de enero de 1997, el Tribunal
Militar del Estado Mayor de Ankara condenó a
Osman Murat Ülke a seis meses de cárcel
por«distanciar al pueblo de la institución del
servicio militar» al declarar públicamente su
objeción de conciencia al servicio militar y
quemar sus documentos de llamamiento a filas
en septiembre de 1995. En su defensa, Osman
Murat Ülke manifestó: «El derecho a la vida
también supone la responsabilidad de no causar
la muerte. Matar a alguien es la forma más
evidente de violar el derecho a la vida. Por
consiguiente, para mí la objeción de conciencia
no es sólo un derecho, sino también una
responsabilidad».
EXPEDIENTE DE CASO
Osman Murat Ülke fue detenido en
Esmirna el 7 de octubre de 1996, más de un año
después
de
quemar
públicamente
sus
documentos de llamamiento a filas y declarar en
una conferencia de prensa, el 1 de septiembre de
1995, que, como pacifista, no realizaría ningún
servicio militar.
El 8 de octubre, Osman Murat Ülke fue
detenido oficialmente por orden escrita del
Tribunal Militar del Estado Mayor. El 11 de
octubre fue trasladado de Esmirna a Ankara para
ser interrogado por el fiscal militar, y permaneció
retenido en la Prisión Cerrada Central de Ankara,
junto con otros presos políticos. Posteriormente lo
trasladaron a la Cárcel Militar de Mamak, también
en Ankara.
El 19 de noviembre de 1996, Osman
Murat Ülke fue juzgado en el Tribunal Militar del
Estado Mayor de Ankara. Se le aplicó el artículo
155 y quedó en libertad, pero los gendarmes lo
llevaron del tribunal a la cárcel militar, y de allí a
la oficina de reclutamiento para iniciar su servicio
militar. Lo enviaron a su unidad del ejército, la 9ª
Unidad de Entrenamiento de la Gendarmería
Al final de la vista y antes de que se
conociera la sentencia, Osman Murat Ülke volvió
a ser detenido por la gendarmería y conducido a
la Cárcel Militar de Mamak. Su juicio en el
Tribunal Militar de Eskişehir por «desobediencia
continuada» continúa.
Amnistía Internacional considera a
Osman Murat Ülke preso de conciencia, y pide su
liberación inmediata e incondicional. La
organización también solicita a las autoridades
turcas que introduzcan una legislación que
reconozca el derecho a la objeción de conciencia
y ofrezca un servicio civil alternativo a los
objetores de conciencia al servicio militar,
cumpliendo las resoluciones y recomendaciones
de las Naciones Unidas y el Consejo de Europa.
UCRANIA
En Ucrania el servicio militar es
obligatorio y su duración es de 18 meses, salvo
para quienes poseen titulación universitaria, en
cuyo caso dura sólo 12 meses. Quienes lo realizan
bajo contrato sirven al ejército durante tres años.
Según los informes, en realidad sólo el 10% de
los reclutas sirven realmente en el ejército. El
50% de los restantes reciben permiso para
posponer su servicio por motivos médicos (al
parecer en muchos casos se consiguen
certificados médicos previo pago de sobornos).
Otros no se presentan a las oficinas de
reclutamiento, ingresan en escuelas universitarias
o consiguen posponerlo por asuntos familiares.
El artículo 18 de la ley sobre el servicio
militar obligatorio en Ucrania establece que en
tiempo de paz quedarán exentos del servicio
militar los reclutas que: 1) sean declarados no
aptos para el servicio militar en tiempo de paz por
razones médicas; 2) no sean reclutados para el
servicio militar o civil antes de los 27 años; 3)
estén ordenados y ocupen una posición que les
ocupe toda la jornada en una de las confesiones
religiosas reconocidas; 4) vivan habitualmente en
el extranjero y no tengan domicilio fijo en
Ucrania; 5) tengan hermanas o hermanos que
hayan fallecido o quedado inválidos en el ejército.
Los ciudadanos que se hayan graduado en centros
de enseñanza superior del Ministerio del Interior
de Ucrania y continúen trabajando dentro de este
sistema están también exentos del servicio militar,
como dispone la ley. Se concede prórroga para
realizar el servicio militar por razones médicas,
de formación profesional y familiares.
La nueva Constitución de Ucrania
aprobada en 1996 prevé en el artículo 35(3) una
alternativa civil al servicio militar por motivos
religiosos: «Si el cumplimiento del servicio
militar es contrario a las creencias religiosas de
un ciudadano, esta obligación será sustituida por
un servicio alternativo (no militar)». Una ley
especial establece el derecho a un servicio
alternativo.
La actual ley sobre el servicio alternativo
en Ucrania sólo se aplica a quienes objetan al
servicio militar por motivos religiosos. La ley fue
introducida en febrero de 1992, y la duración del
servicio civil se fijó en 36 meses, el doble del
militar. Según su artículo 2, los ciudadanos
ucranianos con creencias religiosas profundas,
que sean miembros de organizaciones religiosas
legales y cuyas creencias no les permitan usar
armas ni servir en el ejército tienen derecho a un
servicio alternativo para sustituir el servicio
militar obligatorio. Ni la Constitución ni la
legislación hacen referencia a otras creencias,
convicciones éticas o políticas como motivo de
objeción al servicio militar. Además, según los
informes, a los fieles de confesiones religiosas no
registradas oficialmente por las autoridades se les
niega el derecho al servicio civil alternativo por
motivos religiosos.
ucraniana, informó de que en el periodo 19921994 varios tribunales ucranianos condenaron a
41 jóvenes, todos ellos Testigos de Jehová,
acusados de cargos similares en aplicación del
artículo 72 del Código Penal. Según el mismo
grupo, en 1995, sólo en la región de Lviv, hubo
informes de 24 casos de este tipo.
Esta disposición de la ley parece estar en
conflicto con las resoluciones y recomendaciones
internacionales. Amnistía Internacional ha instado
a las autoridades ucranianas a que se aseguren de
que toda persona que, por motivos de conciencia
o convicciones profundas, no puede realizar el
servicio militar, puede ejercer su derecho a la
objeción de conciencia. Esto incluye a las
personas cuyas convicciones no sólo se basan en
motivos religiosos, sino también éticos, morales,
humanitarios, políticos o similares. La
organización continúa instando a las autoridades
pertinentes a que adecuen la legislación sobre el
servicio alternativo a los instrumentos
internacionales que tienen carácter vinculante
para Ucrania.
Amnistía Internacional planteó a las
autoridades los casos de dos jóvenes encarcelados
a finales de 1994 por negarse a realizar tanto el
servicio militar obligatorio como su alternativa
civil alegando sus creencias religiosas (véase
expediente de caso). La organización no toma
postura sobre el reclutamiento como tal, ni se
opone al derecho de los Estados a reclutar a sus
ciudadanos para el servicio militar obligatorio o a
exigirles que realicen un servicio civil alternativo,
y normalmente no habría adoptado el caso de
alguien que se niega a realizar tanto el servicio
militar obligatorio como su alternativa civil. Sin
embargo, Amnistía Internacional cree que la
duración del servicio alternativo no debe ser
punitiva y su carácter debe ser puramente civil, de
acuerdo con los instrumentos internacionales de
derechos humanos. La preocupación de la
organización en este caso era que, según los
informes, ambos jóvenes se sentían incapaces de
efectuar un servicio alternativo que, en su
opinión, podría involucrarlos en trabajos
relacionados con el suministro de material a
unidades militares.
Desde Lviv, Kharkiv y otras regiones de
Ucrania llegaron informes de casos similares de
otros Testigos de Jehová procesados por su
objeción tanto al servicio militar como al
alternativo. El Grupo de Derechos Humanos de
Kharkiv,
organización
no
gubernamental
EXPEDIENTE DE CASO
Robert
Golovnyov
y
Georgy
Semyonov, ambos de 21 años y Testigos de
Jehová, fueron condenados por el tribunal de
distrito de Radyansky (Kiev) en aplicación del
artículo 72 del Código Penal. Robert Golovnyov
fue juzgado el 27 de septiembre de 1994 y
condenado a un año de cárcel. Georgy
Semyonov fue juzgado el 4 de octubre de ese
mismo año y condenado a dos años de prisión.
Sus apelaciones fueron rechazadas por el
Tribunal Municipal de Kiev y el Tribunal Supremo
de Ucrania.
Robert Golovnyov quedó en libertad el
18 de septiembre de 1995 y, según los informes,
ya había recibido una nueva orden de
reclutamiento. Según su madre, continuará
negándose a servir en el ejército debido a sus
creencias. Las autoridades de la región
permitieron a Georgy Semyonov salir del campo
de trabajo cercano a Poltava donde cumplía
condena a finales de octubre, antes de terminar
el cumplimiento de su sentencia. Según los
informes se encontraba muy enfermo.
Amnistía Internacional ha escrito a las
autoridades solicitando más información sobre el
carácter del servicio alternativo que se ofreció a
estos dos jóvenes y se ofrece a cualquier otro en
su misma situación. La organización ha instado a
las autoridades a que comiencen a revisar sin
demora este caso y otros similares para
asegurarse de que nadie es encarcelado por
ejercer legítimamente su derecho a la libertad de
conciencia si el trabajo que le ha sido asignado
resulta estar relacionado con el ejército y por
tanto no puede considerarse de carácter
plenamente civil.
REPÚBLICA FEDERATIVA DE YUGOSLAVIA (Serbia y Montenegro)
Los
varones
aptos
de
edades
comprendidas entre los 17 y los 60 años tienen
obligaciones militares, incluido un año de servicio
militar (que se cumplirá entre los 18 y los 27
años) y las posteriores obligaciones de la reserva.
La Constitución de la República, proclamada en
1992, garantiza que quienes no deseen realizar el
servicio militar por motivos religiosos u otros
motivos de conciencia pueden cumplir un servicio
no armado en el ejército o un servicio civil
(artículo 137). En mayo de 1994 entró en vigor
una nueva Ley del Ejército de Yugoslavia, que
limita
considerablemente
este
derecho
constitucional. En ella se establece que los
reclutas tienen derecho a solicitar la condición de
objetores de conciencia, pero sólo si en un plazo
de 15 días tras recibir la orden de reclutamiento
presentan una solicitud por escrito. El Tribunal
Constitucional dictó en 1994 que los hombres que
están en situación de reserva no tienen este
derecho, ni los que están sirviendo en el ejército
(como soldados de reemplazo o profesionales) y
deciden por motivos de conciencia que no desean
seguir haciéndolo.
La decisión sobre la concesión de la
condición de objetor de conciencia la toma el
comité local de reclutamiento, y es posible
apelarla ante una autoridad militar de mayor
rango. Sin embargo, no es posible apelar ante un
tribunal (autoridad judicial).
Quienes obtienen la condición de
objetores de conciencia deben realizar un servicio
militar no armado o un servicio civil de 24 meses
de duración, el doble que el servicio militar
ordinario. Amnistía Internacional opina que esta
duración es punitiva.
Los objetores de conciencia que no
consiguen la condición de objetores según las
disposiciones existentes pueden ser procesados
según el Código Penal de Yugoslavia,
generalmente acusados de «negarse a portar y
usar armas» (artículo 202), «eludir el
reclutamiento» (artículo 214) o «deserción»
(artículo 217). Estos delitos pueden ser castigados
con penas máximas (en tiempo de paz) de hasta
10 años de cárcel (o 15 en el caso de la deserción
si el desertor ha huido al extranjero). Los juicios
se celebran ante un Tribunal Militar, y la
sentencia puede
Supremo Militar.
apelarse
ante
el Tribunal
EXPEDIENTE DE CASO
Tradicionalmente han sido pocos los
casos de objeción de conciencia al servicio
militar, excepto Testigos de Jehová o miembros
de otros grupos religiosos pacifistas similares. En
1996 Amnistía Internacional supo de siete casos
en los que Testigos de Jehová objetores de
conciencia habían sido condenados a penas de
prisión o estaban encarcelados por negarse a
realizar el servicio militar. Al parecer, en la
mayoría de los casos habían sido condenados
por «negarse a portar y usar armas», y las penas
de cárcel habían oscilado entre los cuatro meses
y los dos años.
Uno de ellos era Vladimir Lazar, Testigo
de Jehová de Stara Pazova, a quien, según los
informes, el Tribunal Militar de Belgrado condenó
a dos años de cárcel en marzo de 1996 por
negarse a portar armas cuando fue llamado a
cumplir con sus deberes como reservista, en
febrero de 1996. Tras la apelación, en agosto de
1996, la sentencia se redujo a un año de cárcel.
Lazar había realizado el servicio militar de 1988 a
1989 y, según la decisión del Tribunal
Constitucional, no podía reclamar la condición de
objetor de conciencia. Parece probable que otros
Testigos de Jehová que cumplen penas de cárcel
por negarse a portar armas se hayan encontrado
en la misma situación de no tener derecho a ser
reconocidos como objetores (según la legislación
existente) por haber expresado su negativa tras
haber sido llamados a cumplir con sus
obligaciones de reservistas o (después de la
introducción del servicio no armado y civil) por no
haber solicitado la condición de objetores en el
plazo de dos semanas tras el primer llamamiento
a filas.
La introducción del servicio no armado o
civil para los objetores de conciencia no ha
recibido casi publicidad, y es probable que la
mayoría de los reclutas no conozcan su
existencia. Amnistía Internacional no dispone de
datos sobre el número de hombres que han
solicitado realizar un servicio no armado o civil
por motivos de conciencia ni sobre el resultado de
sus solicitudes.
Antes de la introducción del servicio no
armado y civil para los objetores de conciencia, la
única solución para los hombres que, por razones
de conciencia, no deseaban portar armas ni ir a la
cárcel era ir al extranjero. En el pasado, un
número desconocido de hombres optó por esta
vía, pero si decidían volver a Yugoslavia (o eran
obligados a hacerlo) se arriesgaban a ser
condenados a largas penas de cárcel por eludir el
reclutamiento o desertar.
Al estallar el conflicto de la ex
Yugoslavia en 1991, miles de hombres de Serbia
y Montenegro (muchos de ellos de etnia albanesa
de la provincia de Kosovo) huyeron al extranjero
para evitar el reclutamiento. No cabe duda de que
sus motivos fueron muy diferentes, pero es
probable que muchos tuvieran objeciones
políticas, como no desear tomar parte en un
conflicto armado a cuyos objetivos (explícitos o
implícitos) se oponían. Según los informes, los
que fueron detenidos dentro del país y procesados
por eludir el reclutamiento o desertar durante este
periodo casi nunca mencionaron ante el tribunal
la objeción de conciencia a portar armas, sino que
adujeron motivos de salud o emocionales, o la
incompetencia de sus superiores en el ejército.
Sin embargo, al menos en algunos casos, el
motivo de no hacerlo puede haber sido la
convicción de que el tribunal no se mostraría
comprensivo ante estas objeciones.
En junio de 1996, el Parlamento Federal
aprobó una ley que amnistiaba a quienes habían
eludido del reclutamiento o habían desertado de
las fuerzas armadas antes del 14 de diciembre de
1995, excepto los militares profesionales. Según
las informaciones aparecidas en la prensa, la
amnistía benefició a unos 12.500 hombres.
V. OTRAS PREOCUPACIONES SOBRE LA OBJECIÓN
DE CONCIENCIA EN LOS ESTADOS MIEMBROS DEL CONSEJO
DE EUROPA Y LOS ESTADOS PARTICIPANTES EN LA OSCE
Debido a las actuales prioridades de investigación de Amnistía Internacional y a los
limitados recursos de la organización, no ha sido posible conseguir una información amplia y
detallada sobre el reconocimiento del derecho a la objeción de conciencia en varios países incluidos
en el proyecto Programa Regional para Europa de la organización (que incluye todos los Estados
miembros del Consejo de Europa y todos los países participantes en la OSCE, excepto EE. UU. y
Canadá). No obstante, Amnistía Internacional es consciente de que hay diversas deficiencias en lo
que se refiere al reconocimiento del derecho a la objeción de conciencia y a la oferta de un servicio
civil alternativo en varios de estos países.
Aunque el servicio militar obligatorio existe en los tres estados del Báltico ─Estonia,
Letonia y Lituania─ según los informes la proporción de jóvenes reclutados es baja, y el número
de los que quedan exentos o consiguen aprovechar los resquicios de la legislación también es alta.
La situación del servicio alternativo no es totalmente transparente. Por lo que sabe Amnistía
Internacional, en Estonia aún no hay en vigor una legislación independiente sobre el servicio
alternativo. En Lituania la legislación sobre el servicio militar obligatorio aprobada en octubre de
1996 contiene disposiciones referentes al servicio alternativo, pero parece que aún no se han
pruesto en práctica. En Letonia el parlamento aprobó en noviembre de 1996 una nueva ley sobre el
servicio militar obligatorio ─posteriormente rechazada por el presidente Guntis Ulmanis─ que,
según los informes, no contaba con disposiciones para el servicio alternativo. (Amnistía
Internacional pidió a las autoridades letonas información sobre la ley en mayo y diciembre de 1996,
pero sus cartas no recibieron respuesta alguna.) La organización no tiene informes sobre ninguna
persona encarcelada en los Estados del Báltico por negarse a realizar el servicio militar por motivos
de conciencia.
Amnistía Internacional también entiende que el servicio militar o el alternativo es
obligatorio en Georgia para los varones de edades comprendidas entre los 18 y los 27 años.
Aunque el 14 de junio de 1991 fue adoptada una ley sobre el servicio civil alternativo, y el artículo
12 de la Ley sobre el Servicio Militar Universal del 29 de diciembre de 1992 establece la duración
del servicio alternativo en 36 meses, Amnistía Internacional también cree que actualmente no hay
disposiciones concretas en vigor que afecten a quienes desean solicitar y posteriormente realizar un
servicio alternativo. Esto significa que los jóvenes que no puedan realizar el servicio militar
obligatorio por motivos de conciencia pueden ser encarcelados por falta de alternativas.
En Armenia y Azerbaiyán, Amnistía Internacional no tiene noticia de que exista o vaya a
aprobarse ninguna disposición para reconocer la objeción de conciencia al servicio militar y ofrecer
un servicio civil alternativo a los objetores.
Tampoco tiene la organización noticias de que vaya a introducirse una alternativa adecuada
al servicio militar obligatorio en Kazajstán, Kirguistán, Tayikistán, Turkmenistán ni
Uzbekistán, y rara vez llega a sus oídos información sobre casos concretos de objeción de
conciencia en esos países. Sin embargo, en 1995 Amnistía Internacional se ocupó de los casos de
varios presos de conciencia en Kazajstán, Testigos de Jehová encarcelados por negarse a realizar el
servicio militar.
En Tayikistán el servicio militar sigue siendo obligatorio, y todos los varones en edad
militar deben servir en el ejército durante dos años. Recientemente, la prensa del país ha destacado
varios problemas relacionados con el tema: la tendencia a evitar el reclutamiento por parte de los
jóvenes que, al parecer, temen ser enviados a luchar contra las fuerzas de la Oposición Tayik Unida
(grupo armado de oposición que lucha desde el final de la guerra civil, en 1992); la presunta
manipulación de los trámites para lograr la exención en favor de los hijos de familias pudientes o
de altos cargos y las reuniones de protesta que se celebran en ciertas comunidades contra el
reclutamiento. Aunque la información que posee Amnistía Internacional no indica que el intento de
evitar el reclutamiento se deba a objeción de conciencia, merece la pena señalar que Tayikistán no
tiene disposición legal alguna que contemple un servicio civil alternativo para quienes se declaran
objetores de conciencia.
Los observadores de derechos humanos han informado de que, para resolver el escaso
número de reclutas causado por la tendencia generalizada a eludir el reclutamiento, las autoridades
recurren desde 1995 a las «bandas de presión», militares que rodean a los jóvenes en las calles, en
los medios de transporte y en otros lugares públicos y los obligan a alistarse en las fuerzas armadas.
El Centro Tayik de Información y Análisis sobre los Derechos Humanos ha informado de que «en
muchos casos [los reclutas forzosos] son enviados a zonas de conflicto sin entrenamiento militar, y
a sus familiares no se les informa de que han sido reclutados»
VI. RECOMENDACIONES DE AMNISTÍA INTERNACIONAL
❑
Amnistía Internacional solicita la liberación inmediata e incondicional de todas las
personas detenidas o encarceladas únicamente por habérseles negado su derecho a inscribirse como
objetores de conciencia al servicio militar o a prestar un servicio verdaderamente alternativo de
duración no punitiva y de carácter puramente civil.
❑
Amnistía Internacional solicita a todos los Estados miembros de la Unión Europea y del
Consejo de Europa que vuelvan a examinar su legislación sobre objeción de conciencia al servicio
militar desde el punto de vista de las resoluciones y recomendaciones internacionales vigentes.
❑
Amnistía Internacional insta a los Estados miembros de la Unión Europea a que, mediante
una resolución del Parlamento Europeo, dejen claro que, en el futuro, el reconocimiento del
derecho a la objeción de conciencia al servicio militar y la introducción de un servicio civil
alternativo de duración no punitiva figurarán entre los criterios para la admisión de nuevos
miembros de la Unión Europea.
❑
Amnistía Internacional solicita a la Asamblea Parlamentaria del Consejo de Europa que
recabe la opinión de la Comisión de Asuntos Jurídicos acerca del Proyecto de Protocolo del
Convenio para la Protección de los Derechos Humanos y de las Libertades Fundamentales en lo
que hace referencia a la objeción de conciencia al servicio militar, de acuerdo con la resolución
unánime de la agrupación de ONG con carácter consultivo en el Consejo de Europa (adoptada el 25
de septiembre de 1996).
❑
Amnistía Internacional insta a los Estados miembros del Consejo de Europa a que se
aseguren de la aplicación real de las recomendaciones incluidas en la revisión del cumplimiento de
la Recomendación Nº (87) 8 por parte de los Estados miembros, revisión que actualmente lleva a
cabo el Comité Director para los Derechos Humanos y cuya terminación está prevista para finales
de 1997.
INTERNO (sólo para miembros de AI)
Índice AI: EUR 01/02/97/s
Distr: SC/CO/GR
Amnistía Internacional
Secretariado Internacional
1 Easton Street
Londres WC1X 8DJ
Reino Unido
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PARA USO EXTERNO
El derecho a la objeción de conciencia
al servicio militar en Europa:
un asunto prioritario
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también de que se archiva debidamente para futuras consultas.
Este documento va acompañado de una circular de acción (Índice AI: EUR 01/03/97)*. Les
rogamos que la lean detenidamente antes de iniciar cualquier acción.
DISTRIBUCIÓN POR EL SI
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Campaña de las Secciones.
* NOTA DE EDAI: Esta circular de acción no se ha traducido al español.
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